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AURORA DE ALBORNOZ «LA ESPANA PEREGRINA’ Para comenzar he de advertir, a manera de justificacién, que no me creo dema- siado capacitada para hablar a fondo sobre un tema tan vasto como lo es la cultura es- pafiola en el exilio; nunca habfa meditado suficientemente sobre ello. Ahora me pre- gunto el porqué, y la respuesta me parece bastante clara: para el joven que en 1944, 1948, 1950... estaba fuera de Espajia, lo que pasaba dentro de su pajs Ileg6 a conver- tirse en problema casi obsesivo. En la década del 40 descubrid con entusiasmo Nada, de Carmen Laforet; la narrativa de Camilo José Céla era tema de discusio- nes constantes... Luego, en el cin- cuenta y pico, otros novelistas es- cribian, dentro, lo que muchos jovenes sentian’ fuera. Con algun etraso Megaron las palabras de Celaya y el espafiol de fuera cre- ¥6, con 41, que sla, poesia es un ‘arma cargada de futuro»; entu- siasmaba a todos la voz fuerte de Blas de Otero; emocionaban los testimonios de Hierro, que habla- ba de sus cérceles; ia angustia en rebeldia de Angela Figuera Aymerich. Algunos encontraron, con emocién, su propia infancia rota en unas palabras de Eugenio de Nora: «La letra j de jugar, j din /las letras de alegria que ar- den’ solas,/zdénde_yacen?..._ Los nifios quieren su edad, Hablo de los nifios, de los ado- lescentes, de los jévenes... En esta mirada hacia la Espafia de adentro», seria injusto no olvidar a los mayores. icion de Nada fue una revelacién para to- dos: creadores y criticos de la «Espafia de fuera» hablaron una una y otra vez de Carmen Lafo- ret, aquella sorpresa y promesa. Ydiscutieron a'Cela, ¥ alabaron la obra de un joven dramaturgo, Buero Vallejo. La poes{a que sur- ‘oy omeea eer deeaaarc jos 50, escrita por los jévenes poe- tas de la posguerra, hizo cambiar de 0) algunos critics y poetas, que creyeron que el exilio ‘se habia levado «la palabra». En este sentido, considero ejemplar la actitud de Max Aub, que si en 1954, en su libro de ensayos La poesia nea, no se refiere para nada a la producida en el interior de Es- pafla después de la guerra civil, tres afios después, 1957, tras. el descubrimiento de’ los nuevos EXTRA HH + 1972 poetas, haciendo una increible demostracién de comprensién hu- mana y de estudio, publica un li- bro de singular importancia, en cere ee medio: ‘Una nueva : 1988: son los poetas de la Espatia de dentro los que estudia ahora Max Aub. Es indispensable sefialar aqui, igualmente, la emocién, dolorosa y esperanzada, de las’ palabras con las que Ledn Felipe saludé el libro de Angela Figuera Ayme- rich, Belleza cruel, en 1958. El poeta, que a su salida hacia el éxodo habfa dicho: ‘Mia es la voz antigua de Ia [tterra. le dir en 1958 a : sNoso- tros no nos llevamos la cancién»... . Fue fundador de una im- portantjsima editorial: Séneca. LITERATURA DE_INVESTIGACION Y CRITICA LITERARIA Por haberme detenido demasia- do en la literatura de creacién, muy poco podré decir en estas paginas —pero algo diré— sobre la investigacién y la critica lite- raria. Muchos entre los exiliados ha- bian iniciado en Espafia su obra como criticos ¢ investigadores de Ja literatura. Pero, en general, su trabajo pudo madurar en Univer- sidades de América Latina principalmente, de Norteameérici Creo que, casi sin excepcién, fue- ron —o siguen siendo— profeso- res de Literatura. Algunos de los que antes he llamado «exiliados Yoluntarios» andaban por Univer- sidades de América. Amado Alon- so, entre ellos. En Buenos Aires creé la «Revista de Filosofia His- Anica, que en 1947 empieza a €ditarse en México con el nombre de «Nueva Revista de Filosofia Hisp4nica», la gran_publicacion que conté desde el principio con Ja colaboracién de notables his- panistas de todo el mundo. Ama- do Alonso, que. luego fue catedré. tico en Ia Universidad de Har- vard, ha de ser uno de los gran- des maestros de la investigacién y critica (7). En Norteamérica estaban, ya en 1939, Federico de Onis y Joaquin Casalduero —a los que he Mamado «exiliados vo- Tuntarios», concepto que expliqué anteriormente—. A Universidades norteamericanas legaron muchos otros tras la guerra civil. Entre los nombres que ahora recuerdo estén los del gran filésofo To- més Navarro Tomés, José F. Mon- tesinos —que creo es tuvo an- tes en México—, Antonio Sanchez