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711-1616: de arabes a moriscos Una parte de la Historia de Espana Editado por M. Fierro e J. Martos J.P. Monferrer e M.J. Viguera Al-Babtain Foundation Cordoba 2012 El hecho tribal y el concepto tributario Tres propuestas de caracterizaci6n de la sociedad andalusi Alejandro Garcia Sanjuan Universidad de Huelva Introdu nm Entre las distintas opciones que los organizadores del Congreso sugerian a los ponentes a la hora de abordar el contenido de sus temas respectivos, una de ellas consistfa en el tratamiento de los aspectos que han generado polémica 0 controversia. Con la eleccién de la cterizacion de la sociedad de al-Andalus espero haber respondido a esta exigencia, ya que opini6n, no cabe duda de que puede hablarse del desarrollo de un debate cientifico en relacién con este tema. Entiendo como tal la formalizacion de propuestas distintas, sustentadas en conceptos tedricos determinados y desarrolladas sobre andlisis de base empitica, que se contraponen entre sf mediante una actividad critica de caracter dialéctico. Con ese cardcter cientifico, los origenes del debate sobre la sociedad andalusi no se remontan mis alld de mediados de los aiios setenta del siglo XX. Antes de esa fecha se constata, sin duda, la existencia de debate. aunque, en este caso su naturaleza, a mi juicio, deberfa de calificarse como a-cientifico, dados los lastres ideolégicos, de indole nacionalista y religioso, que condicionaban por completo tanto sus premisas como sus propositos, desde sus origenes en el siglo XIX. Me refiero al debate identitario sobre el ‘ser’ de Espaiia y los espaioles, que determina buena parte del desarrollo historiogrifico durante dicha etapa! Volviendo a lo cientifico, cabria afirmar que el debate no sélo ha resultado polémico, sino que, en ocasiones, se ha alcanzado un grado de intensidad probablemente excesivo en la expresion de las distintas opiniones, a tal punto que adentrarse en su anélisis constituye una acciGn no en mi fa del naciona in, “Al-Andalus en la historiogra ismo espaftolista (siglos XIX-XX1). Entre la Reconquista y la Espaiia musulmana’, A /300 aftos de la conquista de al-Andalus: historia, cultura y legado del Istam en la peninsula thérica. Santia Chile, en prensa, 0 de Alejandro Garcia Sanjuan exenta de ciertos riesgos. Pese a ello, creo que merece la pena tratar de aproximarse al mismo para dar cuenta de sus rasgos principales. Entre otros motivos porque, como ha sido sefialado por algunos investigadores, Ia caracterizacién de la sociedad andalusi ha experimentado desarrollos tedricos superiores a los registrados respecto a otras formaciones islémicas clasicas Aparte de la citada intensidad, una de las dificultades que presenta el andlisis de este debate radica en la propia mecanica asistemética de su desarrollo. De hecho, las distintas caracterizaciones que han sido formuladas por cada investigador no se presentan, en general, de manera formalizada o monogrifica, sino a través de variadas publicaciones en las que se desarrollan aspectos 0 contenidos concretos de cada una de ellas. La labor de revisi6n obliga, pues, a analizar un variado conjunto y disperso de publicaciones de las cuales resulta necesario deducir los elementos definitorios de las distintas propuestas. Asimismo, considero necesario mencionar otro obstéculo que se interpone en la realizacién de esta labor. Toda sintesis de ideas ajenas implica un doble riesgo de distorsién, tanto en el proceso de comprensién como en la tarea de organizacién, sistematizacién y exposicién de las mismas. De hecho, no resulta infrecuente encontrar quejas, por parte de los investigadores que han participado en el debate, relativas a la tergiversacion de las ideas propias o de otras ajenas que se comparten. Asi, por ejemplo, E. Manzano respecto a la recepcién de las de A. Barbero y M. Vigil’ y las suyas propias’, 0 M. Barcelé al sefialar el soslayo hacia las ideas de P. Guichard, las suyas y las de ambos*. * E, Manzano Moreno, ‘Fuentes de informacién andalusi y temas preferentes en la historiogratia sobre al-Andalus’, Cristiandad ¢ Istam en la Edad Media hispana. XVI Semana de Estudios Medievales (Najera, 30 julio-3 agosto 2007), Logroiio, 2008, P. 102. E, Manzano Moreno, “El problema de la invasin musulmana y la forn acién del feudalismo: un debate distorsionado’, en M* J. Hidalgo y otros (eds.): “Romanizacion” y “Reconquista” en la peninsula Ibérica: nuevas perspectivas, Si lamanca, 1998, p. Manzano Moreno, ‘Al-Andalus: un balance critico”, en Ph, Sénac (ed.): Villa 4 Histoire et archéologie de UOccident musulman (Vile-XVe_ siécles): Al-Andalus, Maghreb, Sicilic, Toulouse, 2012, p. 29. M. Barceld, El sol que salié por Occidente. Estudios sobre el estado Omeya en al- Andalus, Valencia, 2010 (2° ed.), pp. 14,27 y 30. 188 El hecho tribal y el concepto tributario No discutiré la legitimidad de estos lamentos, si bien es cierto que, en ocasiones, son producto de la propia actitud de los investigadores en relacin con el manejo de determinados conceptos, que todos utilizamos, aunque no siempre con la necesaria explicitud, dada su polisemia. Tal vez no haya mejor ejemplo al respecto que el feudalismo, en sus diferentes tradiciones historiogrdficas (institucional, materialista) y en las distintas variantes de cada una de ellas. La aclaracién de los términos en los que se plantea el debate exigiria, en ocasiones, una mayor explicitud en la definicién de los conceptos manejados por parte de cada autor. Por lo demas, el problema de la distorsién de las ideas ajenas siempre me hace evocar una escena memorable del largometraje Annie Hall. Estando en cola para entrar en el cine, Woody Allen se indigna mientras