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| j | | | Introduccion al pensamiento de Heinrich Racker MIRTA S, DE CYTRYN LILIA R. C. DE GANDO ALICIA S$, C. DE HIGGINS OLGA L. MIRANDA NORBERTO LITVINOFF en buena medida actuales, y despiertan entre q acercan a estudiarlos, tanto o mas interés y pasion, que el que despertaron en su Sin embargo, la resonan la cor frente a cual f Hoy que la resi pectos de la obra de Racker, se hae proa hacia las raices de nuestra pec psicoanalitica. Se ata de queologia del conocimiento. Mucho menos peligroso y comprometedor que entar en el campo de la ‘aun adversario, Ha de Racker, es correr sobre su obra un velo de lograra el tema de arnos a engatio tc estas ideas. 13 Racker y sus ideas han debido enfrentar una ver- dadera conspiracién del silencio. Es que no hay una relacién necesaria entre la ver- dadera importancia de un hombre y la que le atribuye $1 propia Epoca. El individuo creativo, aun desde su destierro, al satisfacer el hambre de simbolos que caracteriza su en- torno, desempefia una terapéutica funcion decisiva pa- ra la vida del grupo, 11) Sélo un niicleo ha sabido mantenerse férre- amente unido alrededor de sus enseanzas. Para nosotros, sus paginas cumplen una funcién semejante ata de aquellos pozos profundos —manan- alrededor det cal se reine el grupo ela etos grupo y de cuyas A la luz de estas ideas, nos parece com as, prender que €] mérito de Racker estriba en la sagrada seriedad con que éste buscé la ampliacién de nuestra capacidad tera- péutica. ‘Su destino fue siempre el de un individuo aislado, un héroe que debe transformar lo viejo, para posibili- tar la aurora de lo nuevo. IU) El pensamiento de Racker se encuentra pro- fundamente engarzado a una corriente filosdfica, que tiene a Martin Buber como su principal exponenie. "Para este autor, la realidad fundamental de la existencia humana no es e individuo en cuanto tal, ni Ia totalidad en cuanto tal; porque las dos —bien mira- das las cosas— son meras abstracciones, recortes de la vida que dejan escapar su exencia misma, a realidad fundamental de la existencia hu €s el hombre con el hombre, mans uber sostiene que ta anica forma de experimen- tar lo que sucede en aquel enigma que ilamamos ‘otro”, es viviéndolo en la propia sangre. 4 Es asi que un didlogo verdadero, o sea un didlogo no esiereatipado, un didlogo totalmente esponténeo, en el que cada uno incita una respuesta inesperada; una eccion auténtica, es decir, no una mera repeticién ma- quinal, ni tampoco una leccion cuyos resultados son ya conocidos de antenano para el maestro, sino una lec- ion desarrollandose en sorpresas reciprocas; un abra- Zo auténtico, no de ritual; una pelea de verdad, no fin- gida; lo esencial de todos estos hechos, es que suceden en un espacio que no es ni yo" ni “ti”. IV) Nuestros discipulos nos forman, nuestras obras nos edifican. Vivimos nuestras vidas inescru- tablemente incluidos en la fluyente vida mutua del uni- verso, en una Nostridad que nos trasciende. "TY qué decir sobre el dolor? Ante el sufrimiento el hombre se comporta como frente a los rituales sagra- dos, cuyo verdadero sentido, tinicamente era develado para el que tomaba parte en’él como iniciado; solo su- Mido en el fondo tiltimo de su propio dotor, st pone él hombre en comunién con el dolor del otro. “Ep el comienzo es la relacion. El Tai viene a mia través de la gra no buscandolo. El encuentro es la cuna de ta vida verdadera.” (Yo y Ta - Martin Buber) V) Para Victor Von Weizaecker el “trato"” es la primera categoria de lo humano y el punto de apoyo para la comprension de la relacién médico-paciente. Si para 1a medicina positivista el paciente fue cada vez mas valorado como una cosa, como un objeto de ta Investigacion colocado a distancia —como meta de un estudio cientifico natuval—, el giro revolucionario que sostiene Von Weizaccker consiste en postular que eb 15 / ic dar y el recibir, generan un acto unitario en la relacion paciente-terapeuta. El Principio del Circulo de la Forma alirma de una vez y para siempre, que el absoluto metafisico no es el Yo" sino el “Nosotros” Esta idea queda plasmada en su concepto de “Weggnosenchalt”, que Lain Entyalgo traduce como “camaraderia itinerante’’. Para poder investigar lo vivo hay que tomar parte en la vida, en esa vida que se orienta hacia lo patico, hacia fo antildgico, hacia un mundo de sujetos que solo pueden ser comprendidos participando con ellos en una lucha cuerpo a cuerpo. Mas alli del racionalismo, mas alld de lo dntico, en un plano que solo puede ser el de la responsabilidad y el encuentro. ¢.