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[toe eni ge Re eestor Maria Paula Meneses Epistemologias del Sur (Perspectivas) Dist inesiory cubes: RAG Tadvecin de Antonio Agu (salvo os eapios 2, 10,1 y 12, iginales en castellano, yy 4 eyes tadactore se indican a inicio de los mises) {a edicién del presence ibro ha conta coal colubortcién de Diogo Global, a Fos SH 2 Reserutdos dos les derechos, De acuerdo alo dspues endl at 270 el Codigo Pel, podedn se casgedes con penas ele yprvacin de libertad quienes so la precept sutriacn epreduzcan,pligin, dstibuyano eomuniquen pdblicamente, ‘todo oen pan, une obra itera atitie cent, ‘ada en cuslouies tipo de soporte. ‘Tl orginal: Epsiemologies do Sul © Les stores, 2014 © Béicones Akal, S.A, 2014 pare engu espaila Sects Forest, 1 25160 Tees Canoe Madiid-Eopae ‘Ta 918061 986 Fax: 918044028 vworwakeLeom ISBN 978-64.96039556 Depssito legal M-7520-2014 Impreso ea Zap Epistemologias del Sur Perspectivas Boaventura de Sousa Santos y Maria Paula Meneses (eds.) © ashes! Indice general Sobre los autores. Prefaci : Introduccién. Boaventura de Sousa Santos y Maria Pauls Meneses Panre I DDE LA COLONIALIDAD A LA DESCOLONIALIDAD L. Més allé del pensamiento abismal: de las ineas globales a una ecologia de saberes : Boaventura de Sousa Santos 1a dvisin sbismal entre regulaci6n/emancipaci6n y spropiaci6n/violencia, 29 — Cosmopoltismo subalterno, 38 ~ El pensamiento postabismel como ppensatniento ecolégico, 40 ~ Conclusin, 51 ~ Referencias bibliogréfcas, 53 IL. Colonialidad del poder y clasficaci6n social... on OF I Anibal Quijano | Introduccién, 67 ~ La cuestién del poder en el eurocentrismo, 70—La hete- ! rogeneidad histérico-estructural del poder, 72 ~ Notas sobre la cuesti6n de | In totalidad, 76 ~ La cuestién de le clasficacién social, 80 ~ El concepto de clase: gde la ensturaleza» a la esociedad»?, 88 ~ Reduccionismo y ahistorici- dad en la teoria eurocéntrica de las clases sociales, 90 — {Teoria de las clases sociales 0 ceorfa de Ia clasficaci6n social?, 91 ~La heterogeneidad de la la- sificaci6n social, 92 - La produccién del sujeto colectivo, 94 ~ Colonialidad del poder y clasficacin social, 96 - Referencias bibliogrificas, 105, TL. Conocimiento de Africa, conocimiento de africanos: dos L perspectivas sobre los estudios africano..... Paulin J. Hountondii Referencias bibliogréficas, 118 Las céceles del conocimiento: investigacién activista y revolucién ena era de la «globalizacién» Radha D'Souza Introduccién, 121 — Contextos insttucionales y sociales de Ia investigacin, 122~ eInvestigacin actvista? cActivismo e investigadores? 2O activismo en la investigaciin?, 126 ~ La movilizacién «desde arriba», 134 — ¢Crceles del conocimiento?, 139 — Referencias bibliogrficas, 142 Paxte IL ‘LAS MODERNIDADES DE LAS TRADICIONES Globalizaci6n y ubuntu “Mogobe B. Ramose ‘Globelizacén y losofia, 148 - Rumores de la globalizacién, 151 —La global- zacién econémice, 153 - La globalizaciény la familia, 155 — Critica de la glo- balizaci6n deos globalistas, 161 ~El debiltamiento dela soberani, 162 —Ha- ia una economia global, 164 ~La flosofia de los derechos humanos, 166— El sercado y el derecho a la vida, 170 ~ Globalizacién: guna cuestién de gober. ‘nana o dejusticia?, 174 ~La metafisica de ls compettvidad, 175 ~La flosofia sbuntu de los derechos humanos, 177 ~ Referencias bibliogréficas, 180 |. Cuerpos de violencia, lenguajes de resistencia; las complejas redes de conocimientos en el Mozambique contemporéneo.... Maria Paula Meneses Somibras que pesan sobre la modemidad, 186~De hechiceros y cis, 190 —Dis- pptas que definen cuetpos, 199—Le abundancia del conocimiento, la iqueza de ‘poder, 204 ~ ¢Cosmopoliismo imaginativo?, 210 Referencias bibliogrtias, 213 El rescate de a epistemologia... ‘Joo Arriscado Nunes Introduccién, 219 ~ ¢Puede diluirse Ia epistemologia (en lo social, la on tologta, a ética, la politca..2, 221 ~ Pragmatism, epistemologia y pra 109 121 147 185 219 matismo epistemolégico, 227 Bl rescate de la epistemologis, 233 - Con- clusién, 259 ~ Referencias bibliognficas, 241 El debate sobre el acierre del iytibads su critica LiazzatJ.K. Bonate La formacién de la jurisprudencia sunf, 246 ~El cierse del itibad y la teonla jurfdica, 249 — Iytibad ytagli: hegemontas en competencia, 250 ~ Concla- si6n, 258 ~ Referencias bibliogrificas, 259 ‘Transiciones en el «progreso» de la civilizaci6n: reflexiones teéricas sobre la historia, la préctica y la tradici6n..u.. : Ebrahim Moosa Tntroduccién, 261 — ¢Qué hay detris de un nombre?, 263 ~ La ambivalencia del progreso, 265 ~La loclizacién del trebsjo, 267 — ¢Tradicién progress: 1a?, 270 ~ Transiciones, no conclusiones: conocimientos en el dlc (um- bral), 274 ~ Referencias bibliogrficas, 278 Paxte IIL (GEOPOLITICAS Y SU SUBVERSION ‘Meditaciones anticartesianas: sobre el origen del antidiscurso filos6fico de la Modemidad Enrique Dussel ue René Descartes el primer filésofo modemo?, 284 ~ La crisis del «ant ‘10 paradigm y los primerosfilésofos modemnos. El ego conguiro: Ginés de Septilveds, 295 — La primera filosofia académico-metafisica moderna tem- prana: Francisco Suéset, 297 ~El primer anidiscursofiloséfico dela Modes- nided temprona, La critica ala Europa del Imperio-mundo: Bartolomé de las Casas, 301 La critica ala Modernidad desde la Sobre l sociologi dels ausencias como una exten de la produccion dela realidad no existen: te por el pensamiento hegemsnico,véanse Santos, 2004, 2006b y 20. * Esta tensdin es lotro lado de la discrepancia modema entre expeviencas presente yexpectati- ‘ys acer del futuro, tambien expresada en el ema positivist de «orden y progresoo. El par de la requlacin socal estéconstisuido pore principio del Estado, el principio del mercado y el principio dela comunided, mientras que el pilar de la emancipacién consiste en tes lgicas de la racionalidads 1a raconalddestético-exprsiva ce las artsy la literaturs,laracionaided cogntiveinstrumental de Ja ciencia ylatecnologis, yl racionslidad moral-prictia dea éicay la ley del derecho, Véanse Santos, 1995, p.2,y Sancs, 20028, E] conocimiento moderno y el derecho moderno representan las m4s consuma- das manifestaciones del pensamiento abismal. Ambos dan cuenta de las dos mayo- tes lineas globales del tiempo modemo, las cuales, aunque sean diferentes y operen. diferenciadamente, son muruamente interdependientes. Cada una de ellas crea un subsistema de distinciones visiblese invisibles de tal modo que las invisibes se con- vierten en el fundamento de las visibles. En el campo del conocimiento, el pensa- ‘niento abismal consiste en conceder a laciencia moderna el monopolio dela distin- ‘cidn universal entre lo verdadero y lo falso, en detrimento de dos cuerpos alternativos de conocimiento: la filosofiay a teologfa. El cardcter exclusivista de este monopalio se encuentra en el centro de las disputas epistemolégicas modemas entre formas de verdad ciemtificas y no cientficas. Puesto que la validez universal de una verdad cientfica es obviamente siempre muy relativa, dado que puede ser comprobada solamente en lo referente a ciertas clases de objetos bajo determinadas circunstan- cias y establecida por ciertos métodos, gcémo se relaciona esto con otras posibles verdades que puedan demandar un estatus mayor pero que no se puedan establecer segtin métodes cientificas, tales como la