‘(Carpeta No: G2 SISTEMAS PMA ICUS / A + hn on
RIEL CIENCIA POLITICA ‘i AREND LUPHART
LAS DEMOCRACIAS
CONTEMPORANEAS
Un estudio comparativo
La edieién espanola ha contado
con las aportaciones de
THOMAS C. BRUNEAU, P. NIKIFORAS DIAMANDOURC
y RICHARD GUNTHER
Prélogo de
JUAN BOTELLA
Universidad Auténome de Barcelona
EDITORIAL ARIEL, S. A.ee ne ees,
Una de las paradojas de Ia restauracién de Ia dem
en Espafia ha sido la virtual desaparicién del libro politico de
nuestro panorama editorial. Y si ello puede, en tiltimo extre
mo, ser comprensible si por libro politico entendemos aque
que intenta difundir un programa o influir sobre Ia opinién
publica (puesto que hay otros canales para ello), lo que llama
fuertemente la atencién es la escasa presencia de textos aca
démicos, de nuevas obras que se ocupen de los comportamien
tos politicos de los espafioles, cuando las libertades recobra
das permiten, precisamente, el estudio objetivo de esos com
portamientos.
Y¥ lo mismo puede decirse por lo que hace a la tradueciér
de obras extranjeras, Si tomamos como momento significative
el afio 1977, desde entonces hasta hoy se pueden contar cor
los dedos de una mano los textos relevantes de ciencia poli
tica que han sido traducidos al espafiol. Por ejemplo, la obra
de Arend Lijphart es practicamente desconocida en el mer
cado hispanohablante,! aunque la reciproca no sea cierta: ade
mas de un reciente articulo sobre un aspecto parcial del
sistema electoral espafiol (Lijphart y otros, 1986), Ia presente
edicién de Democracies incluye una sustancial ampliaci6n res
pecto del texto original, puesto que por expreso deseo del
autor se han incorporado al anilisis global tres «nuevas de
mocracias», no estudiadas en el texto original: Espafia, Greci
y Portugal.
Democracies expresa del mejor modo posible los
as son, de hecho, inseparables
puesto que no existe un modelo de democracia, un tinico tipc
le organizacién institucional y politica que encarne el idea
democrtico: Io que hay, como muestra esta obra, es que
1. Si exceptuamos ts traducchin de dos articulos de Lijphart en sendas ra
Hie eeePtuamos Ja traduccién de dos articalos de Lijphart en sende paradojas? lo que es claro es que existen, como reza el
titulo de esta obra, democracias.
‘Si hubiese que resumir cual era la teoria predominante
acerca del ‘en el momento
de la aparicién de Ja primera gran obra de Lijphart (1968),
sin duda ia la palabra clave. Se entendia que la
democracia, jida como modo de organizacion politica
capaz de gestionar pacificamente el conflicto social, era sélo
posible si las dimensiones del conflicto eran_limitadas. Ello
significaba que,
identidad nacional, el entra-
mado institucional, el régimen existente o los simbolos funda-
mentales de la comunidad no podian estar sujetos a cambios
de gobierno; la Hegada de Ia oposicidn al poder no podia sig-
nificar un cuestionamiento de los elementos globales de la or-
fica de la sociedad.
existe
mn social acerca de una determinada cuestidn, y si los dis-
fintos sectores contrapuestos se hallan representados por
partidos distintos, la simple actuacién de los mecanismos de
Competicién electoral entre partidos tendera a abondar la di-
Vision, En tal caso, el sistema esta insuficientemente legiti-
mado, se vera sometido a excesivas tensiones y, en dltimo ex-
tremo, se verd abocado a la crisis.
Esta teorizacién, por otra parte, es coeténea (y la coinck
dencia no es meramente cronoldgica) con las formulaciones
sobre la extincion de la lucha de clases, el fin de las ideolo-
gias, el neocapitalismo, etc. Sin embargo, la realidad emy
muestra Ia existencia de
fen expresién inglesa frecuentemente
no traducida) en los diversos sistemas democraticos: diviso-
rigs socioeconémicas (en términos de clases), religiosas, lin-
gliisticas, étnicas u otras, que dan lugar a fuerzas politicas
‘que expresan los intereses y los puntos de vista de los diver-
pRB ee al idea
reforzdndose reciprocamente, sino independiente, de
tal manera que se encuentren, por asi decir, cen inter:
= que los principales partidos tengan implantacién en
todos los grupos sociales estructuralmente importan-
tes, no limitandose a la mera representacién de un solo
grupo social.
