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UN PROGRAMA DE

EDITORIAL

Publicación Programa MINIMO


Área de Vivienda Definitiva
Fundación Un Techo para Chile

Edición y Coordinación General


Margarita Troncoso

Equipo Editor
Jorge Atria
Carolina Mosso
Julián Ugarte

Fotografias MINIMO 2005


Álvaro Benítez

Diseño Gráfico e Ilustraciones


Alejandra Sánchez
UN “MÍNIMO” COMIENZO
PARA UN GRAN CAMBIO

M
uchos piensan que la existencia de los campamentos en Chile se
debe al déficit habitacional. Pero la falta de viviendas que obliga a la
creación de campamentos y allegados es sólo la parte visible de un
problema mayor.

Un país integrado es aquel donde los ciudadanos que lo componen son parte de un
sueño común que llamamos nación. Conciudadanos que se sienten responsables
unos de otros y, por lo mismo, forman instituciones que protegen a los más débiles.
Al mismo tiempo, dan igualdad de oportunidades.

Por el contrario, los países disgregados podrían ser aquellos en los que los
ciudadanos dejan de serlo, y se transforman en consumidores; individualistas y
anónimos. Ciudadanos a los que sólo les interesa desarrollar sus sueños personales,
que conseguirán a toda costa sin importarles cuáles son las necesidades de los otros.

Así, la sociedad y su tejido social se descomponen, se pierde la participación ciudadana


y se instala la desconfianza hacia el otro. La gente se parapeta en los espacios privados,
fuertemente protegidos, y los espacios públicos y los ciudadanos de menos ingresos,
quedan relegados a merced de la delincuencia y de la ley del más fuerte. Se crean en
los extremos de las ciudades, polos opuestos y distantes de riqueza y pobreza, y el resto
de la ciudad es “tierra de nadie” o se transforma en un pasadizo.

De esta forma, van quedando ciudadanos excluidos del desarrollo que, obligadamente por
las circunstancias, se van a vivir a espacios marginales que llamamos campamentos.

Revertir esto no es sólo cuestión de construir más casas. Más bien se trata de usar
el deseo de la casa propia como una carnada para atraer distintos sectores que
están disgregados, para involucrarlos en un sueño común.
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La mediagua se transforma en la carnada perfecta que atrae a quienes han tenido


muy pocas oportunidades en la vida y viven en los campamentos, y a quienes
han tenido toda clase de oportunidades y viven en sectores acomodados. Ambos
-que viven en mundos distintos cercados de prejuicios mutuos-, descubren que se
necesitan y juntos comienzan a recorrer un camino común que los enriquecerá. En
el caso de uno, el camino lo llevará a una vivienda definitiva inserta en la ciudad y
en un barrio sustentable. En el caso del otro, el camino lo llevará a opciones de vida
que le darán sentido a su profesión y a su vida.

Todo lo que se hace en este camino de enriquecimiento mutuo es lo que llamamos


Habilitación Social. Dentro de esto se inserta el trabajo que como fundación venimos
realizando desde el año 2005, y que está resumido en este libro testimonial.

Con este trabajo, hemos podido acercar al mundo marginal a la belleza, a lo funcional
y las comodidades básicas que necesita cada ser humano para desarrollarse como
persona, y que a muchos -por diversas circunstancias- los hemos privado de ellas.

También hemos llevado a las aulas universitarias, no problemas y desafíos


imaginarios, sino que problemas y desafíos reales. De alguna manera, les hemos
hecho tomar conciencia a quienes más han tenido posibilidades, que ser universitario
es una responsabilidad, y que deben formarse bien para servir mejor a los demás.

Formarse bien no es sólo sacarse buenas calificaciones, sino que, por sobre
todo, significa vincularse con la realidad para que ella los llene de preguntas y
les incentive la creatividad. Sólo así, más tarde, pueden ser profesionales que no
parezcan extranjeros en su propio país, sino que hablen el lenguaje de todos y
respondan a las necesidades de su pueblo.

En estos años hemos sido testigos de cómo en los diversos trabajos se ha podido
democratizar el diseño, la belleza y los espacios que nos regalan calidad de vida.
Estoy seguro de que el P. Hurtado estará orgulloso de este esfuerzo, que sabemos
cómo y cuándo comenzó pero que nunca sabremos qué cosas buenas producirá en
el futuro. Y es que todos los grandes sueños que han movido sociedades y culturas
tienen un comienzo, que más de alguien displicentemente calificó de “Mínimo”…

P. FELIPE BERRIOS S.J.


Capellán UTPCH y UTPMP
9 Prólogo

14 2005: Primera iniciativa de diseño social chileno

15 Definiciones formales concepto gráfico

19 Diseño

21 Arte

27 Foros

29 Papers

33 “Historia de un sueño que parecía imposible” / Alejandra Barrera

41 Categoría Universidades e Institutos

42 10 Lugar / Bodega Colgante


44 20 Lugar / Tabique Modular

46 30 Lugar / Sistema Modular


48 Mención Honrosa / Tabique Multifuncional

50 Mención Honrosa / Mueble CEC

53 “¿Cuáles son los mínimos para los pobladores?” / Ricardo Tapia

57 Parque Forestal s/n / Alicia Villarreal

61 Nuevas y viejas variantes en la localización de la vivienda social de la periferia de la ciudad de Santiago (1906-2006) / Rodrigo Hidalgo

75 Diseño Minimo / Albert Tidy

79 Categoría Estudiantes

80 10 Lugar / Multicapas

82 20 Lugar / Cama Madriguera


INDICE
7
8

84 30 Lugar / Módulo Multifuncional


86 Mención Honrosa / 15cm
88 Equipamiento para una vivienda / Hernán Garfias

89 Puertas / Mauricio Pezo & Sofia Von Ellrichshausen

95 “La Habilitación Social: un desafío para los programas de vivienda social” / Claudia Ayala

97 “Matriz temporo-espacial del desarrollo y socialización de los niños” / Alejandra Rasse, Francisco Sabatini

117 La Industria y las viviendas mínimas / Italo Rosi

119 CategoríaProfesionales

120 10 Lugar / Vestidor

122 20 Lugar / T.E.S., Tercio Espacial Superior

124 Mención Honrosa / Puerta Repisa

126 Pensamientos sobre el mobiliario pertinente para la vivienda social / Mauricio Leniz

129 “La condición popular en nuestras ciudades” / Francisco Sabatini

131 “Por un lugar en la ciudad” / Francisca Márquez

141 Ropavejero / Jenyferth Becerra

147 “Cooperativa de Renca - Los negocios inclusivos abren un amplio mercado hacia donde crecer” / Rodrigo Torres

153 Proyectos de Diseño / electo-box • tapagoteras • iluminacion LED • lavaplatos • conectividad • repisa pack • mochila omenta • silla pallet

163 Agradecimientos

164 Colaboraciones Publicación

165 Colaboraciones MINIMO


9

Para presentar este libro, quisiéramos entregar dos conceptos


que permiten no sólo entender su estructura y contenido,
sino acercarse a lo que ha sido la experiencia de MÍNIMO:
Asociatividad y Emergencia.

El proyecto nace el 2005 desde un grupo de estudiantes


universitarios, que se plantearon una pregunta simple pero
ambiciosa, ¿Qué puede hacer el mundo del arte y el diseño,
usualmente relacionado con el glamour y las modas, por la
extrema pobreza? Pero no bastó con hacer la pregunta, si
no que se planteó la necesidad de invitar a todos quienes
pudieran cuestionársela y ayudar a responderla. Quizás
prólogo.

la ingenuidad de la pregunta, junto a la convicción de su


importancia, fue la génesis de la convocatoria y el catalizador
de la Asociatividad.

Los primeros en sumarse fueron Raúl Menjibar y Cristián


Sanhueza, quienes tuvieron la genialidad de plasmar todas las
ideas en un concepto gráfico, claro y potente, que ahorraba
todo discurso y potenciaba la idea. Así nace MÍNIMO como tal.
Después, se sumaron quienes se transformarían en el cerebro
de la iniciativa, primero como asesores y después como
jurado: Hernán Garfias, Albert Tidy, Alejandro Aravena, Felipe
Berríos SJ, Mauricio Léniz e Italo Rossi, le dieron coherencia
y contundencia a la propuesta, velando siempre por la
excelencia del proceso investigativo y sus resultados. Pronto
se sumaron Milan Ivelic y Carlos Navarrete, como anfitrión y
curador, quienes junto a Mauricio Pezo, Yennifert Becerra y
Alicia Villareal permitieron ampliar el debate e involucrar a la
producción artística contemporánea en este diálogo.

Otro aliado fundamental fue Masisa, que con su experiencia


y recursos, permitió que esta intención se materializara en
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una invitación nacional, en un sueño concreto y ambicioso.


A partir de esto se convocó a decenas de universidades y
profesores, y tras ellos, cientos de estudiantes que desde
Iquique hasta Valdivia desarrollaron, quizás sin saberlo, una
investigación colectiva sin precedentes, amplia y diversa,
pero centrada siempre en la dura realidad que presentaban
las familias de campamentos.

La complejidad del encargo (que asumía proyectos de


arquitectura y diseño que debían entenderse bajo la lógica
“Hágalo usted mismo” para ser montados por cualquier
persona), logró no sólo aprovechar al máximo la creatividad
y compromiso de los estudiantes y académicos, sino también
poner de manifiesto el alto nivel de tecnologías instaladas
en nuestro país, probando una vez más que la pobreza
existente en Chile no es un problema de falta de recursos,
sino de prioridades.

Otra de las constantes de este proceso, que parte como


un sueño y se transforma en un evento nacional, es la
Emergencia, palabra entendida no sólo como la urgencia de
un evento catastrófico, sino como la voluntad permanente de
emerger. Esa voluntad que sostiene a miles de chilenos en la
precariedad habitacional, que les permite creer y avanzar, que
los hace pedir oportunidades y exigir sus derechos, no regalos
ni limosnas. Ese espíritu, fue el que nos permitió no perder el
foco, ya que todo esto no se hacía “para”, sino “junto” a las
familias de campamentos, quienes participaron activamente
de cada proceso, debate, curatoría, y del proyecto en general.

Después del debate generado en el país por el Programa


MÍNIMO el año 2005, y de las soluciones concretas proyectadas
en el CONCURSO NACIONAL DE DISEÑO, la aplicación de
las mejores ideas en terreno era el paso lógico a seguir. Sin
embargo, el equipamiento mobiliario de la nueva vivienda para
familias derivadas de campamentos, responde a una dinámica
más compleja que la de optimizar recursos y espacios. Tal como
se vio, hay que combatir contra un círculo de exclusión social
que ha logrado abarcar más aristas de las presupuestadas.
11

Lejos de ser sujetos de crédito de algún banco o una


multitienda, las familias de extrema pobreza suelen no tener
dinero para equipar su sueño, “la casa propia”. Respuesta
a esta necesidad, vs. la falta de dinero para hacerlo, nace
un grupo de emprendedores llamados “semaneros”. Estos
personajes adquieren un mueble de alguna tienda, para luego
vendérselos en cuotas a los integrantes del nuevo barrio,
obteniendo utilidades del 200% por sobre el valor original del
producto. Así, las familias más pobres, por ser pobres, no
solamente tienen más dificultades y menos opciones para
equipar sus hogares, sino que también son quienes pagan
más dinero en el país para acceder al mismo beneficio.
Lamentablemente son muchos los productos y servicios que
se alinean bajo el mismo raciocinio. Más acostumbrados a
recibir dinero día a día por el pago de algún “pololito” que a
contar con ingresos fijos para poder planificarse, un shampoo,
por ejemplo, suele comprarse en formato de “caluga”, en vez
de familiar. Así se paga el centímetro cúbico de shampoo más
caro del país, integrando en la misma lógica a las comidas,
detergentes, cigarros sueltos y telefonía celular, entre otros.

En Latinoamérica la cosa no cambia. En Perú, voluntarios


de Un Techo para mi País (proyecto que toma como
ejemplo a Un Techo para Chile y que está actualmente
presente en 14 países del continente), constatan situaciones
transversales al tema en muchos asentamientos, que sin
acceso a agua potable, se enclavan en las laderas de las
ciudades peruanas. Estos jóvenes han visto cómo grupos
de “emprendedores locales” acercan en camiones aljibe
u otros, agua potable para las familias que no tienen. La
vulnerabilidad de no contar con lo mínimo, ha significado
para los vecinos pagar hasta el triple del valor por cada litro
de agua. La misma agua que un “emprendedor local”, por
menos dinero, consigue abriendo una llave del interior de su
vivienda, emplazada en la misma ciudad.

Para reducir el impacto de estos acontecimientos, y generar


soluciones innovadoras que respondan formalmente a las
necesidades de una mayoría olvidada, creemos que el
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diseño de una nueva tipología de productos inclusivos, tiene


una potencialidad enorme para convocar a distintos actores
de la sociedad Es así como el Programa MÍNIMO de Un
Techo para Chile, ha logrado catalizar desde el diseño de
productos a la academia, a miles de estudiantes chilenos,
a empresas y pobladores de campamentos o barrios, en un
proyecto de reflexión y aplicación común. Ha sido un ejercicio
aplicado de democratizar el diseño, y con este el comercio
y la globalización. Un atrevimiento para generar productos
de calidad mundial a precios asequibles. Soluciones a la
medida del “nuevo” consumidor. Objetos que acerquen el
agua a quien no tiene. Estudiantes que diseñen en cada
producto dignidad humana. Universitarios que reconocen la
universalidad. Empresas que crecen distribuyendo calidad de
vida a sus clientes. Pobladores de campamentos en el foco de
la innovación. Inclusión.

En las páginas que siguen, revisaremos los emprendimientos


que se han llevado a cabo durante los últimos años, fruto del
trabajo asociado con pobladores , jóvenes universitarios,
investigadores y empresas, quienes enmarcados en un
contexto de extrema pobreza y emergencia, han demostrado
que la globalización puede ser buena para todos.

Para ellos, especialmente a las familias que han participado


de la iniciativa, son nuestras felicitaciones por lo logrado,
y nuestra profunda esperanza de que todo este esfuerzo
repercuta de alguna manera, en mejorar su calidad de vida.

EQUIPO MINIMO
Mirko Salfate Yutronic, Coordinador Programa MINIMO 2005-2007
Julián Ugarte Fuentes, Coordinador Programa MINIMO 2007-2008
Margarita Troncoso Montégu, Coordinadora Programa MINIMO 2007
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14

2005 : PRIMERA INICIATIVA DE DISEÑO SOCIAL CHILENO

Durante el primer semestre de 2005, Un Techo para Chile realizó la iniciativa “Optimización del
espacio Mínimo”, que pretendió debatir, investigar y proponer acerca del Espacio Mínimo y las
condiciones básicas de habitabilidad.

La interrogante que motivó la iniciativa fue: ¿Cómo pueden aportar la política, el arte, la
industria y la tecnología para mejorar la calidad de vida de los destinatarios de políticas
habitacionales, mediante diseños y lógicas productivas eficientes y contemporáneas, que sean
capaces de potenciar las capacidades instaladas en el medio local?

El lugar que albergó la muestra fue el Museo Nacional de Bellas Artes, uno de los escenarios
oficiales del arte nacional. Milan Ivelic, director del MNBA, plantea que “la premisa no es partir del
espacio mínimo como si fuera el fundamento de la habitabilidad de los pobres. Es preciso revertirla,
colocando la dignidad humana como el vector ético de una acción constructiva de viviendas para los
más desposeídos.”

Y agrega “Cuando el arte es reflexivo y crítico, cuando se vincula intensamente con la vida,
hace un llamado a repensar si lo que se hace no es más que la reiteración de una matriz diseñada
abstractamente, omitiendo a las personas quienes son, en verdad, los protagonistas del hecho de
habitar, con todas las implicancias que conlleva: seres con identidad, con familias, con esperanzas,
que anhelan una vida digna. El arte subvierte los lugares comunes, las convenciones sociales y, en el
caso que nos ocupa, la vivienda estandarizada, incapaz de acoger a quienes las ocuparán”.

Es así que la iniciativa Mínimo de Un Techo para Chile se dio a conocer en una muestra
dividida en tres instancias: DISEÑO (la exposición de 24 prototipos de mobiliarios desarrollados
por Universidades e Institutos en una investigación colectiva y de los proyectos ganadores del
Concurso Nacional); ARTE (la instalación de tres obras artísticas en el frontis del Museo); y
FOROS (la realización de 4 foros multidisciplinarios).
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DEFINICIONES FORMALES CONCEPTO GRÁFICO

ESTRUCTURA

Al desarrollar la estructura del libro debieron


tomarse en cuenta una serie de factores
determinantes para lograr darle un orden
adecuado. El hecho de ser una publicación
de contenido diverso llevó a la necesidad de
dividirlo en cuatro secciones:
Diseño
Arte
Foros
Paper

Para darle un orden a esta estructura se


le dio un especial énfasis al índice. En él
se indican las páginas en el orden natural
del libro con sus respectivos contenidos,
utilizando el color como elemento referencial.

SIMBOLOGÍA

11x25,5cm 24 páginas

17,5x25,5cm

diseño 17,5x25,5cm

arte 17,5x25,5cm 141 páginas

foro 17,5x25,5cm

paper 17,5x25,5cm
índice

dato duro 17,5x25,5cm 6 páginas


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COLOR

Para diferenciar y darle identidad a cada


sección del libro se determinó un tipo de color
diferenciador para cada sección del libro.
En esta ocasión se consideró la correcta
combinación de el color de fondo con el color
de la tipografía, para así obtener contrastes
adecuados para una buena legibilidad.

Pit, consend iamconsequis acip


ex eui bla conulla at. Il eros
dolor aute estis ad tet prat.
Bortio od miniam diam ipsum
augait iriure con vel il dolor
iniamet iustie diam veliqui
C=0 M=95 Y=100 K=0

C=0 M=15 Y=20 K=40


C=0 M=15 Y=20 K=40
C=0 M=40 Y=95 K=0

C=0 M=0 Y=0 K=80


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NUMERACIÓN

Se acompañó al número con las herramientas


del logo de MINIMO, como íconos
diferenciadores de las distintas secciones
correspondientes al Programa MINIMO.

Los paper no llevaban herramientas por ser


artículos complementarios proyecto.

diseño a r t e foros papers

diseño a r t e foros papers


18
19

diseño

diseño.
CONCURSONACIONALDEOPTIMIZACIÓNDE
ESPACIOS MÍNIMOS

Objetivo
Luego de investigaciones y experiencias
estudiadas por el Programa MÍNIMO de
Un Techo para Chile, se demostró que las
viviendas entregadas por subsidios presentan
graves problemas en su habitabilidad, debido
principalmente a la falta de equipamiento
en su interior. El desarrollo de muebles
siempre aparece como el primer nicho de
investigación para mejorar dicha situación,
es por eso que el Programa MINIMO en el
año 2005, propuso desarrollar prototipos de
mobiliario industrializables y multifuncionales
que, construidos bajo una lógica de “Hágalo
usted mismo”, permitan equipar y ampliar las
viviendas sociales definitivas.

Contexto Elemental
Elemental ha trabajado desde el año
2004 con Un Techo para Chile. A partir de
esto, se han inaugurado dos proyectos
20

diseño

en la Región Metropolitana y se están de cada categoría:


construyendo cinco proyectos a lo largo • Categoría Universidades:
del país. La configuración arquitectónica 1er lugar – Bodega Colgante –Universidad
de estos diseños, definió unidades iniciales Diego Portales
de viviendas progresivas que controlan 2º lugar – Tabique Modular – Universidad
o enmarcan el crecimiento, asegurando Católica del Norte
un desarrollo armónico del conjunto y 3er lugar – Sistema Modular – Pontificia
disminuyendo el esfuerzo por parte de los Universidad Católica del Norte
usuarios para completar sus viviendas. Es Mención Honrosa – Tabique Multifuncional –
así que los diseños Elemental aportan en la Universidad Diego Portales
unidad inicial de la vivienda, abriendo un nuevo Mención Honrosa – Mueble CEC –
campo de estudio y desarrollo, con respeto a los Universidad de Concepción
sistemas de ampliación y equipamiento de los
nuevos hogares1 . • Categoría Estudiantes:
Para el concurso se trabajó con la tipología 1er lugar – Multicapas
de vivienda construida en Quinta Monroy 2º lugar – Cama Madriguera
el año 2004. El montaje dispuso el trazado 3er lugar – Módulo Multifuncional
de las plantas de estas viviendas en el Mención Honrosa – 15 cm.
hall central del Museo, sobre las que se
dispusieron los prototipos de mobiliario . • Categoría Profesionales:
1er lugar – Vestidor
Convocatoria 2º lugar – T.E.S. Tercio Espacial Superior
La convocatoria se extendió a dos formatos. Mención Honrosa – Puerta Repisa
Por un lado se trabajó con universidades
e institutos, los que desarrollaron un curso
o taller dentro de su maya curricular para
analizar y trabajar el tema propuesto. Por otro
ECUACIÓN PLANTEAMIENTO CONCURSO
lado, se lanzó un concurso abierto al público
en general, dividido en dos categorías: + m2 = multifuncionalidad

estudiantes y profesionales. -$ = kit de partes


Como resultado se trabajó con 14 instituciones
educacionales, y se recepcionaron 460
proyectos en la modalidad de concurso. La
muestra en el MNBA expuso 24 prototipos
de mobiliarios mínimos, de los cuales
se observan temáticas como: muebles
generadores de espacios temporales, el uso
de espacios inutilizados, muebles o sistemas
multifuncionales y el mueble tabique.
Dentro del libro se presentan los ganadores

1 Alejandro Aravena, Arquitecto fundador oficina Elemental.


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a r t e

arte.
“MINIMAL, MÍNIMO, MINIMALISMO A LA CHILENA”

1.- Génesis y situación global.

Hablar de Arte Minimal es indagar en una extensa saga de


realizaciones y ejecutores que a lo largo y ancho de los últimos
cuarenta años han extendido este concepto desde la arena visual,
hacia lo arquitectónico e incluso el diseño en su más amplia acepción.
Llegando este concepto hasta nuestros días como sinónimo de cierto
tipo de comida, decoración o prenda de vestir; pero pocas veces nos
detenemos en saber en qué consiste el llamado término “Mínimal”.

Según el estudioso español Simón Marchán Fiz, “Minimal


Art es un estilo escultórico en el que las diferentes formas están
reducidas a estados mínimos de orden y complejidad desde una
perspectiva morfológica, perceptiva y significativa.”1 Agreguemos
a lo anterior que su nombre deviene de la idea de “mínimo”,
expresado en las formas o colores primarios con que sus
cultores -mayoritariamente artistas norteamericanos-, se
dieron a conocer en 1965. De hecho, el período de mayor
apogeo de esta tendencia fue entre 1965 a 1968, siendo la
ciudad Nueva York el epicentro de esta corriente y el pintor-
escultor Donald Judd, su primer teórico y pensador de este
ejercicio.

En este orden de análisis algunos de los nombres que ha recibido


esta tendencia ha sido el de: “cool art”, “ABC art” y “formas primarias”,
debido a esta cercanía que sus creadores establecieron con la
arquitectura de rascacielos en Estados Unidos (ya que el arte Mínimal

1 Simón Marchán Fiz, “El Minimal Art o Estructuras Primarias“, en Del Arte
Objetual al Arte de Concepto . Editorial Akal, Madrid, 1997, p.99.
22

a r t e

tuvo su mejor correspondencia en los espacios abiertos de la ciudad


y sus edificios, más que en los museos o galerías de arte, debido a la
monumentalidad de los trabajos y la actitud pulcra y severa con que
se trataban los aceros, maderas o aluminios, para realizar las obras).
Impactando fuertemente a las audiencias de ese momento por la
radical contraposición al Pop Art; de hecho, la belleza “Mínimal” para
muchos es la decantada estética elitista del “Menos es más”.

2.- Génesis y situación local.

Hace ya tres años recibí la invitación del Programa MÍNIMO


para proponer desde el territorio del arte local, una curatoría que
indagase en las preocupaciones de algunos artistas chilenos
contemporáneos, sobre el debate que le concierne al problema de
la vivienda mínima. Tal invitación trajo, a mi juicio, el agudo debate
que desde el arte podía tener la realización estética de un tipo de
obra mínima en sus gestos, pulcra y desprovista de toda narrativa
en su visualidad, como una ética de trabajo que reflejase la pureza
de un hacer en virtud del rechazo de toda opulencia visual (debido
a que precisamente la vivienda social en el Chile de hoy, es pulcra
y severa por una cuestión de las políticas estatales que le atañen).
Un ejemplo de lo que sostengo son las llamadas “Casas Chubi” en
la comuna de Peñalolén, que recibieron tal designación de parte
de sus pobladores por el uso de colores puros ,-rojos, amarillos,
violetas, etc.- en las fachadas de las casas, y se asemejaban a
las populares golosinas que vienen en los mentados colores. Sin
embargo, a poco andar este síntoma estatal de una modernidad
exterior reflejada en los colores de las fachadas de esos
pequeños hogares, se vio simplemente como una sospechosa
cosmética habitacional al descubrir sus habitantes que las casas
no resistieron la primera lluvia que el invierno traía, amén de la
falta de espacio interior para desarrollar condiciones mínimas
de habitabilidad en la urbe. Haciéndonos recordar que, “como
la mayoría de las capitales latinoamericanas, Santiago es una
ciudad donde la segmentación humana, social, se hace fácil y
dramáticamente visible a la vista del espectador. Hay en ellas, no
una sino varias ciudades segregadas, desagregadas.”2

En otras palabras, en Chile el Minimalismo no es reflejo de la


opulencia en el hacer por la vía de la calidad de los materiales
invertidos en la obra, sino más bien, es sinónimo de una
desidia social frente a los necesitados. Por ende no me parece

2 Gonzalo Contreras, “Irrealidad Eterna, claves para el futuro“, en Jorge Tacla,


Irrealidad Eterna. Catálogo Sala Tacla, Santiago, 2001.
23

a r t e

desaventurado indicar que el “Minimalismo a la Chilena” es


simplemente la supervivencia bajo una vivienda precaria y
mínima en todo lo básico que le atañe al concepto de “hogar”,
por parte de quienes se han visto obligados a desarrollarse
en la estética del campamento como un acto capaz de capear
esa constante adversidad en la que Chile se ha debatido.

Vistos y atendidos de manera somera, este contexto en que el


juego de palabras Mínimo y Mínimal se debaten, me pareció
provocativo hacer visible desde la formulación de la curatoría el
binomio de conceptos Espacio&Contradicción, para hacer efectiva
la invitación del Programa MÍNIMO. Esto, porque en cierto sentido,
existía una abertura de mirada desde la arquitectura hacia el
mundo de las artes plásticas como un espacio válido para ofrecer
ideas a un tipo de vivienda social, que pudiese integrar desde la
arquitectura el diseño industrial y también la vertiente plástica en
un grado de realización y concepción óptima, desde una economía
de medios que fuese más allá de la estética minimalista. Lo
anterior, expresado desde una restricción de materiales y formas,
que pudiesen hacerse partícipe en ese cotidiano hostil. También
como una primera mirada en torno a pensar la ciudad, “no como
una ciudad de fragmentos sino como un cuerpo político, una
entidad que tiene un carácter, un papel, que desempeñar en la
división internacional del trabajo”3, citando al geógrafo David
Harvey a quien debo esta reflexión sobre mi propuesta de trabajo
a través de sus lecturas.

