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Catabolismo

Concepto de metabolismo
El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que se producen en el
interior de las células y que conducen a la transformación de unas biomoléculas en
otras.
Las reacciones metabólicas presentan las siguientes características:
• Se trata de reacciones encadenadas, es decir, el producto final de una reacción
constituye el reactivo inicial de otra. Se establecen así, secuencias de
reacciones encadenadas, que se denominan rutas o vías metabólicas, que
pueden ser lineales, ramificadas o cíclicas.
Se denomina vía metabólica a la sucesión de reacciones químicas que
conduce desde una sustancia inicial (sustrato), a través de distintos compuestos
intermedios (metabolitos), hasta una sustancia final (producto). En las rutas
ramificadas, según las necesidades celulares, pueden obtenerse distintos
productos a partir de un mismo sustrato. En cada paso se produce un pequeño
cambio químico, como la eliminación, la transferencia o la adición de un átomo
o grupo funcional.
Las conexiones existentes entre diferentes vías metabólicas reciben el
nombre de metabolismo intermediario.
• Todas las reacciones metabólicas son catalizada; es decir, necesitan la
presencia de una molécula denominada catalizador para llevarse a cabo. Los
biocatalizadores son sustancias que posibilitan y favorecen las reacciones
químicas que se producen en los seres vivos.
Un catalizador es una molécula que no interviene como reactivo en una
reacción química, pero sin la cual esta no podrá realizarse. Al no ser un
reactivo, no se consume y puede actuar de forma indefinida, por lo que solo se
requiere en cantidades muy pequeñas.
Las enzimas son específicas (solo actúan sobre un determinado sustrato y
solo cataliza un tipo de reacción).
• Las reacciones químicas son esencialmente transformaciones de energía, en
virtud de las cuales la energía almacenada en los enlaces químicos se transfiere
a otros enlaces químicos recién formados. En estas transferencias, los
electrones se desplazan de un nivel de energía a otro.
• La mayor parte de las reacciones metabólicas son de oxidación-reducción
(redox). En la oxidación, las moléculas orgánicas se rompen en moléculas más
sencillas y se produce energía. Por el contrario, la construcción de moléculas
grandes a partir de otras más sencillas tiene lugar, normalmente, mediante un
proceso de reducción para la cual se requiere energía.
• Se denomina oxidación a la pérdida de electrones de un átomo o de una
molécula. Se llama reducción a la ganancia de electrones de un átomo o de una
molécula. La oxidación y la reducción ocurren de forma simultánea, porque los
electrones que pierde el átomo oxidado son aceptados por otro átomo, que se
reduce en el proceso. En los organismos fotosintéticos, los donantes de
electrones son, o bien el agua, o bien compuestos reducidos de azufre, o
compuestos orgánicos. En los organismos heterótrofos, en cambio, el donante
de electrones es un compuesto reducido presente en el alimento. A menudo, la
oxidación se produce cuando al electrón le acompaña el protón, es decir, como
átomo de hidrógeno. Por el contrario, la reducción supone ganancia de átomos
de hidrógeno.
Se pueden considerar dos fases en el metabolismo: una de degradación de
materia orgánica o catabolismo y otra de construcción de materia orgánica o
anabolismo.

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• El catabolismo es la transformación de moléculas orgánicas complejas en
otras más sencillas, proceso en el que se libera energía que se almacena en los
enlaces fosfato del ATP.
• El anabolismo es la síntesis de moléculas orgánicas complejas a partir de otras
biomoléculas más sencillas, para lo cual se necesita suministrar energía,
proporcionada por los enlaces fosfato del ATP. Las moléculas del ATP pueden
proceder de las reacciones catabólicas, de la fotosíntesis (en las plantas, algas y
algunos microorganismos) o de la quimiosíntesis (en otros microorganismos).
Rutas metabólicas
Rutas catabólicas: el catabolismo es la parte degradativa del metabolismo, en
que las sustancias orgánicas se degradan, mediante reacciones escalonadas,
obteniéndose productos más sencillos y liberándose energía, la mayor parte de la cual
se conserva en forma de ATP.
En el catabolismo aerobio existen tres fases principales:
• Durante la fase I, las macromoléculas que forman los materiales estructurales
o las sustancias de reserva celulares se hidrolizan, hasta sus moléculas sillares.
Así, los polisacáridos se degradan a monosacáridos, los lípidos originan ácidos
grasos, glicerina y otros compuestos, mientras que las proteínas se hidrolizan
dando aminoácidos.
• En la fase II, los diversos productos procedentes de la fase anterior son
convertidos en un número menor de moléculas más simples, las cuales se
transforman en una sustancia sencilla de dos carbonos: el grupo acetilo del
acetil-coenzima A que, por tanto, constituye el producto final común de esta
fase. Así, el acetil-CoA puede ser considerado como una encrucijada metabólica,
donde confluyen el catabolismo de glúcidos, lípidos y proteínas. Además, en la
degradación de los aminoácidos se origina NH3, que es un producto final del
catabolismo.
• En la fase III el grupo acetilo del acetil-CoA se incorpora al ciclo de Krebs, que
es el camino terminal
común en el que se
oxida totalmente dando
finalmente CO2 y H2O.
Por tanto, las rutas
catabólicas son
convergentes, pues
confluyen hacia unos pocos
productos finales. Por ejemplo
las proteínas: en la fase I,
centenares de proteínas
diferentes rinden únicamente
los 20 tipos de aminoácidos
que las constituyen; en la fase
II, a partir de dichos 20
aminoácidos se obtiene acetil-
CoA y amoníaco; y en la fase
III, a partir del grupo acetilo se
obtiene únicamente CO2 y
H2O.
Rutas anabólicas: El
anabolismo es la parte
constructora o de síntesis del
metabolismo, elaborándose

