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SEXUALIDAD La experiencia humana William H. Gotwald, Jr. Gale Holtz Golden Way aa” Manual Moderno CONOCIMIENTOS SEXUALES Al construir una nueva moralidad sexual la primera pregunta que debemos hacernos no es ;cémo pueden regularse las relaciones en- tre los sexos? sino zes bueno conservar en ignorancia artificial a hombres, mujeres y nifos sobre los asuntos sexuales? BERTRAND RUSSELL (1929) Marriage and Morals Introduccién Entre el nacimiento y la muerte, en nuestra breve experiencia so- bre la tierra, crecemos, nos adaptamos y ajustamos, y por lo de- mis, desde el punto de vista histérico, repetimos el hecho de ser un ser humano. ;Difiere mucho la actualidad de lo que era hace 2,000 altos o incluso hace 10,000 afios? En lo fundamental la res- puesta es no. El requisito biolégico postrero y sobresaliente que se nos impone a cada uno de nosotros es que sobrevivamos de un dia al siguiente, y que extendamos nuestra supervivencia en el tiempo, més allé de nuestra existencia frdgil y tenue, al reproducirnos. Cada uno de nosotros puede reducirse en sentido fisico al cédigo molecular en un espermatozoide u évulo, esto es, nuestra esencia fisica se encuentra en una sola célula al parecer insignificante. Pero podemos contribuir con esta célula, este yo microcésmico, para la formacién de un nuevo ser humano. El nuevo ser humano que se produce, a su vez, estd destinado a lo mismo, a repetir el imperati- vo reproductivo. Una generacién humana tras otra sigue la orden de la naturaleza de sobrevivir, conquistar el tiempo y vencer la muerte. Los individuos mueren, pero pedazos de sus células y sus moléculas hereditarias permanecen como chispas que iluminan las lamas perpetuas para marcar una especie de victoria sobre la muer- te. Esta es la biologia, y la biologia no es mas que uno de los ingre- dientes de la vida humana; la cultura es el otro. Asi pues, si bien obedecemos a la naturaleza, en lo cultural seguimos nuestra volun- 1 Conocimientos sexuales (Capitulo 1) tad a través de la vida. Embellecemos nuestras frases para que la ‘obra tenga un significado en un sentido humano tinico. La biologia fordena que petsistamos y que nos reproduzcamos. La cultura for- tmaliza tas relaciones tumanas y crea ideales a los que aspiramos, Por ejemplo, podemos resistr o ignorar el imperativo reproductivo Y esvoger para nosotros otras posibilidades que nos satisfacen. Le cultura nos da la posibilidad de un propésito mis alld de los Limi- tes darwinianos. Esta substancia cultural es claramente humana, y ‘nos separa, por una brecha enorme, de las dems crituras. EL logro de la madurez sexual es una parte importante de la experiencia humana. Este suceso es una confirmacién de las mara- villas de la vida, pero hoy en dia ¢s también un aviso ignominoso lo la mala época que se avecina para la especie humana. La repro- ‘duccién humana no restringia tal vez hoy en dia pongs en peligro la existencia de la especie, con la misma fuerza que en un tiempo arantiz6 la continuacion de la especie. ;Qué es madurez sexual? Es aquel momento en que cada uno de nosotros asime en sentido fisico, pero no necesariamente mental, la responsabilidad como progenitor posible de la especie humana, En el aspecto biol6gico, todos seguimos una via similar hacia la smadurez Sexual. A medida que nos acercamos a la pubertad, cier- tas sefales, que atin no se comprenden con claridad, causan la produccidn y liberacion de substancias corporales quimicas, las ‘Que a su vez causan una transformacidn casi magica de adolescen- tes en adultos. El euerpo del adolescente asume las proporciones ‘del adulto; lo que es mas importante, ovarios ytesticulos son ca- paces de producir 6vulos y espermatozoides. Pero en lo emocional Y psicologieo, seguimos vias diferentes hacia la madurez, Estamos Dreparados a enffentarnos a nuestra metamorfosis sexual de nues- ‘a propia manera, pues en la pubertad cada sujeto es el producto dde mis de una década de experiencia vital. Algunos estames mal habilitados. para ocuparnos de la transformacién, mientras que otros estin bien provistos sin embargo, sin importar la calidad de russia preparacion, normalmente no podemos retrasar o acclerar 1a Hlegada de la madure2 sexual. El cuerpo no espera a que la mente se ajuste, Desde el punto de vista biologico, somos cautivos de las rmoléculas genéticas que desencadenan y orientan la secuencia de sucesos que nos llevan dela concepcién ala muerte. Tenemos tan- to en comiin en el sentido biolégico que las diferencias, que hacen de cada uno de nosotros una personalidad tnica, muy a menudo ‘son producto de medios individuales. Estas diferencias causadas por factores ambientales son mis evidentes cuando cada uno de nosotros alcanza la madurez sexual y comienza la vida adulta tem- prana. Estamos