__,_ ¥) Vitor Yon Weizaccker llegd a estos conceptos, Egmas que a través de la experimentacion en el laborato- rio, en la profunda crisis de su vida personal. En la calma de un atardecer de 1915, meditando, snientras caminaba por el campo. Von Weizaccker se ve invadido por una subita inspiracion: comprende abiertamente la anterior indiferenciacion entre sujeto ¥ objeto. En la serena contemplacién de una cartuchera que se encontraba alli coleada: El es la cartuchera y la car- tuchera es El. Weizaecker comprende bien —y lo explicita clara- mente— que esta sibita iluminacién lo entparenta con Lao Tsé, con Chuang Tsii, con la filosofia de la identi- dad, con el Taoismo. “2.igdiCémo es posible que yo no sea ests cosa, que esta cosa no sea yo? VIN) Racker no puede ser comprendido —qué du- da cabe— sino es a partir de la obra freudiana. Asi, (0- da su trayectoria intelectual dibuja et mapa de wna W- vesia, puerto y peligro de la dialéctica discipulo- maestro. Cada linea, cada renglon de su trabajo, muestran la tensién inevitable y creadora de esta rela- cidn intelectual Si la busqueda de la verdad cientifica es, en el fon- do, la busqueda de la madre, hay algo en nosotros que busca al hombre, quiere conocerlo, quiere entrar en wontacto con él. La obra es —y ahora esto se nos sevela con abso- luta certeza— el medio a través del cual buscamos, en el fondo, nuevamente un padre: “Asi como nuesttas hijos, sentados en nuestras rodillas, inspeccionan nuestra boca, bara, o}08 ¥ nariz, y'asi como ellos quieren saber de nuestra vi- da, asi hay en nosotros la misma curiosidad primi- tiva—raiz biopsicolégica de todo anhelo de saber— frente a los grandes hombres que se han converti- do en nuestros nuevos padres, en los padres espiri- tuales de los adultos."” (Consideraciones sobre la Personalidad de Freud - Racker) VIII) El valor imborrable de Racker consiste en haber podido demostrar que dentro de la teoria psico- analitica, era posible entretejer otro enfoque, que se re- fiere por lo demas al mismo objeto, aunque lo conside- ra dentro de un punto de vista mas profundo. Esta nueva comprension es, con respecto a la cien- cia psicoanalitica, lo que los significados superiores de un mito son con tespecto al sentido literal de ést@. Backer pudo gestar en su relacion con Freud aquello que slo puede realizar wna pequetia minoria de clegidos: logré mantenerse fiel al espiritu y a la letra del pensamiento psicoanalitico, sin caer én la estrechez dogmatica que limita las posibilidades ¢reativas. IX) Al mantener siempre vivo su lazo de con la obra freudiana, encontré en ella, con ori dad sorprendente, la fuente misma del desarrollo tedri- coy técnico. Un ejemplo entre cien, entre mil, Cuando Racker comenta la metafora freudiana del ‘‘analista como es- pejo {critica acaso en esencia el pensamiento de Freud? Para Racker el analista es de carne y hueso. La ac- ‘itud de no mostrar al analizado mas que lo impres: dible de su propia persona, no debe privar al analista de mostrar su interés y su afecto, puesto que solo Eros origina Eros. X) La relacién con Freud es, en toda la obra de Racker, un vinculo claro, constante y fluido. Pese a que no hubo un contacto directo y perso: nal, al teerlo observamos su profunda identificac —siempre manifiesta— con las ideas de Freud. En cambio, la estrecha ligaz6n del pensamiento de Racker con la obra de su maestro Oskar Adler, perm nece en la penumbra. Sucede aqui como con aquellos secretos que no deben ser divulgados inoportunamente, so pena de su- citar una reaccion del todo imprevisible, provocando el iesgo de perturbar a espiritus atin no preparados para acceder al conocimiento de ciertas concepciones tras- cendentes. El contacto intimo y personal, intelectual y hum: no, entre Oskar Adler y Racker, se inicio en Viena en 1929 y duré varios afios. Genero en este tltimo una profunda transformacién, una verdadera metamorfo- interior en su concepcion del mundo. Prologando un libro de Adler, libro que él mismo trajera e hiciera traducir para ‘su publicacién en nuestro pais, Racker escribié: 18 “Es este un libro extraordinario, de un hombre extraordinario’ XI) Oskar Adler —hermano del conocido Psicdlo- go Alfred Adler— era una singular personalidad que sintetizaba los dispares dominios de la Medicina, la Masica, la Filosofia y fa Astrologia, También para Adier, la fuente cognoscitiva de la que proviene el saber esencial, se encuentra en el miste- Tio de la “interioridad’’ del propio ser humano. Sélo al