Amos requisitos tienen una misma implicacién: al entre
cortarse las lineas de conflicto, cada grupo social se ve obli
gado a llegar a compromisos en su seno (puesto que se tra:
tard de grupos no homogéneos internamente) y, a la vez, se
encuentra con que comparte objetivos y aspiraciones con
otros grupos sociales, potencialmente rivales. En tal caso, los
Gistintos conflictos potenciales no se potencian recfprocamen-
te sino que, al contrario, tenderan a moderarse mutuamente;
en lugar de un tinico conflicto social global, omnicomprensi.
vo, habré una pluralidad de conflictos sociales limitados.
Si en cambio faltan esos requisitos, el conflicto se agrava
4, pudiendo Hegar en tiltimo extremo a Ta destruccién del sis
tema: tal seria la experiencia de sistemas politicos como
Italia, Ia IV Reptblica francesa, Ia Alemania de Weimar 0
caso extremo, la guerra civil espafiola.
‘Sin embargo, el desarrollo de la ciencia politica en Europ:
‘a partif de los afios sesenta mostré como esa formulacién pa
decia de una cierta unilateralidad etnocéntrica, elevando «
condiciones universales algunos elementos de la realidad polf
tica anglosajona (y, fundamentalmente, estadounidense).
Asi, diversos estudios comparativos sefialaron la existen
cia en’ algunos paises europeos de sistemas democriticos es
tables en sociedades. que no solamente aparecian como n¢
consensuales, sino que adems registraban Ja existencia de
divisorias sociales acumulativas (muy frecuentemente, clase 3
religién, incluso en un sistema como el briténico) y de parti
dos politicos que apelaban a (o se basaban en) grupos socia
les especificos. Esta situacién (que se da en paises como Aus
tria, Bélgica, Holanda, etc), recibe diversas denominaciones
de las que tal vez la mas frecuente sea la de sociedades seg
mentadas.
“4 hectoavde. che. Gull geecdniartins conelinecs etien waseleael12 AREND LUPHART
sludir graves conflictos sociopoliticos y, ademés, mantener
sistemas politicos democraticos estables? En este punto se si
wia la contribucién mas conocida de Lijphart.
jada la existencia de
bajos niveles de consen:
des y a las pautas de
representativas y/o di 1S grupos soci
mds concretamente, tal posibilidad dependerd de hasta qué
punto dichas élites:
leseen mantener la unidad y la cohesién del sistema;
juedan hacer aceptar a sus respectivos grupos sociales
determinadas transacciones entre intereses divergen-
tes, ¥
‘wlencuentren mecanismos (institucionales) efectivos de
comodo entre los diversos grupos.
Lijphart denomina a estos Sistas ae
(econsociational democracies»), 0
de sociedades segmentadas (con bajo consenso al nivel
del conjunto de la sociedad), pero en las que se dan, en el
plano de las lites, practicas y reglas de conducta (formaliza-
das juridicamente 0 no) «consociativas», cuya caracteristica
fundamental es la de rehuir el simple principio mayoritario,
en aras de proponerse la unanimidad 0, por lo menos, la: ob-
tencién de muy amplias mayorias. Mecanismos tipicos de
estos sistemas pueden ser, por ejemplo, la existencia de go-
biernos de coalicién (aun cuando en términos de aritmética
parlamentaria no sea estrictamente necesario), mecanismos
de distribucién de determinados cargos ptiblicos atendiendo a
criterios lingtiisticos, religiosos, étnicos u otros (como se han
dado en Bélgica, Austria, Suiza, 0 en el Lfbano anterior a 1975),
la adopcidn de acuerdos entre los diversos sectores sociales
implicados, acuerdos que luego son refrendados por las insti-
fuciones estatales (como el «pacto escolar» en Bélgica), la
concesién de cierto grado de autonomfa a determinados gru-
pos sociales (como el mantenimiento en Lfbano de la aplica-
Cién personal del derecho, o la existencia de sistemas escola-
res paralelos ¢ independientes en Bélgica y Holanda), ete.
1. eee =
cas, especialmente por lo que contiene de «cartel» de élites, y
Por el desvanecimiento en esos sistemas de las nociones de
smayoria» y «oposicidns, diluyendo, por consiguiente, toda
responsabilidad politica.
