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Ear Lc coco PALABRA JUS LA MEJOR LITERATURA CRISTIANA EN UNA SOLA PUBLICAC! eee Ze ey Ere ailee don de la ite Ensene la verdad... jcon su vida! Soc Woks (Roane necesita su mensaje 4 faclacny ’ por las pruebas! habra alguien que Sefior... j El amor: el sello La fuerza de EMelSloitI Ceol Pastor. SUMARIO: Primeras palabras... El aprendizaje Por Javier A. Sottini prendizaje es do- ra: “Javier sos libre”. Como _creimiento, decidi escuchar. loroso. Los seres ustedes se imaginaran, eso La Palabra con la que el humanos nos resistimos a nunca pas6. Sefior me hablo aquella hacer las cosas de la mane- noche, fue una de las mas ra mas facil: "Si es sencillo Como segunda opcién pre- claras y directas que escu- no sirve", pensamos mu- tendia que el Sefor me ché en toda mi vida. Sélo chas veces. Recordemos lo hablase por medio de un faltaba que dijera mi nom- sucedido a Naamén. Para “gran siervo de Dios", un bre. curar su lepra habia via- anciano o un diacono, por jado muchos kilémetros y lo menos. Cuando predi- A los pocos dias, mi prueba cuando Eliseo le dijo que caba algun hermano que habia terminado simplemente debia sumer- -seguin mi criterio- no te- Tuve que sufrir durante Girse unas cuantasvecesen nia el nivel de santidad meses para aprender lo el Jordan, le parecié poca que yo pretendia, casi ni que ya sabia: el Sefior usa cosa. La solucién era facil, escuchaba. a quien quiere por amor a sencilla, sin aspavientos, Y el tiempo insistia con sus hijos. Todos somos he- por eso le parecié poca esamaniadenodetenerse rramientas en sus manos, cosa nunca. Y mi pena se ahon- herramientas diferentes, Y es que Dios le gus- daba,midolornomedeja- pero ninguna mejor que ta hacer las cosas simples, banidedianidenoche. otra, instrumentos Unicos somos nosotros los que las. Por ese entonces, habia en a disposicién de Dios. complicamos... y eso me mi iglesia un cooperador pasé a mi cuyo testimonio no era de Si hubiese prestado aten- lo mejor (luego le seria qui-_ cién, seguramente mi libe- Nadie conocia mi pesar. La tado el_ministerio). Cuando _racién hubiera sido mucho prueba ya tenia varios me- subié al pillpito para predi-_ mas temprana, pero com- sesyséloesperabaqueDios car, recuerdo que mi pen- _pliqué las cosas. Hice dificil me libertara de unamane- samiento fue: “Este esmas lo que para El es sumamen- ra “especial”. Viendolo con pecador que yo, hizo esto te sencillo. la perspectiva que da el y aquello otro. Imposible Algunas veces el aprendi- tiempo creo que deseaba que Dios lo use para liber- _zaje es doloroso... y no por- que Jesus mismo descien- tarme” que el Sefior asi lo quiera A Igunas veces el a- da de los cielos y me dije- A pesardemiprejuicio y des- Como un grano de mostaza El Maravilloso don dela fe?" FE ES LO QUEHIZO QUE UNA NINA LLEVARA PARAGUAS A UNA REUNION DE ORACION PARA PEDIR POR LLUVIA. LOS ADULTOS LLEVARON LENTES DE SOL. cosas: o es un don de ayudar. Masde una vez esa confianza “fe”. La fe de Dios, 0 un fru- he tratado de ejercer la fe, obra, mueve, opera y rea- to del Espiritu. De eso no y he luchado por obtener liza cosas seguin su medida puede haber la més leve la respuesta que deseaba yy su poder. Por supuesto, duda. Examine usted los para mi oracién; sélo para a cada uno se da la fe por corredores de la razon, e _hallar, ala luz de los even- la cual nos llamamos hijos inevitablemente llegaré a tos sucesivos, que fue mu- de Dios; y se nos da o se la misma respuesta Si es cho mejor que la oracién nos imparte la fe mediante verdad que la fe es “como no fuera respondida como la cual diariamente sabe- un grano de mostaza” que _yo lo habia deseado. mos que hemos pasado de contiene la dinamica que Esa es la razén por la cual muerte a vida. moveria montafias, ¢cree Dios da a cada hombre la _La fe se pesa en la balanza usted que Dios nos con- medida de fe que necesi- de Dios, asi como nosotros fiaria un arma tan poten- ta para andar en armonia_medimos las comodidades te como esa? Tenerla de con la voluntad divina, de la tierra. Mas