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moléculas progresivamente más complejas mediante un aporte de energía procedente
del ATP.
También tiene lugar en tres fases, comenzando con moléculas precursoras
pequeñas. Por ejemplo, la síntesis de proteínas puede comenzar con la formación de
ciertos ácidos orgánicos. En la siguiente fase, éstos son aminados por donadores de
grupos amino y se forman los aminoácidos. En la fase final, los aminoácidos se unen
para originar muchas proteínas diferentes.
Por tanto, las rutas anabólicas son divergentes, ya que a partir de unas
pocas moléculas precursoras sencillas se sintetiza una gran variedad de
macromoléculas.
Comparación entre rutas catabólicas y anabólicas
Una ruta catabólica y su correspondiente ruta anabólica, de dirección inversa,
habitualmente no son idénticas. Por ejemplo las rutas catabólicas y anabólicas,
correspondientes y opuestas que ligan las proteínas y los aminoácidos o las que
relacionan los ácidos grasos y el acetil-CoA, no son simplemente inversas.
Considerando todas las reacciones intermedias entre dos compuestos determinados,
algunas son comunes a anabolismo y catabolismo, pero otras son reacciones
completamente diferentes, catalizadas por enzimas que se emplean únicamente en
una dirección. La existencia de dos rutas metabólicas entre dos puntos determinados
podría parecer un despilfarro, pero es absolutamente necesaria porque algunas
reacciones catabólicas resultan energéticamente imposibles para el anabolismo. Por
ejemplo: si una roca rueda desde la cima de una montaña, en los puntos donde salve
grandes desniveles perderá de golpe una gran cantidad de energía; para subir la roca
hasta la cima hace falta consumir energía, por
ejemplo mediante un tractor, pero es posible
que éste no pueda seguir el camino de
descenso: tendría que evitar los tramos con
mayor desnivel, tomando una ruta más gradual.
De modo semejante, en el anabolismo se han de
evitar los puntos en que las necesidades
energéticas son particularmente elevadas.
Por otra parte, las vías catabólicas y
anabólicas también pueden diferir en su
localización intracelular, lo que permite que
puedan ocurrir independientemente y de modo
simultáneo. Por ejemplo: la oxidación de los
ácidos grasos hasta acetil-CoA tiene lugar en las
mitocondrias, mientras que su síntesis a partir
de acetil-CoA ocurre en el citosol.
Ruta anfibólica: son rutas comunes al
anabolismo y al catabolismo. Por ejemplo, el
ciclo de Krebs. El ciclo de Krebs puede utilizarse
con fines catabólicos, para completar la
degradación de las moléculas procedentes de la
fase II del catabolismo, pero también se emplea
anabólicamente para producir pequeñas
moléculas precursoras de la fase II del anabolismo.
El ATP
El ATP es un nucleótido de enorme importancia en el metabolismo, ya que
puede actuar como molécula energética, al ser capaz de almacenar o ceder energía
gracias a sus dos enlaces éster-fosfóticos, que son capaces de almacenar, cada uno
de ellos, 7,3 kcal/mol. Al hidrolizarse, se rompe el último enlace éster-fosfórico
(desfosforilación) produciéndose ADP y una molécula de ácido fosfórico (H 3PO4) que
suele simbolizarse como Pi, liberándose además la energía citada anteriormente:
ATP + H2O → ADP + Pi + energía (7,3 kcal/mol)

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El ADP es capaz de ser hidrolizado también, rompiéndose el otro enlace éster-
fosfórico con lo que se liberan otras 7,3 kcal/mol y se producen AMP y una molécula
de ácido fosfórico:
ADP + H2O → AMP + Pi + energía (7,3 kcal/mol)
La síntesis de ATP puede realizarse por dos vías:
• Fosforilación en el nivel de sustrato. Es la síntesis de ATP gracias a la
energía que se libera de una biomolécula (sustrato) al romperse alguno de sus
enlaces ricos en energía, como ocurre en algunas reacciones de la glucólisis y
del ciclo de Krebs. Un grupo fosfato de alta energía es transferido al ADP para
formar ATP en una única reacción química.
Compuesto-P Compuesto

ADP ATP
• Mediante enzimas del grupo de las ATP-sintetasas. Es la síntesis de ATP
mediante las enzimas ATPasas existentes en las crestas de las mitocondrias o
en los tilacoides de los cloroplastos, cuando dichas enzimas son atravesadas
por un flujo de protones.
Compuesto reducido NAD+

