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Atenas.

Sistema de Gobierno (II)


Asamblea
Estos dos ideales de organización política se materializan en el ordenamiento
constitucional ateniense; la isonomía y la soberanía popular se fundamentan en el
hecho de que todos los ciudadanos del Ática posean los mismos derechos políticos y
en que todos tengan acceso a las magistraturas de la ciudad mediante el sistema de
sorteo, cuya utilización sólo es comprensible a la luz de la extendida creencia de la
intervención divina en los resultados de los mismos y como medida defensiva contra
posibles desmanes electorales.
Todo ciudadano ateniense puede entrar en el sorteo de los cargos , que se hace
de un modo aleatorio e igualitario. Con este sistema son designados buleutas,
arcontes, jurados, comisarios y presidentes de tribunal. El puro azar del sorteo se halla
matizado por la existencia de listas previas de candidatos, examen previo de éstos y de
sus condiciones por las instituciones políticas y obligación de dar cuenta de lo actuado
por los elegidos (responsabilidad jurídica y política permanentemente exigible). Las
restricciones principales al igualitarismo teórico son la condición socio-económica, la
necesidad de una edad legal y la ventaja que, de hecho, poseen los especialistas en
determinado tipo de actividades.
Dentro de este marco, la Asamblea del Pueblo (Ekklesia) constituía el órgano
soberano por excelencia, teniendo como funciones propias la política exterior, el
poder legislativo y el control del poder ejecutivo, materializado fundamentalmente en
el nombramiento y vigilancia de todos los magistrados. Asimismo tenía actuación
sobre los casos de ostracismo.
Para pertenecer a la misma se exigía ser ciudadano, estatus, que después de la
ley de Pericles del 451~50 a.C. era patrimonio exclusivo de los hijos de padre y madre
atenienses, y tener la mayoría de edad, que se adquiría a los dieciocho años.
La Ekklesía se reunía en el ágora y más tarde en el Pnix, y estaba presidida por
los pritanos. Tras una ceremonia religiosa al amanecer, los oradores hablaban y se
votaba a mano alzada. Se cobraba una pequeña dieta por la asistencia

Cualquiera podía ser orador en la tribuna, bajo presidencia de un moderador,


asistido por alguaciles (lexiarcas) y guardias arqueros. Se votaba a mano alzada o con

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guijarros. Las leyes aprobadas eran psefísmata. Desde Pericles, hubo una dieta por
asistencia (misthon) de 1 óbolo, que luego fue de 3.

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