de una otro modo, que no sea el Mas alld de ese punto, la vez, nuestro bendito Se- que Dios ha establecido, fe no le sera impartida. fior hablé acerca de una no sélo destruiria toda la Para mi, esta leccin es pequefia fe y de una gran administracién y el siste- tan bella que despierta un fe. El mencioné la fe dé- ma por el cual el cristiano canto de accién de gracias bil y la fe fuerte. Cuando puede andar en armonia y alabanzas al Sefior que noso-tros necesitamos la y comunién con Dios, sino amo y sirvo. Tal vez yo no fe como dono como fruto, que pondria en las manos entienda los propésitos de _nos es impartida por el Se- de personas débiles, como Dios, pero la confianza se fior, a fin de que se haga usted y yo, un instrumento _ sostiene cuando la fe noes _ la voluntad de Dios, y no la que podria ser usado para impartida: y me siento fe- nuestra sobre la tierra, y en nuestra destruccion liz con la conciencia de que nosotros, asi como se hace Con esto no quiero decir I esta obrando en mivida en el cielo. En munchas que usariamos la fe sélo para lo mejor. oportunidades nuestros para manifestaciones fisi- Debemos confiar en £] deseos son contranrios a la cas; sino que las reacciones cuando no podemos ver, voluntad de Dios. Muchas espirituales demostrarian y reposar en £1 cuando veces, por nuestra igno- ser una maldicién, y no no podamos comprender. rancia, hariamos aquello una bendicién, y los impe- Sin embargo, no cometa- que traeria tristeza en vez | a fe es una de dos dimentos crecerian en vez mos el error de llamar a de gozo. Si poseyéramos la fe para usarla en cualquier tiempo y todas las veces para producir nuestros propios deseos, se ve clara- mente que los resultados serian desastrosos. El propésito de ejercer algo que no poseemos, condu- ce al exceso en el reino de lo espiritual; y a menudo, elintento de usar la fe que no tenemos, nos extrae la poca confianza que tene- mos en Dios. Permitaseme ilustrar lo que quiero dar a entender cuando hablo de la fe im- partida. EL MAESTRO SABIA Hace algunos afios estaba yo realizando un culto en una iglesia presbiteriana Una tarde el Sefior nos di- rigid a tener un servicio de sanidad. El sitio se llend, y muchos se quedaron fue- ray en los salientes de las ventanas, mirando hacia adentro. Entre esa multi- tud de personas que esta- ba afuera habia un peque- fio muchacho invalido que caminaba con la ayuda de muletas. Mi corazén sufria por ese pequefiito, pues habia una mirada patética en sus ojos y mi coraz6n se sintié conmovido. En silencio elevé mi coraz6n al Sefior, y le pedi que me diera fe para la sanidad de ese muchachito. Luego, a través de la plataforma, se acercé una fila de nifios para que orara por ellos. La mayoria de ellos estaban acompafiados por sus pa- dres. Una nifiita estaba de pie frente a mi. La madre estaba llorando. Puse mis manos sobre su cabeza y oré. No sucedié nada; pero el espiritu del culto parecio cambiar. Habla una insensi- bilidad y una pesadumbre que caian sobre mi fuer temente, Ore de nuevo, y aquella sensacién parecio aumentar. Con perplejidad miré a la madre que llora- ba. Ella estaba sollozando Al fin exclamé casi histéri- camente: “ZPor qué Jesus no sana a mi nifia?” Yo la miré de cerca. Luego se desperté una sospecha en mi corazén. Precisa- mente en ese momento, el Sefior impartié el don del discernimiento a uno de los individuos que estaba a mi lado, quien le hizo a la mujer esta pregunta: “se ha metido usted alguna vez en el misticismo o en el ocultismo?" Ella confesé que si. Su pe- quefia hija no iba a la igle- sia. Ella misma no habia estado alli durante largos meses. Semana tras sema- na habia estado asistiendo a sesiones espiritistas. En- tonces comprendi por qué el Sefior habia retenido su bendicion y su fe, La ma- dre continuo clamando con agonia de alma: “El ha sa- nado a otros; por favor, pi- dale que sane ami nifiita” Le dije: “Hermana, gsabe usted algo acerca de la salvacion por medio de la sangre que Jesus derramé en el Calvario?” Ella dijo que en un tiem-po habia sabido algo, pero