muy conscientes de la importancia que tiene la salud sexual, tanto en Io mental como en lo fisico, para nuestra sensi- cidn de bienestar y nuestra capacidad de partcipar en lo que Freud considers los dos aspectos mis importantes y significatives Conocimientos sexuales 3 de la vida humana: arbeitsfahig und liebeshfahig (capaz de trabajar y amar). No obstante, la mayor parte de nosotros crecemos con conocimientos limitados de lo que se espera en seres humanos sexuales, esto es, qué podemos prever cuando nuestros cuerpos alcancen la madurez biolégica y qué esperamos cuando debemos enfrentarnos en sentido emocional con estos cambios. Este libro se dirige a las necesidades de las personas que desean conocimientos sobre la forma en que sus cuerpos trabajan y a las necesidades de aquellos cuyas vidas y familias han sufrido por falta de conoci- mientos sexuales. Casi ningtin tema que se ensefia en la escuela tiene tanta importancia practica para la vida personal de cada estudiante como el curso de sexualidad humana. Si bien los conocimientos académicos que se adquieren son importantes y mensurables, los aspectos emocionales de sentirse cémodo con la propia sexualidad acarrean consecuencias perdurables y que no se pueden medir. En términos de la salud mental es urgente com- prender con claridad los aspectos biolégicos y conductuales de la sexualidad. Nuestra incapacidad de ocuparnos de nuestra propia sexuali- dad en alguna forma coherente y organizada no es mas que reflejo de la confusién general que existe en E.U.A. sobre los aspectos sexuales. Un estudio reciente de la poblacién general puso de ma- nifiesto que, si bien 68% de los que contestaron consideraron que era mejor ser franco sobre el sexo y la conducta sexual, 61% mani- festé inquietud por ser cada vez mas dificil “saber lo que es correc- to 0 no en estos dias” (anénimo, 1977b). No es asombroso que exista confusién, pues cuando el gobierno decidié que las naves espaciales Voyager, lanzadas en 1977, llevaran un mensaje de la tierra durante su viaje més alld de los planetas y hacia el espacio profundo, los cientificos decidieron incluir en el “mensaje” foto- graffas de un varén y una mujer desnudos y un dibujo del aparato genital humano. Consideraron que podrian informar a los extra- terrestres, si acaso encontraran el cohete y el mensaje luego de 40,000 afios, para comunicarles cémo nos vemos y la forma en que nos reproducimos. Pero las fotografias y el dibujo fueron “borra- dos” del mensaje por los responsables, quienes los consideraron “jnapropiados para incluirlos” (Wade, 1977). Probablemente este contrasentido se perdié con aquellos sensores galicticos autoequi- pados. Henos aquf, enviando un aparato de complejidad sublime hacia el exterior, sin duda una hazafa tecnoldgica admirable, para proclamar e] adelanto de nuestra civilizacién a la vez que nos deba- tiamos en la incapacidad terrena para encontrarnos cémodos sobre la sexualidad. Los cursos de sexualidad humana en las instituciones preuni- versitarias son en parte consecuencia de la reticencia de los padres y escuelas a emprender el proceso de educacién sexual. Las clini- cas de sexualidad humana, donde aparecen miles de personas para sdmeterse a cuidados de la salud mental por sufrir problemas emo- 4 Conocimientos sexuates (Capitulo 1) cionales o conductuaes en relacidn al sexo, también son en parte cl resultado de la renuencia a la educacin sexual y las negativas francas y actitudes represivas en relacén a la informacién sexual Las instituciones preuniversitarias y las universidades, ademés de muchas clinicas y_profesionales privados, se encuentran ain relativamente libres de la interferencia comunitaria. Las personas pueden conseguir informacién pertinente de estas fuentes en una ‘atmésfera de objetividad y franqueza. Armados con hechose in formacion pertinentes, las personas pueden ser libres para tomar Gecisiones en relacién’a su sexualidad. Pueden orientar su fondo biol6gico de manera que sea significative. Su funcidn tanto biol6- gica como emocional, sive a sus propias nevesidades y a las dela sociedad. Pueden comprender y ser tolerates de las necesidades sexuales de los demés. Desde este punto de vista este libro ofrece informaci que e peventva y prescrip, pertinetey abun- late, Defini jon de sexualidad y sexo El término sexualidad significa muchas cosas para personas dife rentes. La palabra sexo, por otra parte, tiene ain otto significado, yuna connotacion diferente que la palabra sexuaidad. i le pre- {guntéramos a una muestra representativa de estadounidenses que ‘mencionaran las palabras que les vienen a la mente al mencionar sexualidad y sexo, setian evidentes dos categorias de respucstas, [La mayor parte de las personas, al reaccionar a la palabra sexual! dad, usan términos que connotan