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LLUIS DUCH ‘Mito, interpretacién y cultura Aproximacion a la logomitica Traduccion: Francesca Babi i Poca Domingo Cfa Lamana 2a edicion, 2002 [1998] Herder Barcelona Primera parte: Mito y cultura [1995] 6. Los grandes temas en torno al mito (II) En este capftulo, tiltimo de la primera parte del presentea continuaremos con la exposicién de los temas que habfamos e do a desarrollar en el capitulo anterior. Nuestra intencién esl. ad cer los esquematismos mas habituales empleados en la intezpr de los universos miticos. La mayorfa de estos esquematismo una largufsima tradicion en la cultura occidental. Sin en acuerdo con los distintos contextos, interrogantes € intereses han producido en nuestro dmbito hist6rico-cultural, han 6.1. MITO y DEsMIT(OLOG)IZACION La desmitologizacién, sea cual sea la forma que haya adopt cada caso concreto, domina la totalidad de la historia del pensam occidental desde sus mismos origenes. En este contexto resulta ob do referirnos a ello aunque sea brevemente, porque ha sido unas tendencias predominantes de la modernidad ilustrada, y no 6 laci6n con la exégesis de la Biblia y de la teologia.! Se ha dicho qu desmitologizacién es la comodidad de la Ilustraci6n en relaci6s todo aquello que le es extrafo, con todo aquello que, esencialm no es capaz de descifrar? En el fondo, en cualquier programa de 1. Sobre el uso del concepto «mito en la cxégesis biblica de origen ilust se el estudio de HarTLic-Sacts, Der Unsprung des Mythoshegriffs in der mo bclwissenschafi, ya citado, passim. 2. F. VONESSEN, Mythos und Wahrheit. Bultmanns «Entmythologisier die Philosophie der Mythologie, Frankfurt a.M., Vittorio Klostermann, 1972,2.¥ 202 Los grandes temas en torno al mito (TI) acién se esconde la intencién de deshacerse de aquello que ula incomprensible, inquietante ¢ indominable en el marco de re- encia que hemos escogido. Brevemente: descamos salir del laberin- no aportando soluciones sino suprimigndolo, porque somos més 0 quier sentimiento humano verdadero (amor, alegria, esperan- , deseo, etc.) hay aspectos inexplicables, indominables, miticos. ido por los motivos que sea, se quiere hacer pasar por el cedazo de lusracién» estos sentimientos, cuando se les quiere desmitologi- partir de las exigencias de una «ration cualquicra, solemos quedar ramos frente a frente y sometidos al «terror de la historia», sin la da de ninguna palabra reconciliadora y pacificadora.* Es un hecho relaciones entre la religin, el mito y la ciencia fueron practica- suprimidas por la Iustraci6n, porque existia la plena convie- nie que el «espacio cientitico» (en el sentido del experimentum, de wificacién), junto al «espacio moral», aleanzaba la totalidad de lo ano y, asi, en consecuencia, no habia lugar para el mito. En cuan- seligién, en la medida en que se comportaba «miticamente», facselibro extraordinariamente Iiicido, muestra que hay desmitologizaci6n siem- sea cual sea la perspectiva adoptada, interpretamos alguna cosa (cf. id., 4-6). , Laimagen de las sucesivas capas de cebolla, que se desprenden una a continua- id laotra hasta que no queda nada, es un buen ejemplo de la nada» a la que con- alalarga ola corea, los intentos desmitificadores. LCE EMADE, Fl mito del eterno retorno, passim. Sobre la interpretacién de la ex- fn eliadeana « terror de la historia», cf. Duct, Mircea Eliade, ya citado, passim. 