Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El Gran Amor
Un gran amor, un gran amor lejano
es algo as como la enredadera
que no quisiera florecer en vano
y sigue floreciendo aunque no quiera.
Un gran amor se nos acaba un da
y es tristemente igual a un pozo seco,
pues ya no tiene el agua que tena
pero le queda todava el eco.
Y, en ese gran amor, aquel que ama
compartir el destino de la hoguera,
que lo consume todo con su llama
porque no sabe arder de otra manera.
Te Acordars un Da
Te acordaras un da de aquel amante extrao
que te bes en la frente para no hacerte dao.
Aquel que iba en la sombra con la mano vaca
porque te quiso tanto... que no te lo deca.
Aquel amante loco... que era como un amigo,
y que se fue con otra... para soar contigo.
Te acordars un da de aquel extrao amante.
Profesor de horas lentas con alma de estudiante.
Aquel hombre lejano... que volvi del olvido
solo para quererte... como a nadie ha querido.
Aquel que fue ceniza de todas las hogueras
y te cubri de rosas sin que tu lo supieras.
Te acordars un da del hombre indiferente
que en las tardes de lluvia te besaba en la frente.
Elega Lamentable
Desde este mismo instante seremos dos extraos
por estos pocos das, quien sabe cuantos aos...
yo ser en tu recuerdo como un libro prohibido
uno de esos que nadie confiesa haber ledo.
Y asi maana, al vernos en la calle, al ocaso,
tu bajaras los ojos y apretaras el paso,
y yo, discretamente, me cambiare de acera,
o encender un cigarro, como si no te viera...
Seremos dos extraos desde este mismo instante
y pasaran los meses, y tendrs otro amante:
y como eres bonita, sentimental y fiel,
quizs, andando el tiempo, te casaras con el.
Y ya, mas que un esposo ser como un amigo,
aunque nunca le cuentes que has soado conmigo,
y aunque, tras tu sonrisa, de mujer satisfecha,
se te empaen los ojos, al llegar una fecha.
Acaso, cuando llueva, recordaras un da
en que estuvimos juntos y en que tambin llova.
Y quizs nunca mas te pongas aquel traje
de terciopelo verde, con adornos de encaje.
O hars un gesto mo, tal vez sin darte cuenta,
cuando dobles tu almohada con mano soolienta.
Y domingo a domingo, cuando vayas a Misa,
de tu casa a la Iglesia, perders tu sonrisa.
Qu mas puedo decirte? Sers la esposa honesta