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Filosofia de la Historia Cétedra: Miguel Rossi San Agustin: Fragmentos de Lar Ciudad de Dios ( Libro XIX) CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL LIBRO XIX: LA CIUDAD DE DIOS. SAN AGUSTI Nuestra mas amplia acogida a la opinién de que la vida del sabio es vida en sociedad. Porque {de donde se originaria, cémo se desarrollaria y cémo lograria su fin ta Ciudad de Dios -objeto de esta obra, cuyo libro XIX estamos escribiendo ahora ~ st la vida de los santos no fuera vida social? Ma Quien sera capaz de enumerar la infinidad y gravedad de los mates a que esté sujela la sociedad humanu en esta misera condicién mortal? .."” (CD, XIX3. Pag. 1381) ‘Si la casa, refugio comain en estos males que acechan a los hombres, no estd segura, ¢Qué serte de la ciudad, tanto més lena de pleitos, civiles y criminales, cuanto mayor es, aunque escape a las turbulentas sedicione: . con freenencias sangrientas, y a las guerras cwiles, sucesos de los que a veves se ven libres las ciudades, pero de los peligros nunca? "(XIX, 5. Pag, 1382) “Qué decir de los juicios que los hombres dan sobre los hombres, actividad que no puede faltar en las crudades por max en paz que estén? ¢Hemos pensado alguna vez en cudles, cudn mserables y cutin dolorosos son? Juzgan quienes no pueden leer en la conciencia de quienes son jusgados. "(XIN,6. Pag, 1383) “Podemos, en consecuencia, decir de la paz lo que hemos dicho de la vida eterna, que es el fin de nuestros biene’ (X1X,11.Pag. 1391) “El nombre mistico de esa ciudad, es decir, Jerusalén, significa vision de paz, como ya hemos hecho notur. Mas, como el nombre de paz es también corriente en las cosas mortales, donde no se da lis vida eterna, he preferido reservar este nombre de vida eterna para el fin en que la Ciudad de Dios (, 12, L Page. 1391-2) encontraré su bien supremo y soberano. "(XL “"Y Ia paz es un bien tan noble, que atin entre las cosas mortales y terrenas no hay nada més grato al oftto, ni mis dulce al deseo, ni supertor en excelencia. (XIX, 12,1. Pag.1392) “Quienquicra que repare en las cosas humanas y en la naturaleza de lax mismas, reconocerd conmigo que, asi como no hay nadie que no quiera gozar, ast “no hay nadie que no quiera tener paz”. En efecto, los mismos amantes de la guerra no desean mas que vencer, ¥, por consiguiente, ansfan Hegar guerreando a una paz gloriosa. ¥ (Qué es la victoria més que la sujectén de los rebeldes? Logramlo este efecto Mega la paz. (..). El hombre con la guerra busca la paz; pero nudie busca la guerra con la paz. Aun los que perturban la paz de intento no odian la paz, sino que ansian cambiarla a su capricho."(XIN,12.1. Pig. 1393) “Su voluntad no es que no haya paz, sino que ia puz sea segin su voluaad. Y si legan a separarse de otros por alguna sedicién, no efecutan su intento si no tienen con sus cémplices una especte de paz. Por eso los bandoleros procuran estar en paz enire si, para alterar con més violencia y seguridad Ja paz de los demas. "(XIX,1 . Pag. 1393) “Qué milano, por més solitario que vuele sobre la presa, no busca hembra, hace su nido, empolla fos huevos, alimenta sus polluelos y mantiene como puede la p en SU Cust CON Su compaiiera, como una especie de madre de familia? ;Cuamo mas es arrastrado et hombre por las leyes de su naturaleza a formar sociedad con todos fos hombres y a lograr la paz en cuanto esté de su parte'(XIX,12,2. Pag. 1395) “Asi la soberbia imita perversamente a Dios. Odia bajo él la igualdad con sus compuiteros, pero desea wmponer su seRorio en lugar de él. Odta la paz justa de Dios y ama su injusta paz, sea cual fuere. Y es que no hay vivir tan contrario a la natural misma. "(XIX, 12 que borre los vestigios tittimos de la 3. Pag. 1396) “Lo que es perverso o contra el orden, necesariamente ha de estar en paz en alguna, de alguna y con alguna parte de las cosas en que ex 0 de que consta. De lo contrario, dlejaria de ser. "(XIX, 12,3) “De estas iransformactones no se subsirae nada a las leves del supremo creador y ordenador, (XIX, 13,0) que gobierna la paz del universe. “Y a pac entre ef hombre mortal y Dios ex ta obediencia ordenada por la fe bajo la ley eterna. ¥ la paz de los hombres entre si, sw ordenuda concordia. La paz de la cas es la ordenada concordia entre los que mandan y lox que obedecen en ella, y la paz de la