descubrirse dicha fuente, al encontrarse el acceso a ella, se comienza a revelar una esfera del saber, que en ltima instancia, se basa en la premisa de “ser uno con todo lo existente”’ Comprendemos asi como, en este proceso del co- nocimiento, se basa justamente la concepcion de la contratransferencia, Estas ideas, que provienen de una antigua Tradi- cién, anticipan sorprendentemente las modernas con- cepciones de la fisica —relativista y cuantica— y natu- ralmente, las ideas del ecosistema de Bateson. Es asi que todas las ciencias y todas las filosofias aisladas, con el cambio histérico de sus doctrinas; to- das las religi temas morales, y aun todas las artes, no serian sino rayos cromaticos 0 dispersos de la gran luz original. Hasta el propio Yo del hombre, no seria mas que una nota dentro de la gran sinfonia cés- mica, la nota denominada “‘conciencia’” en la sinfonia del cosmos universal. XII) Un ejemplo metaférico ayudara a descifrar estas idea: Comparemos lo que ocurre cuando arrojamos un grano de sal al agua, frente a lo que ocurre al arrojar al agua una piedra, El agua bafia la piedra pero no la penetfa, s6lo to- ca su superficie: el agua sera para siempre, extrafia y 19 exterior a la piedra. Con el grano de sal sucede algo distinto. La sal se diluye en el agua, se funde con ella, No sabemos sies la sal la que se disuelve en el agua, 0 el agua en la sal. Se han hecho uno, en este acto de comunién. En este conocimiento, que reclama con derecho el nombre de cientifico, el Yo se disuelveen el otro, se ex- pande tanto, que vive en el cosmos como en su propio cuerpo. ‘Apoyado en estas teorias, Racker e! sus pensamientos acerca de la ética, integré la vincula ion entre caracter y destino, entre cuerpo y mente, aplicd el Psicoanilisis a la foima y composicidn musicales, y de- sarroll6 sus ideas acerca del sentido original de las. giones. ‘También estos contenidos se expresaron, como el alma y la médula, de sus concepciones técnicas, Son el hilo rojo, el cordén umbilical, que conecta contratransferencia, filosofia, arte y religidn, con iitero fecundante que les dio a luz. Sin caer en un falso “sincretismo”, dio un paso mas y sugirid la profunda identidad esencial, | estrecha afinidad de espiritu, entre estas concepciones tradicionales y el Psicoanalisis. _ XIII) Asi como aplicd sus conocimientos filos6 cos para ia comprension profunda del Psicoandilisis, asi también utilizé los conceptos psicoanaliticos para Racker hal musical. Era un virtuoso ejecutante de jen podria decirse que por sobre todas las casas ten- dia, como analista, a escuchar la miisica de la ses Sus estudios sobre la armonia, el tono y el rit remiten al primer sonido que escuchan los oidos de jio: la melodiosa voz de la madre 20 El investigar sobre la sensibilidad artistica, algo que quizés el mero instinto siente como superfluo es, sin embargo, el estar abierto a lo no uigente, a lo espi tual, uno de los atributos especificaiente humanos. Es por ello que el conocer el sentido musical y sus per- turbaciones, nos ayudara a comprender las actividades espirituales y la patologia de la capacidad de crear y aprender, de ejecutar y recibir, de dar y de deleitarse en la entrega. EI paso revolucionario en la evolucién del hombre es la transferencia de grito a tono, punto de ruptura en el plano aciistico entre lo animal y lo humano. Sélo el hombre puede producir tonos, grito domado, que sur- ge de la intimidad de una pulsion también domada. Racker insistid en la persistente mensaje musical con Ia expres igiosa. Practica- mente toda ceremonia sagrada incluye una presencia sonora musical XIV) Las creaciones musicales, aparte de tener cuerpo y alma, sonido y contenido ‘psicolégico, con- tienen aquel elemento espiritual, reflejo e intuicion de un aspecto del espiritu universal Esta afirmacidn de Racker tiene consecuencias de- finitivas para la psicologia profunda ___ Si las creaciones musicales provienen del incons- ciente, Racker no vacila en pensar en la existencia en éste de una capacidad de integracion armoniosa con el Todo y las leyes que lo rigen. El generar miisica seria una manifestacion singu-_ lar de esta capacidad del inconsciente, Como sugiere aquel admirable didlogo entre disei- pulo y maestr “—Discipulo: *;Cual comprension del Todo?" es la puerta para —Maestro: ‘;Oyes el murmullo del arroyo?” —Discipulo: ‘si’. —Maestro: ‘Esa es la puerta’.”” XV) EI masico, el artista creador o imtérprete en el ejercicio de su arte, tienen el poder de unir lo fragmen- tado y reparar lo destruido. Hacer musica es