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Artculo

POR FIN LLEGARON LOS


EXTRATERRESTRES!
Mario Bunge

ntes de recibir el primer ejemplar del ao del


Skeptical Inquirer, yo no crea en extraterrestres
ni en OVNIs.

En ella descubr que existe un renovado inters en


los OVNIs y, adems, que hay extraterrestres entre
nosotros. Y todos se alojan en la revista.
As es; slo a un extraterrestre podran interesarle los
OVNIs en estos momentos, en los que la economa se
est derrumbando en todo el mundo. Y adems no se
derrumba por culpa de los aliengenas, del Big Foot,
del Diseo Inteligente, o ni siquiera por culpa de Dios,
el mismsimo Satn o nosotros mismos. La economa
se derrumba a causa de la fe en la teora econmica
estndar. Esta ltima, que no es una supersticin popular
sobre temas sobrenaturales o paranormales, es la base
conceptual del mercado libre (desregulado).
Pero nosotros ya sabamos desde 1929, y particularmente
desde que John Maynard Keynes publicara su gran obra
siete aos ms tarde, que la economa capitalista es
inherentemente inestable y fatdicamente destinada a la
perdicin, a menos que est sujeta a estrictas regulaciones.

Mario Bunge es Miembro de CSICOP y profesor de lgica y


metafsica Frothingham, Universidad McGill, Montreal. (El
Pas. Prisa)
Pero el movimiento escptico nunca ha atacado dicha
teora. Es ms, ha ignorado todas las crticas acadmicas
a la misma, desde Marx hasta Keynes o Soros.
Mi explicacin de la ceguera econmica de mis escpticos
amigos es que proceden de otro mundo: no viven en el
mundo real de los despidos, expropiaciones, bancarrotas,
corrupcin e incompetencia empresarial. Nosotros, los
amigos de la revista, debimos haber previsto que un
solo ojo escptico slo ver la mitad del mundo de la
supersticin y de la pseudociencia: la que se refiere a
la naturaleza. Para poder advertir las supersticiones
populares que ataen tanto a la sociedad como a la
naturaleza, se precisan dos ojos escpticos.

Extraterrestre de un solo ojo. (Futurama)


el escptico 32

Mis queridos aliengenas: bienvenidos a nuestro planeta;


aprended sobre nuestro verdadero mundo, el mundo
social, y no os quedis en el Skeptical Inquirer. Salid a
la calle.

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