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Fig. 19. Fila superior (19a): la estructura con forma de pene mas pequefia es el “Gtero con los testiculos y los vasos seminales”; Ja mas grande son los genitales masculinos, a los que el estudiante debe adosar los testiculos correspondientes. Habia entonces que pegar los 6rganos masculinos y femeninos sobre la figura 19b, que a su vez se integraba en la 19c y lucgo en la 19d. un desnudo femenino clasico. De Vesalio, Epitome 151 Fig. 20 (izquierda). Vagina representada como pene, de Vesalio, Fabrica. Fig. 21 (derecha) Vagina y utero. de Vidus Vidius. De anatome corporis Aumani (1611) Los organos de las mujeres se representan come versio- nes de los del hombre en las tres obras de Vesalio, de gran in- fluencia y ampliamente plagiadas. Entre las imagenes funda- doras de la anatomia moderna hay un registro nuevo y pede- roso para el viejo orden de los cuerpos. Su imagen mis repetida de la vagina como pene, y también la mas explicita, es una de las ilustraciones de la Tabulde sex, una serie de gra- bados baratos hechos con planchas de escasa tirada, destina- das a estudiantes de medicina y al consumo de profanos. En e] Epitome se incluyen grabados de los 6rganos de la repro- duccién masculinos y femeninos casi indistinguibles, prepa- tados para que los estudiantes los recorten y peguen sobre fi- guras facilitadas con este fin (fig. 19)42. Pero la figura mas 42 En cl primer ejemplo. explica Vesalio, los genitales masculinos y fe- meninos deben adherirse a una “figura que hemos dibujado para que sirva ante todo como base para todas las demds..., la figura representa una mu- jer desnuda”. El desnudo de la figura 19c, que muestra los vasos sangui- neos, es, como si dijéramos, cl interior de una mujer clasica, casta y des- nuda (fig. 19d). incluida en un capitulo especial dedicado a la termino- logia de la anatomia de superficie. 152 Torso femenino en forma de estatua clasica rota del que xtrajo la vagina en forma de pene de la figura 21, de acuerdo con las convenciones artisticas y cientificas de la Epoca llamativa visualmente de Vesalio sobre este tema se encuemira en la propia Fabrica. En ella (fig. 20) el atero, la vagina y gs partes pudendas exteriores de una joven no aparecen especit- camente desplegadas, como en las Tabulae o en el Epitome, para demostrar que dichas estructuras son isomdrficas con las del var6n: precisamente se ven conto tales, : Subrayo “se ven como” porque csas Imagenes, y muc has mas semejantes a cllas, no son el simple resultado de.conven- ciones para la representacién ni truto de! error. Toda una vi- sién del mundo hace que la vagina parezca un pene para los observadores renacentistas. Por supucsto que opera una con- vencién en la representacién, un esquema, Jos ilustradores anatémicos renacentistas aprendieron a dibujar los genitales femeninos de otros grabados y no sélo del natural (véase fi- guras 21-24). Pero esto no significa que las preocupacioncs 153 Fig. 23. Esta modificacién de Vesalio que figura cn una edicidn de Valverde de 1586 observa las mismas convenciones que ilustran Jas figuras 21-22. A la izquierda, una estructura que parece totalmente un pene: a la derecha, las formas femeninas clisicas de las que tue tomada estilisticas les impidieran ver la anatomfa genital “como real- mente es”, o como los modernos la ven‘?. “3 Pese al argumento que Gembrich expone en Art and Hlusion, seguin el cual todo arte se origina en la mente humana y las convenciones estilis- ticas determinan el modo de representacion, cl autor permanece compro- metido, como subraya Svetlana Alpers, con la idea de que es posible una representacién perfecta vy que ciertos planteamientos son preferibles a otros para transmitir la verdad a las imagenes, Véase Alpers. “Interpreta- tion without Representation. or the Viewing of Las Meninas”, Represen- 154 1 eodelfey> | gersbemes 3 “ish-eagel “fo enn oie Tecaenn 2a 2 Tam] bh etre | ath Ayicondhe ar Poros + ge dares done oo 5 ‘hy de 4) 5 . a ae a x ten, ST Neroesnpemberenn hiss Fig. 24. La version de Leonardo del isomortismo entre matriz, y escroto —parte superior derecha ¢ inferior izquierda— es peculiar en tanto que hace que el vaso deterente masca ino se curve para remedar la forma del utero. La imagen del pene/vagina es mas convencional La extrafia calidad de las imagenes en las figuras 15-24 tampoco es resultado de los esfuerzos de alguien para lograr que cl cuerpo femenino se conformara con algun texto rr neo o para distorsionar los genitales de las mujeres ‘e om que se convirtieran en una caricatura de los de! hombre. Por tations i (febrero 1983), 31-42. Sin discutir esos puntos en general, deseo simplemente afirmar que las convenciones inflexibles no son la causa de la forma