ciudad es ta orden concordia entre Jos ciudadanos que gobiernan y los gobernados. La paz de la ciudad celestial es la unin ordenadisima y coneordisima para @ ir de Dios y a la vez en Dios. ¥ la paz de todas Jas cosas, ta tranguilidead del oriten, ¥ el orden es la disposicién que asigna a las cosas diferentes y a las iguales el lugar que le corresponde. (XIX, 13.1. pag. 1398) Nota 29: a conseguir la paz se encamina toda ta vida aseética y todo el eercicio de lucha y de refriega que espera al hombre en el mundo. Virtud, pa y orden son los términos que definen la irayectoria de este pensamiento, y unos se completan con los otros. Atadimos a estos cl amor , y tenemos el cuadro cerrado por los cuatro flancos. Nota: 30: y esto nos mueve a pensar en el peso, que es el amor. en el pondus. I amor inclina al lugar propio de cada ser, y el orden obliga a conseguirlo. Todo gira en relacién al equilibrio: Virtus ordio amoris ~ dispositio rerum; amor ~ pondus; pax ~ tranquilliuas ordinis. Este es el proceso seguido por la légica del santo. “heise una naturales en la que no hay ningiin mai, en la que no puede haber mat alguno. Mas no puede existir naturaleza alguna en la que no se halla algiin bien. Por tanto ni la misma naturaleza del diablo, en cuanto naturateza , es un mul."(XIX, 13,2. Pag. 1399) “Dios, pues, Creador sapientisimo y Ordenador justisimo de todas las naturalezas , que puso como remate y colofén de su obra creadora en {a tierra al hombre, nos dio ciertox bienex convenientes tt esta vida, a saber: la paz temporal segtin la capacidad de la vida mortal para sw conservacton, incolumidad y sociabilidad. Nos dio ademds todo lo necesario para conservar 0 recobrar esta pac (.) (NIN.13,2.pag, F400) #1 orden que se ha de seguir es éste: primero no hacer mal « nailie, y segundo hacer bien a quien se puede. primer ugar debe comenzar el cuidado por los stwos, porque la naturaleca y ka sociedad humana le dan acceso més ficil y medios més oportunos De agui nace wmbién la paz doméstica, es decir, la ordenada concordia entre el que manda y los que obedecen en casa (...). Pero en cusa del justo que vive de la fey peregrina atin lejos de ta eiutad celestial sirven también los que mandan a aquellos que parecen dominar. La re ‘in es que no mundan por deseo de dominio, smo pro deber de caridad; no por orgullo de reinar, » ino por bondad de ayudar. "(XIX,15. pag. 1403) Ssto es prescripexin del orden natural. Asi creo Dios al hombre. Domine, dice, a los peces del mar, y a las aves del cielo, ya tode reptil que se mueva sobre la tierra, Y quixo que el hombre racional, hecho a su imagen, dominara timtcamente a los irracionales, no el hombre al hombre, sino el hombre a la hestia. Este es el motivo de que los primeros justos hayan sido pastores y no reves. Dios con esto manifesiaba qué pide el orden de las eriaturas y qué exige el conocimiento de los pecudos. I'l yugo de le Je se tmpuso con justicia al pecador. Por eso en las escrituras no vemos empleada la palabra siervo antes de que el justo Noé castigara con ese nombre el pecado de su hijo. Este nombre to ha merecido, pues, la culpa, no la naturalesa, "(XIX, 15.Pég.1403) “La primera causa de la servicumbre es, pues, ef pecado, que se someta un hombre a vlro con ef vinculo de lu posivién social. sto es efecto del juicio de Dios, que es incapaz de injusticia y sabe imponer penas seguin el merecimtcnto de lox delincuentes. "(XIX,15. pag, 1404) Mas en ese orden de paz que somete unos hombres a otros, la lumildad es tan ventajosa al esclave como nociva la soberbia del dominado Sin embargo, por naturaleza, tal como Dios oreo al principio al hombre, nadie es esclavo del hombre ni del pecado. Fempero, la esclavitud penal esti: regicla y ordenada por la ley, que manda conservar el orden natural y prohibe perturbarlo,” (XIX, 15.Pag.1404) una condicién y una pena impuesta al pecador. Por natural Nota 38: “La servidumbre es el hombre es libre y nadie puede seRorear a otro. [I recto uso exigia eso, que el hombre dominara sélo a tos irracionales; pero al quebrantar el orden , siguié la pena de esa transgresiin.”” Los auénticos padres de familia miran a todos los miembros de su familia como a hijos en to tocante al culto y honra de Dios. Y desean y anhelan Negar a la casa celestial, donde no sea necesario mandar a los hombres, porque en la inmortalidad no seré preciso