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SUJETO, OBJETO Y REFLEXIVIDAD EN


LA SOCIOLOGÍA

Mariano Femández-Enguita

Toda actividad humana, sea práctica, simbólica, o incluso


imaginaria, es acción de alguien sobre algo o alguien, incluido
sobre sí mismo. En ella pueden incluirse, pues, a efectos analí-
ticos, y en muchas circunstancias a efectos pragmáticos, suje-
to y objeto. La sociología, como conocimiento de la sociedad,
~, .
\'v, no escapa a esta característica, y en ella podemos discemir
como figuras separadas al sujeto que conoce, el sociólogo, y el
objeto conocido, la sociedad. Puesto que el sociólogo es a su
\;:
vez parte de la sociedad, es decir, puesto que el sujeto es parte
del objeto, la sociología puede verse corno un proceso por el
~\

cual la sociedad se observa, se analiza y trata de comprenderse


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a sí misma. "Un sociólogo es un dispositivo dc reflexividad. A
través de él la sociedad reflexiona sobre sí."1 Por supuesto, no
,~,¡¡, es el único método del que se sirve para hacerlo, pues también
.;)
cuenta con el sentido común y con otras ciencias soci:llcs, pero
"ti la sociología se diferencia del primcf0 por su C<1r;íctt'r ~istemC1-
k\
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1 Ih~ñez. 19R5: 11~)!! J.
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tico y su procedimiento científico y de las últimas por su carác-


ter globalista, lo cual la convierte en el medio principal de adecuadamente a ésta o que ésta no refleje fielmente a aquélla.
reflexividad de la sociedad 2 • La reflexividad así entendida, Entonces se plantea el problema de la relación entre la "apa-
como reflexión sobre sí, no es, sin embargo, una característica riencia" y la Illal llamada "realidad" (mal llamada por cuanto
distintiva ni exclusiva de la sociología ni de la sociedad, pues- que la apariencia es parte de la realidad). Sea designándola
tb que el pensamiento en su conjunto, y la ciencia en su con- como "ídola" (Bacon)4, "ideología" (Marx)" "preconceptos"
junto, pueden considerarse, al mismo título, como formas de (Durkheim)\ "racionalizaciones" (Freud)7, "motivos pretexta-
reflexividad de la vida, la naturaleza o la materia. La diferen- dos" (Weber)8, "modelos heterónomos" (Eliast o de cualquier
cia estriba en que el objeto de la sociología, la sociedad (o la otra forma, la sociología ha señalado una y otra vez que la apa-
acción social, los actores sociales, etc.) puede descomponerse riencia vela o puede velar la realidad para el actor social, suje-
también, a su turno, en sujeto y objeto de la acción reflexiva, to-objeto del conocimiento. "Si el mundo sólo fuera apariencia
mientras que el 'objeto de las ciencias naturales ya no puede ser no habría posibilidad de mejor sociología que el sentido
sometido a una descomposición ulterior, porque es pura mate- común"Ii), dice Pérez-Agote. También podría decirse lo mismo
ria (incluso si se trata de materia viva). Esto modifica a su vez si el mundo sólo fuera "esencia". O, mejor aún: si el mundo
la relación sujeto-objeto primeramente considerada, es decir, la sólo fuera esencia no habría mejor sentido común que la socio-
relación entre la sociología como ciencia y la sociedad como logía. O bien: si esencia y apariencia sociales fuesen una
objeto de conocimiento. misma cosa, sociología y sentido común también lo serían ...
La sociedad es a la vez sujeto y objeto del pensamiento y momento en que ya debe resultar evidente la confusión entre la
de la acción porque se piensa, o al menos, se representa a sí relación sujeto-objeto dentro del sujeto, o sea, aquí, la activi-
misma. Tanto da, a estos mismos efectos, que lo veamos en la dad de conocer, y la relación sujeto-objeto dentro del objeto, o
perspectiva de la acción, como conducta del sentido, del indi- sea, en la sociedad. La "apariencia" es distinta de la "esencia",
viduo, como autor y actor de sus actos, o de la colectividad, si se nos permite esta taquigrafía de resonancias metafísicas, en
como sociedad y cultura. La condición doble de esta separabi- cualquier esfera de la realidad: lo mismo puede tratarse de la
lidad reside en el lenguaje y el trabajo, que permiten, como astronomía (el sol girando alrededor de la tierra o la tierra alre-
vimos en su momento, objetivar la conducta y, con ello, subje- dedor del sol), de la química (las aleaciones como nuevos ele-
tivar el pensamiento, si bien esto no debe llevamos a olvidar mentos o Como mezclas), de la biología (la reproducción
que una y otro, la conducta y el pensamiento, son dos facetas humana como asexual o sexual) o de cualquier otra ciencia
de una misma realidad: "Pensar y ser están, pues, diferenciados natural, que de la economía (la moneda como dinero o como
y, al mismo tiempo, en unidad el uno con el otro".' Esta dife-
~. , Bacon, J 892, XLIII.
renciación abre la posibilidad de que la conducta y su repre-
~.. .< Marx y Engels, 1972, passim.
sentación no coincidan, es decir, de que aquélla no responda ~.,