203 Mito y cultura también debia ser erradicada. Solamente era tolerable una «tcligi6n natural») que hubicra pasado previamente por la ci ratio. Por regla general, los ilustrados eran 0 demasiado ingeauo masiado optimistas para captar que toda ratio siempre es,en Parte, una conservatio sui. Y que, ademés, no le es posible al ser no a causa de su inherente finitud, pensar, actuary sentir sine Y los prejuicios, en diltimo término, no son otra cosa que unaé de «comportamientos mitolégicos», en cl sentido peyorativoq pleaban los ilustrados para referirse al mito? 6.1.1. La discusion en torno ala obra de Rudolf Bultmann Los origenes de la discusién actual sobre Ia desmitolo la religi6n cristiana se iniciaron en 1941, afioen que Rudolf Bult «el colega protestante de Hesfodo» como lo llama Marcel Det en un pequefio escrito (Newes Testament und Mythologie), que: famoso sobre todo al finalizar la segunda guerra mundial, de que la «imagen mitica del mundo» habia sido liquidada porla y la técnica modernas.’ El exégeta afirmaba categéricamente q 5. Honxo, «The Problem of Defining Myth»: Dunne, Sccred Naratng do, 42-44, distinguc tres clases de desmitologizacién: a) terminolégica: ee dela palabra «mito», pero sc mantiene como sea, su contenido; b) ftay ria: se rchtisa completamente la tradicién mitica, porque los «tiempos modi tienen ninguna necesidad de ella; ©) parcial e interpretadora: no hay raz0nesp en los mitos. Solamente pueden ser fitiles desde una perspectva literaria. a Bultmann en esta dltima posicién. 6. VONESSEN, mana posee una suprema fealdad. Sin embargo be fealdad de una palabra ~contintia Vonessen— le confieren el sentido (o a tido) con que se la emplea. Se debe advertir que el escrito programatico deB inicialmente, fue una conferencia que, por dos veces (21. IV. 1941 [Fr 4.VL1941 [Alpirsbach]), pronunci6 frente a un grupo de pastores de ae sante>, 7. R-BULTMANN, Newes Testament und Mythologie. Das Problem det En gisterung der ncutestamentlichen Verkiindigung. Nachdruck der 194] ent Fassung, Edieién de E. Jiingel, Miinchen, Chr. Kaiser, 1985. Es un comp este estudio inicial : R. BULTMANN, (OTTO, Mythos und Welt, ya citado, 257). 62. Véase GrakveNtr2, Myshos, ya citado, VI. 63, FUHRMANN (€d.), Terror und Spiel, ya citado, El grupo Poetik und neutik» desarrolla una labor realmente encomiable en todo aquello que see interpretacién de textos literarios, antiguos y modernos, 216 Los grandes temas en torno al mito (IT) fel ha iniciado una rehabilitacién del mito que contiene algu- ctos muy interesantes, recuperando algunas ideas que ya ha- ido expuestas por Ernst Cassirer en los aftos veinte.® El sexto gitso curopco de tcologfa, celebrado en Viena cn 1987, tavo como # gencral «Mythos und Rationalitio.. Se podrian aducir otros iio muy intensamente del tema durante estos tiltimos afios. er0s0s congresos realizados sobre Hilderlin, Trakl o Rilke, imposio que organiz6 en 1986 cl «Gocthe-Institut» de Turin sobre eatura y mito», o el congreso que tuvo lugar en Tiibingen (1984) : Pensiero mitico, metafisica, anali- fepeiencs, Brescia, Morcelliana, 1968, 122). ct donc le temps of i n’est pas reconnu comme tel Mito y cultura por medio de un conocimiento aprioristico».® De ahi que, ah mo y sin la intervencién de los viejos prejuicios de raizilust mos plantearnos la cuestién normativa: «/Qué funcién pu han de tener las representaciones miticas en nuestro pensami Porque no se debe olvidar que, al igual que la historia 0 mito tambign es «una elaboracién (Bearbeitung) de la térico y sistemético esto es muy comprensible porque ¢ posicién frente al pensamiento mitico, la filosoffa consegui concepto de forma rigurosa y obtendré clara conciencia d si6n».” Hace ya algunos afios, Ernst Benz afirmaba: «El mit 68. Poses, -Einleitende Uberlegungen zum Verhiltnis von Philo Mythos», ya citado, VI-VIL. En otro apartado, este mismo autor remarca que actual por el mito proviene de que «reconocemos en el mundo la orientacién con sentido que conduzca a Is accién y, Facticamente, la dama puesta en toda accién, aunque no consigamos fundamentarla con los medi z6n cientffica» (Pose, «Mythologie als Logomythie», ya citado, 168;ef-id afio 1938, Roger Caillois ya decia que cl hombre moderno, incluso en eda mente racional, habia sucumbido frente a las exigencias ciegas de siempre se caracterizan por un exelusivismo metadol6gica ¢ idcolégico decs talitario (cf. CAILLOIS, El mito y ef hombre, ya citado, 198-201). 