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La fiesta brava A Laue Zavala SE GRATIFICARA AL TAXISTA 0 a cualquier persona que informe sobre el paradero del seilor ANDRES QUINTANA, cuya foto- grafia aparece al mangen. Se extravid cl pasado viernes 13 de agosto de 1971 en el uayecto de la avenida Jua- rez la calle de Tonal en la colonia Roma, hacia las 28:30 (once y media) de la noche. Cualquier dato que pueda ayudar a su localizaci6n se agra- decerd en los teléfonos 511 93 03 y 533 12 50. o LA FIESTA BRAVA UN CUENTO DE ANDRES QUINTANA La tierra parece ascender, los arrozales flotan en el aire, se agrandan los arboles comidos por el defoliador, bajo. el estruendo concéntrico de las aspas el helicéptero hace su aterrizaje vertical, otros quince se posan en los alrededores, usted salta a terra metralleta en mano, dispara y ordena disparar contra todo Io que se mueva yaun lo inmévil, no quedar bambii sobre bambi, no habra ningiin sobreviviente en lo que fue una aldea a orillas del rio de sangre, bala, cuchillo, bayoneta, granada, lanzallamas, culata, todo se wielveinstrumento de muerte, al terminar con los habitantes incendian kas chozas y vuelven a los helicépteros, usted, capitan Keller, siente la paz det deber cumplido, arden entre las ruinas cadiveres de mujeres, nifios, ancianos, no queda nadie porque, co- mo usted dice, todos los pobladores pueden ser del Vietcong, sus hombres regresan sin una baja y con un sentimiento opuesto a la compasion, el asco y el horror que les causaron los primeros combates, ahora, capitin Keller, se encuentra a miles de kilome- twos de aquel infierno que envenena de violencia y de droga al mundo entero y usted contribuyé a desatar, la 68 alawi 11a atin no termina pero usted no volve ra ‘urrasada por el napalm, porque, pensidn de weterano, camisa verde, Rolleiflex, de pie en la Sala Maya del Museo de Antropologia, atiende las explicaciones de a muchacha que describe en inglés e6mo fue hallada la tumbsa en el Templo de las Inseripeiones en Palenque, usted ha Hegado aqui s6lo para aplazar el momento en que deber’i conseguir un trabajo civil y olvidarse para siempre de Vietnam, entre todos los paises del mundo, escogi6 México porque en la agencia de viajes Ie infor maron que era lo mis barato y lo ms préximo, asi pues no le queda mas remedio que observar con fugaz admi- racién esta parte de un itinerario inevitable, con realidad nada le ha impresio las habia visto en reproducciones, desde luego presencia real se ven muy distintas, pero de cualquier modo no le producen mayor emoci6n los vestigios de tun mundo aniquilade por un imperio que fue tan poderoso como el suyo, capitin Keller, wdlo, las mejores piezas salen, cruzan el patio, el viento arroja gotas de la fens te, entran en la Sala Mexiea, vamos a ver, dice la guia, apenas una minima parte de lo que se caleula produje- ton los artistas aztecas sin instrumentos de m das para wansportar Ios grandes bloques de piedra, a ladestruccién de joel aqui esti casi todo lo que sobrevi ‘México-Tenochtitlan, Ia gran ciudad enterrada b elo que, seftoras y sefiores, pisan ustedes, Ja violencia inmévil de Ia escultura azteca provora en uisted tina respuesta que ninguna obra de arte le habia wo suscitaclo, cuando menos lo esperaba se ve ante & monolito en que un eseultor sin nombre fij6 como. quien petrifica una obsesi6n ta imagen implacable de Coatlicuc, madre de todas kas deidades, del sol, fa luna y las esire fda en este planeta ¥ recibe i los muertos en su cuerpo, 1s, diosa que crea la o por ella, imantado, no hay otra palabra, suspenders los tours a Teotibuacan, Tasco y Xochimilco para volver al Musco jueves, viernes y sibae do, sentarse frente a Coatliene y reconocer en ella algo. que usted ha intuido siempre, capitin, st insistencia provoca sospechas entre los cuidadores, para justificarse, para disimular esa fascinacién abe usted se compra un block y empieza a dibujar cen todos sus detalles a Coatlicue, €l domingo le parecer absurdo su interés en un escultura que le resulta ajena, y en vex de volver al Museo se inscribita en Ia excursion FIESTA BRAVA, los. amigos que ha hecho en este viaje le preguntarin por gné no estuvo con ellos en Taxco, en Cuemavaca, las pinsimides y en los jardines flotantes de Xochimileo, en dénde se ha metido durante estos dias, za¢iso no. ley6.a D. H, Lawrence, no sabe que la ciudad de Méxi- ada esquina acecha un peligro no, jamais salga solo, capitan Keller, con 0 es siniestra y mortal?, no estos mexicanos nunca se sabe, no se preocupen, mie sé cuiday, sino me han visto