¡j , Durkhcim, 1970: p,íg. 66.


J Jones, 1908.

, Giddens, 1987: pág. 21.


J Marx, 1977: pág. 147.
1 8 Weber, 1977: 1, p'ígs. 9-10.

• Elias, 1982: pñg. 19.


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medio de pago), la antropología (el potlach como dispendio
irracional o como seguro de la comunidad y afirmación de la Esta diferencia está preñada de consecuencias, pero en pri-
jerarquía), la sociología (la compraventa de fuerza de trabajo mer lugar debemos señalar una: el científico social tiene que
como intercambio de equivalentes o desigual) o cualquier otra apartar la apariencia y explicar la realidad; el sociólogo tiene
ciencia social. La diferencia no está en el binomio "aparien- que separar la apariencia, volver a integrarla en la realidad y
cia"-"esencia" en sí, sino en que, en el caso de las ciencias explicar ambas". Como el científico natural, el científico social
sociales y sólo en él, ese binomio se reproduce dentro de la debe evitar tomar la apariencia por la realidad, pero, puesto que
"esencia", o dentro de la "realidad". El sol y los planetas, el hay dos sujetos: el sociólogo que investiga y el actor conscien-
cloro y el sodio, los espermatozoides y los óvulos no tienen te, también hay dos apariencias: la forma en que la conducta
opiniones sobre sus relaciones mutuas, luego no pueden verse del actor aparece para el observador y la forma en que aparece
influidos por ellas; los compradores y los vendedores, los ricos para el actor mismo. (O tres, pues, "se ha dicho que cada uno
y los pobres de la tribu, los empresarios y los asalariados, en es tres personas: lo que piensa que es, lo que los otros piensan
cambio, sí que las tienen, y de ellas depende en parte su con- que es, y lo que él piensa que otros piensan que es. La Cuarta _
ducta. Pero la inexistencia de una "apariencia" que medie la lo que realmente es- es desconocida; posiblemente no existe '2 ."
acción de los cuerpos astrales, los elementos químicos o las O sea, que a las dos apariencias citadas hay que sumar la apa-
células sexuales no hace que el sentido común coincida con la riencia de la apariencia, lo que el sociólogo cree que el actor
cree sobre su conducta; pero aquí y de momento nos confor-
ciencia. La diferencia entre la naturaleza y la sociedad es que
en el interior de la primera no hay dualidad sujeto-objeto, pues maremos con aquellas dos.) La primera, la apariencia de la
conducta ante el investigador, genera un problema de técnicas
ésta sólo aparece cuando alcanzamos el nivel psico-social.
de observación; la segunda, la apariencia de la conducta ante el
Pero si, en lugar de las realidades natural y social, comparamos
las ciencias naturales y las ciencias sociales, entonces ambas actor o ante los otros actores, un problema de interpretación
pueden ser concebidas como relaciones sujeto-objeto, pues en (véase el Gráfico 1). El sociólogo suele ser (aunque no siem-
ambos casos hay un sujeto que conoce y un objeto de conoci- pre) perfectamente consciente de que existe la primera. "El
miento, aunque sólo el objeto de las ciencias sociales se vuel- inconveniente radica en que el sociólogo interpreta teórica-
ve a desdoblar como sujeto y objeto para sí mismo. (El sujeto mente la conducta de seres humanos que, a su vez, realizan
se desdobla en ambos casos, pero sobre esto volveremos continuamente interpretaciones teóricas de sus conductas recí-
procas. [...] El peligro reside en que el sociólogo tome como
luego.) El binomio [sujeto]-[objeto] que se da en todo proceso
de conocimiento se despliega, para las ciencias naturales, pmeba de la existencia de una realidad social la creencia que