sentimientos entre personas Conocimientas sexuales » sualnhed yon rein. unién, compartir, tocar, cuidar, sen- aaa » Al detinir la palabra sexo se nos mencionan Que indican “hacer” algo, como copula, orgasmo, vagina, pene, genitales y “hacer el amor”. El desempefto y los sentimien- tos, al incluir partes del cuerpo, son parte del terreno de la sexua- lidad, Es obvio que no existe una definicién tinica. Debemos consi- erat la palabra sexual en su sentido mas amplio. Esto nos permite explorar muchas facetas de la experiencia sexual humana. Existen varios continuos sexuales, que contribuyen a la defini- sion global de la sexualidad y los cuales estudiaremos. Desde el punto de vista bioldgico, nos desarrollamos cuando asi lo ordenan particulas mindsculas de moléculas que se Haman genes, y que de- terminan nuestro género y el curso de nuestro crecimiento en varo- nes ¥ mujeres maduros, Desde el punto de vista conductual, segui- mos un continuo, desde el simple establecimiento de contacto visual con un objeto de nuestro deseo erdtico, hasta el orgasmo efectivo con el objeto de nuestro deseo, En sentido emocional, crecemos amando y confiando en nuestras madres, y luego, a la Fig. 1-2. “£Qué significa la palabra sexualidad?” 6 Conocimientos sexuaes (Capitulo 1) postte, saltamos a una union emocional madura con otro adulto mado. Todos estos continues giran alrededor de la seualidad, sexualidad que definimos para nosotros misinos # medida ue srecemos. Nuestra tarea seria als foil si tuviéeamos una tin cidn simple, pero ésta no existe Fundamento para comprender la sexualidad Con la aparicion det Homo sapiens entre los onganisanos de I te 4 sexualidad asumio una nueva an; adends de perpe: tuar la especie, la relacign sexual se hizo una actividad ue, por si misma, era placentera, El Hono sapiens se hizo el a ‘mas sexual de la Ueera, En los seves humatos, por Jemplo, lee ceptividad y relacin sexual no esti limitadas en sentido fsiol fico a un ciclo del esto. Esto e, la actividad sexual de la myer m0 ‘depende de un periodo de “ealor™, Antes bien, la hembra y macho de la especie pueden paticipar en tocamientos, pla, y activila des afines por el solo placer, No obstante, sit importar esta diner sion peculiar, la sexualidad fendmeno biolGgico. Para conocernos a concien ‘ma, debemos reconocer quie somos maguinas biok pilejas, cuyos ritmos y funciones estin integrados en gran eseala. Pero, ;somos sSlo miquinss? ;Somos S619 cautivos de maleet las que omdenan la naturaleza dle Todo lo que somos? Claro que no! Al igual que los animales, los humans vomenios y respiramnos, nos movemos y reprodusimos. Nasemos y morimos, perd 10 que nos hace tinicos es lo siguiente: tenemos la capacidad de cultura ‘Tenemos la capacidad de organizar la naturaleza (si bien 90 sie pre sabiamente) para que se ajuste a nuestros propios fines dese dos. La especie humana estd consciente de si misma, Podemos registrar el pasado, dirigit el presente y prever e] futuro, Nos es valiosa nuestra propia experiencia y la experiencia de los dems, ‘Somos capaces de comunicar nuestros pensamientos, sentinventos ¢ ideas sobre el mundo. ‘Asi pues, la especie humana no es s616 un esclavo de las mo- Iweulas de herencia. Estas moléculas nos imponen cietas lnvitacio- nes bioligicas, pero también nos permiten mejorar nuestra vida en Ja tierra al dirigir nuestro medio hacia nuestras necesidades. De esta forma, al funcionar bien en el aspecto biolSgico, nos desarto- amos en tn contexto social y emocional. Estos tres componentes no pueden separarse con facilidad en sus funciones que contribu- yen al todo. Lo que somos en lo sexual es el producto de moléew las y de nuestro medio, incluyendo nuestra crianza emocional, esto es, naturaleza y crianza. Por lo tanto, en este libro examina: remos i sexualidad no solo en sus circunstancias bioldgicas, ino Conocimientos sexuales 7 Fig. 1-3. Neturaleza y orianaa, En qué medida est Ia conducta hume etarmineda por fectoresbiol6ices, y en qué mada por el medio cul tural y socal? también en su contexto social, cultural y emocional. Segtin dijo lun Cientifieo, los comentarios sobre nuestra animalidad sin referir- hnos a nuestra humanidad o sobre nuestra humanidad sin referirnos a nuestra animalidad “son a tal grado estériles que caen en la ton- teria” (Simpson, 1969). Sexualidad humana vista en perspectiva (:Evolucion o revolucién sexual? No hay otra parte de la vida humana que esté a tal grado nublada Jor mitos ¥ que tenga tanta carga emocional como la gama de con- Fectas que podamos relacionar con la sexualidad. Cada cultura Gefine para si misma lo que es normativo en términos de la con- qeeim sexual. Sin embargo, las actitudes y normas culturales no Siempre corresponden a las’ conductas sexuales efectivas. El impul- se constante para que exista coherencia entre las