que habia venido una afliccién a su vida y, en vez de aferrarse un poco mas fuertemente a la mano di- vina, se habia apartado de Dios. En respuesta a la invi- tacion que le hice, ella di que le gustaria dar su cora- 26n a Cristo en ese mismo instante y en ese mismo lugar, y me pidié que orara por ella. Ella repitié las pa- labras de una oracién que yo hice, y luego yo termine con las siguientes palabras: “Confio en ti, Jess, como mi Salvador personal, y re- clamo la promesa de que la sangre de Cristo es la expia- cién por todos mis pecados” Mi corazén, y el de ella, se llenaron de una ola de glo- ria procedente del cielo, Cuando coloqué de nuevo mi mano sobre su nifiita, comprendi que sus dias de invalida habian termi- nado. Ella salté sobre sus pies. {Fue sanada! Enton- ces miré al pobre mucha- cho invalido y le extendi la mano para que tratara de subir a la plataforma a tra- vés de la ventana para orar por él. El no entré. En vez de ello, cay6 por la venta- na. jdejando afuera las muletas! {El también esta- ba sanado! El Espiritu Santo se encar- 96 de aquel servicio de tal manera, que rara vez he visto yo nada igual. No s6lo hubo gente sanada, sino que muchos fueron salvos. Por el pasillo pasé hacia adelante una que-rida vie- jecita que habia estado en una silla de ruedas duran- te afios. Pero pasé saltan- do, gritando y alabando a Dios, asi como hacia la gente cuando nuestro Sal- vador anduvo por las calles con los hombres. ;Qué cul- to! jQué tiempo para hacer que los hombres adoraran al Sefior y que los angeles Ahora bien, supongamos que yo hubiera tenido fe para la sanidad de aquella nifiita. Supongamos que cuando al principio coloqué mis manos sobre su cabeza, ella hubiera quedado bien. La madre de ella hubiera tomado la sanidad como una sefial de que la sesion espiritista estaba en la vo- luntad del Sefior, y desde ese momento en adelante se hubiera enmarafiado més profundamente en el espiritismo, el cual no creo que sea de Dios. Asi pues, cuando oré con mi falta de entendimiento, el espiri- tu de fe y certidumbre me fue retirado, \Cuan vacio me senti! Luego, cuando la madre acepté a Jesus como su Salvador personal, la fe me fue impartida y la obra se realiz6. En vez de luchar para ser sanados, jqué vida més rica y ms dulce, si réramos a Jesus, “el Autory Consumados de nuestra fe”! UNA MARANA FELIZ Una mafiana de marzo, hace algunos ajios, cuan- do sali de mi hogar sentia el amor y la presencia de Dios en mi corazén. Iba a orar por una pobre mujer que habla perdido la cor- dura, y que estaba confi- “Debemos confiar en il cuando no podemos ver, y reposar en El cuan- do no podamos comprender. Sin embargo, no cometamos el error de lamar a esa confianza “fe”. La fe obra, mueve, opera y realiza cosas segtin su medida y su poder” nada en una institucion apartada para esa clase de enfermos. Ahora mis- mo puedo oir los sollozos de su marido, cuando llo- raba desesperadamente a causa de la condicién de su coraz6n, De repente, y sin ninguna advertencia, el desastre habia destrui- do un bello hogar, con la rapidez de un rayo. Dios era su Unica esperanza, y ellos lo sabian. Yo deseaba orar por esa mujer y habia salido con la confianza en el Sefior de que El oiria y contestaria la oracién. Ella se encontraba en una condicién de impotencia, en las garras de un es- piritu malo! Cuando al fin llegué a su habitacién, ella pronuncié una blasfemia y una obscenidad con una voz que no era la suya Esa majiana no vimos res- puesta visible para nues- tras oraciones; pero el pobre hombre aturdido me agarré por las solapas de mi saco y 4speramente insistié en que nos nega- ramos a rendirnos, y que en vez de ello, nos mantu- viéramos asediando al tro- no de la gracia para pedir la sanidad que sélo Jesus podia dar. En conformidad con esto, llamé a mi iglesia a orar; y llamé también a otras iglesias. Convinimos en orar durante un dia en- tero para pedirla liberacién de la pobre y sufriente mu- jer, y mas de un guerrero de oracién resolvié perma- necer de rodillas hasta que la mujer fuera