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P.G.O.U.

Peñíscola (XXVIII): Plan General y subida de


contribuciones.

Esta semana vamos a continuar analizando el efecto que tendría la aprobación del
proyecto de Plan General en el pago del impuesto de la contribución (I.B.I.). Voces interesadas
afirman cosas como las que siguen:

“La contribución será muy baja y apenas variará”.


Falso. El IBI es un impuesto municipal que carga sobre el contribuyente un porcentaje
reglado sobre el valor catastral del bien inmueble. El valor catastral es, por tanto, un parámetro
fundamental a la hora de determinar la cuantía de la contribución o IBI. A su vez, uno de los
parámetros fundamentales a la hora de determinar el valor catastral es la clasificación urbanística.
Podemos ver esto en el artículo 23:
“Artículo 23. Criterios y límites del valor catastral.
1. Para la determinación del valor catastral se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
a) La localización del inmueble, las circunstancias urbanísticas que afecten al suelo y su
aptitud para la producción.”

De entre los criterios para determinar el valor catastral, las llamadas circunstancias
urbanísticas son el primer criterio de una serie de cinco. La clasificación urbanística del suelo es
un parámetro fundamental, determinante.

El hada madrina y la bruja Burbuja.


Hace unos años en una ciudad no muy lejana había una hada que con su varita mágica
tocaba las superficies de las fincas sobre los planos, transformando las fincas rústicas en
urbanizables, haciendo ricos a los habitantes de tan fabuloso país en un santiamén. Tan eficaz
era su remedio que los habitantes corrieron a pedir al hada que actuara sobre sus fincas
transformándolas en suelo urbanizable. Pero a las 12 de la noche, como dice el cuento de La
Cenicienta, el hada se transformó en bruja. Pinchó la burbuja inombiliaria y los habitantes de esta
ciudad se quedaron con sus fincas como antes, pero urbanizables. Cuando vieron que sus
riquezas se fundían como nieve al sol de verano fueron a ver a su hada. Pero cuando llegaron a
su palacio vieron que ahora era una bruja y que les exigía que le pagaran la contribución de las
fincas que había transformado. Y así vivió muchos años -dicen que todavía vive- aquella bruja en
su palacio pagado por las contribuciones de sus ingenuos vecinos.
La semana que viene más.

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