Si extrapolamos esta invitación de la Fundación Un Techo


para Chile a la muestra realizada en el Museo Nacional de
Bellas Artes de Santiago, hay un aspecto de la convocatoria
que bien explica la selección de obras cuando expuse lo
siguiente: “el debate de los problemas de la vivienda mínima en
el espacio del arte chileno, supone trabajar la noción de que en la
necesidad del habitar mínimo ésta se construye como una suma
de contradicciones y paradojas, más que de soluciones”4. Porque
cada uno de los expositores trató desde el emplazamiento
de sus trabajos, reflejar esas contradicciones de la
habitabilidad de los desposeídos desde la poética de una
tridimensionalidad, capaz de hacernos ver un cierto estado de
las cosas en aquello que denominamos morar.

3MarianaCanavese,“LaCiudadcomounCuerpoPolítico”enRevistaÑ.Buenos
Aires. Octubre 21, 2006, pp.12-13.
4 Para una mejor comprensión de lo expuesto véase el folleto de la
convocatoria de este proyecto, “MINIMO, Investigaciones sobre el Espacio
Mínimo”. Editado por Fundación Un Techo para Chile, Santiago, 2005.
24

a r t e

3.- La “Toma” y el “Site Specific”.

Uno de los grandes conceptos que el arte Minimal ha logrado


acuñar en la macro realidad en donde es posible admirarlo es
el del “Site Specific” o “Sitio Específico” que la obra requiere.
Vale decir, el trabajo propuesto por muchos de los adherentes
al movimiento en cuestión, ha sido creado para sitios o lugares
previamente estudiados y en donde la obra establece un diálogo
recíproco con el entorno y sus personas. Por ejemplo, el Museo
Municipal de la Haya, en Holanda, tiene en el artista Sol Le Witt
una serie de diseños escultóricos, arquitectónicos y objetuales
pensados para el espacio exterior en sí mismo, donde el
entrelazamiento de arte y arquitectura queda de manera clara y
evidente por cómo el artista ubica y piensa su trabajo sólo para
ser mostrado en ese y no en otro lugar.

En nuestro micro escenario, el gesto de una toma de terreno


está dado por la oportunidad de cumplir con el sueño de la casa
propia, en el marco de las carencias estatales para dar viabilidad
a tal necesidad. Muchas de las actuales villas o poblaciones en la
periferia de Santiago son producto de ese acto colectivo de sentar
propiedad en un terreno baldío, instalando el emblema patrio y
luego demarcar el sito en que se emplazará la futura propiedad; la
que en la mayoría de las veces está hecha con la precariedad del
cartón y las maderas en desuso. Tal proceder, desde el mundo
del arte contemporáneo, se articula a partir del siguiente diagrama
de obra desarrollado por el artista visual Víctor Hugo Codocedo
-fallecido un 27 de agosto de 1988- cuando el crítico y curador de
arte Justo Pastor Mellado señala “vivió la dignidad de ser artista,
en la periferia. En un país de la periferia del arte. Sabiéndolo, tomó
el arte como su bandera; la bandera chilena como abrigo, como
tela, y la tensó sobre un bastidor, como si por ese solo acto la
convirtiera en pintura de caballete, en tapiz sin decoro.”5

Indico estas referencias para exponer el sentido de invitar a los


artistas Yeniferth Becerra y su trabajo “Ropaverejo”, Mauricio
Pezo y Sofía Von Ellrichshausen con su obra “Puertas”,
y Alicia Villarreal con “Parque Forestal s/n”, quienes se
dieron la tarea de investigar, desde sus propias poéticas de
obra, las relaciones entre arte y arquitectura, habitabilidad y
sustentabilidad, en sus acepciones más amplias.

5 Justo Pastor Mellado, “Han pisado con demasiada fuerza, la tierra sobre mi
cabeza“, en Textos Residuales. Ediciones de la Cortina de Humo. Santiago,
1988.
25

a r t e

Por ejemplo, la obra de Y. Becerra consistió en la instalación de


un módulo de madera de 2x3x3mts. que, asumiendo el espacio
metral de la mediagua, propone desde su interior la recreación
de una casa chilena desde sus utensilios y mobiliario; todos
son puestos en trueque con el público, bajo la condición de
que la audiencia se lleve un objeto nuevo proveniente de la
obra de la artista, dejando uno usado traído de su casa. En
esos términos, la artista juega con el público desde el gesto
primitivo del intercambio de utensilios, para reformular la noción
de la vivienda nueva sin carácter, producto de su construcción
pareada, en franca alusión a las villas que circundan nuestra
ciudad. Ellas, desde la estética de los colores pasteles, intentan
vender una habitabilidad ideal, buscando en el objeto usado
una identidad de lo que habitar significa en la ciudad de hoy.

Si en el trabajo de Y. Becerra el concepto minimalista


de la materia severa y altamente tecnologizada ha sido
reemplazado por la precariedad de la madera para construir
este habitáculo del intercambio, la obra de Mauricio Pezo y
Sofía Von Ellrichshausen ve en las barras de acero ensamblado
la posibilidad de jugar con el espectador desde el concepto
de abertura y cerradura, al transformar el recinto cúbico en un
verdadero laberinto lleno de puertas que abren indistintamente
hacia un dentro o fuera, dependiendo de la capacidad del
espectador en términos de dejarse llevar por esta sugerente
retícula de metal entramado. Sin embargo, al estar esta obra en
el mismo frontis de la institución museal y muy cercana a la de Y.
Becerra, se genera un contrapunto entre lo que podríamos llamar
el efecto de la habitabilidad como necesidad de intercambio
y la dimensión de la misma desde una frágil frontera llamada
público/privado; Teniendo ambas la monumental arquitectura
neoclásica del Museo Nacional de Bellas Artes como telón de
fondo, para hacernos meditar en las proporciones de la vivienda
moderna desde el territorio de la plástica.

En ese sentido Alicia Villarreal fue la que mejor asumió la relación


obra y entorno, al proponer un revestimiento de una serie de bancas
de madera, que están junto a una pequeña área verde junto al
museo. De modo sutil, la artista revistió estas bancas verdes con
lanas, trapos y diversos revestimientos de color rojo para, desde
ese gesto cromático, repensar que muchos de esos escaños en
Santiago y el mundo son utilizados como vivienda por los mendigos
al caer la noche. El rojo entonces cumple por una parte la función
plástica de ser el complementario del verde como origen del objeto
a revestir, y por otra parte, es una metáfora para sentar presencia
26

a r t e

y alarma del uso que tiene ese equipamiento urbano al final del
día. Tal como la artista definió su obra, “cada banco se convirtió en
un cuerpo texturado, blando, personalizado,”6 a fin de hacernos
partícipes de que esas relaciones entre el hombre y vivienda,
también se hacen parte de la ciudad como un organismo vivo.

Una de las preguntas y reflexiones que me surgieron en el lluvioso


día en que esta exposición se inauguró, fue la de saber qué habría
pasado con estas obras en el frontis de un museo dedicado al
arte de nuestro tiempo en un ciudad norteamericana. También,
¿Habríansidocapacesdeconfrontarlasesculturasminimalistasque
habitualmente dan la bienvenida a ese tipo de recintos, este tipo de
emplazamientos?. Por otra parte, ¿Tenemos conciencia de lo que la
palabra habitabilidad es realmente en las personas desposeídas?,
¿Puede el arte contemporáneo de Latinoamérica, acercarse al ideal
Minimalista desde la precariedad material en su puesta en escena?

Aún cuando no tengo respuestas a estas inquietudes, me parece


oportuno indicar que el sólo gesto de tomarse un par de semanas
el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes por medio de estos
tres emplazamientos (lo que aparentemente consideraba como
dimensiones propias e inmutables de la vivienda Mínima y le son
fundamentales a ciertos aspectos del arte de nuestro tiempo) es un
asunto no menor; sobre todo si pensamos que el propio arte local
por años ha vivido en una precaria condición de sustentabilidad y
habitabilidad, dificultando su lectura y estudio.

CARLOS NAVARRETE
Curador obras de arte, MINIMO 2005
Mauricio Pezo, Sofía Von Ellrichshausen

“Parque Forestal s/n” /


Yennyferth Becerra
“Ropavejero” /

Alicia Villarreal
“Puertas” /

6 Ibid. Nota 4.
27

foros

foros.
Ciclo de conversaciones
multidisciplinarias con
representantes de distintos
sectores de la sociedad.

E
n paralelo a la exposición, el
Centro de Investigación Social
de Un Techo para Chile organizó
cuatro foros que buscaron debatir,
analizar y proponer acerca del espacio
Mínimo, desde distintos puntos de vista,
abarcando variadas temáticas y convocando
a actores validados en distintas esferas
disciplinarias.

Foro Nº 1:
“Vida comunitaria y organización en conjuntos
de espacio mínimo”:
Moderador:
• Iván Valenzuela, periodista.
Panelistas:
• Francisca Márquez – Academia de Humanismo
Cristiano.
• Susana Aravena – Sur profesionales.
• Claudia Ayala – Un Barrio para mi Familia.
• Karen Monarde – Dirigente Comité campamento
Los Aromos
•BenjamínDíaz–EncargadoRegiónMetropolitana
28

foros

Un Techo Para Chile Los textos que se incluyen continuación


pertenecen a:
Foro Nº 2: Ricardo Tapia, quien describe cuáles son los
“Historia e Identidad en la vivienda social” mínimos que debemos considerar como
Moderador: profesionales para los pobladores;
• Mónica Pérez Claudia Ayala, quien explica el desarrollo
Panelistas: de la Habilitación Social, enfocada desde la
• Rodrigo Hidalgo – Geógrafo PUC experiencia del Programa Chile Barrio;
• Mario Garcés – ECO Francisco Sabatini quien describe el valor que
• Francisco Sabatini – Sociólogo PUC tiene la condición de “ser popular” en el contexto
• José Bengoa – Rector sociología Academia de actual de nuestro país.
Humanismo Cristiano

Foro Nº 3:
“Cultura y recursos mínimos”
Moderador:
• Margarita Hantke, periodista
Panelistas:
• Ricardo Carrasco – Documentalista Patiperros y
al Sur del Mundo
• La Legua York – Gestor cultural de la población
La Legua

Foro Nº 4:
“Cuáles son los mínimos que queremos para
la política habitacional del país”
Moderador:
• Matías del Río, periodista
Panelistas:
• Ricardo Tapia – Sub-Director INVI Universidad
de Chile
• Alejandro Aravena – Arquitecto Elemental
• Mirko Salfate – Director Vivienda Definitiva, Un
Techo para Chile
• Alejandra Barrera – Dirigente Campamento
Villa esperanza – habitante Proyecto de vivienda
Antumalal, Renca.

Dentro del libro, se incorporaron tres textos


elaborados por quienes fueron panelistas de los
foros. Estos se realizaron el año 2007 a partir de la
revisión de las transcripciones de los expositores
realizadas el año 2005.
29

papers

papers.

E
l Programa MINIMO de Un Techo para Chile nace como una iniciativa
multidisciplinaria. Ella parte por posicionar un tema social en la discusión académica;
unir disciplinas en una sola experiencia y también formular y replantear el rol de las
profesiones en pro del crecimiento integral del país.

Así como el año 2005 se generó un resultado de índole académico, actualmente se sigue
trabajando para profundizar, acercar y ampliar el espectro de investigación, tanto a los estudiantes y
profesionales, como a los pobladores de nuestro país.

Es por eso que se invitó a los participantes de la iniciativa a desarrollar o incluir textos inéditos, que
abran el espectro de investigación y potencien académicamente las bases de los planteamientos del
Programa MINIMO.

Dentro de estos textos se presenta la experiencia deAlejandra Barrera, pobladora del ex-campamento
Lo Boza, quien narra su vivencia en el proceso de cambio de vida del campamento al barrio; Rodrigo
Hidalgo, geógrafo de la Pontificia Universidad Católica, quien desarrolla una investigación que nos
permite adentrarnos en las consecuencias que ha generado la Ley de Habitaciones Obreras de 1906,
la que inició el desarrollo de proyectos de vivienda social en la periferia de Santiago; Alejandra Rasse
y Francisco Sabatini presentan una matriz conceptual sobre la relación de los niños con el espacio
en nuestro contexto cultural, tomando como caso de estudio distintas barrios de vivienda social;
Francisca Márquez,Antropóloga y Doctora en Sociología, revisa la historia de los pobladores chilenos
30

papers

en la búsqueda de identidad y de un lugar digno para ellos en la ciudad; y, finalmente, Rodrigo Torres,
Ingeniero y Gerente de Marketing en Chile de la empresa Masisa, nos relata la experiencia de la
empresa en el desarrollo de diseño para la base de la pirámide, como nuevo nicho de investigación
para empresarios y diseñadores del país.
En Chile aún existen

533 Campamentos, 28.578


familias habitándolos
1 Caleta Vitor 134 El Bosque 267 Palomares 400 Viento del Sur 2

Catastro campamentos 2007 CIS • Fuente UTPCH


2 Mirador II 135 Alto San Roque 268 La Cata 401 Población Santiago buena
3 Areneros 136 Los Aromos 269 Vista Hermosa 402 Sector Antena
4 Sica-Sica 137 Viña Fundo el Bosque 270 Libertad 403 Septimo de línea al final
5 Villa vista Hermosa 138 Final Calle 5 271 Los Guerreros 404 Camino Cementerio 450
6 Alto Vicuña Mackena 139 Comité Esperanza 272 El Estero 405 Los Mallines
7 Trabajadores por la Vivienda 140 Los almendros 273 Los Pescadores 406 Prolongación Rubén Darío
8 Ex Vertedero 141 Villa los olivos 274 Reposo 407 Los Pitufos
9 Caleta Chipana 142 El Boco 275 Gajardo Sur interior 408 Villa Cruz Roja
10 Circunvalación s/n 143 Mar azul 276 El Tunel 409 Villa Dorotea
11 Santa Barbara 144 lo tetero 277 Villa Alto los Padres 410 Los Paltos
12 Bajo de Soga 145 Sector Navia 278 Calle nueva norte 411 Rivera Azul
13 Sector Camping 146 Población Hidraulico 279 Paradero la Victora 412 Villaseca
14 Casa Futura 147 Población Emergencia 280 Av. Estación 413 Escuela vieja
15 Caleta San Marcos 148 los Colonos 281 El Estero 414 La esperanza II
16 Villa Municipal 149 Ramaditas 282 Chacra Alicia 415 Mujeres Unidas
17 Villa Padre Javier 150 Los Carrera 283 Pilmaiquen 416 Ongolmo
18 Por fin mi casa 151 Villa hermosa 284 Población El Esfuerzo 417 Javiera Carrera Nº 1100
19 Los Arenales 152 los Molinos Quemados 285 La Obra 418 Estancilla
20 Victor Jara 153 Trapiche Cancha 286 Libertad II 419 Muga
21 Chile Nuevo I 154 Villa la Gomboina 287 Pta. Astorga 420 Don Enrique
22 Corazon de Maria 155 Santa Lucia 288 Matta al Cerro 421 Bienes Comunes
23 Emanuel 156 callejon los Laureles 289 Toam el Pinar 422 Parcela 52
24 18 de Septiembre 157 Trapiche Mocino Viejo 290 Loncono Bajo 423 Ex Fundo San José
25 Juanita Cruchaga 158 El Litoral 291 La Esperanza 424 Lo Pinto
26 Alto Mendoza 159 Fundo el Bosque 292 Cerro Monte Redondo 425 Los Aromos
27 Familias Puente 160 los Peumos 293 Población Vista al Mar nº 9 426 Rivera Sur
28 Nueva Vista Hermosa 161 Puntilla san Pedro 294 Coliuma alta 427 Simon Ojeda
29 Humilde Esperanza 162 Puente las Truchas 295 Coliuma bajo 428 Yábar
30 paquica 163 Prats - sin nombe 296 Huillinco bajo 429 El Jordan0
31 Caleta Buena 164 Puntilla de Panquehue 297 Recoleta Bajo 430 Picton
32 La Chimba 165 al lado iglesia 298 Polcuro 431 La Red
33 Los Pinares 166 Puente Limahue 299 Antino Bajo 432 Libertadore el Bajo
34 Aurora Esperanza 167 Ayuntamiento 300 Cerro Bagnano 433 Las Palmeras
35 Padre Alberto Hurtado 168 Pedro Segundo Estrada 301 Fundo Lengce 434 Pedro de Valdivia
36 Urco 169 Clodomiro Vargas 302 Campo Deportivo 435 Lo Errazuriz
37 Portal del Inca 170 Orombello 303 Graneros 436 Errazuriz 52
38 Jaime Sierra Castillo 171 Galvamino al llegar al rio 304 Andrés Lama 437 Condomino Buzeta
39 Vista al Valle 172 el corte de Requegua 305 Temistocles Rojas 438 Padre Vicente
40 Cerro Mirador la Negrita 173 sector sur estación 306 Nueva Ilusión 439 Maestranza San Eugenio
41 Candelaria 174 Fundo Limague 307 Caleta Antena 440 Los Tilos
42 Villa el cerro 175 Callejon carta propia 308 Caleta Pesquera Tumbes 441 El Guerrillero
43 Carlos Villalobos 176 los olivos 309 Villa Araucaria 442 Esperan y Fe
44 Quebrada Isabel Riquelme 177 callejón independencia 310 Villa El Estanque 443 Jorge Inostroza
45 Padre negro 178 Santa Clarisa 311 Villa El Trebol 444 La Estación
46 Pasaje Jose Cisterna 179 Poblacion emergencia 312 Nuevo Amanecer 445 La Quebrada
47 Piedra Colgada 180 poblacion lo Conti 313 El Triangulo 446 Planta Hidroelectrica
48 Hacienda San Pedro 181 Cabreria 314 los cordones 447 La Higuera
49 Hacienda Chamonete 182 Rio Seco 315 Los Gitanos 448 La esperanza
50 Hacienda Toldo 183 Cerro El Manzano 316 La línea Férrea 449 El Bosquecito
51 Sector Vizcachas 184 Las torres 317 Vírgen de los Pinos 450 Nueva Oriente
52 Sector las Higueras 185 Callejones al entrar 318 Nueva Esperanza 451 El Molino
53 Cardenal Silva Enriquez 186 Ex Matadero 319 Sector Estación 452 Padre Hurtado
54 Saturno 187 El Nogal 320 Villa Puesco 453 Villa el Sol
55 Barrio Nuevo Latarea 188 Cancha el Ferro 321 Línea Férrea I 454 La Copa
56 Pabellón Bajo 189 Ex Matadero 322 Santa Elena 455 Central lo Vargas
57 Sergio Soto 190 Ribera del río 323 Rivera Imperial 456 Villa El Estero
58 Los Bronces 191 Esperanza Norte 324 Cruzada al norte 457 Nuevo Transitorio
59 Tatara 192 Ampliación 11 de septiembre 325 Pullehue 458 Lomas I
60 Villa San Pedro 193 Zona Carretoneros 326 Flor Donguil 459 La Herradura
61 Picachos Negro 194 Población Lo Contí 327 La Construcción 460 Esfuerzo II
62 Quebradita 195 Calle Julio Montt 328 Los Áridos 461 Juan Pablo II
63 Perales Viejos 196 Recinto Estación 329 Callejón Essar 462 Los Litres
64 Callejón Martínez 197 Sector de Pichiguao 330 Campamento Lynch 463 Las Lomas II
65 Villa Jilguero 198 Codao Cerro 331 Padre Hurtado 464 dos en uno
66 Labrar 199 La Gloria 332 Rauwsen 465 Los Aromos
67 Quebrada Las Rosas 200 El Porvenir 333 Pasaje San Francisco 466 Joaquin Rodriguez
68 Vista al Mar 201 Villa Napoli 334 Las Heras 467 Las Tinajas
69 Lautaro Norte 202 Bajo Llollinco 335 Villa Portales 468 Portales
70 La Batea 203 Villa los Copihues 336 Villa Esperanza 469 La Isla
71 El Triángulo 204 El Membrillo 337 Población Diego Portales 470 Pueblito la Farfana
72 Cruz de Caña 205 Ajial Manzana 338 9 Oriente 471 Camino la Palma
73 Camarones 206 Sector Los Pozos de Quillaimo 339 Angostura 472 San Benito
74 El Molle 207 Triángulo 340 Pasaje Lynch 473 Unión y Esfuerzo
341 Vista Hermosa 474 Todos juntos por un techo
75 Maitencillo 208 Lo Garcés
475 3 de septiembre
76 El Toro 209 Esperanza 342 Campamento Smith
476 Recinto Estación
77 Subida Mina Hermosa 210 El Paso 343 Cancha Las Rocas
477 Las Hortensias II
78 Curque Alto 211 Villa Nueva Mar 344 Luz de Esperanza
478 Belen Guilda Diaz
79 Villa Esperanza 212 Reyes Sur 345 La línea Férrea
479 Juan Pablo II
80 Sector Ribera del Río 213 Loncomilla Sur 346 Laraquete
480 Pelvin
81 Quebrada el Milagro 214 Villa El Estero 347 Campamento Barros Arana
481 Cuatro Canchas
82 Recinto Estación 215 La Mina 348 Recabarren
482 San Pablo
83 El Consuelo Alto 216 Multicancha 349 Piedra Blanca
483 Fundo el Porvenir
84 Santa Rosa Alta 217 Oñederra 90 350 Vista Hermosa
484 Campamento rural peralito
85 Las Majaditas 218 Quiliquina 351 10 de mayo
485 Cerro la Ballena
86 El Peumo 219 La Poza 352 Pastahue Final
486 Los Areneros
87 Margenes del Río 220 Gabriela Mistral 353 El Matadero
487 El Peñoncito
88 San Antonio de los Caliches. 221 Villa Los Troncos 354 Campamento Arica
488 Cordillera
89 Camino al Mar 222 Pangalillo 355 Campamento 18 de Septiembre
489 Adonays
90 Nuevo Amanecer del Elqui 223 La Poza 356 Los Canelos
490 Las Totoras
91 El Escorial 224 Sector Maule Sur 357 El Cobre
491 Lo Echevers
92 Diagonal Los Castaños 225 La Guardia 358 Villa el Esfuerzo 492 Nueva Andres Bello
93 Media Hacienda 226 Los Boldos 359 Los Pinos 493 Nucleo Montenegro
94 Pasaje Eben ezer 227 Punta Riel 360 Esperanza del mañana 494 Las Rocas
95 Rivadavia Parte Alta 228 Colmenares 361 Monseñor René Rebolledo 495 Mapumahuida
96 Cerro chico 229 Pangalillo-Vueltas Cortas 362 Porvenir II 496 Juan Alsina
97 La Cantera 230 Población La Villa 363 Litz 497 Parcela 4
98 El Bronce Sin Numero 231 La Quebrada 364 Derrumbe del cerro 498 Villa Esperanza
99 Fuerza y Esperanza 232 Puico Alto y Bajo 365 Villa Olímpica 499 Lo Boza
100 Ebenezer 233 Cerrillo Caiván 366 Las Camelias 500 Nadie nos conoce
101 Pueblo Hundido 234 Las Huachas 367 Comité del trabajo transatlántico 501 Parcela 10
102 El Vergel 235 Picazo Alto 368 11 de septiembre 502 San Francisco
103 Tiro al Blanco 236 Santo domingo 369 Bernardo Ohiggins Bajo 503 Ochagavia
104 Mesana 237 Fundo las Garzas 370 Pasaje Colón 504 Antonio Varas
105 Vista al Mar 238 Monte Patria 371 Pablo Neruda 505 Parcela 12
106 Pasaje Edmundo Frei 239 Ilusiones 372 Ricardo Lagos 506 Parcela 13
107 Colo Colo 240 Ortuzar 373 El Trébol 507 El Sauce
108 Final de Bernardo con U de Seima 241 Las Lilas 374 Vicente Pérez Rosales 508 San Joaquin
109 Población de emergencia 242 Guaico Uno 375 Torino 509 Mateo de Toro y Zambrano
110 Obispo Valdés 243 Peumal 376 Rivera Norte 510 Las Araucarias
111 Arturo Prat 244 Tres Puentes 377 Pasaje Jerusalén 511 Luxemburgo
112 Monte Sinaí 245 Litral 378 Cruz Roja 512 El Manzano
113 Campanilla 246 Puente Ñuble 379 San Francisco 513 Emergencia
114 Ampliación puerto Williams 247 Vista Bella 380 La Esperanza 514 Nueva Esperanza
115 Ampliación Lago Cóndor 248 Las Pataguas 381 Río Cruces 515 El Arenal
116 Parcela 15 249 Fernando May 382 Lomas de la Barra 516 Villa Dr. Ernesto Bencke
117 Parcela 11 250 Fresia 383 Santa Mónica Alto 517 El Bollenar
118 Peumo 251 Toma Villa la Fabrica 384 Rio Leufucade 518 Ex retén viejo
119 Caminando Hacia mi Casa 252 Av. La Costa 385 El Esfuerzo 519 El Cementerio
120 Puyehue 253 Monte los olivos 386 Las Vertientes 520 La Plaza
121 Los Aromos 254 Villa democracia 387 Sector Equil Villa 2000 521 El Ferrocarril
122 Villa Kaplan 255 Morro Bajo 388 Pampa Muñoz 522 Loteo San Enrique
123 Villa La Pradera 256 Tunel 2 los aromos colcura 389 Barros Arana 523 Santa Mariana
124 Villa La Cumbre 257 Nuevo Amares 390 Campamento Municipal Malvinos 524 Calixto Nuñez
125 Villa Oriente 258 Villa los Aromos 391 Pueblo Hundido 525 Rivera del rio
126 Villa La Cruz 259 Puerto Nuevo 392 Pampa Río 526 Santa Lucia
127 Manuel Bustos 260 La Vega 393 La Estrella 527 Litre I
128 Bienvenidos 261 Ilusión 2 394 Los Jazmines 528 Los Algarrobos
129 Tranque Las Vacas 262 Ricardo Lagos 395 Callejón lan 529 Rivera del rio
130 Lomas de Bellavista 263 Cardena 396 Juan Pablo II 530 E taco de Polpaico
131 Todos Juntos 264 Comité Esperanza 397 Campamento Amor y Esfuerzo 531 La Isla
132 Pan de vida 265 Junta de Vecinos Nº5 Sector Costanera 398 Los Girasoles 532 Campamento alegría
133 Comité Esperanza 266 Collao 1900 399 Campamento 2000 533 El Ferroviario
33

papers

Historia de un sueño
que parecía imposible.
por Alejandra Barrera
Ex Pobladora Campamento Villa Esperanza, Renca
Panelista Foro “Cuáles son los mínimos que queremos
para la política habitacional del país”, MINIMO 2005
Celebración de Navidad Campamento Villa Esperanza • Fuente Alejandra Barrera 34
35

papers

E
sto comienza hace ya 8 años atrás, en el año 2000. Arrendaba casa como
muchas otras familias en mi comuna (Renca). Mi esposo tenía un trabajo y todo
iba bien, hasta que a él lo despidieron y nos vimos en la necesidad de buscar
otro lugar para vivir porque se nos juntaron deudas de arriendo, luz, agua y
no pudimos pagar. El dueño de la casa nos pidió que nos fuéramos y, como pudimos,
pagamos lo que debíamos. Nos fuimos a un terreno muy cerca, donde se nos pedía pagar
sólo $15.000 por los metros que ocupáramos. Trasladamos nuestras cosas de a poco y
junto a nosotros también se fueron algunos familiares que se encontraban en la misma
situación. En este lugar cada familia empezó a hacer pozos negros para el baño, a cerrar
el sitio donde estarían sus nuevas casas, confiados en que esto solucionaría en parte
nuestra vida… pero no nos imaginábamos que lo peor estaba por venir. Una vez estando
ahí logramos parar una pieza de 3 x 6 mts.; para esto compramos los materiales con harto
esfuerzo y nosotros mismos la construimos. Por otra parte, mi esposo aún no encontraba
trabajo estable, sólo hacía trabajos esporádicos, y lo que ganaba alcanzaba sólo para
comida, medicamentos y pasaje de locomoción. Mis hijos, que en ese momento tenían 7
años el mayor y 2 meses el menor, no alcanzaban a comprender lo que nos pasaba, pero
ellos eran nuestra fuerza para seguir doblándole la mano al destino. Así continuamos por
algunos meses sin agua ni luz propia, ya que teníamos que conseguirla con el dueño del
terreno que vivía a media cuadra de allí. Era complicado lavar la ropa con poca agua;
tuvimos que usar velas muchas veces; la humedad y el barro en invierno eran crueles.