convertirse en bueno y ser perdo- nado. La faena del artista es un acto de magia. Aun iendo copia de una idea, la fuerza de la divinidad cre- adora, la fuerza regeneradora, se encarna de manera siempre diferente en cada manifestacion. Entonces, hacer musica es crear vida y unirse con la vida. La musica es, ante todo, unidad en la multipli- cidad, superacién de la soledad, del desorden, del aislamiento. Hacer miisica, escuchar musica, suaviza asperezas, tiende a la reconciliacién. La nota clave de esta concepcién sobre la musica es que ja Belleza no es, nj mas ni menos, que una expresidn de la Verdad. El lenguaje musical tiende a establecer una comu- nicacion superior a la comunicacién ordinaria realiza- da a través de las palabras. EI psicoanalista, como el masico, buscan en su ta Bor armonizar las desarmonias entre el yo y las pul- siones, entre la parte superior-espiritual y la inferior- animal del hombre. XVI) Resulta interesante destacar la profunda afi- nidad que guardan estas ideas con los estudios psico- icos sobre la zados por George Grod- deck. Para este autor, lo musical es wna cualidad funda- mental de lo humano y todo hombre —por naturaie- za— engendra miisica; incluso sin su propia participa cin es fecundado por la musica de los otros. 2 Para Groddeck, la sordera habitual en tantos mi- sicos se debe a que la musica, en verdad, no se dirige al oido sino a lo humano. Es como si el Ello dijera: los sonidos que mi oido fisico escucha cubre la miisica sublime de mi alma, distraen mi atencién hacia un mundo de apariencias, velo del Maya que me impiden ver Otra Realidad. De modo que quiero paralizar mi oido fisico a fin de gozar mas.“ ‘También para Groddeck la miisica esta vinculada al amor. El lenguaje simbélico, mucho mas rico y suge- Tente que el lenguaje ordinario, nos muestra la imagen de la primavera representadd por pajaros cantores y un Pequeito Eros alado ejecutando musica. XVII) Una vez que el hombre ha apcendido a su- mirse mas a fondo en su vida interior mediante el arte al —y por qué no con cualquier actividad creado- ta— podria surgi un nueyo modo de conocimiento que, en lugar de estar enderezado hacia el mundo ex- terno, se dirigiera hacia las profundidades del alma, alli donde se siente directanjente la relacién del propio pequelio yo con todo el universo, el microcosmos en el macrocosmos. \ Este sector de! Tedo, captado por la mirada inte- jor que hoy llamamos contratransferencia, contiene la ley del conjunto, pues es conto el pequefio fragmento de un hueso que puede presentar de nuevo todo el a mal, porque la ley que supo determinar toda la forma de aquél, debié actsar también en la mas pequeita par- te del mismo, _XVIII) Estas ideas nos llevan.a pensar que la for- macién musical, que el ejercicio y 1a enseftanza de la sensibilidad musical, lograrian acrecentar las aptitudes analiticas. 23 atento a la armonia y al ritmo de la sesién, al acorde y al compas del discurso del paciente. XIX) Si queremos recuperar la concepcién psico- analitica de Racker sobre la esencia del fendmeno reli- Bioso, nada mejor que acercarnos a ella a través de una de las metaforas de la sabiduria popular que él mismo utilizara para referirse a estas cuestiones: “mucho cuidado de tirar al nifio junto con el agua de la bafiera”” La investigacién _ psicoanal Freud, ha lavado a fondo al nifi tarea puede y debe ser continuada. Todo lo que ha quedado del nifio es un tesoro de representaciones, de experiencias y de técnicas de de- sarrollo emocional, que merecen ser cuidadosamente estudiadas con nuestros conocimientos del inconscien- te. Fl analista desarrollaria la capacidad de estar | i En este plano Racker es ei heredero de una evolu- cién interior que podemos vistumbrar en la obsa del creador del Psicoanilisis. Efectivamente, asi como la teoria de los instintos, fue cambiando de 1905 a 1924, asi como el papel adju- dicado a la labor de la transferencia no es el mismo en ‘La Interpretacidn de los Suefios’ que 14 aiios después, asi también la evaluacién de las fantasias religiosas, no es exactamente la misma en ‘Totem y Tabu (1913) que en ‘Moisés y el Monoteismo’ (1937). Para Racker es preciso atreverse a “dos Freud’. Uno que dirige la mirada a lo pulsional alo patolégico en la religion y en la religiosidad, tai co- mo aparece por ejemplo en el ‘Porvenir de una Hlusibn’; y “otro Freud” que dirigié su interés hacia el superyé y el ideal del yo, es decir, a lo que se llama lo 24 superior en el hombre. Es el Freud que se entusiasma con la religion de Aton y con