es porque me paso todos los dias en Chapultepec dibue jando las mejores pievas, y ellos, para qué pierde su ™ tiempo, puede comprar libros, postales, slides, repro: dueciones en miniatura, na la conversacién, en la plaza México n, se escttcha tn pasodoble, aparecen en do los matadores y sus cuadrillas, sale el primer toro, lo capotean, pican, banderillean yn honvoriza ante el expec an, usted se alo, no resiste ver lo que Te hacen al toro, y dice a sts compa alvajes mexi- anos, emo se puede tortmnar asf a Tos animales, qué pais, esta maldita FIESTA BRAVA explica sw atraso, su miser resividad, no tienen ningwin fituro, habria que fusilarlos a todos, usted se levanta, abandona la plaza, toma un taxi, vuelve al Museo a con temphw a la diosa, a seguir dibujindola en el poco tiempo en que atin estar abierta la sala, ala accra después cruza el Paseo de la Reforma, Hey sobre el kayo, ve iluminarse el Castillo de Chapultepec cen el cerro, un hombre que vende helados empuja sw caurito de sefior, dispense usted, le interesa mucho todo lo no es verdad?, antes de irse zno le algo que nadie ha visto y usted no olvidar nunca: puedle confiar en mi, sefor, no trato de venderle nada, ho soy un estafador de tuistas, lo que le ofrezco no le costars un solo centavo, usted en sit dificil espaiiol res ponde, bueno, quées, de qué se trata, I, se le acerca y dice, buenas tardes, ho puedo decitle ahora, seitor, pero estoy seguro de que le interesars, s6lo tiene que subirse al tiltimo carro del viktimo metro el viernes 13 de agosto en la estaci6n In rgentes, cuumdo el ten se der a entre Isabel la Catélica y Pino Suarez y las puertas se abran por un instante, baje usted y camine hacia el oriente por el lado derecho de la via hasta encontrar una luz verde, si tiene la bondad de aceptar mi invita- cién lo estaré esperando, puedo jurarle que no se arre- pentira, como le he dicho es algo muy especial, once in 4 lifeline, pronuncia en perfecto inglés para asombro de usted, capitin Kel €l vendedor detendra un taxi, le dari el nombre de su hotel, cémo es posible que lo supiera, y casi lo empu- jard al interior del vehfcuto, en el camino pensar, fue ‘una broma, un estipido juego mexicano para tomar el pelo a los turistas, mas tarde modificard su opinién, y por la noche del viernes sefialado, camisa verde, Rolleiflex, descenderd a la estaciGn Insurgentes y cuan- do Jos magnavoces anuncien que el tren subte halla a punto de iniciar su recorrido final, usted subir al iltimo vag6n, en é1 s6lo hallaré a unos cuantos traba- jadores que vuelven a su casa en Ciudad Nezahualedyotl, al arrancar cl convoy usted vera en el andén opuesto a un hombre de baja estatura que Heva un portafolios bajo el brazo y grita algo que usted no aleanzarii a es- cuchar, ante sus ojos pasariin las estaciones Cuauhtémoc, Bal- deras, Salto del Agua, Isabel la Catélica, de pronto se apagaran la iluminacién externa y la interna, se detendra, bajara usted a la mitad del tinel, caminara sobre el balasto hacia la nica luz atin encendida euan- do el tren se haya alejado, la luz verde, la camisa bri- Nando fantasmal bajo la luz verde, entonces saldré a su. n encuentro el hombre que vende helados enfiente del Museo, ahora los dos se adentran por una galeria de pi abierta a juzgar por las filtraciones y el olor a cieno en el lecho del lago muerto sobre el que se Levanta la ciu= dad, usted pone un flash en su edmara, el hombre To deticne, no, capitén, no gaste sus fotos, pronto tend mucho que retrata, habla en un inglés que asombra por su naturalidad, zen dénde aprendis?, le pregunta, Buffalo, vine por decision propia a la terra de mis antepasados, cl pasadizo se alumbra con hachones de una madera aromiitica, le dice que es ocote, una especie de pino, erece en Tas montanas que rodean la capital, usted no quicre confesarse, tengo miedo, c6mo va a asaltarme aqui, el miedo que no senti en Vietnam, para qué me ha vaido?, para ver la Piedra Pintada, la mais grande escultura azteca, la que conmemora los riunfos del emperador Ahuizoll y no pudieron e1 tar durante las excavaciones del Metro, usted, capitan Keller, fue elegido, usted sera el primer blanco que la vea desde que los espaiioles la sepultaron en el lodo: para que los vencidos perdieran la memoria de su pasa- da grandera y pudicran ser despojados de todo, marca- o, convertides en bestias de trabajo y de dos a hi cl habla de este hombre lo sorprende por su vehe ia, capitin Keller, y todo se agrava porque los ojos de su interlocutor parecen resplandecer en la penumbra, ry usted Ios ha visto antes, zen