Siempre que nos poníamos a conversar con mi esposo, nuestro tema era cuándo sería el día
en que estaríamos en lo propio, refiriéndonos a nuestro gran sueño de la casa definitiva. La
veíamos tan lejana e inalcanzable, y pensábamos que si no éramos capaces de subsistir con
36

papers

lo poco que teníamos, cómo íbamos a poder ahorrar para postular a la vivienda. Cada vez
sentíamos que íbamos de mal en peor en nuestra situación, pero nos refugiamos en nuestra fe:
Dios nos iba a ayudar a salir adelante de alguna manera.

Nos organizamos como comunidad, porque ya éramos ocho familias las que vivíamos en
el terreno; formamos una directiva para mayor organización y así gestionar o tramitar algo
en la municipalidad para que nos pudiesen orientar en el tema de la vivienda. Pero en ese
momento no pudimos hacer nada, y nos quedamos así por 1 año más, viviendo y pensando
si nuestro sueño se realizaría algún día.

Así transcurrían los días, sorteando inconvenientes, incomodidades y molestias, pero no puedo
dejar de mencionar que también pasamos momentos lindos: nos uníamos más como familia, nos
acercábamos al Señor y sentíamos el consuelo que esto pasaría pronto. Así fue como en el transcurso
de otro año se llenó el terreno con alrededor de 40 familias, todas conocidas o familiares de las más
antiguas del lugar. Queríamos formar un lugar para vivir que fuese tranquilo, sano y limpio para
nuestros hijos y así se dio. Le pusimos un nombre a nuestra comunidad: “Villa Esperanza”, porque
quisimos recalcar el deseo de mostrar que éramos una comunidad con toda la fuerza de surgir y darles
algo digno a nuestras familias. No queríamos que nuestros vecinos nos estigmatizaran, como en
general se hace con los campamentos.

Para organizarnos en el terreno, planificamos los espacios que pertenecerían a cada familia,
nos preocupamos de que nuestras casas tuviesen espacio suficiente y que, además, hubiesen
pasajes para los vehículos de emergencia en caso de necesitarlos; emergencia que no ha
sucedido hasta el día de hoy, gracias a Dios.

En el campamento continuamos nuestras vidas sin sobresaltos, hasta que conocimos a Un Techo
para Chile e INFOCAP en Campamentos, quienes implementaron una sede que ha servido para hacer
nuestras reuniones y para realizar talleres de capacitación en oficios; cursos de recuperación de
estudios (tanto en niños como en adultos), entre otras actividades.

Pasados unos meses, llegaron a nuestro campamento unas dirigentes del Campamento Lo Boza1
a ofrecernos que nos uniéramos a ellos en un proyecto de vivienda que ya tenían algo avanzado,
porque necesitaban a más personas para que tuviera más peso ante quienes debíamos presentarlo.
Sin lugar a dudas este proyecto era diferente, porque se estaba formando con personas de distintos
campamentos de la comuna: Lo Boza, Mapu-Mahuida, Villa Esperanza y algunos allegados que
también vivían en condiciones de extrema pobreza.

Nos presentamos con nuestras ideas muy claras. La principal era quedarnos en la comuna
donde teníamos todas nuestras raíces (como el colegio de nuestros hijos, consultorio, hospital
y trabajo, que es lo principal para ahorrar para la vivienda). Comenzar en otro lugar sería para
nosotros algo imposible, y siempre objetamos la idea de enviar a las familias a lugares de la
periferia, pasando a llevar la dignidad de las personas y sin siquiera darles la oportunidad de
decir lo que ellos pensaban o les gustaría hacer. Pensábamos “nosotros somos quienes vamos

1 Campamento que estaba ubicado a cinco cuadras del nuestro y conformado por alrededor de treinta familias.
37

papers

a vivir acá toda la vida, y no los que asignan las futuras viviendas”. Por ello, nos presentamos a las
autoridades con nuestra propuesta bien clara, para que nos pudiesen entender y escuchar.

A partir de esta propuesta, la directiva tuvo que dirigirse a los organismos pertinentes (el SERVIU y
la Municipalidad) para empezar a reunir los papeles de las familias, ver si todos podían postular, y si
existía algún problema que debíamos solucionarlo junto a ellos.

Siempre se les dijo a las familias que este proyecto debía ser con la mayor participación y
compromiso para que nos resultara todo bien, y así las autoridades nos tomarián en cuenta.
Cuando logramos ser oídos ya éramos alrededor de 300 familias inscritas para comenzar a
funcionar como comité, pero se nos presentó un problema: en la comuna no había terrenos
para viviendas sociales, y nos dijeron que era imposible, que debíamos buscar en otro lugar.
Esto no nos gustó porque nuestro propósito era quedarnos en la comuna; así nos vimos en la
necesidad de empezar a buscar terrenos lo más cerca de nuestras casas.

Al frente de Lo Boza encontramos uno, pero tenía un gran problema: en él no podía construirse,
porque era un terreno solamente de relleno; era inestable para hacer casas y necesitaba
demasiado dinero para arreglarlo. Esto nos entristeció mucho, ya que nos habíamos hecho a la
idea de que fuera nuestro, y además quedaba casi al lado de nuestros campamentos…

Por eso nos dieron más ganas de obtenerlo, y se empezaron a negociar precios, buscando el
menor valor. Paralelamente, se comenzó a trabajar con las familias para avanzar más rápido,
para que se sintieran parte de este proyecto y pudiesen tomarle más valor a lo que sería
nuestro nuevo barrio. También se escogió de cada campamento a delegados para que llevasen
información de cómo avanzaba todo el proyecto, lo que se conversaba en una mesa de trabajo
una vez a la semana a la que asistía la directiva, voluntarios de Un Techo para Chile y, a veces,
uno que otro invitado para que nos conociera o nos pudiese ayudar a solucionar problemas que
se nos presentaran en el camino. Fue así como conocimos a muchas personas, sin dejar de
mencionar el gran trabajo en conjunto de las familias, siempre pensando que debíamos ahorrar
cada vez más por conseguir lo que nos habíamos propuesto.

Cada familia debía ahorrar 20 UF y eso significaba un gran esfuerzo, porque algunos trabajaban por
un sueldo mínimo y otros esporádicamente. También significaba postergar otros sueños, porque la
prioridad tenía nombre: ¨Nuevo Barrio¨.

Esto empezó a tener forma, como comunidad sustentable, cuando los protagonistas principales
fueron la gente y sus necesidades, lo que se produjo gracias a todos los que escucharon
y creyeron en nuestro proyecto. Al comienzo costó motivar a las familias y a las entidades,
pero se logró; estando conformada la mesa de trabajo, nos dimos cuenta de que la mejor
forma de que el proyecto saliera adelante era proyectarnos y aterrizarlo de alguna manera.
Para esto los dirigentes definieron distintos roles para realizar diferentes tareas en paralelo:
gestionar lo que era la postulación en el SERVIU y buscar una Entidad Organizadora, una
constructora, arquitectos y recursos. Asimismo, los delegados asumieron distintas funciones
que se realizaron como comisiones tales como: educación, salud, deporte y cultura, biblioteca,
sala cuna y jardín infantil, centro comunitario, equipamiento y áreas verdes. Cada una de estas
38

papers

comisiones tenía un representante, que entregaba toda la información en la mesa de trabajo,


siempre velando por las necesidades propuestas por la gente.

Gracias a todo el trabajo de la comunidad, nos ganamos el subsidio dos años después de
conformado el comité, en septiembre de 2004. Este fue un gran hito para nuestra comunidad,
y lo celebramos cada año, sin dejar de mencionar “La Primera Piedra”, donde las 170 familias
celebramos en el terreno mismo el inicio de la construcción de nuestras casas. Nos dijeron que
estarían a lo menos en 1 año, todos calculábamos para diciembre del mismo año, como regalo
de navidad y eso nos daba las fuerzas para seguir juntando más plata, para los cierres de cada
pasaje, las divisiones, protecciones y también las terminaciones.

La presidenta del comité propuso en conjunto con unos voluntarios que se formara
un directorio conformado por empresarios, voluntarios y la directiva, para gestionar
y conseguir recursos que fueran en beneficio de las familias y así entregar la casa
terminada. Veíamos en la TV que a muchas familias en nuestra misma situación se les
entregaban casas no terminadas, y tenían que amontonarse en una sola pieza y estar
igual o peor que cuando estaban en el campamento, con hacinamiento y por unos buenos
años más, hasta tener los recursos para las divisiones de sus casas y así poder verla
terminada y habitarla como corresponde.

Se les propuso a los empresarios que ellos se consiguieran una parte en plata, a los voluntarios de Un
Techo para Chile otra parte, y a las 170 familias que ahorraran 15 UF en un plazo prudente, para que las
casas se puedieran habitar desde el día uno sin pasar incomodidades.

Mientras tanto, se fueron presentando nuevas situaciones e ideas para mantener a las familias
trabajando en pro de su casa; se buscaba la forma de que la constructora iniciara lo antes
posible el centro comunitario ya que existían donaciones para su construcción. Así, luego de
un tiempo, se vio movimiento en el centro comunitario; nuestros ojos veían cómo avanzaba
y empezaba a tener forma… nos conseguimos donaciones para la biblioteca, el trabajo de
Integra para administrar el Jardín Infantil con trabajadoras de la comunidad (gracias a lo cual
funciona diariamente hace dos años). El Centro Comunitario se inauguró el 3 de octubre de
2006, día en el que veíamos también avanzar la construcción de nuestras casas.

Finalmente, el día 1º de junio de 2008, tuvimos la inauguración del Proyecto; evento que organizamos
junto a todos nuestros vecinos y voluntarios, quienes siempre nos han acompañado en este hermoso
sueño: habitar nuestras viviendas.

Espero que este Barrio Sustentable sea un ejemplo, y se tome como modelo en todo el país para otros
proyectos de vivienda de familias de escasos recursos.
Hoy les puedo contar la inmensa alegría que tengo de estar viviendo y disfrutando de mi casa
junto a los seres que más quiero. Nos cambiamos al siguiente día de la inauguración, igual
que muchas otras familias. Es una casa de 3 pisos con living, comedor, cocina, 3 dormitorios, 1
baño, ante- jardin y patio, donde nos hemos acomodado muy bien.

Esto es digno para vivir y también digno de contar para que todos sepan que cuando hay un
39

papers

sueño en común, donde nos unimos, se puede hacer realidad con gran orgullo. Lo digo: se
puede y aprovecho de dar las gracias a quienes creyeron en nosotros: departamentos de
gobierno, instituciones, organizaciones, empresarios, voluntarios y hermosas personas de gran
corazón. A ellos los invito a que sigan creyendo en los sueños de las familias de campamento,
para que juntos, los podamos cumplir.

1 Vecina con Ex Ministra de Vivienda y Urbanismo Sonia Tschorne

3 - 4 Construcción Viviendas proyecto “Antumalal”.


2 Vecinos - Entrega subsidios habitacionales

Diseño oficina ELEMENTAL


1

Fuente • UTPCH
2

4
papers
Inauguración vivienda proyecto “Antumalal”. Fuente UTPCH 40
41

diseño

CATEGORÍA
UNIVERSIDADES E INSTITUTOS

4
3

5 1

1 Bodega Colgante - UDP arquitectura

2 Tabique modular - UCN arquitectura

3 Sistema modular - PUCV arquitectura


4 Tabique multifuncional - UDP diseño industrial
5 Mueble CEC - UDEC arquitectura
42
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Bodega Colgante


• Categoría Universidades e Institutos

1
• Alumnos: Marco Lepe + Sergio Pizarro
• Profesores: Nicole Labbé + Patricio Mardones

lugar
• Universidad: UDP Arquitectura
43

armado diseño

materiales

1
2

32

10

4
44
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Tabique Modular


• Categoría Universidades e Institutos
• Alumnos: Claudio Castillo + Cristián Cisternas + Francisco Carrasco +

2
Jiny Jiménez (alumno Ingeniería Civil UCN)
• Profesor: Sergio Alfaro

lugar
• Universidad: UCN Arquitectura
45

armado diseño

materiales

100
2

10

Planchas
MDF 18mm 1
MDF Ranurado 20mm 2
Listón Pino Acerrado 2x2” 4

4
46
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Sistema Modular


• Categoría Universidades e Institutos
• Alumnos: Vanesa Siviero + Hermann Rosenthal + Ingrid Lizana +

3
Luis Camano + Felipe Cardemil + Gonzalo Zahr
• Profesores: Juan Carlos Jeldes + Ricardo Lang

lugar
• Universidad: PUCV Arquitectura
47

armado diseño

materiales

12

2 200

1k

Planchas
Terciado estr. 18mm 1
Terciado estr. 15mm 1
Masisa Melamina 15mm 1

3 4
48
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Tabique Multifuncional


• Categoría Universidades e Institutos

M
• Alumnos: Macarena Pola + Francisco Ortega + Sin Ae Song +

honrosa
Pamela Reyes + Daniela Lalane
• Profesores: Janio Thomas + Carlos Villalobos
• Universidad: UDP Diseño
49

armado diseño

A B

materiales
C D

200

200m

Planchas
Masisa Melamina 15mm 3
Masisa OSB 15mm 4
Terciado estr. 15mm 3
Otros
Piola acero 2mm 12m
Tensor 20
Plástico PVC 1
E
Pino Acepillado 2x2” x 3.2m 8

F
vista posterior
vista anterior

A + B + C + D + E = F
50
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Mueble CEC


• Categoría Universidades e Institutos
• Alumnos: Tammy Albornoz + Natalia Labial + Jorge Canalis +

honrosa
Javier Farfán + Mª José Rosenberg
• Profesor: Claudia García-Lima
• Universidad: UDEC
51

armado diseño

A B C

D E
materiales

15

200

12

50cm

F G
1k

Planchas
MDF 15mm 6

A + B + C + D + E + F + G = H
53

foros

“¿Cuálessonlosmínimospara
los pobladores?”
por Ricardo Tapia
Panelista Foro “Cuáles son los mínimos
que queremos para la política
habitacional del país”

Q
uiero transmitir varios aspectos
relativos al tema “Mínimos
de una política habitacional”.
Primero, presentar algunos
enfoques implícitos en la historia
habitacional chilena:

Cercano al año 1900, aparece la “cuestión


social” chilena y dentro de ello, el problema
de la vivienda. Este problema venía ligado al
éxodo campo-ciudad de mucha gente que
venía al histórico Santiago; polo fuerte de
atracción en busca de mejores condiciones de
vida.

El proceso de industrialización fue un factor


importante que desencadenó la cuestión
social y dentro de aquél, el problema de
la vivienda. Es así como en una primera
etapa hay especialistas que muestran que
hubo un enfoque de tipo higienista, es decir,
cómo mejorar las cuestiones higiénicas y
de salubridad de la población que vivía en
la extrema pobreza en ranchos, conventillos
54

foros

y cités. También hay iniciativas de parte protección, afecto, entendimiento,


de la Iglesia Católica y otras entidades participación, ocio, creación, identidad,
filantrópicas. Luego vino un enfoque libertad.
sectorialista, (abordar los problemas sociales
por separado: vivienda, salud, educación, La vivienda es también un bien económico que
etc) cuando en Chile se empiezan a crear permite afectar la eficiencia de un satisfactor.
los primeros organismos gubernamentales Dentro del esquema de los satisfactores
preocupados del tema de la vivienda junto están las necesidades, los satisfactores y
con las influencias del movimiento moderno los bienes económicos. Estos tres planos se
en arquitectura. Hay también, primeras interrelacionan, son dinámicos (cambian en
iniciativas en este sentido desde algunas el tiempo); y son parte y están en función
industrias que empiezan a darle vivienda de una cultura. Por lo tanto, una primera
a sus trabajadores y posteriormente ya lo consideración al respecto, es pasar de un
hacen los gobiernos de la época. enfoque sectorial a un enfoque con ese valor
agregado ya señalado: y apuntar a un Diseño
Después de ese enfoque sectorialista Residencial, ya que una política habitacional
aparece el estructuralista, que proponía en donde se definan los “mínimos” debería ser
cambiar las condiciones políticas, luego, parte de una política social.
las transformaciones de la vivienda, que
respondían a los sistemas políticos; es decir, Creo que esto último es lo que ha pretendido
cambiar las condiciones de la sociedad para lograr el programa gubernamental Chile Barrio.
tener una mejor habitabilidad. Se puede Esa iniciativa y sus ideas basales habría que
decir que es fundamentalmente el enfoque llevarlas a los componentes de una política
del gobierno de Allende entre el ’70 y el ’73. mayor. Después y para continuar con ese
En el gobierno militar, y en adelante, vuelve valor agregado a la política habitacional y su
nuevamente el enfoque sectorialista. perspectiva, habría que ampliar la comprensión
del modelo habitacional. A nuestro juicio
Para hablar de mínimos para una vivienda hay dos grandes ejes que tienen que ver con
habitacional habría que, a mi juicio en este modelo: En una dirección horizontal,
estos momentos y en adelante, revisar el están los componentes del hábitat residencial
enfoque con el cual hemos desarrollado y, en otra, vertical, las fases y ámbitos del
la política habitacional; es decir, terminar proceso habitacional. Se pueden distinguir
el enfoque sectorialista (donde los tres componentes: la dimensión territorial, la
ministerios entran a operar por separado) dimensión sociocultural y la dimensión político-
y mejorar la condiciones de vida de las económica, como tres aspectos fundamentales;
personas de más bajos recursos con un y en el otro eje, una serie de fases, etapas o
enfoque integral, lo que puede significar ámbitos de los procesos habitacionales tales
muchas cosas. Yo hablaría de pasar de como: prospección, planificación, diseño,
un enfoque sectorialista a otro con un construcción, provisión, uso y administración.
“valor agregado”, porque a nuestro juicio
el problema del hábitat es un problema Por otra parte, creo que con lo que ha
de tipo social y la vivienda es en esencia, ocurrido (un modelo incompleto) deberíamos
un satisfactor sinérgico de necesidades intentar completar en el modelo de provisión
existenciales que, a juicio de Mc Neef, habitacional en el que tenemos tres grandes
están muy bien definidas: subsistencia, esferas:
55

foros

1. Demandas. Por ejemplo, una toma de de viviendas en donde hay un equipamiento


terreno es una demanda explícita, sin complementario como almacenes, escuelas,
embargo, hay otras que no son expresadas bibliotecas, jardines infantiles, equipamiento para
en un territorio con fuerza, como los allegados actividadesjuveniles,etc.Yyaenesaépoca(1950)
(demanda latente). Una familia que vive dentro se pasó de 10 mts2 por habitante a un mínimo de
de la vivienda los acoge y eso es también una 45 mts2 por habitante.
demanda latente. Para el caso chileno, en el año 1985 el promedio
de superficie de la vivienda era de 32,5 mts2,
2. Necesidades, es una esfera que necesita ser lo que significaba 7,2 mts2 por habitante. En
cuantificada, los censos y diagnósticos son 1998 se subió de 32, 5 a 42 mts2. Y el Ministerio
buenos instrumentos. de Vivienda considera un ideal de 10 a 12
mts2 por habitante. Con esto no quiero decir
3. Las expectativas de la gente. que tenemos que tomar en consideración el
A mi juicio, hasta el momento en Chile, en modelo sueco; simplemente soy un convencido
las políticas sociales, y en ellas las políticas de que los estándares de calidad residencial
habitacionales, se han tomado en cuenta las (dentro de los cuales uno de ellos podría ser
demandas y las necesidades del habitante, pero los metros cuadrados por habitante), hay que
no se ha tomado muy en cuenta una esfera muy consensuarlos, al menos, con el Estado, los
importante: cuáles son las expectativas de la habitantes y los especialistas. Sino ¿qué estamos
gente para construir mejoras representativas y entendiendo todos los implicados por estándares
satisfactorias en este satisfactor. Tiene que ver de calidad residencial?
con la participación efectiva del habitante.
Hay que redefinir el rol de los ministerios
Hay que avanzar en la comprensión del concepto sociales, incluido el Ministerio de Vivienda,
de vivienda y hablar mejor de “alojamiento bajo un nuevo enfoque para el logro de
humano” y, dentro de esta definición, entender una mejor y efectiva calidad de vida;
habitabilidad, funcionalidad y uso. El uso en su descentralizar la acción del Estado en
forma estética, significativa y en su materialidad. política habitacional, mejorar y monitorear
Pasar del objeto vivienda al objeto satisfactor constantemente los instrumentos de
sinérgico (entendiendo la vivienda como un evaluación social y pobreza, analizar la
proceso que se comprende en su totalidad en constitución de tipologías de hogares y
el tiempo y como un problema de escala: micro, tendencias futuras de los mismos. Por
meso y macro). ejemplo, avanzamos rápidamente a ser
un país de tercera edad, los jóvenes que
Respecto de la vivienda para familias de menores quieren formar sus propios hogares, las
ingresos1 , avanzar en la definición de estándares mujeres jefas de hogar, etc. Por eso en
de calidad residencial implica investigar en el vivienda se hace necesario considerar los
concepto de calidad de vida y sus implicancias. ciclos de vida de las familias. Tiene que
Cito un ejemplo sueco: En el año 1900 la cantidad haber flexibilidad dado a que las familias se
de mts2 por habitante era de 10 mts2 por persona. van transformando en el tiempo. Hay que
En 1950 surge el concepto de unidades vecinales, considerar el aspecto de los equipamientos
entendiendo por esto pequeñas agrupaciones y habitabilidad: vivienda-trabajo, jardines

1 Según el último informe de las Naciones Unidas, en Chile el 20% más rico posee 18,6 veces más ingresos que el 20%
más pobre, lo que pone a Chile en el mismo nivel de desigualdad que Honduras, Suazilandia y Zambia.
56

foros

infantiles, microempresas, vivienda- taller, etc.


Mecanismos operacionales que se orienten
a la búsqueda de la equidad territorializada
en cuanto a que las inversiones también
beneficien a los sectores más pobres.

Otra medida a tomar es formar cuadros


profesionales que puedan trabajar
interdisciplinariamente en el problema, dada su
transversalidad.
57

a r t e

PARQUE FORESTAL S/N • Alicia Villarreal


58

a r t e

Expositora Curatoría de Arte

ALICIA VILLARREAL
Artista Visual

A
l registrar el frontis del Museo de Bellas Artes,
donde serían emplazados nuestros trabajos,
advierto la ocupación que hacen del lugar los
vendedores ambulantes, desplegando una
verdadera toma con sus mínimas construcciones. Estos
precarios dispositivos rodantes se apropian no sólo del
espacio físico, sino que, logran habitar el lugar con toda
propiedad. Es curioso que todos ellos utilicen el color rojo
para distinguirse, señalando involuntariamente, la urgencia
del problema de la subsistencia.

A partir de este hecho, tomo la estructura del banco que “el


sin casa” ocupa a veces como catre, mesa, techo o closet,
improvisando un hábitat transitorio.

El trabajo se ancla en la plazoleta del lado sur del frente del


Museo, donde se ubican tres bancos de madera dispuestos
en torno a una circunferencia cuyo trazado ornamental
se asemeja al plano de un poblado. Los bancos son
enfundados y tensados con ropas usadas de color rojo,
señalando así la falta no solo de techo sino de espacio
ciudadano, asociado a la carencia de domicilio.
59

a r t e

Imágenes Exposición MNBA


Imágenes Exposición MNBA
61

papers

Nuevas y viejas variantes en la


localización de la vivienda social
de la periferia de la ciudad de
Santiago (1906-2006).
por Rodrigo Hidalgo
Panelista Foro “Historia e Identidad en la
Vivienda Social”, MINIMO 2005
papers
62

Figura Nº1
Conventillo de María Bravo, Mapocho esquina Miraflores
(demolido por orden del Consejo) Fuente: Rodrigo Hidalgo
63

papers

E
l nacimiento de la política de vivienda en Chile está asociado a la respuesta que
tuvo que dar el Estado ante las deplorables condiciones en que vivían las clases
proletarias hacia finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Ante esta cruda
realidad y la creciente importancia que comenzó a tomar la “cuestión social”, que
se relacionó con la preocupación de los círculos intelectuales y políticos por la pobreza y las
condiciones de vida de los obreros, es que se promulga la Ley de Habitaciones Obreras de
1906 (Espinoza, 1988; Garcés, 2002). Dicha Ley es reconocida como la primera normativa
social chilena y es una de las primeras que se promulgan en la materia en el continente
americano, es más es contemporánea a iniciativas del mismo tipo que se llevan a cabo en
Europa (Hidalgo, 2005).

Teniendo como referencia el caso de la ciudad de Santiago, el presente trabajo intenta


adentrarse en el modo en que las consecuencias de la aplicación de la citada Ley se siguen
reproduciendo en la actualidad. Dicha normativa provocó, sin construir un número significativo
de viviendas y atendiendo un margen reducido de la demanda, la expulsión de los pobres a
la periferia de la ciudad. Después de un siglo, en un escenario constructivo caracterizado por
la masificación de la construcción de viviendas sociales estamos ante la misma situación. Es
precisamente teniendo en consideración esta paradoja es que pretendemos en este capítulo
adentrarnos en describir, analizar y otorgar posibles explicaciones a la situación señalada.

Ley de Habitaciones Obreras de 1906: características y consecuencias

En los aproximadamente diecinueve años de vigencia de la Ley de Habitaciones Obreras


promulgada en 1906, resalta el significativo empuje que se le dio a aquellos aspectos
vinculados a la labor higiénica que tuvo el Consejo y sus reparticiones provinciales. En efecto,
un informe efectuado por el gobierno chileno en 1926 a través del Ministerio de Higiene,
Asistencia, Previsión Social y Trabajo, para ser enviado a la Oficina Internacional del Trabajo,
permite conocer la acción higienizadora que cumplieron los mencionados entes públicos
entre los años 1906 y 1924 (Córdova, 1926). En dicho informe, se señala que en la ciudad de
Santiago se demolieron 1.626 “conventillos” (Figura Nº1), conformados por 16.713 piezas y
habitados por 46.794 personas, habitaciones que en contraste no fueron repuestas por la labor
constructiva del Consejo.

Otra de las funciones que le otorgó la ley de 1906 a los consejos fue la de incentivar la
64

papers

construcción de habitaciones higiénicas y baratas, mediante la construcción directa o el


fomento a las sociedades y empresas. La periferia fue para los promotores inmobiliarios
vinculados a las operaciones de viviendas para obreros y para el Estado el sitio más buscado
para materializar las edificaciones baratas; ello principalmente estuvo motivado por los bajos
costos del suelo asociados a esos lugares.