raz6n y la verdad filos6fica, 0 como la fe y la verdad religiosa'? Estas tensiones entre ciencia, filosofia y teologia han Ilegado a ser altamente visi- bles, pero, como afirmo, todas elas tienen lugar en este lado dela linea’. Su visibiidad se erige sobre la invisibilidad de formas de conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas de conocimiento, Me refiero a conocimientos populares, Iaicos, plebeyos, campesinos o indigenas al otro lado de la linea. Desaparecen como conocimientos relevantes o conmensutables porque se encuentran més allé de la ver dad y de la falsedad. Es inimaginable aplicarles no sélo la distincién ciemtifica verda- dero/falso, sino tambin las verdades cientificas inaveriguables de la filosofia y la teo- Togfa que constiuyen todos los conocimientos aceptables en este lado de la linea”. Al otro Indo de la linea no hay un conocimiento real; hay creencias, opiniones, magia, ‘dolatrfa, comprensiones intuitivas o subjetivas, las cuales, en la mayoria de los casos, podtrian convertirse en abjetos o materias primas para las investigaciones cientifcas. Asi, la linea visible que separa la ciencia de sus otros modemos crece sobre una l- nea invisible abismal que coloce, de un lado, la ciencia, la ilosofia y la teologia, y, del ‘tro, canocimientos hechos inconmensurables incomprensibles, por no obedecer ni * Aunque de modes muy distintos, Pascal, Kierkegaued y Nietzsche fueron los filésofos que més profundamente analizaron,y vivieron, las antinomias contenidas en esta cuestiin. Mis recientemente, se debe mencionar a Karl Jaspers, 1952, 1986, 1995, Stephen Toulmi, 2001, © Analizo este asunte en el Capitalo 14 de este volumen, * Para una desripcin de les debates recientes sobre las relaciones entre eienca y otros conoci mmientos, véase Santos, Nunes y Meneses, 2007. Vase también Santos, 1995, pp. 7-55. alos métodos cientificos de la verdad ni a los de los conocimientos, reconocides como alternativos, en el reino de la filosofia y la teologia. En el campo del derecho modemo, este lado de la kine esté determinado por lo ‘que se considera legal o ilegal de acuerdo con el Estado oficial 0 con el derecho in- ternacional, Lo legal y lo ilegal son las tinicas dos formas relevances de existit ante el derecho y, por esa raz6n, la distincién entre los dos es una distincién universal. Esta dicotomfa central abandona todo el teritorio social donde la dicotomia podria ser {mpensable como un principio organizativo, esto es, el territorio sin ley, lo alegal, lo no legal incluso lo legal o lo ilegal de acuerdo con el derecho no reconocido oficial- ‘mente’. Ast, la linea abismal invisible que separa el reino del derecho de! reino del no derecho fundamenta la dicotomia visible entre lo legal y lo ilegal que organiza, en este lado de Ja linea, el reino del derecho. En cada uno de los dos grandes dominios ~ciencia y derecho ls divsiones lleva- das a cabo por las lineas globales son abismales hasta el extremo de que efectivamente celiminan cualquier realidad que esté al otro lado de la linea. Esta negacién radical de la copresencia fundamenta Ia afirmacién de la diferencia radical que, en este lado de la linea, separa lo verdadero y lo fas, lo legal y lo ilegl. El otro lado de la linea com- prende una vasta cantidad de experiencias desechedas, hechas invisibles tanto en las agencias como en Jos agentes, y sin una localizacién territorial fija. Realmente, como he sugerido, hubo originariamente una localzacién terstorial, e hist6ricamente ésta coincidié con un especifico tertitorio socal: Ia zona colonial’. Aquello que no podria ser pensado ni como verdadero 0 como falso, ni como legal 0 como ilegal, estaba ocu: rriendo més distintivamente en la zona colonial. A este sespecto, el derecho modemno parece tener algiin precedente histrico sobre laciencia en la creacién del pensamien- to abismal, De hecho, contrariamente a la convencional sabiduria legal, fue la linea global que separa el Viejo Mundo del Nuevo Mundo la que hizo posible la emergencia del derecho moderno s, en particular, del derecho intermacional moderno en el Viejo ‘Mundo, aeste lado dela linea, La primera linea global modema fue probablemente el 5 Bn Santos, 2002, analiza con gran detlle la naturaeza del derecho moderno y el t6pico del pluralism legal, la coexistencia de mis den sstems legal en e mismo espacio geopolico. » Bn este texto, doy por sentado el intimo vincul entre capialsmo y colonilismo, Véanse, entre ‘otros, Wiliams, 1954 ~originasiamente publicado en 1944-; Arende, 1951; Fanon, 1967; Horkheimer y Adomo, 1972; Wallerstein, 1974; Dussel, 1992; Mignolo, 1995; Quijano, 2000, Véanseigualmente varios capiulos de este volumen. °© El imperialamo es, por lo tanto, cnstitutvo del Estado modemmo, A diferencia de lo que ai ‘man las teoris convencionales del derecho internacional, éste no es producto del Estado modemo preexistente. EI Estado modem, el derecho internacional, ol consttucionalismo nacional y el cans ‘ucionalismo global son productos del mismo proceso histrico imperialists, Véanse Koskenniemi, 2002; Anghie, 2005; Tally. £ ‘Tratado de Tordesills entre Portugal y Espatia (1494)! pero las verdaderaslineas ais males emergieron a mediados del siglo XVI con las lineas de amistad", El cardcter abismal de las lineas se manifiesta por si mismo en el elaborado trabajo cartogréfico in- vertido para su definicién, en la precisién extrema demandada por los cart6grafos, los fabricantes de globos terriqueos ylos pilots, y en su vgilancia y el castigo duro de las violaciones. En su constitucién moderna, lo colonial representa, n0 lo legal o lo ilegal, sino lo sin ley. La maxima entonces se convierte en popular ~«Mis all del ecuador no bay pecados>~ recogida en el famoso pasaje de Penseds de Pascal (1996, p. 46) escrito amediados del siglo XVIt «Tres grados de latitud trastocan la jurisprudencia por com- pleto yun meridiano determina lo que es verdadero. ...] Este es un gracioso tipo de justicia cuyos limites estén marcados por un rio; verdadero en este lado de los neos, falso en el otro». " [La definicin de linea abismales ocurtegradaslmente. De acuerdo con Carl Schmitt (2003, p. 91) las lineascartorifcas del siglo x las rayus,Tordeilas- todavia presupusieron un orden espisi- tual global vigente a ambos lados de la divsin la medieval Respublia Christiane, imbolizada por e1 paps. Esto explica ls dificultades que afronta Francisco de Vitoria, el gran te6logo yjurista esp! Gel siglo x0, para jusiiar Ie ocupacién de a tera en las Américs. Vitoria se pregunta sie descubri rmiena etulosufclence par la posesin de a terra. Su respuesta es muy compej, no s6lo porgue «s formulads en un exilo aristotlio antiguo, sino principalmente porque Vitoria no ve alguna res ‘puesta convincente que no presuponga la superioridad de los europeos. Este hecho, sin embargo, n0 confiese un derecho moral 0 esatutazio sobre la tcrra ocupada. Segin Vtorz, incluso la cvzacién superior de los enropens no es sufciente como base fundamental de un derecho moral. Para Vitoria, la conguista slo podtia ser sufciate base para un derecho reversible ale tera, uns jura contavi, ‘como dij, Exo es, la cuestin de a relacion entre conquistay derecho ala tierra debe ser preguntade «en so resets: alos indios hublesen descubierto y conquistado a ls europeos, ztambién abriante- ido