dénde?, ojos oblicuos pero forma, los que Hamamos indies Hegaron por el WG. 2NO eS asi? México también es aside smo a nada, pertenect al Estrecho de Ber tico, podria decirse, pero no mejor ejército del mundo, invieto siempre, soy un vet ano de guern todo esto, con ya que ha aceptaclo meterse la aventura valga la pena, puesto que ha descendido a otro infierno espera el premio de encontrar una ciu- dad subterrsinea que reproduzca al detalle la México- ‘Tenochtitlan con sus lagos y sus canales como sentan las maquetas del Museo, pero, capitiin Keller, no hhay nada semejante, s6lo de trecho en trecho aparecen, as, fragmentos de adoratorios y palacios artecas, sts piedas se emplearon como base, o de la ciudad espafiola, cuatro siglos atr cimiento y relles cl olor a fango se hace mis fuerte, usted tose, se ha res- friado por la humedad intolerable, todo hele a encie- tro y a tumba, el pasadizo ¢s un inmenso sepulero, abajo esti el lago muerto, arriba la ciudad moderna, ignorante de Io que Heva en sus entrafas, por la dis- tancia recorrida, supone usted, deben de estar muy cerca de la gran plaza, la catedral y el palacio, quiero salir, siqueme de aqui, le pago Io que sea, a st acompafante, espere, capitin, no se preocuy todo esti bajo control, ya vamos a llegar, pero insiste, quiero ime ahora mismo le digo, usted no sabe quign soy yo, lo sé muy bien, capitan, en qué lio puede meterse sino me obedece, 4 usted no muega, no pide, manda, impone, humilla, es acostumbrado a dar drdenes, los inferiores tienen que obedecerlas, la firmeza siempre da resultado, el vende- dor contesta en efecto, no se preocupe, estamos a punto de Hegar a una salida, a unos cincuenta metros Te muestra una puerta oxidada, la abre y le dice con la mayor suavidad, pase usted, capitin, si es tan amable, y entra usted sin pensarlo dos veces, seguro de que saldra a la superficie, y un segundo mas tarde se halla encerrado en una cémara de tezontle sin mas Iz ni ventilaciOn que las producidas por una abertura de forma indescifrable, muerte?, el glifo del viento, el glifo de la a diferencia del pasadizo allel suelo es firme y parejo, ladrillo antiquisimo 0 tierra apisonada, en un rincn, hay una estera que los mexicanos llaman petate, usted, se tiende en ella, esti cansado y temeroso pero no duer- me, todo es tan irreal, parece tan il6gico y tan absurdo, que usted no alcanza a ordenar las impresiones recibi- das, qué vine a hacer aqui, quién demonios me mands venir a este maldito pais, emo pude ser tan idiota de aceptar una invitacién a ser asaltado, pronto llegaran a quitarme la cimara, los cheques de viajero y el passe porte, son simples ladrones, no se atreversin a matarme, Ia fatiga vence a la ansiedad, to adormecen €1 olor a Iégamo, el rumor de conversaciones lejanas en un idio- ‘ma desconocido, los pasos en el corredor subterrineo, cuando por fin abre los ojos comprende, anoche no debi haber cenado esa atroz comida mexicana, por st. culpa ha tenido una pesadilla, de qué manera cl inconsciente saquea la realidad, el Museo, la eseultura azteca, el yendedor de helados, el Metro, los uineles extrafios y amenazantes del ferrocarril subterrineo, y cuando cerrainos los ojos le da un orden o un desorden distintos, ‘qué descanso despertar de ese horror en un enarte lim= pio y seguro del Holiday Inn, chabra gritado en el sueio?, menos mal que no fue el otro, e! de Tos vietna- mitas que salen de la fosa comtin en las mismas eondi- ciones en que usted los dejé pero agravadas por los aftos de corrupeién, menos mal, qué hora es, se pre- gunta, extiende la mano que se mueve en el vacio y trata en vano de aleanzar la limpara, la Limpara no esti, se llevaron Ia mesa de noche, usted se levanta para encender a luz central de su habitacién, cn ese instante irrumpen en la celda del substiclo los hombres que lo llevan a la Piedra de Abuizotl, la gran ilar acanalada, en wna de las piramides geme- las que forman el Templo Mayor de México-Tenochti- tlan, Io aseguran contra la superficie de basalto, Te abren el pecho con un cuchillo de obsidiana, le attan can el corazén, abajo danzan, abajo tocan su misica taistisima, y Io levantan para offecerlo como alimento sagrado al diosjaguar, al sol que viaj6 por las selvas de la noche, yahora, mientras su cuerpo, eapitén Keller, su cuerpo deshilvanado rueda por la escalinata de la pirimide, con la fuerza de la sangre que acaban de ofrendarle 1 sol renace en forma de signila sobre México-Tenocht tan, el sol eterno entre os dos voleanes. % Andrés Quintana escribi6 entre guiones el mimero 78 ‘en la