La Ley dejó un amplio margen a la acción de los agentes privados, quienes impusieron un
particular diseño en sus intervenciones que privilegiaron el rendimiento del suelo por unidad
construida, dando a lugar una tipología residencial característica del área central de la ciudad
de Santiago que fue el “cité”, que se define como un “conjunto de viviendas, generalmente de
edificación continua, que enfrentan un espacio común, privado, el que tiene relación con la vía
pública a través de uno o varios accesos. Su denominación tiene como origen esta forma especial de
relacionarse con el espacio público que recuerda la ciudadela medieval amurallada” (Arteaga, 1985).

Respecto de los efectos en la conformación de espacio residencial de la ciudad queda


preguntarse por las consecuencias de estas intervenciones en la geografía social de la ciudad.
Si analizamos la Figura No2, nos percatamos que los grupos más pobres fueron expulsados
hacia la periferia de la ciudad. Es decir la demolición de conventillos y construcción de “cités”
llevaron a los grupos sin poder de pago a localizaciones situadas en los márgenes de la ciudad,
incrementando en dichos lugares el arriendo de sitios y otras formas de habitación precaria (De
Ramón, 1992). Dicho en otras palabras luego de la demolición de conventillos los analfabetos
son expulsados hacia a la periferia luego de la acción “higienizadora” o demoledora de
conventillos que llevó adelante la Ley de 1906. Al mismo tiempo en aquellas áreas saneadas se
construyeron “cités” que fueron habitados por población “alfabeta”.

La política de vivienda social hacia el año 2006: características y consecuencias

Cien años han transcurrido desde la promulgación de la Ley de 1906 hasta el 2006, período
en el cual se han ensayado las más diversas soluciones al problema de la vivienda. Ellas
han involucrado diseños arquitectónicos, que demuestran los desvelos de los profesionales
encargados de ellos y las necesidades tanto de los beneficiarios como de los recursos
económicos comprometidos en la materialización de los proyectos. En esta lapso las soluciones
al problema de la vivienda en lo urbanístico van desde la ciudad jardín hasta la el racionalismo
“lecorcubuseriano”, que dejó su impronta inconfundible en la ciudad de Santiago, con conjuntos
que fueron diseñados por discípulos directos de Le Corbusier, ejemplo de ello es la Villa Portales
ideada por Eduardo Castillo Velasco, que se edificó a inicios de la década de 1960.

También en ese lapso ocurrieron acontecimientos que marcaron en su momento la política de


vivienda y que fueron producto de su incapacidad por cubrir el cien por ciento de la demanda
a través de unidades terminadas. Este último aspecto estuvo representado por la emergencia
de los movimientos sociales que presionaron por alternativas de vivienda de rápida solución.
La repuesta desde el Estado estuvo dada por la autoconstrucción a través de la erradicación,
traslado paulatino de la población hacia nuevas viviendas, o el saneamiento in situ, es decir
otorgando conexiones a los servicios de urbanización, como agua potable, alcantarillado y luz
65

papers

eléctrica (Haramoto, 1983).

Con el advenimiento de la democracia (1990) el problema de la vivienda social estuvo centrado


entonces en como abordar el ingente déficit de viviendas y el principio de acción estuvo
centrado en construir el mayor número de viviendas que fuera posible. Entre 1990 y 2002 se
construyeron más de 1 millón 270 mil, reduciendo el déficit a algo más de 242.000 viviendas
(Ravinet, 2004). Si bien es cierto que los logros cuantitativos de la política de vivienda en la
citada década están a la vista -muchos chilenos salen de la marginalidad habitacional, lo que
redunda en una mejoría de las condiciones de salubridad de la población de bajos ingresos-
es precisamente sobre los principios que ella descansó donde se observan también las
principales debilidades y por consiguiente los flancos que sustentan las substanciales criticas
realizadas (Ducci, 1997; Rodríguez y Sugraneys, 2004). En este sentido, la edificación masiva
de viviendas sociales trajo aparejada una serie de dificultades que repercuten tanto en la
administración de los programas como en la población beneficiaria. Al respecto, cabe resaltar
la pérdida del “sentido del lugar” de un contingente importante de la población beneficiada,
generando ghettos urbanos periféricos estandarizados que caracteriza, hoy en día, el espacio
urbano de la periferia pobre de Santiago: un espacio normalizado, carente de vitalidad y con
bajos niveles de interacción social.

Pese a que el retorno de la democracia significo nuevas posibilidades para cambiar el rumbo
de las políticas habitacionales, durante la década de 1990 se continuó con el patrón de
localización ya iniciado en las décadas anteriores. En el caso de Santiago se continuaron
acumulando las viviendas sociales en contados lugares de la ciudad y para hacer rendir el
“recurso suelo” se construyeron conjuntos que en algunos casos superaban las 1000 viviendas
(Hidalgo, 2007).

A fines de la citada década se entra a un nuevo estadio en lo que a localización de estos


conjuntos se refiere y tiene relación con su construcción casi exclusiva de viviendas sociales
en comunas situadas en espacios periurbanos o rurubanos. Dicho en otras palabras, en las
áreas metropolitanas de Chile las viviendas sociales prácticamente ya no tienen posibilidades
de construirse en el límite de la mancha urbana, sino que se levantan en espacios distantes
de la frontera edificada de la ciudad, tanto en el medio rural como en las ciudades menores
existentes en los confines de las grandes conurbaciones (Hidalgo, 2007).

Las formas de la segregación y de la separación de los pobres respecto del universo urbano el
cual tradicionalmente se han ubicado los conjuntos de vivienda social son ahora diferentes, si
antes lo hacían en barrios ya asentados o cercanos a ellos, ahora se materializan alrededor de
los núcleos poblados menores del anillo exterior del área metropolitana. Pese a las esperanza
que trajo consigo el advenimiento de la democracia, la mayoría de los problemas que se
denunciaron e las décadas pasadas como el aumento de las distancias respecto de los lugares
de servicio y el rompimiento de la matriz de las relaciones sociales primarias y secundarias
como consecuencia de la inadecuada localización en los límites de la gran ciudad, ahora se
potencian con mayor fuerza, en vez de corregir se reproducen contrariedades estructurales
como consecuencia de una supuesta escasez de suelo.
66

papers

En el caso del área metropolitana de Santiago desde la segunda mitad de la década de los
noventa nos encontramos con un importante crecimiento de las viviendas sociales en las
comunas de su periferia, principalmente debido al avance y consolidación de una política de
libre mercado que repercute, con fuerza, en todas las iniciativas sectoriales impulsadas por
el Estado de Chile. Si tomamos un marco temporal de referencia mayor, entre 1984 y 2002,
se puede acotar que la cantidad de viviendas sociales progresivamente ha disminuido, para
el conjunto de comunas que conforman la mancha urbana continua (Figura Nº3). En este
sentido, según el análisis de la estadística de edificación de las viviendas sociales (Cuadro
Nº1), se puede señalar que la disminución aparente de las viviendas construidas en el área
metropolitana del Gran Santiago es en realidad el desborde de la vivienda social a las comunas
periféricas de la gran conurbación santiaguina. Los datos aludidos muestran, en primer lugar,
que en el período 1978-1983 se edificaron en dichas comunas 3.467 viviendas, entre 1984-
1989 5.575, en el lapso 1990-1995 10.628 y entre 1996-2002 9.076 unidades. Aunque muchas
de estas viviendas son para población que efectivamente reside en las localidades asociadas
a esas comunas, las cifras señaladas no dejan duda que la vivienda social ya no se localiza
preferentemente en la periferia inmediata de la ciudad, sino que se comienza a ubicar en
aquellas comunas que limitan con el área metropolitana propiamente tal.

La pregunta que aparece luego de esta breve descripción del comportamiento de la


construcción de las viviendas sociales en la periferia metropolitana es ¿cuáles son las
consecuencias socio espaciales de esta nueva localización?. Al analizar la información de la
aplicación del Índice de Desarrollo Socioeconómico (IDS) para el período 1992-2002, podemos
afirmar que ahí donde se construyeron conjunto de viviendas social el IDS descendió, se
mantuvo o subió levemente, cuestión que nos lleva a afirmar que estos conjuntos residenciales

Cuadro Nº1.
1978-1983 1984-1989 1990-1995 1996-2002 Total
Viviendas sociales construidas en
comunas del interior y exterior del
área metropolitana del Gran Santiago. 3467 3575 10628 9076 26746
1978-2003 (1)

Viviendas sociales construidas en


comunas externas al Área
Metropolitana del Gran Santiago,
1978-2003 (2) 37908 68804 55268 37369 199349

(1) Estas comunas son: Colina, Peñaflor, Padre Hurtado, Melipilla, Talagante, Buin, Paine, El
Monte, Lampa, Isla de Maipú, Curacaví, Til-Til, San José de Maipú, María Pinto, Calera de
Tango, Pirque, San José de Maipo y Alhué.

(2) Puente Alto, La Pintana, San Bernardo, La Florida, Maipú, Pudahuel, Renca, El Bosque,
Peñalolén, Quilicura, La Granja, Lo Prado, Macul, Cerrillos, Cerro Navia, Lo Barnechea,
San Ramón, Conchalí, Lo Espejo, Estación Central, Las Condes, Pedro Aguirre Cerda,
Huechuraba, Santiago, La Reina, San Joaquín, La Cisterna, Ñuñoa, Providencia, Recoleta,
San Miguel y Quinta Normal.
67

papers

son motores de un cambio regresivo de los espacios donde se ubican.

La política mercantilista de uso del suelo urbano impuestas desde los mediados de los ochenta
en adelante expulso a las viviendas sociales cada vez más lejos de la ciudad. De esta manera
comunas periurbanas comenzaron a recibir nuevos habitantes que, debido a su condición
de pobreza, disminuyen la condición socioeconómica de la comuna y específicamente de las
zonas censales que habitan. Este proceso se observa al comparar los valores del IDS de las
zonas con viviendas sociales para los años 1992 y 2002. Se ve que en el año 92 las zonas
con presencia de conjuntos de viviendas sociales tenían un mayor IDS que el resto, mientras
que después de una década esta situación se invierte y la influencia de la vivienda social
en las zonas censales se hace latente. La evidencia empírica muestra una relación entre la
generación de focos pobreza y las políticas habitacionales del Estado. Hay que considerar,
también, que en muchos distritos censales se construyeron condominios cerrados y vigilados,
reduciendo la segregación espacial pero manteniendo la segregación social. En estos casos,
las cifras pueden denotar un aumento del IDS, pero éste no es consecuencia de un proceso
actuando a nivel de distrito censal, sino consecuencia del emplazamiento de sectores medio y
medio-alto que se auto-excluyen, física y simbólicamente de la población más pobre.

Entonces estamos en presencia de la construcción de una verdadera precariopolis estatal,


que además de presentar bajos indicadores objetivos de calidad de vida –medidos a través
de los componentes del IDS- ella presenta otros problemas que se ven reflejados en la Figura
Nº4, que muestran la asociación de los lugares donde se construye la vivienda social con
aspectos de la base económica y de la dependencia funcional de actividades de estudio y
trabajo. En concreto, los conjuntos de vivienda social se localizan en distritos censales con
una alta proporción de población en cesante o en paro. A su vez son lugares “sometidos” a
los servicios y fuentes de trabajo que se dan al interior del área metropolitana o en la ciudad
consolidada, debiendo muchos de sus habitantes recorrer grandes distancias para satisfacer
sus necesidades laborales y de educación.

Consideraciones finales y alternativas propuestas

El contrapunto pretendido hacer en este trabajo es poner el relieve la forma en que se han
reproducido las consecuencias socio espaciales provocadas por la política de vivienda social en
Santiago de Chile, teniendo como referencia los efectos provocados en la geografía social de la
ciudad tanto por la Ley de Habitaciones Obreras de 1906 como por la actual política de vivienda.

La aplicación de esta última normativa provocó la demolición casi irrestricta de los “conventillos”
insalubres y construyó escasas viviendas por iniciativa directa, por cada 1,5 piezas o
habitaciones derribadas se levantó sólo una durante 1906 y 1925. Esto provocó una expulsión
de estos habitantes a la periferia de la ciudad y los espacios que ellos dejaron en su interior
fueron ocupados por una población diferente, alfabeta, que es muy probable que haya ido a dar
a los “cités”, que fueron viviendas fomentadas la Ley de 1906, pero que para acceder a ellas se
necesitaba de un determinado poder adquisitivo.
68

papers

A pesar de que las políticas habitacionales en las primeras décadas del siglo XX no
alcanzaron a solucionar en su integridad la carencia de viviendas de las clases sociales
más pobres del país; desde la perspectiva del presente trabajo, creemos que en el período
analizado se dieron importantes pasos para ir generando una institucionalidad pública y social
en torno al problema habitacional, que estuvieron representados por el reconocimiento de las
demandas de los movimientos de arrendatarios y por la puesta en marcha de iniciativas de
intervención directa por parte del Estado en la construcción de casas baratas.

Después de un siglo la operatoria del mercado de suelo asociado a las viviendas sociales
sigue teniendo similares consecuencias, pero en dimensiones y escalas espaciales muy
diferentes. Los pobres de comienzos del siglo XX se trasladaron a la periferia de una ciudad
que en 1930 bordeaba el medio millón de habitantes y su superficie las 11.000 hectáreas.
Podríamos señalar que esa es una ciudad de una dimensión casi comunal.

Hoy la situación es bastante diferente, nos encontramos con una ciudad de dimensiones
metropolitanas, donde la superficie de la mancha urbana continua es cercana a las 65.000
hectáreas y su población aproximadamente los seis millones de habitantes. Trasladarse
justamente a los confines de esta gran urbe tiene connotaciones muy diferentes, tanto
por la distancia como por el tipo de solución y espacio residencial resultante de dichas
intervenciones. Este último es de carácter monofuncional, segregado y fragmentado, que
podríamos denominar “precariopolis estatal”, definida por la presencia de los servicios
de urbanización, electricidad, agua potable, luz eléctrica y en algunos casos calles
pavimentadas. En estos lugares, la población habita en residencias con tamaños cuyo
promedio no supera los 45 m2 edificados y por la ausencia del resto de clases sociales,
equipamientos y algunos servicios básicos y no básicos, como colegios, centros de salud,
áreas de esparcimiento y centros de comercio, entre otros.

En base a lo anterior podamos señalar que la construcción de viviendas sociales en las comunas de
la periferia del área metropolitana de Santiago es un nuevo estadio que no sabemos a donde nos
conducirá, no solo términos del tipo físico de ciudad –sus edificaciones, servicios y equipamientos-
sino que también en el ámbito social, serán los nuevos guetos de acumulación de pobres que ahora
estarán aún más distantes de la ciudad tradicional. Tal vez esta tendencia no pueda ser revertida,
pero por otro lado tampoco se debería cerrar el paso a la localización de viviendas sociales al interior
de la ciudad de Santiago, bajo principios de equidad socio espacial, teniendo como elemento de
unión de la política habitacional no solo el derecho a la vivienda sino también a la ciudad.
69

papers

Capadilla El Salto

Arenal

Figura Nº2. Las Condes


Tasa de alfabetismo

Capuchinos
San Rafael
Recoleta
por subdelegaciones y

Mercado San Pablo


construcción de “cités” en

Teatro Municipal

Santa Lucía
El Comercio
Santa Ana
Santiago. Cajitas de

Moneda
Negrete
agua

Yungai

Escuela Militar
Quinta Normal

Mercado San Diego


Ejército Libertad
Gasómetro

San Francisco

Ollería
Arturo Prat
San Ignacio
Padura
Ugarte

Escuela María
Santa Rosa

Matadero
Tasa de Alfabetismo
Chuchunco

Parque Cousiño
por subdelegaciones
Santiago - Censo 1920

Porcentaje de
Alfabetismo
37,47-51,25
51,28-68,81
68,82-80,67
80,68-89,41

Capadilla El Salto

Arenal

Las Condes
Capuchinos
San Rafael

Recoleta
Mercado San Pablo

Teatro Municipal

Santa Lucía
El Comercio
Santa Ana

Cajitas de
Moneda
Negrete

agua

Yungai
Escuela Militar

Quinta Normal
Mercado San Diego
Ejército Libertad

Gasómetro
San Francisco

Ollería
Arturo Prat
San Ignacio

Padura
Ugarte
Escuela María

Santa Rosa
Matadero
Chuchunco

Parque Cousiño
Simbología
Cités
70

papers

Figura Nº3.
Comunas de la periferia metropolitana
de Santiago de Chile.

Comunas áreas de estudio


RM - Censo 1920

Área urbana de Stgo.


Área de estudio
Límite comunal

Figura Nº4.
Localización de vivienda
sociales en la periferia
metropolitana de Santiago _
población cesante o en paro
distrito censal, 2002.

Porcentaje de Cesantía
RM - Censo 1920

243-8,18
9,19-12,12
12,12-24,78
24,78 y más
Viviendas Sociales
Área urbana de Stgo.
Límite comunal
71

papers

Referencias bibliográficas

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papers
Demolición Villa El Volcán • Fuente: www.lanacion.cl 72
energía eléctrica

agua potable
alcantarillado

servicios
Acceso a

básicos
en campamentos
2,3% 66,6% 40,9%
“...Uno llega del trabajo todo sediento, con
pescar los
ganas de bañarse y hay que

tarros e ir a bañarse en el
baño de pozo negro que tenemos
en la casa. Pescar el jabón y el shampoo y
pegarse una refregá.

Ansío una ducha


como corresponde ,con llegar del trabajo y
sentir que el agua corre.

Pienso que tiene que ser digno


ducharse…”
PEDRO PASTEN,
poblador de campamento
75

diseño

Diseño Mínimo

ALBERT TIDY
Jurado Concurso, MINIMO 2005

E
ntre noviembre del 2002 y enero
del 2003, veintiséis artistas y
arquitectos de todo el mundo
fueron invitados por la curatoría
de Hans Ulrich Obrist, para intervenir
temporalmente la casa del arquitecto Luis
Barragán en ciudad de México. Las diversas
intervenciones que se situaban tanto en
el interior como el exterior de la vivienda
ícono de la arquitectura contemporánea
latinoamericana, exploraban los territorios
yuxtapuestos del arte y la arquitectura.
Entre nombres connotados como Gilbert
and George, Kazuyo Sejima, y Hani Rashid,
había una discreta intervención de una joven
artista mexicana llamada Carla Fernández,
que se ubicaba en el “cuarto blanco” de la
paradigmática casa. Su propuesta consistía
en la disposición de telas indígenas
cuidadosamente ordenadas sobre la cama
existente, para ser utilizadas con el doble
propósito de manta y ropaje para el visitante.
La intervención se denominó “Ropa de Cama”
y pretendía reflexionar en torno a la belleza
de lo precario: “Los indígenas mexicanos
76

diseño

piensan en cuadrados y en rectángulos. Si


tomas cualquier pieza de su indumentaria
y la deconstruyes, es un paralelepípedo”
afirma la artista. La razón de esto es
porque el trabajoso tejido del telar define
formatos ortogonales que son aprovechados
íntegramente, ya que la incorporación de
curvas o diagonales implicaría cortes y
despuntes que constituirían una pérdida
innecesaria del valioso material.

Recuerdo haber leído en una entrevista


que le hicieran a Kazuyo Sejima donde
le preguntaban la razón del porqué su
trabajo era predominantemente basado
en geometrías ortogonales. Ella respondió
que el resultado formal tenía que ver con el
silla favela / hermanos Campana

origen geométrico de los insumos, ya que


generalmente los materiales de construcción
vienen dimensionados en formatos
rectangulares. Además agregaba que los
encuentros ortogonales eran más fáciles y
baratos de resolver, comparados a soluciones
de geometrías más complejas. Estos detalles
determinan la calidad de la obra de Sejima
que se caracteriza predominantemente por su
belleza reductiva y ligereza formal1.

La respuesta de Sejima hoy me parece


coincidente con el comentario de la
intervención de Fernández ya que ambas
observaciones apuntan hacia lo mismo: la
belleza que habita en lo simple. La belleza
como definición, poco tiene que ver con
la superficie de las cosas que definen su
apariencia, de hecho Auguste Rodin la
define como “la verdad que trasparece bajo
la forma”, es decir, en la honestidad y la
lógica que se refleja en el resultado formal
de un objeto como respuesta a un proceso
constructivo. Pienso en consecuencia que
es más probable encontrar la belleza en el

1 Revista El Croquis. Monografía SANAA. Kasuyo Sejima


+ Ruye Nishisawa
77

diseño

concepto de mínimo con mayor frecuencia definía como patrones comunes la utilización de
que en el concepto de lo máximo, lo cual formas reductivas, la repetición de elementos,
resulta extraordinariamente esperanzador el uso de nuevos materiales y la aplicación de
en el sentido de que la belleza no sólo está procesos industriales de producción2. En ese
reservada para la pequeña minoría que habita sentido, el arte minimalista se asociaba a ideas de
en el concepto de lo máximo. igualdad, bajo costo y producción seriada.
Treinta años más tarde, el concepto de
Hacia finales de la década del sesenta los minimalismo se alejó de su origen masivo, para
artistas plásticos (generalmente provenientes situarse en el extremo opuesto del lujo y la
de la Europa de la post guerra), irrumpieron en exclusividad. Diseñadores como GiorgioArmani,
la escena del arte neoyorkino con propuestas Calvin Klein y Helmut Lang fueron los autores de
que se validaban por sí mismas, alejándose del la contradicción plástica que permitió edificar
agotado discurso del expresionismo abstracto y imperios de la alta costura y el pret á porter.
el pop art que hasta ese momento dominaban
la escena intelectual, ya que para ellos el valor Lo máximo se relaciona generalmente con la
de la obra radicaba en la experiencia visual abundancia y el exceso, en cambio lo mínimo
del observador. “Lo que ves es lo que ves” se tiene que ver con una operación de sustracción,
transformó en la consigna de un grupo de que en sí misma puede constituir un acto de
artistas. Por ejemplo, Carl André basó su trabajo elegancia. No es necesario ejemplificar casos
en el cuidadoso ordenamiento de elementos arquitectónicos de opulencia que constituyen
ordinarios y repetitivos como piedra y madera aberraciones plásticas y manifestaciones de
dentro de un recinto especialmente escogido. abierto analfabetismo estético, ya que la historia
De este modo, la obra trascendía a su propia de la arquitectura está plagada de ellos. En
configuración para convertirse en un elemento cambio es frecuente encontrar belleza en lugares
modificador del espacio que lo contenía. Del donde la economía y la eficiencia han sido
mismo modo, Dan Flavin inundó de color las las únicas directrices que han determinado el
salas de exhibición descontextualizando tubos resultado estético de objetos y construcciones
fluorescentes de uso doméstico e industrial, vernáculas, que alejadas de la academia son
en perfectas configuraciones geométricas. manifestaciones de belleza inigualable. No
Donald Judd, en tanto, provocó con sus puedo dejar de pensar por ejemplo en la estética
misteriosos paralelepípedos seriados, repetidos de la Silla “Favela” de los hermanos Campana,
ó aislados, tanto en espacios interiores como en desarrollada para la empresa italiana Edra, donde
contraposición con el paisaje. la estética del caos se reinterpreta en un objeto
de alto diseño celebrado por la escena Europea.
En un principio la crítica especializada subestimó
el incipiente movimiento (al cual consideró Nuestro extenso territorio, desde el altiplano a la
vacuo, pobre y carente de propuesta), llegando patagonia, es testigo de asentamientos humanos
incluso a bautizarlo como el “abc art” en un tono modestos y hermosos al mismo tiempo. Es
abiertamente irónico y despectivo. No fue hasta más frecuente encontrar falta de belleza en las
1965 cuando por primera vez el filósofo de arte periferias urbanas, donde la desigualdad extrema
Richard Wollheim acuñara el término de “Minimal transforma lo modesto en indigno y donde la
Art” como título de uno de sus ensayos, donde pobreza eclipsa cualquier manifestación de
belleza. Es aquí donde aparece la iniciativa de
un grupo de jóvenes entusiastas que intentan
2 Arte Minimalista, Daniel Marzona. Editorisal Taschen,
2004 conectar el alejado mundo de las aulas con el
78

diseño

bien común de los más necesitados. El Programa


Mínimo es un esfuerzo colectivo para pensar
en los cinco millones de chilenos que habitan
viviendas sociales, marginados del concepto de
lo máximo, para descubrir una forma de poner
en valor la dignidad de la vida sencilla y modesta.
El Programa Mínimo no es una acción de caridad,
sino un ambicioso proyecto que busca elevar la
calidad de vida de compatriotas que no conciben
como posibilidad presupuestaria la compra de
equipamiento básico como una silla, una cama o
una mesa, y que solucionan de manera precaria
el problema de falta de espacio con elementos
de desecho e improvisación.

Si ponemos atención a la tipografía escogida


para la iniciativa MINIMO3, observamos que ella
descarta la complejidad de la curva y la fuerza
de la diagonal en sus caracteres, recurriendo
exclusivamente a la geometría del ángulo
recto para construir cada una de sus seis letras.
Incluso la configuración es capaz de omitir la
mitad de ellas, reemplazándolas por el vacío
intersticial que adquiere significado tipográfico.
El resultado lejos de ser precario, es bello y
sofisticado en su simpleza reductiva. Del mismo
modo que la artista Carla Fernández agrupa con
habilidad las mantas sobre una cama para que
éstas puedan ser utilizadas como vestimenta
de las más diversas configuraciones, MINIMO es
una invitación a repensar el equipamiento de
viviendas básicas, no desde el punto de vista
estético, sino más bien desde el punto de vista
ético del diseño.

