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Ott pe Corpeta No: 66 TEQRIAS POLITICAS MODERNAS / DAMIAN PACHON SOTO $550 ¢ DARIO BOTERO URIBE Profesor Titular y Maestro Universitario Universidad Nacional de Colombia y Esap EL PODER DE LA FILOSOFIA Y LA FILOSOFIA DEL PODER EL UNIVERSO VALE UNA IDEA TOMO I LA ORIGINALIDAD DEL PENSAMIENTO 1998 UTOPIA, ANARQUIA Y DERECHO ‘Todo sistema politico y todo ordenamiento juridico presu- ponen un orden, Un orden es una estructura normativa que rige nun espacio y.en un tiempo determinados. Todo orden representa tin acuerdo de los asociados o una imposicién de los poderosos. Bl iden és susceptible de legitimarse mediante la aceptaci6n de todos ‘ode la mayorfa de los escudados por éI". Ningtin orden es r{gido, estacionario. Todo orden esté evo- fucionando permanentemente, pues aunque las normas que lo configuran se mantengan inmodificadas, todo aquello que! or- den gobierna esté inscrito en el devenir. El orden cambia expli- citamente de dos maneras: una, cuando s€ modifican express mente las normas que 10 constiyen; dos, evando,cambia ¢} espiritu que lo interpreta o lo aplica. “ : Elorden puede ser aceptado voluntaria 0 involuntariamente o rechazado, Cuando un orden se mantiene s6lo gracias.a Ja fuerza es un desorden. Las ideas politicas siempre parten imp Gitamente de un orden feal 0 presentido, No se puede pensar politicamente sin la consideracién de un orden. Bl Anarquismo bs, por supuesto, un orden. Un orden distinto al orden de 1a deminacién, pero de todas maneras un orden. Un orden de la “40. Consttese Sirgen Habermas: “Problemas de legtimacién ene] Estado moder: so’ inciuido en “La ReconstruceiOn del Materialismo Hist6rico". Madrid, Tsu rus, 1981, p- 243. eo HACIONAL DE COLOMBIA, Dario Botero Uribe libertad, de la antonomia, del autogobierno. El Anarquismo en tanto movimiento politica es la busqueda de un orden determi- nado" Bxiste aca una confusién, porque suele lamarse vulgar- hiente a la Anarquia desorden, Bi desaffo a un orden, las luchas callejeras, la destrucci6n, el terrorismo, incluso el caos generado por el desgobiemno, no puede ser anarquia. El Anarquismo es siempre individualista, individualizado 0, por lo menos, indivi- dual. No hay jefes, no hay autoridad, no hay Estado. La anarquia ¢s.una meta, no una tictica o una estrategia politica. Los anar- quistas se oponian a Marx, porque no estaban de acuerdo con la utilizacién del estado como herramienta para transformar la so- ciedad’. El anarquismo supone filos6ficamente, aun cuando no se haya practicado asfen la historia, una gutoeducacién que vaya preparando a los individuos éticamente para el autogobierno. EI Marxismo, el de Marx, es anarquista®, La anarqufa es la po- tenciacién del individuo para que devenga ética y polfticamente un individuo capaz de autogobernarse, haciendo superfluo el aparato de dominacién politica, El autogobiemo de los individuos funda ne- cesariamente un orden, un orden no prescriptivo, no impositivo. En unaperspectiva anarquista, un hombre que viola los derechos de otro, que delinque, ha transgredido un orden, el orden anarquista, elorden que nace de la autorresponsabilidad. Quienes emplean la violencia en nombre del anarquismo son revolucionarios, pero no anarquistas. El Anarquismo ~no me refiero a las distintas corrientes hist6ricas, sino al conepeto filo- s6fico—es la produccién de individuos. El Anarquismo quiere crear un orden que dependa no de la coercién externa sino del autodo- minio intemo de los individuos. La violencia es contraria a la anarqu‘a filoséficamente, porque la libertad no puede imponerse anadie, 41. Irving Louis Horowitz: “Los Anarquistss’. I, La Teorfa, Madi, Alianza Bdito- ial, 1982, p. 22. 42 Consiltese Bejamin R. Tucker: "Socialismo de Estado y Socalismo libertario”, incluido en “Los Avarquistas”, Ed cit, pp. 203 y 38. 