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El cumpleaños de la pequeña María relación con los humanos, que al fin y al

cabo fueron ellos los que cuadricularon el


La fecha de su cumpleaños se acercaba y tiempo y lo dividieron en días, horas,
la pequeña María quería comprobar si minutos y segundos. Para ello debía evitar
cada vez que era su cumpleaños, cumplía cualquier indicio: ropas, camas, teléfonos,
únicamente un año, o si los cumplía todos relojes,… de forma que sólo el sol y un
de nuevo. Algunos siempre decían: “¡Ya buen libro estuvieran presentes para
cumples 8!”, “¡Ya cumples 9!”. Mientras cuando ella intentase esconderse de
que otros aseguraban: “¡Cumples un año Tiempo.
más!”
Miró en los viejos mapas que encontró en
Ante tal confusión, la pequeña María, un mercado de cuando quiso ser marinera,
inquieta por no tener resuelto ese y allí dio con una isla escondida, que ya no
misterio, decidió hacer lo posible para aparecía en los mapas más modernos,
averiguarlo. Esta sería una de sus debido a su recóndita posición, su diminuto
primeras batallas contra Tiempo, uno de tamaño y su desinterés de parte de los
los duelos más interesantes que mantuvo humanos. No lo dudó.
a lo largo de su vida.
Lo siguiente era buscar un barco, así que
El plan consistía en esconderse y, cuando se dirigió a la costa más cercana de donde
en el mundo exterior hubiera pasado el debía estar la isla y empezó a preguntar a
12 de agosto, si ella seguía escondida y los pescadores de la zona. Nadie le tomó
Tiempo no la había encontrado, en serio, ya que era tan sólo una niña, y
comprobaría si seguía teniendo los además no quería decir dónde
mismos años, indicando que ese día sólo exactamente se dirigía. Por fin encontró un
cumplía uno, o si ya no tenía ninguno, pequeño barco ocupado por un viejo
significando que cada cumpleaños se marinero. La barca era pequeña, pero
cumplen todos de nuevo. El plan parecía suficiente para dos personas. Su ocupante
sencillo, sin embargo no sería fácil de no pescaba sino que leía un libro en el que,
cumplir. sorprendentemente, por fuera no ponía
nada. Más sorprendente fue que por dentro
Lo primero que hizo fue idear un plan de
las hojas estuvieran en blanco: “Es un libro
huida, buscar un sitio donde esconderse
mágico” le contestó cuando la curiosidad
de él para cuando éste llegara el
de la pequeña María no pudo ser
señalado día a cantarle el cumpleaños
contenida. “En este libro puedes leer y
feliz. Buscó en el mapa alguna isla
leer y cada vez una historia diferente, ya
recóndita donde despojarse de toda
que a medida que pasas las hojas la en la arena, abrió el libro, y comenzó a
historia se crea para ti”. leer.

La pequeña María había conocido ya la Los días pasaron y las noches pero ella no
Biblioteca Mágica de Compostela y había fue consciente, llegó un momento en que
descubierto libros fantásticos, el libro terminó, y lo que ponía, las
maravillosos e incluso mágicos, pero éste historias que encerraba que la hicieron
los superaba a todos. Pensó que con él reír, llorar y soñar sólo ella las supo.
podría esconderse de Tiempo a la Cuando levantó la vista, la misma barca
perfección, ya que podría sumergirse en estaba allí, esperando para llevarla de
su propia imaginación todo cuanto vuelta a su casa. Cuando le preguntó al
quisiera. La pequeña María le indicó la barquero la fecha actual, éste contestó:
isla a la que quería dirigirse, el marinero “Eso ya no te importa más”. Y fue desde
le dijo que además de llevarla a la isla, entonces que Tiempo y la pequeña María
de la cual el también tenía conocimiento, andan a vueltas uno detrás del otro, sin
le prestaría el libro todo el tiempo que que ella sepa exactamente cuantos años
estuviera allí. Además le dijo: “En este tiene, celebrando fiestas siempre que
libro ya sabes que no hay nada escrito, quiere, invitando a bicas a los amigos y
sino que todo lo que sucede, sucede haciendo regalos cuando le apetece, sin
porque estás fuera del tiempo, que Tiempo decida en qué momento hay
observando con calma, y creando tu que celebrarlo.
propio futuro.”

La pequeña María no volvió a pensar en


esas palabras hasta que puso los dos pies Miguel Blanco Otano

en la arena y contempló la plenitud del


Mérida, jueves 9 de agosto de 2007
sol brillando en el cielo, sintió el suave
tacto de la arena bajo sus pies y respiró
de nuevo el olor a sal que salía despedido
de cada sacudida de olas. Esas palabras
la intrigaron. Después de un largo pasear
por toda la isla buscando un buen sitio
donde extender su cuerpo y abrir su
libro, empezó a entender las palabras
escuchadas. Con una sonrisa de
complicidad con alguien que ya se había
perdido de vista en el horizonte, se sentó

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