No es aqui, sin embargo, el lugar adecuado para entrar en
Ia frondosa polémica a que dio lugar el andlisis de Lijphart.
Interesa, sobre todo, subrayar que el texto que ahora tiene el
lector en sus manos se basa en este legado, bajo una pers
‘pectiva comparativa que intenta situar a tos 24 sistemas de-
mocriiticos estudiados como puntos a 10 largé de un no territo-
rial. Una de Jas enmiendas constitucionales aprobadas en 1970
dice: «Hay un consejo cultural para la comunidad cultural
francesa constituido por los miembros del grupo lingliistico
francés de ambas Cémaras (la de Representantes y el Sena-
do», y un consejo cultural para Ia comunidad cultural fla-
mena integrado por los miembros del grupo lingtifstico
flamenco de ambas Cémaras.» * Estos dos consejos culturales
2, Véase Gerhard Lehmbruch: Proporsdemokraie: Ptidscner System und
luiche altar ie der Schwets und oe Gatereich, TUbingen, Mote, 196. Véase
{arabin Jtrg Steiner: «The Prinipies of Majority ana Proportional, en Cons:
nal ‘Democracy: Pascal Acsomosation im Segmented Soctes” ditaactuan como legislativos, con la potestad ce legisiar a0 ut
cuéstiones culturales y educacionales para unas comunidades
‘que sélo en parte estén definidas en términos territoriales. El
consejo cultural flamenco legisla para el flamencoparlante
Flandes (Ia parte norte de Bélgica excepto Brusclas, la capi
tal, que esta rodeada por territorio flamenco) y para Ja mino-
ria de flamencoparlantes de la bilingtie Bruselas. El consejo
cultural francés actda como Legislativo para la francoparlante
Valonia (la parte sur del pais) y para la mayoria francopar-
lante de Bruselas. Esta combinacién no se ajusta a la defini-
cidn de federalismo' territorial convencional, pero también
est claro que Bélgica ya no es un Estado unitario. Un
perto constitucional belga sefiala que las enmiendas consti
tucionales de 1970 transformaron el Estado unitario belga en
«un Estado comunal»?
81) (Consticucidn escrita ¥ Veto de ta ntinoria? Tanto Bél-
gica ‘como Suiza tienen una Constitucién escrita: un tinico
Gocumento que retine las reglas bésicas de gobierno. A dife-
rencia de Ia Constitucién no escrita de Gran Bretafia_y Nue-
va Zelanda, €stas Constituciones escritas s6lo pueden ser: mo-
sdificadas por mayorfas cualificadas. En el caso suizo, las en-
niendas requieren la aprobacién en referéndum no sélo de la
mayorfa de los votantes de toda la nacién, sino también de
la mayorfa en una mayoria de los cantones. El ultimo requi-
sito proporciona tna especial proteccién a los cantones mas
pequefios y, cuando estan unidos por su oposicién a una mo-
Gin de enmienda constitucional, ello equivale a un veto de
Ja minoria.
La Constitucién belga solo puede ser cambiada por una
mayoria de dos tercios en sendas cémaras del Legislativo.
Esta norma también entrafia un veto de la minoria si ésta, 0
tuna coalicién de minorias, controla al menos un tercio de los
votos de la Camara, Ademis, las reformas constitucionales de
1970 introdujeron un veto de Ia minorfa para cuestiones no
constitucionales con objeto de proteger a Ia minoria franco-
parlante contra la mayorfa flamencoparlante, Cualquier pro-
yecto de ley que afecte a autonomia cultural de los grupos
lingtiisticos requiere no sélo la aprobacién por mayoria de
dos tercios en sendas cAmaras, sino también mayorias de cada
grupo lingiistico, lo que constituye un buen ejemplo del prin-
9. Robert Senelie, The Reform of the Belgian State, Bruseas, Ministerio de
+ inches Dende, The Relate of the Bean. Sets. ee pie te ponies
LE Pie Gee a kv eee A EL oe Sea ee EE
pecto a los otros proyectos no presupuestarios, la minoria
francoparlante de cada cémara puede, de sentir que sus inte
reses vitales estan amenazados, apelar al gabinete, compuesto
por igual nimero de miembros de los dos grupos lingiifsticos
Los ocho elementos de la democracia de consenso tienen
por objeto moderar Ia regla de la mayoria mediante la ext
gencia o fomento de fa particfpacidn en el poder de ta mayo
ria y la minorfa (grandes coaliciones), la dispersién del poder
Gnire Ejécutivo y Legislativo, dos cémaras legislativas y va.
