Vous êtes sur la page 1sur 20
0 LO QUE ES NECESARIO SABER PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO 1, ELPABLO ANTERIOR ASU LLAMADA. SU FORMACION Como era realmente Pablo de Tarso antes de lo que él denominé la cllamada» divina para ser apéstol de los gentiles? Responder a esta pre- ‘punta es facil para algunos, aunque se confiese que la informacién es ‘escasa: basta con unir lo que dicen sobre ello los Hechos y los dos prime- ros capitulos de la Epistola a los Galatas. Para otros, sin embargo, no es tan scuvills la sespuesta, pues eous dus Lextus inuestiaut entre sf diversas y notables contradicciones. Para unos investigadores, en lo que respecta al lugar de nacimiento, nifiez, ambito de educacién primaria y superior, afiliacién al partido fariseo y motivos de la persecucién anticrstiana de Pablo, el texto de Lucas en los Hechos de los Apdstoles es sustancial- mente digno de crédito, pues la veracidad histérica de Lucas, tan im- pugnada por la critica liberal protestante y la Historia de las Religiones, no admititia duda. La aparente contradiccién entre esta obra y los datos proporcionados por las eartas autEnticas, en especial Gl 1,135, se re- suelve positivamente por medio de una adecuada exégesis y la apelacion 2 otros datos historicos proporcionados por el contexto. ‘Opino, sin embargo, que esta perspectiva conciliadora esté lena de dificultades que han aparecido ya en la parte I y que irin apareciendo de nuevo a lo largo de la lectura, Nos planteamos entonces: épodemos saber algo cierto al respecto? A) Lugar y fecha de nacimiento Son los Hechos de los Apéstoles (22,3: Yo soy un hombre judio, nacido en Tarso de Cilicia) los que afirman que Pablo era oriundo de Tarso, en Cili- 29 cia, al sur de la actual Turguta. El Apéstol nada dice de ello en sus cartas, pero no hay por qué negar la exactitud de este dato que sitia a Pablo en 4a diéspora y no en Israel: me parece evidente que era un judio muy hele. nizado, ciudadano del Imperio, no de Judea o Galea, a pesar de que hoy dfa haya investigadores que hacen de Pablo un ciudadano de Jerusalén, de lengua nativa aramea pero de educacin griegarecibida alli mismo, en Plena capital de Judea, como un Flavio Josefo, por ejemplo. Esta hipstesis Ime parece poco plausible. Lo que el Apéstol afirma de sf mismo es que su familia era totalmente judia: Circuncidado el octavo dia; del linaj de lsrael; de latribu de Benjamin; bebreo, hijo de hebreos (Fip 3,3). No hay Por qué dudar de ello tampoco, El que fuera ciudadano de Tarso sia 4 Pablo a priori en un contexto elevado de cultura helénica, pues la ciudad cra famosa por sus escuclas de retGrica y por su cultivo en general de las letras y las artes (Estrabén, Geografia XIV 5,13). Eno que serefiere ala fecha de nacimiento, Pablo no lo dice en nin- {guna parte, pero debi6 de ser en torno al 5-10 d.C., a tenor de la leetura slobal de sus cartas y también de Heh, de la que se deduce un esquema ‘tonolégico general. Por tanto, tendrfa unos diez o quince aiios menos que Jestis. Para determinar aproximadamente la cronologia de la vida dt Pablo solo tenemos un dato: al final de una estancia en Corinto, ef Ap6stol fue acusado ante el procénsul romano dela provincia griega de feava, Lucio Junio Galidn, de actuarilictamente al predicar su evange- lio sobre Jestis (Heh 18,12), es decir, se le acus6 de escéindalo de orden prblico, o bien de actuar contra la Lex Julia de collegiis que prohibta re. uuniones no autorizadas. Sabemos por una inscripcién hallada en Corin. fo ue Galién fue procénsul de Acaya muy probablemente entre junio del 51 y mayo del $2-d.C. Por tanto, Pablo estaba en Corinto (Hh 18) fn est fecha. A partic de este dato hay que reconstruir, hacia delante y