la teoria de Empédocles de Akragas, el gran pensador mistico y médico del siglo V A. de C., que anticipara la teoria de la lucha entre Eros y Ananké. Ya uno de nosotros habia sefialado que la metap. sicologia freudiana, coronaba el desarrollo pulsional con dos metaforas, surgidas del esoterismo budista: ‘Ténatos tiende al Nirvana y Eros a recrear el Atman, XX) Esta nueva concepcién de la religién, nos He- va a pensar que hemos heredado unos cuantos de los textos que en una época circularon entre los ilumina- dos de civilizaciones mas 0 menos extintas, y que los egipcios, los budistas, los pitagdricos y los’ gndsticos, eran gente muy parecida a nosotros en lo que se refiere a facultades y diferente slo en cuanto al lenguaje y a Ia exactitud que tienen nuestras comprobaciones cienti- ficas. El momento Hegara en que ciencia y religion, de- jen de estar estérilmente opuestas para dar paso a un conocimiento que en rigor, no sea ni cientifico ni reli- gioso. XXL) Mas debemos recalcar siguiendo a Racker, que por inteligente y educado, en el ordinario sentido de fa palabra que un hombre pueda ser, no podra en- tender las metaforas religiosas, sin recibir indicaciones especiales y sin tener especiales conocimientos psico- analiticos. Racker ejem| bolas: ‘Acerquémonos para comenzar a la escena en que Cristo camina sobre las olas. EI Psicoanalisis traduce el mo referente a las pasiones. El n minar sobre las olas, adquiere asi ica esta actitud con estas dos para- nbolo de las olas co: gro de Cristo de ca- nsentido diferente oy al que tiene en su contenido manifiesto, 0 sea el de la superacion de las pasiones. Esto concuerda con otros datos sobre Cristo, se- giin los cuales habia actuado como Maestro de la sabi- duria de la vida. El pensamiento de Racker, en este punto, es defi- nitivo: mi Destino es mi creacion, lo he ido forjando, lo he ido tallando, como un escultor a su piedra, y esto ya desde mi primera infanci El que sepa conocer el inconciente, el que se reco- nozca como alfarero de su Estrella, sabra descubrir a través de la necesidad externa o del Destino, la misma cara que antes estaba mirando desde su interior Ain el nifio crea, segin su constitucién pulsional y caracterolégica basica, distintos padres y provoca asi distintas reacciones, En la conciencia ordinaria existe la peligrosa ten- dencia a ver el origen de los sucesos en el exterior, et los demas, en el destino. Incluso podriamos hablar de una ‘hipocondria de lo exterior’, agigantando la mal- dad que hay en el mundo y hasta de una ‘fuga a lo ex- terno”, con la que el hombre comin declina su respon- sabilidad. Lo que este hombre comin experimenta, por ejemplo, con su mujer, es ante todo un espejo de sus Propios aspectos femeninos. El que tiene necesidad de ver y denunciar fuera de si al que roba, ve el mundo leno de ladrones, tiende a dejarse robar, y hasta provoca que le roben Quien desee oscuramente ser infiel tendera a des- confiar celosamente de su amada, y hasta provocara esa misma traicion que tanto teme. No es que no existan ladrones ni traiciones, es preciso recalcarlo. Pero hay quienes llevan sobre si una disposicién especial, una especial sensibil 26 ad para un i — determinado destino, y una tendencia a crearlo, ac- tuando. XXIV) Los asombrosos descubrimientos de la Medicina Psicosomatica vienen a demostrar, con con- viccién inesperada, la profunda intuicién de estas ide- as: escribo mi enfermedad en el libro de mi cuerpo. En la vida uno no se encuentra jamas con otra co- sa que no sea uno mismo. El destino es “inevitable”, en Ia medida en que nos resulta imposible escaparnos de nosotros mismos. EI Destino no se logra ‘a pesar de’ nuestros es- fuerzos y nuestras aspiraciones, sino mas bien “a causa’” de esos esfuerzos y esas aspiraciones. Si, el Destino es interior: la vida no transcurre en un mundo externo con fuerzas auténomas y extrafias que pésan sobre nosotros como entidades exteriores. Viven alli dentro, son nuestra propia realidad, s6lo que desconocémos este Destino Interior que se mueve acor- de con el Universo. El Psicoanalisis ha descubierto la génesis de los sufrimientos y de las perturbaciones evolutivas del hombre, al mostrar que nuestros conflictos son ante- riores a nuestras desgracias, y se ha ido convirtiendo en un camino y una técnica de evolucién y transformacion humanas. ° E] cambio del caracter es un prélogo a un cambio Destino. El psicoanalista bien puede hacer suyo el lema que Schiller envié a Wallenstein por medio de su ayuda de camps ‘In deiner Brust sitid deines