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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS (Whiversidad det Perd, DECANA DE AMERICA) POUAEU DADAM OR AUIAN URE LUREOCE Como ESTUDIAR DERECHO CONSTITUCIONAL DOMINGO GARCIA BELAUNDE Epicién at cuapo Y Notas INtRODUCTORIAS no JOSE F. PALOMINO MANCHEGO RIM eCeiec CRM csacor ic INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL eran ees Or) CRITE) DOMINGO lor OP ae UD (Eee tyr bogado en ejercicio, gra- duado en la Pontificia Uni- versidad Catolica del Pert (1968). Doctor en Derecho Pa OM One he Bceseer | Ce nett CYL Ciertamente que Garcia Belaunde ha dedicado gran parte de su existencia fisica a PEYOTE oc ame rennet rt hee eon eis tre 1973 y 1981. En la ac- POE CMM aC Comet POMC CMM ee ole) roma ener Ol bye RMON OOo télica (desde 1968) y en la Universidad de Lima (desde Pa erence ie Maestria con mencion en De- pete emer eC Semele mle 1991). También en dicho cen- tro de estudios ha sido crea- cea trm ts rea Cer cursos “Derechos Humanos” Cr Cem Osis it MR BY rere en dere ra ee titucional), alrededor de ini- cios de la década de los Prec e Entre varias de sus actir CCC etree a dura intelectual, signifique- Pe eae Cl seen tte dor del Instituto Iberoameri- oT BOT to ee erence rao nal en 1974 en la ciudad de Buenos Aires. Desde 1997 es Miembro de Numero de la Academia Peruana de Dere- Co Cee eR CC onc ter to cido como Miembro corres- Pondiente de la Academia Nacional de Derecho y Cien- CoE Tee (ence aa Peni De igual forma, Garcia Belaunde ha dictado confe- Pateeeee ant a ised ot ok ORC aes POC tem rtat ie eat Cont PEE Bu Cot comme icaite nile Rosario, Nacional de Buenos Aires, Panamericana de Mexi- co, Alcala de Henares, Cen- tral de Caracas, Central de Chile, Colegio Mayor del Ro- Penner es teenies CUR BUCO RCC PCCM OCT co lame ak NCTE Cam Santiago de Compostela, Gra- nada, Autonoma de Barcelo- na, Central de Barcelona, Carlos Hi de Madrid, Complutense de Madrid y Centro de Estudios Constitu- cionales cuya sede se encuen- PRU oR BU Cm En cuanto tal, el conteni- do argumental de Como es- tudiar Derecho Constitucio- eee othe tetee Clie men ect meene Metta quiera iniciarse y comprome- ter su formacién cientifica con el area constitucional. (J.P.M.) UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS: (Universidad del Perd, DECANA DE AMERICA} FACULTAD DE DERECHO ¥ CiENCIA POLITICA Como ESTUDIAR DERECHO CONSTITUCIONAL DOMINGO GARCIA BELAUNDE Epici6n Au cuipapo 'Y Notas InTRODUCTORIAS DE JOSE F, PALOMINO MANCHEGO Sra, edicién revisada y corregida INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL (SECCION PERUANA) Ira, edicion 1994, 2da. edicidn ampliada, diciembre /999. 3ra. edicién revisada y corregida, junio 2000, NOTA EDITORIAL: Por un desfi en Ia coordinacida, se ha duplicado el admero 21 de esta Biblioteca, lo que aqui se subsama, De esta manera. de ahora en adelante, el texto De Ia Juri diccién Constitucional al Derecho Procesal Constite- cional de Domingo Gareja Belaunde pasa a tener el ni- mero 12, Por su lado, e! libro de Gerardo Evo Cruz titula- do La justicia militar en el Peri se mantiene como ni mero 21. Finalmente, el libro que originalmeate ocupa- ba el ndmero 12 y que ahora desaparece. cs el de Fran- cisco Fernandez Segado titulado Estudios sobre dere- chios fundamentales que el autor ka optado por retirar para rehacerio totalmente, y que ofrecer’ al lector en un préximo futuro. José F. PaLoMino Mancieco Secretario de la Seecién Peruana det Instituto Iberaamericano de Derecho Constitucional DERECHOS RESERVADOS: DECRETO LEGISLATIVO N* 822 Probibida fa seprodyccién de este opssculo por cusluier edi. tal © paciimete sin permis expreso del autor Composicisn ¢ impresion Zeesen- raf tleersacte se Camps NS. F 205 Lia, ei eli 274038 4273147 Hecho €] depésito legal N° 150101994459 @ Editora y Distribuidora Juridica GRIJLEY e1.kut BIBLIOTECA PERUANA DE DERECHO CONSTITUCIONAL ® UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS, Rector: MANUEL PAREDES MANRIQUE FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA Decano: Percy PENARANDA PORTUGAL INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Miembros fundadores: + Manuel BARQUIN + Alberto MENESES-DIREITO * Germén J, Bipart CAMPOS + Luiz PINTO FERREIRA + Jorge CaRPIZO * Humberto QUIROGA LaviE * Héctor Fix-ZAMUDIO ** Luis Carlos SACHICA * Pedro José Frias * Rolando TAMAYO Y SALMORAN + Domingo GARCIA BELAUNDE + Diego VALADES * Jorge Maric Garcla LAGUARDIA * Jorge R. VANosst + Manuel Gacta-Patavo (+) + Enrique VEscovt + Mario Justo Lopez (+) SECCION PERUANA Presidente: DOMINGO GARCIA BELAUNDE Secretario: JOSE F PALOMINO MANCHEGO © MDE 2000 NOTA INTRODUCTORIA A LA TERCERA EDICION JOSE F. PALOMINO MANCHEGO Conviene comenzar sefialando que en fas actuales circunstancias de défi- cit y tensién constitucional que el Perd vive -una especie de carencia de los valores del Estado de Derecho-, y gracias a la benevolencia y acogida por parte del lector, presentamos la tescera edicién revisada y corregida del optis- culo Cémo estudiar Derecho Constitucional del maestro Domingo Garcta Belaunde. Por cierto, no se trata de una mera reimpresin, por cuanto entre otras caracteristicas, en la parte final de la obra se ha actualizado el nutrido rosario de publicaciones que tiene en su haber el autor, Y, se han corregido numerosas erratas que se deslizaron cn la edicién anterior. En las paginas que siguen, desde una perspectiva académica Agil y clara, y porque su mente esta moldeada para este tipo de trabajo, Garcia Belaunde se propone ofrecer y vertebrar su vasta experiencia en el campo del Derecho Constitucional, articulado y simultaneado con el ejercicio de la profesin. De ahi que quien desee dar los primeros pasos en el Derecho Constitucional - disciplina del Derecho Pabtico que contiene su propio corpus categorial- ten- dré que revisar inevitablemente el presente trabajo El Derecho Constitucional, sin desmerecer el valor y la importancia de los otros saberes juridicos, contempla a fos individues como titulares de dere- chos y deberes. Es claro, asimismo, que con las constituciones normativas, el Derecho Constitucional alcanza un nuevo impulso que es, entre otras cosas, Ja expresi6n de la posicién nuclear que la Constitucién adquiere en el orde- namiento juridico, Y como consecuencia de ello, 12 aparicién de los Tribuna- les Constitucionales genera una interaccién entre doctrina y jurisprudencia 7 Jose F. Patomnxo Mancittco que, en su formulacién, adecuada, debe servir de fermento para el desarrollo del Derecho Constitucional', Es lo que Gomes Canotilho denomina el “de- senvolvimiento jurisprudencial det Derecho Constitucional.”* nas Como es ficil colegir del apunte bio-bibliogréfico que al final se afiade, Garcfa Belaunde no cesa de producir, demostrando que ¢s un constitucionalista ferviente que sabe plasmar con meridiana claridad las ideas basilares y tas bases tedricas 0 soportes doctrinales del Derecho Constitucional, Piénsese, por poner un ejemplo en su ensayo todavia inédito intitulado Bases para la historia constitucional del Pert, en donde piantea ideas interesantes. En efec- to, Garcia Belaunde nos ensefia que el Derecho, al igual que cualquier insti- tucién humana, tiene Historia, de ahf el punto de unién 0 enlace para dar nacimiento a la Historia del Derecho, Agrega, a manera de balance, que nuestra historia constitucional debe partir de la Historia y de los hechos politico-so- ciales, debe analizar los debates publicos de la clase politica, debe prestar aten- cién a fos diarios de debates, debe tener presente algunos textos doctrinarios, la efectividad de las normas y la vigencia de {as instituciones, y finalmente, revisar algunos diarios y revistas de la época. A la vista de todo lo anterior, ¢s indudable que Garcfa Belaunde es, por encima de todo, un maestro que tiene como linea de principio la vocacién y la ensefianza del Derecho Constitucional, complementandolo con otras aficio- nes tales como la de disefiar y crear revistas juridicas, siendo su proyecto mas proximo la elaboracién de la Revista Peruana de Derecho Péblico, de la cual es su director. Llegados a este punto, al salir a luz, una vez mas, Cémo estudiar Derecho Constinucional, es de esperar que se cimenten ¢l proceso normativo y el tejido 1 Asi fo plantean con cartaza los profesores espafioles Francisco Balaguer Callején, Gregorio Cémara Villar, Juan Fernando Lopez Aguilar, Juan Cano Bueso, Maria Luisa Balaguer Calle- j6n y Angel Rodriguez en su reciente manual titulado Derecho Constitucional, Vol. }, Editorial Tecnos. $.A., Madrid, 1999, p. 28. 2 Ctr, José Joaquim Gomes Canotithe: Direite Constitycional @ Teoria da Constituicao, ara. edipA0, Livraria Almedina, Coimbra, 1999, p. 23, Agradezca de veras al profesor de Coimbra por haberme obsequiado su estupendo libra y gozado de su gran calidad humana, al igual que al profesor germano Petet Haberla, en la Universidad de Granada, en un encuentro acackémico en homenaje al timo de los nombrades. 8 Nova Invxopucroria. —— ————— social, replantedndose el cambio politico y revertebrandose las instituciones de cufio democratico. ¥ el Derecho Constitucional es el verdadero caldo de cultivo para plasmar estos vientos renovadorcs, sobre la base de lo que el pro- fesor de la Universidad de Bayreuth, Peter Hberle denomina “Ia cultura de la Constitucién” 0 “El Derecho Constitucional de la cultura”, y en donde se van ha encontrar formas técnico-juridicas de manifestacién en sus muy varia- das expresiones.