escucha las opiniones sobre literatura del individuo que tiene detrés. Cuando llega al punto de saturacién, Allen lo interpela reprochdndole su total descono- cimiento sobre las ideas del célebre critico literario Marshall McLuhan, a lo que el individuo replica afirmando su condicién de experto y entendido en ellas. A continuacién y para cerrarle la boca, Allen da entrada en escena al auténtico Marshall McLuhan, quien, directamente, desautoriza al supuesto experto, quitando todo valor a sus opiniones sobre sus ideas: Por desgracia, como investigadores estas licencias cinematogrificas no estén a nuestro aleance. Va de suyo que, en un trabajo como el presente, los tres paradigmas revisados lo serin de una forma necesariamente esquemitica, lo que me obliga a simplificar ideas y conceptos ajenos que sus respectivos autores han expresado con mayor rigor, profundidad y complejidad. Toda labor de sintesis implica, como se ha dicho, unas ciertas dosis de simplificacién, y de ahi el riesgo de distorsién. Pero la sintesis representa una labor imprescindible en la elaboracién del conocimiento histérico, por lo que su realizacién se antoja como una tarea historiogrifica insoslayable. Para evitar el ‘sindrome de Annie Hall’ sélo cabe, por un lado, confiar en haber sido capaces de comprender, interpretar y expresar de forma correcta el pensamiento ajeno y, en su defecto, apelar a la benevolencia de los autores de los trabajos que van a ser analizados. 189 Alejandro Garcia Sanjudn La reorientacién del debate sobre la caracteriz andalusi: el concepte tributario cién de la sociedad EI cambio de orientacién del debate sobre la caracterizaci6n de la sociedad andalusf se vincula a la irrupcién del concepto tributario en la historiogratia espaiiola, que se produjo a mediados de los aiios setenta de la mano del medievalista mallorquin Miquel Barcel6. En 1974, la editorial catalana Anagrama publicaba en Barcelona la versin castellana de la obra Sobre el desarrollo desigual de las formaciones sociales, cuya versin original habia sido editada dos aiios antes en italiano. En este ensayo, de apenas cien paginas de extension, el tedrico egipcio Samir Amin redetinia ef hasta entonces denominado, en ka tradici6n marxista ckisica, ‘modo de produccién asidtico’. Su estudio iba precedido de una extensa introduccisn del propio M. Barcelo, el cual, sin embargo, no establecia ninguna conexidn explicita entre al-Andalus y las propuestas conceptuales de Amin EJ aspecto principal del ensayo de Amin radica en el reconocimiento de cinco modos de produccién: comunitario primitive, tributario, esclavista, pequefio mercado simple y capitalista. Dentro de esta clasificacién, incluye el mundo arabe clésico cn la segunda categoria, la de fas [ormaciones tributarias, aunque con una peculiaridad, la del predominio del excedente obtenido a través del comercio Iejano’. Amin explicaba esta situacién como producto de la escasa productividad del trabajo agricola en las zona semidridas. La excepcidn a esta generalizada incapacidad de producir excedentes agrarios es Egipio, que gracias a la accién del Nilo siempre se ha saracterizado por su condicion de ‘civilizacion campesina’” Como pone de manifiesto un breve repaso a su recepcién historiogrifica, el concepto tributario se ha afirmado durante Jas tltimas cuatro décadas como paradigma dominante en la caracterizaci6n de la sociedad de al- Andalus. Sin embargo, contempkindolo desde la perspectiva del tiempo transcurrido, nada podia hacer prever el impacto que, en el imbito de los estudios andalusies, iba a alcanzar el texto de Amin, un ensayo de poca extensidn en el que cl nombre al-Andalus no se menciona ni una sola vez, y so debido a varios factores. entre ellos su propia caracterizacién de las sociedades arabes medievales © $. Amin, Sobre el desarrollo desigual de las formaciones sociales, Barcelona, 1974, pp. 70-71, 88, 106-108. 7S. Amin, Sobre ef desarrollo desiguat, pp. 106-107 y 119. 190 El hecho tribal y el concepto tributario Resulta manifiesto que la caracterizacién de las denominadas sociedades tributario-mercantiles, basadas en la obtencién de un excedente a través del comercio lejano, no se adecuaba al caso de al-Andalus, como los propios partidarios del concepto tributario se encargarian de demostrar. En efecto. pese a la ausencia de referencias a este extremo en su introduccién al ensayo de Amin, el propio Barcelé dejaba clara su posicién en un articulo de mediados de los ochenta dedicado a Ia fiscalidad omeya durante el emirato y el califato, en el que reducfa al 12% el total de la recaudacién estatal procedente del trifico comercial, afirmando que ‘la sociedad de al-Andalus no puede ser descrita como una civilizacién mercantil de clases medias urbanas’. Frente a lo que califica como ‘simplificaciones’, Barcelé invocaba su condicién de ‘sociedad de comunidades campesinas”’, si bien parece que el ensayo de Amin parecia abocar la caracterizacién de al-Andalus, precisamente, a ese tipo de ‘simplificaciones’. La disonancia entre el papel otorgado al comercio Iejano como via de obtencién del excedente en las sociedades arabes y el origen agrario de la mayor parte de la tributacién percibida por el Estado omeya de Cérdoba parecia sugerir que el ensayo de Amin quedaria recluido en el batil de los recuerdos de los estudios andalusies. De hecho, como ya se ha sefialado, resulta manifiesta la ausencia de referencias al caso especitico de al-Andalus tanto en el propio texto de Amin como en la introduccién de Barcel. Pese a ello, sucedié todo lo contrario, El concepto tributario iba a convertirse, desde la propia década de los aijos setenta, en uno de los dos elementos centrales en el proceso de renovacidn de los