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SES ROTES © A vegades Varquitectura neix del simple acord entre la construccié i la satisfaccié de les necessitats més “inmediates”. “Apareix com a ressonancia d'un conjunt de lleis comunes alles cases de Vhome que s6n fruit d'aquell acord. Com en aquesta casa que va fer habitable Saenz de Oiza ‘Del amor del hombre con la tierra nace la casa, esa tierra ordenada, esos ‘muros de buen concierto en tos que el hombre se guarece cuando la tierra tarde para seguir amindola”, Camilo José Cela haviamosttegaco ata primera desviacign pata entrar en Pollensa, giramos aa izquierda dejando atrés la ermita del Roser-vell y tomamos el tinico camino que se adentra en el pequefio valle de Colonya. Giramosa a derecha por un empi- nado camino que hay un poco més allé de ta desviacién que eva a la casa del “senyor” de Colonya. Entre muretes de ‘mamposteria recubiertos de zarzas, entre almendros, alga rrobos y algiin olivo enfilamos un camino de tierra cerrado en su final por una puerta; puerta flanqueada por dos muros de ‘mamposteria. En esta puerta comenzaba el monte. Habia- ‘mos llegado al terreno de “Ses Roies”. Hace unos afis, casi oculta entre los drboles y la maleza, existfa una mindscula casa de marés de unos veinticinco me- tros cuadrados por planta durante muchos afios abandonada. Cuando la conocimos habia sido habitada por unos “hippies” que habfan reconstruido con cristales de coches y pasta de 38 yeso los mecos de las ventanas: el agua que utilizaban era la Ge la lluvia de un pequefio aljibe sin instalacion y el inodoro era.un agujero en el suelo con unas tablas como asiento, pro- ximo a la casa. Estos se marcharon y vinieron otros que la mantuvieron hasta que de nuevo, fue abandonada sitviendo de corral alas ovejas y de almacenamiento de la cosecha de al- ‘garrobas. Un dia el “senyor” de Colonya compré “Ses Rotes”: ora ‘su paisaje: un paisaje de rocas y olivos centenarios sobre una ladera orientada al Sur antiguamente terraplenada de muros de piedra. Pero recuperemos el hilo de nuestra breve historia de la, legada, Habiamos entrado en “Ses Rotes”. Vigilante de la puerta, sobre la ladera y ahora parcialmente visible entre los Arboles, permanece esa minéscula casa reabsorbida en un ppaisaje arquitect6nico de nueva grandeza. La incorporaciéa de nuevos elementos construidos ha modificado sustancial- mente el entorno creando una nueva referencia del creci- 2 Ses Roves. Planes talgars de Vestet original de la euse. Primera propasta, que afecia noms a la distribucié de Vinerion miento,aparentemente andrquico de la vegetaci6n. Pero subamos la ladera y alcancemos la plataforma de piedra que se extiende como cota cero de la escenificacién. Ha cambiado In escala del lugar; al Norte un muro cerrado y bajo con un pequefio paso, y al Sur, pilares de marés viejo sostienen una gran cubierta de teja a un agua y definen el Ifmi- te de lo construido. Sobresaliendo de esta plataforma y enmarcando con los pilares y la cornisa un olivo centenario, se adelanta el porche cuadrado de 9 pilares: bajo él, el gran aljibe, elemento funda- mental para la vida en una casa mallorquina en el campo. La obligada respuesta a una necesidad elemental ¢ inmediata como es la de ampliar la capacidad de almacenamiento del agua de lluvia ha sido sugerencia y estimulo de la expansion y nueva expresion de la casa. Podriamos decir que toda esta escenificacién tiene por objeto ampliar la superficie de cubierta para recoger mayor cantidad de agua de lluvia y seria cierto, pero hay algo mas. 39 Podrfamos decir que el clima balear permite Ia vida al aire libre una gran parte del aiio y por ello, toda la ampliacién de la zona porticada y serfa cierto, pero hay algo mas. Podriamos comentar la delicada actividad del arquitecto al construir con sus propias manos una estructura temporal para que sus invitados no sufriesen, en demasfa, el calor del ‘verano sobre la terraza plana que sirve de cubierta al dormito- tio principal, y seria cierto, pero hay algo més. Porque existe una arquitectura integrada en el entorno que da respuesta y crea complejas relaciones dislogantes con el paisaje natural, Porque es de la maturaleza de la Arquitec- tura reabsorber en ella la esencia del lugar y daruna respuesta ordenada en un tiempo y lugar: respuesta que establece la ‘modificacién de “Io nueva” por lo existente” y la modificacion de “Uo existente” (al verse como nuevo) por el