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(Comp.)
PRIMERAS
CONSTITUCIONES
Latinoamérica y el Caribe
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PRIMERAS CONSTITUCIONES
Latinoamérica y el Caribe
Nelson Chávez Herrera
(Comp.)
PRIMERAS
CONSTITUCIONES
Latinoamérica y el Caribe
R t p ú b l lc i B o l l v ii i a n j d ( V e n e i u t U
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B iblioteca Ayacucho
© F u n d ació n B iblioteca Ayacucho y B anco C entral de Venezuela, 2011
D erechos exclusivos d e esta edición
C olección Claves P olíticas de A m erica, N» 6
H echo Dep>ósito de Ley
D epósito legal lf50 1 2 0 1 19002202
ISBN 9 7 8-980-276-495-2
A p artad o Postal 14413
C aracas 10 10 - Venezuela
w w w .bibliotecayacucho.gob.ve
I.H.Plumb
Sin lugar a dudas, la historia com o conocim iento de la realidad social atra
viesa una de sus horas más m enguadas debido, entre otras razones, a la crisis
paradigm ática m ayor de las ciencias sociales y de su corolario, su supuesta
neutralidad axiológica. La historia juega un papel de gran relevancia com o
instrum ento de análisis y transform ación de nuestra existencia diaria. Las
concepciones historiográficas hegem ónicas centradas en un sujeto contem
plativo, pasivo y conform ista están siendo revolucionadas por lecturas más
com prom etidas y operativas en la edificación de una ciudadanía más in
clusiva y diversa. Esas interpretaciones que tenían en la historia un cam po
justificador de inequidades de géneros, clases, grupos, regiones y localidades
están experim entando la crítica dispuesta a echar m ano a nuevas y antiguas
categorías que ayuden a desenredar la com plejidad del ser latinoam ericano.
En tal sentido, la serie Claves Políticas de América, en vísperas de la celebra
ción de los bicentenarios de las Independencias de América Latina y el C ari
be, busca generar un espacio para el sano debate de la historia, un ejercicio
para recrear otras miradas y referentes sim bólicos de nuestro devenir com o
pueblos, una verdadera gimnasia para repensarnos asum iendo la valentía de
defenestrar m itos y medias verdades consagradas que pretendan negar un
cam bio de época en el horizonte latinoam ericano y mundial.
Escribir unas palabras iniciales sobre las prim eras constituciones la
tinoam ericanas con unicidaíi y coherencia no es tarea fácil, en virtud de la
diversidad distintiva de una vasta zona, que arropa el continente am ericano
desde M éxico hasta ArgentinarCom prendiendo decenas de países herm anos,
siem pre m ediatizados por la injerencia extranjera de ayer y hoy, de signo ge
neralm ente septentrional. La parte norteña de América, la América C entral
B IB L lcy rE C A A Y A C L 'C H O IX
propiam ente dicha, las islas que baña el m ar Caribe y toda la América del Sur
m uestran la dificultad antes aludida. Pero esa extensión que sobrepasa los
veintidós m illones de kilóm etros cuadrados con una población aproxim ada
de quinientos m illones de habitantes, m uestra, además de diferencias geo
gráficas, diferencias sociales y culturales que exigen cada día una integración
que vaya m ás allá de una visión instrum entalista o de com plem entariedad
económ ica, que dem anda una profunda hibridación de tejidos intercultu
rales afines. Pero, si bien adm itim os el carácter variopinto del conjunto lati
noam ericano y caribeño, no negamos de entrada un pasado com ún colonial
casi siem pre silenciado por la historia dom inante y en el peor de los casos,
naturalizado p o r cierto pesim ism o historiográfico de herencia positivista
que ha afirm ado que nuestra m ism ísim a historicidad está condicionada por
la m irada del otro, en este caso el opresor, quien se considera el único posee
dor de la cultura. De allí que todo esfuerzo que nos invite a conocernos más
allá de las versiones distorsionadas, dice bien de esta y otras iniciativas.
B IB L IO T E C A A Y A C U C U O XI
en academ ias y centros de poder. En el caso específico vene 2» la n o , es ilustra
tiva la interpretación de Laureano Vallenilla Lanz, quien es taxativo y bastante
provocador cuando nos dice que esa cacareada G uerra de Independencia “a la
que le debem os el bien inestim able de llam arnos ciudadanos en una nación y
no colonos, puede colocarse en la últim a categoría que cualquiera de nuestras
frecuentes m atazones”^ A unque hoy parezca un lugar com ún, hace más de
nueve décadas era tem eraria la idea de que la G uerra de Independencia fiiera
una guerra intestina, hipótesis que gozaba de poca sim patía en los círculos in
telectuales. E m pezando p o r llam ar “m atazón”, en lugar de sacrificio, entrega
o inm olación a la guerra que garantizaría la libertad m ism a de nuestro p ue
blo. “M atazón” es ya de p o r sí una voz peyorativa y este es en parte el carácter
provocador al cual nos referimos. Vallenilla Lanz desdice de la naturaleza
internacional de la “gesta em ancipadora” defendida p o r los historiadores de
otrora, señalándonos que, si bien la guerra es parte de la “evolución progre
siva de la h u m a n id a d ”, es poquísim o lo que podem os esperar de un aconte
cim iento en el que el“determ inism o sociológico” im pone las reglas del juego.
Es así com o la guerra es una fatalidad en la que el h om bre es un prisionero.
Para sustentar su tesis, Vallenilla explica que un grueso de los soldados que
integraron los ejércitos realistas fueron am ericanos. En todo caso, insiste,
es una exageración rom anticona la de pintar cuadros sangrientos de héroes
contra villanos, no h u bo enfrentam iento masivo entre los nacionales y los
extranjeros: “ Los hom bres que m andaron las m ontoneras delincuentes de
aquellos años, au n q u e isleños y peninsulares m uchos de ellos, tenían largos
años de residencia en el país”’. Vallenilla aduce la antipatía que albergaba el
pueblo llano a la causa independentista y se vale de los testim onios de Rafael
U rdaneta y Sim ón Bolívar, entre otros, siendo este últim o categórico en su
Manifiesto de C arú p an o de 1814 cuando dice; “Vuestros herm anos y no los
españoles han desgarrado vuestro seno, derram ado vuestra sangre, incendia
do vuestros hogares y os han condenado a la expatriación”\
Vallenilla Lanz no visualiza en ningún momento a un Bolívar que se per
cata de la popularización de la guerra como garantía de triunfo, sino que se
conforma con enfatizar lo errado que estuvieron los ilustrados de la Primera
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República al considerar que una masa de analfabetos pudieran adquirir el
estatus de ciudadanos. D eponer las autoridades coloniales trajo com o con
secuencia la anarquía y los resentim ientos sociales de los grupos explotados.
Vallenilla Lanz im pugna la sicología popular por ser caldo de cultivo d e “hor-
das bárbaras”, de “gente feroz y perezosa” gente ruin incapacitada de ejerci
tar las tan añoradas virtudes republicanas. ¿El colofón de su razonam iento?
La necesidad histórica de juan Vicente G óm ez’.
La contestación de Irazábal" a Vallenilla, pone en evidencia dos tenden
cias antagónicas a la hora de reinterpretar la Independencia. Porque veremos
que en Irazábal la G uerra de Independencia es una guerra librada contra el
“yugo español”, com o reza nuestro him no nacional venezolano, es una guerra
internacional, máxime, cuando es expresión de la decadencia del régimen
español, que después de tres siglos de dom inación, anunciaba en sus colonias
condiciones concretas de extinción. Es en este marco, según Irazábal, que
debe ser entendido el rechazo a la C om pañía Guipuzcoana por parte de Juan
Francisco de León, la insurrección de José Leonardo Chirino, los m ovim ien
tos revolucionarios de M anuel Gual y José María España y las expediciones
de Francisco de M iranda a m ediados del siglo XVIII y la prim era década del
siglo XIX, respectivamente. Los m ovim ientos m encionados fueron tentativas
frustradas por ser iniciativas de grupos sociales ajenos a la nobleza territorial.
Las duras medidas económ icas tom adas por la regencia española provocaron
más fácilmente el contrabando de Inglaterra y Holanda, asimismo, los pre
juicios económ icos y cierto conservadurism o español que im pedían el libre
comercio en H ispanoam érica, nos dice Irazábal, aceleraron el rom pim iento.
El mercantilism o, la piratería, las guerras napoleónicas, la invasión francesa
a España, los im puestos, los tributos, entre otros, fueron factores que favore
cieron el ansia em ancipatoria. Por otro lado, debido a la discrim inación y a
la relegación de los blancos criollos por parte de los peninsulares, prendieron
más fácilm ente las ideas francesas de los derechos ciudadanos. En todo caso,
lo más resaltante en Irazábal es que si bien reconoce lo que Vallenilla ya había
5. Lo peligroso de esta hipótesis,Iquc goza de buena salud en algunas universidades latinoam erica
nas, es que siembra la idea del “pueblo inepto", de sentim iento de inferioridad de los colectivos que
se sienten incapaces de^lirigir su propio destino. De allí su caráaer reaccionario.
6. Carlos Irazábal, Hacia ¡a democracia, 4* ed., Caracas, Editorial Ateneo de Caracas (Col. H istoria),
1979.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O XIII
dicho sobre lo im p o p u lar de la Guerra de Independencia, no lo hace acep
tando elem entos georraciales, sino, exactamente, por conciencia de clase.
¿Cómo p o d rían las masas populares estar a favor de quienes históricam ente
le habían cerrado el paso a la tan amada igualdad social? D efender la causa del
Rey, en la creencia de las mayorías, representaba dar al traste con la ignom inia
de los criollos. Si sum am os a esto, un José Tomás Boves que prem iaba a los
hum ildes con los “bienes de los nobles”, ergo, queda claro lo expuesto. Es así
com o en IrazábaJ la G uerra de Independencia es la confrontación entre la no
bleza territorial y la m onarquía española. Irazábal critica agriam ente la tesis
del gendarm e necesario que hace - a su ju icio - una descontextualización del
pensam iento bolivariano, adem ás de poner en evidencia una incom prensión
y desprecio p o r el pueblo venezolano. Acusa a Gómez y a sus iguales de en-
treguistas a intereses foráneos a la vez que señala que dem ocratizando la pro
piedad de la tierra se puede construir una sociedad m ás justa sin dictadores
de ninguna estirpe.
Todavía repican interpretaciones sobre las causas de las independencias
de Am érica Latina y el Caribe, tributarias del positivism o trasnochado, en
tendidas com o una “m entalidad im portada”, siendo su m áxim o exponente
Francisco Xavier G uerra, quien pone en segundo orden las tensiones internas
propias de la expoliación colonial. Afirma G uerra que es debido fundam en
talm ente a la crisis de la monarquía provocada por la invasión de España a N a
poleón B onaparteque se da la emancipación en la patria americana^. Pretende
negar así el carácter revolucionario de las independencias. D iam etralm ente
opuesto, John Lynch, sin obviar la dependencia del im perio español, pone las
cosas en su sitio. Asevera el historiador inglés que desde el siglo XVII las colo
nias hispanoam ericanas habían roto con la dependencia de España, en virtud
de que ya se habían convertido en su propia metrópoli. Todo esto, producto
del crecim iento de la actividad económ ica sobre el sustento de un p atrón de
inversión -cap ital am ericano en inversión am erican a- que aunque tím ido
en sus alcances, estaba fuera del sector trasatlántico. En este sentido, la nueva
correlación de fuerzas era el producto de la secesión de la industria minera y
de la redistribución de la riqueza dentro del mundo hispano. M ism o capital y
m ism a adm inistración, tanto para la defensa com o para la econom ía. El aná-
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lisis de la econom ía de plantación del Caribe y norte de Suramérica y su ciclo
de producción con respecto a los extranjeros corrobora lo afirmado. La im
plantación de nuevo im perialism o hispano y el control de los criollos, como
m uro de contención contra el contrabando de las colonias, se deben entender
com o la “reconquista de América” en la política centralizadora de Carlos III.
De tal m anera que para Lynch, la “independencia aunque precipitada por un
choque externo, fue la culm inación de un largo proceso de enajenación en la
cual H ispanoam érica se dio cuenta de su propia identidad, tom ó conciencia
de su cultura, se hizo celosa de su recurso”*.
II
8. John Lynch, Las r^olitciohes hispanoamericanas 1808-1826, Barcelona, Barral Hnos., 1976, p. 9.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O XV
de problem as que se m antendrían unos cuantos siglos. Estas medidas se de
bían acom pañar del fom ento de las “industrias” para abastecer las dem an
das y aplicar fuertes reglas aduaneras. Com o se puede deducir, el panoram a
era de com petencias y pugnas por el apoderam iento del m undo. España,
que cada día ejercía más el control a propósito de los viajes de exploración
y saqueo, no escondía sus ansias proteccionistas. La ejecución de norm as
duras que obligaban a las colonias a com ercializar exclusivamente con la
m etrópoli, asfixiando así la explotación de industrias que pudieran com petir
con España, lo decía todo. El ejem plo m ás sobresaliente fue el sector textil
aupado en 1548 p o r las Cortes de Valladolid y posteriorm ente restringido a
los extranjeros. Asim ism o, España profundizaba el m onopolio del transporte
a la vez que prohibía term inantem ente el com ercio entre las colonias. Los
m ercaderes sevillanos pechaban con altos im puestos las mercancías prove
nientes de las colonias, lo que con el tiem po fue m inando el ánim o y el afán
independentista de los sectores resentidos. Si bien este no era un proceder
exclusivo de los hispanos, sí repercutió definitivam ente en los territorios de
ultram ar. El in stru m en to del cual se valdría la reina Isabel para im plem entar
su poderío com ercial y sus indiscutibles atribuciones políticas fíie la Casa de
C ontratación de Sevilla, fundada en 1503, que tenía entre sus funcionarios
a un tesorero que debía encargarse de recibir todo el oro que viniera de las
Indias y enviarlo a la Casa de la M oneda de Sevilla para su acuñación. Lo más
destacable en la lógica de la España expansionista de los siglos XV y XVI, y
que dem uestra su apego al oro am ericano, fue su teoría de los metales precio
sos, es decir, el convencim iento de que una nación era verdaderam ente rica
cuanto m ás cantidad de dinero alm acenara. La riqueza de una nación estaba
dada po r la posesión del oro y dem ás metales preciosos, m otivos reales del
im pulso “civilizador”. Lo que no se puede obviar, es que la vorágine europea
era expresión del espíritu capitalista incipiente. C ultura depredadora que
todavía nos persigue.
III
B IB I.10T E C .A A Y A C U C :H ü XVII
plenam ente en los m ovim ientos independentistas de la América del Sur y
de C entroam érica. Todo ello reforzado con el bloqueo de Francia sobre In
glaterra y la invasión de los soldados de Napoleón a la Península Ibérica,
evento que aceleró el com plejo de fuerzas sociopoliticas con el que arrancó
el m ovim iento revolucionario independentista. Y com o elem ento m uy de
term inante p ara la acción revolucionaria estuvieron de parte de los pueblos
sojuzgados el m altrato de las autoridades m onárquicas y los excesivos im
puestos y abusivos m odos de conducir la cosa pública que fueron el ferm ento
con el que reventó la insurrección en toda América,
El 4 de noviem bre de 1780 se inició la insurrección dirigida p o r el ca
cique de Tungasuca, José Gabriel C ondorcanqui, quien adoptó el nom bre
de Túpac A m aru. Los m otivos para el suceso fueron los vicios del régimen
colonial que acogotaban al pueblo peruano, tales com o los m onopolios co
merciales, la discrim inación de los criollos, la explotación de los aborígenes
y el exceso de tributaciones. Este m ovim iento fue destruido a sangre y fuego,
pero su m ensaje p u d o extenderse rápidam ente hacia los pueblos de la Nueva
G ranada, Venezuela, el Alto Perú y Chile. En el Alto Perú (hoy Bolivia) en
el año de 1780 h u b o una rebelión indígena encabezada por Tomás Catari,
influenciado p o r T úpac Amaru. Este m ovim iento insurreccional se exten
dió p o r C harcas, Cochabam ba, O ruro y La Paz. El líder Catari fue apresado
y ajusticiado, pero sus herm anos D ám aso y Nicolás tom aron la dirección de
la revuelta y sitiaron la población de Charcas (Chuquisaca) con un ejército
de poco m ás de doce mil hom bres; fueron derrotados y num erosas perso
nas com prom etidas, ju n to con los dos herm anos, fueron ejecutadas. En este
m ism o año - 1 7 8 0 - el indígena Julián Apaza, conocido com o Túpac Cata
ri, reunió num erosos hom bres con los que sitió la ciudad de La Paz en dos
oportunidades; derrotado finalm ente fue ejecutado con gran núm ero de
seguidores. En la Nueva G ranada, en 1781, José A ntonio Galán encabezó la
rebelión conocida com o Los C om uneros, cuyo núcleo central se estableció
en El Socorro. Fracasada en su intento, esta insurrección se tiene com o el
preám bulo de la lucha em ancipadora. Igualmente favoreció al clima de des
contento la publicación en castellano de los Derechos del Hombre, realizada
por A ntonio N ariño en 1794, lo que le valió la pena de destierro por diez años
a las fortalezas que España tenía en el norte de África. En Q uito, la acción
revolucionaria de 1790 a 1795 se centró en las actividades del Indio Espejo.
IV
De tal m anera que en todos estos antecedentes, surgidos en los años finales
del siglo XVIII, se pudo notar cierto grado de ferm entación que fue altam ente
favorable para los sucesos que, en los prim eros años del siglo XIX, habrían
de desem bocar en la independencia de las colonias am ericanas del tutelaje y
gobierno m onárquico de España. Todo esto, sin negar que a com ienzos del
siglo XIX estaban m uy presentes en Iberoam érica los vestigios del proceso de
conquista^, con su expoliación característica, no solo metálica, sino de h o m
bres y tierras, en la que el indígena sustentado en “m odo de vida señorial”
m antiene intacto rasgos contradictorios d e “opulación y miseria” El cuadro
de finales del siglo XVU es variado e interesante. Según argum entos de Tulio
H alperin D onghi, México era la región m ás poblada y rica para la econom ía
9. Tulio Halperin Donghi, Historia contemporánea de América Latina, M adrid, Alianza Editorial,
1972.
Bl B I.IO T E C ^ A Y A C U C H O XIX
europea. El despunte de la producción de azúcar en las Antillas españolas
en el siglo XVIIl es de indiscutible valía, m ientras que un a Ajnérica C entral
organizada en la C apitanía General de Guatem ala se m ostraba más estática.
Las tierras suram ericanas del Caribe son de nuevo zonas de expansión. Al
lado del com ercio legal está el contrabando: Jamaica, que lo dom ina desde
el siglo XVII, es cada vez más im portante para Nueva G ranada. Con una
población que es la m itad de la neogranadina, Venezuela exporta p o r valor
dos veces m ayor que Nueva G ranada. El más significativo de los rubros es el
cacao (un tercio del total de las exportaciones, que excede cuatro m illones
y m edio de pesos); siguen el índigo, con algo más de un m illón, el café y el
algodón. El reino de Chile, arrinconado en el extrem o sur del Pacífico, es
la más aislada y rem ota de las tierras españolas. M ientras Chile perm anece
escasam ente tocado p o r las transform aciones de la estru ctu ra im perial de la
segunda m itad del siglo XVIII, el Rio de la Plata es acaso, ju n to con Venezuela
y las Antillas, la com arca hispanoam ericana más p ro fu ndam ente afectada
por ellas. Pero el núcleo dem ográfico y económ ico del virreinato rioplatense
sigue estando en el Alto Perú y en sus m inas (las decadentes de Potosí, la más
nueva de O ru ro )‘°.
Los elem entos definitorios de esa América española que ya presagia su
caída son: el peso económ ico de la Iglesia y las órdenes, p o r un lado, y la exis
tencia de “líneas de castas” que corren el riesgo de borrarse sobre todo entre
blancos, mestizos y m ulatos libres, por el otro:
Las tensiones entre estos grupos étnicos envenenan la vida urbana en toda
Hispanoamérica, desde Montevideo, una fundación de aire tan m oderno en
ese Rio de la Plata relativamente abierto a los vientos del m undo, en que un
funcionario no logra, ni aun mediante una declaración judicial que atestigua
la pureza española, esquivar una insistente campaña que lo presenta como
m estizo.ypor lo tanto indigno de ocupar cargos de confianza, hasta Venezuela,
en que la nobleza criolla, a través de algunos de sus miembros más ilustrados,
se hace portavoz de resistencias más amplias al protestar contra la largueza con
que las autoridades regias distribuyen ejecutorias de hidalguía a quienes tienen
con qué pagarlas. Allí donde existe, además, el abismo entre dominadores blan
cos y pobladores indios, esa resistencia adquiere un tono aún más prepotente y
violento, tanto más irritante porque muchos de los que son legalmente blancos
10. 25 y ss.
XX PRI.VIER AS C O N S T IT U C IO N E S . lA F IN O A M E R lC A Y EL ('.A R IB E
sólo pueden pasar fwr tales porque en los dos siglos anteriores las curiosidades
sobre linajes eran menos vivas” .
La libertad que derivaría de una política comercial elaborada por las colonias
mismas pasa a ser una aspiración cada vez más viva. Acaso más que esa as
piración pesa en la marcha a la independencia el espectáculo mismo de una
metrópoli que no puede ya gobernar la economía de sus colonias, porque su
inferioridad en el mar las aísla progresivamente de ellas. En lo administrativo,
el agostamiento de los vínculos entre metrópoli y colonias comenzará a darse
más tardíamente que en lo comercial, pero en cambio tendrá un ritm o más
rápido. En uno y otro campo los quince años que van de 1795 a 1810 borran
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O XXI
los resultados de esa lenta reconquista de su imperio colonial que había sido
una de las hazañas de la España borbónica'\
El quid de! asunto será el rol que vendrían a jugar los peninsulares en
H ispanoam érica. Porque las revoluciones latinoam ericanas -atravesadas
por m atices bastante com plejos imposibles de simplificar en esta presenta
c ió n - com enzaron p o r ser intentos de los sectores criollos de las oligarquías
urbanas para desplazar del poder político y la adm inistración colonial a sus
obstáculos para la com pletitud de su clase, prácticam ente detentora de la
econom ía de los territorios. Pero no era un enfrentam iento tan obvio sino
subrepticio, com o nos explica H alperin Donghi: basta com parar la severidad
nueva con que fueron reprim idos los m ovim ientos de Q uito y el Alto Perú
con la reconciliación entre el virrey Cisneros, que en Buenos Aires sucedió
a Liniers, y la ju n ta disidente de M ontevideo; sólo el m antenim iento del do
m inio m ilitar de Buenos Aires p o r los cuerpos criollos im pidió que los antes
rebeldes d o m in aran p o r entero la vida del Virreinato. En los virreyes, los
intendentes, las audiencias, se veía sobre todo a los agentes de la suprem acía
de los españoles de España sobre las altas clases locales: eso redujo enorm e
m ente el sentido de los prim eros episodios revolucionarios en la América del
Sur española. En cam bio, en México y las Antillas -c o n tin ú a Tulio Halperin
D o n g h i- o tras tensiones gravitan más que las de españoles y élites criollas
blancas: en las islas la liquidación de los plantadores blancos de Haití propor
cionaba una lección particularm ente im presionante sobre los peligros de una
escisión de la población blanca. En México fue la protesta india, y luego m es
tiza, la que d o m in ó la prim era etapa de la Revolución y la condujo al fracaso,
al enfrentarla con la oposición conjunta de peninsulares y criollos blancos. Si
bien en la Am érica del Sur española esas fronteras de la sociedad colonial que
separan las castas no dejaron de hacerse sentir variando localm ente el ritm o
del avance revolucionario, su influjo no bastó para detenerlo.
14. Sobre esle a sp e a o véase el esclarccedor prólogo de José Carlos C hiaram onte a Pensamiento de
¡a Ilustración. Economía y sociedad iberoamericanas en el siglo X V///, Caracas, Biblioteca Ayacucho
1Col. Clásica 1,51,1992, pp. IX-XXXIX.
15. La Revolución Francesa trajo consigo grandes cambios en la vida política y social del país;
asimismo, conm ovió a toda Europa, en donde se im plantaron reform as que contem plaban nuevas
formas de organización del Estado. Entre las consecuencias político-sociales más resaltantes de la
Revolución Francesa, en vista de la trascendencia y significación que tuvieron en otras latitudes, y
especialmente en America Hispana, se pueden anotar: destruyó el régimen feudal en Francia; con
esto abrió am plias perspectivas al desarrollo de la agricultura, la industria y el com ercio, ya que
estim uló la libertad de trabajo, la iniciativa privada y la producción. Acabó con el absolutism o y
con la doctrina que le servia de fundam ento (Derecho Divino de los Reyes). En su lugar, im plantó
inicialm entcla m onarquía constitucional y después el r.'gimen republicano de gobierno. Consagró
y difundió los Derechos del Hombre: libertad, igualdad, fraternidad, propiedad, soberanía popular.
Al acoger el principio de soberanía, reconoce el derecho de los pueblos a darse sus propios gobiernos
m ediante el sufragio. O tro de los principios fundam entales consagrados fue el de la igualdad ante
la ley, que term ina con los privilegios sociales. Establece la división tripartita del poder público,
la institución del estado civil y la unidad legislativa; y afirma el concepto de nación. Tanto el clero
com o la nobleza perdieron sus prerrogativas de clase. Cfr. Georges Lefebvre, La Revolución Francesa,
Barcelona, Editorial Laia, 1974; Estudios sobre la Revolución Francesa y elfinal del Antiguo Régimen,
2* ed., M adrid, Ediciones Akal, 1996.
B IB L IO T E C A A Y .^ C fC H O XXIII
supuesto q ue el trasfondo de todo esto fue el m ovim iento genérico llamado
Ilustración, com o ya dijimos. Los polémicos libros de los enciclopedistas
franceses del siglo XVIII eran discutidos e interpretados clandestinam ente
en toda A m érica, y sobre sus ideas van a girar las independencias, en especial
sobre los libros de Rousseau, Voltaire, Helvecio y D iderot. H um boldt, quien
estuvo en Am érica cinco años, expone que se consideraban sospechosos a
los qu e leían a M ontesquieu o a Rousseau, y que gran núm ero de am erica
nos fueron condenados a m uerte por sus ideas'*. No negam os que las ideas
filosóficas del siglo XVIII influyeron poderosam ente en el desarrollo de los
acontecim ientos posteriores. El torrente ideológico provocado p or la Revo
lución Francesa hizo que se difundieran los Derechos del Hombre en las colo
nias hispanas. M ariano M oreno, en Argentina, tradujo El contrato social de
Rousseau; A ntonio Nariño, en Colombia, tradujo los Derechos del Hombre, en
1794. H om bres com o Morelos, de México; M iranda y Bolívar, de Venezuela;
M oreno y Vieytes, de Argentina, reciben un poderoso influjo sociopolítico
de la Revolución Francesa, hasta puede decirse que ideológicam ente son vás-
tagos de ella. Esta ideología se extendió tanto en América hispana, que hasta
los curas estaban im pregnados de las ideas revolucionarias. Sus principios
filosóficos y políticos se encuentran claram ente expresados, por ejemplo, en
la Revolución N egra de Haití, a la que se ha calificado com o la versión am e
ricana de la Revolución Francesa, y el m ovim iento revolucionario de Gual y
España en Venezuela. En resum en, se puede indicar que las colonias sufren
16. M ontesquieu. Rousseau y Voltaire fueron ios que obtuvieron más resonancias por sus escritos.
Tuvieron gran influencia en las masas pxspulares y muchas de sus ¡deas encontraron eco en las decla
raciones de la independencia de las colon ias inglesas de N orteam érica, y en la Revolución Francesa.
Voltaire es el gran enem igo de toda verdad establecida. En sus m últiples obras.se dedica sobre todo
a atacar b au to rid ad de la Iglesia y el absolutismo. Es partidario vehem entem ente de la tolerancia
religiosa. El barón de M ontesquieu escribió, entre otras obras, el Espíritu de las leyes. Allí expresa la
teorfa de que el gobierno debe dividirse en tres ramas; la legislativa, encom endada a u n parlam ento
electo, la ejecutiva, en m anos del Rey, y la judicial, que tiene por misión castigar a los violadores de las
leyes. Juan Jacobo Rousseau fue el más radical de los enciclopedistas. Entre sus obras destaca Emilio
y Elcontraio social.En esta últim a, establece que el Estado se form a debido a un contrato libremente
establecido p or todos sus m iem bros, de lo cual deriva la soberanía del pueblo que puede encom en
dar su gobierno a alguien, pero que puede recuperarlo cuando así lo desee. Asimismo expresa la idea
de que el hom bre es bueno por naturaleza y que la sociedad hum ana es dañina. Las nuevas ideas se
d ifundieron rápidam ente entre los elementos cultos de la clase burguesa, y en algunos sectores de
las clases privilegiadas, y hasta hubo m inistros y m onarcas que se inspiraron en ellas para realizar
tím idas reform as a fin de evitar revoluciones violentas.
XXIV P R i . M F R . v s a ^ \ . s - m x 'c i o N E S . u t i n o a . v i f . r i c : a Y e l c a r i b e
durante el “siglo de la Ilustración” efertos similares, políticos, militares, eco
nómicos y culturales, provenientes de España. La pésima adm inistración, los
errores políticos, la decadencia de las estructuras sociales y, en consecuencia,
las reformas logradas en los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III,
son los principales hechos que modifican las estructuras am ericanas y que
predisponen para la independencia.
Pero, por otro lado, sería un error evaluar nuestras independencias
com o meras extensiones de lo que ocurría en Europa o un vago reflejo de la
caída del antiguo Régimen, sea español o francés. Es tendenciosa esa lectu
ra que asevera que las independencias nuestroam ericanas se deben en gran
m edida a la palpable incapacidad de la m onarquía ibérica de som eter a sus
colonias. Detrás de esta afirm ación está la negación de una historia más allá
de los dictám enes de los colonizadores de siempre. Sobre este aspecto José
Luis Romero es bastante enfático:
17. José Luis Romero, “Prólogo", Pensamiento politko de la emancipación (¡790-1825), Caracas,
Biblioteca AyacuchoiiCol. Clásica], 2 3 -2 4 ,1977,t.I,p. IX.
B IB L IO T E C A A Y A C L -C U l) XXV
Hubo, si, un cierto sentimiento criollo generalizado que no pudo ser superado
por las influencias ideológicas. Estas últimas operaron sobre pequeños grupos.
Aquel sentim iento, en cambio, siguió vivo en vastos sectores populares y en las
clases altas conservadoras. Cuando se estudia el pensamiento de la Emancipa
ción, es imprescindible no perder de vista ese sentimiento que obrará como
fuente de resistencia pasiva frente a las ideologías y a los modelos políticos
extraídos de la experiencia extranjera'*.
VI
B IB L IO T E C A A YA CU CHC) XXVII
a lo largo de los cuerpos de leyes. La división tripartida del poder, la alterna-
bilidad en el poder Ejecutivo -c o n la excepción de la C onstitución boliviana
y la chilena que p ro p u g n an gobiernos vitalicios- así como la libertad del co
mercio, p one en evidencia esa m atriz ideológica. La definición de ciudadanía
es de im portancia inusitada. El artículo 130 de la C onstitución de Uruguay
lo establece de este m odo: “Los habitantes del Estado tienen derecho a ser
protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad y propiedad”^”. De
igual form a el artículo 14 de la C onstitución dom inicana lo determ ina: “Los
dom inicanos nacen y perm anecen libres e iguales en derecho, y todos son ad
misibles a los em pleos públicos, estando para siempre abolida la esclavitud”^'.
El ejercicio de los derechos civiles y la “libertad individual queda asegurada”,
enfatiza. En la C onstitución de Cuba, años más tarde, en su artículo 26, es
taxativo cuando dice que “La República no conoce dignidades, honores es
peciales, ni privilegio alguno”^^
El caso venezolano sobre lo indígena es digno de ser citado:
XXVIII P R IM E R A S C O N S T I T U a O N E S . U T I N O \ M É R l C A Y EL O R I B E
desde ahora que puedan aplicarse involuntariamente a prestar sus servicios a
los tenientes o curas de sus parroquias, ni otra persona alguna, y permitiéndo
les el reparto en propiedad de las tierras que les estaban concedidas y de que
están en posesión, para que a la proporción entre los padres de familia de cada
pueblo las dividan y dispongan de ellas como verdaderos señores, según los
términos y reglamentos que formen los Gobiernos provinciales^\
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O XXXI
CRITERIO DE ESTA EDICIÓN
* B IB U O T E C A A Y A C U C H O XXXIII
G ran C olom bia y, por tanto, se publica el Acta de Federación de las Provincias
Unidas de la N ueva Granada.
La selección se divide en cuatro secciones cuya organicidad responde al
desarrollo de las luchas de independencia, aun cuando estas sean parte de una
sola guerra. D entro de estas secciones se establece un orden cronológico en
razón de la fecha de prom ulgación de cada Constitución, y la fuente a partir
de la cual se reprodujo se señ d a a pie de página.
En algunos casos se realizó la corrección ortotipográfica (acentuación,
pu n tu ació n , actualización de topónim os, usos de mayúsculas y m inúsculas),
y para una m ejor com prensión fueron agregadas entre corchetes algunas
palabras en el texto de las constituciones. Las Secciones y Capítulos de las
m ism as se identifican con núm eros rom anos; el articulado, con núm eros
arábigos.
Se p ublica la C onstitución de Brasil de 1891 por ser la prim era oficial de
la república, traducida del portugués p or Jane D ourado Arisawa y W ilfredo
M achado. La C onstitución de H aití fue traducida por Yurinis Prieto.
B.A.
X X X rV P R lM F R A S C O N S T l T U a O N E S . L A T IN O A M E R IC A Y EL C A R IB E
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PRIMERAS CONSTITUCIONES
Latinoamérica y el Caribe
HAITÍ, REPÚBLICA DOMINICANA,
CUBA, PUERTO RICO
HAITI
CONSTITUCIÓN IMPERIAL DE HAITI (1805)’
BIBI.IíTrRCAAYM:t'CHO 5
DECLARACIÓN PRELIMINAR
DEL IMPERIO
DEL GOBIERNO
8 P R IM E R .^ 5 C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R I BE
A rt. 34. El Em perador, en el caso de que se tram ara alguna conspiración
contra la seguridad del Estado, contra la C onstitución o contra su persona,
hará detener enseguida a los autores o cóm plices, quienes serán juzgados por
un Consejo especial.
A rt. 35. Su Majestad sola tiene el derecho de absolver a un culpable o de
conm utar su pena.
A rt. 36. El Em perador jam ás em prenderá ninguna empresa con la fina
lidad de hacer conquistas ni de p ertu rb ar la paz y el régimen interior de las
colonias extranjeras.
A rt. 37. Todo acto público será hecho en estos térm inos: “El Em perador
de Haití y el Jefe Suprem o del Ejército p o r la gracia de Dios y la ley constitu
cional del Estado.”
A rt. 38. Los generales de división y de brigada son m iem bros natos del
Consejo de Estado y lo com ponen.
DE LOS MINISTROS
A rt. 40. Las atribuciones de este m inistro com prenden la adm inistra
ción general del tesoro público, la organización de las adm inistraciones parti
culares, la distribución de los fondos para pon er a la disposición del m inistro
de G uerra y de otros funcionarios, los gastos públicos, las instrucciones que
regulan la contabilidad de las adm inistraciones y de los pagadores de divi
sión, la agricultura, el comercio, la instrucción pública, los pesos y m edidas,
la elaboración de las tablas de densidad de población, los productos terri
toriales, los dom inios nacionales sea p o r la conservación o por la venta, los
arrendam ientos aerícolas, las prisiones, los hospitales, el m antenim iento de
bibuotecaayaclcho 9
las carreteras, los contenedores, las salinas, las m anufacturas, las aduanas, en
fin, la vigilancia y la fabricación de las monedas, la ejecución de las leyes y los
decretos del G obierno al respecto.
A rt. 41. Las funciones de este m inistro abarcan el reclutam iento, la orga
nización, la inspección, la vigilancia, la disciplina, la policía y el m ovim iento
del Ejército y de la M arina, el personal y el material de la artillería y de inge
niería, las fortificaciones, las fortalezas, la pólvora y el salitre, el registro de las
actas, y los decretos del Em perador, su reenvío a los ejércitos y la vigilancia
de su ejecución; él vigila especialm ente que las decisiones del Em perador
lleguen ráp id am ente a los militares; denuncia ante los Consejos especiales
los delitos m ilitares llegados a su conocim iento y vigila a los com isarios de
guerra y oficiales de salud.
A rt. 42. Los m inistros son responsables de todos los delitos com etidos
p o r ellos co n tra la seguridad pública y la C onstitución, de todo atentado a la
propiedad y a la libertad individual, de toda disipación de fondos que se le
hayan confiado; están obligados a p resentar cada tres meses al E m perador la
estim ación de los gastos p o r hacer.de dar cuenta del empleo de las sum as que
han sido puestas a su disposición, y de indicar los abusos que habrían podido
colarse en las diversas ram ificaciones de la adm inistración.
A rt. 43. N in g ú n m inistro en su sitio o fuera de este puede ser persegui
do en m ateria crim inal, por lo hecho en su adm inistración, sin la adhesión
personal del Em perador.
10 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y E L C A R IB E
DE LOS TRIBUNALES
A rt. 45. N inguno puede atentar contra el derecho que tiene cada indi
viduo de hacer un juicio am istoso p o r árbitros de su elección. Sus decisiones
serán reconocidas legalmente.
A rt. 46. H abrá un juez de paz en cada com una; no podrá enjuiciar un
asunto que se eleve más allá de cien gourdes, y cuando las partes no puedan
concillarse en su tribunal, acudirán ante los tribunales de su respectiva com
petencia.
A rt. 47. Habrá seis tribunales acondicionados en las ciudades designa
das aquí:
En Samt-M arc, en Cap, en Port-au-Prince, en Cayes, en la Anse-á-Veau
yPort-de-Paix.
El Em perador determ ina su organización, su nom bre, su com petencia
y el territo rio que constituye la instancia de cada uno.
Los tribunales conocen todos los asuntos puram ente civiles.
A rt. 48. Los delitos militares están som etidos a Consejos especiales y a
form as particulares de juicios. La organización de estos consejos corresponde
al Em perador, quien se pronunciará sobre las dem andas en casación contra
las decisiones tom adas por dichos Consejos especiales.
A rt. 49. Se harán leyes particulares para el notariado y en consideración
de los oficiales del estado civil.
DEL CULTO
DE LA ADMINISTRACIÓN
A rt. 53. En cada división m ilitar habrá una adm inistración principal,
en cuya organización la vigilancia corresponderá esencialmente al m inistro
de Finanzas.
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 11
DISPOSICIONES GENERALES
B IB U O T F .C A A Y A C Ü C H O 13
■3'r.
Dessalines
Por el Emperador
Juste Chanlatte
El secretario general
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LA REPÚBLICA DOM INICANA
TÍTULO I. DE LA NACIÓN
* Manuel A rturo Pefta Ba'ttle; com p., “Constitución política de lu República D om inicana”, Cons
titución política y reformas constitucionales 1844-1891,2» cd., Santo Dom ingo, Publicaciones de la
ONAP, 198 l.v .l.p p . 9-48.
16 PRI.MERASCONSTITUaONES.UTlNOA,MÉRICA Y F.l.CARIBE
A rt. 9. Los extranjeros com prendidos en el artículo precedente no go
zarán de los derechos políticos, sino después de una residencia de seis años
en el territorio. Este período se reduce a tres años en favor de los extran
jeros:
Prim ero: Q ue contraigan en el país m atrim o n io con dom inicana.
Segundo: Q ue form en en la república un establecim iento concluido de
agricultura, cuyo capital sea de doce mil pesos p or lo menos.
A lt. 10. El extranjero que se encuentre en una de las categorías, acudirá
al Poder Ejecutivo, que está facultado a expedir las cartas de naturalización,
previas las form alidades que la ley prescribe, bien entendido que no gozarán
de esta gracia los extranjeros que pertenezcan a una nación enemiga.
A rt. 11. Todo extranjero naturalizado debe conservar durante quince
años a lo m enos, la cualidad en cuya virtu d adquirió la naturalización. En
caso de cam biar voluntariam ente de categoría, pierde los derechos que había
adquirido, vuelve a ser considerado com o extranjero y está sujeto a las m is
mas form alidades para conseguir de nuevo su naturalización.
A rt. 12. Los extranjeros naturalizados haitianos que residían en el terri
torio de la República D om inicana el 27 de febrero de 1844, y que para no
seguir la causa dom inicana invocaron su cualidad de extranjeros, serán consi
derados com o tales y sujetos a un tercio más de los períodos estipulados en
el artículo 9, sin perjuicio de las dem ás form alidades a que se refieren los
artículos 8,10 y 11.
A rt. 13. Todos los extranjeros no pertenecientes a una nación enemiga,
serán adm itidos en el territorio de la república, si profesan algún arte, ciencia
o industria útil, al goce de los derechos civiles; desde que pisan el territorio
dom inicano están bajo la salvaguardia del h o n o r nacional y disfrutan de la
protección concedida a las personas y bienes conform ándose a las leyes.
A lt. 14. Los donnfinicanos nacen y perm anecen Ubres e iguales en de
recho, y todos son admisibles a los empleos públicos, estando para siempre
abolida la esclavitud.
A rt. 15. La ley arregla el goce, la pérdida y suspensión de los derechos
políticos, com o asim ism o el ejercicio de los derechos civiles.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 17
A rt. 16. La libertad individual queda asegurada. Nadie puede ser perse
guido sino en los casos previstos por la ley, y en la form a que ella prescribe.
A rt. 17. Fuera del caso de in fraganti delito, ninguno puede ser encarce
lado sino en v irtu d de una orden m otivada del juez, que debe notificarse en el
m o m en to del arresto, o a lo más tarde dentro del térm ino de veinte y cuatro
horas.
A rt, 18. Los sorprendidos in fraganti serán llevados ante el juez com pe
tente, y si fuere en la noche, se llenará esta form alidad a las seis de la m añana del
siguiente día, sin que puedan ser presentados ante ninguna otra autoridad.
A rt. 19. N adie puede ser preso ni sentenciado, sino por el juez o trib u
nal com petente, en virtud de leyes anteriores al delito y en la form a que ellas
prescriban.
A rt. 20. No se im pondrá jam ás la pena de confiscación de bienes.
A rt. 21. N adie pude ser privado de su propiedad sino por causa justifi
cada de utilidad pública, previa la correspondiente indem nización a juicio
de peritos.
A rt. 22. El dom icilio de todo individuo es un asilo sagrado e inviolable.
N inguna visita dom iciliaria puede verificarse sino en los casos previstos por
la ley, y con las form alidades que ella prescribe.
A rt. 23. Todos los dom inicanos pueden im prim ir y publicar librem ente
sus ideas, sin previa censura, con sujeción a las leyes. La calificación de los
delitos de im prenta corresponde exclusivamente a los jurados.
A rt. 24. Unas mism as leyes regirán en toda la república, y en ellas no se
establecerá m ás que un solo fuero para todos los dom inicanos en los juicios
com unes, civiles y crim inales.
A rt. 25. N ingún poder, corporación, ni autoridad, podrá jam ás conce
der in d u lto general: pero el Poder Legislativo puede en casos particulares
de conm oción u otros, conceder am nistías o indultos particulares con las
excepciones que el interés de la sociedad y privado exijan según los crímenes
o delitos.
A rt. 26. Todos los ciudadanos están obligados a defender la patria con
las arm as, cuando sean llamados por la ley, y a contribuir en proporción de
sus haberes para los gastos del Estado.
A rt. 27. A nadie se le puede obligar a que haga lo que la ley no m anda,
n i im pedir que haga lo que la ley no priva.
1 8 PRIM F.R.VS C O N S r r r U C lO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 28. El secreto de las cartas es inviolable. La ley determ inará quiénes
son los agentes responsables, y los casos de responsabilidad en este ram o.
Art. 29. Será creada la instrucción pública, com ún a todos los ciuda
danos, gratuita en todos los ram os de enseñanza prim aria, cuyos estableci
m ientos serán distribuidos gradualm ente en proporción com binada con la
división del territorio; la ley arreglará los porm enores, tanto de estos ram os
como de la enseñanza de artes y ciencias.
A rt. 30. Los dom inicanos tienen el derecho a asociarse; este derecho no
puede sujetarse a ninguna m edida preventiva.
A rt. 31. Los dom inicanos tienen el derecho de reunirse pacíficamente y
sin arm as en casas particulares, conform ándose a las leyes que puedan arre
glar ese derecho; pero sin estar sujetos a previa autorización alguna.
A rt. 32. Las sociedades patrióticas que se establezcan para prom over y
auxiliar todos los ram os de utilidad pública, darán parte al Poder Ejecutivo
de su establecim iento y nom bre.
A rt. 33. Para denunciar a los funcionarios públicos por hechos de su
adm inistración, no se necesita ninguna previa autorización.
Art. 34. N inguna ley puede tener efecto retroactivo.
Art. 35.N o podrá hacerse ninguna ley contraria ni a la letra ni al espíritu
de la Constitución; en caso de duda, el texto de la Constitución debe siem pre
prevalecer.
A rt. 36. Todos los dom inicanos tienen el derecho de petición, pero este
no se puede ejercer sino por uno o m uchos individuos, y nunca en nom bre
de un cuerpo colectivo.
A rt. 37. Las peticiones se pueden dirigir, sea al Presidente de la Repúbli
ca, sea a u n o de los Cuerpos Colegisladores, sea al Congreso.
Art. 38. La religión católica, apostólica, rom ana, es la religión del Esta
do; sus m inistros, en cuanto al ejercicio del m inisterio eclesiástico, dependen
solam ente de los prelados canónicam ente instituidos.
BIBUCrrEC.AAyACUCHO 19
TÍTULO IV. DE LA SOBERANIA Y DEL EJERCICIO
DE LOS PODERES QUE DE ELLA EMANAN
CAPÍTULO I. DE LA SOBERANÍA
20 P R IM E R A » CONínTUaONES. L A T IN O A M E R IC /S Y E L (.A R I» F .
Primero: Estar en el goce de los deberes civiles y políticos.
Segundo; Tener por lo menos 25 años cumplidos.
Tercero: Ser propietario de bienes ralees.
Cuarto: Tener su actual residencia en el territorio dominicano. Los ex
tranjeros naturalizados no podrán ser electos tribunos sino diez años des
pués de su naturalización.
Alt. 49. Los tribunos se eligen por seis años.
Art. 50. La renovación del Tribunado se efectúa cada dos años por ter
ceras partes. En consecuencia, se dividen por sorteo en tres series compuesta
cada uno de cinco tribunos, en que entrará uno de cada provincia,
Art. 51. Por la primera vez, los de la primera serie acabarán sus funcio
nes a los dos años, los de la segunda, a los cuatro, y los de la tercera, al cabo
de los seis.
Art. 52. Los tribunos pueden ser indefinidamente reelectos.
Art. 53. Cada tribuno goza de una indemnización de doscientos pesos
mensuales durante la sesión legislativa.
Art. 54. El Tribunado se reúne de pleno derecho el primero de febrero
de cada año.
Art. 55. La sesión del Tribunado es de tres meses, en caso de necesidad
puede prolongarse un mes más, sea por disposición del Congreso, sea a pe
tición del Poder Ejecutivo.
A rt 56. El Tribunado tiene como el Poder Ejecutivo, y el Consejo Con
servador, la iniciativa de todas las leyes y exclusivamente la de las relativas:
Primero: A los impuestos en general.
Segundo: Al contingente anual y organización del Ejército de tierra y
mar, en tiempo de paz.
Tercero: A la Guardia Cívica.
Cuarto: A elecciones.
Quinto: A la responsabilidad de los secretarios de Estado y demás agen
tes del Poder Ejecutivo. Toda ley sobre estas materias será acordada desde
luego por el Tribunado.
Art. 57. El Tribunado tiene la facultad exclusiva de poner a sus miem
bros en estado de acusación.
Art. 58. Además de las funciones legislativas, son atribuciones peculia
res del Tribunado^
Bim.icrrecAAYMrucruo 21
Prim era: Presentar al Consejo C onservador los candidatos para jueces
tan to de la Suprem a Corte de Justicia, com o de los Tribunales inferiores, es
cogidos en las listas form adas p o r los colegios electorales de las provincias.
Segunda; D enunciar ante el Consejo C onservador al Presidente de la
República y a los secretarios de Estado p or toda infracción a la Constitución
o a las leyes de malversación o traición, sea de oficio o com o órgano de las
denuncias de los ciudadanos legalmente apoyadas.
A rt. 59. Los m iem bros del Consejo C onservador se eligen por los m is
m os colegios electorales que los m iem bros del Tribunado.
A rt. 60. El Consejo Conservador se com pone de cinco m iem bros, en
razón de u na p o r cada provincia.
A rt. 61. Los m iem bros del Consejo C onservador se eligen por seis años,
y se renuevan integralm ente.
A rt. 62. Para ser m iem bro del Consejo C onservador se necesita:
Prim ero: Estar en el goce de los derechos civiles y políticos.
Segundo: Tener p or lo m enos treinta años cum plidos.
Tercero: Ser propietario de bienes raíces.
C uarto: Tener su dom icilio en la provincia que le elige.
Los extranjeros naturalizados no podrán ser m iem bros de este cuerpo,
sino quince años después de su naturalización.
A rt. 63. En caso de m uerte, dim isión o destitución de un m iem bro del
Consejo C onservador, el Tribunado procede a su reem plazo eligiendo un
individuo que reúna todas las cualidades exigidas en el artículo precedente,
pero el nuevam ente electo solo ejercerá ese cargo por el tiem po que faltaba
para cum plir su período al m iem bro a quien reemplace.
A rt. 64. El Consejo Conservador abre y cierra sus sesiones legislativas
quince días a m ás tard ar después que el Tribunado.
A rt. 65. Toda reunión legislativa del Consejo C onservador fuera del
tiem po prescrito en el artículo antecedente, es nula de derecho.
A rt. 66. Los m iem bros del Consejo Conservador reciben una indem
nización m ensual de trescientos pesos durante cada sesión, así legislativa
com o judicial.
A rt. 68. Los m iem bros de los dos Cuerpos Colegisladores representan
la nación, y no únicam ente [a] la provincia que los ha elegido.
A rt. 69. La capital es el asiento de los Cuerpos Colegisladores; sin em bar
go, el Congreso p odrá en circunstancias extraordinarias designar otro lugar
para las sesiones legislativas.
A rt. 70. Excepto cuando se reúnen en Congreso, cada C uerpo tiene su
local particular; verifica los poderes desús m iem bros y decide las dificultades
a que puedan dar lugar.
A rt. 7 L N inguno p u ed e ser a la vez m iem bro de los dos Cuerpos Cole
gisladores.
A rt. 72. Cada C uerpo nom bra los em pleados de su respectiva mesa, en
la forma y por el tiem po estipulado en su reglam ento interior.
A rt. 73. Las sesiones son públicas; sin embargo, a petición de tres m iem
B IB L IO T E C JK A Y A C U C H O 23
bros en el Tribunado, y de uno en el Consejo C onservador, cada Cuerpo
puede deliberar secretam ente; pero en seguida la m ayoría decide si la sesión
sobre la m ism a m ateria se debe reiterar en público.
A rt. 74. Los dos tercios de los m iem bros presentes de cada C uerpo Co
legislador form an la mayoría para todo acuerdo concerniente a las leyes, sin
perjuicio de lo que am bos Cuerpos determ inen en su reglam ento interior
acerca de las elecciones y demás atribuciones.
En caso de em pate, se rechaza la proposición en cuestión.
A rt. 75. Los C uerpos Colegisladores no pueden tom ar resolución al
guna sin que se encuentre presente la mayoría absoluta de sus m iem bros.
A rt.76. N ingún proyecto de ley puede ser adoptado p o r los Cuerpos
Colegisladores, sino después de tres lecturas con intervalo de dos días francos
de una a otra; y de haberse acordado cada uno de sus artículos en particular,
A rt. 77. Todo proyecto de ley adoptado por uno de los Cuerpos Cole
gisladores, expresará el haberse cum plido con los requisitos a que se refiere
el artículo precedente para que pueda ser adm itido a discusión por el otro
Cuerpo.
A rt. 78. En caso de que el proyecto sea declarado urgente p o r la mayoría
del T ribunado, p o d rá este dispensarse de cum plir con las form alidades re
queridas po r el artículo 76; pero el Consejo C onservador puede desaprobar
la urgencia, y devolvérsela para que le discuta en form a ordinaria.
A rt. 79. Los C uerpos Colegisladores tienen el derecho de adicionar y
dividir los artículos propuestos.
A rt. 80. Todo proyecto de ley debe sufrir su prim era discusión en el
C uerpo C olegislador de su origen.
A rt. 81. Todo proyecto de ley acordado por el Tribunado será enviado
al Consejo C onservador para su sanción. Si este no le adopta, le devuelve al
Tribunado con sus objeciones o modificaciones, en vista de las cuales este lo
discutirá de nuevo, y si desecha las observaciones devuelve el proyecto al C on
sejo C onservador y si este persiste en las objeciones desechadas, se som ete la
discusión al Congreso, que el Presidente del Consejo C onservador convocará
al efecto d en tro de veinte y cuatro horas. En caso de em pate, la decisión será
conform e a lo dispuesto por el artículo 74.
Las m ism as form alidades se deben observar respecto a los proyectos de
ley que em anen del Consejo Conservador.
24 P R IM E R A S C O N S r r r U C lO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL{'w\RIBH
A r t 82. El Consejo C onservador ejerce el derecho de objeción dentro de
dos días para los proyectos de ley acordados p o r urgencia en el Tribunado, y
dentro de diez días, incluso los dom ingos, para las dem ás leyes; sin embargo,
si la sesión legislativa se cierra antes de la expiración de este últim o térm ino,
la ley se reputa en derecho.
A rt. 83. Toda ley sancionada por el Consejo C onservador será enviada
al Poder Ejecutivo con una carta oficial para su prom ulgación dentro de cua
renta y ocho horas.
Art. 84. C uando el Presidente del Consejo Conservador reciba de nuevo
la ley con las sim ples observaciones que el Poder Ejecutivo está facultado a
hacer, convocará d en tro de veinte y cuatro horas el Congreso, y este decide
definitivam ente sobre dichas observaciones.
A rt. 85. Los proyectos de ley rechazados por los Cuerpos Colegislado
res, o por el Congreso, no podrán ser reproducidos en la mism a sesión, pero
alguno o algunos de sus artículos pueden hacer parte de otro proyecto, que
se someta en la m ism a sesión.
A r t 86. Las peticiones dirigidas a los C uerpos Colegisladores deberán
ser depositadas en sus respectivos bufetes.
A rt. 87. Cada C uerpo Colegislador tiene el derecho de pasar a los se
cretarios de Estado las peticiones que se les dirijan, y de pedirles inform es o
aclaraciones sobre su contenido.
A rt. 88. Los m iem bros de los Cuerpos Colegisladores son inviolables
por sus opiniones y votos em itidos en el ejercicio de su encargo.
Art. 89. Los m iem bros de los Cuerpos Colegisladores no pueden ser
arrestados ni procesados d urante las sesiones, sin perm iso de su respectivo
Cuerpo, a no ser hallados in fraganti; pero en este caso, y en el de ser procesa
dos, o arrestados cuando estuvieren cerradas las sesiones legislativas, se de
berá dar cuenta lo m ás pro n to posible al respectivo C uerpo para su conoci
m iento y resolución.
A rt. 90. Cada C uerpo determ inará p o r su reglam ento particular el
m odo de ejercer la disciplina interior.
Art. 91. El Congreso Nacional se reúne cada vez que así lo exija la n atu
raleza de las atribuciones.
B IB L IO T E C A AYACL’C H O 25
A rt. 92. El Presidente del Consejo C onservador es Presidente del C on
greso; el Presidente del Tribunado, vicepresidente; y los secretarios de am bos
Cuerpos, lo son del Congreso.
A rt. 93. Al Presidente del Consejo C onservador toca la convocación
del Congreso; en consecuencia a él deben dirigirse el Poder Ejecutivo o el
Tribunado, para que lo convoque, señalando el local, día, hora y motivo de
la reunión.
En ningún caso podrá negarse la convocación.
A rt. 94. Las atribuciones del Congreso son:
Prim ero: Proclam ar al Presidente de la República, ya en consecuencia
del escrutinio electoral, ya en virtud del C ongreso en los casos en que se le
atribuye esta facultad por la Constitución, y recibirle juram ento antes de
en trar en ejercicio.
Segundo: Juzgar al Presidente de la República en virtud del decreto de
acusación dada p o r el Consejo Conservador.
Tercero: Fijar cada año los gastos públicos de los diversos ramos, en vista
de los presupuestos que le presenta el Poder Ejecutivo.
Cuarto: D ecretar lo conveniente para la adm inistración, fructificación,
conservación y enajenación de los bienes nacionales.
Q uinto: C o n traer deudas sobre el crédito nacional.
Sexto: D ecretar el establecim iento de un banco nacional.
Séptim o; D eterm inar y uniform ar el valor, peso, tipo y nom bre de la
m oneda, sin que esta pueda llevar el busto de persona alguna.
Octavo: Fijar y u nifo rm ar los pesos y medidas.
Noveno: D ecretar la creación y supresión de los empleos públicos no fija
dos por la C onstitución; y señalar los sueldos, dism inuirlos o aum entarlos.
D écim o: In terp retar las leyes en caso de d uda u oscuridad.
U ndécim o: D ecretar la guerra ofensiva en vista de los motivos que le
presente el Poder Ejecutivo, y requerirlo para que negocie la paz cuando fijere
necesario.
D uodécim o: Prestar o negar su consentim iento a los tratados de paz,
de alianza, de am istad, de neutralidad, de com ercio y cualesquiera otros que
celebre el Poder Ejecutivo.
N ingún tratad o tendrá efecto sino en v irtud de la aprobación del C o n
greso.
26 PRIMF.RASCONSrrrUClONES. UT1NOA.VIF.R1CAVELCARIBE
Decim otercio: Crear y prom over la educación pública, el progreso de
las ciencias, artes y establecimientos de utilidad com ún.
D ecim ocuarto: En favor de la h u m anidad y cuando lo exija un grave
motivo, conm utar la pena capital en v irtud de la apelación de su gracia, la
cual produce suspensión de la ejecución.
D ecim oquinto: C onceder al Poder Ejecutivo, en tiem pos de guerra,
cuantas facultades extraordinarias juzgue indispensables para la seguridad
pública, detallándolas en cuanto sea posible, y circunscribiendo el tiem po en
que debe usar de ellas.
Decimosexto: D irim ir la discordia de las opiniones particulares de los
Cuerpos Colegisladores acerca de las leyes.
Decim oséptim o: Decidir definitivam ente las diferencias entre las d i
versas D iputaciones provinciales, entre estas y los Ayuntamientos, y entre las
D iputaciones o Ayuntamientos y el Gobierno.
Decimoctavo: Decretar la extinción de censos perpetuos, mayorazgos,
vinculaciones y capellanías, a fin de que siem pre desaparezca todo feudo.
D ecim onono: Revisar la C onstitución del Estado, siempre que el T ribu
nado declare la necesidad de hacerlo, en la form a que en su lugar se dirá.
1. En el ejem plar de 1844 y en las reim presiones posteriores, por error, viene num erado como
C apitulo II.
BIBLIOTECA AYAGLCHO 27
A rt. 96. El Presidente de la República se elige en la form a siguiente: ca
da elector vota p o r dos individuos, de los cuales uno debe estar dom iciliado
en la provincia, y el otro en toda la extensión de la república. Los procesos
verbales de elección se rem iten cerrados y sellados al Presidente del Congreso.
C uando el Presidente reúne los pliegos de todos los colegios electorales, los
abre en sesión pública y verifica los votos. Si alguno de los candidatos reúne
la m ayoría absoluta de sufragios, es proclam ado Presidente de la República.
Siem pre que falte la mayoría indicada, el C ongreso separa los tres que reúnan
más sufragios, y procede a elegir uno entre ellos. Si en este prim er escrutinio
ninguno obtiene la mayoría absoluta, se procede a una nueva votación, entre
los dos candidatos que más sufragios obtuvieron en el prim ero, y en caso de
igualdad, la elección se decide por suerte.
Todas estas operaciones deberán efectuarse en una sola sesión perm a
nente, a pena de nulidad.
A rt. 97. Para ser Presidente de la República es necesario:
Prim ero: Ser dom inicano de origen.
Segundo: Tener treinticinco años cum plidos por lo m enos.
Tercero: Reunir todas la demás cualidades requeridas por el artículo 62,
para ser m iem bro del Consejo Conservador.
A rt. 98. N inguno puede ser reelecto Presidente de la República, sino
después de un intervalo de cuatro años.
A rt. 99. En caso de m uerte, dim isión, destitución o im pedim ento tem
poral del Presidente de la República, el Consejo de los secretarios de Estado
ejerce provisionalm ente el Poder Ejecutivo; y en los tres prim eros casos, expe
dirá d en tro de cuarenta y ocho horas el decreto de convocatoria del Congreso
y de los colegios electorales, para que procedan a la elección de un nuevo
Presidente, conform e a la Constitución.
A rt. 100. Tanto el Congreso com o los colegios electorales deberán reu
nirse, a lo m ás tarde, dentro de los treinta días de la fecha del decreto a que se
refiere el artículo precedente.
