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— CULTIvos * MARGINADOS otra perspectiva \ de 1492 t En este volumen se estudian 65 cultivos, en su mayor parte de origen americano, que, debido a razones de indole social, agronémica 0 biol6gica, han perdido importancia a lo largo de los tltimos 500 afios. Algunos de ellos han quedado marginados respecto a su funci6n original oa su potencial; otros incluso han sido practicamente olvidados. Son especies vegetales que, en otros momentos o bajo otras condiciones, jugaron un papel fundamental en la agricultura y en la alimentacién de los pueblos indigenas y comunidades locales. La marginaci6n a la que han legado ha sido, en muchos casos, la consecuencia de la supresin premeditada de formas de vida autosuficientes que caracterizaban a las culturas tradicionales. Esta obra, coordinada por los Doctores J.E. Hernandez Bermejo (Espafia) y J. Leén (Costa Rica), incluye contribuciones de 31 autores procedentes de 9 paises. Su preparaci6n fue promovida por la Organizacion de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci6n, en colaboracién con el Jardin Botdnico de Cérdoba (Espaita), como aportaci6n al desarrollo del Programa Etnoboténica 92. El libro comprende una secci6n introductoria, que trata CULTIVOS MARGINADOS otra perspectiva de 1492 Coleccién FAO: Produccién y proteccién vegetal N° 26 ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION Roma, 1992 Las denominaciones empleadas en esta publicacién y la forma en que ~aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Organizacién de las Naciones Unidas para la Agricultura y la ‘Alimentacién, juicio alguno sobre ta condicién juridica de paises, teritorios, ciudades 0 zonas, 0 de sus autoridades, ni respecto de la dolimitacion de sus fronteras o limites. Catalogacién antes de Ia Publican de I Bibiotca Dal Labin Jann Bot de nko ap) ali margins: perepectiva de 1492 {Caleta FAO. Pract prtccion veg, N°26) ISBNO2S00017 4..Cuivos 2, Produccién vegetal 3, Tendoncias 1 Tile ik Serie IM FAO. Roma (hatin Caio FAO: 11 AGRIS; FOL Reservados todos los derechos. No se podré reproducir ninguna parte de esta publicacién, ni almacenarla en un sistema de recuperacin de datos o trasmitiia en cualquier forma o por cualquier procedimiento (electrénico, mecanico, fotocopia, e%c.), sin autorizacion previa del titular de los derechos de autor. Las peticiones para obtener tal autorizacion, especificando la extensin de lo que se desea reproducir yelpropésito que con ello se persigue, deberan enviarse al Director de Publicaciones, Organizaci6n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacién, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia. ‘© FAO 1992 Tmpreso en Halla Preambulo Alo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha utilizado para su alimentaci6n miles de especies de plantas, muchas de las cuales han sido ademds domesticadas, Hoy en dfa se cultivan apenas | S0especies vegetales, de las cuales 12 aportan el 75 por ciento, aproximadamente, de nuestra alimentacién y cuatro producen més de la mitad de los alimentos que consumimos. Esta involucién ha inerementado Ia vulnerabilidad de la agricultura y ha emprobecido la dieta humana, Como consecuencia de ella, muchos cultivos locales, tradicionalmente importantes para la alimentacién de los sectores més pobres de la sociedad, se hallan hoy subutilizados o marginados. No cabe duda de que el uso, la domesticacién y el cultivo de las especies vegetales mas extendidas han sidos determinados en gran medida por el azat, y estén condicionados por los valores sociales, econémicos y politicos de las culturas dominantes. Es muy probable que sie! proceso hubiera sido cuidadosamente programado y las especies hubieran sido seleccionadas en base a los datos cientificos de que hoy disponemos, el resultado hubiera sido distinto, En la actualidad, las nuevas biotecnologias representan un instrumento poderoso para salir del proceso de involucién antes mencionado y asf acelerar la domesticacién de otras plantas prometedoras y la mejora genética de aquellas marginadas. Bs posible, sin embargo, que no exista el interés econémico y politico necesario p: cuyos beneficiarios serfan fundamentalmente los estratos sociales mas pobres y de menor poder adquisitivo. El descubrimiento de América, que puso en contacto dos mundos diversos, con historias, culturas y tradiciones propias, tendié al mismo tiempo un puente entre dos macrocosmos ecoldgicos. Los llegados a América llevaron, junto con su lengua, su religion y sus costumbres, algunas de tas plantas cultivadas en el continente euroasidtico; de regreso trajeron consigo, ademas de relatos de riquezas asombrosas, misteriosas culturasy costumbres exéticas, productos de a tierra desconocidos en el Viejo Mundo. Se inicié asf un vivaz intercambio de plantas y animales que en los siglos siguientes transformé profundamente los habitos alimentarios a ambos lados del Atlantico, Enel curso deese intercambio, productos que en el pasado habjan ocupado un lugar destacado en la economia y Ia alimentacién de vastas regiones, sobre todo en América Latina, desaparecieron o quedaron marginados, promover investigaciones cediendosu lugar acultivos provenientes del otro continente. Conel tiempo, el cambio de los habitos alimentarios desencadenado por la introduccién de esas plantas, no siempre bien adaptadas a las condiciones agro-ecolégicas locales, determiné en algunos paises del centro y sur de América una waci6n de dependencia alimentaria y econémica que constituye hoy un serio obstéculo para su desarrollo. En un momento en que el mundo conoce un aumento exponencial de su poblacién y se pregunta con ansia si sera posible poner fin al hambre y a la escasez. de alimentos hoy existentes en muchas regiones sin causar nuevos dafios a nuestro entomo natural, parece légico volver Ia vista hacia el pasado y buscar posibles soluciones en las especies que han alimentado a la humanidad a lo largo de su historia. Tal es el objeto del presente libro que, partiendo de un anilisis de las caracteristicas de esas plantas, intenta identificar posibles areas de investigacién y desarrollo para facilitar, cuando ello sea posible, su las que tan bien se habjan adaptado a lo largo de lossiglos. Sufinalidad es, pues, eminentemente prictica, y miraadespertar de nuevo, en cooperacién con las instituciones activas en este campo y con posibles donantes, el interés por el aprovechamiento eficaz de esos cultivos y su difusién. Esta iniciativa representa también un primer paso para llevar a la prictica los principios enunciados en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada recientemente en Rio de Janeiro, y se enmarca en los continuos esfuerzos que la FAO viene desplegando desde hace afios por encontar sistemas y métodos de cultivo que permitan combinar el desarrollo con el respeto del medio ambiente. reintroduccién en tierras Edouard Saouma Director General Organizacién de las Naciones Unie: para la Agricultura y Ia Alimentacién Indice Preémbulo v Figuras xi Siglas xv Prdlogo xix INTRODUCCION 1 Los recursos fitogenéticos del Nuevo Mundo 3 Recursos genéticos 3 Las grandes regiones fitogeograiicas 4 Biodiversidad de la flora americana 7 Relaciones culturales 7 Distribucién de la diversidad genética 8 Cambios desde el afio 1500 10 El desafio de la conservacién _ Ornamentales n Medicinales 21 Repercusiones de Ia introduccién de la flora del Viejo Mundo en América, y causas de la marginacién de los cultivos 23 Grado de marginacién de las plantas americanas 24 Causas que determinaron la marginacién de plantas titiles 26 Conclusion 29 LA AGRICULTURA EN MESOAMERICA 35 Plantas domesticadas y cultivos marginados en Mesoamérica 37 Geografia fisica y ocupacién humana 37 La secuencia cultural 38 Sistemas agricolas 38 Plantas domesticadas 40 Marginacién de cultivos en Mesoamérica 43 Frijoles (Phaseolus spp.) 45 Phaseolus coccineus 46 Phaseolus acutifolius 49 Phaseolus lunatus Phaseolus polyanthus Cuctirbitas (Cucurbita spp.) Cucurbita argyrosperma Cucurbita pepo Cucurbita moschata Cucurbita ficifolia Chayote (Sechium edule) Anonas (Annona spp.) Annona diversifolia Annona reticulata Annona scleroderma Amarantos de grano (Amaranthus spp.) Amaranthus cruentus Amaranthus hypochondriacus Zapote (Pouteria sapota) Jocote, ciruelo (Spondias purpurea) ‘Tomate de céscara (Physalis philadelphica) LA AGRICULTURA ANDINA Cultivos marginados de la region andina Granos y leguminosas andinas Qaitiwa (Chenopodium pallidicaule) Quinua (Chenopodium quinoa) Tarwi (Lupinus mutabilis) Kiwicha (Amaranthus caudatus) Tubérculos andinos Oca (Oxalis tuberosa) Mashwa (Tropaeolum tuberosum) Papas amargas (Solanum x juzepczukit) (Solanum x curtilobum) Ulluku (Ullucus tuberosus) 52 56 61 61 66 69 72 83 87 88 91 91 91 101 109 115 121 123 129 129 133 137 143 147 147 150 152 157 Raices andinas Maca (Lepidium meyenii) Arracacha (Arracacia xanthorrhiza) Chago o mauka (Mirabilis expansa) Yacén (Polymnia sonchifolia) Frutales andinos Pepino dulce (Solanum muricatum) Tomate de arbol (Cyphomandra betacea) Papayo de altura o chamburu (Carica pubescens) LA AGRICULTURA AMAZONICA Y CARIBENA Los cultivos de la Amazonia y Orinoquia: origen, decadencia y futuro Origenes de la agricultura y diversidad genética Decadencia de la Amazonia y la Orinoquia Erosi6n actual de los recursos genéticos y culturales Cultivos y especies silvestres que merecen atencién Nuevas direcciones para el desarrollo agricola neotropic: Cupuassu (Theobroma grandiflorum) Pejibaye (Bactris gasipaes) Especies de Paullinia con potencial econémico Guarand (Paullinia cupana) Mirtéceas subtropicales Jaboticaba (Myrciaria spp.) Araza (Eugenia stipitate) Feijoa (Feijoa sellowiana) Lerén (Calathea allouia) Yerba mate (llex paraguariensis) 163 163 166 170 174 179 183 186 191 193 194 196 197 198 200 203 209 221 227 228 231 237 Yautia 0 malanga (Xanthosoma sagittifolium) AL OTRO LADO DEL ATLANTICO: ESPANA Procesos y causas de la marginacién; repercusiones de la introduccién de ta flora americana en Espafia Especies marginadas La Hlegada de las especies americanas Modelos y causas de la marginacién Leguminosas de grano para alimentacién animal Composicién y utilizacién Botdnica y ecologia Diversidad genética Practicas de cultivo Perspectivas de mejora y limitaciones Variedades tradicionales de leguminoses de grano para alimentacién humana Caupf (Vigna unguiculata) Judia, frijol, alubia, habichuela (Phaseolus vulgaris) Haba (Vicia faba) Garbanzo (Cicer arietinum) Lenteja (Lens culinaris) Guisante (Pisum sativum) Horticolas marginadas Oruga (Eruca sativa) Mastuerzo (Lepidium sativum) Verdolaga (Portulaca oleracea) Botraja (Borrago officinalis) Apio caballar (Smyrnium olusatrum) Escorzonera (Scorzonera hispanica) Tagarnina (Scolymus maculatus) Cardillo (Scolymus hispanicus) Indice taxonémico 253 259 261 262 264 269 274 278 278 282 283 289 291 294 297 298 299 303 303 307 310 314 319 323 326 328 333 FIGURA 7 Grandes tipos de formaciones vegetales de Mesoamérica, el Caribe y América del Sur FIGURA 2 Mesoamérica FIGURA 3 Frijoles: Phaseolus coccineus y P. acutifolius FIGURA 4 Frijoles: Phaseolus lunatus y P. polyanthus FIGURA 5 Cuctirbitas mesoamericanas: Cucurbita argyrosperma, C. pepo, C. Moschata y C. ficifolia FIGURA 6 Chayote (Sechium edule) FIGURA 7 Anonas: Annona scleroderma, A. diversifolia, A. reticulata, A. cherimola, A. muricata y A. squamosa FIGURA 8 ‘Amarantos de grano: Amaranthus cruentus y A. hypochondriacus FIGURA 9 Zapote (Pouteria sapota) FIGURA 10 Jocote, ciruelo (Spondias purpurea) FIGURA 11 ‘Tomate de cscara (Physalis philadelphica) Figuras 39 a7 53 63 85 103 Wt 7 FIGURA 12 Regién andina FIGURA 13 Granos andinos: qaitiwa (Chenopodium pallidicaule) y quinua (C. quinoa) FIGURA 14 ‘Tarwi (Lupinus mutabilis) y kiwicha (Amaranthus caudatus) FIGURA 15 ‘Tubérculos andinos: oca (Oxalis «uberosa) y mashwa (Tropaeotum tuberosum) FIGURA 16 Tubérculos andinos: papas amargas y ulluku (Ullucus tuberosusy FIGURA 17 Rajces andinas: maca (Lepidium meyenii) y arracacha (Arracacia xanthorrhiza) FIGURA 18 Rajces andinas: chago (Mirabilis expansa) y yacon (Polymnia sonchifolia) FIGURA 19 Frutales andinos: pepino dulce (Solanum muricatum), tomate de arbol (Cyphomandra beracea) y papayo de altura (Carica pubescens) FIGURA 20 Regién amazénica y caribefia FIGURA 21 Cupuassu (Theobroma grandiflorum) FIGURA 22 Pejibaye (Bactris gasipaes) FIGURA 23 Guarané (Paullinia cupana) 125 131 140 149 153 165 m1 181 195 205 ant 223 FIGURA 24 Jaboticaba (Myrciaria jaboticaba) y araza (Eugenia stipitata) FIGURA 25 Feijoa (Feijoa sellowiana) FIGURA 26 Lerén (Calathea allouia) FIGURA 27 Yerba mate (Ilex paraguariensis) FIGURA 28 Area de distribucién de Hex paraguariensis vat, paraguariensis y var. vestita FIGURA 29 Yautia o malanga (Xanthosoma saggitifolium) FIGURA 30 Leguminosas de grano: algarroba (Vicia monanthos), yeros (V. ervilia) y alverjén (V. narbonensis) FIGURA 31 Leguminosas de grano: almorta (Lathyrus sativus), titarro (L. cicera) y alholva (Drigonella foenum-greacum) FIGURA 32 Evolucién de la superficie cultivada en Espaiia de especies de leguminosas de grano para alimentaci6n animal FIGURA 33 Evolucién del rendimiento en grano de especies de Jeguminosas para alimentacién animal cultivadas en Espaiia FIGURA 34 Caupi (Vigna unguiculata) FIGURA 35 Horticolas: oruga (Eruca sativa), mastuerzo (Lepidiun sativum) y verdolaga (Portulaca oleracea) FIGURA 36 Horticolas: borraja (Borrago officinalis), apio caballar (Smyrniumn olusatrum) y escorzonera (Scorzonera hispanica) 229 233 239 247 248 255 275 277 279 280 292 305 315 Siglas ARARI Ege Bilge Zirai Arastirma Enstitiisii [Instituto Regional de Investigaciones Agricolas del Egeo] (Turquia) CATIE/GTZ Centro Agronémico Tropical de Investigacién y Ensefianza/Gesellaschatt fir Technische Zusammenarbeit CEPEC Centro de Pesquisas do Cacau (Brasil) CEPLAC Commissio Executiva do Plano da Lavoura Cacauiera (Brasil) claT Centro Internacional de Agricultura Tropical (Colombia) CIFAP Centro de Investigaciones Forestales, Agricolas y Pecuarias (México) cP Centro Internacional de la Papa (Peril) CIRF Consejo Internacional de Recursos Fitogenéticos CPAA Centro de Pesquisa Agroflorestal da Amaz6nia Ocidental (Brasil) CPATU . Centro de Pesquisa Agropecuaria do Tr6pico Umido (Brasil) csic Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (Espafia) EMBRAPA Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecudria ETSIA(M) Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrénomos (de Madrid) (Espaiia) Gclar Grupo Consultivo sobre Investigacién Agricola Internacional IBTA Instituto Boliviano de Tecnologia Agropecuaria ICA Instituto Colombian Agropecuario ICARDA Centro Internacional de Investigacién de Cultivos para las Zonas Tropicales Semisridas ICRISAT Instituto Internacional de Investigacién de Cultivos para las Zonas Tropicales Semisridas MITA Instituto Internacional de Agricultura Tropical INCAP. Instituto de Nutricién de Centro América y Panama (Guatemala) INIA Instituto Nacional de Investigago Agraria (Portugal) INIAP Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Ecuador) INIFAP Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (México) INIPA Instituto Nacional de Investigacion y Promocién Agropecuaria (Perit) INPA Instituto Nacional de Pesquisa da Amaz6nia (Brasil) INRA Institut National de ia Recherche Agronomique (Francia) INTA Instituto Nacional de Tecnologia Agropecuaria (Argentina) MAG Ministerio de Agricultura y Ganaderfa (Costa Rica) MIDINRA Ministerio de Desarrollo Agricola/Instituto Nacional de Reforma Agraria (Nicaragua) NBPGR National Bureau of Plant Genetic Resources [Consejo Nacional de Recursos Fitogenéticos] (India) OEA Organizacién de Estados Americanos SARH Secretaria de Agricultura y Recursos Hidraulicos (México) UACH Universidad Auténoma de Chapingo UCR Universidad de Costa Rica UICN Unidn Internacional para la Conservacién de la Naturaleza UNAM. Universidad Auténoma de México USDA Departamento de Agricultura de los Estados Unidos VIR N.L Vavilov All-Union Research Institute of Plant Industry (CEI) El propésito que anima esta obra es analizar la situacién presente y perspectivas de mejora de algunos cultivos tradicionales cuya importancia fue mayor en otras épocas; en la actualidad se encuentran por completo olvidacos o desempeiian s6lo un papel marginal, Planteado el problema relativo a las repercusiones que 1492 tuvo sobre los recursos naturales y formas de vida, tanto en América como en Espajia, el Descubrimiento y €pocas sucesivas se estudian no como acontecimientos histéricos que provocaron un gran flujo genético y cultural, sino en su dimensién contraria, como posibles causantes, inmediatos o retardados, de la mar; ciertos cultivos. El concepto de especie marginada en términos agricolas debe ser mati- zado, Refigrese fundamentalmente a especies cultivadas; quedan por lo tanto excluidas aquellas que, pese a su posible interés etnobotinico o econémico, se explotan directamente a partir de sus poblaciones silvestres. Son cultivos que en otros momentos o bajo otras condiciones tuvieron un mayor relieve en ja agricultura tradicional y en la alimentacion de los pueblos indigenas y otras comunidades locales. No se trata necesariamente de cultivos promisorios, por una parte, porque ya han sido cultivados, y por otra, porque no se pretende con su rescate convertirlos en intensivos 0 de produccién exportable. Los cultivos marginados son aquellos cuyo uso y productividad se necesita mas bien incrementar, como medio para aliviar las, condiciones de vida y alimentacién de etnias o poblaciones que suelen vivir en una economfa que conoce pocos intercambios. COmo se ha originado esta situacién de marginalidad? Diferentes facto- res la determinaron: introduccién de especies que suplantaron a las tradicio- nales; pérdida de competitividad de estas especies frente a otras més productivas; variaciones progresivas en la demanda; pohibiciones econ6mi- cas, culturales, politicas o religiosas; desaparicién de los grupos étnicos que conocfan las técnicas y usos de las plantas y sus formas de cultivo. Menester es reconocer, como en el examen que aqui se ofrece, que entre las razones sociales, agronémicas y biolégicas causantes de la marginacién, predomi- nan las primeras. Esta fue en muchos casos consecuencia de la erradicacién premeditada de formas de vida autosuficientes, y de su sustitucién por otras forfneas, nacidas de intereses ajenos. Se desarroll6 asf, en las sociedades tradicionales de América Latina, una dependencia del exterior que se tradujo en pobreza. inacién de El proyecto de este libro fue concebido por la Organizacién de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacién, y cont6, para las labores de coedicién, con la colaboracién del Jardin Boténico de Cérdoba, Espaiia, El motivo de esta cooperacién nacié de la oportunidad de celebrar- se, en septiembre de 1992, el Congreso «Etnobotinica 92», convocado por Jamencionada institucién espafiola y la Ciudad de Cérdoba. Los contenidos y objetivos del Congreso eran plenamente congruentes con el sentido de la obra proyectada, Esta servirfa asf de protocolo inicial para su discusién en un simposio sobre cultivos marginados, orientado a definir prioridades y a establecer nuevos proyectos de investigacién y mejora de dichos cultivos, y a planear estrategias para su financiacién, Cuatro grandes secciones de esta obra versan bisicamente sobre América ina, reconociéndose tres zonas de actuacién antropolégica que se corres- ponden con los tres principales centros de diversidad fitogenética y de origen de las experiencias agricolas: Mesoamérica, la regién andina y la Amazonia, En consonancia con el planteamiento general de «Etnoboténica 92» —un Congreso concebido para analizar las consecuencias de 500 afios de intercambio genético y etnoboténico entre ambas orillas del Atlintico, que se celebraba por iniciativa de una institucidn espaiiola—, parecié l6gico incluir también una seccién final dedicada a 1a marginacién de cultivos en Espatia y su posible relacién con 1492 El indice de especies estudiadas se ha restringido a los cultivos alimenti- cios, y dentro de éstos, salvo pocos casos, a los de interés exclusivo en la alimentacién humana. Ello no significa que no se haya producido el mismo fenémeno de marginacién, tal y como aqui se define, en otros tipos de cultivos. Quizis los casos mas drasticos se encuentren entre los cultivos industriales: plantas tint6reas, de fibra o medicinales que son ya reemplaza- das por productos sintéticos, quedando el cultivo en manos de las comuni- dades més pobres que no pueden adquirir los sustitutos artificiales, 0 sobreviviendo para servir en momentos en tos que, por alguna contingenci del mercado, el producto natural vuelve a tener un consumo limitado. Los capitulos son en algunos casos monoespeeificos, y en otros estan teferidos a grupos de cultivos taxonémica y agronémicamente proximos, Con el fin de responder al objetivo bisico de la mejora agricola de las especies en sus regiones de explotaci6n tradicional a los siguientes aspectos: Importancia de los recursos genéticos, Se pone de relieve tanto la Utilizaci6n directa de nuevo germoplasma con superior rendimiento, calidad o resistencia, como su aplicacién en programas previos de mejora mediante técnicas mas sof dec ia se ha prestado atencién genética, ticadas. También se hace mencién de programas servaciGn y bancos de germoplasma, ¢ instituciones nacionales e imternacionales que coordinan tas acciones de conservacién y utilizacién de estos recursos. Se evaltia la variabilidad genética 0 la biodiversidad (cultivares conocidos, especies proximas, variabilidad intraespecifica sil- vestre, etc.) y se estiman los riesgos de erosién genética actuales. Formas de consumo. Entre las causas directas o los factores coadyuvantes de la marginacién se cuentan la pérdida, por olvido o represi6n cultural, de formas de consumo (preparacién, conservacién, costumbres culinaria sos alternativos) de los alimentos a base de plantas tradicionates margina- das. Por esta raz6n se ha considerado de sumo interés recuperar no sélo los usos de estos cultivos, sino destacar sus valores nutricionales y formas de preparacién. Perspectivas de mejora y limitaciones. La atencién de los especialistas se ha dirigido a rescatar los cultivos marginados, y por ende a seffalar las orientaciones que pueden conducir a su mejoramiento, El desarrollo de los cultivos seculares debe hacerse tomando en cuenta las necesidades de Ia comunidades que los consumen, Es posible, contando con tecnologias modemas, poner en préctica programas de mejora, pero se ha de partir para ello de la experiencia adquirida por los agricultores mismos. Los trabajos de investigacién han de Hevarse a cabo a varios niveles, y cubrir, desde el estudio y evaluacién de los materiales de siembra y précticas de cultivo tradicionales, hasta la incorporacién de una biotecnologia adaptada a los problemas précticos de los agricultores. Pese aque los editores de esta obra establecieron una estructuracién de los temas rigurosa, la diversa naturaleza de los asuntos tratados y Ios distintos enfoques de especialistas procedentes de mas de 9 paises han Ilevado a aceptaruna cierta falta de uniformidad que resulta enriquecedora, A menudo se proporciona una informacién muy particularizada que es en buena medida inédita, Se recogen también juicios de valor, observaciones y opiniones personales que pueden ser de utilidad para quienes realicen trabajos de campo. Los dos primeros capitulos presentan una visién de conjunto de la biodiversidad de los recursos fitogenéticos americanos y de los procesos que han causado la marginacién. Este fendmeno esté vinculado directa 0 indirectamente a Ja introduccién, a partir de 1492, de 1a flora det Viejo Mundo en América. En la seccidn dedicada a Mesoameérica se estudian algunos frijoles poco conocidos, calabazas y otras eucurbitéceas autéctonas, anonas y chirimo- yos, huautli y amaranto, zapotes, jocotes y tomate de cascara. No se han incluido los numerosos cultivos menores de la regién en razén de lo restringido de su distribueién geografica En la seccién relativa a la agricultura andina, los cultivos se ageupan en ‘ces y frutales, Entre los granos s ulluku, papas amargas y mashwa; entre las raices, la arracacha, yacon, maca y mauka; entre los frutales, el papayo de altura, pepino dulce y tomate de Arbol. En la seccién que versa sobre la agricultura amazénica y caribefia se examinan los cultivos marginados en la Amazonia entendida en sentido amplio y, por extensién, las especies de la regién caribefia y otras de ambiente y origen subtropical. Se pasan en revista el cupuassu, pejibaye, especies de Paullinia, araza, feijoa, jaboticaba, lerén, yerba mate y yautia. La tiltima seccién contempla la posible influencia de la flora americana en la marginacién de diferentes cultivos ibéricos. Se consideran especies leguminosas (para la alimentacién animal y humana) y horticolas, Se hubieran debido incluir los frutales y grupos de plantas de interéseconémico distinto de Ia alimentacién humana. Otros muchos cultivos no se han mencionado. Tal vez sdlo se haya agrupado una parte de los que es preciso rescatar con urgencia. Se espera al menos haber ayudado a incrementar la difusién de su conocimiento, estimulando el intercambio de la informacién existente. Bascase ahora la participacién de diferentes instituciones nacionales internacionales que puedan aportar medios, tecnologia y pericia a los paises menos desarrollados: los cultivos marginados desempefian en ellos un importante papel en Ia alimentacién. Quizas lo primero que haya que lograr es un cambio de actitud en los propios paises latinoamericanos respecto a las especies y sus productos derivados, actualmente marginados por la pasividad o desprecio de los consumidores, 0 por la ausencia de incentivos para su promocién y mejora. A estos esfuerzos deben sumarse nuevos estudios sobre manejo postcose- cha, canales de comercializacién y difusién de valores nutritivos, recordan- do que los beneficiarios primordiales de tal empefio deben ser los agricul- tores y consumidores. JE. Hernéndez Bermejo y J. Leén Introduccién Cuttivos marginados: otra perspectiva de 1492 Los recursos fitogenéticos El Descubrimiento trajo como consecuencia el intercambio de germoplasma més importante de la historia, Anteriormente, s6lo tres especies —una cultivada (camote) y dos toleradas (calaba- za vinatera, coco)— eran comunes a la agricultu- 1a del Viejo y del Nuevo Mundo. Después de 1492, el intercambio de especies cultivadas mo- dificd radicalmente no s6lo ta alimentacién de la mayorfa de 1a humanidad, sino que condujo al desarrollo de los cultivos comerciales en los tr6- picos y a crear un nuevo orden econémico en el mundo, La relaci6n entre el hombre y las plantas cultivadas afecté desde las necesidades bésicas de alimentacién y vestido hasta su consumo para la omamentacién y el ocio. Las primeras introducciones en América —granos, hortalizas y frutales europeos planta- dos en La Espafiola— no tuvieron éxito, pero pocas décadas més tarde en las tierras altas de México y los Andes produjeron rendimientos que sobrepasaban a los de Europa. En cambio, los platanos, la cafia de azticar y los citricos, entre otros, se aclimataron facilmente en las areas tro- picales. De Africa se introdujeron flames y otros cultivos menores. De América a Europa, el maiz, llevado poco después del Descubrimiento, se extendié en tres a cuatro décadas por todo el centro del continente. Més adelante, papas, toma- tes, cuctirbitas, frijoles y chiles fueron incorpora- dos lentamente en la cocina europea, confirién- dole las caracteristicas con las que hoy se conoce. El autor de este capitulo es J. Leén (San José, Costa Rica). del Nuevo Mundo En Africa se introdujo la yuca o mandioca y el ‘manf, que cambiaron radicalmente la alimenta- cidn en la parte occidental del continente. El arroz, originario del sureste de Asia y traido a América desde Espafia y Africa, leg6 a constituir un alimento bésico; en cambio, los algodones del Nuevo Mundo desplazaron a los africanos y asid- ticos. En los cultivos comerciales la influencia del intercambio fue determinante. La cafla de azticar fue el primer producto agroindustrial del Nuevo Mundo. El café de Etiopfa, introducido hace dos siglos, constituy6 el principal producto de Amé- rica Latina, seguido por los bananos, originarios del sureste de Asia. En sentido contrario, elcacao de Brasil ha sido el principal producto comercial de Africa occidental, y conel caucho del Amazo- nas, un importante articulo de exportacién del sureste de Asia, Eneste siglo, los pastosafticanos han reemplazado en América Latina a las espe- cies locales, pobres en niimero y de bajo rendi- miento. El intercambio de germoplasma es un proceso continuo en la diversificaci6n agricola y el mejora- miento genético, El hecho de que a ambos lados del Ailintico una mayoria de los cultivos comerciales sean de origen fordneo, implica que las tareas de su conservacién, evaluaci6n e intercambio sean de interés mundial, Las pérdidas de germoplasma en el sureste de Asia pueden repercutir més en Amé- rica tropical que en aquella regién. RECURSOS GENETICOS Actualmente se utiliza cada vez més el término de recursos genéticos en lugar de germoplasma, por Juzgérsele més amplio y apropiado. El interés en la preservacién, documentacién y utilizaci6n in- tensivade los recursos genéticos es relativamente reciente, Como uno de tantos recursos naturales, el germoplasma de plantas cultivadas que se pierde no se recupera més. Su concentracién en paises de agricultura incipiente crea problemas especiales de conservacién ¢ intereambio, aun- que los sistemas agricolas prevalentes en esas regiones tienden a preservario como material de siembra. El dimbito de los recursos genéticos de las plantas cultivadas varia considerablemente se- aguin Ia especie. La primera categoria consiste en loscultivares