hoja de papel revolucién que acababa de intro- cucir en la maquina eléctrica Smith-Corona y se volvié hhacia la izquierda para leer la pigina de The Population, Bomb. En ese instante un grito lo apart6 de su trabajo: “Ft, Arriba las manos, No se mueva-. Deséle las cuatro, de la tarde el televisor habfa sonado a todo volumen en el departamento contiguo. Enfrente los jévenes que formaban un conjunto de rock atacaron el mismo pasa je ensayado desde el mediodfa: Where's your momma gone? Wier’ your momma gone? Littl baby dom Liltle baby dom Where's your momma gone? Where's your momma gone? Fas far aw. Se puso de pie, cerré la ventana abierta sobre el hi- sgubre patio interior, volvi6 a sentarse al escritorio y re~ leyo SCENARIO I. En 1979 the last non-Communist Governe- ‘ment in Latin America, that of Mexico, is eplaced by a Chi ese supported military junta. The change occurs at the end of a decade of frustration and failure for the United States, n Famine has sept repeatedly across Africa and South Ame rica. Food riots eve often became anti-American riots Medit6 sobre el término que traducirfa mejor la pala bra seenario, Consulté la secciGn English/Spanish del New World, “Libreto, gui6n, argumento.” No en el con- texto, 2Tal vez “posibilidad, hipétesis"? Releyé la prix mera frase y con cl indice de la mano izquierda (un accidente infantil le habia paralizado Ta derecha) eseri- Did a gran velocidad: En 1979 el gobierno de México (el gobierno mexica- 1no?), tltima no-comunista que quedaba en América Lati- ‘na (¢Latinoamérica, Hispanoamérica, Iberoamérica, la América espaiiola?), es remplazado (zderrocado?) {por una junta militar apoyada por China (zeon respaldo chino?) Alterminar Andrés ley6 el parrafo en vor. alta: “que quedaba’, suena horrible. Hay dos “pores” seguidos. E “ina-ina”. Qué prosa. Cada vez traduzco peor, Sac6 la oj bajo el antebrazo derecho la prensé contra la me- ‘sa para romperla con [a mano izquierda. Sond el telé- f ~Diga. Buenas tardes. ;Puedo hablar con el senor Quin- tana? Si, soy yo. | “Ah, quilibole, Andrés, como estis, qué me cuen- tas. —Perdén... gquién habla? =a no me reconoces? Claro, hace siglos que no con ery te voy a dar lata como siempre. versamos. Soy Arb 8 seme i “Ricardo, hombre, qué gusto, qué sorpresa. Llevaba alios sin saber de ti Es increible todo lo que me ha pasado. Ya te contaré cuando nos reunamos. Pero antes déjame decinte que barqué en un proyecto sensacional y quiero ver e qué se ata? =Mira, es cnestion dle reunirnos y conversar: Pero te adelanto algo a yer si te animas. Vamos a sacar una revise a como no hay otra en Mexiguito. Aunque es dificil cak sla estas cosas, ereo que va a salir algo muy especial. =2Una revista literaria? —Thueno, en parte. Se trata de hacer una especie de Exquineen espaol. Mejor dicho, una mercla de Expire, Playin, Penthonse y The New Yorker ~zno te parece wna Tocura?— pero desde luego con tuna proyeccién latina =Ah, pues muy bien -cijo Andrés en el tono mis des: ganado. = Verdlad que es buena onda el proyecto? Hay dine 10, anunciantes, distribucién, equipo: todo. Meteremos, publicidad distinta segiin los paises y vamos a imprimir con Panama. Queremos que en cada niimer portajes, crénieas, entrevista, caricaturas, ¢ nor, seeciones fijas, un “desnudo del mes ceneucradas, porsupuesto, y cscrito en espaol, Me parece estupendo, Para el primero se hab as, hue y otras dos pensado en comprare uno No estuve de acuerdlo: insisti en que debiamos var con proyeceién continental a un autor mexicar rio, ya que la revista se hace aqui en Mexiquito, tiene ese defceto, ni modo. Desde luego, pensé en ti, aver sinos haces el honor 4 Gabo. FILOSOFIA oy Y LETRAS Muchas gracias, Ricardo. No sabes cudnto te agra dezco. Entonces zaceptas? Si, claro... Lo que pasa es que no tengo ningtin cuen- to nuevo... En realidad hace mucho que no eseribo, =iNo me digas! 2¥ eso? problemas, chamba, desaliento... En fin, lo de siempre. Mira, olvidate de todo y signtate a pensar en tu rela to ahora mismo. En cuanto esté me lo traes. Supongo que no tardards mucho. Queremos sacar el primer nntimero en diciembre para salir con todos los anuncios de fin de ato... A ver: ga qué estamos...? 