derecho ¢ ocupas la tierra? La justificacién de Vitoria de la ecupacién dela tera ests todavia inmersaen el orden cristiano medieval, en la misisn adscritaa los reyes espaioles y portagueses por cl papa, yen el concepto de guerra justa, Véase Carl Schmit, 2003, pp. 101-125; véase también Aaghie, 2005, p. 1331, La lahoriosa argumentacién de Vitoria refleja hasta qué punt Te corona es tuvo por entonces mucho més preacupeda por lepitiar los derechos de propiedad que por la sobe ‘ania sobre el Nuevo Mundo, Véase también Pagden, 1990, p. 15, asf coma ls captulos 10 y 14 del presente volumen. " Desde el siglo xv1 en adelante las incascertogrifics, las amadeslineas de amistad la prime de las cuales a emergido probablemente como resultado del Trtado Cateau-Camnbress de 1559 centre Espfa y Francis, rompen la idea de un orden globel comin y establecen usa dualidad absrul ‘entre los testoros a est lado de ine y ls tesitoros al otro ado de la linea. A este lado def nea se aplican la tregua, lk pa y Ie amistad al oxo lado de le kines, a ley del mis fuer, la violencia y el saquen, Lo que sucede al oto lado de ls lines no est sujto« los mismos principis ios 0 juridicos aplicadoeen ete lado del Ines, No puede, por lo tanto, dar lugar a confitosoriginados por a vio- lacign de eso princpios.Fsta duslidad permiti6, por ejemplo, que el rey extlico de Francia tviese ‘una alanza con el rey calico de Espaia en este lada de a linea ysl mismo tempo tener una alianza con fos pirates que estaban atacando los barcos espafilesen al otro lado dea lines Desde mediados del siglo xvi en adelante, el debate legal y politico entre los Estados europeos concerniente al Nuevo Mundo esta centrado en la linea legal glo- bal, estos, en la determinaci6n de lo colonial, no en el orden interno de lo colonial Por el contrario, o colonial es el estado de naturaleza donde las instituciones de la sociedad civil no tienen lugar. Hobbes (1985 [1651], p. 187) se refiere explicitamen- tela «poblacin salvaje en muchos lugares de América» como ejemplos del estado de naturaleza y, asimismo, Locke (1946 [1690], $49) piensa cuando escribe Del Go- bierno Civil: «En el principio todo el mundo era América». Lo colonial es asi el punto oculto sobre el cual las concepciones modemas de conocimicnto y derecho ‘son construidas. Las teorias del contrato social de los siglos XVII y XVIII son tan im- portantes por lo que sostienen como por lo que silencian. Lo que dicen es que los. individuos modemos, los hombres metropolitanos, entran en el contrato social para abandonar el estado de naturaleza y formar la sociedad civil. Lo que no dicen es que de este modo est siendo ereada una masiva regién mundial de estado de natu- raleza, un estado de naturaleza al cual millones de seres humanos son condenados y dejados sin alguna posibilidad de escapar via la creacié de tna sociedad civil. La modernidad occidental, mas alla de significar el abandono del estado de na. turaleza y el paso a la sociedad civil, significa la coexistencia de ambos, sociedad civil y estado de naturaleza, separados por una linea abismal donde el ojo hegemé- nico, localizado en la sociedad civil, cesa de mirar y, de hecho, declara como no existente el estado de naturaleza. E] presente que va siendo creado al otro lado de Ta linea se hace invisible al ser reconceptualizado como el pasado irreversible de este lado de la lines. El contacto hegeménico se convierte simulténeamente en no con- temporaneidad. Esto disfraza el pasado para hacer espacio a un tinico y homogéneo futuro. Por lo tanto, el hecho de que los principios legales vigentes en la sociedad civil, en este lado de la linea, no se apliquen al otto lado de la linea, no compromete cen modo alguno su universalidad, La misma cartografie abismal es constitutiva del conocimiento moderno, De uevo, la zona colonial es, par excellence, el reino de las creencias y comportamien. tos incomprensibles, los cuales de ningiin modo pueden ser considerados conoci- rmientos, sean verdaderos o falsos. El otro lado de la linea alberga sdlo pricticas :agicas o idélatras incomprensibles. La extrafieza completa de dichas précticas le- ¥6 alla negacién de la naturaleza humana de los agentes de las mismas, En la base de sus refinadas concepciones de humanidad o dignidad humana, los humanistas aleanzaron la conclusién de que los salvajes eran subhumanos. «Tienen alma los indios® era la cuesti6n central. Cuando el papa Pablo IIT respondié afitmativamen- teen su bula Sublimis Deus de 1537, lo hizo por convencimiento de que la poblacién » Sobre las diferentes concepeiones de contrato social, vése Santor, 20023, pp, 3039. indigea tenia alma como un recepticulo vacio, un anima nudlius, muy similar a la terra nullius"*. El concepto de vacio juridico que justificé la invasién y ocupacién de Jos terttorios indigenas ‘Con base en estas concepciones abismales legales y epistemol6gieas, la universa- lidad de la tensién entre regulacién y emancipacién, aplicindola a este lado de la linea, no se contradice con la tensi6n entre apropiacién y violencia aplicada al otro Jado dela linea. Apropiacién y violencia toman diferentes formas en la linea legal abismal y en la linea epistemolégica abismal. Pero, en general, apropiacién implica incorporacién, cooptacién y asimilacién, mientras que violencia implica destruc- cién fisica, material, cultural y humana. Esto avanza sin decir que apropiacién y violencia estin profundamente entrelazadas. En el reino del conocimiento, la apto- piacién se extiende desde el uso de los natives como guias® y el uso de mitos y ce- ‘remonias locales como instrumentos de conversién, hasta la expropiacién del cono- cimiento indfgena de la biodiversidad, mientras que la violencia se extiende desde la pprohibicién del uso de lenguas nativas en espacios piblicos yla adopcién forzada de nombres cristianos, a conversion y destruccin de lugares ceremonialesy simbolos, hasta todas las formas de discriminacién racial y cultural. Como mantiene la ley, la tensiGn entre apropincién y violencia es pasticularmente compleja a causa de su re- lacin directa con la extraccién de valor: comercio de esclavos y trabajo forzado, uso instrumental del derecho de costumbres y la autoridad en el gobicrno indirecto, ‘expropiacin de recursos naturales, desplazamientos masives de poblaciones, guc- ras y tratados desiguales, diferentes formas de apartheid y asimilacion foreada, etc ‘Mientras que la légica regulacién/emancipacién es impensable sin la distincién ma- triz entre el derecho de las personas y el derecho de las cosas, la logica de apropia- cidn/violencia sdlo reconoce el derecho de las cosas, de ambas cosas: humanas y no humanas. La tfpica versién casi ideal de este derecho es la ley del «Estado Libre del Congo» bajo el rey Leopoldo Il de Bélgica™ Existe, por lo tanto, una cartografia moderna dual: una cartografia legal y una cartografia epistemelégica. El otto lado de a linea abismal es el reino de mas all de Jalegalidad y Ia ilegalidad ~sin ley-, de mas al de la verdad y la falsedad ~creencias, De acuerdo con fa bua, eos indios son verdaderamente hombres yf...) n0séo som expaces de entender la Fe Catslice, spin muestra informacion ellos desean extremamente recibirla. La ula Su lis Deus eat en hitler papalencycicals net/Paul03/p3subli him, ono en el famoso caso de Tbn Majid, un