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como [sujeto (sujeto-objeto)]-(ohjeto] y, para las ciencias observa en los actores ." Pero, al mismo tiempo, el sociólogo
J
;1 no puede permitirse descchar simplemente esta apariencia, esta
sociales, como (sujeto (sujeto-objeto)]-(objeto (sujeto-objeto)].
El segundo paréntesis, relación interna dentro del segundo tér- ~t autopercepción del ohjf'to como sujeto, pues ella tamhién
;)
mino de la relación sociología-sociedad, es lo que distingue ~ 11 Bellrán. 1991: (':Ir'. Y.
especialmente a la sociedad como realidad reflexiva y a la :?
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11 Frank Jom's, so/lrc el riiHor rvlarslull GJ:¡'icr.
\Iills, 1971: p'ígs. 10 1-1 02. CiUd() p<1r (;"'nh y
-~_._--- ..._ .. ~. sDcinloº,ía como ciencia reflexiva. 11 /1 Rex. 1<)7 l' 11'\0 ,,~
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la relación. Según Castells e Ipola, la eliminación alternativa
fonna parte de la realidad que estudia. "La ciencia social no
del sujeto o del objeto da lugar al empirismo o al formalismo.
sólo debe, como pretende el objetivismo, romper con la expe-
"El empirismo es aquella representación de la práctica científi-
riencia indígena Y la representación indígena de esta experien-
ca que, presuponiendo que el conocimiento está contenido en
cia; necesita además, por medio de una segunda ruptura, poner
los hechos, concluye que lo propio de la investigación científi-
en cuestión los presupuestos inherentes a la posición del obser-
ca es limitarse a comprobarlos, reunirlos y sintetizarlos [... ]'5."
vador 'objetivo' que, atado a interpretar las prácticas, tiende a
Todo el esfuerzo que dedica al refinamiento de las técnicas no
importar al interior del objeto los principios de su relación con
tiene otra finalidad que la evacuación total del sujeto del pro-
el objeto'4." ceso de conocimiento e investigación. Pero, una vez eliminado
el sujeto-sociólogo, la misma unilateralidad se traslada al inte-
GRÁFICO 1: Sujeto Yobjeto en el conocimiento sociol6gico
rior del objeto, sea la sociedad, el actor o la acción. Cuando se
prescinde, en esa relación dentro de la relación, del sujeto es
decir, cuando se prescinde de la cultura, de la voluntad o del
sentido, es cuando el investigador se queda o cree quedarse
Epistemología lnterpretación propiamente con los "hechos", a la manera antes descrita. El
S Os empirismo se manifiesta entonces como facticismo (la mayoría
de los sociólogos lo llamarían "objctivismo", mas bajo este
Observación
Sentido común nombre querernos englobar aquí, también, el relativismo). Pero
es posible también un empirismo que trate de reducir la duali-
Sociología de la Sociología
dad del objeto-sociedad en sentido contrario, prescindiendo de
00 su carácter objetivo, para contemplarla sólo como sujeto, como
So mera representación: es el caso ele la sociología fenomenológi-
ca (en un sentido amplio: sociología humanista'!>, etnometodo-
10gía 17 , dramaturgia 'X ). "Lo que podemos etiquetnr ampliamen-
te como 'etnometoelología' puede caracterizarse como una
La falta de reconocimiento de la dualidad sujeto-objeto en fomla de empirismo radical que se niega a aceptar las preten-
la actividad sociológica, o sea, en la relación entre la sociolo- siones por parte de las abstracciones teóricas y los métodos ele
gía y la sociedad, o en el interior de cualquiera de sus términos,
es decir, en el interior de la sociología o en el interior de la
sociedad, provoca diversas deformaciones unilaterales de la
actividad sociológica. La primera de ellas y la más común es el
,
~,
investigación dominantes de alcanzar algo que podamos llamar
'realidad' I~". (Véase ahora el Cuadro l.)

