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Carolina López / 'Si ladran es que cabalgamos

Por
Carolina López

Periódico EL NORTE

(14-Jun-1997).-
La campaña de difamaciones contra el Padre Marcial Maciel, que parecía haber llegado a
su fin, aún es tema para uno que otro ansioso de restarle fuerza y credibilidad no sólo a una
congregación en particular, sino a la Iglesia en general.

Hay que señalar que no es la primera ocasión en que un sacerdote de intachable reputación
es presa de la calumnia, del odio y de la mentira. En el pasado, altos representantes de la
Iglesia católica, como el Cardenal Bernardin, de Chicago, y Groer, de Viena, ya fueron
objeto de campaña de difamaciones sin fundamento y fue el tiempo el que puso a la verdad
en su lugar.

Sin embargo, también hay que saber en dónde iniciaron los ataques contra el fundador de
los Legionarios de Cristo para darnos cuenta del objetivo concreto que buscan sus
principales enemigos. Un diario estadounidense fue el primero que se prestó a ser cómplice
de esta infamia y publicó en los primeros meses del año que supuestamente nueve personas
denunciaron que el sacerdote había abusado de menores entre los años 40 y 60.

Lo que nunca informó el periódico estadounidense The Hartford Courant es que uno de los
acusadores se retractó bajo juramento de lo que decía, a pesar de lo cual se siguió utilizando
su testimonio como prueba. ¿No le parece extraño que personas que hoy cuentan entre 50 y
60 años de edad hayan decidido esperar hasta ahora para dar a conocer la noticia, en lugar
de hacerlo en su día, y más que algunas de ellas mantenían comunicación cordial con el
Padre Maciel hasta los años 60?

El caso es que enterarnos de que algún diario poco conocido de un país como Estados
Unidos, que alberga toda una gama de ideologías, credos y mentalidades, se presta a juegos
sucios, no es nada raro. Lo que sí causa preocupación es que los mexicanos seamos tan
ciegos e ingenuos como para seguirle la jugada a un medio extranjero que pretende
desprestigiar a uno de los líderes espirituales más valiosos que ha tenido México en los
últimos años, y cuya labor ha sido reconocida en varias ocasiones por el Papa Juan Pablo II.

Si usted no conoce la historia del Padre Maciel, le diré que nació en 1920, en Michoacán,
en el seno de una familia cristiana y trabajadora, y que en 1936 ingresó al Seminario de
Veracruz con la ilusión de fundar una congregación de sacerdotes que luchara porque
Cristo reinara entre los hombres.

Así, después de gran esfuerzo, sacrificio y dedicación inició en 1941 la congregación con
13 jóvenes de algunos estados del Centro del País, y poco a poco la orden fue creciendo.
Hoy en día los Legionarios cuentan ya con 2 mil 400 miembros de 31 nacionalidades, 370
sacerdotes, y se benefician de su espiritualidad más de 45 mil laicos procedentes de 38
países.

¿Usted cree que esta congregación pudo haber crecido de tal manera si su fundador no
hubiera sido un hombre intachable y fiel a Dios y a los principios de la Iglesia? ¿Será
posible sostener un engaño de tal calibre por más de medio siglo y además que el supuesto
engaño dé la gran cantidad de frutos que ha dado la Legión por todo el mundo?

Vale la pena mencionar que los Legionarios han reaccionado con paciencia y resignación
ante las calumnias contra su fundador.

El portavoz estadounidense, el padre Owen Karens, declaró que todo se trata de una
venganza llevada a cabo por exmiembros de la orden, así como de un esfuerzo por difamar
a una apreciada figura católica, como se hizo con el fallecido Cardenal Bernardin. Cabe
destacar también que en 1956, época a la que se refieren las acusaciones, el Padre Maciel
ya había sido acusado de ilícitos, por lo que lleva 40 años de persecución.

El Vaticano abrió entonces una investigación que demostró que todo era mentira. Todos los
que hoy lo acusan fueron interrogados bajo juramento sobre la vida y las acciones del Padre
Maciel. Entonces ya eran adultos y, según ellos, mintieron. ¿Cómo van a hacernos pensar
que hoy dicen la verdad?

No es fácil defender y expresar en este breve espacio la magnífica obra que desde hace más
de medio siglo realizan estos sacerdotes, quienes, como muchos de sus colegas, no se han
librado de las malas lenguas. Sin embargo, eso no ha sido impedimento alguno para que su
gran labor se siga extendiendo por el mundo.

Por eso es importante hoy en día que existan medios de comunicación como El Norte y
Reforma, que no se prestan, ni por amarillismo ni por vender más periódicos, a ser
comparsa de una calumnia, y más aún, cuando son dirigidas contra personas que se dedican
a hacer el bien.

Y a las personas más informadas les hacemos la aclaración de que los Legionarios, como la
gran mayoría de las congregaciones católicas, no le prohíben nada a sus allegados, es su
testimonio de fidelidad, integridad y amor a Dios el que arrastra a muchos laicos a seguir su
ejemplo y tratar de mejorar en su forma de vida.

Por último, nos gustaría recordarles a los necios que continúan lastimando al Padre Maciel
y a los Legionarios aquella frase de Don Quijote a Sancho: "Si ladran, es que
cabalgamos_".

Los Legionarios han seguido "cabalgando"_

Y que se enteren de una vez sus enemigos de que ni un siglo de calumnias e injurias podría
derrumbar jamás a esa admirable congregación que hace más de 50 años fundó un
mexicano digno, íntegro y ejemplar: Marcial Maciel Degollado.

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