12 de agosto... Seria perfecto que me lo entregaras... el dia primero no se wabaja, es el informe presidencial... el 2 de sep- tiembre ;te parece bien? Ricardo, sabes que me tardo siglos con un ‘cuento... Hago diez 0 doce versiones... Mejor dicho: me tasdabe, hacia ~Oye, debo decirte que por primera vez en este pin: che to literario, A nivel internacional no es gran cosa, pe ccon base en lo que suelen darte en Mexiguito es una for tuna... He pedido para ti mil quinientos ddlares. =:Mil quinientos délaves por un cuento? =No esti nadia mal gverdad? Ya es hora de que se nos quite lo subdesarrollados y aprendamos a cobrar nues- to trabajo... De manera, mi querido Ricardo, que te ‘me vas poniendo a escribir en este instante. Toma mis, datos, por favor Andrés apunt la direcci6n y el teléfono en la esqui- na superior dereeha de un periédico en el qu HAY QUE FORTALECER LA SITUACION PRIVIL se trata de pagar bien, como se merece, un tex- 80 : ‘TIENE MEXICO DENTRO DEL TURISMO MUNDIAL. Abun- dé en expresiones de gratitud hacia Ricardo. No quiso continuar la traducciGn. Ansiaba la Hegada de su espo- sa para contarle de! Hilda se asomby desesperado como siempre. Al ver su entus quiso disuadirlo, por mas que la tentativa de empezar y terminar el cuento en una sola noche le parecfa con- denada al fracaso, Cuando Hilda se fue a dormir Andrés escribié el titulo, LA FIESTA BRAVA, y las prime- tas palabras: “La tierra parece ascender”. no estaba quejumbroso y Llevaba aitos sin trabajar de noche con el pretexto de que el ruido de la maquina molestaba a sus vecinos. En realidad tenia mucho sin hacer mas que traducciones y prosas burocraticas, Andrés hall6 de nifio su vocacién de cucntista y quiso dedicarse solo a este género. De adolescente su biblioteca estaba formada sobre todo por colecciones de cuentos. Contra la dispersion de sus amigos él se enorgullecia de casi no leer poemas, nove- las, ensayos, dramas, filosoffa, historia, libros politicos, y frecuentar en cambio los cuentos de los grandes narradores vivos y muertos Durante algunos afios Andrés curs6 la carrera de arquitectura, obligado como hijo tinico a seguir la pro- fesidn de su padre. Por las tardes iba como oyente a los cursos de Filosofia y Letras que pudieran ser titiles para su formacién como escritor. En la Ciudad Universitaria recién inaugurada Andrés conocié al grupo de la revis- ta Trinahera, impresa en papel sobrante de un diario de nota roja, y a su director Ricardo Arbeliez, que sin dccirlo actuaba como maestro de esos jévenes. Ya cumplidos los treinta y varios afios después de 81 haberse titulado en Derecho, Arbelie7 queria docto- rarse en literatura y convertirse en el gran critic. iba a establecer un nuevo orden en las letras mexi nas. En la Facultad y en el Ca abl: ba sin cesar de sus proyectos: una nueva historia literae ria @ partir de a esté yuma gran novela capar de representar para el México de lo que En busca del tiempo perdido significé Elinsinuaba que habia roto con su fami luna mentira a todas luces, y por tanto harfa su libro con, verdadero conocimiento de causa, Hasta entonces sit obra se limitaba a resenas siempre adversas y a textos contra el PRI y el gobierno de Ruiz Cortines. Ricardo era un misterio aun para sus mis cercanos amigos. Se murmuraba que tenfa esposa ¢ hijos y, con- ta sus ideas, trabajaba por las mafianas en el bufete de tun ahogringster, defenisor de los indefendibles y famoso. por sus esciindalos, Nadie lo visit munca en su oficin: ini en su casa. La vida piblica de Atbelicz empezaba a las cuatro de Ia tarde en ha Ciudad wba a fas diez dle la niversitaria y ter- yoche en el Café de tas Amée Andrés sii enmetanan det maestro y poles Riearlo coaidertba © Andcés“l cacy hd odsiessnaoelce pies Nici nen alae Eee eae isdenes9 dlaina ooh yeete ene “el cuemtista mis pro \ci6n’. En su bakuce Tite io definitivo: “Para natrat, nadie de 82 ‘Sin embargo, no habia intimado con ella porque Hilda ‘estaba siempre al lado de Ricardo. Su relacién jamas quedé clara. A veces pareefa la intocada disefpula y les indicaba q velmiradora de qu nes, a pesar de la diferencia de edades, Ricardo la ta taba como a una novia de aquella 6poca y de cuando en ‘cuando todo indicaba que tei més intima, Arbelae? pasé unas semanas en Cuba para hacer un| libro, que no legé a escribir, sobre los primeros meses de la revolucién, Insinué que él habfa presentado a Ernesto Guevara y a Fidel Castro y en agradecimiento, ambos lo invitaban a celebrar cl triunfo. Esta mentira, pensé Andrés, comprobaba que Arbeldez era un mit6- mano, Durante su ausencia Hilda y Quintana se vieron todos los dias y a toda hora. Convencides de que no podrfan separarse, decidievon hablar con Ricardo en. cuanto volviera de Cuba. La misma tarde de la conyersacién en el café Paler= mo, el 28 de marzo de 1959, las fuerzas armadas rom- pieron la Inuelga ferroviaria y detuvieron a su lider Demetrio Vallejo. Arbeléez no objet6 la