l' Castclls e lpnla. 1975: pág. 168.

empirismo, que ignora o trata de ignorar el primer término de


1~';
" Scl1utl., 1974.
11

¡q
GarfinkcL 1967.
" Goffman, 1959.
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Bourdieu, 1980: p{¡g. 46.


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"Los obstáculos a la cultura científica", dice Bachelard, "se


presentan siempre por pares" (como las desgracias y la guardia miento es también objeto y lo contempla exclusivamente como
civil), tanto que "podría hablarse de una ley psicológica de la un despliegue del pensamiento, tomando "las cosas de la lógi-
bipolaridad de los errores 2l)". El error opuesto al empirismo es, ca por la lógica de las cosas"2.J. El segundo cree poder prescin-
claro está, el formalismo. Si el empirismo intenta ignorar al suje- dir del problema de la validez, o de la objetividad del conoci-
to de la relación de conocimiento, el formalismo se permite pres- miento (sea cual sea el criterio de ésta, que todavía 110 vamos a \
cindir del objeto. "Allí donde el empirismo soslaya el momento abordar) tomando el atajo de su imputación al interés, de la
específico de la construcción teórica, el formalismo tiende a eli- argumentación ad hominem (véase, otra vez, el Gráfico 1).
minar o en todo caso a subordinar, el proceso de producción Gráfico 1: Los fallos de la reflexividad
efectiva (construcción + demostración) del conocimiento de Complementarios - Sujeto
hechos y coyunturas reales."21 Pero el sujeto del primer binomio - Objeto

sujeto-objeto, como ya se dijo, puede a su vez desdoblarse de la


S UJETO-soCiologfa Teoricismo
Relativismo
·Relativizadores
Variantes del

·· empirismo
O 8J ETO'Socirdad f,'rmali.'mo
misma manera. El sociólogo, sujeto cognoscente de la primera
.
FenomenologislllO
.
Facticislllo Variantes dt'l

··
relación, puede contemplarse meramente como talo convertirse AUIOsuficienles •
Subjeti viSillO 1
Objeti viSillO Absolutizadores
en objeto de conocimiento para la sociología misma. Lo prime-
ro nos mantiene en el problema de la validez del conocimiento,
y de ello se ocupa la epistemología; lo segundo nos lleva a la Esta última vía tiene un paJ1icular interés, pues condllce a
cuestión de su génesis, y es cuando entra en juego la sociología una paradoja de difícil resolución. Como se ha dicho, las expli-
de la sociología, o la sociología del conocimiento aplicada al caciones sociológicas Son "infecciosas", y una vez que se
conocimiento de la sociología (como lo ilustra, de nuevo, el empiezan a Usar "se hace muy dificil librarse uno mismo ele las
Gráfico 1). La pertinencia de la epistemología no necesita ser explicaciones elaboraelas para la posición de los elemás"25. La
subrayada en al contexto de una discusión sobre la sociología, sociología parece condenada a convertirse más tarde o más
pero la de la sociología de la sociología sí, pues "los intelectua- temprano en sociología del conocimiento, y ésta en sociología
les dedicados a las ciencias sociales han estado tan ocupados en de la sociología (lo que podría interpretarse Como una forma de
el examen de la conducta de los demás, que olvidaron en gran terminar mirándose el ombligo, pero también como una actitud
medida estudiar sus problemas, su situación y conducta pro- de autovigilancia). Una vez que hemos mostrado, o creído
pios"22, evitando asi "examinar nuestras propias creencias como mostrar, que otras interpretaciones han resultado erróneas, o
ahora examinamos las de los demás"23. Aquí también es posible que fueron determinadas por factores. extracientíficos, ¿que
la opción unilateral, que conduce alternativamente al teoricismo
" confianza podemos ya tener en que las nuestras resulten acer-
y al relativismo. El primero ignora que el sujeto de conocí-
t
.
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tadas o que sean la simple obra del espíritu') Lo primero esta-
ría ya por entero fuera de lugar: Bache/arel ya dijo que el "pri-