A r t 101. Antes de entrar en funciones el Presidente de la República,
presta ante el C ongreso el siguiente juram ento:
Juro por Dios y los Santos Evangelios, guardar y hacer guardar la Constitu
ción y las leyes del pueblo dominicano, respetar sus derechos y mantener la inde
pendencia nacional.
BIBLIOTECAAYACL'CHO 29
U ndécim o: Som eter a la consideración de los Cuerpos Colegisladores,
cuanto juzgue conducente al bien público.
D uodécim o; Hacer los tratados de paz, de alianza, de am istad, de neu
tralidad y de com ercio, a reserva de la sanción del Congreso.
D ecim otercio: En los casos de conm oción interior a m ano arm ada, que
am enace la seguridad de la república, y en los de una invasión exterior y
repentina, usar de las facultades que le haya conferido el Congreso Nacional
en conform idad de lo previsto por el 15s m iem bro del articulo 94, y si el caso
se presentare en el intervalo que m edie entre la prom ulgación de la presente
C onstitución y la prim era reunión del Cuerpo, o cuando este no esté reunido
o que no haya previsto las circunstancias, tom ar todas aquellas medidas, no
contrarias a la C onstitución, que exija la conservación de la cosa pública, de
que dará detallada cuenta al Congreso tan luego com o se reúna.
D ecim ocuarto: D enunciar a los tribunos y a los m iem bros del Consejo
C onservador, ante los Cuerpos que corresponda, por infracción a la C onsti
tu ció n o a las leyes, y por traición a la patria.
A rt. 103. Todas las m edidas que tom a el Presidente de la República se
deben antes deliberar con el Consejo de los secretarios de Estado.
A rt. 104. N ingún acto del Presidente de la República es ejecutorio, si no
está refrendado p o r uno de los secretarios de Estado, que por este solo hecho
es responsable de él.
A r t- 105. El Presidente de la República, es el celador de todos los abusos
de au to rid ad y excesos de poder que se com etan bajo su adm inistración, y
responsable de ellos, si a sabiendas no persigue, o hace perseguir a sus autores,
conform e a la C onstitución, o a las leyes.
A rt. 106. El Presidente de la República com o jefe de la adm inistración
general, m anda las fuerzas de tierra y m ar; pero no puede ponerse a su cabeza,
sin la expresa autorización del Congreso.
A r t 107. El Presidente de la República no tiene m ás facultades que las
que expresam ente le confieren la C onstitución y las leyes particulares, en
co nform idad con esta.
A rt. 108. El Presidente de la República percibe del tesoro público, por
duodécim as partes, un sueldo anual de doce mil pesos.
BIBLIOTECA AYACL'CHO 31
CAPÍTULO IV. DEL PODER JUDICIAL
L De la A d m in istra c ió n de Justicia
A rt. 120. La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales,
pertenece exclusivam ente a los tribunales, salvo lo que la ley pueda establecer
respecto a algunos derechos políticos.
A rt. 121. N ingún dom inicano podrá ser juzgado en causas civiles, ni
crim inales, f>or com isión alguna, sino p o r el tribunal com petente determ i
nado con anterio rid ad por la ley, sin que en caso alguno puedan abreviarse
ni alterarse las form as de los juicios.
A rt. 122. Los tribunales y juzgados no pueden ejercer otras funciones,
que las de juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado.
A rt. 123. Las sesiones de los tribunales son públicas, a m enos que la pu
blicidad sea perjudicial al orden público, o a la m oral, en cuyo caso, el tribunal
p o r una sentencia ordena los estrados a puerta cerrada.
Esta m edida no puede en caso alguno aplicarse a los delitos políticos ni
de la prensa, cuyos juicios han de ser siempre públicos.
A rt. 124. Todos los tribunales y juzgados están obligados a hacer m en
ción en sus sentencias de la ley aplicada, y de los m otivos que la fundan.
A rt. 125. N ingún tribunal podrá aplicar una ley inconstitucional, ni los
decretos y reglam entos de adm inistración general, sino en tanto que sean
conform es a las leyes.
A rt. 126. Las deliberaciones de los tribunales se tom an a puerta cerrada;
los jueces votantes deben estar absolutam ente solos e incom unicados d u ra n
te la deliberación.
A rt. 127. Toda sentencia debe darse y ejecutarse. En nombre de la Re
pública D ominicana, y term inarse por el m andato de ejecución, a pena de
nulidad.
La m ism a fórm ula es de rigor en los actos ejecutorios de los escribanos
públicos.
A rt. 128. Los jueces no podrán ser suspensos de sus funciones, sino por
acusación legalm ente intentada, y adm itida, ni depuestos de sus destinos,
sino en v irtu d de sentencia dada conform e a las leyes y pasada en autoridad
de cosa juzgada: sus funciones durarán cinco años. La ley determ inará tam
BIBLIOTECA AVACUCHO 33
2fi C on tra los m iem bros del Consejo C onservador;
C o n tra los tribunos, previo decreto de acusación del Consejo Con
servador en los dos prim eros casos, y del Tribunado en el último.
Sexto: C onocer de las causas contenciosas de los plenipotenciarios o
m inistros extranjeros, acreditados cerca del G obierno de la República, en los
casos perm itidos p o r el derecho de gentes, y conform e a los tratados que se
hayan celebrado con las naciones a que pertenezcan.
Séptim o: C onocer de las causas de responsabilidad que se form en con
tra los agentes diplom áticos de la república, p or el mal desem peño de sus
funciones.
Octavo: C onocer de las controversias que resultaren de los contratos y
negociaciones q ue celebre el Poder Ejecutivo p o r sí, o por m edio de agentes.
N ono: C onocer de los recursos de queja que se interpongan contra los
Tribunales de Apelación, p o r abuso de autoridad, exceso de poder, omisión,
denegación o retardo culpable de la adm inistración de la justicia; como así
m ism o de las causas de responsabilidad que se susciten contra los magistra
dos de los m ism os tribunales; y ejercer las dem ás atribuciones que le asigne
la ley,
A rt. 135. Los m iem bros de la Suprem a C orte de Justicia son responsa
bles, y sujetos a juicio ante el Consejo Conservador:
Prim ero: Por delito de traición contra la patria.
Segundo: Por cohecho.
Tercero: Por mal desem peño en el ejercicio de sus funciones.
BIBU Ü TEO A Y A C U C H O 35
A rt. 149. La elección de estos individuos se hará p o r los colegios elec
torales, al o tro día de concluidas las elecciones de los m iem bros del cuerpo
legislativo, p o r el m ism o orden que estos se n om bran,
A rt. 150. Para ser diputado de provincia se requiere:
Prim ero: Estar en el goce de los derechos civiles y políticos.
Segundo: Tener veinte y cinco años cum plidos, po r lo menos.
Tercero: Ser propietario de bienes raíces en la provincia que lo elige, o
jefe de un establecim iento de ciencias, artes o industria.
C uarto: Tener su domicilio en la provincia que lo elige, con residencia
de tres años a lo m enos.
A rt. 151. El cargo de diputado de provincia es com patible con todos los
cargos públicos civiles o administrativos.
A rt. 152. Cada D iputación provincial n om bra un secretario dotado de
los fondos públicos de la provincia.
A rt. 153. Las D iputaciones provinciales celebrarán una sesión cada seis
meses, cuya duración será de quince dias po r lo menos.
A rt. 154. Son atribuciones de las D iputaciones provinciales:
Prim ero: Poner en conocim iento del Poder Ejecutivo o del Tribunado,
con los datos necesarios, los abusos y mala conducta del Jefe Superior Políti
co y dem ás em pleados de la provincia, y velar [por] la recaudación, m anejo
e inversión de los fondos públicos; señalando los abusos y malversación, a
quien sea de derecho.
Segundo: Presentar al Tribunado anualm ente una lista general de los
individuos aptos en sus respectivas provincias, para los cargos de judica
tura.
Tercero: Pedir al Poder Ejecutivo la rem oción de los Jefes Superiores
Políticos, cuando estos falten a sus deberes y su continuación sea perjudicial
al bien de la provincia.
C uarto: Pedir al prelado eclesiástico la rem oción de los párrocos, que
observen una conducta reprensible y perjudicial al bien de sus feligreses.
Q uinto: Recibir de las corporaciones y ciudadanos, las peticiones, re
presentaciones e inform es que se les dirijan, para hacer uso de ellas, si son de
su com petencia, o darles el curso conveniente.
Sexto: H acer p o r sí y por m edio de los A yuntam ientos, el repartim iento
de las contribuciones decretadas por el Tribunado.
Séptim o: Form ar los reglamentos que sean necesarios para el arreglo y
36 PRIMERAScoNsrrruaoNEs. utinoamf.ri(’.ayelcaribe
m ejora de la policía urbana y rural; y velar sobre su ejecución, conform án
dose a la ley.
Octavo: Promover y decretar la apertura y limpieza de cam inos.
Noveno: Prom over por cuantos m edios estén a su alcance, el fom ento
de la agricultura y de la instrucción pública.
Décimo: Form ar por sí, y por m edio de los Ayuntamientos, el censo de
la población y estadística de la provincia.
Undécim o: Pedir al Congreso o al Poder Ejecutivo, según la naturaleza
de las m aterias, cuanto juzguen conveniente para la m ejora de la provincia,
y nos esté en las atribuciones de las Diputaciones, y ejercer todas las demás
que les asigne la ley.
A rt. 155. Las ordenanzas o resoluciones de las Diputaciones provin
ciales se pasarán para su ejecución al Jefe Superior Político, que tendrá el
derecho de objetarlas, dentro del térm ino de cinco días. Las objeciones serán
consideradas por la D iputación, y si esta insistiere en su acuerdo, se llevará
este a cum plido efecto.
A rt. 156. Concluidas las sesiones, pasarán las D iputaciones provinciales
copia de sus resoluciones al Tribunado, que desaprobará aquellas que sean
contrarias a la C onstitución o a las leyes.
A rt. 157. Las D iputaciones provinciales nunca podrán apropiarse la
voz de! pueblo, para ejercer otras atribuciones que las fijadas por la C onstitu
ción, o la ley. Todo procedim iento contrario, es atentatorio al orden y seguri
dad pública.
A rt. 158. El empleo de diputado de provincia es una carga concejil y
honorífica, de que ningún ciudadano pod rá excusarse. Los diputados son
responsables de los excesos que com etan en el uso de sus atribuciones.
BIBLIC rrEO A YA C XC H O 37
TÍTULO VI. DE LAS ASAMBLEAS
PRIMARIAS Y COLEGIOS ELECTORALES
A rt. 160. Para ser sufragante de las asambleas prim arias, es necesario:
Prim ero; Ser ciudadano en el pleno goce de los derechos civiles y polí
ticos.
Segundo: Ser propietario de bienes raíces, o em pleado público, u oficial
del Ejército de tierra o mar, o patentado por el ejercicio de alguna industria o
profesión, o profesor de alguna ciencia o arte liberal, o arrendatario por seis
años, a lo m enos, de un establecim iento rural en actividad de cultivo.
A rt. 16L Las asambleas prim arias se reúnen de pleno derecho en cada
com ún, el p rim er lunes de noviem bre de cada año en que deban ejercer las
atribuciones, que la C onstitución o la ley les designen, y en la form a que ellas
establezcan.
A rt. 162. El alcalde, en las com unes cuyo ayuntam iento tenga solo uno, o
el prim ero de ellos en las que haya dos o más, publicará el prim ero de octubre
de cada año en que deban reunirse las asambleas prim arias, u n aviso pre
ventivo recordando a los sufragantes el período de su reunión, y ese m ism o
funcionario, o quien le reemplace, presidirá la asamblea hasta la elección del
ciudadano que deba presidirla definitivam ente.
A rt. 163. Las atribuciones de las asambleas prim arias son:
Prim ero: Elegir el núm ero de electores que cada com ún deba enviar al
Colegio electoral de la provincia.
Segundo: Elegir los regidores que deben form ar los respectivos ayun
tam ientos.
BIBLIOTECA AYACUCHO 39
III. D isposiciones com unes a las asam bleas
p rim a ria s y colegios electorales
A rt. 169. Todas las elecciones se hacen por la mayoría absoluta de votos,
y p o r escrutinio secreto.
A rt. 170. Fuera de los casos extraordinarios en que deba reemplazarse
alguno o algunos de los funcionarios cuya elección toca, ya a las asambleas,
ya a los Colegios Electorales, sus reuniones ordinarias deberán efectuarse en
el año an terio r al en que expiran los períodos constitucionales de los respec
tivos cargos.
ArL 171. Ni las asambleas prim arias ni los Colegios Electorales pueden
ocuparse en o tro objeto que el de ejercer las atribuciones que le están asig
nadas po r la C onstitución o la ley. Deben disolverse tan pro n to como hayan
term inado sus operaciones, cuya duración fijará la ley.
A rt. 183. La Fuerza A rm ada es la defensora del Estado, tanto contra las
agresiones externas, com o contra las conm ociones internas, y la custodia de
las libertades públicas.
A rt. 184. La Fuerza A rm ada es esencialm ente obediente y pasiva; n in
gún cuerpo de ella puede deliberar.
A rt. 185. La Fuerza A rm ada se divide en Ejército de Tierra, Armada
Naval y G uardia Cívica.
A rt. 186. La ley fija el m odo de alistam iento, las reglas sobre el ascenso,
y los derechos y obligaciones de la Fuerza Armada.
A rt. 187. El Poder Ejecutivo nom brará com andantes de arm as en aque
llos p untos en que lo juzgue conveniente.
A rt. 188. La creación de los grandes inspectores de agricultura y policía,
y la de los cuerpos de policía urbana y rural, serán el objeto especial de una
ley, que detallará todos sus deberes.
A rt. 189. No pueden crearse cuerpos privilegiados.
A rt. 190. La G uardia Cívica de cada provincia está bajo las órdenes in
mediatas del Jefe Superior Político, cuyas veces harán los alcaldes en las co
m unes en que aquel n o resida. La ley arreglará su organización.
BIBLIOTECA AYACX'CHO 41
A rt. 191. La G uardia Cívica no se puede m ovilizar sino en los casos
previstos p o r la ley.
A rt. 192. En la G uardia Cívica, todos los grados son electivos, y tem
porales.
A rt. 193. Los militares serán juzgados p o r C onsejos de G uerra, por los
delitos que com etan en los casos previstos por el Código penal m ilitan y se
gún las reglas que en él se establezcan. En todos los d em ás casos, o cuando
tengan p o r coacusados a uno o m uchos individuos de la clase civil, serán
juzgados p o r los tribunales ordinarios.
A rt. 194. El pabellón m ercante nacional se com pone de los colores azul
y rosado, colocados en cuarteles esquinados; y divididos en el centro por una
cruz blanca de la m itad del ancho de uno de los otros colores, que toque en
los cuatro extrem os.
El pabellón de guerra llevará adem ás las arm as de la república en el
centro.
A rt. 195. Las arm as de la República D om inicana son: una cruz, a cuyo
pie está abierto el libro de los evangelios, y am bos sobresalen de entre un
trofeo de arm as, en que se ve el em blem a de la libertad, enlazado con una
cinta en que va la siguiente divisa: Dios, Patria y Libertad. República D om i
nicana.
A rt. 196. Se celebrarán anualm ente, con la m ayor pom pa en todo el
territo rio de la república, cuatro fiestas nacionales, que son:
Prim era: La de la Separación, el últim o dom ingo de febrero.
Segunda: La victoria de Azua, el 19 de marzo.
Tercera: La victoria de Santiago, el últim o dom ingo de marzo.
C uarta: El aniversario de la publicación de la presente Constitución.
En caso de que alguna de estas fiestas caiga en día, en que según el rito
rom ano, esté prohibido el celebrar otra fiesta que la religiosa, se trasladará la
nacional al prim er dom ingo hábil inm ediato.
A rt. 197. Todo ju ram en to debe ser exigido en virtud de la Constitución
o la ley, en los casos y form as que ellas determ inen; y todo em pleado debe
prestarle antes de en trar en funciones.
B IB L IO T E O AYACUCHO 43
vara su cargo d u ran te dos períodos constitucionales consecutivos; en con
secuencia term in ará su ejercicio el quince de febrero de 1852, conform e a lo
previsto p o r el últim o m iem bro del artículo 95.
A rt. 207. El cuerpo legislativo será electo, y se reunirá d en tro del más
breve térm in o posible; en consecuencia, las asambleas prim arias y colegios
electorales serán convocados inm ediatam ente para la elección de los m iem
bros de los dos C uerpos Colegisladores y dem ás funcionarios que deban
no m b rar según la C onstitución; a este efecto el Presidente de la República
expedirá un decreto para su convocación, fijando el m ás corto plazo posible
para la reunión del cuerpo legislativo. Los colegios electorales reunidos en
v irtu d de este decreto, solo ejercerán sus atribuciones, m ientras la ley sobre
elecciones fije la organización que se juzgue m ás conveniente.
A rt. 208. El Presidente de la República está autorizado para, de acuerdo
con el diocesano, im petrar de la Santa Sede a favor de la República D om ini
cana, la gracia de presentación para todas las m itras y prebendas eclesiásticas,
en la extensión de su territorio; y además para entablar negociaciones con
la misma Santa Sede, a fin de efectuar un concordato. Hasta entonces los
asuntos puram en te eclesiásticos serán decididos conform e a los sagrados
cánones.
A rt. 209. Todas las leyes actuales, no contrarias a la presente C onstitu
ción, continuarán en vigor hasta que sean abrogadas por otras nuevas. Así
m ism o los jueces, tribunales, oficios públicos y dem ás oficinas continuarán
interinam ente hasta la nueva organización, observando siem pre la división
de poderes.
Art. 210. D urante la guerra actual y m ientras no esté firmada la paz, el
Presidente de la República puede libremente organizar el Ejército y Armada,
movilizar las guardias nacionales, y tom ar todas la medidas que crea o p o rtu
nas para la defensa y seguridad de la nación; pudiendo en consecuencia, dar
todas las órdenes, providencias y decretos que convengan, sin estar sujeto a
responsabilidad alguna.
TÍTULO ADICIONAL
BI Bl.lOTECj\ AYACL’CHO 45
CUBA-
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE CUBA (1869)*
En el pueblo libre de G uáim aro a las cuatro de la tarde del 10 de abril de 1869
se reunió la C ám ara Constituyente, asistiendo los C.C, Carlos M anuel de
Céspedes, presidente, Miguel Gutiérrez, Salvador de Cisneros, M anuel Val-
dés, H o n o rato del Castillo, Miguel Betancourt G uerra, José María Izaguirre,
Arcadlo García, Eduardo Machado, A ntonio Lorda, A ntonio Alcalá, Jesús
Rodríguez, Francisco Sánchez y los secretarios que suscriben Ignacio Agra-
m onte y A ntonio Zam brano.
A brió la sesión el C. Presidente con u na alocución sobre el objeto del
acto.
Presentóse po r los secretarios el proyecto de C onstitución que previa
m ente se les había encargado. Diósele lectura y se le aceptó en conjunto, em
pezando enseguida la discusión por artículos. Fueron aprobados unánim e
m ente p o r la C ám ara el preám bulo y los artículos 1 ,2 ,3 ,4 ,5 y 6, concebidos
en estos térm inos:
PREÁMBULO
BIBLIOTECA AYACUCHO 47
A rt. 13. Acordada por segunda vez una resolución de la C ám ara, la san
ción será forzosa para el Presidente.
El C. Carlos M anuel de Céspedes propuso que el Presidente pudiera
o p o n er dos veces su veto a una resolución de la Cám ara, y que acordada por
tercera vez adquiriese el carácter de ley; esta enm ienda no fue apoyada ni
aceptada.
A rt. 14. D eben ser objetos indispensablem ente de ley, las contribucio
nes, los em préstitos públicos, la ratificación de los tratados, la declaración y
conclusión de la guerra, la autorización al Presidente para conceder patentes
de corso, levantar tropas y m antenerlas, proveer y sostener una arm ada, y la
declaración de represalias con respecto al enemigo.
El C. Salvador Cisneros propuso que las contribuciones generales se
votasen p o r la C ám ara y las particulares de cada estado por su legislatura
respectiva. La discusión de este particular quedó aplazada para cuando la
C ám ara deliberase sobre si debía o no constituirse en cada estado una legis
latura especial.
A rt. 15. La Cám ara de representantes se constituye en sesión perm anen
te desde el m om ento en que los representantes del pueblo ratifiquen esta ley
fundam ental hasta que term ine la guerra.
C oncluía en este artículo lo referente al Poder Legislativo y en tal con
cepto el C. Salvador Cisneros presentó uno nuevo a la consideración de la
constituyente.
C ada estado tendrá una C ám ara especial, que legisle sobre los asuntos
locales.
Som etido a discusión este punto, se hizo presente p o r los autores del
proyecto, que las legislaturas especiales estaban de acuerdo en los E.U. con
las variadas condiciones de los distintos estados de la unión. Q ue en la isla
de Cuba no producirían otro efecto que acrecentar las rencillas y divisiones
provinciales, bastando por otra p arte para garantir las libertades del pueblo
que la vida m unicipal tuviera todo el ensanche y la im portancia que requiere,
prescindiendo de que en las actuales circunstancias sería m uy em barazoso y
de gran riesgo el crear los cuerpos de que se trata.
El C. Jesús Rodríguez propuso que se consignara en la C onstitución el
establecim iento de las legislaturas especiales para cuando fuere posible. El
C. Castillo hizo presente que esa declaración daría lugar a cuestiones más
48 P R IM E R A S C O N S m u a O N E S . LATINOAMF.RICA y e l (L\R1BF.
tarde p udiendo pretender in oportunam ente algún estado que era llegado el
caso de la posibilidad y que form ulándose esta C onstitución para el tiem po
de la guerra en nada perjudica los derechos de los estados concluido que sea
el periodo revolucionario.
La Cám ara desechó el artículo y la enm ienda.
A rt. 16. El Poder Ejecutivo residirá en el Presidente de la República,
A rt. 17. Para ser Presidente se requieren las mismas condiciones que
para ser Representante.
El articulo 16 fue aceptado unánim em ente, acerca del inm ediato, el C.
Carlos M anuel de Céspedes enm endó que la edad exigible fuera la de treinta
años, y requisito indispensable para la Presidencia el haber nacido en la isla
de Cuba.
Esta enm ienda fue objeto de un vivo debate. El C. Cisneros la apoyó en el
prim er estreno y los C.C. Lorda y Castillo la atacaron con el m ism o Cisneros
en el segundo estreno. Los autores del proyecto se abstuvieron de defender el
artículo. Los C.C. Lorda y Cisneros hicieron presente que en la época actual y
a la luz de los principios dem ocráticos la nacionalidad nada significaba y que
u n extranjero podía ser en casos determ inados el más acto para la presiden
cia. El C. Castillo en una valiente peroración sustentó que los cubanos nacían
hoy para la república p o r la adquisición de la dignidad de hom bres libres en
cuya conquista estaban d erram ando su sangre y que nacían com o hijos de
Cuba todos aquellos que cualquiera que fiiese su procedencia, pelean y han
peleado con nosotros. El C. Céspedes recom endó que podía originarse un
conflicto entre la patria natural y la adoptiva del extranjero Presidente y que
el ejemplo de la mayor parte de los pueblos cultos que habían establecido en
sus constituciones la cláusula po r él solicitada era de tenerse en cuenta.
Las enm iendas se aceptaron p o r mayoría.
A rt. 18. El Presidente puede celebrar tratados con la ratificación de la
Cámara.
A rt. 19. Designará [a] los em bajadores, m inistros plenipotenciarios y
cónsules de la república en los países extranjeros.
A rt. 20. Recibirá los em bajadores, cuidará de que se ejecuten fielmente
las leyes y expedirá, sus despachos a todos los em pleados de la república.
Aprobado por unanim idad.
A rt. 21. El Presidente nom brará [a] los secretarios del Despacho. El C.
BIBLJOTECAAYACX'CHO 49
Céspedes p ro p u so que fueran nom brados por la Cám ara a propuesta del
Presidente, proposición acogida con general aplauso.
A lt. 22. El Poder Judicial es independiente, su organización será objeto
de u na ley especial. Aceptado.
En estas circunstancias propuso el C. Carlos Manuel de Céspedes que
se concediera al Presidente de la República la facultad de indultar a los delin
cuentes políticos; rechazada la proposición por mayoría, propuso que este
derecho residiera en la Cám ara. Los autores del proyecto expusieron que
pu d ien d o ejercerse un gobierno tiránico lo mismo por una corporación que
p o r un hom bre, la principal garantía de las libertades públicas estribaba en
la independencia de los poderes, que esta independencia no era completa si
las sentencias dictadas p o r los tribunales podían alterarse en algún sentido y
que si bien la C ám ara tenía el derecho de declarar am nistías generales, lo que
p o r cierto n o era necesario consignar detenidam ente, sem ejantes amnistías
no debían alcanzar a los condenados por los tribunales. El C. Presidente sus
tentó que la clem encia era el más bello atributo del p oder e hizo algunas otras
consideraciones m uy oportunas.
La C ám ara adoptó p o r m ayoría la resolución de que no com prendiesen
las am nistías generales a los ya sentenciados.
A rt. 23. Para ser elector se requieren las mismas condiciones que para
ser elegido.
A rt. 24. Todos los habitantes de la república son enteram ente libres.
A rt. 25. Todos los ciudadanos de la república se consideran soldados
delE.L.
A rt. 26. La república no reconoce dignidades, honores especiales, ni
privilegio alguno.
El C. Alcalá p ropuso el siguiente artículo, que fue aceptado:
Los ciudadanos de la república no podrán adm itir honores, ni distin
ciones de u n país extranjero.
A rt. 27. La C ám ara no podrá atacar las libertades de culto, im pren
ta, reunión pacífica, enseñanza y petición ni derecho alguno inalienable del
pueblo.
Todos aceptados.
A rt. 28. Esta C onstitución podrá enm endarse cuando la Cám ara u n á
nim em ente lo determ ine.
BIBLIOTECA AYACUtlHO 51
PUERTO RICO
PROCLAMA DE LOS DIEZ
MANDAMIENTOS DE LOS HOMBRES LIBRES’^
PUERTO RIQUEÑOS
Helas aquí:
Abolición de la esclavitud
Derecho a votar todas las im posiciones
Libertad de cultos
Libertad de la palabra
* Proclama de los Diez M andamientos de los Hombres Librea, < http://es.scribd.com /doc/49907791/
BcU nces-Proclam a-de-los-D icz-M andam ¡entos>. (Página consultada el 14/04/2011).
Y seremos españoles.
Si no, NO.
Si no. Puerto Riqueños -¡PACIENCIA!- os juro que seréis libres.
R.E. BETANCES
Saint Thomas, noviembre de 1867
BIBLIOTECA AYACUCHO 53
MÉXICO, COSTA RICA, EL SALVADOR,
CENTROAMÉRICA, GUATEMALA,
HONDURAS, NICARAGUA
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MÉXICO
DECRETO CONSTITUCIONAL PARA LA LIBERTAD
DE LA AMÉRICA MEXICANA, SANCIONADO
EN APATZINGÁN (22 DE OCTUBRE DE 1814)*
CAPÍTULO I. DE LA RELIGIÓN
* David Panlüja M oran y Jorge M ario G ard a Laguardia; com ps.,“Decreto Constitucional para la
libertad de la América mexicana, sancionado en Apatzingán (22 de octubre de 1814)”, Tres documen
tos constitucionales en la América Española preindependiente, México, Instituto de Investigaciones
lurídicas, 1975, pp. 53-76.
BIBUOTECAAYACX'CHO 57
A rt. 3. Ésta es por su naturaleza im prescriptible, inenajenable, e indi
visible.
A rt. 4. C om o el G obierno no se instituye para h onra o interés particu
lar de ninguna familia, de ningún hom bre ni clase de hom bres, sino para la
protección y seguridad general de todos los ciudadanos, unidos volunta
riam ente en sociedad, estos tienen derecho incontestable a establecer el go
bierno que m ás les convenga, alterarlo, m odificarlo y abolirlo totalm ente
cuando su felicidad lo requiera.
A rt. 5. Por consiguiente, la soberanía reside originariam ente en el pue
blo, y su ejercicio en la representación nacional com puesta de diputados
elegidos p o r los ciudadanos, bajo la form a que prescriba la C onstitución.
A rt. 6. El derecho de sufragio para la elección de diputados pertenece,
sin distinción de clases ni países, a todos los ciudadanos en quienes concurran
los requisitos que prevenga la ley.
A rt. 7. La base de la representación nacional es la población compuesta
de los naturales del país, y de los extranjeros que se reputen por ciudadanos.
ArL 8. C uando las circunstancias de un pueblo oprim ido no perm iten
que se haga constitucionalm ente la elección de sus diputados, es legítima la
representación supletoria que con tácita voluntad de los ciudadanos se esta
blece para la salvación y felicidad com ún.
A rt. 9. N inguna nación tiene derecho para im pedir a otra el uso libre de
su soberanía. El título de conquista no puede legitim ar los actos de la fiierza:
el pueblo que lo intente, debe ser obligado p o r las arm as a respetar el derecho
convencional de las naciones.
A rt. 10. Si el atentado contra la soberanía del pueblo se cometiese por
algún individuo, corporación o ciudad, se castigará por la autoridad pública,
com o delito de lesa nación.
A rt, 11. Tres son las atribuciones de la soberanía: la facultad de dictar
leyes, la facultad de hacerlas ejecutar y la facultad de aplicarlas a los casos
particulares.
A rt. 12. Estos tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, no deben
ejercerse ni p o r una sola persona, ni po r una sola corporación.
BIBLIOTECA AYAC:UCHO 59
CAPÍTULO V. DE LA IGUALDAD, SEGURIDAD,
PROPIEDAD Y LIBERTAD DE LOS CIUDADANOS
A rt. 24. La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos consiste
en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La íntegra conser
vación de estos derechos es el objeto de la institución de los G obiernos, y el
único fin de las asociaciones políticas.
A rt. 25. N ingún ciudadano podrá obtener más ventajas que las que haya
m erecido p o r servicios hechos al Estado. Estos no son títulos comunicables,
ni hereditarios; y así es contraria a la razón la idea de un hom bre nacido le
gislador o m agistrado.
A rt. 26. Los em pleados públicos deben funcionar tem poralm ente, y el
pueblo tiene derecho para hacer que vuelvan a la vida privada, proveyendo las
vacantes p o r elecciones y nom bram ientos, conform e a la Constitución,
A rt. 27. La seguridad de los ciudadanos consiste en la garantía social:
esta no puede existir sin que fije la ley los limites de los poderes y la respon
sabilidad de los funcionarios públicos.
A rt. 28. Son tiránicos y arbitrarios los actos ejercidos contra un ciuda
dano sin las form alidades de la ley.
A rt. 29. El m agistrado que incurriere en este delito será depuesto y cas
tigado con la severidad que m ande la ley.
A rt. 30. Todo ciudadano se reputa inocente, m ientras no se declara cul
pado.
A rt. 3 1. Ni nguno debe ser juzgado n i sentenciado, sino después de haber
sido oído legal m ente.
A rt. 32. La casa de cualquier ciudadano es un asilo inviolable; solo se
podrá en trar en ella cuando un incendio, una inundación, o la reclamación
de la m ism a casa haga necesario este acto. Para los objetos de procedim iento
crim inal, deberán preceder los requisitos prevenidos por la ley.
A rt. 33. Las ejecuciones civiles y visitas dom iciliarias solo deberán ha
cerse durante el día, y con respecto a la persona y objeto indicado en la acta
que m ande la visita y la ejecución.
A rt. 34. Todos los individuos de la sociedad tienen derecho a adquirir
propiedades, y disponer de ellas a su arbitrio con tal que no contravengan a
la ley.
A rt. 41. Las obligaciones de los ciudadanos para con la patria son: una
entera sum isión a las leyes, un obedecim iento absoluto a las autoridades
constituidas, una pro n ta disposición a contribuir a los gastos públicos; un
sacrificio voluntario de los bienes, y de la vida, cuando sus necesidades lo exi
jan. El ejercicio de estas virtudes form a el verdadero patriotism o.
n . FORMA DE GOBIERNO
A rt. 42. M ientras se haga una dem arcación exacta de esta América Me
xicana, y de cada una de las provincias que la com ponen, se reputarán bajo
este nom bre, y d entro de los m ism os térm inos que hasta hoy se han reco
nocido las siguientes: México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Oaxaca,
Tecpan, M ichoacán, Q uerétaro, Guadalajara, G uanajuato, Potosí, Zacatecas,
Durango, Sonora, Coahuila, y Nuevo Reino de León.
BIBI.IcriT.CAAYACCCHO 61
A rt. 43. Estas provincias no podrán separarse unas de otras en su go
bierno, ni m enos enajenarse en todo o en parte.
* El articulo 47 del C apítulo II se reproduce del “Decreto constitucional para la libertad de la Amé
rica m exicana, sancionado en Apatzingán a 22 de octube de 1814" Instituto de Investigaciones
Jurídicas, <hrtp;//www.)uridicas.unam.mx/inf5ur/leg/conshist/f>df/1814.pdf>. (Página consultada
el 31/05/2011 ).(N . de B.A.).
BIBLIOTECA AYACUCHO 63
CAPÍTULO IV. DE LA ELECCIÓN
DE DIPUTADOS PARA EL SUPREMO CONGRESO
A rt.60. El Suprem o Congreso nom brará por esc ru tin io ,/a pluralidad
absoluta de votos, diputados interinos p o r las provincias que se hallen dom i
nadas en toda su extensión por el enemigo.
A rt.6 1 . C on tal que en una provincia estén desocupados tres partidos,
que com prendan nueve parroquias, procederán los pueblos del distrito libre
a elegir sus diputados así propietarios, com o suplentes, por medio de juntas
electorales de parroquia, de partido, y de provincia.
A lt. 62. El Suprem o G obierno m andará celebrar lo más p ronto que le
sea posible, estas juntas en las provincias que lo perm itan, con arreglo al ar
tículo anterior, y que no tengan diputados en propiedad: y por lo que toca a las
que los tuvieren, hará que se celebren tres meses antes de cum plirse el bienio
de las respectivas diputaciones. Para este efecto habrá en la secretaría corres
pondiente un libro, donde se lleve razón exacta del día, mes, y año, en que
conform e al artículo 56 comience a contarse el bienio de cada diputado.
A r t 63. En caso de que un m ismo individuo sea elegido diputado en pro
piedad por distintas provincias, el Supremo Congreso decidirá por suerte la
elección que haya de subsistir, y en consecuencia el suplente a quien toque, en
trará en lugar del propietario de la provincia, cuya elección quedare sin efecto.
BIBLIOTECA AYACXCHO 65
quien en caso de em pate se decidiere la suerte, quedará n o m brado elector de
parro q u ia, y lo anunciará el secretario de orden de! Presidente.
A rt.76. C oncluido este acto se trasladará el concurso, llevando al elector
en tre el Presidente, escrutadores, y secretario, a la iglesia, en donde se cantará
en acción de gracias un solem ne Te Deum, y la ju n ta quedará disuelta para
siem pre.
A rt. 77. El secretario extenderá el acta, que firm ará con el Presidente y
escrutadores: se sacará un testim onio de ella firm ado p o r los m ism os, y se
dará al elector nom brado, para que pueda acreditar su nom bram iento, de que
el Presidente pasará aviso ai juez del partido.
A rt. 78. Las juntas parciales se disolverán concluida la votación, y las
actas respectivas se extenderán, com o previene el artículo anterior.
A r t 79. Previa citación del Presidente, hecha por alguno de los secreta
rios, volverán a reunirse en sesión pública estos y los escrutadores de las juntas
parciales, y con presencia de las actas exam inarán los segundos las listas de
sufragios, su m an d o de la totalidad los núm eros que resulten p o r cada vota
do, y quedará n o m brado elector el que reuniese la mayor sum a, o si hubiese
em pate, el q ue decidiere la suerte.
A rt. 80. Publicará el Presidente esta votación por m edio de copia certifi
cada del escrutinio, circulándola por los pueblos de la feligresía; y dará al
elector igual testim onio firm ado p o r el m ism o Presidente, escrutadores, y
secretarios.
A rt. 81. N ingún ciudadano podrá excusarse del encargo de elector de
parroquia, ni se presentará con arm as en la junta.
A rt. 82. Las Juntas Electorales de partido se com pondrán de los electo
res parroquiales congregados en la cabecera de cada subdelegación o en otro
pueblo que p o r justas consideraciones designe el juez, a quien toca esta facul
tad, com o tam bién la de citar a los electores, señalar el día, hora y sitio para
la celebración de estas juntas, y presidir las sesiones.
A rt. 83. En la prim era se n o m brarán dos escrutadores y un secretario
de los m ism os electores, si llegaren a siete; o fuera de ellos si no se com pletare
este n ú m ero , con tal que los electos sean ciudadanos de probidad.
6 6 P R iM E R A S C o N s r r r u a o N F i; u t i n o a m í r i c a y e l c a r i b e
A rt. 84. A consecuencia presentarán los electores los testim onios de
sus nom bram ientos, para que los escrutadores y el secretario los reconozcan
y examinen: y con esto term inará la sesión.
A rt. 85. En la del día siguiente expondrán su juicio los escrutadores y
el secretario. Ofreciéndose alguna duda, el Presidente la resolverá en el acto,
y su resolución se ejecutará sin recurso: pasando después la ju n ta a la iglesia
principal, con el piadoso objeto que previene el artículo 69.
A rt. 86. Se restituirá después la junta al lugar destinado para las sesio
nes, y tom ando asiento el Presidente y los dem ás individuos que la form en,
se ejecutará lo contenido en el artículo 71, y regirá tam bién en su caso el
artículo 72.
A rt. 87. Se procederá enseguida a la votación, haciéndola a puerta abier
ta por m edio de cédulas, en que cada elector exprese los tres individuos que
juzgue más a propósito: recibirá las cédulas el secretario, las leerá en voz alta
y m anifestará al Presidente.
A rt. 88. Concluida la votación, los escrutadores a vista y satisfacción del
Presidente y de los electores, sum arán el núm ero de los sufragios que haya
reunido cada votado, quedando nom brado el que contare con la pluralidad,y
en caso de em pate el que decidiere la suerte. El secretario anunciará de orden
del Presidente el n om bram iento del elector de partido.
A rt. 89. Inm ediatam ente se trasladarán la ju n ta y concurrentes a la igle
sia principal, bajo la form a y con el propio fin que indica el artículo 76.
A rt. 90. El secretario extenderá el acta, que suscribirá con el Presidente
y escrutadores. Se sacarán dos copias autorizadas con la m ism a solem nidad;
de las cuales una se entregará al elector nom brado, y otra se rem itirá al Pre
sidente de la ju n ta provincial.
A rt. 91. Para ser elector de partido se requiere la residencia personal
en la respectiva jurisdicción con las demás circunstancias asignadas para los
electores de parroquia.
A rt. 92. Se observará p o r últim o lo que prescribe el artículo 81.
A rt. 93. Los electores de partido form arán respectivam ente las juntas
provinciales, que para n o m b rar los diputados que deben incorporarse en el
t
BIBLlcrrECAAVACUCHC) 67
Congreso, se han de celebrar en la capital de cada provincia, o en el pueblo
que señalare el intendente, a quien toca presidirlas, y fijar el día, hora y sitio
en que hayan de verificarse.
A rt. 94. En la prim era sesión se nom brarán dos escrutadores, y un secre
tario, en los térm inos que anuncia el artículo 83. Se leerán los testim onios de
las actas de elecciones hechas en cada partido, rem itidas por los respectivos
presidentes: y p resentarán los electores las copias que llevaren consigo, para
que los escrutadores y el secretario las conft'onten y examinen.
A rt. 95. En la segunda sesión que se tendrá el día siguiente, se practicará
lo m ism o que está m andado en los artículos 85 y 86.
A rt. 96. Se procederá después a la votación de diputado en la form a que
para las elecciones de partidos señala el artículo 87.
A rt. 97. C oncluida la votación los escrutadores reconocerán las cédulas
conform e al artículo 88, y sum arán los núm eros que hubiere reunido cada
votado, qu ed an d o elegido diputado en propiedad el que reuniere la plurali
dad de sufragios; y suplente el que se aproxim e más a la pluralidad.
A rt. 98. Si hubiere em pate, se sorteará el nom bram iento de diputado
así propietario com o suplente, entre los votados que sacaren igual núm ero
de sufragios.
A rt. 99. Hecha la elección se procederá a la solem nidad religiosa, a que
se refiere el artículo 89.
A rt. 100. Se extenderá el acta de elección, y se sacarán dos copias con las
form alidades que establece el artículo 90: una copia se entregará al diputado,
y otra se rem itirá al Suprem o Congreso.
A rt. 101. Los electores en nom bre de la provincia otorgarán al diputado
en form a legal la correspondiente comisión.
68 p r i m i ; r a s ( ; o n s t i t u c i i ) n i -:s . l m i n o a m é r i c ^ y e i . c a r ib e
ciones, y los fiscales de la segunda, bajo la forma que prescribe este decreto,
y recibirles a todos el juram ento correspondiente para la posesión de sus
respectivos destinos.
Art. 104. N om brar los m inistros públicos, que con el carácter de Em
bajadores Plenipotenciarios, u de otra representación diplom ática hayan de
enviarse a las demás naciones.
A rt. 105. Elegir a los generales de división a consulta del Supremo Go
bierno, quien propondrán los tres oficiales que juzgue más idóneos.
A rt. 106. Examinar y discutir los proyectos de ley que se propongan.
Sancionar las leyes, interpretarlas, y derogarlas en caso necesario.
Art. 107. Resolver las dudas de hecho y de derecho, que se ofrezcan en
orden a las facultades de las suprem as corporaciones.
Art. 108. Decretar la guerra, y dictar las instrucciones bajo de las cuales
haya de proponerse o adm itirse la paz: las que deben regir para ajustar los
tratados de alianza y gobierno con las dem ás naciones, y aprobar antes de su
ratificación estos tratados.
Art. 109. Crear nuevos tribunales subalternos, suprim ir los estableci
dos, variar su form a, según convenga para la m ejor adm inistración: aum en
tar o dism inuir los oficios públicos, y form ar los aranceles de derechos.
Art. 110. Conceder o negar licencia para que se adm itan tropas extran
jeras en nuestro suelo.
Art. 111. M andar que se aum enten, o dism inuyan las fuerzas militares
a propuesta del Suprem o Gobierno.
Art. 112. Dictar ordenanzas para el Ejército y milicias nacionales en
todos los ram os que las constituyen.
Art. 113. Arreglar los gastos del G obierno. Establecer contribuciones e
impuestos, y el m odo de recaudarlos: com o tam bién el m étodo conveniente
para la adm inistración, conservación y enajenación de los bienes propios
del Estado: y en los casos de necesidad tom ar caudales a préstam o sobre los
fondos y crédito de la nación.
Art. 114. Exam inar y aprobar las cuentas de recaudación e inversión de
la Hacienda pública.
A rt. 115. Declarar si ha de haber aduanas y en qué lugares.
Art. 116. Batir m oneda, determ inando su m ateria, valor, peso, tipo y
denom inación; y adoptar el sistema que estim e justo de pesos y medidas.
BIBLIOTECA AYAc:uc;i lO 69
A rt. 117. Favorecer todos los ram os de industria, facilitando los medios
de adelantarla, y cuidar con singular esmero de la ilustración de los pueblos.
A rt. 118. A probar los reglam entos que conduzcan a la sanidad de los
ciudadanos, a su com odidad y dem ás objetos de policía.
A rt. 119. Proteger la libertad política de la im prenta.
A rt. 120. H acer efectiva la responsabilidad de los individuos del mismo
C ongreso, y de los funcionarios de las dem ás suprem as corporaciones, bajo
la form a que explica este decreto.
A rt. 121. Expedir cartas de naturaleza en los térm inos, y con las calida
des q ue prevenga la ley.
A rt. 122. Finalm ente ejercer todas las dem ás facultades que le concede
expresam ente este decreto.
70 PRIMKRASCONSTrrt'ClONES. lATINOAMf.RICAYELCARIBE
representar en contra de la ley; pero ha de ser den tro del térm ino perentorio
de veinte días; y no verificándolo en este tiem po, procederá el Supremo G o
bierno a la prom ulgación: previo aviso que o p o rtu n am ente le com unicará
al Congreso.
A rt. 129. En caso que el Suprem o G obierno, o el Suprem o Tribunal de
Justicia representen contra la ley, las reflexiones que prom uevan serán exami
nadas bajo las m ism as form alidades que los proyectos de ley; y calificándose
de bien fundadas a pluralidad absoluta de votos, se suprim irá la ley, y no
podrá proponerse de nuevo hasta pasados seis meses. Pero si por el contrario
se calificaren de insuficientes las razones expuestas, entonces se m andará
publicar la ley, y se observará inviolablemente; a m enos que la experiencia y
la opinión pública obliguen a que se derogue, o m odifique.
Art. 130. La ley se prom ulgará en esta form a; El Supremo Gobierno M exi
cano, a todos los que la presente vieren, sabed: que el Supremo Congreso en sesión
legislativa (aquí la fecha) ha sancionado la siguiente ley. (Aquí el texto literal
de la ley). Por tanto, para su puntual observancia publíquese, y circúlese a to
dos los tribunales, justicias, jefes, gobernadores y demás autoridades, asi aviles
como militares y eclesiásticas, de cualquiera clase y dignidad, para que guarden
y hagan guardar, cumplir y ejecutar la presen te ley en todas sus partes. - Palacio
Nacional, etcétera. Firm arán los tres individuos y el secretario de Gobierno.
A rt. 131. El Suprem o G obierno com unicará la ley al Suprem o Tribunal
de Justicia, y se archivarán los originales tanto en la Secretaría del Congreso,
com o en la del G obierno.
BIBLIOTECA AYACUCHO 71
tercero que se llamará especialmente de G obierno. Se m udarán cada cuatro
años.
A rt. 135. Ningún individuo del Suprem o G obierno podrá ser reelegido,
a m enos que haya pasado un trienio después de su adm inistración; y para que
pueda reelegirse un secretario, han de correr cuatro años después de fenecido
su m inisterio.
A rt. 136. Solamente en la creación del Suprem o G obierno podrán n o m
brarse para sus individuos asi los diputados propietarios del Suprem o C on
greso, que hayan cum plido su bienio, com o los interinos; en la inteligencia
de que si fuere nom brado alguno de estos, se tendrá por concluida su dipu
tación; pero en lo sucesivo ni podrá elegirse ningún diputado, que a la sazón
lo fuere, ni el que lo haya sido; si no es m ediando el tiem po de dos años.
A rt. 137. Tam poco podrán elegirse los diputados del Suprem o Tribunal
de Justicia, m ientras lo fueren, ni en tres años después de su comisión.
A rt. 138. Se excluyen asim ism o de esta elección los parientes en prim er
grado de los generales en jefe.
A rt. 139. No pueden concurrir en el Suprem o G obierno dos parientes
que lo sean desde el prim ero hasta el cuarto grado; com prendiéndose los
secretarios en esta prohibición.
A rt. 140. El Suprem o G obierno tendrá tratam iento de Alteza: sus in
dividuos el de Excelencia, durante su adm inistración: y los secretarios el de
Señoría, en el tiem po de su ministerio.
A rt. 141. Ningún individuo de esta corporación podrá pasar ni aun una
noche fuera del lugar destinado para su residencia, sin que el Congreso le con
ceda expresam ente su permiso: y si el G obierno residiere en lugar distante,
se pedirá aquella licencia a los com pañeros, quienes avisarán al Congreso, en
caso de que sea para más de tres días.
A rt. 142. C uando por cualquiera causa falte alguno de los tres indivi
duos, continuarán en el Despacho los restantes, haciendo de Presidente el
que deba seguirse en turno, y firm ándose lo que ocurra con expresión de la
ausencia del com pañero: pero en faltando dos, el que queda avisará inm edia
tam ente al Suprem o Congreso, para que tom e providencia.
A rt. 143. H abrá en cada secretaria un libro, en donde se asienten todos
los acuerdos, con distinción de sesiones, las cuales se rubricarán por los tres
individuos, y firm ará el respectivo secretario.
b ib ü o i >:(;a a y a c ;u c :h ií 73
A rt. 152. Hecha esta elección, continuará la sesión en público, y el se
cretario anunciará al pueblo las personas que se hubieren elegido. Enseguida,
repartirá p o r triplicado sus nom bres escritos en cédulas a cada vocal,y se pro
cederá a la votación de los tres individuos, eligiéndolos uno a uno por m edio
de las cédulas que se recogerán en u n vaso prevenido al efecto,
A rt. 153. El secretario a vista y satisfacción de los vocales reconocerá las
cédulas, y hará la regulación correspondiente, quedando nom brado aquel
individuo que reuniere la pluralidad absoluta de sufragios.
A rt. 154. Si ninguno reuniere esta pluralidad,entrarán en segunda vota
ción los dos individuos que hubieren sacado el mayor núm ero, repartiéndose
de nuevo sus nom bres en cédulas a cada u n o de los vocales. En caso de em pate
decidirá la suerte.
A rt. 155. N om brados los individuos, con tal que se hallen presentes
dos de ellos, otorgarán acto continuo su ju ram ento en m anos del Presidente,
quien lo recibirá a nom bre del Congreso, bajo la siguiente fórmula: ¿Juráis
defender a costa de vuestra sangre la religión católica, apostólica, romana, sin
adm itir otra ninguna?— R. Sí juro-¿Juráis sostener constantemente la causade
nuestra Independencia contra nuestros injustos agresores?— R. Sí juro-¿Juráis
observar, y hacer cumplir el decreto constitucional en todas y cada una de sus
partes?— R. Sí ju r o - ¿Juráis desempeñar con celo y fidelidad el empleo que os
ha conferido la nación, trabajando incesantemente por el bien y prosperidad de
la nación m ism a?— R. Sí ju ro - Si así ¡o hiciereis. Dios os premie, y si no, os lo
demande. Y con este acto se tendrá el G obierno por instalado.
A rt. 156. Bajo de la forma explicada en los artículos antecedentes se ha
rán las votaciones ulteriores, para proveer las vacantes de los individuos que
deben salir anualm ente, y las que resultaren por fallecimiento u otra causa.
A r t- 157. Las votaciones ordinarias de cada año se efectuarán cuatro m e
ses antes de que se verifique la salida del individuo a quien tocare la suerte.
A rt. 158. Por prim era vez nom brará el C ongreso los secretarios del Su
p rem o G obierno, m ediante escrutinio en que haya examen de tachas, y a
pluralidad absoluta de votos. En lo de adelante hará este nom bram iento a
p ropuesta del m ism o Suprem o G obierno, quien lo verificará dos meses antes
que cum pla el térm ino de cada secretario.
Bl B1.IOTECA AYACUCHO 75
bertad, propiedad, igualdad, y seguridad de los ciudadanos: usando de todos
ios recursos que le franquearán las leyes.
No podrá el Supremo Gobierno:
A rt. 166. Arrestar a ningún ciudadano en ningún caso m ás de cuarenta
y ocho horas, dentro de cuyo térm ino deberá rem itir el detenido al tribunal
com petente con lo que se hubiere actuado.
A rt. 167. D eponer a los em pleados públicos, ni conocer en negocio al
g uno judicial; avocarse causas pendientes o ejecutoriadas, ni ordenar que se
abran nuevos juicios
A rt. 168. M andar personalm ente en cuerpo, ni por alguno de sus indi
viduos, ninguna Fuerza Armada; a no ser en circunstancias m uy extraordi
narias, y entonces deberá proceder la aprobación del Congreso.
A rt. 169. Dispensar la observancia de las leyes bajo pretexto de equidad,
ni interpretarlas en los casos dudosos.
A rt. 170. Se sujetará el Suprem o G obierno a las leyes y reglamentos
que adoptare o sancionare el Congreso en lo relativo a la adm inistración de
H acienda; p o r consiguiente, n o podrá variar los em pleos de este ram o que
se establezcan, crear otros nuevos, gravar con pensiones al erario público, ni
alterar el m étodo de recaudación, y distribución de las rentas; podrá, no obs
tante, librar las cantidades que necesite para gastos secretos en servicio de la
nación, con tal que inform e oportu n am en te de su inversión.
A rt. 171. En lo que toca al ram o m ilitar se arreglará a la antigua ordenan-
í:a, m ientras que el Congreso dicta la que más se conform e al sistema de nues
tro gobierno; p o r lo que no podrá derogar, interpretar, ni alterar ninguno de
sus capítulos.
A rt. 172. Pero así en m ateria de Hacienda, como de guerra, y en cualquie
ra otra podrá, y aun deberá presentar al Congreso los planes, reformas y
m edidas que juzgue convenientes, para que sean exam inados; m as no se le
perm ite pro p o n er proyectos de decreto extendidos.
A rt. 173. Pasará m ensualm ente al Congreso una nota de los empleados
y de los que estuvieren suspensos; y cada cuatro meses un estado de los ejér
citos, que reproducirá siempre que lo exija el mismo Congreso.
A rt. 174. Asimismo presentará cada seis meses al Congreso un estado
abreviado de las entradas, inversión, y existencia de los caudales públicos, y
cada año le presentará otro individual y docum entado, para que ambos se
exam inen, aprueben y publiquen.
A rt. 175. Se creará cerca del Supremo G obierno y con sujeción inm e
diata a su autoridad, una Intendencia General que adm inistre todas las rentas
y fondos nacionales.
Art. 176. Esta Intendencia se com pondrá de un fiscal, un asesor letrado,
dos m inistros, y el jefe principal, quien retendrá el nom bre de intendente
general, y además habrá un secretario.
A rt. 177. De las mismas plazas han de com ponerse las intendencias pro
vinciales, que deberán establecerse con subordinación a la general. Sus jefes
se titularán intendentes de provincia.
A rt. 178. Se crearán tam bién tesorerías foráneas, dependientes de las pro-
vinciales, según que se juzgaren necesarias para la m ejor adm inistración,
A rt. 179. El Suprem o Congreso dictará la ordenanza que fije las atrib u
ciones de todos y cada uno de estos empleados, su fuero y prerrogativas, y la
jurisdicción de los intendentes.
A rt. 180. Así el intendente general, com o los de provincia funcionarán
por el tiem po de tres años.
BIBI.KrrECAAYACL'CHO 77
A rt. 185. Tendrá este tribunal el tratam iento de Alteza: sus individuos el
de Excelencia, d u ran te su com isión; y los fiscales y secretarios el de Señoría,
m ientras perm anezcan en su ejercicio,
A lt, 186. La elección de los individuos del Supremo Tribunal de Justicia se
hará po r el Congreso, conform e a los artículos 151, 152, 153,154,156, y 157.
A rt. 187. N om brados que sean los cinco individuos, siem pre que se
hallen presentes tres de ellos, otorgarán acto continuo su ju ram en to en los
térm in o s que previene el artículo 155.
A r t- 188. Para el n o m bram iento de fiscales y secretarios regirá el ar
tículo 158.
A rt. 189. N ingún individuo del Suprem o Tribunal de Justicia podrá ser
reelegido hasta pasado un trienio después de su comisión; y para que pue
dan reelegirse los fiscales y secretarios han de pasar cuatro años después de
cum plido su tiem po.
A rt. 190. No podrán elegirse para individuos de este tribunal los dip u
tados del Congreso, si no es en los térm inos que explica el artículo 136.
A rt. 191. Tam poco podrán elegirse los individuos del Suprem o G obier
no m ientras lo fíieren, ni en tres años después de su adm inistración.
A rt. 192. No podrán co n cu rrir en el Suprem o Tribunal de Justicia dos, o
m ás parientes, que lo sean desde el prim ero hasta el cuarto grado; com pren
diéndose en esta prohibición los fiscales y secretarios.
A rt. 193. N ingún individuo de esta corporación podrá pasar ni una sola
noche fuera de los límites de su residencia, si no es con los requisitos que para
los individuos del Suprem o G obierno expresa el artículo 141.
A rt. 194. Los fiscales y secretarios del Suprem o Tribunal de Justicia se
sujetarán al juicio de residencia, y a los demás, com o se ha dicho de los secre
tarios del Suprem o G obierno; pero los individuos del m ism o tribunal sola
m ente se sujetarán al j uicio de residencia, y en el tiem po de su com isión, a los
que se prom uevan p o r los delitos determ inados en el artículo 59.
A rt. 195. Los autos o decretos que em anaren de este Suprem o Tribunal
irán ru bricados p o r los individuos que concurran a form arlos, y autorizados
po r el secretario. Las sentencias interlocutorias y definitivas se firm arán por
los m encionados individuos, y se autorizarán igualm ente p o r el secretario;
quien con el Presidente firm ará los despachos, y por sí solo bajo su respon
sabilidad las dem ás órdenes: en consecuencia no será obedecida ninguna
A rt. 1% . Conocer en las causas para cuya form ación deba proceder,
según lo sancionado, la declaración del Suprem o Congreso; en las demás
de los generales de división, y secretarios del Suprem o Gobierno; en las de
los secretarios y fiscales del m ism o Suprem o Tribunal; en las del intendente
general de H acienda, de sus m inistros, fiscales y asesor; en las de residencia
de todo em pleado público, a excepción de las que pertenecen al tribunal de
este nom bre.
A rt. 197. Conocer de todos los recursos de fuerza de los tribunales ecle
siásticos, y de las com petencias que se susciten entre los jueces subalternos.
A rt. 198. Fallar o confirm ar las sentencias de deposición de los em plea
dos públicos sujetos a este tribunal: aprobar o revocar las sentencias de m uer
te y destierro que p ronuncien los tribunales subalternos, exceptuando las
que han de ejecutarse en los prisioneros de guerra, y otros delincuentes de
Estado, cuyas ejecuciones deberán conform arse a las leyes y reglamentos que
se dicten separadam ente.
A rt-199. Finalm ente, conocer de las demás causas tem porales, así cri
minales, com o civiles; ya en segunda, ya en tercera instancia, según lo deter
m inen las leyes.
A rt. 200. Para form ar este Supremo Tribunal, se requiere indispensable
m ente la asistencia de los cinco individuos en las causas de hom icidio, de de
posición de algún empleado, de residencia e infidencia; en las de fuerza de los
juzgados eclesiásticos, y en las civiles, en que se verse el interés de veinticinco
mil pesos arriba. Esta asistencia de los cinco individuos se entiende para term i
nar definitivam ente las referidas causas, ya sea pronunciando,ya confirm ando
o bien revocando las sentencias respectivas. Fuera de estas causas, bastará la
asistencia de tres individuos para form ar Tribunal; y m enos no podrán actuar
en ningún caso.
A rt. 201. Si p o r m otivo de enferm edad no pudiera asistir alguno de los
jueces en los casos referidos, se le pasará la causa, para que dentro del tercer
BIBLIOTECA AYACUCHO 79
día rem ita su voto cerrado. Si la enferm edad fuere grave, o no pudiere asistir
po r hallarse distante, o por otro im pedim ento legal, el Suprem o Congreso
con aviso del tribunal nom brará un sustituto; y si el Congreso estuviere lejos,
y ejecutare la decisión, entonces los jueces restantes nom brarán a pluralidad
de sufragios un letrado, o un vecino h onrado y de ilustración, que supla por
el im pedido, d ando aviso inm ediatam ente al Congreso.
A rt. 202. En el Suprem o Tribunal de Justicia no se pagarán derechos.
A rt. 203. Los litigantespodrán recusar hasta dos jueces de este tribunal,
en los casos, y bajo las condiciones que señale la ley.
A rt. 204. Las sentencias que pronunciare el Suprem o Tribunal de Justi
cia, se rem itirán al Suprem o G obierno, para que se las haga ejecutar por m e
dio de los jefes, o jueces a quienes corresponda.
BIBI.IiyrKC\AYACL'CHO 81
diputación; pero de ninguna m anera podrán ser elegidos los que actualmente
lo sean, o en adelante lo fueren, si no es habiendo corrido dos años después
de concluidas sus funciones.
A rt. 217. Tam poco podrán ser nom brados los individuos de las otras
dos suprem as corporaciones, hasta que hay^an pasado tres años después de
su ad m inistración; ni pueden, en fin, co ncurrir en este tribunal dos o más
parientes hasta el cuarto grado.
A rt. 218. Dos meses antes que estén para concluir alguno, o algunos de los
funcionarios, cuya residencia toca a este tribunal, se sortearán los individuos
que hayan de com ponerlo, y el Supremo G obierno anunciará con anticipación
estos sorteos, indicando los nom bres y empleos de dichos funcionarios.
A rt. 219. H echo el sorteo, se llam arán los individuos que salgan n o m
brados, para que sin excusa se presenten al C ongreso antes que se cum pla
el expresado térm in o de dos meses, y si p o r alguna causa no ocurriere con
o p o rtu n id a d cualquiera de los llamados, procederá el Congreso a elegir sus
tituto, bajo la form a que se establece en el capítulo XI para la elección de los
individuos del Suprem o Gobierno.
A rt. 220. C uando sea necesario organizar este tribunal, para que tome
conocim iento de otras causas, que no sean de residencia, se hará op o rtu n a
m ente el sorteo, y los individuos que resulten n om brados se citarán con tér
m in o m ás o m enos breve, según lo exija la naturaleza de las mism as causas;
y en caso de que n o com parezcan al tiem po señalado, el Suprem o Congreso
no m b rará sustitutos, con arreglo al artículo antecedente.
A rt. 221. Estando juntos los individuos que han de com poner este tri
bunal, otorgarán su juram ento en m anos del Congreso, bajo la fórm ula con
tenida en el artículo 155, y se tendrá por instalado el tribunal, a quien se dará
tratam ien to de Alteza.