actitudes y la Se aducta, especialmente en la mayor parte de las culturas occiden- Comoeimentos setae (Capituto 1) tes, Yo gun cra lon cambion que alunos inci be revatucie sexual La palabra revodeciy trae a te mente una imagen de cambio explosive y rapido, ti el campo de la sexualidad humana, se pue- de leait con mayor exactitudl que los cambios son evolutivos, esto fe, que 8¢ trata de un cambio lento, uniforme y progresivo, que se retina y rece cae Yee mits, Desde el principio de la historia los sores humanos han compartide las mismas inguietudes y se han interrogade sotve tos muchos misterios en relacién a la sexualidad, jon os que hichamos hoy en dia, Por ejemplo, si vemos la biblia, encontramos conentaries ¢ inguictudes sobre el embarazo, enfer- imedades yenéreas, adlulteri, relaciones premaritales y-maritales, y Domovesuatitad, EL Antiguo Testamento, reflejo de la tradicién hebrea, hace ‘hincapié en el sexo dentro det matrimonio; considera el matrimo- rnfo una obtigaciin y una alegria que celebra la relaci6n espiritual, ademas de fisica, entre la mujer y el vardn. En ta tradicidn greco- romana existe otro punto de vista muy diferente: El sexo se hizo secular y ya no un asunto de sacentotes. La actitud subyacente de la época era el hedonismo, Homosexualidad, bisexualidad y aborto se practicaban y aseptaban ampliamente, ¥ los dioses mis imos estalecian relachones sexuales muy’ claras unos con los otros. ‘A medida que las civiizaciones y culturas comenzaron a encontrar= ‘se y fusionarse, se filtraron en la tradicién grecorromana ideas crientales sobre la naturaleza espiritual de las personas. La vide después de la muerte se hizo una idea que debia provocar interés Y para I cual era necesario preparane. Esta inquietud condujo 42 las personas a mostrar ansiedad sobre su vida en la tierra y c6mo ‘su conducts afectabe Ia vida que preveian después de Ia muerte. Un creciente numero de personas comenz6 a practicar el ascetis- mo y las penalidades fisicas como forma de asegurar la vida después de Ia muerte. En medio de la dicotomia que ocurria entre hedonism y ascetismo, el cristanismo encontrd suelo fértil y se sembraron las semillas de lo que s© conoce como la tradicional Gtica sexual crstiana, esis, por ser hebreo, no tenia un punto de vista confuso sobre cl matrimonio y la conducts sexual como sus discipulos. Mis bien, fue Pablo quien enseno por primera vez que la solteria y castidad eran formas de vida ideales. Pablo admitia que, como la mayoria de las personas no eran capaces de dedicarse por completo a Dios, fl matrimonio era importante para canalizar la pasion y lujuria ‘humanas en una relaci6n legitima. Los discfpulos de Jesiis fueron todos varones, por lo que la Iglesia, al seguir la tradici6n biblica, ‘asigné a las mujeres un papel muy subordinado. Creian que las ‘mujeres, representadas por Eva, eran responsables del pecado ori- ssinal, que pagaban con los dolores del parto. Debido a que mucho de lo que se transformé en ley civil en sus origenes se basaba en ‘mandamientos de la Iglesia, hoy en dia en muchas de nuestras leyes civiles las mujeres llevan la carga del “pecado original". Conocimientos sexuales 9 Cuando Ia Iglesia, por tiltimo, asumi6 la jurisdiccion del matri- monio (hasta entonces el matrimonio habja sido sobre todo una cuestién civil) se establecieron docenas de reglas acerca de la con- ducta sexual. Segiin se deduce del tono de estas leyes, puede deci se que la Iglesia consideraba el sexo como un asunto grave y peca- minoso. Cuando San Agustin se convirtié al cristianismo en el siglo IV, traté de expiar su anterior vida sexual agitada, Al sentirse culpable de sus excesos sexuales, predie® con fervor la castidad y escribié lo siguiente: He decidido que no hay nada que deberia evita tanto como el mat monio. No sé de cosa alguna que haga descender la mente vii de ls alturas a tal grado, que las caicias de una mujer y aquella unién de cuerpo sin fa eual nose puede tener expos (Soiloquos LS, 17). En el mejor de los casos, puede decirse que era ambivalente y que Iuchaba contra lo que antes, es obvio, habia experimentado como placentero. La actitud religiosa de solteria y ascetismo como la forma de vida més deseable se difundié y dominé gran parte del arte y lite- ratura de los primeros sighos. Este supuesto ideal superior de hecho correspondia muy poco a la realidad de la vida cotidiana. En mu- chos easos, la vida de los sacerdotes y monjas se alejaba mucho de la castidad y el celibato. Muchos Papas no ocultaron sus amorios. En Alemania, la actividad sexual de los sacerdotes era bien conoci- da que la palabra pfaffenkinder (hijos de clérigo) se hizo sinénima de bastardo (Sussman, 1976). Ademés, sOlo es necesario mirar algo de la literatura secular del siglo XIIT para apreciar que la gente comtin tenia ideas