estudios andalusies: En 1975, slo un afio después de la publicacién de la edicién castellana del ensayo de Amin, la medievalista argentina Reyna Pastor de Togneri, hacia uso, por vez primera, de la conceptualizacién del tedrico egipcio en la caracterizacién de la sociedad andalusf, en términos de formacidn tibutaria mercantil, aunque advirtiendo de ciertas discrepancias con sus_ plan- teamientos’, No obstante, su utilizacién del concepto tributario fue mera: mente referencial y, ademas, dicha publicacién tuvo una muy escasa proyec- cidn historiografica, sin que la propia autora le diese continuidad en estudios posteriores. Por lo tanto, la difusién y consagracion de la caracterizacién de al-Andalus como sociedad tributaria se produciria en conjuncisn con la defi- M. Barcels, El sol que salié por Occidemte, pp. 139-140, R. Pastor, Del islam al cristianismo. En las Jronteras de dos formaciones econdmict sociales, Barcelona, 1975, pp. 10-11. ° 191 Alejandro Garcia Sanjuan nici6n del hecho tribal, inaugurado por el medievalista francés P. Guichard en 1976. En el coloquio de Roma de 1978 sobre feudalismo en el Mediterrdneo, P. ichard planted la cuestién de la existencia de estructuras feudales en la sociedad andalusi, tomando como referencia de estudio el territorio jenciano. Fue en esta ponencia donde Guichard invocs, creo que por vez primera en su trayectoria, el esquema tributario de Amin, ausente de su estudio sobre el hecho tribal de 1976, al que me referiré a continuacion'”. Posteriormente, el investigador francés darfa una dimensién mucho mas relevante a este concepto en su monograffa sobre Les musulmans de Valence, publicado a comienzos de los noventa, En esta obra, Guichard otorgaba un papel central al concepto tributario como ‘esquema susceptible de ayudar a la comprensién del sistema socio-politico andalusi”, aunque, con su prudencia habitual, reconocia que tnicamente a titulo de esquema provisional, y no como hipdtesis definitiva''. De hecho, en la traduccion castellana publicada diez afios después de la edicién original se climind este apartado tedrico inicial, si bien es cierto que Guichard mantiene la centralidad otorgada al concepto, sefialando que el ‘sistema musulman’ puede considerarse como tributario y definiendo sus tres componentes esenciales: un aparato estatal relativamente débil, una aristocracia dirigente vinculada al ‘aparato del islam’ y carente de derechos sefioriales y las comunidades urbanas y rurales, estas tiltimas propietarias de su sy fortificaciones y dotadas de una gran fuerza respecto al Estado! Introducido desde el medievalismo por investigadores como Barcels, Pastor y Guichard, el concepto tributario irfa encontrando también acomodo, de manera progresiva, en sectores relevantes del arabismo. Ya en 1982 P. Chalmeta, adscrito a dicho mbito académico, lo invocaba como ncterizacion mis vilida de la sociedad andalusf, aunque sin profundizar en sus rasgos ni en su proceso de desarrollo’. Este mismo autor contribuyé tiert '° P. Guichard, ‘El problema de la existencia de estructuras de tipo feudal en la sociedad de al-Andalus (cl ejemplo de la regién valenciana)’, P. Bonnassie y otros: Estructuras feudales y feudalismo en el mundo mediterrdneo, Barcelona, 1984, pp. 137-138 P. Guichard, Les musulmany de Valence et la Reconquéte (Xle-Xille siecles), Damasco, 1990-91, 2 vols., 1, pp. 19-24. © P. Guichard, Les musulmans de Valence Ml, p. 474; Idem, Al-Andalus frente a la conquista cristiana. Los musulmanes de Valencia (siglos XI-XIII), Madrid-Valencia, 2001, p. 648. P. Chalet ja, “Al-Andalus: société feodale?”, en J.-F, Digard (ed.): Le cuisinier er le 192 EI hecho tribal y el concepto tributario a la difusién del concepto al utilizarlo en sendos trabajos de divulgacién publicados a finales de los ochenta'’. La generalizacién del empleo del concepto tributario se produce durante los afios noventa, como se advierte por su presencia en obras de sintesis y divulgacién'®, En la actualidad, debe considerarse el paradigma dominante dentro de los estudios andalusies. Asf lo sugieren, al menos, dos hechos. Por un lado, su comentada presencia en manuales y obras de divulgacién. De otra parte, su adopcién por parte de sectores muy significados del Arabismo!®, ambito académico que se caracteriza por una tradicién casi por completo ajena al discurso de los modos de produccidn. Esta asuncién de la propuesta tributaria por dichos sectores resulta atin teniendo en cuenta que el Arabismo ha sido la dis partido algunas de las criticas més tributaria!’. La relativa difus iis sintomatica plina de la que han claboradas contra la caracterizacién 6n del concepto no puede ocultar la existencia de sectores académicos que han permanecido al margen de los desarrollos historiogréificos registrado desde los setenta. Tal es el caso, en particular, de las secciones relativas a la sociedad de los dos voliimenes de la Historia de Espaia Menéndez Pidal dedicados a los reinos de taifa y a las épocas almordvide y almohade, respectivamente'’, a los que aludo de forma philosophe: hommage a M. Rodinson, Paris, 1982, p. 183 P. Chalmeta, ‘Espaiia musulmat Historia General de Espatia y América, Il. Et fallido intento de un estado hispdnico musulmén, Madrid, 1988, pp. 460, 488 y 498: Idem, “Al-Andalus”, Historia de Espaita (3). Al-Andalus: musulmanes:y cristianos (siglos VII-XIIL), Barcelona, 1989, pp. 100 y 107 M* J. Viguera, De las taifas al reino de Granada. Al-Andalus, siglos X-XV, Madrid, 1995, pp. 66 y 94; iclem, Al-Andalus: los Omeyas’, en J. Carrasco y otros: Historia de las Expaiias medievales, Barcelona, 2002, p. 41; E. Molina, “Economéa, propiedad, impuestos y sectores productivos’,en M* J. Viguera (coord.): El retroceso territorial de al-Andalus. Almordvides y almohades (siglos XI al XII), Madrid, 1997, p. 224 R. Valencia, Al-Andalus y su herencia, Madrid, 2011, pp. 13 y 145. M? J. Viguera, ‘Al-Andalus: de Omeyas a Almohades’, La Historia Medieval en Espaita. Un balance Historiogrdfico (1968-1998). XXV Semana de Estudios Medievales (Estella, 14-18 julio 1998), Pamplona, 1999, pp. 89 y 92 A. Gareia Sanjudn, “El concepto tributario y la caracterizacién de la sociedad andalust treinta aiios de debate historiografico’, A. Garcia Sanjudin (ed.): Saber y sociedad en al- Andalus. 