A rt. 222. El m ism o tribunal elegirá p o r suerte de entre sus individuos
un Presidente, que ha de ser igual a todos en autoridad, y perm anecerá todo
el tiem po que d ure la corporación. N om brará tam bién por escrutinio, y a
pluralidad absoluta de votos un fiscal, con el único encargo de form alizar las
acusaciones, que se prom uevan de oficio por el m ism o tribunal.
A rt. 223. Al Suprem o Congreso toca nom brar el correspondiente secre
tario, lo que hará p o r suerte entre tres individuos, que elija p o r escrutinio, y
a pluralidad absoluta de votos.
bib i .i o t f .(.a a y a c :u ( ;h o 83
exista; o en pasando el térm ino que fijaren las leyes, según la naturaleza de
los negocios.
A rt. 232. El Suprem o Congreso form ará en el térm ino de un año desp ués
de la próxim a instalación del Gobierno, el plan conveniente para convocar
la representación nacional bajo la base de la población, y con arreglo a los
demás principios de derecho público, que variadas las circunstancias deben
regir en la m ateria.
A rt. 233. Este plan se sancionará, y publicará, guardándose la form a que
se ha prescrito para la sanción y prom ulgación de las leyes.
A rt. 234. El Suprem o Gobierno, a quien toca publicarlo, convocará, se
gún su tenor, la representación nacional, luego que estén com pletam ente
libres de enem igos las provincias siguientes: México, Puebla, Tlaxcala, Vera-
cruz, Oaxaca, Tecpan, M ichoacán, Q uerétaro, Guadalajara, G uanajuato, San
Luis Potosí, Zacatecas y D urango, inclusos los puertos, barras y ensenadas,
que se com prenden en los distritos de cada una de estas provincias.
A rt. 235. Instalada que sea la representación nacional, resignará en sus
m anos el Suprem o Congreso las facultades soberanas que legítim am ente
deposita, y otorgando cada uno de sus m iem bros el juram ento de obediencia
y fidelidad, quedará disuelta esta corporación.
A rt. 236. El Suprem o G obierno otorgará el m ism o juram ento, y hará
que lo otorguen todas las autoridades militares, políticas y eclesiásticas, y
todos los pueblos.
BIBLIOTEIIAAYACL'CHO 85
Por tanto: para su puntual observancia publíquese, y circúlese a todos
los tribunales, justicias, jefes, gobernadores, y dem ás autoridades así civiles
com o m ilitares, y eclesiásticas de cualquiera clase y dignidad, para que guar
den, y hagan guardar, cum plir y ejecutar el presente decreto constitucional
en todas sus partes.
Palacio nacional del Suprem o G obierno Mexicano en Apatzingán, vein
ticuatro de octubre de mil ochocientos catorce. Año quinto de la Indepen
dencia mexicana.
José M aría Liceaga, diputado p o r G uanajuato, presidente. - José María
M orelos. - Dr. José M aría Cos. - Remigio de Yarza, secretario de Gobierno.
N ota
Yarza
En nom bre de Dios todo poderoso, padre, hijo y espíritu santo, autor supre
m o legislador de la sociedad.
La provincia de Costa Rica, librem ente congregada y legítim am ente
representada por los legados reunidos en esta ciudad (Cartago) de todos los
pueblos que la com ponen y suscriben, teniendo en consideración que por
haberse ju rad o la independencia absoluta del G obierno español en esta y
las demás provincias del reino y aun en toda la América Septentrional sobre
diversas bases y principios, se hallan libres los pueblos para constituirse en
nueva forma de gobierno; y deseando esta provincia conservarse libre, unida,
segura y tranquila por un pacto de unión y concordia, ínterin que inform án
dose las otras puedan co ncurrir al establecim iento de un G obierno suprem o
constitucional, se constituye este provisional. Al efecto, después de haber
conferenciado dichos legados cuanto ha parecido conveniente, en uso de sus
respectivos poderes y representación, han concluido y celebrado el tratado
siguiente:
CAPÍTULO L DE LA PROVINCIA
* “Pacto social fundam ental interino de Costa Rica", Pensamiento constitucional hispanoamericano
hasta /SJO.Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1961,v.41,t.Il,pp. 179-189.
BlBLUrrECAAYACUCHO 87
adherirse, bajo el preciso sistema de absoluta independencia del G obierno
español y de cualquier otro que no sea americano.
A rt. 2. La provincia reconoce y respeta la libertad civil, propiedad y de
m ás derechos naturales y legítimos de toda persona y de cualquiera pueblo
o nación.
CAPÍTULO 2. DE LA RELIGIÓN
Art. 10. Para la elección de los m iem bros del G obierno (concediendo
alguna gracia a los pueblos lejanos y pequeños p o r su propia conveniencia)
se celebrarán ju n tas de parroquia en el recinto de cada uno, para el nom bra
m iento de com prom isarios y electores de parroquia, conforme al plan que
se acom paña bajo este núm ero, quienes celebrarán juntas de partido en el
que respectivam ente se les señala por cabeza en el plan, para nom brar los de
partido.
Art. 11. Las ju n tas de parroquia se celebrarán por ahora, para este caso,
el tercer dom ingo 16 de diciem bre próxim o, y las de partido el cuarto dom in
go 23 del mismo.
Art. 12. Los pueblos transm itirán en sus electores parroquiales, y estos
en los de partido, los derechos de soberanía po r m edio de poder, para sancio
nar este pacto.
A rt. 13. Los electores de partido celebrarán, el prim er dom ingo 6 de
enero próxim o, ju n ta de provincia en esta ciudad, y n om brando de su seno
presidente, escrutadores y secretario, previas las dem ás formalidades estable
cidas en la C onstitución (española), que igualm ente se observarán en la junta
antedicha, se ten d rá la ju n ta por instalada.
A rt. 14. Si faltase alguno o algunos de los treinta y uno electores de par
tido, com o no exceda la falta de una cuarta parte, procederá la junta a elegir
suplentes p or los que faltan; mas si la falta excediese de siete, se suspenderá el
acto y convocará a los que falten, hasta com pletar el núm ero indicado.
Art. 15. H allándose com pleta la junta, discutirá este pacto, alterando,
m odificando o ratificándolo como le parezca; y esta determ inación será una
ley interina fundam ental de la provincia.
A rt. 16. Al siguiente día de ratificado el pacto procederá a la elección de
los siete m iem bros del G obierno y tres suplentes.
A rt. 17. Los individuos del G obierno, a más de tener las cualidades que
requiere el artículo 7, han de ser.americanos.
A rt. 18. Hecha la elección anterior, nom brará la junta electoral una
com isión de su seno de once individuos y cuatro suplentes, y esta comisión
elegirá de su seno presidente y secretario para los fines de expresar el artículo
50, en cuyo caso será convocada por el presidente de ellas.
BIBLICTTECIAAYACUCHO 89
CAPÍTULO 6. DE LA INSTALACIÓN
DE LA JUNTA Y SUS FACULTADES
A rt. 19. El dom ingo siguiente al nom bram iento de los vocales de la Junta
de G obierno, se instalará esta nom b ran d o de su seno Presidente, vicepresi
dente y secretario. Se denom inará Junta Superior Gubernativa de Costa Rica
y residirá tres meses continuos al año en cada una de las cuatro poblaciones
mayores de la provincia. '
A rt. 20. Al en tra r en ejercicio, los m iem bros del G obierno prestarán el
ju ram en to que corresponde en m anos del Presidente, y este en las de la co
m isión antedicha.
A rt. 21. El Presidente será renovado cada tres meses; pero puede ser
reeleao , p o r la utilidad pública. El secretario perm anecerá a discreción de
la junta.
A rt. 22. La ju n ta tendrá sesiones ordinarias todos los lunes y jueves de
cada sem ana, a m ás de las extraordinarias que sean necesarias, y se sentarán
sus acuerdos en un libro foliado y rubricado para el efecto.
A rt. 23. La ju n ta tendrá otro libro foliado y rubricado de votaciones,
donde se asentarán los votos de los que disientan de los acuerdos, firm ándolo
estos y certificándolo los otros.
A rt. 24. La ju n ta reasum irá la autoridad superior de capitanía y supe
rintendencia general, m ando político. D iputación provincial y de audiencia,
en cu an to lo protectivo no en lo judicial. Y en consecuencia podrá expedir
y dictar todas las providencias que dem ande la libertad, seguridad y buena
ad m inistración de la provincia en sus respectivos atributos, conform e a
este pacto y a la C onstitución española y leyes vigentes, en lo que a él no se
opongan.
A rt. 25. En los asuntos o negocios de lo que era patronato, la Junta de
G obierno consultará, concillará y concordará con el Ilustrísim o señor obis
po diocesano lo que exige el bien de la Iglesia y sostención del culto en esta
provincia.
A rt. 26. La ju n ta se dividirá en tres secciones o com isiones para el más
p ro n to despacho de los negocios, con responsabilidad cada una a la mism a
ju n ta, p o r la que serán acordadas las providencias que por su naturaleza, gra
vedad y trascendencia general lo requieran.
BIBLIOTECA AYAC:UCHO 91
caso el jefe de arm as ha de tener las cualidades que se requieren por los artí
culos 7 y 17.
A rt. 40. La com andancia particular queda en cada pueblo en el oficial de
m ayor graduación, teniendo las cualidades que previene el artículo 7.
A rt. 41. En lo judicial, la junta, com o tribunal de protección únicam en
te, hará que los jueces constitucionales adm inistren pronta y rectam ente jus
ticia conform e a la C onstitución española y leyes existentes, singularm ente
la del 9 de octubre de 1812.
A rt. 42. Para que no haya lesión ni atraso en la adm inistración de jus
ticia la ju n ta determ inará las com petencias de jurisdicción y los recursos de
agravio y de fuerza.
A rt. 43. En los casos que litigue un pueblo con otro, o particular como
au to r contra un pueblo, la junta señalará el juez constitucional inmediato que
com o im parcial deba conocer la causa.
A rt. 44. Para los casos de apelación en grados de segunda instancia, por
no poder establecer por ahora la provincia un tribunal com petente, ínter
que lo hay se observará: la. Q ue en lo crim inal, la sentencia de pena grave,
com o destierro, m utilación o cosa semejante, quede suspensa y custodiado el
reo, considerándose la detención en parte de la condena; mas si la sentencia
recayese p o r atentarse contra el gobierno de la provincia o la Independencia
am ericana, se ejecutará con previo conocim iento de la junta, y tam bién, en
to d o caso, las penas correccionales o no aflictivas gravemente. 2®. Que en lo
civil, si la apelación tuviere lugar en am bos efectos, afiance la parte de quien
o contra quien se reclame, y si en uno solo, la parte recipiente.
A rt. 45. La ju n ta entablará com unicaciones y correspondencia ft'aternal
con los gobiernos de las otras provincias, concertando las relaciones de in
terés público y recíproco y las bases o principios bajo los cuales se haya de
constituir o atar esta con alguno de los Estados independientes de la América,
conform e el voto concorde de los pueblos, que expresarán por medio de sus
electores de partido que para este caso se convocarán.
A rt. 46. Si el arreglo definitivo de la C onstitución del Estado a que la
provincia se adhiere dilatase más de un año, la ju n ta se renovará por m itad en
cada uno, saliendo el prim ero de los cuatro últim os nom brados.
A rt. 47. Para el caso deque habla el artículo anterior, las juntas de parro
quia se celebrarán el últim o dom ingo de noviem bre y las dep artid o el prim er
A rt. 48. La junta plena y sus com isiones no podrán excederse de las fa
cultades que se les conceden en este pacto, si lo hicieren incurrirán en crim en
de acusación popular.
A rt.49. Cualquier ciudadano podrá acusar de semejante crimen a la Junta
de Gobierno, poniendo su acusación ante el alcalde constitucional de su vecin
dad, quien examinará los testigos exigiendo de ellos sigilo bajo el mismo ju ra
m ento que presten, observando igual conducta el mismo alcalde y secretario
de ayuntam iento ante quien recibirá la inform ación sumaria, de la que com
pulsando un testim onio lo franqueará a la parte actora.y el original lo remitirá
sellado y cerrado al Presidente de la comisión de que habla el artículo 18.
A rt. 50. El Presidente, con el secretario, convocará a toda la com isión,
entran d o suplentes por falta de propietarios, para que vista la sum aria deter
m ine si ha lugar o no al juicio contra la junta.
A rt. 5L Si hubiere lugar a la form ación de la causa, la com isión an te
dicha nom brará de su seno, a la pluralidad, los m iem bros del G obierno que
deban reponerse, contando para este caso con los tres suplentes del Gobierno;
y los individuos sobrantes de la com isión, com pletándose con los suplentes
respectivos, com pondrán el Tribunal de Residencia.
A rt. 52. Para que el G obierno no pueda resistir este juicio de residencia,
los com andantes militares y jefes políticos subalternos tendrán a disposición
del Tribunal de Residencia la Fuerza A rm ada, para el caso único de que trata
el artículo anterior.
A rt. 53. La com isión citará al juicio a los acusados, y si alguno probare
no haber sido m iem bro de la junta que com etió el exceso, o que siéndolo salvó
su voto en el libro que corresponde, éstos no se suspenderán de su oficio y
rango, ni entrarán en el juicio prom ovido, y sí se restituirán a la Junta G uber
nativa, saliendo los últim os nom brados.
BIBI.l(rrECAAYACL'CHO 93
Art. 54. C ontra los que resulten culpados se procederá por la com isión,
que se d enom inará Tribunal Supremo de Residencia, siguiendo la causa con
fiscal n o m b ra d o al efecto; y concluido con los trám ites legales, pronunciará
sentencia q ue se ejecutará o no, conform e a lo dispuesto p o r el artículo 44.
Art. 55. Interin se instala la Junta de G obierno, la legación ordinaria
n o m b rará de su seno una comisión de 7 individuos y 3 suplentes que desem
peñe las atenciones que a aquella se señalan en este pacto, gozando de la
m ism a pensión, con igual responsabilidad y sujeción a la residencia ya pre
venida,
Art. 56. Esta com isión, después de ju ram entada por el Presidente de la
Legación al tiem po de posesionarse, se encargará de la ejecución y com uni
cación de este tratado.
Alt. 57. Si algún pueblo hiciese presente al G obierno que conviene para
su utilidad au m en tar o dism inuir el núm ero de los individuos de sus respec
tivos ayuntam ientos, podrá hacer esta variación el G obierno, siem pre que lo
calificare p o r justo.
Art. 58. Q ue los poderes que deban otorgar los electores de parroquia
a los de p artid o sean tan amplios com o ios que estos últim os daban a los di
putados de Cortes, según el artículo 100 de la C onstitución, cuya fórm ula se
observará con respeto a este objeto.
Con lo cual se concluyó este pacto de concordia, que discutido, adicio
nado y reform ado por toda la Legación que firm a, lo aprobó interinam en
te, previniendo se rem ita a todos los pueblos sus constituyentes, para que
notariándolos en la form a que parezca más conveniente, puedan instruir y
¿icultar a los señores electores de partido para que lo rectifiquen, am plíen o
dism inuyan, según tengan por conveniente, en la sanción y exam en que de él
hagan en el día señalado en el m ism o pacto.
Todo lo que yo el presente secretario certifico.
Nicolás Carrillo, presidente, legado por Escazú - José Santos L om bar
do, legado p o r C artago - Juan de los Santos M adriz, legado por San José -
José Nereo Fonseca, legado por Heredia - Pedro José Alvarado, suplente por
Alajuela - M anuel Alvarado, legado por C urridabat y Aserrí - José Ana UUoa,
kgado p o r Pueblo Nuevo - Joaquín O ream uno, legado p o r Laborío - Félbc
O ream uno, legador p o r Ujarráz - Joaquín Hidalgo, legado por Q uircó - Sal
vador O ream uno, legado por Tobosi - José Nicolás de O ream uno, suplente
BIBLIOTECA AYACUCHO 95
EL SALVADOR
CONSTITUCIÓN DEL ESTADO
DE EL SAX.VADOR (12 DE JUNIO DE 1824)*
CAPÍTULO I
* María y Freddy Leistenshncider; comps,, “C onstitución dcl Estado de El Salvador” (12 de junio
de 1824), Periodos presidenciales y constituciones federales y políticas de El Salvador, San Salvador,
M inisterio de Educación, Dirección de Publicaciones de San Salvador, 1979, pp. 145-155.
A rt. 8. Todos los salvadoreños son hom bres libres, y son igualm ente ciu
dadanos en este y los otros Estados de la Federación, con la edad y condiciones
que establezca la C onstitución General de la República.
A rt. 9. Si la República y el Estado protegen con leyes sabias y justas la
libertad, la propiedad y la igualdad de todos los salvadoreños, estos deben:
1. Vivir sujetos a la C onstitución y leyes del Estado y la general de la
Federación;
2. Respetar y obedecer las autoridades;
3. C o n trib u ir con proporción de sus haberes a los gastos del Estado y
Federación para m antener la integridad, independencia y seguridad;
4. Servir y sostener la patria, aun a consta d e sus bienes y de su vida si
fuere necesario.
k
fc BIBLIOTECA AYACLCHO 97
A rt. 12. El Poder Legislativo corresponde al Congreso, el Ejecutivo al
Jefe del Estado, y el Judicial en las causas civiles y crim inales a la C orte Supe
rior de Justicia.
A rt, 13. El pueblo no puede ni por sí, ni p o r autoridad alguna, ser des
pojado de su soberanía; ni podrá excederla sino únicam ente en las elecciones
prim arias, y practicándolas conform e a las leyes. Mas tienen los salvadoreños
el derecho de petición, y la libertad de im prenta para proponer m edidas úti
les, y censurar la conducta de los funcionarios públicos en el ejercicio de su
cargo y el de velar sobre el cum plim iento de las leyes.
A rt. 14. El Congreso del Estado se com pondrá del núm ero de diputados
que designen las legislaturas para las venideras, el que nunca podrá bajar de
nueve, ni subir de veintiuno.
Las legislaturas se renovarán cada dos años, pudiendo ser reelegidos
un a vez sus individuos.
A rt. 15. Los d iputados deben tener las calidades que designen la C ons
titución federal y su nom bram iento será en la form a que prescriba la m isma
C onstitución.
A rt. 16. Por cada dos diputados se nom brará u n suplente para que sir
van en caso de im pedim ento grave o m uerte de alguno de los propietarios,
p u d ie n d o reelegirse p o r solo una vez.
A rt. 17. Podrán ser n om brados diputados los ciudadanos de otro Esta
do que reú n an las condiciones y las cualidades de la ley.
A rt. 18. Las sesiones com enzarán en cada año el día dos de enero, y los
d ip u tad o s deberán hallarse en el lugar que se celebren aquellas el día 24 del
m es an terio r para las juntas preparatorias que deben preceder a las sesiones.
A rt. 19. El Congreso o rdinario será de sesenta días, y de noventa lo más;
volverá a reunirse en sus recesos si el Consejo Directivo lo convocare para
u n o o m ás asuntos urgentes del Estado y no podrá tratar de otros en esta
reunión.
A rt. 20. El lugar de las sesiones será el que señale el C ongreso en las
últim as d e la legislatura que concluye y con precedente acuerdo del Consejo
representativo.
BIBLIOTECA AYACUCHO 99
6. D eterm inar la fuerza de línea que el Estado necesite con acuerdo del
C ongreso Federal;
7. Levantar la Fuerza Armada en tiem po de guerra correspondiente al
cupo que el Congreso Federal designe;
8. F orm ar la estadística del Estado por medio de los jefes, m unicipali
dades, y otros conductos que crea necesarios;
9. D ecretar las contribuciones o impuestos para los gastos necesarios y
el cupo del Estado con vista del presupuesto que indispensablem ente debe
haber y publicarse;
10. A um entar o dism inuir las contribuciones e im puestos según las exi
gencias del Estado y de la República;
11. Exam inar la C onstitución y las leyes de la asamblea general, y dar su
voto acerca de ellas, sujetándose al de la mayoría de los Estados;
12. Proceder de la m ism a suerte en las alteraciones o derogaciones de
las expresadas leyes;
13. Erigir los establecim ientos, corporaciones, tribunales inferiores, y
dem ás q ue considere convenientes al mayor orden de justicia, economía,
instrucción pública y otros ramos de adm inistración;
14. C onceder prem ios a los súbditos del Estado, p roporcionados a sus
m erecim ientos;
15. C o n m u ta r las penas de la ley, o perdonar los delitos com etidos y
no contra las leyes de la Federación, ni aquellas cuyo cum plim iento esté al
cuidado de las autoridades federales;
16. D etallar los sueldos de los funcionarios públicos, aum entarlos o
dism inuirlos según las circunstancias;
17. A probar los tratados que el Jefe del Estado celebre con los otros de
la Federación;
18. Sentenciar en el caso de que algún Estado reclame de o tro el haber
traspasado los límites constitucionales;
19. C o n traer deudas sobre el crédito del Estado y sum inistrar em présti
tos en territo rio de la república, en caso de absoluta necesidad;
20. Erigir la ciudad o pueblo que deba servir de residencia al Congreso,
Consejo y G obierno, y variarlo en caso necesario;
21. Fijar los limites de los departam entos, partidos y pueblos com o sean
m ás convenientes para su m ejor adm inistración.
A rt. 35. Este Suprem o Poder reside en un Jefe nom brado por el pueblo
del Estado com o determ ine la ley.
A rt. 36. En la elección del Jefe Suprem o del Estado, se nom brará otro
en la m ism a form a que le subrogue o supla en su falta p o r ausencia, enfer
m edad o m u erte. A m bos deben tener las m ism as cualidades que los con
sejeros.
A rt. 37. El Jefe Suprem o lo será únicam ente por espacio de cuatro años;
m as podrá ser reelegido en segundas una sola vez.
A rt. 38. El cuplente del Suprem o Jefe presidirá sin voto el Consejo, pero
lo tendrá en caso de em pate.
A rt. 39. N o asistirá al Consejo, cuando este delibere si ha lugar a form a
ción de causa co n tra el Jefe Supremo.
A rt. 40. Las atribuciones del Suprem o Jefe son las siguientes:
1. Publicar la ley y hacer que se publique en el territorio del Estado
d en tro del térm in o de un mes. La retardación de este acto por más tiem po lo
hace responsable;
2. Ejecutar la ley, cuidar de su ejecución, orden público y del exacto
cum plim iento de los funcionarios en sus respectivos cargos;
3. N om b rar los prim eros m agistrados de que habla el artículo 34 a p ro
puesta del Senado, y n o m b rar tam bién los subalternos a propuesta igual de
sus jefes inm ediatos;
4. D isponer de la Fuerza A rm ada del Estado, y usar de ella en su defensa
en caso de invasión repentina dando cuenta inm ediatam ente a la legislatura
del Estado para que este lo haga al Congreso Federal;
5. Pedir auxilios en el mismo caso a los Estados inm ediatos y sum inistrar
los cuando ellos lo pidan, avisando al Congreso para que este lo verifique al
de la Federación;
6. Form ar reglam entos para el más fácil cum plim iento y ejecución de
las leyes;
A rt. 56. Una ley arreglará los tribunales y jueces de los departam entos,
partidos y pueblos, así com o sus facultades y subalternos.
A rt. 57. En los pueblos de cada departam ento se adm inistrará la justicia
p o r los alcaldes con los límites y en el m odo que disponga la ley.
ArL 58. A ninguno podrá privarse del derecho de term inar sus diferen
cias p o r jueces árbitros que nom bren las partes, cuya sentencia, si no hubiese
reservado en el com prom iso el derecho de apelar, será ejecutada.
A rt. 59. Los alcaldes de los pueblos serán los jueces únicos en las dem an
das verbales en asuntos civiles y por injurias.
A rt. 60. Cada alcalde oirá dem anda acom pañado de hom bres buenos
n om b rad o s un o p o r cada parte, y enterado en las razones en que respectiva
m ente se apoyan las partes. Oído el dictam en de los dos hom bres buenos,
proveerá en la dem anda lo que crea conveniente y op o rtu n o para conciliar
a las partes.
A rt. 62. N ingún salvadoreño podrá ser preso sin precedente sum ario
del hecho p or el cual deba ser castigado; y sin previo m andam iento del juez
por escrito que ordene la prisión.
A rt. 63. Intim ada la expresada orden, deberá ser cum plida porque su
desobediencia se tendrá p o r grave delito.
A rt. 64. Cuando hubiere resistencia a la expresada orden, o se temiere
la fuga, podrá usarse de la fuerza para asegurar la persona.
A rt. 65. Todo delincuente en el acto de com eter el delito puede ser arres
tado por cualquiera persona y entregado al juez.
A rt. 66. La casa de todo ciudadano y sus libros y correspondencia serán
un sagrado, y no podrán registrarse sino com o ordene la ley.
A rt. 67. Sobre acusaciones, denuncias secretas o delaciones, la ley p ro
veerá la conducta que debe observar el juez.
A rt. 68. En ninguna causa por grave que sea habrá confiscación de bie
nes, sino es cuando haya responsabilidad pecuniaria, y en la cantidad a que
pueda extenderse.
A rt. 69. En cada uno habrá un Jefe Político Intendente nom brado por
el Jefe Supremo, a cuyo cargo estará el G obierno político y de Hacienda del
departam ento, com o dispondrá la ley.
A rt. 70. La duración de estos m agistrados será de cuatro años, y no p o
drán ser continuados ni prom ovidos a otro destino sin haber dado cuenta al
Jefe Suprem o de su buena adn)inistración.
A rt. 71. Los distr itos o partidos de cada departam ento estarán por ahora
respectivam ente al cargo del prim er alcalde del lugar cabecera del distrito,
cuyas atribuciones'desem peñará con subordinación al jefe e intendente [y]
serán las que designe la ley.
Art. 74. La Hacienda pública del Estado consiste en las tierras baldías,
y en el producto de las contribuciones que decrete el Congreso, ya sean di
rectas o indirectas. Las primeras serán con proporción a las facultades de los
contribuyentes y sin excepción ni privilegio alguno.
Art. 75. No habrá aduanas ni estanco alguno en el Estado; y esta dis
posición se pondrá en práctica tan luego como estén las contribuciones que
cubran el déficit de aquellas.
Art. 76. La cuenta de la tesorería general se comprenderá del producto
anual de todas las contribuciones y rentas, y su inversión se imprimirá y cir
culará por todos los departamentos, distritos y pueblos.
Art. 77. Del mismo modo se harán publicar las respectivas cuentas de
ingresos y egresos de caudales de cada departamento.
BlBLIOTE(>iAYACUCHO 107
Y lo com unico a Ud. para su inteligencia y efectos consiguientes, acom
pañándole com petente núm ero de ejemplares.
Alejandro Escalante
En el nom bre del Ser Suprem o, au to r de las sociedades y legislador del U ni
verso. Congregados en Asamblea Nacional Constituyente, nosotros los re
presentantes del pueblo de C entroam érica, cum pliendo con sus deseos y en
uso de sus soberanos derechos, decretam os la siguiente Constitución para
prom over su felicidad, sostenerla en el m ayor goce posible de sus facultades,
afianzar los derechos del hom bre y del ciudadano sobre los principios in
alterables de libertad, igualdad, seguridad y propiedad; establecer el orden
público y form ar una perfecta Federación.
SECCIÓN I. DE LA NACIÓN
Art. 13.Todo hom bre es libre en la república. No puede ser esclavo el que
se acoja a sus leyes, ni ciudadano el que trafique en esclavos.
Art-14. Son ciudadanos todos los habitantes de la república naturales
del país, o naturalizados en él, que fueren casados o m ayores de dieciocho
años, siem pre que ejerzan alguna profesión útil, o tengan m edios conocidos
de subsistencia.
ArL 15. El Congreso concederá cartas de naturaleza a los extranjeros
que manifiesten a la autoridad local designio de radicarse en la república:
A lt. 23. Las asam bleas de los Estados dividirán su población con la p o
sible exactitud y com odidad en juntas populares, en distritos y en departa
m entos.
A rt. 24. Las jun tas populares se com ponen de ciudadanos en el ejerci
cio de sus derechos; las juntas de distrito, de los electores nom brados por las
ju n tas populares, y las juntas de departam ento, de los electores nom brados
p o r las juntas de distrito.
A rt. 25. Toda ju n ta será organizada por un directorio com puesto de un
presidente, dos secretarios y dos escrutadores elegidos por ella misma.
A rt. 26. Las acusaciones sobre fuerza, cohecho o soborno en los sufra
gantes hechas en el acto de la elección, serán determ inadas p or el directorio
con cu atro hom bres buenos nom brados entre los ciudadanos presentes por
el acusador y el acusado, para el solo efecto de desechar por aquella vez ios
votos tachados o el del calum niador en su caso. En lo dem ás, estos juicios
serán seguidos y term inados en los tribunales comunes.
A rt. 27. Los recursos sobre nulidad en elecciones de las juntas populares
serán definitivam ente resueltos en las juntas de distrito; y los que se entablen
contra estas en las de departam ento. Los cuerpos legislativos que verifican las
elecciones, deciden de las calidades de los últimos electos cuando sean tachados,
y de los reclamos sobre nulidad en los actos de las juntas de departam ento.
A rt. 28. Los electores de distrito y de departam ento no son responsables
de su ejercicio electoral. Las leyes acordarán las garantías necesarias para que
libre y puntualm ente, verifiquen su encargo.
A rt. 29. En las épocas de elección constitucional, se celebrarán el últim o
dom ingo de octubre las juntas populares; el segundo dom ingo de noviem bre
las de distrito; y el p rim er dom ingo de diciem bre las de departam ento.
A rt. 30. N ingún ciudadano podrá excusarse del cargo de elector por
m otivo ni pretexto alguno.
A rt. 31. N adie puede presentarse con arm as a los actos de elección, ni
votarse a sí m ism o.
A rt. 33. La base m enor de una junta popular será de doscientos cincuen
ta habitantes, la mayor de dos mil quinientos.
A rt. 34. Se form arán registros de los ciudadanos que resulten de la base de
cada junta, y los inscritos en ellos únicam ente tendrán voto activo y pasivo.
A rt. 35. Las juntas n o m brarán un elector prim ario por cada doscientos
cincuenta habitantes. La que tuviere un residuo de ciento veintiséis nom brará
un elector más.
A rt. 36. Los electores prim arios se reunirán en las cabeceras de los dis
tritos que las asambleas designen.
A rt. 37. Reunidos por lo m enos las dos terceras partes de los electos
prim arios, se form a la ju n ta y nom bra p o r mayoría absoluta un elector de
distrito p or cada diez electores prim arios de los que le corresponden.
A lt. 45. Reunidas las listas de las juntas departam entales de cada Estado,
su asam blea hará u n escrutinio de ellas, y en la form a prescrita en el artículo
an terio r lo rem itirá con las mismas listas al Congreso, reservándose las que
contienen la elección de senadores.
A rt. 46. Reunidos los pliegos que contienen las listas de todas las juntas
de d ep artam en to y su escrutinio form ado p o r las asambleas, el Congreso los
abrirá y regulará la votación por el núm ero de electores de distrito, y no por
el de las ju n tas de departam ento.
A lt. 47. Siem pre que resulte mayoría absoluta de sufragios, la elección
está hecha. Si n o la hubiere, y algunos ciudadanos reunieren cuarenta o más
votos, el C ongreso, por mayoría absoluta, elegirá solo entre ellos. Si esto no
se verificare, nom brará entre los que tuvieren de quince votos arriba; y no re
sultando los suficientes para ninguno de estos casos, elegirá entre los que
obtengan cualquier núm ero.
A lt. 48. Las asambleas de los Estados sobre las m ism as reglas y en pro
porción sem ejante, verificarán la elección de senadores, si no resultare hecha
p o r los votos de los electores de distrito.
A r t 49. En un m ism o sujeto la elección de propietario con cualquier
nú m ero de votos prefiere a la de suplente.
A rt. 50. En caso de que un m ism o ciudadano obtenga dos o más eleccio
nes, preferirá la que se haya efectuado con mayor núm ero de votos populares;
y siendo estos iguales se determ inará por la voluntad del electo.
A rt. 71. Todo proyecto de ley debe presentarse por escrito, y solo tienen
facultad de presentarlo al Congreso, los representantes y los secretarios del
Despacho; pero estos últim os no podrán hacer proposiciones sobre ninguna
clase de im puestos.
A rt. 72. El proyecto de ley debe leerse por dos veces en días diferentes
antes de resolver si se adm ite o no a discusión.
A rt. 73. A dm itido, deberá pasar a una com isión que lo exam inará dete
nidam ente y no podrá presentarlo, sino después de tres días. El inform e que
diere tendrá tam bién dos lecturas en días diversos y señalando el de su discu
sión con el intervalo a lo m enos de otros tres, no podrá diferirse más tiem po
sin acuerdo del Congreso.
A rt. 74. La ley sobre form ación de nuevos Estados se hará según lo pre
venido en el Título XIV.
A rt. 75. No adm itido a discusión, o desechado un proyecto de ley, no
podrá volver a proponerse sino hasta el año siguiente.
A rt. 76. Si se adoptare el proyecto, se extenderá p o r triplicado en form a
de ley; se leerá en el Congreso, y firm ado los tres originales por el Presidente
y dos secretarios, se rem itirá al Senado.
A rt. 77. Todas las resoluciones del Congreso dictadas en uso de las atri
buciones que le designa la C onstitución, necesitan para ser válidas tener la
sanción del Senado, exceptuando únicam ente las que fueren:
1. Sobre su régimen interior, lugar y prórroga de sus sesiones;
2. Sobre calificación de elecciones y renuncia de los elegidos;
3. Sobre concesión de cartas de naturaleza;
4. Sobre declaratoria de haber lugar a la form ación de causa contra
cualquier fiincionario.
A rt.78. El Senado dará la sanción por mayoría absoluta de votos con esta
fórm ula: A l Poder Ejecutivo; y la negará con esta otra: Vuelva al Congreso.
B IB U O T E O AYACUCHO 119
A rt. 79. Para dar o negar la sanción tom ará desde luego inform es del
Poder Ejecutivo, que deberá darlos en el térm ino de ocho días.
A rt. 80. El Senado dará o negará la sanción entre los diez días inm e
diatos. Si pasado este térm ino no la hubiere dado o negado, la resolución la
obtiene po r el m ism o hecho.
A r t 81. El Senado deberá negarla, cuando la resolución sea en cualquier
m anera contraria a la C onstitución, o cuando juzgare que su observancia no
es conveniente a la república. En estos dos casos devolverá al Congreso uno de
los originales con la fórm ula correspondiente, puntualizando p o r separado
las razones en que funda su opinión. El Congreso las exam inará y discutirá
de nuevo la resolución devuelta. Si fiiere ratificada por dos terceras partes de
votos, la sanción se tendrá por dada, y en efecto, la dará el Senado. En caso
contrario no podrá proponerse de nuevo sino hasta el año siguiente.
A rt. 82. C uando la resolución fuere sobre contribuciones de cualquier
clase que sean, y el Senado rehusare sancionarla, se necesita el acuerdo de las
tres cuartas partes del Congreso para su ratificación. Ratificada que sea, se
observará en lo demás lo prevenido en el artículo anterior.
ArL 83. C uando el Senado rehusare sancionar una resolución del C on
greso por ser contraria a los Títulos X y XI, se requiere tam bién para ratificarla
el acuerdo de las tres cuartas partes del Congreso, y debe pasar [por] segunda
vez al Senado para que dé o niegue la sanción.
A rt. 84. Si aun así, no la obtuviere, o s¡ la resolución no hubiere sido rati
ficada, no puede volver a proponerse sino hasta el año siguiente, debiendo en
tonces sancionarse o ratificarse según las reglas com unes a toda resolución.
A rt. 85. C uando la mayoría de los Estados reclamare las resoluciones del
C ongreso en el caso del artículo 83, deberán ser inm ediatam ente revisadas sin
perjuicio de su observancia, y recibir nueva sanción por los trám ites preveni
dos en el m ism o artículo, procediéndose en lo demás conform e al 84.
A rt. 86. Dada la sanción constitucionalm ente, el Senado devuelve con
ella al C ongreso un original y pasa otro al Poder Ejecutivo para su ejecución.
A rt. 87. El Poder Ejecutivo luego que reciba una resolución sancionada,
o de las que trata el artículo 77, debe, bajo la más estrecha responsabilidad.
A rt. 89. H abrá un Senado com puesto de m iem bros elegidos popular
m ente en razón de dos p o r cada Estado; se renovará anualm ente p o r tercios,
pudiendo sus individuos ser reelectos una vez sin intervalo alguno.
A rt. 90. Para ser senador se requiere: naturaleza en la república, tener
treinta años cum plidos, haber sido durante siete ciudadano, bien ser del esta
do seglar o del eclesiástico secular y estar en actual ejercicio de sus derechos.
A rt. 91. N om brará cada Estado un suplente, que tenga las m ism as ca
lidades, para los casos de m uerte, o im posibilidad declarada por el m ism o
Senado.
A rt. 92. U no solo de los senadores que nom bre cada Estado podrá ser
eclesiástico.
A rt. 93. El Senado, en su prim era sesión, se dividirá p o r suerte con la
igualdad posible en tres partes, las que sucesivamente se renovarán cada
año.
A rt. 94. El vicepresidente de la República presidirá el Senado, y solo
sufragará en caso de em pate.
A rt. 95. En'su falta n o m b rará el Senado entre sus individuos un presi
dente, que deberá tener las calidades que se requieren para Presidente de la
República.
A rt. 96. El vicepresidente se apartará del Senado cuando este nom bre
los individuos del Tribunal q ue establece el artículo 147.
A rt. 97. Las sesiones del Senado durarán todo el año en la form a que
prevenga su reglam ento.
A rt. 98. El Senado tiene la sanción de todas las resoluciones del Congre
so en la form a que se establece en la sección II, T ítulo V.
A rt. 99. C uidará de sostener la C onstitución, velará sobre el cum plim ien
to de las leyes generales y sobre la conducta de los funcionarios del Gobierno
federal.
A rt. 100. D ará consejó al Poder Ejecutivo:
1. Acerca de las dudas que ofrezca la ejecución de las resoluciones del
C ongreso;
2. En los asuntos que provengan de las relaciones y tratados con poten
cias extranjeras;
3. En los de gobierno interior de la república;
4. En los de g uerra o insurrección.
A rt. 101. Convocará al Congreso en casos extraordinarios, citando a los
suplentes de los representantes que hubieren fallecido du ran te el receso.
A rt. 102. P rop o n d rá ternas al Poder Ejecutivo para el nom bram iento
de los diplom áticos, del com andante de las arm as de la Federación, de todos
los oficiales del Ejército, de coronel inclusive arriba, de los com andantes de los
puertos y fronteras, de los m inistros de la tesorería general y de los jefes de
las rentas generales.
A rt. 103. D eclarará cuándo ha lugar a la form ación de causa contra
los m inistros diplom áticos y cónsules en todo género de delitos y contra los
secretarios del Despacho, el com andante de arm as de la Federación, los co
m andantes de los p u erto s y fronteras, los m inistros de la tesorería general, y
los jefes de las rentas generales, por delitos com etidos en el ejercicio de sus
funciones, q u edando sujetos en todo lo dem ás a los tribunales comunes.
A rt. 104. Intervendrá en las controversias que designa el artículo 194; y
n o m b rará en sus prim eras sesiones el tribunal que establece el 147.
A rt. 105. Reservará las sentencias de que habla el artículo 137.
Art. 132. H abrá una Suprem a Corte de Justicia que según disponga la
ley se com pondrá de cinco a siete individuos; serán elegidos por el pueblo, se
renovarán p o r tercios cada dos años y podrán siem pre ser reelegidos.
BlBLiOTEC^AYACUCHO 125
A r t- 133. Para ser individuo de la Suprem a C orte se requiere ser am eri
cano de origen, con siete años de residencia no interrum pida e inm ediata a la
elección, ciudadano en el ejercicio de sus derechos, del estado seglar y mayor
de trein ta años.
A rt. 134. En falta de algún individuo de la Suprem a C orte hará sus veces
uno de tres suplentes que tendrán las m ism as calidades y serán elegidos por
el pueblo después del nom bram iento de los propietarios.
A r t- 135. La Suprem a Corte designará, en su caso, el suplente que deba
concurrir.
A rt. 136. C onocerá en últim a instancia, con las lim itaciones y arreglo
que hiciere el C ongreso en los em anados de la C onstitución, de las leyes ge
nerales, de los tratados hechos por la república, de jurisdicción m arítim a y de
com petencia sobre jurisdicción en controversia de ciudadanos o habitantes
de diferentes Estados.
A rt. 137. En los casos de contienda en que sea parte toda la república,
uno o más Estados, con algunos otros, o con extranjeros o habitantes de la re
pública; la C orte Suprem a de Justicia hará [que] nom bren árbitros para la
prim era instancia, conocerá en la segunda, y la sentencia que diere será lle
vada en revista al Senado, caso de no conform arse las partes con el prim ero y
segundo juicio, y de haber lugar a ella, según la ley.
A rt. 138. Conocerá originariam ente con arreglo a las leyes en las causas
civiles de los m inistros diplom áticos y cónsules; y en las crim inales de todos
los funcionarios en que declara el Senado, según el artículo 103, haber lugar
a la form ación de causa.
A rt. 139. Propondrá ternas al Poder Ejecutivo para que nom bre los
jueces que deben com poner los tribunales inferiores de que habla el artículo
69, n ú m ero 25.
A rt. 140. Velará sobre la conducta de los jueces inferiores de la Federa
ción y cuidará de que adm inistren p ro n ta y cum plida la justicia.
SECCIÓN ÚNICA
SECCIÓN ÜNICA
Art. 152. No podrá im ponerse pena de m uerte, sino en los delitos que
aten tan directam ente contra el orden público, y en el de asesinato, hom icidio
prem editado o seguro.
Art. 153. Todos los ciudadanos y habitantes de la república, sin dis
tinción alguna, estarán som etidos al m ism o orden de procedim ientos y de
juicios que determ inen las leyes.
ArL 154. Las asambleas, tan luego como sea posible, establecerán el
sistem a de jurados.
A rt. 155. N adie p u ed e ser p reso sino en v irtu d d e o rd en escrita de a u to
rid a d co m p ete n te para darla.
Art. 156. No podrá librarse esta orden sin que preceda justiñcación de
que se ha com etido un delito que merezca pena más que correccional, y sin que
resulte, al m enos p o r el dicho de un testigo, quién es el delincuente.
Art-157. Pueden ser detenidos:
1. El delincuente, cuya fuga se tem a con fundam ento.
2. El que ^ ^ n c o n t r a d o en el acto de delinquir, y en este caso todos
pueden aprehenderle para llevarle al juez.
Art. 158. La detención de que habla el artículo anterior no podrá durar
m ás de cuarenta y ocho horas, y durante este térm ino deberá la autoridad
que la haya ordenado, practicar lo prevenido en el artículo 156, y librar por
escrito la o rden de prisión o poner en libertad al detenido.
Art. 159. El alcaide no puede recibir ni detener en la cárcel a ninguna
SECCIÓN ÚNICA
I
TÍTULO XIIL DISPOSICIONES
GENERALES SOBRE LOS ESTADOS
SECCIÓN ÚNICA
A rt. 192. Los Estados deben entregarse m utuam ente los reos que se
reclamaren.
• ArL 193. Los actos legales y jurídicos de un Estado serán reconocidos
en todos los dem ás.
A r t 194. En caso de que algún Estado o autoridades constituidas recla
m en de o tro el haber traspasado su asamblea los límites constitucionales,
tom ará el Senado los inform es convenientes y los pasará a dos de los otros
Estados m ás inm ediatos para su resolución; si n o se conviniere entre sí o la
asamblea de quien se reclam a no se conform are con su juicio, el negocio será
llevado al C ongreso y su decisión será la term inante.
A rt. 195. Pueden ser elegidos representantes, senadores, jefes, conseje
SECCIÓN ÚNICA
A rt. 196. Podrán form arse en lo sucesivo nuevos Estados y adm itirse
otros en la Federación.
A rt. 197. No podrán form arse nuevos Estados en el interior de otro Es
tado. Tam poco podrá form arse por la unión de dos o más Estados, o partes
de ellos, sin o estuvieren en contacto, y sin el consentim iento de las asambleas
respectivas.
A rt. 198. Todo proyecto de ley sobre form ación de nuevo Estado debe
ser propuesto al Congreso por la mayoría de los representantes de los pueblos
que hayan de form arlo y apoyado en los precisos datos de tener una población
de cien mil o m ás habitantes, y de que el Estado de que se separa queda con
igual población y en capacidad de subsistir.
BIBUOTECAAYACUCHO 135
Representantes por el Estado de Costa Rica
José Antonio Alvarado - Juan de los Santos Madrid -
Luciano Alfaro - Pablo Alvarado
• Luis Mariñas Otero; comp.,“Primera Constitución del Estado de Guatennala” Las consñtuciones
de Guatemala, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1958, pp. 287-332.
A rt. 20. Los derechos del hom bre en sociedad son la libertad, la igual
dad, la seguridad y la propiedad.
A rt. 21. Todo hom bre es libre en el Estado; nadie puede venderse ni ser
vendido.
A r t 22. No existen las distinciones sociales sino para la utilidad común;
n o hay entre los ciudadanos otra superioridad legal que la de los funciona
rios públicos en el ejercicio de sus funciones, ni otra distinción que la de las
virtudes y los talentos.
A rt. 23. Todos los ciudadanos son admisibles a los em pleos públicos.
A rt. 24. Todos los habitantes del Estado están obligados a obedecer y
respetar la ley, que es igual para todos, ya premie, ya castigue; a servir a la pa
tria, o defenderla con las arm as, y contribuir proporcionalm ente a los gastos
públicos, sin exención ni privilegio alguno.
A rt. 25. A nadie puede im pedirse la libertad de decir, escribir, im prim ir
y publicar sus pensam ientos, sin que puedan sujetarse en ningún caso, ni por
pretexto alguno, y exam en ni censura.
A rt. 26. N inguno está obligado a hacer lo que la ley no ordena, ni puede
im pedírsele lo que no prohíbe.
A rt. 27. Las acciones privadas que no hieren el orden, la m oralidad ni
la decencia pública, ni producen perjuicio de tercero, están fuera de la juris
dicción de los m agistrados.
A rt. 28. Todos los habitantes del Estado deben ser protegidos en el goce
de su vida, de su reputación, de su libertad, seguridad y propiedad. N inguno
debe ser privado de estos derechos sino en los casos prevenidos por la ley, y
con las form alidades legales.
A rt. 29. Todo habitante libre de responsabilidad puede trasladarse a un
país extranjero, y volver al Estado cuando le convenga.
A rt. 35. El territorio del Estado com prende: al N orte, todos los pueblos
de los partidos de C hiquim ula, con Izabal, y el castillo de San Felipe, en el
Golfo D ulce,V erapazy el Petén; al Sur, los del antiguo gobierno de Soconus
co incorporado al Estado, los de los partidos de Suchitepéquez, Sonsonete,
Escuintla y Guazacapán; y en el centro, los de los partidos de Q uezaltenango,
Güegüetenango y Totonicapán, Sololá, C him altenango, Sacatepéquez, y la
nueva Guatem ala, capital del Estado.
•A rt 36. Hasta que con arreglo al artículo 7 de la Constitución Federativa
se haya practicado la dem arcación del territorio de los Estados, o se declare
constitucionalm ente a cuál de ellos pertenece el p artido de Sonsonate, se
observará lo dispuesto en el decreto de la Asamblea Nacional C onstituyente
de 5 de mayo de 1824. •
A r t 37. El territo rio del Estado se dividirá en siete departam entos, los
departam entos en distritos, y los distritos en m unicipalidades.
A rt. 38. U na ley constitucional hará la división del territorio del E.stado,
después de practicada la división territorial de la república.
BlBLICTrECAAYACL'CHO 141
II. DEL GOBIERNO. DE LA RELIGIÓN.
t ít u l o
ESTADO POLÍTICO DE LOS CIUDADANOS
Art. 50. Para el nom bram iento de los representantes. Jefes del Estado,
consejeros o individuos de la Corte Superior de Justicia, se celebrarán juntas
populares, de distrito y de departam ento.
A rt. 51. Las juntas populares se com pondrán de ciudadanos en el ejer
cicio de sus derechos; las juntas de distrito, de los electores prim arios; y las
juntas de departam ento, de los electores de distrito.
A rt. 52. Estas juntas serán las mismas, y se celebrarán en los días que
A rt. 59. Las juntas populares se celebrarán el últim o dom ingo de cada
año para n o m b ra r un elector prim ario por cada doscientos cincuenta habi
tantes; la que tuviere un residuo de ciento veintiséis, nom brará un elector
más.
A r t 60. Todo pueblo, calle, o aldea cuya población ascienda a doscientos
cincuenta habitantes, nom brará por sí un elector. Los ciudadanos de aquellos
pueblos que tuvieren m enor núm ero de habitantes, concurrirán a sufragar
en la ju n ta p o p u lar del más inmediato.
A rt. 61. La base mayor de una junta popular será de dos mil quinientos
habitantes.
Art. 67. Luego que los jefes de departam ento reciban las certificaciones
t en que consten los nom bram ientos de los electores de distrito, les citará para
P que concurran a la capital del departam ento, donde el prim er dom ingo del
I mes de diciem bre de cada año debe celebrarse la junta.
I A rt. 68. Un d epartam ento constará fijamente de doce electores de dis-
I trito por cada Representante que haya de nom brar.
i A rt. 69. Reunidas p o r lo m enos las dos terceras partes de los electores de
distrito, se form a la ju n ta de d ep artam en to ,y p o r mayoría absoluta de votos
nom bra el representante o representantes que en la Asamblea del Estado
¿ corresponden al departam ento.
A rt. 70. Esta elección se hará todos los años inm ediatam ente después
146 P R IM E R A S CONSTmjgONES. L A T 1N O A M E R K : a Y E L C A R IB E
r
A rt. 77. El Poder Legislativo del Estado reside en una Asamblea de re
presentantes elegidos p o pularm ente y le ejerce con la sanción del Consejo
representativo.
A rt. 78. Cada d epartam ento elige los representantes que le correspon
den por su población, y p o r cada dos representantes propietarios nom brará
un suplente. Si un departam ento elige tres representantes, solo nom brará dos
suplentes; si le cupieren cinco propietarios, nom brará tres suplentes, y si solo
le correspondiere un propietario, n om brará tam bién un suplente.
A rt. 79. Los suplentes en trarán a ejercer en los casos de m uerte, im po
sibilidad o falta de los propietarios, a juicio de la Asamblea.
A rt. 80. Para ser representante propietario y suplente se requiere ser
ciudadano en ejercicio de sus derechos, m ayor de veintitrés años, natural del
Estado, o naturalizado, con residencia de cinco años en la república.
Los ciudadanos en ejercicio de los dem ás Estados de la Federación p o
drán ser elegidos representantes, con tal que tengan la edad designada y re
sidencia en el Estado al m enos de un año an terior a la elección.
A rt. 8 L No podrá ser representante ningún em pleado de n o m bram ien
to del G obierno federal, ni del Estado p o r el departam ento en que ejerce
autoridad.
A rt. 82. Tam poco podrán los representantes, durante el tiem po de sus
funciones, ni en el receso de la legislatura, adm itir empleos del G obierno de la
Federación, ni ser provistos para destino de nom bram iento de Jefe del Estado,
a excepción de los de rigurosa escala.
Á rt. 83. Los representantes son inviolables por sus opiniones em itidas
de palabra o por escrito en el ejercicio de su cargo: n o podrá reconvenírseles
p o r ellas en tiem po alguno, ni p o r ninguna autoridad, y durante las sesiones y
un mes después, tam poco p o d rán ser dem andados civilmente, ni ejecutados
p o r deudas.
A rt. 84. La prim era vez calificará las elecciones y credenciales de los
diputados una ju n ta preparatoria com puesta de ellos mismos. Se hará esta
calificación en lo sucesivo po r los representantes que continúan en unión de
los nuevos electos. •
B IB U O T T E C ^ A Y A C U C H O 147
A rL 85. Si resultare que alguna elección ha sido nula o viciada, p or las
Juntas Populares, las de distrito o las de d epartam ento no se arreglaron a la
C onstitución, o por cualquier m otivo que las invalide, la Asamblea, sin de
clarar nada respecto de la validación o nulidad de las autoridades federales
p o d rá m an d ar que por lo respectivo a las del Estado se proceda a otras elec
ciones; celebrándose nuevas juntas desde aquella en que se encontró el vicio
de la nulidad.
A rL 8 6 . La Asamblea se renovará cada año por m itad, y los mismos
representantes podrán ser reelectos una vez sin intervalo alguno.
A rt. 87. La suerte designará en prim era legislatura los representantes
que deben salir, y en las siguientes se verificará la renovación en los de no m
bram iento m ás antiguo.
A r t 8 8 . La Asamblea se reunirá todos los años en la capital del Estado
el día p rim ero de febrero, y sus sesiones ordinarias durarán tres meses. La
prim era legislatura podrá prorrogarse por estos cuatro meses; las dem ás no
podrán hacerlo sino por un mes, y con el acuerdo de las dos terceras partes
de los diputados presentes.
A rt. 89. En las sesiones extraordinarias se com pondrá la Asamblea de
los m ism os diputados que concurrieron a las ordinarias de aquel año; pero
en las extraordinarias solo podrá tratarse sobre el objeto, u objetos para que
fue convocada extraordinariam ente la Asamblea.
A rt. 90. Si durante las sesiones extraordinarias llegase el día en que de
ban abrirse las ordinarias de aquel año, se continuará tratando en estas ordi
nariam ente el negocio o negocios que m otivaron la reunión extraordinaria.
A rt. 91. El reglam ento in terior del cuerpo legislativo prescribirá las so
lem nidades con que deban abrirse y cerrarse las sesiones.
A rt. 92. Para toda resolución se necesita la concurrencia de la mayoría
absoluta de los representantes, y el acuerdo de la m itad y uno m ás de los que
se hallaren presentes: pero un núm ero m enor podrá compeler a los ausentes
o concurrir, del m odo y bajo las penas que establezca la ley.
A rt. 93. La Asamblea, p o r el acuerdo de las dos terceras partes de votos,
pod rá variar el lugar de sus sesiones al p u n to del Estado que juzgue más
conveniente.
148 P R I M K R A S C O N S T l T U C l O N E S .U T l N c M M É R K j W E LC TiR IB E
SECCIÓN II. ATRIBUCIONES DE LA ASAMBLEA
BIBUOTF.CAAYA<X'CHO 149
1 1. Clasificar, reconocer, y arm onizar la deuda pública del Estado;
12. D isponer lo conveniente para la adm inistración, conservación y
enajenación de los bienes y fincas del Estado;
13. C onceder am nistía e indultos por aquellos delitos cuyo conocim ien
to pertenezca exclusivamente a los tribunales del Estado, cuando lo exija la
tran q u ilid ad y seguridad pública, y lo solicite el Poder Ejecutivo: decretán
dose p o r las dos terceras partes de votos;
14. C onceder al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias expresa
m ente detalladas, y p o r un tiem po lim itado, en los casos de insurrección o
en los de u na invasión repentina;
15. D irigir la educación popular p o r los principios generales que esta
blezcan las letras de la Federación, prom oviendo el progreso de las ciencias,
artes y bellas letras;
16. A brir los cam inos y canales de com unicación interior; prom over y
fom en tar toda especie de industria, y remover los obstáculos que la entor
pezcan;
17. C onceder privilegios exclusivos p o r tiem po determ inado a los in
ventores, introductores y em presarios de descubrim ientos, establecim ien
tos y obras útiles al progreso de las ciencias, agricultura, com ercio y artes;
siem pre que dichos privilegios no trasciendan ni perjudiquen a los demás
Estados de la unión;
18. D ecretar recom pensas personales, y honores póst um os a la m em oria
de los que presten al Estado servicios extraordinarios;
19. Calificar las elecciones de los representantes. Jefe y Segundo Jefe,
individuos del Consejo, de la Corte Superior de Justicia y senadores del Esta
do; y ad m itir p o r las dos terceras partes de votos las renuncias que hicieren
de sus respectivos cargos a excepción de los senadores que ya se hubiesen
posesionado;
20. H acer el nom bram iento de los m ism os funcionarios, cuando no
resulten electos po r los votos populares; y señalar las indem nizaciones y re
sueltos de que deben gozar, a excepción de los senadores;
2 1 . D eclarar cuándo ha lugar a form ación de causas contra los diputa
dos, individuos del Consejo, Jefe y segundo Jefe del Estado, secretario o secre
tarios del Poder Ejecutivo, e individuos de la Corte Superior de Justicia;
152 PRIMER,\S(:ONSTm'CIONES. U T I N O A M É R IC A Y E l .r ^ R I B E
2. A la calificación de elecciones y renuncia de los elegidos;
3. Al aprem io de los m iem bros ausentes de la m ism a Asamblea;
4. A la declaratoria de haber lugar a form ación de causa contra algún
funcionario,
A rt. 112. Luego que el Poder Ejecutivo reciba alguna resolución sancio
nada por el Consejo, o de las que están exceptuadas de la sanción, ordenará su
cum plim iento bajo la m ás estrecha responsabilidad; haciéndola sellar con el
sello del Estado, y disponiendo e ntre quince días lo necesario a su ejecución,
publicación y circulación. Si no fuere bastante este térm ino, pedirá al cuerpo
legislativo la prórroga necesaria, expo n ien d o las causas que manifiesten la
necesidad.
A rt. 113. En la prom ulgación se usará de esta fórm ula: El Jefe del Estado
de Guatemala. Por cuanto la Asamblea tuvo a bien decretar, y el Consejo repre
sentativo ha sancionado lo siguiente. (El texto literal). Por tanto: ejecútese.
A lt. 114. El Poder Legislativo arreglará la solem nidad con que deben
publicarse las leyes en la capital y en todos los pueblos del Estado.
A rt. 130. Ejercerá el Poder Ejecutivo un jefe electo por todos los pueblos
del Estado. En su falta hará sus veces un segundo jefe, nom brado igualm ente
po r los pueblos.
A rt. 131. En la renovación de am bos jefes se reunirán las juntas de d e
partam en to del día siguiente al que eligieron representantes y los electores
que las com ponen procederán a d ar sus votos para el nom bram iento de uno
y otro funcionario.
A rt. 132. El voto de cada elector se escribirá separada y claram ente, y
del registro en que se hubieren escrito, se rem itirá a la Asamblea una copia
firm ada p o r los electores presentes en el acto, y bajo cubierta sellada, con
expresión de contener sufragios.
A rt. 133. Reunidos los pliegos de todas las juntas departam entales, y
señalado día para su apertura, se procederá al escrutinio y regulación.
A rt. 134. La votación será regulada p o r el núm ero de electores de dis
trito que concurrieron a sufragar en las juntas de departam ento y que su
fragaron efectivamente. Se regulará prim ero el m onto total de los sufragios,
deducido del que dio cada elector concurrente de los de todas las juntas de
partam entales; y siem pre que de ellos resulte mayoría absoluta de sufragios,
BIBUOTEC^AYACUCHO 157
A lt. 149. Podrá trasladar de unos destinos a otros, equivalentes en rango
y goces, a los agentes y funcionarios del Gobierno; suspenderlos por el tiem
po de tres meses cuando la tranquilidad y el orden público lo exijan, o el
interés del Estado evidentem ente manifiesto y previo dictam en del Consejo.
C on pruebas que justifiquen la ineptitud de los m ism os funcionarios, y con
acuerdo en vista de ellas de las dos terceras partes de votos del Consejo, p>odrá
tam bién deponerles.
A lt. 150. N om brará y separará librem ente, sin necesidad de instrucción
de causa, al secretario o secretarios de Despacho.
A lt, 151. El Jefe del Estado residirá en el lugar en que resida la Asam
blea y no p o d rá separarse sin su perm iso. Tampoco p odrá salir del territorio
de la república sino seis meses después de haber concluido sus funciones; a
m enos que obtenga licencia de la Asamblea y en su receso con acuerdo del
Consejo.
A lt. 152. Será el conducto de com unicación de las autoridades del Esta
do con las suprem as de la república y con los G obiernos de los otros Estados;
pero en los negocios judiciales, los jueces y tribunales se entenderán directa
m ente en sus exhortos y requisitorias.
B IB L ia n -C A AYACUCHO 159
SECCIÓN III. JUSTICIA CRIMINAL
A lt. 182. No podrá im ponerse pena de m uerte sino por delitos que
atenten directam ente contra el orden público, y en el de asesinato, hom icidio
prem editado o seguro.
A lt. 183. Están abolidos para siem pre el uso de los torm entos, los apre
m ios, la confiscación de bienes, azotes y penas crueles.
A rt. 184. Nadie puede ser preso sino en v irtud de orden escrita por
auto rid ad com petente para darla. No p>odrá librarse esta sin que preceda
justificación de que se ha com etido un delito que m erezca pena más que co
rreccional, y sin que resulte al m enos p o r el dicho de un testigo, quién es el
delincuente.
A rt. 185. Pueden ser detenidos: el delincuente cuya fiiga se tema con
fiindam ento, el que sea encontrado en el acto de delinquir, y en este caso
cualquiera puede aprehenderlo para llevarle al juez.
A lt. 186. La detención no puede exceder de cuarenta y ocho horas, y
d u ran te este térm in o deberá la autoridad que la haya ordenado practicar la
justificación correspondiente, y según su m érito librar por escrito la orden
de prisión, o poner en libertad al detenido.
A lt. 187. El alcaide, ni oficial alguno encargado de cualquiera cárcel o
establecim iento de prisión o detención, no pueden recibir ni detener en las
cárceles o en dichos establecim ientos a ninguna persona, sin transcribir en
su libro de presos o detenidos la orden de prisión o detención.