43 Consitese Carlos Marx y Federico Engels: “La Mdologia Alemana”, Montevi- 4e0, Ediciones Pueblos Unidos, pp: 34 ss. 8 eee eS ee eee ‘Un orden comporta ef encausamiento de la interaccién social, es.una forma de entender y practicar la convivencia. No se puede -vivir sin unas reglas minimas que regulan la forma de interactur. ‘Sin un orden rige el capricho, la imposici6n, la violencia, Hay varias maneras de entender el orden: los conservaduris- tas, creen en un orden fundamentalmente estético, objeto de de- sarrollos legislativos, los cuales hacen frente a la evoluci6n so- cial pero que mantienen la esencia (los fundamentos del orden) intangible, al tiempo que atienden a la dindmica del discurrr social; ppara os revolucionarios, el orden es sospechoso, cuando no franca- mente retardatario. Se proponen destruir el orden existente para fundar un orden nuevo que satisfaga la justicia; los reformistas, no ‘ereen que todo sea malo en el orden existente, piensan que hay fallas y que éstas deben ser solucionaddas para que el orden pueda funcio- nar bien; los utopistas —que no los utépicos- trabajamos siempre con un orden prefigurado. Sabemos que un orden complejo como el orden social, no se puede sustituir totalmente, sino empleando una violencia generalizada que crea un orden vicioso. Diferimos de Jos reformistas, en que el orden no s6lo necesita ajustes; no es con remiendos -si bien éstos son muchas veces necesarios~ como se estructura un orden. Los utopistas sabemos que el orden social no ‘resultado de ningiin acto soberano, por importante que sea. El orden (social) es algo que tiene que construirse en un proceso més o menos largo. La cultura esté implicada en un orden social: un orden que no ha sido asumnido, construido, adaptado, vivido por Ja gente, no puede ser ms que un orden impuesto por la violencia. Los resultados son catastr6ficos. El utopista se mueve entre el arden existente y el orden prefigurado, Sus reparos no se agotan en cam bios institucionales que buscan reactivar el orden; es una inconfor- midad intelectual, erica, ética; que no tiene eltotalismo omnicom- prensivo y Ia violencia que implica la aplicacion de-un orden totalmente impuesto, ni la incoherencia del reformismo, que trata derevivirun orden cansino, superado, a través de injertos en'dstintas ‘partes del “organismo” social. El utopismo no tiene proyectos ter- minales, El orden prefigurado hay que volver a redefinirlo ante cada crisis, ante cada avance, ante cada coyuntura. 9 eS Dario Botero Uribe _* La Utopia es respetuosa del futuro. Si bien se arriesga a lo porvenir, no quiere atario a una forma preconcebida, La vida social sy serd siempre inabarcable, debido a su complejidad y riqueza. ‘Constantemente surgen elementos nuevos, impredecibles, que en- tran a configurar el proceso social conereto. Ademiés, cada época ccomporta su propia semiosis: hay unos factores que son redefinidos, que adquieren una nueva significacién. Hay una recomposiciGn del tniverso social en consonancia con ese significado “objetivo”, que eatribuimos ala realidad, el cual deviene verdaderamente objetivo, porque le acordamos ese sentido y actuamos en consecuencia frente a la realidad asf caracterizada. Si las metas utopistas, en algunos campos espectficos se cumplen, hay necesidad de volver a comenzar. La revolucién tiene un punto final ideal en el horizonte; 1a Utopia, no; ésta cuando consigue una meta, sabe que siempre habra un horizonte de posibles que es necesario explorar. Que Ia humanizaci6n es tun campo del pensamiento, de la eticidad, de la politica, un proyecto inacabado e inacabable. Las revoluciones se institucio- halizan, mueren como proyectos intelectuales; la Utopfa incide én los procesos, contribuye a humanizar el mundo, pero siempre se retrae al horizonte, no muere como proyecto intelectual, sim- plemente se reestructura y vuelve a alimentar el pensamiento y ‘en alguna medida la historia, Incluso porquehay un desfase entre cl pensamiento y Ia objetividad: éstos consttuyen mids bien dos Iineas que no pueden coincidir munca. El pensamiento siempre va ‘mis lejos que la realidad. Lo que quiere la Utopfa no es que la ‘realidad coincida con el pensamiento, lo cual es imposible, sino que Ja distancia no sea tan grande que la realidad se haya vuelto total- ‘mente irracional, carente