1V-V Jornadas de Cultura Isldmica, Huelva, 2006, pp. 101-103. M® J. Viguera (coord.): Los reinos de taifas. Al-Andalus en el siglo XI, Madrid, 1994, 231-272 (‘La economia, M. Benaboud) y 301-397 ("La sociedad’, M* L. Avila); M* J. 6 193 Alejandro Garcia Sanjudn explicita por la condicion de referente que se atribuye a la serie y su cara de sintesis especializada de amplia divulgacion. Ambas secciones resultan perfectamente sintomiticas de una actitud de absoluta inopia historiogratic: pues, si bien por su temitica social era razonable esperar que dichos apartados sc hicieran al menos cierto eco de todo el debate desarrollado en las dos décadas precedentes en torno a la caracterizacién de la sociedad andalusi, sus respectivas autoras no parecen haber encontrado ningtin interés en ello, en una actitud de insdlito desdén que sélo sirve para devaluar el interés de tales aportaciones. Junto a la constatacién de la difusién del concepto tributario como fundamento de Ja caracterizacién de la sociedad andalusf, es preciso aiiadir una segunda consideracién, que fue ya comentada por E. Manzano en 1998 Aunque todas las propuestas se remiten al concepto tributario, existen diferencias importantes entre ellas. De entrada, sus respectivas premisas le6ricas se adscriben a tradiciones distintas y, en ocasiones, resultan abierlamente contrapuestas. En 1976, Guichard apelaba a la antropologia estructuralista francesa, adhiriéndose a continuacién al esquema tributario de Samir Amin. Por su parte, M. Barcelé invoca a Amin y Wickham, asi como al propio Guichard. La base tedrica de Acién quedarfa integrada por una tradicién de la que forman parte L. Althusser, acuftador del marxismo estructuralista, sus discfpulos britanicos Hindess y Hirst, N. Poulantzas, Chris Wickham y J. C. Rodriguez'’. En cambio, E. Manzano retoma ideas formuladas por A. Barbero y M. Vigil, asi como por Acién, mientras que desde el punto de vista tedrico critica tanto a Hindess y Hirst como a Wickham y se adhiere a la asimilacin entre los modos feudal y tributario propuesta por el bizantinista J. Haldon, aunque aiiadiéndole el papel de las relaciones de dependencia personal”, seguido en este aspecto por C. Estepa”! cter Viguera (coord): El reiroceso territorial de al-Andalus. Almordvides y almohades (sigloy XI al XII), Madrid, 1997, 343-384 (‘Componentes de la poblacién. Categorias sociales. La familia’, H. de F "M. Acién Almansa, Entre el feudalismo y eb istam. ‘Umar b. Hafsun en los historiadores, en las fuentes y en ta historia, Jaén, 1997, 2° ed. p. Xxxviiz dem, ‘Sobre el papel de las ideologias en la caracterizacién de tas formaciones sociales. La ldnica’, Hispania, LVII/3, n° 200 (1998), pp. 920-921. *° EB, Manzano Moreno, ‘Relaciones sociales en sociedades precapitalistas: una critica al concepto de modo de produccién tributario’, Hispania, LN IM/3, n° 200 (1998), p. 891, C. Estepa, ‘Islam y cristiandad una 0 dos sociedades’”’, Cristiandad e Islam en ta Edad formacién social is! 194 El hecho tribal y el concepto tributario De esta forma, ain partiendo del mismo concepto tributario, investigadores distintos han generado caracterizaciones contrapuestas. Por un lado, Barcelé ha desarrollado de forma extensa la tesis del hecho tribal, introduciendo el concepto de segmentariedad, mientras que, en cambio Acién niega el carécter tribal de la sociedad andalus’, que define como de clases, considerando, ademas, que segmentario y tribal no son conceptos equivalente: Asimismo, otras diferencias entre los partidarios del concepto no son menos significativas, en particular por lo que se refiere a la relacion entre la sociedad tributaria andalusf y la sociedad feudal. En efecto, se constata una contraposicién entre quienes contemplan la existencia de diferenci: fundamentales entre ambas sociedades y otros investigadores que, no sélo minimizan tales diferencias, sino que establecen, ademas. similitudes significativas en diversos aspectos. Entre los partidarios de la dicotomia se cuentan Guichard, Barcel y Acién, quienes, en general, parten de la diferenciacidn entre renta y tributo del medievalista britinico Ch. Wickham En cambio, retomando ideas de A. Barbero y M. Vigil y apoyandose en J Haldon, E. Manzano sostiene la existencia de semejanzas en base a las relaciones de dependencia personal, concepto que tradicionalmente se vinculaba en exclusiva al feudalismo P. Guichard y la afirmacién del hecho tribal En 1976, slo dos aiios después de la publicacién del ensayo de Amin, se publicaba Al-Andalus. Estructura antropoldgica de una sociedad islémica en Occidente. En este estudio, el medievalista P. Guichard definfa el hecho tribal que, junto al concepto tributario, iba a convertirse en el factor principal de renovacidn historiografica en los estudios andalusies. Al igual que habia sucedido con el citado ensayo, el papel de Barceld fue decisivo para la publicacién del texto de Guichard, como el propio investigador francés no ha dudado en reconocer™. En este punto, serfa injusto, por lo Media hispana. XVUI Semana de Estudios Medievates (Ndjera, 30 julio-3 agosto 2007), Logrofio, 2008, pp. 25-26 M. Acién Almansa, Entre el