experimentad piloro que most a Vasco de Gama Ja rata maritima desde Mombasa ala India, Vase Ahmed, 1971, Otros cjemples se pueden encontrar ex Burnet, 2002 % Diferenes visiones de esta ecalonia privadas y dl rey Leopoldo pueden leerse en Emerson, 1979; Hochschild, 1999; Dumoulin, 2005; Hasian, 2002, pp. 89-112. idolattfa y magia incomprensible”—. Juntas, estas formas de negaci6n radical esultan ‘en una ausencia radical: Ja ausencia de humanidad, la subhumanidad modeme. La cexclusién es asf radical y no existente; como subhumanos, no son candidatos conce- bibles para a inclusién social”®. La humanidad modema no es concebible sn la subhu- ‘manidad moderna", La negacidn de una parte dela humanidad es un sactficio, ahi se encuentra la condicién de la afiemacién de esa otra parte de la humanidad la cusl se considera a si misma como universal, Mi argumento en este texto es que esto es tan verdadero hoy en dia como en el periodo colonial. El pensamiento moderno occidental avanza operando sobre Ii neas abismales que dividen lo humano de lo subhumano de tal modo que los principios humanos no quedan comprometidos por précticas inbumanas. Las co- Tonias proveyeron un modelo de exclusién radical que prevalece hoy en dia en el pensamiento y la préctica occidentales modernos como lo hicieron durante el ciclo colonial. Hoy como entonces, la cteacién y la negacién del otro lado de la Iinea son constitutivas de los ptincipios y practicas hegeménicas. Hoy como en- tonces, la imposibilidad de la copresencia entre los dos lados de la linea se con- vierte en suprema. Hoy como entonces, la civilidad legal y politica en este lado de la linea se presupone sobre la existencia de una completa incivilidad en el otro Jado de la linea. Guantnamo es hoy una de las més grotescas manifestaciones de pensamiento legal abismal, la creacién del otro lado de la linea como una no area cen términos politicos y legales, como una base impensable para el gobierno de la Tey, los derechos humanos y Ia democracia®!. Pero seria un error considerar esto La prfunda dualdad de pensamiencoabisma ya inonmensuedbildud entre los teminos de la dulided se hicieron eumplir por monopolas bien conrolades del canocimient y cel derecho con tuna poderesa base institucional ~unversidades, centos de investigncicn, comunidades cenlcs, co legis de abosadosy letras a sofisticada ecnolgi ingen del cienci ye jurisprodencia, ° La supuesta exterioridad del otro lado dela linea es, en efecto, la consecwencia desu doble perenenca al pensumiento abismal: como fundamentoy como negsci del fundamenco. * Fanon denunei esta negacin de lx humanidad con wna sorprendente hucidez. Véase Fanon, 1963, 1967. El adicaismo de a negacin fundamental defensafenoniana de I violencia como una dimension itrnseca dela evuetaunicolonial. El conraste entre Fanon y Gandhi al respect, inchs pensando que ambos comparten a misma luc, debe ser objeto de cuidadosa reflesia, particular ‘mente poraue ellos son dos de los més importantes pensadores-atvistas del siglo pasado. Veanse Fe- devci, 1994, y Kebede, 2001 2® Esta negtcin fundamental permite, por un lado, ue todo lo que es posible te tansforman en postbitidad de todo y, por oto, que la erestividad exaltadora del pensamiento abisonal tivalice el precio de su destructividad, 2% Soe Guantnamo y cuestiones relacionadas, véanse, entre muchos oes, MeCormak, 2004; ‘Arnann, 2004a, 2004b; Human Rights Watch, 2004 Sadat, 2005; Steyn, 2004; Borel, 2005; Dickinson, 2008; Van Bergen y Valentine, 2006, excepcional, Existen otros muchos Guanténamos, desde Iraq hasta Palestina y Dar- fur Més que eso, existen millones de Guanténamos en las discriminaciones sexuales y saciales,en Ie esfera piblica y privada, en las zonas salvajes de las megaciudads, ens guetos, en las fabricas de explotacién, en las prisiones, en las nuevas formas dcesclavitud, en el mercado negro de Srganos bumanos, en el trabajo infantil y la prostitucién. Sostengo, primero, que la tensién entre regulacién y emancipacién contintia co- cexistiendo con la tensign entre apropiacién y violencia, de tal modo que la universa- lidad de la primera tensi6n no se contradice con la existencia de la segunda; segun- do, que lineas abismales continian estructurando el conocimiento moderne y el derecho modem; tercero, que esas dos lineas abismales son constiutivas de las relaciones politicas y culturales basadas en Occidente, y de las intetacciones en el ‘sistema-mundo moderno. En suma, sostengo que la cartografia metaférica de las lineas globales ha sobrevivido a la cartografia literal de las lineas de amistad que separaron el Viejo del Nuevo Mundo. La injusticia social global est4, por lo tanto, fntimamente unida a la injusticia cognitiva global. La batalla por la justicia social global debe, por lo tanto, ser también una batalla por la justicia cognitiva global. Para alcanzar el éxito, esta batalla requiere un nuevo tipo de pensamiento, un pen- samiento postabismal. La divisién abismal entre regulacién/emancipacién y apropiacién/violencia La permanencia de lineas globales abismales a través del petiodo moderno no significa que étas hayan permanecido fijas. Histéricamente, las lineas globales divi- sorias de los dos lados han sido cambiantes. Pero en un momento histético dado se establecieron fj y su posicién es fuertemente examinada y guardada, muy similar Alas lineas de amistad, En los tltimos sesenta afios, las lineas globales sufrieron dos sacudidas tectSnicas, La primesa tuvo lugar con las luchas anticoloniales y los pro- esos de independencia®, El otro lado de la linea se irguié contra a exclusi6n ra cal, las poblaciones que habian sido sometidas al paradigma de la apropiaci6n/vio- lencia se organizaron y reclamaron el derecho de ser incluidas en el paradigma de la regulacién/emancipaci6n (Fanon, 1963, 1967; Nkrumah, 1965; Cabral, 1979; Gan- dhi, 1951, 1956). Por un tiempo, el paradigma de la apropiacién/violencia parecia tener su fin, y asi hizo la divisién abismal entre este lado de la linea y el otro lado de ® En a vspera de la Segund Guerra Mundial, las colonia y ls excolonias constituian cece del 85% dela superficie terete del globo. Ja linea. Cada una de las dos lineas globales —la epistemol6gica y Je jurfdica— pare- cian estar moviéndose de acuerdo con su propia I6gica, pero ambas en la misma dicecci6n: sus movimientos parecian converger en la contracci6n y, en tiltima instan- cia, en laeliminacién del otro lado de la linea. Sin embargo, esto no fue lo que ocu- 16, como mostraron la teorfa de la dependencia, la teorfa del sistema-mundo y los estudios poscoloniales®. En este texto me centro en el anélisis de la segunda sacudida tect6nica de las I neas globales abismales. Esta ha estado en curso desde las décadas de los setenta y los ochenta, y avanza en direcci6n opuesta. Esta vez, las lineas globales se estin moviendo de nuevo, pero lo hacen de tal modo que el otro lado de la linea parece estar expandiéndose, mientras que este lado de la kina esta contrayéndose. La légi- ca dela apropiacién/violencia ha ido ganando fuerza en detrimento de la légica de regulacién/emancipacién, hasta tal punto que el dominio de la regulacién/emanci- pacién esté no s6lo contrayéndose sino contaminandose intemamente por la 16gica dela apropiacién/ violencia. La complejidad de este movimiento es dificil de