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21

II
Bachelard. 1974: 23.
Castells e Ipola, 1975: 175·176.
Mertan. 1972: 213.
._..l~_Gou Id nc r. 1979: 444:
1 mer conocimiento" es siempre un "primer error"!ó, y Popper
2' BOllrcliCII. 10i\O: 82 .
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Ikrger y Kdlncr. It>i\.'i: <)5.
1) •.
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que la teoría o la hipótesis "siempre es provisional"27. Lo
segundo tampoco ha tenido mucho éxito, aunque intentos no
han faltado. Hegel, por ejemplo, trató de colocarse a sí mismo
¡ El objetivismo absolutiza el objeto como objeto, lejos de la
mediación del sujeto, los hechos purificados (la diagonal NO-
en la cúspide de la historia de la filosofía y al margen de la filo- SE del Gráfico 1). El relativismo relativiza el caracter subjeti-
sofía de la historia recurriendo al expediente de identificar su vo del sujeto al contemplarlo como objeto, como algo que está
sistema con el espíritu absoluto, pero casi nadie le dio crédito, determinado extrateóricamente; refiere la actividad del sujeto a
la determinación del objeto, el conocimiento al interés. El
ni después ni probablemente entonces. Marx creyó que la
garantía de verdad del conocimiento era precisamente lo que fenomenologismo relativiza el carácter objetivo del objeto al
otros consideraban su flaqueza: situarse en la perspectiva de un contemplarlo como sujeto como algo autodeterminado; refiere
actor social, en este caso un actor social "al margen" de la socie- la realidad del objeto a la mediación del sujeto, el interés al
dad, el proletariado, pero todos los argumentos sobre el carac- conocimiento. Los movimientos relativizantes, en cualquiera
ter especial de este grupo han perdido su fuerza. Como señaló de las dos variantes opuestas consideradas, engullen e incluyen
al extremo opuesto (la diagonal SO-NE ). Cada uno comprime
Mannheim: "Nada impide a los adversarios del marxismo ser-
el escenario al que se aplica y hace entrar por los bastidores la
virse de ese arma ['el análisis del pensamiento y las ideas en tér-
otra parte oculta, al paso que sitúa como resultado o proyec-
minos de ideología'] y aplicarla al mismo marxismo"2s, y a la
larga éste ha tenido que admitir que no hay una "ciencia prole- ción lo que comprime y como factor, mediador o fondo lo que
invoca en su contra. Así, el relativismo, que es relativismo del
taria", y que la perspectiva de la clase obrera no es ni mejor ni
sujeto, le resta autonomía y lo condiciona al objeto; el feno-
peor que la de cualquier otro grupo social, lo mismo que la
menologismo, que lo es del objeto, cercena su independencia y
Perestroika hubo de proclamar que los intereses de clase no
lo presenta mediado por el sujeto. Puesto que cada uno inclu-
podían ser puestos por encima de los derechos humanos. El
ye a su contrario, el sujeto al objeto o el objeto al sujeto, tanto
propio Mannheim recurrió a un razonamiento tan poco fundado
el relativismo como el fenomenologismo son, digámoslo así,
como el de Marx pero mucho más evidente y efímero: la falta
autosuficientes (diagonal SO-NE). El teoricismo y el objetivis-
de vínculos de la freischwebende lntelligenfsia, 2~ y Merton lo
mo, en cambio, niegan o ignoran por entero la otra parte de la
comparó razonablemente con las hazañas del barón de
relación: la ignoran o pretenden ignorarla en la relación princi-
Munchhausen, que afirmaba haberse sacado de las aguas de un
pal sociología-sociedad y la niegan en la relación interna al
pantano tirando por si mismo de sus propias patillas.
extremo que les sirve ele escenario (diagonal NO-SE). El for-
Podemos ver los cuatro "ismos" mencionados como el
malismo que ignora la sociedad como real idad empírica y
resultado de la absolutización o relativización del sujeto o del
niega el caracter objetivo de la teoría; el objetivismo trata de
objeto. El formalismo absolutiza al sujeto como sujeto, lejos
~.. '.

