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Una vez una persona llamada Klun que había sido recientemente elevado a un cargo de superior y no

lograba el compromiso de los colaboradores. Ellos lo obedecían pero cuando estaban a sus espaldas
hablaban mal de él sencillamente cuando estaba trabajaban pero cuando no estaban no hacían nada. El
hacia sus mejores esfuerzos para ser un líder, pero nada le resultaba. Klun fue a la montaña para ver a un
sabio y pedirle consejo.

Le contó su historia y le pidió que lo ayudase a mejorar su liderazgo, “Te daré un consejo pero lo haremos
a mi manera” dijo el sabio. Lo llevó a una quebrada donde se veía un rió y le indico que se sentara a
observarlo.

El príncipe asintió se sentó debajo de un árbol y observo el río durante horas sin comprender lo que hacía.
Unas horas más tarde cuando ya estaba muy cansado exclamó “Maestro aconséjeme, como ser un mejor
líder”. “Observa el río y aprende como debes liderar” le indicó.

El príncipe se sorprendió CON LA INDICACION PERO EL MAESTRO LE INDICÓ PACIENTEMENTE QUE


AL FINAL DE SU TAREA ENTENDERÍA.

Luego lo condujo a una explanada donde junto unos troncos y


prendió fuego. Esta vez le pidió que se sentara a contemplar el
fuego.

Con expresión de resignación en su rostro el mandatario obedeció.


Observó el fuego durante horas, hasta que su paciencia se colmó
“Si lo que pretende es que me sienta ignorante, lo ha logrado”
exclamó indignado.

Estoy harto de mirar la naturaleza. Lo que quiero es que me diga


con palabras que debo hacer para ser un mejor líder.

El maestro le dijo “Ahora que ya has visto el fuego ya sabes cómo NO liderar. No debes gobernar como el
fuego. Es imponente, despliega su luz e impresiona. La gente se sienta a observarlo con miedo. Produce
mucho ruido, calor y luz, pero en pocos minutos consume todo, e inclusive se consume a si mismo. Nada
queda de su obra, después que se extinguió: solo cenizas.

El río en cambio, es silencioso, humilde ya que va por debajo de todos, avanza en un sentido, decidido
claramente a fundirse con el mar.

Es flexible y se adapta rápidamente a los cambios, surca todos los obstáculos que se ponen en su camino,
pero lo mas importante es que siembra bienestar por donde transita, generando vida y ayudando a las
comunidades a desarrollarse y crecer.

Hijo mío gobierna como el rio, deja de gobernar como el fuego y


serás un líder amado y cuando te extingas tu siembra
permanecerá para siempre, todos te recordaran porque gracias a
tu amor, tu servicio, tu humildad crecieron y desarrollaron muchas
personas y dejaste un mundo mejor

Y tú cual de los dos eres? Eres el jefe gritón, criticón, tu gente te


tiene miedo? Haces que te obedezcan por temor? Quieres que
todo lo hagan a tu modo? Entonces eres fuego presionas a tu
gente hasta el agotamiento y posiblemente te estés consumiendo
tu mismo en el estrés, el insomnio, las ulceras, la hipertensión cuando te vayas nadie te recordara… O
eres como el río: te preocupas por los problemas y necesidades de tus colaboradores, formas equipos y
les delegas autoridad capacitándolos y dándoles libertad para que innoven, presenten proyectos de
mejora, los ayudas a crecer, los retas y desafías a grandes visiones y proyectos en equipo? La gente te
amara y tu mismo dormirás tranquilo y te sentirás orgulloso de tu trabajo y cuando te vayas te recordarán
como una persona que cambio sus vidas y la de tu organización LIDER CORP (Corporación de Lideres
de Cambio visita nuestra web en www.lidercorp.net / Teléfono. 472-3333 Capacitación y Consultoría).

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