* Granada, marzo de 2000. 9 Cir. Peter Haberle: Teoria de la Constitucién como ciencia de la cultura, traduccién del ale- mn ¢ introduccion de Emilio Mikunda, Editarial Tecnos, S.A., Madrid, 2000, pp. 28 ss. Sobre el pensamiento haberiiano, véase Francisco Balaguer Cailejdn: "Un jurista europe nacido en ‘Alemania. Conversacién con el profasor Peter Haberle”, en Anuario de Derecho Constitucio- nal y Parlamentario, N° 9, Murcia, 1997, pp. 9-49; César Landa: “eforma de la ensefianza del Derecho Constitucional. Entrevista al Profesor Dr. H.C. Peter Haberie", en Pensamiento Constitucional, Afio Vi, N° 6, Lima, 1999, pp. 245-252; Domingo Garcia Belaunde: “Los gi- gantes de Weimar. A propésito de una visita a Peter Haberle’, publicade como apéndice en u librito De fa Jurisdiccién Constitucional al Derecho Procesal Constitucional, Editorial rite Lima, 2000, pp. 63-68. Del mismo autor: “Con Peter Haberle en Granada’ (en curso de publi- cacién). NOTA INTRODUCTORIA A LA SEGUNDA EDICION JOSE F, PALOMINO MANCHEGO Me viene en grande redactar unas cuantas lineas al optisculo Cémo estudiar Derecho Constitucional (Una década més tarde), de Domingo Garcia Belaunde con quien colaboro desde hace 20 aftos aproximadamente. Se tra- t , desde luego, de uno de sus escrites constitucionales mis festejados que sigue consultandose y leyéndose con fluidez, desde que vio la luz por vez primera en 1985. De ahi que al cabo de casi tres Justros, su lectura resulte provechosa -a mij entendes- por cuatro motivos: 4) 4) Porque sus puntos de vista son analizados teniendo al frente una rica experiencia en el ejercicio de la profesién, que le otorga licencia y permite abrir fos ojos al constitucionalista, para que pueda en- troncar realidades distintas, evitando caer en lo estrictameme teéri- coy en el mero dogmatismo, Bien ha escrito el nonagenario Miguel Reale refiriéndose al Derecho como experiencia histbrico-cultural que: “En este poderoso y plastico contexto es donde el hombre trabaja, almacenando seguridad y recelando de sus excesos, reclamando or- den y temiendo su peso desmedido; seducido por la certeza y per- plejo ante sus inmovilidades maniatadoras; luchando por la justi- cia, peto con desconfianza de Jas formas estercotipadas de las distorsiones y de la rutina”’. También, porque el optisculo ha ido in crescendo, respetindose las lincas maestras que se trazaron en sus inicios, pero como es légico, 1. Cfr. Miguel Reale: Teoria Triaimensional al Derecha, traduccidn det portugués e introduccion de Angeles Mateos, Editorial Tecnos, S.A., Madrid, 1997, p. 96. Ww —— Jost F. PaLomino Maxcneco afladigndose fas viltimas publicaciones para poder rubricar en toda su complexién el tema abordado. ©) Porque expone de manera clara, concreta y amena, sin pretender obviar el sentir pedagdgico, los contenidos medulares del Derecho Constitucional, cuyo edificio no se puede elevar con materiales aj nos. X, ) Porque es el simbolo del propio esfuerzo de Garcia Belaunde, por cuanto la virtud y ef secreto es haber realizado al fluir de los afios una serie de lecturas, separando el trigo de la paja, y aplicar final- mente en esa suma de saberes el sentido comin y sereno, que es el sprit de finesse. De ahi que la utilidad de su uso, Cémo estudiar Derecho Constitucio- nal... haya tenido buenos resultados entre sus lectores, dentro y fuera de nues- tras fronteras. Ahora bien, como subraya Garcia Belaunde, en nuestro medio, y en general en vastos sectores de Ja América Latina, el Derecho Constitucional se da por sabido, generalmente por 6smosis 0 por ciencia infasa, lo que permite que cualquicra emita juicios u opiniones sobre la materia. Pero quienes estén llamados para poder afrontar, extraer los contenidos minimos del Derecho Constitucional, y saber instrumentalizarlos, son los operadores juridicos, en especial el operador-intérprete, Lo que se desea es que adquieran la rigurosi- clad necesaria a fin de construir mejor sus decisiones judiciales, dejando de Jado las vagas referencias respecto de la articulacién y contenido del Derecho Constitucional, ya que estén més familiarizados con las corrientes iusprivatistas, siguiendo wna vieja tradicién que, por ventura, esté camino a desaparecer, La idea del optisculo de Garcia Belaunde es superar las defi- ciencias formativas, empezando por los bisofios en materia constitucional. Desde que se crearon las prisneras cétedras universitarias ® concernien- tes al Derecho Constitucional, tanto en Ferrara por Decreto de 31 de marzo de 1797, como en Paris el 22 de abril de 1834 y que fuera confiada curiosa- mente al italiano Pellegrino Rossi (1787-1848), nuestra disciplina se ha esfor- 2 Vid. Alessandro Pizzorusso: Lecciones de Derecho Constitucional, Vol. |, traduccién del ita- iano da davier Jiménez Campo, Gentro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1984, pp. 1 ss. Antecede Prélogo de Francisco Rubio Liorente. 12 —— Nota Ivrropucroris a zado en demostrar porqué? es punto de partida para las otras parcelas del Derecho. Asi, el Derecho Constitucional como eje central, ¢s conditio sine gua non para las demés disciplinas jurtdicas. En base a lo expuesto, viene ahf su riesgo, el haz de conceptos y catego- rias del mundo juridico se tienen que dominar con mayor razén en el Dere- cho Constitucional. Lo otro cac por su propio peso. Debemos hacer constar, ademés de esto, que son muchos los proble- mas constitucionales que ¢! Estado contemporaneo tendré que asumir, es- tando ad portas del tercer milenio, tenicndo como norte el Derecho Consti- tucional, Entre la némina, siguiendo a Diego Valadés, podemos mencionar los siguientes: Soberan‘a, integracién supranacional, dimension del Esta- do, Estado de bienestar, sistemas de gobierno, control politico, control juris- diccional, control financicro, flujos financieros internacionales, organiza- cién del poder, sistema representativo, participacién directa, federalismo y regionalismo, dcganos de selevancia constitucional, organismos no guber- namentales, nuevos derechos, regulacién de procesos cientificos y clinicos, Kmites del Derecho, naturaleza reglamentaria de ia Constitucién y reforma constitucional’, Sin embargo, hay dos temas que revisten capital importancia. Prime- ro, el fenémeno de la judicializacién del Derecho Constitucional, resis que ha sido sostenida con alto rigor cientifico, entre otros, por Eduardo Garcia de Enterria, Pedro de Vega, Francisco Rubio Llorente y Francisco Fernandez Segado’. O bien, lo que Louis Favoreau denominaba Derecho Constitucional Jurisprudencial, en la inteligencia que son Jos érganos jurisdiccionales (Tribu- nal Constitucional y Poder Judicial) los que manejan con cautela a través de sus sentencias el indirizzo politico. Segundo, el tema de la interpretacién cons- titucional, siendo su “importancia decisiva”, conforme ha proclamade cl maestro aleman Konrad Hesse’, Y cuyo marco de atraccién, debe de aterri- 3 Cfr, Diego Valadés: "Las cuestiones consti icionales de nuestro tiempo”, en Cuesiiones Cons- titucionales, Revista Maxicana de Derecho Constitucional, No 1, Julio-Diciembre, México DF. 1999, pp. IX-XXIV. ‘ 4 Bueno es recordar que el Tribunal Constitucional peruano a la fecha ha publicado 4 tomos de jurisprudencia constitucional, cuyo contenido, siguiendo Ia tesis que predomina en el merca- do comparado, vincula a todos los paderes del Estado, conforme lo establece su Ley Organi- ca N° 25398, 5. Ctr. Konrad Hasse: Elementos de Direito Constitucional da Republica Federal da Alemanha, 13 ~ Jost F. PaLomino Manenego —————— zar, inevitablemente, en el terreno de ios derechos humanos, en tanto y en cuanto, son atributos inherentes a cualquier persona que tiene que adaptarse hoy en dia con el mundo globalizado’. Abundando en estas ideas, le ocupa pues al Derecho Constitucional, la noble tarea de embarcarnos hacia las mismas orillas, Last, but not least: La Biblioteca Peruana de Derecho Constitucional, se honra en tenes, entre sus publicaciones, una vez més, -vital aportacién— la segunda edicién de Cémo estudiar Derecho Constitucional (Una década mds tarde), Valga esto de fundado pretexto para homenajear al autor con ocasi6n de cumplirse sus 30 afivs de cjercicio intelectual y de andadura académica. Mientras tanto, esperamos ver coronado de su propia matriz una de sus varias inquictudes cientificas, cual ¢s fa de alumbrar el tan anhelado Cédigo Proce- sal Constitucional que viene trabaj4ndolo con un equipo de distinguides ju- tista’ . El haber presidido la Comisién Redactora del Ante-Proyecto de Ley de Habeas Corpus y Amparo en 1981, convertida luego en la Ley N° 23506, y el estar con la pluma experimentada en plena madurez de su vida, le otorga a Garcia Belaunde carta de ciudadania para cumplir tan delicado cometide. ¢Y porqué mas? Muy simple, porque sigue empotrado en el lomo de sus libros. Lima, noviembre de 1999, tradugao (da 20 edicgao aiama) dle Luis Afonso Heck, Sergio Antonio Fabris Editor, Porto Alegre, 1998, pp. 53-75. Desde una perspectiva nacional, incluyéndose bibliogratia especia- tizada, José F, Palomino Manchego (con la colaboracién de Luis Séenz Davalos y Edgar Carpio Marcos): interpretacion constitucional, Curso de educacion a distancia, Acadernia de la Magistratura, Lima, 1998. 