A lt. 188. Todo preso debe ser interrogado dentro de cuarenta y ocho ho
ras, y el juez está obligado a decretar la libertad, o perm anencia en la prisión,
d en tro de las veinticuatro siguientes, según el m érito de lo actuado. Pero se
puede im p o n er arresto por pena correccional, previas las form alidades que
establezcan las leyes, y sin que esta pena exceda de un mes.
A rt. 189. Las personas aprehendidas por la autoridad no podrán ser
llevadas a otros lugares de prisión, detención, o arresto, que a los que están
legal y públicam ente destinados al efecto.
A lt. 190. C uando algún reo no estuviere incom unicado por orden de
juez, transcrita en el registro del alcaide, no podrá este im pedir su com uni
cación con persona alguna.
A r t 191. Todo el que no estando autorizado por la ley expidiere, firmare.
A lt. 199. H abrá una Corte Superior de Justicia elegida por todos los pue
blos del Estado, y com puesta de m agistrados, cuyo núm ero no podrá bajar
de seis ni exceder de nueve. Se renovarán p o r m itad cada dos años, y podrán
siem pre ser reelegidos.
A rt. 200. En la renovación de la C orte Superior de Justicia, las juntas de
departam ento se reunirán en distinto día al que eligieron representantes, y
procederá cada e le a o r a sufragar por todos y cada uno de los individuos que
deben renovarse con la Corte Superior.
A rt. 201. E! voto de cada elector se escribirá separada y claramente, y del
registro en que se hubieren escrito y consten los votos particulares de cada
uno de los electores se rem itirá a la Asamblea del Estado una copia firmada
p o r los que concurrieron al acto y bajo cubierta sellada, con expresión de
contener sufragios.
A rt. 202. Reunidos los pliegos de todas las juntas de departam ento, la
Asamblea procederá en su escrutinio, regulación de votos y elección, por el
m ism o orden, y con las mismas form alidades que prescribe la Sección I, Tí
tulo VII, para el nom bram iento del p rim ero y segundo Jefe del Estado.
A rt. 203. Si las legislaturas venideras creyeren necesario establecer jue
ces de alzadas en los departam entos, o tribunales de apelación, situados en
diversos p u n to s para cada dos o más departam entos, en uso de la facultad
octava que les concede el Título IV de esta C onstitución, el núm ero de magis
trados de que debe com ponerse la Corte Superior no podrá exceder de seis,
incluso el fiscal, ni de cuatro el de los tribunales de segunda instancia, incluso
igualm ente el fiscal.
A rt. 204. En estos casos la elección de los jueces de alzadas, o la de los
m agistrados de las cortes departam entales será hecha popularm ente por la
ju n ta o ju n tas del departam ento a que pertenezca el tribunal, observándose
respectivam ente las mismas reglas establecidas para el nom bram iento de la
C orte Superior. Pero si el tribunal perteneciere a m ás de un departam ento,
el escrutinio de los votos, su regulación y el n om bram iento, en su caso, se
verificarán p o r la Asamblea del Estado.
A rt. 205. N o estableciéndose aquellos tribunales, la C orte Superior de
Justicia se dividirá en dos cám aras, en la forma que determ ine la ley, y el n ú
m ero de sus individuos será el m áxim um del artícuJo 199.
A rt. 206. Para ser m agistrado de la C orte Superior de Justicia, y en su
caso de las cortes departam entales, se requiere ser ciudadano en el ejercicio
de sus derechos, tener treinta años de edad, siete de residencia en la república
inm ediatos a la elección, y dos a lo m enos en el Estado; ser seglar y de c o n o
cida m oralidad.
f A rt. 207. Si la Corte Superior se com pusiere de nueve individuos, tendrá
i cinco suplentes, elegidos de la m ism a m anera.
: Si constare de seis, tendrá cuatro suplentes, y las cortes departam entales
^ no podrán bajar de tres suplentes.
" A rt. 208. Los suplentes llenarán las faltas de los propietarios, y sus im pe
dim entos legales, y serán llenados p o r el orden de sus nom bram ientos, ya por
r el que se hubiese resultado popularm ente electos, o bien por aquel en que se
les hubiere practicado la Asamblea.
A rt. 213. H abrá jueces de prim era instancia, y su núm ero será p ro p o r
cionado a la población y extensión de cada departam ento.
A rt. 214. Los jueces de prim era instancia serán nom brados por el Poder
Ejecutivo, a propuesta en terna de la C orte Superior de Justicia, y en su caso
de las respectivas cortes departam entales.
A rt. 215. Para ser juez de prim era instancia se requiere ser ciudadano en
el ejercicio de sus derechos, mayor de veinticinco años, con cinco de residen
cia en la república y tres en el Estado, y de conocida m oralidad.
A rt. 216. Ejercerán la judicatura po r el tiem po de cinco años, pudiendo
siem pre ser reelectos y provistos para las judicaturas de otro departam ento
aun q u e no hayan cum phdo aquel térm ino.
A rL 217. Sus facultades se lim itarán precisam ente a lo contencioso, y las
leyes determ in arán hasta de qué cantidad podrán conocer sin apelación en
los negocios civiles, determ inando igualm ente la extensión de las facultades
de los alcaldes en sus respectivos pueblos, así en lo contencioso com o en lo
económ ico.
SECCIÓN ÜNICA
ArL 218. Todos los funcionarios del Estado, antes de posesionarse de sus
destinos, prestarán ju ram ento de sostener con toda su autoridad la C onstitu
ción federal de la república y la presente, y ser fieles a la nación y al Estado.
A rt. 219. Todo funcionario público es responsable, con arreglo a las le
yes, del ejercicio de sus funciones.
A rt. 220. Deberá declararse cuándo ha lugar a form ación de causa con
tra los representantes de la Asamblea, p o r traición a la patria -v en alid ad -,
falta grave en el desem peño de sus funciones y delitos comunes que m erezcan
pena más que correccional.
Art- 221. En los m ism os casos, y en los de infracción de ley y usurpación,
habrá igualmente lugar a form ación de causa contra los individuos del C on
sejo representativo y de la C orte Superior de Justicia, contra el Jefe y segundo
Jefe de Estado, secretario o secretarios del Despacho.
A rt. 222. En las acusaciones contra los representantes, la Asamblea de
clarará cuándo ha lugar a form ación de causa, la que será seguida y determ i
nada según arregle la ley de su régim en interior.
A rt. 223. En las acusaciones contra el Jefe y segundo Jefe, si ha hecho sus
veces, declarará la Asamblea cuándo ha lugar a form ación de causa; juzgará la
C orte Superior de Justicia, y conocerá en apelación un tribunal com puesto de
cinco individuos, que nom brará el Consejo representativo entre los suplentes
del m ism o Consejo y los de la Asamblea que no hayan entrado al ejercicio de
sus funciones.
A r t 224. La Asamblea declarará cuándo ha lugar a form ación de causa
en las acusaciones contra los individuos de la C orte Superior de Justicia;
juzgará el tribunal no m b rad o p o r el Consejo entre los suplentes, y conocerá
en apelación otro trib u n al de cinco individuos que nom bre la Asamblea
entre los ciudadanos que obtuvieron votos populares indistintam ente para
todos los destinos de la mism a C orte Superior.
A rt. 225. En las acusaciones contra los individuos del Consejo y segun
do Jefe del Estado, declarará la Asamblea cuándo ha lugar a form ación de cau
BIBLIOTECA AYACUCHO 16 7
sa; juzgará la C orte Superior de Justicia, y conocerá en apelación el tribunal
no m brado p o r la Asamblea de que habla el artículo anterior.
A rt. 226. Todo acusado queda suspenso en el acto de declararle que ha
lugar a form ación de causa, depuesto siem pre que resulte reo, e inhabilitado
para todo cargo público si la causa diere m érito según la ley. En lo dem ás a
que hubiere lugar se sujetarán al orden y tribunales comunes.
A r t 227. Los delitos m encionados en los artículos 220 y 221 producen
acción popular, y las acusaciones de cualquier ciudadano o habitante del
Estado deben ser atendidas.
SECCIÓN ÚNICA
A rt. 228. Las contribuciones serán repartidas igualmente entre los habi
tantes del Estado, con proporción a sus facultades, sin privilegio ni excepción
alguna.
A rt. 229. Las contribuciones directas o indirectas serán proporcionadas
a los gastos que hubiere decretado la Asamblea para los diversos ram os de la
adm inistración pública.
A rL 230. La Asamblea establecerá o confirm ará anualm ente las co n tri
buciones directas o in d ireaas generales o m unicipales. Subsistirán las anti
guas hasta que, establecidas otras, se decrete la abolición de aquéllas.
ArL 231. D ecretada p o r la Asamblea una contribución directa de cual
quiera clase, la m ism a Asamblea aprobará el repartim iento que hubiere he
cho de ella el Poder Ejecutivo entre los departam entos con proporción a su
riqueza.
Art- 232. Las contribuciones e im puestos municipales se decretarán tam
bién por el cuerpo legislativo y las m unicipalidades sólo tienen el derecho de
proponer arbitrios para los gastos de utilidad com ún en sus territorios res
pectivos, por conducto y con inform e del jefe departam ental.
A rt. 233. Ni en la tesorería general del Estado, ni en los fondos com unes
se hará pago alguno que no esté expresam ente determ inado por la ley o decre
tado p o r el Poder Ejecutivo con arreglo a la m ism a, com unicándose p o r los
conductos correspondientes.
SECCIÓN ÜNICA
BIBLIOTECAAXACUCHO 169
m odo que la ley determ ine, forzosamente para todos los que no tienen ex
cepciones legales.
A rt. 243. La ley orgánica de la fuerza pública determ inará igualmente
el m odo de levantar las tropas de continuo servicio, y para la que se necesite
en tiem po de guerra.
A rt. 244. La Asamblea, a propuesta del Poder Ejecutivo, determ inará
anualm ente el núm ero de hom bres de que debe com ponerse la fuerza de
continuo servicio y la milicia activa.
A rt. 245. La milicia activa y la milicia cívica tendrán, respectivamente,
en todo el Estado una m ism a disciplina y un m ism o uniform e.
A rt. 246. Nadie p odrá m andar la milicia cívica de más de un distrito,
sino cuando se hallare reunida haciendo un servicio activo, en cuyo caso se
sujetará a las penas establecidas para las tropas de continuo servicio y milicia
activa, especialm ente en los delitos contra la subordinación y disciplina.
A rt. 247. El com andante general de las armas m andará la fuerza per
m anente y m ilicia activa bajo las órdenes del Jefe del Estado; pero no estará
la fuerza cívica bajo las de aquél sino cuando, en los casos determ inados
por la ley, se halle en actividad para repeler alguna invasión o contener in
surrecciones.
A rt. 248. La ordenanza de la fuerza pública clasificará exacta y precisa
m ente los delitos militares, y determ inará la forma de los procedim ientos.
SECCIÓN ÚNICA
A rt. 249. Se establecerán en todos los pueblos escuelas prim arias, dota
das de sus fondos com unes, en las que se enseñará a leer, y escribir, y contar,
los elem entos de la m oral y los principios de la Constitución.
A rt. 250. Se crearán asimismo los establecimientos y escuelas superiores
que se juzguen convenientes para la enseñanza de todas las ciencias, literatura
y bellas artes.
El cuerpo legislativo determ inará su núm ero y designará los puntos en
que deban erigirse.
A rt. 251. El plan general de instrucción pública arreglará la enseñanza,
; SECCIÓN ÚNICA
;
r
i;
* A rt. 255. Si la experiencia acreditare la necesidad de rever esta C onsti-
I tución, la revisión será propuesta lo m enos por cuatro representantes, o por
la mayoría absoluta de los individuos del Consejo representativo.
^ Art- 256. N ingún p ro y e a o de reform a podrá proponerse hasta la legis
latura del año de 1830 sino en el caso de que la Constitución federal de la Re
pública se haya reform ado por los m edios que prescribe, y de suerte que la
form a del gobierno se hubiere alterado con respecto a la que establece pura
los Estados en el Título XII.
A rt. 257. Todo proyecto de reforma se presentará por escrito, y será leído
por dos veces en diversos días, con el intervalo de tres de una a otra lectura;
y adm itido a discusión, se exam inará detenidam ente por una com isión, que
no podrá p resentar su dictam en antes de los diez días siguientes.
A rt. 258. El dictam en de la comisión será leído por dos veces con los
mismos intervalos, y no se pondrá a discusión antes de ocho días,
e- A r t 259. Si se resolviere por dos tercios de votos que ha lugar a rever
la Constitución, y la revisión fuere declarada urgente, por el sólo caso de
haberse variado o alterado en la C onstitución federal la form a de gobierno
de los Estados, se convocará una Asamblea Constituyente, cuyos m iem bros
BIBUOTECAAYACUCHO 171
serán autorizados con poderes am plios y especiales para rever la C onstitu
ción y hacer en ella las alteraciones a que dieron lugar las circunstancias y la
convocatoria.
ArL 260. Si la resolución de haber lugar a rever la C onstitución no fuere
declarada urgente, el negocio será exam inado de nuevo por la legislatura del
siguiente año, que observará las mismas form alidades, y resolviendo de con
form idad con la legislatura del año anterior, será decretada la convocatoria
de la Asamblea C onstituyente por dos tercios de votos.
A rt. 261. C uando la segunda legislatura resolviere contra la revisión, no
podrá proponerse de nuevo sino hasta la del año siguiente, cuya resolución
será la d eterm inante.
Art- 262. Los m iem bros de la Asamblea C onstituyente antes de dar
principio a sus funciones ju rarán solem nem ente “lim itarse a estudiar sobre
los objetos para que fueron convocados, sin atentar contra la Constitución
federal, y conservar al Estado y a sus habitantes las garantías individuales y
política^, y ser fieles a la república y al Estado”.
A rt. 263. Para discutirse cualquier proyecto en que se reform e o adicio
ne parcialm ente esta C onstitución, deberá presentarse firm ado al m enos por
cuatro representantes en la Asamblea.
A rt. 264. Si el proyecto no fuere adm itido a discusión, no podrá presen
tarse de nuevo sino hasta el siguiente año.
A rt. 265. A dm itido a discusión y puesto en estado de votarse, se resolve
rá p o r las dos terceras partes de votos; y la reform a o adición no se tendrá p>or
constitucional ni producirá efecto alguno sin que la sancione la legislatura
del siguiente año, tam bién p o r las dos terceras partes de votos.
Art- 266. O bservándose todas las form alidades que previenen los artí
culos anteriores, p odrá alterarse la base de la representación del Estado en
cualquier tiem po en que o curran las causas que expresa el artículo 76.
A rt. 267. Para que la Asamblea del Estado en uso de la facultad que le
concede el artículo 199 de la C onstitución de la República, pueda p roponer
al C ongreso Federal un proyecto de reform a o adición a dicha C onstitución,
se observarán para acordar la propuesta todas las form alidades que prescribe
este título con respecto a las reform as parciales que se hagan en la presente;
pero el acuerdo para proponerlas en la Federal será válido sin necesidad de
sancionarse p o r la siguiente legislatura, y se fx>drá dar en cualquier tiem po.
José Bernardo Dighero, diputado por Cobán, presidente - Pedro José Valenzuela,
diputado por Chimaltenango, vicepresidente - Balbino Antonio de Albarado,
diputado por SaJamá - José María Chacón, diputado por San Agustín -
Félix María Rivera, diputado p>or Sololá - Rafael Lupercio Arrióla, diputado
por Sacatepéquez - Lucas Pinelo, diputado por el Petén - Laureano Nova,
diputado por Quezaltenango y Suchitepéquez - Juan José Flores, diputado por
Quezaltenango y Suchitepéquez - Manuel Montúfar, diputado por Escuintla - M.
Julián Ibarra, diputado por Guatemala - José Mariano Vidaurre, diputado por
Chiquimula - José Antonio Solís, diputado por Sacatepéquez - Eulogio Gálvez,
diputado por Totonicapán - Ambrosio Collado, diputado por Totonicapán -
Mariano de Altube, diputado por Soconusco, secretario - José Gregorio Márquez,
diputado por Chimaltenango, secretario
Juan Barrundia
Manuel Barberena, secretario
I A rt. 8 . Todos los hondureños son libres, y ciudadanos los que tengan la
edad, y dem ás condiciones que establece la C onstitución de la República.
A rt. 9. El Estado protege con leyes sabias y justas la libertad, la propie
dad, y la igualdad, viviendo sujetos a la Constitución y la ley, respetando a las
autoridades, contribuyendo con proporción a sus facultades para los gastos
del Estado y Federación, para sostener la independencia, su integridad y segu
ridad, y tom ando las arm as para defender la patria, cuando fueren llamados
por la ley.
^ A rt. 10. El G obierno del Estado es popular representativo, y en la Fede-
I ración que ha acordado, fija su felicidad y prosperidad.
I A r t I L El Suprem o Poder estará dividido en Legislativo, Ejecutivo y
I Judicial; aunque en estos dos últim os, la Asamblea del Estado podrá hacer
I alteración, por m edio de una ley, en las autoridades subalternas, según lo
|, exijan las circunstancias y localidad.
I A rt. 12. Los pueblos que com ponen el Estado, ni por sí, ni p o r autori
dad alguna, pueden ser despojados de la soberanía, que reside en todos, no
p odrán ejercerla sino únicam ente en las elecciones prim arias, practicándolas
en la form a que prescribe la Constitución federal.
A rt. 13. Los habitantes del Estado de H onduras tienen el derecho de
petición y la libertad de im prenta para publicar sus discursos, proponer me-
BIBLIOTECAAYACUCHO 175
didas útiles al Estado, y censurar con decoro la conducta de los funcionarios
públicos en el ejercicio de su cargo, y el de velar sobre el cum plim iento de las
leyes, que se dicten sobre los objetos indicados en este artículo.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 177
A rt. 29. La form a de que usará el Consejo para la sanción será: Pase al
Jefe Supremo del Estado; cuando la niegue: Vuelva a la Asamblea; y cuando la
sanción fue dada por la Asamblea: Por sancionada: Pase al Jefe Supremo del
Estado.
A rt. 30. La derogación de las leyes vigentes se hará por los m ism os trá
m ites que se decretaron las del Estado.
A rt. 31. Los diputados serán inviolables por sus opiniones, y en ningún
tiem po ni caso, ni p o r autoridad alguna, podrán ser reconvenidos p o r ellas.
En las causas crim inales que contra ellos se intenten, no podrán ser juzgados,
sino p o r el tribunal de la Asamblea en los térm inos que prescribe el regla
m ento de su G obierno interior. D urante las sesiones, y un mes después, los
diputados no podrán ser dem andados, ni ejecutados por deudas.
A rt. 32. Son atribuciones de la Asamblea:
1 . D ictar las leyes del Estado en consonancia con las de la Federación, en
la parte que tenga tendencia con ellas e interpretar las que diere;
2. F orm ar el Código Civil y Crim inal; su reglamento interior, y el de los
otros poderes;
3. A probar los estatutos de otras corporaciones;
4. D ar las ordenanzas a la milicia activa y cívica, concillándolas con las
del Ejército perm anente de la Federación;
5. A cordar con el Congreso federal la fuerza de línea que debe tener el
Estado;
6 . D ecretar en tiem po de guerra el aum ento de fíierza, que conform e al
cupo le señale el Congreso federal;
7. Form ar la estadística del Estado por medio de los jefes, m unicipali
dades o del m odo que lo perm itan las circunstancias;
8 . D ecretar las contribuciones o impuestos para los gastos necesarios del
Estado, y para el cupo conform e el actual presupuesto, y los sucesivos;
9. A um entar o dism inuir las contribuciones con proporción a las nece
sidades del Estado;
10. Reclam ar las leyes im practicables o perjudiciales al Estado, o no
conform es con sus circunstancias locales;
1 1 . Erigir los establecim ientos, corporaciones y tribunales inferiores
para el m ejor orden en justicia, econom ía, o instrucción pública;
1 2. C o n m u ta r las penas de la ley, o perdonar los delitos que por las leyes
federales no estén sujetos a ellas;
BIBLlO m iA A Y A C U C H O 179
2 . D ictam inar sobre la derogación de la ley en los m ism os térm inos que
debe negar la sanción, oyendo en am bos casos al Jefe Suprem o de Estado;
3. Resolver las dudas que le consulte el Jefe; sobre la inteligencia de algu
na ley en los recesos de la Asamblea y su resolución será ejecutada;
4. Aconsejar al Jefe Suprem o en ios casos que le consulte y darle dicta
m en en los negocios diplom áticos que ocurran entre el G obierno del Estado
y el Federal, o con los dem ás Estados;
5. Proponer en terna al Jefe Suprem o, el com andante general o prim er
jefe militar, el intendente tesorero general de H acienda Pública, factor de
tabacos y los jefes prim eros de departam ento;
6 . Velar sobre la conducta de los funcionarios nom brados en este artícu
lo, declarando en su caso cuándo ha lugar a la form ación de causa;
7. N om brar Presidente de su seno, cuando estuviere im pedido el desig
nado p o r la C onstitución;
8 . N o m b rar secretario, fíiera de su seno, al que podrá suspender por dos
meses; pero n o removerle sin conocim iento de causa;
9. C onvocar a la Asamblea en los casos extraordinarios;
10. N o m b rar en sus prim eras sesiones el tribunal que establece el artí
culo 62;
11. Velar sobre la observancia de la Constitución y leyes del Estado, y
d ar cuenta a la legislatura de las infracciones que haya notado o de que esté
inform ado.
A rt. 39. El Poder Ejecutivo reside en un jefe n o m brado por todos los
pueblos, que com ponen el Estado, com o lo d eterm ine la ley.
A rt. 40. Al tiem po de esta elección se n om brará o tro en los mismos
térm inos que le subrogue, o supla en ausencia, enferm edad, m uerte o sus
pensión.
A rt. 41. El Jefe Suprem o de! Estado y vicejefe lo serán únicam ente por
cuatro años, y sólo podrán ser reelectos una vez.
A rt. 42. El vicejefe presidirá el Consejo sin voto, y sólo lo tendrá para
decidir en caso de empate.
A rt. 43. No asistirá al Consejo cuando haya de nom brarse el tribunal
que establece el artículo 62.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 181
CAPÍTULO VIII. DEL PODER JUDICLVL
r A lt. 65. H abrá jueces de p rim era instancia, que a más de las circuns
tancias que deben concu rrir en ellos para el desem peño en el ejercicio de sus
Tf, funciones, deben ser mayores de veinticinco años.
I A rt. 6 6 . En los pueblos en p articular se adm inistrará justicia p o r el al-
I calde, o alcaldes, bajo los límites y térm inos que la ley señale,
t A rt. 67. A n inguno se le prohíbe com prom eterse en árbitros para ter-
t m inar sus diferencias: el com prom iso será una ley que hará ejecutoria la
I sentencia de los árbitros, que no será apelable, si las partes no se reservaren
este derecho.
A rt. 6 8 . Los alcaldes de los pueblos ejercen en ellos oficios de concilia-
' dores en las dem andas civiles, y sobre injurias que deben establecerse en
t juicid escrito.
^ A rt. 69. Sin que haya precedido este juicio conciliatorio, no se p o drá
t establecer pleito alguno.
A rt. 70. N inguno podrá ser preso, si no es por delito que m erezca pena
m ás que correccional; y en n ingún caso sin previo m andam iento po r escrito
de juez com petente.
A rt. 78. H abrá en cada departam ento un jefe político intendente, a cuyo
cargo estará el gobierno político y de H acienda, bajo el orden que disponga
la ley, la cual arreglará la cantidad con que debe afianzar.
A rt. 79. El ram o gubernativo de los pueblos será a cargo del alcalde que
el jefe de dep artam en to designe en cada parroquia al cual estarán subordi
nadas las dem ás m unicipalidades y pueblos de la misma parroquia. Una ley
particu lar designará las atribuciones del indicado alcalde, que desem peñará
con subordinación al jefe intendente.
A rt. 80. En la cabeza del departam ento, el jefe político intendente de-
Osempeñará iguales atribuciones en el distrito de la parroquia que resida.
A rt. 81. La duración de los jefes políticos intendentes será la de cuatro
A r t 82. En cada pueblo que su com arca tenga de quinientas alm as a rri
ba habrá m unicipalidad elegida popularm ente. Una ley designará el núm ero
de individuos de que deba com ponerse cada una y sus atribuciones.
Art. 83. Los pueblos, reducciones, y valles que no lleguen al núm ero
de quinientos habitantes se gobernarán por un alcalde auxiliar nom brado
p o r la m unicipalidad a que corresponda, y sus atribuciones serán las que le
designe la ley.
Art. 84. Cada m unicipalidad form ará bajo su responsabilidad m atrícula
de los ciudadanos de su com prensión que reúnan las circunstancias y cuali
dades que previene el artículo 14 del T itulo II de la Constitución federal.
A r t 85. Se form ará cada año con presencia de esta m atrícula una rela
ción de los ciudadanos que se hallen en el ejercicio de sus derechos, y no estén
com prendidos en lo que previene el artículo 2 0 del mism o título.
A rt. 8 6 . Esta relación se tendrá presente para recibir las votaciones en
toda elección.
A r t 87. Sólo los ciudadanos que estén en ejercicio pueden obtener em
pleo en la república.
BIBUOTECAAYACUCHO 185
A rt. 90. El intendente afianzará su responsabilidad con la cantidad que
la ley le declare.
A rt. 91. Los ram os que deben com poner la Hacienda Pública los arre
glará una ley especial, que dictará la Asamblea continuando por ahora las
rentas establecidas, y contribuciones.
A rt. 92. H abrá un tribunal de cuentas, que examinará anualm ente las
de la tesorería general, y se publicará cada año un estado de cargo y data de
caudales de H acienda Pública.
A rt. 93. Todo funcionario público está obligado a guardar, cum plir, y
ejecutar la C onstitución y leyes; deberán jurarlo así al tom ar posesión de sus
em pleos, y su infracción exige responsabilidad.
A rt. 94. Todo ciudadano o habitante puede representar a la Asamblea,
al Jefe Suprem o, Consejo representativo, y jueces de la prim era instancia, la
infracción de Constitución y leyes.
A rt. 95. La Asamblea p or cada seis meses pedirá relaciones especiales a
la C orte de Justicia de las causas de infracciones de C onstitución y leyes, y en
su visita proveerá lo conveniente.
A rt. 96. La Constitución del Estado no podrá sufrir alteración en aque
llos artículos que no tengan una relación inm ediata con los de la Federación,
sino es hasta pasados cuatro años de hallarse en práctica y en los que tengan,
en ningún tiem po.
A rt. 97. Las leyes y disposiciones que actualm ente rigen, y que no se
opongan a la C onstitución federal, y a la particular del Estado, quedan en su
vigor y fuerza.
Dionisio de Herrera
Francisco Morazán
El secretario general del Gobierno Supremo del Estado
8 DE ABRIL DE 1826
CO NSTITUC IÓ N POLÍTICA
* Emilio ÁJvarcz Lcjarza; com p.. “C onstitución del E sudo de Nicaragua em itida en 8 de abril de
1826", Las constituciones de Nicaragua, M adrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1958, pp. 365-394.
B IB I.IO T F .C A A Y A C U C H O 189
la república traspasen los límites que les ha fijado la C onstitución federal, o
en que de cualquiera o tra m anera se ataque la independencia o felicidad del
Estado.
A rt. 13. N ingún pueblo del Estado podrá ser desarmado, sino en caso de
tum ulto, rebelión o ataque con fuerza arm ada a las autoridades constituidas.
A rt. 14. Tam poco pod rán impedirse, si no es en el m ism o caso, las re
uniones populares que tengan p o r objeto algún placer honesto, discutir sobre
política o exam inar la conducta pública de los funcionarios.
A rt. 15. El Estado ofrece en su territorio un asilo sagrado a todo extran
jero, y será la p atria del que quiera radicarse en él conform e las leyes.
A rt. 16. El Estado está obligado a observar religiosamente el Pacto Fede
rativo celebrado con los dem ás Estados de la Unión; concurre proporcional
m ente a los gastos de la adm inistración federal y a la defensa de la república.
CAPÍTULO Ü N IC O
A rt. 17. Son nicaragüenses todos los habitantes del Estado, avecindados
en cualquier p u n to de su territorio. La vecindad se adquiere por los m odos
que previenen las leyes, o m anifestando el designio de radicarse ante la m u
nicipalidad local.
A rt. 18. Son ciudadanos todos los nicaragüenses naturales o natu ra
lizados que sean casados o mayores de dieciocho años, y que tengan una
propiedad o que ejerzan algún oficio o profesión de que subsistan, calificado
todo en los térm inos que designa la ley.
A rt. 19. Son naturales los nacidos en este Estado y en cualquier otro de
la Federación, y los hijos de ciudadanos centroam ericanos que nacieren en
o tro país extranjero, siem pre que sus padres estén al servicio nacional o con
tal que su ausencia no pasare de cinco años y fuere con noticia del gobierno.
A rt. 20. Son naturalizados:
1. Los extranjeros que hallándose en el territorio de la república al pro
clam ar la independencia la hubieren jurado;
2. Los naturales de las otras repúblicas de América que vinieren a radi-
CAPÍTULO ÚNICO
A rt. 46. La religión del Estado es la católica, apostólica, rom ana, con
exclusión del ejercicio público de cualquier otra.
%
CAPÍTULO I. DISPOSICIONESGENERALES
A rt. 47. Para la elección de los representantes, Jefe y vicejefe del Estado,
consejeros e individuos de la C orte Superior de Justicia, se celebrarán juntas
populares, de distrito y departam ento.
A rt. 56. Las jun tas populares se celebrarán el últim o dom ingo de oc
tubre de cada año, para nom brar un elector prim ario por cada doscientos
cincuenta habitantes: la que tuviere un residuo de ciento veintiséis, nom brará
un elector más.
A rt. 57. Toda población cuyo núm ero de habitantes ascienda a dos
cientos cincuenta, nom b rará p o r sí un elector; si no llegare a aquel núm ero
los ciudadanos de dicha población concurrirán a votar a la ju n ta del pueblo
m ás inm ediato.
A rt. 60. La autoridad política del distrito, luego que reciba las certifica
ciones, citará a los electores prim arios para que se reúnan en la cabecera del
mismo, el segundo dom ingo del mes de noviembre de cada año.
A rt. 61. Reunidas p o r lo m enos las dos terceras partes de los electores
prim arios, se form ará la ju n ta de distrito y procederá a no m b rar por mayo
ría absoluta de sufragios un elector por cada diez prim arios de los que le
corresponden. Y concluida la elección, el Presidente y secretario darán a los
nom brados, certificación de su nom bram iento, com unicándolo a la a u to ri
dad política del d epartam ento p o r conducto de la del distrito.
Art. 62. Luego que la autoridad política del d epartam ento reciba las
certificaciones de que habla el artículo anterior, citará a los n om brados para
que concurran a la cabecera del departam ento, donde el prim er dom ingo del
mes de diciem bre de cada año debe celebrarse la Junta departam ental.
Art. 63. Un d epartam ento constará fijamente de doce electores de dis
trito por cada dos representantes que haya de nom brar.
A r t 64. Reumdos p o r lo m enos las dos terceras partes de electores de
distrito, se form ará la junta de departam ento; y por mayoría absoluta de votos,
nom brarán los representantes que en la Asamblea del Estado corresponde al
departam ento.
Art. 65. Esta elección se hafá todos los años inm ediatam ente después
que las m ism as jim tas de departam ento hayan elegido a los representantes
para el Congreso federal. Pero de las elecciones de diputados para la Asamblea
y de toda elección de funcionario para el Estado que hagan las juntas depar
tam entales, se extenderán acta y escrutinio en libro separado.
B1BLIOTF.CAAYACUCHO 197
4. D ecretar la creación y supresión de los oficios, empleos públicos; y
designar sus dotaciones, dism inuirlas o aum entarlas;
5. Conceder o negar la introducción de tropas de otros Estados, si no es
que dichas tropas estén al servicio del G obierno federal, para los objetos que
le encom ienda la C onstitución de la República;
6. Fijar periódicam ente, con acuerdo del Congreso, la fuerza de línea
que se necesite en tiem po de paz; crear la milicia activa y la cívica, y levantar
la correspondiente del Estado en tiem po de guerra, dándoles a todos sus
ordenanzas y reglam entos;
7. Arreglar la form a de los juicios, estableciendo el sistema de jurados,
tan luego que lo p erm itan las circunstancias de los pueblos;
8. Erigir los establecim ientos, corporaciones o tribunales necesarios
para el m ejor orden en justicia, econom ía, instrucción pública y en todos los
ram os de adm inistración;
9. D ecretar en casos extraordinarios, pedidos, préstam os e im puestos
extraordinarios, y contraer deudas sobre el crédito del Estado sin com pro
m eter las relaciones exteriores de la república;
10. Calificar y reconocer la deuda pública del Estado y destinar los fon
dos necesarios p ara su am ortización e interés;
11. D isponer lo conveniente para la adm inistración, conservación y
enajenación de los bienes del Estado;
12. Conceder por dos terceras partes de votos amnistías e indultos, cuando
lo exija la tranquilidad y seguridad del Estado, y lo solicite el Poder Ejecutivo;
13. C onceder a éste facultades extraordinarias, detalladas expresam en
te, y p o r tiem po lim itado, en los casos de insurrección o invasión repentina;
14. D ecretar el plan de enseñanza pública, según los principios generales
que se establezcan por el Congreso; prom oviendo el adelanto de las ciencias
y artes útiles, hasta conceder privilegios exclusivos por tiem po determ inado
para su estím ulo y fom ento;
15. A brir cam inos y canales de com unicación interior; prom over y fo
m en tar toda especie de industria, rem oviendo los obstáculos que la entor
pezcan;
16. D ecretar recompensas a los que presten al Estado grandes servicios;
17. C onceder rehabilitación a los que hayan perdido la calidad de ciuda
dano, en los casos que expresa el artículo 21 de esta Constitución;
A rt. 82. Todo proyecto de ley debe presentarse por escrito, y sólo podrán
proponerlo a la Asamblea los diputados y el Poder Ejecutivo.
A rt. 83. El proyecto de ley debe leerse p o r dos veces en días diferentes,
antes de adm itirse o no a discusión; y adm itido, se observarán las reglas que
prevenga el reglam ento interior de la m ism a Asamblea. En caso de que a ju i
cio de ésta el proyecto sea urgente, podrá dispensarse esta form alidad.
A rt. 84. Desechado el proyecto de ley, no p odrá proponerse otra vez en
el m ism o año.
A rt. 85. Si Hubiese sido adoptado, se extenderá po r triplicado en forma
de ley. Se leerá en la Asamblea, y firm ados p o r el Presidente y secretarios se
rem itirán al Consejo representativo.
BIBUOTECAAYACUCHO 199
1. A su régim en interior, lugar y prórroga de sus sesiones;
2. A la calificación de elecciones y renuncia de los electos;
3. A la rehabilitación de los que hubieren perdido el derecho de ciuda
dano;
4. Al aprem io de los individuos ausentes de la m ism a Asamblea;
5. A la declaratoria de haber lugar a form ación de causa contra algún
funcionario.
A rt. 87. El Consejo dará o negará la sanción por m ayoría absoluta de
votos, y para darla usará de esta fórm ula: A l Jefe del Estado; la negará con esta
otra: Vuelva a la Asamblea.
A rt. 88. El Consejo debe dar o negar la sanción d en tro de quince días,
contados desde el recibo de la resolución, pidiendo, si lo tuviere p o r conve
niente, los inform es del G obierno, que deberá darlos d entro de ocho días.
Pasados los quince días sin dar o negar la sanción, se entiende dada por el
m ism o hecho.
Ajrt. 89. El Consejo negará la sanción cuando la resolución sea contraria
a la C onstitución federal o a la presente; y tam bién cuando juzgase que su
observancia no es conveniente a los intereses del Estado o de la República.
En estos casos devolverá a la Asamblea uno de los originales, con la fórmula
correspondiente, exponiendo p o r separado los fundam entos de su opinión.
La Asamblea los exam inará, y discutirá de nuevo la resolución devuelta. Si
fuere ratificada por dos terceras partes, la resolución obtiene la sanción que
precisam ente dará el Consejo. En caso contrario, no podrá proponerse de
nuevo sino hasta el siguiente año.
A rt. 90. Luego que el Poder Ejecutivo reciba una resolución sancionada,
o de las que no necesitan este requisito, ordenará su cum plim iento bajo su
responsabilidad, disponiendo lo conveniente para su ejecución y haciéndola
publicar y circular d en tro de quince días a lo más; pudiendo pedir a la Asam
blea p rórroga de este térm ino, si en algún caso fíiere suficiente.
A rt. 9 L La prom ulgación se hará en esta fórmula: El Jefe del Estado de
Nicaragua. Por cuanto la Asamblea ha decretado y el Consejo representativo
sanciona lo siguiente (Aquí el texto literal). Por tanto, ejecútese.
B IB L ia rh C A AYACt’CH O 201
2. Velar sobre la observancia de la C onstitución y las leyes, y sobre la
conducta de los funcionarios del Estado, dando cuenta a la Asamblea, luego
que esté reunida, de las infracciones que en el receso se notaren;
3. Aconsejar al Poder Ejecutivo todas las veces que consulte, especial
m ente en los casos en que la tranquilidad pública se halle o pueda ser alte
rada, y en las dudas que ofrezca la ejecución de las leyes y resoluciones de la
Asamblea;
4. C onvocar a la Asamblea en casos extraordinarios, citando a los su
plentes de los diputados que hubieren fallecido d urante el receso;
5. P roponer tem as al Poder Ejecutivo para el nom bram iento del inten
dente, de los jefes departam entales, del com andante general y los jefes mili
tares, de teniente coronel inclusive arriba;
6. D eclarar cuándo ha lugar a form ación de causa por delitos cometidos
en el ejercicio de sus encargos contra el secretario o secretarios del Despacho;
y los funcionarios de que habla el párrafo anterior, a excepción de los jefes
m ilitares, si no es el com andante general;
7. N o m b rar en sus prim eras sesiones el tribunal que establece el artículo
157 de esta C onstitución.
BIBUOTECAAYACUCHO 203
4. N om brar a propuesta, en terna del Consejo, los em pleados de que
habla el artículo 99, facultad 5«. Al igual propuesta de la C orte Superior, los
que designa el artículo 145 y los em pleados subalternos, proponiéndolos
tam bién en terna sus respectivos jefes;
5. Dirigir la Fuerza Arm ada del Estado, reunir la cívica en casos de insu
rrección o invasión repentina y usar de toda ella en los mism os casos, dando
cuenta inm ediatam ente a la Asamblea y en su receso al Consejo para que la
den al C ongreso federal. Pero para m andar p o r sí m ism o la Fuerza Armada,
necesita del consentim iento del Consejo, recayendo entonces el G obierno
en el segundo Jefe;
6. En casos graves y urgentes, podrá disponer el arresto de las personas
que exija el bien y seguridad del Estado, e interrogar a los que se presum an
reos; pero den tro de tercero día deberá ponerlas a disposición del juez com
petente;
7. Dar cada año a la Asamblea, al abrir sus sesiones, cuenta del estado de
todos los ram os de la adm inistración pública, haciendo una relación deta
llada de las rentas, erogaciones y recursos del Estado, indicando las mejoras
que puedan hacerse en estos objetos y presentando el presupuesto de gastos
del año próxim o y el m odo de cubrirlos;
8. Velar en la recaudación de las m ism as rentas, celando la conducta de
sus adm inistradores;
9. N om brar y separar librem ente, sin necesidad de causa, al secretario o
secretarios del Despacho. Trasladar con arreglo a las leyes de unos destinos a
otros equivalentes en rango y goces a los agentes funcionarios del Gobierno;
suspenderlos según dispongan las mism as por determ inado tiem po; y en
caso de ineptitud y faltas graves, destituirlos con acuerdo del Consejo, prece
diendo pruebas justificativas y audiencia del interesado;
10. C uidar de que se cum plan y ejecuten las sentencias de los jueces y
tribunales;
11. Ejercer el derecho de exclusión con acuerdo del Consejo, m ientras
tiene lugar otra cosa entre las potestades civil y eclesiástica, no consintiendo
que ningún eclesiástico entre a ejercer beneficio, curado o prelacia regular sin
su anuencia y pase al título que le será precisam ente presentado;
12. Hacer cum plir en el Estado las leyes y órdenes de los poderes de la Fe
deración, pasando a la Asamblea copia de ellas d entro de dos días después de
A rt. 110. El Poder Ejecutivo tendrá uno o más secretarios para el des
pacho de los negocios, según determ ine la ley, y ninguna orden del G obier
no que no esté autorizada por el secretario será obedecida por autoridad ni
persona alguna.
Art. 111. El secretario del Despacho es responsable siem pre que auto
rice decretos o providencias contrarias a la C onstitución o a las leyes. Más se
excusa de la responsabilidad cuando haga constar en el libro de decretos y
providencias, que representó al jefe de su opinión contraria.
A rt. 112. Para ser secretario se necesita ser ciudadano en el ejercicio de
sus derechos y m ayor de veinticinco años.
¥
A rt. 113. El Poder Judicial se ejercerá po r los tribunales y jueces del Es
tado, y a ellos pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en las
causas civiles y criminales; pero sus funciones se lim itarán precisam ente a
esto, y a hacer que se ejecute lo juzgado.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 205
A rt. 114. Ni la Asamblea, ni el Consejo, ni el Poder Ejecutivo podrán
ejercer en ningún caso las funciones j udiciales, ni avocarse causas pendientes;
y ni estas autoridades, ni otra alguna, podrán abrir los juicios fenecidos.
A r t 115. Las leyes arreglarán el orden y formalidades de los juicios, de
m anera que se ejecuten con brevedad y sin vicios, y todos los habitantes del
Estado estarán igualm ente sujetos a lo que ellas prescriban.
A r t 116. Todo habitante deberá ser juzgado por el juez o tribunal com
petente, establecido con autoridad p o r la ley; y no podrán form arse com isio
nes, ni tribunales especiales para conocer en determ inados delitos, ni para
cierta clase de ciudadanos, si no es en los casos de tum ulto, rebelión o ataque
con fuerza arm ada a las autoridades constituidas.
A rt. 117. En los negocios com unes, civiles y criminales, no habrá más
que u n solo fuero para toda clase de personas.
A r t 118. Los eclesiásticos y militares continuarán en el goce de su fuero,
en los térm inos que prescriben las leyes o que en adelante prescribieren.
A r t 119. Unos m ism os jueces no podrán conocer en distintas instancias,
y los juicios serán públicos, en el m odo y form a que determ inen las leyes.
A rt. 120. N o se podrá privar a ninguna persona del derecho de term inar
sus diferencias p o r m edio de jueces árbitros elegidos por las partes. La senten
cia que dieren será inapelable, si los com prom etidos no se hubiesen reservado
este derecho.
A rt. 121. Sin constancia de que se ha intentado el m edio de la concilia
ción, no se entablará ningún juicio escrito, civil o sobre injurias.
A rt. 122. En todo negocio, cualquiera que sea su cuantía, habrá a lo
más tres instancias y tres sentencias definitivas pronunciadas en ellas; pero la
ley p o d rá restringir el núm ero de instancias según el interés y calidad de los
negocios, y designar la sentencia que ha de causar ejecutoria.
Art. 123. No p odrá im ponerse pena de m uerte, sino en ios delitos que
atenten directam ente contra el orden público, en el asesinato y hom icidio
prem editado y seguro,
Alt. 124. Q ueda abolido para siempre el uso del torm ento, los apremios,
la confiscación de bienes, azotes y penas crueles.
Art. 125. N inguna pena, ni aun la de infam ia, será trascendental y su
efecto se lim itará precisam ente a sólo el que la mereció,
Art. 126. Nadie puede ser preso, sino en virtu d de orden escrita de au
toridad com petente para darla. No podrá librarse esta orden sin que preceda
justificación de que se ha com etido un delito que merezca pena m ás que
correccional, y sin que resulte al m enos por el dicho de un testigo quién es el
delincuente,
Art. 127. Pueden ser detenidos:
1. El delincuente cuya fuga se tem a con fundam entos;
2. El que sea encontrado en el acto de delinquir, y en este caso, todos
pueden conducirle a la presencia del juez.
Art. 128. La detención no podrá d urar más de cuarenta y ocho horas, y
durante este térm ino, deberá la autoridad que la haya ordenado, practicar la
justificación que corresponde, y según su m érito librar por escrito la orden
de prisión o libertad del detenido.
Art. 129. N ingún alcaide o carcelero podrá recibirni detener en la cárcel
a ninguna persona sin transcribir en su registro de presos o detenidos la orden
de prisión o detención.
Art. 130. Todo preso debe ser interrogado d entro de cuarenta y ocho
horas, y el juez está obligado a decretar la libertad o perm anencia d entro de
las veinticuatro horas siguientes. Pero se puede im poner arresto por pena
correccional, previas las form alidades legales, sin que esta pena exceda de
treinta días.
Art. 131. N ingún preso o detenido p odrá ser llevado a otro lugar de
prisión que el que esté pública y legalmente destinado al efecto.
Art. 132. El alcaide o carcelero no podrá p rohibir al preso la com unica
ción con p ersona alguna, si no es en el caso de que la orden de prisión tran s
B IB L IO T E C A A Y A C V C H O 207
crita en el registro contenga la cláusula de incom unicación. Esta no podrá
co n tin u ar después de tom ada la confesión al preso.
A rt. 133. Todo el que no estando autorizado por la ley expidiere, fir
m are, ejecutare o hiciese ejecutar la prisión o detención de alguna persona, y
todos los jueces o alcaldes que contravinieren las disposiciones precedentes,
serán reos de detención arbitraria.
A rt. 134. N o podrá ser llevado ni detenido en la cárcel el que diere fianza,
en los casos que la ley no lo prohíba.
A rt. 135. N inguna casa puede ser registrada, sino por m andato escrito
de autoridad com petente, dado en virtud de dos deposiciones formales, que
presten m otivo al allanam iento, el que deberá efectuarse de día. También
puede registrarse a toda hora por un agente de la autoridad pública:
1. En persecución actual de un delincuente;
2. Por un desorden escandaloso, que exija pronto remedio;
3. Por reclam ación hecha del in terior de la casa. Mas hecho el registro,
se com probará con dos deposiciones haberse verificado por alguno de los
m otivos expresados.
A rt. 136. Sólo en los delitos de traición a la patria se pueden ocupar los
papeles de los habitantes del Estado, y únicam ente podrá practicarse su exa
m en cuando sea indispensable para la averiguación de la verdad, a presencia
del interesado, devolviéndose en el acto cuantos no tengan relación con lo
que se indaga.
A rt. 137. En materias crim inales, a nadie se recibirá ju ram en to sobre
hecho propio, y al tom arse confesión al tratado com o reo, se le dará conoci
m iento de los testigos; se leerán sus declaraciones y todos los docum entos que
obren c ontra él. El proceso de allí en adelante será público.
A rt. 138. Se dispondrán las cárceles de m anera que sirvan para asegurar
y corregir, y no para m olestar a los presos. Serán visitados con la firecuencia
que determ inen las leyes, y las mismas arreglarán las form alidades que se han
de observar en las visitas.
A rt. 139. H abrá una Corte Superior de Justicia, elegida p o r todos los
pueblos del Estado, y com puesta de m agistrados, cuyo núm ero no podrá
A rt. 147. Se establecerán jueces letrados de prim era instancia tan pronto
com o sea posible.
A rt. 148. Interin se puede ejecutar la anterior disposición, una ley par
ticular arreglará provisionalm ente el m odo y form a en que se ha de adm inis
tra r la justicia en prim era instancia.
CAPÍTULO Ú N IC O
2 1 0 P R IM E R A S c o N s r r r u c i o N E s . u t i n o a m £ r i c \ y e l c a r i b e
TÍTULO XII. DE LA RESPONSABILIDAD
DE LOS FUNCIONARIOS DEL ESTADO
CAPITULO ÚNICO
BIBLIOTECAAYACXCHO 211
A rt. 160. Las disposiciones de que hablan los cuatro artículos prece
dentes, sólo tendrán lugar en los funcionarios que estuvieren en posesión de
sus destinos.
Axt. 161. Los delitos m encionados en los artículos 154 y 155 producen
acción popular.
A rt. 162. Todo acusado queda suspenso en el acto de declararse que ha
lugar a la form ación de causa; depuesto siempre que resulte reo; e inhabilita
do para todo cargo público, si la causa diere m érito según la ley. En lo demás
a que hubiere lugar, se sujetarán al orden y tribunales com unes.
CAPITULO Ü N ICO
Ejecútese. -Firm ado de mi mano, sellado con el sello del Estado y refrendado
por el secretario interino del Despacho general del Gobierno mismo.
* Juan Argüello
En el no m b re de Dios to d o poderoso
PRELIMINAR
BASES DEL PACTO FEDERATIVO QUE HA DE CONSTITUIR
LA AUTORIDAD GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN
BIBUOTECAAYACUCHO 217
aquellos territo rio s que por división del actual, o por agregación a él, vengan
a ser p arte de esta Confederación cuando el Congreso General reunido les
declare la representación de tales, o la obtengan por aquella vía, y form a que
él establezca para las ocurrencias de esta clase cuando no se halle reunido.
Hacer efectiva la m utua g arantía y seguridad que se prestan entre sí los
estados, para conservar su libertad civil, su independencia política y su culto
religioso, es la p rim era y la m ás sagrada de las facultades de la Confederación,
en quien reside exclusivamente la Representación Nacional. Por ella está en
cargada de las relaciones extranjeras, de la defensa com ún y general de los
estados confederados, de conservar la paz pública contra las conm ociones
internas o los ataques exteriores, de arreglar el comercio exterior y el de los
estados entre sí, de levantar y m antener ejércitos, cuando sean necesarios
para m an ten er la libertad, integridad, e independencia de la nación, de cons
tru ir y equipar bajeles de guerra, de celebrar y concluir tratados y alianzas
con las dem ás naciones, de declararles la guerra y hacer la paz, de im poner
las contribuciones indispensables para estos fines, u otros convenientes a la
seguridad, tranquilidad y felicidad com ún, con plena y absoluta autoridad
para establecer las leyes generales de la U nión, juzgar y hacer ejecutar cuanto
p o r ellas queda resuelto y determ inado.
El ejercicio de esta autoridad confiada a la Confederación n o podrá ja
m ás hallarse reu n id o en sus diversas funciones. El Poder Suprem o debe estar
dividido en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y confiado a distintos cuerpos
independientes entre sí y en sus respectivas facultades. Los individuos que
fueren n o m b rad o s para ejercerlas se sujetarán inviolablemente al m odo y
reglas que en esta C onstitución se les prescriben para el cum plim iento y d e
sem peño de sus destinos.
CAPÍTULO L DE LA RELIGIÓN
A rt. 1. La religión católica, apostólica, rom ana, es tam bién la del Estado,
y la única y exclusiva de los habitantes de Venezuela. Su protección, conser
vación, pureza e inviolabilidad será uno de los prim eros deberes de la Re
presentación Nacional, que no p erm itirá jam ás, en todo el territorio de la
C onfederación, ningún otro culto, público ni privado, ni doctrina contraria
a la de Jesucristo.
BIBUOTECAAYACLCHO 219
su iniciativa, y en ésta se tom ará razón íntegra de los reparos en el registro de
sus sesiones, y se pasará a exam inar de nuevo la m ateria que, resultando se
gunda vez aprobada por pluralidad de dos terceras partes, pasará bajo iguales
trám ites a la otra Cámara, y, obtenida en ella igual aprobación, tendrá desde
entonces el proyecto fuerza de ley. En todos estos casos se expresarán los vo
tos de las C ám aras po r sí o no, quedando registrados los nom bres de los que
votaron en pro o en contra.
A rt. 10. Si el cuerpo Ejecutivo no volviese el proyecto a la Cám ara de
su origen d entro del térm ino de diez días, contados desde su recibo, con ex
clusión de los feriados, tendrá fuerza de ley, y deberá ser prom ulgada como
tal constitucionalm ente; pero si por em plazam iento, suspensión o receso
del Congreso, no pudiese volver a él el proyecto antes del térm ino señalado,
quedará sin efecto, a m enos que el Poder Ejecutivo no resuelva aprobarlo sin
reparos o adiciones; pero en caso de ponerlas, podrá presentarse el proyecto
con ellas a las C ám aras en la inm ediata asamblea siguiente a la expiración
del plazo.
A rt. 11. Las dem ás resoluciones, decretos, dictám enes y actas de las Cá
m aras (excepto las de em plazam iento) deberán tam bién pasarse al Poder
Ejecutivo para su conform idad antes de tener efecto. En el caso de que éste no
se conform e, volverán a seguirse los trám ites prescritos para las leyes, y siendo
de nuevo confirm ados com o ellas, deberán llevarse a ejecución. Las leyes,
decretos, dictám enes, actas y resoluciones urgentes están tam bién sujetas a
esta regla; pero el Poder Ejecutivo debe poner sus reparos sobre la urgencia
y sobre lo substancial de la misma ley sim ultáneam ente dentro de dos días
después de su recibo, y no haciéndolo se tendrán com o aprobadas por él.
A rt. 12. La fórm ula de redacción con que han de pasar las leyes, actas,
decretos y resoluciones de una a otra Cám ara y al Poder Ejecutivo, será un
preám bulo que contenga: el día de la sesión en que se discutió en cada Cám a
ra la m ateria; la fecha de las respectivas resoluciones, incluso la de urgencia
cu ando la haya; y la exposición de las razones y fundam entos que han m o
tivado la resolución. C uando se om ita algunos de estos requisitos, deberá
volverse el acta dentro de dos días a la Cám ara donde se note la om isión o a
la del origen, si hubiera ocurrido en ambas.
A rt. 13. Estos requisitos no acom pañarán a la ley en su prom ulgación:
ella saldrá entonces redactada clara, sencilla, precisa y uniform em ente, sin
A r t 14. Los que com pongan la Cám ara de representantes deben ser
nom brados por los electores populares de cada provincia, para servir por
cuatro años este encargo, y el núm ero total respectivo se renovará cada dos
p or m itad, sin que ninguno de ellos pueda ser reelegido inm ediatam ente.
Art. 15. Nadie podrá ser elegido antes de la edad de veinticinco años, si
no ha sido por cinco, inm ediatam ente antes de la elección, ciudadano de la
C onfederación de Venezuela y si no goza en ella una propiedad de cualquier
clase.
A rt. 16. La condición de dom icilio y residencia requerida aquí para los
representantes, no excluye a los que hayan estado ausentes en servicio del
Estado, ni a los que hayan perm anecido fuera de él con perm iso del G obier
no en asuntos propios, con tal que su ausencia no haya pasado de tres años,
ni a los naturales del territo rio de Venezuela que, habiendo estado fuera de
él, se hubiesen restituido y hallado presentes a la declaratoria de su absoluta
independencia, y la hubiesen reconocido y jurado.
A rt. 17. La población de las provincias será la que determ ine el núm ero
de representantes que les corresponda, en razón de uno por cada veinte mil
almasKle todas condiciones, sexos y edades. Por ahora servirá para el cóm puto
el censo civil practicado últim am ente, que en lo sucesivo se renovará cada
cinco años; y si hechas las divisiones de veinte mil, resultare algún residuo
que pase de diez mil, habrá p o r él un representante más.
A rt. 18. Esta proporción de uno p o r veinte mil, continuará siendo la
regla de representación, hasta que el núm ero de los representantes llegue a
sesenta; y aunque se aum entase la población, no se aum entará por eso el n ú
mero, sino se elevará la proporción hasta que corresponda un representante
a cada treinta mil almas. En este estado continuará la proporción de uno por
B1BUOTEC.AAYACUCHO 221
treinta mil, hasta que lleguen a ciento los representantes; y entonces, como
en el caso anterior, se elevará la proporción a cuarenta mil p o r uno, hasta
que lleguen a doscientos p o r el aum ento progresivo de la población, en cuyo
caso se procederá de m o d o que la regla de proporción no suba de uno por
cincuenta mil almas.
A rt. 19. C uando p o r m uerte, renuncia u otra causa vacare alguna plaza
de R epresentante, entrará a servirla el que en las últim as elecciones hubiese
obtenido la segunda m ayoría de votos, y se considerará nom brado por el
tiem po que falte al prim ero. Si éste fuese m enos de un año, no se le contará
com o obstáculo para poder ser elegido en las inm ediatas elecciones.
A rt. 20. Éstas se ejecutarán con uniform idad en todo el territorio de la
C onfederación, procediendo para ello del m odo siguiente:
A rt. 21. El día prim ero de noviem bre de cada dos años, se reunirán los
sufragantes en todas las parroquias del Estado, para elegir libre y espontá
neam ente, los electores parroquiales que han de n o m brar el representante o
representantes que correspondan aquel bienio a su provincia.
A rt. 22. A cada m il almas de población y a cada parroquia, aunque no
llegue a este núm ero, se dará un elector; luego que estén n om brados se disol
verá la congregación parroquial y los electores se hallarán reunidos indefecti
blem ente e ll5 de noviem bre en la ciudad o villa que fuera cabeza del Partido
capitular, para n o m b rar los representantes.
A rt. 23. El resultado de la congregación electoral se rem itirá p or ahora
inm ediatam ente al G obierno provincial, y cuando éste se reform e popular
m ente, al Presidente del Senado o prim era Cám ara del cuerpo Legislativo
de ella, que en todas deberá hallarse reunido en los prim eros días de d i
ciembre.
A rt. 24. El Jefe del G obierno actual o el Presidente del Senado cuando
lo haya, abrirá a presencia de la legislatura provincial, que se hallará reunida,
las votaciones que se rem iten de los partidos para contar los votos. Se tendrán
elegidos para representantes los que hayan reunidos a su favor, la mayoría del
núm ero total de los electores nom brados; y en caso de igualdad de mayoría
entre dos o m ás personas, elegirá entre ellos la legislatura; pero si ninguna
llegase a reu n ir la m itad, la legislatura entonces escogerá de los que hayan
tenidos m ás votos, u n n ú m ero triple o doble, si fuere preciso, de los represen
tantes que toquen a su provincia, para elegir entre éstos los que deban serlo.
BIBLIOTEC-AAYACUCHO 223
representantes, m ientras no renuncien al ejercicio de sus em pleos y al goce
de sus respectivos sueldos por todo el tiem po que dure la representación.
A rt. 30. Es un derecho exclusivo y propio de las respectivas m unicipa
lidades, el convocar, conform e a la C onstitución, las asambleas prim arias y
electorales, y todas las dem ás que resolviere el G obierno de su provincia.
A rt. 31. Cualquiera de sus m iem bros o de los jueces y personas notables
de los pueblos de su distrito, podrán ser autorizados por ellas para presidir y
concluir las asam bleas parroquiales; pero las electorales las presidirá uno de
los alcaldes y las autorizará el escribano m unicipal.
A rt. 32. Si hubiese, po r parte de las m unicipalidades, om isión en hacer
o po rtu n am en te estas convocatorias, podrán los ciudadanos reunirse espon
táneam ente en los días señalados por la C onstitución, para ellas, y hacer con
orden, tranquilidad y m oderación, lo que no hubiese hecho el cuerpo m u n i
cipal, hasta com unicar después de disueltas las congregaciones, el resultado
al G obierno provincial respectivo.
A rt. 33. El uso de esta facultad, tanto por parte de las m unicipalidades,
com o de los ciudadanos, fuera de los casos y tiem pos prevenidos en la C ons
titución, será un atentado contra la seguridad pública y una traición a las
leyes del Estado, y nunca pasarán las funciones de estas congregaciones del
nom b ram ien to de electores o representantes del Congreso General o legis
latura provincial respectiva, sin tratar, en m anera alguna, de otra cosa que no
prevenga la C onstitución.
A rt. 34. Las calificaciones de propiedad serán peculiares a las respecti
vas m unicipalidades, que llevarán perm anentem ente un registro civil de los
ciudadanos aptos para votar en las congregaciones parroquiales y electorales
de su partido, en la form a que estableciere la respectiva C onstitución p ro
vincial.
A rt. 35. La falta actual que hay del registro civil ordenado f>or el articulo
anterior, para establecer las calificaciones de los ciudadanos, podrá suplirse
autorizando los cabildos a los m ism os que nom bren para presidir las asam
bleas p rim arias o parroquiales para form ar un censo en cada parroquia con
vista del ú ltim o form ado para el actual Congreso, y del eclesiástico autoriza
do p o r el cura, o su teniente y cuatro vecinos honrados, padres de familia, y
propietarios del pueblo que, bajo juram ento testifiquen tener los com pren
didos en el censo las calidades requeridas para ser sufragantes o electores.
2 2 4 P R lM K R A S C O N S n rU C lO N E S .L A T IN O A M É R lC W E L C A R lB E
Art. 36. O btenida por este m edio la población total de la parroquia, se
sabrá el elector o electores que le correspondan, y se form ará una lista por
ella de los ciudadanos que resulten con derecho a sufragio, y otras de los que
estén hábiles para ser electores en la congregación capitular.
Art. 37. Estas tres listas se llevarán por el com isionado a la Asamblea
prim aria o parroquial, para que los sufragantes, con conocim iento de ella,
procedan a n o m b rar de los de la últim a lista el elector o electores que corres
pondan a aquella parroquia.
Art. 38. Verificado esto, se presentará todo ello p o r el com isionado al
cuerpo m unicipal del partido, para que sirva a form ar el registro civil provi
sional, m ientras por el Congreso no se establezca otra fórm ula.