69. Poser, «Einleitende Uberlegungen», ya citado, V. De acuerdo conl de KOCKELMANS, a, 77, ala actitud cientifica ha de dejar lugar a los mitos la religin [...], porque las ciencias empfricas jamds podrin sustituira los m Ja forma mitica de comprender, que se encuentra en la base de cualquice mi misma, una parte irrenunciable de la misma actitud cientifica». 70. BLUMENBERG, Arbeit am Mythos, ya citado, 56, destaca que «! mito y raz6n es un invento tardfo y nocivo |... porque renuncia a consid cién del mito cn la superacién de aquella arcaica extrafieza del mundo coma peraci6n racional, por més indigentes que se hayan podido mostrar p sus medios». MFSLIN, 0c, 232, pone de manifiesto que el mito penenecealse la afectividad y de la voluntad, es decir, se refiere sobre todo a la capacidad pm ‘va del ser humano en el conjunto de la realidad. Creemos que con estas reintroduce, un poco de soslayo, el peligroso pensamiento evolucionista ye lista», que él atribuye casi en exclusiva alos Segin la opinién de Hans Poser y desde una perspectiva filoséfica, «tualidad del mito se debe al hecho de que se desean recuperar, mas «la via de substitucién que por la de la complementariedad, las fun- que se atribuyen al mito. Para orientar esta labor, se exige , ya citado, 169). 90. HEINRICH,o.c, 8. Los grandes temas en torno al mito (II) oesel de su existencia, sino «el de su separacién dela razénm,2! ya que cstonces, con esta separaci6n, la razn (como una especie de isla pe- ia desconectada del flujo vital) ya no se halla en condiciones de ibir por qué mar de esperanzas, de descos y de inquictudes se en- sea menudo se convierte, mediante su (ab) uso bastardo, en una fuer- 2negativa que ocasiona alos demas el mas destructor y perverso de los "La aproximacién positiva (por parte de la filosoffa) a las narra- Desde una perspectiva psicologizante, que no es la nuestra, Joseph poell es del parecer que los mitos son existencialmente necesarios clser humano, porque «son pistas de las potencialidades espiritua- dela vida humana [...] que nos ayudan a poner nuestra mente en acto con la experiencia del estar vivo». Los mitos, con palabras de + Caillois, que intenté hacer diversas inmersiones en las profundi- cs psicoldgicas» que permiten el conocimiento de «las determina- inconscientes de la afectividad humana». Asi, y como quicren jtund der rationale Umgang mit dem Mythos», ya citado, $1. CE FUCHS, «Dic mythisch-religidse Dimension religiser Geschichten», ya ci- 16. Un ejemplo muy claro de la perversin del mito, lo proporciona la manipu- elas mitologfas nérdicas hecha por el nacionalsocialismo. CE Rocke atans, 0. 80. J.Cawreett, El poder del mito, Barcelona, Emecé, 1991, 31sef. id., 54-55. Creo importante Is afirmacién de este autor, segtin la cual «la mitologia es el estudio dh gan historia Gnica de la humanidad. [Esta historia] narra que procedemos de un tinico del ser como manifestaciones en cl campo del tiempo» (id., 91). H CalLtois, El mito y ef hombre, ya citado, 34, 35; 1b, , la cual tuvo como consecuencia algunas transformaciones filo- 100. BURKERT, «Mythisches Denken», ya citado, 16. Burkert sefiala que los estu- simés influyentes que se han realizado sobre el mito en este siglo no provienen del io griego. Indica como autores més importantes a Franz Boas, Bronislaw Mali- iy Claude Lévi-Strauss. 101. Gretscu, «Versions du Mythe», ya citado, 97. 102. Véase GREISCH, 0.0., 98-99. Mito y cultura légicas del mismo concepto.!" El mito, como hemos destacado enote pasaje, siempre es un mito ya interpretado pero conviene recordar, obstante, que cualquicr interpretacién y no exclusivamente la dd cién y la interpretacién de los mitos, de acuerdo con las premisas y pre juicios de las diversas escuelas ¢ hipétesis, siempre sc hallan sujetosal idea de una diferencia o de una distancia entre el mito y la razén.!