fewdalismo y el islam, p. xiv; Idem, ‘Sobre el papel de las ideologias’, p.920. P, Guichard, ‘De VEspagne musulmane a al-Andalus’, en B. Pellistrandi (ed.): La historiografia francesa del siglo XX y su acogida en Espaita, Madrid, 2002, p.201 195 Alejandro Garcia Sanjuan tanto, silenciar la decisiva labor del investigador mallorquin en la edicién de los dos textos cuya influencia ha resultado mas trascendental en la trans- formacién historiografica reciente de los estudios andalusies. A diferencia del trabajo de Amin, el de Guichard, procedente de su tesis doctoral, era un estudio de investigacién histérica, realizado, ademas, desde premisas tedricas y metodolégicas entonces inéditas en el panorama historiografico espaiiol, en particular por lo que se refiere a la fuerte influencia de la antropologia estructuralista. Ello, entre otros factores, posibilit6 que se convirtiera en pieza clave para la quiebra del discurso tradicionalista. En efecto, ademas de criticar su impronta nacionalista, Guichard mare6 fuertes distancias con el mismo al atribuir a la conquista musulmana un significado de ruptura histérica, invocando como eje central de su argumentacién la relevancia del hecho tribal en la estructura de la nueva sociedad”* Sobre estas premisas, Guichard estudid la geografia tribal de al-Andalus, arabe y beréber, defendiendo la muy intensa berberizacién del Levante desde la época de la conquista, en particular de la zona de la Hanura, un tema que ya habfa abordado en un primer trabajo de 1969 sobre el poblamiento de la zona valenciana. Estos grupos beréberes Hegados con a conquista habrian conservado su ‘individualidad tribal’ al menos hasta comienzos del siglo X”*. A partir de esta obra, el hecho tribal se erigié como uno de los elementos basicos de la incipiente caracterizacion de la sociedad andalusf, si bien la tesis de Ia fuerte berberizacién levantina seria contestada con cierta amplitud durante la década siguiente por parte de diversos investigadores Para precisar el sentido atribuido por Guichard al hecho tribal en la configuracin de la nueva sociedad surgida a raiz de la conquista debemos remitimos a dos dimensiones, sociolégica y cronolégica. Respecto a la primera, seffala, como hipétesis de partida de su estudio, ‘la importancia, en la constituci6n de la sociedad de la Espaiia musulmana, de estructuras tribales aportadas por los conquistadores drabes’**. Desde este punto de partida, estudid la geograffa de los asentamientos tribales, asi como la influencia cultural, moral y politica de esas estructuras (capitulo VII), * P. Guichard, Al-Andalus. Estructura antropologica de una sociedad islémica en Occidente, Barcelona, 1976, p. 8 P. Guichard, Al-Andalus, p. 380. * P, Guichard, Al-Andalus, p. 16. ca 196 El hecho tribal y el concepto tributario afirmando que la importancia del hecho tribal no se encuentra esencialmente en la historia politica, sino en Ia estructura social, las costumbres y Ia civilizacién’’. Sin embargo, a lo largo de la obra, Guichard, por un lado, limita su estudio a los aspectos politicos, mientras que respecto a los propiamente sociales desarrolla la influencia del hecho tribal en dos aspectos concretos, las estructuras del parentesco y el papel de la mujer™* El segundo aspecto a considerar radica en la continuidad del hecho tribal en la Peninsula a Jo largo del desarrollo de las sucesivas fases hist6ricas. En Al-Andalus, Guichard abarcaba un periodo preciso, el emirato y la primera parte del califato, hasta mediados del siglo X, lo que, en sf mismo, delimitaba el objeto de estudio. Al margen de este aspecto y como él mismo ha declarado en trabajos posteriores, su posicién en torno a este asunto ha estado siempre presidida por una actitud de extrema prudencia, evitando las afirmaciones concluyentes 0 categéricas”’. A mi juicio, esta forma de plantear el problema no obedece a una postura c6moda, sino que constituye la expresidn de una amplia experiencia en el manejo de todos los testimonios disponibles para la elaboracién de una historia soc econémica de al-Andalus. Probablemente el deseo de evitar pronunciamientos concluyentes explique la presencia de hasta tres posicionamientos distintos respecto a la continuidad del hecho tribal, oscilando entre lo dubitativo, el optimismo y el pesimismo. Entre dichas expresiones, una de las mas explicitas se orienta al reconocimiento de la ignorancia respecto al momento hasta el cual los arabes conservaron su organizacién en clanes y tribus”’. En otras ocasion en cambio, esa ignorancia se dirige, mas bien, hacia el escepticismo o incluso el pesimismo, cuestionando la continuidad del hecho tribal y afirmando que, a partir de Abderramén II], no se constatan ‘muchos acontecimientos que puedan hacer pensar que el hecho tribal contintia desempefiando un papel esencial™', Ese escepticismo se manifiesta de manera incluso mas abierta al afirmar la influencia destribalizadora de varios factores, tales como la sedentarizacion, la dispersidn de los *7 p. Guichard, Al-Andalus, p. 486. P. Guichard, ALAndalus, p. 8 *” Pp. Guichard, £ 1, p. 232; Idem, Al-Andalus frente a la conquista cristiana, Valencia-Madrid, 2001, p. 304, © Pp. Guichard, Al-Andalus, p. 489 197 Alejandro Garcia Sanjuan éinicos, el papel del Estado y la reforma militar de Almanzor. De est forma, considera probable que, tras la época califal, no quedaran mas que “algunas huellas’ de [a antigua organizaci6n tribal”. Una tercera opcién consiste en no descartar abiertamente la posibilidad de la continuidad del hecho tribal, la cual se expresa mediante el empleo de a f6rmula ‘por lo menos’, relativamente habitual en el medievalista francés cuando alude a dicha permanencia hasta el califato’, Mas atin, en