Art. 39. El acto de elección parroquial y electoral será público, com o
es propio de un pueblo libre y virtuoso, y en él se procederá del m odo si
guiente.
Art. 40. Los electores prim arios o sufragantes parroquiales llevarán sus
votos en persona, por escrito, o de palabra, al alcalde de cuartel o juez que se
nom brare den tro del térm ino de ocho días, desde aquél que se abriese la elec
ción; y en el prim ero de noviem bre se procederá al escrutinio ante el m ism o
juez, con seis personas respetables de la parroquia, a cuyas puertas se fijará la
votación y su resultado.
Art. 41. En las congregaciones electorales, dará su voto cada elector en
un billete firm ado, o en secreto a la voz al Presidente de la congregación que
lo hará escribir en el acto, por el secretario, a presencia de dos testigos. Re
unidos los votos en secreto, se practicará en público el escrutinio, form ando
lista por orden alfabético, y se leerán luego en voz alta los votos con el nom bre
de cada elector.
A rt. 42. Las dudas o dificultades que se susciten en las Asambleas p rim a
rias y electorales, sobre cualidades o formas, se decidirán en las prim eras por
el Presidente y sus asociados, y en las segundas p o r la m ism a congregación;
pero de am bas p odrá apelarse en últim o recurso a la legislatura provincial, sin
que entre tanto se suspenda po r eso el efecto de la elección respectiva.
A rt. 43. La C ám ara de representantes, al principiar sus sesiones, elegi
rá para el tiem po que duraren estas, un Presidente y vicepresidente de sus
m iem bros, que podrá m udar en caso de prórroga o convocación extraordi
naria; tam bién n o m b rará fuera de su seno el secretario y dem ás oficiales que
BlBUOTECAAYACUCHí) 225
juzgue necesarios para el desem peño de sus trabajos, siendo de su autoridad
la asignación de sueldos o gratificaciones, de ios referidos empleados.
A rt. 44. Todos los em pleados de la Confederación están sujetos a la ins
pección de la C ám ara de representantes en el desem peño de sus funciones, y
por ella serán acusados ante el Senado de todos los casos de traición, colusión,
o malversación, y éste adm itirá, oirá, rechazará, y juzgará estas acusaciones,
sin que pued an som eterse a su juicio p o r o tro órgano que el de la Cám ara, a
quien toca exclusivam ente este derecho.
A rt. 52. El Senado tiene todo el poder natural, e incidente de una C orte
de Justicia para adm itir, oír, juzgar y sentenciar a cualquiera de los em plea
dos principales en servicio de la C onfederación, acusados por la Cám ara de
representantes de felonía, mala conducta, usurpación o corrupción en el uso
de sus funciones, arreglándose a la evidencia, y a la justicia de estos procedi
m ientos, y prestando para ello un juram ento especial sobre los Evangelios
antes de em pezar la actuación.
A rt. 53. También podrá juzgar y sentenciar a cualquiera otro de los em
pleados inferiores cuando, instruido de sus faltas o delitos, advierta om isión
en sus respectivos jefes para hacerlo, precediendo siempre la acusación de la
Cám ara.
A rt. 54. Inm ediatam ente pasará al acusado copia legal de la acusación,
y le señalará tiem po y lugar para evacuar juicio, sirviéndose para esto del
m inistro o com isionado que tenga a bien elegir, y teniendo consideración a la
distancia en que resida el acusado y a la naturaleza del juicio que va a sufrir.
A rt. 55. Luego que haya tenido su efecto la citación y em plazam iento del
Senado, com pareciendo en fuerza de ella el acusado, se le oirán librem ente
las pruebas y testigos que presentare, y la defensa que hiciere por sí o por
letrado; pero si p>or renuencia u om isión dejare de comparecer, exam inará
el Senado los cargos y pruebas que hayan contra él, y pronunciará un juicio
tan válido y efectivo, com o si el acusado hubiese com parecido y respuesto a
la acusación.
A rt. 56. En estos juicios, si no hubiese letrado en el cuerpo del Senado,
deberá éste citar para que dirija el juicio a alguno de los m inistros de la Alta
BIBUOTEÍJ^AYACXCH O 227
C orte de Justicia o a otro letrado de crédito que merezca su confianza, a los
cuales sólo se concederá voto consultivo en la materia.
A rt. 57. Para que puedan tener efecto y validación las sentencias p ro
nunciadas p o r el Senado en estos juicios, han de concurrir precisam ente a
ellas las dos terceras partes de los votos de los senadores que se hallaren pre
sentes en el n úm ero necesario para form ar sesión constitucionalm ente.
A rt. 58. Estas sentencias no tendrán otro efecto que el deponer al acu
sado de su em pleo, en fuerza de la verdad conocida por averiguación previa,
declarándolo incapaz de obtener cargo honorífico o lucrativo en la C onfe
deración, sin que esto lo releve de ser ulteriorm ente perseguido, juzgado y
sentenciado p o r los com petentes Tribunales de Justicia.
A rt. 67. El día quince de enero de cada año, se verificará la apertura del
Congreso en la ciudad federal que está señalada por ley particular,y que n u n
ca podrá ser la capital de ninguna provincia, y sus sesiones no podrán exceder
del térm ino ordinario de un mes; pero si se creyese necesario prorrogarlas
extraordinariam ente, deberá preceder una resolución expresa del Congreso,
BIBLIOTKCAAYACUCHO 231
todos los casos, sobre toda suerte de objetos del resorte legislativo, federal o
provincial en el lugar donde, p o r consentim iento de los representantes de los
pueblos que com ponen y se unieren a la Confederación, se determ inare fijar
en últim o resorte la residencia del G obierno federal; de exam inar todas las
leyes que form asen las legislaturas provinciales y exponer su dictam en sobre
si oponen o no a la autoridad de la Confederación; y de hacer todas las leyes
y ordenanzas que sean necesarias y propias a poner en ejecución los poderes
antecedentes y todos los otros concedidos p o r esta C onstitución al G obierno
de los Estados U nidos.
Art. 76. Luego que se hallen reunidas el día quince de noviem bre cada
cuatro años, las congregaciones electorales que para la elección de repre
sentantes designa el párrafo 22, y hayan hecho la de éstos, procederán el día
siguiente a dar su voto los m ism os electores, p o r escrito o de palabra, para los
individuos que han de com poner el Poder Ejecutivo federal.
Art. 77. Cada elector nom brará tres personas de las cuales una, cuando
menos, ha de ser habitante de otra provincia distinta de la en que vota.
Art. 78. C oncluida la votación, verificado el cálculo y escrutinio y publi
cado en voz alta com o en la elección de representantes, se form arán con dis
tinción las listas de las personas en quienes se hubiere votado para m iem bros
del Poder Ejecutivo, con expresión del núm ero de votos que cada uno hubiese
obtenido.
Alt- 79. Estas listas se firm arán y certificarán p o r el Presidente, electores
y secretario de las respectivas congregaciones y se rem itirán cerradas y sella
das al Presidente que fuere del Senado de la Confederación.
Art. 80. Luego que éste las haya recibido, las abrirá todas a presencia del
Senado y Cám ara de representantes, que a este fin se hallarán reunidos en una
sala para contar los votos.
Art. 81. Las tres personas que hubieran reunido mayor núm ero de votos
para m iem bros del Poder Ejecutivo lo serán, si el tal núm ero com pusiese las
tres mayorías del n úm ero total de los eleao res presentes en todas las congre
gaciones del Estado; si ninguno hubiese obtenido esta mayoría, se tom arán
entonces las nueve personas que hubiesen reunido mayor n úm ero de votos, y
de ellos escogerá tres por cédulas la Cám ara de representantes para com poner
el Poder Ejecutivo que lo serán aquellas que obtuvieren una mayoría de la
m itad de los m iem bros de la Cám ara que se hallaren presentes a la elección.
Art. 82. Si ninguno obtuviese esta mayoría, escogerá el Senado por cé
dula tres de entre las seis personas que hubiesen sacado más votos en la Cá
mara, y quedarán elegidos los que reúnan mayor núm ero en el Senado. Todas
estas operaciones de las Cám aras se harán tam bién cuando, no los tres, sino
uno o dos, sean los que no hayan obtenidos la mayoría absoluta, escogiéndose
en tales casos el núm ero doble o triple que está designado para los tres, en su
proporción respectiva.
BIBI.UyrF.CAAYACUCHO 233
A rt. 83. El ascendiente y descendiente en línea recta, los herm anos, el tío
y el sobrino, los prim os herm anos y los aliados po r afinidad en los referidos
grados, no p o d rán ser a un m ism o tiem po m iem bros del Poder Ejecutivo.
En caso de resultar electos dos parientes en los grados insinuados, quedará
excluido el que hubiere obtenido m enor núm ero de votos; y en caso de igual
dad, decidirá la suerte la exclusión.
A rt. 84. El que obtenga en el cálculo de ambas Cám aras la mayoría más
inm ediata a las tres requeridas para los m iem bros del Poder Ejecutivo, se ten
drá por elegido para lugarteniente de éste, en las ausencias, enfermedades,
m uerte, renuncia o deposición de algunos de los m iem bros;y si resultasen dos
con igualdad de votos, sorteará la Cámara el que haya de quedar en este caso.
A rt. 85. C uando p o r alguna de las causas indicadas faltase alguno de los
m iem bros del Poder Ejecutivo, y entrase en su lugar el teniente de que habla
el párrafo anterior, se entenderá nom brado desde luego para reemplaüiarle
el que hubiese obtenido en las elecciones la inm ediata m ayoría de votos, que
valdrá del m ism o m o d o a los dem ás en las faltas y reemplazos sucesivos.
BIBLIOTECAAYACUCHO 235
fuesen pecuniarias deberá preceder el consentim iento de la Cám ara de re
presentantes para su concesión.
A rt.97. P eroduranteel receso del Senado, podrá el Poder Ejecutivo p ro
veer p or sí solo los empleos que vacasen, concediéndolos com o en comisión
hasta la sesión siguiente, si antes no se reuniese p or acaso el Senado.
A rt. 98. Por sí solo podrá el Poder Ejecutivo elegir y n o m brar los su
jetos que han de servir las secretarías que el Poder Legislativo haya creído
necesarias para el despacho de todos los ram os del Gobierno federal, y n o m
brará tam bién los oficiales y em pleados en ellas cuando sean ciudadanos de
la C onfederación; pero no siéndolo, deberá consultar y seguir el dictam en y
deliberación del Senado en semejantes nom bram ientos.
Art- 99. C om o consecuencia de esta facultad podrá removerlos tam
bién de sus destinos cuando lo juzgue conveniente; pero si esta rem oción la
hiciere no p o r faltas o crím enes indecorosos, sino por ineptitud, incapacidad
u otros defectos com patibles con la inocencia e integridad, deberá entonces
recom endar ai Congreso el m érito anterior de estos empleados, para que
sean recom pensados e indem nizados com petentem ente en otros destinos,
con utilidad de la nación.
A rt. 108. Los Poderes Ejecutivos provinciales o los jefes encargados del
G obierno de las provincias, serán en ellas los agentes naturales e inm ediatos
del Poder Ejecutivo federal, para todo aquello que p o r el Congreso General
n o estuviere com etido a em pleados particulares en los ram os de M arina,
Ejército y H acienda nacional, en los p uertos y plazas de las provincias.
A lt. 119. N inguna provincia particular puede ejercer acto alguno que co
rresponda a las atribuciones concedidas al Congreso y al Poder Ejecutivo de la
Confederación, ni hacer ley que com prom eta los contratos generales de ella.
BIBUOTECAAYACUCHO 239
A rt. 120. Por consiguiente, ni dos ni más provincias pueden form ar
alianzas o Confederaciones entre si, ni concluir tratados particulares sin el
consentim iento del Congreso; y para obtenerlo deben especificarle el fin,
térm inos y duración de esos tratados o convenciones particulares.
A rt. 121. Tam poco pueden sin los m ism os requisitos y consentim iento,
levantar ni m antener tropas o bajeles de guerra en tiem pos de paz, ni en ta
blar o concluir pactos, estipulaciones, ni convenios con ninguna potencia
extranjera.
A rt. 122. De los m ism os requisitos y anuencia necesitan para poder
establecer derechos de tonelada, im portación y exportación al com ercio ex
tranjero en sus respectivos puertos y al comercio interior y de cabotaje entre
sí; pues que las leyes generales de la U nión deben p rocurar uniform arlo en la
libertad de toda suerte de trabas funestas a su prosperidad.
A rt. 123. Sin los m ism os requisitos y consentim iento no p o drán em
prender o tra guerra que la p uram ente defensiva en un ataque repentino o
riesgo inm inente, e inevitable de ser atacadas, dando inm ediatam ente parte
de estas ocurrencias al G obierno federal, para que provea a ellas o p o rtu n a
m ente.
A rt. 124. Para que las leyes particulares de las provincias no puedan
nunca entorpecer la m archa de las federales, se som eterán siem pre aJ juicio
del Congreso antes de tener fuerza y valor de tales en sus respectivos d ep ar
tam entos, pudiéndose, entre tanto, llevar a ejecución m ientras las revisa el
Congreso.
A rt. 125. Los actos públicos de todas clases y las sentencias judiciales
sancionadas p o r los poderes, m agistrados y jueces de una provincia, tendrán
entera fe y crédito en todas las dem ás conform e a las leyes generales que el
Congreso estableciere para el uniform e e invariable efecto de estos actos y
docum entos,
A rt. 126. Todo hom bre libre de una provincia, sin nota de vago o reato
judicial, gozará en las dem ás de todos los derechos de ciudadano libre de
ellas; y los hab itan tes de la una, ten d rán libre y franca la entrada y salida en
las otras, y gozarán en ellas de todas las ventajas y beneficios de su industria.
Art. 128. Luego que libres de la opresión que sufren las provincias de
Coro, M aracaibo y Guayana, puedan y quieran unirse a la Confederación,
serán adm itidas a ella, sin que la violenta separación en que a su pesar y el
nuestro han perm anecido, pueda alterar para con ellas los principios de igual
dad, justicia y fraternidad de que gozarán, desde luego, com o todas las demás
provincias de la Unión.
A rt. 129. Del m ism o m odo, y bajo los m ism os principios serán tam
bién adm itidas e incorporadas cualesquiera otras del continente colom biano
(antes América española) que quieran unirse bajólas condiciones y garantías
necesarias para fortificar la U nión con el aum ento y enlace de sus partes in
tegrantes.
A rt. 130. A unque el conocim iento, examen y resolución de estas m ate
rias y cualesquiera otras que tengan relación con ellas, es del exclusivo resorte
del Congreso, d uran te el tiem po de su receso podrá el Poder Ejecutivo pro
mover y ejecutar cuanto convenga a los progresos de la U nión, bajo las reglas
que para ello le prescribiere el Congreso.
A rt. 131. A éste toca tam bién conocer exclusivamente de la form ación
o establecim iento de nuevas provincias en la Confederación, ya sea por divi
sión del territorio de otra, o p or la reunión de dos o más, o de partes de cada
una de ellas; pero nunca quedará concluido el establecim iento sin el acuerdo
y consentim iento del C ongreso y de las provincias interesadas en la reunión
o división.
A rt. 132. El Congreso será igualm ente árbitro para disponer de todo el
territorio y propiedad del Estado bajo las leyes, reglamen tos y ordenanzas que
A rt. 135. En todos los casos en que las dos terceras partes de cada una
de las C ám aras del Congreso, o de las legislaturas provinciales se propusieren
y aprobaren original y recíprocam ente algunas reform as o alteraciones que
crean necesarias en esta C onstitución, se tendrán éstas por válidas y harán
desde entonces parte de la m ism a Constitución.
A rt. 136. Ya provenga la reform a del Congreso o de las legislaturas, per
m anecerán los artículos som etidos a la reform a en toda su fiierza y vigor, has
ta que uno de los cuerpos autorizado para ella, haya aprobado y sancionado
lo propuesto por el otro en la form a prevenida en el párrafo anterior.
A rt, 141. D espués de constituidos los hom bres en sociedad, han ren u n
ciado a aquella libertad ilim itada y licenciosa a que fácilmente los conducían
sus pasiones, propia sólo del estado salvaje. El establecim iento de la sociedad
BIBUOTKCAAYACUCHO 243
presupone la renuncia de estos derechos funestos, la adquisición de otros más
dulces y pacíficos, y la sujeción a ciertos deberes m utuos.
A rt. 142. El pacto social asegura a cada individuo el goce y posesión de
sus bienes, sin lesión del derecho que los demás tengan a los suyos.
A rt. 143. U na sociedad de hom bres reunidos bajo unas m ism as leyes,
costum bres y gobierno, form a una soberanía.
A rt. 144. La soberanía de un país, o suprem o poder de reglar y dirigir
equitativam ente los intereses de la com unidad reside, pues, esencial y origi
nariam ente, en la m asa general de sus habitantes y se ejercita por m edio de
apoderados o representantes de éstos, nom brados y establecidos conformes
a la C onstitución.
A rt. 145. N ingún individuo, ninguna familia, ninguna porción o re
unión de ciudadanos, ninguna corporación particular, n ingún pueblo, ciu
dad o partido, puede atribuirse la soberanía de la sociedad, que es im pres
criptible, inenajenable e indivisible en su esencia y origen, ni persona alguna
pod rá ejercer cualquiera función pública del G obierno, si no la ha obtenido
por la C onstitución.
A rt. 146. Los m agistrados y oficiales del gobierno, investidos de cual
quiera especie de autoridad, sea en el departam ento Legislativo, en el Ejecu
tivo o en el Judicial, son de consiguiente m eros agentes y representantes del
pueblo en las funciones que ejercen, y en todo tiem po responsables a los
h o m b res o h ab itan tes, de su con d u cta pública p o r vías legítim as y c o n s titu
cionales.
A rt. 147. Todos los ciudadanos tienen derecho indistintam ente a los
em pleos públicos, del m odo, en las formas y con las condiciones prescriptas
por la ley, no siendo aquéllos la propiedad exclusiva de alguna clase de hom
bres en particular; y ningún hom bre, corporación o asociación de hom bres,
tendrá o tro título para obtener ventajas y consideraciones particulares, dis
tintas de las de los otros en la opción a los em pleos que form an una carrera
pública, sino el que proviene de los servicios hechos al Estado.
A rt. 148. No siendo estos títulos ni servicios en m anera alguna heredi
tarios p o r la naturaleza, ni transm isibles a los hijos, descendientes u otras
relaciones de sangre, la idea de un hom bre nacido m agistrado, legislador,
juez, m ilitar o em pleado de cualquiera suerte, es absurda y contraria a la
naturaleza.
BIBUOTECAAYACUCHO 245
ciudadano que fuese llam ado o aprehendido en v irtud de la ley, debe obede
cer al instante, pues se hace culpable por la resistencia.
A rt. 159. Todo hom bre debe presum irse inocente hasta que no haya
sido culpable con arreglo a las leyes; y si entre tanto se juzga indispensable
asegurar su persona, cualquier rigor que no sea para esto sum am ente nece
sario, debe ser reprim ido.
A rt. 160. N inguno podrá ser juzgado, ni condenado al sufrim iento de
alguna pena en m aterias criminales, sino después que haya sido oído legal
m ente. Toda persona en semejantes casos, tendrá derecho para pedir el m o
tivo de la acusación intentada contra ella y conocer de su naturaleza para ser
confrontada con sus acusadores, y testigos contrarios, para producir otros
en su favor y cuantas pruebas puedan serle favorables dentro de térm inos
regulares, p o r sí, p o r su poder o por defensor de su elección, y ninguna será
com pelida, ni forzada en ninguna causa a d ar testim onio contra sí misma,
com o tam poco los ascendientes y descendientes, ni los colaterales, hasta el
cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad.
A rt. 161. El Congreso, con la brevedad posible, establecerá por una ley
detalladam ente el juicio p o r jurados para los casos criminales y civiles, a que
com ú n m en te se aplica en otras naciones, con todas las form as propias de
este procedim iento, y hará entonces las declaraciones que aquí correspondan
en favor de la libertad y seguridad personal, para que sean parte de ésta y se
o b serv en en to d o el Estado.
A rt. 162. Toda persona tiene derecho a estar segura de que no sufrirá
pesquisa alguna, registro, averiguación, capturas o em bargos irregulares
e indebidos de su persona, su casa y sus bienes; y cualquiera orden de los
m agistrados para registrar lugares sospechosos sin probabilidad de algún
hecho grave que los exija, ni expresa designación de los referidos lugares,
o para apoderarse de alguna o algunas personas y de sus propiedades, sin
nom brarlas, ni indicar los motivos del procedim iento, ni que haya precedido
testim onio o deposición jurada de personas creíbles, será contraria a aquel
derecho, peligrosa a la libertad y no deberá expedirse.
A rt. 163. La casa de todo ciudadano es un asilo inviolable. N inguno
tiene derecho de en trar en ella, sino en los casos de incendio, inundación o
reclam ación que provenga del interior de la misma casa, o cuando lo exija
algún procedim iento crim inal conform e a las leyes, bajo la responsabilidad
* Los diputados adscritos al clero protestaron este artículo y firm aron la C onstitución con reservas
aduciendo que la derogación del fuero personal era una medida contra los representantes de la
Iglesia. No obstante, en la form a, este articulo aparece como una norm a general, prom ulgada en
razón de extinguir todo privilegio personal ante la ley. ya fuese este derivado de un título nobiliario
o cargo público cualquiera. (N. de B.A.).
A rt. 197. La sociedad afianza a los individuos que la com ponen el goce
de su vida, de su libertad, de sus propiedades y demás derechos naturales; en
esto consiste la garantía social que resulta de la acción reunida de los m iem
bros del C uerpo y depositada en la soberanía nacional.
A rt. 198. Siendo instituidos los gobiernos para el bien y felicidad com ún
de los hom bres, la sociedad debe proporcionar auxilios a los indigentes y
desgraciados y la instrucción a todos los ciudadanos.
A rt. 199. Para precaver toda transgresión de los altos poderes que nos
han sido confiados, declaram os: que todas y cada una de las cosas constitui
das en la an terio r declaración de derechos, están exentas y fuera del alcance
del poder general ordinario del G obierno y que, conteniendo o apoyándose
sobre los indestructibles y sagrados principios de la naturaleza, toda ley con
traria a ellas que se expida p o r la Legislatura federal o por las provincias, será
absolutam ente nula y de ningún valor.
Juan Toro, presidente - Isidoro Ant. López Méndez - Juan José de Maya -
Nicolás de Castro - Lino de Clemente - José María Ramírez - Domingo de
Alvarado - M anuel Plácido Maneyro - Mariano de la Cova - Francisco Xavier
de Maíz - Antonio Nicolás Briceño - Francisco X. Yanes - Manuel Palacio - José
de Sata y Bussy - José Ignacio Briceño - José Gabriel de Alcalá - Bartolomé
Blandin - Francisco Policarpo O rtiz - Martín Tovar - Felipe Fermín Paúl - José
Luis Cabrera - Francisco Hernández - Francisco del Toro - José Ángel de Álamo
- Gabriel Pérez de Pagóla - Francisco X. Ustáriz - Juan Germán Roscio
Bajo los reparos que se expresan al pie de esta acta n» 2, firm o esta C ons
titución.
Suscribo a todo, m enos al artículo 180 que trata de abolir el fuero per
sonal de los clérigos, sobre el que he protestado solem nem ente, lo que se
insertará a continuación de esta Constitución.
Suscribo en los m ism os térm inos que el Sr. Maya, acom pañándose la
protesta que he entregado hoy.
Salvador Delgado
2 6 0 P R IM E R A S CONSTrrUCIONLS. U T I N 0 a \ ( ÉR IC A Y EL C A R IB E
NUEVA GRANADA
ACTA DE FEDERACIÓN DE LAS
PROVINCIAS UNIDAS DE LA NUEVA GRANADA^
B IB L U rrE C A A Y A C U C H O 261
sus territorios, cum pliendo con este religioso deber y reservando para mejor
ocasión o tiem pos más tranquilos la Constitución que arreglará definitiva
m ente los intereses de este gran pueblo; hem os acordado y acordam os los
pactos de federación siguientes:
A lt. 1. El título de esta Confederación será; Provincias Unidas de la
Nueva G ranada.
A rt. 2. Son adm itidas y.parte por ahora de esta C onfederación todas las
provincias que al tiem po de la revolución de la capital de Santafé en veinte
de julio de mil ochocientos diez, eran reputadas y consideradas como tales,
y que en continuación y en uso de este derecho reasum ieron desde aquella
época su gobierno y adm inistración interior, sin perjuicio no obstante de los
pactos o convenios que hayan hecho o quieran hacer algunas de ellas y que
no se im p ro b arán en lo que no perjudique a la Unión.
A rt. 3. Lo serán asim ism o aquellas provincias o pueblos que no habien
do pertenecido en dicha época a la Nueva G ranada, pero que estando en
cierto m odo ligados con ellas por su posición geográfica, p or sus relaciones
de com ercio u otras razones semejantes, quieran asociarse ahora a esta Fe
deración, o a alguna de sus provincias confinantes, precediendo al efecto los
pactos y negociaciones que convengan con los Estados o cuerpos políticos a
quienes pertenezcan, sin cuyo consentim iento y aprobación no puede darse
un paso de esta naturaleza.
A rt. 4. En todas y cada una de las provincias unidas de la Nueva Granada
se conservará la santa religión católica, apostólica, rom ana, en toda su pureza
e integridad,
A rt. 5. Todas y cada una de las Provincias U nidas y que en adelante se
unieren de la Nueva G ranada, o de otros Estados vecinos desconocen expresa
m ente la autoridad del Poder Ejecutivo o Regencia de España, Cortes de Cádiz,
Tribunales de justicia y cualquiera otra autoridad subrogada o sustituida por
las actuales o p o r los pueblos de la península, en ella, sus islas adyacentes, o en
cualquiera otra parte, sin la libre y espontánea concurrencia de este pueblo.
Así en ninguna de dichas provincias se obedecerá o dará cum plim iento a las
órdenes, cédulas, decretos o despachos, que em anaren de las referidas autori
dades; ni de n inguna otra constituida en la península de cualquiera naturaleza
que sea, civil, eclesiástica o militar, pues las dichas provincias sólo reconocen
po r legítimas y protestan obedecer en su distrito a las que sus respectivos
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 263
siem pre reservado y retenido. Pero ceden a favor de la Unión todas aquellas
facultades nacionales y las grandes relaciones y poderes de un Estado, que no
podrían desem peñarse sin una representación general, sin la concentración
de los recursos com unes, y sin la cooperación y los esfuerzos de todas las
provincias.
A rt. 8 . Para asegurar el goce de tan preciosos derechos, para consolidar
esta u nión, y para atender a la defensa com ún, las provincias confederadas
se obligan a prestarse m utuam ente, cuantos auxilios sean necesarios contra
toda violencia o ataque interior o exterior, que se dirija a turbar el uso de
ellas, contribuyendo con armas, gente y dinero y por todos los m edios que
estén en su alcance; sin dejar las arm as de la m ano, no desistir de este em peño
hasta que n o haya cesado el peligro, y esté asegurada la libertad particular de
la provincia am enazada o invadida; o la general y com ún.
A rt. 9. Prom eten asimismo todas ellas, que concurrirán al bien universal,
haciendo el sacrificio de sus intereses particulares, cuando la reserva de ellas
pudiera ser perjudicial al bien com ún, prefiriendo éste en todo evento al suyo
propio, y m iran d o al gran pueblo de la Nueva G ranada en todas sus provin
cias, com o amigos, com o aliados, com o herm anos y como conciudadanos.
A rt. 10. Pero com o nada de lo dicho podría hacerse sin un cuerpo de
positario de altas facultades, conservador de los derechos de los pueblos, y
director de sus m edios y sus recursos, los diputados representantes de las
provincias en v irtu d de sus ya dichos plenos poderes se constituirán en un
cuerpo o Congreso en quien residirán todas las facultades ya dichas y las más
que abajo se expresarán, com puesto por ahora de uno o dos individuos por
cada una de las provincias con perfecta Igualdad y en lo sucesivo con arreglo a
la población según la base que se adopte, pero sin que en ningún caso ninguna
provincia p o r pequeña que sea deje de tener una voz en el Congreso.
A rt. 11. El Congreso de las Provincias Unidas se instalará o form ará
donde lo tenga p o r conveniente, trasladándose sucesivamente si fuere nece
sario a don d e lo pidan las ventajas de la U nión, y principalm ente la defensa
com ún; y en cualquiera parte donde resida ejercitará, libre y seguram ente,
todas las altas facultades de que está revestido con entera soberanía e inde
pendencia.
A rt, 12. La defensa com ún es uno de los prim eros y principales objetos
de esta U nión, y com o ella n o pueda obtenerse sin el auxilio de las arm as, el
2 6 4 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y E1.C.ARIBE
Congreso tendrá facultad para levantar y form ar los ejércitos que juzgue ne
cesarios, y la fuerza naval que p erm itan las circunstancias, quedando a su dis
posición los buques de guerra, y las fuerzas de m ar y tierra que hoy tenga cada
una de las provincias y que m archarán a donde se les destine; bien entendido
que siem pre que m ilitaren con este objeto y bajo las órdenes del Congreso,
ellas y todos sus gastos serán pagados del fondo com ún de las provincias.
A rt. 13. La guarnición de las plazas y fronteras, sujeta com o lo debe estar
a las órdenes de la U nión, dependerá sólo de ella; pero en las circunstancias
actuales en que urgen los peligros, y en que no seria fácil ocurrir a ellos sin una
inm ediata autoridad que reglase sus m ovim ientos, y dirigiese sus operacio
nes, quedará som etida p o r delegación a los G obiernos respectivos; bien que
con la precisa obligación de d ar cuenta y esperar las órdenes del Congreso en
todo lo que no sea de urgente necesidad, y en lo demás a su debido tiempo.
A rt. 14. Lo m ism o que se ha dicho de la guarnición deberá entenderse
respecto de las fuerzas navales y cuerpos facultativos, cuya dirección, orga
nización, nom bram iento de oficiales de todos grados, así com o el estableci
m iento de arsenales y apostaderos de m arina, construcción y arm am ento de
buques de guerra, son de la privativa autoridad del Congreso; pero quedarán
po r ahora bajo la inm ediata inspección de los respectivos gobiernos, en los
térm inos y con las lim itaciones ya dichas.
A rt. 15. Tendrá facultad el Congreso para asignar a cada una de las pro
vincias el núm ero de milicias con que deba con trib u ir para la defensa co
m ún, arreglado a las circunstancias en que se halle respecto del enemigo,
sus proporciones o recursos en este género y su población. Las hará m archar
la provincia, vestidas, arm adas y equipadas de todo lo necesario dentro del
térm ino que se le señale, y al lugar que se les destine; pero los gastos que se
hicieren desde el m om ento en que entraren al servido de la Unión, se pagarán
del tesoro com úh, lo m ism o que va dicho respecto de las tropas regladas. Los
oficiales de unas y otras, hasta el grado de coronel, inclusive, serán n o m b ra
dos por las provincias; pero de allí arriba lo serán por el Congreso cuando
disponga de ellas, y principalm ente los com andantes o generales en jefe de
cualquier expedición.
A rt. 16. Las provincias cuidarán de proveerse a la m ayor brevedad de las
arm as necesarias, blancas y de fuego a que estén acostum bradas sus gentes o
en que deban instruirse en lo sucesivo, y principalm ente de cañones, trenes y
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 265
equipajes de cam paña con sus respectivas m uniciones, m anteniéndose todo
pro n to en alm acenes para luego que sean llamadas.
A rt. 17. Al m ism o fin no perderán m om entos en disciplinarse form an
do com pañías y cuerpos según lo p erm itan sus poblaciones, ejercitándolos
uno o dos días en la semana, pero principalm ente los festivos después de la
asistencia a la misa de sus parroquias, com o una ocupación que adem ás de
su utilidad para la patria, y de distraeros de otras tal vez no igualm ente sa
nas, es hoy la que puede considerarse com o más aceptada a los ojos de Dios
po r deber em plearse sus servicios en defensa de la mism a patria, de sus más
caros derechos, y de la religión de nuestros padres amenazada; y así deberán
hacérselo enten d er todos los párrocos excitados por la autoridad civil, si no
cum plieren de su propio m ovim iento, lo que no es de esperarse, con este
religioso deber.
A rt. 18. El Congreso tendrá facultad para hacer las ordenanzas y regla
m entos generales y particulares que convengan para la dirección y gobierno
de las fuerzas m arítim as y terrestres m ientras subsistan, y podrá asimismo
hacerlo para las milicias de todas las provincias, dejando al cuidado de és
tas instruirlas y disciplinarlas conform e a ellos, para que en todo evento se
cuente con un sistem a uniform e en los ejércitos de la Unión. Pero cesando
los motivos de la actitud guerrera en que hoy nos ponen las circunstancias,
ninguna provincia podrá m antener tropa reglada, ni buques de guerra, sino
lo q u e sea p u ra m e n te preciso de u n o y otro para la g u arn ic ió n de pla 2:as y
fronteras, y para la protección del com ercio; y esto a disposición y bajo la
autoridad del Congreso.
A rt. 19. Los puertos y aquellas provincias de la Nueva Granada que aún
gim en bajo la opresión de sus antiguos m andones, deben ser el prim er objeto
de la defensa, y de la tierna solicitud del Congreso, asegurando los prim eros
contra toda invasión externa y redim iendo a las segundas de las cadenas que
hoy las oprim en, para que, sacudido el yugo y explicada librem ente su volun
tad, se constituyan en otros tantos gobiernos libres e independientes com o
los que ya com ponen felizmente esta U nión.
A rt. 20. Mas com o nada de esto pod rá conseguirse, sin un fondo y un
tesoro nacional que ocurra a los grandes gastos que dem anda la salvación de
la patria y la seguridad com ún en tiem pos en que tendrem os que luchar con
enem igos externos e internos, o que p o r lo m enos la prudencia dicta tem er, y
268 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
que ella ceda voluntariam ente a la U nión, o ésta la adquiera y com pre con sus
mismos fondos para explotarla y beneficiarla de cuenta del Estado, com o ya
se practica en todos los que puedan aliviar de este m odo las contribuciones
directas o indirectas de sus pueblos con grande utilidad y beneficios de estos
mismos que hayan de estos establecimientos, a más de lo dicho, una honesta
ocupación y trabajo para em plear útilm ente sus brazos.
Art. 28. Lo será el establecimiento de alguna gran fábrica o invento,
principalm ente de aquellos que no alcancen las rentas o facultades de una
provincia. Pero así en este arbitrio com o en el antecedente la U nión será m uy
reservada para no arrojarse en proyectos que tal vez tienen más de apariencia
y ostentación que de verdadera utilidad, o que no son com o para estos tiem
pos, pudiendo sólo servir estas indicaciones para hacer conocer las provincias
que las cargas que hoy llevan, son tem porales, que algún día m ejorará su
suerte,y que cuando tranquilos podam os dedicarnos al bien com ún sin exigir
nada de ellas que le sea doloroso, refluirán en su beneficio todas las rentas del
Estado, y los cuidados de un gobierno paternal.
Art. 29. Si a pesar de estos arbitrios la U nión no alcanzare a cubrir los
gastos de su instituto, com o seguram ente no puede hacerlo en actuales cir
cunstancias, el Congreso m editará y llevará a efecto cuantos estime conve
nientes, tales com o tom ar dinero a crédito sobre sus fondos y rentas, crear
papel m oneda, y hacer cuanto, atendida la necesidad, la urgencia de los peli
gros y la voluntad decidida de salvarse a todo trance de las provincias unidas,
aconsejan, perm iten y quieren que se hagan las m ism as circunstancias para
obtener este suprem o bien.
A rt. 30. C oncluidos los apuros que hoy nos rodean, y cuando salva y
triunfante, la patria perm ita al Congreso volver sus ojos al bien interior, será
su prim er cuidado y se invertirán sus fondos en dom iciliar en este país las artes
y las ciencias que nos son desconocidas, en prom over la agricultura, facilitar el
comercio, abrir canales de com unicación, hacer navegables los ríos, ensanchar,
abreviar y m ejorar los caminos; en fin, en cultivar cuantos bienes podam os
proporcionar a este suelo dichoso, y que sea algún día para las generaciones
futuras el fruto de los desvelos que hoy consagram os a esta patria querida.
A rt. 31. Hay otras materias que sin ser de las antedichas, esto es, sin tocar
a los objetos de la defensa ni recursos con que para ella se debe contar, per
tenecen igualm ente al Congreso por su naturaleza com ún, por el interés ge
B IB IJC T rE C A A V A C U C H O 269
neral de las provincias, y p o r la autoridad soberana que aquel sólo tiene para
arreglarlas o adm inistrarlas com o el gran representante de la nación y tales
serán las que se explicarán, fijarán o declararán en los artículos siguientes.
A rt. 32. La renta de correos y sus dependencias o anexidades com o pos
tas y encom iendas, m enos por sus rendim ientos o utilidades que por su na
turaleza que pide un arreglo uniform e, pertenecen igualm ente al Congreso,
y bajo su dirección serán gobernadas en toda la extensión del territorio de
las provincias unidas p o r m ar y por tierra; sin que de hoy m ás en adelante se
paguen en nin g u n o de los puertos, gastos, carenas soldadas, ni fletamientos
de buques algunos correos: sino los que se enviaren o estuvieren bajo las
órdenes o a disposición del Congreso.
A rt. 33. Los pesos y m edidas lo mism o que la m oneda y su arreglo res
pectivo son una m ateria privativa del Congreso, y ninguna provincia en par
ticular podrá alterarlas o variarlas; subsistiendo por ahora todas y las mismas
que han gobernado hasta aquí, y que hoy son conocidas p o r todos los pueblos
de la América española y po r los extranjeros, m ientras la U nión no resuelva
o tra cosa.
A rt. 34. Los cam inos generales del Reino y particulares de provincia a
provincia, ríos navegables o que lo puedan ser, puertos, em barcaderos, cana
les, diques, puentes y pasos de los m ism os ríos, entradas y salidas y todo lo que
pueda haber de este género com o de una naturaleza com ún y pertenecientes
a la totalidad de las provincias están, bajo la autoridad del Congreso, y segui
rán en la m ism a libertad y com unicación que hasta aquí; sin que ninguna de
ellas pueda pon er trabas ni im pedim entos al libre tránsito de los ciudadanos
y sus efectos, ni más restricciones, pontazgos, peajes o derechos que aquellos
a que estén generalm ente sujetos sus respectivos habitantes y que no graven
especial y determ inadam ente a los de otra provincia.
A rt. 35. Toca al m ism o Congreso el arreglo del com ercio interior entre
provincia y provincia, bien que no se hará novedad p o r ahora en las prácticas
establecidas, ni en la aplicación de sus productos, a m enos que otra cosa
exijan las necesidades del Estado, el bien general, o las reclamaciones de las
m ism as provincias, y siem pre que no se grave el com ercio extranjero como
va dicho respecto de los puertos y aduanas fronterizas. Pero bien podrá una
provincia en beneficio de su propia industria, prohibir la introducción de
ciertos y determ inados artículos para su consum o interior, o gravarlos con
27 0 p r im e r a s C O N S T IT L 'C IO N E S . U T I N O A M E R IC A Y E L C A R IB E
un nuevo derecho, con noticia y aprobación del Congreso; mas no deberá
hacerlo respecto de otras provincias a donde será libre el tránsito por la suya,
aun de los renglones o artículos así prohibidos, a m enos que otra cosa se
establezca p o r el m ism o Congreso.
Art. 36. Se exceptúan igualm ente de la regla general para la libertad del
com ercio interior los descubrim ientos útiles, la im presión o reim presión de
las obras originales de ingenio o nuevas traducciones, y los grandes estableci
m ientos de m áquinas y fábricas desconocidas en el Reino, y en cuyo beneficio
el C ongreso dará cuando lo tenga p o r conveniente, y con los m iram ientos y
reservas oportunas, po r un tiem po lim itado, privilegios exclusivos respecto
de sus autores o introductores a que no p odrán contravenir la provincia.
A rt. 37. No se hace novedad p o r ahora en el comercio establecido y p er
m itido con naciones amigas o neutrales, que continúen pacíficamente las
relaciones de este género que hoy m antienen con nosotros, ni se les causará
la m enor m olestia o vejación m ientras ellas observen la mism a conducta,
arm onía y buena correspondencia con nosotros. Pero al m om ento que ro m
pan en hostilidades, o nos las causen de cualquier m odo que sea, auxilian
do a nuestros enemigos invadiendo nuestras costas, apresando a nuestros
buques y cargam entos, o m olestando a nuestros com erciantes y pasajeros,
individuos de la federación, en sus personas y propiedades, por razón de la
causa que hoy sigue todo o casi todo el antiguo Reino de la Nueva G ranada, o
con otro pretexto; el Congreso repelará con la fuerza y p or todos los medios
que están a su alcance las violencias y agravios que se les hagan: perm itirá las
justas represalias, dará patentes de corso y exigirá y tom ará las satisfacciones
que pidan sus ofensas. Bien entendido que ninguna provincia en particular
tendrá derecho para hacer ninguna de estas cosas, arm ar en corso, despachar
patentes de él, tom ar represalias, ni rom per hostilidades aún en caso de ver
daderos agravios, sino después de una form al declaración de guerra por el
Congreso, o cuando en un peligro urgente de inversión u otro semejante, no
sea fácil consultar y esperar su resolución.
A rt. 38. El juicio sobre las presas de m ar y tierra que con este o sem ejan
tes m otivos pudieren hacer nuestros buques; reglam entos sobre ellas, o su
calificación y aplicación, castigo de los delitos y piraterías cometidos en alta
mar, y tribunales que deben conocer de ellos, y de todo lo tocante a jurisdic
ción m arítim a, pertenecen asim ism o al Congreso.
BIBLIOTE(L^AYA^:UC:HO 271
A rt. 39. Siguiendo el sistema de paz y am istad con todas las naciones
que no traten de hostilizarnos y respeten nuestros derechos, darem os asi
lo en nuestros puertos y provincias interiores, a todos los extranjeros que
quieran dom iciliarse pacíficam ente entre nosotros, sujetándose a las leyes
de esta U nión, y a las particulares y privativas de la provincia en que residan,
y siem pre que a m ás de las sanas intenciones con que se trasladen, traigan y
acrediten entre nosotros algún género de industria útil al país de que puedan
vivir, obteniendo al efecto la carta de naturalización o perm iso del Congre
so, ante quien se calificarán las circunstancias ya dichas principalm ente en
tiem pos en que sería peligrosa una inm igración indiscreta.
A rt. 40. Son de la privativa inspección del Congreso las relaciones exte
riores, ya sean con las naciones extranjeras, ya con los dem ás gobiernos y
estados de Am érica que no están incorporados en esta U nión, y ninguna
provincia en particular podrá en trar con ellas, o ellos, en tratados algunos
de am istad, unió n , alianza, comercio, límites, etc., declarar la guerra, hacer
la paz, ni p o r consiguiente adm itir o enviar agentes encargados de negocios,
cónsules, com isionados, o negociadores públicos de ninguna especie; y en
caso de ser dirigidos a ellas, los deberán encam inar inm ediatam ente o dar
parte al C ongreso General con los despachos o com unicaciones oficiales que
hayan recibido sobre la materia.
A rt. 41. Entre las relaciones exteriores que deberá m antener el Congreso
será una, y de la m ás estrecha recom endación que en esta parte le hacen las
provincias, las de la silla apostólica para recu rrir a las necesidades espiritua
les de los fieles en estos rem otos países, prom oviendo la erección de obis
pados de que tanto se carece, y que tan descuidados han sido en el antiguo
G obierno y todos los demás establecimientos, arreglos, concordatos, etc., en
que conform e a la práctica y ley general de las naciones, debe intervenir la
suprem a potestad de un Estado para el bien espiritual de los súbditos.
A rt. 42. Toca igualm ente al Congreso la decisión sobre el patronato que
hasta hoy han ejercido los reyes de España en América, por lo respectivo a
las provincias de la Nueva G ranada en general o cada una de ellas en parti
cular, su perm anencia, su adm inistración, sus efectos o el uso de él, y demás
incidencias para cuya determ inación y perfecto arreglo, oirá el Congreso, si
lo tiene por conveniente, a los prelados, universidades, cabildos eclesiásticos,
cuerpos regulares, o prom overá la celebración de un concilio nacional en
2 7 2 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N IL S . I JV T IN O A M f-R IC A Y EL C A R IB I-
que se arreglen este y otros puntos de disciplina eclesiástica, que tan im pe
riosam ente exigen las circunstancias, en la incom unicación en las que nos
hallam os con la silla apostólica, y que probablem ente no podrem os tener en
m ucho tiem po; m ientras cada día se aum entan las necesidades de la Iglesia y
los fieles carecen de los recursos espirituales que toca a la suprem a potestad
de un Estado el proveer y velar que no les falten, com o protector n atural de
la Iglesia y com o que en esta m ateria se interesa la conversación de uno de los
prim eros derechos de los pueblos, a saber; el de su culto y su conciencia.
Art. 43. No pueden hacer las provincias entre sí, tratados algunos de
am istad, u n ió n , alianza, com ercio, etc., sin la expresa noticia y aprobación
del Congreso que la otorgará, sino fueren perjudiciales al bien com ún o a
o tra tercera, y los que se hubieren hecho hasta el presente desde el 2 0 de julio
de 1810, época, com o se ha dicho, de la transform ación política del Reino,
se som eterán igualm ente a su sanción sin que puedan tener ni tengan fuerza
alguna en todo lo que sea contrario a los pactos de esta U nión.
A rt. 44. Pertenecen al Congreso todas las disputas hoy pendientes, o
que en adelante se susciten entre provincia y provincia sobre límites de su
territorio, jurisdicción, com ercio o cualquiera otro objeto en que siendo a
un tiem po interesadas o partes, no pueden ser en el mism o, árbitros o jueces;
y m ucho m enos cuando sem ejantes disputas o pretensiones puedan tener
cierta trascendencia o perjudicar al bien general, y turbar la paz de las dem ás
provincias. Por lo m ism o ningún G obierno de ellas podrá adm itir o incor
p o rar en su territo rio pueblos ajenos, aun cuando se pretenda que sea con
absoluta voluntad de ellos m ism os o de sus respectivas provincias, sin que
esto se haya hecho notorio al Congreso, y haya obtenido su sanción.
A rt. 45. Pero no por esto se im pide la libre accesión o convenio de unos
pueblos o provincias con otras, siem pre que así lo pida el bien general y p ar
ticular de los m ism os pueblos para arreglar mejor su gobierno interior, su
adm inistración de justicia y otros bienes que les puedan resultar de la unión
o incorporación. Antes bien, el C ongreso propenderá a ello, si de este m odo
se pueden arreglar m ejor los lím ites de los territorios, igualar más las p ro
vincias com o unidades de un todo tanto más perfecto, cuanto sean m enos
desem ejantes o desproporcionadas sus partes, y aun deberá de oficio decretar
la incorporación, accesión y unión a lo m enos tem poral cuando la provincia
en su estado actual, escasee de recursos y de posibilidad de contribuir com o
Bl B L U y rK C A A Y A C U C H O 273
las otras al bien general, exija de necesidad esta m edida para su propio bien y
el de las dem ás; m ientras que aum entada su población y sus m edios de existir
logre la independencia, que desde hoy para entonces el m ism o Congreso le
garantiza.
A rt. 46. Los pueblos disidentes de una provincia deben sujetarse al voto
de la pluralidad del cuerpo político de quien son parte; pero si se suscitaren
diferencias entre dos partidos igualm ente poderosos que no puedan conci-
liarse am istosam ente entre sí, y que exijan una decisión formal de tercero
im parcial no habiéndose convenido antes en bases o leyes fundam entales que
decidan la cuestión, y en cuyo caso se estará precisam ente a ellas, se som ete
rán, antes que venir al peligroso y siem pre funesto recurso de las arm as, a la
resolución del Congreso; que sin injerirse en lo que no sea de su particular
inspección, arreglará tan imparcial com o am istosam ente sus disputas, su
giriendo todos los m edios de conciliación, y prescribiendo últim am ente las
reglas que deberán observar.
A rt. 47. Son del juicio y determ inación del Congreso los pleitos y di
ferencias entre ciudadanos de diversas provincias, entre una de éstas y los
habitantes de otra, y en general todas aquellas en que versándose el interés
com ún de la U nión, o no bastando las respectivas facultades de las provincias
para decidir las m aterias en cuestión, ni llevar a efecto sus resoluciones por
no estar som etidos a su autoridad los contendores, o alguno de ellos, deben
apelar al juicio de un tribunal superior e im parcial.
A rt. 48. Tienen derecho los habitantes libres, de todas y cada una de las
provincias, a en trar en el territorio de las demás; traficar o com erciar en ellas
y gozar de todos los privilegios e inm unidades de ciudadanos libres, sin más
gravám enes, ni lim itaciones que los que sufran sus m ism os habitantes, y sin
que pueda estorbárseles, ni el tránsito a otras, ni el regreso con sus efectos
introducidos al lugar de donde han venido. Pero quedarán tam bién entre
tanto sujetos a las dem ás leyes de la provincia particular en donde residan,
negocien, com ercien o delincan.
A rt. 49. Se exceptúan de esta regla los m endigos, vagos y prófugos de
la justicia o p o r delitos com etidos en la provincia de donde huyen, y a cuya
reclam ación p o r m edio de sus respectivos gobiernos serán entregados ellos
y sus bienes sin réplica ni excusa.
A rt. 50. Para esto y todas las demás diligencias judiciales que ocurran
2 7 4 P R I M E R A S C O N S T r r U t:iO N E S lA riN Ü A M É R I C A Y E L C A R IB E
entre provincia y provincia, se dará entera fey crédito a sus respectivas actua
ciones, registros, instrum entos, despachos, requisitorias, etc., com probados
y autorizados en debida form a, guardándose la m ejor arm onía y correspon
dencia para la buena adm inistración de justicia entre provincia y provincia.
Art. 51. Mas com o hasta el presente aún no se halla reunido el núm ero
de diputados de que debe co n star el C ongreso según la p rim era convocato
ria de la anterior junta de Santafé; parte p o r la opresión en que yacen, com o se
ha dicho alguna de las provincias que los deben enviar, parte p o r las dificul
tades que han sobrevenido a otras que están dispuestas a hacerlo, se excitará
por lo menos a las últim as para que verifiquen cuanto ante sí no lo han hecho,
dichos nom bram ientos y se pongan en cam ino a la mayor brevedad sus d ip u
tados; nom brando cada una de ellas no uno, sino dos en calidad de lo prim ero
y segtmdo com o ya lo han hecho otras, y aún lo están practicando las que al
principio sólo habían elegido u n o en fuerza de la citada convocatoria, para
que así adem ás de evitarse los inconvenientes de la enferm edad, ausencia, o
falta de representación de la provincia por otro motivo, y entran d o am bos en
ejercicio se puedan d istribuir oportu n am en te los poderes, form ar com isio
nes, y repartir los trabajos que hoy deben ocupar la atención del Congreso.
Art. 52. Los diputados, bien sea uno o dos por cada provincia, tendrán
votos iguales: y debiendo considerarse para los objetos de su instituto más
bien representantes de la U nión en general que de ninguna provincia en par
ticular, pues sin salvarse aquella, inútiles serían los esfuerzos p o r ésta, delibe
rarán y votarán con plena y absoluta libertad, con tal que no se aparten de los
pactos capitales y fundam entales de esta U nión, prefiriendo el bien de ella al
particular de su provincia, y siguiendo los justos dictám enes de su conciencia
en lo que ella les describa, aun cuando tuviesen órdenes contrarias que nunca
son de^presumirse, ni deben suponerse dadas con conocim iento de causa,
después de la generosa accesión de las provincias de esta U nión, y sin que
p o r ello pueda ni deba resultar cargo alguno a los diputados procediendo de
buena fe. Pero es libre a las m ism as provincias revocarles sus poderes siempre
que quieran, y subrogarles otros que ocupen su lugar.
A rt. 53. Por la m ism a razón tiene absoluta libertad para los debates y en
ningún otro lugar podrán ser acusados, perseguidos, ni juzgados por lo que
hayan escrito o discurrido en el ejercicio de sus funciones en el Congreso,
antes bien, estarán exentos de todo arresto y prisión d urante el tiem po de
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 275
sus sesiones y cuando vayan y vxielvan al lugar de sus residencias, o estén
em pleados en com isión, si no es por algún delito capital u o tro que arrastre
infam ia o confiscación de bienes p o r traición o conspiración secreta contra
el Estado y por perturbación de la tranquilidad pública.
A rt. 54. Puede tam bién el Congreso por justos y calificados motivos
separar a un diputado que se haya hecho acreedor a esta dem ostración, por
su conducta, o p o r excesos reprensibles que perjudicarían el h o n o r del cuer
po, el secreto de sus liberaciones, o el bien e interés general de la U nión, y la
provincia a quien pertenezca sin réplica ni excusa le retirará los poderes y
n o m b rará otro en su lugar.
A rt. 55. En dichos casos si los excesos o delitos en que haya incurrido
un d ip u tad o fueren com o tal, ofensivos a la Unión, y sujetos p o r lo mismo
a su conocim iento, separado que sea del cuerpo por un acuerdo form al se
entregará al tribunal de justicia del Congreso para que lo juzgue y castigue
com o corresponde; pero si fuere un delito com ún sin relación a lo oficial de
su cargo, p odrá rem itirlo a disposición de su provincia para que proceda
contra él.
A rt. 56. Los diputados perm anecerán por ahora en el ejercicio de sus
funciones por el tiem po que se les haya señalado por sus provincias; pero
se exhortará a éstas a que siendo dos, como se ha dicho, los nom brados se
renueven anualm ente cada uno de ellos, com enzando por los más antiguos o
prim eros, operación que podría hacerse en el año próxim o de 1812, de m odo
que pudiesen e n trar en función los nuevam ente elegidos, a un tiem po todos,
si fuese posible en 12 de enero de 1813.
A rt. 57. El Congreso n o podrá resolver las cuestiones im portantes so
bre declaración de guerra o ajuste de paz, determ inación de contingentes de
tropas y dinero que deban sum inistrar las provincias para la defensa com ún,
o de alguna de ellas en particular; construcción o adquisición y arm am entos
de buques de guerra, celebración de tratados de alianza, com ercio, límites,
etc., con las naciones o estados extranjeros; establecimiento de impuestos;
despacho de patentes de corso y represalias en tiempo de paz; tom a de dinero
a crédito sobre los fondos de las provincias unidas; variación de la ley y valor
de la m oneda corriente o adm isión de la extranjera, y estim ación de su precio;
creación de papel m oneda; alteración de pesos y medidas conocidas; acuerdo
sobre m aterias de patronato, u otras graves eclesiásticas en que tenga que
2 7 6 PRIMERASCONSrnXCJONLS.LATINOAMERICAY E L C A R IB E
intervenir la suprem a potestad de un Estado; separación de un diputado por
excesos reprensibles en su conducta pública y privada; nom bram iento de ge
nerales en jefe o com andantes de m ar y tierra, cónsules y negociadores o m i
nistros públicos cerca de otros Estados: sin la concurrencia y unanim idad de
votos de las dos terceras partes de los diputados que actualm ente se hallen en
el lugar de la residencia del Congreso. Tampoco p o d rá nom brar secretarios
y m inistros de su Despacho, jueces del Suprem o T ribunal de Justicia, adm i
nistradores, contadores y tesoreros de aduana, superintendentes, contadores
y tesoreros de casas de m oneda, adm inistradores y contadores generales de
correos, capitán de su guardia y otros empleos principales de responsabilidad
y confianza, sin la concurrencia y unanim idad de votos de los dos tercios de
m iem bros presentes, que deberán ser tam bién p o r lo m enos las dos terceras
partes de los residentes en el lugar del Congreso. Las dem ás cuestiones de ad
m inistración se decidirán p o r la mayoría de dichas dos terceras partes concu
rrentes; es decir, p o r siete votos si dichas dos terceras partes concurrentes, por
ejem plo, fueren doce. Un núm ero m enor de las dos terceras partes hábiles o
en estado de co n cu rrir al Congreso, sólo podrá prorrogarse a otro día, y tratar
de que se haga cum p lir a los dem ás diputados con la asistencia debida por
m edio de los requerim ientos o penas establecidas a este efecto por el mism o
C ongreso en el reglam ento de su organización y procedim iento interior. Los
d iputados se som eterán, pues, a todas las decisiones o resoluciones causadas
de este m odo, aun cuando sean contra su propio dictam en, y las suscribirán,
obedecerán y cum plirán, lo mismo que sus respectivas provincias, aprobados
que sean por ellas los pactos de esta Unión; quedando no obstante a dichos
diputad o s la facultad de salvar sus votos particulares, y aun pedir testim onio
de ellos en caso que la m ateria por su naturaleza no pida sigilo y reserva, en
el cual q uedarán consignados en el libro de acuerdos, para cuando cesando
este m otivo, se les puedan dar sin peligro.
A rt. 58. Son p o r ahora de cargo de las provincias los sueldos, gratifica
ciones o salarios de sus representantes, m ientras que se pueda proveer a este
objeto de los fondos com unes del Congreso, fijando el núm ero perm anente
que deberá q u ed ar de ellos en lo sucesivo, y distribuidos los poderes de la
U nión.
A lt- 59. El ejercicio de estos poderes queda atribuido al Congreso en
todos los objetos de su inspección; pero com o principalm ente y judicial em
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 277
barazaría la atención debida a puntos más im portantes, cuales son los de la
defensa co m ú n y bien general, el Congreso creará el tribunal o tribunales que
tenga por convenientes, fuera de su seno para atender a este ram o, reservando
el Ejecutivo y Legislativo p ara ejercitarlos por sí m ismo, bien en com ún, bien
p o r secciones, según lo perm ita el núm ero de diputados, y la gravedad de las
m aterias que hoy nos ocupan.
A rt. 60. Para la debida organización de estos poderes, o el más acertado
desem peño de sus funciones, el Congreso hará los reglam entos que estime
o p o rtu n o s, m ientras que una C onstitución definitiva arregla los porm enores
del G obierno general de la U nión.
A r t 61. Rem ovidos los peligros que hoy nos rodean, reunidas las pro
vincias que definitivam ente com pondrán esta Unión, y conocida exactam en
te su población (para lo cual desde hoy se excita su celo, encargándoles que
para éste y otros objetos, rem itan a la mayor brevedad sus padrones con toda
la claridad y distinción posibles), se convocará la gran Convención Nacio
nal sobre esta m ism a base de la población para darse dicha C onstitución; a
m enos que las provincias quieran som eter esta obra al Congreso, sujeta no
obstante siem pre a su sanción.
A lt. 62. A este fin se prepararán los m ateriales con todas las observa
ciones que enseñe la experiencia, y se convidará a los sabios de la Unión a
que presenten sus ideas e ilustren a sus conciudadanos para disponerlos a un
gobierno liberal.
A rt. 63. Los juicios pertenecientes al Congreso, bien por la infracción de
sus leyes, bien p o r ser de objetos de su privativa inspección que deban hacerse
fuera de sus residencia p o r n o gravar a las partes con recursos, a lo m enos en
las prim eras instancias se harán por comisiones, o delegaciones, o del modo
que se crea más equitativo, más im parcial, y más apto para descubrir la ver
dad, y para la recta adm inistración de justicia; con reserva de las últim as ins
tancias si lo pidiere la m ateria, al Alto Tribunal de Justicia que deberá residir
a las inm ediatas del Congreso.
A rt. 64. Pero no será prohibido a los ciudadanos de una provincia de
m andar, si lo tienen p o r conveniente, o seguir sus instancias y querellas, ante
los respectivos tribunales o juzgados de los reos dem andados y pactarlo así
en sus particulares in strum entos y contratos, renunciando todo otro derecho
que les com peta, y som etiéndose a las leyes y jueces del país; y una vez hecha
27 8 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L M IN O A M É R K L W EL C A R IB E
esta sum isión o renuncia en lo que no perjudique a la U nión y sea de un in-
terés particular de los ciudadanos, no p odrán apartarse de ella ni desistir, y
; deberán ser obligados a cum plir con su tenor.
A rt. 65. Igualm ente les es perm itido hacer decidir sus diferencias por
i árbitros com o lo tengan p o r conveniente, bien eligiéndolos de los ciudadanos
I de ambas provincias de donde fueren los contenedores, bien de cualquiera de
- ellas o de una tercera, bajo las penas o en los térm inos que se hayan convenido,
^ y.en que no haya ningún perjuicio de la U nión.
j A rt. 6 6 . Tam poco se hará novedad en las causas ya pendientes en los tri
bunales de las provincias, p o r voluntaria sum isión o aquiescencia de los ciu-
I dadanos en todo lo que haya sido y sea de su particular interés finalizándose
‘ en donde estén com enzadas.
t A rt. 67. El Congreso creará las oficinas y em pleos subalternos que nece-
¿ site para la expedición de sus negocios, según se lo vaya enseñando la expe-
:■ riencia, y escogiendo para ellas los ciudadanos más aparentes de la Unión, lo
m ism o que para sus com isiones y Tribunales de Justicia. Bien entendido que
: los jueces, oficiales y dependientes que estén a sueldo de la U nión no podrán
i estar al m ism o tiem po en servicio de ninguna provincia en particular, ni
: recibir p ensión ni gratificación de ella p o r sí o p o r m edio de otro, lo m ism o
t que se entenderá respecto de los m iem bros o individuos del Congreso.