similares. Los escritos de Chaucer, por ejemplo, estén llenos de buen humor obsceno y realista acerca de las unio nes sexuales. Nadie acusé a la Wife of Bath de ser una revolucio ria politica en cuestiones sexuales. Simplemente lleyaba una forma de vida muy contemporénea: cinco esposos y muchos jévenes por afadidura, En el siglo XVI, al comenzar la Reforma, se criticaban las ideas y creencias (¢ hipocresia percibida) de la Iglesia. Las perso- ras comenzaron a viajar largas distancias fuera del hogar, y nuevas filosofias y culturas les influyeron. Del siglo XVI al XVI ocurrié el establecimiento y promulgacién de las creencias protestantes. En vez de elevar el celibato a un estado envidiable y santo, los pro- testantes siguieron la tradicién hebrea y restablecieron el matrimo- rio como un estado de alegria. Se hizo desaparecer mucho del estigma que se habia impuesto al sexo, y se le acept6 dentro del ‘matrimonio, ‘Al ocurrir el Renacimiento, en los siglos XVI y XVII, se di6 rienda suelta al interés en el cuerpo humano, la sexualidad y las cuestiones sexuales. Si miramos la pintura de ese periodo podemos. apreciar una aceptacién creciente de la belleza del cuerpo. La Literatura de esa época se conservé a la par con la nueva conciencia 10 Conocimientos sexuales (Cap ttuto 1) y franqueza. Fue la epoca de Leonardo DaVinci, William Shakes- peare, Johannes Gutenberg, y Cristobal Colén. Los hombres, y algunas cuantas mujeres, exploraron su mundo inmediato y experi- ‘mentaron en forma cientifica con plantas y animales, Se hicieron descubrimientos importantes en fisica y astronomfa. Pero, lo que fs més importante, las personas se interesaron en el estudio de la humanidad. Cuando el Nuevo Mundo fue colonizado por aquellos que bus- caban libertad religiosa las costumbres sexuales siguieron otro pro- feeso. Al procurar regresar alas ensefanzas del Antiguo Testamento hhubo una adherencia estricta al sexo dentro del matrimonio y la celebracién del vinculo matrimonial. Este nuevo fervor también sirvié para fortalecer los vinculos familiares tan necesarios para la ‘supervivencia. Si el sexo (por supuesto dentro del matrimonio) no fra meramente una concesiOn a la naturaleza malvada del hombre sino mas bien un mandamiento divino y una celebracién de la lunién, deberia practicarse con entusiasmo, La vida era dura y per- mitfa pocos adornos para los puritanos, pero también se recono- cfan las realidades de la naturaleza humana. Fl espiritu puritano foments la ambicién e Independencia, tanto para mujeres como para hombres. En los primeros afios del siglo XVIII, los hombres se preocupaban de la libre empresa y la expansin del pais, esto es, el “espiritu pionero”, Sus esposes, por ‘ener que conquistar las mismas nuevas fronteras, se afirmaban y se hacian independientes. Fueron las bisabuelas de las suftagistas, Las costumbres y actitudes sexuales de la Era Victoriana, que fen sentido eronolégico consideramos equivalente al reino de la Reina Victoria (1834~1901) adoptaron un tono muy diferente de la ética puritana estadounidense. A medida que el mundo co- menz6 a empequenecerse, la religién ocupé un sitio secundario fen lo que se referia a suministrar las respuestas a las preguntas bbisicas sobre la vida. La ciencia y los conocimientos intelectuales se hicieron el objeto principal de los estudiosos. Las culturas se encontraron y fusionaron, y los estudiosos fueron capaces de inter- ‘cambiar ideas con mayor facilidad. Se creaban respuestas concretas sobre la vida y la naturaleza fisica de los hombres. Por lo menos en sentido superficial, al parecer la pasiGn simple que existfa en las relaciones puritanas fue enterrada por el frio coraz6n victoriano, Para el victoriano, el sexo era un desperdicio de energia. Si se su- blimaba el impulso sexual, esta fuerza podia usarse para el trabajo y los grandes logros. Por un remilgo excesivo, los victorianos des- inumanizaron todo lo que los rodeaba, y las patas de los pianos se ‘cubrian pues sugerian la pierna humana, cuya existencia no debia reconocerse, Las visitas a los museos de arte se conducian por separado para varones y mujeres, para que las pinturas y esculturas de desnudos no se vieran en grupos mixtos, En Europa, las her~ ‘manas Bronté escriban novelas que idealizaban y daban tinte ro- ‘méntico a las relaciones entre hombres y mujeres, y en los E.U.A. Conocimientos sexuales u los escritores del siglo XIX se ocupaban de estas relaciones en for- mma ascética y simbélica. Las personas luchaban més que nunca para suprimir sus inclinaciones naturales, sus sentimientos huma- hos esenciales, para ajustarse a la actitud manifiesta de la época. Sin embargo, no tardé mucho en que la ética victoriana se hiciera incapaz de conservarse a la par de una sociedad cada vez mas movi- ble, sociedad que se hacia més compleja