primitivos,o sea aquellos que sonel resultado de una seleccién incipiente hecha por los agricultores. No existen inventarios comple- tos, aun en especies de alto valor econémico, que permitan estimar su ntimero; en algunas especies pueden ser docenas, en otras centenares. La ma- yorfa tienen una distribucién geogréfica restr aida, y muchos se cultivan sélo para el consumo familiar, Fuera de su centro de origen dan altos rendimientos, como lo prueban algunos ensayos. Su valor potencial es el conjunto de genes resi tentes a condiciones ambientales muy variadas, a enfermedades y plagas, y a menudo su alto valor nutritivo, Estén muy expuestos ala erosién gené- tica, por tratarse de poblaciones pequefias, que son faciles de reemplazar por otros cultivares, y Por ser utilizados por los grupos sociales mis pobres reciben escasa atencién. La segunda categorfa, los cultivares avanza- dlos, esté limitada en América tropical a unas Pocas especies; son el resultado de trabajos de mejora genética destinados a producir cultivares de alto renclimiento, resistentes a enfermedades y plagas © adaptados a condiciones ambientales especificas. Algunos cultivos originarios de los trépicos americans han sido sometidos a mejora genética en éreas de agricultura avanzada: Amé- rica del Norte, Europa y Japén. Los cultivares a Los recursos ftogenéiicos del Nuevo Mundo Jos cuales dieron origen, sin embargo no se adap- taron,a las condiciones dominantes en América tropical. La lercera categorfa esté constituida por las poblaciones silvestres de la especie cultivada, que subsisten en el drea en que se domestics ta especie. Crecen espomtineamente, y a veces la accidn de la seleccién disruptiva no permite que entre las poblaciones silvestres y las cultivadas pueda haber intercambio de genes. Un grupo aparte lo con: ¢s dificil. En los sistemas de agricultura primiti vos no hay limites claros entre cultivares, malezas ¥y poblaciones silvestres, ya que en ciertos casos Jas dos tiltimas también se utilizan, Fuera del ambito de la especie, los parientes cultivados o sitvestres, con los cuales es posible el intercambio de genes, constituyen una cuarta categorfa, que puede desempefiar un papel impor- tante en Ia mejora genética, Con frecuencia los parientes de una especie cultivada se u précticas como el injerto, que requieren afinidad fisiol6gica. En ciertos casos —cftricos y orqui- deas ornamentales— los recursos genéticos se extienden a otros géneros en la formacién de hibridos multigenéricos. ituyen las malezas, cuya definicién lizan en LAS GRANDES REGIONES FITOGEOGRAFICAS EI trasfondo de los procesos que determinan la riqueza de recursos genéticos del continente se entiende mejor si se considera su relacién, por un lado, con la distribucién de las formaciones vege- tales y su biodiversidad y, por otro, con los factores humanos, o sea con los. aspectos cultura- les. La primera es muy compleja en la regién tropical del Nuevo Mundo, por el niimero y dife- rencias de los paisajes naturales. Hacia los 25° lat. N terminan las regiones a das de América del Norte, con desiertos 0 semidesiertos, y se inician areas de mayor humedad a lo largo de las zonas costeras de Cultivos marginados: otra perspectiva de 192 FIGURA1 Grandes tipos de formaciones vegetales de Mesoamérica, el Caribe y América del Sur. Bosque pial evs Bosque wopical daca Bosque subvopicatdeiduo Maia PP, Pstzals ysa0snas oat = Covctors ej de seta, yongas Bosques cpaoscs FE = IE. Desiatos | Vonetacia astra carro Za SY Famnerates Pian | ‘oatnga i bosques det Crago fF “ons dooresiadas < Bosquesyssbanas det sur de Bras ‘ Bosques le arose y casos SS rempas FEB oral yoosaue Estepapataénica FA] eosques casters oe tite México. Paralelos a las costas se levantan los sistemas montafiosos de las Sierras Madres, que dejan entre ellas los valles altos y amplios del centro, que fueron el érea nuclear de Mesoaméri- ca, Haciael sur, las zonas montafiosas, cordilleras y valles intermontanos, se extienden con slo tina interrupeién en Tehuantepec, hasta Panamé. La vegetacién de las cordilleras es predominante- ‘mente de origen nortefio hasta Nicaragua, y los primeros paramos andinos aparecen ya en Costa Rica, En las zonas bajas hay diferencias notables entre las dos vertientes. En la vertiente atfntica, Ja selva Iluviosa se inicia al sur de Tamaulipas y continiia por las Hanuras costeras hasta Darién, en Panama, interrumpida solamente en Yucatan por una selva baja y seca, y en el norte de Nicaragua por pinares extensos, debidos a condi ficas. En la vertiente del Pacifico, en cambio, desde Sinaloa, el bosque tropical seco, en areas con estaciones alternas, se extiende hasta el cen- tro de Panam, con una sola interrupcisn en Costa Rica, por el bosque tropical himedo de Osa. Los elementos que componen los bosques de las tie- tas bajas son principalmente de origen surefio, y penetran en México hasta el limite norte de los bosques Huviosos o secos. En América del Sur, la selva tropical Huviosa del estrecho de Darién se extiende hacia el sur hasta Ecuador por las Hanuras costeras; se bifurca hacia el norte y el noreste en Colombia y Vene- zuela, donde limita con un bosque tropical seco, semejante al de México en América Central, el cual cambia hacia la costa a matorrales de semi- desierto con cactiiceas, que Hegan hasta el litoral caribe. nes eda- Las cordifleras andinas presentan una gran di- versidad de pisos de vegetaci6n, desde las laderas que bordean el Pacffico, desérticas en el Peni y Chile, hasta la vegetacién de los paramos. La vertiente oriental es, en general, mucho mas hii- meda, y forma una franja continua de Venezuela a Bolivia («cejas», «yungas>). Las condiciones Los recursos fitogenéticos del Nuevo Mundo del relieve determinan en los Andes dreas de sequedad extrema, algunas de ellas desprovistas por completo de vegetacién, como los saladares. Al extremo noreste de los Andes, un area de baja humedad, los llanos del Orinoco, se extiende desde el centro del continente hasta el Atléntico y termina en bosques muy secos en el litoral. Al oriente del Orinoco, hay bosques secos y palme- rales en los suelos mas hiimedos. El centro del continente esta cubierto por la, selva tropical huimeda del Amazonas-Orinoco, con Ia excepcién de las sabanas altas de"Guaya- nas. Esta selva, la mas extensa en el mundo, se puede dividir en varias subregiones por los tipos de vegetaci6n y la composicién floristica, deter- minada por laexpansiGn de las formaciones tales antiguas y las condiciones de ambiente. Desde el punto de vista fitogeogrifico es impor- tantelabrecha de Obidos, una franja que atraviesa Ja cuenca del Amazonas de norte a sur, determi- nada por una precipitacién més baja, alrededor de los 1500 mm, muy inferior al del resto de ta Amazonia, que divide a ésta en una dental y otra oriemtal, y es una barrera para Ia expansién de numerosas especies. El alto Ama- zonas, de Obidos a las serranias andinas, es unade Jas zonas més interesantes en América del Sur por su riqueza floristica, y del punto de vista de los recursos genéticos, por los numerosos cultivos que alli se originaron, La disminucién de la humedad al sur de laselva amazénica determina paisajes de bosques abier- ege- seccién occi- tos y sabanas. El «cerrado» es un érea enorme en el centro de Brasil, relativamente baja, ondulada © con sierras de poca elevacién, cubiertas de vegetacién arbérea baja, espaciada, siempre ver- de, més densa hacia las corrientes de agua, La humedades favorable a la agricultura, cuyo desa- rrollo es reciente: los suelos son productivos si se aplican fertiizantes quimicos. Elnoreste de Brasil esté en gran parte ocupado por la «catinga», con un bosque claro, deciduo, a Cultivos marginad otra perspectiva dle 1492 menuclocon predominancia de palmeras ycactos, Es una zona dificil para la agricultura; ofrece productos naturales para la recolecci6n, como la cera de carnauba al extremo norte. En la frontera con la selva lluviosa, en éreas con unos 1 500 mm de precipitacién, hay grandes formaciones de babagt, importante como fuente de aceite. El cerrado y la calinga son pobres en cultivos autéc- tonos, en parte por la abundancia de recursos naturales, y por las condiciones adversas para la agricultura permanente, Entre la catinga y el mar se extiende una franja de alta humedad, con bosque Iuvioso, que en Bahia se aprovecha en gran parte para plantacio- nes de cacao, caila y otros cultives. Los bosques Huviosos del litoral estén interrumpidos al norte de Rio de Janeiro por areas secas, pero se prolon- gan al sur hasta casi los 30° de latitud. Del limite sur del cerrado hasta el tr6pico de Capricomio, hay varias regiones de paisajes dife- rentes, que se inician en los contrafuertes de los Andes con las sabanas de palmeras en Bolivia; luego el bosque seco del Chaco, que ocupa la mayor extensi6n; el gran pantanal en el Mato Grosso, y los bosques mesofiticos que se extien- den hacia el este hasta las selvas Huviosas del litoral BIODIVERSIDAD DE LA FLORA AMERICANA La biodiversidad de las plantas de los irépicos americanos comprende dos aspectos, aiin no del todo estudiados. El primero es la diversidad de tipos de plantas determinada por la adaptacién a un ambiente de mucha competencia, complejo ¢ inestable. A esas condiciones las especies han respondido creando habitos (epifitismo, parasi- tismo) que implican cambios completos en el organismo, © adaptando 6rganos como en las lianas o las plantas flotantes, que se acomodan a necesidades mas restringidas. El segundo aspecto, Ja riqueza en familias, géneros y especies, ha sido més estudiado, pero losinventarios hechosenel Nuevo Mundocubren sélo paises 0 regiones muy pequefias, lo que permite apenas tener una idea de la situacién total. Es bien sabido que la riqueza floristica aumenta de las latitudes bajas hacia ef ecuador, y que alcanza, asf como la diversidad de formas biolé- gicas, su nivel més alto en los trépicos hitmedos, Se puede estimar entre 60 000-70 000 el nimero de especies de plantas superiores en los trépicos del Nuevo Mundo. Dentro de ellas un porcentaje muy alto corresponde a familias como las Com- puestas, Orquideas, Rubidceas, Ciperiiceas, Ardi- ceas y Melastomatéceas, que son pobres en érga- nos que suplen materiales para la alimentacién Ja industria. Es de esperar, en consecuencia, que no haya correlacién entre la riqueza floristica de una regién y el ndmero de plantas domesticadas en ella. Asi, en Costa Rica, con cerca de 10 000 especies de plantas superiores, s6lo se domesticé una especie, En Ecuador, cuya riqueza floristica no tiene paralelo enel continente, se presume que sGlo se domesticaron cuatro especies. Por otra parte, las dreas con mayor riqueza floristica son las que ofrecen mejores perspectivas para ta uti- lizaci6n futura, especialmente en Ia industri RELACIONES CULTURALES Es evidente que ni la riqueza floristica ni la sidad de las grandes formaciones vegetales son factores primarios en la domesticacién. Am- dive bas condiciones pueden més bien sernegativas; la primera, porque en una gamaamplia de productos es facil encontrar sustitutos si alguno de ellos escaseara; la segunda, porque la abundanciade un productoen una formacién natural hace innecesa- ria su domesticacién. ‘Aunque no puede establecerse con seguridad qué especies se cultivaban en América antes de 1492, su nuimero se estima’entre 250 y 300. La gran mayorfa de ellas estén auin en un estado incipiente de cultivo, y no se les podrfa aplicar la categoria de domesticadas, si se siguen las nor- mas establecidas por ciertos especialistas que limitan este concepto s6lo a las especies que han sido objeto de mejora genética, Pero si se admite que la relacién entre el hombre y las plant cultivadas tiene un sentido més amplio, el desa- rrollo y aplicacién de pricticas de cultivo y la invencién de técnicas de utilizacién, como facto- res del proceso de la domesticacién ce una espe- cre, se pueden considerar tanto o mas importantes que la mejora genética. En América tropical la pobreza de los testimo- nios arqueoldgicos ¢ histéricos hacen muy diffcil determinar los factores que indujeron a ta domes- ticacién, y aestablecer si ésta estuvo circunscrita enel tiempo, 0 ocurtié en un solo lugar o en varios, y sise realiz6 s6lo una vez.o se repitié en épocas distintas, La domesticacién en el Nuevo Mundo pudo deberse a las mismas causas que se cree operaron ¢ traté de un largo proceso, si en el Viejo Mundo: escasez.de recursos de reco- ecci6n, pesca y caza; presién demogriifica; cam- bios ambientales, o trasformaciones culturales. También se pueden mencionar causas secunda- rias, como la comodidad de tener un recurso mas amano que irlo a buscar en el bosque, especial- mente si s6lo requeria manejo y propagacién facil Una vez. pasada la etapa inicial de domestica- cién, la expansién de los cultivos expuso a las especies a nuevas fuerzas de seleceién e incre- ‘ment6 su diversidad. La expansién pudo hacerse por difusi6n o poremigracién, como se deseribiré més adelante, DISTRIBUCION DE LA DIVERSIDAD GENETICA Los recursos genéticos de las plantas cultivadas no tienen una distribucién uniforme. Estén con- centrados en las regiones tropicales y subtropica- les, en mayor niimero de especies y variedacles, y son escasos 0 faltan del todo en areas muy exten- __Los recursos ftogenéiicos del Nuevo Mundo sas de las zonas templadas. Vavilov fue el prime- 10 en sefialar dicha irregularidad en la distribu- cién geogrética, y aunque su explicacién yanoes aceptada, su definicién de zonas de altariquezaen recursos genéticos sigue siendo valida y Gtil. Hay una relacién estrecha entre los ocho centros que Vavilov seftalé como reas de alta diversidad y el estado de la agricultura en la época del Descubri miento. A la legada de los europeos habia en América dos regiones de agricultura avanzada: Mesoamérica, con un area nuclear en México- Guatemala, y los Andes, con un zona similaren el sur del Pert, No sélo la agricultura estaba mas avanzada en esas dos regiones, sino también la industria, comereio, comunicaciones y desarrollo urbano, En ellas el progreso agricola se caracteri- zaba por cl alto ntimero de plantas cultivadas, el reducido niimero de animales domésticos, el de- sarrollo del riego y la conservaci6n del suelo, las herramientas adaptadas al trabajo del campo, (para el cual no se contaba con animales de tiro), y una tecnologia para la conservacién de alimen- tos mucho més avanzada que la que ex Europa. Mesoamérica y los Andes no tet nicacién cultural directa. Estaban separados por tuna regién intermedia, que inclufa gran parte de América Central y del noroeste de América del Sur, cuyo desarrollo cultural era mucho menor. Habja varias plantas que se cultivaban en las dos regiones, lo que representa un substrato comtin a todo el continente. muna comu- Elmaizhasidolaplantadecultivomésextenso: desde la desembocadura del rio San Lorenzo, en Canadi (52° lat. N), hasta el centro de Chile (35° lat. S), y desde el nivel del mar hasta los 3.900 mdealtitud. Los frijoles, Phaseolus vulgaris y P.lunatus, cubsian un area semejante; este tiltimo se cultivaba hasta las costas de Brasil, ‘También eran comunes el tabaco y los aguacates. Es de interés indicar que de los géneros Amaranthus, Capsicum, Cucurbita, Gossypium, Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 Physalis, Pachyrrhizus se domesticaron especies diferentes en Mesoamérica y los Andes. La boténica, la arqueologia y la historia han permitido comprobar que ambas regiones tuvie~ ron en sus éreas nucleares un ntimero significat vo de especies cultivadas autéctonas; algunas de ellas todavia se encuentran sélo en esas zonas. Las dreas nucleares estaban rodeadas por otras de condiciones ambientales diferentes, en las cuales habia plantas domesticadas de origen local. De ello resulta una norma de distribucién segin la cual el ntimero de especies y variedades cultiva- das disminuye de Ja regién nuclear hacia la periferia, Al componente local del germoplasma en las. reas nucleares y adyacentes hay que agregar la contribuci6n fordnea, a través de introdueciones hechas en diferentes épocas y de distintas proce- dencias, Antes del Descubrimiento ya se cultiva- ban en Mesoamérica y los Andes la yuca, el camote, e! mani y el achiote, posiblemente origi- narios de otras éreas del continente, y la calabaza (Lagenaria siceraria), probablemente de origen africano, utilizada, desde Estados Unidos a Ar- gentina, solamente por sus frutos, que servian de recipientes. Este proceso dedifu Jas primeras etapas de Ia agricultura, por inter- cambios, robo, guerras y conquistas entre las poblaciones primitivas. El éxito de las introduc- ciones dependi6 de la capacidad de adaptacién de las especies a nuevos ambientes, y de su acepta- cién por los consumidores. El caso del platano es ejemplar; fue introducido al inicio del Descubri- miento, y su expansi6n en América tropical pre- cedié en diez afios el desplazamiento de los con- quistadores, De menorefecto pudo ser ladifusi6n de cultivares que resulté de la emigracién, volun- taria o forzada, de comunidades humanas, pero hay pruebas hist6ricas que la confirman, La con- centracién de recursos genéticosen Mesoamérica ¥ los Andes, que en el momento de la Conquista eran los asientos de dos imperios muy extensos, n.comenzé,en se puede explicar por ta acumulacién de germo- plasma durante una larga historia de domestica- iones locales, y la adaptacién de cultivos foré- eos, en base a unas pocas especies cultivadas comunes a las dos regiones, Estas dos éreas de concentracién intensa de germoplasma ocupan sin embargo una superficie muy reducida. Fuera de los trépicos, al norte de ‘Mesoamérica, hubo pocas domesticaciones aisla- das: girasol, aguaturma (Helianthus tuberosus), Iva annua, Proboscidea parviflora, Chenopo- dium sp., de las cuales s6lo las dos primeras se ‘conocen en otras regiones. La regién intermedia se extiende en América del Sur abarcando las cuencas del Orinoco, Ama- zonas y Paraguay-Parand, Esta inmensa regién cubre las éreas de mayor riqueza en diversidad de especies y ambientes en el continente, En ella se domesticaron especies de importancia mundial: yuca, camote, pifia, manf, y muchas de cultivo incipiente. A pesar de su enorme extensién no existen dreas nucleares con alta concentracién de germoplasma, yséloenel alto Amazonas hay una zona indefinida de plantas autéctonas atin en estado incipiente de cultivo. Existen pruebas ar- queolégicas de una ocupacién humana antigua y extensa en la regién intermedia, en edad compa- rable a las ocupaciones en Mesoamérica y los Ande: cultura paragonable « la de estas civilizaciones. Para explicarla ausencia de una agricultura avan- zada, se puede aducir que en ciertas regiones, por ejemplo Ia Amazonia, imperan condiciones natu rales, como la abundancia de recursos alimenti- cios en plantas y animales que eran suficientes para abastecer a una comunidad, aseguréndole durante todo el aiio una nutricién equilibrada; y pero ningtin grupo humano alcanz6 una que la baja fertilidad de los suelos, tas crecidas de los grandes rfos y las sequias profongadas no favorecieron el desarrollo de una civilizacién sélidamente arraigada. Finalmente, en el extremo sur del continente, 10 ya fuera de los trépicos, hubo domesticaciones aisladas. En Chile se cultivaron los cereales Bro- mus mango y Elymus sp., hasta que los cereales europeos los reemplazaron por completo; una oleaginosa, Madia sativa, se cultivé hastael siglo xvut. En Argentina y Brasil se inicié el cultivo de una hortaliza de importancia mundial, Cucurbita maxima. Las Antillas no fueron una fuente importante de plantas cultivadas. Solo el mamey, Mammea americana, que parece tener origen antillano, crece silvestre en las Antillas Mayores, donde se conoce con el nombre de taino. Bs dudoso que el arrorruz (Maranta arundinacea) fuera domesti- cadio en las Antillas Menores como se ha sugeri- do; pudo mis bien haber sido introducido desde América del Sur. Las Antillas, especialmente La Espafiola, fueron los sitios donde los europeos conocieron primero un buen nimero de las plan- tas cultivadas americanas, adoptando para ellas losnombres indfgenas, que luego difundieron por todo el continente. CAMBIOS DESDE EL Aflo 1500 Varios procesos afectaron radicalmente el estado de los recursos genéticos después del Descubri- miento. Su accién varié de un cultivo a otro, fue también desigual segtin la regin, y su intensidad ha sido diversa de acuerdo con la época. Resulta dificil valorar el impacto de esos procesos, asi como tener una idea exacta de las pérdidas de germoplasma. Por pruebas hist6ricas se sabe que algunas especies desaparecieron del cultivo, pero no es posible evaluar las pérdidas a nivel de ulti ares, Dos nuevos procesos se observan inmediata- mente después del Descubrii fue laintroduccién del ganado, que condujoa una explotacién extensiva, que atin subsiste en algu- nas regiones de América Latina dentro de marcos coloniales. La ganaderia extensiva ocupé prime- 10 las tierras de cultivo que los indios abandona- niento, El primero Los recursos uogensticos del Nuevo Mundo ron por la presién de la Conquista o por la despo- blacién debida a enfermedades. Para sostener la explotacién ganadera en las tierras altas se intro- dujeron especies euroasisticas de forrajes, y en las tierras bajas, pastos africanos, algunos de los cuales se conviertieron en las peores malezas y eliminaron précticamente a los pastos nativos. El segundo proceso fue Ia introduccién de cultivos de exportacién —cafia de azticar, indigo, café, banano, palma de aceite—, que se estable- cieron talando bosques primarios o en terrenos agricolas destinados a cultivos de subsistencia, Losmonocultivos se trasformaron, por la siembra densa y las pricticas agronémicas, en verdaderos desiertos de biodiversidad. Los procesos de urbanizacién, si asi se puede Mamara la construccién de habitaciones y vias de trasporte, han afectado seriamente la preserva- cién de los recursos genéticos, ya que en América Latina la expansién de las ciudades se ha hecho, en la mayorfa de los casos, alrededor de los centros antiguos de poblacién, que estaban cir- cundados por campos donde se practi agricultura intensiva y variada, La urbanizacion ha provocado cambios en Ia alimentacién, que han disminuido el consumo de alimentos tradi- cionales. Las repercusiones que el cambio de variedades ha determinado en la supervivencia de los recur sos genéticos han sido de menor importancia en América tropical. En primer lugar, por la falta de programas de mejora genética o selecci6n, en la gran mayorfa de los cultivos. En segundo lugar, por la resistencia de los agricultores a adoptar nuevas variedades, especialmente para los culti- vos alimenticios. (Los agricultores suelen dudar de las propiedades de las variedades mejoradas cuando no estén cabalmente informados acerca de las modalidades de su manejo, y esta incerti- dumbre les hace preferir las variedades tradicio- nales.) tba una Otro factor que ha favorecido la diversidad Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 genética es la siembra de mezclas de cultivares, para asegurar la cosecha de por lo menos uno de ellos. Elaspectoestético de esta practica se refleja en la diversidad de formas, colores y tamafio de frutos, tubérculos y otros productos. En algunos casos los hbitos alimenticios y la superioridad nutritiva y culinaria de los cultivares primitivos han contribuido a su supervivencia, EL DESAFIO DE LA CONSERVACION {Qué puede hacer una regién formada por més de 30 pafses independientes, con serios problemas en todas sus dreas de desarrollo, para mantener lo mis integralmente posible el germoplasma de unas 350 especies cultivadas? Es mucho lo que se esta haciendo a nivel nacional y regional, espe- ialmente en loscultivos prioritarios que despier- tan interés mundial. Sin embargo, la capacidad de produccién de alimentos del mayor nimero de cultivos atin no ha sido estudiada. La preservacién de este acervo genético es una tarea compleja, que requiere la responsabilidad ‘compartida de instituciones nacionales y entida- des regionales ¢ internacionales, asi como deci- siones polfticas que garanticen la conservacién permanente del germoplasma. Como la gran ma- yoria de los cultivos tropicales tienen semillas recalcitrantes o son de propagacién vegetativa, su conservacién tendria que hacerse en colecciones vivas, Se requeriré desarrollar nuevas técnicas en el establecimiento y manejo de las colecciones, y su duplicacién en sitios diferentes. Como muchos de los cultivos de los trépicos americanos son exéticos, se necesitaré més germoplasma y una politica internacional de introdueciéne intercam- bio. Esta riqueza genética aseguraré en el futuro una alimentacién rica y variada, y una fuente de productos industriales para los usos més diversos. La preservacién del germoplasma autéctono de América tropical dependeré también del establecimiento de bancos de germoplasma y Greas protegidas. Se basaré en el desarrollo de : uw ‘mercados y de tecnologia para el manejo agro- n6mico y la preparacién para el consumo. Sera preciso encontrar usos mis diversifieados que amplien el mercado, y lanzar campaiias de informacién acerca de su valor nuttitivo y de sus cualidades organolépticas, basadas en los conocimientos tradicionales. Con este fin serd preciso intensificar las investigaciones etnobo- ténicas, y desarrollar un estudio sistemético del manejoagronémico y de las tecnologias de prepa- raci6n del producto. Bjemplos recientes demues tran que con poco esfuerzo y tiempo algunos cultivos marginados se han podido convertir en También ta de articulos parala ventaen supermercados se han visto fracasos notables por planificacién y experiencia, Pero, en los casos de éxito, los enfoques tradicionales relativos a las colecciones vivas y los bancos de semillas se han ciado con la investigacién del manejo agronémico y la comercializacién, Enel Cuadro 1 seenumeran las plantas origina- rias del Nuevo Mundo. Dicho catélogo quedarfa incompleto si no se mencionaran las omamen- tales y las medicinales. ORNAMENTALES Hay pruebas histéricas del cultivo prehispanico de especies omamentales, como Dahlia, Tagetes y otras en México, pero fue en los dos diltimos siglos cuando un gran niimero de especies ameri- ccanas se introdujeron al cultivo, primeroen Buro- pa y luego en Estados Unidos, muchas de las cuales han sido alteradas genéticamente. Entre Jas familias que han provisto un mayor nimero de especies, estan las Ariceas, Bromeliaceas, Cacta- ceas y Palmeras. Otras familias de importancia comercial son las Amarilidéceas (Hymerocallis, Hippeasirum, Zephyranthes), las Compuestas (Cosmos, Tagetes, Zinnia), y las Solanéceas (Browallia, Brugmansia, Nierembergia, Petunia, Salpiglossis). Numerosos génerosen familiasmuy distintas contienen especies de cultivo extenso: 2 Los recursos ftogenéticas del Nuevo Mundo CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables éreas de expansién en la época del Descubrimiento Familias y especies [Nombres comunes Coreates y otras granos Areas cle expansién ‘Amarantiiceas ‘Amaranthus ceudlatus A. cruentus ‘A. hypochonchiacus Graminoa Zea mays ‘Bromus mango’ Elymus 5p. Compuestas Wa annua! Quenopodisceas (Chenopodium palidicaule ©. quinoa (Chenopodium sp.’ (all. buschianum) Martinidceas Proboscidea parviflora Achis, achita, taco, coima, kiwincha, ssangorache Chia, alegria ‘Alegria, huautl, zoalo Maiz Mango Teca Ayara, cana, qaniwa (Quinoa, quinua, suba Especiasy eondimentos Ecuador, Argentina Estados Unidos (Nuevo México), Guatemala, Estados Unidos (Nuovo México), Guatemala, Canada, Argentina hile Chile Estados Unidos Perd, Bolvia Colombia, Chile Estados Unidos Estados Unidos ‘Apocinacoas Fernaloia pandurata Bombacécess Quararines tunsbris Ciperaceas Cyperus sp, Compuestas Eupatorum ayapana Porophyilum ruerate Spilanthes eeracea (S. acmelta var. olracea) Tagotes graveciens 7. maneion! IMirtécoas Pimonta dioica (P. officinalis) Orquidéceas Veni planifoia Loroco Cacaoxochit Pripreoca ‘Ayepana uitquina Berra Huacatay Huacatay, ico Pimicnta gorda, pimienta de Chiapas, jamaica Vainita El Salvador Mexico Amazonas ‘Amazonas Bolivia Pont Peri, Bolivia Perl, Bolivia ‘México, Guatomala, Antillas México " Bspeciesdesaparecidas del cutvo, Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 13 Nombres comunes Areas de expansion Especias y eondimentos Quenopodiicess: Chenopodium ambrosioides Apazole, paico Mexico, Pert Solandceas Capsicum annuum Chile, aj Estados Unidos, América del Sur (parte saptentional) ©. baceaiu ‘América del Sue ©. chinense ‘América dol Sur (parte septentrional) ©. hutescons Mesoamérica ©. pubescons Rocoto Ecuador, Bolivia Umbetiteras Exyngium footigum Culaniro de monte Mesoameérica, Antilas Estimulantes Agaviceas Agave cocuy Cocuy Venezuela A.mepisiga México A salmiona Pulque, aguamie! Mesoamérica ‘Aquifoliaceas ex paraguariensis Mate Paraguay, Argentina Eritroxlléceas Erythroxyium coca Coca, pad América del Sur (partes seplenirional y ccontral) E novo-granatense Coca de Tryjito ‘América dol Sur (parte occidental) Esterculléeoas Theobroma angustfolum ‘Cava0 de mono Mescamérica T. cacao Cacao Mesoamérica Sapindiceas Paulinia cupana Guarana Brasil P.yoco Yooo Colombia, Ecuador Agavéceas Agave angustioia var. letonae Maguey El Salvador A.cantala México A. fourcroyotdes Henequén México AA. sisalana ‘Sisal, maguey México Fureraea andina ‘Chuchao, cabuya Ecuador, Pert F cabuya Cabuya Costa Rica, Colombia F. foetce (F. gigantea) Fit, cabuya, chuchao Colombia, Venezuela F. humboatiana Cocuiza Colombia, Venezuela F macrophya Fique Colombia “4 Los recursos fuogensticos del Nuevo Mundo CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansién en la época del Descubrimiento (continuacién) Familias y especies [Nombres comunes Areas de evpansién Fibras Bromeli ‘Aechmea magdslenes Pita loa Méxioo, Venezuela, Ecuador Ananas erseiifolus Caria Brasil Neoglaziovia veriogata Caria Brasil Ciclantéceas CCarludoviea patmata Toauila Guatemala, Pert, Brasil Malvacess Gossypium barbadense Algodon ‘América del Sur (parta soptentional), Guatemala, Boice, Antillas @.ireutum Algodén Mesoamérica, Anillas Palmmeres Attalea tunitera Piasava Brasil Frutas y nucees Anacardidcess Anacardium occidentale Maran, merey, caja Venezuela, Brasil ‘Spondias mombin (8 lutea) . purpurea (S. mombin) S.tuberosa ‘Anondceas Annona cherimola A. aiversifova A. muricata A. purpurea A retiouste ‘A. solerederma A. squamosa Rolinia jimenezi R. mucosa . rensoniana Apovindceas Couma utiis ‘Macoubea witotorura Aréooas -Monstera deliciosa Bignonidcess Parmenisra aculeata Bombacéceas Patinoa almiraio Quararibee coraata Tapered, mombin,jobo iusto, jocote nba Chirimoya Nama, papausa ‘Guanabana, graviola Soncoya, SSurumuyo, anén Quavs AAnona Anonilo Biba Ghurumuyo Sowa Carian Cuaiiote Almirao Sapote México, Brasil, Antilas Mesoamérica Brasil (parte nororiental) Ecuador, Perd, México (7) Mexico, Ei Salvador Panama, Brasil, Antillas México, Panama Mosoamérica, Antiias Guatemala México, Antillas México, Costa Rica Brasil El Salvador Brasil, Amazonas Colombia, Amazonas México, Panama Mesoamérica Colombia Colombia, Brasil, Pent Cultives marginados: otra perspectiva de 1492 15 CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias def Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansién en la época del Descubrimiento (continuacién) amas y especies Nombres comunes Areas de expansién Frutas y nucces| Bromeliéceas Ananas comosus Pita Mexico, Brasil Cacticeas Acanthocerous pentagonus Phahaya México, Antilas Hylocereus ocamponis Mexico (2) Hi undatus Piiahaya, Mexioo Opuntia. amyclaca Tuna Mexico 0. icus-ndica Tuna Mexico (2) ©. mogacantha Tuna México 0. robuste Tuna camuesa Mexico 0. strepiocantha ‘Tuna cardona Mexico ©. undulata Mexico Poreskia aculeata Guamacho ‘América del Sur (parte septentional), Aatilas Carleéceas Cariea X hetiborn (C. pentagons, C. ctrysopetala) _—_—Babaco, higacho Ecuador ©. papaya Papaya América Central (parte mercional), ‘América dl Sur (parte septentional) ©. pubescens Papayuela Colombia, Venezuela, Ecuador Carlocardceas Caryocar vitosum Piquid Amazonas Crisobelanécoas CChwysobalanus icaco leaco ‘América topical Couspis bracteata Pajora ‘Amazonas, . fongipendiula Castanha de gallina Amazonas: . polyandra Olosapo Mesoamérica ©. suboordata Umarirana ‘Amazonas Lcania platypus Zunzapote Mescamética Cucurbitécoss Metothria ducts coca Gosia Rica, Panama Esterculléceas ‘Theobroma bicolor Macambo, pataste ‘Amazonas, T. grandiforum Cupuassy Brasil Ebenéceas Diospyros aigyna {. ebonaster) Zapote negro México Gutiferas Mamma americana Mamney Antitas Platonia insignis Bacur Brasil, Paraguay Riheedia madiuno Madron Colombia, Ecuador R. macrophyla Bacuripari ‘Amazonas, 16 Los recursos ftogenéticos del Nuevo Mundo CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansion en la época del Descubrimiento (continuacién) Fan as y especies Nomrescomunes Areas de expansidn as y nucees leacinaceas Poraquetba paraensis Laurdceas Bielschrmieidia anay Persea americana P. schiedeana Lecitidaceas Bertholetia excalsa Gustavia superba Grias nevberiti Lecytnis stata Leguminosas, Mimosoideas ‘nga cinnamornea |. donsitora edulis | fagitoia 1 evil | foicut | macrophyia | paterno | miziana 4. setitera Leguminosas, Cesalpiniodeas Cassia lolancka Leguminoses, Papillonoideas Arachis hypogaea Malpigidcess Bunchosia armeniaca Byrsonima crassifolia Malpighia glabra Mirtacoas Campomanesia ‘quazumifoia (Broa setiowiana) Evgenia brasiliensis E floribunda E cabotuds E Kotz lutschnathiane pyniormis E stiptata E unlora Fojoa selowiane med ‘nay ‘Aguacate, palta Coyo, yas Nuez de Brasil Paco, membrilo Sacchamango Sapuceia Inga-assi ‘Guamo, quabo Inga-cips Ingé-chichi Pacse sine Inga-péua Paterno Gumo Ing dos ingios Marimari Mani, cacanuete Ciueta de trate Murucd, peralejo, nance Acarola Guabiroba Grumixama Mura Cabolluda CChianapera de campo Pitomba Uvalha Aca Panga Foljoa ‘Amazona Mexico, Guatemala México, Pend México, Costa Rica ‘Amazonas. Panama, Colombia ‘Amazonas Amazones Amazonas Costa Rica, Venezuela Amazonas México, Brasil, Antilas Pent Méxiea ‘Amazonas I Savador Nicaregua, Peri, Brasil ‘Amazonas Amazonas México, Argentina, Antiias Amazonas Mexico, Brasil Antillas Basi Bras Antilas Brasil Brasil Brasi Brasil ‘Amazonas, Brasil Brasil Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 @ CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansion en la época del Descubrimiento (continuacién) Familias y especies ‘Nombres comunes Areas de expansién rutas y neces Mirtéceas (cont) ‘Myrciana cauitiora Jaboticaba Brasil 1M. dubia Camucamu ‘Amazonas Myrtus ugni Ugni Chie Paivaea lansdorii Cambuci Brasil sium acutangulum Araza, pera Brasil P. catleyanum ‘Acaza de praia Brasil P. friecrichsthalianum cas México, Panama P. guajava Guayaba México, Bras . sartorianum Asrayan México, £1 Salvador Moréceas Brosimum alicastum Mexico, Brasil Pourouma cecropizetolia Mapati, vila Amazonas Palmeras Baciris gasibaes Pejibaye, pupunha, choniaduro Honduras, Brasil Pasifloricess Passifora edulis Marecuyé Brasil .figularis Granadila México, Pect P. matiformis Granadila Antillas, América del Sur (parte septentional) P. molissina Tacso, curuba Colombia, Pord . popenovil Granacila de Quis Ecuador P. quadranguiaris Badea ‘América del Sur (parte septentrional} P.tripartta Tecs0 Ecuador Ramnéceas Ziziphus joazeiro Joazairo Brasil Rosiceas Crataegus pubescens Manzanita, tejocote México Fragana chiloensis Fresa Perd, Chile Prunus serotina subsp. capull capuiin México, Guatemala Rubus glaucus Mora Guatemala, Ecuador Fubléceas Borajoa patino! Boroje Colombia 2B. sotbils Purui grande Basi Gonipa americana Genipapo México, Brasil, Antilas Rutécoas Casimirca edulis Matesano México, Costa Rca ‘Sepindacess Melicoccus bjugatus Maméa Antillas, Colombia, Venezuela Talsia esculenta Pitomba Brasil, Paraguay, Bolvia T forest Coloc México, Guatemala T. alvaetormis Cotoperis Mexico, Guatemala, Colombia, Venezuela 18 Los recursos fuogenéticas del Nuevo Mundo CUADRO 1 Plantas cultivacias originarias de! Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansién en la época del Descubrimiento (continuacién) Famitias y especies Nombres comunes ‘Areas de expansién rata y nucces Sapotécess Chysophylium cainto Cairo Antillas, América del Sur (parte septentrionel) Manikera zapoia Chic, chicozapote México, Coste Rica Poutsria arguacoensiom Manzano Colombia P. caimto Abi, caimo ‘Amazonas. P. campachians Canisiel México, Panam& . hypogiaucs Pen de vida México, E! Salvador P. macrocarpa Cutt grande Amazonas P. macrophylla Cute, riba Amazones P.obovela Locuma Eovador, Chile P.pairey Pair Amazonas P. sapota Zapote, mamey México, Panama P. ucugui LUcuaut Amazonas Solandeees Gyphomancia betaces Tomate de érbo! ‘Andes, Colombia, Bolivia Physalls perwviana Uchuba Colombia, Bolivia ‘Solanum muricetum Pepin Colombia, Botvia 8. quiloense ‘Naranjila tuto Colombia, Ecuador . sassililorum ‘Topiro, eocona Amazonas Yugiandaceas Jugtens bolviana Nogal Port, Bolivia J honorei Nogal Ecuador J neotropica Nogal Ecuador, Pend Hortalaas Agaviceas Yucca elephantioes teate México, Guatemala Asclopladéceas Vincetoxyeum salvini CCuchamper Guatomala, Costa Rica Ariceas Xenthosoma brasilonsis Belembe Brasil Cactéceas ‘Opuntia spp, Nopales Mexico Cariedecess Carica manoica Col de montaria Pert Cucurbitécoas Cucurbita argyrosporma Calabaza, sakil México, Guatemala ©. fio Chitacayote México, Guatemala ©. maxima Zapallo Argentina ©. moschata Calabaze, ayote México, Guatemala ©. pepo Galabaza, nuicoy México, Guatemala Cyclanthera expiodens Pepino diablto El Salvador, Pert Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 419 CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables areas de expansién en la época del Descubrimiento (continuacién) Familias y especies Nombres comunes Areas de expansiin Hortalizas Cucurbitacoas (cont) C. peda Caigua Andes Sachivi edule Chayoie México, Guatemala 8. facaco Teaco Costa Rica Sicana edritera Casabanana ‘América det Sur (parte saptontrional (2) Euforbidéceas Cnidoscolus chayamansa Chaya México, Guatomaia Menino esutonta Hojas de mandioca Amazonas Leguminosas, Papilionoideas Crotalaria longirostrata Morantaceas Calathea macrosepala Palmas Bactis gasinzes Chamacdorea tepejitote Euterpe oleracea Portulacéceas Tatinuratangulsre Tachigitin chute Paimito de peybaye Pacaya Palmito de asai Espinaca de Suriname México, Ei Salvador Guatemala, E! Salvador Honducas, Brasil México, Guatemala Brasil ‘América del Sur (pane nororiental) ‘Quenopodisceas Chenopodlum berlancied| sp. nutallae Huauzontie Mexico Solanéceas Lycopersicon esculentum Tomate México Physals philadolphica Tomate México, Guatemala Solanura americanum Hierba mora Guatemala, EI Salvador Solanum sp. ban Guatemala Vitéceas, Cissus gongylodes Cupa Amazonas ‘Leguminosas de prone Loguminosas, Papilionoideas Canavalia ensifermis Palas de los genties, Peri Eytbina edulis Basul Colombia, Pert Lupinus mutabiis Tanwi Colombia, Bolivia Phaseolus acutiiolus Teper stados Unidos, Costa Rica . coccineus Ayooote México, Guatemala P.tunatus Frio, tina Estados Unidos, Chile . polyantius Bot! México P. vulgaris Frio, paltar 10s Unidos, Argentina Los recursos fltogenéticos det Nuevo Mundo CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables éreas de expansién en la época del Descubrimiento (continuacién) Faris y especies [Nombres communes Areas de expansién Oteaginosas Compuestas Hofianthus annuus Girasol Estados Unidos, México Madia sativa’ Madi Chile Grisobelandceas Ucania seleroptyls Oiticica Bras Euforbiéceas Caryodendran orinocensie “Tacay, inchi ‘Amazonas, Orinoco Labladae Salvia hispanics chia México, Guatemala Leguminosas, Papilionoideas Dipterix odorata Tonea ‘América del Sur (parte nororintal) Mirtéceas Pimenta racemosa Bayrum Anillas Arécoas Xanthosoma sagitiiolm Basolicoas Utucus tuberesus Cannéceas Canna edulis Compuestas Hltianthus tuberosus PPolyminia sonchifoia Convolvulécess: Ipomove batatas Crucitoras Lepieium moyenit Dioscoresceas Dioscorea tee Euforbiécoas ‘Manihot esculenta Inidéceas Tigra pavonia Leguminoses, Paplilonoidess Pachyerhizus ahioa P. erosus P. tuborosus " Bspociesdesoparecidas del cultivo, Raiees yt Tiquisque, yautia Utteco, ulluke Achira Topinambur Yacén Camote Maca Mapuey Yuca, mandioca Cacomite Abipa Sieama steama, México, Brasil, Anite Venezuela (Andes), Argentina ‘Andes oocidentales Estados Unidos \Venezusla (Andes), Argentina México, Bracil, Antilas Pert (Andes) América del Sur (parte septentional) México, Bras, Antilas México Perd, Argentina Masoamérica Colombia (Andes occidentales), Pera Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 : 2 CUADRO 1 Plantas cultivadas originarias del Nuevo Mundo, con sus probables dreas de expansién en la época del Descubrimiento (conclusién) Fam especies Nombres comunes ‘Areas de expansién Races y tubéreulos Marantécess (Calathea atfouia Lairén,lerén ‘América dol Sur (parte septentional), Aniiias Nictagindceas Mirabits expansa Mauka, chago Ecuador, Bolivia Oxalidécens xalis woerosa Oca Colombia (Andes), Chile Solanéceas ‘Solanum tuborosura Papas: Venezuela, Chile Tropeoléceas Teopaeolum tuberosum Mashwa Colombia (Andes), Bolivia Umbeliferas Arracaeta xanthombiza Arrecacha, Colombia, Bolivia Miseclineos Bambusa angustifolia Bambd, quedua Colombia Stevia rbauciana Cahahe Paraguay ‘Nicotiana rustica Tabaco Canad, América del Sur 1. tabacum Tabaco Mexico, América dal Sur Colorantes Bixdoeas Bixa orellana Achiote, bia México, Brasil, Alias Cucurbitéceas Lagoneria sieerana Calabaze Estados Unidos, Argentina, Antilas Canna, Cleome, Euphorbia, Fuchsia, Ipomoea, Salvia, Verbena. Revisten especial importancia las omamentales originarias de América del Nor- te, de géneros como Calochortus, Gaillardia, Lewisia y otros, cuyo cultivo se inicié en la época colonial y se expandi6 ripidamente a otras regio- nes templadas. MEDICINALES Las plantas medicinales americanas atvajeron una. atencién inmediata después del Descubrimiento, sobre todo las mexicanas, y con ellas se iniciaron los estudios cientificos del Nuevo Mundo, Para la medicina europea, en una etapa atin medieval, el descubrimiento de las propiedades purgativas de Ipomoea jalapa, a ratz de Michoacén, eran segin ndez (1517- 1587) raz6n suficiente para justificar su expedi- cin a Nueva Espaiia, Numerosas plantas fueron incluidas en la farmacopea europea, y algunas de ellas, a pesar de sus sustitutos sintéticos, mantic nen importancia mundial: Cinchona, Dioscorea, Ipecacuanha, Smilax. Las tres primeras han sido sometidas a cultivo, pero buena parte de su la opinién del Dr. Francisco Hern 22. consumo proviene derecoleccién. Estaesla fuen- te de la mayoria de las sustancias medicinales, pues se obiienen de plantas silvestres, y no se conoce con certeza si muchas de ellas tienen las propiedades que se les atribuyen, En el limite del Ambito medicinal estén las plantas alucinégenas, distribuidas en numerosas familias de plantas superiores (Cactéceas: Lophophora, Trichocerus), Leguminosas (Adenanthera, Erythrina), Miristi- cdceas (Virola), 0 de hongos (Psylocibe). Bibliogratia Briicher, H. 1989. Useful plants of neotropical origin and their wild relatives. Berlin, Spring Verlag. Graham, A., ed. 1973. Vegetation and vegeta- tion history of northern Latin America. Ams- terdam. Elsevier. Harris, D.R. y William, G.C., eds. 1989. Fora- ging and farming. Londres. Unwin, Hart, RD. 1987. Indian agriculture in America. Lawrence. The University of Kansas Press. Hueck, K. 1978. 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En este capitulo se trataré de analizar la marginacién de plantas au- téctonas en Iberoamérica, especialmente a causa de la introduccién de cultivos, productos y téeni- cas agricolas e ideas europeas, asf como de su desarrollo local posterior. El estudio de 1a marginacién de los cultivos autéctonos araiz de la conquista de la mayor parte de América enfrenta diferentes problemas: + Dificultades de tipo conceptual sobre térmi nos como planta cultivada, marginacién y otros. * Destruccién de los vestigios prehispénicos relativos al estadio alcanzado por la agricul- tura en el momento de la Ilegada de los europeos al nuevo continente (las versiones de los vencedores, que son las que se han transmitido principalmente a la posteridad, carecen de objetividad), Los autores de este capitulo son M.A, Martinez Alfaro (ardin Botanica del Instituto de Biologta, UNAM, México, D.F., México), R. Ortega Paczka y A. Cruz Leén (Subdireccién de Centros Regionales, UAC, Chapingo, México). + Diversidad de acontecimientos y procesos contradictorios que han tenido lugar en el subcontinente iberoamericano durante los tiltimos 500 afios, y dificultad de Hevar a cabo un andlisis general del fenémeno, + Extension y diversidad natural, cultural ¢ hist6ricade Iberoamérica, que requerirfan un enfoque regionalizado del proceso de margi- nacién de plantas. Desde el punto de vista econémico, tiene gran- Ges perspectivas el que varias plantas marginadas se aprovechen de una manera més intensiva, ya que tanto la sociedad moderna como las comuni- dades tradicionales requieren de productos vege- tales adicionales para satisfacer numerosas nece- sidades. El estudio de 1a agricultura tradicional est4 aportando informacién y materiales muy valiosos que refuerzan las tendencias moderna de buscar un desarrollo agricola sostenible. Esta investigacién también beneficia a la biologia ya la agronomfa, aportando conocimientos sobre la evolucién bajo domesticacién, adaptacién de cultivos, técnieas de produccién y fronteras agricolas, Existen datos muy ilustrativos sobre el alto niimero de plantas utilizadas en algunas éreas americanas a Ia Hegada de los europeos, y sobre las que se utilizan hoy dia en las comunidades campesinas tradicionales. En el Cédice floren no, se citan 724 plantas de las cuales s6l0 382 se han podido identificar boténicamente. Actual- mente, una comunidad totonaca utiliza 325 24 Reperecusiones de fa intr oduccién de a flora del Vigio Mundo en América especies de un total de 482. Los seris, tarahuma- ras y huastecos emplean como alimentos 75, 137 y 201 especies nativas respectivamente. Esto in- dica que las comunidades tradicionales, inclu- yendo entre ellas las indigenas americanas a la legada de los europeos, utilizaron varios cientos de plantas de su entorno, mientras que las pob! ciones de fuerte influencia occidental utilizaron s6lo un mimero mucho menor. Conviene distings que aparecen en forma espontinea en ecosiste- mas naturales; arvenses, que aparecen en forma espontiinea en los terrenos cultivados yen general en Areas perturbadas por el hombre; cultivadas, que son objeto de trabajo y dedicacién humana; y domesticadas, que han suftido profundas trans- formaciones genéticas debido a su domestica- cin, y que generalmente no son capaces de subsistir si no es por el cuidado del hombre. Las plantas utilizadas por el hombre americano co- rresponden a todas las categorfas mencionadas De aceptarse esta clasificacién, cabrfa incluir enire las plantas silvestres casi toda la diversidad vegetal existente a la legada de os europeos; plantas cultivadas serfan al menos la mayoria de Jas indicadas por Vavilov (1931) y otros autores como cultivos originarios de América, conténdo- se para Mesoamerica entre 49y 104especies,y 45 para Ia regién andina, El nimero de especies realmente domesticadas por los indigenas antes de lallegada de Cristébal Colén eramenor, yaque muchas de las indicadas anteriormente estaban s6lo en proceso de domesticacién, debiéndose considerar algunas como silvestres y un gran entre plantas silvestres, ntimero como arvenses. Es conocido que las sociedades tradicionales con frecuencia usan y conservan una diversidad de cultivares de una sola especie, por Io que el fenémeno de marginaciénno se deberfa reduciral desplazamiento de especies botdnicas, sino com- prender también la marginaci6n de cultivares y formas tradicionales dentro de unamismaespecie como producto de su substituci6n por otras 0 por una pequeiia cantidad de variantes o formas de la misma. A esto generalmente se lama erosién genética. De aceptarse este enfoque, resultarfa que, a rafz de la conquista europea, el alcance de la marginaci6n de plantas americanas ha sido tal ver bas valorar considerando s6lo el nivel de la especie. Para evaluar la marginacién de plantas tiles, se deben considerar como listas bisicas, por un floristicos del drea, las plan- tas ttiles indicadas en Jos cédices y los primeros trabajos de europeos en América, y compararlos con las que se usan en la nidades tradi comercial, tomando siempre en cuenta k chas relaciones existentes entre diversidad floris- tica, plantas titiles y cultivos autéctonos. Especialmente en las sociedades tradicionales, ante mis amplio de lo que se podria lado, los inventaris actualidad en las comu- jonales y en la produccién agricola sestre- las plantas no se cultivan individualmente, en complejos ecosistemas agronémicos. Si bien una o més plantas son el objetivo agricola central, (maiz, frijol, calabaza, papa, pejibaye), también se aprovechan muchas otras; por consiguiente, para evaluar el desplazamiento de plantas tiles que trajo consigo la Conquista, habria que con: derar también el dafio que suftieron los s agricolas prehispénicos y la marginacién de mu- chas plantas que se usaban en épocas anteriores, causados por la destruccién de la infraestructura hidréulica, el aniquilamiento de ta poblacién, ef desarrollo de la ganaderia, etc. ino istemas GRADO DE MARGINACION DE LAS PLANTAS AMERICANAS De la literatura sobre la exploracién, conquista y colonizacién de América por los paises ibéricos no resulta claro que se hayan impuesto de inmediato y en forma extensiva los cultivos introducidos des- plazando a los existentes; es mas, en los siglos xvi y Xviino parece haber habido una transformacién profunda de la agricultura americana. Incluso, Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 conforme a estudios recientes, no se han encon- trado pruebas de que plantas, como el amaranto, destinadas a usos claramente religiosos e idolitri- cos, y por lo tanto contratios a las ideas que se estaban imponiendo, hayan dejado de cultivarse por prohibiciones expresas Laintroduccién de plantas del viejo continente se inici6 en 1493, a rafz del segundo viaje de G chas de ellas como centros de adaptacién y dis- persin. Hemén Cortés, en la Cuarta carta de relacién a Carlos V, solicit6 que todo navio ««trajera ciertacantidad de plantas y no pueda salir sin ellas, porque sera mucha causa para ka pobla- cién y perpetuacién de ella. La introduecién de plantas y animales establecié la base para la colonizaci6n (bal Colén, Las Antillas sirvieron para mu- Con algunas excepciones (plétano, caita de los espaiioles trajeron cultivos de tipo mediterréneo, que pudieron adap- tarse exclusivamente en laszonas templadas altas de América, que corresponden a lugares densa- azticar, mango y otros mente poblados, que se surtfan con productos espafioles cultivados en regiones aledafias. Los conventos fueron centros de aclimatacién de plantas europeas, que en algunos casos cono- cieron una expansién ulterior y se cultivaron en. Jas nuevas zonas productoras. Una de las ventajas de los cultivos introducidos fue que se pudieron aprovechar las zonas frias donde se regi heladas suaves en las épocas invernales. Muchos cultivos del Viejo Mundo fueron siem- pre mantenidos en pequefias parcelas, tal como hacfan las Srdenes religiosas, las primeras en (ran introducir en sus conventos una agricultura basa- da en especies no americanas. Los indfgenas mantuvieron esa tradicién en sus huertos familia- res y terrenos cultivados. Varias fuentes histéri- cas coloniales muestran las alteraciones ecolégi cas y sociales que produjo la introduccién de nuevos cultivos y ganado en la agricultura y la economia indigenas. Se sol mezclar cultivos introducidos con los nativos, préctica muy comin en las poblaciones autéctonas. En ambos casos se protegfa la biodiversidad y los elementos abisti- cos del ecosistema, En Ia literatura sobre tributos, encomiendas, repartimientos y haciendas, s6lo se mencionan casos aislados dle entregas de semillas de cultivos, provenientes del Viejo Mundo. En las coloniza ciones dirigidas desde Ia Peninsula, se sabe de intentos por parte de la Corona espaiiola de intro- ducir trigo, cebada, centeno, olivo, catia de azii- car, ete. Salvo este tltimo cultivo, que representé un estimulo econémico importante, los demas se sembraron al igual que los americanos. Resultaba incluso mas eficiente y cémodo tributar produc- tos autéctonos que productos exdticos. El trigo, por ejemplo, se sembré en sementeras de matz 0 vecino a terrenos dedicados a la gan: derfa, En Ia zona caribefia o en las tierras bajas tropicales prosper6 s6lo ocasionalmente, y en zonascon gran tradicién agricola como el altipla- no andino y Mesoamética no logeé desplazar al mafz, cosa que en cambio ocurrié en tierras de frontera habitadas por pobla recolectoras. Estas se encontraban en reas se- so dridas donde el climaes propicio, pero era dificil disponer de mano de obra ya que estaban escasamente pobladas, carecfan de tra cin agricola y sus habitantes eran némadas, por lo que en gran parte se poblaron con indigenas procedentes de otras zonas y con europeos. Luga- res como éstos también fueron zonas oliveras 0 vitivinfcolas. Estos cultivos, como muchos del Viejo Mundo, fueron introducidos por las érde- nes religiosas a mediados del siglo xvi, Algunos cultivos importantes para la economia peninsular se importaron en América en épocas tardfas, con resultados negativos para la metr6poli, como, ocurrié eiNuewa Espafia con el afiil, el lino y el cilamo, que no Hegaron a arraigar. El mayor desplazamiento de cultivos parece haber tenido lugar en la época modema, especialmente a mes cazadoras- mii 26. Repercusiones de la introduccisn de ta flora del Viejo Mundo en América partir de fa segunda mitad del sigio xix, cuando siendo ya las ex colonias espaiiolas y portuguesas pa(ses independientes, avanzaba en ellos el capi- talismo y Ia agricultura comercial, Es interesante observar que 500 afios después del descubrimiento de América, en las regiones agricolas tradicionales precolombinas de las par- tes altas (Mesoamérica y regi6n andina), los cul- tivos europeos no muestran las bondades que se Jes atribuyen, y en virtud de Jas cuales se ha preconizado su utilizacién durante siglos. Por el contrario, su inadaptacién climstica, susceptibili- dad a plagas y enfermedades, competencia con productos nativos, deficiente calidad, poea acep- tacién por las poblaciones aborfgenes, y reciente- mente su escasa compatibilidad con productos industriales han sido factores desfavorables a la explotacién, que ponen de relieve el papel margi- nal o nulo que las plantas exdticas juegan con frecuencia en la produccién local. Muy diferente es ta situacién en las zonas de frontera dridas y semidridas poco pobladas, que se empezaron a colonizar principalmente a partir del siglo xvn. En ellas la ganaderfa, y en menor medida el cultivo de cereales europeos, y sélo excepcionalmente las plantaciones de vid y otros cultivos introducidos, se convirtieron en activi- dades fundamentales, presentando un paisaje bas tante parecido al de la Peninsula Ibérica. Lahistoria de la agricultura en tas zonas tropi- calesa partir dela Conquistaes lade la lucha entre los cultivos prehispénicos y sus respectivos siste- mas agricolas tradicionales, especialmente el sis- tema de roza-tumba-quema contrapuesto a Ja ganaderfa y las plantaciones, independientemen- te de que los cultivos comerciales fuesen nativos © introducidos (cata de azticar, algodén, nopal para grana cochinilla, y mas recientemente café, plitano, henequén, frutales tropicales, especies estimulantes, etc.). Sis ¢ observa el desarrollo tecnolégico en ma- teria agricola, se constata que no hubo avances sustanciales respecto alas técnicase instrumental Ilegados a América a fines del siglo xv y hasta mediados del xvi. Desde la Colonia hasta la época actual, tanto los centros mineros como los urba- nos han exigido preponderadamente productos americanos, Pueden existiren los pafses america- nos con fuerte influencia indigena enormes ex- tensiones dedicadas a cultivas introducidos, pero. la flora y cultivos nativos juegan un papel no despreciable. En las zonas antafio densamente pobladas por indigenas se da, en el mejor de los casos, un sincretismo entre las tradiciones agricolas prehis- péinicas y las ibéricas, usando en la alimentacién, vestido, medicinay ritos una mezcla de productos de origen local y europeo. CAUSAS QUE DETERMINARON LA MARGINACION DE PLANTAS UTILES La marginaci6n es un fenémeno complejo que requiere un andlisis multidisciplis argo, sus causas generales son de tipo biolégico- ario; sin em- agricolas, culturales y econémicas. Causas biolégico-agricolas Técnicas agricolas. El arado y los animales de tiro fueron las introducciones mas revoluciona- rias en la agricultura, ya que permitieron su ex- pansién por amplias éreas fértiles de suelos pesa- dos, como E} Bajfo y muchos valles del norte de México. También aparecieron nuevas posibilida- des de riego. Ora innovacién fundamental fue la introduccién del ganado. El hecho de que enor- ‘mes superficies dejaran de ser fundamentalmente de-caza y recolecci6n para transformarse en agrf- cola-ganaderas, y que dicho cambio se hiciera con una colonizacién europea y mestiza masiva, seguramente trajo consigolamarginaciéndeplan- tas recolectadas en épocas anteriores por cazado- res, que en gran parte fueron exterminados. La introduccién de muchas plantas se acompa- 416 con una tecnologta que facilits su cultivo, por Culivos marginados: otra perspectiva de 1492 el tipo de practicas agricolas que requerfan o porque su cuidado exigfa menos tiempo. Estus cualidades generalmente no distinguian a los cul- tivosnativos, que necesitaban una atencién extre- ma y mucha mano de obra. Los ind/genas americanos gustaban del ensayo y uso de muchas plantas y tendian al pluricultivo, De aht que varios cultivos introducidos se combi- naran con los nativos, especialmente en los huer- tos familiares. Ademés tendfan a la complemen- tariedad ecol6gica, es decir a cultivar en diferen- tes ambientes. Longitud del ciclo de vida. Debido a las diferen- cias climéticas con la Peninsula Ibérica, en la mayorfa de las diferentes regiones de América no fue posible adaptar las especies perennes, no obstante los reiterados esfuerzos por introducit la vid, el olivo, frutales y otras especies arbéreas. En cambio, en varias éreas y desde épocas tempranas prosperaron verduras y otras plantas herbéceas de ciclo corto introducidas por los europeos, permi- tiendo contar con cultivos adecuados es cial- mente durante la época frfa del afio, para la cual se disponfa en América de un niimero teducido de cultivos. Fue posible introducir sin excesiva dif cultad cereales de grano pequeio, arroz y otros cultivos anuales de ciclo mediano. Adaptacién de los cultivos introducidos. La dis- tribucién y rendimiento unitario de los grandes cultivos mundiales actuales indican que con fre- cuencia una planta domesticada aleanza su rendi- miento 6ptimo en un lugar muy diferente al de su origen. Baste considerar el desarrollo que han tenido en América Latina cultivos como el café, ftcicos, cafia de azticar, mango, sorgo, trigo, soja y diversos pastos. Este fenémeno pue- de explicarse por la inicial ausencia de plagas y enfermedades en el lugar donde fueron introduci- banano, dos. La marginacién de las plantas autéctonas americanas se agudizé en el sigho x1x, y se debié 27 fundamentalmente a causas socioeconémicas, y enmenor medidaa la inadaptacién de las varieda- des originalmente introducidas. Sélo cuando di- chas plantas hubieron evolucionado bajo domes- ticacién pudieron expandirse ampliamente. Prue- bade ello es la existencia de ecotipos americanos