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Biblioteca de PSICOLOGIA PROFUNDA. 211. 1. Blelemay Lieran ie despcs de Peat 212, M. Rota N Gonfien aun. Teak Haiauntced lo 218, 1B, Mian, Ear wie acafamacoogay 230. E rier Comp) Genel ones) Otto F. Kemberg LA AGRESION EN LAS PERVERSIONES Y EN LOS DESORDENES DE LA PERSONALIDAD ESTADO.BE MEXICO ty Dir and Pearine tots by ona Ferre MD. ‘Tratctin d one Pet 9 at tna SSS rane. Sans ees [SES Se on: ws tan ‘Sahar pe ee (© 1864 de as aeons resco BE nia Pao SAIC 5 to ‘retells aKa | uta het ldap an pin a ty 1.728 peso rn "Pte in Aina pcos on Yelp 8. " qe-cesdime (33.113 (isa Spurr 859, Aenean eng tetienetanes 01 "Dende: 60 glare one M849 ss anos241703 na voo, 63464 INDICE Profane =o Parte EL PAPEL DE LOS AFECTOS [NLA TEORIA PSICOANALITICA 1, Nuevas perspectvas dela teorta de ‘La peicopatalogta del oto pulsiones... 15 46 Parte IL ASPECTOS EVOLUTIVOS DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD DE AMPLIO ESPECTRO 38. Dimensioneselinieas del masoquismo.. 6 44, Lo trastornos histério ehistrineo de la ersonadad rn nn . Penne 9 5. Los trastornos antisocial y norcisista dela ersontlidadvsrsnsensnrecses ut Paste IT APLICACIONES CLINICAS DE LA TEORIA. DE LAS RELACIONES OBJBTALES 6, La teorfa del ‘dinies en la préctica relaciones objetal ut 7. Un enfogue de le transferencia basado on la Petco dl 0 yeaa dian relacones fbjetates 68. Un enfegue dol cambio etroctural basado ex la paicologia del yoy la teoria de las rlacionoe bjt enn - 17 9, La regres tranaferencily a ei psiccanalitca con las personalidades infontiles.... 229 178 Parte IV ENFOQUES TECNICOS DE LA REGRESION GRAVE, 10. Proyeceién e identifieacin proyective: aspectos evolutives 9 eisieos 259 11, La ientifieseisn proyectv Yel tratamiento hospital. 12, Le identificacién y sus viisitedes, tal observa en las paicosis des ye] placer de oti. ,paranoide y 283 att 339 13, Las viis 14. Las tranaferencias psicopsti depress creme 355 Parte V LA PSICODINAMICA DE LA PERVERSION 16, La relacin de la organizacin limite de la ‘personalidad con las perversiones, aa 16, Un marco teérico para ol estudio de las perversiones semales a 47 17, Un modelo conceptual doa perversisn masclina. 439 Referencias biblogréficas.. ns 405 Autorlzaciones pad fndive analitico 485 PREFACIO| En este libro presento mis exploraciones més recientes sobre la etiologia, la naturaleta y el tratamiento de los trastornos de la personalidad, Para tales exploraciones es csencial comprender Ia dindmnica de la conducta humana gravemente patolégica, De modo que esta obra se inicia con un examen de la teoria psicoanalitica de la motiva- cidn, con un foco particular en la agresién. ‘Tomando en cuenta los desarrollos contemporéneos dol estutie de los afectos, propongo la modificacién, pero no el abandono, de la teoria freudiana de las pulaiones. ‘La modificacién que sugiero reconoce el papel fundamen- tal de los afectos en la organizacién de las pulsiones y en Ja unificacién de los tactores neuropsicoligios con las mss ‘tempranas experiencias interpersonales de la infancia ¥ Ja nifiez como determinantes de Ia formacién de la per- sonalidad. ‘A continuacion de esa consideracién amplia de los afectos, pongo un énfasis especifico en Ia agresin, abor- dando la tarea de aclarar la relacién entre la agresiGn y Iaira, y entre la ira y el odio. ‘Todo mi trabajo se basa en la conviceién de que la psi- ‘copatslogia de la personalidad esta determinada por las ‘structures palquicas erigidas bajo el impacto de las expe- rioncias afectivas oon los objetossignifiativos tempranos Esta conviceién so refleja en mi énfasis en la necesidad de integrar un sistema de diagnéstico basado en la des- cripcién de la conducta, con un enfoque psicodinémico cen- trado en la formacién de la estructura psfquica. A la luz de ese enfeque describo varios difundidos trastornos de Ja personalidad. ‘En la seocién central del libro he puesto al dia y expli- cado detalladamente mi enfoque basado en la psicologia del yo y la teoria de las relaciones objetales, tal como se 1 la situacién clinica. En este contexto, centro la atencién en las distorsiones especifieas de la transferencia ya contratransferencia inducidas por la agresin extruc- ‘vurada en Ia forma del odio erénico y de las defensas secundarias contra ese odio, Exploramos el interjuego de 1a difusin de la identidad, la prueba de realidad y os ato- Taderos del tratamiento, en