Hos partidos minovitarios); una eguitativa distribucion det
poder (representacién proporcional); la delegacion de poderes
(a grupos organizados territorial o no territorialmente): yur
finite format al poder (gracias @l'veto ae ta minoria),
DEMOCRACTA DIRECTA, MAYORITARISMO Y CONSENSO
La novena caracterfstica del modelo Westminster, tratada
en el capitulo anterior, corresponde a un sistema democré
tico exclusivamente representativo y del cual estén ausentes
los mecanismos de democracia directa, especialmente el re
feréndum. Suiza presenta un agudo contraste porque ha He
vado «la teoria y practica del referéndum hasta un punto no
alcanzado todavia por ninguna otra nacién».” Sin embargo
no por eso debemos Ilegar a la conclusién de que In democra
cia directa sea una caracteristica del modelo de consenso. Los
otros ejemplos principales que hemos elegido revelan en se
guida que éste no es el caso: la mayoritaria Nueva Zelands
hace uso del referéndum con cierta frecuencia, mientras qué
en la consensual Belgica, Io mismo que en el Reino Unido
sélo ha tenido lugar hasta hoy un referéndum nacional. [La
@emocracia directa no es un rasgo distintivo del modelo dc
consenso ni del mayoritario. Estos dos modelos son propio:
de la democracia representative.
Puede argumentarse, por supuesto, que los referendos sor
basicamente mayoritarios en sus efectos, porque suelen deci
dirse por mayoria popular simple, en pro en contra. Pueder
incluso considerarse mas mayoritarios que la democracia re
presentativa tipo Westminster, dado que las asambleas electa:
ofrecen a las minorias oportunidades de plantear su caso er
10, David Gutter y Austin Ranney: «Pract
Gestk-at Panaee act nen bia,
en Referendums: A Comperativ.
‘a ‘Buner y Austin. Ranney, Washee a thal igh at oF Wee et SRLS” SUPE RY (8S Se See ey
de vital importancia para ellos mediante promesa de apoyo a
sus adversarios en otras cuestiones (pacto politico), Cuando
los votantes en su totalidad deciden una cuestién, tales nego-
ciaciones son obviamente imposibles. David Butler y Austin
Ranney afirman: «Puesto que no pueden calibrar estados de
opinién ni resolver asuntos discutiéndolos, los referendos es-
tan destinados a ser mas peligrosos para los derechos de la
minoria que las asambleas representativas.»"
Pero el referéndum no es siempre un instrumento mayori-
tario tajante. Especialmente cuando se combina con la ini
tiva popular, como en Suiza, da a las minorias la oportunidad
de sostener un derecho contra los deseos de la mayoria de
los representantes electos. Un notable ejemplo de esto es un
referéndum que tuvo lugar en Suiza en 1962 por iniciativa de
un pequefio partido sin ninguna representacién en las cma-
ras legislativas; aunque cuatro partidos representados en el
Consejo Federal jeron, el referéndum to."
firecta han sido 0 pueden ser intro-
ducidos en paises predominantemente mayoritarios, predomi-
nantemente consensuales 0 que se encuentren entre ambos.
Foraas y PRAcTicas INTERMEDIAS:
BL cAso DE Los Estavos UNiD0s
Nuestros dos modelos basicos de democracia son modelos
abstractos de Ios que no hay ejemplos empiricos puros, pero
los cuatro casos ilustrativos hasta ahora utilizados estan pré-
ximos a los extremos del segmento mayoritario-consensual.
Los otros casos de democracia que consideraremos en este
libro tienden a estar mas alejados de los modelos puros, Tam-
bién vale la pena insistir en que
i. Como se mostré en el capitulo 1, Gran
retafa era mas mayoritaria en los afios cincuenta que en los
1. Butler y Ranney, «Theorys, en Referendum, editado por Butler y Rar
WY Gale, kniner Mee Gs ae
ide de le ease Set del todo consensual hasta des-
ppués de la aprobacién de las enmiendas eonstitucionales. de
Avastin cng er et a eek Guar
Damen cintin ae are ae eee
meee es
CAP grrr ae
ene: ee a
cracias que aqui estudiamos, Sin cmnbasgo, AARON.