de sensibilidad y de imaginaci6n. La Utopfa no acepta jamés la rendicién del pensamiento, su reificaci6n. Si la Utopia fracasa en un proyecto determinado, ‘busca campos inéditos para persistir en Ia humanizacién. No siempre las empresas de renovacién fracasan debido a la inade~ ‘cuacién de su contenido a las condiciones existentes; con més frecuencia son derrotadas, porque no logran vencer los prejui- cios, estan mal concebidas desde el punto de vista psicosociol6- ¢gico; no son comprendidas hicidamente... El poder deta filosofa y la flosofa del poder ‘La Utopfa noes un sistema. Ha aprendido de Nietzsche que los sitemas son totalizaciones falsas, sc hacen Ia ilusién que lo saben ‘todo, que todo lo comprenden y lo ‘explican. De esta manera, ‘caban traicionando la vida, intentando meter el proceso social en xuna camisa de fuerza que siempre bien inspirado— acaba siendo agobiante, intolerable. El desorden es una determinada desestructuracién del orden. ‘Bl desorden puede ser producido, o por quienes tienen la respon- sabilidad de mantener el orden, 0 por quienes lo desafian para {que cambie. El desorden es tuna ruptura del orden, Sélo hay desor- den a partir de un orden que existfa previamente. Todo orden tiene eltiespo de devenir desorden, Esto implica que todo orden tiene sus limites, ms alld de los cuales el riesgo de rupturaes inminente. Las ‘condiciones para la permanencia de un orden, son: 1. Que el orden sea aceptado por todas las personas'com- prendidas por él, sin tener mucha relevancia las razones por las tuales Ia gente Io acepte: consideraciones religiosas, politicas, culturales, satisfacci6n de aspiraciones... © 2. Queel orden tenga mecanismos que le permitan evoluciona: solucionar répida y eficazmente los desafios que se presenten; en- causar y dar soluciones a los problemas nuevos ¢ imprevistos. ‘Un orden que se mantiene s6lo por la fuerza no es un orden, es una tiranfa, Un orden es legitimo cuando se mantiene gracias, dla aceptacién ciudadana. Un orden en el cual concurren simul- téneamente la aceptacién parcial con la imposici6n es un orden que tiene uma legitimidad muy precaria o es francamente ilegi- timo o esti en crisis. “Habermas refiriéndose al orden politico plantea que la legitimi- dad no se adquiere de una vez por todas, no depende de condiciones ‘estructurales, como pensaba Weber, sino que todos los dfas las ‘44. Dario Botero Uribe: “Nietasche: La voluntad de poder’. Bogott, ECOE y Uni- ‘vesidad Nacional, 2. Eicién, 1995, p. 11 45 Constliese Max Weber: “Economia y Sociedad”. México, Fondo de Culrare Eeondmica, 1968, 1, pp. 170 s. 81 Darko" Bosero Tribe, medidas administrativas y los actos de gobiemo hacen ganar y perder legitimidad®. Si todas las medidas de un gobierno producen legitimaciones o deslegitimaciones, ningéin orden puede detentar legitimidad per se. Un orden democratico es un orden inestable: la permanencia del orden no depende de su configuracién normativa original, sino fundamentalmente de la capacidad de innovar, de dar respuesta alas demandas sociales, culturales, politicas, econémicas delos ciudadanos. Luego todo orden es una estructura de poder: un poder que se manifiesta en la capacidad de ganar consenso (poder ‘comunicativo, Hannah Arendt y Jirgen Habermas); pero también cen la capacidad de crear ideologias, de inventar razones de estado, ‘de imponer criterios, de forzar situaciones, de manejar la informa- cin... es decir, del poder pulsién (Nietzsche, Foucault) o del poder violencia (Weber, Marx)". La acciGn comunicativa es incapaz de explicar una parte fundamental del proceso de configuracién de la voluntad politica del estado y de Ia accién social. Pienso queel poder cen todas partes es aceptacién més fuerza o violencia mas manipu- laci6n, desde luego en tanto poder politico. La accién comunicativa es tan unilateral, como loes evidentemente la pretensiGn de explicar el poder en las democracias liberales contemporéneas, slo por la” violencia, por la manipulaci6n, o sélo por una red que estructura los micropoderes. De ahf que el derecho tiene dos posibilidades: sujetarse al poder o enfrentarse al poder. Tradicionalmente, el derecho es un instrumento décil del poder. Pero, ,qué es el derecho positivo sino una regulacién del poder? Una normativa desde el poder, ppero que somete, por lo menos algunos niveles del poder a la regulacién juridica. Todo poder en un orden politico legitimo tiende a ser autorregulado democréticamente. En mi concepcién, yano s6lo desde el derecho positivo, sino desde el derecho como orden telético de la sociedad, la autorregulaci6n juridica del po- der no s6lo puede plantearse en unos niveles determinados sino 46 Jurgen Habermas: “Problemas de legitimaci6n en el Estado moderno”. In- ‘luido en laeconstruceién del materialism histérico. Madrid, Taurus, 1981, p.244, 41°” Puede consultarse:Darf Botero Uribe: “Vide, Buca y emocracia” Bogots Institto ‘para el Desarrollo de Ia Democraca Luis Carlos Galén, 1995, p, 818. © El poder de ia fitosofia y ta filosofia det poder que cl poder entra dentro del gran proceso de regulacién de toda Ja vida jurfdica, en consonancia con las metas que vaya trazando el orden juridico social. El poder serd siempre desregulado en la medida en que es fuente creadora de decisiones politicas, en que crea derecho y a su vez produce las coordenadas nuevas de! orden: genera normas politcas, que sirven para interpretar el orden juridi- co, para orientar la accién del Estado, para crear rumbos nuevos, ue solo posteriormente irén adquiriendo perfiles juridicos. El poder en su fuente misma de produccién se puede regular s6lo formalmente. El desaffo que gsume “La Teorfa Social del Derecho” es el de que puedan regularse crecientemente las coor- denadas generales del orden social: las instituciones, los dere- chos, etc. Estos, desde luego, estén normalizados por estatutos juridicos, pero ahora con la regulacién nos referimos al progre- sivo sometimiento de las instituciones al orden jurfdico social. Una regulacién que va buscando paulatinamente un orden social legftimo que bneficie a todos los asociados. La Teorfa Social del Derecho ha dejado de concebir el dere- cho respecto al orden social egino pasivo y lo lanza a la ofensiva: el derecho como contrapoder™. En la Teorfa Social del Derecho, he escrito respecto al dere- cho como contrapoder, lo que sigue: “Tampoco se persigue que se climine la particularidad como en Plat6n y Marx, sino més bien que se reconozca la viabilidad, Ja plena realidad y las re individualidad, la particularidad y la univers ica que haga fluido el trénsito de doble | 9 jorlas. De ui lado, para mantener la. => rtaleciéndola y potenciandola, y de otro, para crear un nivel minimo de armonia social””. Las relaciones del poder no pueden destmirse, porque se cas trarfa toda posibilidad creadora de la sociedad”, Cuando ya no 48 Dario Boteco Ube: “Teoria Social del Derecho”, Bogots, Universidad Nacional ‘de Colombia, Facultad de Derecho y Ciencias Poliicas, 1993, p. 60. 49 hid, p. 61 83 Dario Botero Uribe hnubiera ni un asomo de pequetios y medianos poderes, habria un pueblo de borregos movigndose por inercia, pero parad6jica- mente habria un dictador omnimodo, un poder absolito. Esta es la experiencia pradigmética del estalinismo. Es también de al- guna manera la experiencia de las masas en todas las sociedades modemas contemporéneas. Cuando se crea un conglomerado humano en cl cual cada individuo se reconoce en el otro, las relaciones de poder han desaparecido en el grupo, pero s6lo al costo que las relaciones de poder externas sobre el grupo se han hhecho més férreas. No se pueden destruir los micropoderes sino construyendo un gran poder. Asi puedo afirmar que del mismo modo que pasa en el cosmos con la energia, en el cual ésta siempre se mantiene constante, el poder dentro de unas relacio- nes sociales determinadas constituye en cada momento hist6rico ‘un quantum preciso y determinable, representa la cantidad de fuerza necesaria para mantener en movimiento la vida social. Fuerza aca en redlidad es un concepto polivalente, comprende desde la aceptacién voluntaria en una relacién bipolar de subor- dinacién, pasando