liberada. Como a las cuatro de esa tarde, mientras yo estaba orando cerca del altar de la iglesia, senti que el Es- piritu del Sefior vino sobre mi. Con el impulso de esa uncién, me puse de pie, y temblando por la emocion y la gloria de la presencia del Sefior, anuncié que nuestras oraciones hablan llegado a la presencia de Dios, y que la respuesta que desedbamos venia en camino. Caminé hacia el teléfono y le dije al marido de aquella mujer que creia- mos que habiamos obteni- do la victoria. jLa habiamos obtenido! Al dia siguiente, luego de un breve rato de oracién y de ungimiento, ella se levanté, con victo- ria y triunfo, y regresé una vez mas a su hogar para estar con sus amantes se- Tes queridos: su esposo y sus hijos. Yo supe cual fue el momento en que el es- piritu malo salié del cuer- po. Estuve consciente del momento en que quitd las garras de su pobre alma Yo comprendi que la fe del Sefor Jesucristo habia sido dada, liberada, en ese mo- mento de victoria. Yo mis- mo no pude liberar la fe del Sefior; si hubiera podido, con mi limitada compren- sién del propésito de Dios, ella hubiera sido sanada la prinmera vez que oré por ella. Pero no fue sino en el momento en que el Sefior, por su omnisciencia, liberé en mi la fe que me habia impartido por su amor y gracia, cuando ocurrié el milagro. El hecho de que poseamos la fe, como un grano de mostaza, siempre esta sujeto, no sélo a que sea impartida por El, sino también a su control El otro dia me dijo una mujer: — Ore por mi, por favor. Tengo toda la fe del mundo. Yo sabia lo que significa ban esas palabras. Oimos esa expresién muchisimas veces. Le respondi — Hermana, si usted tiene tanta fe, cpor qué est en- ferma? Ella me miré extrafiada Luego, después de unos momentos de reflexion, se fue a orary pedir fe, “como un grano de mostaza” Todas las cosas son posibles para los que creen. Pero es importante saber qué es lo que usted cree. Creer que usted, aparte de la gracia de la fe impartida, posee un poder que puede mover monta-fias es en realidad algo peligroso. Conozco a muchos que han tratado de realizar ese programa por su propia fuerza, y tal vez basados en su propia justi- cia. Pero su suerte ha sido la tristeza, y no el gozo. LA HUA DE UN VICARIO Cuando uno cree en Jesiis, bueno, jésa es una cosa di- ferente! Cuando uno cree en su presencia y en su promesa, en su poder, en su gracia y en su fortaleza, entonces va_marchando por la autopista de la vic toria hacia las alturas de la En muchas oportunidades nuestros deseos son contrarios a la voluntad de Dios. Muchas veces, por nuestra ignoran- cia, hariamos aquello que tracria tristeza en vez de gozo. Si poseyéramos la fe para usarla en cualquier tiempo y todas las veces para producir nuestros propios deseos, se ve claramente que los resulta- dos serian desastrosos oracién que obtiene res- puesta. Cuando uno men- gua, El tiene que crecer. Cuanto menos haya del yo, mas hay de El. Cuanto més crucifixion haya de la vida propia con su espiritu de orgullo, tanto mas los rayos de la resurreccion de su vida impartiran poder y salud a nuestra alma y a nuestro cuerpo Hubo un culto que jamas olvidaré. Estuvo como ayu- dante en la campafia un querido amigo mio. El Ile- vo a la reunién a uno de su vicarios, un piadoso clé- rigo, llamado Hobbs. Este querido hermano tenia una hija, que habia sido devuelta de una de las mas famosas clinicas a su hogar para que muriera alli. En lo que concierne a la ciencia, ya no habia esperanza. Asi que estos dos clérigos trajeron a esa mujer a la reunién cuando el dolor que tenia era tan agudo que se hallaba bajo la in- fluencia de los caimantes. Tenia que tomarlos para poder vivir, pues el dolor y el sufrimiento eran inso- portables. Ella se senté en una gran silla acolchada y rodeada con almohadas El campo deportivo estaba leno, no sélo de personas, sino con la presencia del Sefior. Hacia el fin del servicio, sen- ti que algo raro, que ahora se me ha hecho familiar, entré en mi corazén. Lite- ralmente me derreti en su divina Presencia. Me volvi hacia