6 Cir. German J. Bidart Campos: “El panorama de los derechos humanos a fin de siglo’, ert AAWV, La Ciencia del Derecho durante el sigic Xx, UNAM, México, D.F., 1998, pp. 95-109. Como complemento, ile) mismo autor platenso: “Las tandencias actuales del Derecho Cons- titucional finisecular’, en José F. Palomino Manchego y Ricardo Velasquez Ramirez (Coordi- adores), Modemas fendenclas de! Derecho en Aménia Latina, Editora Juridica Griley E.LR.L., Lima, 1997, pp. 23-30. 7 Acabo de recibir de manos de Domingo Garcia Belatunde el Cédigo Procesal Constitucional de ta Provincia de Tucuman, Ley Ne 6.944. De su leciura se desprende que esté compuestc de la siguiente manera: Titulo |: Principios generates; Titulo f: Garantias @ fos derechos personales; Tito \Il: Control jurisdiocionat de constucionalidad, y Titulo IV: Disposiciones finales, haciendo un total de 117 articulos. 14 COMO ESTUDIAR DERECHO ° CONSTITUCIONAL (Una DEcaDA MAS TARDE) DOMINGO GARCIA BELAUNDE El tema que se propone este artfculo puede parecer ocioso. En efecto, a quien pregunte cémo se debe estudiar una rama jurfdica determinada, po- driamos contestarle, simplemente: estudiando y nada més. En este sentido, si queremos saber algo de contabilidad, lo més simple seria tomar un libro de introduccién a la contabilidad y empezar a leerlo, Adicionalmente, tratarfa- mos de seguir algiin cursa sobre el tema, conversar con entendidos y hacer alguna practica profesional. Lo raismo podrfa aplicarse a otras ramas del sa ber, y salvando los casos de dificil inteleccién, que nunca faltan, en principio cualquier disciplina puede estudiarse mas o menos facilmente, aun cuando siempre sea nccesario un minimo de lecturas, de informacion y de trabajo sosegado. 1 El presente texto fue publicado originaimente en esta revista hace ya més de diez afios (Derecho - PUC, né 39, 1985), y desde entonces ha sido sucesivamente reimpraso, la uitima vez en forma de folleto (Ediciones Juridicas, Lima, 1994). A pedido de diversos colegas y amigos, he optado por publicarlo nuevamente, debidamente revisado y corregido, y dentro del marco de la fecha en el que tue praparado. Pero adicionalmente, y en via de complemen- to, agrego un apéndice de similares dimensiones, titulado «Una década mas tarde», que por ssi solo s@ explica. (Nota en Derecho ~ PUC, n* 43, Lima, diciembre de 1995). 15 ——— Domingo Gakeia BeLauxne — Sin embargo, surge la pregunta de por qué es necesario decir esto sobre el Derecho Constitucional. La respuesta es simple: porque en nuestro medio, yen general en vastos sectores de la América Latina, el Derecho Constitucio- nal se da por sabido, generalmente por ésmosis o por ciencia infusa, lo que permite que cualquiera emita juicios u opiniones sobre la materia. Sucede asf porque el Derecho Constitucional parece a primera vista muy sencillo, ya que es lo que todos podemos apreciar (cuando no hay gobiernos de facto), pues sin cortapisas vemos cémo funcionan los poderes del Estado, la maquinaria judicial, el aparato legislativo, los partidos politicos, el Ministerio Pablico, etc.; s¢ adquiere asi Ja sensacién de lo facil. Esta no s6lo es una caracterfstica del hombre comviin y corriente, sino también del politico, ya que la Constitu- cidn es, recordémoslo, un texto que regula jurfdicamente fuerzas y relaciones politicas, que permite que el politico se sienta autorizado, dircmos mejor, vestido de autoridad», para hablar, si es posible ex cathedra, sobre problemas constitucionales. La curul parece otorgar wna sabiduria que podrfamos Ha- mar “adhesiva”: sentarse en el escafio ¢s adquirir conocimientos. Es cierto que existen excepciones, y nunca faltan parlamentarios que tratan de ir mas alla y obtener un mejor conocimiento sobre el tema: pero no es lo mas fre- cuente, Esta tarea por lo general es dejada a las asesorfas de! Parlamento y de sus comisiones, con el agravante de que si se carece de tales asesores, el pro- blema queda sin resolver. Tema aparte es ia utilizacién politica de la Consti- tucién, es decir, su instrumentalizacién, de la que no tratamos ahora, pues nos alcjaria de nuestro propésito. Adicionalmente, el hombre de Derecho en general (jueces, abogados, notarios, estudiantes, etc), incursiona con facilidad en el tema constitucional. Es interesante advertir que en nuestro medio ~no tanto a nivel profesional, sino a nivel académico~ existe un cierto respeto por las dreas. Asi, si bien en principio cualquier abogado podria atender simulténeamente problemas de orden civil, mercantil 6 industrial, al momento de abordar tales temas en di- measiones mayores (politicas, académicas, etc.) tiene un cuidado especial, pues advierte que existen especialistas en diversas areas cuyas opiniones es conveniente tencr presente. Pero si ello no fuera posible, queda siempre el recurso de que el abogado acometa la tarea de estudiar él mismo el problema y buscar una solucién a su inquietud. Pero, como repetimos, lo que se observa en las diversas ramas del Derecho no sucede en el Derecho Constitucional, en donde no se toman estas precauciones, sino que de frente nos lanzamos a emitir opinién. Side aqui pasamos al mundo periodistico, es deci, a los pe- riodistas especializados en la crénica politica o parlamentaria, la cosa se agra- va, pues el desconocimiento es ain mayor. 16 — CONo esTUDIAR DREcHO constrrucioxal. ———— —— Ahora bien, éa qué se debe este fenémeno? ¢Qué es lo que motiva, en fa gran mayoria de los casos, al hombre de Derecho y al hombre comin y corriente, a hablar con desenfado sobre temas y problemas constitucionales, sin base ni fundamento alguno? Intentemos alguna explicacién: 4) Presencia de gobiernos de facto. El gobierno mas largo de nuestra his- toria en sentido amplio— ha sido el gobierno militar (con sus dos fases inclui- das) y que duré doce aiios (1968-1980). Adicionalmente, si hacemos un reco- rrido histérico de nuestras instituciones, llegamos a la conclusién de que, sal- vo algunos coniados perfodos (sobre todo la Namada «Reptiblica Aristocrati- cas, que dura de 1895 a 1919), no hay tradicién de estabilidad institucional. Sin entrar por ahora af detalie de si tales gobiernos fueron eficaces 0 no, lo cierto ¢s que nuestra historia republicana representa formalmente una dis continuidad y un desconocimiente de la legalidad vigente. En consecuencia, si esta legalidad es representada en su 4pice por la vigencia de la Constitu- cién, ésta, desde un punto de vista historico, no Gene mayor trascendencia. Y de aqui derivan varios hechos: desconocimiento de la realidad constitucional, actitud desvalorativa frente al texto constitucional, falta de habitos y de mane- jo politico-constitucionales, etc. 8) Sistema educativo. Entre los miiltiples problemas que afronta la edu- cacién en el pats, la insuficiencia del element himano y lo exiguo de los recursos materiales (aulas, galinetes, libros de texto, etc.) son los mas apre- miant Desde esta perspectiva, pademos decir que la mala educacién y los tex- tos deficientes del curso de Educacién Civica que se imparte en los colegios, contribuyen a que el alumnado no tenga ni siquiera una nocién de cual es la estructura juridica del poder en el Perit, Caso patente de lo que se afirma son los manuales de Educacién Civica que para los dos tiltimos afios escolares preparé, divulg6 y promovié el destacado filésofo Augusto Salazar Bondy, que, no obstante su sobria presentacién, eran sumamente deficientes en Ia exposicién y comentarios (no sdlo no trataban problemas juridicos, sino que, cuando lo hacfan, tomaban referencia de leyes en veces derogadas). Similar problema se advierte en la universidad, pues un curso sobre 12 Constitucién deberfa ensefiarse en todas las facultades, y no sdlo cn las de Derecho. 6) Ausencia de libros especializados. Durante épocas de crisis (pensa- mos sobre todo en el docenio militar) se dictaron severas restricciones ea las v7 ——— Domino Gancia Betaunne + cuotas de délares para importaciones, y fueron reducidas tajantemente las partidas destinadas a libros. De esta suerte, la escasa cuota de las libreros fue destinada a libros de répida venta, sobre todo dest seffers. En materia constitucional, no se pas6 de une que otro manual, de manera tal que cuan- do se convocé a fa Asamblea Constituyente, en 1977, Jos futuros miembros de dicha asamblea no pudieron encontrar nada en librerias. Esta misma limitacién tuvieron durante afias los alumnos de Derecho, y séloa partir de 1980 se ha ido salvando paufatinamente este vacfo, aun cuando no de la manera como serva de esperar (sobre todo por el alto costo de Jos libros ex- tranjeros). Por otra parte, en materia de doctrina general sélo existen dos libros nacionales: uno de Rail Ferrero Rebagliati (1975) y otro de Dario Herrera Paulsen (1970), que, no obstante sus méritos, no han sido suficien- tes para cubrir esta carencia. d) Contorno de la crisis. Aun cuando no vineulada estrechamente con la materia, es importante destacar el aspecto muy grave de ta crisis por fa que atraviesa el pafs, y de la que parece no nos libraremos en muchos afios. Esto se sefleja cn una actitud realista en los estudiantes, quienes ¢ratan de buscar asidero y apoyo en temas y cursos de orden «prdctico», como pueden ser labo- sal, civil o tribptario. Es decir, hay un primado de la practica sobre la teoria; la constitucional no reporta dividendos, y