contra del escepticismo y del pesimismo antes comentado, en al menos dos ocasiones Guichard se muestra mucho mas optimista sobre la posibilidad de la continuidad, Por un lado, cuando sejiala que Ja toponimia revela que, en determinadas regiones, ‘las estructuras sociales del periodo postealifal parecian organizarse sein un modelo ckinico’. Asimismo, cuando de manera expresa considera ‘muy poco probable’ que las estructura clanicas “no tuvieran alguna prolongacion en el transcurso de los siglos X y XP". De este conjunto de afirmaciones, que constituyen expresiones no exactamente coincidentes a lo largo de todo el estudio, podria deducirse que la posicién del medievalista francés respecto a la continuidad del hecho tribal serfa afirmativa aunque con matices, de forma que, frente al predominio tribal hasta el triunfo del califato, a partir del siglo X cabria hablar s6lo de ‘posibles supervivencias’. Guichard parece apuntar en el sentido de un debilitamiento © desaparicién de la dimensién politica del hecho tribal y de una cierta supervivencia en cl plano social, dado que ‘los vinculos de parentesco agnaticio siguicron uniendo a extensos grupos, grandes linajes aristocraticos 0 comunidades rurales’. En este sentido, incide cn la necesidad de estudiar la continuidad tribal, aunque pondera las dificultades, dada la precariedad de fuentes”. A lo largo de su amplia traycctoria, Guichard ha centrado gran parte de su labor en el estudio de la zona valenciana, ampliando el arco cronolégico de sus trabajos hasta la época de la conquista cristiana. No obstante, respecto a la continuidad del hecho tribal ha mantenido unas posiciones similares a las expresadas en 1976. En su ponencia al cologuio de Roma de 1978 realizaba una descripcién de los asentamientos rurales, fortalezas y alquerfas, caracterizadas estas tiltimas por la abundancia de la toponimia P. Guichard, Al-Andalus, pp. 519-520. P. Guichard, Al-Andalus, pp. 23, 380, 403 y 458 4p. Guichard, Al-Andalus, pp. 504 y * Pp. Guichard, Al-Andalus, p. 557. 198 El hecho tribal y el concepto tributario gentilicia, No obstante. en linea con lo sefialado en 1976, seguia expresando dudas sobre la continuidad del hecho tribal, ya que el posible mantenimiento en visperas de la conquista cristiana de ‘formas de organizacién social heredadas de estructuras tribales mas antiguas’ lo consideraba como una mera hipétesis que la documentacién escrita no permitia confirmar™’ La incertidumbre sobre la continuidad del hecho tribal se verifica en su articulo de 1982 sobre la sociedad rural valenciana, donde no considera posible afirmar que, a comienzos del siglo XU, las alquerfas hubiesen perdido su caracter agndtico, aunque duda de que hubiera podido ser asi en todos los casos’”, En otro trabajo de mediados de los ochenta, dedicado a las estructuras agrarias andalusies antes de la conquista cristiana, se centraba en el sentido de la nocién de garya, soslayando por completo. las consideraciones relativas a la cuestidn de la tribalidad y la segmentariedad** A lo largo de la década de los noventa del pasado siglo, Guichard siguié manteniendo posiciones similares sobre esta cuestiOn. Aludiendo a Ia tesis continuista de Barcelé sobre el hecho tribal, a la que me referiré seguidamente, el investigador francés se remite a la inexistencia de datos seguros que la confirmen, descartando la posibilidad de dar respuestas ‘simples y unfvocas’. De esta forma, por un kido valora el significado de que la toponimia gentilicia represente una minorfa de la toponimia de tas alquerfas como indicio de una sociedad rural mas aldeana que propiamente tribal o cldnica, en la que las relaciones de vecindad tendrian més fuerza que los vinculos de parentesco. Por otra parte, en cambio, la propia abundancia de esta toponimia y el hecho de que en algunos territorios castrales representen cerca de la mitad 0 mas de la toponimia de las alquerfas obligan a darle una significacién. Asimismo, no deja de recordar que, aunque los topdnimos gentilicios son particularmente numerosos en la zona oriental peninsular, estan mucho més discretamente representados en Andalucfa y ntes en el resto de las regiones arabizadas. En cualquier . considera que la estructura interna de las comunidades rurales P. Guichard, “El problema de la existenc P. Guichard, ‘La société rural valene Agraria 3 (1982), pp. 41-52 P. Guichard, Le probltme des structures agraires en al-Andalus avant la conquéte chrétienne’, Andalucia entre Oriente y Occidente (1236-1492). Actas det V Coloquio Internacional de Historia Medieval de Andalucia, Cordoba, 1988, pp. 161-170. de estructuras de tipo feudal’, p. 131. ne A F6poque musulmane®, Estudis d’Historia 199 Alejandro Garcia Sanjuan ‘permanece extremadamente mal conocida, por no decir totalmente desconocida’™”. Es cierto que, en determinadas ocasiones, Guichard ha mostrado un cierto optimismo respecto al continuismo del hecho tribal. En efecto, a la luz de datos novedosos procedentes del estudio de los textos juridicos islimicos, apuntaba en esa direccidn, al afirmar que ‘estos textos tenderian a justificar la idea, defendida por M. Barcel, de que las formas de organizacién social de tipo clénico se mantuvieron en al-Andalus bastante después de los primeros siglos de la época musulmana, y seguian funcionando en el siglo XII y a comienzos del XII". No obstante, en otros trabajos, publicados en la misma época, seguia insistiendo en Ia misma formulacién de 1976, al sefialar la pervivencia de las estructuras tribales ‘por lo menos’ hasta comienzos del siglo X"! En definitiva, respecto a la continuidad del hecho tribal o, mas especificamente, sobre su predominio en la organizacién de las comunidades rurales hasta las grandes