unién de sus amigos pero se aparté de ellos y no volvié a Filosofia y Letras. Los amores de Hilda y Andrés marcaron el fin del grupo y la muerte de Tiinchera. En febrero de 1960 Hilda qued6 embarazada, Andrés no dudé un instante en casarse con ella. La ‘madre (a quien ¢l marido habia abandonado con dos hijas pequeiias) acepts el matrimonio como un mal menot, Los seiiores Quintana Io consideraron una equivocacién: a punto de cumplir yeintincinco anos Andrés dejaba los estudios cuando ya sélo le faltaba 85 Ambos eran catdlicos y miembros del Mosimiento Familiar Cristiano. Se estremecfan al pensar en) aborto, una madre soltera, un hijo sin padre. Resigna- dos, obseq -vos esposos algiin dinero y una casita seudocolonial de las que el arquitecto habia construido en Coyoaciin con materiales de las demoli= ciones en la ciudad antigua Andrés, que atin seguia trabajando cada noche en sus cuentos y se negaba a publicar un libro, nunca escribié notas ni resefias. Ya que no podia dedicarse al periodismo, mientras intentaba abrirse paso como guionista de cine tuvo que redactar las memorias de un general revolucionario. Ningtin script satisfizo a los produetores. Por su parte Athekiey emper6 a co laborar eada semana en México en da Cultura, Duran te un tiempo sus eriticas feroces fueron muy comen- tadas. Hilda perdié al ni Qued6 ineapacitada para concebi versidad y nunca mas volvié a hacer poemas. El ge ral murié cuando Andrés iba a la mitad del segundo volumen. Los herederos eancelaron el proyecto. En 1961 Hilda y Andrés se mudaron 2 un sombrio depar- tamento interior de la colonia Roma. El alquiler de st casa en Goyoaczin completaria lo que ganaba Andrés traduciendo libros para una empresa que fomentaba el panamericanismo, la Alianza para el Progreso y la imagen de John Firtgerald Kennedy. En el Suplemento por excelencia de aquellos aitos Arbelier (sin mencio- har a Andrés) denuncié a la casa editorial como ten culo de la c1a, puesto, las amistades familiares obt o en el sexto mes de embarazo, cuando Ia inflaci6n pulveriz6 su presu- jieron para st no podria sobrevivir como escritor, 5 | Andrés la plaza dle corrector de estilo en la Secretaria de Obras Piblicas, Hilda quedé empleada, como su ina, en la bautiquede Madame Marnat en ta Zona, hes Rosa En 1962 Sergio Galindo, en la serie Fiecién de la Uni- versidad Veracruzana, publics Fabulaciones, el primer y iiltimo libro de Andrés Quintana. Fabulaciones tuvo la mala suerte de salir al mismo tiempo y en la misma coleccidn que la segunda obra de Gabriel Garcia Mar- (quer, Las funerates dela Mamdé Grande, y en los meses de Aura y La muerte de Artemio Cre. Se vendicron ciento treinta y cuatro de sus dos mil ejemplares y Andrés compré otros setenta y cinco. Hubo una sola reseiia escrita por Ricardo en el nuevo suplemento La Culler Je mandé una carta de agradect- 9 a manos de Are en México. And ito, Nunca supo si habia Mega bekiex. Después las revistas mexicanas dejaron durante mue cho tiempo de publicar narraciones breves y el auge de Ta novela hizo que pocos se interesaran_ por cescribirlas. Edmundo Valadés inici6 El Guentoen 1964 y reprodijo a To largo de varios afios algunos textos de Fabulariones, Joaquin Dier-Canedo Te pidid una nueva coleecisn para la Serie del Volador de su editorial Joa- quin Mortiz, Andvés le prometié al subdirector, Ber- nardo Giner de los Rios, que en marzo de 1966 iba a ‘entregarle el nuevo libro. Concurso en vane por la eca del Centro Mexicano de Escritores, Se desalents, pospuso el volver a escribir para una época en que todos sus problemas se hubieran resuelto ¢ Hilda y su hermana pudiesen independizarse de Madame Marnat yestablecer st propia tienda Ricardo habia visto interrumpida su labor cuando se suicid{6 un eseritor victima de un comentario. No hubo en el medio nadie que lo defendicra del escdndalo, En cambio cl abogingster salié a los periédicos y argu -ment6: Nadie se quita la vida por una nota de mala fe; el seiior padi nedades, como para negarse a segnir viviendo, EI suicidio y el Fesentimiento acumulad hicieron que la ciudad se le volviera irrespirable a Ricardo. Alno hallar editor para Jo que iba a ser su tesis, tayo que humillarse a imprie mirla por su cuenta. El gran esfiverzo de revisar la nove la mexicana hallé un solo eco: Rubén Salazar Mallén, tuno de los mis antiguos criticos, lamenté como final- mente reaccionaria la aplicacién dogmatica de las teorias de Georg Luciks. El rechaze de sun ‘cuanto significara vanguardismo, fragmentac nacién, condenab a Arbeliez a no entender los libros de aquel