‘eto Sk mis enn Taman Varoea nto, toe
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forma mas precisa. En la literatura sobre ciencia politica hay
doa Tnterpretcionce taalcttion aor deen ees a
cuidsn: basieg Ga seta ene as nana
Sepa ners kone ee ee
za de Gran Bretafia y los Estados Unidos, situdndolos en la
Sousa aaingerin de ise serseeene Pee
Roe mehr ee ae
ferent vena Se ee
Piperdlinniiat Seance sateen Oe ata
Peace eee
(Segmento mayriaioonsenual Para conestar 9 exa pe
re ee ee
considerarse una sociedad plural en dos aspectos. En primer
lugar, es una sociedad multiétnica y multiracial, dividida en
una mayorfa blanca y negros, chicanos y varias otras minorias
mds reducidas. Esta division es actualmente de la mayor im-
Portancia. La segunda divisoria, de especial significacién en el
siglo x1x y en la primera mitad del xx, es la division regional
entre la mayoria del Norte y la minoria surefia. Como Dahl
afirma, «el Sur ha formado durante casi dos siglos una sub-
cultura regional caracter{sticas.¥ En términos de las ocho di-
ferencias entre los modelos Westminster y de consenso, la
democracia norteamericana se puede definir como sigue:
‘ihe Pastlametary and. Presidential
Systemse, Pulble Adminstration Rewiew 3, 24, otofo de 190, 9p, STI
Miliaon $. Livingston: sivitain and America: "The Inatitlonaletion of Accowsts
Dilys Journal of Potties 38, m2 4, noviembre de I9T6, pp, HSN
1S” Ro ts Political Opposition: in Western Bawerctes, New Haven,uno de los dos grandes partidos y que normalmente elige det
suy6 pFoplo a los miembros de su gabiflete
_PeNSSpaRROUAWAER. 0 Ae os rasos ms fur
didos y, en perspectiva comparativa, inbabituales de Ia demo-
cracia norteamericana es una formal y estricta separacién
entre los poderes ejecutivo y legislativo. Uni délsus conse
‘cuencias ¢s quejel presidente, a pesar de 1a concentraciém de
Bader elecutivo en sis Minot, no es én sbsoluto todopodero”
juede incluso aducirse que, aunque no haya gabinetes de
coalicién, una especie de poder compartido entre el presiden-
te y lideres del Congreso ha sido necesaria a menudo, con el
fin de tomar las mas importantes decisiones para la nacién.
En particular, y durante cerca de un siglo tras Ia guerra civil,
esos lideres representaban al Sur y ostentaban la presidencia
de comités clave del Congreso.
1 Comara-de, Represen-
taiites y él Senado son ejemplos de cdmaras législativas ¥ir-
tualmente con los mismos poderes. Puesto que los Estados
tienen la misma representacion en el Senado, los mas peque-
fios estan mds fuertemente representados que en la CAmara.
Esta combinacién bicameral simétrica es idéntica a la de la
consensual Suiza, lo que por supuesto no debe sorprender,
dado que la Constitucién de los Estados Unidos sirvié de
modelo en este aspecto para la Constitucién federal suiza
de 1848.
be Bipartidismo, Un caracteristica predominante de Ia
democracia norteamericana es su sistema bipartidista, ae
jue demécratas y republicans dificilmente se parezcan a los
fueless diaciplinedee y compactos Partidos Laborista y Con-
servador de Gran Bretafia, En el Ambito nacional,ilOs patti
norteamericanos son, en el mejor de los casos, vagas alianzas
‘muy dispares.
SD Barlidos politios: heterogéncas con programas sil
ge ina de las razones de la falta de unidad y ssién de
5 partidos norteamericanos es que sus /bases/sociales Son
Wastante’heterogéneasyaunque estas diferencias no se hayan
traducido en programas de partido marcadamente divergen-
tes. Como se comentard con mas detalle en el capitulo 8, 105)
grandes partidos norteamericanos slo pueden considerarse
Significativamente diferenciados en cuestiones socioeconémi-
as y étnico-culturales: 16s demécratas han sido tradicional-
mente el partido de los trabajadores y las minorias, incluidos
los principales grupos que pueden considerarse minorias en
una sociedad plural, como es el caso de los negros y del Sur.
Comparadas con la mayorfa de otros paises, las dos dimensi
nes diferenciales del sistema norteamericano de partides son,
sin embargo, muy destacadas.