A rt. 6 8 . Tam poco podrá ninguno de éstos ni aquéllos recibir dádivas,
■ em olum entos, com isiones, em pleos, títulos ni distinciones personales o he-
^ reditarias de ningún príncipe, rey o Estado extranjero, ni el Congreso m ism o
' podrá o torgar gracias que induzcan división de clases entre los ciudadanos,
y que sólo se inventaron para com p rar la libertad de los pueblos. Pero bien
I podrá prem iar de o tro m odo las acciones ilustres y heroicas con que se dis-
I tingan los m ism os ciudadanos, siendo no obstante m uy reservado en esto, y
; dirigiendo sus prem ios más bien a fom entar la v irtud y el am or de la patria
V que a satisfacer el orguUo y vanidad.
í A r t 69. El tratam iento del Congreso será Alteza Serenísima-, el de su
f Presidente, si lo hubiere con atribuciones separadas, o en las com unicaciones
^ oficiales que se hagan p o r m edio de él, y lo m ism o el del Poder Ejecutivo si
^ se creare, será de Excelencias; el de las com isiones o m iem bros separados del
Congreso, m inistros o secretarios, hablando oficialm ente, Señorías; en p a r
ticular, p o r escrito y de palabra, de Merced com o todo ciudadano; y el que se
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 279
dé p o r el Congreso, su presidente, Poder Ejecutivo, com isiones o individuos
a los G obiernos y legislaturas provinciales, Excelencia o Señoría, según lo
adopten en sus respectivas constituciones. Con el extranjero y con los demás
gobiernos independientes el que esté recibido, o se hayan atribuido.
ArL 70. El Congreso tendrá una guardia nacional m oderada, y que m a
nifieste m ás el decoro del cuerpo que un aparato y pom pa estéril, econom i
zando en lo posible los gastos.
A rt. 71. La Confederación tendrá un sello particular que se señalará des
pués para las patentes, despachos y demás piezas oficiales que lo necesiten; y
su violación y falsificación, lo m ism o que la de la m oneda y cualquiera otro
resguardo o seguro de la Unión, estará sujeta a las penas actuales de las leyes,
y a las que atendidas la naturaleza y gravedad de los delitos se tengan por
conveniente im poner.
A lt. 72. Las leyes que para estos y otros casos regirán por ahora en los
tribunales de la U nión, son las que nos han gobernado hasta aquí en lo que no
sean contrarias a estos pactos, incom patibles con el actual estado de las cosas,
y la situación política del reino o provincias de la Nueva G ranada.
A r t 73. Cada seis meses, o a lo m enos anualm ente, im prim irá el Con
greso el estado de sus fondos, deudas, gastos, entradas, salidas y existencias
con la debida distinción de ram os de su procedencia y objetos de su inversión,
y de tiem po en tiem po im prim irá tam bién las actas de sus resoluciones en lo
que sin peligro pueda com unicarse al público.
A rt. 74. Nada de lo contenido en esta acta podrá revocarse sin expre
sa determ inación de las provincias, para cuyo efecto deberán ser oídas, lo
m ism o que lo han sido y van a serlo para su sanción; y nada de lo obrado
contra ella tendrá autoridad ni fuerza alguna, com o hecho contra su expresa
y declarada voluntad.
A rt. 75. Si sobrevivieren materias de tan alta gravedad, que no estén
com prendidas en los pactos de esta Federación, ni en sus reglas generales, y
que p o r o tra parte p idan sin peligro en la tardanza la resolución de las pro
vincias, se las consultará sobre ellas; pero si hubiere un riesgo en la dilación, se
tom ará provisionalm ente la m edida que se a e a m ás juiciosa, sujeta siempre
a la sanción de las m ism as provincias.
A rt. 76. Una vez aceptados los partos de esta U nión, ninguna provincia
tiene facultad para denegarse a su cum plim iento, y podrá ser com pelida a él
2 8 0 P R I.M E R .\S C O N S r r r U C I O N E S . U T I N O A M É R IC A V EL C A K IB E
p o r todos los m edios que estén al arbitrio del Congreso y de las dem ás p ro
vincias com prom etidas en ella; y las provincias se obligan solem nem ente a
cum plir este deber sin que nada les pueda excusar de él, sobre que em peñan
su honor, y la fe que llevan protestada.
A rt. 77. Los presentes tratados serán presentados a la ratificación o san
ción de las provincias, por m edio de sus legislaturas, juntas o G obiernos p ro
vinciales, suficiente y com petentem ente autorizados a este fin; y las m ism as
se entenderán en lo sucesivo para cuanto pueda ocurrir.
A rt. 78. Las provincias o sus cuerpos representativos y legislativos d a
rán a la m ayor brevedad posible su ratificación, aprobación u observaciones
sobre el dicho tratad o en general; o alguno, o algunos de sus artículos en
especial; pero com o entretan to nos estrechen las circunstancias, y sea bien
pronunciada la voluntad de todas o casi todas las que han podido explicarse
librem ente sobre este particular, de unirse por los principios que se acaban
de acordar que son los que hoy reclam a im periosam ente nuestra situación,
los únicos que pueden salvarnos, los que han adoptado y seguido naciones
m ás sabias, y que hoy hacen su felicidad; los presentes diputados seguirán
cum pliendo con el tenor de sus poderes e instrucciones form ándose al efecto
en Congreso, y trabajando en cuanto crean propio de su instituto y se dirija
al bien y seguridad com ún.
Hecha en convención de diputados de Santafé de Bogotá, a 27 días del
mes de noviem bre del año del Señor, 1811.
B IB U O T E C A A lfA C U C H G 281
COLOMBIA
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA’^
EL CONGRESO GENERAL
A LOS HABITANTES DE COLOMBIA
Colom bianos: el más ardiente deseo de todos y cada uno de vuestros repre
sentantes ha sido cum plir fielmente con los altos deberes que les habéis en
cargado, y creen haber llenado tan sagradas funciones al presentaros la C ons
titución, que ha sido sancionada por el voto general. En ella encontraréis que
sobre la base de la unió n de pueblos que antes form aron diferentes Estados se
ha levantado el edificio firme y sólido de una nación, cuyo gobierno es popular
representativo, y cuyos poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, exactam ente
divididos, tienen sus atribuciones marcadas y definidas, form ando, sin em
bargo, un todo de tal suerte com binado y arm onioso, que por él resultan
protegidas vuestra seguridad, libertad, propiedad e igualdad ante la ley.
El Poder Legislativo, dividido en dos cám aras, os da una intervención
plena en la form ación de vuestras leyes, y el m ejor derecho a esperar que sean
siem pre justas y equitativas; no seréis ligados sino por aquéllas a que hayáis
consentido p o r m edio de vuestros representantes, ni estaréis sujetos a otras
contribuciones que las que ellos hayan propuesto y aprobado; ninguna carga
se echará sobre alguno que no sea com ún a todos; y éstas no serán para satisfa
cer pasiones de particulares sino para suplir las necesidades de la república.
El Poder Ejecutivo en u na sola persona, a quien toca velar por la tran q u i
lidad interior, y seguridad exterior de la república, tiene todas las facultades
28 2 P R IM E R A .S C O N S T IT U C IO N E S . U T IN O A M F .R IC A Y E L C M U B E
necesarias para el desem peño de su elevado encargo. Vosotros encontraréis
que en todo el brillo de su autoridad puede llenaros de beneficios, pero no
causaros perjuicio alguno; su espada está sólo desenvainada contra los ene
migos del G obierno sin posibilidad de ofender al pacífico colombiano; es
com o un sol, cuyo calor benéfico, extendido por todo el territorio de la re
pública, contribuye a desarrollar las preciosas semillas de nuestra felicidad
y prosperidad; la educación pública, la agricultura, el comercio, las artes y
ciencias, y todos los ram os de industria nacional están dentro del orden de
su sabia adm inistración, y sujetos a su benigno influjo.
El Poder Judicial, donde los asaltos de la intriga pierden toda su fuerza
y el rico todo su ascendiente; a donde nadie puede llegar con rostro sereno,
si no va revestido con los simples adornos de la justicia, está destinado a di
rim ir im parcialm ente vuestras contiendas, reprim ir al malvado, y favorecer
la inocencia; en tan respetuoso lugar rinden todos hom enaje a la ley; y allí
veréis las pasiones desarmadas, cortadas las tram as del artificio, y descubierta
la verdad.
Tal ha sido el plano sobre que se ha levantado la C onstitución de Co
lom bia. Vuestros representantes sólo han puesto una confianza ilim itada en
las leyes; porque ellas son las que aseguran la equidad entre todos y cada uno;
y son tam bién el apoyo de la dignidad del colom biano, la fuente de la liber
tad, el alma y el consejo de la república. Pero lo que vuestros representantes
han tenido siempre a la vista, y lo que ha sido el objeto de sus más serias
m editaciones, es que esas m ism as leyes fuesen enteram ente conform es con
las máximas y dogm as de la religión católica, apostólica, rom ana, que todos
profesam os y nos gloriam os de profesar; ella ha sido la religión de nuestros
padres, y es y será la religión del Estado; sus m inistros son los únicos que están
en libre ejercicio de sus funciones, y el G obierno autoriza las contribuciones
necesarias para el culto sagrado.
El Congreso General en sus deliberaciones no ha tenido otras m iras que
el bien com ún y el engrandecim iento de la nación. Los agentes principales
del gobierno dependen de vuestra elección: considerad, m editad bien que del
acierto en ellas pende vuestra dicha; que la intriga o la facción jamás dirijan
vuestro juicio; m ientras que las luces, la virtud y el valor, prudentem ente
escogidos y elevados por nosotros sean las firmes colum nas que perpetúen
la duración del edificio.
B tB U Ü T E C A A Y A C L ’C H O 283
Villa del Rosario de Cúcuta treinta de agosto de mil ochocientos veinte
y uno, undécim o de la Independencia.
CONSTITUCIÓN
2 8 4 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M E R IC A Y El. C A R IB E
SECCIÓN II. DE LOS COLOMBIANOS
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 285
A rt. 1 1 . El poder de d ar leyes corresponde al Congreso, el de hacer que
se ejecuten al Presidente de la República, y el de aplicarlas en las causas civiles
y crim inales a los tribunales y juzgados.
A rt. 12. En cada parroquia, cualquiera que sea su población, habrá una
asam blea p arroquial el últim o dom ingo de julio de cada cuatro años.
A rt. 13. La asam blea parroquial se com pondrá de los sufragantes pa
rroquiales no suspensos, vecinos de cada parroquia, y será presidida por el
juez o los jueces de ella, con asistencia de cuatro testigos de buen crédito, en
quienes co ncurran las cualidades de sufragante parroquial.
A rt. 14. Los jueces sin necesidad de esperar ningunas órdenes, deberán
convocarla indispensablem ente en dichos periodos para el día señalado en
esta C onstitución.
A rt. 15. Para ser sufragante parroquial se necesita:
1 . Ser colom biano;
2. Ser casado o m ayor de veintiún años;
3. Saber leer y escribir; pero esta condición no tendrá lugar hasta el año
de 1840;
4. Ser d u eño de alguna propiedad raíz que alcance al valor libre cien
pesos. Suplirá este defecto el ejercitar algún oficio, profesión, comercio o
industria útil, con casa o taller abierto, sin dependencia de otro en clase de
jornalero o sirviente.
A r t 16. La calidad de sufragante parroquial se pierde:
1. Por adm itir em pleo de otro gobierno sin licencia del Congreso, te
niéndolo con renta o ejerciendo otra confianza en el de Colom bia;
2. Por sentencia en que se im pongan penas aflictivas o infam antes, si no
se obtiene rehabilitación;
3. Por haber vendido su sufragio o com prado el de otro, para sí o para un
tercero, bien sea en asambleas prim arias, en las electorales o en otras.
2 8 6 P R IM E R A S C O N S r r r U C lO N E S . L M lN O A .M F .R IC A Y a C A R IB E
ArL 17. El ejercicio de sufragante parroquial se suspende:
1 . En los locos, furiosos o dem entes;
2. En los deudores fallidos y en los vagos declarados com o tales;
3. En los que tengan causa crim inal abierta, hasta que sean declarados
absueltos o condenados a pena n o aflictiva ni infam atoria;
4 . En los deudores a caudales públicos con plazo cum plido.
A rt. 18. El objeto de las asambleas parroquiales es votar por el elector o
electores q ue corresp o n d en al cantón.
A lt. 19. La provincia a quien corresponda un solo representante n o m
brará diez electores, distribuyendo su nom bram iento entre los cantones que
tenga, con p ro p o rció n a la población de cada uno.
A rt, 20. La provincia que deba n o m b rar dos o m ás representantes ten
drá tantos electores cuantos correspondan a los cantones de que se com pone,
debiendo elegir cada can tó n un elector p o r cada cuatro mil almas, y otro más
p o r un residuo de tres mil. Todo cantón, aunque no alcance a aquel núm ero,
tendrá siem pre un elector.
Art. 21. Para ser elector se requiere:
1 . Ser sufragante n o suspenso;
2. Saber leer y escribir;
3. Ser m ayor de veinticinco años cum plidos y vecino de cualquiera de
las parroquias del can tó n que va a hacer las elecciones;
4. Ser d u eñ o de u n a propiedad raíz que alcance el valor libre de quinien
tos pesos, o gozar de un em pleo de trescientos pesos de renta anual, o ser usu
fructuario de bienes que produzcan una renta de trescientos pesos anuales, o
profesar alguna ciencia o tener un grado científico.
ArL 22. C ada sufragante parroquial votará p o r el elector o electores del
cantón, expresando públicam ente los nom bres de otros tantos ciudadanos
vecinos del m ism o cantón, los cuales serán indispensablem ente asentados en
su presencia en u n registro destinado a este solo fin.
A rt. 23. Las d u d as o controversias que hubiere sobre las cualidades o
form as en los sufragios parroquiales, y las quejas que se suscitan sobre cohe
cho o so b o rn o , se decidirán p o r los jueces y testigos asociados, y su resolu
ción se llevará a efecto p o r entonces; pero quedando salva la reclam ación al
Cabildo del can tó n .
A rt. 24. Las elecciones serán públicas y ninguno podrá presentarse a r
m ado a ellas.
B IB L IO T E C A A Y A C L 'C H O 287
A rt. 25. Las elecciones estarán abiertas por el térm ino de ocho días, con
cluido el cual la asam blea queda disuelta, y cualquiera otro acto más allá de
lo que previene la C onstitución o la ley, no solam ente es nulo, sino atentado
contra la seguridad pública.
A rt. 26. Apenas esté concluido el acto de las elecciones, el juez o los
jueces que hayan presidido la asamblea rem itirán al CabiJdo el registro de las
celebradas en su parroquia, en pliego cerrado y sellado.
A rt. 27. Luego que estén recogidos los pliegos de las asam bleas parro
quiales, el C abildo del cantón, presidido por alguno de los alcaldes o rdina
rios, y en su defecto, p o r uno de los regidores, se reunirá en sesión pública.
En su presencia serán abiertos los pliegos de las asam bleas parroquiales,
y se irán fo rm an d o listas y cotejos de todos los votos, asentándolos en un
registro.
A rt. 28. Los ciudadanos que resulten con el m ayor núm ero de votos se
declararán constitucionalm ente nom brados para electores. C uando ocurrie
re alguna du d a p o r igualdad de sufragios se decidirá por suerte.
A rt. 29. El C abildo del cantón rem itirá al de la capital de la provincia el
resultado del escrutinio que ha verificado y dará tam bién p ro n to aviso a los
nom brados para que concurran a la capital de la provincia en el día prevenido
p o r la C onstitución.
A rt. 30. La asam blea electoral se com pone de los electores nom brados
por los cantones.
A rt. 31, El día lo de octubre de cada cuatro años se reunirá la asamblea
electoral en la capital de la provincia, y procederá a hacer todas las elecciones
que correspondan, estando presentes, por lo m enos las dos terceras partes
de los electores. Presidirá su reunión el Cabildo de la capital, m ientras la
asam blea elige un Presidente de entre sus m iem bros, que será el que obtenga
el m ayor n ú m ero de votos.
A rt. 32. Los artículos 24 y 25 son comunes a las asambleas electorales.
A rt. 33. El cargo de elector durará por cuatro años. Las vacantes se lle
narán, cu ando sea necesario, p o r los que sigan en votos.
A rt. 34. Son funciones de las asambleas electorales sufragar;
288 P R IM E R A S C O N S T r a ’C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
1 . Por el Presidente de la República;
2. Por el vicepresidente de la misma;
3. Por los senadores del departam ento;
4. Por el representante o los representantes diputados de la provincia.
A rt. 35. Los votos de estas cuatro clases de elecciones se asentarán en
cuatro registros diversos, y la m ism a Asamblea Electoral procederá a hacer
el escrutinio de la última.
A rt. 36. Para ser representante de una provincia se requiere haber obte
nido la pluralidad absoluta; esto es, un voto más sobre la m itad de todos los
de los electores que han asistido a la elección.
A rt. 37. Los representantes serán nom brados de uno en uno en sesión
perm anente, y se declararán elegidos los que obtengan la indicada mayoría.
Si ninguno la hubiere alcanzado, los dos que hayan tenido el mayor núm ero
entrarán en segundo escrutinio, y será representante el que reúna pluralidad.
Los casos de igualdad se decidirán por la suerte.
A rt. 38. Perfeccionada de esta m anera las elecciones del representante o
los representantes, el presidente de la asamblea electoral avisará sin dem ora
alguna a los nom brados, para que asistan a la próxim a reunión; y los registros
! se rem itirán en pliego cerrado y sellado a la Cám ara de representantes.
^ A rt. 39. Con igual formalidad y sin hacer escrutinio, serán rem itidos al
I' Cabildo de la capital del departam ento los registros de las votaciones para
Presidente de la República, para vicepresidente de la m ism a y para senadores,
a fin de q ue luego que se hayan reunido allí los pliegos de todas las asambleas
provinciales, los dirija oportunam ente a la Cám ara del Senado, para que
tenga lugar lo prevenido en la Sección V del T ítulo IV.
^ SECCIÓN l. DE LA DIVISIÓN,
j LÍMITES Y FUNCIONES DE ESTE PODER
A rt. 40. El Congreso de Colom bia estará dividido en dos Cám aras, que
* serán la del Senado y la de representantes.
• A rt. 41. En cualquiera de las dos pod rán tener origen las leyes; y cada
í una respeaivam ente podrá p roponer a la otra, reparos, alteraciones o adi
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 289
ciones para que los examine; o rehusar a la ley propuesta su consentim iento
p o r una negativa absoluta.
A rt. 42. Se exceptúan las leyes sobre contribuciones o impuestos, las
cuales no pueden tener origen sino en la C ám ara de Representantes; pero
quedando al Senado el derecho ordinario de adicionarlas, alterarlas o rehu
sarlas.
A rt. 43. Los proyectos o las proposiciones de ley que fuesen aceptados
conform e a las reglas de debate, sufrirán tres discusiones en sesiones distintas,
con el intervalo de un día, cuando menos, entre una y otras; sin cuyo requisito
no se p o d rán determ inar.
A rt. 44. En el caso de que la proposición sea urgente, podrá dispensarse
esta últim a form alidad, precediendo una discusión y declaración de la u r
gencia, en la m ism a C ám ara don d e tenga su principio. Esta declaración y las
razones que la m otivaron se pasarán a la otra C ám ara, ju nto con el proyeao
de ley para que sea exam inado. Si esta C ám ara no cree justa la urgencia, de
vuelve el proyecto p ara que se delibere con las form alidades legales.
A rt. 45. N ingún proyecto o proposición de ley rechazado por una Cá
m ara podrá ser presentado de nuevo hasta la sesión del año siguiente; pero
esto no im pedirá que alguno de los artículos com pongan parte de otras p ro
posiciones n o rechazadas.
A rt. 46. N ingún proyecto a proposición de ley constitucionalm ente
aceptado, discutido y determ inado en am bas Cám aras, podrá tenerse por
ley de la república, hasta que no haya sido firm ado por el Poder Ejecutivo. Si
éste no creyere conveniente hacerlo, devolverá el proyecto a la Cám ara de su
origen, acom pañándole sus reparos, sea sobre falta en las fórm ulas, o en lo
sustancial, d en tro del térm ino de diez días contados desde su recibo.
A rt. 47. Los reparos presentados por el Poder Ejecutivo, se asientan en el
registro de las sesiones de la C ám ara donde tuvo la ley su origen. Si no queda
ésta satisfecha, discute de nuevo la m ateria, y resultando segunda vez apro
bada por u n a m ayoría de las dos terceras partes de los m iem bros presentes,
la pasa con los reparos a la otra Cám ara. El proyecto tendrá fuerza de ley, y
deberá ser firm ado p o r el Poder Ejecutivo, siem pre que en esta otra Cám ara
lo aprueben tam bién las dos terceras partes de los m iem bros presentes.
A rt. 48. Si pasados los diez días que señala el artículo 46 no hubiere
sido devuelto el proyecto con las objeciones, tendrá fuerza de ley y será p ro
290 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M E R IC A Y EL C A R IB E
mulgado como tal; a menos que, corriendo este término, el Congreso se haya
suspendido o puesto en receso; en cuyo caso deberán presentársele las obje
ciones en la primera próxima sesión.
A rt. 49. La sanción del Poder Ejecutivo es tam bién necesaria para que
tengan fuerza las dem ás resoluciones, los decretos, estatutos y actos legislati
vos de las Cám aras; exceptuando los que sean de suspensión y aplazam iento
de sus sesiones; los decretos en que pidan inform es o den com isiones en los
negocios de su incum bencia; las elecciones que les corresponden; los juicios
sobre calificación de sus m iem bros; las órdenes para llenar algunas vacantes
en la Cámaras; las reglas de sus debates y policía interior; el castigo de sus
m iem bros y de cuantos les falten al debido respeto, y cualquiera otros actos
en que no sea necesaria la concurrencia de ambas.
A rt. 50. Las proposiciones que hayan pasado com o urgentes en las dos
Cám aras, serán sancionadas o devueltas por el Poder Ejecutivo, d en tro de
dos días sin mezclarse la urgencia.
A rt. 5 L Al pasarse las deliberaciones de una C ám ara a otra y al Poder
Ejecutivo, se exceptuarán los días en que se discutió la m ateria, la fecha de las
respectivas resoluciones, inclusa la de urgencia cuando la haya, y la exposición
de las razones y los fundam entos que las hayan motivado. C uando se om ita al
guno de estos requisitos deberá volverse el acto dentro de dos días a la Cám ara
donde se note la om isión, o a la de origen, si hubiere ocurrido en ambas.
A rt. 52. Siem pre que u na ley haya de pasarse al Poder Ejecutivo para su
sanción, se extenderá por duplicado en la form a correspondiente, y se leerá
en las dos Cám aras. A m bos originales serán firm ados p o r sus respectivos
Presidentes y secretarios, y se presentarán luego al Presidente de la República
p o r una diputación.
A rt. 53. Sancionada u objetada la ley por el Presidente de la República,
con arreglo al artículo 46, devolverá a las Cám aras, con el secretario del Des
pacho respectivo, uno de los dos originales con su decreto para que se dé
cuenta en ellas. Este original se conservará en el archivo de la Cám ara donde
la ley tuvo su origen.
A rt. 54. Para la prom ulgación de la ley se usará siem pre de esta fórm ula:
El Senado y la Cámara de representantes de la República de Colombia, reunidos
en Congreso, etc., decretan:
B IB L IO T E C A A Y ,\C U C H O 291
SECCIÓN II. DE LAS ATRIBUCIONES ESPECIALES DEL CONGRESO
292 P R i M E R .\ s c o N s r r r u a o N E s . L a t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
20. Conceder indultos generales cuando lo exija algún grande m otivo
de conveniencia pública;
21. Elegir la ciudad que deba servir de residencia al G obierno, y variarla
cuando lo juzgue conveniente;
22. Fijar los lím ites de los departam entos, las provincias y dem ás divi
siones del territorio de C olom bia, com o sea más conveniente para su m ejor
adm inistración;
23. Permitir, o no, el paso de tropas de otro Estado por el territorio de
Colombia;
24. Permitir, o no, la estación de escuadras de otro Estado en los puertos
de Colombia, por m ás de u n mes;
25. Conceder d u ran te la presente Guerra de Independencia al Poder
Ejecutivo aquellas facultades extraordinarias que se juzguen indispensables
en los lugares que inm ediatam ente están sirviendo de teatro a las operaciones
militares, y en los recién libertados del enemigo, pero detallándolas en cuanto
sea posible, y circunscribiendo el tiem po, que sólo será el m uy necesario;
26. Decretar todas las dem ás leyes y ordenanzas, de cualquier naturaleza
que sean, y alterar, reform ar o derogar las establecidas. El Poder Ejecutivo sólo
podrá presentarle alguna m ateria para que la tom e en consideración; pero
nunca bajo la fórm ula de ley.
Art. 56. Cada C ám ara tiene el derecho de establecer los reglam entos
que deba observar en sus sesiones, debates y deliberaciones. C onform e a ellos
podrá castigar a cualquiera de sus m iem bros que los infrinja, o que de otra
manera se haga culpable, con las penas que establezca, hasta expelerlos de su
seno y declararlos indignos de obtener otros oficios de confianza o de honor
en la república, cuando así se decida p o r el voto unánim e de los dos tercios
de los m iem bros presentes.
A rt. 57. N inguna de ellas pod rá abrir sus sesiones sin la concurrencia
de la pluralidad absoluta de sus m iem bros, pero en todo caso el núm ero
existente, cualquiera que sea, deberá reunirse y com peler a los ausentes a que
concurran, del m odo y bajo las penas que las mism as Cám aras establezcan.
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 293
A rt. 58. U na vez abiertas las sesiones de cada año bastará la concurrencia
de las dos terceras partes de los m iem bros presentes para que continúen las
sesiones; con tal de que estas dos terceras partes, nunca sean m enos de los dos
tercios de la pluralidad absoluta.
A rt. 59. Las C ám aras en la casa de sus sesiones gozarán del derecho ex
clusivo de policía, y fuera de ella, en todo lo que conduzca al libre ejercicio de
atribuciones. En uso de este derecho podrán castigar, o hacer que se castigue
con las penas que hayan acordado, a todo el que les faite al debido respeto, o
que am enace atentar contra el cuerpo o contra la inm unidad de sus indivi
duos, o que de cualquiera otro m odo desobedezca o em barace sus órdenes
y deliberaciones.
A rt. 60. Las sesiones de am bas Cám aras serán públicas, pero po d rán ser
secretas cuando ellas lo crean necesario.
A rt. 61. El proceder de cada C ám ara constará solem nem ente en un re
gistro diario en que se asienten sus debates y resoluciones, el cual se publica
rá de tiem po en tiem po, exceptuando aquellas cosas que deben reservarse,
según el acuerdo de cada una; y siem pre que lo reclame la q u in ta parte de
los m iem bros presentes, deberán expresarse nom inalm ente los votos de sus
individuos sobre toda m oción o deliberación.
A rt. 62. C ada Cám ara elige de entre sus m iem bros un presidente y un
vicepresidente, cuyas funciones serán anuales desde una sesión ordinaria
hasta otra, y n o m b rará de d en tro o fuera de su seno un secretario. También
nom brará los oficiales que juzgue necesarios para el desem peño de sus tra b a
jos, asignando a estos em pleados las correspondientes gratificaciones.
A rt. 63. Las com unicaciones entre las Cámaras y el Poder Ejecutivo, o
entre sí m ism as, se harán por el conducto de los respertivos presidentes, o
p o r m edio de diputaciones.
A r t 64. Los senadores y representantes tienen ese carácter por la nación
y no p o r el departam ento o provincia que los nom bra; ellos no pueden recibir
órdenes ni instrucciones particulares de las asambleas electorales, que sólo
podrán presentarles peticiones.
A rt. 65. No pod rán ser senadores ni representantes el Presidente y vice
presidente de la República, los m inistros de la Alta Corte de Justicia, los secre
tarios del Despacho, los intendentes, los gobernadores y los demás em pleados
públicos a quienes se prohíba p o r ley; los otros podrán serlo, con tal que
294 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M I- R I C A Y E L C A R IB E
suspendan el personal ejercicio de sus em pleos m ientras duren las sesiones.
Cuando un senador o representante sea nom brado para otro destino público,
quedará a su elección adm itirle o rehusarle.
Alt. 66. Los miembros del Congreso gozan de inmunidad en sus perso
nas y en sus bienes, durante las sesiones y mientras van a ellas o vuelvan a sus
casas; excepto en los casos de traición o de otro grave delito contra el orden
social, y no son responsables por los discursos y opiniones que hayan mani
festado en las Cámaras, ante ninguna autoridad y en ningún tiempo.
A rt. 67. Los senadores y representantes obtendrán del tesoro nacional
una indem nización determ inada por ley, com putándose el tiem po que de
ben haber invertido en venir de sus casas al lugar de reunión y volver a ellas
concluidas las sesiones.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 295
escrutinio se hace públicam ente por cuatro m iem bros del Congreso y los
secretarios.
A rt. 72. Para ser Presidente de la República se necesitan las dos terceras
partes de los votos de los electores que concurrieron a las asambleas provin
ciales. Se declarará, pues, Presidente al que resulte con esta mayoría.
A rt. 73. Siem pre que falte la mayoría indicada, el Gangreso separa los
tres que reúnan m ás sufragios, y procede a elegir uno entre ellos. El que ob
tuviere en esta elección los votos de las dos terceras partes de los m iem bros
presentes será el Presidente de la República.
A rt. 74. S¡ hecho el escrutinio ninguno resultare electo, el Congreso
contrae la votación a los dos que hayan alcanzado mayor núm ero de votos
en el acto antecedente.
A rt. 75. La elección del Presidente se hará en una sola sesión, que será
perm anente.
A rt. 76. El vicepresidente de la República será elegido con las mismas
form alidades que el Presidente.
A rt. 77. El Congreso declarará senadores a los que hayan alcanzado
la pluralidad absoluta de votos de los electores de cada departam ento que
concurrieron a la elección.
A rt. 78. Si no concurriere a favor de ninguno o de algunos la mayoría in
dicada, el C ongreso tom ará un núm ero igual, o si no lo hubiere, aproxim ado
al triple de los que falten entre los que tengan más votos. Hecha esta separa
ción, procederá a elegir entre éstos, uno por uno, los que hayan de nom brarse.
C uando en el escrutinio no resulte elección, se repetirá el acto conform e al
artículo 74.
Art- 79. En los casos de d uda por causa de igualdad en m ateria de elec
ciones, la suerte decide.
A rt. 80. C uando falte algún senador o representante por m uerte, re
nuncia, destitución u otra causa, se llenarán las vacantes por el Congreso,
escogiendo uno entre los tres que en los registros de las asambleas electorales
se sigan con m ayor n úm ero de votos, pero si en dichos registros no quedare
este núm ero, la respectiva C ám ara expedirá órdenes para que se nom bre otra
persona de la m anera prevenida en esta C onstitución. La duración del así
nom brado sólo será hasta las próxim as elecciones ordinarias.
A rt. 81. Si una m ism a persona fíiere nom brada a la vez por el depar
B IB L IO T E C A A Y A C L 'C H O 297
3, Ser d u eño de una propiedad raíz que alcance al valor libre de dos mil
pesos, o tener una renta o usufructo de quinientos pesos anuales o ser pro
fesor de alguna ciencia.
A rt. 8 8 . Los no nacidos en Q )lom bia necesitan para ser representantes
tener ocho años de residencia en la república y diez mil pesos en bienes raíces;
se exceptúan los nacidos en cualquier parte del territorio de América que en
el año de 1810 dependía de España y que no se ha unido a otra nación ex
tran jera, a quienes bastará tener cuatro años de residencia y cinco mil pesos
en bienes raíces.
A rt. 89. La Cám ara de representantes tiene el derecho exclusivo de acu
sar ante el Senado al Presidente de la República, al vicepresidente y a los
m inistros de la Alta C orte de Justicia, en todos los casos de una conducta m a
nifiestam ente contraria al bien de la república y a los deberes de sus empleos,
o de delitos graves contra el orden social.
A rt. 90. Los dem ás em pleados de Colom bia tam bién están sujetos a la
inspección de la C ám ara de representantes, y podrá acusarlos ante el Senado
p o r el mal desem peño de sus funciones, u otros graves crímenes. Pero esta
facultad no deroga ni dism inuye la de otros jefes y tribunales para velar la
observancia de las leyes, y juzgar, deponer y castigar según ellas a sus respec
tivos subalternos.
. A r t 91. El tiem po de las funciones de representante será de cuatro años.
A rt. 92. A la C ám ara de representantes corresponde la calificación de
las elecciones y cualidades de sus respectivos m iem bros, su adm isión y la
resolución de las dudas que sobre esto pueden ocurrir.
A rt. 93. El Senado de Colom bia se com pone de ios senadores nom bra
dos p o r los departam entos de la república, conform e a esta Constitución.
Cada d ep artam en to tendrá cuatro senadores.
A rt. 94. El tiem po de las funciones de los senadores será de ocho años.
Pero los senadores de cada departam ento serán divididos en dos clases: los
de la p rim era quedarán vacantes al fin del cuarto año, y los de la segunda, al
fin del octavo; de m odo que cada cuatro años se haga la elección de la m itad
de ellos. En esta vez la C ám ara, en su prim era reunión sacará a la suerte los
298 P R I M E R .\S C O N S n r U C I O N E S . L A T IN O A M E R IC A Y EL C A R IB E
dos senadores de cada departam ento, cuyas funciones hayan de expirar al fin
del prim er período.
A rt. 95. Para ser senador se necesita, además de las calidades de elector;
1 . Treinta años de edad;
2 . Ser natural o vecino del departam ento que hace la elección;
3. Tres años de residencia en el territo rio de la república inm ediatam en
te antes de la elección, con las excepciones del artículo 87;
4. Ser dueño de una propiedad que alcance el valor libre de cuatro mil
pesos en bienes raíces; o en su defecto tener el usufructo o renta de qu in ien
tos pesos anuales, o ser profesor de alguna ciencia.
A rt. 96. Los no nacidos en C olom bia no podrán ser senadores, sin tener
doce años de residencia y dieciséis m il pesos en bienes raíces; se exceptúan los
nacidos en cualquier parte del territo rio de la América que en el año de 1810
dependía de la España y que no se ha unido a otra nación extranjera, a quienes
bastará tener seis años de residencia y ocho mil pesos en bienes raíces.
A rt. 97. Es una atribución especial del Senado ejercer el poder natural
de una Corte de Justicia, p ara oír, juzgar y sentenciar a los em pleados de la
república, acusados p o r la C ám ara de representantes en los casos de los ar
tículos 89 y 90.
A rt. 98. En los casos en que el Senado hace las funciones de C orte de
Justicia, la Cám ara de representantes escoge uno de sus m iem bros para que
haga las veces de acusador, el cual procederá conform e a las órdenes e ins
trucciones que le com unique la Cám ara.
A lt. 99. El Senado instruye el proceso por sí m ism o o por com isión em a
nada de su seno, reservándose la sentencia, que la pronunciará él m ism o.
A rt. 100. Siempre que una acusación propuesta ante el Senado es ad m i
tida por él, queda de hecho suspenso de su em pleo el acusado, y la autoridad
a quien corresponde provee la plaza interinam ente.
A rt. 101. Nadie podrá ser condenado en estos juicios sin el voto u n án i
m e de las dos terceras partes de los senadores presentes.
A rt. 102. Las determ inaciones del Senado en estos casos no po d rán ex
tenderse a otra cosa que d eponer de su empleo al convencido y declararle
incapaz de obtener otros honoríficos, lucrativos o de confianza en C olom bia,
pero el culpado quedará, sin em bargo, sujeto a acusación, prueba, sentencia
y castigo según la ley.
B IB U O T E C A A lfA C U C H O 299
A rt. 103. En los casos en que el Senado lo juzgue conveniente, asistirá
a sus juicios, para inform ar e instruir en el derecho, el presidente de la Alta
C orte de Justicia, o alguno de sus miem bros.
A rt. 104. Los decretos, autos y sentencias que pronuncie el Senado en
estos juicios deben ejecutarse sin la sanción del Poder Ejecutivo.
300 P R I M E R .\S C O N S T r r U C I O N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
SECCIÓN II. DE LAS FUNCIONES, DEBERES
Y PRERROGATIVAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 301
A rt. 123. Tam bién le corresponde el nom bram iento de los dem ás em
pleados civiles y m ilitares que no reserve a otra autoridad la C onstitución o
la ley.
A rt. 124. Cuida de que la justicia se adm inistre pronta y cum plidam ente
po r los tribunales y juzgados de la república, y de que sus sentencias se cum
plan y ejecuten.
A rt. 125. Puede suspender de sus destinos a los empleados ineptos o que
delincan en razó n de su oficio; p ero avisará al m ism o tiem po al trib u n al
que corresponda, acom pañándole el expediente o los docum entos que m o
tivaron su procedim iento, para que siga el juicio con arreglo a las leyes.
A rt. 126. No puede privar a ningún individuo de su libertad, ni im po
nerle pena alguna. En caso de que el bien y la seguridad de la república exijan
el arresto de alguna persona, p o d rá el Presidente expedir órdenes al efecto,
pero con la condición de que den tro de cuarenta y ocho horas, deberá hacerla
entregar a disposición del tribunal o juez com petente.
A rt. 127. En favor de la h um an id ad puede, cuando lo exija algún grave
m otivo, co n m u tar las penas capitales de acuerdo con los jueces que conozcan
de la causa, bien sea a su propuesta o a la de aquéllos.
A rt. 128. En los casos de conm oción interior a m ano arm ada que am e
nace la seguridad de la república, y en los de una invasión exterior repentina,
puede, con previo acuerdo y consentim iento del Congreso, dictar todas aque
llas m edidas extraordinarias que sean indispensables y que no estén com
prendidas en la esfera natural de sus atribuciones. Si el Congreso no estuviere
reunido, tendrá la m ism a facultad po r sí solo; pero le convocará sin la m enor
dem ora, para proceder conform e a sus acuerdos. Esta extraordinaria au to ri
zación será lim itada únicam ente a los lugares y tiem po indispensablem ente
necesarios.
A rt. 129. El Presidente de la República, al abrir el Congreso sus sesiones
anuales, le dará cuenta en sus dos Cám aras del estado político y m ilitar de la
nación; de sus rentas, gastos y recursos, y le indicará las m ejoras y reformas
que p ueden hacerse en cada ramo.
A rt. 130. Tam bién dará a cada Cám ara cuantos inform es pida, pero
reservando aquellos cuya publicación no convenga por entonces, con tal que
no sean contrario s a los que presenta.
A rt. 131. El Presidente de la República, m ientras dura en este empleo.
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 303
p or escrito o de palabra en sus respectivos ram os, reservando solam ente lo
que no convenga publicar.
A rt. 140. La Alta C orte de Justicia de Colom bia se com pondrá de cinco
m inistros, p o r lo menos.
A rt. 14L Para ser m inistro de la Alta Corte de Justicia se necesita:
1 . G ozar de los derechos de elector;
2. Ser abogado no suspenso;
3. Tener la edad de treinta años cumplidos.
A rt. 142. Los m inistros de la Alta Corte de Justicia serán propuestos por
el Presidente de la República a la Cám ara de representantes en núm ero triple.
La C ám ara reduce aquel núm ero al doble, y lo presenta al Senado para que
éste n om bre los que deben com ponerla. El m ism o orden se seguirá siempre
que p o r m uerte, destitución o renuncia, sea necesario reem plazar toda la Alta
C orte, o alguno de sus m iem bros. Pero si el Congreso no estuviere reunido,
el Poder Ejecutivo proveerá interinam ente las plazas vacantes hasta que se
haga la elección en la form a dicha. En esta vez serán nom brados por el actual
Congreso.
A rt. 143. C orresponde a la Alta Corte de Justicia el conocim iento:
1. De los negocios contenciosos de em bajadores, m inistros, cónsules o
agentes diplom áticos;
2. De las controversias que resultaren en los tratados y las negociaciones
que haga el Poder Ejecutivo;
3. De las com petencias suscitadas o que suscitaren en los tribunales
superiores.
A rt. 144. La ley determ inará el grado, form a y casos en que debe conocer
de los negocios expresados y de cualquiera otros civiles y crim inales que se
les asignen.
A rt. 145. Los m inistros de la Alta C orte de Justicia du rarán en sus em
pleos todo el tiem po de su buena conducta.
3 0 4 P R lM E U fV S C O N S T IT L 'C lO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
Art. 146. En periodos fijos determ inados por la ley, recibirán por este
servicio los sueldos que se les asignaren.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 305
SECCION II. DE LA ADMINISTRACIÓN
DE LAS PROVINCIAS Y CANTONES
A rt. 156. Todos los colom bianos tienen el derecho de escribir, im prim ir
y publicar librem ente sus pensam ientos y opiniones, sin necesidad de exa
m en, revisión o censura alguna anterior a la publicación. Pero los que abu
sen de esta preciosa facultad sufrirán los castigos a que se hagan acreedores
conform e a las leyes.
A rt. 157. La libertad que tienen los ciudadanos de reclam ar sus dere
chos ante los depositarios de la autoridad pública, con la m oderación y el
respeto debidos, en ningún tiem po será im pedida ni lim itada. Todos, por el
contrario, deberán hallar un rem edio pronto y seguro, con arreglo a las leyes,
de las injurias y d años que sufi-ieren en sus personas, en sus propiedades, en
su h o n o r y estim ación.
A rt. 158. Todo ho m b re debe presum irse inocente hasta que se le declare
culpado con arreglo a la ley. Si antes de esta declaratoria se juzga necesario
arrestarle o prenderle, no debe emplearse ningún rigor que no sea indispen
sable para asegurarse de su persona.
A rt. 159. En negocios crim inales ningún colom biano puede ser preso
sin que preceda inform ación sum aria del hecho por el que merezca, según la
ley, ser castigado con pena corporal.
A rt. 160. En fraganti todo delincuente puede ser arrestado, y todos pue
den arrestarle y conducirle a la presencia del juez, para que se proceda inm e
diatam ente a lo prevenido en el artículo anterior.
306 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 161. Para que un ciudadano pueda ser preso se necesita:
1. Una orden de arresto firm ada p o r la autoridad a quien la ley confiera
este poder;
2. Q ue la orden exprese los m otivos para prisión;
3. Q ue se le intim e y dé una copia de ella.
A rt. 162. N ingún alcaide o carcelero puede adm itir ni detener en la p ri
sión a ninguna persona sino después de haber recibido la orden de prisión o
arresto, de que habla el artículo anterior.
A rt. 163. El alcaide o carcelero no podrá prohibir al preso la com unica
ción con persona alguna sino en el caso de que la orden de prisión contenga
la cláusula de incom unicación. Ésta no puede d u rar m ás de tres días; y nunca
usará de otros aprem ios o prisiones que los que expresam ente le haya preve
n ido el juez.
A rt. 164. Son culpables y están sujetos a las penas de detención arb i
traria:
1. Los que sin poder legal arrestan, hacen o m andan arrestar a cualquier
persona;
2. Los que con dicho poder abusan de él, arrestando, o m andando a arres
tar, o continuando en arresto a cualquier persona, fuera de los casos deter
m inados por la ley, o contra las formas que haya prescrito, o en lugares que no
estén pública y legalmente conocidos p o r cárceles;
3. Los alcaides o carceleros que contravengan a lo dispuesto en los ar
tículos 162 y 163.
A rt. 165. En cualquier tiem po en que parezcan desvanecidos los m o ti
vos que h u b o para el arresto, detención o prisión, el arrestado será puesto en
libertad. Tam bién la obtendrá dando fianza, en cualquier estado de la causa
en q u e se vea que no puede im ponérsele pena corporal. Al tiem po de tom ar
la confesión al prócesado, que deberá ser a lo más dentro del tercero día, se
le leerán íntegram ente todos los docum entos y declaraciones de los testigos,
con los nom bres de éstos; y si por ellos no los conociere, se le darán todas las
noticias posibles para que venga en conocim iento de quiénes son.
A rt. 166. Nadie podrá ser juzgado por com isiones especiales, sino por
los tribunales a quienes corresponda el caso p o r las leyes.
A rt. 167. Nadie podrá ser juzgado, y m ucho m enos castigado sino en
virtud de u na ley anterior a su delito o acción, y después de habérsele oído
BIBUOTECAAYACUCHO 309
TÍTULO IX. DEL JURAMENTO DE LOS EMPLEADOS
TÍTULO X. DE LA OBSERVANCL\
DE LAS LEYES ANTIGUAS, INTERPRETACIÓN
Y REFORMA DE ESTA CONSTITUCIÓN
A rt. 188. Se declaran en su fuerza y vigor las leyes que hasta aquí han regi
do en todas las m aterias y puntos que directa o indirectam ente no se opongan
a esta C onstitución ni a los decretos y las leyes que expidiere el Congreso.
A rt. 189. El Congreso podrá resolver cualquier duda que ocurra sobre
la inteligencia de algunos artículos de esta Constitución.
A rt. 190. En cualquier tiem po en que las dos terceras partes de cada
una de las C ám aras juzguen conveniente la reform a de algunos artículos de
esta C onstitución, podrá el Congreso proponerla para que de nuevo se tom e
en consideración, cuando se haya renovado, por lo m enos, la m itad de los
m iem bros de las C ám aras que propusieron la reform a; y si entonces fuere
tam bién ratificada p o r los dos tercios de cada una, procediéndose con las
form alidades prescritas en la Sección I del Título IV, será válida y hará parte
de la C onstitución; pero nunca podrán alterarse las bases contenidas en la
Sección I del T ítulo I y en la II del Título II.
A rt. 191. C uando ya libre toda o la mayor parte de aquel territorio de la
Dada en el p rim er Congreso General de Colom bia, y firm ada por todos
los diputados presentes en la Villa del Rosario de Cúcuta, a treinta de agosto
del año del Señor de mil ochocientos veintiuno, undécim o de la indepen
dencia.
Simón Bclivar
Pedro Gual
El ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores
Diego B. Urbaneja
El ministro del Interior y de Justicia
LEY D E 12 D E N O V IE M B R E D E 1823^^
S E C C IÓ N I. D E LA N A C IÓ N
B IB U O T E C A A Y A aC H O 313
A rt. 3. La soberanía reside esencialm ente en la nación, y su ejercicio en
los m agistrados, a quienes ella ha delegado sus poderes.
A rt. 4. Si la nación no conserva o protege los derechos legítimos de todos
los individuos que la com ponen, ataca el pacto social: así com o se extrae de
la salvaguardia de este pacto cualquiera que viole alguna de las leyes funda
m entales.
A rt. 5. La nación no tiene facultad para decretar leyes que atienten a los
derechos individuales.
BIBLIOTECA AYACUCHC) 3 1 5
A rt. 21. Se m oderarán estas reglas en orden a los naturales de las demás
secciones independientes de América, según sus convenciones recíprocas con
la república.
A rt. 22. Sólo la ciudadanía abre la puerta a los em pleos, cargos o des
tinos de la república, y da el derecho de elección en los casos prefijados por
la ley. Esta disposición no obsta para que los peruanos que aún no hayan
com enzado a ejercer la ciudadanía puedan ser adm itidos a los empleos, que,
por otra p arte, no exijan edad legal.
A rt. 23. Todos los ciudadanos son iguales ante la ley, ya prem ie, ya cas
tigue. Q uedan abolidos los empleos y privilegios hereditarios.
A rt. 24. El ejercicio de la ciudadanía se suspende únicam ente;
1. En los que p o r ineptitud física o m oral no puedan obrar libremente;
2. Por la condición de sirviente doméstico;
3. Por la tacha de deudor quebrado, o deudor m oroso al tesoro público;
4. Por n o tener em pleo, oficio o m odo de vivir conocido;
5. En los procesos crim inalm ente;
6. En los casados que sin causa abandonen [a] sus mujeres, o que noto
riam ente falten a las obligaciones de familia;
7. En los jugadores, ebrios, truhanes y adem ás que con su vida escanda
losa ofendan la m oral pública;
8. Por com erciar sufragios en las elecciones.
A rt. 25. Se pierde el derecho de ciudadanía únicam ente;
1. Por naturalizarse en tierra de G obierno extranjero.
2. Por im posición de pena aflictiva o infam ante, si no se alcanza reha
bilitación, la que n o tendrá lugar en los traidores a la patria, sin pruebas muy
circunstanciadas a juicio del Congreso.
A rt. 26. Las condiciones que indica este capítulo, calificadas legalmente,
se tendrán en consideración al arreglar el censo constitucional cada quinque
nio, del que se form ará el registro cívico de toda la república.
316 1
PR MER.VS CONSTnrCIONES. UTINOAM ÉRICA Y ELCARIBH
SECCIÓN II. DEL GOBIERNO
Art. 30. Tocando a la nación hacer sus leyes por medio de sus represen
tantes en el Congreso, todos los ciudadanos deben concurrir a la elección de
ellos, en el m odo que reglam ente la ley de elecciones, conform e a los p rin ci
pios que aquí se establecen. Esta es la única función del Poder Nacional que
se puede ejercitar sin delegarla.
Art. 3 1. La elección de diputados se hará por medio de colegios electora
les de parroquia y de provincia, señalándose para la reunión de los prim eros
el prim er dom ingo de mayo, y para la de los segundos el prim er dom ingo de
junio, a fin de que en septiem bre puedan reunirse todos ios diputados en la
capital de la república.
Art. 32. Constituyen los colegios electorales de parroquia todos los veci
nos residentes en ella que estuviesen en ejercicio de la ciudadanía, presididos
por el alcalde o regidor que se designare, y asistencia del secretario y escruta
dores que nom brará el colegio de entre los concurrentes.
A rt. 33. Por cada doscientos individuos se nom brará un elector, cual
quiera que sea el censo parroquial.
A rt. 34. Para ser elector parroquial se exige:
1. Ser ciudadano en ejercicio;
2. Ser vecino y residente en la parroquia;
3. Tener una propiedad que produzca trescientos pesos cuando m enos,
o ejercer cualquier arte u oficio, o estar ocupado en alguna industria útil que
los rinda anualm ente, o ser profesor público de alguna ciencia.
BIBUCn-ECAAYACUCHO 317
A lt. 35. Los colegios electorales de parroquia rem itirán cerradas y sella
das, a la m unicipalidad de la capital de la provincia, las actas de sus elecciones,
a fin de que contestada la identidad de los elegidos, puedan tener lugar los
actos subsecuentes.
A rt. 36. Form an los colegios electorales de provincia, todos los electores
de parro q u ia reunidos en su capital presididos por un ciudadano nom brado
p o r ellos m ism os, y asistencia del secretario y escrutadores que se elegirán
de su seno.
A rt. 37. Reunido el colegio procederá a elegir en sesión pública perm a
nente los representantes o diputados que correspondan a la provincia.
A rt. 38. Elegirá asim ism o un suplente por cada tres diputados propieta
rios. Y si no correspondiere a la provincia más que uno sólo de éstos, elegirá
sin em bargo un suplente.
A rt. 39. Los colegios electorales de provincia rem itirán, cerradas y se
lladas, al Senado conservador las actas de sus elecciones, para el fin indicado
en el artículo 34.
A rt. 40. El cargo de elector cesa verificadas las elecciones, pero si en el
intervalo de una legislatura a su renovación, ocurriere m otivo de elecciones,
se reunirán los m ism os electores.
A rt. 41. M ientras se aum enta considerablem ente la población, se decla
ra p o r base representativa para cada diputado, la de doce mil almas.
A rt. 42. La provincia que no tuviere este núm ero, pero que pase de la
m itad, elegirá sin em bargo un diputado. Y la que tuviere esta sobre los doce
mil, elegirá dos diputados, y así progresivam ente.
A rt. 43. Para el grave cargo de representante es necesario:
1. Ser ciudadano en ejercicio;
2. Ser m ayor de veinticinco años;
3. Tener u na propiedad o renta de ochocientos pesos cuando m enos, o
ejercer cualquier in dustria que los rinda anualm ente, o ser profesor público
de alguna ciencia.
4. H aber nacido en la provincia o estar avecindado en ella diez años an
tes de su elección, pudiendo recaer ésta en individuos del Colegio electoral.
A rt. 44. Verificada la elección, otorgará cada Colegio electoral de pro
vincia a sus representantes, los correspondientes poderes, con arreglo a la
fórm ula que prescriba la ley reglam entaria de elecciones.
BIBUOTECAAY.\CX)CHO 319
A lt. 54. Se abrirán indispensablem ente las sesiones el 21 del m ism o
mes con asistencia del Poder Ejecutivo, sin que la falta de éste por cualquier
im ped im en to pueda diferirla.
A rt. 55. Se renovará el Congreso por m itad cada dos años, de m odo
que cada cuatro lo sea totalm ente, designando en la prim era vez la suerte los
dip u tad o s que cesaren.
A rt. 56. El reglam ento actual, sin perjuicio de las reformas que en él se
hicieren, fijará la econom ía interior del Q )ngreso y todas las form alidades
convenientes.
A rt. 57. Los diputados son inviolables por sus opiniones, y jam ás po
drán ser reconvenidos ante la ley p o r las que hubieren m anifestado en el
tiem po del desem peño de su com isión.
A rt. 58. N ingún diputado d urante su diputación, podrá obtener para
sí, ni p retender para otro, em pleo, pensión o condecoración alguna, si no es
ascenso de escala en su carrera.
A rt. 59. En las acusaciones crim inales contra los diputados no enten
derá o tro juzgado ni tribunal que el Congreso, conform e a su reglam ento
interior; y m ientras perm anezcan las sesiones del Congreso no podrán ser
dem andados civilmente, ni ejecutados por deudas.
A rt. 60. Son facultades exclusivas del Congreso:
1. D ecretar y sancionar las leyes, interpretarlas, modificarlas o dero
garlas;
2. C onceder indultos generales o particulares;
3. A probar los reglam entos de cualesquiera cuerpos o establecimientos
nacionales;
4. C rear milicias nacionales y aum en tar o reducir las fuerzas de línea;
5. D ecretar el aum ento o dism inución de las fuerzas navales;
6. D ecretar la guerra con presencia de las instrucciones del Poder Eje
cutivo, y requerir a éste para que negocie la paz;
7. A probar los tratados de paz y dem ás convenios procedentes de las
relaciones exteriores en todos respectos;
8. Establecer los m edios de pagar la deuda pública al paso que vaya
liquidándose;
9. D ecretar las contribuciones, im puestos y derechos para el sostén y
defensa de la república;
3 20 PRIMERAS c o N s r r r u a o N E S . La t i n o a m é r ic a y e l c a r i b e
10. A probar la repartición de las contribuciones entre los departam en
tos y provincias;
11. Arreglar anualm ente la tarifa de los gastos públicos en vista de los
datos que sum inistre el Poder Ejecutivo;
12. Abrir em préstitos en caso necesario, den tro o fuera de la república,
pudiendo em peñar el crédito nacional;
13. Exam inar y aprobar la inversión de los caudales públicos;
14. D eterm inar la m oneda en todos sus respectos, fijar y uniform ar los
pesos y medidas;
15. Crear o su p rim ir empleos públicos y asignarles la correspondiente
dotación;
16. C onceder cartas de naturaleza y ciudadanía:
17. C onceder títulos de villa o de ciudad a los lugares;
18. Arreglar la dem arcación interior del territorio para su m ejor adm i
nistración, y fundar nuevas poblaciones, previo el inform e del Poder Ejecu
tivo;
19. C onceder prem ios a los benem éritos de la patria y decretar honores
a su m em oria;
20. C onceder privilegios tem porales a los autores de alguna invención
útil a la república;
21. Instituir fiestas nacionales para m antener la unión cívica, avivar el
patriotism o y perp etu ar la m em oria de los sucesos más célebres de la inde
pendencia nacional;
22. D ecretar todo lo necesario para la instrucción pública por medio
de planes fijos e instituciones convenientes a la conservación y progresos de
la fuerza intelectual y estím ulo de los que se dedicaren a la carrera de las
letras;-
23. Crear establecim ientos de caridad y beneficencia;
24. Elegir el Presidente y vicepresidente de la República de entre los
individuos que le proponga el Senado;
25. Designar p o r escrutinio los senadores de cada departam ento de en
tre los elegidos p o r las provincias, cuidando de que no salgan dos de una
misma provincia;
26. N om brar cada bienio los individuos de la ju n ta conservadora de la
libertad de im prenta;
BlBLlcyrECAAYACUCHÜ 323
A rt. 77. En defecto del vicepresidente adm inistrará el Poder Ejecutivo el
presidente del Senado hasta la elección ordinaria de nuevo Presidente.
Art. 78. El Presidente es responsable de los actos de su adm inistración.
Art. 79. El Presidente es Jefe de la adm inistración general de la república,
y su autoridad se extiende tanto a la conservación del orden público en lo in
terior, com o a la seguridad exterior conform e a la C onstitución y a las leyes.
A rt. 80. Además son facultades exclusivas del Presidente:
1. Prom ulgar, m andar, ejecutar, guardar y cum plir las leyes, decretos y
resoluciones del Congreso, y expedir las providencias indispensablem ente
necesarias p ara su efecto;
2. Tiene el m ando suprem o de la Fuerza Armada;
3. O rd en ar lo conveniente para que se verifiquen las elecciones popula
res en los días señalados p or la Constitución;
4. D eclarar la guerra a consecuencia de la resolución del Congreso;
5. E n trar en tratados de paz y alianza, y otros convenios procedentes de
relaciones extranjeras con arreglo a la Constitución;
6. D ecretar la inversión de los caudales destinados p o r el Congreso a los
diversos ram os de la adm inistración pública;
7. N o m b rar los oficiales del Ejército y Armada, y de coronel inclusive
para arriba con acuerdo y consentim iento del Senado;
8. N o m b rar p o r sí los m inistros de Estado, y los agentes diplom áticos
de acuerdo con el Senado;
9. Velar sobre la exacta adm inistración de justicia en los tribunales y
juzgados y sobre el cum plim iento de las sentencias que éstos pronunciaren;
10. D ar cuenta al Congreso en cada legislatura de la situación política
y m ilitar de la república, indicando las mejoras o reform as convenientes en
cada ram o.
A rt. 81. Lim itaciones del Poder Ejecutivo:
1. No puede m an d ar personalm ente la Fuerza A rm ada sin consenti
m iento del Congreso, y, en su receso, sin el del Senado;
2. No puede salir del territorio de la república sin perm iso del Congreso;
3. Bajo ningún pretexto puede conocer en asunto alguno judicial;
4. No puede privar de la libertad personal a ningún peruano; y en caso
de que fu ndadam ente exija la seguridad pública, el arresto o detención de
alguna persona, podrá ordenar lo oportuno, con la indispensable condición
A rt. 87. Se com pone de tres senadores por cada departam ento, elegidos
por las provincias y designados conform e a la facultad 25 del Capítulo IIL
A rt. 88. Cada provincia elegirá dos senadores propietarios y un suplen
te, y rem itirá las actas de su elección al Congreso.
A rt. 89. El cargo de senador d urará doce años, distribuyéndose su n ú
mero, p or lo que hace a su renovación, p o r cada departam ento en tres ó rde
nes. Los de la prim era cesarán al fin del cuarto año; los de la segunda, al del
octavo, y los de la tercera, al del decim osegundo; de suerte que cada doce años
se renueve la totalidad del Senado, saliendo p o r suerte en los dos prim eros
cuatrienios los que deben cesar.
A rt. 90. Las atribuciones del Senado son:
1. Velar sobre la observancia de la Constitución y de las leyes, y sobre la
conducta de los m agistrados y ciudadanos;
BIBUÜTECAAYACUCHO 32 5
2. Elegir y presentar al Poder Ejecutivo los em pleados de la lista civil de la
república, y elegir los de la eclesiástica que deban nom brarse p o r la nación;
3. C onvocar a Congreso extraordinario, si fuere necesario; declarar la
guerra o hacer tratados de paz, o, en otras circunstancias de igual gravedad,
o cuando para ello lo excitare el Poder Ejecutivo;
4. Convocar a Congreso ordinario cuando no lo hiciere el Poder Ejecu
tivo en el tiem po prescrito p o r la C onstitución;
5. Decretar, tan to en los casos ordinarios com o en los extraordinarios,
que ha lugar a form ación de causa contra el m agistrado que ejerciere el Poder
Ejecutivo, sus m inistros y el Suprem o Tribunal de Justicia;
6. Prestar su voto consultivo al Poder Ejecutivo en los negocios graves
de G obierno, y señaladam ente en los que respectan al interés particular de
los d epartam entos y en los de paz y guerra;
7. A brir em préstitos dentro de la república en caso necesario;
8. Resolver en conform idad del artículo 63;
9. Exam inar las bulas, decretos y breves pontificios para darles el pase o
decretar su detención;
10. Velar sobre la conservación y m ejor arreglo de las reducciones de los
Andes; y prom over la civilización y conversión de los infieles de su territorio
conform e al espíritu del Evangelio;
11. H acer su respectivo reglam ento y presentarlo para su aprobación
al Congreso.
A rt. 91. El Senado no puede procesar ni p o r acusación, ni de oficio; sí
sólo p o n er en conocim iento del Suprem o Tribunal de Justicia cualquiera
ocurrencia relativa a la conducta de los m agistrados sin perjuicio de la a tri
bución 5 de este capítulo.
A rt. 92. Para ser senador se requiere:
1. C uarenta años de edad;
2. Ser ciudadano en ejercicio;
3. H aber nacido en la provincia o departam ento que le elige o estar ave
cindado en él diez años antes de su elección;
4. Tener una propiedad que exceda el valor de diez mil pesos en bienes
raíces, o el goce o renta de dos mil pesos anuales, o el ser profesor público de
alguna ciencia;
5. G ozar del concepto de una probidad incorruptible y ser de conocida
ilustración en algún ram o de pública utilidad.