conquistas cristianas del siglo XIII, Guichard ha mantenido una actitud que se caracteriza por la prudencia, consistente en no descartar ninguna opcidn, pero sin expresar afirmaciones categéricas. En una contribucién presentada en 2005 en el marco de los Cursos de Verano del Condado Urgel, en la que aborda las estructuras socio-politicas en visperas de la conquista cristiana, mantiene la vigencia del recurso a tres ‘modelos’ 0 esquemas interpretativos, tomados de las ciencias humanas, que considera titiles para la interpretacién del sistema socio- politico andalusi: el de Ia sociedad segmentaria, cl de parentesco y alianza arabe, desde la perspectiva de la antropologia estructuralista, y el concepto tibutario. Sin embargo, pese a esta afirmacidn inicial, a lo largo del trabajo se centra en el tiltimo de ellos, a través de la dimensién fiscal de la relacién entre las comunidades rurales y el Estado, sin desarrollar la cuestién de la segmentariedad™, P. Guichard, Les musulmans de Valence. 1, pp. 227-228 y 232; Ider a la conquista cristiana, pp. 296-297 y 303. P. Guichard, ‘La formacién de al-Andalus’, en A. Malpica y T. Quesada (eds.), Los origenes del feudatismo en el mundo mediterrdneo. Granada, 1994, p..67 P. Guichard, La Espaiia musulmana. Al-Andalus Omeya (siglos VII-X1), Madrid, 1995, p17. P. Guichard, “Les structures socio-politiques en al-Andalus a la veille de la conqucte chrétienne’, Balaguer, 1105. Cruilla de civilitzacions, | |, Al-Andalus frente 200 El hecho tribal y el concepto tributario Del hecho tribal a la segmentariedad La recepcién de la obra de Guichard en el ambito de los estudios andalusies ha tenido manifestaciones muy diversas a lo largo del tiempo, que oscilan entre el rechazo absoluto y el apoyo amplio de sectores historiogrificos relevantes. En cualquier caso, no puede dudarse de que su impacto ha resultado decisivo, siendo el punto de arranque de una nueva fase historiografica, algo que incluso algunos de sus detractores no han dejado de reconocer’®, Dentro de la tendencia favorable a las ideas de Guichard posee especial relevancia el sector que ha optado por profundizar en la dimensién tribal de la sociedad andalusi, mas alld incluso de los limites establecidos por el propio medievalista. francés. El principal impulsor de esta corriente historiogréfica ha sido M. Barcelé, cuyo protagonismo en el debate se ha mencionado con anterioridad. El sentido primordial de su labor investiga~ dora se concreta en dos aspectos. Por un lado, la insistencia en el concepto tribal, extendiendo tanto su cronologia (hasta la conquista cristiana del siglo XID, como su alcance sociolégico, al convertirlo el elemento determinante en la conformacién de los asentamientos de las comunidades campesinas y de sus procesos de trabajo. Asimismo, Barcelé ha desarrollado una caracterizacién social basada en la relacién entre las comunidades campe- sinas, de base tribal, y el Estado tributario. Desde principios de los aiios ochenta, el trabajo de Barcelé se ha centrado en el estudio de los asentamientos campesinos, partiendo de una premisa metodolégica tal vez obvia, aunque no siempre tenida en cuenta. Se trata de Ja relevancia del campesinado y de la produccién agraria, aspectos ampliamente soslayados por la historiograffa previa’, La_ tributacién campesina constituye la mayor parte de los ingresos estatales en época califal, en toro al 86% del total. Partiendo se esta base, eleva el conocimiento de los procesos de trabajo campesino a la categoria de ‘condicién de la inteligibilidad de todo el sistema social”. E Manzano Moreno, “El problema de Ja invasién musulmana’, p. 343; Idem, Conquistadores, emires y califas. Los omeyas y la formacién de al-Andalus, Barcelona, 2006, pp. 17 y 132-133. M. Barcel6, *;Qué Arqueologfa para al-Andalus?” en A, Malpica y T. Ques Los ortgenes del feudalismo en el mundo mediterréneo, Granada, 1994, p. 77. M. Barcel6, *;Porqué los historiadores acacémicos prefieren hablar de islamizacién en vez de hablar de campesinos?’ , Arqueologia Medievale XIX (1992), pp. 65 y 71. ida (eds. 201 Alejandro Garcia Sanjuan Mientras que en 1976 Guichard vinculaba la funcién del hecho tribal a las relaciones de parentesco y al papel de la mujer, Barcelé profundizara en su alcance al convertirlo en el fundamento de la organizacién de las comunidades rurales. Esta ampliacién del sentido tribal arranea de la ponencia presentada al congreso celebrado en Gerona en 1985, en la que Barcelé invocaba su relevancia en la organizacién de las comunidades rurales ‘en visperas de feudales’. En este estudio parte de la definicién de la aldea (garya) como ‘un espacio clanico o tribal’, entendiendo la tribalidad, no en el sentido étnico, sino social, en términos de ‘la forma especificamente genealégica de organizar los procesos de trabajo y los asentamientos y en la forma de proceder a la expansién y movilidad del sistema: a través de la segmentariedad”™"”. Por otro lado, dichas comunidades mantenfan el control directo de sus tierras, ya que ‘no hay noticias en al- Andalus de comunidades campesinas sin tierra, desposeidas’, (los aparceros ‘pertenecen a una caiegorfa diferente’) y, de esta manera, retenian el excedente, ‘excepto la parte fiscal reclamada por el Estado", La ampliacién del hecho tribal operada por Barcelé implica una cierta transformacién del mismo en los términos establecidos por Guichard. La clave radica en la introduecién de la nocién de ‘segmentariedad’, mediante la cual Bareelé climina las connotaciones étnicas del hecho tribal, definiendo la tribalidad como la forma de organizar los procesos de trabajo campesinos ¢ identificdndola, de esta forma, con la segmentariedad. Por lo tanto, el hecho tribal, en el