3 Proyecto tipográfico, Cristian Sanhueza PORTA 4


79

diseño

CATEGORÍA
ESTUDIANTES

8 6

7 9

6 Multicapas - Matteucci + Reyes

7 Cama Madriguera - Ruiz

8 Módulo Multifuncional - Aranguiz


9 15 cm - Gajardo
80
PROTOTIPOS
diseño

1
• Nombre Proyecto: Multicapas
• Categoría: Estudiantes

lugar
• Autores: Manuel Matteucci + Rodrigo Reyes
81

armado diseño

materiales
B C
38

48

12

42

42
Planchas
MDF Ranurado 18mm 2
D E Masisa Melamina 15mm 2
Perfiles
Perfil ángulo 600x5cmx3mm 1
Perfil ángulo 600x2,5cmx3mm 4
Perfil ángulo 600x3cmx3mm 4
Perfil ángulo 600x2cmx3mm 2
vista anterior

vista anterior

Perfiles
Fonola 120x65cm 4
Ventana Aluminio 120x100cm 1
Malla Acma 100x200cm 2
Plancha de Hojalata 1
Sistema corredera Ducasse 100 2
Zincalum 1
F
vista exterior

vista interior

A + B + C + D + E = F
82
PROTOTIPOS
diseño

2
• Nombre Proyecto: Cama Madriguera
• Categoría: Estudiantes

lugar
• Autor: Marcia Ruiz
83

armado diseño

materiales

10m
2

Planchas
MDF 20mm 1/2
Cholguán 3mm 1
Cholguán perf. 3mm 1

4
84
PROTOTIPOS
diseño

3
• Nombre Proyecto: Módulo Multifuncional
• Categoría: Estudiantes

lugar
• Autor: Felipe Aranguiz
85

armado diseño

2 materiales

70

35

Planchas
Masisa Melamina bl. 15mm 2

4
86
PROTOTIPOS
diseño

M
• Nombre Proyecto: 15cm

honrosa
• Categoría: Estudiantes
• Autor: Rodrigo Gajardo
87

armado diseño

B
A

B1
materiales

A1 128

44

23

B2 Planchas
Masisa Melamina 15mm 2
OSB 15mm 2

A2

B3 C
A3

A3 + B3 = C
88

diseño

Equipamiento para una Vivienda

HERNÁN GARFIAS
Jurado Concurso, MINIMO 2005

L
a carrera de Diseño Industrial va una calidad y sensibilidad que llegue a tocar a
tendiendo cada vez más a desarrollar, sus usuarios.
en sus programas académicos,
la natural tendencia del diseño El diseño dejó de ser un lujo para algunos, y ya
de equipamiento; esto debido a que el gran en la segunda mitad del siglo XX se transformó
mercado de proyectos en nuestro medio nacional en parte del diario vivir de toda la gente. Allí está
abarca mayoritariamente este segmento. el lápiz Bic, el clip para papeles, el perrito para la
ropa, el auto Escarabajo y la vivienda Elemental.
Es por ello que el concurso MÍNIMO para Las lecciones de la escuela alemana Bauhaus
estudiantes universitarios de diseño sirve para pretendieron encontrarse con la revolución
valerse del conocimiento en la aplicación de industrial y enseñar que se podía hacer diseño
nuevas tecnologías y materiales, que con democrático, a partir de los nuevos materiales
mucho ingenio, puedan ser capaces de lograr de fabricación masiva. Los metales de formas
productos de bajo costo y de sencilla belleza. tubulares, las maderas laminadas, los cueros
económicos, la cerámica y el vidrio, pasaron a
Si uno se detiene en la silla Red and Blue de reemplazarlascaobas,losmármoles,lastapicerías,
Gerrit Rietveld, puede allí descubrir la esencia los cristales tallados y las finas porcelanas.
del diseño de mobiliario más resumido en sus
condiciones mínimas, a partir de un ensamblaje Hoy día por mil pesos chilenos encuentras
de piezas de madera, que dibujan un asiento muchos diseños muy bellos, desechables y que
muy simple, pintado con los colores básicos permiten la constante renovación de los objetos,
y llegando a tener una austera comodidad. el mobiliario, el automóvil, el vestuario y sus
Hoy puede tener un precio alto como pieza de accesorios, lo que hace que la vida fluya con
colección, pero la idea de su autor era lograr más energía.
un mueble sencillo, de bajo costo, que pudiera
fabricarse masivamente. El problema es que el La belleza de esa Bodega Colgante, que fuera
mercado, que suele ser muy cruel, la instituyó el equipamiento ganador y que realizaron los
cómo pieza de museo y terminó momificándola. alumnos de la UDP, concentra toda esa lección
del diseño actual y que tiene como herencia la
Pero a partir de esa elección de austeridad de democratización de esta capacidad creativa que
Rietveld, podemos pensar que la creación de llevan los diseñadores de esta época.
mobiliario simple y de bajo costo puede tener
89

PUERTAS • Mauricio Pezo & Sofia Von Ellrichshausen


90

a r t e

Expositores Curatoría de Arte

MAURICIO PEZO &


SOFÍA VON ELLRICHSHAUSEN
Arquitectos

120 MÁS 36

L
a obra es una estructura espacial uniforme de perfiles
tubulares de acero (de sección cuadrada de 50mm)
y 120 puertas estándar de madera (de 75 x 200cm).
Las puertas se ordenan en cinco perímetros continuos
y consecutivos; el primero con cuatro frentes de diez puertas
cada uno y, hacia adentro, de ocho, seis, cuatro y dos.

Estos cinco perímetros operan como cercos que confinan una


secuencia progresiva de profundidad e interioridad del espacio.
Desde afuera el perímetro mayor, conforma un bloque compacto
horizontal. En el interior el espacio se cierra lateralmente y queda
abierto al cielo y al suelo natural. Esto establece una serie de
recorridos por estrechos espacios (verticales en sección), que
se disuelven en un espacio cúbico central, dentro del perímetro
menor. Con todo, lo que en realidad buscábamos era una manera
de dar cuenta de lo relativo y artificioso que resultan las distinciones
limítrofes en una obra de arquitectura y, por extensión, en una de arte.

Nos rondaban esos sencillos dibujos que Van der Laan usaba
para explicar las distancias que circundan el cuerpo. También
ese célebre ciclo de pinturas negras de Stella. En el fondo,
91

a r t e

Imágen Exposición MNBA


92

a r t e

nos preocupa descubrir esos puntos de transmisión, o de


fricción, entre un lugar y otro.

Vemos las puertas como un punto de inflexión que subvierte


temporalmente la definición del espacio, incorporando una
dimensión dinámica en la construcción de los muros de una obra
de arquitectura. Algo así como una llave que regula la fluctuación
de fuerzas. El proyecto contemplaba un programa: el primer
día dejábamos todas las posibilidades abiertas, luego íbamos
bloqueando cuatro puertas por día. Para ello, dispusimos una
serie de circuitos según un esquema aleatorio de clausura.
Así, se encontraban puertas con los cerrojos echados, otras
abiertas de par en par. Los umbrales parecían multiplicarse
sin una dirección predominante ni un lugar geométrico preciso
que sirviera de referencia. Sólo se arribaba al fondo, a un
centro vacío, para entender que el único destino cierto de
entrar en la obra era comenzar a salir de ella. Aquí la obra
cobraba un sentido circular.

Es el vidrio o el paisaje, decía Ortega y Gasset. Esto es


una delicada voluntad de lectura. Al parecer, quien concibe
una obra de arte establece el grado de hermeticidad de
su espacio contenido. Pero la realidad es más firme y nos
demuestra que la apertura de cualquier obra depende,
finalmente, del interés de quien decide entrar en ella.

En definitiva, luego de un breve montaje, todas las puertas fueron


donadas para ser usadas en viviendas sociales. La estructura
metálica fue lo único que permaneció en el parque, aparentemente
indestructible por su desnudez o, como decía Breuer de sus sillas,
120P • Furente: Mauricio Pezo & Sofía Ellrichhausen

porque su volumen no ocupa ningún espacio.

036P
Una estructura regular de acero de 320x320x210cm (con barras
tubulares de sección cuadrada de 50/50/2) y 36 puertas de
60x200cm (con marcos de doble ángulo de 25/25/3 y malla
electrosoldada 5/15). Las puertas se disponen en tres perímetros
sucesivos, con 20 puertas el exterior, 12 puertas el intermedio y
4 puertas el interior. Cada puerta tiene su propio candado, cuyo
cerramiento multiplica los posibles recorridos a través de la obra.
Al igual que en 120P, exploramos las líneas limítrofes del espacio;
los puntos de contacto y separación entre público y privado,
entre propio y ajeno. A diferencia de 120P, cuyas puertas
ocultaban el interior, en esta versión el espacio interior se cierra y
se expone simultáneamente.
93

a r t e

La transparencia visual de las mallas de alambre establecen


un confinamiento relativo: son divisores, cerramientos, pero a
la vez son rejas que hacen del interior una celda, una prisión.
Esto, cubrir la intimidad con sucesivas rejas, es habitual en las
viviendas de sectores deprimidos, donde la violencia, el peligro,
está asociado con el exterior, con el espacio público.

Cuando la violencia, los crímenes o los asaltos pasan a ser


condiciones frecuentes del espacio público, la ciudad deja
de ser un bien común. Esto muchas veces se da en sectores
sociales vulnerables; las calles y plazas se convierten en un
lugar hostil, en un espacio asociado al peligro, a la inseguridad,
frente al cual es necesario protegerse. Así, las casas comienzan
a estar cubiertas de una serie de dispositivos de control penal,
entre rejas y cercos, que comienzan a hacer del espacio
privado unas celdas cada vez más confinadas.

Las líneas difusas del bienintencionado plan colectivo de la


modernidad, pasan a ser unos límites categóricos de la propiedad
interior, o más bien unos cerramientos defensivos, que sólo pueden
ser vulnerados por quien posea la llave que clausura cada puerta.
036P • Imágenes Exposición MNBA
95

foros

“La Habilitación Social:


un desafío para los
programas de vivienda
social”
por Claudia Ayala
Panelista Foro “Vida comunitaria y
organización de espacio mínimo”

L
as familias beneficiarias de vivienda de la red social -y particularmente un apoyo a la
social enfrentan usualmente una inserción laboral-, concurran a ese propósito.
serie de dificultades, derivadas de
su historia de pobreza y precariedad La mayoría de las familias de asentamientos
habitacional. Tienen problemas de acceso precarios y campamentos están acostumbradas a
a los servicios básicos, desconocimiento de vivir en una situación de informalidad; el cambio
las redes sociales de apoyo y de la oferta en la condición habitacional de la población
pública y privada de bienes y servicios a los representa o implica cambios profundos en el
que tienen acceso. Adicionalmente, una vez sistema de vida, en los patrones de socialización
obtenida la vivienda, presentan problemas y de convivencia social, que no son asimilados
para asumir los nuevos gastos que demanda automáticamente y que de no ser oportuna y
la casa propia, carecen muchas veces de positivamente internalizados pueden significar
los conocimientos prácticos y técnicos que un empeoramiento de la calidad de vida y de las
permiten mejorar y mantener adecuadamente mismas condiciones que se buscaba mejorar.
la vivienda, considerando que no poseen
los recursos económicos para contratarlo, En esta lógica, el Asentamiento Precario como
al tiempo que desconocen las formas de Unidad de Intervención, representa una opción
utilización y gestión de los espacios comunes. estratégica para trabajar con las comunidades,
hecho que faculta abordar problemáticas
Asimismo, las familias que viven en sociales asociadas a la pobreza y al hábitat,
asentamientos precarios se encuentran en que son relevantes desde el punto de vista
una condición de pobreza compleja, en la del mejoramiento de la calidad de vida y de
que se superponen una serie de carencias las oportunidades de integración social de
materiales con la fragilidad de las estrategias los sectores más desposeídos. Problemáticas
de sobrevivencia basadas en la informalidad, como la convivencia social en los barrios, la
la inestabilidad y la marginación de las participación de la población en los problemas
oportunidades reales que puede ofrecer la locales, o la seguridad ciudadana, entre otros
sociedad. Esta condición exige que se desarrolle tantos que afloran fruto del propio proceso
una labor integral de habilitación y, por eso, se de intervención en el ámbito habitacional,
hace imprescindible que diversos mecanismos son elementos clave para la consolidación de
96

foros

comunidades sustentables que aporten una la experiencia de trabajo en los ámbitos de


mejor base o punto de partida para las nuevas focalización territorial, intersectorialidad y
generaciones que allí se desarrollan, además participación comunitaria. El Servicio de
de contribuir a la creación de capital social y Apoyo al Desarrollo del Barrio, fundamental
de ciudadanía. en esta tarea, corresponde a una línea
de apoyo técnico en terreno que tiene
De esta manera, los procesos de habilitación por objetivo central promover y facilitar
social son relevantes para apoyar esta la participación activa de la población del
transformación (que significa transitar de asentamiento y de las otras instancias
una situación de irregularidad a convertirse locales pertinentes, especialmente de los
en propietarios), de tal forma que las familias Municipios, en la definición y realización
puedan contar con los elementos necesarios de los proyectos de intervención en cada
para asumir las adecuaciones y nuevas prácticas localidad. Este servicio busca potenciar
que surgen del nuevo contexto habitacional, las capacidades sociales de los habitantes
y aprovechar también el mismo proceso para de los asentamientos, para que se
generar instancias de aprendizaje comunitario. constituyan en participantes activos del
proceso de mejoramiento de su situación
La política de vivienda social ha cubierto residencial, de la calidad de su hábitat y
tradicionalmente el proceso habitacional de sus oportunidades de inserción social;
orientado a la construcción material de la ampliando su protagonismo, mejorando su
vivienda, en desmedro de la construcción de vinculación e interlocución con su entorno.
barrio y comunidad. Esta situación, que en los
últimos años ha estado presente en la discusión Por su parte, el Programa un Barrio para
y análisis de los actores públicos involucrados, mi Familia2 , entrega un aporte fundamental
ha generado una nueva política habitacional desde el punto de vista metodológico para
que se plantea como objetivos disminuir el enfrentar los temas de habilitación social.
déficit habitacional (focalizando en las familias Este programa se centra en cuatro ámbitos
que viven en pobreza); garantizar la calidad de trabajo: vinculación a las redes sociales,
de las viviendas (mejorando su estándar y los fortalecimiento de la organización social,
procesos de diseño y construcción); y promover habitabilidad y deberes y derechos. A través
la integración social, procurando soluciones de ellos, se espera contribuir a generar
habitacionales insertas en barrios y ciudades. comunidades protagonistas de su propio
cambio y con las herramientas necesarias
La experiencia desarrollada por el Programa para afrontar los desafíos que implica el logro
Chile Barrio1 ha sido un importante insumo de la casa nueva.
en el desafío de incorporar la habilitación
social en los programas de vivienda
dirigidos a la población pobre, aportando

1 Programa interministerial compuesto por: Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, Subsecretaría de Desarrollo


Regional, Ministerio de Planificación, Ministerio de Bienes Nacionales, Dirección de Presupuestos, FOSIS, SENCE y
PRODEMU. Trabajó entre 1998- 2007 con 972 asentamientos precarios en todo el país con más de 105 mil familias.
2 Programa desarrollado por Fosis en convenio con el Ministerio de la Vivienda, en el marco del Programa Chile
Barrio. A la fecha ha trabajado con alrededor de 90 mil familias en todo el país.
97

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Matriz temporo-espacial
del desarrolloysocialización
de niños y niñas1.
por Alejandra Rasse
Francisco Sabatini
Panelista Foro “Historia e Identidad en la Vivienda Social”,
MINIMO 2005

1 Los autores agradecen a Gloria Maureira y Francisca Márquez por sus comentarios y aportes al presente trabajo.
Asimismo, se las desliga de toda responsabilidad respecto a los dichos y conclusiones de este artículo.
Gráficos etarios
Fuente: Francisco Sabatini, Alejandra Rasse
98
Cuadrante 1 - 1950 Pirámides de edad
papers 80 y + años
Población chilena

Cuadrante 2 - 1960
80 y + años

-600000 -400000 -200000 0 años 200000 400000 600000

Cuadrante 3 - 1970
80 y + años

-800000 -600000 -400000 -200000 0 años 200000 400000 600000 800000

Cuadrante 4 - 1980
80 y + años

-800000 -600000 -400000 -200000 0 años 200000 400000 600000 800000

Cuadrante 5 - 1990
80 y + años

-800000 -600000 -400000 -200000 0 años 200000 400000 600000 800000

-1000000 -500000 0 años 500000 1000000

Simbología
Cuadrante 6 - 2000
80 y + años
mujeres
hombres

750000 500000 250000 0 años 250000 500000 750000


99

papers

ntroducción

I Existe un acuerdo generalizado en relación a que las características del entorno en que los
niños se desenvuelven son cruciales en su desarrollo. La capacidad de su medio ambiente
de volverse un estímulo, una fuente de seguridad, un refuerzo de la identidad, y un espacio
de socialización, afectará en gran medida el modo en que cada niño se irá volviendo un adulto.
Dentro de este entorno no sólo se encuentran los factores biológicos, emocionales o psicológicos,
sino que también actúan en él elementos espaciales que delinean restricciones o posibilidades a
las actividades, relaciones y significados que se pueden dar en cada lugar particular.

El siguiente trabajo da cuenta de una serie de reflexiones teóricas emanadas de los resultados
de un estudio empírico2 que observó de modo sistemático las condiciones de los espacios
cotidianos (viviendas, espacios públicos, escuelas, jardines infantiles y centros de salud) de niños
y niñas de distintas edades, pertenecientes a familias de estratos populares y medios, y con
residencia en diferentes zonas del país.

La recurrencia de ciertos comportamientos en la organización temporal y espacial de las


actividades y la existencia de patrones físico-espaciales relacionados con aquéllos, fueron tal vez
los hechos que más llamaron la atención de quienes estuvieron envueltos en el trabajo de campo.
Esas regularidades confirman la preeminencia de una reconocida condición de nuestra sociedad:
su apreciable homogeneidad cultural por encima de diferencias geográficas, urbanas y sociales.

Todas estas reflexiones quedaron formalizadas en un modelo o matriz conceptual, que se expone a
continuación en este artículo, sobre la relación entre niños y espacio en nuestro medio cultural. Se
trata de un conjunto de hipótesis que se han organizado a modo de un “tipo ideal” weberiano3. Los
“tipos ideales” de Weber describen situaciones puras o ideales integradas coherentemente en un
marco explicativo general. Su utilidad es la de ser comparados con situaciones empíricas para ver en
qué grado éstas se ajustan o alejan del caso puro o ideal. De esta forma, el tipo ideal está en mitad de
camino entre lo empírico y lo teórico, y demuestra ser un poderoso instrumento en la construcción de
un conocimiento general (teórico) sobre el tema, prestándose, además, muy bien para propósitos de
exposición, que es lo que en gran medida nos anima en estas páginas.

2 “Estudio Espacio de Uso Cotidiano de Niños y Niñas”, marzo 2006. Realizado por el Programa de Políticas Públicas
de la Pontificia Universidad Católica de Chile por encargo de FOSIS.
3 Weber, M.; 1922.
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a. Recurrencias empíricas
“Aquí no hay espacio, es muy chico po’, imagínese que todo esto es living-comedor, en la pieza me
cabe sólo una cama de una plaza, si quiero tener una silla, una como un closet, no, no cabe, entonces
quiero un espacio grande con patio donde los niños jueguen griten salten y no molesten a nadie.
Aquí tienen que salir a la calle, la vecina no le gusta se enoja… al patio donde nadie les va a decir na’,
porque yo no soy partidaria de que el niño salga a la calle, porque la calle es la madre de todo los
vicios.” (Dueña de casa)

De entre todos los aspectos observados, llama poderosamente la atención el que los espacios
que utilizan los niños y niñas no se diferencian en absoluto de los espacios que utilizan los demás
habitantes de la vivienda. En este sentido, los niños y niñas viven en espacios pensados por y para
adultos4 , sin incluir en ellos criterios de adecuación a las necesidades y características infantiles, lo
cual se contrapone a lo planteado por Erikson5, que señala que el niño requiere formas específicas de
estímulos para su desarrollo y congruentemente con esto, espacios que sirvan de apoyo para ello 6 7.
Tampoco existe una preocupación especial para adaptar los espacios y objetos existentes a los niños
y niñas, salvo en lo que respecta al caso de los niños más grandes.

Este déficit en la adopción de una perspectiva que incorpore las características y necesidades
de niños y niñas en el diseño de los espacios se da en todos los ámbitos: en la vivienda, en lo
que refiere a espacio doméstico; y en consultorios, en lo relativo a espacios públicos. Incluso
áreas como plazas y patios de escuelas, están pensadas con un criterio distinto al de los niños:
se destinan áreas residuales a estos fines, y en ellas se intenta maximizar las posibilidades de
supervisar y observar a los niños y niñas, en lugar de pensar en maximizar las posibilidades de
juego y desarrollo de ellos8 9. No se consideran las necesidades que tiene el niño ni se busca
adaptar estos espacios para que, con la ayuda del adulto ocupado en estimularlo, pueda superar
de manera exitosa cada una de las etapas de su desarrollo10.

Estosespaciosdeadultosenlosquevivenniñosyniñastienentambiénotrasdoscaracterísticasdistintivas,
transversales a todos los casos: quedan comprendidos en viviendas muy pequeñas, con poco espacio (en
relación al número de moradores), y atiborradas de objetos de todo tipo. Parece claro que los espacios
no estén pensados para los niños y niñas: demasiadas cosas y personas dentro de la vivienda dificultan
el poder adaptar un espacio especialmente para ellos. La prioridad principal es hacer que todo quepa en
el espacio limitado de la vivienda, y que sea funcional a los adultos. Niños y niñas pasan desapercibidos
en un pequeño espacio que combina múltiples objetos, personas y actividades. Estas habitaciones llenas
de objetos, la carencia de espacios exclusivos y la imposibilidad de tomar como propio algún lugar de la
vivienda, mantienen a los niños y niñas en un continuo deambular, siguiendo las actividades que desarrolla
la madre o el adulto a cargo, de modo de permanecer observables o audibles para ellos.

4 Martínez, N.; 2005.


5 Erikson, E.; 1968.
6 Bedregal, P.; Pardo, M.; 2004.
7 Martínez, N.; 2005.
8 Martínez, op.cit.
9 Masalán, P., González, R.; 2003.
10 Bedregal, Pardo, op. cit.
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Sólo algunos de los niños y niñas más grandes tienden a personalizar su espacio, con rayados,
afiches y stickers. Esto coincide con la etapa en que buscan definir y afirmar su identidad, en que
la necesidad de hacerse de un espacio propio se vuelve apremiante11 12.

Esta pobreza en materia de diseño de los espacios es, hasta cierto punto, contrarrestada por la
constante preocupación del adulto a cargo, generalmente la madre, respecto de las actividades
de niños y niñas. Ellos están siendo siempre observados en su quehacer, o al menos, están
en algún lugar desde el que pueden ser oídos por la madre o adulto responsable: no habiendo
espacio propio, ni espacios despejados al interior del hogar, el lugar donde el niño o niña se
instale a jugar no hace la diferencia. Lo que hace la diferencia es la posibilidad de mantenerlo a la
vista. El espacio de los niños queda, entonces, constituido a partir de los recorridos de los adultos
por el hogar. Esta vigilancia no se da de igual modo en todas las edades. Mientras los más
pequeños deben estar permanentemente al lado de la madre, basta con que los más grandes
puedan ser vistos por la ventana u oídos desde lejos.

De este modo, es posible destacar que, si bien los espacios no están en absoluto dedicados a los niños
y niñas, si lo están los tiempos. La supervisión sobre los niños es constante, y los permisos, por ende,
reducidos al mínimo, incluso en el caso de los niños y niñas más grandes. Esta relación entre tiempos y
espacios puede ordenarse a través de una matriz, que permita graficar la organización espacio temporal
de las actividades y lugares ocupados por los niños.

b. Matriz temporo-espacial: enunciado general


“Para desarrollarse en forma óptima, el niño necesita recibir cuidado. Es decir, el proceso que resulta
en la creación de un ‘ambiente habilitante’, para apoyar su óptimo desarrollo” (Bedregal, Pardo, op.
cit., pág. 30)

La Matriz está construida en el cruce de dos tensiones o continuums relativos a la organización


temporal y espacial de las actividades de los niños y niñas, por una parte, y a su autonomía, por otra.

Así, el primero de los continuum representa el tránsito desde una situación temporo-espacial
de desarrollo secuencial de actividades por niños más pequeños en espacios mezclados
con otras personas y otras actividades, a una situación en que los niños mayores realizan
actividades simultáneas a las de otras personas en el hogar, pero cada persona en un espacio
propio o segregado.

El otro continuum presenta dos versiones: una positiva, como es el paso de la supervisión de
los niños más pequeños a su creciente autonomía cuando crecen; y una segunda de carácter
negativo, consistente en el reemplazo de la vigilancia de los pequeños por el simple abandono de
los mayores. De esta forma podemos marcar diferencias entre situaciones temporo-espaciales y de
relación entre niños y adultos que reconocemos como positivas, y aquellas que evaluaríamos como
restrictivas del desarrollo de niños y niñas.

11Erikson, op. cit.


12Havighurst, R. En: Potter, P.; 2002.
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La flecha que une las situaciones representadas en dos de los cuadrantes de la Matriz intenta
representar el necesario cambio en la organización temporal y espacial de las actividades de
los niños de acuerdo a su proceso de desarrollo, desde su más corta edad, incluso durante el
embarazo, hasta aproximadamente los 12 años de edad.

Diagrama 1

Supervisión / Vigilancia

NIÑOS DE LA CÁRCEL
CORTA EDAD

DE
Espacios Mezclados SA Espacios Privados / Segregados
RR
Tiempos Secuenciales OL Tiempos Simultáneos
LO

LA OFICINA DE NIÑOS DE
PLANTA LIBRE MAYOR EDAD

Autonomía / Abandono

En un comienzo parece adecuado a las necesidades de los niños y niñas la supervisión por la
madre y la organización del tiempo en actividades claramente definidas, todo en el marco de un
espacio, la casa, que alberga diversidad de personas y objetos (Cuadrante 1 o superior izquierdo
del Diagrama 1).

En edades más avanzadas resulta positivo y necesario que la supervisión de lugar a mayores
cuotas de autonomía y libertad de niños y niñas. También parece importante que ellos puedan
contar con espacios propios o privados, en parte porque así sus tiempos pueden desplegarse
en forma simultánea con los de otros, incluidos los adultos y sus padres, sin ver mermada
su autonomía; en este sentido, no se trata sólo de una autonomía que permita el uso y
apropiación por parte del niño de algunos espacios de la vivienda a determinadas horas, sino del
desarrollo de actividades con una supervisión más laxa, en que el niño no necesariamente se
encuentra realizando la misma actividad que el adulto a cargo, sino que ambos actúan de forma
independiente al interior de la vivienda, en distintos espacios (Cuadrante 4 o inferior derecho).

Los otros dos cuadrantes de la Matriz (Diagrama 1) corresponden a situaciones puras que,
tal vez, quedan mejor representadas por la cárcel y la oficina de planta libre, dos instituciones
que tanta importancia están cobrando en la sociedad contemporánea. La cárcel representa
el extremo de vigilancia estricta de todas las actividades realizadas por una persona en un
espacio segregado; y la oficina de planta libre, la mezcla espacial de actividades y personas
con gran autonomía. La nueva economía y la vida urbana parecen favorecer, en los hechos, la
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papers

masificación de la planta libre y el crecimiento de la población penitenciaria, especialmente en las


grandes ciudades.

c. Matriz y problemas críticos


“A mí me gustaría que cerraran la villa, que cerraran la villa completa, porque eso está en proyecto,
pero todavía no sale el proyecto, y cerrarla y ponernos de acuerdo todos los vecinos que nos vigile un
guardia de noche, que de día vigilen a los niños.” (Dueña de casa)

Tal vez los dos problemas críticos de la relación entre niños y niñas chilenos y espacio vital sean,
por una parte, la prolongación del esquema de supervisión propio de las primeras etapas de
vida del niño o niña (Cuadrante 1) a etapas posteriores y, por otra parte, la preeminencia que
presentan entre los padres o adultos las tareas (espaciales) de vigilancia de los niños, por sobre
las (temporales) de contribuir a la organización de actividades y proyectos propios por parte de
los niños y niñas.

En lugar de irse diferenciando espacios seguros y confiables en donde los niños y niñas puedan
actuar autónomamente, disminuyendo de forma progresiva los niveles de supervisión, se
mantiene la dinámica de espacios comunes y mezclados, pensados desde y para el adulto, en
donde el niño no obtiene privacidad ni independencia, sino que permanece en continua vigilancia,
realizando sus actividades en relación de dependencia de las actividades de los adultos a cargo.
Los niños y niñas requieren, más que nunca, de adultos concientes de las etapas que necesitan
superar, para que puedan disponer de espacios adecuados física y psicológicamente, y así
culminar con éxito cada etapa de su desarrollo13 14.