H + + e- Fosforilación oxidativa y
fotofosforilación

Compuesto oxidado NADH

Cadena de transporte de
electrones

ADP + Pi ATP

ATPasa Gradiente quimiosmótico


La energía es proporcionada por el transporte de electrones, y la formación de
un gradiente de protones en la membrana mitocondrial interna. La energía liberada
por el transporte electrónico, realizado a favor de gradientes de potenciales de oxido-
reducción, es acoplada a la fosforilación del ADP.
Se dice que el ATP es la moneda energética de la célula, pues representa la
manera de tener almacenado un tipo de energía de pronto uso. En todas las
reacciones metabólicas en las que se necesita energía para la biosíntesis de moléculas
se utiliza el ATP, como también en la contracción muscular, en el movimiento celular,
en el transporte activo de las membranas, etc. En ocasiones son utilizados para el
mismo fin otros nucleótidos como el GTP, el UTP o el CTP.

El catabolismo
El catabolismo es la fase degradativa-oxidativa del metabolismo y su finalidad
es la obtención de energía. Las moléculas orgánicas son transformadas en otras más
sencillas (CO2, NH3, urea, ácido úrico, etc.), que generalmente son expulsados de la
célula, los llamados productos de excreción. La energía liberada en el catabolismo se
almacena en los enlaces ricos en energía del ATP y posteriormente podrá ser utilizada
para reacciones de síntesis orgánicas o para realizar actividades celulares. El
catabolismo es semejante en los organismos autótrofos y en los heterótrofos.
Las reacciones del catabolismo son reacciones de oxidación, es decir, de
pérdida de electrones. Dado que la materia que experimenta el catabolismo es
materia orgánica, constituida básicamente por carbono e hidrógeno, la forma de
oxidarse es mediante la pérdida de átomos de hidrógeno que se encuentran unidos al
carbono (deshidrogenación) o por ganancia de átomos de oxígeno (oxigenación).

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Reacciones Redox Compuesto oxidado
Compuesto reducido
A + BO …… AO + B AO B
AH + B …… A + BH A BH
A- + B+ …… A+ + B- A+ B-
Un átomo sólo puede perder electrones (oxidación) si hay otro que los acepta
(reducción). Por ello estos procesos se denominan reacciones de oxidación-reducción
(reacciones “redox”). Las reacciones catabólicas son reacciones redox. En ellas unos
componentes se oxidan y otros se reducen. Una molécula se oxida cuando pierde
electrones y otra se reduce cuando los gana; cuando una molécula pierde hidrógenos,
también se oxida, ya que un átomo de hidrógeno se compone de un protón y un
electrón. De manera equivalente, una molécula se reduce cuando gana átomos de
hidrógeno. En la materia orgánica, para que una molécula pueda perder hidrógenos,
ha de haber otra que acepte esos hidrógenos (molécula aceptora de hidrógenos). Los
átomos desprendidos en las reacciones de oxidación son captados por unas moléculas
llamadas transportadoras de hidrógeno, como son el NAD+, el NADP+ y el FAD,
hasta que finalmente son traspasados a la molécula aceptora final de hidrógeno,
que se reduce.
En las reacciones de oxidación y reducción, frecuentemente los protones (H +) y
los electrones (e-) van separados; estos últimos, antes de llegar a la molécula aceptora
final de electrones, son captados por los llamados transportadores de electrones,
que son los citocromos. El paso de los electrones de un citocromo a otro conlleva una
disminución del nivel energético del electrón y la liberación de una energía que es
utilizada para fosforilar el ADP y formar moléculas de ATP.

Según sea la naturaleza de la sustancia que se reduce, es decir, que acepta los
hidrógenos, se distinguen dos tipos de catabolismo: la fermentación y la respiración.
• En la fermentación la molécula que se reduce es siempre orgánica.
• En la respiración la molécula que se reduce es un compuesto inorgánico, por
ejemplo, O2, NO3-, SO42-, etc. Si es el oxígeno se denomina respiración
aerobia, y si es una sustancia distinta del oxígeno, por ejemplo, el NO3-, SO42-,
etc., se denomina respiración anaeróbia.
En la respiración aeróbica al reducirse del O2 mediante la aceptación de
hidrógenos, se forma agua, mientras que en la respiración anaeróbica, al reducirse
el ión nitrato NO3- se forma ión nitrito NO2-, y al reducirse el ión sulfato SO 42- se
forma ión sulfito SO32-.
Vías principales del catabolismo
• Los glúcidos (polisacáridos) como el almidón son degradados a monosacáridos
(glucosas), que por la vía glucolítica van a dar lugar a dos moléculas de ácido
pirúvico y estas se transforman en dos moléculas de acetil-coenzima A, que
pasan a degradarse al ciclo de Krebs hasta convertirse en moléculas de CO2.
• Las grasas (triglicéridos) se escinden en sus componentes, glicerina o glicerol,
y ácidos grasos. E inmediatamente, los ácidos grasos son cortados en
fragmentos de 2 carbonos (acetil CoA), en el interior de las mitocondrias, en un

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proceso llamado beta-oxidación. Las moléculas de acetil CoA pasan al ciclo de
Krebs.
• Las proteínas son degradadas en sus aminoácidos constituyentes. Los
aminoácidos son desaminados (eliminan el grupo amino en forma de
amoníaco), y el esqueleto de carbono residual se convierte en acetil CoA, o en
uno de los compuestos de la glucólisis o del ciclo de Krebs.
• El transporte de los electrones liberados llegan, a través de una cadena de
intermediarios que se sitúa en la membrana interna mitocondrial, hasta el
último aceptor, el O2, que da lugar a moléculas de agua. En el transporte de
electrones se libera energía que se utiliza para la síntesis de ATP, en la llamada
fosforilación oxidativa.