Barbudo, Juan’ Lépez, Morillas, Concha Zardoya, Jose Rubia Bar. cia, Ramén Martinez Lopez. A otros lugares de América se fue- ron otros ilustres criticos: Gui- Nermo de Torre —ensayista, crf tico, tedrico de la literatura—, que hizo ademas labor editorial muy considerable; Enrique Diaz Canedo, inteligentisimo critico; Segundo Serrano Poncela, critico y profesor inolvidable... Una vez Un joven critico, uno de los mas brillantes entre los que podriamos lla; mar eex nifos» del exillo, me él hecho de que las jiras’de Démaso ‘Alonso por Latinoamérica y Norteamé- Hea hacia el afi $0.0 antes fueron un Valloso estimulo para los criticos del Otro lado del Atlantico, «LA ESPANA PEREGRINA’ més viene el nombre de Francisco Ayala, ahora como catedrético y como’ uno de los mds penetran- tes criticos que en la actualidad tenemos, ya Algunas figuras ee la poesia merecen ente tacarse cuando de critica literaria hablamos. Concretamente pienso en los inteligentisimos libros de Jorge Guillén; en los imprescin- dibles estudios de Salinas sobre Jorge Manrique o sobre Rubén Dario. Podriamos afiadir a Luis Cernuda en sus estudios de poe- sia, arbitrarios y geniales. Y, cla- To est, una serie interesantisima de trabajos de J. R. J. Recordemos que, casi sin excep- cién, los citados escritores han sido'o son profesores de jévenes extranjeros, y que hicieron su la- bor docente fuera de Espaiia, No es hora de lamentarlo: conside- Famios que, sl musics [Sven es tranjeros —y algunos jévenes del exilio— hacen hoy una notable labor de hispanismo, se debe a sus maestros espafioles. LOS PERIODISTAS. LAS REVISTAS Periodistas de la talla de Anto- nio Espina, Corpus Barga, Pauli- no Massip y muchos otros hicie- ron brillante trabajo en peri cos de Lima, México y muchos otros paises. Es preciso anotar- Jo, aunque no es a la labor indi- vidual, sino a la colectiva, a Ia que me voy a referir aqui. Aparte de algunas publicacio- nes mencionadas ya —la «Revista de Filologia los «Cua dernos de Historia de Espa- fiar...—, los exiliados crearon en América un considerable namero de importantes revistas cultura- les, Para no cansar al lector me referiré solamente a algunas de las literarias, creadas en un pafs: Mexico. «Romance» fue, segin mis in- formes, la primera revista impor- tante. Dependia econémicamente de una editorial mexicana. Entre sus fundadores figuraron: Anto- nio Sénchez Barbudo, Juan Reja- no y Lorenzo Varela. «Las Espafiasy fue la primera revista totalmente independiente. EXTRA HI - 1972 Pretendian sus fundadores —que fueron Manuel Andujar y José Ra. mén Arana— crear un organo de expresi6n, superando todo. part dismo 0 grupo. A la redaccion se incorporaron pronto Anselmo Ca. rretero y José Puche Planes; Iue- gp, el arquitecto Eduardo Robles iquer y el escritor Mariano Gra nados. Los nombres de colabora- dores —espafioles y extranjeros— que figuran en algunos de sus nd. meros, dan una idea de lo que fue la ‘publicacién. Publicacién independiente tam- bién fue «Ultramars, fundada por los fildsofos Wenceslao Roces, Sanchez, Vazquez y el poeta Juan Rejano, «Espafia peregrina» fue una creacion de Bergamin. Con él co- laboraron Gallegos Rocafull, el ensayista y pensador a que me re- feri en ocasiones anteriores —ca- nénigo lectoral de la catedral de Cérdoba—; el poeta y novelista José Herrera Petere, José Carner, Juan Larrea, Eugenio Imaz y mu: chos otros. «Cuadernos Americanos» fue una publicacién de mexicanos y espafoles, con Jesus Silva Her z0g como director. Colaboraron en su nacimiento Eugenio. Imaz, Juan Larrea y Leon Felipe. Unas tuvieron una vida més corta, y otras, més larga. Algunas cuentan entre las més importan- tes publicaciones de nuestro mun- do literario hispanohablante, De las revistas catalanas tengo referencia de unas pocas, aunque supongo que existieron otras. Quiero citar aqui, entre las im- portantes: «Revista de Catalun- ya», eLa Nostra Revista», «Lles- tres» y «Quaderns de l'Exili», LAS EDITORIALES. OTRAS INSTITUCIONES Quizé lo que viene en primer momento a nuestra mente es la aportacién de los intelectuales es- afioles a la editorial mexicana rondo de Cultura Econémica, fundada en la década del 30 por un grupo de mexicanos notables. En un catélogo del Fondo hallo el siguiente comentario sobre la aportacién espafiola:

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