subvenir a necesidad alguna. "(XIX 16.1405) “La inocencia exige, pues, no solamente no hacer mal a nadie, sino retraer al préjimo det pecado 0 castigar el pecado. ¥ esto con ef fin de que ef castigado se corrija en cabeza propia y otros escarmienten en la ajena, La casa debe ser el principio y fundamento de la ciudad. Todo principio dice relacién a su fin, y toda parte a su todo, Por eso es claro y ligico que la paz doméstica debe redundar en provecho de la p ivica; es decir, que la ordenuda concordia entre los que mundan y los que obedecen debe relacionarse eon la ordenada concordia entre los ciudadano 5 que mandan y los que obedecen. De donde se sigue que el padre de familia debe guiar su casa por fas leyes de la ciudad, de tal forma que se acomode a la pr de la misma." (XIX, 17. Pag. 1407) Nota: 42 “La fumilia tiene dos leyes bien definidas y marcadas que debe seguir y obedecer: la natural y fa civil. Ya su tiene también dos fines, uno social y otro doméstico, interno. En lo que la ley civil no vaya contra lo natural, le familia en su régimen debe atemperarse a esta y es el tinico modo de que las sociedades marchen sin desviarse y sin suftir quebranios en sus miembros. (XIX, 17.Pag.1407) “Por tanto, el uso de lox bienes necesarios a esta vida mortal es comin a fas dos clases de hombres y a lax dos casas; pero, en el uso, cada uno tiene un fin propio y un pensar muy diverso de otro. Asi Ia ciudad terrena, que no vive de la fe, apetece también la paz, pero fija la concordia entre los ciudadanos que mandan y lox que obedecen en que sus quereres estén acordes de ulin modo en lo conceriente a la vide mortal. Empero, la Chulad Celestial, 0 mejor ta parte de elles que peregrina en este valle y vive de la fe, usa de esta paz por necesidad, hasia que pase la mortalidlud, que precisa de tal paz. ¥ por eso, mientras que ella esté como viajero cautivo en la ciudad terrena, donde ha recibido la promesa de su redencién y ei don espiritual como prenda de ella, no duda en obedecer estas leyes que reglameman las cosas necesarias y el mantenimiento de la vida mortal. ¥ como esta ex comtin, entre las dos eiudades hay concordia con relacién a esas cosas. (XIN, 17. Pag. 1407) “La Ciudad Celestial, durante su peregrinacién, va Hamando ciudadanos por todas las naciones y formando de todas fas lenguas una soviedad vigjera. No se preoeupa de la diversidud de las leyes, de costumbres ni de institutos, que resquebrajan 0 mantienen la paz terrena. Ella no suprime ni destrave nail, antes bien lo conserva y lo acepta, y ese conjunto, aunque diverso en las diferentes naciones, se Jiecha, con todo, aun tinico y mismo fin, ta pi jerrena, si no imptde ta religiGn que enventa que debe ser adorado el Dios tinico, sumo y verdadero. La ctudad celestial usa también en su viaje de ler pe jerrena y de las cosas necesartamente relacionadas con la condicién actual de los hombres. Protege y desea ef acuerdo de querer entre los hombres cuando es posible, dejando a salvo ta piedad y la religibn, y supedlita la paz terrena a la paz celestial, Esta tiltima ex la paz verdadera, ta tinica digna de ser y de decirse paz de la criatura racional, a sabe » fa unién ordenadisima y concordisma para gozar de Dios y en Dios. (XIX,17. Pags. 1408-9) “También é goza de una cierta paz suya, que no debe ser despreciada; paz de que no gozaré al fin, porque no usa bien de ella antes del fin jas interesa también a nuestra ciudad que goce de ella en este: mundo, porque, miemr s estén mezcladas lus dos ciudades, usamos también nosotros de la paz de Babilonia, El pueblo de Dios es liberado por ta fev para que con ella camine mientras viva. (XIX, 27. Péig. 1-428) fa pe E = final, empero, que debe ser ta meta de la justicia que tralamos de adquirir aqui abayo, como ta naturaleza estaré dota de inmortalidad, ile incorrupeiéin, y careceré de vicios y mo Sentiremos resistencia alguna interior ni exterior, no s rd necesario que la razén mande a las pastones, pues no existirén. Dios imperard al hombre y ef alma al cuerpo, ¥ esto se hard con facilidad yun dulzor tal cual corresponde a una felicidad riunfamte y gloriosa. Es fe estado serd eterno y esturemos cierto de sw efernidad. Y por eso en la paz de esta felicidad y en ta felicidad de esta pus consistiré ef sumo Bien. “(XIX, 28.Pag, 1430)

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