Esta preponderancia del espacio sobre el tiempo, que ocurre en un marco de comportamiento
sesgado hacia la vigilancia antes que a la más neutra “supervisión”, nos habla de una estructura de
relaciones sociales que podríamos reconocer como el “espacio vigilado” en que crecen y se socializan
niños y niñas chilenos.

d. Machismo y Matriz
“Bueno si tengo que hacer las cosas de mi casa, lavar (no lavo en lavadora automática, tengo que
lavar y enjuagar en la lavadora redonda porque también mi marido me dice), de repente tengo todo
lleno de ropa colgado todo, y anda ordenadita, en la noche después que hago todo esto me voy para
arriba y empiezo a ordenar, dejar los niños pal colegio, ver sus zapatos ordenados, y preocuparme que
tareas hicieron, todo… porque tengo una de 7 años, otro 12, y la guagua que va a cumplir 3 en julio…
es harto ya po, hartas cosas, el marido cree que uno se queda en la casa y no hace nada, yo le digo a
mi marido, yo trabajo más que tú…” (Dueña de casa)

El machismo, rasgo cultural que tiene manifestaciones concretas en los hogares, consistentes tanto
en el dominio que se ejerce al interior del hogar como en el que ejerce el barrio y el cuerpo social
sobre cada mujer, es probablemente el factor que más contribuye a la persistencia de este patrón de
“espacio vigilado”.

13 Erikson; op. cit.


14 Havighurst, R. En: Potter; op. cit.
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Mujeres dueñas de casa confinadas por el machismo a la vigilancia de sus hijos e hijas en
la vivienda y los espacios cercanos a ésta –confinamiento que se hace más tenaz cuando
hay restricciones materiales y económicas— tienden a “profesionalizarse” en esas labores
de supervisión. Además del trabajo no remunerado del hogar, la vigilancia de los menores
integra el conjunto de tareas que la sociedad les asigna como su responsabilidad. La
vigilancia consume gran parte de las energías, y los recintos de la casa se aprecian caóticos y
descuidados. En el extremo, más que lo que estén haciendo los niños y niñas importa el hecho
que estén dentro del campo visual de la madre. Que los cuartos sean caóticos u ordenados no
hace mayor diferencia cuando esa es la tarea prioritaria.

e. El miedo a la calle
“Generalmente paso aquí con los niños. Yo prefiero que jueguen aquí y que ninguno salga a la calle.
Prefiero que jueguen aquí adentro, porque me van a hacer caso…que hagan lo que quieran aquí
adentro.” (Dueña de Casa)

Especialmente en los hogares populares las opciones que tiene una madre en relación con sus
hijos e hijas menores tienden a ser sólo dos: vigilancia o pérdida de control.

El miedo a la calle, generalizado entre madres dueñas de casa o jefas de hogar -es recurrente
la idea, manifestada casi siempre con transparencia, de que a mis hijos e hijas se los puede
“robar la calle”-, es en buena medida el temor de esa mujer a perder su poder. En buena medida
ella no ha tenido oportunidades de desarrollo personal mucho más allá de su rol de guardiana
de sus hijos e hijas. Insistir en ese rol parece lógico cuando no se tienen otras posibilidades.
Se parece al arraigo territorial y al sentimiento de orgullo por el propio “terruño” que ostentan
quienes, por precariedad económica, bajo nivel de educación y aislamiento geográfico, no tienen
posibilidades de emigrar de su lugar de nacimiento.

El trabajo remunerado fuera del hogar de mujeres solas o emparejadas, esto es, independientemente
de si son o no jefas de hogar, suele dar lugar a estrategias más sofisticadas de vigilancia de los menores
como, por ejemplo, la que consiste en delegar ese rol en una hija u otra mujer integrante del hogar.
La pérdida de control (espacial) sobre los niños y niñas, en un esquema de responsabilidad
parental débil en lo que se refiere a la educación de los niños y niñas en la organización
de su tiempo y el diseño de estrategias personales de desarrollo, puede terminar en una
profecía autocumplida: los niños y niñas sucumben con facilidad a las lógicas y redes de la
calle, que van desde el grupo de pares en las esquinas, en principio inofensivo, hasta las
actividades ilícitas. La supervisión cesa y la mayor libertad de esos niños y niñas tiene el
sello del abandono.

El modelo del “espacio vigilado” muestra toda su debilidad como marco para el desarrollo de niños
y niñas en dos de sus resultados más comunes: los hijos hombres que se los “roba” la calle, y las hijas
mujeres “robadas” por un nuevo hogar en formación donde reproducirán el modelo.

f. Entre la extrema confianza y la absoluta desconfianza


“Por mi hijo yo no puedo trabajar, porque es muy inquieto. Mucho… Muy inquieto. Yo pienso que
nadie tendría la paciencia que tengo yo para atenderlo. Igual me gustaría trabajar”. (Dueña de casa)
105

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El acondicionamiento del espacio de acuerdo con las necesidades y características de niños


y niñas, pierde importancia cuando el afán de los adultos respecto de sus niños y niñas es la
vigilancia permanente. Después de todo, si se está siempre mirando al niño, ¿qué le puede pasar?

Esta confianza extrema de las madres respecto a su capacidad de vigilancia lleva a subvalorar
todas las posibles fuentes de peligros en el hogar: no importa que haya elementos peligrosos,
porque hay alguien mirando al niño. Como consecuencia, en lugar de constituir un espacio
seguro en que niños y niñas puedan desempeñarse autónomamente, el hogar se vuelve
efectivamente peligroso, y la necesidad de la vigilancia se exacerba, dado que no se hacen
esfuerzos por disminuir las fuentes de riesgo. No se puede tener o dejar solos a los niños y niñas
en un lugar riesgoso. De esta forma, es la propia confianza en la vigilancia la que genera la
necesidad de ella.

De modo inverso, la calle y, en general el barrio, al ser espacios que dificultan la vigilancia de los
niños, son percibidos como extremadamente peligrosos, más allá de sus características objetivas:
son peligrosos porque son difíciles de vigilar15 . Si no es posible que el adulto lo observe (ya sea
desde una ventana o acompañándolo), el niño debe permanecer entre la profusión de objetos al
interior de la vivienda16 , y desarrollar en esos espacios sus juegos o mantenerse confinados a la
televisión, lo que mina aún más sus posibilidades de imaginación y ciertamente que obstaculiza
aún más la superación con éxito de su etapa del desarrollo17.

De esta forma, desde el punto de vista de los padres, es la vigilancia la que hace que los lugares sean
adecuados para los niños y niñas, no sus características. Lo anterior denota una incapacidad de los
adultos de permitir a sus hijos e hijas lograr sus etapas de desarrollo en forma exitosa, lo que demuestra
también un fracaso en sus propias etapas del desarrollo18.

g. Escasean los niños


“Porque no quisiera yo que por tener una mejor casa, mis hijos anden metidos en la droga, anden
robando…si es por mí, encantada trabajaría pero no se puede porque tengo 3 niños que cuidar
todavía.” (Dueña de casa)

La creciente incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado y, con ello, a los
espacios públicos de la ciudad o de su localidad sin duda podría ayudar a superar el modelo del
“espacio vigilado”. No parece compatible la persistencia de éste con el trabajo femenino. No se
puede estar en dos lugares al mismo tiempo.

Sin embargo, el modelo parece tener tanta fuerza cultural como para que, en los hechos, se les plantee
a las mujeres una disyuntiva: o son madres o perseveran en su propio desarrollo personal y profesional.
Así se puede colegir de la caída de las tasas de natalidad en los tiempos que corren, un fenómeno

15 De acuerdo a Belmonte, esta aversión a la calle se amplía a todos los espacios abiertos, confinando a los niños sólo
a los espacios cerrados de la vivienda, y otros espacios cerrados, como el mall, donde el niño puede ir, nuevamente,
sólo acompañado de un adulto que lo vigile. Belmonte, C.; 2005.
16 Belmonte, op. cit.
17 Ashburn, S., En: Potter; op. cit.
18 Erikson, E; op. cit.
106

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internacional que adquiere ribetes dramáticos en Chile, donde en el último período intercensal (1992-
2002) se redujo en 410 mil la cantidad de niños y niñas en el país, lo que equivale a una disminución de
un 9.5% por ciento de la población infantil (hasta 14 años de edad). Por su parte, la cantidad de niños y
niñas de hasta 5 años de edad disminuyó en términos absolutos en aproximadamente 200 mil19.
Los “hogares unipersonales”, formados por un adulto sin pareja ni hijos, y los “hogares nucleares
sin hijos”, formados por una pareja sin hijos, aumentaron desde un 15,5 por ciento del total de los
hogares chilenos en 1992 a un 20,6 por ciento el 2002. Esas cifras representan un aumento de
los hogares sin niños o niñas igual a 5 puntos porcentuales en tan sólo 10 años, lo que equivale a
un aumento de 33% por ciento de los hogares sin niños o niñas existentes en 199220.

Se va construyendo así, siempre en el plano weberiano de los tipos ideales, una dicotomía entre
hogares vigilados que limitan las posibilidades de desarrollo tanto de niños y niñas como de
mujeres, y calles que reciben a niños y niñas sin madres lo mismo que a mujeres sin hijos e hijas.

Es posible que la disyuntiva que enfrentan las mujeres hoy entre desarrollarse profesionalmente
o ser madres no sea la primera vez que se presenta en la historia. La ciudad europea de la Baja
Edad Media (desde el siglo XI) combinó las estructuras del machismo con nuevas posibilidades
de emancipación de la mujer. El resultado fue una caída en las tasas de natalidad, un descuido
de los niños y niñas, mayor mortalidad infantil y tasas más altas de celibato entre las mujeres.
Éstas encontraron espacios de desarrollo en actividades tan variadas como el artesanado, las
órdenes religiosas, la prostitución y la mendicidad, o los movimientos de protesta heréticos, como
el catarismo, o para-heréticos, como las beguinas. Como señala el historiador Jacques Le Goff,
“no hay niños en la Edad Media”21.

¿Hasta qué punto el debilitamiento de la familia y, especialmente, la reducción absoluta o relativa


de la población infantil, está radicado en este dilema que enfrentan las mujeres entre la crianza y el
trabajo remunerado fuera del hogar (sea por motivaciones de desarrollo profesional o por necesidad
económica)? ¿En qué medida la disyuntiva se ofrece dicotómica o polarizada, excluyendo soluciones
intermedias, debido a la influencia de patrones culturales, como el modelo del “espacio vigilado”?
El dilema entre desarrollo individual e inserción de las personas en ámbitos de solidaridad
y apoyo mutuo existe en Occidente con claridad ya en la ciudad cristiana del Medioevo.
Según Sennett, se instaló desde entonces una gran tensión entre la religión y la economía,
una dualidad que caracteriza a la ciudad hasta hoy: por un lado, el deseo de liberarse de los
vínculos comunitarios en nombre de la libertad individual; y por otro, el deseo de hallar un
lugar en el que las personas cuiden las unas de las otras22.

h. Niños sin transición


“Yo nunca los he dejado solos –a los hijos- . Tengo miedo de que se me descarrilen y por salir a
buscar trabajo, voy a perder mucho más, que es llevarlos por buen camino” (Dueña de casa)

19 Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos 1992 y 2002.


20 Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos 1992 y 2002.
21 Le Goff, J.; 1999.
22 Sennett, R.; 1994. Págs. 170-1.
107

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Muchos niños y niñas chilenos parecen condenados a la disyuntiva entre el espacio vigilado y
espacialmente caótico de sus casas y el espacio libre de la calle donde pueden desplegar actividades y
estrategias más autónomamente decididas. Hasta cierto punto, la escuela, como institución, los enfrenta
al mismo dilema, especialmente la escuela particular subvencionada y la escuela pública, de reconocido
menor logro en materia de aprendizaje y rendimiento escolar.
La pobreza de los procesos de educación en los espacios supervisados (vigilados) de la casa y la escuela
contrastaría, así, con la “universidad de la vida” que predomina en los espacios autónomos de la calle.
El más o menos rápido avance de los ghettos de pobreza en los barrios populares de nuestras ciudades
podría tener una de sus causas en la ausencia de procesos sólidos de educación y socialización de niños
y niñas. En el hogar, cruzado por el afán de la vigilancia (espacial) no se logran instalar tiempo-espacios
de desarrollo de los niños y niñas. La mezcla o mixité spatial en la vivienda deviene en caos antes que
en una base de diversidad y complejidad para el despliegue de procesos de creatividad y desarrollo
personal. Así, el hogar no provee de recursos inmunitarios para defender a sus miembros, incluidos los
niños y niñas, de la ghettización de los barrios, un proceso contemporáneo de nivel internacional cuyas
causas no es del caso discutir aquí.
La situación de niños y niñas en comunidades indígenas suele ofrecer un contraste decidor: el trabajo
infantil, el mismo que constituye un anatema para las quizás demasiado universalistas y formalistas
orientaciones de las Naciones Unidas, es un ámbito de socialización y educación en esas culturas
originarias que parece en buena medida libre de las cortapisas que les impone el modelo del “espacio
vigilado”. Más allá de la pobreza material, esas experiencias parecen mostrar una riqueza a tener en
cuenta en materia de desarrollo y socialización de los niños y niñas.

i. Tipos de niños y niñas


“Es que son pocos salidores los niños estos… y además ellos, yo le digo, el Jonathan, Bárbara, ellos
son más felices adentro que afuera, porque afuera está la envidia. Entonces los niños se van a la
cama, se acuestan ven tele, escuchan la música…” (Dueña de casa)

El predominio del modelo cultural del “espacio vigilado” se expresa en tipos diferenciados
de niños. En línea con Eric Fromm y sus “caracteres sociales”23 , y siempre en el marco
metodológico de los tipos ideales weberianos, podríamos perfilar tres tipos de niños y niñas
relevantes para nuestra reflexión: El niño o niña creativo que ama, el niño o niña melancólico
y conservador, tan común en Chile, y el niño o niña contestatario. Los niños y niñas de carne y
hueso combinarán estas características en distinta proporción.

El niño o niña creativo que ama representa la situación ideal de desarrollo. Emerge de ámbitos
de socialización en que nuestra Matriz temporo-espacial funciona adecuadamente. Al crecer en
edad los niños y niñas, la secuencia entre los Cuadrantes 1 y 4 no es interrumpida ni retrasada. La
combinación entre supervisión y autonomía va variando a favor de esta última, lo mismo que aquella
entre tiempos secuenciales en espacios comunes y tiempos simultáneos en espacios propios.

El tipo-ideal de carácter social que prevalecería en nuestro medio cultural parece ser, en cambio,
la del niño o niña melancólico y conservador. Dicho sea de paso, la melancolía, que resta energía

23 Fromm, E.; 1947.


108

papers

a las personas al ser elevada a trazo cultural, puede ser objeto de una apología –de igual forma
cómo la tuberculosis fuera objeto de alabanzas durante el romanticismo decimonónico. De hecho,
en los diccionarios es posible encontrar que se equipare a la melancolía con “la alegría de estar
triste”. De tal forma, se revisten positivamente rasgos desventajosos de personalidad por el hecho
de ser comunes.

La “personalidad dependiente” de Eric Fromm, aquella que se erige sobre el supuesto de que
el desarrollo personal depende de las oportunidades sociales y materiales que existen en el
entorno, antes que depender de la movilización de las propias energías y capacidades, está
ciertamente emparentada con el surgimiento de este tipo de niños y niñas. La humildad, la
aquiescencia a estilos autoritarios de relaciones, la tendencia a provocar lástima, la personalidad
congraciativa y aparentemente pasiva pueden ser todas entendidas como formas de integración
con el entorno y de explotación de las posibilidades que éste ofrece24. La creatividad es débil,
ya que el progreso depende de los otros y del entorno. La envidia, la práctica del chisme y el
carácter amistoso e interesado en la vida de los otros, son también elementos constitutivos de
este patrón cultural de personalidad. ¿En qué medida el predominio del modelo del “espacio
vigilado” en los hogares chilenos ayuda a producir niños y niñas melancólicos y taciturnos faltos
de creatividad y capacidad de amar?

El niño o niña vigilado no significa niño o niña querido y afectivamente seguro. Su madre carga
con una cuota importante de frustración. La violencia intra-familiar puede ser parte del cuadro.
Por lo mismo, el niño o niña que encuentra autonomía en la calle, o que es simplemente
abandonado en ella, es parte de los mismos patrones culturales. Estará culturalmente inclinado
a la dependencia y a la explotación utilitaria de las ventajas que le ofrecen su entorno social y
material. Por tener una baja auto-estima organiza relaciones utilitarias con su ambiente, erigiendo
obstáculos a su capacidad de amar, bloqueando su acción desinteresada en favor de los otros, y
creando estímulos a la desconfianza inter-personal.

También existe el niño o niña contestario, entendida la contestación como una dimensión en la
personalidad de todo menor: a saber, el despliegue de prácticas subalternas tendientes a procurarse,
solo o en compañía, los ámbitos de autonomía y libertad que el modelo del “espacio vigilado” le tienden
a negar. Los espacios y tiempos intersticiales que estos niños y niñas construyen en la práctica de la
subalternidad deben ser parte importante de nuestro foco de atención. Es el núcleo sano que podemos
reconocer en todo ser humano, aún cuando esté sometido a una vida de precariedad y limitaciones, sean
éstas materiales o culturales.

Conclusión
La reestructuración espacial y temporal de los procesos de desarrollo y socialización de niños y niñas,
así como la modificación de los estilos de supervisión parental, tienen a nuestro juicio una doble
prioridad para la política pública: por una parte, por lo que esa acción pueda significar para mejorar la

24 Más sobre el carácter social dependiente de los chilenos en Montt, M.E.; Toloza, C.; 1984.
109

papers

calidad de vida y el desarrollo de los niños y niñas; y por otra parte, por su contribución a la remoción
de patrones culturales que, en tanto tales, tienden a persistir más allá de las condiciones de dominio
machista o precariedad económica que posiblemente estuvieron en su origen.

Comocriterioderealidad,esnecesarioreconocerelescasoespaciodisponibledentrodelasviviendas,ya
sea por su metraje como por su número de moradores. Sin embargo, aún considerando esta limitante, es
posible dar espacio a los niños y niñas en sus viviendas, para permitirles un desarrollo mejor que el que
hoy sobrellevan.

Mientras lo usual es pensar en tiempos para los niños y niñas a partir de espacios configurados
por y para adultos, la invitación es a pensar espacios para niños, compatibles temporalmente
con los espacios para adultos. Mientras la primera alternativa da mayor importancia a un espacio
que se toma como dado e invariable, confinando a niños y niñas en espacios que no se adecuan
a sus necesidades y características, la segunda conduce a dar preponderancia a los tiempos
por sobre los espacios, de modo tal que un mismo espacio pueda servir para distintos usos y
personas en distintos momentos del día25.

En este sentido, el espacio de niños y niñas no es fijo, sino que va cambiando durante el día de
acuerdo a las disponibilidades en la vivienda y considerando las necesidades que tenga el niño
según su etapa del desarrollo. En edades tempranas los niños y niñas requerirán de adultos que
pueda cambiar y adaptar el espacio a sus necesidades; mientras que en el caso de los de mayor
edad podremos ser testigos de cómo modifican el espacio según sus opiniones y necesidades.

El que los niños y niñas posean su espacio, a pesar de que éste no sea evidente todo el día, no sólo
contribuye a mejorar la calidad de vida y el desarrollo de niños y niñas, sino que, a la vez, hace a los
niños y niñas visibles para los demás miembros de la familia, y mejora las condiciones de convivencia y
tolerancia entre generaciones .

Sin embargo, superar el modelo del “espacio vigilado” no parece un logro posible de alcanzar tan sólo haciendo
transformaciones en los espacios cotidianos de los niños y niñas, y ni siquiera identificando y reforzando los
arreglos espontáneos y “subalternos” que estos últimos hacen en pos de su autonomía y desarrollo.

Se requerirían acciones en varios frentes, particularmente en aquellos que impactan en las


posibilidades de desarrollo de la mujer en los ámbitos de lo público (como distinto al ámbito
privado del hogar) y del trabajo remunerado. Las limitaciones al desarrollo de la mujer que
provienen de la ideología machista, específicamente de la pauta de responsabilidades que se
asigna a la mujer y de su correlato espacial, el confinamiento a la casa y la vigilancia de los hijos
e hijas, constituye tal vez el principal obstáculo social y cultural a superar. Dejar atrás el modelo
del “espacio vigilado” es una tarea de gran calibre.

Otra dimensión de esta enorme tarea se relaciona con la ciudad y su baja capacidad de acoger las
necesidades que tenemos los seres humanos de cuidarnos los unos a los otros, en palabras de Sennett.

25 Esta idea se extiende más allá de la vivienda al espacio urbano en general en: Belmonte; op. cit.
110

papers

La competencia y la eficiencia, atributos en buena medida construidos con base al despliegue de


capacidades y racionalidades individuales, ha tendido a eclipsar la potencia de la ciudad en términos de
solidaridad, apoyo mutuo e integración social.

Una manifestación clara de este sesgo, que parece hacerse más fuerte cuanto más competitiva es la
ciudad, es el dilema que enfrentan las mujeres contemporáneas entre la familia, la crianza y la educación
de los hijos e hijas, por una parte, y su desarrollo profesional o personal, por otra. La persistencia del
modelo del “espacio vigilado” en el medio chileno, y más allá de cuáles sean sus orígenes en la pobreza y
un machismo ojalá cada vez más pretérito, encuentra apoyo en ciudades poco acogedoras y refractarias
a los afanes de emancipación y desarrollo de las mujeres.
111

papers

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2
1

3
1 - 3. Niños de Campamento • Fuente: UTPCH
2. Interior de Vivienda Social • Fuente: Alejandra Rasse
113

papers
papers
Niños de Campamento. Fuente: UTPCH 114
Hasta el año 2005 las
organizaciones comunitarias que se
reconocían en los campamentos, eran en su

centros de madres
mayoría

y ollas comunes; sin


embargo el creciente movimiento
social por conseguir Vivienda Definitiva,
ha generado que más de el
70% de los campamentos presentes
hoy en Chile esté conformando un
Comité de Vivienda, lo que significa que
los pobladores están concientes que un
trabajo organizado los ayudará a obtener

casa
su

propia.
ORGANIZACIONES PRESENTES EN CAMPAMENTOS

6,0%
Ollas comunes 3,2%
6,0%
Centro de adulto mayor 3,4%
8,0%
Centro de madres 3,8%
7,0%
Centro juvenil 4,7%
17,0%
Comité de adelanto 9,2%
9,0%
Otra organización 9,9%
30,0%
Comité de allegados 13,7%
20,0%
Club deportivo
15,6%
23,1%
Ninguna organización
22,5%
11,0%
Comité de vivienda 37,9%
35,0%
Junta de vecinos o directiva
41,7%

2005
2007
Catastro campamentos 2007 CIS • Fuente UTPCH
117

diseño

La industria y las viviendas mínimas

ITALO ROSSI
Jurado Concurso, MINIMO 2005

L
a vivienda ha sido por siempre la
mayor aspiración de toda familia.
Poseer una vivienda propia es un
sentimiento de seguridad, bajo el
cual se forma la familia, pilar de la sociedad.

Distintos estudios relacionan la calidad de


vida y valores de la familia, al hecho de poseer
una vivienda digna. Y es que el impacto que la
vivienda y su entorno urbanístico tienen en la
sociedad, es tan grande que siempre será un tema
de debate y preocupación de todo gobierno.

Distintas políticas habitacionales en Chile, han


privilegiado la cantidad más que la calidad,
al momento de elaborar planes dirigidos a
los segmentos más necesitados a través de la
planificación de las viviendas sociales. El confort,
el entorno y la calidad en las especificaciones,
han sido postergados en beneficio de aumentar
el número de viviendas construidas. Las cifras de
déficit habitacional, su evolución en el tiempo y
números de viviendas o “soluciones” -como se les
denominó en algún momento-, se han manejado
118

diseño

políticamente, olvidándose de la importancia una interesante investigación, en 17 Comités


social que el problema reviste. Prima, en muchos de allegados que recibirían sus anheladas
casos, el mostrar cifras y números, más que la viviendas sociales en la comuna de Puente
calidad y confort. Los espacios se reducen, la Alto. En ese proyecto, no sólo diseñamos el
materialidad se afecta. Cada Gobierno desea mobiliario después de un estudio hecho con
mostrar que lo ha hecho mejor que otros, con el los comités, sino también amoblamos 30
sólo argumento estadístico. casas de un total de cerca de 300, como una
manera de demostrar la ventaja de contar
Desde mi punto de vista y durante el con una planificación previa y solución de
desarrollo de mi vida profesional, este ha mobiliario acorde con las características
sido un desafío interesante y una necesidad de las viviendas. También desarrollamos
de influir -en el ambiente que uno puede-, un didáctico manual de cada mueble a fin
para elevar los estándares de calidad y que el morador pudiera copiar los pilotos y
confort de las viviendas sociales. La pobre replicarlos fácil y económicamente en sus
calidad, reducido espacio y urbanización propias viviendas.
del entorno, es una forma de inequidad que
muestra nuestra sociedad. A este hecho, se Frente a estos proyectos (y otros que han
une el carácter discrecional de la ubicación desarrollado prestigiosas instituciones cercanas
de las viviendas sociales: lugares alejados, al problema), aún la autoridad no resuelve.
distintos a los progresos que muestra de Parece sencillo, económico, y de justicia que las
gran ciudad, convirtiendo, muchas veces, viviendas sociales incorporen estos elementos.
las poblaciones en ghetos aislados y Porqué la exclusión o diferencia en a vivienda
marginados, con los consecuentes aumentos social ¿si la oferta de viviendas para el resto de la
de gastos de tiempo y dinero en los sociedad incluye el mobiliario básico, en algunos
traslados hacia las fuentes de trabajo. casos muchísimo más que ello? Es una pregunta
que aún no tiene respuesta.
¿Por qué no mejorar el confort interior de
la vivienda, como ha ocurrido en el resto de
nuestro país? Si los espacios son reducidos
¿por qué no diseñar mobiliario funcional
que pueda integrarse armónicamente? Que
la vivienda social sea ofrecida o “entregada”
con mobiliario en las zonas de cocina, clóset
y baño, como ocurre con el resto de la oferta
habitacional en Chile. Ese ha sido un objetivo
que he planteado en distintas oportunidades.
Ya en el año 1999, y en conjunto con el
Ministerio de Vivienda, a través del SERVIU,
inauguramos una población en la comuna de
Curacaví, con casas pilotos amobladas. Una
experiencia interesante que fue muy bien
recibida en su época, pero desgraciadamente
no continuada por las autoridades.
Durante el año 2004/2005, integrados en
un proyecto de Fundación Chile, realizamos
119

diseño

CATEGORÍA
PROFESIONALES

12
11

10

10 Vestior - Lorca
11 TES - Spichiger + Azócar
12 Puerta-repisa - Olivos
120
PROTOTIPOS
diseño

1
• Nombre Proyecto: Vestidor
• Categoría: Profesionales

lugar
• Autor: Francisco Lorca
121

armado diseño

A B

materiales
A1
B1
100

50

100

1k
A1 + B1 = C C

Planchas
MDF 15mm 1
MDF Recubierto bl. 2
MDF Recubierto ng. 1

D
vestidor cerrado

vestidor abierto
122
PROTOTIPOS
diseño

2
• Nombre Proyecto: T.E.S. Tercio Espacial Superior
• Categoría: Profesionales

lugar
• Autores: José Spichiger + Paola Azócar
123

armado diseño

materiales

3 105

12

100
4

20m

1k

Planchas
Terciado 15mm 1
MDF Recubierto ng. 1

5
124
PROTOTIPOS
diseño

• Nombre Proyecto: Puerta repisa

honrosa
• Categoría: Profesionales
• Autor: Cristián Olivos
125

armado diseño

2
materiales

81

1k

Planchas
MDF 15mm
1

4
126

diseño

Pensamientos sobre el mobiliario


pertinente para la vivienda social

MAURICIO LENIZ
Jurado Concurso, MINIMO 2005

L
a vivienda social básica en
Chile considera un espacio de
proporciones tan reducidas que el
mobiliario tradicional no funciona.
Es muy difícil encontrar espacio para
un closet e incluso es posible que haya
que cortar alguna cama para adaptarla
al recinto llamado dormitorio. En esta
realidad, la estética no parece ser la puerta
de entrada para desarrollar muebles que
operen correctamente. Si hay verdad, habrá
también belleza.