dilogo con “lo nuevo"; respuesta condensada en un nuevo espacio fisico que a Arquitectura como paisaje establece, Porque es de la naturaleza de la Arquitectura ordenar ¢! Plana baixa i algat de la segone proposta La distribuci inreriores manté perd ja apareix el porxo-terassa sobre alub. Plantes ‘alga definiius de a case. Lanex de la dreta passa a formar part del conju perd sense abandonar e seu caracter dafeit 40 crecimiento de la Naturaleza sintetizando un muevo paisaje que sitva de punto de referencia, para el hombre, de esa mis- ma Naturaleza. Pero entremos en la casa por la puerta, Labrada en el intel de piedra esté la fecha de su construccién: 1913. Podriamos decir que acceclemos a un espacio cuadrado dc cuatro por cuatro metros en el que la escala ha vuelto a cambiar. Ha dismiunuido. Que este espacio tiene ademés de la puerta, dos ventanas y una puerta aeristalada para salir la- teralmente al porche: las alturas de los vierteaguas serén cin- ‘cuenta cms., las alturas de los dinteles un metro setenta, para salir por la puerta actistalada hay que bajar la cabeza... Que en este mismo espacio, presidido por una estufa esta la escale~ ra que sube a la planta alta y las puertas del batio y la cocina, que pasada la “cocinita” esté el comedor con su fondo conver- tido en una despensa: una ampliacién sobre el antiguo corral Y serfa cierto, pero hay algo mas. Podrfamos decir que en la planta alta dos dormitorios y 41 ‘un aseo encima del hueco de la escalera con la cubierta incli- nada a un agua y con una altura minima de un metro cincuen- ta definen la antigua coustrucci6n; que un dormitorio y la es- calera de acceso a la terraza plana definen la planta alta de la ‘ampliacién, y todo seria cierto, pero hay algo més. Porque hay una arquitectura construida que ofrece mul- tiples sugerencias y evocaciones, porque de nuevo, es de la naturaleza de la Arquitectura reabsorber en ella las necesida- des no sélo fisicas, sino intelectuales, emocionales y espiri- tuales del hombre y dar una respuesta ordenada a esta legion de necesidades consustanciales a la palabra “casa”. Eneste.caso, “lo eristente” permiti6 al arquitecto dar for- ‘ma a.un planteamiento de vida muy querido por él La casa pide ser habitada por un “ciudadano” de la ciu- dad, no por un campesino, le pide que sea “ligero de equipa- je”; esta casa no vale para amontonar, no cabe todo. Le pide que sea “austero” en su funcionamiento, las mi- nimas necesidades vitales estén cubiertas pero no hay espacio Algatsdefinitis del conjure ‘amb el porxorterrassa. Planta baise definitive ‘amb el porxo iterrassa sobre Valjub, 42 para un gran despliege de muebles, s6lo lo estrictamente no- cesario. Le pide que le guste la soledad, la grandeza del silencio; le pide que disfrute de su propio paisaje, en la Naturaleza, junto a las rocas, sobre la tierra, como dice Ia frase que enca- beza este articulo “... para seguir améindola”. Muy probablemente estas peticiones sean consecuencia de la biésqueda de una utopia, quiza realizable, para el ciuda- dano del siglo XX, la vuelta a lo natural sin que ello signifique la huida de la vida actual. El arquitecto querria compartir su entendimiento de la ciudad como extensin de casasen el pai- saje, nostalgia de un orden natural que la ciudad debe evar acaboenel territorio. Porque después de todo, estamos cin- co minutos escasos en coche de Pollensa, distancia pequetia que el paisaje natural parece ampliar. Le pide, en definitiva, que la habite como lugar de repo- so, como lugar en el que el hombre se retira para seguir vie viendo en la actividad. a3 Fotografis:B. Ozonas Esti tan fuertemente impregnada la casa de estas necesi- dades que, aunque alguien no las comparta, dificilmente pue- da sustraerse a ellas. 'Y¥ tal vez, el mayor elogio que se pueda hacer al Arqui+ tecto “que concibe el Plan de la Manifestacién” sea la accion de habitarla, Ademés, es tal la sencillez de medios que utiliza para materializar este Plan, que podrfamos decir que es de la naturaleza del Maestro reabsorber en él todas lasimpresiones que recibe y dar una respuesta que satisfaga niveles més pro- fundos del propio hombre. Y acabamos este articulo con una cita muy querida del Arquitecto: “Una casa no puede diferir de otra. Lo importante es saber siesid construidaen el cielo 0 en elinfierno”. (Borges) Madrid, Febrero 1990 1M Luisa Lopes Sarda José Carlos Velasco Léper

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