y urbana. Al llegar el siglo XX, con la Primera y Segunda Guerra Mun- diales se exigio mis de nuestra fuerza laboral, ocurriendo un cam- bio impresionante en los papeles sexuales tradicionales. A medida que 1os hombres se fueron a la guerra, las mujeres fueron necesa- ras para substituirlos en las lineas de montaje y como jefes de familia, “Rosie la Soldadora”, mujer que ocup6 un sitio en Ia linea de montaje de aviones, se hizo una heroina nacional y prototipo para cambiar los papeles sexuales. Los encajes y los largos vestidos molestos ya no eran précticos. Cuando los hombres regresaron de la guerra, habian aprendido que la vida era demasiado valiosa ‘como para desperdiciar el tiempo al suprimir uno de sus mayores placeres, esto es, el sexo. F. Scott Fitzgerald escribi6: “Ninguna de las madres victorianas (y Is mayor parte de las madres eran Victo- rianas) se imaginaban con qué desenfado sus hijas se dejaban be- sar” (This Side of Paradise). Al mismo tiempo, las contribuciones de Freud no s6lo hicieron de la sexualidad un tema de estudio y comentario, sino que la establecieron como un proceso vital en la formacién del ser humano. ‘Una vez que se abrié a puerta de la represién victoriana, al parecer el mundo rebot6 hacia lo que muchos consideraban una necesidad casi frenética de no dejar nada reprimido. La plena liber- tad sexual parece ser el espiritu de nuestro tiempo. Arthur Schle- singer, Jr. (1966) observé: ‘La libertad, en vez de resolver los dile- mas del amor, s6lo recrudece la ansiedad”. ;Le hemos dado la vuelta al circulo? ;Hemos evolucionado o regresado a los tiempos de la Grecia y Roma antiguas, cuando muchos estilos y conductas ssexuales se aceptaban y practicaban con libertad? jEs nuestra libertad contemporinea de la expresién sexual meramente una anarquia disfrazada? Si es el caso, algunos dicen que cambiaremos de nuevo. Al gras rueda, la sexualidad lena, que hoy n dia es una parte ordena 4a, patridtica y aceptada por Ia clase media de los E-U.A. los extremistas sociales que sempre se han encontrado en la vanguardia de los cambios culturales, los atrevidos experimentadores que nos tajeron la revolucion Sexual, pronto cambiarin aun conjunto por completo nuevo de habitos sexuales: Fideida, lealta, intimidad, eracidad,selectvidad, discrecién Cosas verdaderamentetoreidas... (Greene, 1975), Asf pues, cuando consideramos el futuro, algunos podrian decir ‘que fegresaremos a los “antiguos valores”. Por otra parte, algunos Conocimientos sexuales (Cap tte 1) argumentan que a la postre contaremos con una utopia sexual en que todo mundo estard ajustado a la perfeccién en fo sexual (sea Jo que fuere su significado), Aun otros predicen lo peor, y sienten que ocurriré una destruccidn total de la familia a causa de muestra libertad sexual, y que junto con la familia ocurrira tambien la des- truccién de la sociedad. Nerén tocard su violin mientras Roma arde. ‘Sin embargo, lo que parece indudable es que el proceso de evo- lucién continuard, Nunca ha habido, y probablemente nunca hhabri, un cédigo Unico de normas sexuales en que coincidan todos Jos segmentos de nuestra cultura, Lo que puede afirmarse con cer- teza sobre el futuro es que no podemos prever u ordenar to que ssucederd. Sin duda la mayor franqueza sobre las cuestiones sexua- les, la nueva tecnologia sexual y los cambios en los papeles sexua~ les afectaran las actitudes y conductas sexuales en el futuro. Todo Jo que sabemos con certeza es que seguird la evoluci6n sexual: “1 punto de vista critico que debe adoptarse es que el futuro no sera mejor 0 peor, sino slo diferente” (Gagnon y Simon, 1973). Investigacion sexual y campo de la sexologia Dada la universalidad de Ja conducta sexual, habria que esperar un conocimiento amplio de ella. De hecho, conocemos muy poco, Hemos creado pocos modelos para el estudio de este tipo de con- ducta humana, y aquellos investigadores que se han atrevido a ‘rear modelos han sido sometidos a la censtra por parte de la s0- edad que sigue deseando ocultar las actividades sexuales, Lo que sabemos sobre la sexualidad ha provenido de muchas disciplinas cientificas: de la biologia al derecho y de la medicina a la sociologia. Como la sexualidad es una parte basica de la vida, a todo mundo le interesa. Fl estudio biol6gico de la sexualidad pue- de dividirse en dos categorias: estudios de la reproduccién y estu- dios de la sexualidad no reproductiva, © sea la respuesta sexual hhumana. Se han escrito volumenes de investigacién sistemtica so- bre varios aspectos de la reproduccién y parto. Es obvia la acepta cién social de este tipo de investigacién. A diferencia de lo anterior, cl campo del estudio que se ocupa de los aspectos no reproducti- vos de la sexualidad, carece de informacién, Nuestras instituciones no ficilmente suministran fondos a las