peculiares de muchas de las plantas introducidas, que han jugado un papel fundamental en fa pro duceién y en los programas locales de fitomejora- miento. Hubo que vencer grandes obsticulos para in- troducir cultivos aun en zonas muy semejantes & las del surde Espafta, regién que fue de importan- cia fundamental para el traslado de una agricultu- ra mediterrdnea a América. Enormes fueron las dificultades para actimatar la cebada, el trigo, la vid, el olivo y los frutales en sitios con clima muy similar al de Andalucia y Extremadura o el surde Portugal, cuyas condiciones biolégicas y sociales eran muy propicias. Cuando Nueva Espaiia se independiza, los cultivos europeos ya estaban bien arraigados en esta parte de América. Actualmente la sintesis quimica ha desplazado algunos productos de origen natural. Asi, la vai- nilla sintética ha hecho disminuir el cultivo de la vainilla, y las anilinas sintéticas han substituido a la eritroxilina, derivada del palo de Campeche. Causas culturales Las sociedades indigenas precolombinas habfan logrado resolver al menos en parte sus necesida- des de alimentacién, vestido, salud, heramien- tas, etc., de tal manera que laadopcisn de algunos productos europeos y el consiguiente abandono de los productos nativos Hevaron largo tiempo. incluso en la actualidad, es frecuente que las comunidades indfgenas y aun las mestizas recu- ran principalmente alas plantas autéctonas, mien- tras que cultivan plantas introducidas © erian ganado para el mercado o para consumirlos en ‘ocasiones especiales. La adopcién de productos ‘europeos, mas que desplazar, ha complementado 28. Repercusiones de la introduccién deta flora del Viejo Munclo en América el uso de productos americanos, por ejemploen la gastronomfa, medicina y ritos regionales, que son generalmente el resultado de un sincretismo cul- tural, Los colores y sabores o texturas de las plantas del Viejo Mundo Henaron las expectativas de.los indfgenas. En varias partes de América se incor- poraron muy fiicilmente las legumbres y hortali- introducidas por los europeos. Incluso ciertos colores de importancia simbélica aparecian en plantas no americanas, y ademds coincidfan con los habitos alimenticios de los indigenas. Entre los factores culturales ha sido importante el papel de las culturas alricanas y su impacto agricola, Los esclavos negros trajeron cultivos de origen africano y as El catol religiosas amerindias, lo que explica que se culti- vasen plantas exéticas y nativas para cubrir Ins necesidades del ritual catélico indigena. Las 6r- denes religiosas fomentaron la introduccién de Joscultivos; se prohibié el uso de plantas mégicas © amuletos americanos y se sustituyeron por europeos. Emplear plantas del Viejo Mundo, uti- lizar caballos, portar espada o vestirse como cu- ropeo eran signos culturales que conferian prest gio. Estos usos y actitudes influyeron principal- mente en las capas de la nobleza indigena, por ejemplo en caciques 0 comerciantes. ico. ismo se integrs en varias corrientes Causas econémicas Las causas mis frecuentes de la marginacién de tuna especie nativa o introducida, suficientemente adaptada a una regién desde los puntos de vista ecolégico y agricola, fueron de carsecter socioeco- n6mico, El subdesarrollo ha sido una de las prin- cipales razones de la existencia de muchas espe- cies marginadas en el subcontinente. El bajo poder adquisitivo de la enorme mayorfa de la poblacién ha reducido el mercado de muchos productos, que han desaparecido 0 quedado mar- ginados, Esto no quiere decir que el desarrollo econémico conduzca necesariamente a una agi cultura més diversificada; mds bien que frente al ‘mejoramiento de Ia economfa de una regién o un pafs, 0 con su entrada en el mercado internacio- nal, algunas plantas marginadas, nativas 0 intro- ducidas, han podido convertirse en grandes culti- vos (nopal para grana cochinilla, aiil, cereales, frutales, henequén, etc.). La transformacién de la agricultura tradicional en agricultura comercial provoca generalmente la especializaci6n de ta produccién, desapareciendo el cultivo o aprove- chamiento de muchas especies. La paradoja del subdesarrollo es que no permite que ciertos pro- ductos agricolas encuentren suficiente mercado, yes causa de que sean conservados por los cam- pesinos para satisfacer eventuales necesidades © colectivas. Sin embargo, con el desarrollo econémico algunas de estas plantas marginadas encuentran amplian su mercado, mientras que muchas otras desaparecen, ¢ incluso varios cultivos anteriormente importantes pue- den volverse marginales debido a la monetariza- cin y proletarizacién campesinas, Las transformaciones econémico-agricolas se personales dan relacionadas con cambios considerables en el niimero y distribucién de la poblacién, desarrollo de Ia infraestructura (especialmente vias de co- ‘municacién, sistemas de riego y almacenamiento dela produccién), tenencia de la tierra, comercia- lizaci6n de productos e insumos agricolas, indus- trializacién, financiamiento de la. produccién, patrones cle consumo, etc. Se sabe que poco después de la Conquista se produjo un colapso y reubicacién parcial de la poblaciGn en Iberoamérica, que seguramente de- terminaron cambios en las plantas empleadas. El trastomno demografico no sélo fue cuantitativo, ya que afecté sobre todo a la aristocracia indige- nna, depositaria de la cultura y por lo tanto del uso. de muchas plantas para fines especfficos como medicina, rituales, ornato, lujo, etc. Hasta el siglo xvii no se recuper6 significativamente la Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 poblacién, desarrollindose las ciudades color les en viejas regiones indigenas y en tomo a congregaciones, misiones y centrosmineros, Hasta entonces se dio un desarrollo acelerado de los introducidos, sobre todo para satisfacer las demandas de la poblacién de origen europeoy de los mestizos europeizados. Unaclave para entender fo lento de la adopeién de la vida europea en América es considerar el bajo niimero de ta poblacién blanca, comparada con los millones de la poblacién autéetona. La primera se estima, hacia 1650, en 849 000 perso- nas, mientras que Ja indfgena se calcula en 10 035 000, y la denegros, mestizos y mulatos en 1527 000. Se sabe que la conquista y la colonizacién ocasionaron Ja parcial destruecién de muchas obras hidréulicas, jardines de plantas medicina- les, escuelas, etc., lo cual muy posiblemente cau- 36 la marginacién de varias plantas, sin que ello significara que fueran substituidas de inmediato por otras europeas. La construccién de infraes- tructura tuvo lugar en forma significativa s6lo a fines del siglo xvi. En materia de bota Francisco Hernandez recolecié y estudié plantas mexicanas entre 1570 y1577. Bajo los Borbones, se dio un gran impulso a la ciencia y tecnologia y se organizaron expediciones botdnicas a Améri- ca, que parecen haber repercutido poco en la agricultura y en las plantas utilizadas. Los cambios en Ia tenencia de la tierra son fundamentales para entender la marginacién 0 expansidn en el uso de las plantas. Sin embargo, se sabe que la expropiacién de las tierras indige- nas no tenia generalmente como motivacién arlas @ cullivos exéticos, sino més bien cultive ica, de obligar al pago por el arrendamiento en produc- tos autéctonos o en servicios, y a encauzar por la fuerza la mano de obra a la minerfa, ganaderfa, construccién, etc, Sin embargo, las Coronas pafiola y portuguesa se vieron obligadas, por sus propios intereses, a limitar la expropiaci6n delas s- 29 tierras de las comunidades indfgenas, y con ello protegieron en cierta forma las tradiciones agri- colas y detuvieron la marginacién de plantas autéetonas, La expansién de la ganaderia Hev6 a cambios muy profundos en el uso del suelo. Con ella Hegaron los forrajes y cultivos como el trigo, la cebada y el arroz. Muchas tierras se dedicaron originalmente a la ganaderia y luego a la agricul- tura de plantas introducidas. Estos cambios e: bien documentados en América del Sur y en Américadel Norte, yen menorgradoenel Caribe. Lacomerciatizacién, industrializacién y finan- ciamiento de la agricultura fueron limitados du- rante la Colonia, por Jo que no influyeron dema- siado en la eleceién de tas plantas que se cultiva- ron. Los tributos, impuestos y contribuciones religiosas seguramente repercutieron en los cam- bios de patrones de cultivo, sobre todo cuando se exigieron en metdlico; sin embargo, se permitié generalmente que se cubrieran en especie en productos nativos Lapolitica de las Coronas espaftola y portugue- sa en materia de colonizacién obligaba, a través eales, a que los colonos Uevasen al Nuevo Mundo las plantas de su regién (Santa Fe de Bogoté, Puebla de los Angeles, Huancayo, etc. fueron lugares de América donde se practicé este tipo de introducci6n obligatoria). Se crearon asf ciudadles que imitaban en todo lo posible a las de la Penfnsula Ibérica. de la emisi6n de cédula CONCLUSION Las situaciones aquf presentadas son fas mas aparentes; a través del descubrimiento, conquis- ta y colonizacién, Iberoamérica tuvo la expe- riencia de un mestizaje agricola evidente, aun- que cada regién respondié de diversas maneras a la Hlegada de las plantas del Viejo Mundo. Solamente cabe reflexionar sobre la eliminaci6n de las poblaciones indfgenas; epidemias y hambres estén bien documentadas para los tres 30. CUADRO 2 Plantas mar, del Viejo Mundo Repercusiones de la introduccién de la flora del Vieio Mundlo en América jadas por las repercusiones de los cultivos species Nonbret commes a “Zonas drs ytempladas de América del Norte Asimina taoba Pawpaw ycarpa procera Jocote 0 chupandia Diospyos viginiana Person oka Gossypium hopei ‘godin de Arizona Holiantus tuberosus ‘achota de Jrusalén Mynocactus georetizans Gararbulo punta sp. Nopales Panicum sonorum Arocito Phetopterus montanus Gamo opastinaca de monte Photinia arbutle Fruta santa Abe grossulria ‘orosela bianca “Terrenos bales tropics y ren del Caribe Ania roseodtra Palo rosa ‘Annona cherimola Chimay ‘Annona murcala Guanabana ‘Annona eeuata Ano Calathee aloula Lerén Diescorea wince fame Helicon bei Platailooplatano svt Malta glabra Aoeroia Marantaaruninacea saga Monstoradaiiosa cera pisanona Pachyizus eosus sieama Platoniainsionts Bacar Pouterla campechana Crista o zpote emarilo antnosoma saitfoiom Yauta Meseamsérica “Amaranthus hypoctenaiacs Hust o ogra Bia orelana a Byrsomina erassitola Casimiroa edulis Grescontia alata Cucurbita fia Nance 0 nache Zapote blanco Cirian 0 tecomate Chilacayote Cuttivos marginados: ofra perspective de 1492 31 CUADRO 2 Plantas marginadas por las repercusiones de los cultivos del Viejo Mundo (conclusién) specs Nombres comunes ‘Mesoamérica Data excelsa Dalia Diospyros algyna Zapote negro Indigofera sutiuticosa afi Menikara zapota hice o chicozapote Phaseolus acutious Flot épai Pouteria sapota Mamey ‘Spondias mombin Crue cia 0 jobo Regién andina Arracacia xanthorthiza Arracacha Borholotia excelsa Nuoz de Bras Canna edisis Achira Fragaria chioensis Fresa “Lepiciam meyent Maca, Oxals taberosa Oca Passio fgulais Granada de pasién ‘Solanum phuseja Papa andina Tropaeclum tuberosum At Utucus tuberosus Motioco o uk principales virreinatos: Nueva Granada, Pert y Nueva Espafta, La cultura agronémica europea no se desarroll6 en grandes sectores de la pobla- cién indfgena, salvo en pequeiias reas donde no habia culturas con tradicién agricola oen las que Esta acepté los cambios con facilidad. No menos claro fue el proceso de marginacién, en el siglo 24x; el molde agricola permanecié invariable a pesar del derrumbe del sector domi nante de la poblaci6n. Los paises iberoameric: nos independientes dependian de otras naciones que buscaban productos comerciales; Gran Bre- tafia, Francia, Alemania y Estados Unidos mani pulaban el sector agricola. Se cultivaron fas plantas que demandaba la naciente modemiza- cin, cosa que provocé una mayor especializa- cidn, dejando no obstante lugar para cultivos americanos o introducidos que antes conforma- ban el paisaje agricola. Ante la crisis ecolégica actual, no es de extra- ilar que los pafses con politicas reduccionistasen el manejo de germoplasma, que son los que Hevaron a la marginacién los cultivos, sean los primeros en querer restaurar la biodiversidad, Ahora se contempla cémo se extinguen varios cultivos, principalmente en zonas donde desapa- recieron poblaciones y culturas nativas; es in- quietante que en los trépicos, desiertos 0 zonas templadas, el recuerdo de muchas plantas que alguna vez se cultivaron no persiste ya ni siquie- ra en la memoria de los campesinos. 92. Repercusiones de la introducciin de la flora del Viejo Mundo en América Bibliografia Anderson, B, 1952. Plants, man and life. Mass., Boston. Little, Brown & Co. Archibald, R. 1978. The economic aspects of the California missions. Washington, D.C. Aca- demy of American Franciscan History. CATIE-GTZ. 1979. Los recursos genéticos de las plantas cultivadas de América Central. ‘Turvialba, CATIE-GTZ. Crosby, A.W. 1972. 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La agricultura en Mesoamérica Culiivos marginados: otra perspectiva de 1492 37 Plantas domesticadas y cultivos marginados en Mesoameérica «En el sur de México y América Central, el inyestigador de plantas se halla, en el sentido completo de la palabra, en un verdadero foco de creacién» (Vavilov, 1931). Mesoamérica fue definida por Paul Kirchoff, en 1943, como la zona de influencia de las culturas mexicanas en la época precolombina. Sus limites son, por supuesto, muy difusos; por el norte, las cuencas de los rios Pénuco y Santiago, al sur una linea que partiendo de la costa atlintica de Hon- duras incluye la vertiente del Pacifico de Nicara- gua y la peninsula de Nicoya en Costa Ademés de ser un rea cultural, Mesoamérica es una de las zonas de origen de la agricultura, comparable con el Cercano Oriente, China y la regiGnandina. Vavilov laconsideracomoel «cen- tro de origen» —hoy se dice de diversidad gené- tica— més importante del continente. a GEOGRAFIA FISICA Y OCUPACION HUMANA Mesoamérica es una regién de ambientes fisicos muy complejos. Enel relieve se destacan, partien- do del centro de México, dos cor leras, las Sierras Madres, que corren paralelas a las costas, y que, desde el centro de ese pafs hasta Panamé, se prolongan por otros ejes montafiosos, algunos de ellos de voleanismo muy activo. Entre las cordilleras quedan en México reas extensas mi menos planas, secas, que se elevan hasta el valle El autor de este capitulo es J. Leén (San José, Costa ica) central, y més al sur, hasta el final de la region, hay depresiones intermontanas y valles cortados por los rfos, de lo que resulta un relieve muy comple- jo. Entre las cordilleras y la costa, se extienden llanuras aluviales y una peninsula, Yucatén, so- bre rocas caledreas. La posicién de Mesoamérica, entre el uépico de Céncer y los 10° lat. N, la coloca en un area influida por grandes fuerzas climéticas que se originan en los océanos que la rodean. La interac- cidn entre los elementos climéticos, Ia latitud y el relieve crean una variedad de ambientes que van desde las Hanuras costeras del Atléntico, con precipitaciones de 3 000-5 000 mm, hasta los se~ midesiertos de las mesetas montaflosas de Méxi: co. Laseparacién principal es de zonas con hume- dad continua en la vertiente athintica, y de esta- ciones altemmas con una época seca en la vertiente pacifica, que corresponde al invierno boreal, que os espafioles llamaron verano. El érea de estacio- nes alternas, desde la costa del Pacifico hasta las cumbres de las cordilleras, fue Ja primera en ocupacién humana, y sigue siendo la de mayor densidad de poblacién. La cobertura vegetal es también muy variad: pues en Mesoam gen nortefio —los pinos Megan hasta Nica- ragua—, con especies sudamericanas, muchas de las cuales han penetrado profundamente en las tierras bajas de ambas vertientesen México. Esde esperar que, en estas condiciones, el aislamiento y la seleccién hayan ido creando una alta diversi- dad biolégica, con el endemismo consiguiente, Como en otras Areas tropicales, los grandes ‘a se unen elementos de ori 38. paisajes estén determinados por la interacci6n de clima y relieve, siendo los factores edéficos de importancia menor. El paisaje actual de Mesoamerica esta definido por la ocupacién humana. En general, da la idea de una regién més bien seca, altamente erosiona- da, con una cobertura vegetal originaria localiza- das en espacios pequefios y aislados. De la selva subcaducifolia que cubria la regi6n desde Sinaloa a Guanacaste no quedan sino zonas reducidas, unas en México y otras en Costa Rica. En la mayorfa de los pafses la frontera agricola esta agotada, y las selvas tropicales hiimedas se van reduciendo a tal ritmo que dentro de 1020 aftos habran desaparecido. LA SECUENCIA CULTURAL Los primeros habitantes de Mesoamérica fueron los grupos inmigrantes que viniendo del norte, avanzando hacia América del Sur, se establecie- ron en pequefias comunidades némadas, hace 25 000 a 40.000 afios. Los primeros rastros de utensilios aparecen hace unos 18 000 aiios, y las culturas conocidas hasta ahora se iniciaron con la olmeca, un conglomerado de poblaciones que se extendieron desde las Hanuras costeras del Golfo de México hasta las tierras altas. Una serie de culturas sucesivas, que ocuparon dreas distintas y tuvieron épocas separadas de desarrollo, se fue- ron sucediendo en Mesoamérica, De su comple- Jidad y origen quedan restos en los lenguajes indigenas, que muestran una ramificacién anti. gua y profunda a partir de unos pocos troncos biisicos de origen norteamericano. Esta sucesién deculturas llevé algunas deellas aun verdadero desarrollo, desde los rancherios hasta los impe- tios. A la llegada de los espafioles, Mesoamérica no estaba dominada, como los Andes, por un poder hegeménico, El imperio azteca coexistfa Junto a mintisculas tribus independientes, pero los aztecas eran la fuerza principal, y su idioma, el néhuatl, Hleg6 a ser casi una lengua franca en Plantas domesticadas y cultivos marginados en Mesoamérica toda Mesoamerica. Las plantas, los instramentos para su cultivo y mn, y aun los tipos de suelos, tenfan nombres néhuatl, que seempleaban desde Sinaloa hasta Costa Rica, y algunos mas alld de las fronteras de Mesoamérica, izat SISTEMAS AGRICOLAS La agricultura fue la base de las civilizaciones mesoamericanas. Puede estimarse que tomé alos para desarrollarse, y que su etapa final —la que conocieron los europeos en 1500— fue el resultado de la acumulaci6n de précticas y mate- tales, inventados y perfeccionados por culturas distintas que habfan sobrevivido a guerras, ham- bres y desastres naturales. No puede asumirse que este resultado fuera un proceso lineal; debié con- cretarse lentamente en centros de poder econémi- co y politico; expandirse o contraerse segiin la suerte de los grupos humanos. El trabajo persis- tente por mejorar los cultivos, inventar préctic de produccién y utilizacién operé en forma més 0 menos continua, y quizds estuvo a salvo de mu- chas contingencias porque estaba en manos de agricultores, que fueron el grupo menos afectado por los cambios de poder. De la recoleccién de productos vegetales se pasé a proteger y cultivar ciertas plantas. Se cree que los frutales, que proporcionaban una buena parte de los productos recolectados, fueron tam- bién las primeras especies sometidas a proteccién y Cultivo, Los espafioles de Cortés, en la expedi- cién a Honduras, lograron subsistir gracias a los zapotes que encontraron en la selva. Se podria suponer que las siembras primitivas fueran pare- cidas a las que atin se observan en os solares de Jas casas en ciertas partes de Chiapas y Guatema- la: una mezela de érboles frutales, hierbas comes- tibles y medicinale: ‘acao, ornamentales, sem- brados y cosechados sin ningtin orden, bajo frbo- les nativos que no tienen otra utilidad que proveer combustible y sombra, Nada indica que en estas condiciones no se practicara la seleccidn y se Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 39 FIGURA2 Mesoamérica, sembraran los tipos escogidos. En regiones mds secas, las siembras primitivas pudieron basarse en hierbas que producen semillas y que requieren suelos limpios para crecer. Tarde o temprano se Heg6 al sistema de roza-tumba-quema, que se practica en todas las regiones, especialmente en las que tienen estaciones aliernas. Otra linea de desarrollo fue el control de la humedad del suelo. El riego es muy antiguo en Mesoamérica, y en el valle central de Mé practicé en zonas muy extensas, con diferentes No se legaron a construir obras de ingenierfa como en el Peri, pero se alcanzé a ose sister cubrir éreas suficientes para abastecer en alimen- tos alos grandes nticleos urbanos de Teotihuacdn y Tenochtitlan, El mayor desarrollo del tiego se inicié en Ia época colonial, con las huertas de © vas, como las tierras bajas del Pacifico hasta Sinaloa. En un proceso opuesto, se inventaron sistemas de drenar el suelo hiimedo, construyen- do bancales; los mas espectaculares fueron las 10 que extendieron este cultivo en dreas nue- chinampas del valle de México, reducidas ahora a.una atraccién turistica, Contribuyeron notable- mente a la alimentacién de Ciudad de México antes de la Conquista y durante la época colonial. En las tierras bajas de Campeche y Veracruz, los bancales fueron utilizados desde las primeras culturas, y también se desarrollaron en las ti ras bajas ocupadas por los mayas. El desarrollo de si lemas agricolas depende en gran parte de los instrumentos de trabajo y de la disponibilidad de tracci6n animal. En ninguno de estos dos aspectos Mesoamérica ofrece un aporte especial. Solo se conocfan los instrumentos de labranza més primitivos: la coa o bastén de sem- brar era de uso general; en México se inventaron coas y palas de bronce, y en otras partes se usaron conchas grandes con ese propésito, pero no se egé a desarrollar instrumentos, como en los Andes, que permitieran la aradura del suelo. La falta completa de animales de tiro era caracteris- Plantas domesticadas y eultivos marginados en Mesoamérica tica de todo el Nuevo Mundo. La fuerza del hombre suplié la energfa necesatia, y la esclavi- tud, oculta o evidente, permitia a los grupos dominantes obtener el alimento, vestido y ador- nos por medio de tributos. En sistemas de cultivo, técnicas e instrumentos, Mesoamérica no contri- buy6 con ningtin elemento nuevo o esencial que no se conociera en otras culturas agricolas, El sistema agricola mesoamericano que ha re- cibido mas atencién ha sido el maya. Mucho se ha escrito para tratar de comprender cémo en un ambiente extremadamente desfavorable, con sue- Jos muy pobres y lluvias muy abundantes 0 esc: sas, pudo desarrollarse una cultura cuyos enmatemd avances cas, astronomfa y arquitectura fueron superiores no s6lo a los de otras culturas preco- Jombinas sino a las europeas y asidticas contem- pordineas. La construccién de grandes centros urbanos debié requerir muchos trabajadores, y la subsistencia de éstos y de las clases dirigentes no puede explicarse satisfactoriamente dentro del sistema actual de produecién agricola de Ia re- gi6n. Aunque se han propuesto explicaciones te6ricas parciales, el problema atin esti lejos de resolverse. Se sabe que los mayas dependian de tes productos basicos —el maiz, los frijoles y las cuctirbitas—, y de otros menores, todosmesoame- ricanos. Se ha sostenido, sin pruebas seguras, que ellos fueron los que domesticaron el cacao, aun- que se sabe que elaboraban un tipo de chocolate. Owas plantas que utilizaron y probablemente sembraron fueron Brosimun alicastrum (el ra- mén) y Talisia spp., ambos frutales, A la llegada de los europeos, la cultura maya habia desapare- cido casi por completo. Sus descendientes, sobre todo en Yucatén, practican un sistema de agricul- tura que no parece haber cambiado mucho desde la época clasica, PLANTAS DOMESTICADAS Resultarfaacadémicoclasificarlas plantasde Meso- américa, respecto a su proceso de domesticacién, Cultivas marginados: otra perspectiva de 1492 en toleradas, cultivadas y domesticadas, como si éstas fueran categorfas diferenciadas, puesto que entre las tres se presentan todos los estados inter- medios. Noha sido posible identificarlos factores que permitieron su domesticacién, pero algunos deellos debieron ser los mismos que la favorecie- ron en el Cercano Oriente, el sureste de Asia o China. En muchas ocasiones se ha sefialado que dicho proceso ocurrié en una época mas 0 menos similar en todo el mundo, y que fue mas lento en Mesoameérica. La informacion que existe sobre la dome: cién es de orden boténico (presencia de una gran diversidad en la especie y de parientes silvestres), arqueoldgico (restos de plantas, representaciones. © impresiones en utensilios), histérico y lingiil tico (documentos, nombres en idiomas indige- nas). Las pruebas arqueolégicas son las de mayor peso, y se limitan a especies y regiones cuyas condiciones favorables a la conservacién de res- tos orginicos han Hevado a una identificacién correcta y a asignar fechas seguras. Por consi guiente, la informacién derivada de testimonios arqueolégicos en Mesoamérica y en otras regio~ nes de agricultura primitiva debe recogerse con estas fimitaciones; quedan excluidas las especies que no se conservan bien y las dreas de alta humedad que, segtin Vavilov, pudieran haber ido las de agricultura més antigua. ‘SiMesoamérica no hizo contribuciones de gran valor en materia de sistemas de cultivos, en la domesticacién de plantas su lugar es comparable al de cualquier otra regi6n, tanto por el ntimero como por la importancia de las especies. Se sabe con plena certeza que el matz fue domesticadoen Mesoamérica, y que desde la época en que se practicaba una agricultura incipiente (hace unos 3 000 afios), ya formaba, junto con una especie de Cucurbita y una de Capsicum, parte de lo mas de produccién més primitivos. Respecto al maiz, los testimonios arqueolégicos descubiertos en Tehuacan, en el centro de México, por Mac- “4 Neish, constituyen la prueba mas completa de la evolucién local de un cultivo, En Mesoamérica se desarrollaron numerosas variantes 0 razas, que se adaptaron a casi todas las condiciones ambienta- les, desde los sitios de elevada humedad y tempe- ratura, hasta las alturas de 3 100 m de clima frfo y seco, En Mesoamérica se inventaron el mayor nime- 10 de formas de comer y beber los productos del ma los instrumentos y modos para preparar- los. La cal se utilizé para separar la grano, con lo que se increment6 su valor proteico y se obtuvo un alimento de primer orden. Este fue con toda seguridad un descubrimiento fortuito, cuyo resultado no se aplicé en otras regiones del mundo. Entre los usos que tuvo en México, Her- nén Cortés menciona, en 1520, la produecién de aziicar, y cafias «que son tan melosas y dulces como las de azticar», Por lo menos tres especies de Cucurbita se originaron en Mesoamérica: C. argyrosperma, quizas la primera en cultivarse, que se adapta a altitudes entre 0 y 1 500 m; C. moschata, la mas comin y titil, que se da entre 300 y 1 500m, y C. pepo, que en Mesoamérica es menos impor- tante que en Europa y Estados Unidos, y erece hasta2 000 m. Una cuarta especie, C. ficifolia, se consume en forma diferente de las anteriores, y también puede ser originaria de Mesoamérica. Entre las cucurbitaceas se cultivan asimismo dos especies de Sechium, el chayote (Sechium edule), del que se consumen los frutos, raices y tallos tiernos, y cuya drea de distribucién es muy ampliaen tos tr6picosamericanos desde su centro de origen (México y Guatemala); y S. tacaco, atin restringida a su drea original, las Costa Rica. El tomate (Lycopersicon esculentum) fue co- nocido primeramente en México, donde lo des- cribié detalladamente Francisco Hernéndez, ha- cia 1571-1577. Notenfamayorimportanciacomo hortalizz fscara del tierras altas de pues era una hierba mds en las milpas, 42, ‘aunque sus frutos fueran del tamafio de las varie~ dades modemas. Una hortaliza de uso semejante es Physalis philadelphica, Hamada cominmente tomate 0 tomate de c@scara en México; se cultiva también en Guatemala y de ella se conservan was pocas variedades. La especie mesoamericana de chile, Capsicum annuum, de la cual se derivan los pimientos, presenta en esa regién poblaciones silvestres y una diversidad varietal muy amplia. Los frijoles comunes, Phaseolus vulgaris, apa- recieron hace 5 500 a 7 000 afios en el centro de México, donde abundan las poblaciones silves- tres, pero su cultivo intensivo se inicié entre los siglos ty vi. P. coccineus, una especie perenne de Jas tierras altas, ya se encontraba en México hace unos 2 200 afios; otra especie muy afin, P. poly- anthus, se cultiva asociada con P. coccineus. P. acutifolius, que se cultivaba hace unos 5 000 afios en Tehuacén, se extiende desde Estados Unidos hasta Costa Rica. Uno de los cultivos principales del México precolombino fue Amaranthus hypochondriacus, cuyas semillas se consumfan como las de los cereales, Otra especie cultivada, espe en Guatemala, es A. cruentus. Las rafces y tubérculos nativos no han sido de importancia en la agricultura mesoamericana. La jalmente jfcama (Pachyrrhizus erosus), es un cultivo anti- guo y muy difundido en la actualidad. Las papas de las tierras altas de México, de gran valor como alimentoenergético, producen tubérculos comes- tibles pequefios, pero no se cultivaron, El cacao (Theobroma cacao), que se encuentra silvestre en el sur de México, se domesticé po: blemente en esa regién, donde hay variedades aberrantes, y su cultivo prehispsnicono pasé dela actual frontera entre Costa Rica y Panamé. El algodén (Gossypium hirsutum) constituye la planta fibrosa de mayor cultivo; uno de sus cen- tros de domesticacién parece haber sido la costa Plantas domesticadas y cultivos marginados en Mesoamérica del Golfo de México, y restos arqueolégicos en ese pafs indican que se conocfa hace 5 500 aitos. Otras fibrosas, hoy reemplazadas en gran parte por las fibras