por formas de coaccién, imposicién, manipu- lacién hasta el aparecimiento de la fuerza desnuda, Por esta raz6n, la democracia no es més que una redistribu- cién del poder. La democracia de masas es una dictadura sobre Jas masas. La profundizacién de la democracia solo puede ope- rarse distribuyendo los grandes poderes en pequefios poderes y legitiméndolos. El socialismo de masas y el capitalismo de masés no son més que una dominacin’sobre las masas. La masa represent cexistencia concreta dé Ta dominacién y de la opresion. Poder y derecho han sido tradicionalmente dos términos an- tagénicos. El poder consiste en poder hacer lo que se desea; y el derecho, en poder hacer Jo que se permite. En este orden de cosas, la prevalencia del poder sobre el derecho aparece indis- cutible, clara, fundada. No obstaiit, el reto es convert el pod consolidado en instituciones sociales, econ6micas, politicas ea tun poder legitimo, que no s6lo sirva intereses parciales sino qué se oriente a Servir los intereses de la universalidad. Asf como la 50. Ibid, p.47. El poder de a flsofa y la losis del poder teorfa politica propone y teoriza la legitimaci6n del orden polf- tico, la Teorfa Social del derecho busca Ia legitimacién del orden social. Bsa legitimacién debe hacerse precisamente a través del derecho. El proceso de legitimacién que propongo opera. través el orden jurfdico social, estableciendo equidad en todas las relaciones de interaccin”'. E] derecho es precisamente ~en'mi ‘concepeidn— la estructuracién de un orden social legitimo. Laconcepciones politicas y sociales se expresan como ideo- logfas juridicas. La concepcién conservadurista que busca un orden social perdurable, quiere un positivismo jurfdico a ultran- Za; la concepcién reformista, se esfuerza por adaptar el derecho alas necesidades sociales y politicas detectadas; para la concep- ‘ién revolucionaria, el derecho debe desaparecer; es una ideolo- gia que enmascara las relaciones sociales reales: para la Uto- a, el derecho es parte de las relaciones sociales mismas: si bien existen normas de segundo grado‘o normas positivas; las normas de primer grado 0 normas sociales son parte de Jas relaciones . Segtin nuestra esis, cuando faltan las normas de primer ‘grado, las normas positivas no pueden aplicarse™. El derecho prefiguraun orden y corrige a través de distintos procedimientos, especialmente sancionatorios, las violaciones de ¢€8e orden, pero debe ser capuz de autorregularlo efectivamente, Io ‘cual es precisamente la tarea que Je agrega a Ta finciOn tradici del derecho, la “Teorfa Social del Derecho”. Hay tres teorias que interpretan el papel del derecho en la sociedad: 1. El derecho como realidad. En este sentido el derecho pro- tege un orden socio-econémico-politico existente en una forma- cin social en un perfodo determinado. De este modo, el derecho no es més que un revestimiento ideolégico del ser Social, una St Ibid, p.a8, 52. EB. Pashukans: “La teorfa general del derecho el macrismo”, México, Gri- {lbo, 1976, p. 42. 53 Dario Botero Ure: “Teorfa Social del Derecho", Ed. cit, pp. 71 y 72, capa superficial encargada de mantener la vigencia de ese orden, Es la concepcién marxista®. 2. Una segunda teorfa, piensa el derecho como un orden que debe Megar a ser. En esta concepcién del deber ser se privilegia Ia ética y el principio subjetivo como actividad en clean, dora de la accién, Es Ta co 3. La teorfa radical del pensamiento normativo, precisamen- te laconcepeién de la Teorfa Sogial del Derecho, mi propia con- cepei6n, piensa el derecho como prefiguracion de un orden po- sible que esté en el horizonte y que los juristas deben it construyendo. El derecho es una herramienta de transf ‘Social ligada a un mundo de posibles, cuyo objetivo es la legi del orden, ee ~ La concepcién marxista del derecho como ser social ¢ his- {orico, no réconoce la especificidad del mundo jurfdico. El de~ echo aparece como una ideologia que encubre las verdaderas telaciones de clase de Ia Sociedad, pero que a su vez est encar- gado de mantener ese orden. El marxismo desprecia el