momento y destrufa sus pretensiones de nove- dad y originalidad. Hasta entonces Ricardo habia sido cl jucz y no el juzgado. Se deprimid pero tuvo la noble- za de admitir que Salazar Mallén acertaba en sus obje- fa suficientes problemas y ent Como tantos que prometieron todo, Ricardo se estrell6 contra el muro de México. Volvié. por algin tiempo a La Habana y Inego obtuvo wn puesto como profesor de es hecoslovaquia. Estaba en Praga enando sobrevino la invasién soviética de 1968, Lo tilimo que supieron Hilda y Andrés fue que habia emigrado a Washington y trabajaba para la OFA. En un segundo pasaron los sesenta, cambis el mundo, Andrés cumpli6 treinta afios en 1966, México era dis. into y otros jévenes Henaban los sitios donde entre 1955 y 1960 ellos escribieron, leyeron, discuticron, i } aprendicron, publicaron Thinchera, se taron, siguieron su camino 0 se frustraroi on, se apar- 1 como fuere, Andrés le deefa a Hilda por las noches, mi vocaci6n era escribir y de un modo o de ott0 la estoy ‘cumpliendo. / AL fin y al cabo las traducciones, los fo Hetos y aun Ios oficios burocriticos pueden estar tan bien eseritos como un cuento zno crees? / S6lo por un, concepto elitista y arcaico puede ereerse que Lo tinico vilido es la llamada “literatura de creacién” zno te pare cc? / Ademais no quiero competi con los escritorzuc- flcios por la publicidad; noveluchas como las que ahora tanto elogian los seudocriticos qu padecemos, yo podria hacerlas de a diez por aio zver- dad? / Hilda, cuando estén hechos polvo todos los libros que hoy denen éxito en México, alguien leers Fabutaciones y entonces... / Yahora por un cuento-el primero. inico posterior a Fabulaciones- estaba a punto d cen meses de tardes enteras ante la -omo legions. Iba. os mexieanos i una década, el bir lo que gana miiquina uaduciendo lo que defin sus deudas de oficina, a comprarse las cosas que Te faltaban, a comer en restaurantes, a itse de vacacio- nes con Hilda, Gracias a Ricardo habia recuperado su impulso literario y dejaba atras los pretextos para ocuk- arse su fracaso esencial En el subdesarollo no se puede ser eseritor. / Esta 1: 1 libro ha muerto: nadie volver a leer teresa son Tos mass media. / mos en 19 nunea: ahora lo qu B abajo perdido: de mi experiencia burocratica, ya ve= nis, saldrain cosas. / Con el indice de la mano izquierda eseribié “los arro- 7 zales flotan en el aire” y prosignié sin detenerse, Nunea antes lo habia hecho con tanta fluidez. A las cinco de la maitana puso el punto final en “entre los dos voleanes”, Ley6 sus paginas y sintié una plenitud desconocida, Cuando se fue a dormir se habia fumado una cajetilla, de Viceroy y bebido cuatro coca colas pero acababa de terminar LA TIESTA BRAVA, Andrés se levanté a las once. S por teléfono a Ricardo. No puede ser. Ya lo tenias escrito, juuro que no. Lo hice anoche. Voy a corregirlo y ‘a pasarlo en limpio. A ver qué te parece. Ojai funcio- ne, gCuando te Jo levo? —Fsta misma noche si quieres. Te espero a las nueve cen mi oficina, Muy bien. All de verdad, no sabes euinto te lo ag) -No tienes nada que agradecerme, Andrés, Te man do un abrazo. yas, se afeits y Hams alas nueve en punto. Ricardo, a Obras Priblicas para disculparse por su inte el jefe del departamento, Hizo cambios a mano y reeseribi6 el cuento a méquina. Comié un sindwich de mortadela casi verdosa, A las cuatro papel bond de Kim- Ioutique de Madame inado el cuenta ¢ ibaa nat. Le dijo que habia centregirselo a Arhekiez. Ella le contesté: De seguro vas a Ile no quedarme sola al cine con mi hermana. -Ojal pudicran ver Commonia seaeta, Es de Joseph Losey: Si, me gustaria, 2No sabes en qué cine Ta pasan? Bueno, te felicito por haber vuelto a escribir. Que te vaya bien con Ricardo. ‘A las ocho y media Andvés subié al metro en Ta esta- cién Insurgentes. Hizo el eambio en Balderas, descen- dig en Juarez y llegé puntual a la oficina. La secretaria cera tan hermosa que él se avergonzé de su delgade7, st. aja estatura, st ropa gastada, su mano tullida. A los pocos minutos ka joven Te abrié las puertas de un des: pacho iluminado en exceso. Ricardo Arbel levamts del eseritorio y fue a su encuentro para abra- arto. Doce atiios habian pasado desde aquel 28 de marzo de 1959, Arbelies le parecio inreconocible con el traje ntung aaib-turquesa, las pa antcojos sin aro, cl pelo entreeano. Andrés volsi6 a sen tirse fuera de lugar en aquella oficina de ventanas sobre Ja Alameda y paredes cubiertas de fotomurales con vie~ as, el bigote, los de js litograffas de la ciudad. Se escrutaron por unos cuantos segundos. Andrés