sintéticas, son el henequén (Agave fourcroyoides), sisal (A. sisalana),A. angustifolia var. letonae, de El Salvador, y varias especies de Furcraea. Enire las hortalizas de hoja cabe mencionar Crotalaria longirostrata, Solanum ameri S. wendlandi, Cnidoscolus chayamansa, Cheno- podium nuttalliae y Opuntia leucantha, que se consumfan frescas 0 cocidas, asi como los tallos tiernos de Cucurbita y Sechium. La inflorescen- cia de Chamaedorea tepefilote, la pacaya, es un articulo de amplio consumo en México y Guate- mala, pero su cultivo est4 atin reducido a fas huertas. El chayote (Sechium edule), se utiliza por sus frutos, raices y tallos tiemos. Probablemente el mayor némero de domestica- ciones se hizo con los frutales. De algunos de ellos quedan restos arqueolégicos, aunque no se sabe con certeza si son materiales recolectados o cultivados. Annona diversifolia, A. reticulata, y A, scleroderma son nativas de Mesoamérica, y de algunas de ellas se conocen poblaciones silves- tres; Casimiroa edulis se cultiva desde el nivel del mar hasta los 2 500 m; se han encontrado restos arqueolégicos de hace 5.000 afios. Esta es una especie compleja por sus diferentes poblaciones locales. Couepia polyandra y Diospyros digyna ‘anum, son silvestres de México a Costa Rica, datan también de hace unos 5.000 afios y presentan numerosas variedades. Inga jinicuil e I. paterno, son de México y de El Salvador respectivamente. Licania platypus se da de México a Panam; Mani- tkara zapota, con numerosas vatiedades, se cultiva actualmente en todas las reas tropicales. Persea americana, el aguacate, es una de las frutas que, en ‘Mesoamérica, se cultivan a cualquier altitud entre 0 y 2500 m; de ella atin se hayan poblaciones silvestres. También crecen Parmentiera edulis, Persea schiedeana, Pouteria campechiana, Culsivos marginadas: otra perspectiva de 1492 P. sapota, el zapote, y una poblacién afin, P. viridis; Pouteria hypoglauca, Prunus capuli, Psi- dium friedrichsthalianum y Spondias purpurea, con muchas variedades y usos. Las cactéceas en México tienen numerosas especies silvestres cu- os frutos se recogen, y hay unas pocas especies en cultivo incipiente. Entre las especias y condimentos se encuentran Capsicum annuum y C. frutescens; Pimenta divica, silvestre de México a Costa Rica, de cultivo muy antiguo; Vanilla planifolia, que se produce mas fuera de Ia regién; y Fernaldia pandurara. Algunas especias se obtienen de plan- tas semisilvestres, como el xochinacaxtle (Cym- bopetalumpenduliferumpy),chufle (Calatheasp.) y Quararibea funebris. Las bebidas fermentadas (pulque) o frescas (aguamiel), eran conocidas desde la época preco- lombina y se obtienen principalmente de dos especies de agave, Agave salmiana y A. mapi- saga. El origen de la preparacién de las bebidas destiladas (mescal, tequila), obtenidas de A. te- quilana y otras especies también se remonta a aquella época. Las plantas me¢ ‘mayorfa de elas en cultivo incipiente. La contri bucin mas reciente de Mesoamérica han sido las especies de Dioscorea, utilizadas para la produc- ci6n de diosgenina-cortisona y cultivadas con este propésito en México. ‘Un grupo no menos importante son las onamen- tales. Los espafoles encontraron en México jarci- nes como los de Europa, y en siglos posteriores ala Conquista, numerosas especies de orquideas y bro- melidiceas de Mesoamérica han sido cultivadas en Europa y Estados Unidos. Un grupo de Compues- tas, Ageratum, Cosmos, Dahlia, Tagetes, Zinnia, que se cultivaban en la regién desde Ia época prehispdnica, han sido seleccionadas intensamente en Europa y Estados Unidos; de todas ellas hay poblaciones silvestres asf como de Trigidia, Ze- phyranthes, Euphorbia y otras omamentales. iicinales son muy numerosas, la 43 MARGINACION DE CULTIVOS EN MESOAMERICA Entre las causas que han contribuido a marginar cultivos, el reemplazo de un producto natural por otro sintético, ha sido quizés la mas drdstica. La agroindustria del afil (Jndigafera spp.), que atin conserva una gran importancia comercial, hades- aparecido casi actualmente desplazada por la produccién de tintes quimicos; y Agave y Fur- craea han sido sustituidos por las fibras sintéti- El hule (Castilla elastica), cuyo uso era ya conocido en épocas prehispénicas, fue un cultivo incipiente a comienzos del siglo; se reemplaz6é por otro més eficiente, Hevea brasiliensis, y éste a su vez por el caucho sintético, En las plantas alimenticias ta marginacién ha sido un proceso més largo y diffeil. La prepara- cién culinaria y el habito de consumo desde la infancia han sido las condiciones culturales de la permanencia de estas especies. Sin embargo, los. cambios sociales violentos, como la Conquista, trajeron alteraciones profundas. Los productos autéctonos fueron reemplazados por otros intro- ducidos, que han competido con aquéllos por tener a su favor el prestigio que les atribuye el grupo social dominante. Los cultivos autéctonos son abandonados primeramente por los estratos sociales superiores, y luego por las capas més bajas. Sélo las comunidades muy pobres o las indfgenas mantienen los cultivos tradicionales, y conservan las técnicas de su manejo y utilizacion. El cambio basado en el prestigio social se hace sin tomar en cuentael valor intrinseco de los cultivos, como sus propiedades nutritivas 0 los costos de produccién. En El Salvador, un estudio compara- tivo entre hortalizas nativas, como el chipilin (Crotalaria spp.) y la hierba mora (Solanum -anuon), y las hortalizas europeas (lechuga, repollo) mostré la superioridad de las primeras como fuentes de vitaminas y aminodcidos, sin contar que su produccién requiere menos cuida- dos y gastos en fertilizantes e insecticidas. ame) La falta de aceptaci6n de un cultivoen base asu carencia de prestigio social se refleja en muchos aspectos. Un agricultor en Guatemala puede ob- tener créditos sobre sus cftricos, pero no sobre un fruto local tan estimado como la papausa (Anno- na diversifolia), a pesat de que éste tiene un buen mercado. También faltan servicios de extensién relativos a los cultivos autéctonos, quizas porque el conocimiento de éstos es acervo de los indige- nas, La acci6n de muchos técnicos extranjeros se concentra en los cultivos exdticos y no en los nativos, puesto que su experiencia, informacio- nes y materiales de extensin se refieren sobre todo a aquéllos. En cambio, son a menudo antro- pélogos extranjeros los que Haman la atencién sobre los cultivos autéctonos, y especialmente sobre los procesos conocidos por las comunida- des aborfgenes para su utilizacién. Hay un caso interesante de marginacién, el huautli (Amaranthus hypochondriacus), que se rata en otro capitulo de esta obra. Son numerosos os cultivos nativos de Meso- américa que no se han expandido fuera de reas restringidas. La chaya (Cnidoscolus chayaman- sa) se cultiva en Yucatén y Petén; el ixtlin (Sol- num wendlandi), encl suroeste de Guatemala; el loroco (Fernaldia pandurata), en El Salvador; el huauzontle (Chenopodium berlandieri), en el centro de México, De la mayorfa de éstos ya hay estudios locales sobre manejo agronémico; es posible que algunos se extiendan a nuevas dreas. El futuro de los cultivos marginados de Meso- américa depende de la accién conjunta de varios factores. Uno es la investigacién sobre produc- cién y manejo, dirigidaa la obtenci des superiores y de pricticas agronémicas mejo- radas, especialmente en fa proteccién contra pla- gas y enfermedades. Otro es establecer fuentes seguras y permanentes de semillas y dems mate- riales de propagaci6n, asequibles a los agriculto- tes. Fundamentales son las campafias de exten- sin agricola, que muesiren las ventajas de los in de varieda- Plantas domesticadas y cultivos mar ginadas en Mesoamérica cultivos marginados sobre los exéticos, en rela- lidad de produc- cién a su valor nutritive y fa cién, Estos aspectos requieren el estudio intensi- voy la evaluaci6n de las variedades, sistemas de produccién tradicionales y formas de utilizacién de los productos por los grupos indfgenas 0 cam- pesinos, para adaptarlos a las técnicas modemas. Ademiis, se han de estudiar las condiciones del mercado y las posibilidades de su ampli otras regiones, ¢ investigar la presentacién del producto y las normas que garanticen al consumi- lad estable y promuevan una acepta- cidn mas amplia. La diversificacién de usos en la agroindustria crearé nuevas posibilidadesde mer- cado y una garantia para el productor. dor una cali Bibliogratia Bukasoy, J.M. 1931. The cultivated plants of Mexico, Guatemala and Colombia. Bull. Appl. Bot. Gen. Pl. Breed. Supl., 47:1-553. Version espafiola de J. Le6n, 1981. Turrialba. CATIE- GTZ. Dressler, R.L. 1953, The pre-Columbian cult vated plants of México. Bor. Mus. Leafl. Hi vard Univ., 16:115-172. Flannery, K.V., ed. 1987. Maya subsistence. NuevaYork. Academic Press, Harrison, P.D. y Turner, B.L., eds. 1978, Pre- hispanic Mayaagriculture. Alburquerque. Uni- versity of New Mexico Press. Martinez, M. 1959. Las plantas titles de Méxi- co. México, D.F., Botas. Palerm, A. y Wolf, E. 1961. La agricultura y el desarrollo de la civilizacién en Mesoamérica. Rev. Interam. Cienc. Soc., 1:1-345. Rojas Rabiela, T. 1988. Las siembras de ayer Laagricultura indigena det siglo xv1. México, D.F. SEP-CIESAS. jas Rabiela, T. y Sanders, W.T., eds. 1985. istoria de la agricultura. Epoca prehispéni- ca - siglo xvi. México. INAH. 2 vol. Re Culivos marginados: otra perspectiva de 1492 Cinco fueron las especies domesticadas del gé- nero Phaseolus sensu stricto, que incluye 55 Los pueblos precolombinos las cultivaron du- rante miles de aflos como principal fuente de protefnas, ya que los animales no jugaron un papel importante como alimento o fuerza de trabajo, particularmente en Mesoamérica. Yaen época precolombina, el frijol comin (P. vulgaris: L.) tuvo mayor aceptacién y se seleccioné més intensamente, Los primeros cronistas informan que en los imperios azteca e inca se daba gran importancia a esta especie, y que con ella se pagaban los tributos. Su popularidad se acentué después de 1a Conquista, y desde 1880, salvo trabajos aislados, el esfuerzo de mejora genética se ha concentrado principalmente en el frijol comin, Esta practica ha perjudicado a las demas especies, que presentan, en laagricultura moder- na, un interés superior 0 comparable, por lo ‘menos en las zonas que no oftecen condiciones ecolégicas éptimas para su desarrollo. La forma ancestral de P. vulgaris crece en el limite entre dos zonas climéticas —subtropical El autor de este capitulo es D.G. Debouck (Consejo Internacional de Recursos Fitogenéticos, oma), El autor desea expresar su agradecimiento a las siguientes personas: Dr. G.F. Freytag (USDA), Dr. J. LLe6n (Universidad de Costa Rica), Ing. G. Ballesteros (Universidad de Cérdoba, Colombia), St.0. Toro (CIAT), Sra. O. Youdivich. También agradece a las siguientes Insttuciones: CIRF (Roma), CIAT (Colombia), UICN (Suiza), INIFAP (México), ICTA (Guatemala), ICA (Colombia), INIAP (Ecuador), INIA (Pend), CIF (Bolivia), INTA (Argentina), Universidad de Costa Rica. Frijoles (Phaseolus spp.) seca y tropical templada—, donde el hombre precolombino establecié muchos asentamien- tos, hecho que puede explicar la aceptacién de la especie. Para cubrir la mayor parte de la super- ficie donde vivis (a excepcién de algunas regio- nes andinas), domesticé cuatro especies més Las cinco formas ancestrales eran bejucos que crecfan en nichos ecoldgicos diferentes; los es tudios bioquimicos han mostrado cémo se do- mesticaron P. lunatus en varios lugares de Meso- américa y P. vulgaris en los Andes. Salvo enesta tiltima regién, la uniformidad en la presién de selecci6n condujo a una notable similitud en los patrones evolutivos, A excepcién del tépari, la asociacién con el mafz, aunque tardia en los Andes, contribuy6 también a dicha uniformiza cidn, Los niveles de evolucién de las cinco especies nohan sido los mismos, y quedaun gran potencial por explotar, por ejemplo, con respec- to al hébito de crecimiento en P. polyanthus, y al tamafio y color de la semilla de P. acutifolius. Su potencial ecolégico permitirfa desarrollar cier- tas especies incluso mds profundamente que P. vulgaris En una época en que se ha aceptado el modelo de una agricultura a la vez sostenible y produc tiva, los frijoles merecen ser objeto de renovada, atencién. 46. Phaseolus coccineus Nombre boténico: Phaseolus coccineus L. Familia: Fabéceas. Nombres comunes: castellano: ayocote (nombre de origen néhuatl) (centro de México), patol [México (Zacatecas)], botil [México (Chiapas)], chomborote, piloy (altiplano de Guatemala), cubé (Costa Rica). Esta especie ha sido cultivada en las partes altas de Mesoamérica por muchos siglos. Los pueblos del Andhuac, en el México precolombino, la cultivaron extensivamente y aseguraron su distri- bucidn. Su introduccién en el sur de Colombia (Antioquia y Narifio) y en Europa (donde se conoce con los nombres de haricot a’ Espagne y scarlet runner) podria haber ocurride a partir del siglo xvi, y luego en otras partes del mundo, como las tierras altas de Etiopfa. Sehaencontrado en restos arqueolégicos sélo en México, en Du- rango y Puebla, y en estado silvestre en Tamauli- pas. Aunque la informacién arqueolégica es muy escasa, se podrfa suponer que su domesticacién mexicana se produjo en las zonas himedas y altas. El cambio de variedades de matz (mas precoces y de tallos menos fuertes) y el uso de fertilizantes. (por ejemplo, urea) y herbicidas en las milpas han causado el abandono progresivo de este cultivo en el occidente de Guatemala y en Costa Rica, Parece verosfmil asumir que lomismo esté pasan- s de su drea de cultivo. Debido a su nicho ecolégico, P. coccineus ha suftido una fuerte competencia por parte de cultivos exéticos que tienen mayor consumo y mejor mercado, como Ia arveja, haba, repollo, ajo y cebolla. Esta legumbre ha sido util doen otras part ida en stu zona nuclear sobre todo por sus granos secos 0 verdes, El consumo de semillas tiemas permite expandir el cultivo hacia altitudes mayores, pues la rafz camosa produce un segundo crecimiento después de ligeras heladas (por ejemplo, en Huchuetenan- Frijoles g0, Guatemala), Esta rafz tiene usos medicinales en México. También se consumen las flores. Las Hamativas inflorescencias pueden ser la raz6n de su expansién reciente como omamental en Euro- pay Estados Unidos. La vaina verde se usa como verdura en Europa occidental, y el grano seco (semillas blancas) se consume en ciertos platos tipicos. Descripcién boténica Especie plurianual, de gran vigor vegetativo, con tallos de varios metros (sélo en pocos cultivares modernos hay formas anuales arbustivas), que emergen de una rafz camosa. Se distingue fécil- mente por sus semillas de gran tamafio (peso de 100 semillas, 80-170 g; entre 6-12 gparala forma silvestre) con hilo estrecho, pequefio y eliptico; sus inflorescencias grandes (20 cmy hasta msde 20 ramillas fructfferas) con flores rojo escarlata, blancas 0 mas raramente bicolores. Germinacién hipogea; rafz camosa, dividida y generalmente fusiforme, que permite el rebrote de yemas coti- Jedonares durante varios aftos consecutivos. Flo- rece a partir de los 50 dias de sembrada, en las formas més precoces, 0 al inicio de las Huvias, y sigue produciendo flores por largo tiempo, salvo en las formas arbustivas. La polinizacién es cru zada en la mayorfa de los casos, ayudada por la presencia de un estigma extrorso y nectarios, a través de abejorros y picaflores. Hasta ahora, se considera autocompatible. Ladispersi6n de la semilla en las formas silves- tres se hace por dehiscencia violenta de las vainas durante la temporada seca. En algunas poblacio- nes silvestres aparece una breve latencia; la viabi- lidad de la semiila en condiciones naturales no pasa de tres afios, Aspectos ecolégicos y fltageograficos Al igual que P. polyanthus, soporta precipitacio~ nes superiores a otras especies de Phaseolus (Cuadro 3), con tal de que los suelos tengan buen Cultivos marginadas: otra perspeetiva de 1492 FIGURA3 Frijoles: A. Phaseolus coccineus; At. leguinbre; A2. semillas; B. P. acutifoltus; B1. legumbre; B2. semillas. 48. drenaje, como los derivados de cenizas voledini cas, migajones, etc. Crece a temperatures mas, frescas en comparacién con las demas especies cultivadas. Es generalmente heligfita, aunque soporta neblinas. Su zona nuclear se extiende desde Durango. hasta Veracruz y Puebla. En Guatemala, se siem- bra tradicionalmente en las vertientes de la sierra de Cuchumatanes, y en el altiplano de Huehuete- nango hasta Alta Verapaz y Sacatepéquez, y en las partes mas altas del resto de América Central. La forma silvestre de P. coccineus (sin que pueda afirmarse que es ancestral en Ia totalidad de su distribucién) se extiende desde Chihuahua, en México, hasta Panam: y 2800 m, creciendo en el bosque hiimedo de altura. generalmente entre | 400 Diversidad genética Esta especie presenta, en estado silvestre, una gran variacién fenotipica en la condicién actual de su evoluci6n, en contraste con las demds espe- cies silvestres del género (hay cierto paralelismo con P. augusti de América del Sur). P. coccineus silvestre puede considerarse como un complejo de varias formas, ahoraen especiaci6n activa, alo largo de su rango de distribuci6n, Algunas formas muy diferenciadas, como P. glabellus, podrfan haberse separado constituyendo una forma tem- prana de un grupo del que ahora es dificil distin- ‘guir todas las variantes, La alogamia es frecuente en estas plantas, y el cruzamiento de formas silvestres con cultivadas, desplazadas porel hom- bre, ha modificado los patrones de especiacién. Porsu activo proceso de evolucién, este complejo no constituye un trabajo fécil para el taxénomo, pero offece, por esta misma razén, un gran poten- cial para el fitomejorador. ‘Adems de un grupo de cuatro formas silvestres, con flores escarlatas, cabe mencionarotro de cuatro formas con flores moradas. P, polyantius es una especie afin all ite del acervo genético primario Frifoles del ayocote, pues puede en algunos casos cruzarse con este tiltimo, como en Putumayo, Ecuador, oen Imbabura, Colombia, De igual manera, P. vulgaris puede considerarse como al Iimite del acervo gené- tico primario del ayocote. Existen pocos cultivares definidos, particular- ‘menteentre los volubles. Se puede seffalar, entre los arbustivos indeterminados, ‘Patol Blanco’, y,entre Jos arbustivos determinados, ‘Hammond’s Dwar?” Hay riesgos de erosién genética en las zonas donde la milpa tradicional se ha modificado, como ocurre en algunas partes de México (C! pas, Oaxaca, Puebla y Veracruz), Guatemala y Costa Rica. Allfera frecuente sembrar, junto con el mafz, las tres especies de frijol (P. coccineus, P. polyanthus y P. vulgaris) y calabazas. En el altiplano de México (Durango, Zacatecas), la extensién reciente del frijol comtin puede despla- zar a los «patoles» por motivos de precio. Existen materiales de P. coccineus en coleccio- nes de germoplasma, principalmente en Chapin- g0, México (INIFAP), Pullman, Estados Unidos (USDA), y Palmira, Colombia (CIAT). El mate- rial cultivado ha sido ya recolectado en buena parte, con excepcién de ciertas zonas de Guate- mala (Quiché), Honduras y Costa Rica, donde quizés sea ya demasiado tarde realizar dicha recolecci6n, Para el material silvestre, es necesa- rio efectuarla en las cercanias de las grandes ciudades de Mesoamérica, particularmente en el valle de México, que era un centro de diversidad del complejo de P. coccineus muy rico en formas. Muchas zonas quedan porexplorar,si se compara el material ya en coleccién con el abundante material de herbario, Debido al complejo manejo ex situ de estas formas, merece practicarse la conservacién in situ, Practicas de cultivo En la mayor parte de zona nuclear, se siem- bra con mafz y otras variedades 0 especies (P. vulgaris, P. polyanthus) segin précticas Ctivos marginados: otra perspeetiva de 1492 documentadas, pues las precipitaciones permiten su asociacion. En Durango y Zacatecas, México, bajo condiciones de temporal, se siembra sola, en hileras distantes 0 esparcida, segiin el tipo de barbecho. La cosecha manual es atin frecuente; as Se recogen y dejan secar al sol antes de golpearlas; los granos se guardan en costales. La las vi estimacién del rendimiento en campos de cultivo es dificil, pues fos agricultores siembran P.. cocci- neus mezclado con otros frijoles, 0 lo cosechan periédicamente. Produce 400-1 000 kg/ha en las formas arbustivas, mientras queen las volublesel rendimiento podrfa ser mas elevado (Cuadro 3). Se han registrado més de 23 t/ha en cultivos para vainas tiernas en Gran Bretafia. Perspectivas de mejora y limitaciones El ayocote se ha usado en muchas oportunidad. en la mejora del frijol comtin, pero slo en muy pocos casos se ha trabajado en su propia mejora, aunque los especialistas concuerdan en su rustic! dad frente a varios hongos, bacterias y virus. La demora en la produccién de formas volubles puede ser considerada como limitante, El ntimero de formas arbustivas no es suficientemente alto (especialmente con granos blancos), y varias de ellas son de bajo rendimiento, Sobre todo en las arbustivas, no existe toda la variacién en colores y patrones de semilla, La abscisién floral puede a veces ser importante —tal vez por falta de polini- zadores— y produce pérdidas de rendimiento. Muchos cultivares enraizan fécilmente y se mantienen durante varios afios gracias a su rafz camnosa. La flor grande y atractiva hace fécil la polinizacién por los insectos (se puede suponer unefecto positive de este cultivo sobre la entomo- fauna local). Se podrfa desarrollar un ayocote hibrido; sin embargo, al contrario del frijol co- min o del tépari, no se sabe si existe un fuerte efecto de heterosis, El uso del ayocote como complemento del matz de ensilaje merece ser investigado, pues aparte de su valor forrajero, 49 limita la erosién del suelo en este sistema. Tam- bién puede ser itil intercatado en plantaciones forestales o frutales j6venes (proteccién del sue- lo, valor fertilizante, ingresos adi germinaci6n, es una especie titi! para combatir la mosca del frijol (Ophiomyia) en las partes altas de Attica oriental ionales).Porsu Phaseolus acutifolius Nombre botinico: Phaseolus acitifolius Asa Gray. Familia: Fabécess. Nombres comunes: maya: xmayum [México (Campeche)]; castellano: tépari (nombre de origen opata) [México (Sonora)], escomite 0 escumite [México (Chiapas)],frijol pifuelero (nombre de origen mestizo) (Costa Rica). Esta especie ha sido cultivada desde hace mucho tiempo en Mesoamérica, y principalmente como Jegumbre en las zonas deséiticas © con una larga temporada seca, Primero se describié una de sus én con la forma cultivada fue reconocida mas tarde, al contrario de lo que ha ocurrido con las demés especies cultivadas del género, Los hallazgos arqueol6gi- cos han mostrado una gran antigiledad del cultivo de esta especie en el suroeste de Estados Unidos (donde habria penetrado a partir de México hace 1 200 afios) y en Puebla (donde existe hace 5 000 afios), La distribucién geogréfica de la forma cultivada se extiende desde Arizona y Nuevo México hasta Guanacaste Costa Rica, en la ver- tiente subtropical seca del Pacffico. Es una distri- bucién esporidica, quesereflejaenel mercado de este producto, que presenta poca variacién. Se constime mayormente el grano seco por su rique- za en protefnas (17-27 por ciento) ¢ hidratos de carbono; también se utiliza como ejote y como forraje después de la cosecha. No se sabe atin con precisi6n cudl fue el lugar formas silvestres, y la rela 50. de la domesticacién de ta especie. Cabe notar que los andlisis electroforéticos de Ia faseolina y de isoenzimas indican que posiblemente fueran pocas las poblaciones domesticadas. Sea por st extinci6n hist6rica, porque la base genética ini- cial estuviese ya reducida en el momento de su domesticacién, o por fa autogamia de la especie, el potencial genético cultivado no parece haber sido muy amplio, a juzgar por su evolucié ulterior. Entre las causas, seftaladas por diversos auto- res, que han conducido al olvido del tépati, cabe citar: + la disponibilidad de agua barata en zonas desérticas, que hace posible el cultivo de forrajes u hortalizas u otras legumbres de mayor precio (frijol comtin, caupi), pues el tépari rinde igual o menos con riego; + la pérdida de tradiciones de consumo en las comunidades indfgenas; + Ia falta de demandaen los grandes mercados. ‘Su potencial de cultivo en zonas desérticas es amplio y esté atin por explorar. Descripeién boténica Teréfito propio de desiertos. Se distingue fécil- mente de las demés especies de frijoles por su germinacién epigea, hojas primarias sésiles, fo- los romboidales agudos, pseudorracimos con 2-4 ramillas fructiferas, flores pequefias rosadas (0 blancas en algunos cultivates), con bractéolas muy pequefias y triangulares, y vainas con suturas marcadas con 5-10 6vulos. La autogamia parece ser dominante. Se reconocen dos formas silves- tres: var. acutifolius con folfolos romboidales, y var. tenuifolius con folfolos lineares, a veces sagitados. Aparece esporddicamente una tercera forma silvestre con folfolos estrechamente falca- dos que, por sus caracterfsticas blastogénicas diferentes ala var. rennifolius y una cierta incom- patibilidad para su cruzamiento, podria conside- rarse como especie aparte (P. parvifolins). Fries La forma cultivada, asf como las silvestres son de ciclo corto, florecen a los 27-40 dias después de la germinacién y maduran a los 60-80 dias. Las plantas se secan por completo (salvo P. par- vifolius). En las formassilvestres, la dispersiGn de las semillas dentro de un radio de 3 m se hace por dehiscencia violenta de las vainas. En algunos ares existe una breve latencia postcosecha de un mes. Las semillas de las plantas silvestres germinan por la imbibicién causada por las fuer- tes Iluvias del desierto del afto subsiguiente, pero sGlo en cierta proporcién, escalonéndose la ger- minaci6n a lo largo de tres aifos. cul Aspectos ecolégicos y fitogeograficos La forma cultivada se encuentra desde los 50m hasta los | 920 msobreel nivel del mar. Requiere precipitaciones de 250-300 mm anuales, aunque secultiva,en México, desde regionescon 150 mm (Sonora) hasta 750 mm (Campeche). Durante el perfodo vegetativo, la temperatura diuma puede alcanzar 20-32 °C. Crece en suelos con pH 6,7- 7,1, arenosos, limosos, a veces orga buen drenaje. Existe una especializacién ecolégica en sus cos, con formas silvestres: la var. acutifolius de Arizona, Nuevo México, Baja Califomia, Sonora, Chihua- hua, Durango, Sinaloa y Jalisco ocupa habitats semisoleados con el mezquite, a orillas de ria- chuelos, mientras que la var. fenuifolius coloniza las vertientes soleadas con cacticeas y arbustos espinosos en Arizona, Nuevo México, Baja Cali- fornia, Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Querétaro, Michoacan, Guerre- ro, Oaxaca y Jalapa. La forma cultivada es un heli6fito con mecanismos de tolerancia al exceso de sol. Diversidad genética En comparaci6n con el frijol comin, la variabili- dad de Ia semilla es menor. Bésicamente se presen- tan dos formas: una de grano bastante pequefi Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 redondeado, blanco o negro; y otra de grano anguloso, romboédrico, de mayor tamaiio, blan- £0, blanco verdoso, gris, bayo, amarillo oscuro, caoba, negro o pintado de morado o café. El peso medio de 100 semillas, en el tépari cultivado, oscila entre 10 y 20g, y en el silvestre entre 2 y 5 g. Se han citado dos cultivares, uno blanco Redfield’) y otro amarillo oscuro, resultados de seleccién masal, Aunque los materiales culti- vados y silvestres son de habito indeterminado, el ambiente desértico resulta obligatorio, Mien- tras las formas silvestres son generalmente tre: padoras con pocas gufas, de 2-4 m de largo, existen dos grupos en los materiales cultivados: indeterminados arbustives con gufas cortas, € indeterminados rastreros con gufas largas, volu- bles si encuentran soporte. El autor conoce una sola forma escapada. El acervo genético secun- dario es poco conocido; el frijol comin puede considerarse dentro del acervo terciario. Parece que se han dejado de sembrar un buen ndmero de cultivares, de los cuales se habian hecho colecciones, principalmente en México. Parece poco probable que se puedan encontrar muchas reexaminar la parte surde la distribucién. Dicho examen es un ejemplo de programa de recolec- més formas cultivadas, pero seria itil cién de germoplasma que ha permitido salvar una buena parte de la variabilidad del cultivo. Las dos formas silvestres representan Ia mayor fuente de variacién para la mejora futura de la especie. Como ciertas poblaciones estén amena- zadas por el sobrepastoreo, serfa recomendable recolectar germoplasma desde Nayarit hasta Jalapa, Practicas de cultivo En la parte sur de su distribucién, fas comunida- des campesinas han conservado esta especie sobre todo por su precocidad y menores requisi- tos, Se siembraen Ia orilla de las milpas, al inicio de las luvias, para obtener el ejote, y al final de St Jas Iluvias para obtener Ja semilla, 0 en solares cerca de las casas en casi cualquier época. En la parte norte de su distribucién (suroeste de Esta- dos Unidos, noroeste de México), se siembra bajo condiciones de temporal, en pequefios cam- Pos con topografia favorable o en orillas de arroyos, generalmente sola o con algunas cala- bazas y malezas toleradas. Después del primer aguacero, se hace el barbecho; se siembra en hileras 0 a voleo después del segundo. Las plan- tas se arrancan cuando aleanzan la madutez y se dejan secar al sol. Una semana después, se pisan sobre una superficie limpia y se recoge el grano, que se avienta con un canasto, Este se cons ba en canastos o vasijas de barro (hoy en latas 0 bolsas plasticas), manteniendo as{ su poder ger- minativo por tres afios. En Campeche, se guarda- ba la semilla para sembrar, haciendo paquetes con las vainas sin abrir y poniéndolas en contac- to con el