hhacia atts, los sucesos principales de la vida y actividad dle Pablo, Ello Se consigue a duras penas, barajando hipétesis y combinando con centi. do critco los datos de las eartas paulinas, el principio de Gal sobre todo, con los de Hh. Por eso la cronologia paulina varfa hasta 5/6 afios en loc diversos autores modernos. B) Lengua materna Es muy probable que Pablo tuvierael griego como lengua materna, pero segiin Hch 21,405 22,2; 26,14, hablaba también (hebreo y) aramece Pablo, de pi sobre los escalones, hizo seis al pueblo con la mano, y cuan- do se hizo un gran silencio, dirigié la palabra en lengua hebrea; Al eseschnn 30 LO QUE ES NECESARIO SABEK PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO 4; Caldos et digi a ellos en lengua hebres,quedaron mis tranquilo;C bdo atts, of una vox que me dca es lengun bebe Los pasajes dicen solamente shebreo» (gr. hebraidi), pero es bien sabido ue los helenos no distinguian bien entre hebreo y arameo, por Jo dem lengua execamente nparentad No hay por qué Goda cami orion del cen cm een penton debid lino el tsrado constructo del gentivo hebre, que lo omit usualmente(con- eas nor empl, 2 Cor 67 Igo logo lets] com BF 1,130 1 Cor 2,7 con Ef 3,10 [sophia theot)). Por sus cartas se ve que manejaba con notable soltura la lengua griega, y que para expresar sus ideas era capaz incluso de crear neologismos © de otorgar nuevas acepciones a términos antiguos. Es muy probable ademas que supiera algo de latin, al menos, aunque no tenemos pruebas directas. ©) Formacién escolar de Pablo La clave de una respuesta a esta cuestién es Flp 3,5, ya citado arriba: circuncidado el octavo dic... fariseo... Este pasaje indica, en primer Iu- ‘gar, que la familia de Pablo era totalmente judia, humilde, como podria quizas demostrar el oficio de Pablo, «constructor de tiendas» 0 guarni- cionero (Heh 18,3), que era propio de la clase media baja, libre, Se ha discutido si el Apéstol sigui6 la ensefianza superior griega y si recl ‘una formacién en los autores elisicos. Esto no parece a priori verosimil ‘en el seno de una familia de posible y estricta observancia judia, y a ‘muchos recursos econémicos, pues supon{a cultivar en exceso una lite- ratura que proclamaba la existencia y alabanza de dioses falsos, amora- les, contrarios al Dios tinico, como los representados en Homero, en la lirica en general y en los mitos de la tragedia. Ademis, a decir verdad, no se encuentran en las cartas del Apéstol especiales alusiones a poctas 4 otros literatos, como ocurre con cristianos posteriores. En sus escritos solo se hallan méximas o lugares comunes de la sabiduria popular, y en todo caso alusiones a dichos ya popularizados de fil6sofos y dramatur- B08. Incluso cuando parece citar expresamente a Menandro (Tais, 218 = 1 Cor 15,33: No os engariis: «Las malas compafias corronspen las buenas costumbress), no hace otra cosa probablemente que repetir un ‘pico literario convertido en refrén (se puede citar el dicho «La religién es el opio del pueblo» sin haber leido jamés a Karl Marx). De cualquier modo, Pablo da la impresién en sus cartas de set poco ‘eceptivo a los modelos generales de la cultura griega. Si lo comparamos 31 con Fil6n de Alejandria se notara la diferencia, Pablo es el polo opuesto, Porque no trata de acentuar las semejanzas entre el helenismo y Cristo, sino la superacién por parte de este de toda la sabidurfa griega, Segin «esta consideracién, es poco probable que Pablo, en Rom 7,7-23 estuviera citando la Medea de Euripides o la de Ovidio (Stowers, 1994, 269 s3). Y silo hizo, fue a modo de sabidurfa gnémica, o proverbial, popularizada Parece probable, por el contrario, que Pablo conociera los tipos y ‘modos corrientes de la composicién de