En este escenario las restricciones económicas


son sólo una parte del problema frente a las
limitantes del espacio. Diseñar muebles para
estas viviendas debería contemplar temas
genéricos como la multifunción, la producción
en serie y probablemente una nueva mirada
sobre materiales que quizás hoy no parezcan
apropiados. Con el resultado del concurso
Mínimo, se pudieron observar algunos caminos
posibles orientados desde el aprovechamiento
127

diseño

del espacio en relación al espesor funcional de • Un sistema de componentes que a la


muros, vanos y puertas; los mubles compactos, manera de un “Lego” se acoplan o articulan
la modulación progresiva y el uso de espacios para responder a una determinada función.
residuales en altura. El éxito de este tipo de propuesta está
directamente relacionado con la facilidad y
Otra entrada a la habilitación del espacio naturalidad de la interfaz de la operación;
de la vivienda social, puede ser a través vale decir, si armar una mesa toma más
de situaciones o funciones genéricas de 60 segundos y requiere de más de tres
como cocinar o ver televisión. La cocina operaciones, es posible que el sistema no sea
es en esencia el centro de estas casas. apropiado para el usuario al que está dirigido.
Generalmente integradas al estar, el Un ejemplo de hace ya bastantes años son
mobiliario típicamente fijo podría cualificar los clásicos muebles de Matta.
de alguna manera el espacio, integrando
el comedor y definiendo algunos rasgos Por otra parte, la problemática de la vivienda
tipológicos y constructivos. social y su mobiliario, podría abordarse desde
otro punto de vista, a nivel de país, creando
Otro caso es el de la televisión como objeto. empresas dedicadas al rubro tal como las
La tecnología ha democratizado el uso de este constructoras e inmobiliarias; apelando al
medio a tal medida que se transformó en un gigantesco nicho de necesidad que aparece con
índice estadístico. La relevancia de esta especie los nuevos metros cuadrados construidos. En
de catalizador social le da gran protagonismo este escenario, los conceptos de sustentabilidad
al electrodoméstico, orientando la ubicación y de reciclaje, pueden ser políticamente correctos
de muebles y objetos según se ubique la “tele”. y establecer beneficios tributarios a las empresas
No hay que olvidarse que en sus orígenes la que se enmarquen en esta producción.
televisión reemplazó a la radio y tal como ésta,
se le podía encontrar disfrazada de mueble Tengo en la mente el ejercicio que hizo Enzo
entre sillones, mesas, chimeneas y alfombras. La Mari con una serie de muebles ejecutados desde
aparición de la “pantalla plana“, no sólo mejora los sobrantes de madera que se ocupan en la
la estética del objeto, sino que permite habilitar construcción. No hay que olvidarse que desde
espacios estrechos como los de la vivienda social. la extrema necesidad (e incluso la precariedad),
surgen grandes ideas que bien aplicadas nos
El concepto de multifunción aparece también podrían orientar a diseñar con verdad y construir
como una posibilidad concreta para la con belleza.
habilitación eficiente de estos espacios,
entendida desde dos puntos de vista:

• Un mueble u objeto que reúna más de


una función, por ejemplo: un sillón que al
mismo tiempo es contenedor de objetos,
una silla que mediante alguna operación
simple se transforma en mesa, una cama
que es al mismo tiempo closet. Este tipo
de objetos nacen cumpliendo las funciones
requeridas y desarrollan su forma en base
a este acoplamiento.
129

foros

“La condición popular


en nuestras ciudades”
por Francisco Sabatini
Panelista Foro “Historia e identidad en la
vivienda social”

representar más de la mitad de la población.

Q
uien construye la vivienda es la
propia familia, y esa es parte de El “cuentapropista” es un pequeño empresario
la clave de la identidad popular con raigambre obrera, pero no es ni una cosa
urbana en América Latina. Sin ni la otra. Los “pobladores” no son parte del
embargo, es una identidad social cargada ejército industrial de reserva cuando están
de ambigüedades. No es lo mismo que la cesantes, porque no cumplen claramente ni
pobreza, especialmente en Chile. Los hogares la función salarial ni la de reserva que Marx le
pobres son aproximadamente un 15% de asignaba a la milicia de los parados. Y cuando
los hogares urbanos chilenos, mientras que tienen empleo, la inseguridad nunca deja
los grupos populares abarcan hasta un 45%. de entreverarse en lo que hacen, en cómo
Por otra parte, la relación de estos hogares lo hacen y, en general, en sus vidas y sus
populares con los mercados de trabajo y con estrategias. La propiedad de su vivienda o de
la actividad económica no es unívoca ni clara. su lote es parte de los expedientes a los que
No son ni obreros ni empresarios, sino que recurren para confrontar la inseguridad y crear
trabajadores por cuenta propia o se trata, un capital que traspasar a sus hijos.
simplemente, de “informales”.
Las favelas de Río de Janeiro están entre los
En las ambigüedades que cruzan a lo popular barrios populares más simbólicos de América
existe riqueza cultural, hay peculiaridad. Se trata Latina. Pero es una gran mentira que estén
de la identidad que las políticas “cuantitativas” marginadas de la “ciudad formal”, como sostienen
de vivienda, específicamente la del Subsidio quienes recurren a la manida noción de que
Habitacional, tienden a ahogar en la repetición de nuestras ciudades son “duales”. Las favelas están
espacios residenciales mezquinos y predecibles. insertas en la ciudad, en los mercados de vivienda,
de suelo y laborales. Exhiben fuerte la marca de
En contraposición, y como argumenta lo popular, pero ésta debe entenderse, más bien,
Alejandro Portes, el sello de las estructuras como su peculiar forma de integración a la ciudad
sociales de América Latina es justamente y a la sociedad.
este “proletariado informal”, el estrato que
usualmente denominamos sector popular. Desde Hay, además, ambigüedad en “lo popular” por sus
la industrialización hemos tenido básicamente límites difusos con los grupos medios, ya sea en
los mismos grupos sociales que el capitalismo términos de ingreso, de la actividad económica
europeo industrial, pero con un agregado: realizada o de su relación con la propiedad. La
el proletariado informal que puede llegar a sociologíalatinoamericanasiempretuvodificultad
130

foros

para interpretar al campesinado y a los sectores Hoy podríamos argumentar que la ambigüedad
populares rurales, y no sólo a los grupos urbanos de la condición popular es una suerte de
de menor categoría social. Se llegó a hablar, capital social antes que una desventaja, y
incluso, de que había rémoras de feudalismo en que parte importante de los problemas que
nuestros campos. tenemos, que estamos viendo florecer en
las “poblaciones”, obedecen a que se está
Lo que organiza la ambigüedad de la gente reduciendo la rica imprecisión que hace a
que vive en las “poblaciones” de nuestras lo popular. Paralelo a la modernización de
ciudades, es el hábitat popular. La vivienda nuestras “poblaciones”, al despliegue de un
autoconstruida o ampliada con las propias paisaje de casas repetidas hasta el horizonte,
manos y recursos, es parte de esa identidad, están fortaleciéndose las sociedades secretas,
es parte de la cultura material. las mafias del delito y la desafección subjetiva
respecto del sistema social que es propia
Pero lo popular no es tan sólo la ambigüedad, la de los ghetos urbanos de desesperanza y
integración “en el borde” con los otros grupos y crimen. La política de vivienda social devino,
con el sistema económico, sino que también es la en medida importante y lamentablemente
diversidad. En las encuestas sobre “marginalidad” por cierto, en detonadora de procesos de
de los años ’60, las “poblaciones” de Santiago “ghetización” de barrios populares.
y otros barrios populares de Latinoamérica
mostraban una inocultable cohabitación entre En contraste, lo que históricamente sucedía
quienes, según las teorías, eran marginales” y con los barrios populares, y especialmente con
quienes eran “integrados”. Vivían allí personas aquellos originados en forma espontánea, era una
desempleadas e “informales”, pero asimismo combinación entre su creciente heterogeneidad
obreros de grandes empresas. social interna y su mimetización urbanística con la
ciudad. La ciudad crecía y las “poblaciones”, antes
La realidad no calzaba con los marcos teóricos, periféricas, dejaban de serlo. El progreso de las
y entonces se solía adaptar aquella a éstos, familias,comoesrazonableesperar,noeraparejo,
señalando que esas “impurezas” empíricas iban convirtiéndose en un generador de diversidad.
a desaparecer porque, finalmente, el avance del
capitalismo mundial iría relegando a los grupos Las encuestas nos dicen hoy que no pocas de
populares a la inutilidad total. En el fondo, no las familias beneficiadas por los programas de
aceptaban la rica ambigüedad que subyace a vivienda social, especialmente las que viven en
lo popular. Y estos discursos aún existen. Se ha blocks, hubieran preferido quedarse en el viejo
cambiado el análisis de la Dependencia por el campamento.Tenemos que repensar las políticas
del Capitalismo Global, pero se reitera el antiguo de vivienda, y las viviendas mismas, así como las
discurso acerca de la marginalidad sin vuelta ni formas de segregación social del espacio para
remedio. Es cierto que hay numerosos campos de conseguir que la energía que las familias ponen
refugiados y ghetos urbanos donde se refugian en la construcción de su hábitat se aproveche y
ingentes “residuos humanos”, como argumenta redunde en el rescate y fortalecimiento de esta
Zygmunt Bauman en su “Vidas desperdiciadas”, cultura de lo popular.
pero también lo es que el grueso de los grupos
popularesurbanosdenuestrasciudades,chilenas
y latinoamericanas, siguen formando parte de
la ciudad, aunque su integración no excluya las
desigualdades, la discriminación y la explotación.
131

papers

Por un lugar en la ciudad1.


por Francisca Márquez
Panelista Foro “Vida comunitaria y organización en
conjuntos de espacio mínimo”, MINIMO 2005

1 Parte de este artículo fue expuesto en el Coloquio Las consecuencias de a globalización sobre el contrato
social en las sociedades modernas, AISLF, U. de Concepción, enero 2007.
papers
Pobladores • Fuente: Corporación Sur 132
133

papers

L
a aspiración y reivindicación de una mejor vida, de un “lugar” en la sociedad y la
ciudad, es y ha sido históricamente una reivindicación a la base del movimiento
de pobladores en Chile. Durante casi todo el siglo XX, la participación del mundo
poblacional, entendida como expresión de soberanía ciudadana, contribuyó a
controlar y a limitar el poder del Estado en la definición del contrato social. La participación
del movimiento de pobladores urbanos estimuló el desarrollo de una cultura de gran actoría
y justicia social, pero sobre todo de inventiva en la lucha por ganar espacios en la ciudad. El
contrato social y los términos sobre los cuales se levantaba, no se construía ni se legitimaba sin
la participación de los pobladores.

En esta aspiración por un lugar en la ciudad, los pobladores de este siglo XXI parecieran
no diferenciarse de sus antecesores. Sin embargo, sus relatos dejan entrever tres
elementos distintivos de lo que fueron los viejos actores populares de mediados del
siglo XX. Uno, la debilidad de su adscripción de clase (obrera, popular) y la consecuente
fragmentación de sus identidades; dos, la percepción generalizada de vivir en una
sociedad estamental, en la que la desigualdad y la intolerancia tienden a imponerse; y,
tres, estrechamente ligado a los dos anteriores, una acción fragmentada que se debate
entre la resistencia, la sumisión, y progresivamente, el estallido contra un Estado que los
niega en el reconocimiento a sus derechos.
134

papers

Tal vez en estos tres grandes rasgos residan algunas de las características más importantes
considerando la tradición comunitaria y de lucha social del mundo poblacional en el Chile actual.
Estas tres dimensiones colocan, por tanto, la pregunta por los términos sobre los cuales se deberá
construir y redefinir un pacto o un contrato social acorde a las aspiraciones de los más excluidos de
nuestra sociedad.

La identidad fragmentada2

La pérdida y debilitamiento de los viejos referentes identitarios que daban vida y cuerpo a la
clase obrera parecieran ser una evidencia que se impone en nuestras sociedades neoliberales.
Junto a los viejos referentes identitarios, el relato de las luchas obreras y poblacionales
pareciera ir quedando relegado a la nostalgia de unos y en el olvido de otros… En contextos
de desigualdad como el nuestro y de frágil integración social respecto de los modelos de
modernidad, los actores poblacionales no sólo están ausentes del escenario y el debate
público, sino también enfrentan dificultades para definir principios identitarios y sentidos que los
unifiquen en su accionar. La vida en las villas y poblaciones de este siglo XXI nos muestra que
las identidades, la pertenencia, la sociabilidad y la convivencia ciudadana no siempre resisten
a la fragmentación que imponen la experiencia del ghetto (que en su sentido etimológico viene
de getare, arrojar a los extramuros) y del estigma que en ellos deja esta sociedad estamental
(marcas con hierro candente sobre la piel del esclavo).

Pero no siempre fue así, la historia del siglo XX está plagada de ejemplos de pobladores donde
el sentido de la identidad se construía justamente al calor de la lucha por un espacio en la
ciudad y la sociedad, de la lucha por torcerle la mano a un Estado reticente, de la lucha contra
los poderes ocultos de la sociedad; era ahí donde el orgullo de ser poblador nacía. Hoy, sin
embargo, nos enfrentamos a una identidad poblacional fragmentada no sólo en términos de la
continuidad y unidad de su relato, sino también de la posibilidad de su reconocimiento.

Cuando hablamos de identidades fragmentadas, lo que estamos diciendo es que los quiebres
y los vacíos del discurso identitarios en el mundo poblacional parecieran ser profundos: entre
padres e hijos, entre vecinos y vecinas, entre obreros y estudiantes, entre el viejo trabajador y
la joven vendedora del mall… el relato poblacional contiene trizaduras, de olvidos y silencios,
a veces profundos. Un discurso fragmentado, deshilado, nos advierte Levi Strauss3, es un
discurso que pierde su fuerza de larga duración y con ello también la fuerza de penetrar y de
imponerse al discurso de un poder y un Estado que domina desde su invisible presencia.

“Los hombres son más los hijos de su tiempo que de sus padres” decía el historiador Marc
Bloch. Esto ha sido siempre cierto, pero tal vez hoy lo sea más que nunca, en tiempos de
transformaciones vertiginosas y desigualdades crecientes entre los mismos hombres. Hay una
memoria que ha quedado rezagada, perdida en el vacío de los espacios poblacionales, doblemente
desheredados: del legado de sus ancestros, y de las promesas de la modernidad contemporánea.

2 Ver proyecto de investigación de la autora, Identidad y Comunidad: Historias de barrios del Gran Santiago
1950 -2000. Fondecyt 1050031.
135

papers

Un relato fragmentado es también un relato que pierde unidad. En contextos de fuerte


segregación, ghettización y desigualdad, la diversidad de elementos identitarios, más que
constituir un recurso, un capital social, simbólico, económico, pareciera ser un impedimento
para que este relato pueda constituirse como tal. Los fragmentos prevalecen por sobre la
unidad. El desconcierto de las identidades es el desconcierto de la cultura y el accionar
poblacional: “Antes sabíamos por qué luchar”, decía una pobladora para referirse a tiempos
pasados. Hoy pareciera ser que lo que se pone en juego, es justamente la capacidad de
historicidad de estas identidades poblacionales.

Y cuando los fragmentos son más que la totalidad, el mosaico tendrá dificultades para componerse;
y por cierto para ser re-conocido en toda su magnitud. Des-calificación, des-conocimiento se han
transformado en componentes centrales a la experiencia de la alteridad de estas identidades des-
concertadas del mundo poblacional. Distancia subjetiva y social profunda, con un Estado y una
sociedad que los fija en su condición de excluidos y asistidos, de parias4 de los extramuros de la
ciudad. No hay disciplina más eficaz dice Michel Foucault, que aquella que distribuye y ordena a los
individuos en el espacio. Y así ha sido y así continúa siendo desde el nacimiento de la República,
desde el camino de cintura que separa el Santiago propio del Santiago impío y plebeyo; esfuerzo
civilizatorio del espacio popular urbano que se reactualiza una y otra vez en las fronteras de la
ciudad. Extramuros de la sobrevivencia, la descalificación y negación de los derechos, a los que por
décadas el movimiento poblacional resistió.

En este universo social de la descalificación y vulnerabilidad, el campo de lo posible, de lo imaginable,


ciertamente se estrecha. El pensamiento y las posibilidades de sí mismo, pueden reducirse –como
ocurre entre los más marginales apostados en las salas de espera de cada municipio– simplemente a
su más mínima expresión, a la banalidad de la sobrevivencia del día a día. Sobre este fondo de déficit
identitario, no puede sino instaurarse entonces un proyecto pragmático y defensivo para preservar
y asegurar lo que de sí mismo persiste y resiste. La sumisión voluntaria a este Estado omnipresente
e impenetrable de la que nos hablaba Etienne de La Boetie5 surge para algunos como la única salida
posible; para otros la rabia y el estallido contra lo que más duele, los iguales.

Una sociedad estamental y desigual

En la última década, Chile experimentó un crecimiento económico sostenido , con avances sustantivos
en la reducción de la pobreza. La primera parte de la década de los noventa, muestra cifras positivas
en cuanto a crecimiento económico, empleo y en especial, al ritmo de reducción de la pobreza. En la
actualidad, Chile es uno de los cuatro países latinoamericanos con menor incidencia de la pobreza.
Hoy, sin embargo, los grandes problemas que afectan a los más pobres no son la falta de techo, el
hambre, el abandono institucional o el analfabetismo, sino la fuerte vulnerabilidad en sus trayectorias
de movilidad. La única encuesta panel realizada en Chile entre los años 1996-20016 para un conjunto
de familias pobres e indigentes, nos confirma que la vulnerabilidad se ha vuelto un rasgo sustancial a la

3 L´Identité, PUF, Paris, 1998.


4 Wacquant, L. 2001, Parias Urbanos, Manantial, Buenos Aires.
5 Le discours de la servitude volontaire, 2002, Payot, Paris.
6 Ministerio de Planificación y Cooperación en Chile, 2002.
136

papers

comprensión de la pobreza en nuestro país. Desde la perspectiva de esta encuesta, la vulnerabilidad se


entiende como el riesgo que tiene un hogar hoy de caer en la pobreza mañana. En efecto, la encuesta
panel nos entrega claras evidencias del fenómeno de rotación de la pobreza que, lejos de constituir una
situación estable y que afecte a los mismos hogares y personas, presenta un alto dinamismo7.

Junto a la mayor vulnerabilidad de las familias chilenas, estudios cualitativos sugieren que una buena
parte de las certezas se han vuelto obsoletas8 . En esta década, el viejo imaginario mesocrático y
equitativo da paso a uno donde la desigualdad toma fuerza9. El origen socioeconómico de las familias
sigue siendo definitorio en el destino social de las personas; estudiar en escuelas públicas y vivir en
comunas pobres es por cierto un factor de discriminación en términos de los ingresos a alcanzar.

La acción fragmentada

Si la acción y la lucha concertada frente a la desigualdad y la marginalidad constituían el


principal capital del mundo poblacional, hoy la precariedad de los referentes colectivos y
las evidencias de una sociedad estamental y desigual han pasado a ser evidencias fuertes.
La acción poblacional se debate entre una diversidad de principios que nos hablan de la
creciente individualización y desapego de los vínculos y hábitos que “contenían” y, a la vez,
protegían al mundo poblacional. Fragmentación identitaria y fragmentación de su accionar que
probablemente se encuentra a la base de los enfrentamientos y el malestar que vemos (y tal
vez seguiremos viendo surgir) al interior del mismo mundo poblacional.

La resistencia nostálgica, la sumisión y el reclamo, la lucha individual o el estallido enrabiado


amenazan hoy por eclipsar toda acción concertada. La vieja lucha por el derecho por un lugar en la
ciudad se ha transformado progresivamente en la lucha interna a un lugar en los estrechos márgenes
del propio ghetto. Es en esta trastienda poblacional que la disputa, como en el juego de espejos,
termina por volverse sobre sí mismos; el poblador que obtuvo su vivienda (tal vez en un juego de
sumisiones y pragmatismo) se vuelve a menudo en el único adversario visible y posible, en el enemigo
interno contra el que estallará la rabia contenida de sus iguales. Hechos como los ajustes de cuentas
entre pandillas de jóvenes y bandas de micrográfico, pueden terminar por socavar los cimientos
que décadas de historia y lucha común le valieron a punta de convicción y también de sangre, el

7 Concretamente así como un 11% de los hogares chilenos salieron de la indigencia y de la pobreza entre
1996 y el 2001, un 9% cayó en la indigencia y la pobreza en el mismo período. Es evidente, entonces, que
a pesar de que el nivel de pobreza en Chile ha disminuido, la vulnerabilidad es muy alta; y que las políticas
sociales enfrentan dificultades para enfrentar esta realidad.
8 Un estudio de la Universidad de Chile (2004) demuestra que el origen socioeconómico continúa siendo
determinante en el monto de los ingresos. El desempeño académico no tiene ingerencia en el logro de
movilidad social, por el contrario el origen familiar, la escuela y la comuna parecen ser determinantes al
momento de definirse los ingresos. Núñez J. y C.Risco, Movilidad intergeneracional el ingreso en un país en
desarrollo: El caso de Chile, Doc. Trabajo 210, U. de Chile, 2004.
9 En un estudio realizado por Mideplan (2000) sobre las percepciones culturales de la desigualdad se señala:
Un 63% de los encuestados piensa que la desigualdad es un mal inherente a las relaciones sociales, que
afecta a toda la sociedad y que tenderá a existir siempre; siendo su efecto principal la destrucción de la
solidaridad. Provoca consecuencias en el plano colectivo, genera la desunión del país o crisis de comunidad;
y en el plano individual, provoca pobreza espiritual, frustración y angustia. Respecto del futuro, solo un 13%
de los encuestados cree que el crecimiento económico eliminará la pobreza en veinte años, en tanto 60%
cree que la distancia entre pobres y ricos se agranda de modo que habrá más pobres en veinte años más.
137

papers

reconocimiento y el respeto al mundo poblacional.

Ciudadanía y las formas del contrato social

En la construcción y génesis de estas múltiples identidades, no sólo se conjuga una cierta idea de lo
que es la pobreza, la vida del pobre, sino también de aquello que se espera del Estado, de la sociedad
y de sí mismo, en tanto poblador. Esto es, de la figura del contrato social, en su más amplia acepción. El
contrato social como expresión de un pacto entre ciudadanos que asegure la convivencia social.
En Chile han convivido históricamente concepciones diversas de ciudadanía y de concebir e imaginar
las formas del contrato social.

a) El contrato de la caridad
Como aquella mujer que imploraba la ayuda pública frente a las cámaras, muchos pobladores
ven aún en el Estado la posibilidad de protección que en los sistemas hacendales y semifeudales
les otorgaba el patrón; y que desde el populismo latinoamericano tanto se ha reivindicado.

La apelación a la beneficencia y la caridad, esto es, a la bondad solidaria y compasiva,


nos remite a una imagen premoderna y precapitalista de un Estado que protegía a los más
desvalidos y estos, a través de un acto de reciprocidad, le entregaban su voto y aplauso
incondicional. Noción del Estado caritativo que se incuba en las historias de reproducción
de la pobreza y en lo que la antropología ha llamado “la desesperanza aprendida”; es decir,
la certeza de que nada cambiará en sus vidas, hagan lo que hagan, “porque siempre ha sido
así”. De lo que se trata entonces es de sobrevivir, en lo posible, con la ayuda caritativa del
Estado y la sociedad. Se reclama la ayuda, no en términos de derechos y deberes, sino
simplemente como un gesto de compasión hacia su miseria. Ellos sabrán agradecer y expresar
su buena voluntad hacia quien se compadezca. Trabajar el estigma, la discriminación, la
mirada invalidante, despertar la compasión se transforma así en un esfuerzo permanente. La
espera paciente y silenciosa en los pasillos del consultorio, en las salas de la municipalidad,
en la puerta de la parroquia ocupan sus días, porque así es como se aprendió que debía ser.
Más que la igualdad de derechos, más que la autonomía y el control cultural sobre lo propio
y lo ajeno, como diría Bonfil10, lo que se reclama es simplemente, el cuidado de un padre
todopoderoso, benévolo y caritativo.

b) El contrato de los derechos


Frente a la ausencia de ciudadanía y a la naturalización de la pobreza sin embargo,
históricamente los pobladores se han organizado también en sociedades de resistencia. En
Chile, desde comienzos del siglo veinte hasta hoy en día, existe una larga tradición donde
la solidaridad es el valor central que organiza a la comunidad de pobladores. Se presiona al
Estado que reconozca los derechos de los pobres, a la vivienda, a la tierra, a la salud, a la
educación… Es el ejemplo de la toma de La Victoria, paradigma de la lucha y la resistencia
poblacional mancomunada. O Villa La Reina, autogestión de resistencia tutelada y de alianza

10 Bonfil Batalla, G. Lo propio y lo ajeno: una aproximación al problema del control cultural. En: Stavenhagen,
Rodolfo. La cultura popular, FCE, México, 1998, pp. 79-86.
138

papers

con el Estado, pero donde los principios identitarios se compartían y orientaban la lucha por
un espacio digno en la ciudad. Eran los tiempos de construcción de identidades territoriales
entendidas como el ejercicio del poder de habitar.

Las comunidades de resistencia y soberanía tienen una larga tradición en Chile. Es el grupo
el que se constituye en demandante de derechos. Frente a la marginalidad y la ausencia de
ciudadanía efectiva, el grupo se cohesiona en torno a valores comunitarios y la solidaridad
mutua que da sentido a la acción y a la vida. Aquí, es la comunidad de los desheredados la que
apela a la solución y al reconocimiento de derechos.

Son aquellos pobres que sabiéndose parte de una categoría social excluida, echan mano a una
memoria para romper con su condición de desafiliados. De la experiencia de trabajo comunitario
y/o un pasado rural de fuerte organización y solidaridad, se extraerán los principios identitarios y
de acción para resistir. Experiencia que habla de una gran capacidad de control cultural sobre sus
propios destinos. El recuerdo de “batallas ganadas” con y contra el Estado y el relato épico que de allí
se levanta, son la señal de la capacidad de muchos pobladores de maniobrar aún en condiciones y
contextos sociales adversos. Al Estado se lo invoca sólo en cuanto contribuye al reencuentro con la
sociabilidad y la comunidad de pobladores.

c) El contrato del silencio


Las evidencias empíricas en Chile, sin embargo, nos indican que en la medida que se disuelven
los sistemas tradicionalmente asistenciales o de beneficencia, o se debilitan y erosionan los
mecanismos de resistencia comunitaria, tenderán a imponerse nuevas y más complejas formas de
expresión de ciudadanía poblacional. Formas tan diversas como la participación asistida y clientelar
(cooptada) que nace justamente al alero de las políticas sociales y sus recursos; o las expresiones
individuales de una ciudadanía incompleta que apela a un Estado que les asegure la igualdad de
oportunidades de la participación en el mercado; o simplemente, la revuelta de los desheredados,
de las identidades negadas.