Schicksals Sterne” Es en tu corazén donde se encuentran las estrellas de tu destino” XXV) Su permanente preocupacién por Ia tras- cendencia lo llevé a ahondar en los dominios de la mo- 2 ral y fa ética, mostrando que en las profundidades del inconciente, subyace una definida necesidad de justi- cia. Esta voz —que tiene su morada en nuestro inte- rior— se basa en tiltima instancia, en el amor al proji- mo y en la identificacion con él. ‘Tarnbién a través del Psicoanilisis de 1a Etica es posible tender un puente de utilidad técnica y clinica que mejore la relacion terapéutica. El amor por el projimo, en la técnica analitica, se expresa en la comprensi6n, resultado de una idemifica- cién continuada, una singular unién psiquica entre analista y analizado, debiendo aportar ambas partes la energia y la capacidad para tal union, de Eros, contratransferencia’” es la disposi no responder talionicamente a fa agresion de su pacien- te, la capacidad de devolver una interpretacion a la “*bofetada’’. El paciente puede liberarse asi del circulo vicioso en el que esta encesvado, canuper la rueda de Siguiendo una antigua tradicién biblica, Racker propone devolver interpretacién por ojo e interpreta- cién por ciente. Al mantener permanentemente el analista su acti- ud interpretativa, su funcién pedagdgica; al mantener un afecto casi invariable junto, encima y a pesar, de las oscilaciones contratransferenciales, se incrementan la capacidad de amar y reparacién en el analizado XXVP_ Su descubrimiento del papel de 1a contratransferencia, nos ensefia una vez mas, que el dualism entre Yo y Ti es una ilusion, y toda la técnica psicoanalitica del objeto es siempre también una proyeccién del pro- pio yo. 28 puedas querer un po Siempre se piensa en terpretacion de la mal- de Jos celos, afectos negati- Nunca estar demas recalcar el efecto saludable que tiene el restablecer en el hombre, la conciencia de a propia bondad, para que pueda confiar en si mismo, y permilirse realizar lo placentero y provechoso para si Podemos dl , fa commtacencia © 0 nto; ¥ a élica, como wna suerte de tentativa tera péutica, un -squeda permanente de la verdad sobre si mismo. XVI A esta altura de nuestros conocimientos, se nos hace evide ue la obra de Racker bien puede di- idirse definic’rmente en dos partes. Por un lad, un aspecto exterior, vinculado con la técnica analitiva, por el cual se ha hecho conocer ante un piiblico especializado; y por el otro, uno cuyo significado ha quedado reservado para quienes se acercan a buscarlo, y que es el sostén armonioso que fundamenta tedricamente las concepciones téenicas. Dems esta decir que sin ese sostén reservado, dichas conceptualizaciones técnicas corren el riesgo de ser profundamente mal comprendidas y mal interpre- tadas, y tanto se da el caso de que sean rechazadas por arbitrarias 0 misticas, como lamentablemente repeti- das de manera superficial y desde todo punto de vista contraproducente, Tomado, pues, én su conjunto, los contarnos de este edificio majestuoso —que antes habian sido oscu- 29 ros ¢ incomprensibles— se nos revelan ahora claramen- te delineados, y no s6lo los contornos sino también al- gunos detalles de la fachada, XVIIL) Aceptada esta condicién, es posible descri- bir sus estudios sabre técnica como una piramide que ge eleva basandose en cuatro postulados fundamenta- es. En primer lugar, la concepcién de la contratrans- ferencia, que descansa en la capacidad del yo del ana- lista de disociarse en un yo vivencial e irracional y en un yo observador. Vemos que, por una parte, el terapeuta debe dar libre curso a sus asociaciones, fantasias y sentimientos, que surgen en respuesta al material del analizado. He aqui una respuesta interna total, libre de repre- siones y bloqueo afectivo. Pero también, mediante la observacién de esta divisién del yo, puede el analista roniper el circulo vicioso entre transferencia negativa y contratransferencia negativa, y permitir que emerja la contratransferencia positiva —el Ave Fénix resurgien- do de las cenizas— que percibe y moviliza la transfe- rencia positiva reprimida y disociada del analizado. Esta es la ‘“‘doble vida’” que debe llevar el analista, utilizando la contratransferencia para la comprension de los procesos psicolégicos del analizado, aceptando que los afectos y la vivencia del analista son, en ultima instancia, la respuesta al mundo interno del paciente —la cuerda que vibra acorde a la cuerda del pacien- te-. La elaboracién de la contratransferencia, basada en el complejo de Edipo del analista, es la via regia que nos permite analizar la transferencia del paciente. XIX) El segundo punto sobre el que descansa esta idea de la técnica, consiste en la caracterizacién de lo que ha sido definido como la actitud interna basica del 30 analista. El terapeuta que se ha empapado de estas teorias mantiene una posicion activa frente al material de la sesion. Pero gqué quiere decir activa’? No esta demas sefalar que no sélo la interpretacién es actividad. Es. cuchar bien, nO oir; identificarse. la empatia, el comprender; esta division del yo, a la que reciemtemen te aludiamos, Todos estoy san procesoy activos. 