humo del fogén. Los rendimientos se cifran en 200-900 kg/ha, con amplias variaciones debidas ala densidad de siembra y la pluviosidad; se logran unos 1 000- 2 000 kg/ha con fertilizante, habiéndose obteni- do cosechas de hasta 4 t/ha. va Perspectivas de mejora y limitaciones El tépari se considera una especie dil para la mejora del frijol comin (no es atacado por el aiublo o tiz6n, Xanthomonas phaseoll), pero no se han Hevado a cabo programas para mejorar el tépari por sf mismo. A diferencia de muchas legumbres, da un rendimiento aceptable con menos de 400 mm de precipitacién anual, El exiguo tamafio de su grano podria corregitse mediante la mejora de la especie; también podrfa aumentarse la variabilidad de colores y patrones de los granos. Se observa una marcada heterosis cuando se cruzan Iineas, existiendo la posibili- dad de producir tépari hibrido (serfa preciso deter- minar si el acervo secundario permitirfa aumentar la capacidad de atracci6n de los insectos por la flor'). Ciertas poblaciones son susceptibles a la roya, ofdio, aflublo, pudriciones radiculares, mi- nadores de hojas, briquidos y lorito verde. Algu- nas lineas presentan buenos 0 excelentes niveles de tolerancia a estas plagas y enfermedades. En cultivo, el germoplasma se ha mostrado suscepti- blea temperaturas bajas, acidez, toxicidad alumi- nica y al mosaico comin. Su potencial de introduccién en zonas desérti- cas (t6pico americano, Sahel, Medio Oriente, India) es importante, pero no ha sido explotado. Por ejemplo, en julio de 1985, el autor envis un pequefto vivero de tépari a Chincha, Pert, para su evaluacién; en 1989 uno de los tparis ya se vendia con el nombre de cuarenteno en Chiclayo, En muchas zonas su uso como planta de cobertu- ra, 0.comocultivo intercalado con mijo (Pennise- um), nopal (Opuntia), mezquite (Prosopis) y jo- Joba (Simmondsia), para alimenta tampoco se ha aprovechado, Cabri la posibilidad de usarlo como cultivo postcosecha n humana © cuando atin las temperaturas son favorables y la humedad residual es baja. Una de las principales razones de promover el cultivo del tépari es la de limitar el uso del agua en zonas subdesérticas. La investigacién deberia orientarse a incre- mentar la recolecci6n de germoplasma; distribuir alos agricultores semilla procedente de bancos de germoplasma; impartir, en el dmbito de la exten- i6n agricola, informacién sobre el potencial del cultivo del tépari en zonas secas; iniciar proyec- tos de mejora del grano; desarrollar tecnologias alimeatarias adaptadasa las legumbres (porejem- plo, el procesamiento industrial de proteinas) que liberarfan al agricultor de las exigencias del mer- cado; promover la informacién sobre las formas de consumo para revalorizar el empleo de esta legumbre, * En esta especie no se ha registrado androesterilidad citoplasmaticani agentes restablecedoresdelatertlidad. Frijoles Phaseolus lunatus Nombre botdnico: Phaseolus lunatus L. Familia: Fabiceas. Existen dos grandes acervos genéticos domesti- cados a partir de dos formas silvestres distintas y con morfotipos de semilla diferente. Nombres comunes de los cultivares de semilla pequefia (peso de 24-70 g por 100 semillas): maya: ib [México (Yucatén)}; patashete [México (Chiapas)|: ixtapacal [Guatemala (Suchitepéquez)}; castellano: sieva, comba [Colombia (Guerrero)], furuna [México (Jalapa)], chilipuca (EI Salvador), kedeba (Costa Rica), frijol caballero (Cuba), haba (Puerto Rico, Panamé), carauta [Colombia (Atléntico)], frijol de alto {Colombia (Tolima)], guaracaro (Venezuela); francés: pois souche (Hitt), El grupo Caribe est4constituido por materiales de semilla pequefia y redonda, distribuidos en esa zona, Nombres comunes de los cultivares de semilla grande (peso de 54-280 g por 100 semillas): castellano: lima (en razén de su proveniencia de la costa del Perd), torta [Colombia (Narifio, Huila), Ecuador (Imba- bura, Azuay, Loja)],layo [Pert (Cajamarca)}, pallar [Peri (Lambayeque, La Libertad, Lima, Ica y algunas partes de ta sierra)}, palato [Bolivia (Chuquisaca)], poroto manteca (Argentina). Los hallazgos arqueolégicos en Ancash, Pert, se- alan la especie de semilla grande entre las prime- ras cultivadas (desde hace 8 000 afios), después de Lagenaria siceraria, mientras que laantigtiedadde Jos materiales de semilla pequefia en Mesoamérica €s de sélo 1 200 afios. Los materiales de semilla grande aparecen en la costa del Perii hace 5 000 aftos, donde tenfan gran valor alimenticio y Cultivos marginados: ona perspectiva de 1492 - FIGURA 4 Frijoles: A. Phaseolus lunalus; At. legumbre; A2. semilla; B. P, polyanthus; B'. legumbre; B2. semilla, 54 cultural, particularmente para los moche y Ios naz- ca. La distribucién de la forma silvestre en la sierra, del norte (Ia prucba mediante electroforesis indica que es ancestro del acervo andino) permite sugerir una domesticaci6n en esta zona y su distribucién ulterior tanto hacia las partes altas de Ecuador y Colombia, como hacia la costa peruana y demés partes altas del Perd y Bolivia. Hoy se consume sobre todo el grano verde. En Ia costa peruana, se prepara, a partir del grano seco, el dulce de pallar. El valor estético de los granos ha permitido su uso como juguete en comunidades campesinas. Los cultivares de semilla pequefta han sido domes dos a partir de una forma silvestre, posiblementeen Mesoamérica y en épocas més recientes. Los gra- | os son consumidos en seco (los mayas de hoy los prefieren refritos) o verdes. En Asia, se consumen las pléntulas o las hojas tiemas; en Madagascar se utilizan para la preparacién de heno. Entre las causas de la marginaci6n actual, aparte del abandono de la alimentaci6n tradicional debido al 6xodo rural y al cambio de costumbres campesi- na iade un gluedsido cianogé- nico, que en algunos cultivares, por el olvido de las pricticas de detoxificacién, puede ocasionar in- toxicaciones. La uniformizaci6n en el consumo de legumbres (algunas variedades de frijol comin ode caupi) ha sido perjudicial para el frijol lima, debido a la presencia de este glucdsido. Los cultivares de semilla pequefa, particularmente bajo regadio, su- fren de la competencia de a soja (a veces también del caupf, en razén del precio). En los Andes peruanos, los pallares tienen fuerte competencia or parte del sarandajo (Lablab purpureus (L.) Sweet,] introducido y resistente al gorgojo, y del frijol de palo [Cajanus cajan (L.) Mills] introduci- do y més tolerante a la sequta, . se sefiala la presenci Descripcién boténica Especie plurianual (salvo algunos cultivares mo- demos) con germinaci n epigea y raiz fibrosa; Frijoles sus formas ancestrales proceden de bosques deci duos tropicales de baja o media altitud. Se distin- gue fécilmente por sus semillas en forma de media luna (con excepeién de un grupo de culti vares de grano esférico del Caribe), estriasa partir del hilo; folfolos deltoides, seudorracimos con 4- 12ramillas fructiferas, flores pequefias con estan- darte verdoso (Mesoamérica) 0 morado (Andes), bractéolas muy pequeftas y redondeadas y vainas aplanadas, faleadas, con 3-6 dvulos, Las dos formas silvestres presentan diferencias marcadas pero no Ilegan a justificar un tratamiento taxon6- mico diferenciado por la notable introgresién entre sus acervos genéticos. Especie autégama con estigma introrso, pero la polinizacién cruza- da puede Ilegar a superar el 32 por ciento. Los genotipos més precoces florecen a los 35 dias de ser sembrados y terminan su ciclo en unos 100 dfas. Otros pueden tener dos ciclos de flor cidnal afio segin la distribucién de las lluvias. En zonas secas, las plantas retofian a partir de la parte inferior del tallo con el regreso de las Huvias, En la mayoria de las variedades tradicionales, las ‘guias son largas (3-6 m), indeterminadas, rastre- ras (y porlo tanto titiles como coberturadel suelo) o trepadoras. Las raices fibrosas pueden aleanzar varios metros, en caso de suelos filtrantes con humedad profunda (Yucatén, costa det Pert), dotando a la planta de un gran vigor vegetativo (superior al del mafz) y una supervivencia de hasta 4 afios. En las poblaciones silvestres, la dispersién de la semilla se produce por dehiscen- cia explosiva de las vainas, Aspectos ecoldgicos y filogeograficos Sin ser estricta, existe cierto modelo de distribu- cién de las formas. La forma silvestre de semilla pequefia se encuentra desde Sinaloa, México, hasta Salta, Argentina, generalmente por debajo de los 1 600m. Los cultivares de semilla pequefta crecen frecuentemente a menor altitud en la zona del Pacifico de Mesoamérica, desde Arizona, Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 Estados Unidos, hasta el Choc6, en la Cordillera Occidental de Colombia, y la costa ecuatoriana, y desde Yueatén hasta Colombia y Venezuela y en las Antillas. Existe también en el noreste del Brasil y en Formosa, Argentina, La forma silves- tte de tamafiomayorse distribuyeen Ecuador yen el norte del Pert entre los 320-2030 m. Los cultivares de semilla grande estén distribuidos en el Peni desde los 50 hasta los 2 750 m, y en los valles altos de Chuquisaca y Cochabamba, Boli- via. Curiosamente algunos existen también en ef sur del Brasil. Es una especie generalmente nistica, que pre~ fiere climas secos y suelos profundos (pH 6,0- 7,2) con buen drenaje. Si bien es cierto que algunas formas toleran bien el clima del tr6pico bajo, cabe mencionar el rango excepcional de distribuciénenaltitud, particularmenteenel Pert, donde algunas formas resisten temperaturas bajas (Cuadro 3). Es mas bien heliéfito, tanto cultivado como silvestre. Diversidad genética La variabilidad intraespecifica de P. lunatus es importante particularmente en los grupos de va- riedades Siva y Gran Lima, y menor en el grupo Caribe. Existen varios cultivares comere bre todo en California (por ejemplo, ‘Henderson’ y ‘Fordhook’) y para el consumo casero (grano verde inmaturo en ensalada) en Estados Unidos, Parientes de la forma silvestre andina son P. augusti Harms, P. bolivianus Pipery P. packy- rrhizoides Harms, Entre las especies cultivadas, les so esta iltima tiene el acervo secundario més amplio. Existen numerosos bancos de germoplasma, principalmente en Pullman, Estados Unidos (USDA), Chapingo, México (INIFAP), Palmira, Colombia (CIAT). Se ha recolectado germoplas- ‘ma para rescatar material tradicional cultivado en varias regiones del tr6pico americano, donde la desaparicién de variedades ha sido ripida. Se 55 podrian ain recolectar con provecho en ciertas partes de la penfnsula de Yucatén, norte de Co- lombia, San Martin en el Perd y Paraguay. Para material silvestre (sobre todo de la forma de semilla pequefia), faltan muchas regiones por muestrear: Tamaulipas, Sinaloa, Michoacén, ‘Oaxaca, Chiapas, Petén, en México, El Salvador, Nicaragua, Panam, Venezuela, y el oriente de Bolivia. Practicas de cultivo En las zonas neotropicales de América, es muy comtin encontrar una a cinco plantas en huertos caseros y en pequefios solares, pues es costum- bre entre las amas de casa echar algunos granos verdes a la sopa. En el Yucatén maya se siembra tradicionalmente en el émbito del sistema de roza-tumba-quema con el mafz, el bul (P. vul- garis) y las calabazas. En la costa de Colombia, el carauta se encuentra en solares con matz, yuca y guandul, Bn la costa del Pert, era frecuente encontrarlo sembrado esparcido en las iberas de las quebradas donde aprovechaba las «aguas de avenida». Pricticas similares pueden haber exis- tido en el valle cinteffo en Bolivia antes de la introduccién de la vid. Hoy en Chincha, Pert, se Jo siembra como monocultivo comercial (semi- las blancas) en caballones con riego. En muchas partes de Ia sierra andina (valles interandinos secos a los 2 000 m de Narifio, Colombia; Imba- bura, Azuay, Ecuador; Cajamarca, Pert), es fre- cuente verlo crecer sobre muros viejos separan- do parcelas y caminos, 0 en derrumbes y decli- ves. Los campesinos aprovechan asi los espacios de menor valor. En otras partes de la sierra del Pert (Cajamarca, La Libertad), se siembran los tipos Gran Lima en la orilla de las chacras. En ciertos lugares, las plantas se comportan como espontineas y se cruzan con las formas silvestres, que existen alrededor (por ejemplo, en Suechu- bamba, Cajamarca). Por ser sembrado en forma casi individual en 56 muchos huertos caseros, es dificil dar cifras de -nto por superficie; ademés las cosechas ren periédicas complican la evaluaci6n. Sehan regis- trado en formas arbustivas rendimientos de grano de 2.000 ke/ha, y en variedades volubles de més de 3.000 kg/ha. Perspectivas de mejora y limitaciones Dentro de las especies cultivadas, rivaliza con P. coccinexs por el acervo genético mas amplio (primario y secundario) y diferenciado en forma muy temprana (condiciones para que haya pro- greso genético); tiene buena tasa de alogamia y se ha encontrado heterosis; por lo tanto hay buenas perspectivas de mejoramiento. Su entra- da en produccién algo tardfa asf como la larga produccién de las formas indeterminadas trepa- doras pueden compensarse con laexplotaciénde formas arbustivas més precoces. E: variacién en el contenido de glucdsidos en la semilla y potencial de mejora con tipos de menos de 5 ppm, sin correlacién con el color del tegu- mento. La evaluacién de cultivares para dete! minar el contenido de glucésidos permitird esta blecer muchos materiales en zonas tradicionales de cultivo y consumo. Su rusticidad y larga produccién pueden ser ventajas en condiciones adversas, donde otras legumbres no prosperan, El valor estético del grupo de variedades Gran Lima podria volver a considerarse en el desarro- Ho de artesanias (til en partes retiradas de los Andes). La recuperacién de los platos y usos (juego) tradicionales serfan también un elemen- to para la promocién del cultivo. La seleccién de variedades resistentes al gorgojo (Acanthosceli- des), al picudo (Apion) (particularmente el Gran Lima), de formas arbustivas con una mayor diversidad de semillas (color, forma) y elestudio de técnicas de produccién (enmallados, siem- bras en pendiente, etc.) pueden mencionarse como prioridades de investigacién. ars ste amplia Frifoles Phaseolus polyanthus Nombre boténico: Phaseolus polyanthus Greenman, Familia: Fabéiceas. Nombres comunes: botil {México (Chiapas)], piloya [Guatemala (Chimaltenango)], dzich [Guatemala (San Marcos)], piligtic [Gue- temala (Alta Verapaz)], petaco {Colombia (Antioquia y regién occidental)], cacha [Colombia (Cauca, Huila y regién meridio- nal)], matatropa (Colombia (Huila)], toda la vida (Beuador, region septentrional del Pert). Taxon de reciente reconocimiento como conse- cuencia de la identificacién de sus formas ances- trales. No se tienen regisiros de esta legumbre en yacimientos arqueolégicos, a pesar de que las semillas encontradas han sido analizads damente, Las condiciones ecolégicas bajo las que deteni- rece esta especie pueden no haber sido favora- bles para su conservaci6n. Se ha sefialado la gran antigiiedad que debe tener este cultivo en México. En comparacién con las formas silvestres y con las demés especies, P. polyanthus esté menos evolucionada, lo que parece ser resultado de una domesticacién mas reciente, Ha sido cultivado muy frecuentemente asocia- do con maiz, calabazas y dos especies de frijol (P. coccineus y P. vulgaris),enregiones declima hiimedo y altitud intermed Como el ayocote, este cultivo s de Mesoameérica. se ha reducido en muchas partes de Mesoamérica con la modifica- cin del s stema tradicional de la milpa. Si el campesino tiene que dejar de cultivar una especie de frijol, conservael comiin, que obtiene general- mente mejor precio. Entre otras causas de su marginacién puede mencionarse la extensi6n de las plantaciones de café o de la ganaderia en su zona de cultivo. Con el aumento de sus ingresos, los campesinos han tendido a abandonar el consumo de esta leguinbre. Tradicionalmente se Cultivos marginados: oira perspectiva de 1492 prefiere el grano verde (mejor digestibilidad o tegumento més tierno) cuando Ia vaina llega a la madurez fisiolégica, y menos el grano seco; se consume en sopa, guiso 0 inclusive en dulce (Amazonas), Deseripcién botdnica ‘S6lo se conocen formas plurianuales, que pueden vivir 2-4 afios; en partes mds secas (por ejemplo, occidente de Cajamarea, Pent) tiende a compor- tarse como anual. Se distingue facilmente de las demas especies porsu germinacién epigea, rafces fibrosas, fasciculadas, inflorescencias con 6-16 ramillas fructiferas, brécteas primarias y bractéo- las alargadas y estrechas (dando al pseudorraci- ‘mo aspecto de espiga), flores blancas o lila (ro: do morado en la forma silvestre) y estigma termi- nal, Su semilla (70-100 g por 100 semillas, y 16- 25 g para las formas silvestres) presenta un hilo amplio y eliptico, con el parahilo frecuentemente fracturado, Aspectos ecoldgicos y fitogeograticos Estaespecie se dias (800-2 600 m) bajo climas frescos y htime- dos con un perfodo seco al afio (Cuadro 3); presenta una larga floracién (2-5 meses). Puede tener hasta dos perfodos de floracién y fructifica- cién por afo si la estacién de Iw (Colombia, Venezuela). Prefiere los suelos pro- fundos, orgdnicos, himedos, filtrantes, con pH 6,2- 65. Tolera cierto nivel de sombra. La forma cultivada se encuentra en Puebla, Veracruz, Oaxaca y Chiapas (México). En Gua- temala, puede verse en Huehuetenango, San Mar- cos, Quezaltenango, Totonicapén, Baja y Alta Verapaz, Solol, Chimaltenangoy Sacatepéquez, Se distribuye también por las partes altas del Caribe (Jamaica, Repiblica Dominicana) y de Costa Rica. En América del Sur se cultiva, encon- ribuye entre altitudes interme- jas es marcada tréndose en vegetaciones secundarias inclusive boscosas, desde Mérida, en Venezuela, hasta 87 Apurimac, en el Pert, y en las Cordilleras Occi- dental y Central de Colombia (las «petaqueras» antioquefias), Ecuador (Azuay, Pichincha, Tun- gurahua) y el norte del Perd (Cajamarca, Amazo- nas, Junfn). La forma silvestre se ha encontrado hasta la fecha slo en la parte centrooccidental de Guatemala, donde es un bejuco que erece en el bosque htimedo montano bajo; no se descarta ta posibilidad de que aparezca también en la zona montafiosa del limite Jalisco-Michoacdn, México, Diversidad genética ‘Se considera que esta especie es la menos evolu- cionada entre las especies cultivadas de Phaseo- us, por lo que presentarfa un mayor potencial de evolucién futura, Hay poca variacién fenotipic: (s6l0 el habito de crecimiento indeterminado vo- luble), inclusive en las semillas. Presenta normal- mente semillas amarillo anaranjado, pero apare- cen otros colores: rojo-marrén, bayo, negro y blanco cremoso. Semillas de este tiltimo color fueron encontradas por el autor en Amazonas, Colombia, y Loja, Ecuador; puede tener potencial como cultive comercial en el norte del Pert, y competir en planta con los «caballeros» (P. vul- garis de semilla blanca, redonda y grande), que no rinden en zonas hiimedas. Se ve mayor varia- cidn en la semilla donde existen hibridos natura- les con P. coccineus (por ejemplo, en Putumayo, Colombia) y con P. vulgaris (por ejemplo, en Tolima, Colombia); allf aparecen colores combinados con morado, café, ete. No parece haber hasta la fecha cultivares debidamente registrados. Esevidente que debidoa la introgresi6n natural centre las especies, P. coccineus, P. polyanthus y P. vulgaris son genéticamente corcanas; s embargo, cadauna de ellas proviene de una forma ancestral diferente e individualizada, La razén de este parentesco deberia encontrarse en el origen de las formas ancestrales. Otras especies 58. del complejo de P. coccineus pueden también considerarse como cercanas al cacha; el acervo genético de P. polyanthus es por lo tanto amplio. Una evaluacién exacta de la erosién genética en esta especie es dificil: en ciertas partes de Guatemala (San Marcos, Chimaltenango) y Costa Rica, donde se ha modificado el sistema de cultivo tradicional de la milpa, desaparecen cier- tos genotipos; en otras (Cauca, Tolima, Amazo- nas, en Colombia, y Junin, enel Pert), parece que se extiende en vegetaciones ruderales porque la gente campesina echa semilla en orillas de cami- nos, chacras, ete. Un agricultor en Huila, Colom- rifirié que era el primer grano que se sembra- ba en el sistema de roza-tumba-quema de los Péez, La rusticidad de la especie en ambientes hiimedos asegura la alimentacién cuando la cose~ chadematzes insuficiente, y explicasu frecuente presencia en bosques secundarios en Colombia, Ecuador y norte del Pent. Es atin mas dificil apreciar la erosién traténdose de una especie preferentemente alégama (aunque no se conoce bien la variaci6n local de esta alogamia). Parece sin embargo wtil documentar Ia evolucién del ‘material nativo en suszonas de cultivo tradicional en México y Guatemala, y en caso oportuno recolectar germoplasma, En la parte sur de su distribucién, donde parece haber menor varia- cién y erosién, la recoleccién no serfa urgente. Diferentees lasituacién relativa mala centrooccidental esta amenazada por la ur- banizacién y Ia agricultura (el bosque primario donde crece se tala para instalar cafetales). Urge completar la recoleceién de germoplasma, y ase- gurar que al menos algunas poblaciones sean incluidas en el perimetro de los parques naturales (conservacién in situ). Este método también de- berfa considerarse para los pocos sitios donde hay introgresién natural, Existen colecciones de esta especie principal- mente en Chapingo, México (INIFAP), Ch al Frijoles tenango, Guatemala (ICTA), La Molina, Pera (INIAA) y Pullman, Estados Unidos (USDA).La coleccién mas amplia es la del CIAT (Palmira, Colombia), Practicas de cultivo La mayor parte de las précticas de cultive men- cionadas para el ayocote en las zonas altas y hiimedas de América Central se aplican también al frijol cacha. Aunque se siembra mezclado con el ayocote, entra frecuentemente en maduraci6n un poco més temprano; la cosecha independiente (especialmente para consumitlo en verde) es po- sible, pero no siempre se practica. En los Andes, ¢s frecuente verlo en los cercos o en los huertos caseros donde crece sin cuidados especiales. Perspectivas de mejora y limitaciones Un factor limitante parece ser la menor digestibi- lidad que se ha comprobado en ciertas zonas (Amazonas). La documentacién de las précticas actuales de consumo en comunidades campesi- nas debe considerarse como prioritaria, antes de abordar la investigacién de su calidad nuttitiva, Hay que tener en cuenta que hasta un pasado muy reciente estos frijoles eran consumidos varias veces por semana, La falta de variacién en los colores de la semilla es un problema que podria corregirse en parte con la distribucién de germo- plasma procedente de colecciones, y por recolec- ciones adicionales particularmente donde haya introgresién con P. coccineus y P. vulgaris. La variacién en colores, tipos de grano y hébitos de crecimiento podrfa obtenerse a través de progra- ‘mas de cruzamiento, explorando el acervo gené- tico primario y secundario de P. polyanthus. La evaluacién es aiin muy incipiente, y representa una prioridad de la investigacién agraria. Seria muy Util, pues se conocen los caracteres de resi tencia que ofrece esta especie frente a varias enfermedades y plagas como Asochyra (en las partes frescas y hiimedas de los Andes) y Cultivos marginados: ona perspectiva de 1492 59 CUADRO 3 Escala de altitudes, temperatura diurna, precipitacién media anual, duracién del ciclo de crecimiento a inicio y fin de la cosecha, y potencial de rendimiento en zonas tropicales de cinco especies cultivadas de Phaseolus Altitud “Temperatura () to a, a P.eoccinous 1400-2800 12-22 400-2 600 20 -965 400-4 000 °. aouttonas 50-1 900 20-92 200-400 0-110 400-2 000, Ptunatus 50-2800 16-26 o-2@00 90-965 400-5 000, P-polyanthus 200-2600 14-24 + 000-2 600 110-365 300-3500 ® wigans 50-3000 14-26 400 + 600 70-80 490-5 000, Ophiomyia (en Africa oriental) respectivamente. Existen genotipos listos para su entrega al agri: cultor, precisamente en condiciones adversas al {rijol comGn. Podrfa preconizarse el consumo en verde, desarrollando recetas para mejorar la con- servacién del grano verde; también podria fo- mentarse su cultivo en huertos caseros. Puesto que la planta es apetecida por el ganado podria o en asociacién con el maiz. En contextos de agrosilvicultura (jévenes planta- jones, setos vivos contra la erosi6n), es posible- mente la mejor especie de frijol. Se podria asimis- mo reconsiderar su papel en cafetales (valor fer tilizamte, proteccién del suelo). considerarse su culti Conclusion El frijol se domesticé en una época en que, evi- dentemente, no se disponfa de los conocimientos actuales de genética molecular y ciencia de la nutrici6n para Ia selecci6n de! material con el ‘mayor potencial evolutivo y nutricional, Ademas del frijol comiin, se domesticaron cuatro especies que se han mantenido por miles de afios. No se sabe si el 6xito inicial del frijol comtin se debié a su mayor potencial evolutivoen comparacién con el de las demas especies, 0 a que circunstancias particulares provocaran su domesticacién. Tam- poco se conocen todas las razones que explican st promocién durante los 200 aflos posteriores a 1492. Por lo tanto, el germoplasma recolectado enagquellas especies durante los tiltimos 60 afios, y la informacién que a ellas se refiere, son posi- blemente escasos en relacidn a cuanto debié ha- ber existide antes de la Conquista. Lo que ha podido recuperarse es sin embargo sorprendente ¥y promisorio. A pesar de todos los cambios ocu- rridos en el frijol comin desde el siglo xv, ha sido diffcil modificar en forma dréstica su ecologta, y las alteraciones que ésta haya podido suftir han repercutido negativamente en el rendimiento de laespecie. No se deberfa dar ya una oportunidad a los frijoles olvidados? Bibliografia Baudin, J.P. 1981. L’amélioration du haricot de Lima (Phaseolus lunatus L.) en vue de Pintensification de sa culture en régions tropicales de basse altitude. Tesis doctoral. Faculté des sciences agronomiques de "Etat, Gembloux, Bélgica. Debouck, D.G. 1989. Early beans (Phaseolus vulgaris Land P. lunatus L.) domesticated for their aesthetic value? Ann. Rept. Bean Impro- vement Coop., 32:62-63. Debouck, D.G. 1991. Systematics and morpho- logy. En Common beans: research for crop improvement. Schoonhoven, A. van y Voy- sest, O.,eds. Wallingford. Reino Unido. Com- monwealth Agricultural Bureaux Intematio- nal, pags. 55-118. Debouck, D.G., Lifién Jara, J.H., Campana Sierra, A. y De la Cruz Rojas, J.H. 1987. Observations on the domestication of Phaseo- Jus lunatus L. FAOMUBPGR Plant Genetic Re- sources Newsl., 10:26-32. Debouck, D.G., Maquet, A. y Posso, C.E. 1989. Biochemical evidence for two different gene pools in lima beans, Phaseolus lunatus L. Ann. Rept Bean Improvement Coop., 32:58-59. 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Conexcepeién de C. maxima, cuyo centro de origen esté en América del Sur, se supone que las restantes cuatro especies cultivadas fueron domesticadas en Mesoamérica, aunque esto no se ha podido ‘ano, y comprobar en todos los casos. Durante la segunda mitad de la década de los ochenta, se ha acopiado una gran cantidad de informacién acerca del origen y evolucién de las cuatro especies. Los limites taxonémicos y gené- ticos de Cucurbita argyrosperma y C. pepo han sido redefinidos, y las especies silvestres més cercanas a ellas se han clasificado bajo categorias infraespecificas dentro de dichos limites. Los Los autores de este capitulo son R. Lira Sade (Herbario Nacional de México, México D.F., México), y S. Montes Hernandez (GIFAP, SARH, Celaya, Guanajuato, México). 61 Cucurbitas (Cucurbita spp.) resultados de estas investigaciones han desperta- do ciertas dudas sobre el origen mesoamericano de C. ficifolia y C. moschata, tan repetidamente propuesto en muchas publicaciones. Cucurbita argyrosperma Nombre boténico: Cucurbita argyrosperma Huber Familia: Curcubitéceas Nombres comunes: castellano: calabaza, calabaza pinta, ealabaza pipiana (México), pipién (México, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica), saquil, pipitoria (Guatemala); inglés: cushaw (Estados Unidos). Origen, domesticacién y expansién Cucurbita argyrosperma es una de tas especies cultivadas del género més profundamente estudiada en los tltimos afios, Presenta dos sub- especies: Arayrosperma, formada por cuatro variedades —argyrosperma, callicarpa, stenosperma y pal- mieri— tres de las cuales incluyen a todos los tipos cultivados, mientras que la cuarta corres pond a poblaciones espontaneas del noroeste de México, generalmente conocidas bajo el nombre Cucurbita palmieri LH. Bailey. Sororia, que comprende poblaciones silvestres con amplia distribucién desde México hasta Nicaragua, descritas originalmente bajo el nom- bre C. sororia L.H. Bailey. Esta subespecie ha sido designada como el ancestro silvestre del grupo. 