,
~. ignorar la mediación ele la teoría y niega la dimensión subjeti-
del objeto e indiferent'e a él, teoría sin contacto con la realidad. 11·
i va de la conducta empírica. Ambos quedan, pues, por entero
incompletos y se llam<ln bramando, a la manera de los versos
27 Popper, 1973: 112. bíblicos, "como el ciervo por el aguaclilra". Una dicotomÍCl
2R Mannheim, 1966: 129. contra la que el pensamiento sociol está :ldvertidCJ tieJ1lflCJ h:1'
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mo"}(); a dios (la teoría, el sujeto), la naturaleza (la sociedad, el


objeto); la misma escisión sobre la que Hamó la atención y que consiguiente, la mera aceptación de un problema científico
criticó C.W. MilIs entre la "Gran Teoría" codificada por Parsons coincide íntimamente con una orientaci6n determinada de la
voluntad de seres vivielltes"l~.
y el "empirismo abstracto" encabezado por Lazarsfeld 31.
El desdoblamiento interior de los términos del primer bino- Si se considera la sociedad solamente corno objeto, la socio-
mio sujeto-objeto, o sociología sociedad, permite comprender logía se convierte en un instmmento de intervención desde el
mejor la interacción entre ellos. Sin tomarlo en consideración exterior, de manipulación tecnocrática. El objetivismo elude la
podemos ya suponer que la sociología responde de un modo u capacidad de percepción y de decisión de los actores sociales, o
otro a los problemas, los impulsos, las necesidades y los dese- la concibe de manera puramente mecánica, corno reacción a
os de la sociedad de la que forma parte; que es, por decirlo al estímulos externos, puestos por otro. "Todo conocimiento obje-
modo hegeliano, "su tiempo expresado en el pensamiento". En tivista encierra una pretensión a la dominación legítima"35. Da
sentido contrario, el conocimiento sociológico influye sobre la lugar a ese deseo de manipulación de la realidad que se percibe
sociedad, sus resultados se incorporan de una manera u otra y desde el materialismo mecanicista francés, pasando por la edu-
en uno u otro grado a la conciencia social, de manera que las cación negativa de Rousseau, hasta llegar, de un lado, a toda
ideas sociológicas son también hechos sociales. 32 Pero pode- especie de ingenierías y tecnologías sociales, y, de otro, a los
mos y debemos ir más lejos. Porque la sociedad no es un sim- debates sobre cómo lograr la aparici6n del "hombre nuevo" en
ple hecho pasivo para la sociología, sino igualmente sujeto el socialismo. Si, por el contrario, consideramos a la sociedad
ante ella e incluyéndola a ella, puede actuar sobre ella en cuan- corno sujeto, el conocimiento sociol6gico queda a disposición
to objeto e influir en ella en cuanto a sujeto. Lo primero suce- de los actores socia/es, individuales o colectivos, cualesquiera
de cuando diversos mecanismos institucionales empujan a la que estos sean. "A través del sociólogo, agente histórico histó-
ricamente situado, sujeto social socialmente determinado, la
sociología en un sentidp u otro, orientando su actividad o
encauzando y poniendo límites a su desarrollo. "La sociología historia, es decir, la sociedad en la que ella se sobrevive, se
reflexiva [ ... ] reconoce que en todo sistema social existe la ine- vuelve un momento sobre sí misma, se refleja y reflexiona
vitable tendencia a cercenar la autonomía del sociólogo"3 1 • Lo sobre sí; y, por medio de él, todos los agentes sociales pueden
saber un poco mejor lo que son y lo que hacen."3Ó
segundo tiene lugar cuando los valores de la sociedad, o de una
parte de la sociedad, como valores de la profesión sociológica, El círculo se cierra cuando cada una de las partes registra
o de una parte de ella, orientan su investigación: "en el campo sus efectos sobre la otra. E/ sociólogo, lo quiera o no, aunque
de las ciencias sociales la motivación para el desarrollo de pro- raramente de la manera en que quiere, si es que lo quiere, influ-
. blemas científicos se da siempre por 'cuestiones' prácticas. Por ye sobre su objeto, la sociedad, tanto en el proceso de produc-
ción del conocimiento como con la difusión del conocimiento
m
,0 F. Engels: "Esbozo de crítica ele la economía política", en Marx et al., :\vít producido. En el acto ele investigación por Cllanto qllC, de un
1970: 118, ,¡, modo u otro, trnnsmite SllS expectativas <11 objeto investigado.
" Milis, 1969, b ,. Weber, 19R4: 126
n Goldthrope. 1982: 38, ~i
.---~- .. ~--.-------. JJ r.""irl"pr 1 ()7()· ,1'\1
" Hourelieu. 19S0: 49.
\1\ Rru,rd;..,." I no!"). I"'H\
rI '---.--.,..~'lMi1ht . k4wrn,~&l6J.iWt<,Qk%!i@Wt' .ZiI!t~~~:;:;