un pastor que estaba 10 Mi corazén, y el de ella, se Henaron de una ola de gloria procedente del cielo. Cuando coloqué de nuevo mi mano sobre su niffita, comprendi que sus dias de in- valida habian terminado. Ella salto sobre ‘sus pies. {Fue sanada! sentado cerca y le dije: “El Sefior esté en este lugar, y yo creo que El va a reali- Zar un milagro esta noche que va a sacudir la reunion con la manifestacién de su poder”. Tan pronto como hube dicho estas palabras, senti que se me impartia la fe a favor de la mujer en- ferma No me detuve. Caminé has- ta estar junto a mi amigo y le pedi que orara conmigo por la hija de su vicario. El me agarré la mano y dijo: “Hermano mio, yo puedo sentir la presencia de Jesus en este culto de una ma- nera en que nunca antes en mi vida la he sentido. Siento que El va a hacer un milagro esta noche”. iY lo hizo! Sobre el pobre cuerpo fatigado y enfer- mo de esa muchacha, fue colocada la mano divina; y ella descansé en los Brazos Eternos. Pudimos ver la co- triente de salud que volvié asus mejillas. Ella no murié. iVivi6, y vive aun hoy como un testimonio viviente del poder de nuestro maravi- lloso Seftor! Un afio después, cuando de nuevo visité el mismo edificio, me paré en el mis- mo sitio donde el Sefior me habia visitado aquella noche. Al estar de pie alli, recordé lo que yo habia es- tado haciendo y lo que ha- bia sucedido en el momen- to en que El me impartié la fe de la cual carecia mi propio y pobre corazén Esa es la raz6n por la que digo que la fe es un don de Dios. Uno no la posee para utilizarla a voluntad, sino para el propésito para el cual la day permite que uno la tenga. Permitaseme repetir. El nos da la fe necesaria para to- das las cosas que estén en conformidad con su bendi- ta voluntad. Esa fe prime- ro es dada, y luego crece como un fruto del Espiritu Pero con respecto a la fe que mueve montafias, que vence las enfermedades y destruye todas las barreras con milagroso poder, aun sostengo que tal fe es po- sible s6lo cuando es impar- tida, y eso cuando esta en conformidad con la volun- tad del Salvador. Asi que, ponga usted toda su confianza en Jesus, pues su socorro sélo viene de El Apéyese fuertemente en el pecho del Maestro, pues sélo cuando usted esta en contacto con El puede be- ber dela dulzura de su pre- sencia; y no permita que el diablo lo lleve a creer en el poder de sus propias haza- fas espirituales, porque sin el Hombre del Calvario, us- ted no puede hacer nada. Confie en El cuando la fe sea retenida, y aldbelo cuando le sea dada. Re- cuerde que El “todo lo hace bien”. Usted y yo an- dariamosdesatinadamente y vagarlamos por el sende- To, sino fuera por su mano que restringe y retiene, y si no fuera también por su abundante provisién para todas nuestras necesida- des. Las cosas que a usted le parecen buenas hoy, pu- dieran estar vestidas con el manto de la tristeza mafia- na. Cuanto mejor es permi- tir que El haga su voluntad en usted, y no que usted trate siempre de hacer lo que quiere con El Ese es mi mensaje. Lo uni- co que vale es Jesus! Sélo Jesiss. El Cristo del Calvario, que es el Dador de toda buena dadiva y de todo don perfecto, también es el Autor y Consumador de la fe en usted. Regocijese en el amor que no lo aban- donard. Esté feliz en la pre- sencia de un Amigo que lo conoce a usted mejor que usted mismo. i¥ qué gozo mas grande podra haber que el de po- seer aquella fe que es la fe de Dios! ESTA NOTA FUE TOMADA Y ADAPTADA DEL LIBRO LA FE REAL EDITORIAL VIDA Las 10 cosas que Dios no te preguntara Dios no te preguntaré los metros ‘cuadrados de tu casa; te preguntara a cuanta gente 3 Dios no te preguntara que tan alto era tu sueldo; te preguntara si lo ganabas honestamente, Dios no te preguntaré cudntos amigos tenias; te preguntara cuanta gente te consideraba su amigo. Dios no te preguntara por el color de tu piel: te preguntara por la pureza de tu interior. 