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Esta semana hemos decidido abordar un tema que ha suscitado y suscita considerable
controversia. ¿Qué implica que una finca pase de ser no urbanizable -rústica, en la terminología
anterior- a urbanizable? ¿Implicará un aumento de la contribución (IBI)? Vayamos por partes.
Un par de ejemplos.
Para empezar veamos un par de casos reales. J.T.P.S. ha pagado el año 2008 por una
finca de 3.000 m2 de superficie 697 € en la zona húmeda (Prat), clasificada como urbana en el
Plan General desde 1977. Esta finca, al hallarse en una zona clasificada como Suelo No
Urbanizable Protegido no puede urbanizarse.
Otro ejemplo, R.A.LL. ha pagado este año 886 € por una finca de 7.340 m2 en el
denominado sector 1, urbanizable desde el año 1977. Y hay muchos más ejemplos reales de
pequeños propietarios que han pagado durante años o décadas sin obtener ningún rendimiento
de esa clasificación.
Vamos analizar algunas afirmaciones que voces interesadas han planteado:
Conclusión
La reclasificación -popularmente, recalificación- de suelo no urbanizable o asimilado a
suelo de naturaleza urbana, es decir, urbano o urbanizable, implica un evidente aumento de valor,
lo que se traduce en un aumento de las contribuciones. En resumen, si se aprueba el Plan
General presentado usted pagará un impuesto de contribución mucho mayor.