EL BILLETE ARRUGADO

Un orador inici su seminario mostrando al auditorio un billete de

$2000 pesos. Dirigindose a los 200 espectadores pregunt:
"Quin quiere este billete?". Muchas manos se levantaron.
Luego dijo: "Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero
permtanme hacerle esto...", y lo hizo bolita dejndolo todo
arrugado.
Entonces insisti: "Quin todava lo quiere?". Las manos
volvieron a subir. "Bien", dijo. "Y si le hago esto...?", y lo dej
caer al suelo y lo empez a hollar contra el piso con su zapato. Al
recogerlo lo mostr al auditorio. As, todo arrugado y sucio,
pregunt: "Y as, todava lo quieren?". Las manos se
mantuvieron arriba.
"Amigos, han aprendido una leccin muy valiosa: No importa
todo lo que le haya hecho al billete, ustedes de cualquier manera
lo quieren porque su valor no ha disminuido. Sigue valiendo los
mismos 2000 pesos. Muchas veces en nuestras vidas caemos,
nos arrugamos, o nos revolcamos y enlodamos en la tierra por
las decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos
rodean. Llegamos a sentir que no valemos nada. Pero no importa
lo que hayamos pasado o cunto pueda ocurrirnos, nunca
perdemos el valor que tenemos ante los ojos de Dios. Sucios o
limpios, abatidos o finamente alineados, para El somos
invaluables. El Salmo 17, verso 8, dice que Dios nos tiene "como
la nia de sus ojos".
Reflexin: El valor de nuestras vidas no procede de quines
somos o de lo que hacemos, sino de a QUIN pertenecemos.
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A TTULO DE PRSTAMO
Y dijo el Seor:

Te prestar por un tiempo unos padres, para que les ames

mientras vivan. Podrn ser 10, 20, 30 aos o ms, hasta que los
llame. Podrs cuidarlos? Quiero que aprendas a vivir con ellos,
les he buscado unos hijos y te he elegido a Ti. Crees
aprovechar lo que te enseen? No te ofrezco que se quedarn
contigo para siempre, slo te los presto, porque lo que va a la
tierra a m regresar. Ellos te darn ternura y te darn alegra por
tenerte. El da que les lame, no llorars ni me odiars por
regresarlos a m. Su ausencia corporal quedar compensada por
el amor y por los muchos y agradables recuerdos.
Ten presente que si algo te entristece, que si el golpe del dolor te
hiere algn da, tu pena es ma. Y as, con todo esto, tu luto ser
ms llevadero y habrs de decir con agradecida humildad:
Hgase Seor tu voluntad!
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