cardcter normativo del derecho, tiene sobre é] una mirada historicista: el derecho es esa capa superficial que envuelve el orden socio-eco- némico, Ja lucha de clases, carece de autonomfa para imponer étitetios éticos y politicos; es mais bien una expresidn de la con- flictividad del orden social, Elmarxismo mira el derecho como facticidad, como siendo, en tanto objetividad. La refutacién que intenta Pashukanis de la normatividad del orden juridico, la expresa del siguiente modo: “El segundo (serrefiere al deber ser u orden normativo) considera Jos objetos bajo el Angulo de las reglas precisas que se expresan a través de ellos, reglas que introduce en cada objeto singular como una exigencia”™*. Pashukanis quiere significar que no po- demos entender el derecho como orden normativo pues acaba- 34 EB. Pashokanis: op. ct, p35, 55 EB. Pashukanis: op cit, pp. 28 y ss, 56 Ibid, p.27, 86 ee eer El poder de la filosofia y ta filosofia del poder fe sulundo los hechos desmudos. Es increible el objetivis- ‘mo de Pashukanis: los hechos s610 los considera el derecho en relacién con los hombres, con el medio social. El derecho s6lo se ocupa de la conucta humana, del haz de comportamientos de los hombres entre sf y de los hombres con los animales, los objetos, cl medio natural etc., pero jamés deja de ser conducta, ¢s decir, normatividad (posesi6n, propiedad, etc.) Solo excep: cionalmente, se consideran hechos de la naturaleza (cambio del ‘curso den rfo, un movimiento teliiico y sus consecuencias para Jos individuos). El orden normativo, auncuando lo ignorara el seffor Pashukanis, no se mete en los hechos, slo analiza el com- portamiento de los individuos y las consecuencias. se puede. considerar como facticidad, cuando sce ig ce cme el cee lapolftica, como orden represor y como forma de representaci6n y sustento del orden econémico y social existente en un momento determinado. Pero, evidentemente, esta es una mirada desde la po- Iitica, que deja por fuera la funci6n especifica del derecho. 1¢ el marxismo capta bien la funcién tradicional idea ocom vehi lopolitico del orden clasistade la sociedad, pero obnubilado por Ia fuerza justiciera de la violencia, no yalorn la potencialidad ética y politica del derecho en la biisqueda, un mundo de posibles. Si la violencia puede realizar la justica, el derecho no es mas que un alcahuete del viejo orden, Pero, si la violencia no es capaz de realizar la justicia, como lo sabemos hoy, el papel del derecho en la vida social, no puede ser mirado tan olimpicamente. ‘neokantianos desarrollan Ja ruptura kantiana de naturaleza© ise: dan al mundo anal a common dese y lind hist6rico la connotacién de deber ser, Max Weber lo consigna.en los siguientes términos: “Cuando se habla de derecho”, “orden juridico”, “precept juridioos debe tenerse en even de un modo patel mente rguroso la dsincin entre la consideracin jr y le so ciolégica. La primera se preguna Toque iealmente vale como dere ee ogame conto dee corespnue sua frmaca normativo l6gicamente correcto de spon a7 Darko Botero Uribe ‘yerbal que se presenta como norma juridicaPor el contrario, Ia ‘élima se pregunta lo que de hecho ocurre en una comunidad en raz6n de que existe la probabilidad de que los hombres que participan en la actividad comunitaria, sobre todo aquellos que pueden influir considerablemente en esa actividad, consideren subjetivamente como vélido un_determinado orden otienten por él su conducta prictica. Conforme a eso se define’ también’ Ta relacién de principio entre el derecho y la economfa’’”. Elmundo social en tanto orden normativo es un orden prefigurado que representa una conciencia ética y politica que se objetiva en la historia, El derecho en tanto deber ser es una forma de previsibilidad de la condueta, que busca sujearla a unas reglas preconcebidas, a una politica legistativa determinada. Elneokantismo capta correctamente la funcién normativa del derecho; su idealismo consiste en esperar que la cticidad resulte implicitamente de la aplicacién del derecho, en pensar

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