cartas en época helentstica, técni- ca denominada xepistolografia», y que dominara los recursos usuales de la ret6rica griega basica, En sus cartas se nota el influjo de esquemas pro- pios de la retérica exhortativa, de la forense o judicial, dela epidictica 0 demostrativa, y de la ediatriba» estoico-cinica o discusi6n filosofica entre dos adversarios normalmente ficticios, plasmada por escrito, Quizé todo clo fuera producto de una escuela esmerada con especial insistencia en la ret6rica. Los estudiosos han formulado atinadas abservaciones para la comprensién del pensamiento de Pablo a partir de un conocimiento de sus modos retéricos empleados en sus cartas. También es cierto que Pablo debia de conocer los fundamentos de Ja religién pagana en general, en especial de los cultos de misterios, y tener alguna idea de las escuelas filos6ficas en boga en sus dias, estoicos, cinicos y epictireos, porque parece enfrentar conscientemente su mensa je sobre Jesis al de las religiones paganas, mistéticas, a algunas ideas de estos filésofos y al culto al emperador. El corpus literario que Pablo conoce y utiliza con pasién y técnica es la Biblia judfa, No es una exageracién afirmar que el trasfondo cultural mis importante en Pablo son las Escrituras sagradas de Israel, aunque el analisis de sus citas biblicas no nos permite sostener que tuviera ante sus ‘ojos una versin de Ia traduccién judfa de la Biblia al griego (llamada de los LXX 0 Setenta) tal como se edita hoy dia. Desde luego parece aiin ‘menos que fuera la Biblia hebrea tal como la conocemos hoy. De todos ‘modos, la mayor parte de las citas biblicas paulinas se parecen més a los LXX que al texto hebreo, como lo indica el propio vocabulario paulino. El Apéstol supone en general que sus lectores paganos o judios estin fa. niliarizados con algin tipo de esta traduccién de la Biblia al griego. Y no es de extrafar, ya que la mayoria de sus conversos desde la gentilidad eran «temerosos de Dios» de lengua griega, amigos y simpatizantes del judaismo que conocian suficientemente bien las Escrituras, Pablo no cita siempre de memoria su Biblia, sino que tenfa ante sus ojos un texto escrito, No sabemos si posefa una Biblia completa (algo muy raro en la época y dificil de transportar) o solo florilegios o colec- ciones de haftaror, de las secciones que se lefan en las sinagogas, sobre 32 Fr Lo QUE ES NECESARIO SABER PARA EXTENDER A PABLO DE TARS todo de la Ley, ls Salmos y los Proferas (Porter y Stanley, 2008, 59-605 Stanley, 1992). A menudo, con el texto delante Pablo aplica y acomo- da los pases bblicas a os acontecimientos de su vida y as propia too logis el Apdo interpreta la Biblia de un modo que hoy es imp pero si reatvamente comin ens tiempo, Por meio de sus expicacio hes orienta a sus lectores sobre cémo debfan entenderse los pasajes qu Jeieresan, haciendo a menudo una exégess global de ellos, extrayen- deo lo que estaba su sentido general Para nosotos los textos que cts Pablo tienen otro signfieado, sobre todo ltera-hstricos pero para él su finica preocupacidn era lo que el Espfritu le dictaba sobre Ia aclara- cidn de los pasjes pertinenes paral eifcaciGn de sus iglesias, Pablo consideraba que tena esprit de Cristo Rom 8.9) y gue dia interpretar los oraculos divinos conforme alas necesidades teol6gicas del final de los tempos, lo mismo que el Maestro de justica en Qumnrén y otto autores desconecdos de los gros esenio w henéquco, El ws0 aque Pablo hace de Ia Biblia no es normalmente ipoloyico» es deci, ine terpretar que una figura de a Biblia hebrea esl «tipoy deo que oer nis ard; por ejemplo el Justo sufriente es lipo del Mesias sufiente el ual eso cattipos el primer Addn sel tipo y el segundo, Crist, el anitio. Esta