20 acaso cuando el sabio chino manda a su no-buscar —que finalmente encuentra kas perlay— no estit real zando una actividad? Actividad paradojal, por cierto, que no puede ser comprendida desde el mero pensa> miento racional del proceso secundario. No es casual que para describir esta actividad transconciente Racker utilice ef rérmino “despertac”” Despertar para luchar por la cura del analizado. Des: pertar a una mayor aceptacion de nuestra nueva pater nidad y maternidad. Despertar a buscar —una ver mas— el contenido latente de las meviforas freudianas del analista como espejo y cirujano. Este despertar a la lucha contra las resistencias y por la salud del analizado, puede ser vomparado con fa famosa contienda del patriarca biblico Jacob con el an- eel. En la cima de la montana —entre la cumbre y ef abismo—- una larga noche luché Jacob con el angel, y ninguno vencia. A la llegada del alba Jacob dijo: "No te dejaré, a menos que me bendigas”. ¥ a la criatura celestial, no le qued6 otra salida que bendecirlo. Seguramente, también nosotros terminemos lucha como Jacob, con una cadera renga. Pero al igual que él, nosotros conseguiremos desde nuestro propio interior, una suerte de bendicion. XXX) En terce? lugar, esta concepci6n del psivo- alizar contiene en st interior, un profundo re hacia los objetivos simplistas con los que se ha quet deformar las metas de la cura. La finalidad de la terapia analitica no puede ser n remotamente parecida al alta que suele dar et médico una vez desaparecida la causa del malestar sintomatico, La verdadera terapia analitica tiende hacia objet vos superiores. Es necesario comprender que el hombre que se analiza llega hasta nosotros como algo inacabado, obra inconclusa de un destino que es preci- so transformar. E} Psicoandlisis es una terapia, si. Ha descubierto las causas de los sufrimientos y de las perturbaciones evolutivas en general. ¥ es por esta misma raz6n que se ha ido convirtiendo en un Camino de vida y en un cam- po de ejercicio de la posible evolucién del hombre, El concepto de ‘‘bipatia’’ nos sirve, en este plano, para revelar una consecuencia iisospechada: la evolu- cién del paciente también determina —en mayor o me- nor grado— la posible evolucién de su analista. Si el paciente se detiene, el analista también —en mayor 0 menor grado— se detiene. Es desde esta perspectiva que podemos comprender los conceptos de masoquis- mo inconciente del analista, mania inconciente del ana- tista, y en general, de toda contratrarresistencia, ‘Esta alquimia psiquica nos brinda, de esta forma, el sentido latente del término curacién: un camino del conocimiento y perfeccién de la propia persona, que ha sido siempre el fin y la meta de toda aspiracién psi- quicamente orientada. XXX1) Por ultimo, nadie como Racker ha sabido explorar el lado oscuro de la funcién del terapeuta. El analista no merece ni tanto amor ni tanto odio, pero la transferencia del paciente, teje, implacable. mente, una respuesta contratransferencial. 32 La neurosis de coniratransfetencia se estructura segan una dialéctica de complementariedad sincronica a la actividad pulsional del analizado, En este campo todas las reacciones son posibles, Jas contrarresistencias, particularmente en sus manifes- taciones racionalistas y légicas, la mania mesiénica del falso profeta, la melaicolia devoradora y autodestruc- tiva, el silencio vengativo, la respuesta talidnica, en el letargo. La sombra del paciente alimenta la sombra del analista. Ambas quedan constelizadas en un nucleo que se erige como el obstdculo mas serio en el proceso de la cura. Estas ideas han hecho que el pensamiento de Rac- ker no haya sido, en general, bien aceptado por la ma- yoria de sus colegas. La conciencia ordinaria tiende a ver en estas maciones wna denuncia que no sabe perdonar— pero es preciso comprender que si Racker se ha internado en este campo, ha sido Porque pretendid encontrar en estas _respuestas