en épocas de crisis no hay tiempo para lujos («primum vivere, deinde philosophare>). I Las dificultades anteriores no son insalvables, pero son aspectos muy coneretos y sirven para explicar muchas cosas. Indudablemente, en el futuro préximo tales limitaciones no van a desaparecer, por lo que bien podriamos estar haciendo una simple digresién sobre un consejo indtil. Pero ello no nos priva de pensar en su paulatina superacién, exponiendo algunas cuantas ideas que nos han surgido del contacto con la experiencia universjtaria, tanto na- cional como extranjera. Por de pronto, sefialaremos algo que es elemental, pero que no resulta serlo para nuestro medio: no hay que confundir la Constitucién con el Dere- cho Constitucional, como tampoco se pueden identificar el Derecho Civil con el Cédigo Civil. Esto, que es evidente, no siempre se respeta. Se lee la Constitucién y se cree saber Derecho Constitucional, lo enat es no s6lo una idea crrénea, sino incluso daitina, pues de aqui brotan un sinnamero de erro- res. 18 SAMO ESTUDIAK DERECIIO CONSTTTUCIONAL —— Hay que tener presente que el Derecho Constitucional, como cual- quier otra disciplina juridica, tiene su propio origen y su rrayectoria, y maneja diversos conceptos fundamentales o categorias que tienen un significade pre- ciso, que no pueden ser modificados arbitrariamente. Asi, por ejemplo, la in- terpelaci6n que hace la CAmara a un ministro es un concepto que refleja una institucién con matices muy concretos, que obedece a una historia y a una estructura muy definida. Podré discutirse las formas de presentaci6n, el tipo de preguntas en el hemiciclo y otros detalles més, validos sélo desde ia pers- pectiva previa del concepto o categoria en cuestién. Igual podria decirse de la casacién que reaiiza ¢| Tsibunal de Gasantias Constitucionales en materia de habeas corpus y amparo... ¢Cémo puede entenderse sus alcances ignorande el origen francés de la casacién y su posterior desarrolle europeo? Y los ejem- plos podrian multiplicarse, lo que demuestra que el nticleo 0 cuerpo central de una Constitucién (y del Derecho Constitucional) hay que entenderlo des- de estos esquemas o categorias. Sélo a partirde ellos, es posible comprender el fenémeno constitucional y afrontar {os delicados problemas de su interpreta- cién y aplicacién. Ahora bien, el conocimiento de estos conceptos fundamentales se ob- tiene a través de una bibliografia que presente un panorama de la disciplina? En este sentido, lo mas aconsejable es recurrir a un texto © manual introductorio, lo que no es facil, no sdlo porque existe gran cantidad de textos de iniciacién, sino porque muchos de eflos son parcelarios a tendenciales, cuando no excesivamente localistas 0 demasiados aferrados al acontecer polf- tico (como casi todos los franceses). En lo personal, me permito recomendar dos manuales que considero excelentes: el de Paolo Biscaretti di Ruffla (Derecho Constitucional) y el de André Hauriou (Derecho Constitucional e Instituciones Politicas). BE. de Biscaretti tiene la ventaja de ofrecer un gran panorama sobre la democracia constitucio- nal europea, con algunas referencias a otros paises, con gran manejo de fuen- tes y un cabal sentido de Jas instituciones. En cuanto al texto de Hauriou, es de gran valor, pues combina, en mi opiaidn equilibradamente, la problemati- ca no sélo juridica, sino también politica, y tiene ademas un amplio trata 2 Indudablemento que el canacimiento del Derecho Constitucional supone un previo contacto con el mundo del Derecho, y és'e, @ su vez, presupone un minimo de cultura humanista (sobre ‘odo, socislogia, historia, politica, tiosatia), que tamentablemente en muchos centros do estudics no se desarrolla con amplitud en los primeres aftos de humanidades, e incluso en otros (caso de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) ina desaparecido. 19 ——-—— —— —— Donineo Garcia BeLALNor miento de los pafses en desarrollo, Si bien no existe manual perfecto y ambos son susceptibles de criticas, considero que aquel que lea cualesquiera de ellos, de principio a fin y sin saltarse paginas, tendra una excciente perspectiva y podra hablar con propiedad de esta materia. Naturalmente que estos manuales no son los tinicos ni los mejores, pero los mencionamos porque cubren ua panorama amplio, son extensos sin Ilegar a ser excesivos, son féciles de encontrar en nuestro medio, y adicionalmente estan bien redactados y presentados’, Muy difundido entre nosotros, y en general en el mundo hispanoha- blante, es el famoso manual de Duverger (Instiiuciones Politicas y Derecho Constitucional), que ha tenido innumerables ediciones, tanto ea francés como en castellano (en francés, diecisiete ediciones y en das tomos; en castellano, un salo valumen y seis ediciones). Siendo excelente e! manual de Duverges, nolo encontramos adecuado como texto de introduccién, ya quees una aproxi- macién politolégica al fendmeno constitucione!. Muy Gul para los politdlogos 0 cientificos sociales, incluso para ef jurista que previamente ha hecho una introduccién juridica al tema, puede dar una falsa impresidn al que recién se inicia. Para aquel que desea buscar otros imanuales, sea como introduccién 0 como complemento, le sefialamos algunos criterios que le pueden orientar en su eleccién. Eljos son: 1) debe ser un solo volumen; 11) debe tener una perspectiva juridica, y no social © politica (que en todo caso es un complemento, pero ne un puato de partida); Ill) debe ser posterior a la Segunda Guerra Mundia), y de preterencia con una antigiiedad no mayor de quince afios; IV) debe mostrar un panorama general, estudiando sobre todo fos con- ceptos claves y los principales tipos de gobierno (URSS, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Suiza), 3. Teniendo el presente trabajo un fin tundarnentalmente didactico, nos hemos limitado a seita- lar obras escritas directamente en nuestro idioma, asi como aquallas que se encuentran traducidas (con una sola excepcion, que se justifica dentro dal contexto}. Aciaremos que por ventura el castellano es idioma privilegiade en matatia juridica, ya que para s6lo remitimos al rea constitucional, tenemos traducido el 80% de la obra bésica publicada an atros idiomas. 20 ——— — — Con estupiat Derteno coxstrrucionat, Si tenemos presente estos ctiterios, al lector le serd facil escoger wn tex- to jurfdico que ie suministre los sudimentos necesarios para adentrarse en el mundo juridico constitucional. Iv El estudio dela Constirucién no puede estar alejado del avatar politico, ya que todo texto fundamental regula o pretende encauzar los fenémenos politicos, motivo por el cual debe acompafiarse la perspectiva juridica con el necesario complemento politico. Ahora bien, en materia politica, la variedad, los diversos puntos de vis- ta, las lineas tendenciales, la idcologizacién del andlisis, es aun mayor que en e| Derecho, ya que en éste tenemos al menos la norma como elemento referencial. De ahi la dificultad y el riesgo de sefialar una bibliografia mini- ma, que debe ser establecida con cautela. Teniendo presente estas limitacio- nes, nos permitimos sefialar la siguiente bibliografia: a) Para una aproximacién tebrica~ Eduardo Andrade Sénchez, Intro- ducci6n a la Ciencia Politica; Marcel Prélot, La Ciencia Politica, Robert A. Dahl, Andlisis politico moderno, y W. Abendcoth y K. Lenk, Introduccién a la Ciencia Politica. 6) Para los problemas politicos cotidianos.— Maurice Duverger, Introduc- cién a la politica, y T. Bottomore, Sociologia Politica. La lista anterior est4 relacionada con el aspecto general, que, como ine- ludible correlato, debe aparejar igual criterio para la realidad constitucional permana, Ess decir: ¢s necesario que nuestro constitucionatismo lo confronte- mos con nuestra historia politica reciente, para lo cual pueden ser utiles Julio Coller (Clases, Estado y Nacién en el Perit) y Enrique Chirinos Soto (Historia de la Repiiblica). Si bien ambos cubren ux panorama muy amplio, debe tener- se presente que !a realidad polftico-social que nos interesa es aquella que surge a partir de Ja caida de Leguia, es decir, en pleno inicio de la década del treinta. Por tiltimo, un andlisis del desarrollo histérico det sistema constitucio- nal, eamarcado dentro de coordenadas politicas, sociales y econémicas, pue- de verse en el libro de Maurice Duverger, Las dos caras de Occidente. 