ulizacén es mas propia de os ristianosposteriores,y no falta en Pablo. Abundan ns la iterpreracion alegicay el uso acomo- datici,escaoldgco, de los textos como ceferdos a ln épora mesinica Ia plenitad dels empos. Exo es tpico también de oos apocalipicos como los que estin detrs de los Manuscrits de Que, pero Inform panfina de inerpretacin biblica no es a usual de ls pesbarin 0 exp cacionesliterales-alegérieas de los profetas en los Manuscrtos del mar Muerto. La uilzaién dela Biblia por Pablo se corresponde mis con el uso helenistico de los paradeigmata: un texto es el paradigma 0 exer plum de una situaci6n, de la que se extraen lecciones, o bien es un re alegérico de una realidad palpable al final de los dias. D) El farsefsmo de Pablo sxigencias, parece Dadas la craters dela peda faisea y sus exigency pare ms que probable que educars a fondo y vivir conform a tales normas era prdtcamente impose fuera de a Palestina ja, Se dist in hiss habia fargo en a Gales de siglo aunque mcs adiox fos Io ereen, pero no como escucas, sino como figuras aisladas, Puesto ras desea apenns se sabe nada de una actividad de ecuela faristea sh clexlio, Tarso no entra en consideracin, sino solo Damasco 0 s0- bre todo Jerusalén, 33 1, La postura tradicional es la siguiente: Pablo se formé como fariseo en Jerusalén segtin Heh 22,3: Educado en esta ciudad [Jerusalén] a los pies de Gamaliel, instruido segin la correcta observancia de la ley de nuestros padres, soy celoso de Dios, como lo sois todos en el dia de hoy (véase tam- bign 23,6-7 y 26,6-7). Esta imagen de Hch casa con la mencién tinica de tas cartas de Pablo en cuanto a su militancia farisea (Flp 3,5: En cuanto a 1a Ley, fariseo), aunque el Apéstol no diga nunca que se form6 en Jerusa- len, Se argumenta también que esta trayectoria vital proporcioné al futu- +0 apéstol de los gentiles una formaciGn técnica «rabinica». Se reconoce, sin embargo, que el término podria ser cronolégicamente inapropiado, puesto que no hay «rabinos» propiamente tales hasta después del afio 90, ds 0 menos, pero indica con precisin que se trata de una educacién y de un tenor de vida cuyo centro era la Tord o Ley. - A pesar de ser esta imagen tan aparentemente clara, hay muchas voces discordantes en la investigacién. Para algunos comentarista, el tex- to de Gal 1,22-23 —Personalmente era desconocido de las iglesias de Ju- dea. **Solamente habian oido: «El que antes nos perseguta ahora evan- seliza la fe que entonces queria destruin— es contundente, decisive y ‘egativo en lo que respecta a una estadia prolongada en Jerusalén. Parece imposible que en un grupo relativamente pequefio de piadosos extremos, Ja rama de los seguidores de Jesis, fuera Pablo un perfecto desconocido sies que habia pasado afios en la capital formandose y adquiriendo gran otoriedad como conocedor de la Ley y de las costumbres tradicionales ‘Ademés habia colaborado en la muerte del protomartir Esteban, segin Heh 7,60: Pablo aprobaba su muerte. Y si se discute fuertemente la es- tadfa paulina en Jerusalén, se pone en duda la formacion farisea estricta de Pablo, salvo que hubiera pasado —cosa que tampoco sabemos— mi cho tiempo en Damasco y hubiera recibido alli formacin de este tipo, Otros investigadores defienden que es sumamente improbable que tun fariseo auténtico hubiera utilizado en su argumentacién una Biblia no hebrea, sino su versiGn griega, aunque sus lectores fueran gentiles ue no sabjan la lengua sagrada, Lo logico seria que, habiéndose forma- do en el farisefsmo utiizando siempre la Biblia hebrea, empleara en he- breo los textos biblicos que traduciria al geiego él mismo. Pero no es as Pablo utiliza directamente una versién parecida a los LXX. Un experto talmudista, como