Sina aetna mayor, PL eects
cect cate en ee aa
tuninominal Giunque el sistema mayoritario de doble votacién,
Jos distritos'plurinominales y las elecciones con distrito tint.
co sean también utilizados, especialmente a nivel local). Sin
embargo, en los ltimos afios, se han dado @6s)significativas
desviacior en la direceién del modelo de Cons ». Una es
le aprobacion por ef Tribunal Supremo del affirmative gerry
mandering o delimitacién de los distritos electorales de ma-
her que en ellos se creen mayorias negras, puertorriquefias,
cteétera, y asi maximizar Ins oportunidades ‘de obtener repre
Sentacidn legislativa para estos grupos. Esta delimitacton no
llega al extremo de los distritos exclusivamente maorfes de
Nueva Zelanda, pero es similar en sus propésitos. La segunda
desviacién importante del método mayoritario es el, bi
‘que. tuvo lugar en los afios setenta en el método de det
aclon G6 los resultados de la mayor parte de las presiden
ciales primarias! dé «todo para el ganador» a una mas pro-
porcional distribucién de 10s delegados entre los candidatos
presidenciales, de acuerdo a su participacién en el voto de las
Primarias
repent Los Estados Unidos tienen un sistema
federal de claro corte territorial, Entre otras cosas, ha cur:
plido el propésito de dar al Sur, dentro de la plural sociedad
norteamericana, un alto grado de autonomia,
JeoConetiuctonescnitacyationdeclaspinonia, La Const
tucidn escrita norteamericana s6lo puede ser objeto de en:
miendas mediante un enrevesado proceso que implica dos
mayorias cualificadas consecutivas. Otro ejemplo de veto de
Ia minoria en Ja politica norteamericana es el filibusterismo
obstruccionismo deliberado en el Senado.
La democracia norteamericana se aproxima en tres 0 cua.
tro de las anteriores caracterfsticas al modelo mayoritario
(los ntimeros 1, 4, 6 y, quiz4, el 5); y en cuatro al modelo deNNe ee ae ee ae
democracia directa, los Estados Unidos se hallan también en
una posicién intermedia: muy frecuentemente se Mevan a
cabo referendos en varios estados, notoriamente en California,
pero el pais es una de las poquisimas democracias en las que
nunea ha tenido lugar un referéndum de émbito nacional.
3. VEINTICINCO REGIMEN!
DEMOCRATICOS
EL UNIVERSO DE IAS DEMOCRACTAS
La democracia es un fendmeno raro y reciente, Durante el
siglo xix no se puede encontrar ni un. solo gobierno democré
tico. Sélo en la primera década del siglo xx fueron estableci.
dos en dos paises, Australia y Nueva Zelanda, regimenes com.
pletamente democriticos, con un firme control popular de las
instituciones de gobierno y con sufragio universal para la po
blacién adulta Teniendo en cuenta lo reciente de los orige
nes de la democracia moderna, su crecimiento durante el si
glo xx ha sido espectacular. Hay todavia muchos mas pue
blos en.el mundo gobernados por regimenes no democraticos
que por regimenes democriticos. La tabla 3.1 contiene uns
lista de los cincuenta paises que podrian ser catalogados come
bisicos, aunque no perfectamente democraticos a principios
de los afios ochenta. Las apreciaciones se basan en dos crite
ios, parecidos a los que s¢ vieron en el capftulo 1: derechos
politicos, como el de tomar parte en elecciones libres y en
competencia; y libertades civiles, como las de expresion
asociacién, Estos cincuenta y un paises representan aproxima
damente el 37.% de Ia poblacién total del globo?
Otro criterio que se propuso en el capitulo 1 para determi
nar si a un sistema politico se le puede llamar democraticc
—esto es, si se acerca lo stificiente al ideal— es el de que debe
responder razonablemente a los deseos de los ciudadanos du
rante un largo periodo de tiempo. A efectos practicos, definire
‘mos aquel criterio como el mantenimiento ininterrumpido de
las reglas democraticas desde aproximadamente el fin de 1s
segunda guerra mundial, es decir, por lo menos durante unos
treinta o treinta y cinco afios. Este requisito tiene Ia ventaj
de proporcionarnos una serie de ejemplos claros e indiscuti
Nee Left Review, ne 103, mayo-junlo de 1977, pp, 17