2 BeLauxpe ————————— Volvicndo al plano constitucional, y ya en la ruta de conocer nuestro constitucionalismo, debemos pensar en un buen texto legal y en un buen co- mentario. Lo primero es tener un texto fidedigno de la Constitucidn Politica det Perit, Ediciones hay muchas (sobre todo de careter popular), pero no todas son acertadas ni cuidadas. Una edicién itil es la preparada por el Ministerio de Justicia, que es la oficial. Entre Jas realizadas por los particulates, ¢s alta- mente recomendable por su fidelidad, indice y documentos insertados, el fn- dice analjrico de la Constitucién Politica del Perti, debido a Jorge Power Man- chego-Muiioz. En cuanto a los comentarios sobre fa nueva Constitucién (de 1979), hay muchos y algunos de gran valia, Retengamos por nuestra parte, tan sdlo los de José Pareja Paz Soldén (Derecho Constituctanal Peraano y la Constitt- cién de 1979, edicién de 1984, completamente revisada), y la conjunta, debida a Enrique Bernales y Marcial Rubio (Constitucién y sociedad politica). Si bien ambas obras presentan perspectivas y métodos distintos, ofrecen en conjunto un excelente panorama que enriquece la visi6n de nuestro constitucionalismo, vi Para quien, superando el nivel del texto o manual de iniciaci6n, quiere tener una visién mas profunda de los mismios problemas, nos permitimos re- comendarle algunos de los siguientes libros: German J. Bidart Campos, Dere- che Constitucional, dos tomos; Segundo V. Linares Quintana, Derecho Consti- tucional ¢ Instituciones Politicas, tes tomos; Carlos $, Fayt, Derecho Politico, dos tomos; Pablo Lucas Verdti, Curso de Derecho Politico, cuatro tomos; César Enrique Romera, Derecho Constiucional, dos toms; Mario Justo Lopez, In- wroduccién a los estudios politicos, dos tomos; Hermann Fines, Teoria y prédctica del gobierno moderno, y Juan Ferrando Badia, Estudios de Ciencia Politica. Desde un punto de vista comparado: Manuel Garcfa Pelayo, Derecho Constitucional Comparado; Paolo Biscaretti ai Ruffia, Introducci6n al Derecho Constitucional Comparado, y Giuseppe de Vergottini, Derecho Constitucional Comparado, Un complemento politico puede encontrarse en Juan Ferrando Badia (coordinador), Regimenes politicos actuales. — C6no esTupiar DERECHO CONSTITUCIONAL ———— ——— — Vil Dejamos constancia que aqui estamos tocando tinicamente los aspec- tos generales y no los temas especificas del Derecho Constitucional, que exi- gen un tratamiento aparte, Temas concretos como el de los derechos huma- nos, segionalismo y centralismo, unicameralisme y bicameralismo, jurisdic- cidn constitucional, entre otros, no son tocados aqui y tienen st propia biblio- grafia, aun cuando aparezcan cn la exposici6n de todo manual o texto univer- sitario. Por otro lado, cuando del plano general pasamos a un mtivel de sofisti- cacién, el problema se complica, pues es precisa recurrir a monograffas y li- bros especializados, generalinente de dificil acceso. Destaquemos que, en ese estado superior de la investigacién, cuando se abordan temas muy concretos en donde es necesario recurris a la doctrina general y al Derecho Comparado, es imprescindible consultar revistas y po- der leer en otros idiomas. En materia constitucional son idiomas itiles el in- glés, y sobse todo el francés y cl italiano (a este tiltimo idioma se traducen gran cantidad de textos alemanes, que de otra suerte serfan inaccesibles) Vl Un paso posterior, que debe realizar solo aquel que desea dedicarse a la docencia o a la investigacién seria y prolongada, es meditar y estudiar los grandes libros escritos en materia canstitucioaal. Como se sabe, cada discipli- na tiene sus clésicos, que, siendo en rigor vicjos por lo que contienen, son nuevos por los problemas que suscitan y sobre todo por la forma como abor- dan los problemas. Nos ensefian adem4s a trabajar con humildad, en forma seria y pausada, y generalmente nos dan informacién de primera mano que no se encuentra en otras partes, o que otros han repetido en forma incompleta 9 errénea. El Derecho Constitucional tiene también sus clisicas y su lectura atenta y medlitada es siempre fructifera, aun cuando a veces sea fatigoso ha- cerlo, Eilos son: 1) Georg Jelinek, Teorta general del Estado. Publicada en 1900 en Ale- mania y traducida casi de inmediato al castellano en Espata, ha tenido suce- sivas reediciones en la Argentina, a cargo de fa editorial Albatros. Puede de- cirse on rigor que el Derecho Constitucional como disciplina auténoma —si se quiere, como ciencia— se configura recién con Jellinek. Antes habia constitucionalismo y constitucionalistas (en la misma Alemania es ejemplar 23 - Dominco Gagcta Beaux ———————— el caso de von Gerber), pero es Jelinek el que da el armazén te6rico adecuado a la disciplina, sienta fas bases de su estudio y presenta un vasto cuadro histé- rico-jurfdico que, recogiendo todo lo valido del siglo XIX, lo proyecta sobre el nuevo siglo. A fe cumplida, Loewensiein ha dicho de esta obra que no ha tenido digna sucesora ni dentro ni fuera de Alemania. Un segundo tomo, dedicado a la «Teoria particular» del Estado, no llego a ser publicado por su autor; sélo han quedado algtnos fragmentos, valiosos, pero sin el nivel de {a opera magna. 2) Hans Kelsen, Teoria general del Estado, Publicado originalmente en Alemania en 1925, fue traducida por Luis Legaz Lacambra en 1933 en Espa- iia, y desde entonces reeditada nuimerosas veces en México. A fin de divulgar esta obra, el mismo Kelsen escribié un resumen que, con el titulo de Compen- dio de la ‘Teorta general del Estado, circulé anpliamente, precedido por un es- tudio preliminar de Luis Recaséns Siches. La obra significé, en sv momento, si bien siguiendo la huella trazada por Jellinek, la primera exposici6n orgini- cay de conjunto de la ‘Teoria Pura del Derecho, aun cuando aplicada al Esta- do. Afios después, el autor hizo un balance y recuento de su pensamiento en su obra Teorfa general del Derecho y del Estado, publicada en inglés en 1945 y traducida al poco tiempo por Eduardo Garcia Maynez. 3) Harold J. Laski, E/ Estado moderno. Publicada por vez. primera en 1925 con el titulo A grammar of politics, cs la obra mas representativa de este autos, te6rico del faborismo inglés, que ejercié una gran influencia en la déca- da del treinta y que se considera un clasico en su género. El mismo Laski resumié su obra afios més tarde, en un optisento inticulado Jmiroduccién a ta pol a. 4) Leén Duguit, Thaité de droit constitutionnel. Obra maestra en cinco volimenes, cuya altima edicién se hizo entre 1921 y 1925, sigue teniendo actualidad. De Duguit puede verse su Manual de Derecho Constitucional, que contiene sus aportaciones basicas, traducido y publicado en Madrid en 1921 y cn 1926. Junto con Maurice Hauriou, son los més destacados representantes de la Hamada Escuela Sociolégica del Derecho Constitucional, 5) Maurice Hauriou, Principios de Derecho Publica y Constitucional. Padre de André Hauriou, autor del manual ya citado (supra, Hl), es constitucionalista y administrativista de renombre, creador de la Teorfa de la Instituci6n, que fue luego ampliamente desarrollada por el gran jusista italia no Santi Romano. Su obra en castellano es una adaptacin de dos trabajos suyos (de 1923 y 1925) de gran interés, 24 ~ Cono esTUDIAR DeRECHO CONSTHTUCIONAL, ———————— 6) Carl Schmitt, Teoria de la Constitucién. Libro clisico publicado origi- nalmente en 1928, fue raducido en 1934 por Francisco Ayala y reimpreso innumeraisles veces. Si bien Schmitt ha sido muy cuestionado por su poste- rior adhesin al nazismo, lo cierto es que estamos ante un autor muy riguroso y de gran originalidad en todos sus escritos, Al igual que Hermann Heller, ha estado vinculado con Espafia, lee y habla el castellano, y su Gnica hija cas6 con un jurista espafiol, Alfonso Otero’, 7) Hermann Heller, Teorta del Estado, Publicado péstumamente en ale- min en 1934, este autor murié en Espaiia huyendo de la persecucion nazi. Aun cuando notable por la concisién con que erabaja los conceptos, es slo una primera parte, muy tedrica y elaborada, de un trabajo inconcluso. Repre- senta la presencia del marxismo y dei enfoque sociologico en el ambito de la comprensién del Estado. 8) Karl Loewenstein, Teorfa de la Constitucién, Publicada originalmen- te en inglés en 1957, se tradujo al castellano poco tiempo después. Loewenstein, un emigrado afemén discfpulo de Weber que acabé sus dias en los Estados Unidos, representa la unién feliz de la tradicién europea con el método sajén. ‘De gran originalidad, ha creado conceptos y esquemas de vasto alcance expli- cativo. Aun cuando su lectura cs algo densa, se ve recompensada por cl interés que despiertan sus ideas generales, 9) Carl J. Friedrich, Gobierno constitucional y democracia, La primera edicin de esta obra se hizo en los Estados Unidos cn 1937. La cuarta y tiltima edicién, totalmente revisada, es de 1968 (un solo volumen), de la que procede fa tltima versién castellana en dos tomos, Su autor logra una visién armonio- sa entre el Derecho Constitucional y la politica, que enriquece con datos hi téricos y filos6ficos, amén de los correspondicmtes a otras ramas juridicas. Es ademas publicista destacado en Ciencia Politica y Filosoffa del Derecho. x Y con esto pongo término a nuestro recorrido. No he querido —que quede claro- hacer observaciones, sugerencias 0 comentarios dogmiticos, sino simplemente volcar una experiencia de muchos afios en el trato von Ja disciplina y con el modo de ensefiarla. Presento ademés una guia de earée~ 4 Cir. Homenaje al profesor Alfonso Otero, Universidad de Santiago de Compostela, 1961 (in- cluye carta de adhesion de C. Schmitt, pp. 13-16). 25 Dominco Gakeia BeLauspe —————-— ter abierto, que puede orientar al interesado en el torbellino de publicacio- nes existentes. He pensado muchas veces que quizé lo que aqui he escrito era innece- sario y seguramente era mejor no hacer nada y dejar las cosas como estaban. Pero como es mi deseo evitar que otros pierdan el tiempo en lecturas insustanciales como yo mismo lo hice en mis inicios, y como adicionaimente nadie en nuestro pafs—ni tampoco fuera de cl ha escrito lo que pretendo’, es que he decidido poner en circulacién estas cuartillas, Lima, enero de £985. 