Solitarios y desprovistos de los vínculos de protección y resistencia poblacional, los pobladores transitan
entre la nostalgia de la comunidad, el reclamo por un padre protector, el deseo de integración a las
promesas emancipatorias del mercado y la rabia que silenciosamente se va encubando, agazapada en
cada uno. La convivencia social y la posibilidad de definir un nuevo contrato social con y desde el mundo
poblacional se debate, así, entre la privatización y el comunitarismo; entre el mercado y el Estado; entre
la cooptación y la autonomía, entre la sumisión silenciosa y el estallido.

Sin embargo, más allá de las diferencias, los relatos de estos pobladores, advierten que la
desigualdad y su superación siguen siendo un imperativo ético irrenunciable, porque ellas
destruyen la solidaridad de la sociedad y sus comunidades; pero también el escepticismo
respecto de la capacidad del Estado, de la sociedad y de cada uno para acordar y pactar una
forma de convivencia social.

Es precisamente la tensión entre el imperativo ético de la igualdad y el escepticismo hacia el


Estado y los actores sociales –incluido los propios-, que explica una buena parte del ambiguo
pragmatismo que persiste entre estos pobladores. Sumisión, repliegue, silencio y pragmatismo
139

papers

forman parte de la misma cara de la dominación moderna. “Rascarse con las propias uñas”,
valerse por siímismo, surgen como mecanismos defensivos de una desesperanza aprendida.
La experiencia chilena nos muestra con gran claridad que toda relación de ayuda y asistencia, es
siempre una relación problemática que transita de manera ambigua entre el discurso por los derechos
y las evidencias de su dominación.

Los efectos paradojales de este Estado moderno y sus políticas sociales están a la vista.
La idea de que la pobreza es un mal inevitable al modelo económico tiende a asentarse,
y con ello la naturalización de la pobreza a la manera como ocurría desde la Colonia
hasta fines del siglo XIX. Pobres laboriosos y pobres peligrosos, dos formas antiguas de
clasificarlos y determinar las acciones hacia ellos. A los primeros se los educa y cuida, a los
segundos, a los peligrosos, se los castiga y encierra…”Orden censurante” que da cuenta
no sólo de un ordenamiento económico, sino que también de una cultura pro-civilizamiento
en los términos de la historiadora Maria Angélica Illanes11.

Una vuelta a la caridad o al control sancionador, sin embargo, – a la piedad o a la horca en los términos
de Bronislaw Geremek12- como formas del contrato social deben ser descartadas. Ellas atentan a
la dignidad e igualdad, a la historicidad del mundo poblacional. Prestar atención a las identidades
fragmentadas y a las luchas poblacionales es abrir la pregunta sobre su participación e implicación
en la definición de los términos bajo los cuales quisieran ejercer su ciudadanía, no una ciudadanía
residual, sino plena. Levantarse como sujetos de derechos y no como sujetos de asistencia, puede no
sólo hacer una gran diferencia en términos identitarios, sino también del reposicionamiento del viejo
ideario popular de un contrato de la igualdad.

11 Cuerpo y sangre de la política: La construcción histórica de las Visitadoras Sociales Chile, 1887-1940, Lom, 2007.
12 La Piedad y la Horca: Historia de la caridad y la miseria en Europa. 1989. Alianza Universitaria. Madrid.
papers
Conjunto Habitacional • Fuente: Corporación Sur 140
141

ROPAVEJERO • Yennyferth Becerra


142

a r t e

Expositora Curatoría de Arte

YENNYFERTH BECERRA
Artista Visual

P
aulatinamente, dentro de mi trabajo, he ido
desarrollando el cuestionamiento por la necesidad
y el deseo de habitar en el individuo. Las carencias
e insuficiencias del contexto social cotidiano gestan
en el hombre una inventiva constructiva, que da respuesta
o que trata de resolver la interrogante de cómo sobrevivir
o vivir dentro de un espacio. Un buen ejemplo de esto lo
constituyen las construcciones de viviendas precarias, que a
través de sus distintas soluciones, buscan resolver en menor
o mayor medida no sólo un problema espacial arquitectónico
de resguardo, sino que también se transforman en alternativas
que complacen gustos, deseos, aspiraciones y necesidades.
La solución final que se construye carga con una inventiva
e ingenio que constituye una estética particular, estética
donde la calidad y cualidad del material es fundamental para
relacionar esa fragilidad temporal de los modelos.

Estas insuficiencias materiales las he representado en


la propia materialidad constructiva de los trabajos y en el
proceso de gestión para conseguir el material: así he utilizado
la recolección como sistema de acumulación de material
y el trueque, como recurso de intercambio. Por lo tanto, la
invitación a participar de la exposición “MÍNIMO” de Un Techo
143

a r t e

Imágen Exposición MNBA


para Chile representaba, por una parte, una oportunidad
para insertar e inscribir mi trabajo bajo el alero de un nombre
Institucional que aporta y fundamenta gran parte de los
referentes que comúnmente utilizo, y por otro, significaba una
instancia real de acercamiento a estos propios referentes.

Así surge “ROPAVEJERO”, una propuesta que inicialmente


se articuló dentro de un recurso de intercambio bastante
sistemático, pero que sin embargo, durante el transcurso
de la muestra se enriqueció bajo cada situación generada
in situ. La obra propuso realizar cambios materiales en el
lugar, los que se realizaron mediante un sistema de trueque,
método que permitió entablar un diálogo directo con el
público-espectador y construir la obra con la participación
activa y circunstancial durante el tiempo de exhibición.

Durante una semana en el frontis del Museo Nacional de


Bellas Artes, se instaló un módulo habitacional articulado con
ruedas de 2 x 3 x 3 mts., que a manera de caja desmontable,
se abría y cerraba con candado diariamente. El interior
de éste, fue habilitado con objetos básicos de un hogar,
todos adquiridos desde el valor total y real que tiene una
mediagua. Mediante previa difusión a travéz de panfletos
se informó sobre los objetos que estarían a disposición para
ser cambiados en la instalación: 1 florero, 1 mantel, flores
plásticas, 1 panera, 2 visillo cortina, 1 calendario, 1 reloj
muro, 1 radio, 6 vasos, 1 juego de sábanas de 1 plaza, 2
frazadas, 1 chal,1 peluche,1 termo de 2 litros, 1 juego de
té, 1 vela candelabro San Expedito, 3 tazones,1 espejo, 1
anafre de 2 platos, 1 choapino, 1 fuente, 1 olla,1 tetera, 1
azucarero,1 lámpara, 2 sillas,1 mesa, 1 cama, 2 colchones 1
plaza, 1 plancha, 1 lechero,1 vianda, 1 cuchara de madera,
1 cucharón,1 tostador, 1 estufa, 1 juegos de servicios 24
piezas, 1 juego paños de cocina, 1 juego de 2 toallas, 1 cojín,
Imágenes intercambio de objetos

2 almohadas y 1 alfombra. De esta forma, el visitante trajo un


objeto usado y se llevó el mismo pero nuevo.

Diariamente se abrió este mínimo espacio para compartir y


exponer sus nuevas condiciones. Paulatinamente, el interior
transformó su condición de vivienda precaria, estandarizada y
depurada, en una situación con objetos usados y desgastados,
que involucraban a un usuario, a un tiempo y a una habitabilidad
que se opone a lo puro y formateado de estas construcciones
seriadas y moduladas. Se articularon imágenes a manera de
pequeñas escenas determinando diferentes condiciones de lugar
145

a r t e

que iban cambiando en el tiempo. Un lugar que se entrega como


una supuesta y momentánea solución se vio cargado en su interior
con un imaginario personal, que tiñe y maquilla de la forma más
conveniente y particular cada hogar, para transformarlo así, en lo
más estable y duradero que se pueda. Los objetos intercambiados
que ingresaban cada día cargaban con la huella de los usuarios,
exponían la historia personal y particular de cada visitante y,
sumados al resto, construían una nueva situación particular. El
total de los objetos se cambió rápidamente: dentro de los tres o
cuatro primeros días ya no quedaban cosas nuevas, todas eran
viejas. Unas más codiciadas que otras, más necesarias o más
preciadas, pero sin duda, todas eran necesarias para construir
el interior de un hogar. Se cambió desde lo más útil hasta lo
más decorativo. Desde los campamentos, los pobladores se
organizaron y trajeron en grupo lo más grande y difícil de cargar. A
cada familia se le permitió cambiar una cosa, para dar oportunidad
Imágenes intercambio de objetos

a todos los que querían participar. Llegó gente que vivía bajo el
puente. Los días de lluvia ayudaron para generar la necesidad de
una frazada o un colchón nuevo. La estufa era una de las más
apetecidas, los objetos no dieron abasto frente a la demanda o a
las simples ganas de tener algo nuevo “sin tener que pagar”.

“Ropavejero” fue una obra generada desde un trueque,


articulada desde un recurso que permitió intercambiar objetos
y experiencias bajo una noción de un valor no lógico al cambio
habitual (lo nuevo por lo usado). La experiencia real superó
cualquier expectativa personal frente a la obra, donde uno
de los grandes desafíos era evidenciar y tensionar un gasto
público, un gasto que surge para satisfacer una necesidad y
falencia de la comunidad versus un gasto innecesario, que
evidenciara o expusiera en cierta forma las categorías del valor,
sus condiciones, lo difuso y deslimitado de estas. El conflicto
entre dónde destinar los gastos; entre la necesidad y la
utilidad; entre lo bien y mal gastado, significaba para muchos
“malgastar dinero” de una vivienda momentánea (una solución
imperante para algunos) en una “obra de arte”: una inutilidad
que puede esperar para otros.

Esta obra fue una instancia que permitió valorar la


temporalidad de los objetos, las condiciones que los circundan
como tal, y poner en circulación cotidiana lo destinado a la
obra. El antes y el después que se generó en este pequeño
hito arquitectónico exterior, evidenció no sólo la participación
imperante de la gente, sino también dejó al descubierto la
necesidad de toda persona por construir un hogar.
Imágen de objetos de la vivienda

Secuencia de armado de la mediagua


147

papers

COOPERATIVA DE RENCA
Los Negocios Inclusivos abren un
amplio mercado hacia donde crecer
por Rodrigo Torres
Gerente de Marketing y Comunicaciones de Masisa Chile
papers
148

Cooperativa de Renca conformada por: Renata González • Fernando Marín • María Zabala • Margarita
Martínez • Rosa Brito • Yasna Álvarez • Jessica Osandón • Cecilia Castro / Profesor: José Astroza
Fuente: UTPCH
149

papers

A
medida que las sociedades se van desarrollando, se hace más urgente buscar
oportunidades para integrar al sistema social y económico a los sectores
de menores ingresos, de manera que éstos no queden fuera del progreso y
podamos construir una sociedad exitosa, por lo tanto, sostenible en el tiempo.
Como empresa, creemos que este es el ecosistema ideal no sólo para los ciudadanos, sino
también para desarrollar negocios. En ese sentido Masisa ha decidido tomar un rol activo
para la superación de esta problemática social.

Bajo esta visión, hemos identificado como un nicho de alto interés los negocios inclusivos
o que integran a los sectores de bajos ingresos a la cadena de valor, por su potencial de
rendimiento no sólo financiero sino también social. En América Latina el segmento de la
base de la pirámide es más del 50% de la población, es decir, un amplio e inexplorado
mercado hacia dónde crecer y que a la vez nos permitirá contribuir con soluciones para
enfrentar la pobreza y la desigualdad.

Considerando que el negocio central de nuestra empresa es la producción de tableros


de madera para la mueblería y arquitectura de interiores, en los últimos años Masisa
ha enfocado el desarrollo de esta línea de proyectos a generar y/o patrocinar el
microemprendimiento en el sector de la mueblería,. Esto, con el objeto de mejorar el
acceso a oportunidades en esta industria, profesionalizando el sector y obteniendo a la vez
una ganancia debido a la generación de una mayor demanda de productos.
150

papers

Con este objetivo hemos desarrollado varias iniciativas de la mano de distintos socios
estratégicos, entre las que podemos mencionar: capacitaciones a mueblistas en gestión de
negocios; apoyo para la formación de microempresas en la fabricación y comercialización
de mobiliario; además del fomento al desarrollo de equipamiento para la vivienda social, a
través de nuestro Concurso de Diseño para Estudiantes.

En la versión 2007 de este tradicional certamen, retomamos contacto con Un Techo para
Chile (UTPCH), el año 2005 fuimos uno de los auspiciadores del concurso Minimo, el cual
va en línea con nuestro concurso Masisa. El año 2007, el que se abocó a la creación de
mobiliario para mejorar la calidad de vida de la vivienda social. Para dicha oportunidad,
Masisa solicitó la asesoría de la Fundación, de manera de conocer realmente cuáles
eran las necesidades de los habitantes de estas residencias. Además, el capellán de la
institución, Padre Felipe Berríos SJ, participó como jurado del concurso, que tuvo una
amplia y estimulante participación de los jóvenes.

Gracias a esta positiva experiencia, la alianza entre Masisa y UTPCH continuó con otra
iniciativa que está hoy en curso y que nos enorgullece ya que nos permite contribuir al
Programa Mínimo, el que gracias al esfuerzo y entusiasmo de sus gestores, ha sido pionero
en la detección de una necesidad y en el desarrollo de equipamiento digno y adecuado
para estas viviendas. Además, ha trasmitido a nuestro equipo empresarial importantes
conocimientos para cualquier proyecto futuro que abordemos en este nicho.

Se trata de la Cooperativa de Renca, formada por mujeres de del Condominio Antumalal


ubicado en la comuna. Ellas han sido capacitadas por Un Techo para Chile e Infocap
para el diseño, fabricación y comercialización de muebles para las viviendas sociales de
su comuna; de acuerdo a diseños elaborados en torno a las conclusiones que arrojó el
Programa Minimo el año 2005. Jóvenes diseñadores, arquitectos e ingenieros, las han
asesorado y ayudado a transformarse en pequeñas emprendedoras, actualmente en vías
de pagar su capital semilla, gracias al equipamiento de más de 15 hogares. Masisa, ha
aportado asesoría técnica y facilitado el acceso a la Red Placacentros Masisa, la cual se
encuentra a lo largo del país y cuenta con un mix de productos y servicios orientados a la
especialidad de mueblería, para que la cooperativa compre los materiales con facilidades
de pago.

Esta experiencia, liderada por UTPCH, es un muy buen ejemplo de cómo las
empresas, organizaciones sin fines de lucro y en general toda la sociedad civil,
pueden colaborar y lograr desarrollar ideas rentables que a la vez ,satisfagan las
necesidades de este segmento. En el caso de estas mujeres emprendedoras de
Renca, hemos sido testigos de cómo han sabido sacarle partido a esta oportunidad,
desarrollando competencias y autonomía para llevar adelante su negocio, al cual ven
como una fuente de progreso para toda su familia, mientras que la empresa asegura
nuevos clientes con un alto nivel de lealtad.

En definitiva, este es el tipo de iniciativas que queremos replicar y seguir creando, ya que
estamos convencidos del potencial de crecimiento, innovación y progresos para la empresa
151

papers

a nivel global, además de aportar a mejorar la calidad de vida de aquellos que han tenido
menos oportunidades.

Por esta razón, esperamos seguir reforzando nuestra alianza con UTPCH, ya que como
empresa sabemos que es vital la colaboración y el aporte de instituciones como ésta, con
competencias distintas a las nuestras, para poder llevar a cabo este tipo de negocios que
generan un bienestar integral. Por eso, quiero también aprovechar esta instancia, para
invitar a otros actores de la sociedad a que se sumen a este propósito y piensen de qué
manera podemos generar alianzas para el desarrollo de nuevos proyectos.
papers
Cooperativa de Renca armando muebles en Condominio Antumalal 152
153

diseño

1000 Alumnos,
30 comunidades,
más de 20 docentes,

pensando en el “Otro Chile”.


PROYECTOS DE DISEÑO

Resultados de talleres universitarios


154 PROTOTIPOS

diseño
• Nombre Proyecto: Electrobox
• Alumnos: Maria Serrano + Nikolas Julio + Martín Bruna + Diego Gómez + Maximiliano Cortes
+ Manuel Bravo + Ignacia Galaz + Fabián Guerra + Juan Pablo Silva + Tomas Duran
• Profesor: Claudio Fernández
• Universidad: Pontificia Universidad Católica de Chile
• Curso: Desafíos de la Ingeniería 1er año - Ingeniería Civil
• Año: 2008
• Comunidad: Campamento Transitorio lo Espejo
PROTOTIPOS 155

diseño
• Nombre Proyecto: Tapagotera
• Alumnos: Ignacio Cortés + José Luis Dominguez + Daniel Heinsohn + Camila Herrera + Federico
Huneeus + Pedro Hurtado + Paula Ochsenius + Sebastián Ramírez + Camilo Vargas (tutor)
• Profesor: Rosita Jünemann
• Universidad: Pontificia Universidad Católica de Chile
• Curso: Desafíos de la Ingeniería 1er año - Ingeniería Civil
• Año: 2008
• Comunidad: Esperanza y Fe, RM
156 PROTOTIPOS

diseño

• Nombre Proyecto: Iluminación LED


• Alumnos: Sebastián Becerra + Victoria Martínez + Constanza Olea + Patricia Campos +
Esperanza Martínez + Betsabé Ortiz
• Profesor: Felipe Aballay + Rebeca Silva
• Universidad: Universidad de Chile
• Curso: Taller 2o año - Diseño Industrial
• Año: 2007
• Comunidad: Campamento Fundo El Provenir - Pudahuel
PROTOTIPOS 157

diseño
• Nombre Proyecto: Lavaplatos
• Alumnos: Gonzalo Márquez + Flavia Arredondo + Javiera Montes de Oca
• Profesor: Felipe Moreno
• Instituto: Duoc UC Viña del Mar
• Curso: Taller 3er año - Diseño Industrial
• Año: 2007
• Comunidad: Campamento Mar Azul - Quintero - V Región.
158 PROTOTIPOS

diseño
• Nombre Proyecto: Conectividad
• Alumnos: Askan Straume
• Profesor: Jaime Galleguillos
• Instituto: DuocUC – Viña dC
• Curso: Taller de Titulación, Diseño Industrial
• Año: 2008
• Comunidad: Villa Don Vicente - Puente Alto
PROTOTIPOS 159

diseño

• Nombre Proyecto: Repisa Pack


• Alumno: Maite Otondo
• Profesores: Constanza Miranda + Julián Ugarte
• Universidad: Pontificia Universidad Católica de Chile
• Curso: Taller de Mercado 4to año - Diseño
• Año: 2007
• Comunidad: Villa Padre Hurtado - Pudahuel
160 PROTOTIPOS

diseño

• Nombre Proyecto: Mochila Omenta


• Alumno: Marten Brëgstom
• Profesores: Constanza Miranda + Julián Ugarte
• Universidad: Pontificia Universidad Católica de Chile
• Curso: Taller de Mercado 4to año - Diseño
• Año: 2007
• Comunidad: Villa Padre Hurtado - Pudahuel
PROTOTIPOS 161

diseño
• Nombre Proyecto: Silla Pallet
• Alumno: Cristóbal Contreras
• Profesores: Mauricio Léniz+Claudia Paublo+Rodrigo Ebner
• Universidad: Universidad Diego Portales
• Curso: Diseño Inustrial II
• Año: 2007
• Comunidad: Parcela 4 - Proyecto Las Margaritas - Renca
162

diseño

"Un Techo para Chile


ha exportado su modelo
solidario a otros países
de Latinoamérica bajo el
nombre de Un Techo para
mi País; ONG que tiene
la misión de implementar
el modelo de trabajo
de la fundación chilena
en todos los países de
Latinoamérica, con más
de 180 mil voluntarios
trabajando por los más
pobres del continente."
163

agradecimientos.
La mejor manera de dar cierre a este libro es agradeciendo a
todos quienes han hecho posible generar una nueva línea de
investigación dentro de Un Techo para Chile, la cual nos permite
conectarnos a diversas redes académicas y productivas.

Nos hemos dado cuenta que el buen desarrollo de objetos de


diseño permiten mejorar radicalmente la calidad de vida tanto
en viviendas temporales de campamentos como en viviendas
definitivas. Así mismo, hemos constatado que la participación
de las nuevas generaciones de diseñadores, arquitectos,
constructores e ingenieros con las familias más desprotegidas
del país, permiten involucrarlas para realizar investigaciones
concretas que atacan problemas reales y generan ideas de
diseño para mejorarlos.

han abierto las puertas para conocer los problemas que


queremos atacar y han pasado a ser parte integral de cada
proyecto que se presenta en esta publicación, luego, a todos los
voluntarios que hicieron posible poner en marcha el programa
el año 2005, grupo al cual se sumaron los miles de estudiantes
que están trabajando con nosotros desde el año 2007 hasta
ahora, a todos los profesores que se han involucrado y forman
parte del equipo MINIMO y a todos los que aportaron con sus
escritos para dar forma a este libro.
La invitación es a seguir estudiando e involucrando disciplinas
en esta nueva línea de investigación, es a otorgar nuevas
herramientas y posibilidades a los pobladores para que superen
su condición y vivan bajo condiciones de buena calidad, en que
sus viviendas respondan con excelencia en el tiempo.

Aprovechamos de dedicarle el libro a Tomás Lillo, voluntario


de Un Techo para Chile que nos dejó a principios de este
año y que, sumado a su participación activa en el Programa
MINIMO, estuvo a cargo de las instalaciones iniciales del
proyecto de vivienda definitiva en Juan Fernández.
164

Albert Tidy Arquitecto U.Chile / Docente FAU, U.Chile

Alejandra Barrera Directora Condominio “Antumalal”, Ex Dirigenta Campamento “Villa Esperanza”

Alejandra Rasse Socióloga PUC, Magíster en Sociología PUC (2005) / Docente IEU, FADEU, PUC

Carlos Navarrete Lic. en Artes Visuales, PUC / Docente Escuela de Arte UFT, docente Escuela de Arte UDP

Claudia Ayala Asistente Social, PUC / Encargada Área Social del Programa Chile Barrio, MINVU
PUBLICACIÓN
COLABORACIONES

Francisca Márquez Antropóloga, UCH / Master en Desarrollo UC Lovaina; Dra. Sociología, UC Lovaina / Docente e Investigadora, U. Academia de Humanismo Cristiano

Francisco Sabatini Sociólogo y Ph.D. en Planificación Urbana, PUC / Docente IEU, FADEU, PUC

Hernán Garfias Diseñador Gráfico, PUC Valparaíso / Director Escuela de Arte, UDP

Italo Rossi Ing. Forestal, U.Chile / Gerente Comercial Corp., MASISA (2004–2005); Gerente Gral. Masisa Brasil (1999-2004); Gerente Comercial Masisa (1989-1999)

Mauricio Léniz Arquitecto, PUC / Docente FADEU, PUC; docente Escuela de Diseño, UDP

Milan Ivelic Director MNBA

Mirko Salfate Arquitecto PUC / Magister en Arquitectura PUC / Director Área Vivienda Definitiva UTPCH ( 2004 - 2007 )

Ricardo Tapia Arquitecto, U.Chile / Docente INVI, FAU, U.Chile

Rodrigo Torres Ingeniero Comercial, UAI / Executive MBA, UI / AGerente de Marketing y Comunicaciones Masisa Chile

Rodrigo Hidalgo Geógrafo, PUC

Sofía Von Ellrrichshausen Arquitecto, U. del Bío-Bío

Yennyferth Becerra Artista Visual Pontificia Universidad Católica de Chile

Mauricio Pezo Arquitecto Universidad del Bío Bío / Magister en arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile
COLABORACIONES 165
MINIMO

Albert Tidy Diego Córdova Manuel Matteuci


Alejandra Barrera Don Paul Marcela Letelier
Alejandra Rasse Fabián Todorovic Marcela Ramírez
Alejandra Sánchez Felipe Aballay Marcia Ruiz
Alejandro Aravena Felipe Aranguiz Marcos García
Alicia Villarreal Felipe Moreno Margarita Hantke
Alvaro Benítez Fernando Marín Margarita Martínez
Álvaro Rojas Francisca Márquez Margarita Ruiz Tagle
Ana Caro Francisco Lorca Mari Carmen Galmez
Andrea Cifuentes Francisco Sabatini María Jesús Zañartú
Andrea Díaz Gabriel Lagos María José González
Andrea Herrera Gabriela Manzi María Paz Izquierdo
Andrés Pardo Gabriela Matta María Zavala
Andrés Villela Gonzalo Cáceres Mariana Young
Ángeles Gajaní Héctor Torres Mario Antonio Oviedo
Angélica Pérez Hernán Garfias Mario Durán
Antonia Peón Hugo Pohl Mario Garcés
Askan Straume Italo Rossi Mario Ubilla
Asunción Duke Iván Valenzuela Martin Ros
Benjamín Díaz Jaime Galleguillos Mauricio Léniz
Carlos Cartes Janio Thomas Mauricio Pezo
Carlos Navarrete Javiera Bonich Miguel Ángel Muñoz
Carmen Bordeau Jessica Osandón Milan Ivelic
Carmen Gloria Troncoso Jonathan Holmes Mirko Salfate
Carolina Carrasco Jorge Atria Mónica Pérez
Carolina Ipinza José Astroza Orlando Martínez
Carolina Mosso José Bengoa Oscar Sandoval
Cecilia Castro José Manuel Ahumada Pablo Fuentes
Christian Alcota José Manuel Allard Pablo Ivelic
Claudia Ayala José Spichiger Pablo Martínez
Claudia de Paublo Josefa García Pablo Moreira
Claudio Fernández Josefina Valdés Pablo Vidal
Constanza Miranda Juan Carlos Jeldes Paola Azócar
Consuelo Fuentes Juan Ignacio Eyzaguirre Patricio Araya
Cristián Briones Juan Pablo Bascur Patricio Domínguez
Cristián Olivos Juan Pablo Luarte Francisco Papas Fritas
Cristián Rojas Katherine Rahal Paula Meneses
Cristián Sanhueza Legua York Pilar Abiuso
Cristóbal Noguera Luis Arturo Hevia Pilar del Real
Daniel García Macarena Letelier Rainaldo Escobar
Daniel Guerrero Macarena Moral Raúl Menibar
166

Rebeca Silva
Renata González
Ricardo Baeza
Ricardo Carrasco
Ricardo Lang
Ricardo Tapia
Ricardo Viveros
Roberto Delpiano
Rodrigo Beríos
Rodrigo Cofré
Rodrigo Ebner
Rodrigo Fajardo
Rodrigo Hidalgo
Rodrigo Reyes
Rodrigo Torres
Rosa Brito
Rosita Fuenzalida
Rosita Jünemann
Sergio Alfaro
Sergio Díaz García
Sergio Espinoza
Sofía Von Ellrrichshausen
Soledad de la Fuente
Susana Aravena
Tomás Cárdenas
Tomás Lillo
Verónica Miquén
Víctor Oddó
Victoria Paz
Virimary Cepeda
Ximena Schnaidt
Yasna Álvarez
Yenniferth Becerra
Zaire

Todos los pobladores y alumnos que han


participado desde el 2005 en el Programa
MÍNIMO
auspicia
167
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