el judio H. Maccoby que ha analizado minuciosamen- te la argumentacién «biblico-rabinica» del Apéstol, lega a la siguiente conclusién sobre su formaci6n farisea tal como se muestra en su carta és importante: «Nuestro anilisis de Romanos no nos ha revelado nin- Bin signo de un estilo o metodologia genuinamente rabinica (Farisea)s tampoco en los escritos de Pablo. [Estos] revelan a veces el fuerte interés 34 6 ensefianza rabf- del Apésto por dar la impesin de haber ue ee nica, ¥ precisamente estos esfuerzos son los que prueban cl Mo posee tal nsrucl6n (1987, 1533 ef, 1991, 129-158) ' ne Reegin Maccoby, un buen ejemplo del modo de proceder de Pablo respecto al uso de la Escritura ¢s Rom 5 keg ey a mops nn eee Bint eos age mr Sil and de taccoby acumula otros muchos ejemplos, aunque afirma que solo se Sie ae Rom. Alargumento de este suror podria afadiae aneen Fip 3,56, donde Pablo se deeribe como de espe hebre frie. Pero elspisol no elma a mismo sopter(. gamma) ese o pertoenla Ley, cuando rena amano una exelent ocsin pat ace. Oreos invesigadores esquvan la dificuad agumentando que el vosblo griego era entendo por lo lecrores delengua matera helnica como es exten, seretaroo empeadov (105) es dec un oficio mss 0 men normal, no como doctor de la Ley, por lo que Pablo lo evita. Pero el arg- mento no se sostien, ya que en 1 Cor 1,20, 2Dénde est el sabio? sDén- de el etrado?(grammates)éDende of oles de ete mundo? éAcaso ohio Dios necedad a sabia del mundo, Pablo slo emplea por en realidad est desribiendo Ins funciones de exégesis dela bet ba-mi- Gras aa deetaio dela Ley) de ovientcin farses, Eston gue tos generan la duda sobre una posible formacién faisea estricta de Pablo. Una dificultad afiadida es que, aunque toda la teologia paulina se apoya de modo cs exclusiv sobre concepionesvterotestamenttis dksarolladas por el farisefmo, el Apéstl as entiende a menudo modo radicalmente diferente, a veces exactamente al revés. El ejemplo mis claro es Gl 4,21-31, en donde Pablo inviert as funciones de Agat, 35 la esclava, y de Sara la libre, sosteniendo que los judfos de su €poca que ‘no creen en Jestis Mesias no son hijos de Sara, sino de Agar, como los. ismaelitas. Otro caso es Gal 3,10: Porgue cuantos som de las obras de la Ley estan bajo una maldicién, que cita Dt 27,26: Maldito el que no se tiene a todos los preceptos escrtos en el libro de la Ley y los cumple. En el pasaje de Gal, Pablo sostiene exactamente lo contrario de lo que pre- tende decir el texto bibico, a saber, que la Ley puede cumplirse toda entera. Similarmente en Rom 10,6-8, que el lector puede contrastar con Dr 30,10-14. 3. En mi opinién, la conjuncién de textos aclarados por Pablo de jun modo aparentemente arbitratio, fuera de lds normas de la escuela farisea, se oponen de tal modo al pasaje clave de Flp 3,5, En cuanto a la Ley, fariseo, y de GAl 1,14, Sobrepasaba en el judaismo a muchos de mis contemporéneos, que exige una explicacién més pertinente que solo la de suponer con Maccoby que Pablo estaba fingiendo ser un fa- riseo aunque no lo era Una solucin intermedia en esta encrucijada de argumentos contra puestos podria ser el que Pablo —como judio de la didspora, deseoso de dar realce al poder del Espiritu de Dios dentro de sf mismo, que lo habfa teansformado de furioso perseguidor de los seguidores de Jess en ardiente defensor de su mesianismo después de la llamada divina— em. pleara el término «fariseo» pero no de un modo estricto, a saber, entre- nado largos afios en la escuela de un maestro fariseo de fama, experto en las técnicas que luego serfan denominadas «rabinicas», sino que lo usara de una manera amplia como «defensor de las ideas fariseas» en contra, Por ejemplo, de las saduceas o esenias. Acesta