9 Dios no te preguntaré con cudntas personas compartiste este mensaje: simplemente te preguntara si te dio verguenza hacerlo. Dios no te preguntara que mo- delo de auto usabas; te preguntara a cuanta gente llevaste en él. Dios no te preguntara la marca de ropa que esta en tu placard; te preguntara a cuantos ayudaste a vestirse 4 Dios no te preguntard cual era tu titulo; te preguntara si hiciste tu trabajo utilizando tu capaci- dad al maximo 6 Dios no te preguntaré en qué barrio vivias; te preguntara como tratabas a tus vecinos. 8 Dios no te preguntaré por qué tardaste tanto en buscar la sal- vaci6n; te llevar con amor a su casa en el cielo, y no a las puer- tas del infierno. 10 "1 12 | apéstol Pablo se vio E afectado por un «aguijénm, esto es, una forma de sufrimien- to prolongado, intenso y que limitaba su ministe- rio. No sabemos con exac- titud qué era esta espina, aunque todo apunta a una enfermedad crénica, posiblemente relacionada con la vista. En esta nota no vamos a centrarnos en el qué del aguijon, sino en cémo lo afronté el apéstol, en especial cémo consi- guid encontrar fuerzas en medio de su situacion de sufrimiento. La primera reaccién de Pa- e. blo fue légica y natural: le pide al Sefior que le quite el aguijén. Ante una si tuacién de sufrimiento es legitimo pedir que Dios lo elimine si es su volun- tad. Hasta el Sefior Jesus mismo pidid al Padre que «si es posible, pase esta copa de mi, pero no se haga mi volunted, sino la tuyan. Pablo ord «tres ve~ ces», expresion que no hay que tomar de forma lite- ral sino que mas bien sig- nifica «numerosas veces». Sin embargo, la respuesta a esta oracion ferviente y prolongada no es la libe- racién, sino la provision de “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” Por José M. Martinez erZa ebilidad lo necesario para vivir con gozo su situacién de sufri- miento crénico. ;Dios no le quita, le da! Esta idea 5 esencial para compren- der como ve Dios nuestros aguijones. Para nosotros la «solucién» consiste en eliminar el problema. La vision de Dios, sin embar- go, es muy distinta: para El lo mas importante no es la ausencia de sufrimiento, sino su presencia en medio de este sufrimiento y los recursos que tal presencia conlleva. ¢Cusles son estos recursos? La respuesta viene en dos frases, cada una de las cua- les alude a sendos recur- sos para aceptar el agui- jon: la gracia y el poder. De hecho, ambas estén intimamente relacionadas porque el poder -o forta- leza- es una consecuencia de la gracia. Observemos, ante todo, el énfasis del texto en el origen divino de ambos recursos. Lo que en espafiol aparece como un simple adjetivo posesi- vo «mi», en el original, su traducci6n literal seria: «el poder de min y la «gracia de mi», buscando resaltar su procedencia. Este énfa- sis confirma nuestro argu- mento: hay unos recursos que trascienden la capaci- dad del ser humano, van més allé de cualquier téc- nica psicolégica 0 de me- didas sociales. Son los re- cursos que vienen de Dios y que sélo se consiguen a través de una experiencia espiritual GRACIA: «Ml GRACIA TE ES SUFICIENTE» Estamos ante una de las frases mas luminosas de toda la Biblia. Esta afir- macién, tan breve como poderosa, ha sido fuen- te de consuelo a miles de creyentes afligidos por de- bilidades y pruebas. Ahi ‘tenemos el meollo de la lu- cha contra el aguijén. Esta era la leccion fundamen- tal que Pablo necesitaba aprender. La palabra «gra- cian se alza majestuosa en medio del pasaje. Estamos aqui tocando la cuspide de la montafia. El sufrimiento crénico es un largo cami- no, tortuoso a veces, dificil Pero ahora tenemos ante nuestros ojos el final del trayecto: «mi gracian, esta gracia que no es un frio concepto teolégico, sino el poder de Dios operando de formas muy concretas en la persona y en sus circuns- tancias. La gracia nos lleva ante la majestad misma de Dios porque, como escri- bié Tomas de Aquino: «La gracia es, ni mas ni menos, que un cierto principio de gloria en nosotros». Cabe preguntarse por qué Dios le responde a Pa- blo de forma tan escueta Qué pueden hacer cinco palabras ante tantos afios de lucha interior, de sufri- miento inexplicable? Pa- rece legitimo deducir que Dios, con su rotunda