todo el espectro de los tras- tornos de la personalidad, desde Ia organizacién neurética hasta la psieética, pasando por la limite, Aplico mis eon- ‘lusiones to6ricas acerea de la agresién y el odio a nuevos ‘enfoques téenioas de trastornos graves de la personalidad, ‘enfoques que van desde el psicoandlisis propiamente dicho hhasta el tratamiento en un medio hospitalario, pasando ppor la psicoterapia psicoanalitica. La secciéa final del libro aborda las perversiones, explorando adicionalmente las implicacfones de la prima- cia de a naturaleza de la estructura psiquica y la agresi6n en la determinacién de la psicopatologia. Se delincan la psicodindmica de las perversiones y los trastornos de la personalidad, tanto en lo que tienen en comiin como en. ‘sus diferencias, En esa diseust6n se subraya la posicién, ‘Singular de las homorexualidades en el pensamiento psi- coanaliticn actual 10 Por sus aportes a mis ideas sobre la teoria de las rela ciones objetales y Ia teoria de los afectos, estoy en deuda con los doctores Selma Krame:, Rainer Krause, Joseph y ‘Anna-Marie Sandler, Ernst y Gertrude Ticho, el extinto ‘John Sutherland. Respecto de las toorias psicoanaliticas 4e Ia perversién, he sido estimulaio y ayudado por los doctores Janine Chasseguet-Smirgel, André Green, Joyce ‘MeDougall y mas especialmente por el extinto Robert Sto- ller. Mi pensamiento sobre el tema del esmbio estructural se ha beneficiado significativamente de las eonversacionos con los doctores Mardi Horowitz, Lester Luborsky ¥ Robert Wallerstein ‘Tanto en mi trabajo con pacientes como en mis esfuer- 208 por contribuir a Jas téenicas psicoanalitieas y psi. terapéutieas, he disfrutado del privilegio de mi fuido di logo profesional con tun grupo de buenos amigos y cslegas de Nueva York, al que pertenecen los doctores Marin y ‘Maria Bergman, Harold Blum, Arnold Cooper, William Frosch, William Grossman, Donald Kaplan, Robert “Michels y Ethel Person, todos los cuales han leido y eri- ticado pacientemente muchos de los eapituloa ineluides en este volumen. Lx doctora Paulina Kernberg, en su rol smiltiple de psicaanalista,colaboradora profesional y espo- 12, no slo ha influido en el contenido de mis escritos sino ‘que también debe acreditarsele el haber creado el espacio que me hizo posible dedicarme a este trabajo La investigacién formal de la psicoterapia intensiva con pacientes limite constituye el trasfondo de las expli caciones teéricas contenidas en el libro. Les debo mucho alentusiasmo, la dedicacion y a constante revisién ertica de nuestra empresa investigadora conjunta de los miem- bros del Proyecto de Investigacién Psicoterapéutica sobre Jos Pacientes Limite del Departamento de Psiquiatria del Medical College de la Universidad de Cornell, y la Divi- sidn Westchester del Hospital de Nueva York, a lo largo a de todo trabajo realizado sobre el que informa este volu- men, Tengo una deuda enorme con las doctores Joha Clar- kkin y Harold Koenigsberg, codirectores de] mencionado proyecto, y con los doctores Ann Appelbaum, Steven Bauer, Arthur Carr, Lisa Gornick, Lawrence Rockland, Michael Sela y Frank Yoomans, colegzas en cuya evaluacién critica de las experiencias cinicas en evo- Iucién de nuestro grupo han dado forma a mi enfoque de problemas técnicos particularmente desafiantes. Aunque les agradezco a todos estos colegas el estimulo, las suge- rreneiaa y las eriticas, asumo la responsabilidad personal por todas las formulaciones de este libro. precio profundamente a Louise Tait y Becky Whipple por la inalterable paciencia con que mecanografiaron, revisaron, leyeron las pruebas y organizaron las ap temente interminables versiones del original. La infati- gable atencin de la senorita Whipple a todos los peque- fos detalles del manuscrito nos evit6 tropiozos en muchas ocasiones. La sefiora Rosalind Kennedy, mi ayudante administrativa, procuré el marco organizativo general q ‘me permitio realizar este trabajo en el contexto de mis funciones cliniess, académicas y administrativas; ella pro- ‘toi el ambiente de trabajo que lo hizo todo posible. Este es el segundo libro que he producido con la ayuda ‘tanto de mi asesora editorial de muchos adios, la sefiore Natalie Altman, como de la asesora principal de Ia Yale University Press, la sefiora Gladys Topkis. Las dos, res- petando con tacto mi eompromiso con lo que querta decir, sme ayudaron a expresarlo con la mayor claridad