5 Notable para su época es la obra de Adolfo G. Posada (Guia para e/ estudio y apiicacién def derecho consiitucional de Europa y América, Libreria de Victoriano Suarez, Madrid, 1894), que comprende textos constitucionales, comentarios y valiosas referencias bibliograficas. Sin embargo, e| maestro espariol no roza los temas que son él objetivo de este articulo, sin contar, por cierto, su inactualidad, como consecusncia natural del paso de los afios. 26 (COMO ESTUDIAR DERECHIO CONSTITUCIONAL Apéndice: Una década ins tarde Hace més de diez afios escribf y publiqué este ensayo sobre c6mo estu- diar Derecho Constitucional. Fue hecho en parte para ordenarme yo mismo en algunas ideas, y para que sisviera de orientaciOn a aquellos que pensaban introducirse en el Derecho Constitucional. Fue pensado fundamentalmente para alumnos, pero también para egresados, profesionales ¢ interesados en la problematica. Lo hice cambién preocupado por la forma como muchos, en forma bastante desembozada, hablaban sin la menor base sobre Derecho Constitucional, pensando que con una simple lectura de la Constitucién se tenfa autoridad suficiente para hablar sobre estos temas. Recuerdo que en alguna oportunidad el egregio Carnclutti llamé la atencién sobre el hecho de que si bien es cierto que el Derecho Procesal Civil se condensa en el respecti- vo Cédigo Procesal, uno es diferente del otro, Tan sabio consejo lo seguian Jos civilistas, los procesatistas, los penalistas, mas no los que fungian de constitucionalistas. Esto por cierto tenfa su explicacidn, pero ello no impedia dejar anotado el hecho y sobre todo, los peligros que encerraba. Adem4s no existia, por lo menos hasta donde alcanzaban mis informaciones, nada pare- cido que tuviese ese enfoque y tales dimensiones. Mientras tanto, mi texto ha alcanzado ya sus aiios y ha tenido cierta difusién, Pero lo importante para mf es que este breve articulo ha tenido mas éxito del que esperaba, No sélo se ha reproducido abundantemente con el sistema de la fotocopiadora, sino que ha tenido varias ediciones; una de ellas en forma de folleto impreso, auspiciada por jévenes profesores sanmarquinos (Ediciones Juridicas, Lima 1994). Esto es lo que me ha Hlevado a leerlo nue- vamente, diez aiios mas tarde, y a escribir estas Iineas a distancia. bie La primera observacién que cabe hacer, pasadas estos diez afios, es que la crisis por la que el pafs atravesaba, contintia. Es cierto que a partir de 1990 se ha hecho un esfuerzo serio para dominar la inflacién y para combatir all terrorismo, nuestros dos grandes Magelos. En tal sentido, se ha vuelto a la estabilidad econdmica y al movimiento empresarial y financiero en forma or- denada. Igualmente, hay tranquilidad interna y se nota mayor orden y paz en las ciudades. Hoy ea dia, Ia experiencia del gobierno aprista (1985-1990) pa- rece una pesadilla muy lejana, y existen buenas scfiales de que las cosas irdn 27 Dominco Gaacta BeLauNps —————— para mejor. Mas esto no es suficiente, pues sigue la recesi6n, la desocupacién y los bajos ingresos. Pero al darse los pasos para superar la crisis, han renacido las esperanzas, lo que decididamente es positivo. th Un hecho saltante de los tiltimos afios es, sin lugar a dudas, la cafda del muro de Berlin en 1989, y finalmente, el derrumbe de Ja URSS, en 1991. Nunca nadie pensé que esto sucederfa y menos atin que fuese tan répido. Ni siquiera los ms agudos analistas del fenémeno ruso, dispersados entre los Estados Unidos y la Europa occidental, previeran el colapso soviético. Fue, si se quiere, un hecho inesperado. Nadie pens6 que la perestroika iniciada por Gorbachov diese resultados, y que éstos fuesen tan rapidos y ademés, tan ful- minantes. Por cierto, queda todavia el experimento bastante curioso de la Re- publica Popular China, mezcla de liberalismo econémico con dictadura co- munista. Pero se trata de algo supérstite (como es cl caso de Cuba), que ya no tiene ni futuro ni menos ain el valor paradigmatico, casi modélico, que tavo Ja URSS durante toda su historia. Al caer la URSS, han caido muchas cosas. En primer lugar, toda ta propaganda empalagosa que tenfa montada el aparato soviético en el exterior, destinada a captar adeptos y a estigmatizar a los adversarios. El comunismo, fiel heredero de Marx en este punto, se especializé en el arte de la propaganda {cuyo artista genial fae Goebbels), y en la técnica del ataque consistente no en pulverizar la cesis opuesta, sino en denostar al oponente. Los comunistas, tanto los de dentro como los de fuera, vivieron en y para el insulto. Con esto logra- ron chantajear a mucha gente de buena fe, en nombre de nobles ideales o de reivindicaciones justas. Para el intelectual honesto, fue ademds un serio pro- blema que haba que analizar, mas atin cuando en cl caso del Derecho Cons- titucional era la URSS, como nadie fo ponia en cuestidn, uno de los modelos constitucionales que habfa que tener en cuenta (si bien nada original, pues descendia de esquemas creados al compas de la Revolucién francesa). Pero este modelo constitucional, estudiado por todos los comparatistas, no existe més. Por tanto, salvo razones hist6ricas, no tiene sentido estudiarlo ni consi- derarlo en los andlisis globales. Peor atin, si se constata que el fenédmeno co- munista, cn cuanto sistema politico, ha tenida muy corta duraci6n: en rigor desde 1918 (fecha de su primera Constitucién), hasta su cafda en 1991; es decir, setenta y tres afios; inferior a las grandes dinastias despéticas de Orien- te, € incluso de algunos imperios de Ja antigtiedad. Por cierto, el discurrir apresurado de nuestro siglo ha contribuido a erosionarlo més rapido de lo que 28 COMO ESTUDIAR DeREcHO CONSTITUCIONAL, se pensé, y es probable que en otras épocas hubiera demorado mas en desplo- marse. ‘Tan pronto el sistema empezé a desmoronarse, incluyendo aqui a las llamadas democracias populares del Este, se sucedié una literatura de vértigo tratando de explicar lo ocurrido, y sobre todo, lo que quedaba de ello. En este momento, recuerdo los ensayos de Ralf Dahrendorf (Reflexiones sobre la revo- ducién en Enropa), Maurice Duverger (La tortuga liberal y la liebre ewiopea) y Giovanni Sartori (La democracia después del comunismo). Esto, conjuntamen- te con las predicciones triunialistas de Fukuyama, ha llevado a diversas accio- nes que no se sabe si tendran asidero en el futuro. Es evidente que del constitucionalismo soviético no quedara nada, pues el mismo Occidente que Jo cred, lo habia dejado atrés hacfa tiempo. Pero en fo concerniente a puntos muy concretos, como por ejemplo, la importancia dada a fos derechos econ- micos y sociales, la viltima palabra no esta dada todavia, El comunismo, como aplicacién practica de una doctrina, el marxismo, ha demostrado su fracaso. Pero como expresién tedrica, como descubridora de muchas verdades, como reflejo de muchas aspiraciones, su futuro es incierto, Atin més; de los proble- mas que el marxismo dejé en herencia, no todos han sido resueltos, y no se sabe silo serain por las democracias occidentales, En todo caso, un liberalismo nuevo y en cierto sentido distinto del clasico, ha tomado asiento en todas nues- tras latitudes, con fervor inusitado, sin saberse hasta ahora si dard sus frutos de la manera como se presenta (lobbys, alta tecnologia, rol del Estado, comer cio a escala mundial, etc.) Por tanto, si bien superado como modelo, algunas de sus verdades siguen sobre el tapete, y esto es lo que el pensamiento tendré que ir matizando y filtrando en ei futuro. Aquf nos limitamos, por falta de espacio y sobre todo por falta de perspectiva, a dejar apuntada esta inquietud. Iv Aspecto importante en nuestra realidad, es la que ha surgido del golpe de Estado de 1992 y de la subsiguiente Constitucién de 1993, actualmente vigente. Como sucedié en otras épocas, aun cuando con matices de diferen- cia, el presidente Fujimori dio un golpe de Estado tan slo para afianzarse en el poder y ejercerlo sin trabas. La posicrior Constitucién sélo fue un justifica- tivo de su accionar, y si bien tiene aspectos muy puntuales montados especial- mente para él (como, por ejemplo, el aumento de sus poderes y la reeleccién inmediata), la nueva Carta, gracias a la critica e iniciativas de la oposicién, recoge gran parte de los postulados de la de 1979, si bien con un espiritu distinto en lo econémico, pero que puede servir como instrumento democré- 29 ~ Domtco Garcia BELAUNor tico de gobierno, si es que se dan otras condiciones. Si bien es mala la prictica de cambiar de Constitucién con tanta frecuencia, mas atin cuando la de 1993 se parece tanto a la de 1979, no se sabe qué pasard con la nueva Constitucién y cual sea su destino. Unida en su nacimiento al designio de un hombre, es probable que siga su suerte, si bien esto sélo lo decidird ef futuro (para un andlisis de fos tiltimos afios, cE César Arias Quincot, La modernizactén autori- taria). Pero lo anterior no ha afectado nuestra actividad constitucional, Por lo contrario, ha continuado con inusitado fervor la vida académica en todos los aspectos (publicaciones, congresas, cdtedras, etc.), a lo que se agrega la reali- zacién de cuatro congresos nacionales de Derecho Constitucional, ef primero en 1987 y cl tiltimo en 1993, asi como la reciente creacién de la Asociacién Peruana de Derecho Constitucional, destinada a unir, a nivel nacional, a to- dos los cultores de nuestra disciplina, en especial, a los que se dedican a la docencia universitaria en forma seria y continuada’, En cuanto al panorama bibliogréfico reciente, Ja mejor y mas completa edicién documental es, hasta ahora, la de Domingo Garcia Belaunde y Fran- cisco Fernandez Segado, La Constiticién peruana de 1993 (Grijley, Lima 1993), con rextos y comentarios, Un gran panorama, con anilisis puntuales, puede verse en el colectivo editado por la Comisién Andina de Juristas: La Constitu- ciéin de 1993. Andlisis y comentarios (Lima 1993), Existen, por cierto, cantidad de ensayos sobre temas especificos, que pueden ser de interés para el especia- lista. Desde un punto de vista de andlisis politico global, encontramos suges- tivo el libro de Pedro Planas, La Repsiblica Autocrética (utilizando esta catego- ria politica a partir de Legufa, demuestra como ha continuado rondando nues- tro entorno institucional). Como panorama hist6rico, breve pero serio, esté La Reptiblica de Franklin Pease G. Y, publicado como tercer tomo de Pent, hombre e historia, editado por EDUBANCO, 6 Probjema interesante es la aparicién (a partir de 1980) de nuevas homadas da estudiosos, que han producido una muy seria y copiosa literatura especializads en temas constituciona- les, A ella me refiero en forma genérica en mi ensayo Sobre ef movimiento constitucional peruano. 