® En su interesante estudio, Joly distingue con mucha atencién tr clases de hermenéutica de los mitos (tres concepciones distintas deli filosoffa) que se han dado en el pensamiento occidental a partir del griegos, con las inevitables variaciones y modulaciones. 1. Hermenéutica de lo irracional.'® Esta hermenéutica establ una distancia infinita entre mito y logos. El mito, pues, no se puede; cluiren el campo cientifico: éticamente es escandaloso y cultu es inaceptable. Esta designaci6n del discurso mitico como escandala empezé con Jenéfanes y Heréclito; fue, de alguna forma, sistematiz do por Plat6n; continué en el cristianismo con el rechazo que éstehiz del helenismo como paganismo;!"” en el siglo XVUlI recobré vigor, ejemplo, por parte de Lafitau y Fontenelle; y finalmente, en el cuales vefan en el mito una «enfermedad del lenguaje») volvieron «escandalizarse» con los mitos.!°* q néutico acorta la distancia entre mythos y logos. El mito perten Ambito de lo precientifico o de lo prefiloséfico. En este modelo se he implicito que, histéricamente, hay una edad de la pre-razdn y unae 103. CE Joty, «Rationalitat im griechischen mythischen Denken 104. Joty,o., 71 105. Véase JOLY, o.c., 71-72. «Los mitos cambian su sentido y su funcién punto de vinta que, frente a ellos, adopta el pensamiento racional> (id.,89). 106. Cf. JoLy, a.c., 72-73. 107. Joly que, en el fondo, intenta establecer una tipologia, simplifica d las relaciones histdricas del cristianismo con el mito. a citado, 108. En un capitulo de la segunda parte de esta exposici6n nos referees ala ria de Friedrich Max Miller. 109. Cf. JOLY, 0.c., 73-74. 226 Los grandes temas en torno al mito (II) irazin. Segin Joly, posiblemente fac Aristoteles el introductor de Hermenéutica, ya que sometié la historia general del conocimien- 10. una filosoffa de esta historia, la cual era, al mismo tiem- egativa, progresiva y acumulativa. Durante los siglos XVII y XVII modelo se afianz6, y fue en el siglo XIX cuando adquirié su maximo pnismo). Antropélogos como Edward B. Tylor 0 Andrew helenistas como Gilbert Murray y B. M. Cornford, interpretaron ios dentro de las coordenadas de este tipo hermenéutico. Pero ien Lévy-Bruhl quien, desde una perspectiva sociolégica, vol- aengrandecer la distancia entre mito y raz6n legando a una com- isseparacién y oposicién entre lo pre-racional y lo racional, lo que, fn Joly, Ilev6 esta hermenéutica a «un callején sin salida para la para cl hombre y para la historia de una y otrov.!" A finales del pasado y en los primeros decenios del siglo xx, fireron sobre todo atrop6logos britdnicos y franceses los que mas decididamente to- uta de la afectividad sobre la racionalidad, de la magia sobre la téc- dele mistica sobre la teorfa. situan el mito en la ribrica de la racionalidad. El fundamento sblido de esta conviecidn no se basa simplemente en el hecho de cl mito tenga sentido, sino cn que sc tiene pleno convencimiento que, propiamente, el mito esta incluido en la categoria del sentido, es , depende en distintas proporciones, de la cultura, del espiritu y Henguajc. 