desvelar tal como se presenta ante nuestros ojos, y nuestros ojos no pueden ayudar estando en este lado de la linea y mirando desde dentro hacia fuer, Para captar la dimensién completa de lo que std aconteciendo, uno requiere un enorme esfuerzo de descentramiento, Ningtin estudioso puede realizarlo él solo, como un individuo. Incitando a un esfuerz0 co- lectivo para desarrollar una epistemologia del Sur*, conjeturo que este movimiento esté hecho de un movimiento principal y un contramovimiento subaltemo. Al mo- vimiento principal lo denomino el retorno de lo colonial y el retorno del coloniza- dor, y al contramovimiento lo llamo cosmopalitismo subalterno Primero, el retorno de lo colonial y el retomo del colonizador. Lo colonial es aqui una metéfora para aquellos que perciben que sus experiencias vitales tienen lugar al otro Jado de la linea y se rebelan contra ello. El retomo de lo colonial es la respuesta abismal alo que es percibido como una intrusién amenazante de lo colo- 2 Losmihiplesorgenesy las posterioresvariaciones de estos debates pucden se examinados en Menai, 1965; Dos Santos, 971; Cardoso y Faletto, 1969; Frank, 196% Rode, 1972; Wallerstein, 1974, 2004; Barbier, 1878; Dussel, 1995; Escobar, 1985; Chew y Denerark, 1996; Spivak, 1989; Céstre, 2000; Minolo, 2000; Grsfoguel, 2000; Alzal Khan y Sheshad-Crooks, 2000; Mbembe, 2001; Dean y Levi, 2003, % ‘Entre 1999 y 2002 dsigt un proyecto de investignciénttulado «Reinventndo la emancipacién social: cia mevos manifesto, en el cual pariciparon sesenta clenificos socials desis paises -Bra si, Colombia, India, Mozambique, Portugal ySudrce~. Los resultados principales seria publicados «en cinco volimenes de lo cules tes yx etin disponibles, vase Santos, 2005, 2006 y 2007, Pa las Iimplcaciones episemoloyias de xe proyecto, véanse Santo, 200, y Santo, 2004 Sobre las cone- ines de exe proyecto con el Foro Socal Mund, vase Santos, 206e. nial en las sociedades metropolitanas. Ese retorno adopta tres formas principales. la terrorist, Jos trabajadores migrantes indocumentados® y los refugiados” De diferentes modes, cada une lleva con ella la linea global abismal que define la exclusin radical y la no existencia legal. Por ejemplo, en muchas de sus previsio- nes, Ja nueva ola de leyes antiterroristas y migratorias sigue la légica reguladora del paradigma de la apropiacién/violencia®, El retorno de lo colonial no requiere ne- cesariamente la presencia de éste en las sociedades metropolitanas, Es suficiente con que mantenga una conexién relevante con ellas. En el caso de los terroristas, esa conexi6n puede ser establecida a través de los servicios secretos. En el caso de trabajadores migrantes indocumentados, seré suficiente con ser empleado en una de las centenares de miles fébricas de explotacién del Sur global”, subcontratados ‘por corporaciones multinacionales metropolitanas, En el caso de los refugiados, la conexién relevante es establecida por su demanda de obtener estatus de refugiado en una sociedad metropolitana dade. Lo colonial que retorne es de hecho un nuevo colonial abismal. Esta vez, el colo- nial retorna no sélo en los territarios coloniales anteriores sino también en las socie- dades metropolitanas. Aqué reside la gran trasgresién, pues lo colonial del periodo colonial clésico en caso alguno podia entrar en las sociedades metropolitanas a no ser por iniciativa del colonizador ~como esclavo, por ejemplo~. Se esté ahora entro- metiendo y penetrando en los espacios metropolitanos que fueron demarcados des. de el comienzo de la modemnidad occidental a este lado de la linea y, ademés, mues- tra un nivel de movilidad inmensamente superior a la movilidad de los esclavos ® Entre ottos véanse Harcs, 2003; Kanstroom, 2003; Shan, 2008;C. Graham, 2005,N. Graham 2005; Scheppele, 20042, 2004, 2006; Guiora, 2005. % Veanse Mille, 2002; De Genova, 2002; Kanstroom, 2004; Hansen y Stepputat, 2004; Wishnie, 2004; Taylor, 2004; Silverstein, 2005; Pasel,2005; Sassen, 1999, Par a visién dela extrema dereche, véase Buchanan, 2006 % ‘Basandose en Oriemtlismo de Edward Sxid, Akram (2000) identifice una mieva forma de este- reotipar que llama neorentalismo, que afecta ala eveuacién metropolitans de asl yrefuga slits «dos por las poblaciones gue vienen del mundo érebe o musulmén. Véanse también Akram, 1993; Me- nefee, 2004; Baver, 2004; Cianciaulo, 2005; Akram y Kasmely, 2005, 2 Sobre las implicaciones de la nueva oa de legislacién antiterosista y migratoria, véense los aticulos citados en ls notas apie de pigina 23,24 y 25, e immigrant Rights Clinic, 2001; Chang, 2001; Whitehead y Aden, 2002; Zeman, 2002; Lobel, 2002; Roach, 2002 ~centrado en el caso eanadiense-; Van de Linde ea, 2002 ~ceatrado en algunos paises europeot-; Miller, 2002; Emerton, 2004 -cen: ‘ado en Australin~; Boyne, 2004 ~centrado en Alemanis~; Krishnan, 2004 ~centrado en Indie; Bars 2004; N. Geaham, 2005, ® gut me refiro a las regionesy pases pesifricos y semiperifeics del sistema. mundo moder no, Jos cuales, tras la Segunda Guerra Mundial, solisn ser Usmadas el Tercer Mundo. Vase Santos, 1985, pp.506-519, fugitivos™. Bajo estas circunstancias, el metropolitano abismal se ve a si mismo atra- pado en un espacio contrafdo y reacciona redibujando la Kinea abismal. Desde su perspectiva, a nueva intromisién de lo colonial no puede sino ser conacida con la logica ordenante de apropiacién/violencia. La época de la pulcra divsién entre el Viejo y el Nuevo Mundo, entre lo metropolitano y lo colonial, ha terminado, La Ii- nea debe ser dibujada tan cerca del rango como sea necesario para garantizat la se- utidad. Lo que sola ser inequivoco para este lado de la inea es ahora un tertitorio sucio atravesado por una linea abismal serpenteante. El muro israeli de segregacién en Palestina y la categoria de «combatiente encmigo ilegaby* son probablemente Jas metforas més adecuadas de las nuevas lineas abismales y la sucia cartografia a la que conduce. Una cartograffa sucia no puede sino conllevar pricticas sucias. La regulacién/ ‘emancipacién estd siendo cada vez més desfigurada por la presién creciente y la pte- sencia en su medio de la apropiaci6n/violencia. Sin embargo, ni la presién ni la des- figuracién pueden ser completamente comprendidas, precisamente porque el otro lado de la linea fue desde el principio incomprensible como un tertitorio subhuma no”, De modos muy diferentes, el terrorista y el trabajador migrante indocumenta- do iluscran la presién de la I6gica de apropiacién/violencia y la inhabilidad del pen- samiento abismal para comprender dicha presién como algo extemno alla regulacién/ emancipacién. Es cada vez mas evidente que la legislacién antiterrorista menciona- da, ahora promulgada en vasios paises siguiendo la Resolucién del Consejo de Segu- ridad de Naciones Unidas y bajo una fuerte presién de la diplomacia estadouni- dense, vaci el contenido civil y politico de los derechos y garantias constitucionales biisicas. Como todo esto sucede sin una suspensién formal de tales derechos y ga- rantias, estamos siendo testigos de la emergencia de una nueva forma de estado, el estado de excepcién, el cual, contrariamente a las viejas formas de estado de sitio 0 2 Véanse, por ejemplo, David, 1924; Tusnet, 1981, pp. 169-188. % Vease Corte Internacional de Justicia, 2005 8 Véanse Dérmann, 2003: Harris, 