3 2 6 PRIMERAS coNsrrruaoNES. u t i n o a m e r i c a y e l c a r i b e
A r t 93. De los senadores serán por ahora precisam ente seis eclesiásticos
y no más.
A rt. 94. La ley reglam entaria de elecciones determ inará el m odo de
nom brarse estos eclesiásticos.
BIBLIOTEOAY.\CUCHO 327
6 . C onocer de los recursos de nulidad que se interpongan contra las
sentencias dadas en últim a instancia por las Cortes Superiores, para el efecto
reponer y devolver;
7. O ír las dudas de los demás tribunales y juzgados sobre la inteligen
cia de alguna ley, y consultar sobre ellas fundam entalm ente al Poder Legis
lativo;
8 . C onocer de las causas concernientes a los negocios diplom áticos y de
los contenciosos entre los m inistros, cónsules, o agentes diplom áticos.
A rt. 101. H abrá en los departam entos de Lima, Trujillo, Cuzco, A requi
pa y dem ás que conviniese, Cortes Superiores de Justicia com puestas de los
vocales y fiscales necesarios.
A rt. 102. Son atribuciones de las Cortes Superiores:
1. C onocer en segunda y tercera instancia de todas las causas civiles del
fuero com ún, H acienda Pública, comercio, m inería, presas y comisos;
2 . C onocer de las causas crim inales m ientras se pone en observancia el
juicio de jurados;
3. D ecidir las com petencias suscitadas entre los tribunales y juzgados
subalternos;
4. C onocer de los recursos de fuerza en su respectivo departam ento.
A rt. 103. Para ser individuo de las Cortes Superiores es necesario:
1. Tener treinta y cinco años de edad;
2. Ser ciudadano en ejercicio;
3. H aber sido juez de derecho, o ejercido otro empleo o destino equi
valente.
A rt. 104. H abrá jueces de derecho con sus juzgados respectivos en todas
las provincias, arreglándose su núm ero en cada una de ellas según lo exija la
p ro n ta adm inistración de justicia.
A rt. 105. Para ser Juez de Derecho se requiere:
1. Treinta años de edad;
2. Ser ciudadano en ejercicio;
3. Ser abogado recibido en cualquier tribunal de la república;
4. H aber ejercido la profesión cuando m enos por seis años con rep u ta
ción notoria.
A rt. 106. Los Códigos Civil y Crim inal prefijarán las form as judiciales.
N inguna au to rid ad podrá abreviarlas ni suspenderlas en caso alguno.
3 2 8 P R IM E R A S C O N S T IT O C IO N E S . L A T I N O A M f .R I O Y EL C A R IB E
A rt. 107. En las causas crim inales el juzgam iento será público, el hecho
reconocido y declarado p o r jurados, y la ley aplicada po r los jueces.
A rt. 108. El nom b ram ien to de jurados, su clase, atribuciones y m odo de
proceder, se designará p o r un reglamento particular. Entre tanto continuarán
los juicios crim inales en orden prevenido por las leyes.
A rt. 109. Producen acción popular contra los jueces el soborno, la pre
varicación, el cohecho, la abreviación o suspensión de las form as judiciales,
el procedim iento ilegal contra la libertad personal y la seguridad del d om i
cilio.
A rt. 110. Se adm inistrará la justicia en nom bre de la nación.
A rt. 111. Los jueces de prim era instancia son responsables personal
m ente de su conducta ante las Cortes Superiores, y los individuos de éstas
ante la Suprem a C orte de Justicia.
A rt. 112. Todas las causas civiles y crim inales se fenecerán dentro del
territorio de cada C orte Superior.
A rt-113. No se conocen m ás que tres instancias en los juicios.
A rt. 114. Q ueda abolido el recurso de injusticia notoria.
A rt. 115. Q ueda abolida toda confiscación de bienes, y toda pena cruel y
de infamia trascendental. El Código Crim inal lim itará, en cuanto sea posible,
la aplicación de la pena capital a los casos que exclusivamente la merezcan.
A r t 116. N inguna pena infam a a otro individuo que al que la mereció
por la aplicación de la ley.
A rt. 117. D entro de veinticuatro horas se le hará saber a todo individuo
la causa de su arresto, y cualquiera om isión en este p u nto se declara atenta
toria de la libertad individual.
A rt. 118. N adie puede allanar la casa de ningún peruano, y caso que lo
exija fundada e indispensablem ente el orden público, se expedirá por el Poder
Ejecutivo la orden conveniente por escrito, que rem itirá desde luego al juez
que conozca de la causa, con la exposición de los datos que m otivaron este
procedim iento para que obre en el proceso.
A rt. 119. El agente que se excediere, bien en la sustancia de la orden que
indica el artículo anterior, bien en el m odo de cum plirla, injuria la autoridad
y la ley, y será castigado a proporción del abuso.
A rt. 120. No p odrá entablarse dem anda alguna civil, sin haberse in ten
tado la conciliación ante el juez de paz.
3 3 0 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
2. Tener treinta años de edad;
3. Probidad notoria.
A rt. 132. En la capital de cada d epartam ento habrá una Junta departa
mental, com puesta de un vocal por cada provincia elegido en la mism a forma
que los diputados.
A rt. 133. Esta junta es el Consejo del Prefecto que la presidirá, y pedirá
dictam en en los negocios graves.
A rt. 134. Se renovará cada dos años por m itad, designando en la prim e
ra vez la suerte los vocales que cesaren.
A rt. 135. Son atribuciones de esta junta:
1. Inspeccionar la conducta de las m unicipalidades e inform ar al senado
de lo que hubieren hecho con arreglo a sus atribuciones en favor de los pue
blos, y lo que hubieren dejado de hacer;
2. Form ar el censo y estadística de cada departam ento, cada quinquenio,
con presencia de los datos que sum inistren las m unicipalidades y remitirlo
al senado;
3. Prom over todos los ram os conducentes a la prosperidad del departa
m ento y señaladam ente la agricultura, industria y m inería;
4. C uidar de la instrucción pública y de los establecim ientos piadosos
y de beneficencia;
5. Velar sobre la inversión de los fondos públicos e intervenir en la repar
tición de las contribuciones que se hicieren al departam ento;
6 . Proponer al Senado, en terna, los ciudadanos para el gobierno político
de las provincias y distritos del departam ento;
7. Rem itir anualm ente al Senado lista de todas las personas benem éritas
en el departam ento para los empleos públicos;
8 . Inform ar anualm ente al Senado sobre los m edios y recursos o p o rtu
nos para la mayor prosperidad de las provincias, d ando razón de lo que h u
biere hecho conform e a sus atribuciones o lo que hubiere dejado de hacer;
9. Rem itir al Senado la lista de los tres ciudadanos elegibles para Presi
dente de la República.
A r t 136. Para ser vocal de esta junta se requieren las mismas calidades
que para diputado.
A rt. 137. Se elegirá el m ism o núm ero de suplentes que de propietarios
en cada Junta departam ental.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 331
CAPÍTULO X. PODER MUNICIPAL
AtL 138. En todas las poblaciones, sea cual fuere su censo, habrá m uni
cipalidades com puestas del alcalde o alcaldes, regidores, sindico o síndicos
correspondientes; en la inteligencia de que nunca podrá haber m enos de dos
regidores, ni más de dieciséis, dos alcaldes y dos síndicos.
Art. 139. La elección de estos individuos se hará por Colegios electorales
de parroquia, renovándose la m itad cada año según el reglamento resp>ectivo.
A lt- 140. Las atribuciones del régimen m unicipal dependen:
1. De la policía de orden;
2. De la policía de instrucción prim aria;
3. De la policía de beneficencia;
4. De la policía de salubridad y seguridad;
5. De la policía de com odidad, ornato y recreo.
Art. 141. Las m unicipalidades deben, además:
1. R epartir las contribuciones o em préstitos que se hubieren señalado
a su territorio;
2. Form ar los ordenam ientos municipales del pueblo y rem itirlos al
Congreso para su aprobación p o r m edio de la Junta departam ental;
3. Prom over la agricultura, industria y cuanto conduzca en razón de la
localidad al bien del pueblo;
4. Inform ar anualm ente a la Junta departam ental de lo que hubieren
hecho en conform idad de sus atribuciones, o de lo que hubieren dejado de
hacer, indicando los motivos.
Art-142. Los alcaldes son los jueces de paz de su respectiva población.
En las poblaciones num erosas ejercerán tam bién este oficio los regidores.
Art-143. C onocerán los jueces de paz de las dem andas verbales civiles
de m en o r cuantía; y de las crim inales sobre injurias leves y delitos menores
que sólo m erezcan una m oderada corrección.
Art. 144. Para ser alcalde, regidor o síndico se requiere:
1 . Ser ciudadano en ejercicio;
2. Tener veinticinco años de edad;
3. Ser n atural del pueblo o tener diez años de vecindad próxim am ente
antes de su elección;
4. Tener probidad notoria.
332 j>RiMHR.\s c o N s r r a ’a o N E s . L a t i n o a m é r i c a y e l c a r i b e
Art. 145. Ningún em pleado de Hacienda puede ser adm itido a los em
pleos municipales.
A rt. 146. N ingún ciudadano podrá excusarse de estas cargas.
A lt. 147. Toda m unicipalidad tendrá un secretario y un tesorero ele
gidos a pluralidad absoluta y con asignación deducida de los propios del
com ún.
B IB L IO T E C A A Y A O J C H O 333
atribuciones, escala, n úm ero y responsabilidad de los em pleados y el m odo
de rendir y liquidar las cuentas.
A rt. 155. Q uedan abolidos los estancos en el territorio de la república.
ArL 156. Las aduanas se situarán en los p uertos de m ar y en las fronte
ras en cuanto sea com patible con la recta adm inistración, con el interés del
Estado y el servicio público.
A rt. 157. Q uedan suprim idas las aduanas interiores; pero esta disposi
ción no tendrá efecto hasta que lo determ ine el G jngreso.
A rt. 158. Se establecerá en la capital de la república un banco general de
rescate de oro y plata y habilitación de m inas.
A r t 159. Se establecerán bancos de rescate en los principales asientos
de m inas a fin de auxiliar a los m ineros y facilitarles la pronta explotación y
beneficio de metales.
A rt. 160. Un reglam ento particular d eterm inará todo lo conducente a
estos establecim ientos.
A r t 161. La nación reconoce la deuda pública, y su pago depende del
h o n o r nacional; para cuyo fin decretará el C ongreso cuanto estim e necesario
a la dirección de este im portantísim o negocio.
A rt. 162. Las contribuciones se repartirán bajo la regla de igualdad y
p roporción, sin n inguna excepción ni privilegio.
A rt. 163. Las asignaciones de los funcionarios de la república son de
cuenta de la H acienda, cuyo arreglo se hará p o r un decreto particular con
concepto a la representación y circunstancias de los em pleos o destinos.
33 4 P R IM E R A S C O N S T r r U C lO N E S . LAT1NOA.V1ÉR1CAY EL C A R IB E
A rt. 168. La milicia cívica servirá para m antener la seguridad pública
entre los límites de cada provincia.
A lt. 169. No podrá traspasar estos límites sino en el caso de alguna
revolución entre otras provincias dentro o fuera del departam ento o en el
de invasión.
A rt. 170. En estos casos procederá el acuerdo del Congreso, y en su
receso el del Senado.
A rt. 171. El objeto de la guardia de policía es proteger la seguridad priva
da, purgando los cam inos de m alhechores, y persiguiendo a los delincuentes
con sujeción a las órdenes de la autoridad respectiva.
A rt. 172. No puede destinarse esta guardia a otro servicio, si no es en los
casos de revolución declarada, o de invasión; para lo que precederá el acuerdo
del Congreso, y en su receso el del Senado.
A rt. 173. El Congreso fijará anualm ente el núm ero de tropas necesa
rias en el ejército de línea, y el m odo de levantar las que fueren más conve
nientes.
A rt. 174. Las ordenanzas que prefijare el Congreso, determ inarán todo
lo relativo a la organización de estos cuerpos, la escala militar, disciplina y
arreglo económ ico del Ejército.
A rt. 175. La enseñanza e instrucción del Ejército y Arm ada dependen
de la educación que se dará en las escuelas o colegios m ilitares que deberán
establecerse.
A rt. 176. La milicia cívica se organizará en todas las provincias según su
población y circunstancias.
A rt- 177. Se creará una guardia de policía en todos los departam entos
que lo exijan conform e a las necesidades.
A rt. 178. El C ongreso fijará anualm ente el núm ero de buques de la
M arina m ilitar que deban conservarse arm ados.
A rt. 179. Todo m ilitar no es m ás que un ciudadano arm ado en defensa
de la república. Y así com o esta circunstancia le recom ienda de u na m anera
particular para las recom pensas de la patria; el abuso de ella contra la libertad
le hará excederse a los ojos de la nación y de cada ciudadano.
A rt. 180. N ingún p eru an o podrá excusarse del servicio m ilitar, según y
com o fuere llam ado p o r la ley.
BIBUOTECVkAYACUCHO 3 3 5
CAPÍTULO III. EDUCACIÓN PÚBLICA
A rt. 193. Sin em bargo de estar consignados los derechos sociales e in
dividuales de los peruanos en la organización de esta ley fundam ental, se
declaran inviolables:
1 . La libertad civil;
2. La seguridad personal y la del domicilio;
3. La propiedad;
4. El secreto de las cartas;
5. El derecho individual de presentar peticiones o recursos al Congreso
o al Gobierno;
6 . La buena opinión o fama del individuo, m ientras no se le declare
delincuente conform e a las leyes;
7 . La libertad de im prenta en conform idad de la ley que la arregle;
8 . La libertad de la agricultura, industria, com ercio y m inería, conform e
a las leyes;
9. La igualdad ante la ley, ya prem ie, ya castigue.
A rt. 194. Todos los peruanos pueden reclam ar el uso y ejercicio de estos
derechos, y es un deber de las autoridades respetarlos y hacerlos guardar re
B IB L IO T E C ^ A Y A C U C H O 337
ligiosam ente p o r todos los m edios que estén en la esfera de las atribuciones
de cada una de ellas.
Dada en la sala de sesiones, en Lima, a 12 de noviem bre del año del Señor
de 1823, cuarto de la Independencia y segundo de la república.
3 3 8 P R IM E R A S ( X ) N S T r r U C I O N E S . U T IN O A M É R IC .A Y EL C A R IB E
Porcada, diputado por Lima - Toribio de Alarco, diputado por Huancavelica -
José Bartolomé Zárate, diputado por Huamanga - Anselmo Flores, diputado por
Arequipa - José Gregorio Paredes, diputado por Lima - Manuel Muelle, diputado
por Huaylas, secretario - Miguel Otero, diputado por Tarma, secretario
Juan de Beringoaga
Por orden de S.E.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 339
BOLIVIA
CONSTITUCIÓN DE 1826*
TÍTULO I. DE LA NACIÓN
• Ciro Félix Trigo: com p., "C onstitución de 1826", Las constituciones de Bolivia, 2* ed., La Paz, Fondo
Editorial de la Biblioteca y Archivo H istórico del Honorable Congreso Nacional / Viccpresidcncia
de la República, 2003, pp. 201-225.
3 4 0 P R IM E R A S m N s r r r u a o . N E S . La t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
TÍTULO II. DE LA RELIGIÓN
CAPÍTULO Ú N ICO
A rt. n .S o n bolivianos:
1 . Todos los nacidos en el territorio de la república;
2. Los hijos de padre o m adre boliviana, nacidos fuera del territorio,
luego que m anifiesten legalmente su voluntad de domiciliarse en Bolivia;
3. Los que en Junín o Ayacucho com batieron por la libertad;
4 . Los extranjeros que obtengan carta de naturaleza, o tengan tres años
de vecindad en el territorio de la república;
5. Todos los que hasta el día han sido esclavos y, por lo m ism o, quedarán
de derecho libres, en el acto de publicarse la Constitución; pero no podrán
ab an don ar la casa de sus antiguos señores, sino en la forma que una ley espe
cial lo determ ine.
A rt. 12. Son deberes de todo boliviano:
1 . Vivir som etido a la C onstitución y a las leyes;
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 341
2. Respetar y obedecer a las autoridades constituidas;
3. C o n trib u ir a los gastos públicos;
4. Sacrificar sus bienes y su vida m isma, cuando lo exija la salud de la
república;
5. Velar sobre la conservación de las libertades públicas.
A rt. 13. Los bolivianos que estén privados del ejercicio del Poder Elec
toral, gozarán de todos los derechos civiles concedidos a los ciudadanos.
A rt. 14. Para ser ciudadano es necesario:
l.S e r boliviano;
2. Ser casado, o m ayor de veinte años;
3. Saber leer y escribir bien; que esta calidad sólo se exigirá desde el año
de 1836;
4. Tener algún em pleo o industria, o profesar alguna ciencia o arte, sin
sujeción a o tro en clase de sirviente doméstico.
A rt. 15. Son ciudadanos:
1. Los que en Junín o Ayacucho com batieron p o r la libertad;
2 . Los extranjeros que obtuvieron carta de ciudadanía;
3. Los extranjeros casados con boliviana, que reúnan las condiciones 3
y 4 del artículo 14;
4. Los extranjeros solteros, que tengan cuatro años de vecindad en la
república, y las m ism as condiciones.
A rt. 16. Los ciudadanos de las naciones de América, antes española,
gozarán de los derechos de ciudadanía en Bolivia, según los tratados que se
celebren con ellas.
A rt. 17. Sólo los que sean ciudadanos en ejercicio pueden obtener em
pleos y cargos públicos.
A rt. 18. El ejercicio de la ciudadanía se suspende:
1.Por dem encia;
2. Por la tacha de d eu d o r fraudulento;
3. Por hallarse procesado crim inalm ente;
4. Por ser n o to riam en te ebrio, jugador o mendigo;
5. Por co m p rar o vender sufragios en las elecciones, o tu rb a r el orden
de ellas.
A rt. 19. El derecho de ciudadanía se pierde:
1. Por traición a la causa pública;
A rt. 20. El Poder Electoral lo ejercen inm ediatam ente los ciudadanos
en ejercicio, n om brando por cada ciento un elector.
A rt. 21. El ejercicio del Poder Electoral no p odrá jamás ser suspenso; y
los m agistrados civiles, sin esperar orden alguna, deben convocar al pueblo
precisam ente en el periodo señalado p o r la ley.
A rt. 22. Una ley especial detallará el reglam ento de elecciones.
A rt. 23. El cuerpo electoral se com pone de los electores nom brados por
los sufragantes populares.
A rt. 24. Para ser elector es indispensable ser ciudadano en ejercicio y
saber leer y escribir.
A rt. 25. Cada cuerpo electoral d urará cuatro años, ai cabo de los cuales
cesará, dejando instalado al que le suceda.
A rt. 26. Los electores se reunirán todos los años, en la capital de su res
pectiva provincia, los días ¡ 2 , 2 ,3 ,4 ,5 y 6 de abril, para ejercer las atribuciones
siguientes:
1 . Calificar a los ciudadanos que entren en el ejercicio de sus derechos,
y declarar la inhabilidad de aquellos que estén en los casos de los artículos
18y 19;
2. N om brar, por la prim era vez, los individuos que han de com poner
las Cám aras;
3. Elegir y proponer en terna: 1 2 a las Cám aras respectivas, los m iem bros
que han de renovarlas o llenar sus vacantes; 2 ^ al Senado, los m iem bros de las
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 343
C ortes del distrito judicial a que p erten ecen ,/lo s jueces de prim era instancia;
3 » al Prefecto del departam ento, los jueces de paz que deban nom brarse;
4. P roponer: 12 al Poder Ejecutivo, de seis a diez candidatos para la pre
fectura de su departam ento; otros tantos para el G obierno de su provincia, y
para corregidores de sus cantones y pueblos; 2« al G obierno eclesiástico, una
lista de curas y vicarios para las vacantes de su provincia;
5. Recibir las actas de las elecciones populares, exam inar la identidad de
los nuevos elegidos, y declarar los n om brados constitucionalm ente;
6 . Pedir a las Cám aras cuanto crean favorable al bienestar de los ciuda
danos y quejarse de los agravios e injusticias que reciban de las autoridades
constituidas.
CAPÍTULO L DE LA DIVISIÓN,
ATRIBUCIONES Y RESTRICCIONES DE ESTE PODER
A rt. 27. El Poder Legislativo em ana inm ediatam ente de los cuerpos
electorales nom brados por el pueblo; su ejercicio reside en tres Cámaras:
1. De tribunos;
2. De senadores;
3. De censores;
A rt. 28. Cada Cám ara se com pondrá de veinte m iem bros en los prim e
ros veinte años.
A rt. 29. El día 6 del mes de agosto de cada año se reunirá por sí mismo
el cuerpo legislativo, sin esperar convocación.
A rt. 30. Las atribuciones particulares de cada cám ara se detallarán en
su lugar. Son generales:
1 . N o m b rar al Presidente de la República, y confirm ar a los sucesores a
pluralidad absoluta;
2. A probar al Vicepresidente, a propuesta del Presidente;
3. Elegir el lugar en que deba residir el G obierno, y trasladarse a otro
cuando lo exijan graves circunstancias, y lo resuelvan los dos tercios de los
m iem bros que com ponen las tres cámaras;
4. D ecidir, en juicio nacional, si ha lugar o no a la form ación de causa,
3 4 4 P R IM E R A S CONSTPrUaONES. L A T IN O A \« É R IC A Y EL C A R IB E
a los m iem bros de las Cám aras, al vicepresidente, y a los m inistros de Es
tado;
5. Investir, en tiem po de guerra o de peligro extraordinario, al Presiden
te de la República, con las facultades que se juzguen indispensables para la
salvación del Estado;
6 . Elegir, entre los candidatos que presenten en terna los cuerpos electo
rales, los m iem bros que deban llenar las vacantes en cada Cám ara.
A rt. 31. Los m iem bros del cuerpo legislativo podrán ser nom brados
vicepresidente de la República, o m inistros de Estado, dejando de pertenecer
a su Cámara.
A rt. 32. Ningún individuo del cuerpo legislativo podrá ser preso d u ran
te su D iputación, sino p o r orden de su respectiva C ám ara, a m enos que sea
sorprendido in fraganti en delito que merezca pena capital.
A lt.33. Los m iem bros del cuerpo legislativo serán inviolables por las opi
niones que em itan dentro de sus Cámaras, en el ejercicio de sus funciones.
A rt. 34. Cada legislatura durará cuatro años, y cada sesión anual dos
meses. Estas se abrirán y cerrarán a un tiempo, por las tres Cámaras.
A rt. 35. La apertura de las sesiones se hará anualm ente, con asistencia
del Presidente de la República, del vicepresidente, y de los m inistros de Es
tado.
A rt. 36. Las sesiones serán públicas y solam ente los negocios de Estado
que exijan reserva se tratarán en secreto.
A r t 37. Los negocios, en cada Cámara, se resolverán por la m ayoría ab
soluta de votos de los m iem bros presentes.
A rt. 38. Los em pleados que sean nom brados diputados para el cuerpo
legislativo, serán sustituidos interinam ente en el ejercicio de sus em pleos por
otros individuos.
A rt. 39. Son restricciones del cuerpo legislativo:
1. No se podrá celebrar sesión en ninguna de las Cám aras sin que estén
presentes las dos terceras partes de los respectivos individuos que las com
ponen; y deberá compelerse a los ausentes para que concurran a llenar sus
deberes;
2 . N inguna de las Cám aras podrá iniciar proyecto de ley relativo a ramos
que la C onstitución som ete a distinta Cámara; mas podrá invitar a las otras
para que tom en en consideración las m ociones que ella les pase;
3 4 6 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M F.RICA Y EL C A R IB E
8 . En las reform as que se crean necesarias en los ram os de Hacienda y
de Guerra;
9. En hacer la guerra o la paz, a propuesta del G obierno;
10. En las alianzas;
11. En conceder el pasaje a tropas extranjeras;
12. En las fuerzas arm adas de m ar y tierra para el año, a propuesta del
Gobierno;
13. En dar ordenanzas a la M arina, al Ejército y milicia nacional, a p ro
puesta del G obierno;
14. En los negocios extranjeros;
15. En conceder cartas de naturaleza y de ciudadanía;
16. En conceder indultos generales.
A lt. 44. La C ám ara de tribunos se renovará por m itad, cada dos años, y
su duración será de cuatro. En la prim era legislatura la m itad que salga a los
dos años, será p o r suerte.
A rt. 45. Los trib u n o s podrán ser reelegidos.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 347
7. A probar o rechazar los prefectos, gobernadores y corregidores que el
G obierno le presente los propuestos por los cuerpos electorales;
8 . Elegir de la terna que le presenten los cuerpos electorales, los jueces
del distrito y los subalternos de todo el departam ento de justicia;
9. A rreglar el ejercicio del patronato y dar proyectos de ley sobre todos
los negocios eclesiásticos que tienen relación con el Gobierno;
10. Exam inar las decisiones conciliares, bulas, rescriptos y breves pon
tificios, para aprobarlos o no.
Art- 48. La duración de los m iem bros del Senado será de ocho años, y se
renovará p o r m itad en cada cuatrienio; debiendo salir por suerte la prim era
m itad de la prim era legislatura.
A rt. 49. Los m iem bros del Senado podrán ser reelegidos.
34« P R IM E R A S C O N S T n X 'a O N E S L A T IN O A .M É R IC A Y EL C A R IB E
m entos que presente la Cám ara de censores, se decidirá a pluralidad absolu
ta de votos, si ha o no lugar a la form ación de causa al vicepresidente o a los
m inistros de Estado.
Art. 56. Luego que en juicio nacional se decrete que ha lugar a la form a
ción de causa al vicepresidente o a los m inistros de Estado, quedarán éstos en
el acto suspensos de sus funciones, y las Cám aras pasarán todos los antece
dentes a la C orte Suprem a de Justicia, la cual conocerá exclusivamente de la
causa; y el fallo que pronunciare se ejecutará sin otro recurso.
A r t 57. Luego que las Cám aras declaren que ha lugar a la form ación de
causa al vicepresidente y m inistros de Estado, el Presidente de la República
presentará a las C ám aras reunidas, un candidato para la vicepresidencia inte
rina, y nom brará interinam ente m inistros de Estado. Si el prim er candidato
fuere rechazado a pluralidad absoluta del cuerpo legislativo, el Presidente
presentará un segundo candidato; y si éste fuere igualm ente rechazado, pre
sentará tercer candidato, y si éste fuere igualm ente rechazado, entonces las
Cámaras elegirán p o r pluralidad absoluta, en el térm ino de veinticuatro ho
ras precisam ente, u no de los tres candidatos propuestos por el Presidente.
Art. 58. El vicepresidente interino ejercerá desde aquel acto sus funcio
nes, hasta el resultado del juicio contra el propietario.
A lt. 59. Por una ley que tendrá origen en la Cám ara de censores, se
determ inarán los casos en que el vicepresidente y m inistros de Estado, son
responsables en com ún o en particular.
Art. 60. C orresponde además, a la Cám ara de censores:
1. Escoger de la tem a que rem ita el Senado, los individuos que deben
form ar la C orte Suprem a de Justicia, y los que se han de presentar para los
arzobispos, obispados, canonjías y prebendas vacantes;
2. Todas las leyes de im prenta, econom ía, plan de estudios y m étodo de
enseñanza pública;
3. Proteger la libertad de im prenta, y no m b rar los jueces que deben ver
en úhim a apelación los juicios de ella;
4. P roponer reglam entos, para el fom ento de las artes y de las ciencias;
5. C onceder prem ios y recom pensas nacionales a los que las merezcan
por sus servicios a la república;
6 . D ecretar honores públicos a la m em oria de los grandes hom bres, y a
las virtudes y servicios de los ciudadanos;
B IB L IO T E C A A Y A C L 'C H O 349
7. C o n d en ar a oprobio eterno a los usurpadores de la autoridad pública,
a los grandes traidores y a los crim inales insignes;
8. Conceder a los bolivianos la admisión de empleos, títulos y em olum en
tos que les acordare otro G obierno, cuando por sus servicios lo merezcan.
A rt. 61. Los censores serán vitalicios.
A rt. 62. El G obierno puede presentar a las Cám aras, los proyectos de la
ley que juzgue convenientes.
A rt. 63. El vicepresidente y los m inistros de Estado pueden asistir a las
sesiones y d iscutir las leyes y los dem ás asuntos; mas no po d rán votar, ni estar
presentes en las votaciones.
A rt. 64. C uando la C ám ara de tribunos adopte un proyecto de ley, lo
rem itirá al Senado con la siguiente fórm ula: La Cámara de tribunos remite a
la Cámara de senadores el adjunto proyecto de ley y cree que tiene lugar.
A rt. 65. Si la C ám ara de senadores aprueba el proyecto de ley, lo devol
verá a la C ám ara de trib u n o s con la siguiente fórm ula: El Senado devuelve a
la Cámara de tribunos el proyecto de ley (con reforma o sin ella), y cree que debe
pasarse al Ejecutivo para su ejecución.
A rt. 66. Todas las C ám aras en igual caso observarán esta m ism a fór
m ula.
A rt. 67. Si una C ám ara no aprobase las reform as o adiciones de otra, y
todavía la C ám ara p ro p o n en te juzgase que el proyecto, tal cual lo propuso,
es ventajoso, pod rá invitar po r m edio de una D iputación de tres m iem bros,
a la reunión de las dos Cám aras, para discutir aquel proyecto, o la reform a o
negativa que se le haya dado. Esta reunión de Cám aras no tendrá más objeto
que el de entenderse, y cada una volverá a adoptar las deliberaciones que
tenga p o r conveniente.
A rt. 68. A doptado el proyecto por dos C ám aras, se dirigirán al Presi
dente de la República dos copias firmadas por el Presidente y secretarios de
la C ám ara a que corresponde la ley, con la siguiente fórm ula: La Cámara de...
con la aprobación de la de... dirige al Poder Ejecutivo la ley sobre... para que se
promulgue.
3 50 P R IM ER A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M E R IC A Y EL C A R I BE
A lt. 69. Si la C ám ara de senadores se denegase a adoptar el proyecto de
la de tribunos, lo pasará a la de censores, con la siguiente fórm ula: La Cámara
de senadores remite a la de censores el proyecto adjunto; y cree que no es conve
niente. Entonces lo que determ ine la C ám ara de censores, será definitivo.
A rt. 70. Los proyectos de ley que tuviesen origen en el Senado pasarán a
la Cám ara de censores, y si fueren allí aprobados, tendrán fuerza de ley. Si los
censores no aprobaren el proyecto de ley, pasará a la C ám ara de tribunos, y su
decisión se cum plirá, com o se ha dicho con respecto a esta Cámara.
Art. 71. Los proyectos de ley iniciados en la C ám ara de censores, pasa
rán al Senado: la sanción de éste tendrá fuerza de ley. Más en caso de negar
su ascenso al proyecto, se pasará éste al Tribunado, el cual dará o negará su
sanción, com o en el caso de los artículos anteriores.
A rt. 72. Si el Presidente de la República creyese que la ley no es conve
niente, deberá en el térm ino de diez días cum plidos, devolverla a la Cám ara
que la dio, con sus observaciones, y la fórm ula siguiente: El Ejecutivo cree que
debe considerarse de nuevo.
A rt. 73. Las leyes que se dieren en los últim os diez días de las sesiones
podrán ser retenidas por el Poder Ejecutivo hasta las próxim as sesiones; y
entonces deberá devolverlas con sus observaciones.
A rt. 74. C uando el Poder Ejecutivo devuelva las leyes con observaciones
a las Cám aras, se reunirán éstas, y lo que decidieren a pluralidad, se cum plirá
sin otra discusión ni observación.
A rt. 75. Si el Poder Ejecutivo n o tuviere que hacer observaciones a las
leyes, las m andará publicar con esta fórm ula: Ejecútese.
A rt. 76. Las leyes se prom ulgarán con esta fórm ula: N. de N., Presidente
Constitucional de la República Boliviana. Hacemos saber a todos los bolivianos:
que el cuerpo legislativo decretó, y Nos publicamos la siguiente ley (aquí el texto
de la \cy). Mandamos, por tanto, a todas las autoridades de la república, la cum
plan y hagan cumplir. El vicepresidente la hará im prim ir, publicar, y circular
a quienes corresponda. Y la firm ará el Presidente, con el vicepresidente, y el
respectivo m inistro de Estado.
A rt. 78. El Presidente de la República será n om brado la prim era vez por
el C ongreso C onstituyente, a propuesta de los colegios electorales.
A rt. 79. Para ser nom brado Presidente de la República, se requiere:
1. Ser ciudadano en ejercicio, y nativo de Bolivia;
2. Profesar la religión de la república;
3. Tener m ás de treinta años de edad;
4. H aber hecho servicios im portantes a la república;
5. Tener talentos conocidos en la adm inistración del Estado;
6. No haber sido condenado jamás p o r los tribunales, ni aún por faltas
leves.
A rt. 80. El Presidente de la República es el jefe de la adm inistración del
Estado, sin responsabilidad por los actos de dicha adm inistración.
A rt. 81. Por renuncia, m uerte, enferm edad o ausencia del Presidente de
la República, el vicepresidente le sucederá en el m ism o acto.
A rt. 82. A falta del Presidente y vicepresidente de la República, se encar
garán interinam ente de la adm inistración del Estado, los m inistros, debiendo
presidir el más antiguo en ejercicio, hasta que se reúna el cuerpo legislativo.
A rt. 83. Las atribuciones del Presidente de la República, son:
1. A brir las sesiones de las Cámaras, y presentarles un mensaje sobre el
estado de la república;
2. P ro p o n er a las Cámaras el vicepresidente, y n o m brar por sí solo los
M inistros del Despacho;
3. Separar p o r sí solo al vicepresidente y a los m inistros del Despacho,
siem pre que lo estim e conveniente;
4. M andar publicar, circular y hacer guardar las leyes;
5. A utorizar los reglam entos y órdenes para el m ejor cum plim iento de
la C onstitución, las leyes y los tratados públicos;
6. M andar y hacer cum plir las sentencias de los Tribunales de Justicia;
352 P R IM E R A S C O N S T n X 'a O N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
7. Pedir aJ cuerpo legislativo la prorrogación de sus sesiones ordinarias,
hasta por treinta días;
8. Convocar el cuerpo legislativo para sesiones extraordinarias, en el
caso de que sea absolutam ente necesario;
9. D isponer de la fuerza perm anente de m ar y tierra, para la defensa
exterior de la república;
10. M andar los ejércitos de la república en paz y guerra, y en persona,
cuando lo crea conveniente. C uando el Presidente se ausente de la capital
para m andar el Ejército, quedará el vicepresidente encargado del m ando de
la república;
11. Cuando el Presidente dirige la guerra en persona, p odrá residir en
todo el territorio ocupado p o r las arm as nacionales;
12. D isponer de la milicia nacional para la seguridad interior dentro
de los límites de sus departam entos; y fuera de ellos, con consentim iento del
cuerpo legislativo;
13. N om brar todos los em pleados del Ejército y M arina;
14. Establecer escuelas m ilitares y escuelas náuticas;
15. M andar establecer hospitales militares y casas de inválidos;
16. D ar retiros y licencias, conceder las pensiones de los m ilitares y de
sus familias, conform e a las leyes, y arreglar, según ellas, todo lo dem ás con
siguiente a este ram o;
17. Declarar la guerra en nom bre de la república, previo el decreto del
cuerpo legislativo;
18. Conceder patentes de corso;
19. C uidar de la recaudación e inversión de las contribuciones, con arre
glo a las leyes;
20. N om brar los em pleados de Hacienda;
21. Dirigir las negociaciones diplomáticas y celebrar tratados de paz, amis
tad, federación, alianzas, treguas, neutralidad, armada, comercio y cualesquiera
otros, debiendo preceder siempre la aprobación del cuerpo legislativo;
22. N om brar los m inistros públicos, cónsules y subalternos del d epar
tam ento de Relaciones Exteriores;
23. Recibir m inistros extranjeros;
24. Conceder el pase, o suspender las decisiones conciliares, bulas p o n
tificias, breves y rescriptos, con anuencia del poder a quien corresponda;
B lB U O T E ('.A A Y A C L ’C H O 353
25. P resentar al Senado para su aprobación, uno de los candidatos pro
puestos p o r el cuerpo electoral para prefectos, gobernadores y corregidores;
26. Presentar al G obierno eclesiástico uno de la terna que le pase éste,
de los candidatos propuestos por el cuerpo electoral, para curas y vicarios de
las provincias;
27. Suspender hasta p o r tres meses a los em pleados, siem pre que tengan
causa p ara ello;
28. C o n m u tar las penas capitales en destierro de diez años, o extraña
m iento p erp etu o del territorio de la república;
29. Expedir, a nom bre de la república, los títulos o nom bram ientos a
todos los em pleados,
A lt. 84. Son restricciones del Presidente de la República:
1. El Presidente no podrá privar de su libertad a ningún boliviano, ni
im ponerle p o r sí pena alguna;
2. C uando la seguridad de la república exija el arresto de uno o más
ciudadanos, no podrá pasar de cuarenta y ocho horas sin poner al acusado a
disposición del trib u n al o juez com petente;
3. N o podrá privar a ningún individuo de su propiedad, sino en el caso
que el interés público lo exija con urgencia; pero deberá preceder una justa
indem nización al propietario;
4. N o podrá im pedir las elecciones, ni las demás funciones que p o r las
leyes com peten a los poderes de la república;
5. No p odrá ausentarse del territorio de la república, sin perm iso del
cuerpo legislativo.
3 5 4 P R IM E R A S CONSTlTUaONES. U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 89. Será responsable, con el m inistro del Despacho del departa
m ento respeaivo, de la adm inistración del Estado.
ArL 90. Despachará y firm ará a nom bre de la república y del Presidente,
todos los negocios de la adm inistración con el m inistro de Estado del depar
tam ento respectivo.
Art. 91. No podrá ausentarse del territorio de la república, sin perm iso
del cuerpo legislativo.
A rt. 92. H abrá tres m inistros del Despacho. El uno se encargará de los
departam entos del Interior y Relaciones Exteriores, el otro del de Hacienda;
y el tercero del de G uerra y M arina.
Art. 93. Estos tres m inistros despacharán bajo las órdenes inmediatas
del vicepresidente.
Art. 94. Ningún tribunal, ni persona pública, dará cum plim iento a las
órdenes del Ejecutivo, que no estén firmadas por el vicepresidente y m inistro
del respectivo d epartam ento.
Art. 95. En caso de im pedim ento del vicepresidente, las órdenes del
Ejecutivo se rubricarán p o r el Presidente.
A rt. 96. Los m inistros del Despacho serán responsables con el vicepre
sidente, de todas las órdenes que autoricen contra la C onstitución, las leyes,
y los tratados públicos.
A rt. 97. Form arán los presupuestos anuales de los gastos que deban
hacerse en sus respectivos ram os; y rendirán cuenta de los que se hubieren
hecho en el año anterior.
A rt. 98. Para ser m inistro de Estado se requiere:
1. Ser ciudadano en ejercicio;
2 .Tener treinta años cum plidos;
3. No haber sido jam ás condenado en causa crim inal.
BiBücrrEGAAYACur^o 355
TÍTULO VII. DEL PODER JUDICL\L
A rt. 107. La prim era m agistratura judicial del Estado residirá en la C or
te Suprem a de Justicia.
A rt. 108. Ésta se com pondrá de un presidente, seis vocales y un fiscal,
divididos en las salas convenientes.
A lt. 109. Para ser individuo de la Corte Suprema de Justicia se re
quiere:
1. La edad de treinta y cinco años;
2. Ser ciudadano en ejercicio;
3 5 6 P R lM E R -^ s coNsrrruaoNES. l a t i n o a .v i é r i c a y e l c a r i b e
3. H aber sido individuo de alguna de las C ortes de distrito judicial; y
m ientras éstas se organizan, podrán serlo los abogados que hubieren ejercido
con crédito su profesión p o r diez años.
A rt. 110. Son atribuciones de la Suprem a C orte de Justicia:
1. Conocer de las causas criminales del vicepresidente de la república,
m inistros de E stado y m iem bros de las Cám aras cuando decretare el cuerpo
legislativo haber lugar a form arles causa;
2. C onocer de todas las causas contenciosas de p atronato nacional;
3. Exam inar las bulas, breves y rescriptos, cuando versen sobre materias
civiles;
4. C onocer de las causas contenciosas de los em bajadores, m inistros
residentes, cónsules y agentes diplomáticos;
5. C onocer de las causas de separación de los m agistrados de las Cortes
de distrito judicial, y prefectos departam entales;
6. D irim ir las com petencias de las Cortes de distrito entresí, y las de éstas
con las dem ás autoridades;
7. C onocer en tercera instancia de la residencia de todo em pleado pú
blico;
8. O ír las d udas de los dem ás tribunales sobre la inteligencia de alguna
ley, y consultar ai Ejecutivo para que prom ueva la conveniente declaración
en las Cám aras;
9. C onocer de los recursos de nulidad que se interpongan contra las
sentencias dadas en últim a instancia por las C ortes de distrito;
10. Exam inar el estado y progreso de las causas civiles y crim inales pen
dientes en las C ortes de distrito, por los m edios que la ley establezca;
11. Ejercer, p o r últim o, la alta facultad directiva, económ ica y correccio
nal, sobre los tribunales y juzgados de la nación.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 357
3. H aber sido juez de letras, o ejercido la abogacía con crédito, por ocho
años.
A rt. 113. Son atribuciones de las Cortes de distrito judicial:
1. C onocer en segunda y tercera instancia de todas las causas civiles y
crim inales del fuero com ún, Hacienda pública, Com ercio, m inería, presas y
comisos, en consorcio de un individuo de cada una de estas profesiones en
calidad de conjuez;
2. C onocer de las com petencias entre todos los jueces subalternos de su
distrito judicial;
3. C onocer ios recursos de fuerza que se introduzcan de los tribunales y
autoridades eclesiásticas de su territorio.
A rt. 117. H abrá jueces de paz en cada pueblo para las conciliaciones,
no debiéndose adm itir dem anda alguna civil o crim inal de injurias, sin este
previo requisito.
A rt. 118. El M inisterio de los conciliadores se lim ita a oír las solicitudes
de las partes, instruirlas de sus derechos, y procurar entre ellas un acom oda
m iento prudente.
A rt. 119. Las acciones fiscales no adm iten conciliación.
358 PRIMERAS C O N S r r r U C lO N E S . l \ t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
A lt. 120. No se conocen más que tres instancias en los juicios.
A rt. 121. Q ueda abolido el recurso de injusticia notoria.
A lt. 122. Ningún boliviano puede ser preso sin precedente inform ación
del hecho, por el que merezca pena corporal, y un m andam iento escrito del
juez ante quien ha de ser presentado; excepto en los casos de los artículos 84,
restricción 2,123 y 132.
A rt. 123. Acto continuo, si fuere posible, deberá dar su declaración sin
juram ento, no difiriéndose ésta en ningún caso, por más tiem po que el de
48 horas.
A rt. 124. In fraganti todo delincuente puede ser arrestado por cual
quier persona, y conducido a la presencia del juez.
A rt. 125. En las causas criminales el juzgam iento será público; reconoci
do el hecho y declarado por j urados (cuando se establezcan); y la ley aplicada
por los jueces.
A rt. 126. No se usará jam ás del torm ento, ni se exigirá confesión por
apremio.
A rt. 127. Q ueda abolida toda confiscación de bienes y toda pena cruel y
de infam ia trascendental. El Código Crim inal lim itará, en cuanto sea posible,
la aplicación de la pena capital.
A rt. 128. Si en circunstancias extraordinarias la seguridad de la repú
blica exigiere la suspensión de algunas de las form alidades prescritas en este
capítulo, podrán las Cám aras decretarlo. Y si éstas n o se hallasen reunidas,
podrá el Ejecutivo desem peñar esta m ism a función, com o m edida provisio
nal, y dará cuenta de todo en la próxim a apertu ra de las Cám aras, quedando
responsable de los abusos que haya com etido.
CAPÍTULO Ú N ICO
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 359
1. Ser ciudadano en ejercicio;
2. La edad de treinta años cumplidos;
3. No haber sido condenado en causa crim inal.
A rt. 133. En todo pueblo donde el núm ero de sus habitantes por sí y en
su com arca, no baje de cien almas ni pase de dos mil, habrá un juez de paz.
A rt. 134. D onde el vecindario, en el pueblo y su com arca pase de dos
m il almas, h abrá por cada dos mil un juez de paz; si la fracción pasase de qui
nientos habrá otro.
ArL 135. El destino de juez de paz es concejil; y ningún ciudadano, sin
causa justa, po d rá eximirse de desempeñarlo.
A rt. 136. Los prefectos, gobernadores y corregidores d urarán en el de
sem peño de sus funciones por el térm ino de cuatro años, pero podrán ser
reelegidos.
A rt. 137. Los jueces de paz se renovarán cada año y no podrán ser reele
gidos sino pasados dos.
A r t 138. Las atribuciones de los prefectos, gobernadores, corregidores
y alcaldes, serán d eterm inadas por la ley, para m antener el orden y seguridad
pública, con subordinación gradual al G obierno Supremo.
A rt. 139. Les está prohibido todo conocim iento judicial; pero si la tra n
quilidad pública exigiese la aprehensión de algún individuo y las circunstan
cias no perm itieren p onerlo en noticia del juez respectivo, podrán ordenarla
desde luego, d an d o cuenta al juzgado que compete, dentro de cuarenta y ocho
horas. C ualquier exceso que com etan estos em pleados, relativo a la seguridad
individual, o a la del dom icilio, produce acción popular.
A rt. 140.*
* El artículo 140 fue elim inado por el Congreso Constituyente de Bolivia sin alterar la num eración
consecutiva. Rezaba así: Art. 140. “Los empleados públicos son estrictam ente responsables de los
abusos que com etieren en el ejercicio de sus funciones”. (N. de B.A.).
CAPÍTULO Ü NICO
T ÍT U L O X . REFO RM A DE LA C O N ST IT U C IÓ N
CAPÍTULO Ü NICO
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 361
propuesta y discutida; y lo que las C ám aras resuelvan, se cum plirá, consulta
do el Poder Ejecutivo sobre la conveniencia de la reform a.
T ÍT U L O X I. D E LAS GARANTÍAS
CAPITULO Ú N ICO
362 P R IM E R A S í X ) N s r r r u a o N E S . l a t i n o a m e r i c . a y e l c a r i b e
D ada en la sala de sesiones en Chuquisaca, a los seis días del mes de
noviem bre del año de m il ochocientos veintiséis.
B IB L IO T E C A A Y A C L C H O 363
Las autoridades civiles y militares de la república, los tribunales, las cor
poraciones, y todos los bolivianos de cualquier clase y dignidad, guardarán y
harán guardar, observar y cum plir en todas sus partes la Constitución inserta
com o ley fundam ental de la República Boliviana.
Dada, firm ada, sellada con el sello de la República y refrendada por los
m inistros del D espacho - Antonio José de Sucre - El m inistro del Interior
y Relaciones Exteriores, Facundo Infante - El m inistro de G uerra, Agustín
Jeraldino - El m inistro de Hacienda, Juan de Bernabé y M adero.
3 6 4 P R I M E R A S C O N S T l T L 'a O N R S .U T l N O A M e r ic a Y E L C A R IB E
ECUADOR
CONSTITUCIÓN DE 1830"
C O N ST IT U C IÓ N D EL ESTADO DEL EC U A D O R
A rt. 1. Los departam entos del Azuay, Guayas y Q uito quedan reunidos
entre sí form ando un solo cuerpo independiente con el nom bre de Estado
del Ecuador.
A rt. 2. El Estado del Ecuador se une y confedera con los dem ás Estados
de Colombia, para form ar una sola nación con el nom bre República de C o
lombia.
A rt. 3. El Estado del Ecuador concurrirá con igual representación a la
form ación de un Colegio de Plenipotenciarios de todos los Estados, cuyo
objeto sea establecer el G obierno general de la nación y sus atribuciones, y
B 1 B L 1 0 T E (L \A Y A C U C H 0 365
fijar p o r una ley fundam ental los límites, m utuas obligaciones, derechos y
relaciones nacionales de todos los Estados de la Unión.
A rt. 4. El G obierno del Estado del Ecuador adm itirá y establecerá rela
ciones con otros G obiernos am igos de Colom bia, celebrando con ellos tra
tados de am istad y comercio.
A rt. 5. Los artículos de esta carta constitucional que resultaren en opo
sición con el pacto de unión y jpraternidad que ha de celebrarse con los demás
estados de C olom bia, quedarán derogados para siempre.
A rt. 6. El territorio del Estado com prende los tres departam entos del
Ecuador en los lím ites del antiguo reino de Q uito.
A rt. 7. El G obierno del E stado del Ecuador es popular, representativo,
alternativo, y responsable.
A rt. 8. La religión católica, apostólica, rom ana es la religión del Estado.
Es un deber del G obierno en ejercicio del patronato protegerla con exclusión
de cualquiera otra.
3 6 6 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T IN O A -M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 10. Los deberes de los ecuatorianos son: obedecer a las leyes y a las
autoridades; servir y defender la patria; y ser m oderados y hospitalarios.
A rt. 11. Los derechos de los ecuatorianos son, igualdad ante la ley y
opción igual a elegir y ser elegidos para los destinos públicos teniendo las
aptitudes necesarias.
A r t 12. Para entrar en el goce de los derechos de ciudadanía, se requiere:
1. Ser casado, o mayor de veintidós años;
2. Tener una propiedad raíz, valor libre de trescientos pesos, o ejercer
alguna profesión, o industria útil, sin sujeción a otro, com o sirviente dom és
tico, o jornalero;
3. Saber leer y escribir.
A rt. 13. Los derechos de ciudadanía se pierden por entrar al servicio
de una nación enemiga, por naturalizarse en país extranjero, y por sentencia
infam ante. Y se suspenden, por deber a los fondos públicos en plazo cu m
plido; por causa crim inal pendiente; por interdicción judicial; por ser vago
declarado, ebrio de costum bre, o deudor fallido; y p o r enajenación mental.
T ÍT U L O IL D E LAS ELECCIO N ES
A rt. 14. En cada parroquia habrá una asamblea parroquial cada cuatro
años el día que designe la ley. Esta asamblea se com pondrá de los sufragantes
parroquiales; la presidirá un juez de la parroquia, con asistencia del cura y tres
vecinos h onrados escogidos por el juez entre los sufragantes.
A r t 15. La asamblea votará por los electores que correspondan al
cantón.
A rt. 16. Para ser elector se requiere:
1. Ser sufragante parroquial;
2. H aber cum plido veinticinco años;
3. Ser vecino de una de las parroquias del cantón;
4. Gozar de una renta anual de doscientos pesos que provenga de bienes
raíces, o del ejercicio de alguna profesión o industria útil.
A rt. 17. Los que tuvieren mayor núm ero de votos, serán nom brados
electores; la suerte decidirá en igualdad de sufragios.
B IB U O T E C A A Y ,\C U C H O 367
SECCIÓN II. DE LAS ASAMBLEAS ELECTORALES
T ÍT U L O III. D E L PO D ER LEGISLATIVO
368 P R IM E R A S CONSTlTUaONES. L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
los dos tercios de la totalidad de los diputados; éstas du rarán treinta y cinco
días, podrán prorrogarse por quince días más.
A rt. 26. Las atribuciones del Congreso son:
1. D ecretar los gastos públicos en vista de los presupuestos que presente
el G obierno, y velar sobre la recta inversión de las rentas públicas;
2. Establecer derechos e impuestos; y co ntraer deudas sobre el crédito
público;
3. Crear tribunales y empleos, asignar sus dotaciones y suprim ir, si con
viniese, aquellos que hayan sido creados p o r una ley especial;
4. Conceder prem ios y recompensas personales p or grandes servicios a
la patria, y decretar honores a la m em oria de los grandes hombres;
5. Fijar el pie de fuerza de m ar y tierra para el año siguiente, y decretar
su organización y reemplazo;
6. D ecretar la guerra en vista de los inform es del Gobierno, requerir a
éste para que negocie la paz, y aprobar los tratados de paz, alianza, am istad
y comercio;
7. Prom over la educación pública;
8. Conceder indultos cuando lo exija la conveniencia pública;
9. Elegir el lugar en que deben residir el Congreso y el Gobierno;
10. Perm itir, o negar el tránsito de tropas extranjeras por el territorio o
la estación de escuadra extranjera en los puertos;
11. Form ar el código de leyes civiles, interpretar, y derogar las estableci
das, y d ar los decretos necesarios a la adm inistración general;
12. Elegir el Presidente, y vicepresidente del Estado, con el voto de los
dos tercios de los diputados presentes; y adm itir o rehusar la dim isión que
hicieren de sus destinos.
13. N om brar los plenipotenciarios al Congreso General de la República.
A rt. 27. La iniciativa de las leyes se hará por cualquier d iputado o por
el G obierno. El proyecto de ley no adm itido se deferirá hasta la legislatura
siguiente, si fuere adm itido se discutirá conform e al reglamento.
A rt. 28. Las leyes no tienen fuerza sin la sanción del G obierno. Si éste
las aprobare, se m andarán publicar y ejecutar; mas si hallare inconveniente
B lB U tT T E C A A Y A C U C H O 369
para su ejecución, las devolverá al Congreso dentro de nueve días con sus
observaciones.
A rt. 29. El Congreso exam inará estas observaciones: si las hallase fun
dadas, se archivará el proyecto, y no podrá renovarse hasta la siguiente legis
latura; y si no las hallase fundadas, a juicio de los dos tercios de los diputados
presentes, después de una discusión formal, se rem itirá nuevam ente el pro
yecto al G obierno p ara su sanción, que no podrá negar en este caso.
A rt. 30. Si el G obierno no devolviere el proyecto sancionado dentro
de nueve días, o se resistiese a sancionarlo después de observados todos los
requisitos constitucionales, el proyecto tendrá fuerza de ley, y com o tal se
m andará prom ulgar.
A rt. 31. El Congreso, oída la acusación, que se introduzca p o r dos dipu
tados contra el Presidente y vicepresidente en los casos de responsabilidad,
resolverá su adm isión o repulsa. Si la acusación fuere adm itida, som eterá a
una com isión de su seno la instrucción del proceso, reservándose el juicio y
la sentencia; harán sentencia los votos de los dos tercios de los diputados pre
sentes sin concurrencia de los acusadores. A dm itida la acusación, queda de
hecho suspenso el acusado; en los delitos com unes decretada la suspensión,
pasará la causa al tribunal competente. Una ley especial arreglará el curso y
orden de estos juicios y determ inará las penas.
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servicios eminentes, y que estén casados con una ecuatoriana de nacim iento,
y que tengan una propiedad raíz valor de treinta mil pesos;
2. Tener treinta años de edad;
3. Gozar de reputación general p o r su buena conducta.
A r t 34. El Presidente d u rará en sus funciones cuatro años, y no podrá
ser reelegido sino pasados dos períodos constitucionales,
A r t 35. Las atribuciones del Presidente del Estado son:
1. Conservar el orden in terior y seguridad exterior del Estado;
2. Convocar el Congreso en el período ordinario,y extraordinariam ente
cuando lo exija la salud de la patria;
3. Sancionar las leyes y decretos del Congreso, y dar reglam entos para
su ejecución;
4. D isponer de la milicia nacional para la seguridad interior, y del Ejér
cito para la defensa del país, y m andarlo en persona con expreso consenti
m iento del Congreso;
5. Tomar por sí, no hallándose reunido el Congreso, las m edidas necesa
rias, para defender y salvar el pais, en caso de invasión exterior o conm oción
interior que am enace probablem ente, previa calificación del peligro, p o r el
Consejo de Estado, bajo su especial responsabilidad;
6. N om brar agentes diplom áticos; y celebrar tratados de paz, am istad
y comercio;
7. N om brar y remover librem ente al ministro secretario del Despacho;
8. N om brar a propuesta en terna del Consejo de Estado, los m inistros
de las Cortes de Justicia, y los^obispos, las dignidades y canónigos de las cate
drales, los generales y coroneles: todos estos nom bram ientos deberán ser
aprobados por el Congreso. N om brará por sí solo a los racioneros y m edios
racioneros;
9. N om brara a propuesta del Consejo los prefectos, gobernadores y el
contador general de rentas;
10. Proveer interinam ente en el receso de las legislaturas las vacantes
de los empleos que son de provisión del Congreso; dándole cuenta en la
próxim a reunión;
11. N om brar los dem ás empleados civiles, militares y de H acienda;
12. Cuidar que se adm inistre justicia por los tribunales, y que las sen
tencias de éstos se cum plan y ejecuten;
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13. C uidar de la exacta recaudación e inversión de las rentas públicas;
14. C o n m u ta r la pena capital, cuando lo exija la conveniencia pública,
previo inform e del tribunal respectivo;
15. Suspender los em pleados con acuerdo del Consejo de Estado, y con
signarlos sin d em o ra al tribunal com petente, con los motivos y docum entos
de la suspensión.
A rt. 36. La responsabilidad del Jefe del Estado se contrae en los delitos
siguientes:
1. Por en trar en conciertos contra la independencia y libertad del Esta
do, o de cualquier otro Estado de la república;
2. Por infringir la Constitución; atentar contra los otros poderes; im
pedir la reu n ió n y deliberaciones del Congreso; negar la sanción a las leyes
form adas constitucionalm ente; y provocar una guerra injusta.
3. Por abuso del poder contra las libertades públicas, y captar votos para
su elección.
A rt. 37. El Jefe del Estado no puede salir del territorio durante el tiem po
de su ad m inistración, y un año después.
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concusión y malversación de fondos públicos. No salva esta responsabilidad
la orden verbal, o p o r escrito del Jefe del Estado.
T ÍT U L O V. DEL P O D ER JU D IC IA L
A rt. 45. La justicia será adm inistrada por una Alta C orte de Justicia, por
Cortes de Apelación, y p o r los demás tribunales que estableciere la ley.
A rt. 46. Para ser m agistrado de la Alta Corte se requiere;
1. Tener cuarenta años;
2. H aber sido m inistro en alguna de las Cortes de Apelación.
A rt-47. Para facilitar a los pueblos la adm inistración de justicia se esta
blecerá en la capital de cada departam ento u na Corte de Apelación.
A rt. 48. Para ser m agistrado de las Cortes de Apelación se requiere:
1, Ser abogado en ejercicio;
2. Tener treinta años de edad;
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3. H aber sido juez de prim era instancia, o asesor por cuatro años; o
haber ejercido con buen crédito su profesión p or seis años.
A rt. 49. En ningún juicio habrá más de tres instancias. Los tribunales y
juzgados fundarán siem pre sus sentencias.
A rt. 50. La responsabilidad de ios m inistros de la Alta C orte de Justicia
se exigirá en el Congreso; la de los m inistros de las Cortes de Apelación, en la
Alta Corte; la de los prefectos, gobernadores y jueces, en las Cortes de Apela
ción. U na ley especial determ inará las atribuciones, el orden y form a de las
C ortes de Justicia y demás tribunales.
T ÍT U L O V IL D E LA A D M IN ISTRA C IÓ N IN T E R IO R
37 4 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 54. Los prefectos, gobernadores y corregidores ejercerán sus fun
ciones por cuatro años, y los tenientes por dos años, pudiendo ser reelectos
según su buen com portam iento.
A rt. 55. H abrá en la capital del Estado una contaduría general, que re
visará las cuentas de las contadurías departam entales. Una ley especial desig
nará la form a y orden de estas contadurías.
A rt. 56. H abrá Concejos Municipales en las capitales de provincia. La
ley organizará estos concejos, designando sus atribuciones, núm ero de sus
m iem bros, d u ración de su empleo, y la form a de su elección. Un reglamento
especial form ado p o r el prefecto, con acuerdo del Concejo M unicipal, y apro
bado p o r el C ongreso arreglará la policía particular de cada departam ento.
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nes a juicio de buen varón. Nadie está obligado a prestar servicios personales
que no estén prescritos por ley. Todos pueden ejercer librem ente cualquier
com ercio o industria que no se oponga a las buenas costum bres.
A rt. 63. Los militares no podrán ser alojados en casas particulares, o
de co m unidad sin avenim iento de los dueños. Se prepararán conform e a las
leyes, cuarteles y alojam ientos para oficiales y tropa que vayan en servicio en
tiem po de paz o de guerra. Q ueda proscrita la ley marcial.
A rt. 64. Todo ciudadano puede expresar y publicar librem ente sus pen
sam ientos p o r m edio de la prensa, respetando la decencia y m oral pública, y
sujetándose siem pre a la responsabilidad de la ley.
A rt. 65. La casa de un ciudadano es un asilo inviolable; p o r tanto no
puede ser allanada sino en los casos precisos, y con los requisitos prevenidos
p o r la ley.
A rt. 66. Todo ciudadano puede reclam ar respetuosam ente sus derechos
ante la au to rid ad pública, y representar al Congreso y al G obierno cuando
considere conveniente al bien general; pero ningún individuo o asociación
particular p odrá abrogarse el nom bre del pueblo, ni hacer peticiones en n o m
bre del pueblo colectando sufragios sin orden escrita de la autoridad pública.
Los contraventores serán presos y juzgados conform e a las leyes.
A rt. 67. Se garantiza la deuda del Estado.
A rt. 68. Este Congreso constituyente nom bra a los venerables curas
párrocos p o r tutores y padres naturales de los indígenas, excitando su m inis
terio de caridad en favor de esta clase inocente, abyecta y miserable.