contratransferenciales patoldgicas del analista, la esen- cia misma de la desdicha neurética del paciente. _No fue meramente una necesidad de desmitificar culo terapéutico, el seftalar que este no era Ja rela- cidn entre un sano y un enfermo, sino el contacto entre dos personalidades que reaccionan a cada uno de los acontecimientos de la situacién analitica. : re postular es que la capacidad del analista para identificarse con las tendencias y fan- tasias del paciente, dependerd del grado en que acepte dentro de si esas mismas tendencias y fantasies enfer- mas, y sobre todo, sepa utilizarlas para generar la in- terpretacién, la actitud, y el gesto terapéuticos. Estos cuatro postulados fundamentales se elevan 3 formando una pirdmide, que solo esquematicamente puede ser denominada con la palabra ‘técnica’ La cbra de Racker —como los monumentos que se yerguen solitarios en el desierto— rebasan el concep to de ‘técnica’ y transmiten un significado mas profun- do. Ena faena del psicoanalizar, arte y ciencia del te- rapeuta, la teoria de la contratransferencia no puede ser ensefiada: Solo se entrega a aquel que es capaz de reinvertarla a cada instante. XXXII) Sabiendo que iba a morir en poco tiempo, despide a sus pacientes y dedica sus iltimas enersias a la publicacion de la obra de su maestro Oskar Adler Escribe un prdlogo deslumbrante donde sintetiza y decanta lo basico de su pensamiento, y en un len- guaje poblado de claves, indica una apertura hacia nuevos campos del conocimiento. Alrededor de sus escritos ¥ ensefianzas, se ha nucleado un grupo de investigacion que se nuire per- manentemente —en la teoria y en la prictica— de sus, ideas. XXXII) ker es terriblemente mal interpretado y mal comprendido y aun aquellos que se proclamat falsamente sus herede- fos son los primeros en traicionar stu mensaje. Hay qu upa- podemos comprobar aunque parezca vero: Juzgar por la virulencia y posi 0s comprobar incluso en qq Pero el pensamiento de minosidad de sus concey cuando atras de ellas se encuentra una organiza las armoniza con la marcha de tos tiempos. 34 ~GRODDECK, Georg: vieja leyenda oriental dice que el mundo es un escenario de la batalla entre los Magos Blancos y los Ma- 20s Negros, esta fantasia que contiene una verdad mas nda de lo que la mente ordinaria puede inwginar, debe se alia con rigor pscoanaltico, ya que els mo Freud nos hablo de la lucha entre Eros y Tanatos. Racker era, desde esta perspectiva, un Ma luchador de Eros y de la Verdad BIBLIOGRAFIA ADLER Oskar “Critica de la Misica Pura” Ed. Kier - Ano 1958 - Bue. Ed. Kier - Aito 1978 ‘Qué es el Hombre’’ - Fd. Fondo de Cultura Econdmi en Obras Completas, -Madrid - Ano 1973 Ed. Biblioteca Nueva i = Ed, Mo. korst Vi Vida después de ts Muerte” Ed. Sudamericana abajo presentado en el 10° Si 1979 = trabajo pres del C.M.P. - Alo 1978 tado 9° Simposio 36 LIVTINOFF, Norberto; BAZA, Berta de: "Reflexiones sobre el Principio de ‘Nirvana’ y el Proceso Terciario” - trabajo presentado en el 9° Simposio del C.LM.P. - Afto 1978 LITVINOFF, Norberto: “Reflexiones sobre la Nocién de ‘Encuentro’ en Victor Von Weizaecker’” Trabajo presentado en el C.I.M.P. - Ato 1976 OUSPENSKY, P.: El Tercer Canon del Pensamiento” - 5 -1977 RACKER, Heinrich: “Estudios sobre Té As. 1973 “Carcter y Des Paidés - Buenos Psicoanalitica”” - Ed, Paidés - Bs, el Mosico™ en Psi ideraciones sobre la Person del Espiritu - idem lem Prélogo al libro ‘La Astrologia como Ciencia Oculta’” de Oskar Adler Op. “Psicoanilisis y Etica’” en Eidén N° 6 - Ed. CIMP Bs. As, 1976 ROSMARYN, Ada D. de: “La Interpretacién y la Verbalizacién en el Psicoanslisis de Ninos" en Eidén N° 9- Ed. CIMP - Paidés - Bs: AS, itu” - Ed. mecanografiada, ‘Las Escuelas de Psicologia Profunda”’ - Ed, Gredos - Madrid - 1964 Agradecemos la colaboraciin que. ha brindado Marta R. Z. de T 36 Transconciencia. Su introduccién al psicoanalisis FATTORI, MIRTA | GRANERO, Emma de SIMKIEVICH, Alicia de VALENTI, Viviana VILLA, Marta Silvia LITVINOFF, Norberto (coordinader) INTRODUCCION DE LA TRANSCONCIENCIA EN EL PENSAMIENTO PSICOANALITICO Los trabajos que habrin de leerse a continuaciin son el producto de las Actas de un Grupo de Investiga- cién iniciado en 1977 sobre el tema de “Procese Ter- ciario”. Los acontecimientos decidieron un cambio ideolde'- co y consecuentemente un cambio en la denomina, Ei concepto ‘Proceso Terciario’” es una creaci Luis A. Chiezza, que fue po: abandonada durate diez aiios El hecho de que en 1970 André Green es

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