Catabolismo de glúcidos
En el tubo digestivo de los animales y mediante los procesos digestivos, los
polisacáridos o disacáridos son hidrolizados y convertidos en monosacáridos como la
glucosa, la frutosa y la galactosa. Las reservas de glucógeno del tejido muscular de los
animales también pueden ser hidrolizadas,
cuando se requiere energía para el ejercicio
muscular, en unidades de glucosa.
Análogamente, en las células vegetales, las
reservas de almidón son hidrolizadas a
moléculas de glucosa.
Tanto si la oxidación se realiza por
respiración como por fermentación, la
degradación inicial de la glucosa se produce
mediante un proceso denominado glucólisis.
Este consiste en una ruta por la cual se forma
piruvato y ATP, aunque esta última molécula
con bajo rendimiento. La glucólisis tiene
lugar en el citoplasma celular, sin
necesidad de O2.
La síntesis de ATP tiene lugar
exclusivamente mediante fosforilación a
nivel de sustrato. La eficacia de la
glucólisis como ruta energética es muy
baja, puesto que únicamente tiene un
rendimiento neto de dos moléculas de ATP por
molécula de glucosa. Además de esta producción de ATP directa, se obtienen dos
moléculas de NADH (poder reductor). Estas originarán más ATP, en el caso de que se
siga posteriormente un proceso de respiración.
La glucólisis produce dos moléculas de piruvato por cada molécula de
glucosa de partida.
2 NAD+ 2 NADH + H+

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Glucosa -----------------------------------→ 2 ácido pirúvico

2 ADP + 2 Pi 2 ATP
La glucólisis suministra a la célula seis precursores metabólicos.
Finalidad de la glucólisis: obtención de energía

En condiciones aerobias, las moléculas de NADH ceden sus electrones a la


cadena de transporte de electrones, que los conducirá hasta el oxígeno (O 2),
produciéndose agua y regenerándose el NAD+, que se reutilizará en la glucólisis. En
estas condiciones, el ácido pirúvico entra en la mitocondria y se transforma en grupos
acetilo, que formarán el acetil-CoA, que ingresará en la respiración celular.
En condiciones
anaerobias, ya sea en
bacterias o en células
eucariotas sometidas a
condiciones de anoxia (como
ocurre en el músculo en
condiciones anaerobias), el
NADH se oxida a NAD+
mediante la reducción del
ácido pirúvico. Estas etapas
hacen posible que se produzca
energía en forma anaerobia,
denominándose fermentación,
y ocurren en el citosol.

Respiración
celular
Mediante la respiración
celular (aerobia), el ácido
pirúvico formado durante la
glucólisis se oxida
completamente a CO2 y H2O
en presencia de oxígeno. Este
proceso de respiración se desarrolla en dos etapas sucesivas: el ciclo de krebs y la
cadena respiratoria, que está asociada a la fosforilación oxidativa.
Vamos a considerar la respiración como el conjunto de procesos catabólicos que
tienen lugar después de la glucólisis. Por lo tanto, la respiración aerobia, en el

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catabolismo de los glúcidos, es la oxidación total del producto final de la glucólisis, es
decir, del piruvato. El piruvato se oxida totalmente a CO2 Y H2O, en presencia de O2.
Las etapas de la respiración aerobia son las siguientes:
1. Formación del acetil-CoA (descarboxilación oxidativa del pirúvico).
2. Ciclo de Krebs o de las ácidos tricarboxílicos.
3. Cadena respiratoria (fosforilación oxidativa):
• Transporte electrónico.
• Formación del gradiente quimiosmótico.
• Síntesis de ATP.
1. Formación del Acetil-CoA
Para que la molécula de piruvato generada durante la glucólisis pueda continuar su
oxidación incorporándose al llamado ciclo de Krebs o ciclo de los ácidos tricarboxílicos,
debe sufrir previamente una reacción de descarboxilación oxidativa y convertirse en
un resto acetilo (CH3 – CO-) en forma de acetil-CoA.
Todas las moléculas que sirven de combustible a la célula, como los glúcidos,
los ácidos grasos y algunos aminoácidos, tienen que convertir sus esqueletos
carbonados en grupos acetilo, en forma de acetil-CoA, para poder incorporarse al ciclo
de Krebs y ser oxidados hasta CO2 y H2O.
El piruvato es conducido desde el citoplasma hasta el interior de la
mitocondria, uniéndose para ello a transportadores específicos que le permiten
atravesar las dos membranas mitocondriales.
Una vez en el interior de la mitocondria, se produce la descarboxilación
oxidativa, reacción catalizada por un complejo multienzimático llamado piruvato-
deshidrogenasa, que actúa en dos etapas:
a) Pérdida del grupo carboxilo en forma de CO2.
b) Cada grupo acilo se une momentáneamente a un compuesto denominado
coenzima A (molécula de gran tamaño que también es un nucleótido). De esta forma
se origina acetil-CoA. La aparición de este compuesto marca la conexión entre la
glucólisis y el ciclo de Krebs.

