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Clarissa

y el mar

Armando Quintero

Biblioteca Plan Ceibal

All, despus de la mar ocano. Como a treinta y tres grados al sur. En un pas pequeo
que es como un corazn patas arriba. All vive Clarissa.
Clarissa sonre bajo la sombra de un rbol y mira hacia el horizonte.
- Un lugar como ste no hay piensa Clarissa.
La vista se le pierde por la llanura. Entre los pastos tiernos y frescos de tan verdes.
All donde vive Clarissa hay un ro. Que para algunos es como muy pequeo para ser un
ro. Pero para todos es enorme por sus cuentos, poemas y canciones.
A veces Clarissa mira hacia los tres puentes que atraviesan el ro de su mundo. Y piensa:
- Hay lugares en los que se nace para irse.
Pero se queda all como pasajera del tiempo. Y escucha entre sueos pasar los trenes.
Un da un pajarito se pos sobre su cabeza.
- Nuestro ro tiene las olas grandes dijo Clarissa por hablarle.
- Tan grandes como las del mar dijo el pajarito.
Clarissa le dijo que no haba visto nunca el mar. Y el pajarito le cont de las olas del mar
y del sonido en sus playas. De los puertos, los barcos y veleros que llegan y se van.
- Qu ms? pregunt Clarissa.
Y Clarissa oy decir de las aguas del mar.
De su sabor salado lleno de peces, pulpos, calamares, camarones y de caracoles. De sus
vientos y mareas.
- Qu ms? volvi a preguntar Clarissa.
El pajarito mir los ojos de Clarissa y record la mirada de un marinero que andaba
caminando tierra adentro, lejos del mar.
Y fue cuando le cont el encuentro de Odiseo con las sirenas.
Y ah qued Clarissa enamorada del mar.

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Clarissa y el mar Armando Quintero

Biblioteca Plan Ceibal

- Qu la pasa a ella? se preguntaban las hermanas.


- Qu bichito la ha picado? se preguntaba su mam.
- Qu hace esa vaquita loca? pregunt el toro rojo que la vio pasar. Ser contagioso?
- Espero que s -pens Clarissa.
Es que Clarissa, de slo pensar en el mar, se colorea de azul.
Y cuando as le ocurre Clarissa se va a recorrer su mundo y el de los otros.
Y comienza a abrir puertas y ventanas para siempre en el corazn de todos.
Desde la ubre de sus cuentos, desde el piquito de su risa, desde el cielo claro de su
regazo azul.

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Clarissa y el mar Armando Quintero

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