2003; Kanstroom, 2003; Human Rights Watch, 2004; Gill y ‘Sledegr, 2005 » Como uns ilustracién, los leeados son llamados « stempera la presién mediante el manteni- rmiento dela doctrna convencional,cambiando las rglas de interpretacién, redefiniendo el alcance de Jos principosylasjrarauias ene ellos, Un ejemplo dado es el debate sobre la consituconalidad dela tortura entre Alan Dershowitz y sus eticos. Véanse Dershowite, 2002, 200%a, 2003b; Posner, 2002; Keeimer, 2003; Straus, 2004 % Resolucisn del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas 1566, Esa resolucin antiterrorsta fue adoptads el 8 de octubre de 2004, siguiendo la Resolucién 1373 también del Consejo de Segui dad de Naciones Unidas la cual fue adoprada como respuesta «los ataques del 11 de septiembre en Jos Estados Unidos. Para un anlisis detallado del proceso de adopcicn dela Retolucin 1586, vase Saul, 2005, estado de emergencia, restringe derechos democraticos bajo la premisa de salva- ‘guardarlos o incluso expandirlos®. ‘Mas en general, parece que la modernidad occidental sdlo puede expandirse glo- palmente en a medida en que viola todos los principios sobre los cuales histéricamen- tese ha fundamentado la leitimidad del paradigma regulacién/emancipacin a este Jado de a linea. Los derechos humanos son asi violados con objeto de ser defendidos, Ja democracia es destruida para salvaguardar la democracia, la vida es climinada para preservat la vida. Lineas abismales stn siendo trazadas en un sentido literal y merafS- rico, En el sentido literal, son las lineas que definen las fronteres como cereas* y cam- pos de asesinato, que dividen as ciudades entre zonas civilizadas ~cada vez més, comu- rnidades bloqueadas”- y zonas salvajs, y las prisiones entre lugares de confinamiento Jegal y lugares de destruccién brutal eilegal de la vide". La otra rama del movimiento principal actual es el retorno del colonizador. Esto implica resucitar formas de ordenamiento colonial tanto en las sociedades metropo- litenas, esta vez gobernando la vida de los ciudadanos comunes, como en las socie- dades en un tiempo sometidas al colonialismo europe. Es el caso més notable de Jo que denomino el nuevo gobierno indirecto”. Esté emergiendo como el Estado que se retira de la regulacién social y cuyos servicios puiblicos son privatizados. Podero- 305 actores no estatales obtienen, por lo tanto, control sobre las vides y bienestar de vvastas poblaciones, sea el control de la salud, la tierra, el agua potable, las semillas, los bosques ola calidad del medio ambiente. La obligacién politica que ata al sujeto Tegal al Recbrstoat, el Estado modemo constitucional, que ha prevalecido en este 5 Utlizo el concepto de «estado de excepciGn» para expresar Ia condicion politico gal en la cul erosin de os derechos cis y plticasocure bajo el amparo de a Constitucd, eto, sin sspesin formal de esos derechos, comm ocurrecoando se declara el estado de emergenciz. Véanse Scheppee, 2004b; Agamben, 2004 5 Un buen ejemplo de Is Iiica legal abismal subrayando In defense de la construcién de un ceo gue separa la frotera sr estadouridense de México se encuentra en Glo, 2003. 5 Véanae Blakely y Snyder, 1999; Low, 2003; Atkinson y Bland, 2005; Coy, 2006. 5 Véanse Amann, 2004a,2004b; Brown, 2005. Un nuewo informe del Comité Temporal del Pai ‘mento Europeo sobre la actividad ilegal dela CLA en Europa (noviembre, 2006) muestra mo gobier- ‘os europea acwuaron dspuestos a facta los abuses de la CIA, tales como detenciones scretss¥ semerimiento a tortura. Este campo dspueso a investigar involucr6 1.245 sobrewusos y pradas de vines de le CIA en Europa algunos de ellos implcaron trnsferenca de prisioneros~y le creacin de centros de detecién secretos en Polonia, Rumania y probablemente también en Buea, Ucania, ‘Macedonia y Kosovo. 2 El gobiemo indict fue una forma de potica colonial europea pratcada en gran parte dels sntigus colons briténicas, donde lo tradicional la estectura de poder local o al mens parte de lla, fue incorporada a la adminstracin del Estado colonial, Veanse Lugard, 1929; Pecbam, 1934; Mali ‘nowski, 1945; Fumivall, 1948; Moris y Read, 1972; Madani 1996, 199. lado de la lines esta siendo reemplazada por obligaciones contractuales privatizadas y despolitizadas, bajo las cuales la parte més débil queda mas o menos al amparo de Ja misericordia de la parte més fuerte. Esta tltima forma de ordenat conlleva algu- ‘nas semejanzas inquietantes con el orden de apropiacién/violencia que prevalece al otro lado de la linea, He descrto esta situacién como el auge de un fascismo social, tun régimen social de relaciones de poder extremadamente desiguales que concede a la parte mas fuerte un poder de veto sobre la vida y l sustento de la parte més débil En otro lugar distingo cinco formas de fascismo social". Aquf me refiero a tres de ellas, aquellas que mas claramente reflejan la presién de la logica de apropia- cién/violencia sobre la légica de regulacién/emancipacién. La primera es el fascis- ‘mo del apartheid socal. Me reficro a la segregacién social de los excluidos através de una cartograffa urbana que diferencia entre zones «salvajes» y «civilizadas». ‘Las zonas urbanas salvajes son las zonas del estado de naturaleza de Hobbes, las zonas de guerra civil interna como en muchas megaciudades a lo largo del Sur lobal. Las zonas civilizadas son las zonas del contrato social que se ven a sf mis- mas cada vez mas amenazadas por las zonas salvajes. Con el objetivo de defender- se, se convierten en castillos neofeudales, enclaves fortficados que son caracteris- ticos de las nuevas formas de segregacién urbana ~ciudades privadas, propiedades cerradas, comunidades bloqueadas, como mencioné anteriormente~. La divisién entre zonas salvajes y civilizadas se esta convirtiendo en un critetio general de so- ciabilidad, un nuevo tiempo-espacio hegeménico que atraviesa todas las relacio- res sociales, econémicas, politicas y culturales, y es, por lo tanto, comin a la ae cién estatal y no estatal. La segunda forma es un fascismo contractual, Sucede en las situaciones en las que las desigualdades de poder entre las partes en el contrato de derecho civil ~sea un contrato de trabajo 0 un contrato para la disponibilidad de bienes y servicios- son tales que la parte débil se torna vulnerable por no tener alternativa, acepta las condi: erativo desarrollar algiin tipo de articulacién entre las expetiencias subalternas a ravés de enlaces locales-globales. Con vistas a tener éxito, la ecologia de saberes lebe ser transescalar (Santos, 2001a). Por otta parte, la coexistencia de diferentes tempotalidades o duraciones en di- etentes practicas de conocimiento demanda una expansién del marco temporal. dienteas las teenologfas modernas han tendido a favorecer el marco temporal y la lutacién dela accién estatal, en tanto que administracién piblica y entidad politica +l ciclo electoral, por ejemplo-, las experiencias subalternas del Sur global han ido forzadas a responder tanto a la més corta duracién de las necesidades inmedia- as de supervivencia como a la larga duracién del eapitalismo y el colonialismo. "ero incluso en las luchas subalternas pueden estar presentes duraciones muy dife- sntes, Por ejemplo, la misma lucha de campesinos empobrecidos pot la tierra en uérica Latina puede incluir tanto la duracién del Estado