CoA-SH CO2

CH3 – CO – COOH ----------------------------------→ CH3 – CO-ScoA

NAD+ NADH + H+
Como a partir de cada molécula de glucosa que entra en la glucólisis se
producen dos moléculas de ácido pirúvico o piruvato, en este proceso se obtienen dos
moléculas de NADH por cada molécula de glucosa
2. Ciclo de Krebs
Es una ruta anfibólica, es decir, anabólica y
catabólica.
Los ciclos metabólicos consisten en una
serie de reacciones encadenadas en las que no hay
sustrato inicial ni producto final, sino que las
moléculas se van transformando unas en otras,
pero regenerándose cuando se producen todas las
etapas. Sin embargo, en los ciclos metabólicos
intervienen otras moléculas que reaccionan con
algún componente de ellos, gastándose y
obteniéndose determinados productos.

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El ciclo de Krebs o de los ácidos tricarboxílicos es un conjunto cíclico de
reacciones que producen la oxidación completa del acetil-CoA hasta CO2. Los
electrones cedidos en esta oxidación son captados por las coenzimas NAD+ y FAD+,
liberándose las correspondientes
moléculas reducidas, NADH y
FADH2.
El ciclo de Krebs se lleva
a cabo en la matriz
mitocondrial.
En una vuelta completa
del ciclo se obtienen:
• Poder reductor: 3
moléculas de NADH y una
de FADH2, que permiten,
posteriormente, la
formación de moléculas
de ATP en la fosforilación
oxidativa.
• Precursores metabólicos.
• Energía en forma de GTP
(convertible a ATP) por
fosforilación a nivel de
sustrato.
• Dos moléculas de CO2,
que corresponden a los
carbonos de una molécula
de acetil-CoA
completamente oxidados.
Sólo se puede producir
en condiciones aerobias.
Acetil-CoA + 3 NAD+ + FAD+ +
GDP + Pi + H2O → 2 CO2 + 3 NADH + 3 H+ + FADH2 + GTP + CoA
Se necesitan dos vueltas del ciclo para oxidar al máximo una molécula de
glucosa, ya que de cada una se obtienen dos de ácido pirúvico en la glucólisis.
En una vuelta del ciclo de Krebs se obtienen:
• Una molécula de GTP (convertible en ATP)
• Precursores metabólicos.
• Tres moléculas de NADH y una de FADH2, que permiten,
posteriormente la formación de moléculas de ATP en la fosforilación
oxidativa.
• Dos moléculas de CO2, que corresponden a los carbonos de una
molécula de acetil-CoA completamente oxidados.
El ciclo de Krebs es el núcleo del metabolismo intermediario. Algunos compuestos
procedentes de otras rutas catabólicas se incorporan a este ciclo para su degradación.
Por otra parte, algunas moléculas del ciclo sirven como punto de partida para
las rutas biosintéticas. Es, por consiguiente, una vía anfibólica, lo que significa que
resulta clave tanto en los procesos catabólicos como en los anabólicos.
3. Cadena respiratoria
La cadena transportadora de electrones, o cadena respiratoria, se
localiza en la membrana interna mitocondrial, y está formada por un conjunto de
enzimas y coenzimas encadenadas. Estas moléculas son capaces de oxidarse y
reducirse, sucesivamente, cediendo y aceptando electrones procedentes de las
coenzimas reducidas obtenidas en el ciclo de Krebs y en las reacciones de entrada en
la mitocondria.

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Estas moléculas transportadoras pueden existir en dos estados de oxidación
próximos, pasando del uno al otro según acepten electrones o los desprendan; al
aceptar los electrones del transportador anterior se reducen y al cedérselos al
siguiente se oxidan. Cada transportador solo puede recibir electrones de otro que
tenga un potencial de reducción más negativo, y solo puede cederlos a otro que lo
tenga menos negativo. Para que el proceso tenga lugar espontáneamente, las
moléculas transportadoras deben estar situadas según un gradiente de potenciales de
oxidorreducción, de manera que, al pasar de una molécula transportadora a la
siguiente, los electrones “descienden” a niveles energéticos inferiores.

El transporte de electrones en la cadena respiratoria se realiza a favor de


gradiente, es decir, desde una sustancia situada en un nivel energéticamente
superior a otra situada en un nivel inferior.
Transporte electrónico: Los electrones presentes en las moléculas de
NADH y FADH2 son cedidos a unas moléculas transportadoras y pasan de unas a
otras a favor de un gradiente de potenciales de oxidorreducción hasta un compuesto
aceptor final de electrones.
Fosforilación oxidativa: hipótesis quimiosmótica:
La fosforilación oxidativa es la fuente principal de energía de la célula. Es el
proceso de síntesis de moléculas de ATP ligado al transporte de electrones en la
cadena respiratoria mitocondrial.
Durante la fosforilación oxidativa, los electrones derivados del NADH y FADH 2 se
combinan con el O2, y la energía liberada de estas reacciones de oxidación-reducción
es utilizada para dirigir la síntesis de ATP a partir del ADP. La transferencia de
electrones desde el NADH hasta el O2 es una reacción que desprende mucha energía
por cada par de electrones transferidos. Esta energía debe producirse gradualmente,
mediante los integrantes de la cadena de transporte de electrones o cadena
respiratoria.
El mecanismo de acoplamiento del transporte de electrones a la generación de
ATP se explica mediante la hipótesis quimiosmótica, que fue propuesta por primera
vez por Peter Mitchell en 1961.
La energía que los electrones van perdiendo al pasar por estas moléculas
transportadoras se emplea en bombear protones (H+) a través de la membrana