62. De acuerdo con Ia edad de Jos restos arqueol6- gicos hasta ahora encontrados, se ha sugerido que la domesticaci6n de C. argyrosperma debi Ile- varse a cabo en el sur de México hace més de 7 000 afios. Las caracteristicas que més se trasformaron en el proceso de domesticacién de la ssp. argyras- perma fueron, al igual que en otros cultivos, principalmente aquellas relacionadas con su ma- ina nejoy preferencias de uso: por ejemplo, ger forme, reduccién en tama- fio y abundancia de tricomas, aumento de tamafio de partes u érganos utilizados, como frutos y semillas, y disminucién del sabor amargo de la pulpa. Se considera que la var.argyrosperma es la menos especializada o primitiva del grupo, y que Ja var. callicarpa, la mas reciente 0 especia- lizada. La existencia de diferentes grados de variacién en las partes de importancia alimenticia de las tres variedades cultivadas del complejo argyrosper- ci6n relativamente u ‘ma sugiere una fuerte asociacién con los intereses del hombre. El tamafio relativamente mayor de las semillas de la var. argyrosperma indica que fue seleccionada principalmente para la obten- ci6n de semillas, mientras que la mayor diversi- dad de formas, colores y tamafio de los frutos y semillas de las var. stenosperma y callicarpa indican que la selecci6n tuvo un doble propésito: Ja obtencién de pulpa y semillas. A diferencia de lo que ocurre con el resto de las especies cultivadas de Cucurbita, los datos acer- cade la difusién extraamericana de las variedades cultivadas de Cucurbita argyrosperma son muy escasos, no se tiene la certeza de que alguna vez haya sido cultivada en el Viejo Mundo o aun fuera de su area general de domesticacién. En América del Sur se cultiva en el Peri y Argentina, aunque parece ser que se trata de introducciones muy recientes de algunos cultiva- res que pueden ser ubicados dentro de Ia var callicarpa, En los Estados Unidos algunos culti- Cuctrbitas vares de la var. callicarpa se cultivan a muy baja escala con fines alimenticios, y un cultivar de la var. argyrosperma, ‘Silver Seed Gourd”, se culti- va ocasionalmente como una curiosidad horticola, Las razones de la escasa difusién a nivel mun- dial de esta especie son desconocidas y sorpren- dentes, principalmente por la baja calidad de la pulpa, comparadaconladeC. moschataoC. pepo, y por las dimensiones de las semillas de todas las variedades cultivadas, que pudieron resultar airactivas para los primeros europeos que las conocieron. Usos y valor nutritive En toda su drea de distribucién, las flores, tallos {j6venes, frutos tiemos y frutos maduros se consu- ‘men como verdura, Los frutos maduros raramen- te se emplean para la claboraci6n de dulces, y mas frecuentemente se utilizan como forraje para ga- nado y aves de corral. Las semillas se consumen enteras, asadas, tostadas 0 molidas, y constituyen el principal ingrediente de salsas usadas para la elaboracién de diferentes guisos (por ejemplo, pipién, mole verde, etc.). Las semillas son el producto més importante, principalmente por su allo contenido de aceite (39 por ciento) y proteina, (44 porciento), y suconsumoenz México y otros pafses de América Central es nas urbanas de bastante comin. En algunas regiones de México, las semillas y inmaturos de taxones silves- tres se emplean como alimento; estos tiltimo: consumen después de ser lavados y hervidos varias veces, para quitarles el sabor amargo que les confieren las cucurbitacinas presentes en la. pulpa y las placentas, mientras que las semillas s6lo son lavadas, aderezadas con sal y asadas 0 tostadas. en también los fruto: En la peninsula de Yucatén, los campe- sinos usan la pulpa de los frutos de las variedades cultivadas para curar quemaduras, llagas y erup- ciones de la piel, mientras que las semillas son Cultivo marginados: otra perspectiva de 1492 63 FIGURA 5 Cuctirbitas mesoamericanes: A. Cucurbita argyrosperma, At. hoja; A2 trulos;A3, semila;B, Cucurbita pepos 81. hoje; B2.futos; 83. semila; C. Cuburbita moschata; C1. hoja; C2. utos; C3. semilla; D. Cucurbita iiflle; Di. hojas D2. futas; D3. semi, preparadas con agua y usadas como antihelmi- tico y para estimular la produccién de leche materna, Descripcién boténica Plantas rastreras o trepadoras, monoicas, de ve~ fosas a pubescentes, en ocasiones hirsutas, con tricomas cortos, rfgidos, algo engrosados y pun- zantes, Races fibrosas; tallos ligeramente angu- Josos. Hojas con pecfolos de hasta 30 em, ovado- cordadas, de 10-30 x 15-40 em, con manchas blancas, en niimero de 3-5, lobuladas; Iébulos triangulares a elipticos; margenes denticulados a serrado-denticulados. 2-4 zarcillos ramificados. Flores pentémeras, solitarias, axilares. Flores ‘masculinas en pedicelos de 10-20 em; eéliz cam- panulado, de 5-20 x 8-25 mm, sépalos linear- lanceolados a raramente folidéceos, de 10-35 mm de largo; corola tubular-campanulada, ama- rilla a anaranjada,de6-12 cmdelargo,con 5 16- bulos hasta un tercio de su longitud total; 3 estam- bres. Flores femeninas sobre pediinculos robus- tos de 2-3,5 cm; ovario globoso, ovaide-elfptico botuliforme o piriforme, multilocular; cdliz redu- cido y corola algo m linas; 3 estigmas, Frutos piriformes cortos o lar- gos y rectos oencorvadosen la parte mas delgada, de 11-50 em de largo; cAscara rigida, lisa a leve- ‘mente costada, blanca con franjas verdes longitu- dinales reticuladas a totalmente blancas, pulpa blanca, amarilla o anaranjada, semillas elipticas, ligeramente infladas, de 15-30 x 8-16 mm, de testa blanca, lisa y suave. is grande que en las mascu- Aspectos ecoldgicos y fitogeograficos Las tres variedades cultivadas de C. argyrasper- ‘ma se encuentran en una gama de altitudes relati- vamente amplia (0-1 800 m), generalmente en zonas de clima célido y algo seco © con una estacin de luvias bien delimitada. Esta especie no es tolerante a temperaturas muy bajas, 1o que limita su cultivo a las altitudes mencionadas. Cada variedad cultivada presenta un modelo de distribucién mas o menos definido, aunque exis- ten algunas zonas donde pueden encontrarse dos variedades que se cultivan simutténeamente. En México la var. argyrosperma se cultiva en la vertiente del Golfo (Tamaulipas, San Luis Potosi, Puebla, Veracruz, Tabasco, Chiapas y ‘Yucatin); en América Central ha sido registrada en Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamé. La var. callicarpa se encuentra principalmente en la vertiente del Pacifico, desde el suroeste de los Estados Unidos, hastael centro de México (Sono- ra, Sinaloa, Chihuahua, Zacatecas, Guanajuato, Nayarit y Jalisco). La var. stenosperma es endé- mica de México, y se cultiva en los estados del centro y sur-suroeste (Guerrero, Morelos, Michoacdn y Oaxaca), y en algunas zonas de la vertiente del Golfo (Veracruz y Yucatén). Diversidad genética Limites del acervo genético. El conocimiento de las relaciones genéticas de C. argyrosperma tes taxonémicos, han ampliadoconsiderablemente elacervo genético de la especie. En éste se incli- yen las razas locales de las variedades culti enel suroeste de Estados Unidos, México y Amé- rica Central, los dos taxones silvestres del com- plejo (var. palmieri y ssp. sororia), y en Estados Unidos, ‘Green Striped Cushaw’, ‘White Cushaw’, ‘Magdalena Striped’, ‘Papago’, ‘Silver Seed Gourd’, “Japanese Pie’, ‘Hopi’, ‘Taos’, ‘Pa rral Cushaw" y “Veracruz Pepita’ Experimentos de hibridacién de Jos taxones pertenecientes a C. argyrosperma con otros cul- vvados y silvestres del género, y algunas observa- ciones de campo, han revelado que con las espe- cies cultivadas, C. moschata es la que presenta el ‘mayor grado de compatibilidad, En un segundo nivel de compatibilidad estin los taxones adas Culrivos marginados: otra perspeetiva de 1492 cultivados y silvestres de C. pepo, algunos culti- vyares de C. maxima y la especie silvestre perenne C. foetidissima H.B.K. Un tercer grupo esti for- mado por C. lundelliana L.H. Bailey y C, marii- nezii L.H. Bailey, con las que los cruzamientos s6lo produjeron frutos sin semillas viables, El cuarto y tiltimo grupo incluye especies perennes C. pedatifolia LLM. Bailey, C. digitata A. Gray sensu lato y C. radicans Naudin, con las que solo se han logrado obtener unos cuuantos frutos, pero en general sin semillas viabies. Las especies silvestres que han mostrado algiin nivel de compatibilidad con los taxones del com- plejo C. argyrosperma poseen genes de resisten- cia a algunas enfermedades virales de gran inci- dencia en las especies cultivadas. No obstante, se deberén superar algunos obst- culosantesde llevaracabo con éxito un programa de fitomejoramiento que incluya a todos estos taxones, en razé6n de dos aspectos relativos a los cruzamientos interespectficos: + nosiempre produjeron hibridos con semillas viables; + cuando se obtuvo algiin éxito, ta planta re- ceptora del polen siempre era del complejo C.argyrosperma,y en el caso de las especies de los dos ditimos grupos, siempre se trat6 de la var. palmieri o de la ssp. sororia. Colecciones de germoplasma, Las colecciones de germoplasma no son tan escasas para Ios taxones cultivados, pero son muy deficientes para los silvestres; Ia mayor parte de las accesiones proceden de México, y se encuentran depositadas enel banco de germoplasma del CIFAP en Méxi co y del USDA en Estados Unidos. Practicas de cultivo Las variedades cultivadas de Cucurbita argyros- de agriculuura tradicional de temporal, y se siembran al inicio de la época de Iluvias (mayo-junio). Bl perfodo de perma se manejan en tos sistema 65 desarrollo de estas variedades es de 5-7 meses; los frutes tiernos para verdura se cosechan aproximadamente a los 3 meses de haberse sem- brado, mientras que los maduros para semilla entre octubre y diciembre, En la regién de Mixe, en el estado de Oaxaca, la var. stenosperma también se cultiva en época de sequia en terrenos Hamados de humedad. Esta préctica se registra asimismo en algunas partes del estado de Sonora, al noroeste de México, donde algunos cultivares de la var. callicarpa pueden ser cultivados 6poca de sequia, pero siempre con el auxilio del riego, lo que asegura Ia produccién durante todo el aiio, en La tinica forma de propagaciénes la siembra de semilla, que se realiza junto con algunos de los cultivos tradicionales de este modelo de agricul- tura matz, frijoles y otras especies de Cucurbita). En algunas regiones de Yucatan, Quintana Roo y Oaxaca, es frecuente que Is C. argyrosperma sean las primeras en ser plantadas en las milpas. La siembra se realiza poco antes del inicio de las lluvias y de la siembra de los otros cultivos asociados. En algunas localidades de Yucatén, la siembra se realiza muy pronto, al dfa siguiente de haber hecho la tradicional quema del rastrojo del culti- millas de vo anterior, y mucho antes de las primeras Huvias y de la siembra de los otros cultivos asociados, El objetivo es prevenir el desarrollo de malezas que afectarfan a la produccién de las restantes especies cultivadas en la milpa, aprovechando la rapidez de crecimiento y cobertura que aleanza esta especie, Este tipo de pricticas indica que las semillas de C. argyrosperma estén totalmente adaptadas en esas tegiones y germinan aun en condiciones de poca humedad. A diferencia de otras especies cultivadas del género, es menos frecuente encontrar variedades, del complejo argyrosperma en huertos o solares, asociadas a otras especies o en pequefias explota- ciones agricolas. 66, Cucurbita pepo Nombre boténico: Cucurbita pepo Familia: Cucurbitéceas Nombres comunes: castellano: (México), giticoy (Guatemala) calabaza Origen, domesticacién y expansion De acuerdo con los registros arqueolégicos, C. pepo parece ser una de las primeras especies domesticadas. Los restos mas antiguos se han encontrado en México, en el valle de Oaxaca (8750 a.C.-700 d.C.) y en las cuevas de Ocampo, Tamaulipas (7000-5000 a.C.). Su presencia en Estados Unidos es también muy antigua, tal como lo indican los registros en Missouri (4000 a.C.) y Mississippi (1400 a.C.), Estaespecie pudo haber- se domesticado cuando menos en dos ocasiones y regiones diferentes: en México y el este de Esta- dos Unidos, teniendo en cada caso como posibles progenitores aC. fraterna y C. texana respectiva- mente, Se conocen ocho grupos de cultivares comestibles de C. pepe = ‘Pumpkin’ (Cucurbita pepo L. var. pepoL.H. Bailey) incluye cultivares de plantas rastre- ras que producen frutos esféricos, ovales u oblados y redondeados o planos en los extre- mos, Los frutos deeste grupo se cultivan para ser consumidos al madurar y algunos son empleados como forraje. * ‘Scallop’ (C. pepo L. var. clypeata Alefeld) son de habito subarbustivo, los frutos aplana- dos a casi discoidales y con ondulaciones 0 mérgenes ecuatoriales, y se consumen en estado inmaturo, + ‘Acorn’ (C. pepo L. var. turbinata Paris),son plantas tanto arbustivas como rastreras, con frutos obovoides 0 cénicos, agudos en el pice y Iongitudinalmente costado-acanala- dos. Laciiscaraes suave, por lo que sus frutos puedlen ser consumidos en estado maduro. + ‘Crookneck’ (C. pepo L. var. torticollia Ale- feld), de tipo arbustivo, con frutos de color Cuetirbitas amarillo, dorado 0 blanco, claviformes y curveados en el extremo distal 0 apical, y generalmente de céscara verrucosa, Se con- sumen inmaturos puesto que la céscara y la pulp: + ‘Straightneck’ (C. pepo L. var. recticollis Paris), plantas arbustivas y frutos de amari- llos a dorados y de céscara verrucosa simila- res a los del grupo anterior. + ‘Vegetable Marrow" (C. pepo L. vat. fastiga- 1a Paris), habito rastrero como subarbustivo y frutos cortamente cilindricos, ligeramente més ensanchados en el pice, con la cé lisa, endurecida y engrosada al madurar y de color variable desde crema hasta verde oscuro. + ‘Cocozzelle’ (C. pepo L. vat. longa Paris), frutos cilindrico-alargados, delgados y lige- ramente bulbosos en el pice; se consumen en estado inmaturo y entre los més comunes esté el llamado propiamente ‘Cocozzelle’. + ‘Zucchini (C. pepo L. var. cylindrica Patis), grupo de cultivares comerciales més comin en Ia actuatidad; igual que el anterior, ef grupo ‘Zucchini’ tiene una fuerte afinidad con el grupo ‘Vegetable Marrow’ y su origen es también reciente (siglo xix). Plantas gene- ralmente de hiibito subarbustivo y frutos ci- lindricos, nada o s6lo muy ligeramente en- sanchados en el pice, que se consumen como verdura en estado inmaturo. En cuanto a los cultivares tradicionales, es comin que en un simple campo de cultivo los campesinos mesoamericanos manejen una buena representacién de cultivares con rasgos similares alos que aqui se reconocen como espeefficos de cada uno de los grupos comerciales. Auin queda por resolver el origen de los cultivares nativos del rea maya, en las zonas medias y bajas de Chiapas y la penfnsula de Yucatén. Estos cultivares de frutos sin costillas no tan pronunciadas y semi- las més bien redondas y ovales se cultivan desde endurecen en la madurez, ara Cultivo marginados: otra perspectiva de 1492 casi el nivel del mar hasta menos de 1 800 m. Cucurbita pepo es posiblemente la especie cuya difusi6n hacia fuera de América esta mejor documentada; se sabe que algunos cultivares Hle- garon a Europa aproximadamente medio siglo después de 1492, ¢ incluso se dice que otros mas se originaron en ese continente. En contraste con esta antigua presencia de C. pepo en el Viejo Mundo, parece ser que su legada a América del ‘Suresmuy reciente. En aactualidad, los frutos de algunos cultivares (por ejemplo, ‘Zucchini’ y *Cocozzelle”) representan un aporte alimenticio y comercial comiin a diversas regiones del mundo. Usos y valor nutritive Al igual que las otras especies cultivadas del género, los frutos maduros o tiemos y las semillas de Cucurbita pepo, y en menor grado las flores y las puntas tiernas de los tallos, se consumen en muchas partes dentro de su érea de distribucién nativa y en otras regiones del mundo. El aporte de nutrientes es similar al descrito para las otras especies cultivadas. Descripeién boténica Plantas rastreras, compactas o subarbustivas, anua- les, monoit chamente ovado-cordadas a triangular-cordadas, de 20-30 x 20-35 cm, con o sin manchas blancas, a menudo profundamente 3-5 lobuladas; mérge- nes denticulados a serrado-denticutados. Zarci- los con 2-6 ramillas o simples y poco desarrolla dos en los tipos subarbustivos. Flores pentéme- ; pubescente-escabrosas. Hojas an- ras, solitarias, axilares, las masculinas con pedi- celos de 7-20 em de largo, céliz.campanulado de 9-12 mm, sépalos lineares, de 12-25 x 1-2 mm; corola tubular-campanulada, de 5-10 em de lar- 20, 5 dividida hasta un tercio o més de su longi- tud; 3 estambres. Flores femeninas con pedicelos robustos, suleados, de 2-5 em; ovario globoso, oblado, ovoide, cilindrico, raramente pitiforme, liso, costado o verrucoso, multilocular; céliz muy reducido, Frutos de tamafo muy variable y for- mas diversas, suave a fuertemente costillados, con frecuencia verrucosos, raramente lisos, cés- cara rigida, de coloracién diversa, verde claro a oscuro, liso. diminutamente moteadaencremao verde contrastando con amarillo, anaranjado 0 bicolor; pulpa crema a amarillenta o anaranjada pélida, de suave y no amarga a fibrosa y amarga, semillas numerosas, angostamente o anchamente elipticas araramente orbiculares, levemente com- primidas, de 3-20 x 4-12 mm. Aspectos ecoldgicos y fitogeograficos De manera tradicional, Cucurbita pepo se cultiva desde América del Norte a América Central y en alguna ralmente se dice que es un cultivo de zonas altas. Estaespecie, al gual que C. moschata,abarcauna gama de altitudes bastante amplia. En México existen variedades nativas que crecen desde muy partes de América del Sur; aunque gene- cerca del nivel del mar y en climas semisecos, como el llamado ‘tsol’ en Yucatin, hasta otras que se cultivan a altitudes mayores.a os 2 000 m, ‘como los llamados “giliches’ en Oaxaca. En Gua- temala, los cultivares nativos Ilamados comin- mente ‘giticoy’, se cultivan por encima de los 1.000 m, mientras que los ‘tsol’ se siembran en las partes bajas y célido-himedas del Petén a menos de 500 m de altitud. Diversidad genética Limites del acervo genético, El acervo genético primario de C. pepo esté conformado por los grupos de cultivares comestibles (ssp. pepo) Y ‘omamentales (ssp. ovifera), asf como taxones silvestres (C. fraterna y C. texana), Existe una gran cantidad de cultivares comer- ciales con caracteristicas particulares que, junto las llamadas variedades locales cultivadas prinei- palmenteen México, constituyen un acervo gené- tico extraordinario. Sin embargo, en contraste con otras especies, esta diversidad no representa una fuente importante de genes de resistencia a plagas y enfermedades, pues C. pepo (incluyen- do C. texana), es probablemente la especie que presenta una mayor susceptibilidad a las més importantes enfermedades virales que alacan a las especies cultivadas de Cucurbita. Las especies que pudieran representar un acer Yo genético secundario son escasas, pues la ma- yorparte de los intentos de hibridizar C. pepo con otras especies silvestres o cultivadas ha requerido de técnicas especiales como el cultivo de embrio- nes; no obstante, se han obtenido buenos resulta- dos en materia de hibridacién en México y en Estados Unidos. Colecciones de germoplasma. Los datos obteni- dosa partir delos bancos de germoplasma indican que C. pepo es la segunda especie del género con mayor nimero de accesiones (1 135). Sin embar- g0, esto se refiere solamente a formas cultivadas y comestibles, puesto que las conespondientes a los dos parientes silvestres mas cercanos son muy escasas y, de hecho, las de C. fraterna fueron izadas muy recientemente. Los bancos de germoplasma con mejor representaci6n para los cultivares de C. pepo son los de Estados Unidos, México y Co rea a Rica. Practicas de cultivo En su Grea de distribucién nativa, C. pepo es cultivada tanto en milpas y huertos como en otros sistemas de manejo més intensivo. En el primer caso, sela asociacon mats, frijol y/o conunaatres de las otras especies cultivadas de Cucurbita, mientras que en el segundo sistema puede encor arse cultivada en parcelas o grupos pequefios, s. En las plantaciones comerciales se encuentra general- mente como monocultivo ocupando superficies de tamatio variable. En la regiGn de la Mixteca Alta, México, parti- cularmente en San Andrés Lagunas, se han en- generalmente asociada a otras hortali Cuetrbitas contrado algunas variantes locales que se mane jan en dos diferentes condiciones y épocas. Una de éstas es conocida como ‘calabaza de tempo- ral’; se cultiva en terrenos pedregosos, general- mente con abundantes afloramientos de rocas calizas y comtinmente con poco suelo, que cons tituyen terrenos secos. La siembra se realiza en los meses de abril-mayo, dependiendo de la apa- rici6n de las primeras tluvias, y la cosecha de frutos maduros corresponde a los meses de octu- bre-noviembre. La otrase conoce como ‘calabaza de cajete’; se cultiva en terenos denominados de cajete, muy planos y hiimedos, ubicados en pequeni ‘mente ocupados por lagos. En esta forma se jembra al inicio de la época ma (febrero 0 marzo) y la cosecha de frutos maduros se realiza entre julio y septiembre. En Yucatén se cultivala variedad ‘tsol’ o*men- sejo’, generalmente en huertos o en sistemas de manejo intensivo como los llamados conucos y pachpakal, y muy raramente en milpas, Se trata de una vatiedad de ciclo breve; la siembra se hace aproximadamente 15-20 dfas después del ini de la temporadi de Muvias (mayo-junio} s valles que se dice estuvieron antigua seca del aio 0 los frutos inmaturos para verdura son cosechados descie el mes de agosto, mientras que los maduros estén disponibles entre septiembre y octubre, Perspectivas de mejora Las tres especies de Cucurbita, C.argyrosperma, C. moschata y C. pepo, se complementan en sus freas naturales de producci6n, que van desde 0.2000. m en su regidn de origen. En ésta es necesario intensificar la evaluaci6n de los culti- vares prim ‘0s, ¥ usar su germoplasma en el desarrollo de nuevos cultivares de mayor produc- tividad y valor alimentici . 0 con resistencia a enfermedades, especialmente las producidas por virus. Hay también, como ya se mostré para algunas especies, variedades locales que difieren en la época de produccisin, El uso directo della Cultivos marginados: oa perspectiva de 1492 © de los genes que determinan esa caracterfstica, permitirén ampliar el tiempo en que estén disponi- bles en los mercados, Es urgente recolectar el germoplasma de las ‘cuatro especies dle Cucurbita en su area de disper- si6n natural. También loes el introducir variedades presentes en otras dreas, como las de C. moschata que se encuentran en Africa, de alto contenido en caroteno, e incorporarlas a programas de mejora genitica, La expansion del consumo, local o de exporta- cidn, requiere caracteristicas de los frutos favora- bles al trasporte y almacenamiento, Existe una amplia diversidad que puede utilizarse para produ- cir variedades superiores. Curcubita ofrece posibles nuevos usos 0 usos Asintensivos que se pueden difundir. Unodeellos es la preparacisn de purés 0 alimentos similares, para fo que se contaria con un acervo genético muy extenso a fin de fijar caracteristicas organolépticas onutticionales, que den un producto superioral que se consigue en los mercados, procedente de otras, plantas. Se debe explorar igualmente la posibilidad de incrementarel uso de tallos jévenes, que son la parte de la planta con mayor valor alimenticio por su contenido en aminodcidos y vitaminas. Incluso se podrian crear variedades que produzean més follaje para este propésito. Elusode las semillas como fruto seco es corrien- teenciertas éreas de Mesoameérica, y casi descono- cido en otras. Las semillas son una buena fuente de proteinay aceites,y se debe explorarsu preparacién industrial y comercializacién. tin es mucho lo que queda por hacer en térmi- nos derecoleecién, conservacién, evaluacién y uso de las variedades regionales o locales. Estas tareas son factibles, pues la diversidad de estos cultivos atin est4 presente en las comunidades rurales del ‘Nuevo Mundo. No se debe dejar pasar la oportuni- dad de aprovechar esos materiales para producir variedades superiores y conservar sti germoplas- ‘ma para una utilizaci6n Futura. mi 69 Cucurbita moschata Nombre botdnico: Cucurbita moschata (Duchesne ex Lam.) Duchesne ex Poir. Familia: Cucurbitéceas. Nombres comunes: néhuatl: tamalayota (México, Colombia (Guerrero); castellan calabaza (México), ayote (GuatemalaaCosta Rica), auyama (Panaméa Venezuela), zapallo (Ecuador, Peri), joko (Bolivia). Origen, domesticacién y expansién Se pens6 que, al igual que Cucurbita ficifolia, también C. maschata tenia origen asidtico. Sin embargo, hoy dfa es evidente que se trata de una especie domesticada en América Latina, aunque no estd todavia claro cual fue el drea precisa de domesticacién de una y de otra. En numerosas cocasiones se ha sefialado que se situé en Meso- américa, y en otras en América del Sur, mas espectficamente con centro de origen en Colom- bia. Los vestigios disponibles son sin duda difici- les de interpretar. Los restos arqueolégicos més ‘antiguos de esta especie fueron encontrados en el noroeste de México (cuevas de Ocampo, Tamau- lipas, y datan de 4900-3500 a.C.). También se conocen restos en el norte de Belice y en Tikal, ‘Guatemala (2000 a.C.-850 d.C.) y en Huaca Prie- ta, Pert (3000 a.C.). El andlisis electroforético de isoenzimas no ha aportado pruebas importantes. No obstante, ha permitido reafirmar la fuerte relacién entre esta especie y los taxones del grupo C. argyrosperma. Los indicios lingitisticos tampoco son muy claros; Cucurbita moschata es conocidacon nom- bres nativos tanto en la regién mesoamericana (principalmente en México), como en América del Sur, lo que por otra parte, apoya Ia observa- cién de que ambas regiones corresponden a dos centros de diversificacién de este cultivo. La variacion de C. moschata tampoco parece ser un factor que permita sugerir ninguna regién en particular como centro de origen, pues esta especie es sumamente variable en la morfologia de sus frutos y semillas. La distribucién geografica de los restos ar- queolégicosconocidos de C. moschata indican que esta especie se cultiva desde hace més de 5 000- 6.000 affos. Su difusién hacia otros paises, tanto dentro de América Latina como fueradel continen- te, fue seguramente muy temprana; as Io indica la existencia de la variedad llamada Seminole Pum- pkin, cultivada desde tiempos precolombinos por grupos indigenas de Florida, Estados Unidos, y también su presencia en ilustraciones botdnicas del siglo xvu. Una difusién tan temprana debié haber sido muy continua e intensa, ya que en la Gitima década del siglo x0x, la especie se cultivaba en India, Java, Angola y Japén. Usos y valor nutritivo En la mayor parte del érea nativa de C. moschata, sus flores, tallos j6venes, frutos tiernos y frutos maduros son consumidos como verdura, Estos iiltimos, adem: nmente empleados para laclaboracién de dulces, y como forraje. Las semillas son consumidas enteras, asadas 0 tosta- das, y molidas en diferentes guisos. Presentan s, son com! altos contenidos de aceites y proteinas (similares alos observadosen C. ar; mo en zonas urbanas también es bastante comtin, yrosperma) y suconsu- Descripcién botdnica Plantas rastrerasa repadoras, herbéceas, anuales, monoicas, suave y densamente pubescentes, con tricomas cortos y largos uniseriados: épices vege- tativos caulinares mds 0 menos refiejos. Tallos ligeramente angulosos. Hojas con pecfolos de 30 o mds centimetros, anchamente ovado-cordadas asuborbiculares, de 20-25 x 2: chas blanc: }-30 cm, con man- , ligeramente 3-5 lobadas, Isbulos ovados o triangulares, Spice obtuso, cortamente apiculado, mérgenes serrado-denticulados. 