Ha propsito de los recuerdos que hoy se agolpan en la
memoria de los chilenos mayores y de las imgenes y testimonios que inundan las mentes de los que no participaron ni tuvieron noticia del golpe de estado de 1973, nos parece oportuno recordar recordar con patritica emocin a quienes jugaron en la dictadura un rol importante en el mundo de la poltica para que hoy disfrutemos de un pas que, si bien no est completamente reconciliado, tiene en su haber una democracia perfeccionable, en la cual ya nadie siente temor a ser arrestado sin orden de autoridad, ni menos torturado ni hecho desaparecer sin que los tribunales puedan decir algo oportunamente. No se lleg a esta situacin por casualidad, sino porque un conjunto de personas que hoy no nos acompaan en la vida terrenal, dieron un testimonio enorme de vida y de consecuencia. Recordamos con nitidez entre ellos las figuras de Edgardo Boeninger, Jaime Castillo, Claudio Huepe, Narciso Irureta, Gabriel Valds y Adolfo Zadvar. Los conocimos personalmente y sus acciones fueron realmente significativas. Todos estos hombres con sus virtudes y errores, llevaron adelante sus sueos de libertad para Chile y fueron capaces de articular un proyecto para despus de la dictadura colocando cada uno su propia cuota en ello. Algunos brillaron en la capacidad de urdir acuerdos, otros en proyectar los que vena, otros en la lucha por los derechos humanos y la defensa del patrimonio de Chile y de alguna u otra forma todos ellos prefiguraron un camino electoral y de paz que hoy casi sin reserva podemos aplaudir. De estos ilustres chilenos que hemos nombrado, que por cierto no son los nicos, cabe consignar que tuvieron la capacidad e inteligencia para no sucumbir al derrotismo y supieron vencer sus propios temores. Sacrificaron sus vidas por algo superior y el Chile de hoy, que recuerda con dolor el quiebre institucional y sus efectos, puede poner en ellos la mirada para que recordndolos pensemos que siempre habr una posibilidad de hacer de Chile un pas mejor si tenemos
en la mirada y en el recuerdo a personas tan apreciadas y
queridas como las que hemos recordado a ttulo ejemplar