posible. Les estoy inmensamente agradecido, 12 Parte El papel de los afectos en la teorfa psicoanalitica 1. NUEVAS PERSPECTIVAS DE LA TEORIA DE LAS PULSIONES ‘Marjorie Brierley (1937) fue Ia primera en sefalar wna extrafia paradoja atinente al papel de los afectos en lz feo- ria y la préctica psicoanaliticas, Dijo que los afectos desempefian un papel central en la situacién clinica, pero tung periférico y ambiguo en Ia teoria psicoanalitica. Brier- ley pensaba que aclarar Ia parte desempefiada por los afectos ayudaria a clarificar cuestiones atin irresueltas de Ja teoria de las pulsiones. La paradoja sefialada hace ‘medio siglo por esta autora parece haber subsistido hasta ‘hace poco tiempo. Sélo en Ios ltimos diez afos esta situa- cién comenz6 a cambiar. Después de reexaminar la re cidn entre los afectos y las pulsiones en 1s teorin psicoa- nalitica, incluso las cambiantes teorias de las pulsiones y los afoctos en Freud y las aportaciones psicoanaliticas recientes —entre ellas Ja mia— relacionadas con estas ‘euestiones,ofrezco una teoria psicoanalitica revisada acer. adel tema. A continuscién examino la naturaleza de los afeetos tal como surgen en la situacién psicoanalitics, y ‘sus istorsiones bajo el impacto de los procesos defensivos, Finalmente ofrezco un modelo del desarrollo, basadoen ‘mi mareo conceptual. 16 LAS PULSIONES ¥ LOS INSTINTOS ‘Aunque Freud pensaba que las pulsiones (a su juicio los sistemas psiquicos motivacionales furdamentales) tenfan fuentes bioldgicas, reiteradamente subrayé la falta de informacién acerca del proceso que transformaria esas fuentes bioldgicas en motivacién paiquica. Concebia Ia do, o pulsién sexual, como una organizacién jerérquica- mente superior de las pulsiones sexuales parciales de una fase evolutiva més temprana, Esta idea armoniza con su. ‘concepcién de las pulsiones como entidades de naturaleza psiquica. Segtin Freud (1908), las pulsiones parciales (ora- Jes, anaes, voyeuristas, sédicas, etostera) se integran psi- coldgicamente en el eurso del desarrollo y no estan fis logicamente ligadas entre si. La teoria dual de las palsiones de la sexualidad y la agresin (1920) representa 5 clasificacién final de estas entidades como fuentes tti- mas del conflicto psfquico inconsciente y de la formacién de le estructura psiquica. Froud deseribis Ine fuentes biolégicas de las pulsiones sexuales en concordancia con la excitabilidad de las zonas erégenas, pero no sefalé fuentes biolégieas igualmente cespecifcas y concretas para la agresidn. En contraste con Js fuentes fijas de la ibido, earseteri26 como cambiantes Jo largo del desarrollo psiquico a las metas y los objetos de las pulsiones, tanto libidinales come agresivas; deseribis Incontinuidad de las motivaciones sexuales y agresivas en ‘una amplia variedad de desarrollos patquicoa complejos. (Como lo ha sefalado Holder (1970), Freud diferencié claramerte las pulsiones de los instintos. Consideraba las pulsiones coma de nivel superior; eran fuentes de moti- vacién constante, y no intermitente. Los instintos, por otra parte, eran biolégics, heredados e intermitentes, en cuanto los activaba la estimulacién paicolégiea y/o ambiental. La libido es una pulsién; el hambre es un ins- 16 tinto, En la concepeién freudiana, las pulsiones son los mites entre lo fisico y 1o mental, como procesos fisicos con raices en la biologi; él sostenta (1916b, 1915c) que sélo podemos conocerlas a través de sus representantes psiquicos: las ideas y los afectos. ‘Tanto Holden como Laplanche y Pontalis (1973, pags. 214.217) han subrayado la naturaleza puramente psig ‘ca de la teoria dual de las pulsiones propuesta por Freud, y acusado ala traduecin de la Standard Edition de haber perdido la distincion entre las pulsiones psicolégiasy los instintos biolégicos, al verter con la misma palabra ingle- ‘88“instinct” los términos alemanes Instinkt y Trieb, Yo afiadiria que la traduccién de Strachey ha tenido el efecto infortunado de Vineular demasiado estrechamente el on- cepto freudiano ée la pulsin a la biologia, inhibiendo Ia investigacién psicoanalitiea de la naturaleza de los pro- ceaos mediadores que tienden un puente entre los instin- tos bioldgicos y las pulsiones, definidas como motivacién puramente psfquica, El mismo término “instinto” subraye l Ambit biolégico de este concepto, y de tal modo desa- lienta la exploracién psicosnalitica de la motivaciéa. En _iopinién, el concepto de