3-5 zarcillos ramificados. Flores pentémeras, solita- rias, axilares. Flores masculinas con pedicelos de Cuctirbitas 16-18 cm; céliz muy breve, anchamente campa- nulado a pateriforme, expandido 0 folidceo hacia el épice, de 5-13,5 cm de largo, 5 dividida hasta un fercio de su longitud. Flores femeninas con pedicelos gruesos de 3-8.cm de largo; ovario, globoso, ovoide, oblado, cilindrico, piriforme, cOnico, turbinado; cétiz muy reducide y sépalos més frecuentemente, folidceos que en las mascu- lings, de hasta 7,5 em de largo, estilo engrosado, 3estigmas, lobados. Frutos de tamafiomuy varia- ble y formas diversas, cons: lisos 0 con costillas redondeadas, raramente ve~ rrucosos 0 granulosos, céscara tan engrosada y durable como suave y lisa, de coloracién muy variable, verde claro a verde oscuro uniforme 0 con manchas crema, pardo claras a oscuras, hasta completamente blancas; pulpa anaranjada clara 0 brillante a verdosa, de ligera a muy dulce, suave y generalmente no fibrosa; semillas numerosas, ovado-elipticas, de 8-21 x 5-1 mm, de superficie blanquecino amarillenta. rvando las del ovario, Aspectos ecolégicos y fitogeogréficos En la literatura boténica se seffala que C. moscha- a se cultiva principalmente en zonas de baja altitud y clima cétido con alta humedad. Sin embargo, aunque es cierto que esta especie se cultiva preferentemente dentro de dichos limites, éstos no parecen ser tan estrictos, pues reciente- mente se han encontrado variantes a més de 2.200 m, en Oaxaca, México. Diversidad genética Limites del acervo genético, \-a amplia gama de altitudes en que C. moschata se cultiva dentro del continente americano, la notable diversidad mor- foldgica de sus semitlas y frutos (colores, formas, grosores y durabilidad de la cascara del fruto), la existencia de variedades con ciclos de vida de diferente duracién, asi como la de numerosos cultivares desarrollados en otras partes del mun- do y de vari ick sdades locales con caracteristicas Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 agronémicassobresalientes, indicanclaramenteque Ja variacién genética de esta especie es vastisima, Bjemplos de algunas variedades regionales interesantes para América Latina son las existentes en la penfnsula de Yucatén (y posiblemente en otras regiones de América Latina), con dos ciclos de vida de diferente duraci6n, asi como también lascultivadas en Guanajuato y Chiapas, en las que recientemente se ha encontrado resistencia a algunas enfermedades virales. Dentro de las primeras, es de gran interés la de ciclo corto cultivadacomiinmenteen loshuertos mayas, pues de ella seguramente se derivé la variedad més importante a nivel comercial en la regi6n; en cuanto a las segundas, cabe sefialar que actual- menie estén siendo empleadas en programas de mejora genética, Respecto alas fuentes de variaci6n que presen- tan los cultivares de C. moschata desarrollados fuera de su drea de origen, el mejor ejemplo es el de un cultivar nativo de Nigeria que representa la fuente Gnicade resistencia a ciertasenfermedades virales. Las posibilidades de hibridizacién que ha mostrado C. moschata con otras especies cultiva- das (por ejemplo, C. maxima) permiten afirmar perspectivas respecto a la mejora de estos cultivos. tra parte del acervo genético de C. moschara son los numerosos cultivares comerciales que se han desarrollado principalmente en Ios Estados Unidos y en menor medida en Brasil. Entre ellos destacan ‘Butternut Squash’, ‘Golden Cushaw’, “Large Cheese’, ‘Tennessee Sweet Potato’, ‘Ken- tucky Field’, ‘Menina Brasileira’ y otros. Algu- nos de estos cultivares comerciales también pre- sentan diferentes niveles de resistenci ceptibilidad a ciertas enfermedades, lo que es indicativo de la gran variacién genética de esta que existen buen: ylo sus- especie. Colecciones de germoplasma. Cucurbita mos- chata es la especie de Cucurbita mejor represen- a tada en los bancos genéticos de América, donde se hallan depositadas més de 2 000 accesiones, Estas proceden principalmente de México y América Central, y en menor grado de América del Sur y otras regiones del mundo. Las accesio- nes més importantes son las de Estados Unidos y Costa Rica. En su totalidad corresponden a mate- riales americanos, principalmente de América Central. Por su parte, la coleccién del CIFAP en México es posiblemente la més representativa de a variacién de la especie en ese pats. Practicas de cultivo Las diferentes variantes de Cucurbita moschata se manejan en sistemas de agricultura tradicional de temporal. Es posible encontrar variedades cul- tiyadas en las milpas, asociadas con matz, frijol y unao dos especies mas de Cucurbita, oenhuertos y otros espacios agricolas de manejo més intensi- vo, donde se cultiva sola o asociada a otras espe- cies. La siembra se realiza al inicio de la época de Iluvias, y el perfodo de desarrollo es de aproxima- damente 5-7 meses, aunque existen variedades de ciclo muy breve (3-4 meses) como las menciona- das de la peninsula de Yucatan. En las variedades de ciclo largo, los frutos tiernos para verdura se cosechan aproximadamente a los 3 meses de haberse realizado ta siembra, mientras que los maduros para semilla se cosechan principalmente entre el sexto y séptimo mes. En la regiGn Mixe y otras del estado de Oaxaca, C. moschata también se cultiva en Ia época fifa y seca del afio en terrenos que logran conservar la humedad. Esto mismo se practica con ayuda del riego en algunas partes del estado de Sonora y también se ha observado en algunas variedades de ciclo corto, cultivadas con fines comerciales en la peninsula de Yucatén, en suelos hiimedos 0 usando substratos poco comunes (bagazo de fi- bras de henequén) y con ayuda de riego. Es probable que el cultivo de variedades como las descritas, y posiblemente otras més, sea mais Cuctirbiras comiin en el continente americano de lo que se piensa 0 se conoce, Existen antiguas referencias de una notable variacién en Colombia, pero su situacién actual ha de ser debidamente documen- tada y evaluada. Cucurbita ficifolia Nombre boténico: Bouché. Familia: Cucurbitéceas. Nombres comunes: néhuatl: chilacayote (México Guatemala); castellano: lacayote (Peri, Bolivia, Argentina), chiverri (Hondu- 14s, Costa Rica), victoria (Colombia); inglés: fig leaf squash, Malabar gourd. Cucurbita ficifolia Origen, domesticacién y expansién ‘A finales del siglo pasado y a principios del actual, algunos autores sugerian un origen asiético para Cucurbita ficifolic; desde mediados del presente siglo existe consenso respecto a que se trata de un cultivode origen americano, No obstante, su centro de origen y domesticaci6n son todavia desconoci- dos, Algunos autores han propuesto como lugares de origen América Central o el sur de México, mientras que otros sugieren América del Sur, y mas miticos no han podido ratificar el origen mexicano sugerido por la difusién en toda América de nom- bres comunes derivados del néhuatl. Los vestigios arqueolégicos apuntan a un or gen sudamericano, pues los restos més antiguos son peruanos. La biosistemdtica tampoco ha po- dido confirmar esta hipétesis. Los intentos de obtener hibridos mds alli de Ia primera generacién con las otras cuatro especies cultivadas también han fallado, y los pocos resulta- dos obtenidos han requerido el uso de téenicas especiales como el cultivo de embriones. Estos resultados han sido corroborados por otros estudios que evidencian que C. ficifolia presenta notables diferencias de tipo isoenzimético y cromosémico respecto a todos los taxones del género. El reciente descubrimiento de que Peponapis «atrata no pasece ser un polinizador especitico de C. ficifolia, amén de las observaciones preceden- tes, han conducido a proponer que el ancestro silvestre de Cucurbita ficifolia pudiera corres- ponder a una especie atin no descubierta cuyo habitat seréa posiblemente ta regisn oriental de los Andes. Por ello, la eventualidad de usar espe~ cies silvestres (0 cultivadas) en futuros progra- mas de mejora genética de este cultivo, y su empleo en la mejora de otras especies cultivadas del género es atin remota. La importancia de dichos programas reside en que se han identifica- do colecciones resistentes 0 totalmente inmunes: al ataque de diferentes virus, que afectan severa- mente a otras especies cultivadas. La extensién del cultivo de Cucurbita ficifolia barca desde el norte de México hasta Argentina y Chile. Su difusin a Europa (Francia y Portugal, por ejemplo) y Asia (India), se inci6 segtin parece en Ios siglos xvi-xvut, cuando sus frutos Ilegaron al Viejo Mundo desde América del Sur y la India. Desde entonces, su cultivo se ha extendido a muchas otras partes del mundo (Alemania, Fran- cia, Japén y Filipinas). Usos y valor nutritive Las diferentes partes de las plantas de Cucurbita ficifolia se destinan, en toda el rea de distribu- cin en América, a diversos usos alimenticios. Los frutos inmaturos se consumen hervidos como verdura, mientras que la pulpa de Jos maduros se destina a la elaboracién de dulces y bebidas refrescantes 0 ligeramente alcohdlicas. Las semi- las son también muy apreciadas, y en Chiapas, México, se usan para preparar dulees con miel, conocidos como palanquetas. En algunas regiones de México (y tal vez de otros paises del continente), los tallos jévenes (0 «puntas de las gufas») y las flores también se Cultivos marginados: ota perspectiva de 1492 consumen como verdura cocida, mientras que los frutos maduros son empleados como forraje para animales domésticos; este uso es el ms comin en el Viejo Mundo, donde esta especie ha sido intro- ducida. EI valor nutritivo mas importante se encuentra en las semillas, cuyo consumo representa un aporte considerable de protefnas y aceites. La pulpa de los frutos, por su color blanco, presenta deficiencias en betacarotenos, ademas de una moderada cantidad de carbohidratos y bajo con- tenido en vitaminas y minerales. Investigaciones recientes realizadas en Chile han demostrado que algunas enzimas proteoliti- cas extrafdas de la pulpa de los frutos de C. ficifolia pueden usarse en el tratamiento del agua residual resultante en los procesos de elabo- racién industrial de alimentos derivados del pes- cado. Este descubrimiento es de gran interés, por la reduceién en costos que lograrfan esas indus trias con el uso de enzimas que sustituirian a las que actualmente se importan. En Japén y Alemania, se ha usado como sopor- te 0 portainjertos, para la produccién invernal de pepino (Cucumis sativus L.) en condiciones de invernadero. Descripcién boténica Plantas rastreras o trepadoras, monoicas, anuales, aunque persistentes por un cierto perfodo dando la impresi6n de ser perennes de vida corta, sin rafces engrosadas de reserva; resistentes a bajas temperaturas, pero no # heladas severas; vellosa ‘a suavemente pubescentes, con algunos aguijo- nes cortos y punzantes esparcidos en las partes vegetativas. Cinco tallos vigorosos, ligeramente angulosos. Hojas con pecfolos de 5-25 cm; ovado rdadas a suborbicular-cordadas, con o sin man- cchas blancas en el haz, 3-5 lobuladas, con l6bulos redondeados u obtusos, apiculados, el central m: grande que los laterales, margenes denticulados. 3-4 zarcillos ramificados. Flores pentémeras, s0- 73 litarias, axilares. Flores masculinas largamente pediceladas; céliz campanulado, de 5-10 mm de largo y casi igual de ancho, sépalos lineares, de 5- 15 x 1-2 mm; corola tubular-campanulada algo ensanchada hacia la base, de 6-12 em de largo, amarilla a anaranjado palido, 3 estambres. Flores femeninascon pedsnculosrobustos, de3-5 emde largo; ovario ovoide a eliptico, multilocular; sépa- los ocasionalmente foliéceos y corola algo més grande que en las masculinas; estilo engrosado, 3 estigmas lobados. Frutos globosos 1 ovoide-elip- iicos, con tres modelos de coloracién: + verde claro u oscuro, con o sin rayaso franjas longitudinales blancas hacia el spice; + diminutamente manchados de blanco y vert + blancos o crema; pulpa blanca, dulce; semi- Has ovado-elfpticas comprimidas, de 15-25 x 7-12 mm, pardo oscuras a negras 0 blanco-crema, Aspectos ecolégicos y fitageograficos Cucurbita ficifotia se encuentraampliamente dis- tribuida bajo cultivo desde los | 000 hasta casi los 3.000 m, en pricticamente toda de América Latina, La restriccién del cultivo en las cordilleras zonas de notable altitud es un carécter distintivo de C. ficifolia, respecto a las otras especies culti- vadas del género, queen general pueden creceren un rango mas amplio de condiciones ecolégicas (para C. pepo y C. moschata, desde 8 m hasta 2.300 m). Diversidad genética Limites del acervo genético. Dada la incompati- bilidad reproductiva de C. ficifolia con las otras especies del género, se puede decir que su acervo genético esté limitado a ella misma, Por otra parte, esta especie es mucho menos diversa que last cultivares comerciales. Entre las variaciones morfoldgicas més notables estén la coloracién y el tamafio de sus frutos y semillas. antes cultivadas del género, y no existen 74. Laescasa variacién morfoldgica de esta espe- cie es congruente con la observada a nivel de los patrones de isoenzimas hasta ahora estudiados, Desde el punto de vista agronémico es posible admitir la existencia de cierta diversidad genéti- ca para C. ficifolia, por dos razones: + elhecho de que sea cultivada en una amplia regin geogréfica, cuyas condiciones solo son relativamente uniformes en cuanto a altitud, pero diversas en cuanto a otros fac- lores ecol6gicos locales; + el que sea manejada de manera indistinta, tanto en sistemas agricolas de alta compe- tencis (por ejemplo, milpas de temporal), comoen otros con menorcompetencia oque permiten unmanejorndsintensivo (porejem- plo, milpas cultivadas en épocas de sequia en terrenos de humedad, huertos, solares, etc.). Sin embargo, hasta la fecha ninguno de estos aspectos ha sido evaluado. La productividad, en cuanto al ndimero de frutos y cantidad de semillas por fruto, es otro aspecto que posiblemente refleje la diversidad genética de la especie y que tampoco esté sufi- cientemente documentado. Las observaciones de campo han revelado que algunos frutos de tamafio mediano contienen 500 o mas semillas, y que cada planta puede legar a producir més de 50 firutos, Colecciones de germoplasma, Las accesiones de germoplasma de C. ficifolia son las menos abundantes de todas las existentes para las espe- cies de Cucurbita cultivadas, Ademds son poco representativas de su distribucién geogrifica. 338 accesiones se encuentran en bancos de ger- moplasma de América, que sumadas a otras 82 depositadas en instituciones de pafses fuera del continente, hacen un total de 420, Sin embargo, muchas de estas accesiones corresponden a du- plicados, lo cual reduce su ntimero a cerca de la mitad. Cucitrbitas Practicas de cultivo Cucurbitaficifoliaes palmente en sistemas de agricultura tradicional de temporal, lo cual indica que el inicio de la época de Hluvias corresponde a la época de siem- bbra, mientras que la cosecha abarca desde finales de septiembre (frutos tiemos y flores para verdu- ra) hasta diciembre-enero (frutos maduros para semilla y pulpa). En algunas regiones de México como la Mixteca Alta en Oaxaca, se ha encontra- do que esta especie, ademés de cultivarse durante Ja época de Tluvias en terrenos de temporal, tam- bién se maneja en época de sequfaen terrenos con mayor humedad (valles 0 zon: drenaje ligeramente deficiente). La siembra en ‘e505 casos se realiza en los primeros meses del afloy lacosecha desde la época de la sequia (abril) hasta la correspondiente al verano (mayo-julio). Esto ha permitido asegurar la produccién casi ininterrumpida durante el ait. Lautinica forma de propagaciénes la siembra de semilla, junto a uno de los cultivos tradicionales de este tipo de agricultura (maiz, frijol y otras especies de Cucurbita), 0 bien el cultivo en huer- tos, asociada a otras especies o en monocultivo, un cultivo manejado prinei- con suelos de Los frutos maduros son cosechados y selec nae dos para semilla; pueden ser almacenados por largos periodos (hasta 18-20 meses), y es comin observarlos secdndose en los techos de las casas de los agricultores Bibliogratia Andrés, T.C. 1990, Biosystematics, theories on the origin and breeding potential of Cucurbita ficifolia. En Biology and utilization of the Cucurbitaceae. Bates, D.M., Robinson, RW. y Jeffrey, C., eds, Ithaca. Cornell University Press, pgs. 102-199. Azurdia, C.A. y Gonzéler, M. 1986. Informe final del proyecto de recoleccién de algunos cultivos nativos de Guatemala. Facultad de Agronomia, Universidad de San Carlos, Guatemala, Cultvos marginados: otra perspectiva de 1492 Bailey, L.H. 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Swartz, Familia: Cucurbitéceas, Nombres comunes: ndhuatl: chayote (México, Nicaragua, Costa Rica, Panama); stellano: cidrayota (Colombia), gayota (Peri), huisquil, gliisquil 0 uisquil [México (Chiapas), Guatemala, El Salvador], papa del aire, cayota (Argentina); portugués: chocho, chuchu, xuxu, machiche, machuchu (Brasil); francés: christophine, mirliton (Haiti, Guadalupe, Bermuda, Trinidad y Tabago, Estados Unidos (Louisiana), Guayana francesa}. p Origen y domesticacién A diferencia de otros cultivos, no existen indicios arqueolégicos que indiquen la antigitedad del cultivo de S. edule. Sus frutos carosos, con una sola semilla de testa suave, no permiten su conser- vaci6n y, hasta donde se sabe, tampoco se han identificado en yacimientos arqueolégicos gra- nos de polen w otra estructura de esta espec Crénicas de la época de la Conquista indican ‘que, cuando menos en México, el chayote ha sido cultivado desde épocas precolombinas. En cuan- toa las referencias lingilfsticas, los nombres co- munes de origen nativo se concentran principal- mente en. México y América Central. En cuanto a El autor de este capitulo es R. Lira Saade (Herbario Nacional de México, México D.F., México). El autor desea expresar su agradecimianto a los Ing. E. Valverde y E. Chinchilla (CINDE, Costa Rica). Chayote (Sechium edule) los testimonios derivados de ta diversidad bajo cultivo de S. edule, los registros de exploraciones coinciden en que Ia mayor variacidn se encuentra entreel surde Méxicoy Guatemala. Ladistribucién geogrifica de los parientes silvestres de S. edule también confirma el origen mesoamericano de este cultivo. Los parientes més cercanos a 5. edule son: + losilamados tipossilvestres de S. edule, cuya ubicacién taxonémica se encuentra pendien- te, ya que se hallan distribuidos de manera aparentemente natural en los estados mexi- canos de Veracruz, Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Chiapas; + S. compositum, especie restringida al sur de México (Chiapas) y Guatemala; * S. hintonii, especie endémica de México, hasta hace poco considerada como extinta, que crece tanto en el estado de México, Guerrero y tal vez-en Jali * una especie nueva de la sece habita en el norte del estado de Oaxaca, Loanteriorha permitidocorroborarque Sechium edule es tina especie que sin duda fue domes da dentro del 4rea cultural de Mesoamérica, y precisamente en la regién comprendida entre el sur de México y Guatemala. Elcultivo del chayote est ampliamente difun- dido en Mesoamérica. Su introduccién en tas Antillas y América del Sur se llevé a cabo entre los siglos xvu y x1x; de hecho, la primera descrip- cién botdnica en la que se menciona el nombre Sechium se debe a P. Brown en 1756, y se refiere a plantas cultivadas en Jamaica. En esta misma época, el chayote se introdujo en Europa, desde donde fue levado a Africa, Asia y Australia, mientras que su introduccién en los Estados Uni: dos data de fines del siglo xix. Usos y valor nutritive El chayote se utiliza principalmente como ali- ‘mento humano. Los frutos, tallos y hojas tiemas, asi como las porciones tuberizadas de las rafces, son consumidos como verdura, tanto solos y simplemente hervidos, como formando parte de numerosos guisos. Los frutos, por su suavidad, se han empleado para alimentos para niffos, jugos, salsas y pastas. En México, se ha intentado au- ‘mentar Ia vida itil del fruto mediante Ia deshidra- tacién. Los resultados han sido buenos y han hecho posible elaborar mermeladas y otros dul- ces, asi como frutos deshidratados que pueden usarse como verdura después de cierto tiempo. Los tallos, por su flexibilidad y resistencia, han sido destinados a la fabricaci6n artesanal de ces- tas y sombreros. En la India, los frutos y rafces, ademas de usarse como alimento humano, tam ign se emplean como forraje Las partes consumibles de S. edule presentan menor contenido de fibra, proteinas y vitaminas que otros vegetales. Sin embargo, el contenido de calor - carbohidratos ¢s alto, principalmente en el caso de los tallos j6venes, ta rafz y ta semilla respectivamente, mientras que el aporte de micro y macronuttientes por los frutos es suficiente. Los frutos, y principalmente las semillas, son ricas en aminoficidos como écido aspéirtico, écido glutsmi- co, alanina, arginina, cistefna, fenilalanina, glicina, histidina, isoleucina, leucina, metionina (s6lo en el ‘fruto), prolina, serina, tirosina, treonina y valina. El chayote también tiene usos medicinales; las, infusiones de hojas se emplean para disolver cfilculos renales, y como auxiliares en el trata- miento de la arterioesclerosis e hipertensién; las infusiones de frutos se utilizan para aliviar la retencién de orina. Las propiedades cardiovascu- Chayote lares de las infusiones de hojas han sido compro- badas en estudios modemnos, mientras quesu gran efectividad en la curacién de enfermedades rena- les ya se conoefa en la peninsula de Yucatén, desde la época colonial, donde estos padecimien- tos son muy comunes. Deseripcién boténica EI chayote es una trepadora perenne, monoica, con raices engrosadas y tallos delgados, ramifica- dos, de hasta 10 m de longitud. Hojas en pecfolos sulcados, de 8-15 cm de largo, ovado-cordadas a suborbiculares, de 8-18 x 9-22 em, ligeramente 3-5 anguloso-lobadas, margenes diminutamente denticulados. 3-5 zarcillos partidos. Flores uni- sexuales, normalmente pentémeras, coaxilares y con 10 nectarios en forma de poro en la base del céliz, Flores estaminadas en inflorescencias race- mosas axilares, de 10-30 cm de largo. Las flores en grupos, distribuidas a intervalos a lo largo del raquis: céliz pateliforme, de 5 mm de ancho; sépalos triangulares, de 3-6 mm de largo; pétalos triangulares, verdosos a blanco-verdosos, de 4-8 x 2-3 mm; 5 estambres, filamentos f dos casi en toda su longitud, formando una co- lumna engrosada, separéndose en el pice en 3.6 5ramas breves. Flores pistiladas, normalmen- te en la misma axila que las estaminadas, solita- rias a ocasionalmente en pares; ovario globoso, ovoide o piriforme, glabro e inerme, unilocular; perianto como en las estaminadas pero de dimen- siones ligeramente diferentes; estilos fusionados en una columna delgada; nectarios generalmente menos evidentes que en las estaminadas. Frutos solitarios o raramente en pares, viviparos, carno- 808, algunas veces longitudinalmente sulcados 0 crestados, de muy diversas formas, tamaiios, in- dumento, ntimero y tipo de espinas, blancos y amarillent siona- s,0 verde pilidoa verde oscuro, pulpa verde pélida a blanquecina, amarga en las plantas silvestres y no amarga en las cultivadas; semilla, ovoide, comprimida, testa lisa y suave, Cultivas marginados: otra perspectiva de 1492 FIGURA 6 Chayote (Sechium edule), formas de fruto. 80 Aspectos ecolégicos y fitegeograficos El chayote se cultiva de manera tradicional en muchas regiones del mundo, preferentemente entre los 800 y 1 800 m de altitud. En muchas regiones existen variantes adaptadas al cultivo a nivel del mar (en Rio de Janeiro y Yucatan); en otras se da porencima de los2 000 m (en Bolivia yen México, en Oaxaca y Chihuahua). Los taxa silvestres mas cercanos aS. edule presentan una distribucién de altitudes similar, ya que crecen entre los 50 y2 100m, Elchayotees cultivado de manera mis intensiva y con fines comerciales en Costa Rica, Guatemala, Repiiblica Dominicana y México. La diversidad manejada es minima y siempre de acuerdo a los requerimientos de los consumidores. La biologia floral de Sechium edule ha sido estudiada detalladamente. Existen diversos pa- trones en 1a estructura y expresi6n sexual de las flores estaminadas y pistiladas, los cuales pare- cen estar determinados por factores genéticos, ambientales, estacionales y por la edad de las plantas. La polinizacién es entomégama, Entre los polinizadores mas eficientes hay especies de abejas nativas del género Trigona, principal- mente en zonas de altitudes medias y bajas y libres de pesticidas, y la abeja italiana (Apis mellifera) en plantaciones comerciales donde el uso de pesticidas es muy frecuente. Entre los polinizadores secundarios hay avispas de los, génetos Polybia, Synoeca y Parachartegus. Los frutos del chayote son viviparos, es decir que las semillas germinan dentro del fruto, aun cuando éstos todavia estén en la planta. Esta caracterfstica no se presenta en ninguna de las especies silvestres de Sechium, en las cuales las semillas germinan después de haber cafdo al suelo y de manera asinerénica. Una posible explicacién del viviparismo es que el proceso de domesticacién pudo haber traido consigo una supresién de los mecanismos de latencia, Chayote Diversidad genética Pocas especies cultivadas despliegan la gran di: versidad de formas, tamafios, omamentacién, ar- madura, indumento y colores como ta que se encuentra en los frutos del chayote. Sin embargo, esta diversidad, presente en las més variadas combinaciones, ha dificultado 1a definicién de cultivares, por lo que al hacerse referencia a los diferentes tipos de chayote mas bien se habla de razas 0 variantes locales. Ademds de la diversidad morfol6gica, existen variantes en los perfodos de fructificacién, Una muestra de lo anterior fue observada en Oaxaca y Chiapas, donde variantes locales pueden rendir entre una y cuatro cosechas por afio. Este tipo de variacién también se ha citado para otras regiones. La notable diversidad manejada por Ios agri- cultores tradicionales contrasta con la relativa homogeneidad que se observa en los frutos quese producen en plantaciones comerciales. En estos casos, los frutos deben cumplircon las normas de calidad impuestas por el mercado (piriformes, verde claro, lisos, més o menos de 15 em de largo y 450 g de peso), presentacién (sin dafios fisicos ‘© manchas provocadas por patégenos), textura y sabor (suave y agradable). Los parientes silvestres mas cereanos al chayo- te son S. compositum y S. hintonii, cuya frea de distribucién esté en México y Guatemala, Por falta de evaluaciones agronémicas estas especies nose han usadoen programas de mejora genética, tan necesarios en la biisqueda de fuentes de resis- tencia a las enfermedades. Colecciones de germoplasma Lascaracteristicasde la germinacién de as semillas del chayote no permiten su conservacién por métodos ortodoxos y simples, Esto obliga a que las muestrastengan que ser conservadas encolecciones de campo, que requieren un manejo cuidadoso. Este tipo de limitacién se evidencia en la desaparicién de algunas de las pocas colecciones Cultivos marginados: otra perspectiva de 1492 del género Sechium. Entre 1988 y 1990, la colec- cién de chayote cultivado mas importante del mundo (CATIE, Turrialba, Costa Rica), asi como otra de menores dimensiones pero igualmente importante (CIFAP, Celaya, México), fueron eli- minadas. Afortunadamente ain existen algunas instituciones en el mundo que hacen esfuerzos por conservar este importante acervo genético, por lo menos en lo que toca a la variacién de la especie cultivada. Asf,en México se cuentaconla coleccién manejada por la Universidad Auténo- ma de Chapingo en Huatusaco, Veracruz, con cerca de 150 muestras de tipos cultivados de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Chiapas; es la Giniea coleccién que actualmente conserva plantas de algunos de los mas importantes parientes silves- tres del chayote, como S. compositum y los tipos silvestres de S. edule, Otras dos instituciones que ‘manejan colecciones de S. edule son el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de Nicara- gua (Centro Experimental Campos Azules) y el Centro Nacional de Pesquisas de Hortalizas, EMBRAPA, Brasil. Précticas de cultivo El chayote se cultiva de manera tradicional en los solares, traspatios y huertos. La caracterfstica de viviparidad de sus frutos es muy conocida por los agricultores campesinos, de tal forma que los frutos seleccionados para consumo se mantienen sin per- mitir que germinen, mediante la realizaci6n de un pequefio corte o puncién en los embriones, mien- {ras que los seleccionaclos para semilla simplemen- te se dejan madurar hasta que se decida plantarlos, La forma comin y mas eficaz de propagacién es pormedio de la semilla. La préctica de siembra més generalizada consiste en plantar uno o més frutos completos. Sin embargo, en algunos sitios lasemillaesextrafdacuidadosamente y sembrada en macetas y otro medio que permita su manejo, para posteriormente trasplantarla al sitio definiti- vo de siembra. a1 En las zonas de produccién tradicional, el sitio de siembra se prepara previamente abriendo en el suelo una cavidad lo suficientemente grande para que permita que las rafces alcancen su maximo desarrollo. Junto a los sitios de siembra es coméin que se prepare un enramado de madera y otros materiales, para permitir que la planta trepe répi- damente sobre ella; también es frecuente que la siembra se realice cerca de un 4rbol con los mismos propésitos. Durante las primeras sema- nas de desarrollo los cuidados son relativamente mayores (riego, fertilizacién conestiéreol o galli- naza, etc.), aunque la atencién (proteccién de dafios fisicos y adicién de abonos naturales) a la raiz es considerada de gran importancia durante todo el ciclo de vida de Ia planta. Lasiembra puede realizarse en cualquier 6po del ao, aunque es comin que se haga al inicio de la época lluviosa. La duracién del ciclo product vo de las plantas es de un promedio de tres afios, y en casos excepcionales de ocho. En plantaciones comerciales la siembra se hace con estacas enraizadas, 0 con set da. Las plantas se siembran en barbacoas perma- nentes, y se disponen a distancias que permitan la recoleccién més fécil posible, el trasporte a las cimaras de refrigeraci6n y empaque. En planta- ciones de tipo comercial es comin el uso periédi- co de fertilizantes quimicos y abono foliar, ast como de herbicidas y nematicidas. El pafs lider en. la produccién comercial y exportacién de frutos de chayote es Costa Rica; le siguen Guatemala, México y la Repib la selecciona- Perspectivas de mejora y limitaciones ‘A pesar de que el chayote puede ser utilizado en forma integral y multiple (partes de la planta son usadas con diferentes propésitos), en varios pai- ses la mayoria de estos usos no se han difundido, ono se han ideado tas formas de hacerlos accesi- bles a otros sectores de la poblacién fuera del campesino. 82. El uso més difundido a todos los niveles es el de los frutos como vegetal de mesa o para la elabo- racién de algunos alimentos industrializados. La demanda comercial exige una produccién morfo- I6gicamente homogénea que descarta la posibili- dad de incorporar al mercado la notable diversi- dad de frutos producida en los sistemas de cultivo tradicional. Sin embargo, como Ios esténdares exigidos para la exportacién son muy diferentes delosque se aceptan parael producto de consumo local, hay pocas posibilidades de que se abando- nen las variedades corrientes y de que se produzea una seria erosién genética en la especie. Un plan para la intensificacién y diversifica- cidn del cultivo del chayote tendrfa que incluirlos proyectos siguientes: + Establecimiento de bancos de germoplasma permanentes en varias localidades de Meso- américa, para mantener a diversidad varie- tal, poblaciones silvestres y congéneres afi- nes, Estas colecciones podrin servir para evaluar laresistencia aenfermedades, tipode crecimiento y caracteristicas organolépticas de los frutos, Permitiran suministrar materia les de siembra nuevos a los agricultores, y serviré de base para trabajos de mejora genética, *+ Programas de seleccién de variedades de alto rendimiento deraiceso dealta produccién de tallos j6venes. Ambos son articulos de con- sumo de aceptacién popular, de alto valor nutritive y de uso potencial como material basico en agroindustrias. + Desarrollo de métodos de propagacién vege- tativa, que proveersna los agricultores mate- rial de siembra a precios razonables. + Estudios bésicos sobre las enfermedades de mayor importancia (Ascochytaphaseolorum, Mycovellosiella cucurbiticola, Fusarium oxysporum, y complejos de éstas y ottas especies), sobre todo las que atacan al fruto, queen condiciones de produceién comercial Chayote determinan un 35-40 por ciento de rechazo. « Identifi postcosecha, empaque y conservacién du- rante el proceso de comercializacién. in de problemas en el manejo Bibliografia Cruz-Le6n, A. 1985-86. ;Chayote 0 cruzas in- tergenéricas? Hallazgo y caracteristicas. Rev. Geogr. Agr., 9-10:100-106. Cruz-Le6n, A. y Querol-Lipcovieh, D. 1985, Catdlogo de recursos genéticos de chayote (Sechium edule Sw) en ef Centro Regional Universitario Oriente. Univ. Aut. 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