Este es el sentido de la crítica de la administración de pruebas


efectos sobre la sociología, o en general sobre la ciencia social,
como situación asimétrica que entraña una relación de poder;'7
tanto en el acto de investigación como, más allá de éste,
las "características de la demanda".1K o el "efecto del expcri-
mediante el conocimiento en él producido. Cuenta Lienhardt
mentador"39. Posteriormente, en virtud de la transmisión del
que los habitantes de Tierra del Fuego revelaron años más tarde
conocimiento por unos u otros medios, porque las teorías
que habían contado a Darwin y a sus acompaílantes lo que
sociológicas, o al menos una parte de ellas, llegan a incorpo-
entendieron que querían oír (por ejemplo, que eran antropófa-
rarse a la "realidad" social;40 es decir, a la otra parte de la rea-
gos, ante la insistencia con que preguntaban al respecto) y
diversas historias 1~lntt1sticas para divertirse viendo cómo las
lidad, a la que han tomado como objeto. Es lo que Bourdieu,
en vena althusseriana, llama el "efecto de la teoría": "A medi- 4
tomaban en seri0 .1. Todavía se reían medio siglo después, al
da que la ciencia social progresa, y que progresa su divulga-
parecer, los samoanos de lo que habían dicho a Margaret Mead
ción, los sociólogos deben contar con encontrar cada vez más
durante su breve y no muy modélica estancia de campo en la
a menudo, realizada en su objeto, la ciencia social del pasa-
isla, que también había sido exactamente lo que ella quería oír44
do"41. "Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de
(lo que no impidió, por cierto, que la obra surgida de ahíalcan-
distintos modos; de 10 que se trata es de transformarlo"42, escri-
zara una enorme influencia no sólo en la antropología, sino en
bió un día Marx. Pero, aunque no se lo hubiera propuesto con
la sociedad en general, particularmente por su Oportunidad en el
tanto ahínco, su teoría probablemente lo habría hecho, o habría
debate sobre los efectos alternativos de la naturaleza y la cultu-
contribuido a hacerlo, como sin duda hicieron otras con menos
ra, o de la herencia genética y el ambiente social). Más cerca de
vocación transformadora, como la "mano invisible" de Smith
estos pagos y de nuestros días, creo que empezarnos ya a ver
6 la moralidad kantiana. El sociólogo, pues, debe reajustar per-
cómo el objeto de la investigación sociológica está aprendiendo
manentemente sus técnicas de investigación y aun su concep-
a manipular los instrumentos de investigación. Esto resulta
ción del objeto investigado para tomar en cuenta los efectos de
manifiesto, en mi opinión, en las encuestas y otras investiga-
la producción y distribución del conocimiento sociológico, en
ciones sobre necesidades sociales, en las que los investigados
particular para evitar. influir en los resultados de la investiga-
tienden a inflar su percepción de éstas (por ejemplo, en las
ción con sus hipótesis previas, implícitas o explícitas, y porque
encuestas sobre sexismo y, más recientemente, sobre racismo).
la sociedad, los actores sociales colectivos y los individuos
Asimismo, me parece que ya hemos comenzado a asistir, y caela
constituyen un objeto cada vez más consciente de sí mismo (lo
vez Sucederá en mayor medida, a la manipulación consciente
que no quiere decir acertadamente conscientes -ni lo contrario).
aunque no coordinada de las encuestas de intcnci6n de voto por
En sentido inverso, los actores sociales pueden registrar sus
los encuestados, que quizá las empiezan a emplear para lanzar
H mensajes de advertencia a sus prcípias opciones preferidas,
JJ Laoov, 1985. ~:
JK Ome, 1962. tÁ como Y:l venía sucediendo con las elecciones de mellor rele-
,. Rosenthal. 1966. !'¡ vancia práctica. El ohjeto tarnhién puede influir, claro est:i,
4/) Pérez-Agote. 19W): 9R.