solucién, que obvia parcialmente las dificultades manifesta das sobre la estadfa formativa del Apéstol en Jerusalén, se podria aiia- dir que un Pablo verdaderamente apocaliptico no tendria por qué ser tun rabino semejante a los de la Misné, cuya situacidn social y organi- zacién mental eran muy distintas, pues vivieron después de la destruc. cién del Templo. Como buen convencido de vivir en la era mesinica —muy al estilo de los qumranitas de los Manuscritos del mar Muet- to— y de estar en la posesién del Espiritu de Jests, se sentia Pablo con autoridad suprema, gracias a sus revelaciones privadas, para argumen- tar a partir de la Escritura tal como él erefa que le inspiraba el Espiti tual final de los dias. Asi pues, Pablo serfa como una suerte de Maes. fo de justicia 0 similar, de los esenios, o hendquicos, que ofrecia asus discipulos y seguidores unas interpretaciones peculiares de los orfct~ los sagrados que no aceptarian todos los judios, pero que él crefa los \inicos verdaderos, 36 i blo era ademas un alegoisa, Su sistema exeptico podria pare~ cers al tea del mérod slegorico rego que ls flog aljandinos Sabian uiizado para entender a Homeroy pues refan gue el ate habla sido realmente insirado por la divnida, y que sus versos dectan mu cho mis que lo que podria eeoger una letra apesurada y superficial Ese sistema de imterpreracionalegorceapicao a ns Esercurashebres hala tenido lustre predecesores, ya des siglo a. ene os dela ditspora, como Ezequiel el trgico, Artépano, Arstébulo ys icémo nol, coatemporineo de Pablo, Filén de Alejandra, Yes bien s bio, que la utlizacién de I alegori en la exegesis s a seria lege nos extremos que para nosotros hoy serfan inaceptables. : * tf consustn,popondaos como hes ntermea ue Pb habriautlizado el término sfariseo» de un modo dsint, ampli, més como defensor dels ideas farses que como experto en razonamientos stabinicos» para ello no habia sido presto que hubiera pasado aos desu juventu los pies de ningin maestro famosoenJrusalén. Horian basta su desert ineignciay ou ep celoso de I Ley para. as milr To principal del farsetsmo, sobre todo a partir de las dismisic nes sinagogales, quis en Tarso 0 en Damasco, Tanto los Hechos de los ‘Apcstoles como Pablo mismo habrianexagerado agus arisesmo para resaltar la enorme tarea realizada por el Espiritu, que habfa convert un terrible perseguidor en seguidor ardiente del Mesias. EB) Perseguidor de los judeocristianos 1, Seginos Hechos ds los Apéntoes,y Pablo pee p30 noe fuda alguna de que e! Apéstol fue un furioso perseguidor de la cen ct edesavena Tomi aoe fandic welador dea Ley, conforme él mismo die en Gal 14 (p. 145). Sein Heh 6-8, cuando surgieton ciettos problemas teolfgicosen el seno de las sinagogs de len sua griega en Jerusalé, provocados por los judioshelenista sepuidores de Jess, Pablo ntervino en as dsputas contra estos kimos, aunque de modo secundatio, Poo tempo después, rwvo lugar el primer pogrom contra esos judeocristianos y fue lapidado su jefe, Esteban. Pablo esta de acuerdo con esta accién (Heh 8,1) y por su parte comenz6 una pet- secuci6n de la comunidad de creyentes de Jerusalén: 3 hilton un d= Levaron a enter a Exc unos hombre iadso a [grade por Peo Saulo devs lagen entra esa por ey eran a hombres mujer lo bai nestelar (Eh 8.29) 7 Esto hizo que Pablo fuera muy conocido (Todos los judios cono- cen mi forma de vida, que discurrié desde el principio de mi juventud en medio de mi pueblo en Jerusalén: Fich 26,4). Se produce entonces, siempre segiin Heh, una répida dispersion de estos «judios helenistas nazarenos» hacia Samaria y Damasco, donde continuaron su actividad roselitista. Esto irvité a Pablo, y su celo por la Ley lo convirti6 direc famente en