sintié forzada la actitud antinostilgiea, de coma deriamos ayer, que adoptaba Ricardo, Ni una palabra acerca de la época, ninguna pregunta sobre Hilda, ni el menor hablar de sus vidas ron de verse. Crey6 intento de ponerse al corriente durante el largo tiempo en que que la cordialidad celefénica no tardarfa en romperse Me trajo a su terreno. / Vaa demostrarme su poder: / Elha cambiado. / Yo también. / Ninguno de los dos es. lo que quisiera haber sido, / Ambos nos traicionamos a quién le fne peor? nsidn Atbekier lo invité a sentarse ély le ofre- Para ropes en el soi de cuero negro. Se colocé frente tun Benson & Hedges (antes fuumaba Detieados) ry fa. Siempre lo selmirares de Andrés, tanto uxis asombrosos porque estaban he- chos a toda velocidad y con un solo dedo, Te qued6 de un tamaiio perfecto, Ahora, si me per ‘ites tun instante, voy a lecrlo con Mr. Hardwick, el ei- (orin-chief de la revista. Es de una onda muy padre. Tra bajé-en Time Magazine. cQuieres que te presente con =No, gracias. Me da pena, -2Pena por que? Sabe dl ti, Te estd esperando, -No hablo inglés. -{€émo! Pero si has tmaducido miles de libros Quiz por eso mismo, -Sigues tan raro como siempre. 2Te ofvereo un whisky, un café? Pidele a Viviana lo que desees, Al quedarse solo Andrés hoje6 las publicaciones que estaban en la mesa frente al soft los originales impecables Located on 150 000 fet of Revoleatera Beach and rising 16 Soris like an Astec Pyramid, the $40 million Acaprlea Prin ‘vss Hotel annd Club de Golf opened as this jet set resort's ar _gest and most lavish yet. One of the most spectacular hotets you wil exer see, it has a lbby modeled like an Astec temple ‘with sunlight and moonlight filtering through the ans cent roof. The 20 000 feet lobby’ atrium is complemented by 60 foet paturties, a fling lagoon and Mayan sculpture. Pero estaba inguieto, no podia concentrarse. Miré por la ventana la Alameda sombria, la misteriosa cit dad, sus luces indescifrables, Sin que él se lo pidiera Viviana entrd a servirle café y luego a despeditse y a deseatle suerte con ins, Se puso de pie, Ie estreehé Ia mano, hubiera que rido decinle algo pero sélo acerts a darle las gracias. Se hy c: 1a muchs cha se parecia a Hilda, a Hilda en 1959, a Hilda con ropa como la que vendia en la boutique dle Madame Marnat pero no alcanzaba a comprarse. Alguien, se dijo Andrés, con toda seguridad la espera en Ia entrada, del edificio. / Adi6s, Vivian Dejé entiiarse el café y volvi6 a observar los fotomu- rales, Lamenté la muerte de aquella cindad de México, na amabilidad que lo aturdi6 ain ia tardado en reconocer lo ms evid Imagind el relato de un hombre que de tuna litografia termina en st interios, entre p de otro mundo. Incapav de salir, ve desde 185 contemporincos que lo miran inmévil y unidimensio- nal una noche de septiembre de 197] En seguicla pensé: Ese erento no es mio, / otto lo ha escrito, / acabo de leerlo en alguna parte. / O tal ver no: To he inventado aq ha oficina, sitae da en el lugar menos idén sonajes ‘0 para una revista con tales lo: arin me estoy evadier pretensiones, / En realid no asimilo el encuentro con Rieardo. / Habra dejaco de pensar en Hilda? / 2Le seguiria fando sila viera tras once aiios de matrimonio con, \de dle su generacién? / “Para fracasar, eseribinia un Dakine de Ja na ‘utal, / :Cuiles fueron sus vere daderas relaciones con Hilda? / Por qué querido contarme vaguedades acerea de la 6poca 4 paso con Ricardo? /--Me tendieron una tampa, me ‘eazavon para casarme a fin de que él, en teoria, puudic- ra seguir libre de obligaciones domésticas, irse de Mé iause como eseritor en vez de terminar como el fiaseo ms gra nadie como Qu ahora si hie Ha séto ha ot ua que twaduce ilzgibros pagados a trasm por la CIA? / zNo es vil y ea iar de la espo- sa que ha resistido a todas mis frusteaciones y depré nes para seguir a mi lado? :No es un crimen calumniar a Ricardo, mi maestro, el amigo que por simple genero- sidadl me tiende Ia mano cuando mas falta me hace? / escrito su novela Ricardo? / ga Negaré a bir algiin dia? / zPor qué el director de Trinchera, ‘6 implacable dle todas las corrupciones literarias y humanas, se halla en esta oficina y se dispone a hacer luna revista que cjemplifica todo aquello contra lo que luchamos en nuestra juventud? / gPor qué yo mismo pondi con tal entisiasmo a una oferta sin expliea ‘cidn logica posible? / fan terrible es el pais, tan terrible es el mundo, que ‘en él todas las cosas son corruptas 0 cormuptoras y nadie puede sakrse? /

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