30 —— Como estiroiag Dexecno consrrructona ———————— Vv Desde el punto de vista de la doctrina general, ha continuado la pro- duccién bibliografica en todos los campos (parte de ella traducida al castella- no), més atin, cuando ha habido cambios normativos de importancia. En América Latina, existen muchas novedades, en especial en paises con una nueva Constitucién, como es el caso del Brasil (1988), de Colombia (1991), del Paraguay (1992), asf como algunas reformas importantes (en Chile, Boli- via y en México), donde a més sugestiva es la Hevada a cabo en la Argentina en 1994. Tode esto ha sido acompariado por numerosas publicaciones en sus respectivos patses. En la bibliografia general, si bien hay muchas novedades (por ejemplo, los Elementos de Derecho Constitucional de Néstor P. Sagités, y a nivel politol6gico, el importante libro de Robert Dahl, La democracia y sus eriticos), creo que los aspectos bibliograficos centrales mencionados en 1985, se man- tienen, Habria que destacar tinicamente que, aparte de las producciones mo- numentales de Linares Quintana y Bidart Campos en la Argentina, hay que tener presente las de} profesor brasilefio Pinto Ferreira, casi desconocida entre nosotros y sin traducir, pero de muy alto nivel (su Gtima obra importante s Comentarios & Constituigéo brasileira, 7 vols., 1989-1995). VI Como se recordaré, mi ensayo de 1985 trafa una lista de lo que conside- raba eran las obras mas importantes en materia constitucional en este siglo. Lista, por cierto, que podria discutirse, y a !a que quizé podrian afiadirse 0 quitarse algunos nombres. Pero esta relacionado con el siglo XX. Mas el constitucionalismo, en rigor, se inicia en el siglo XVIII, si bien es cierto que a fines de él. En sus inicios hubo gente de talento qué volcéd sus esfucrzos en la construccién del muevo orden; no tanto en el nivel tedrico sino en construc- ciones politicas y en la accién. Por eso es importante tener presente a quienes, en el siglo XIX, han escrito obras clasicas, pues son fas que han puesto las bases de nuestra disciplina, Fue asi que empecé a armar una lista de no mas, de dicz obras importantes en el siglo pasado, pero de inmediato me tropecé con un dato incontestable: la presencia de muchos autores que estaban a ca- balto entre Ia politica o la historia y el Derecho Constitucional, como era el caso ejemplar de Tocqueville. A fin de tener una mejor perspectiva sobre esto, Jo conversé con profesores extranjeros amigos mios, y tuve un fluide inter- cambio epistolar con Pablo Lucas Murillo de la Cueva, quien me hizo intere- santes atingencias sobre el particular. Pero, acicateado por la curiosidad, le 34 ——— Doauxco Gaxcia BeLausok —————— pedi a Lucas Murillo que pidiese a su padre, Pablo Lucas Verdi, me hiciese llegar, en su momento, una lista no mayor de diez libros que él considerase imporantes en el constitucionalismo del siglo XIX. Con Ja gencrosidad de maestro que lo caracteriza, Lucas Verdti me hizo llegar esa lista, que aqui reproduzco como complemento de la que yo realicé, y es la siguiente: 1) Antonio Alcala Galiano Veinte lecciones de Derecho Politico Constitucional explicadas en el Ateneo de Madrid, Boix, Madrid, 1843 (hay ceedicién del Centro de Estudios Constitucionales de Madrid). 2) Juan Donoso Cortés Lecciones de Derecho Politico pronunciadas en el Ateneo de Madrid por J.D. C. (1836-1837), en Obvas Completas, B.A.C., Madrid, 1946, tomo 1 (hay reedicién del Centro de Estudios Constitucionales de Madrid). 3) J.C, Bluntschli Derecho Ptiblico Universal, Géngora y Cia. Editora, Madrid, 1880, 4 tomos. 4) Albert Haenei Deutsche Staatsrecht, Verlag von Duncher, Leipzig, 1892. 5) Paul Laband Le droit public de t’Empire allemand, trad. francesa, V. Giard, Briere, Paris, 1900-1904, 4 vols. La primera edicién en alemén es de 1876; la tercera, de 1895, es la que s¢ tradujo al francés. 6) Attilio Brunialti I Diritto Costituzionale e la politica nelle istituzioni, UTET, Torino, 1896, 2 vols. 7) Vittorio Enmanuelle Orlando Principti di Diritto Costituzionale, 3." ed., Firenze, 1913. 8) Pellegrino Rossi Cours de Droit Constitutionnel, Paris, 1843. 9) James Bryce La reptiblica norteamericana, La Espana Moderna, Madrid, 1902 c., 2 vols. 32 — —— — Cano esruntan Denectto consrrrucional, 10) A.V. Dicey Introduction to the law of the Constitution, London, 1908 (hay tra- ducciém francesa: Paris, 1902). 11) Walter Bagehot The English Constitution (itay traduccién francesa y castellana). De esta lista, en mi personal opiniéa, reduciria los nombres expaiioles de dos a uno, y quiz4 prescindiefa de Bluntschli. ¥ fo que se advierte de ante- mano, y que es aplicable también a la lista que elaboré en relacién con el siglo XX, es la ausencia de juristas norteamericanos, que los hay y muy buenos. En el siglo XIX, creo que son importantes foseph Story, Commentaries on the Constitution of the United States (1833), y ‘Thomas Cooley, A Treatise on the Constitutional limitations (1868), que son dos clasicos. Del siglo XX, habria gue considerar a Edward §. Corwin, de quien tentativamente prefiero, mas que sus libros, algunos de sus ensayos (por ejemplo, el dedicado al control constitucional, ¢ sobre fa Higher Law ... ). Hasta donde estoy informado, de esto no hay traduccién al castellano, salvo de ia abreviatura de Story, hecha por él mismo y waducida y publicada en Buenos Aires a fines del siglo pasado. Y, por ciesto, de numerosos libros de Corwin, Quizé los autores norteameri- canos mencionados sirvan mis para sus esquemas que para los nuestros. Pero avin asf hay que considerarlos, pues dentro de esas obras, a veces desiguales, encontramos aportaciones interesantes, VII Estas lineas, como queda dicho, son tan s6lo comentarios de actualiza- cidn en forma de notas sueltas y dentro de los limites que me impuse en mi toxto primigenio. Pero, salvando los detalles que nunca faltan, creo que lo expresado en 1985 sobre lo que es cl Derecho Constitucional, cémo estudiar- lo y cémo investigarlo, sigue en pie. Por cierto, hoy lo habrfa escrito y presen- tado de manera distinta, pero no hubiera cambiado lo que en sustancia sefialé en aquella oportunidad. Lima, noviembre de 1995. 3 — Dominco Garcia BetauNne —————— Post scriptum Nunca hubiera pensado en el éxito que tuvo mi breve ensayo de 1985, titulado Camo estudiar Derecho Constitucional, que lo escribs para ordenar mis propias ideas, consultando a distinguidos profesores y amigos extranjeros, y que destiné a mis futuros colegas que quisieran incursionar en el complicado tema del Derecho Constitucional, tan trajinado en aquellos dias y en los nues- tros, Todo eso motivé su publicacidn en un pequerio folleto en 1994, que se agoté prontamente, y su nueva edicién en 1995, (Derecho-PUC, nim. 49) con un apéndice de actualizacién y complemento, que también ha tenido una amplia acogida, En fin, lo cierto es que lo que tenfa que decir sobre el tema, ya estd dicho, y no erco que tenga sentido alargar por gusto un texto con fraseos innecesarios. Al contrario, amante como soy de las cosas breves y bien dichas, no creo que sea dable reescribirlo para decir lo mismo. Por eso, creo que lo mejor es reeditarlo tal cual, lo que debo agradecer muy de veras a mi viejo amigo y colaborador José F. Palomino Manchego, que con ¢f entusias- mo y la dedicacién que lo caracterizan, se ha echado sobre sus hombros la pesada tarea de hacer una nueva edicidn de este folleto, para el que me pide estas Iineas que con gusto escribo. Leyendo de corrido mi texto, advierto que en realidad, en lo basico, !a situaci6n sigue igual. Los grandes maestros del siglo XX, y también los del siglo XIX, ahf sefialados, son los mismos, y mAs aun ahora, que el siglo termi- na. Lo que sf es de extrafiar, es que ya no se traduzcan tantos manuales generales como se hacia antes, sobre todo en Espafia, si bien es cierto que hay algunos recientes y muy buenos, que han enido gran acogida (coma la Teoria general del Estado de Zippelius, a cargo de la Editorial Porria). Mas bien, tanto en Espaiia, como en la Argentina, y por cierto, en el Brasil, existen gran cantidad de manuales, pero centrados en sus respectivos pafses, esto es, textos sobre Merecho Constitucional positivo y no propiamente sobre Derecho Cons- titucional general. Y esto sucede pues, en realidad, a nivel tedrico, es poco lo que se puede decir, y mas bien, son los cambios en la dogmatica lo que mas se aprecia, y por ende, se le destinan textos para mejor entenderla. 