las pulsiones como sistemas psi- quices motivacionales jerérquicamente superiores es vél do, ¥ Ia teoria freudiana de la dualidad de las pulsioné 6 satisfactoria para explicar la motivacién. Como lo observan adecuadamente Laplanche y Pon- talis (1979), Freud siempre se refirié «los instintos como ‘a pautas de conducta heredadas y diseontinuas, que v rian poeo de un miembro de la especie a otro. Impresiona advertir hasta qué punto el concepto freudiano de instin- to corre paralelo a la teoria moderna del instinto en bio- logia, representada, por ejemplo, por Lorenz (1963), Tin- bergen (1951) y Wilson (1975). Estos investigadores consideran que los jnstintos son organizaciones jerérqui- cas de pautas perceptivas, eonductuales y comunicativas W Biolégicamente determinadas, puestas en marcha por fa toros ambientales que activan mecanismos desencadenan- tes innatos. Este sistema biol6gico-ambiental es conside- rrado epigenético. Lorenz y Tinbergen demostraron en st. Investigacion con animales que la vinculacién madurativa xy evolutiva de las pautas conductuales innatas y discre- tas, su organizacion general dentro de wn individuo pa ticular, esté muy detorminada por la naturaleza dela osti- mulacién ambiental: los instintos jerérquicamente ‘organizados representan la integraciGn de laa disposicio- nes innatas con el aprendizaje determinado por el ambiente. Desde esto punto de vista, los instintos son sis- ‘temas biol6gicos motivacionales erdrquicamente organi zados. Por lo general se los clasifica siguiendo los line ‘mientos de la conducta alimentaria, la conducta de lucha yy fuga, el apareamiento y otras dimensiones anélogas. ‘Rapaport (1953) describe de qué modo modificé Freud ‘eu concepeién de los afectos a lo largo de los aftos. Origi- nalmente (1894) los consideré en gran medida equivalente ‘alas pulsiones; en 1915 (1915b, 1915c) los veia como pro- cces0s de descarga de las pulsiones (sobre todo en sus aspectos placientes 0 dolorosos, psicomotores y neurov {gotativos); finalmente (1926) lleg6 a verlos como disposi- ciones innatas (umbrales y canales) del yo. ‘A mi juicio, los afectos son estructuras instintivas —esto es, pautas psicofisioldgicas biolégicamente dadas, activadaa por el desarrollo—. Lo que se organiza para constituir las pulsiones agresiva y libidinal deseritas por Freud es el aspecto psiquico de esas pautas. Desde este punto de vists, las pulsiones sexuales parciales gon inte- ‘graciones més limitadas, restringidas, de los estados afec- tivos correspondientes,y la libido como pulsién es la inte- gracién jerdrquicamente superior de ellas —esto es, 1a integracién de todos los estados afectivos contrados er6- ticamente—, En contraste con el modo de ver que atin pre- 18 valece en el psicoandlisis, sgtin ol cul los afectos on slo procesos de descarga, yo los consideroestracturas puonte entre los instintos biolégios y las pulsiones peiquicas, Después de una elaboracién adicional de mis definiciones de os afectos y las emociones, presentaré argumentos en respaldo de esta conclusion {LOS AFECTOS ¥ LAS EMOCIONES Siguiendo a Brierley (1987) y Jacobson (1953), del campo de la clinica psicoanalitica, y a Arnold (1970a, 1970b),Izard (1978), Knapp (1978) y Emde (1987; Emde ¥y otros, 1978}, del campo de la investigacién empirica sobre la conducta afectiva en neuropsicologta, ya defino los actos como pautas conductuales psicofisiolégicas que ineluyen una apreciacién cognitiva espectfica, una pauta facial especifica, una experiencia subjetiva de naturaleza placiente y recompensadora odolorosa y aversiva, y una pauta de descarga muscular y neurovogetativa. La pauta ‘expresiva facial forma parte de la pauta comunicativa general que caracteriza a cada afecto en particular. “Hoy en dia existe acuerdo general en cuanto a que los afectos, desde su mismo origen, tienen un aspecto cogni: tivo, contienen por lo menos una apreciacién de la “bon- dad” o “maldad” de 1a constelacién perceptiva inmediata, _yesta aprociacién, segtin la formulacién de Arnold (1970a, 1970b), determina una motivacién sentida para la accién, de aproximacién 0 alejamiento a cierto estimulo o situa. ‘ign. En contraste con la antigua teoria de James-Lange Games 1884; Lange, 1885), segin la cual los aspectos sub- Jetivos y cognitives del afocto siguen a la percepcién de lox fenémenos de descarga musculares y neurovegetativos «

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