peculiar de ver que esas figuras sugieren- 155 ejemplo, el dibujante que realizé la figura 21 no es culpable de haber sustituido de forma subrepticia la anatomia animal por la humana, como Vesalio acusa timidamente que hace Galeno en el famoso grabado en madera que en la Fabrica yuxtapone parte del crineo de un perro con el de un hombre (fig. 25). También es inocente de lo que el propio Vesalio hizo en aquella ocasién: “ver” algo que no existe porque una autoridad declara que esta presente‘4, En este tipo de ilustra- ciones renacentistas de genitales femeninos hay grandes erro- tes, pero son irrelevantes para los fines ret6ricos de las ilus- traciones. De hecho, si hubieran sido mas exactas, habrian tenido todavia mayor impacto. Si, por ejemplo, en las figu- ras 16-17 se borraran los “cotiledones” inexistentes —los pun- tos que representan la anastémosis de las venas del utero, la sugerencia de las dos camaras eliminadas y una vagina co- trectamente proporcionada al titero, harian que los 6rganos se parecieran mucho mas todavia a un escroto femenino yaun pene. La eliminacién de los “cuernos del titero” (GG) en la re- presentacidn de los 6rganos reproductores femeninos (fig. 26) debida a John Dryander, o en otras ilustraciones renacentistas (figs. 32-33, por ejemplo), lograrfa que el Gtero y la vagina se parecieran mas. y no menos, a la vejiga y al pene; y si en be- neficio de la precision se volviera a dibujar la artcria ovarica y la vena EE en la figura 26 de forma que se parccieran me- nos al epididimo, IL en la figura 27, el efecto general seria cl mismo en cl peor de los casoss, ‘4 El ejemplo chisico es la insistencia de Vesalio en que hay una red de vasos sangutncos en la base del cerebro humano, la rete mirabile, cuando realmente esa estructura no existe en humanos. Ver algo sobre la base de una autoridad es frecuente en la historia de la anatomia y en los laborato- trios de anatomia madernos. 48 John Dryander tue profesor de medicina y matematicas en la nueva universidad protestante de Marburg. Tomo las ilustraciones y texto de su Der Gantzen Artzency Spiegel, Francfort, 1542, pigs. 17-19, obra que se- gun se dice en un largo titulo estaba destinada a médicos, cirujanos barbe- Tos y otras personas que necesitaban saber sobre el cuerpo. Buena parte del texto estd tomada de Mondino y muchas de las ilustraciones de Vesa- lio. Su nomenclatura viene directamente del latin: testes (literalmente tes- 156 Fig. 25. “Hemos colocado”. dice Vesalio en esta polémica ilustracién de la Fabrica, “el crdnvo de un perro bajo el del hombre para que cualquiera pueda comprender sin la menor dificultad la descripcién de Galeno de los huesos de la mandibula superior” Daft Sigur ye4gte anoue inate pias eb mic fampe den gebure ghidee Ten /gefosdes amene:vnnd indern bericht, 1. Dedeot bregrofbliraber /daber alle anpereghiver narunghaberr et. DD. Supe wei veugn Das micwerbendie weibe yeuglin pmbgebers feindecanehey ine wand cin theyl verbena. bern. §. Dee bermbrerr gteidy berdlafengeflale . Dieges fate on ‘Demircer-varan Deas cufferfl der Dermbe- Bot ieee led. Sem oso ait Ber Beane ee fdpenctel, SFT. CT, doarngany feobentlucen, ©. Bee Siueren, eoneten then fgitlinn ft bk blafe/ mle fempt bet barn ond fame abern. Figs. 26-27, Los sistemas reproductives masculino y femening adaptados - a partir del Epitome de Vesalio, enla obra de ” mn 136 Dryander, Der Gantzen Artzenci Spiegel (1 S42) En | Be i" 6 be sombreado los inexistentes cuernos del Utero para demos rar que un dibujo mas cxacto seria tambicn mas convincente como ilustracion del isomorfismo pene/vagina. El alargamicnio on de la vagina hasta aleanzar una proporcion correcta en relacior con el dtero lograria el mismo efecto 157 Por muy grotesco o monstruoso que a algunos comenta- ristas modernos pudiera parecer ec] grabado en madera de los genitales femeninos que figuraba en la Fabrica, no es increi- ble ni “falso”, Sus proporciones son més o menos las de los grabados “exactos” del siglo XIX (fig. 28) o de las ilustracio- nes de un texto moderno (fig. 29), aunque éstas desde luego no estén destinadas a ilustrar el isomorfismo entre los 6rga- nos masculinos y femeninos*¢. Los descubrimientos posteriores Namados a introducir cambios en las leyendas de las ilustraciones son también de importancia menor cn la historia del “ver como”. Los Zeu- glin, o testiculos, y Samadern, vesiculas seminales, no exis- tian en hombres y en mujeres, como afirmaban los rétulos de Dryander; la histologia del siglo XIX mostraria que no se des- prende nada interesante de la observacién de que el utero, tigos), en aleman se convierte en Zeuglin, de Zeuge o Zeugin (testigo). La otra palubra utilizada en los textos renacentistas alemanes para testiculos y ovarios es Hode. Nétese