4' Bourdieu, 1982: 17. .~ " C'il:ldo por Pérl'!-!\gole. I W:<): 9i\.
---------··- .... --.~'_..Marx. . 'LEngcls. 1972: (jG~. " FrCCIll:lI1. I<»{'i
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sobre la conducta del sujeto. Sólo que si el objeto de la inves-


tigación sociológica es a la vez sujeto y objeto pensante y
actuante, el sujeto de esta relación es sujeto y objeto del cono-
cimiento, pero no de la acción. El sujeto de la acción es el polí-
tico, y también sobre éste puede influir el objeto-sociedad al
ser investigado, es decir, como objeto del pensamiento y no de
la acción. Esto sucede tanto cuando el sujeto de la acción, el
político, busca ya previamente orientar aquélla de acuerdo con
las manifestaciones del objeto de la investigación (gobernar o
legislar "a través de encuestas") como cuando el resultado de
ésta da al traste con medidas ya tomadas o provoca otras nue-
vas (por ejemplo, cuando produce la congelación de un pro- JESÚS InÁÑEZ EN LA BÚSQUEDA DEL
yecto legislativo o provoca la anticipación de unas elecciones).
SUJETO
Félix Recio

El sujeto es una noción presente en toda la producción de


Jesús Ibáñez. Baste recordar el epígrafe "¿Qué es el sujeto?",
en el libro Más allá de la sociología. Asi como los títulos de
otros dos libros suyos: Del algoritmo al sujeto y El regreso de!
sujeto. La aportación de Jesús Ibáñez a la teoría sociológica no
es ajena a la construcción de esta noción.
La construcción teórica de JeslÍs Ibáñez parte de una pre-
misa: el carácter discursivo y conversacional del propio obje-
to. La teoría sociológica requiere una teoría del habla. Lo dis-
cursivo y conversacional no son solo evidencias, son elemen-
tos a construir teóricamente, como forma de construir el propio
objeto. El abordaje tanto del discurso como de la conversación
darán lugar a dos modalidades ele sujeto.

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,1:
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En el itinerario de JcslÍs Ibílñez hay dos 1110111Cl1tOS: el pri-
mero, relativo al sujeto sujetado que corresponde ,\1 lh,íñez más
estruct ura!. El segu ndo, relati va a 1 sujeto refle.\ i V0 que C'0rres-
)i ponde a la preocupación de ,1hiíñez por la ('ihern~t iCil eh.' segun-
do orden.

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