Resulta frecuente que la prensa se refiera a Alemania como la locomotora de
Europa. Quizs lo fue en algn momento, pero, desde luego, no ahora. En la actualidad, ms bien habra que calificarla de furgn de cola y, adems, cargado hasta el techo de lastre. Durante los ltimos aos, Alemania ha practicado claramente una estrategia deflacionista con una dbil demanda, fruto de la reduccin salarial y del empeoramiento de las condiciones sociales. Son las exportaciones, es decir, la demanda de los otros pases, las que estn tirando de la economa germana, y son pases como Grecia, Portugal, Espaa o Irlanda, incluso Italia, los que han sido forzados a convertirse en locomotoras, a remolcar el carro, y algunos de ellos se estn quedando famlicos en el intento. Alemania se ha beneficiado ms que ningn pas de la Unin Europea, de la Unin Monetaria y de la imposibilidad de devaluar que esta impone al resto de los pases miembros y que les impide recuperar la competitividad perdida. Ahora son Grecia, Portugal o Espaa, pero si estos pases no estuvieran en el euro, las dificultades iran a parar a Italia o incluso a Francia. Alemania se est transformando en un vampiro cuyo supervit se alimenta del dficit de las otras naciones. China se queja del dficit exterior americano y le exige que lo corrija, quizs sin ser consciente de que su posibilidad de crecer depende de que ese dficit se mantenga. Lo mismo cabe afirmar de Alemania. Obliga a los otros estados a medidas seversimas para que equilibren sus cuentas sin percatarse de que son esos desequilibrios los que permiten su crecimiento. Merkel acaba de presentar un ajuste muy duro que acentuar, ms si cabe, la poltica deflacionista de Alemania y lastrar la capacidad de reactivacin de la economa de la eurozona, y de toda Europa, e introducir an mayores obstculos en el funcionamiento de la Unin Monetaria. Los primeros y principales perjudicados son los trabajadores de todos los pases, incluyendo a los alemanes, que tendrn que soportar estas polticas de ajuste que, al suponer una cascada de deflacin competitiva, no conducen a ninguna parte. Cada ajuste en un pas exigir otro en el pas vecino y as hasta el infinito, sin que los desequilibrios se corrijan. Pareca que habamos aprendido la leccin de los errores cometidos en los aos treinta, pero no es as. Estamos condenados a repetirlos. Fuente: http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/586/alemania-furgon-de-cola/