también la imagen de ovarios y testiculos como productores. Zeug significa en alemdn material y erzeugen es producir. Dryander traduce el latin pudenda, que deriva de términos para vergirenza o desgracia, al aleman Scham y lo usa para referirse solamente a los geni- tales externos femeninos. Pero en latin pudenda se utilizaba para referirse a “partes privadas”, drganos genitales de ambos sexos (véase Adams, La- tin Sexual Vocabulary, pig. 55). En otros textos alemanes Scham se reficre a los Grganos externos masculinos y femeninos. Véase, por ejemplo, Wir- sung. Neves Artzney, pag. 260. que considera la aparicién anormalmente precoz de pelo en torno al Scham masculino, como indicacién de exccso de calor y, por tanto, de infertilidad. Para Hode y Zeugin, véase Wilhelm Grimm, Deutsches Wérterbuch, Leipzig, S. Hirzes, 1965. 46 Saunders y O'Malley, Anatomical Drawings, pag. 170, sefialan que algunos han tildado el dibujo de la lamina 20 de la Fabrica de “mons- truoso” o resultado de un “capricho freudiano”, pero explican lo que to- man como sus peculiaridades por las prisas con que Vesalio debié realizar la diseccién concreta de la que procedia. Charles Joseph Singer. A Short History of Anatomy from the Greeks to Harvey, Nueva York, Dover, 1957, pags. 119-120, atribuye sus peculiaridades y muchos “errores” de Vesalio en anatomia femenina al hecho de que sdlo tuvo oportunidad de hacer la diseccin a siete mujeres. Como ya he justificado, la imagen de Vesalio no se debe a tales circunstancias, ni tampoco se salen de lo ordinario en ningtin sentido. 158 UMDIFFERENTIATED. PeMAlt Figs. 28-29. A la izquierda, seccion frontal de utero, vagina y - genitales externos segtin Jakob Henle, Handbuch ¢ o systematischen Anatomic des Menschen, vol. 2 (86 ). ‘nos Abajo, dibujos del pene y de un corte de los genitales femen 1954) en Frank Netter, CIBA Collection of Medical Mlustrations, vol. 2 s destinados a mostrar c6mo unas estructuras embriolegea ‘ indiferenciadas acaban por Scr masculinas ° femeninas. Pas ilustraciones muestran que las relaciones geometricas entre m n y vagina en los gtabados renacentistas no son intrinsecame! inverosimiles 159 sefialado como F en la figura 26, tenga la misma forma que la vejiga masculina, G en la figura 27. Pero esos progresos pier- den importancia ante otros hechos que los anatomistas del Renacimiento conocieron y no utilizaron para desacreditar la convencion global de las representaciones que vefan la anato- mia general femenina como versién interior de la masculina. El titero sustenta a los nifios, pero el escroto no lo hace; los bebés llegan a través de Ja vagina y no del pene. ,Y entonces qué? El 6rgano de la figura 30, por ejemplo, podria ser la va- gina de una mujer o el pene de un hombre. La figura 31 di- sipa las dudas. Se trata de una vagina, ahora ya lo sabemos, porque lo que podria haber sido un escroto o un ttero de he- cho contiene un nifo. En la popular obra de Walther Ryff, ampliamente traducida, produce el mismo efecto la matriz con su extensiGn en forma de pene, porque se hace extrafia- mente transparente para permitir que los lectores vean dentro Figs. 30-31. A la izquierda, los drganos femeninos de Ja generacién en forma de pene, segun Georg Bartisch, Kunstbuche (1575). A la derecha. un corte frontal del titere revela su contenido 160 Fig. 32 (izqda.), Los drganos genésicos femeninos segin Walther Ryff. Anathomia (1541), En esta ilustracion y en la siguiente se aprecia que la vagina y el Utero se parecerian mis al pene y al escroto si se eliminaran los cuernos y se dibujara la vagina en la proporcidn correcta, esto es, Si fueran mas cxactas. Fig. 33 (dcha.). Los drganos temeninos de la generacién en Jacob Rueff. Habanmenbuch (1583), publicada en inglés con el titulo de The Expert Midwife (1637); fue muy popular y ampliamente plagiada. Observese a la izquierda que se ha cortado la uretra y que 1a vi jiga se ha desplazado ala derecha de su posicion natural, para que podamos mirar por la ventana de la matriz y ver el nifio en su interior un bebé completamente formado (fig. 32). Las figuras 33-34 ilustran una obra de obstetricia bien conocida y a través de una ventanilla recortada cn el escroto femenino, o sea, en el litero, muestran un nifio completamente formado que da la es- palda a los intrusos y a la vagina peniana, a través de Ja cual pasara. La historia de la representacién de las diferencias anato- micas entre hombre y mujer resulta, por tanto, extraordinaria- mente independiente de la estructura real de esos drganos 0 de lo que se conocia sobre ellos. Era la ideologia y no la pre- cisién de las observaciones lo que determinaba cémo se vefan y cuales eran las diferencias que importaban. 161

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