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mitocondrial interna (desde la matriz mitocondrial al espacio intermembrana)
((algunas moléculas transportadoras actúan también como bombas de protones).
Como la membrana mitocondrial interna es impermeable a los protones, la
acumulación de protones entre las dos membranas origina un gradiente
electroquímico de protones entre la matriz y el espacio intermembrana (se
produce una diferencia de concentración de protones y, también, una separación de
cargas eléctricas a ambos lados de la membrana interna). Este gradiente
electroquímico es un almacenamiento temporal de energía denominada fuerza
protomotriz.
Debido a que los protones son partículas cargadas eléctricamente, la energía
potencial almacenada en el gradiente de protones es de naturaleza tanto química
como eléctrica.
La matriz mitocondrial es electronegativa, mientras que el espacio
intermembranoso es electropositivo. El pH de la matriz es aproximadamente 8,
mientras que el del espacio intermembranoso es aproximadamente 7, como el del
citosol.
Tanto el gradiente de pH como el potencial eléctrico dirigen el flujo de protones,
de vuelta a la matriz mitocondrial. Se trata, pues, de un gradiente electroquímico.

La
fuerza protomotriz constituye el motor energético de la fosforilación del ADP para
formar ATP. La fosforilación oxidativa tiene lugar
en la membrana interna mitocondrial, a nivel de
las partículas F o enzimas ATP sintetasas,
proteínas transmembranales que contienen un
canal en su interior, a través del cual los protones
pueden volver a entrar en la matriz mitocondrial.
El paso de los protones permite que las ATP-
sintetasas actúen para formar ATP.
El gradiente de protones generado en el
transporte de electrones contiene la energía para
sintetizar ATP.
Cuando los protones (H+) en exceso en el
espacio intermembranoso vuelven a la matriz
mitocondrial, lo hacen atravesando las partículas
F o complejos enzimáticos ATP sintetasa,
suministrándoles la energía necesaria para la
síntesis de ATP.

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Por cada NADH+ + H+ que ingresa en la cadena respiratoria se obtienen 3 ATP y
por cada FADH2 se obtienen 2 ATP.
Función de la cadena de transporte de electrones:
• Oxidar los coenzimas FADH2 y NADH+ + H+, que se han reducido en las rutas
catabólicas (glucólisis, descarboxilación oxidativa del ácido pirúvico, β -
oxidación de los ácidos grasos, ciclo de Krebs,...) para que, de esta manera,
dichas rutas puedan seguir funcionando.
• La energía liberada en el transporte de electrones es utilizada para convertir el
ADP + Pi en ATP, en un proceso denominado fosforilación oxidativa.
Rendimiento energético de la respiración aerobia
La respiración celular, en particular la respiración aerobia, es un proceso
extraordinariamente eficiente desde el punto de vista del rendimiento energético, ya
que:
• Se produce la oxidación completa de los átomos de carbono hasta CO2.
• La diferencia neta entre los potenciales de oxidorreducción del sustrato que se
oxida y del aceptor final de electrones es grande, lo que se traduce en una
síntesis notable de ATP.
En la fosforilación oxidativa, cada par de electrones que son cedidos desde el
NADH hasta la molécula de oxígeno proporciona energía para formar tres moléculas
de ATP. Cuando los electrones
proceden del FADH2, se obtienen
dos moléculas de ATP. Los
electrones del FADH2 entran en la
cadena transportadora en un
nivel energético ligeramente
inferior al NADH.
En total, a partir de cada
molécula de acetil-CoA que entra
en el ciclo de Krebs, se forman 12
moléculas de ATP, lo que significa
que por cada molécula de
glucosa que se degrada por
respiración aerobia se obtienen
24 moléculas de ATP.
Si se considera la
producción neta de ATP en las
etapas de la glucólisis hasta su
conversión en acetil-CoA, la
oxidación completa de la
molécula de glucosa produce
36 moléculas de ATP.
Solamente dos moléculas de ATP y dos de GTP se producen por fosforilación a
nivel de sustrato. Los 32 ATP restantes se originan por fosforilación oxidativa, a partir
de las coenzimas reducidas NADH y FADH2.
Los NADH formados fuera de la mitocondria (producidos en la glucólisis)
solamente originan dos ATP en lugar de tres. Esto es debido al gasto de un ATP en el
funcionamiento de la lanzadera que los introduce en la mitocondria.
El NADH extramitocondrial no puede por si mismo atravesar la membrana
mitocondrial interna. Los electrones derivados del mismo pueden incorporarse a la
cadena de transporte electrónico por unas rutas indirectas llamadas lanzaderas. La
lanzadera del glicerolfosfato (a nivel del coenzima Q) y la lanzadera de la malato-
aspartato (a nivel de la NADH-deshidrogenasa).