breve- dad, quiere enfatizar que hay un solo camino para la ictoria final ante el agui- j6n. Podemos parafrasear la frase de Jesus a Marta y aplicarla a la gracia: «Afa- nado y turbado estas por el aguijén, pero una sola cosa es necesaria. Te basta mi gracian {Qué significa, entonces, esta expresion «mi gracia te es suficienten? Y, sobre todo, gcomo influye en la aceptacion del aguijén? Tal como sefialan algunos 13 14 comentaristas, la palabra gracia aqui alude a «la ayu- da del Espiritu Santo que viene como parte del favor inmerecido de Dios». Asi pues, no estamos sélo ante el precioso don de Dios que un dia nos salvé, sino ante el inmenso cau- dal de ayuda practica que Dios nos proporciona cada dia. La gracia es el conjun- to de recursos sobrenatu- rales que vienen de Dios gratuitamente y que nos permiten luchar contra el aguijén con un poder divi- no. Ahi radica la diferencia esencial entre la persona creyente y la no creyente al afrontar el sufrimiento: en sus recursos, La situa cién de aguij6n puede ser la misma, pero el creyente tiene unos medios de los que carece la persona sin una fe personal en Dios. Mas adelante considerare- mos estos valiosos instru mentos que la gracia con- tiene gEn qué sentido la gracia es suficiente? Pablo reci- be justo lo necesario para que la aceptacion sea «de buena gana» (2 Corin- tios 12:9) y «con gozon (2 Corintios 12:10). No se tra- ta de soportar el aguijon © de sobrevivir en medio de la prueba. Esta actitud no es suficiente. Mal asun- to cuando aceptamos las espinas a regariadientes, sdlo porque no hay mas remedio. Dios no quiere esta aceptacion forzada mas cercana a la resigna- cién. El nivel de suficiencia que Dios pide es mucho mas alto: El no quiere hijos «grufiones», sino «mas que vencedores» en expresion memorable de Pablo (Ro- manos 8:37) PODER: «PORQUE MI PO- DER SE PERFECCIONA EN LA DEBILIDAD» La segunda frase vien troducida con un «porque». Se trata de una explicacién que amplia la afirmacion anterior. Probablemente Pablo -hombre que ya an- tes habia sido transforma- do por la gracia divina en otras facetas de su vida- no necesitaba esta aclaracion, ipero nosotros si! El Sefior no se limita a decirle que se conforme con su gracia, como si fuera una orden. La frase no est& en imperati- vo: «te ordeno que...». Dios no es un déspota autorita- rio. Cual padre que busca no sélo consolar, sino tam- bien convencer, le ofrece un argumento poderoso La persona en lucha con su aguijén necesita explica- ciones que son imprescin- dibles para una aceptacion genuina. Por ello la exhor- tacién va acompariada de una explicacién convincen- te: «Mi poder se perfeccio- na en la debilidad». Aqui radica el secreto que nos ayuda a entender por qué la gracia de Dios nos bas- ta. No es sorprendente que este pasaje se haya conver tido en escudero insepara- ble y fuente de inspiracion permanente para todos los que sufrimos a causa de un aguijén. oli LA GRAN PARADOJA: «CUANDO SOY DEBIL, EN- TONCES SOY FUERTE» Por pura légica, una debi- lidad es un obstaculo para cualquiera, una limitacién. Asi concebia Pablo su agui- jon al principio. La lec- cion que el apéstol debe aprender ahora es que Dios piensa exactamente al revés. No se trata sélo de que la espina no estor- ba al Todopoderoso, sino que precisamente es ahi -en la debilidad- donde el Sefior puede manifestar su poder. Y alin es més, este poder divino se perfeccio- na, se hace «completo», en esta debilidad. Por ello Pablo afirma: «...por tanto, de buena gana me gloriaré mas bien en mis debilida- des para que repose sobre mi el poder de Cristo» (2 Corintios 12:9). Nos ayuda a entender esta paradoja una ilustracion que Jesus mismo utiliz6. 