perseguidor violento de las comunidades «nazarenas» de Jerusalén. No contento con ello, pidié y obtuvo del sumo sacerdote ermiso para trasladarse a las sinagogas de Damasco y continuar all con su represién violenta contra ese grupo de disidentes teol6gicos que proclamaban como mesias a un crucificado: * ‘Yo, por mi parte, estuve intimamente convencido de que tena que realizar ‘muchas cosas contra el nombre de Jess el Nazareno, "Asi lo hice en Jena. salén, y encerré en la eércel a muchos de los santos después de recibir lal , pero si mentalidad en este dmbito es relativamente similar ala del autor del Apocalipsis, aunque quizas sin fase terrena alguna, o minima, del rei- no de Dios. La comunidad de los fieles al Mesias esta sumida ya en una lucha final en la que tiene asegurado el triunfo si se-comporta correcta- ‘mente. Esta concepcién temporal del Apéstol denota, como en Quintin, un distanciamiento del mundo en el que vive y Ia esperanza de una vie- toria segura sobre él, que conduce hacia la renovacién del hombre y de Ja creacién cuando Dios sea todo en todas las cosas. © El mundo de ta misteniosofia y la saluacion: latonismo y ica estoica Este apartado parte de la nocién, aparentemente trivial de que Pablo es un ciudadano de dos mundos (expresado ya en p. 30), muy judo y muy hrelénico a la ver, y que la correcta insistencia en la evidente judeidad de Pablo no debe oscurecer su pertenencia a la ciudadania belénica del Imperio. ¥ con otros estudiosos, como Anders K. Petersen, pienso que teflexionar sobre las relaciones de Pablo con el estoicismo, el platonis- ‘mo 0 la espiritualidad de las religiones de misterio helénicas no implica disminucién objetiva alguna de su judafsmo, puesto que en materia ligiosa el helenismo y el judaismo, junto con la religin irania y la r Blosidad semitica comiin, pueden entenderse como formas complemen- tarias en el contexto de una antigua religi6n euroasidtica, que con los siglos evoluciona perfilando cada una sus aspectos més caracteristicos. Asi pues, puede sostenerse con Petersen que «Pablo cl judo era a la ver Pablo el helenista» (asi en un articulo ain inédito, pero que apareceré cn las Actas del Congreso Re-reading Paul as a Second Temple Jewish Author, «Relectura de Pablo como autor judio de la €poca del Segundo Templo», Roma 22-26 de junio de 2014). Pablo, al aceptar el encargo de Dios de convertir a los gentiles al me- sfas Jest, recurre en su predicacién a temas que puedan captar la volun- 53 tad de sus faturos conversos dentro del Lmperio, en concreto el Medi- terréneo oriental, En primer lugar, efectia el gran cambio de presentar un mesias puramente judio como el salvador universal, que llama a la salvacién a todos los gentiles que lo deseen. En segundo, sostiene ante todos los que desean asegurar su salvaciGn en el mundo fururo que esta es ofrecida por Jesis mucho mejor y con mayor facilidad que cualquier otra divinidad salvadora de las que se anunciaban en el Impetio. Si la salvacién consiste en participar, segiin los adeptos de los cultos de misterio helenisticos, en la peripecia vital de una entidad divina que incluye de algin modo su muerte y su resurreccién junto con el cum- plimiento de ciertos ritos, Pablo —sin necesidad de copiar concepto al- sguno— asegura que esto mismo ocurre con Jess y de tun modo mucho mejor. Sostiene que el creyente en el Mesfas puede repetir simbdlica- mente la peripecia de muerte y resurreccién de este, con gran faclidad y suprema perfeccién, gracias al bautismo en el nombre de Jestis y ala cena eucaristica, una suerte de «sacramentos» (atin no existe el vocablo) por los que el fiel muere y resucita con el Mesfasy se une intimamente a la divinidad, representada por el mismo Mesfas, que