investigaciones que se ‘ocupan en sentido estricto del sexo no reprodiuctivo, Si bien Aristoteles hizo algunas observaciones sobre los cau bios que ocurrian en los testiculos durante la excitacién sexual, 1no fue sino hasta el siglo XX que el Dr. William Masters (fig. 1—4), sinecédlogo y obstetra, estudi6 lo que le sucede al cuerpo durante Ja estimulacin sexual. Masters necesité de gran determinacién, Pues cuando comenzé sus investigaciones sobre la biologia de Ia sexualidad se le critieé con aspeteza por hacer algo poco respeta- Conocimientos sexuales 3 L : fH Fig. 14._Willam H, Mester. (Fotografia Fig. 1-8. Virginia Johnson-Masters, (Fo Ge Scott F. Johnson, corte del ografla de Seott F. Johnson, corte Masters ad Jonnaon Init fia. del Masters and Johnson lost ute) ble. En 1964 Masters establecié la Reproductive Biology Research, Foundation (hoy en dia el Masters & Johnson Institute) en St Louis, Missouri, En este centro, se estableci6 el marco para mu- cchos tipos de investigaci6n en el campo de la sexualidad humana, Hoy dia hay varios grandes centros médicos que siguen creando métodos y técnicas para la investigacion bisica de la sexualidad, [Al leer este libro, se plantearin muchas preguntas que s6lo podrin contestarse al continuar la investigacién. En los campos sociol6gicos y psicolégicos de la investigacion sexual hubo muchos pioneros. Henry Havelock Ellis, Sigmund Freud, y Alfred Kinsey, para nombrar algunos, comenzaron a preguntarse por qué las personas deseaban la relacién sexual, de onde provenia el deseo y cbmo los deseos pueden satisfacerse, ‘Al mencionarlos juntos, no se quiere dar a entender que su pers- ppectiva, métodos de observacin o resultados hayan tenido mucho en comin, Sin embargo, hicieron contribuciones notables y dura- eras al conjunto de conocimientos con que contamos, y al igual {que William Masters y luego Virginia Johnson (fig. 1-5), crearon métodos que pueden usarse y referirse para contestar las pregun- tas que puedan surzir. En especial las observaciones bisicas de Sigmund Freud sobre la psicologia de la sexualidad femenina han causado muchas con- troversias, dado lo que sabemos en la actualidad debido a los ha- llazgos de laboratorio de Masters y Johnson, Es importante recor- Conocimtentos sexuales (Capitulo 1) Fig. 1-8. Insitute for Sex Ressarch, Indiana University. Bloomington. (Fotoaratis por Delenbsck. Se reproduce con permiso del institute for Sex Research, ne) dar que sus teorias se fundamentaban en un punto de vista varonil particular, y que se derivaron de sus observaciones de mujeres con problemas y conflictos sobre su sexualidad y que acudian a consul- tarlo como psicoanalista. Hizo sus estudios en las postrimerias del siglo XIX, en la cima de la Era Victoriana, y sus observaciones {deben considerarse en ese contexto cultural histérico en particular Esto, claro estd, se aplica a todos los tipos de investigacion El Institute for Sex Research (fig. 1-6) fue fundado por Al fred C. Kinsey (fig. 1—7) en el terreno de la Indiana University en 1947. El doctor Kinsey era bidlogo. conocido primero por sus €¢ tudios de un grupo especial de avispas. Sin embargo, también habia estudiado lo poco disponible sobre la sexualidad humana. y cono- ‘fa la mayor parte de lo que se sabia en ese tiempo. Los estudiantes universitarios acudian a verlo para hacerle preguntas y comentat sus problemas. Kinsey comenz6 a hacerles preguntas y a registrat sus fespuestas en un obdigo privado. Pronto también elabord ‘cuestionarios para sujetos no universitarios. Aun cuando era biG- logo, las contribuciones principales de Kinsey fueron sociolégicas. Conoeimientos sexuales is PTT Te RTT SO Fig. 1-7. Alfred C, Kinsey, al antrovitar une de ls 8,000 mujeres sobre {uve interrogator se bexé el libro Sexual Behavior in tho Human Fe: ‘male, (Fotogratf de Dallanbock. Se reproduce con permiso del institu te for Sex Reseach, In). ‘Sus dos libros, Sexual Behavior in the Human Male (1948) y Se- xual Behavior in the Human Female (1953), crearon furor en U.A., peto sefialaron el inicio del campo de Ia investigacion sexual ‘como un estudio cientifico, legitimo y bien reconocido (Weinberg, 1976). Es dificil separar las esferas fisiol6gica, sociol6gica y psicol6- tgica de Ja sexualidad humana, pues son interdependientes. Los ‘sexdlogos provienen de muchas disciplinas variadas y suelen espe- tializarse en un campo, pero existen siempre caracteristicas en ‘comin, Hay muches revistas cientificas que publican investigacio- nes provenientes de todas las disciplinas sobre el campo de la sexvalidad, Se llevan a cabo reuniones regionales, nacionales ¢ internacionales en las cuales los sexélogos presentan sus trabajos ¢ intercambian ideas. Hay sexélogos que se ocupan de la educa- ‘cin sexual, investigacién sexual, tratamiento de los trastornos 