0. JOLY, o.c., 73. Desde esta perspectiva, las obras més caracteristicas de L. AEBAUTE. son: Le surnaturel ef la nature dans la mentalité primitive (1931), Paris, 1963; La mitologéa primitiva [1935], Barcelona, Peninsula, 1978; L'anina primi {1927 Barcelona, Edicions 62, 1985. JIL Vease Joy, o.c., 74-76. Segiin PoseR, «Die Rationalitit der Mythologie», ya do, 122-126, que se muestra completamente de acuerdo con los andlisis de Joly, ener tipo de mitologfas tiene la virtud de subrayar al mismo ticmpo la estructura matva de los mitos y las funciones de los elementos fiundamentales de estas mismas 2a7 Mito y cultura Son muy diversas las escuelas y las posiciones ideolégicas que buyen un sentido al mito: el funcionalismo (Malinowski), el si ponderado e interpretado de formas distintas por los representan estas escuelas de pensamiento, ya que todas cllas poscen una comp sién diferente tanto del alcance de la razén come del /ugar desde do se ha de interrogar a la realidad, Pero lo que es comtin a todas el que consideran el mito positivamente, porque todas lo sittan c Ia raz6n; de hecho, lo consideran mediante formulaciones bas ferentes, como una produccién de sentido. Este modelo hermenéutico, de acuerdo con la opinién de Joly, plica que «la racionalidad sc halla inscrita dos veces en el mythos do lugar, en la ciencia de estas reglas»."3 Mito y mitologia son prod humanos, son racionales, descubren algunas de las relaciones d humano con la realidad. As{, Henri Joly confirma una de las in te los diltimos aftos: no hay una sola forma de razén y de racion sino diversas, porque diversas son las formas concretas de relacion del espfritu humano con el mundo que le rodea.!"* 6.2.2. Mito, filosofia y orientacidn hacia el futuro En su aproximaci6n al mito, cl filésofo Klaus Heinrich hap todo el acento en la funci6n genealégica que, segin su parecer, le cabo las narraciones miticas. «La funcién de la gencalogia en el consiste en transmitir el poder de los origenes sagrados a todo aqua que desciende de ellos, que de ellos se deriva!!° No sdlo referirse 112. Las caracteristicas més relevantes de estas interpretaciones del mito ser puestas en capitulos posteriores de la segunda parte, 113. Joty,o.c., 76. 114, Véase JOLY, 0.2, 69. 115. Hennict, Vernunfi und Mythos, ya citado, 12. Véase también eneste: KOCKELMANS,0.c,, 78. 228 Los grandes temas en torno al mito (II) ci6n, sino, principalmente, captar la presencia del pasado en el nte: éste es el quid de la funcién genealdgica del mito. Por eso Heinrich puede escribir que «la funcién de la genealogfa en el los orfgenes. Sélo hay mito donde el acontecimiento original no ningtin lugar en la historia habitual>."”” “Heinrich pone de manifiesto que la Iejania de los origenes, el ha- se de afirmar uno mismo sin poder recurrir a ningin modelo origi- I.csla fuente de la profunda angustia del hombre de todos los tiem- La gencalogfa mitica posee la capacidad de construir un puente lvador entre los orfgenes perdidos (u olvidados) y el momento pre- siempre rodeado de conflictos, siempre amenazado por la ano- siempre ambiguo cn sts dimensiones espacio-temporales. Por califica la genealogfa instituida por los mitos de respuesta salvado- Respuesta salvadora porque, a través de! culto (principalmente forma de los rituales de iniciacién) y de la narracién, restablecen ntidad de los individuos y de las colectividades, cuando, por los os que sea, se encuentra en peligro de disolucin y de devenir ante"? La conelusién filoséfica a que llega Heinrich su aproxi- al mito es que siempre que se dala funcién genealdgica, inclu- yl todatsu Slogicaxeea convencionlinente ccosrada, o«se- en un initium incontrolable, salvador y gratificador que no es RI o demostrar, porque es epifiénicamente © Se debe afiadir atin que, en nuestros dias, el hombre modermo se ate fuertemente atraido por las formas de la experiencia mitica (el 16, Hensnic, oc, 12. TI7, KOcKELMANS, 0.c., 79, véase id. 85, 89-90. 118. Henaicet, oc. 13; id., 21. «Linterprétation positiviste dira que 'Islam igno- notion de progrés; mais, pour Ia conscience mythique, le progrés consiste a reve- zu Temps inaugural» (M. ARKOUN, cit. DuRaND, Science de l'homme et tradition, ya 100). N19. Hennice, o.c., 14-15. 10, Véase HEINRICH, oc, 21-22. IL. Cf Hetnicts, o.c.,22-24. 229 Mito y cultura

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