Catabolismo de los lípidos


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En los seres vivos las grasas tienen una gran importancia como combustibles
orgánicos, dado su alto valor calórico: la degradación de 1 g de grasa puede
proporcionar hasta 9,5 kcal, por 4,2 kcal la de los glúcidos y 4,3 kcal la de las
proteínas.
El principal mecanismo de obtención de energía de los lípidos lo constituye la
oxidación de los ácidos grasos, que proceden de la hidrólisis de los lípidos
saponificables, entre los que destacan los triglicéridos y los fosfolípidos. Éstas
hidrólisis son catalizadas por lipasas específicas, que rompen las uniones tipo éster y
liberan los ácidos grasos de la glicerina:
Triglicéridos → Glicerina + 3 ácidos grasos
Fosfolípido → Glicerina + 2 ácidos grasos + 1 compuesto alcohólico + H3PO4
La glicerina obtenida puede transformarse en dihidroxiacetona e integrarse en
la segunda fase de la glucólisis, degradándose completamente en el ciclo de Krebs y
obteniendo el rendimiento energético correspondiente en la cadena respiratoria.
La oxidación de los ácidos grasos (β -
oxidación)
Los ácidos grasos obtenidos en el citoplasma deben entrar en la mitocondria,
donde sufren el proceso denominado β -oxidación o hélice de Lynen.

La β -oxidación consiste en la oxidación del carbono β , consiguiéndose la


ruptura del enlace que une este carbono con el α (carbono adyacente al carboxilo):
• El ácido graso queda activado al unirse con el CoA y se forma acil-CoA (de n
carbonos), en una reacción que requiere energía suministrada por el ATP y
se realiza en el citoplasma.
• El acil-CoA penetra en la mitocondria gracias a un transportador orgánico
especial, la carnitina.
• El acil-CoA sufre la primera oxidación del carbono β , formándose un acil-
CoA insaturado (con un doble enlace) y 1 FADH2.
• El acil-CoA se hidrata con lo que se forma un β -hidroxiacil-CoA, sin doble
enlace y con un grupo alcohol (-OH) en el carbono β .
• El β -hidroxiacil-CoA sufre la oxidación del carbono β , formándose un β -
cetoacil-CoA (con un grupo cetónico –CO- en el carbono β y 1 NADH + H+.
• El β -cetoacil-CoA interacciona con una molécula de CoA, con lo que se
rompe en dos moléculas, un acetil-CoA de dos carbonos y un acil-CoA que
posee dos carbonos menos (n-2) que el que inició el ciclo de la β -oxidación.

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La molécula de acil-CoA de dos carbonos menos (n-2) puede iniciar otro ciclo de
β -oxidación y originar otro acetil-CoA de dos carbonos menos (n-4) y así
sucesivamente hasta que se obtenga un acil-CoA de sólo dos carbonos, es decir,
un acetil-CoA. Las moléculas de acetil-CoA formadas en los ciclos de β -
oxidación pueden seguir la ruta catabólica del ciclo de Krebs y degradarse
totalmente por respiración.
La β -oxidación tiene lugar en la matriz mitocondrial.
Se obtiene:
• Energía: todas las moléculas de ATP formadas como consecuencia de la
incorporación del acetil-CoA al ciclo de Krebs, y de la entrada en la cadena
respiratoria de los electrones de un FADH2 y un NADH, por cada ciclo de rotura.
• Poder reductor: los coenzimas reducidas FADH2 y NADH.
• Un precursor metabólico: el acetil-CoA que se incorporará al ciclo de
Krebs y, posteriormente, se llevará a cabo la fosforilación oxidativa.

Catabolismo de proteínas
Las proteínas tienen fundamentalmente misiones diferentes a las energéticas.
Sin embargo, en casos de necesidad, los aminoácidos son oxidados y los derivados de
estas oxidaciones pueden entrar en el ciclo de Krebs y en la cadena respiratoria.
El catabolismo de las proteínas comienza por la hidrólisis de los enlaces
peptídicos que libera los aminoácidos constituyentes. Esta hidrólisis se realiza por
medio de enzimas proteolíticas.
Catabolismo de los aminoácidos
El catabolismo de los aminoácidos se produce en dos etapas:
• Eliminación del grupo amino e incorporación de este al nitrógeno
celular.
• Oxidación de la cadena carbonada.
1. Eliminación del grupo amino
Existen dos vías
posibles para llevar a cabo
el proceso: la
transaminación y la
desaminación oxidativa.
Transaminación:
consiste en la transferencia
del grupo amino desde el
aminoácido hasta una
molécula aceptora de
grupos amino (α -
cetoácido), que, en
numerosas ocasiones, es el
α -cetoglutarato, el cual se
transforma en glutamato.
Al ceder el grupo
amino, la cadena
carbonada del aminoácido
se oxida quedando
convertida en un α-
cetoácido. De esta manera,
se degrada un aminoácido para permitir que otro se sintetice.
Aminoácido1 + α -cetoácido1 → α -cetoácido2 + aminoácido2
Desaminación oxidativa