16 Conocimientos sexuales (Capitulo 1) de la funciOn sexual, sexualidad y derecho, e historia de la sexu. lidad. La literatura de este campo es vasta. Es importante cons erar las cuestiones éticas y filoséficas en todos estos campos; algunas de estas cuestiones se presentan en el iltimo capitulo dei libro. Sin embargo, baste decir en este punto que toda la investi. gacin cientifica debe tomar en cuenta los derechos de los sujetos ‘que se investigan y la validez del tema estudiado. Al refer los resultados, los estudios deben tomar en cuenta los errores est disticos y humanos. Se debe considerar el contexto del estudio, Ja facilidad con la cual podria repetise el estudio para validar los hallazgos inicales, y la metodotogia. Siempre ha habido personas ‘que se oponen a la investigacion sexual, aquellos que consideran estas investizaciones frivolas e incluso inmorales. Para fortuna nuestra, los pioneros como Alfred Kinsey y William Masters han persistido en su indagacién y han suministrado un fundamento para los cientificos del futuro. Ha llegado e] momento en que se ‘concede un estado legitimo en la comunidad cientifica alos ex6- logos y sus labores. Por otra parte, queda alin un largo trecho por recorrer antes que se disponga de fondos para la investigacion sexual con tanta libertad como para los proyectos que se ocupan de los procesos aceptados con mayor amplitud, como la fsiolonis de la reproduecién, éQué tan importante es el sexo? Algunos dicen que nuestra sociedad exagera el sexo, que nos pre Ccupamos por las cosas sexuales. Con demasiada frecuencia se dice a pacientes parapljicos y coronarios que existen cosas mucho mis {importantes por ls cuales interesarse en vez del exo. Se trata alos ancianos en los sanatorios como maniquis asexuados, como sila edad destruyera la sexualidad. Se inunda a los adolescentes con Sermones que sefalan por qué el sexo, después de todo, debe ser luna cosa poco importante en sus vidas. Pero nuestra sexualided ge nuestra atencidn, Ocupa un sitio importante en nuestro sen- tido del humor. A menudo domina nuestras vidas en términos dictados por la publicidad y la moda. Los portabustos, cremas para rasurarse, pastas de dientes ¢ incluso los automéviles se anuncian con imagenes y connotaciones sexuales. Aunque en términos pro- Porcionales dedicamos poco tiempo a los actos sexuales fisicos, ‘coms Seres sexuales 24 horas al dia, siete dias a la semana y todo el afto. Aun cuando nos va bien en el terreno sexual (esto es, cuan- do estamos bien sjustados y con seguridad tenemos confianza en ‘nosotros misios) deliberamos mucho sobre el sexo. Hacemos chis- tes sobre el sexo, hablamos sobre el sexo y con frecuencia, pero en Secreto, creamos Tantasias sobre el sexo, al traer a luz encuentros y Comocinntonton sexual: ” Fig, 1-8. Al igual que ninos que espian sus pares dowostiewe a tenvb a ola racmora, todos toms de alguna forma voyeur hazafias sexuales imaginarios. Cuando no nos va bien en el aspecto sexual, tal vez suframos en lo emocional, sometidos a una agita Gién muy dolorosa, Ademés, somos curiosos. Al igual que ninos ‘que espian a sus madres que se desvisten en la recmara, todos somos de alguna forma voyeur. Al aprender sobre la conducta se- xual de fos demis experimentamos el sexo en forma vicaria y aprendemos, con satisfaceiOn (y a veces alivio), que la Forma en que nos manifestamos en lo sexual no es més que una parte de la gama {otal de la expresin sexual humana. El escrtor Isaac Bashevis Sin- ger (ganador del Premio Nobel) expresd (en Burgin, 1978) la im- pportancia que tiene el sexo de la forma siguiente: EI mejor contacto con Ia humaniad eta través del amor y sexo. Entel ddad en este campo se aprende todo sobre Ia vida, pues en el sexo y en el lamor se muestra el carécterhumano més que en ningin otro campo, Lor Gganos sexuales son los érganos més sensible del set humano, El ‘ojo 0 el of rara vez nos sabotean. El ojo no dejaré de observar porque ‘no le gusta lo que ve, pero el pene dejard de funciona si no le gusta lo {que ve. Diria que los érganos Sexualesexpresan el alma humana mucho mis que cualquier otra extremidad del cuerpo. No son diplomiticos, Dicen la verdad sin compasin. 18 ‘Conocimientos sexuales (Capitulo 1) ante, Si bien no deberia determinar las condi. ciones de toda nucatta existencia, debemios procurar encontrarnos comodos en nuestra sexualidad, asf como maduramos y procura: mos estar cémodos con nuestro aspecto fisico y nuestra. humani dad, ademis de la humanidad de Jos demés, Creemos que, por ‘medio de conocimientos apropiados, cada uno de nosotros puede Comenzar este viaje para realizarse a si mismo. Debemos llevar Texualidad con tanta comodidad como nuestra piel, en inqullidad flexible de dary recibir. Et sexo es imports

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