1 dijo de si mismo «yo soy la luz del mundo... la luz en las tinieblas resplandece» (Juan 8:12; Juan 1:5). La luz de Cristo puede brillar con mucha més intensidad en mis momentos de oscuri- dad, en la penumbra del dolor. Es en «la noche os- cura del alman, que empe- zamos a comprender esta gran paradoja: en el tunel sombrio de mi aguijén ~cuando soy débil- la luz de Cristo alcanza su maxi- mo fulgor porque nada la enmascara. Entonces soy fuerte porque cuanto ma- yor es la oscuridad, tanto més brilla Su luz En realidad, esta idea apunta a un tema trascen- dental que va mucho mas alla del problema del agui- jon. Contiene un principio vital en la relacién del ser humano con su Creador. Un gran obstaculo para acercarse a Dios es sentirse fuerte, autosuficiente. Las fantasias de omnipotencia -el deseo de ser como Dios- han sido una constante en la historia de la humanidad desde que Adan y Eva fue- ron tentados y cayeron en este pecado de la autosuficiencia. La sober- bia, una de las causas prin- cipales de nuestra rebeldia contra Dios, es un gran es- torbo para la fe. Por qué? Porque suele acentuarse cuando todo nos va bien en la vida, haciéndonos sentir «muy importantes». Si uno cree que es un se- mi-dios, entonces no hay lugar para el Dios verda- dero en su corazén. Por el contrario, un sentimiento de debilidad, ya sea fisico, moral © existencial suele ser terreno abonado para la fe en Dios y para que su poder se manifieste Por supuesto, no siempre es asi. Encontramos nota- bles ateos que sufrieron mucho, como Nietzsche, atormentado por el agui- Jn lacerante de una terri ble enfermedad que le lle- v6 ala locura. No obstante, detras de la frase «yo no necesito a Dios» se escon- y brillantes en todas las 4reas del conocimiento hu- mano que han tenido una profunda fe en Dios. Pero en otro sentido, si, la fe es para los débiles, para los que se sienten «pobres» -primera bienaventuranza- al contemplar su pequefiez y su miseria delante de la grandeza y la santidad de Dios. Jess mismo nos lo aclara de forma rotunda cuando dice: «Los sanos no tienen necesidad de médi- Si uno cree que es un semi- dios, entonces no hay lugar para el Dios verdadero en su coraz’”on. Por el contrario, un sentimiento de debilidad, ya sea fisico, moral o existencial suele ser terreno abonado para la fe en Dios y para que su poder se manifieste de muchas veces el pecado de la iglesia de Laodicea: la soberbia. «Tu dices, Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; pero no sabes que tu eres un desventu- rado, miserable, pobre, ciego y desnudo» (Apoca- lipsis 3:17), éConcluimos, —_ entonces, que la fe es sélo para los debiles? Si entendemos por adébiles» a personas con poca capacidad in- telectual, de inteligencia pobre, entonces la res- puesta es claramente no Hay ejemplos rutilantes en la Palabra de Dios y en la historia de hombres y mu- Jeres con un intelecto privi legiado, lideres destacados co, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores al arrepen- timiento» (Lucas 5:31-32). {Quiénes son los débiles a los que va dirigido el Evan- gelic? Los que compren- den que son pecadores. Este tipo de debilidad mo- ral y existencial es el rever- so del orgullo y la autosufi- ciencia; es la humildad que tuvo que aprender Pablo precisamente a través de la experiencia del aguijén. El propésito de su espina era prevenir la arrogan- Gia, «para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamen- te» (2 Corintios 12:7) ESTANOTA FUE TOMADADELSITIO Wee PENSAMENTO CRISTIANO 15 oun | para lamentarse hay mucho tiempo BASTA DECIR UNA GRAN VERDAD, PARA QUE TODOS SE RIAN PENSANDO. QUE ES UN CHISTE. O Después, on al atient 4 econ ac aleet@ la iglesia, un incvi jemas © sia pud® con al pastor: 12, UN individuo sin prot erin de 12 iglesia P Dispense, Padre, pero por manana, on hbo wiays00l billets de 100 pesos any eneioe ee ea st cade Une do 10. Podria usted a lee! eke pal ostenda es¥8 Cibn No, hijo mi ‘oerte {retorna ver HP mle, lo que se da a Dios ya no se I el ou dent co. Bueno, exper, . Si asu doctor ysite 854 Oe ge su bem ‘Pero que por lo menos ee 0 erent Seuear su YS un saldo de 90 me reconozean gr tome Cole site Be ne jade Témpace, porque [20 Pes22 8 mi favor. sy se PORE TOM agro, Nee con su abo" son las intoncienee (© We alll s@ toma en cue Soma geo selon mente DLE inten heen stent mmesiatarente goal no

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