moderno, por ejemplo, 1 Brasil, con Jas luchas por la reforma agraria del Movimiento de los Sin Tierra MST), como la duracién del comercio de esclavos, cuando poblaciones afrodes endientes luchan para recuperar los quilombos, la tierta de los esclavos fugitivos, « sus antecesores, 0 todavia una duracién més larga, la del colonialismo, cuan- poblaciones indigenas luchan para recuperar sus tertitorios ist6ricos usurpados or los conguistadores. Yr eologia de saberes, jerarquta y pragmética La ecologia de saberes no concibe los conocimientas en abstracto sino como pricticas de saberes que permiten o impiden ciertas intervenciones en el mundo real. Una pragmatica epistemolégica -o un pragmatismo epistemolégico— ests sobre todo justificada porque las experiencias vitales de los oprimidos son primariamente hechas inteligibles para ellos como una epistemologia de las consecuencias. En el mundo en que viven, las consecuencias son primero, las causas después. La ecologfa de saberes esti basada en la idea pragmatica de que ¢s necesatio re- vvalorizar las intervenciones concretas en la sociedad y en la naturaleza que los dife- rentes conocimientos pueden ofrecer. Se centra en las relaciones entre conocimien- tos y en las jerarquias que son generadas entre ellos, desde el punto en que las précticas concretas no serfan posibles sin tales jerarqufas. Sin embargo, més que subscribirse a una jerarquia Gnica, universal y abstracta entre conocimientos, la eco- ogia de saberes favorece jerarquias dependientes del contexto, ala luz de los resul tados concretos pretendidos o alcanzados por diferentes practicas de conocimiento, ‘Las jetarquias concretas emergen desde el valor relativo de intervenciones altemnati- vas en el mundo real. Complementariedades o contradieciones pueden existir entre los diferentes tipos de intervencién™, Siempre que existan intervenciones del mun- do real que puedan, en teoria, serimplementadas por diferentes sistemas de conoci- ‘miento, la eleccién concreta de la forma del conocimiento debe ser informada por lprincipio de precaucién, que en el contexto de la ecologfa de saberes debe ser for mulado como sigue: la preferencia debe darse «la forma de conocimiento que ga rantice el mayot nivel de participacién a los grupos sociales involucrados en su dise- fio, ejecucién y control, y en las beneficios de la intervencién, ‘Un ejemplo ilustraré los peligros de reemplazar un tipo de conocimiento por otro basado en jerarquias abstractas. En la década de los sesenta, los sistemas de inrigacién de los campos de arroz de Bali, de mil aiios de antigiiedad, fueron reem- plazados por sistemas cientificos de irrigacién promovidos por los partidarios de la Reyolucién verde. Los sistemas de irrigaci6n tradicionales estaban basados en cono- cimientos ancestrales y religiosos, y fueron utilizades por los sacerdotes de un tem- plo hindi-budista dedicado a Dewi Danu, la divinidad del lago. Estos sistemas fue- ron reemplazados precisamente porque se consideraban basados en Ia magia y la supersticién, el «culto del arroz», como fueron despectivamente llamados. Sucedi6 °% E] pnedominio de jucios cognitivos pata realizar cualquier prictea de conocimiento dads no choca con el predominia de jucios co-politicos ahora de deci favor dl tipo de intervenciones reales que conocimientos especifcos posibilitan en dearimento de intervencionesalternativasrealiza- das por conocimients alternatives, que su reemplazo tuvo resultados desastrosos en los campos de arroz, las cosechas declinaron més de un 50%; fueron tan terriblemente malos, que los sistemas cienti- ficos de irrigacion tuvieron que set abandonados para restablecer el sistema tradi- cional (Lansing, 1987, 1991; Lansing y Kremer, 1993). Este caso también ilustra la importancia del principio de precaucién ala hora de abordar la cuestién de une posible complementariedad o contradiccién entre dife- rentes tipos de conocimientos. En el caso de los sistemas de irtigaci6n de Bali, la presupuesta incompatibilidad entre dos sistemas de conacimiento -elreligioso y el cientifico-, ambos concemnientes a la misma intervencién ~irrigar los campos de arroz~, resultan de una evaluacién incorrecta besada en la superioridad abstracta del conocimiento cientifico. Treinta alos después de Ia desasrosa intervencién tée- nico-cientifica, modelada por ordenadores ~un area de las nuevas ciencias~ mostré due las secuencias del mantenimiento del agua usadas por los sacerdotes de la dvi nidad Dewi Danu eran mas eficientes que cualquier otto sistema concebible, ya fue- ra cientifico o de otro tipo (Lansing y Kremer, 1993). Ecologia de saberes, inconmensurabilidad y tradwccién Desde la perspectiva de las epistemologias abismales del Norte globel, vigiar las fronteras de los saberesrelevantes es mucho mis decisivo que azgumentar sobre las di ferencias intemas. Como consecuencia, se ha realizado un epistemicido masivo en los ‘ltimos cinco siglos, por el que se ha perdido una inmensa riqueza de experiencias cognitivas. Para recuperar algunas de estas experiencias, la ecologia de saberes recu- ‘tre a una traduccién intercultural, su rasgo postabismal més caracteristico. Imbui- das en diferentes culeuras occidentales y no occidentales, esas expetiencias usan no sélo diferentes lenguas sino también diferentes categorias, universos simbélicos y aspiraciones a una vida mejor. Las profundas diferencias entre conocimientos nos brindan la cuestién de la in- conmensurabilidad, usada por la epistemologia abismal para desacreditar la posibi- lidad misma de la ecologta de saberes. Una ilusteacién ayudaré, ¢Es posible estable- cer un didlogo entre la filosofia occidental y Ia flosofia africana”? Ast planteado, la respuesta no puede ser sino positiva; tienen en comtin el hecho de que ambas son filosofias®, Sin embargo, para muchos filésofos occidentales y afticanos, no es posi- ble referirse a una filosofiaafticana porque hay s6lo una filosofia, cya universalidad 7 ean ean detlacannte cl cats de Pain Hunton, Mogae Rano sey Dismas Masolo, Hh Nomhstan > Yd sgmenio pe cilia en lc aun dogo eerie ‘noes puesta en cuestién por el hecho de que hasta ahora se haya desarrollado prin- cipalmente en Occidente. En Africa, éta es la posicién adoptada por los filésofos spodemistas, como asi son llamados. Para otros fildsofos africanos, los filésofos ta ‘cionalistas, existe una filosofia africana, la cual, desde que esté imbuida en la cul ura afticana, €s inconmensurable con la filosofia occidental y deberia, por tanto, seguir su linea aut6noma de desarrollo®. “Entre estas dos posiciones estén aquellas que defienden que no existe una sino muchas filosofias y creen que el didlogo mutuo y, ‘el enriquecimiento son posibles. Estas posiciones son las que a menudo tienen que afrontar Jos problemas de in- conmensurabilidad, incompatibilidad o la no inteligiblidad reciproca. Conside- tan, sin embargo, que la inconmensurabilidad no impide necesariamente la comu- nicacién y queincluso puede permitirinsospechadas formas decomplementariedad. ‘Todo ello depende del uso de procedimientos adecuados de traduccién intercul- tural, A través de la traduccién, llega a ser posible identificar preocupaciones co- munes, enfoques complementarios y, por supuesto, también contradicciones in- tratables®, Un ejemplo ilustrard lo que est en juego. El