34 —— COMO ESTUDIAR DeRECHo CoNsTETUStoNAL ——~ ————— Sin embargo, no debemos dejar de Hamar la atencién que en estos aiios hemos tenido dos constituciones, la de 1979 y la vigente de 1993, y conviene anotar los manuales recientes que existen con relacion a la segunda de cllas, pues la primera ya no esté en vigor y sobre su contenido ya nos hemos referi- do. Y son sobre todo, el de Earique Bernales B, en colaboracién con Alberto Otrola, La Constitucién de 1993, Ediciones Constitucién y Sociedad, Sta. edi- cién, Lima 1999; Victor Garcfa ‘oma, Andlisis sistemdtico de la Constitucién Politica de 1993, Fondo de desarrollo editorial de la Universidad de Lima, 2 tomos, Lima, 1998; y Marcial Rubio Correa, Estudio de la Constitucién Poltti- ca de 1993,Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catélica del Peri, 6 tomos, Lima 1999. A ello debe agregarse el Traiado de Derecho Constitucional de Alberto Borea Odria, en curso de publicacién (hasta ahora dos tomos, el primero publicado en 1994 y el segundo en 1999) Finalmente, destacar la muy completa edicidn de la Constitucién de 1993, publicada por la Editorial Grijley en 1999, asf como el Indice analitico de la Constitucién Politica de 1993, Trujillo 1997, a cargo de Gerardo Exo Cruz Lima, novienbre de 1999. Revisado en junio de 2000. 35 BIBLIOGRAFIA DE DOMINGO GARCIA BELAUNDE JOSE F. PALOMINO MANCHEGO La presente bibliografia se apoya en la publicada en el colectivo Jurisdiccion Militar y Constitucién en Iberoamérica: Libvo—Homenaje a Domingo Garcia Belaunde (Germén J. Bidart Campos-José F. Palomino Manchego, Coordinadores), Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (Seccién Peruana) Editorial Grijley, Lima, 1997, pp. 17-33. Hasta ese momento, la produccién bibliografica de-Garcia Belaunde comprendia desde 1964 hasta el mes de agosto de 1996. Como es natural, su permanente contacto con el quehacer académico ha dado nacimiento a nuevas publicaciones y distinciones. De ahi que hemos estimado conveniente —venciendo Ja resistencia de Garcia Belaunde- incluir al final del optisculo Como estudiar Derecho Constitucional (Una década mds tarde), una lista completa de sus trabajos cientificos que giran, por lo demés, en torno al Derecho Constitucional, Derecho Procesal Constitucional, Derecho Parlamentario, Derecho Electoral, Derecho Constitucional del Peré, Derecho Constitucional Comparado, Historia Constitucional, Ciencia Politica, Filosofia del Derecho y Teoria del Derecho. El grueso de fichas bibliograficas comprende hasta junio de 2000, inclusive: y hemos afiadido diez trabajos inéditos en curso de publicacién, entre los que mencionamos: “Bases para la historia constitucional del Pera”, “El Estado y el Misnicipio en el Pera”, “La Constitucién del Pera y la Convencién de! Mar”, “El dominio maritimo en la Constitucién de 1993” y “Los primeros escritos de José Leén Barandiardn: el aspecto constitucional”, 37 - Jost. F. Patomio Manetieco —-———— Demis esta decir que no se incluyen articulos periodisticos (cuyo contenido basico se encuentran dispersos en El Comercio, La Prensa, Expreso, La Reptiblica, y mas de pronto en Sintesis), notas de apoyo y/o a pie de pagina, ni mucho menos, resefias y comentarios bibliograficos de libros, aparecidos en revistas especializadas, tanto en Perd como en el extranjero. Un buen complemento orientador de la bibliografia (en realidad una bio-bibliografia) de Garcfa Belaunde vio la luz en su libro Derecho Procesal Constia:cional, Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (Seccin Peruana)~ Universidad César Vallejo, Frujillo, 1998. (Cf. el exhaustive Estudio preliminar de Gerardo Eto Cruz, pp. XV-LXXIV). a) Libros y folletos 1, Etconstituctonalismo peruano y sus problemas, Programa Académico de Derecho, Pontificia Universidad Catdlica del Pert, Lima 1970, tomo I; Suplemento al Tomo I, Lima 1971. 2. El Habeas Corpus interpretado, Lastituto de Investigaciones Juridi- cas, Pontificia Universidad Catdlica del Pera, Lima 1971. 3. La Justicia en los origenes de la filosofia del derecho, Sociedad Peruana de Filosofia, Lima 1975. 4. El Habeas Corpus en el Pert, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima 1979. 5. Constitucién y Politica, Biblioteca Peruana de Derecho Constitucio- nal, Ira. edicién, Lima 1981; 2da. edicidn, revisada y ampliada, EDDILI, Lima 1991 6. Conocimiento y Derecho, Pontificia Universidad Catética del Pert, Lima 1982. Mar y Consticucién, Universidad de Lima, Lima 98+; primera reimpresion, Lima 1987. 8. Una democracia en transicion (Las elecciones peruanas de 1985), tra. edicién, CAPEL, San José 1986; 2da. edicién ampliada, Okura edi- tores, Lima 1986. La primera edicién ha sido reproducida en «Sin- tesise, Revista documental de Ciencias Sociales, Madrid, ntimero 3, setiembre-diciembre de 1987. 9. Teorfa y préctica de la Constitucién peruana, EDDILI-Justo Valenzuela, 2 tomos, Lima 1989-1993. :L constitucionalismo peruano en Ja presente centuria, ‘Temas de Dere~ cho Puiblico N° 19, Universidad Externado de Colombia, Bogor 1990. 11. Esquema de la Constincidn peruana, Ediciones Justo Valenzuela, Lima 1992. ~ 38 ———— Js F. PaLomiso Mancuso: Demis est decir que no se incluyen articulos periodisticos (cuyo contenido bsico se encuentran dispersos en El Comercio, La Prensa, Expreso, La Repiiblica, y mas de pronto en Sintesis), notas de apoyo y/o a pie de pagina, ni mucho menos, resefias y comentarios bibliogrdficos de libros, aparecidos en sevistas especializadas, tanto en Per como en el extranjero Un buen compiemento orientador de la bibliografia (en realidad una bio-bibliografia) de Garcfa Belaunde vio la luz en su libro Derecho Procesad Constitucional, Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (Seccién Peruana)~ Universidad César Valicjo, Trujillo, 1998. (Cf el exhaustivo Estudio preliminar de Gerardo Eto Cruz, pp. XV-LXXIV). a) Libros y folletos El constitucionalismo peruano y sus problemas, Programa Académico de Derecho, Pontificia Universidad Catélica dei Perd, Lima 1970, tomo I; Suplemento al Tomo [, Lima i971 Fl Habeas Corpus interpretado, lastivuto de Investigaciones Jurtdi- cas, Pontificia Universidad Catélica del Peré, Lima 1971. La Justicia en los origenes de la filosofia del derecho, Sociedad Peruana de Filosofia, Lima 1975. El Habeas Corpus en el Perti, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima 1979. Constitucién y Politica, Biblioteca Peruana de Derecho Constitucio- nal, Ira, edicién, Lima 1981; 2da. edicién, revisada y ampliada, EDDILI, Lima 1991. Conocimiento y Derecho, Pontificia Universidad Catélica de! Peri, Lima 1982. Mar y Constitucién, Uni reimpresién, Lima 1987 sidad de Lima, Lima 1984; primera Una democracia en transicién (Las elecciones peruanas de 1985), \ra. edicién, CAPEL, San José 1986; 2da. edicién ampliada, Okura edi- tores, Lima 1986. La primera edicién ha sido reproducida en «Sin- tesis, Revista documental de Ciencias Sociales, Madrid, ntimero 3, setiembre-diciembre de 1987. Teorta y practica de la Constituci6n peruana, EDDILI-Justo Valenzucla, 2 tomos, Lima 1989-1993. El constitucionalismo peruano en la presente centuria, Temas de Dere- cho Pablico N° 19, Universidad Externado de Colombia, Bogoté 1990. Esquema de la Constitucién peruana, Ediciones Justo Valenzuela, Lima 1992. 38 —— Butiocuaria nk Doatnco Garcia Betauypk ——————— ——— 16. 17. 18. Las Constituciones del Perti, Edicién oficial, Ministerio de Justicia, Lima 1993 (con la colaboracién de Walter Gutiérrez C.) La Constitucién waicionada (con Pedro Planas), Seglusa Editores, Lima 1993. La Constitucién peruana de 1993 (con Francisco Fernandez Segado), Editorial Grijley, Lima 1994 Cémo estudiar Derecho Constitucional, Ediciones Juridicas, Lima 1994; 2da, edicién ampliada, Editorial Grijley, Lima 1999; 3ra. edi- cién revisada y corregida, Editorial Grijley, Lima 2000. La Constitucion en el péndlo, Editorial UNSA, Arequipa 1996. Derecho Procesal Constitucional, Universidad César Vallejo, Trujillo 1998. Segunda ediciéa corregida y aumentada, Editorial Temis, Bogota (en prensa) De la Jurisdiccién Constitucional al Derecho Procesal Constitucional, Editorial Grijley, Lima 2000. b) Prélogos, notas y articulos en libros y revistas (*) 1. Lo que la cultura debe ser «ademas en «Generacién» (6rgano de la Asociacién Artistica y Cultural Jueves), afio 1, ntimero 2, noviem- bre-diciembre de 1964. Presentacién (sin nombre) en «Thémis» (editada por los alumnos de Derecho de la Universidad Catélica), afio 1, nimero 1, octubre-di- ciembre de 1965. Nuestro nombre en «Thémis», afio 1, ntimero 1, octubre-diciembre de 1965. Invitaci6n a filosofar (Ira. parte) en «Generacién» afio 1, ntimero 3, enero-febrero 1965; la segunda parte en «Generacién» ao 2, mi- mero 4, julio-agosto 1966. Victor Andrés visto por su tiltimo secretario en «Oiga» nimero 205; 23 de diciembre de 1966, y en «Mercurio Peruano», némero 464, no- viembre-diciembre de 1966. Breve paralelo entre el Cédigo penal peruano de 1863 y el de 1924 en «

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