sentido étnico, se transforma en segmentariedad, concepto de contenido social. Cobrarfa valor, desde este punto de vista, | pertinente distincién de Acién entre tribalidad y segmentariedad™* Junto a la introduecién de la nocién de segmentariedad, la caracterizacién formulada por Barcelé se distancia de la acuiiada por Guichard en otros aspectos, entre los que cabrfa destacar dos, la continuidad del hecho tribal después del siglo X y la valoracién del elemento indigena, Respecto al primero, hemos visto cémo, frente a la posicién del medievalista francés, M. Barcelé sostiene la vigencia de la tribalidad durante todo el periodo andalusi, hasta el momento de la conquista cristiana, En cuanto a la © M. Barcelé, *Visperas de feudales. La sociedad de Sharq al-Andalus justo antes de la conquista catalana’, en F. Maillo Salgado (ed.): Expaita. Al-Andalus. Sefarad. Sintesis y nuevas perspectivas, Salamanca, 1990, (2° ed.), pp. 106-109. ‘Visperas de feudales’ p. 107. n Almansa, Entre ef feudalismo y el islam, p. xiv El hecho tribal y el concepto tributario consideracién de la sociedad indigena, P. Chalmeta sostenfa en 1975 que, tras la conquista musulmana, la inmensa mayorfa del territorio quedé en manos de los autéctonos”. Un afio mas tarde, Guichard afirmaba la existencia de dos formas diferentes de organ indigenas y la tribal de los conquistadores, y, ademas, consideraba que las fuentes no permiten afirmar que las estructuras tribales se difundieran de forma masiva entre la poblacidn local’. A ello afiadia la indicacién de zonas que permanecieron esencialmente pobladas de indigenas. como la regién de Toledo y la Marca Superior”. EI planteamiento de a cuestién relativa a la poblacidn indigena por parte del medievalista francés se aleja del adoptado por Barceld, cuyas ideas son bastante diferentes, dado que Ja evolucién de dicha poblacion desde el momento de la conquista islamica no encuentra acomodo en su caracterizacién. A este respecto, Barceld se limitaba a sefialar en 1990 que los indigenas ‘no son atin reconocibles ni historiografica ni arqueolé- gicamente™*”, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro pudiesen alcanzar ese reconocimiento. Por lo dems. frente a lo que pensaba Guichard y basandose en la ausencia de sentido étnico en su concepto de sociedad tribal, Barceld postula la rapida integracién de los indigenas en el sistema genealdgico importado por los conquistadores: ‘el medio tribal produce tribus’** Pese a la relevancia atribuida a la organizacién segmentaria de las comunidades, Barcelé ha mantenido el papel central del concepto wibutario como elemento definitorio. A este respecto, destaca la consideracién de que la captura del trabajo campesino por el Estado a través de la fiscalidad representa ‘el eje que determina toda la estructura de la sociedad andalusi”™. En coherencia con esa dimensién determinante del Estado, Barcelé se inclina por el concepto tributario como elemento que le sirve para definir su caracterizacién. Aludiendo a la dupla conformada por las ‘sociedad § al, la de los zacién soci expresiones sfiores’ y ‘sociedad tributaria’, acuiiadas por Guichard, ¢ 0 P. Chalmeta, ‘Concesiones territoriales en al-An almordvides)’ , Cuadernos de Historia V1 (1975), p. 14 P. Guichard, A-Andalus, pp. 8-9. P. Guichard, Al-Andalits, p. 441 M. Barcel6, *“,Qué Arqueologia para al-Andalus M, Barcel, *Visperas de feudales’, p. 107 M. Barcel, “4 Qué Arqueologia para al-Andalus’ jus (hasta Ia Megada de los p.78 .p.77 203 Alejandro Gareia Sanjuan invocando ‘razones de precisién’, cl medievalista mallorquin prefiere como mas vilido el segundo, pese a que considera que también el primero 4 Pas representa ‘una perfecta descripcién. La segmentariedad y el Estado tributario Entre los aspectos que han resultado mas controvertidos en la contribucién de M. Barcelé se encuentra, sin duda, el empleo del concepto segmentario como elemento definitorio de la organizacién de las comunidades rurales andalusies. Dicho concepto, procedente del funcionalismo francés, fue redefinido por la antropologia social briténica en la década de los cuarenta del siglo XX, principalmente @ través de E. E. Evans-Pritchard, quien lo utilizé como instrumento de aniilisis de ciertas sociedades africanas primitivas, como los Nuer del Sur de Sudén y otros pueblos nilsticos, caracterizadas por la ausencia de organizacién estatal. El propio Evans- Pritchard trasladé con posterioridad el concepto segmentario a. tribus beduinas de la Cirenaica libia, antes de que, durante los afios setenta, otro antropdlogo britinico, D. M. Hart, lo aplicara a las tribus beréberes magrebies, siendo el punto de partida de su empleo en la historiograffa de al-Andalus. Al margen de la propia operatividad del concepto segmentario y de la posible existencia y continuidad en al-Andalus de amplias comunidades rurales organizadas sobre dicha base, resulta controvertido el empleo de este concepto como criterio de caracterizacién de la sociedad andalusé, dadas sus manifiestas diferencias respecto a las comunidades africanas de cuyo estudio parte la acufiacién del concepto. En efecto, su definicin originaria se referfa a entidades sociales carentes de autoridad centralizada, aparato statal e instituciones judiciales, y en las cuales no existen acusadas diferencias de rango, estatus y riqueza’’. Ninguna de dichas caracteristic: parece adecuarse a las sociedades islimicas clésicas, en general, ni a la andalusf, en particular, dada la presencia tanto de estructuras politicas estatales como de importantes diferencias sociales. * M. Barcelé, *; Qué Arqueologia para al-Andalus’ © M.A. Fortes y Evans-Pritchard (eds.), Afri 6.

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