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Es el procedimiento que he seguido.

Cargu sobre mis espaldas la empresa de sojuzgar


a la ficcin dinero, y la llev a cabo enriquecindome. Lo logr. A costa de cierto
tiempo, porque la lucha ha sido grande; pero lo logr. Me abstengo de contarte mi vida
comercial y bancaria. En determinados aspectos resultara interesante; pero nos
saldramos del tema. Trabaj, luch, gan dinero; he ganado, en fin, mucho dinero. Sin
reparar en los medios confieso, amigo, que sin reparar en los medios y sirvindome de
todo: el acaparamiento, el sofisma financiero, la competencia desleal. Y por qu no?
Yo, que combata las ficciones sociales, inmorales y antinaturales por excelencia, iba a
preocuparme por los medios? Yo, que trabajaba por la libertad, iba a preocuparme por
las armas con que luchaba contra la tirana? El anarquista estpido que pone bombas y
pega tiros sabe muy bien que mata, a pesar de que entre sus doctrinas no est incluida la
pena de muerte. Ataca una inmoralidad con un crimen: cree que la destruccin de esa
inmoralidad vale un crimen. Es estpido en cuanto procedimiento, porque, como he
probado, es equivocado, y resulta contraproducente como procedimiento anarquista;
ahora bien, por lo que respecta a la moral del procedimiento, es inteligente. Y dado que
mi procedimiento era el verdadero, he venido utilizando legtimamente, como
anarquista, todos los medios para enriquecer. Y hoy ya he realizado mi limitado sueo
de anarquista prctico y lcido. Soy libre. Hago lo que quiero; dentro, claro, de lo que
resulta posible hacer. Mi lema, como anarquista, era la libertad; pues tengo libertad, la
libertad que, por el momento, cabe tener en nuestra sociedad imperfecta. Quise combatir
las ficciones sociales; las he combatido y, lo que es ms, las he vencido.

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