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Salmo 119 Sin

161 Hombres poderosos me persiguen sin motivo,


pero mi corazn reverencia tus palabras.
162 Yo me siento feliz con tu promesa,
como quien se encuentra un gran tesoro.
163 Odio la mentira, no la soporto;
pero amo tu enseanza.
164 A todas horas te alabo
por tus justos decretos.
165 Los que aman tu enseanza gozan de mucha paz
y nada los hace caer.
166 Seor, espero que me salves,
pues he puesto en prctica tus mandamientos.
167 Yo obedezco tus mandatos
y los amo de todo corazn.
168 Yo obedezco tus preceptos y mandatos;
t conoces toda mi conducta!

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