es divino. El vocabulario y las concepciones paulinas en torno a la partici- Pacion en esta peripecia del Mesfas som genéricantente misteriosSficos, ssriegos, por tanto, y fueron elegidos por Pablo para captar adeptos en- te los que pretendian iniciarse en esos cultos, por ejemplo, de Deméter y Perséfone en Eleusis, los de Diniso/Baco en diversas partes del mun- do grecorromano 0 los de Isis. Para Pablo, la pertenencia del fiel cre- yente al cuerpo mifstico del Mesias, obtenida por el acto de fe en la pro- , la de la fe en Cristo, sellada por el bautismo. Ya ni necesitan los gentile hacerse judios para salvarse plenamente. El estoicismo en si, como sistema filoséfico, materialista, monis- ta, panteista y racionalista, que explica el universo de una manera ra- dicalmente diferente a la de la Biblia hebrea, nada tiene que ver con el pensamnitento profundo de Pablo, estrictamente teista, creacionista, pro- Videncialista, etc. judfo en una palabra. Hoy dia, vistos y corregidos al- ‘unos excesos de la cortiente comparatista de principios del siglo Xx, {que produjo numerosos libros en los que se estudiaban y comparaban las doctrinas estoicas y las del Nuevo Testamento, se ha llegado a un cierto consenso en admitir una conclusién fundamental: dos cosmovi- siones tan dispares y contrarias como la del judeocristianismo y la del estoicismo corrieron paralelas por el siglo 1 d.C., sin influenciarse mu- tuamente en las concepciones fundamentales acerca de la naturaleza y su origen y la divinidad Pero, a la vez, cuando nos referimos al mundo helenistico de Pablo del siglo 1, debemos admitir que asf como la filosofia popular en la época era el platonismo vulgarizado, del mismo modo la ética popular estaba moldeaba por las sentencias, aforismos, méximas, consejos y normas del estoicismo popularizado. El jndaismo anterior a Pablo, y él mismo, no fueron inmunes a la propaganda de normas morales por parte de 3s los filésofos estoicos, que se encargaban de extenderla en las charlas de los mercados y en cualquier ocasién propicia, Estas normas pasa. ron ala moral popular como ampliamente aceptadas. El neoplaténico Estobeo (siglos v y vi d.C.) nos ha conservado fragmentos de «cdi ‘208 de conducta helenisticos de Herodas, fildsofo estoico, que res- Ponden a diversas situaciones vitales: cémo servir a la divinidad, a la Patria, a los padres, a los parientes; sobre el amor a los hermanos, el ‘cuidado de la casa, el matrimonio y los hijos, Estobeo hizo unos res -menes de estas listas para su propio hijo porque fueron de amplia dif- sin en el mundo antiguo. Listas similares se hallan en autores paganos anteriores como Cicerén u Horacio. El judaismo asimil6 totalmente este modelo y en autores judfos como el Pseudo Focilides y Fildn se ‘encuentran catélogos semejantes, Pablo y los estoicos eoinciden en ciertos principios de comporta- ‘miento, como vivir conforme a la naturaleza —racional para unos; ta ional y espiritual, como «parte» suprema y divina del ser humano para Pablo—; en no dar importancia a los bienes materiales y perecederos; en adoptar una actitud resignada ante las materias indiferentes para la vida (la muerte, el dolor y el placer, os bienes adquiridos, la reputa- cid, los cargos), ante los acontecisniemtos enviados por una Providen. cia a veces incomprensible (interna al mundo para los estoicos, que debe denominarse mas Hado que Providencia; externa y divina para el judeocristianismo); en que lo sinico que importa es la salvacién y que todo lo dems resulta indiferente (en el estoicismo se daban aquit doctrinas variadas; en el de época imperial se admitia una cierta in- mortalidad no solo en el recuerdo de las gentes, sino del alma como

Vous aimerez peut-être aussi