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Es la liberación directa de los grupos amino de los aminoácidos en forma de
amoníaco o ión amonio, formándose α -cetoácidos. En las desaminaciones se
producen coenzimas reducidos (NADH) que pueden entrar en la cadena respiratoria.
Aminoácido + H2O + NAD+ → α -cetoácido + NH4+ + NADH + H+
2. Oxidación de la cadena carbonada
La molécula del α -cetoácido, formada tras la eliminación del grupo amino sigue
unos procesos de transformación que la incorporan a otras rutas metabólicas, tanto
catabólicas como anabólicas. Según la ruta seguida, los aminoácidos se clasifican en
dos grupos: aminoácidos glucogénicos y aminoácidos cetogénicos.
• En los aminoácidos glucogénicos, la cadena carbonada sufre una serie de
oxidaciones que originan piruvato o algunos intermediarios del ciclo de
Krebs, como el α -cetoglutárico o succinil-CoA.
• Los aminoácidos cetogénicos dan lugar a la formación de acetil-CoA, que
puede incorporarse al ciclo de Krebs para producir ATP o bien desviarse
hacia otras rutas metabólicas, como la síntesis de ácidos grasos.
• Los aminoácidos mixtos, originan compuestos glucogénicos y cetogénicos.

El catabolismo por fermentación


La fermentación es un proceso catabólico en el que, a diferencia de la
respiración, no interviene la cadena respiratoria. Además, el aceptor final de protones
y electrones no es una molécula inorgánica sino que es un compuesto orgánico, por lo
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que la fermentación siempre da entre sus productos finales algún compuesto
orgánico. En la fermentación, al no intervenir la cadena respiratoria, no se puede
utilizar el oxígeno del aire como aceptor de electrones y, por tanto, es siempre un
proceso anaeróbico.
No hay síntesis de ATP en las ATP-sintetasas; sólo hay síntesis de ATP en
sustrato. Ello explica la baja rentabilidad energética de las fermentaciones. Por
ejemplo, una glucosa al degradarse produce 38 ATP mediante respiración y sólo 2 ATP
mediante fermentación. Las coenzimas reducidas (NADH + H+) que se forman al
iniciarse la oxidación del sustrato en las fermentaciones, al no poderse oxidar en la
cadena respiratoria, deben ser consumidas al final de ellas para evitar el bloqueo del
proceso por falta de coenzimas oxidadas (NAD+).
Las fermentaciones son
propias de los microorganismos
(ciertas levaduras y bacterias),
aunque alguna, como la
fermentación láctica, puede
realizarse en el tejido muscular
de los animales cuando no llega
suficiente oxígeno a las células.
Según sea la naturaleza
del producto final, se distinguen
varios tipos de fermentaciones.
Las principales son la
fermentación alcohólica, la
fermentación láctica, la
fermentación butírica y la
putrefacción.
La fermentación
alcohólica: Es la
transformación del ácido
pirúvico en etanol y dióxido de
carbono.
La reacción global de la
glucólisis y la fermentación
alcohólica es:

Glucosa (C6H12O6) + 2 Pi + 2 ADP → 2 etanol (CH3 – CH2OH) + 2 CO2 + 2


ATP
La fermentación alcohólica se realiza gracias a enzimas contenidas en levaduras
del género Saccharomyces, que son anaerobias facultativas.
La fermentación láctica: En esta fermentación se forma ácido láctico a
partir de la degradación de la glucosa. Generalmente esta fermentación se da cuando
determinados microorganismos inician la fermentación de la lactosa de la leche.
También se produce en las células musculares de los animales cuando no hay
suficiente oxígeno para efectuar un sobreesfuerzo físico y el ácido pirúvico procedente
de la glucólisis no puede oxidarse de manera aerobia y se transforma en ácido láctico.
La acumulación de ácido láctico da lugar a la formación de unos pequeños cristales
que pinchan el músculo y producen los dolores conocidos como “agujetas”.
La reacción global de la glucólisis y la fermentación láctica es:
Glucosa (C6H12O6) + 2 (ADP + Pi) → 2 ácido láctico (CH3 – CHOH – COOH) +
2 ATP
Los microorganismos que realizan esta fermentación son las bacterias
Lactobacillus casei, L. Bulgaricus, Streptococcus lactis y Leuconostoc citrovorum,
obteniendose de ello productos derivados de la leche como el queso, el yogur.

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La fermentación butírica: Consiste en la degradación de sustancias
glucídicas de origen vegetal, como el almidón y la celulosa, en determinados
productos como el ácido butírico, el hidrógeno, el dióxido de carbono y otras
sustancias malolientes. La realizan bacterias anaerobias como Bacillus amilobacter y
Clostridium butiricum. La fermentación butírica tiene gran importancia, ya que
contribuye a la descomposición de los restos vegetales en el suelo.
La fermentación pútrida: Se llama también putrefacción y se diferencia de
las demás fermentaciones en que los sustratos que se degradan son de naturaleza
proteica o aminoacídica. Los productos obtenidos en esta fermentación son orgánicos
y malolientes como el indol, la cadaverina.

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