filésofo ghanés Kwasi Wiredu (1990, 1996) clama que en la cultura y el lenguaje de los akan, el grupo étnico al cual pertenece, no es posible traducir el prevepto cartesiano cogito ergo sum. Esto es porque no existen palabras que puedan expresar esta idea. «Pensar», en akan, sig- hifica «medir algo», lo cual no tiene sentido aparejado con la idea de ser. Por lo tanto, el eser» de «sun resulta también muy dificultoso para explicar por qué lequivalente més préximo es algo como «Yo estoy ahi. De acuerdo con Wiredu, el locativo «ahi» «seria suicida desde el punto de vista de la epistemologia y la metafi- sica del cogitow. En otras palabras, el lenguaje permite que ciertas ideas sean expl cadas, y otras no*!, Esto no significa, sin embargo, que la relacin entre la filosofia africana y la occidental tenga que terminar ahi. Como Witedu ha tratado de demos- ‘rar, es posible desarrollar arguments auténomos con base ea la filosofiaafticana, ‘no sélo sobre qué o por qué ésta no puede explicar el cogito ergo sum, sino también ‘muchas ideas alternativas que puede expresaty la ilosofia occidental no® Sobre esta cuestin, véanse Eze, 1997; Karp y Masolo, 2000; Hountond, 2002; Coetzee y Rows, 2002; Brown, 2004 “© En esta rea, los problemas son a menudo asociados con el lengua el lengua es, de hecho, ‘un instrumento clave en propicar una ecologia de saberes, Como un resultado, le traduecién debe ‘operaren dos nivels, el nivel lingistico ef altura La traduccin cultural ser una de las tareas més ‘cambiants afrontadas por ls flssofos, cieatfcos sociales activists sociales en el siglo x2, Abordo ‘ta cuestién con mayor dealle en Santos, 2004 y 2006b. ‘Est esunto es debetdo por Dismas Masolo, ene capitulo 17 de este volumen. © Véase Wiredu, 1987, y una discus de su trabajo en Osha, 1999. Ecologia de saberes, mythos y clinamen La ecologia de saberes no sélo acontece a nivel del Jogos sino también en el nivel del mythos. La idea de emengencia o el «todavia no» de Emnst Bloch (1995, p. 241) es agui esencial®, La intensificacién de la voluntad es resultado de una lectura po- tenciadora de tendencias objetivas, que otorgan fuerza a una posibilidad auspicia- dora, pero frigil, desde un entendimiento profundo de las posibilidades humanas basadas en conocimientos que, distintos al conocimiento cientifico, favorecen una fuerza interior més que exterior, o la natura naturans més que la natura naturata'. A través de estos conocimientos es posible consolidar un valor mayor o un concepto de compromiso que es incomptensible para los mecanismos positivistas y funciona- listas de la ciencia moderna. A partir de tal consolidacién se desarrollaré una nueva capacidad para la maravilla y la indignacién, capaz de fundamentar unas nuevas teoria y prictica, inconformistas, desestabilizedoras y, de hecho, rebeldes. Lo que esté en juego es la creacién de un pronéstico activo basado en la riqueza de la diversidad no canénica del mundo y de un grado de espontaneidad basado en el rechazo para deducir el potencial desde lo actual, En este sentido, los poderes constituidos cesan de ser un destino y pueden ser confrontados de forma realista con poderes constituyentes. El asunto es, entonces, desfamiliarizar le tradicién ca- Rénica de las monoculturas del conocimiento, politicas y de derecho, sin pararse ahi, como si esa desfamiliarizacién fuese la tinica familiaridad posible, La ecologia de saberes es una epistemologia desestabilizadora hasta el punto que se comprome- teen una eritica radical de las politicas de lo posible sin rendirse a una politica im- posible. Para la ecologia de saberes no es central la distincién entre estructura y agencia, como es el caso de las ciencias sociales, sino la distincién entre accién conformista y lo que yo he propuesto llamar acvién com clinamen®. Accién confor: mista es la préctica rutinaria, reproductiva y repetitiva que reduce el realismo a lo 4ue existe y precisamente porque existe. Para mi nocién de accién con clinamen tomo prestado de Epicuro y Luctecio el concepto de clinamen, entendido como el inexplicable quiddam que altera las relaciones de causa y efecto, o lo que es lo mis- mo, la capacidad de desviacién atribuida por Epicuro a los étomos de Demécrito. El clinamen es lo que hace que los étomos dejen de apacecer como inertes y sean © Sobre la sociologia de las emergencis, véanse Santos 2004 y 2006b, pp. 87-126, 4 Desde una perspectiva diferente ls ecologia de saberes busca la misma complementariedad que 41 Renacimiento de Paraclso (1493-1541), identiicado entre «Archeus, la voluntad elemental en el sermen ye cuerpo y«Vleanus, la fuerza natural dela materia, Vase Paracelso, 1989, p.3, yel texto sompleto en aanicrocosmos y macrocosmos», iid, pp. 17-67, Véase también Paracelso, 1967, © Desarrollo este concepto en Santos, 1998, un poder de inclinacién, un poder creativo, esto es, un poder de movi- panpaere (Epicuro, 1926; Lucrecio, 1950). A diferencia de lo que sucede cen la accién revolucionaria, la creatividad de la accién con clinamen no esté basada en una ruptura dramatca sino en un viaje o desviaciénleves cuyos efectos acumu- lativos rinden posiblemente a las combinaciones complejes y creativas entre los éto- ‘mos, por lo tanto, también entre seres vivos y grupos sociales. El clinamen no rechaza el pasado; por elcontrario, asume y redime el pasado al tiempo que se desvia de é, Su potencial para un pensamiento postabismal reside en su capacidad para cruzar las lineas abismales. El acontecimiento de la accién con ‘dinamen es en si mismo inexplicable. El rol de una ecologia de saberes al respecto seriinecesariamente identificar las condiciones que maximizan la probabilidad de tal acontecimicnto y, al mismo tiempo, defini el horizonte de posibilidades dentro las cuales el viraje «operant on ccologia de saberes esté constituida por sujetos desestabilizadores, individuales 0 colectivos, y es, al mismo tiempo, constitutva de ellos; esto es, una subjetividad dotada con una especial capacidad, energy volunted para actuar con alinamen. La construccién social de tal subjetivdad debe suponer experimentar con formas excén- tricas o marginales de sociabilided o subjetividad dentro y fuera de la modernidad ‘occidental, sas formas que han rechazado ser definidas segtin crierios abismales. Conclusién La construccién epistemolégica de una ecologia de saberes no es tare fécil. Como conclusién, propongo un programa de investigacién. Podemos identificar tres gru- pos principales de preguntas que estén relacionadas con la identifcacin de saberes, con los procedimientos para relacionar unos y otros, y con la naturaleza y evaluacién de las intervenciones del mundo real posiilitadas por ellos. La primera pregunta da Jgarauna serie de cuestiones que han sido ignoradas por las epstemologias moder- nas del Norte global. ¢Desde qué perspectiva pueden ser identifcados los diferen- tes saberes? gCémo puede el conocimiento cientfico ser diferenciado del conoci- miento no cientfica? , American Quarterly 57, 3, pp. 973-997. rT BUCHANAN, P.J. 2006), State of Emergency: the Third World Invasion and Conquest of Americs, Nueva York, St. Martin's Press. BUHLUNGU, S., DANIEL, J, SOUTHALL, R. y LUTGHMAN, J. (eds.) (2006), State ofthe nation 2005-2006, Africa del Sur, HSRC Press. Burner, D. G. 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