T ÍT U L O IX . DE LA OBSERVANCIA
Y R E FO R M A D E LA C O N ST IT U C IÓ N
ARTÍCULOS TRANSITORIOS
A rt. 74. Este Congreso C onstituyente n om brará p or esta sola vez, y con
el objeto de establecer el sistema constitucional, todos los funcionarios p ú
blicos, cuyo nom bram iento y aprobación corresponde a los congresos o rd i
narios por la Constitución.
A rt. 75. C om o el Congreso General de la Unión puede instalarse antes
de que abra sus sesiones la próxim a legislatura; este Congreso Constituyente
nom brará los plenipotenciarios que deban concurrir en representación del
Estado del Ecuador.
378 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
PANAMÁ
CONSTITUCIÓN DE LA PRIMERA REPÚBLICA*
Nosotros, los diputados de los pueblos del Istmo, conform e a los artíc u
los 15 y 16 del acta popular de 18 de noviem bre de 1840, reunidos en conven
ción con el objeto de deliberar sobre la suerte de aquéllos; y deseando corres
ponder a las esperanzas del pueblo nuestro com itente en orden a asegurar la
independencia nacional, consolidar la unión, prom over la paz y seguridad
dom éstica, establecer el im perio de la justicia, y dar a la persona, a la vida,
al honor, a la libertad, a la propiedad y a la igualdad de los istm eños las más
sólidas garantías, ordenam os y decretam os la siguiente.
C O N ST IT U C IÓ N
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 379
A rt.3. Los lím ites de este Estado son los m ism os que dividían la provin
cia de Panam á del resto de la Nueva G ra n a d a ,/la de Veraguas de la República
de C entro América.
A lt. 4. El territo rio del Estado se divide en cantones, y éstos en parro
quias.
DE LOS ISTMEÑOS
380 P R IM K R A S C O N S r r r U C I O N 'L S . u t i n o a . v c £ r i c a y e l c a r i b e
A rt. 10. La ley detallará los térm inos y requisitos con que deben exten
derse las cartas de naturaleza.
A rt. 11. En cabeza del m arido quedan naturalizados la mujer, y los hijos
menores de 21 años.
A lt. 12. Los istm eños de nacim iento, o por naturalización, que hayan
perdido la ciudadanía por haberse naturalizado en país extranjero, la volve
rán a adquirir en el hecho de renunciar ante la autoridad, y en los térm inos
que designa la ley, los vínculos que lo liguen a o tra nación.
Art. 13. Son deberes de los istmeños;
1. Vivir som etidos a la Constitución y a las leyes, respetar y obedecer a
las autoridades establecidas p or ellas;
2. C o ntribuir para los gastos públicos;
3. Servir y defender a la patria, haciéndole el sacrificio de su vida, si fuere
necesario;
4. Velar sobre la conservación de las libertades públicas.
T ÍT U L O II. D E LA CIUDADANÍA
B IB U O T E C A A Y A O .T C H O 381
A rt. 16. Son ciudadanos elegibles para los diversos destinos públicos,
todos los istm eños que reúnan los requisitos 1 ®, 4o, 5^, 6 2 , 7«, 8 «, 9 2 , lO^ y l i a
del artículo anterior, a no ser que esta C onstitución, o la ley exija algún otro
para determ inados casos. Esto no im pide los alistam ientos, ni ascensos mili
tares, ni que las personas que no tengan el requisito la sean nom bradas para
funciones anexas a su sexo, y determ inadas por las leyes.
A rt. 17. Si después de electo un individuo dejare de tener alguno de los
requisitos enunciados en el artículo anterior, quedará vacante su destino.
A rt. 21. Las elecciones primarias se abrirán cada dos años en las parroquias
del Estado, el día que designe la ley, aun cuando no hayan sido convocadas.
A rt. 22. El objeto de las elecciones prim arias es votar p o r el e le a o r o
electores que correspondan a la parroquia.
A rt. 23. En cada parroquia se n om brará un elector p o r cada quinientas
personas; pero en la p arroquia cuya población no alcance a este núm ero, se
nom brará siem pre u n elector.
A rt. 24. Los que resulten con mayor núm ero de votos, se declararán
constitucionalm ente nom brados Electores: cuando hubiese igualdad de su
fragios decidirá la suerte.
A rt. 25. Para ser elector se requiere, adem ás de la calidad de ciudadano
elegible:
382 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R K ^ k Y EL C A R IB E
1. Tener 25 años de edad;
2. Saber leer y escribir;
3. Ser dueño de bienes raíces que alcancen al valor libre de cuatrocientos
pesos, o en su defecto de una renta de cien pesos anuales procedentes de bie
nes raíces, o de la de trescientos pesos que sean el producto de algún empleo,
o del ejercicio de cualquiera género de industria o profesión;
4. Haber residido en el cantón un año, a lo m enos, dentro de los tres
anteriores al día en que se haga la elección.
A rt. 26. El cargo de elector d u rará dos años. Las faltas que ocurriesen
por cualquier m otivo, se suplirán con los que tengan más votos en los regis
tros de elecciones.
A rt. 27. C uando un m ism o individuo sea n om brado elector p o r diver
sas parroquias, preferirá la elección de aquella en que haya obtenido mayor
núm ero de votos; en caso de igualdad, tendrá preferencia la parroquia de su
domicilio, y si no ha sido nom brado p or ésta, decidirá la suerte.
A rt. 28. Las elecciones prim arias estarán abiertas p or ocho días.
A rt. 29. Los electores nom brados por el cantón form arán una asamblea
electoral, que se reunirá en la cabecera de él con las dos terceras partes, a lo
menos, el día que designe la ley; mas si en los dos últim os de los en que se
deba hacer la elección no se hubieren reunido las dos terceras partes, podrá
verificarse con la m ayoría absoluta de electores, a lo m enos.
A rt. 30. C orresponde a la asamblea electoral:
1. Sufragar por el Presidente y vicepresidente del Estado, por los magis
trados del Tribunal Suprem o de Justicia, y por los de los tribunales de distrito;
2. Elegir los d iputados del cantón al Congreso y sus suplentes;
3. Elegir los jueces de prim era instancia;
4. Elegir tres individuos, para que el Poder Ejecutivo nom bre entre ellos
el que deba ser g obernador del cantón;
5. Hacer las dem ás elecciones que le atribuya la ley.
A rt. 31. En las elecciones que corresponde hacer definitivam ente a la
asamblea electoral, ésta declarará nom brado al que obtenga la mayoría ab
soluta de votos.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 383
A rt. 32. Las asambleas electorales no se conservarán reunidas p o r más
de ocho días.
A rt. 33. Las elecciones serán públicas, y ninguno concurrirá a ellas con
arm as.
A rt. 34. Una ley especial organizará p o r m enor las elecciones.
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 385
2. Establecer las contribuciones que exija el servicio del Estado;
3. D ecretar anualm ente los gastos del Estado, en vista de los presupues
tos q ue le presente el Poder Ejecutivo;
4. D ecretar lo conveniente sobre la conservación, adm inistración y ena
jenación de los bienes del Estado;
5. C o n traer deudas sobre el crédito del Estado;
6. D eterm inar, y uniform ar la ley, peso, tipo, y denom inación de la m o
neda;
7. Fijar y u niform ar los pesos, y medidas;
8. C rear los tribunales y juzgados necesarios;
9. D ecretar la creación, y supresión de los em pleos públicos, asignar sus
dotaciones, dism inuirlas o aum entarlas;
10. C onceder recom pensas personales a los que hayan hecho grandes
servicios al Estado;
11. D ecretar honores públicos a la m em oria de los grandes hom bres;
12. D etallar los térm inos y requisitos con que deben extenderse las car
tas de naturaleza;
13. Fijar todos los años la fuerza perm anente de m ar y tierra, y el m odo
de levantarla y reemplazarla;
14. D ecretar la guerra ofensiva, y ordenar la paz, con presencia de los
inform es y prelim inares, que exigirá al Poder Ejecutivo;
15. Prestar o no su aprobación a los tratados y convenios públicos cele
brados p o r el Poder Ejecutivo;
16. C onceder am nistías o indultos generales o particulares, cuando lo
exija algún m otivo grave de conveniencia pública;
17. D esignar p o r el voto de las dos terceras partes de los m iem bros pre
sentes el lugar que haya de ser la capital del Estado;
18. C rear y suprim ir cantones y parroquias, y fijar sus límites;
19. Perm itir o no la introducción y tránsito de tropas extrajeras p o r el
territo rio del Estado;
20. P erm itir o no la estación de escuadra o escuadrilla extranjera en los
puertos del Estado;
21. Velar sobre la inversión de las rentas nacionales, exam inando cada
año la cuenta respectiva, que el Poder Ejecutivo debe presentarle p o r m edio
del secretario de H acienda para su aprobación;
3 8 6 PRIMERAS coNsrrruaoNES. L a t i n o a m é r i c a y e l ( . a r i b e
22. Establecer lo conveniente en lo relativo al crédito del Estado;
23. Verificar el escrutinio de las elecciones de Presidente y vicepresidente
del Estado, y adm itir o no sus excusas y renuncias;
24. Perfeccionar las elecciones de los m agistrados del Tribunal Supre
m o de Justicia, y de los Tribunales de distrito, y decidir sobre sus excusas y
renuncias;
25. H acer la elección del obispo u obispos de la iglesia Istm eña,y prestar
o no su aprobación para proveer las dignidades y canonjías, que no sean de
oficio;
26. Prestar o no su consentim iento al Poder Ejecutivo para que nom bre
los jefes del Ejército y M arina, desde teniente-coronel, o capitán de fragata
inclusive, hasta el más alto grado;
27. Decidir las reclamaciones que se hagan sobre la calificación de sus
propios m iem bros, y de aquellos em pleados que nom bra, o de cuya elección
le toca hacer el escrutinio;
28. Expedir los diferentes códigos y leyes que exija el buen arreglo del
Estado;
29. Interpretar, reformar, y derogar las disposiciones legislativas;
30. Diferir para otro tiem po, o trasladar a otro lugar las sesiones, cuando
algún grave m otivo lo exija;
3 1. Conceder licencias tem porales a sus m iem bros, para no asistir a las
sesiones, y adm itirles las renuncias que hagan de sus destinos;
32. C onceder o negar el pase a las bulas, y rescriptos pontificios que
versen sobre asuntos generales;
33. Prom over y fom entar por leyes especiales la educación pública en
las universidades, colegios, y escuelas del Estado; el progreso de las ciencias
y artes, y los establecim ientos de utilidad general; y conceder por tiem po
lim itado privilegios exclusivos para su estím ulo y fom ento;
34. D ecretar el alistam iento y organización de la guardia nacional, y
designar los casos en que deba ser llamada al servicio activo;
35. H abilitar y cerrar los puertos, y establecer o suprim ir aduanas m a
rítim as;
36. Conceder perm iso a los em pleados públicos, para obtener de otro
gobierno pensiones, distintivos, o títulos personales, siendo compatibles con
las instituciones del Estado;
B IB L IO T E C A A Y ,\C U C H O 387
37. Velar especialm ente en la observancia de esta C onstitución, y anular
todos los actos que la contraríen.
A rt. 47. El Congreso no delegará a uno o m uchos de sus m iem bros, ni
a ningún o tro poder, funcionario, o persona, ninguna de las atribuciones
que tiene p o r esta C onstitución, sino en los casos expresam ente previstos
p o r ella.
A rt. 48. C uando el Congreso sea convocado extraordinariam ente, sólo
tratará de aquellos asuntos que hubieren dado motivo a la convocatoria.
A rt. 49. En los nom bram ientos que corresponden al Congreso, decla
rará electo al que haya obtenido la mayoría absoluta de votos; cuando no se
obtenga p o r n inguno de ellos, se contraerá a los dos que hayan reunido más
votos; y en caso de igualdad, decidirá la suerte.
A rt. 50. C uando el Congreso se ocupe de hacer el escrutinio de los su
fragios de las asambleas electorales para las elecciones de Presidente y vice
presidente del Estado, m agistrados del Tribunal Suprem o de Justicia, y de los
Tribunales de distrito, declarará nom brado al que haya obtenido la mayoría
absoluta de los votos; cuando no se obtenga por ninguno de ellos, se contrae
rá a los dos que hayan reunido más votos, y se declarará electo al que haya
obtenido las dos terceras partes de los votos de los m iem bros del Congreso,
repitiéndose la votación hasta que se obtenga este resultado.
A rt. 51. Los diputados al Congreso no son responsables p o r los discur
sos, votos y opiniones que em itan en el ejercicio de sus funciones.
A r t 52. Los diputados al Congreso m ientras duren las sesiones, un mes
antes de la reunión, y otro después de la clausura del cuerpo legislativo, no se
rán dem andados, ni ejecutados civilmente; ni perseguidos, ni presos por causa
crim inal, sino luego que el Congreso los haya suspendido del ejercicio de sus
funciones, y consignado al tribunal competente, a menos que hayan sido sor
prendidos en flagrante delito, a que esté impuesta pena corporal o mfamante.
A rt. 53. Las sesiones del Congreso serán públicas; pero po d rán ser se
cretas, cuando así lo pida alguno de sus miembros. Si el Congreso reunido en
sesión secreta, juzgase conveniente pasar a sesión pública, lo acordará así por
la m ayoría absoluta de sus m iem bros.
3 8 8 PR J.M E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M E R IC A Y Ei. C A R IB E
A rt. 54. Nadie concurrirá con arm as a las sesiones del Congreso.
A r t 55. Las reformas que se hicieren alterando las asignaciones de que de
ben disfrutar los diputados al Congreso, no com prenderán a los m iem bros que
lo constituyan al decretarse aquellas reformas, a menos que fuesen reelegidos.
A rt. 56. Para ser adm itido a discusión un proyecto de ley o decreto, se
requiere que sea presentado p o r alguno de los m iem bros del Congreso, y
apoyado p or otro.
A rt. 57. Todo proyecto de ley o decreto adm itido a discusión, será consi
derado en tres debates distintos, con intervalo de un día por lo m enos de uno
a otro. En caso de que el proyecto sea declarado urgente, podrá dispensarse
esta últim a form alidad.
A rt. 58. Los proyectos de ley o decreto que fuesen rechazados, no podrán
volverse a proponer hasta la próxim a reunión del Congreso; pero esto no im
pide que alguno o algunos de sus artículos form en parte de otro proyecto.
A rt. 59. Acordado un proyecto de ley o decreto por el Congreso, se pa
sará al Poder Ejecutivo p o r m edio de una Diputación, y si éste lo aprobare, lo
m andará ejecutar, y publicar; pero si no, [lo] devolverá al Congreso con sus
observaciones, y dentro del térm ino de ocho días de aquel en que lo recibió,
uno de los dos ejemplares que se le remitan.
A rt. 60. Si pasado este tiem po el Ejecutivo no hubiere devuelto el pro
yecto objetado, tendrá fuerza de ley, y com o tal lo m andará publicar, a m enos
que corriendo los ocho días, el Congreso hubiere cerrado sus sesiones, en
cuyo caso el Ejecutivo deberá presentar sus observaciones en los prim eros
cuatro días de la próxim a reunión.
A r t 61. C uando el Poder Ejecutivo objete un proyecto de ley o decreto,
el Congreso tom ará en consideración sus reparos, y si los hallare fundados,
procederá de acuerdo con ellos; pero en caso contrario, si el proyecto fuese
objetado en su totalidad, podrá insistir con el voto de las dos terceras partes,
a lo m enos, de los m iem bros presentes. Si las objeciones se versaren sobre una
o m uchas partes del proyecto, bastará la mayoría absoluta para la insistencia.
En cualquiera de estos dos últim os casos, el Poder Ejecutivo m andará publi
car el proyecto dentro de tercero día.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 389
A rt. 62. Al pasar al Poder Ejecutivo un proyecto de ley o decreto, se ex
presarán los días en que fue discutido, para que si nota que n o se han observa
do las form alidades del debate, lo devuelva dentro de segundo día, a fin de
que tenga su cum plim iento.
A rt. 63. Siem pre que haya de pasarse al Poder Ejecutivo un proyecto de
ley o decreto para su sanción, se extenderán dos ejemplares, los cuales serán
firm ados p o r el presidente y secretario del Congreso.
A rt. 64. El Poder Ejecutivo no tendrá derecho de objeción sobre los actos
en que se acuerde diferir para o tro tiem po, trasladar a o tro lugar o prorrogar
las sesiones del Congreso.
A rt. 65. Sancionado u objetado un proyecto por el Poder Ejecutivo, de
volverá al Congreso p o r m edio del secretario respectivo uno de los dos ejem
plares, para que se dé cuenta en él y se archive, caso de sanción; o para que,
si hubiese sido objetado, tenga lugar lo prevenido en el artículo 61, pasando
nuevam ente dos ejemplares, caso de insistencia o reform a, de la m anera dis
puesta en el artículo 63.
A rt. 66. El Poder Ejecutivo del Estado estará a cargo de una persona, que
tendrá la denom inación de Presidente del Estado del Istmo, y este empleado
será sustituido en cualesquiera casos de falta, o im pedim ento, p o r otro que
se denom inará vicepresidente.
A rt. 67. Para ser Presidente y vicepresidente del Estado se necesita, ade
más de las cualidades de ciudadano elegible:
1. H aber nacido en alguno de los cantones del Estado;
2. H aber cum plido la edad de 30 años;
3. Ser dueñ o de bienes raíces que alcancen al valor libre de dos mil pesos,
y en su defecto, de una renta de trescientos pesos anuales, procedentes de bie
nes raíces; o de la de seiscientos pesos que sea el producto de algún empleo, o
del ejercicio de cualquier género de industria o profesión.
4. Tener dos años de residencia en el Estado, dentro de los cuatro inm e
diatam ente anteriores.
B IB U O T E C A A Y A C X ’C H O 391
DE LAS ATRIBUCIONES DEL PODER EJECUTIVO
392 P R IM E R A S CONSTlTUaONES. L A T IN O A M É R IC A Y E L C A R IB E
15. Conceder patentes de corso, cuando así lo determ ine el Congreso;
16. Expedir patentes de navegación;
17. C uidar de la recaudación e inversión de las contribuciones y rentas
nacionales, con arreglo a las leyes, y presentar anualm ente al Congreso, por
m edio del secretario de H acienda, la cuenta respectiva;
18. Suspender de los destinos que ocupen a todos los empleados del ramo
ejecutivo, cuando com etan alguna falta o delito en el ejercicio de sus funciones,
poniéndolos a disposición del Tribunal com petente, dentro de setenta y dos
horas, con los docum entos que hayan m otivado la suspensión, para que se les
juzgue; pero esto no impide que la ley atribuya la mism a facultad de suspender,
a la autoridad judicial que haya de exigirles la responsabilidad;
19. C onm utar, con previo consentim iento del Concejo de Gobierno, la
pena capital en otra grave, siempre que lo exija alguna razón de conveniencia
pública, y a propuesta de los tribunales que decreten las penas, los cuales in
dicarán en la m ism a propuesta aquella en que sea conveniente conm utarla.
A rt. 78. N o puede el encargado del Poder Ejecutivo:
1. Salir del territorio m ientras ejerce el G obierno;
2. Separarse del Estado un año después de haber cesado en sus funcio
nes, sin m andato del Poder Ejecutivo;
3. Ejercer sus funciones cuando se ausente de la capital para cualquiera
otra parte del Estado, sino en los casos previstos p o r la ley;
4. N om brar ni proponer para em pleo alguno a los diputados al C on
greso, m ientras ejerzan estas funciones, ni darles com isión ni gracia alguna.
Esta prohibición se extenderá, después de haber cesado en sus funciones el
diputado, hasta que deje de ejercer el Poder Ejecutivo la m ism a persona que
lo obtenía al tiem po de su diputación;
5. Expulsar del territorio a ningún istm eño, privarle de su libertad, ni
im ponerle pena alguna;
6. C elebrar concordatos con la Sede Romana.
A rt. 79. En los casos de grave peligro por conm oción interior, invasión
exterior actual, o tem ida con fundam ento, que amenace la seguridad del
Estado, el encargado del Poder Ejecutivo podrá investirse del todo o parte de
las siguientes facultades extraordinarias:
1. De llam ar al servicio aquella parte de la guardia nacional que se con
sidere necesaria a más de la fuerza perm anente;
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 393
2. De negociar empréstitos, o anticipaciones de las rentas públicas con el
correspondiente descuento, sin exceder de las sum as que sean absolutam ente
indispensables;
3. De expedir órdenes de comparecencia, o arresto contra los indiciados
de traición contra el Estado; debiendo ponerlos dentro de setenta y dos horas,
a disposición del juez com petente, a quien pasará los docum entos que dieron
lugar al arresto, ju n to con las diligencias que se hayan practicado;
4. De conceder am nistías o indultos generales o particulares, cuando lo
exija algún grave m otivo de conveniencia pública,
A rt. 80. El Poder Ejecutivo, en el uso de una o más de las anteriores fa
cultades, se lim itará al tiem po y medios absolutam ente necesarios para res
tablecer la tranquilidad y seguridad del Estado, y dará cuenta al Congreso, en
los prim eros seis días de las próxim as sesiones, del ejercicio que haya hecho
de esta autorización.
A rt. 81. El Poder Ejecutivo cesará en el uso de sus facultades extraordi
narias con el hecho m ism o de reunirse el Congreso, el que, si fuere necesario,
le concederá la continuación en el ejercicio de ellas.
A rt. 82. El Poder Ejecutivo, al abrir el Congreso sus sesiones anuales, lo
in struirá p o r escrito del estado del país en sus diferentes ram os, indicándole
las m ejoras y reform as que puedan hacerse en cada uno.
A rt. 83. El Presidente del Estado es responsable en todos los casos de
infracción de la C onstitución, y de las leyes, en las de abuso de las facultades
que se le conceden conform e al artículo 79 de esta C onstitución, y en cuales
quiera otros de m ala conducta en el ejercicio de sus funciones,
A rt. 84. El Poder Ejecutivo, cuando lo estim e de grave urgencia, podrá
delegar alguna o algunas de las facultades que se le confieren p o r esta C ons
titución, a u n o o más agentes suyos, o ciudadanos del Estado.
3 9 4 P R lM E R A S C O N S T I T U a O N E S .U T I N O A M P .R I C A Y EL C A R IB E
A r t 88. Los secretarios de Estado son, en sus respectivos ram os, el ó r
gano preciso de com unicación de todas las órdenes del Poder Ejecutivo. N in
guna orden expedida fuera de este conducto, ni decreto, providencia, o re
glam ento alguno, que no sea autorizado por el respectivo secretario, deberá
ser ejecutada po r ningún empleado público, ni persona privada.
A rt. 89. Los secretarios de Estado darán al Congreso, con anuencia del
Poder Ejecutivo, cuantas noticias, e inform es les pida en sus respeaivos ra
mos, a excepción de lo que no convenga publicar. En esta excepción no se
com prenden aquellos que se pidan por el Congreso para llevar a efecto la
atribución 14 del artículo 46.
A rt. 90. Los secretarios de Estado podrán asistir al Congreso, y tom ar
parte en sus discusiones sobre proyectos de ley, y deberán asistir, cuando sean
llamados; pero nunca tendrán voto.
A rt. 91. Los secretarios de Estado inform arán anualm ente al C ongre
so, en los prim eros seis días de sus sesiones, del estado de sus respectivos
ramos.
A rt. 92. Los secretarios de Estado son responsables, siempre que autori
cen decretos, órdenes, o resoluciones del Poder Ejecutivo, que sean contrarios
a la C onstitución, o a las leyes, sin que les sirva de excusa la orden verbal o
por escrito de aquél.
BIBUOTECAAYACUCHO 395
TÍTULO VIL DEL PODER JUDICL\L
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 397
2. C onocer de las causas de responsabilidad, que se form en a los agentes
diplom áticos, y Cónsules del Estado, p o r mal desem peño en el ejercicio de
sus funciones;
3. C onocer de las causas de responsabilidad del Presidente y vicepresi
dente del Estado, cuando haya lugar al ulterior procedim iento, conform e al
artículo 99, o cuando haya de aplicárseles una ley com ún; y de las crim inales
p o r delitos com unes en que incurran los mismos;
4. Conocer de las causas de responsabilidad de los secretarios de Estado;
5. C onocer de las controversias que se susciten por los contratos o nego
ciaciones que el Poder Ejecutivo celebre inm ediatam ente por sí o p o r medio
de sus agentes;
6. O ír las dudas de los tribunales superiores sobre inteligencia de alguna
ley, y consultar sobre ellas al Congreso p o r conducto del Poder Ejecutivo;
7. C onocer de los juicios que se prom uevan sobre la inteligencia de una,
o m ás cláusulas de privilegios concedidos por el Congreso, o de su orden por
el Poder Ejecutivo, excepto en los casos que otra cosa se disponga p o r los
decretos en que se hayan otorgado.
ArL 110. La ley designará el grado, form a y casos en que el Tribunal Su
prem o de Justicia deba conocer en los negocios expresados, y de cualesquiera
otros que ella le atribuya.
A r t 111. Los m agistrados del Tribunal Suprem o durarán en sus funcio
nes dos años, pudiendo ser reelectos.
A rt. 112. Los m agistrados del Tribunal Suprem o de Justicia no adm iti
rán em pleo, com isión, ni gracia alguna del Poder Ejecutivo hasta que deje de
ejercerlo la persona que lo obtenía al tiem po de la perm anencia de aquéllos
en la m agistratura.
A rt. 113. La ley organizará los dem ás tribunales y j uzgados del Estado, y
d eterm inará sus atribuciones, y los requisitos y cualidades, que deben tener
los que hayan de formarlos.
3 9 8 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
DISPOSICIONES COM UNES A TODOS
LOS TRIBUNALES Y JUZGADOS
A lt. 114. Todos los tribunales y juzgados en sus sentencias deben hacer
m ención de la ley aplicada, y por falta de ella, de los fundam entos en que se
apoyen.
A rt. 115. Los m agistrados y jueces de los tribunales del Estado no podrán
ser suspendidos de sus destinos, sino por acusación legalmente intentada y
adm itida, ni depuestos, sino p o r causa sentenciada conform e a las leyes.
A rt. 116. En ningún juicio habrá más de tres instancias.
A rt. 117. Las sesiones de todos los tribunales serán públicas, y las vota
ciones se harán a puerta abierta y en alta voz.
A rt. 118. Las vacantes que ocurran en las m agistraturas del Tribunal
Suprem o de Justicia, y Tribunales de distrito, se llenarán con los que hayan
obtenido más votos en las asambleas electorales para la plaza vacante; por
defecto de éstos, el encargado del Poder Ejecutivo hará el nom bram iento; y
los así nom brados d u rarán en el destino hasta que se provea en propiedad
conform e a esta Constitución.
B IB L lc rrE C A A Y A C U C H O 399
A rt. 122. La guardia nacional en cada cantón estará a las órdenes de
su gobernador, quien la llam ará al servicio, cuando lo ordene el encargado
del Poder Ejecutivo; y tam bién para obrar dentro del cantón, en los casos de
conm oción Interior, o de invasiones exteriores actuales o tem idas con funda
m ento. Siem pre que los gobernadores de los cantones usen de esta atribución,
darán cuenta inm ediatam ente de la fuerza de que hubieren dispuesto, y de
los m otivos y fundam entos que hayan tenido para ello.
A r t 123. No se concederá en el Estado ningún ascenso militar, sino para
llenar una plaza creada p o r la ley.
A rt. 124. Una ley especial organizará la Fuerza Armada.
A rt. 125. Los individuos de la fuerza arm ada de m ar o tierra no gozarán
de filero alguno; pero en los delitos p uram ente militares, o en los comunes,
que se com etan en cam paña, serán juzgados y penados p o r las autoridades
m ilitares, y conform e a las ordenanzas y leyes del Ejército.
4 0 0 P R IM E R A S a )N S T lT U C I()N E S . U T I N O A M É R IC A Y E L C A R IB E
Art. 132. La religión dom inante del Estado es la católica, apostólica,
rom ana. El G obierno la protegerá.
A rt. 133. Todos los istm eños tienen el derecho de hacer publicaciones
por medio de la prensa, sin necesidad de previa revisión o censura, quedando
sujetos a la responsabilidad de la ley.
Art. 134. Los juicios por abusos de la libertad de im prenta se decidirán
siempre por jurados.
ArL 135. N inguna autoridad aplicará clase alguna de torm entos, sea
cual fuere la naturaleza, y estado del proceso.
A rt. 136. Todos los istm eños tienen la facultad de reclamar sus derechos
ante los depositarios de la autoridad pública con la m oderación y respeto
debidos, y de representar acerca de todo lo que juzguen conveniente al bien
público.
A rt, 137. Todos los extranjeros serán adm itidos en el Estado, y gozarán
de los m ism os beneficios que los istmeños, excepto los inherentes a la ciuda
danía. Aquellos se som eterán a las leyes del Estado, en cuanto sea com patible
con el derecho internacional.
A rt. 138. No se extraerá del tesoro nacional cantidad alguna para otros
usos que los determ inados por las leyes.
A rt, 139. Los istm eños son iguales delante de la ley, cualesquiera que
sean su fortuna y destinos,
A rt. 140. N ingún istm eño podrá ser distraído de sus jueces naturales, ni
juzgado p or com isiones especiales, ni por tribunales extraordinarios.
ArL 141. N ingún istm eño puede ser arrestado, o reducido a prisión, sin
suficiente m otivo para proceder, fundado en testim onio de persona digna de
crédito, o en o tro indicio grave. Cuando alguno sea sorprendido en flagrante
delito, cualquiera puede prenderle, pidiendo el auxilio necesario, y condu
cirle inm ediatam ente a presencia del juez.
A rt. 142. En cualquier estado de la causa en que aparezca que no puede
im ponerse al preso pena corporal, se le pondrá en libertad, dando la seguri
dad bastante.
A rt. 143. D entro de doce horas a lo más de verificada la prisión, o arresto
de alguna persona, expedirá el juez una orden firm ada en que se expresen los
motivos del arresto, o prisión; si debe o no estar, o continuar incom unicado el
preso, y se le dará copia de ella. El juez que faltare a esta disposición, y el carce
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 403
A rt. 162. El Congreso en las sesiones ordinarias de cualesquiera de los
años siguientes tom ará en consideración la adición, o reform a aprobada en
la anterior; y si fuere calificada de necesaria por la m ayoría absoluta de votos
de los m iem bros presentes, con las form alidades prevenidas en el artículo
que antcvc’cle, se tendrá com o parte de esta C onstitución, y se pasará al Poder
Ejecutivo para su publicación y ejecución,
A rt. 163. El poder que tiene el Congreso para reform ar esta C onstitu
ción, no se extenderá nunca a variar la form a de gobierno, que ella establece,
el cual será siem pre popular, republicano, representativo, electivo, alternativo
y responsable. Tam poco se extenderá a destruir la libertad de im prenta.
A rt. 164. El Poder Ejecutivo con relación a este título, sólo podrá hacer
indicaciones sobre las dudas, reforma, o inteligencia de alguno, o algunos
artículos constitucionales.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Tomás Herrera
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 405
PARAGUAY, CHILE,
ARGENTINA, URUGUAY, BRASIL
PARAGUAY
CONSTITUCIÓN DE 1813»
Bl B L IO T E C A A Y A C U C H O 409
A rt. 4. La presencia quedará en adelante reducida solam ente a lo interior
del trib u n al que han de com poner unida solam ente los dos cónsules. Por
consiguiente, será lim itada a la econom ía y régimen interior del tribunal,
cuyo tratam ien to será el de Excelencia; pero los cónsules ten d rán el corres
pondiente al grado m ilitar que le queda conferido.
A rt. 5. La com andancia general de las arm as de la provincia, se ejercerá
p o r la jurisdicción unida de los dos cónsules.
A rt. 6. No obstante esta disposición, la fuerza viva y efectiva, esto es,
la tro p a veterana de cualquiera clase que sea así como el arm am ento mayor
y m en o r pólvora y m uniciones de toda especie se distribuirá p o r m itad al
m ando y cargo particular de cada uno de los dos cónsules, y ésta tendrá su
respectivo p arque o alm acén en el lugar o alojam iento de sus cuerpos respec
tivos para su debida autoridad.
A rt. 7. H abrá dos batallones de infantería de tres o cuatro com pañías
cada uno, p o r ahora, o de m ás o m enos según las circunstancias, de suerte
que cada cónsul tendrá su batallón, Y será su jefe y com andante p articular y
exclusivo. Será tam bién jefe y com andante particular de una de las actuales
com pañías de artillería, aplicándose a este respecto la prim era de ellas al
cónsul Yegros, y la segunda al cónsul Francia. Éste creará el batallón de que
le corresponde ser jefe y com andante, y para una de sus com pañías podrá
tom ar, si quiere, la quinta del actual batallón del que quedará de jefe y com an
dante y exclusivo. Será tam bién jefe y com andante particular de una de las
actuales com pañías de artillería, aplicándose a este respecto la prim era de
ellas al cónsul Yegros, y la segunda al cónsul Francia. Éste creará el batallón
de que le corresponde ser jefe y com andante, y para una de sus com pañías
podrá tom ar, si quiere, la q uinta del actual batallón del que quedará de jefe y
com andante el cónsul Yegros.
A rt. 8. Los oficiales y dem ás individuos de estos cuerpos serán a satis
facción de sus respectivos com andantes, los sobredichos cónsules; pero los
despachos de oficiales de cualquiera de ellos se librarán en unión po r los cón
sules a propuesta y elección de aquél a quien corresponda; y del m ism o m odo
las causas particulares de cualesquiera individuos de los expresados cuerpos
de una y otra com andancia, deberán ventilarse y juzgarse po r la jurisdicción
unida de los cónsules.
A rt. 9. La providencia interior del tribunal en los térm inos expresados
rolará de aquí adelante alternando los dos cónsules por cuatro meses cada
410 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N L S . U T I N O A M É R I O Y EL C A R IB E
uno. El que la ejerza solo se titulará cónsul de turn o, y de ningún m odo
cónsul presidente, p ara evitar las equivocaciones de que ha sido origen esta
últim a denom inación. Esta conform idad entrará de tu rn o el cónsul Fran
cia. La traslación de esta presidencia, cum plido el tiem po respectivam ente
al tu rn o de cada cónsul, se extenderá por diligencia firm ada por los dos en
el Libro de Acuerdo, y de ello se pasará noticia al cabildo de esta ciudad para
su inteligencia.
A rt. 10. Se destinará en las casas de gobierno una pieza para tribunal
com ún y público de am bos cónsules. Estará abierta a las horas de audiencias
y despacho, y de su régimen y form alidad se encargará a su vez el cónsul que
esté de turno.
A rt. 11. En ios casos de discordia, en cuanto no se oponga a lo determ i
nado en el presente reglam ento, la dirim irá el secretario y si hubiesen dos los
ejecutará aquel a quien corresponda actuar en los negocios de la clase en que
ocurra la discordia.
A rt. 12. Se deja al arbitrio y prudencia de los dos cónsules el arreglar
de com ún acuerdo y conform idad todo lo concerniente al m ejor despacho y
expediente de todos los negocios de G obierno en todos sus ramos: así com o
la conservación de uno o dos secretarios, y del m ism o m odo la creación de
un tribunal sup erio r de recurso, que deberá conocer y juzgar en la últim a
instancia conform e a las leyes, según la naturaleza de los casos y juicios que
se dejase a su conocim iento.
ArL 13. Los cónsules con audiencia y consulta del m ism o cabildo de esta
ciudad arreglarán tam bién el sueldo que deban tener, así ellos com o los secre
tarios y m iem bros del nuevo tribunal, o cám aras de recursos, si se creasen.
A rt. 14. Si alguno de los dos cónsules faltase absolutam ente del gobierno
por m uerte o p o r retiro, procederá el que quedase a convocar dentro de un
mes a C ongreso General de la provincia en la form a, m étodo y núm ero de mil
sufragantes elegidos popularm ente en toda la com prensión de la provincia
com o al presente; y sin perjuicio de esta deliberación se establece tam bién
com o ley fundam ental, y disposición general perpetua e invariable, que en
lo venidero se celebrará anualm ente un C ongreso General de la provincia al
propio m odo, con la misma form alidad, nú m ero y circunstancia, señalán
dose a este efecto el día 15 de cada mes de octubre, en cuya conform idad se
expedirán p u n tu alm en te las correspondientes convocatorias a m ediados de
B IB U c rrE C A A Y .^ C U C H O 411
sqjtiem bre, con el justo fin de que la provincia oportunam ente, o al menos
una vez al año pueda congregarse a tratar, como pueblo libre y soberano, lo
más conducente a la felicidad general, a m ejorar su gobierno si fuese nece
sario, y a o cu rrir a cualesquiera abuso que pueda introducirse, tom ando las
disposiciones y haciendo los establecim ientos más bien m editados con el
conocim iento que da la experiencia.
A lt. 15. Se observará el presente reglam ento hasta la determ inación del
futuro Congreso, y se copiará en el libro de acuerdos del gobierno.
A rt. 16. Los cónsules com parecerán inm ediatam ente a ju rar ante el pre
sente Congreso Soberano el observar y hacer observar fiel y cum plidam ente
el presente reglam ento. Los m ism os ejecutarán p o r su orden todos los oficia
les de las tropas acuarteladas, los cuales tom arán igual juram ento en el cuartel
a los individuos de sus respectivas com pañías dando cuenta con la diligencia
para su agregación a las actuaciones del Congreso; con prevención que el
que rehusase este reconocim iento y juram ento será despedido del cuerpo,
así com o castigado con la m ism a pena y otras más severas en el que después
de reconocido y ju rad o el presente reglam ento y de cualquiera m anera lo
quebrantare.
A rt. 17. Q ueda adoptado por la providencia el m étodo y núm ero de
sufragantes del presente Congreso, y p o r lo m ism o se prohíbe al gobierno el
que sin deliberación de o tro sem ejante Congreso variar o m udar esta form a
y núm ero de sufragantes.
* Luis Valencia Avaria; comp.,“Proyecto de Constitución provisoria para el Estado de Chile” Anales
de la república, textos constitucionales de Chile y registro de los ciudadanos que han integrado los Po
deres Ejecutivo y Legislativo desde 1810, Santiago, Imprenta Universitaria, 1951,1.1, pp. 52-69.
B IB L10TEC .A A Y A C U C H O 413
Mi objeto en la form ación de este proyecto de C onstitución provisoria,
no ha sido el de presentarla a los pueblos com o una ley constitucional, sino
com o un proyecto, que debe ser aprobado o rechazado p o r la voluntad gene
ral. Si la pluralidad de los votos de los chilenos libres lo quisiese, este proyecto
se guardará com o una C onstitución provisoria; y si aquella pluralidad fuese
contraria, no tendrá la C onstitución valor alguno. Jamás se dirá de Chile, que
al form ar las bases de su Gobierno, rom pió los justos límites de la equidad;
que puso sus cim ientos sobre la injusticia; ni que se procuró constituir sobre
los agravios de una m itad de sus habitantes.
No apruebo el m étodo de la sanción propuesta en la advertencia de
este proyecto, porque ninguna corporación, ni tribunal ni Jefe del Estado,
ha recibido hasta ahora del pueblo el derecho de representarle; antes bien,
estando todos ellos em pleados en servicio público, deben considerarse como
unas partes m ás pasivas que activas, en el caso presente. Yo deseo exam inar la
voluntad general sobre el negocio que más interesa a la nación; y para ello es
necesario saber distintam ente la voluntad de cada uno de los habitantes. Por
tanto, y para acertar con el medio más pronto, m ás liberal y más justo, de con
sultar los votos de todos los pueblos libres del Estado, sobre si ha de regir o no
la presente C onstitución provisoria, se observará el reglam ento siguiente:
414 P R IM E R A S C O N S r r r U C I O N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C1.\R1BE
A rt. 5. Serán hábiles para suscribir todos los habitantes, que sean padres
de familia o que tengan algún capital, o que ejerzan algún oficio, y que no se
hallen con causa pendiente de infidencia o de sedición. Serán inhabilitados
todos aquellos que procuren seducir a otros, haciendo partidos, o tratando
de violentar o de dividir la voluntad de los otros.
A rt. 6. Después de pasados los días señalados para la suscripción, se p u
blicará en cada ciudad, villa o pueblo el resultado de ella, y se me dará cuenta
p o r el conducto del M inisterio de Estado en el departam ento de gobierno,
acom pañando los libros originales para archivarlos, después de haber dejado
en cada parroquia, en poder del cura, una copia de ellos.
A rt. 7. La publicación del bando de que se habla en el artículo 1, se hará
al día siguiente de recibirse en el pueblo el proyecto constitucional, y al quinto
día de aquella publicación, se deberá rem itir el resultado, por extraordinario,
a esta capital, conform e se previene en el articulo anterior.
A rt. 8. Si el mayor núm ero de suscriptores fuese contrario al proyec
to, quedará sin valor alguno. Si fuese en favor de él, lo aceptaré com o una
C onstitución provisoria, y entonces tendrá lugar el juram ento de que se hace
m ención en la advertencia puesta al fin del proyecto.
A rt. 9. Para el caso de ser sancionada esta Constitución provisoria por
la voluntad general, y deseando que tam bién lo sea el nom bram iento del
Senado, elijo condicionalm ente p o r senadores al gobernador del Obispado
de Santiago don José Ignacio Cienfuegos, al gobernador intendente de esta
capital don Francisco de Borja Fontecilla, al decano del Tribunal de Ape
laciones don Francisco A ntonio Pérez, a don Juan Agustín Alcalde y a don
José M aría Rozas; por suplentes, a don M artín Calvo Encalada, a don Javier
Errázuriz, a don Agustín Eyzaguirre, a don Joaquín Gandarillas y a don Joa
quín Larraín.
Im prím ase a la cabeza del proyecto constitucional, para que, publicán
dose p o r bando en todas las ciudades, villas y pueblos del Estado, surta los
efectos convenientes - D ado en el Palacio Directorial de Santiago de Chile, a
10 días del mes de agosto del año de 1818 - Bernardo O ’Higgins - Antonio
José de Irisarri
B IB L IO T E C A A Y .^ C L C H O 415
EN EL NOMBRE DE DIOS OMNIPOTENTE,
CREADOR Y SUPREMO LEGISLADOR
T ÍT U L O I. D E LOS D EREC H O S Y D EBERES
D EL H O M B R E EN SO C IED A D
A rt. 1. Todo hom bre en sociedad, para afianzar sus derechos y fortuna,
debe una com pleta sum isión a la C onstitución del Estado, sus estatutos y
leyes, haciendo lo que ellos prescriben, y huyendo de lo que prohíben.
A rt. 2. Debe obedecer, hon rar y respetar a todos los m agistrados y fun
cionarios públicos, com o m inistros de la ley y prim eros ciudadanos.
Art- 3. Debe igualm ente ayudar con alguna porción de sus bienes para
los gastos ordinarios del Estado; y en sus necesidades extraordinarias y peli
gros, debe sacrificar lo más estim able por conservar su existencia y libertad.
A rt. 4. Está obligado a dirigir sus acciones respecto de los demás hombres,
por aquel principio moral: No hagas a otro lo que no quieres hagan contigo.
A rt. 5. Todo individuo que se gloríe de verdadero patriota, debe llenar
las obligaciones que tiene para con Dios y los hom bres, siendo virtuoso, h o n
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 417
rado, benéfico, buen padre de familia, buen hijo, buen amigo, buen soldado,
obediente a la ley y funcionario fiel, desinteresado y celoso.
CAPÍTULO Ü N ICO
CAPÍTULO I
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 4 1 9
dir em préstitos, declarar la guerra, hacer la paz, form ar tratados de alianza,
comercio, neutralidad; m andar embajadores, cónsules, diputados o enviados
a potencias extranjeras; levantar nuevas tropas o m andarlas fuera del Estado,
em prender obras públicas y crear nuevas autoridades o empleos.
A rt. 5. Estará autorizado el Senado para limitar, añadir y enm endar esta
C onstitución provisoria, según lo exijan las circunstancias.
A rt. 6. Toda nueva ley o reglam ento provisional que haga el Senado;
toda abolición de las leyes incom patibles, con nuestra independencia: toda
reform a o nuevo establecim iento en los diferentes cuerpos, institutos, depar
tam entos y oficinas del Estado, com o tam bién las adiciones y correcciones de
los reglam entos que han regido y rigen, se consultarán, antes de publicarlos,
con el Suprem o D irector, quien en el térm ino de ocho días, a más tardar, de
berá expresar su consentim iento o disenso para su publicación, exponiendo
oficialm ente al Senado las razones fundam entales de su oposición. En el caso
de aprobación, se publicará inm ediatam ente el nuevo reglam ento, adición,
etc., en la form a siguiente: El Excmo. Suprem o D irector del Estado de Chile,
de acuerdo con el Excmo. Senado. En el de disenso renovará el Senado, si lo
tuviese p o r conveniente, la presentación del nuevo reglam ento, adición, etc.,
al D irector Suprem o, con las razones que desvanezcan la oposición; y si éste
disiente, en el m ism o térm ino se reverá el proyecto por el Senado, el que, si
presentado la tercera vez fuere repulsado, se publicará en la form a siguiente:
El Excmo. Suprem o D irector del Estado, habiendo recibido del Excmo. Se
nado la resolución siguiente.
A rt. 7. En los casos particulares que ocurran sobre la inteligencia de lo
ya establecido o que nuevam ente se estableciese, o defecto de prevención en
cualquier estatuto, reglam ento, etc., que el Senado diese, resolverá él por sí
solo las dudas, sin las consultas de que habla el artículo antecedente.
A rt. 8. Tendrá el Senado especialísimo cuidado de fom entar en la ca
pital y en todas las ciudades y villas, el establecim iento de escuelas públicas
e in stitutos o colegios, donde sea form ado el espíritu de la juventud p or los
principios de la religión y de las ciencias.
A rt. 9. D eberá n o m b rar una comisión, com puesta de uno de sus vocales
y dos individuos del Tribunal de Apelaciones, para que con toda integridad y
la brevedad posible, tom en residencia a todos los em pleados del Estado, que
p o r delito o sin él term inan la carrera de sus funciones políticas.
4 2 0 P R IM E R A S C O N S r r a ’C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL ( > J U B E
A rt. 10. Será privativo del Senado, cuando juzgue o p o rtu n o indicar ci
tiem po y señalar el día, la apertura del Congreso; y form ará el reglam ento
para la elección de diputados.
A rt. 11. Por m uerte, renuncia o delito probado en juicio legal de alguno
de los vocales del Senado, pertenecerá a éste elegir el sucesor a pluralidad de
votos, el que deberá ser del núm ero de los suplentes, si algunas graves circuns
tancias no exigen lo contrario.
A rt. 12. Si discordasen en igualdad de votos los cuatro restantes m iem
bros del Senado, se decidirá por el D irector Suprem o.
T ÍT U L O IV. D EL PO D ER E JE C U T IV O
CAPÍTULO I. DE LA ELECCIÓN
Y FACULTADES DEL PODER EJECUTIVO
4 22 P R 1 M E R .\S C O N S T l T U a O N R S . U T I N O A ,V l£ R IC ^ Y EL C A R IB E
A rt-14. Los recursos de esta naturaleza y los de que habla el artículo 11 de
este capítulo, se harán por los interesados a la ju n ta com puesta del Presidente
del Tribunal de Apelaciones, con el contador mayor, m inistro más antiguo del
erario y el fiscal, quedando concluida con la determ inación de esta ju n ta toda
instancia, sin más recurso, y procediéndose en ello sum ariam ente.
A rt. 15. Esta m ism a junta conocerá en grado de apelación, los pleitos
sobre contrabandos y demás ram os de hacienda, observando en la sustancia-
ción, la disposición de las leyes no revocadas.
A rt. 16. Tendrá el D irector especial cuidado de extinguir las divisiones
intestinas, que arruinan los Estados, y fom entar la unión que los hace im pe
netrables y felices.
A rt. 17. Cuidará con especialidad de m antener el crédito de los fondos
del Estado, consultando eficazmente su recaudación y el que se paguen con
fidelidad las deudas en cuanto lo perm itan la existencia de caudales y aten
ciones públicas.
A rt. 18. H ará pasar al Senado cada mes una razón prolija, que dem ues
tre por clases y ram os los ingresos, las inversiones y existencias de dichos
fondos.
A rt. 19. Teniendo el D irector la superintendencia general de todos los
ram os y caudales del Estado, de cualquiera clase y naturaleza que sean, se
arreglará p or ahora a las disposiciones y ordenanzas que actualm ente rigen.
A rt. 20. Las causas contenciosas de cualquiera clase que sean, las rem iti
rá a los Tribunales de Justicia a que correspondan; pero las sentencias contra
el fisco no serán ejecutadas sin m andato expreso del Director.
A rt. 21. Podrá confirm ar o revocar con arreglo a ordenanza, en últim o
grado, las sentencias dadas contra los militares en los Consejos de Guerra.
A rt. 22. Tendrá facultad de suspender las ejecuciones capitales ordena
das, y conceder perdón o conm utación de pena.
A rt. 23. En caso de renuncia o m uerte, entrará a reem plazar su lugar,
hasta la celebración del Congreso, el que inm ediatam ente nom brará el Se
nado.
A rt. 24. En el de ausencia de la capital, por más de ocho días (lo que
nunca podrá hacer sin acuerdo del Senado), enferm edad u otro im pedim en-
to legítimo, que le embarace el desem peño de sus deberes y despacho de
los negocios públicos, hará sus veces para lo diario y urgente el gobernador
42 4 P R i M i i R A S C o N s r m j a o N E S . La t in o a m é r ic a y el c a r ib e
cosa alguna, si n o tiene pleno conocim iento de la necesidad del rem edio; y
en este caso procederá conform e a lo prevenido en el Títxjüo III, Capítvdo III,
artículo 6.
A lt. 8, No podrá en ningún caso por sí sólo interceptar la correspon
dencia epistolar de los ciudadanos, que debe respetarse com o sagrada; y
cuando por la salud general y bien del Estado, fuese preciso la apertura de
alguna correspondencia, lo verificará a presencia del fiscal, p rocurador gene
ral de la ciudad y adm inistrador de correos, los que deberán hacer ju ram ento
de secreto.
4 2 6 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M E R IC A Y E L C A R IB E
CAPÍTULO V. DE LA ELECCIÓN
DE LOS SUBALTERNOS DEL PODER EJECUTIVO
A rt. 1. La capital y todas las ciudades y villas del Estado, luego que el Se
nado de acuerdo con el D irector lo tengan por conveniente, harán la elección
de sus gobernadores, tenientes y cabildos, conform e al reglam ento que para
este efecto deberá m etodizar el Senado.
A rt. 2. Los gobernadores militares de Valparaíso, Talcahuano y Valdi
via, serán elegidos p o r el Director, y durarán igualm ente tres años en sus
empleos.
BIBUOTF.CVkAyACUCHO 427
A rt. 7. Éstos asistirán diariam ente al juzgado en las horas de despacho, a
oír y d ar dictam en en los juicios verbales, asistir a la form ación de las causas
crim inales, y dictar providencias en los negocios contenciosos por escrito, sin
exigir de las partes derechos de asesoría.
A rt. 8. Si alguno de estos asesores fuese recusado, entrará el o tro en su
lugar, y si éste lo fuese igualm ente, pagará el recusante, íntegros los derechos
del que fuese nom brado.
A r t 9. En caso de im pedim ento legal de los asesores, satisfarán am bos
al que el juez eligiere.
A rt. 10. En cada elección de nuevo cabildo, se hará igualmente la de estos
asesores, pero no habrá im pedim ento para que sean reelegidos, si su buena
com portación y crédito los hiciese acreedores a ello.
A rt. 11. Tendrán los asesores asiento en cabildo después de él, y su voto
inform ativo en aquellos acuerdos a que fuesen llamados.
T ÍT U L O V. D E LA A U TO RID A D JU D IC IA L
CAPÍTULO I. DE LA ESENCIA
Y ATRIBUCIONES DE ESTA AUTORIDAD
428 P R IM E R A S (X W S T IT U C IO N E S . U T I N O A M E R IC A Y EL C A R IB E
Art. 2. Los relatores y porteros de la C ám ara, com o sus escribanos, lo
serán igualm ente de este Tribunal.
Art. 3. El nom bram iento de los individuos que han de com poner este
Tribunal, corresponde al Director del Estado en su creación, y en vacantes ha
de preceder propuesta en terna del cuerpo, en la que la colocación num eral
no arguye preferencia.
A rt. 4. D eberá en los propuestos ser atendida la mayor idoneidad, m éri
to y antigüedad; sin que pueda obtener lugar quien no sea abogado recibido,
y hubiere ejercido su oficio el térm ino de seis años.
A rt.5.*
A rt. 6. El tratam iento de este cuerpo será el de Excelencia.
A rt. 7. Su duración será conform e a lo dispuesto en el artículo 13, ca
pítulo I, título IV de esta Constitución. Las causas de sus m iem bros serán
juzgadas p o r una com isión nom brada para el efecto por el Tribunal.
A rt. 8. La familia del que no fuere depuesto con causa, gozará del m on
tepío establecido en esta clase de empleados.
A rt. 9. El ejercicio de este Tribunal será conocer en los recursos de se
gunda suplicación y otros extraordinarios, que se interpongan legalmente de
las sentencias de la Cám ara de Apelaciones y Tribunales de Hacienda, alzadas
de M inería y Consulado.
Art. 10. Q ueda abolido el reglam ento hecho para estos recursos; y se
observará, ínterin p o r el Congreso Nacional se form a un nuevo reglamento,
lo dispuesto p o r las leyes que hasta esta época rigen, a excepción, que por el
fácil adito de estos recursos, deberá en todos rem itirse el proceso original sin
precedente com pulsa, y en ninguno ejecutarse las sentencias antes que sean
confirm adas p o r este Suprem o Tribunal.
A rt. 11. Antes de su instalación, podrá suplirse su falta elevándose los
recursos de los Tribunales de Alzadas de M inería y Consulado, a la Cám ara
de Apelaciones, y los de ésta al Suprem o Director; y para su resolución serán
Jueces los asesores del Consulado y M inería, el letrado o letrados, que ocu
paren los M inisterios del Suprem o G obierno, y los demás que eligiese éste
hasta el núm ero de cinco.
A rt. 12. Las sentencias de este Suprem o T ribunal irán suscritas en p ri
m er lugar p o r el Director, y ejecutadas sin recurso de gracia ni de justicia.
B IB U O T E C A AYACL’C H O 429
A rt. 13. La com isión, antes de instalarse el Tribunal, concluido el acto
del juzgam iento quedará disuelta; y la parte recurrente, en caso de no obtener,
satisfará a cada uno de los jueces nom brados, que no fuere de los rentados, los
derechos establecidos para los asesores, y p o r m itad entre am bos litigantes,
cuando la sentencia alzada se varíe.
4 3 0 P R 1 M E R .\S C O N S im 'C IO N E S . U T lN O A .V l£ R lt Y EL C A R IB E
a este em pleo los practicantes, y les servirá de abono y m éritos para recibirse
de abogados.
A rt. 12. H abrá dos escribanos de Cám ara en los m ism os térm inos que
hasta ahora, quienes no pagarán por estos oficios pensión alguna, ni exigirán
a las partes otros derechos que los de su actuación por arancel y las tiras de lo
que ante ellos se actuare.
A rt. 13. H abrá un portero dotado, sin que exija derechos algunos a los
litigantes, ni de los perm itidos hasta lo presente.
A rt. 14. H abrá seis procuradores de núm ero, seis escribanos públicos, y
otros tantos receptores; y los archivos se distribuirán entre aquéllos pro p o r
cionalm ente, y se arreglarán los aranceles por el vocal m enos antiguo de la
Cám ara, a quien del propio m odo corresponde la visita anual de estos oficios,
cuyo cum plim iento se encarga a los Tribunales de Justicia.
A rt. 15. La C ám ara conocerá, com o hasta aquí, de todo juicio entre p ar
tes, aunque sea gubernativo, siem pre que se haga contencioso, arreglándose
en todo a lo dispuesto p o r el derecho com ún y leyes que actualm ente rigen,
ínterin se establece un nuevo código.
A rt. 16. C onocerá en los recursos de fuerza com o lo hacen las audien
cias, y despachará los votos consultivos del Gobierno.
A rt. 17. Q ueda abolido el juzgado de provincia, que turnaba entre los
cam aristas; y en los juicios civiles de m enor cuantía no habrá apelación de
las providencias.
A rt. 18. En los pleitos de m enor cantidad de unos mil pesos, dos senten
cias conform es de grado en grado, se ejecutarán sin recurso.
A rt. 19. Las sentencias de jueces ordinarios inferiores, en causas crim i
nales, que sean de m uerte o aflictivas, no podrán ejecutarse sin aprobación
de la Cám ara.
A rt. 20. N ingún ciudadano podrá ser preso sin precedente semiplena
probanza de su delito, y antes de ocho días debe hacérsele saber la causa de su
prisión, tom ársele su confesión y ponerse com unicado si no es que lo em ba
race alguna justa causa; y en este caso debe ponerse en su noticia este motivo.
A rt.2 1 .N o deberá esta inm unidad tener lugar cuando haya algún peli
gro inm in en te de la patria.
A rt. 22. N ingún ciudadano ha de ser asegurado con prisiones, si no se
recela su fuga.
BIBLIOTECwKAYACUCHO 431
ArL 23. Tampoco podrán embargársele más bienes que los precisos para
responder por el delito, y si fuere de calidad, que exija alguna pena pecuniaria.
A rt. 24. Se form arán com o hasta aquí se ha observado las causas crim i
nales; a excepción que no se recibirá juram ento a los reos para sus confesiones
y cargos, careos ni otras diligencias que tengan tendencia a indagar de ellos
m ism os sus delitos; y la pena infame aplicada a un delincuente, no será tras
cendental a su fam ilia o descendencia.
A rt. 25. D eberá establecerse un juzgado de paz, y en el ínterin lo será
tod o juez de prim era instancia, que antes de darle curso, llamará a las partes
y tratará de reducirlas a una transacción o com prom iso extrajudicial; y po
niéndose constancia de no haber tenido efecto esta diligencia, sólo correrá
la dem anda.
A rt. 26. Todo decreto que se notifique a las partes, se suscribirá por ellas
m ism as, a excepción de los que se publicaren en los tribunales superiores.
Advertencia
S E C C IÓ N L R E L IG IÓ N D E L E ST A D O
• “Constitución de las Provincias Unidas en Sudam érica, dictada el 22 de abril de 1819 por el
Congreso General Constituyente (1816-20)”, £ /pensamiento constitucional hispanoamericano hasta
¡830, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1961, pp. 119-138.
A rt. 10. Form arán el Senado los senadores de provincia, cuyo núm ero
será igual al de las provincias; tres senadores militares cuya graduación no
baje de coronel mayor; un obispo y tres eclesiásticos, un senador p o r cada
universidad y el D irector del Estado, concluido el tiem po de su gobierno.
A rt. 11. N úigim o será nom brado senador que no tenga la edad de trein
ta años cum plidos, nueve de ciudadano antes de su elección, un fondo de
ocho mil pesos, una renta equivalente o una profesión que lo ponga en estado
de ser ventajoso a la sociedad.
A rt. 12. D urarán en el cargo p o r el tiem po de doce años renovándose
p o r terceras partes cada cuatro. La suerte decidirá quiénes deban salir en el
prim ero y segundo cuatricinio.
4 3 4 PRIMERAS c o N s r r r u a o N E S . u t i n o a .m £ r ic a y a c a r ib e
A rt. 13. El ex director perm anecerá en el Senado hasta que sea reempla
zado p o r el que le sucediese en el mando.
A rt. 14. Los senadores por las provincias se elegirán en la form a siguien
te; cada m unicipalidad nom brará un capitular y un propietario, que tenga un
fondo de diez mil pesos al m enos, para electores. Reunidos éstos en un punto
en el centro de la provincia, que designará el Poder Ejecutivo, elegirán tres
sujetos de la clase civil, de los que uno al m enos sea de fuera de la provincia.
Esta terna se pasará al Senado (la prim era vez al Congreso) con testim onio
íntegro del acta de elección. El Senado, recibidas todas las ternas y publicadas
por la prensa, hará el escrutinio, y los que tuvieren el mayor núm ero de sufra
gios, com putados por provincias, serán senadores. Si no resultase pluralidad,
la prim era vez el Congreso y en lo sucesivo el Senado hará la elección de entre
los propuestos.
A rt. 15. Los senadores militares serán nom brados por el director del
Estado.
A rt. 16. Será senador por la prim era vez el obispo de la diócesis donde
resida el cuerpo legislativo. En lo sucesivo se elegirá el obispo senador por
los obispos del territorio, rem itiendo sus votos al Senado. Publicados por la
prensa se hará el escrutinio, y el que reuniese el mayor n úm ero será senador;
no resultando pluralidad, decidirá la elección el Senado.
A rt. 17. Los cabildos eclesiásticos, reunidos con el prelado diocesano,
curas rectores del sagrario de la Iglesia Catedral y rectores de los colegios
(cuando éstos sean eclesiásticos) elegirán tres individuos del m ism o Estado,
de los cuales uno al m enos sea de otra diócesis. Remitidas y publicadas las
ternas con sus actas, los tres que reúnan m ayor núm ero de sufragios, com
putados p or las iglesias, serán senadores; en caso de igualdad, el Congreso o
Senado decidirá la elección.
A rt. 18. Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados
por la Sala de representantes.
A rt. 19. La concurrencia de las dos terceras partes de sufragios harán
sentencia contra el acusado, únicam ente al efecto de separarlo del empleo o
declararlo inhábil para obtener otro.
A rt. 20. La parte convencida quedará, no obstante, sujeta a acusación,
juicio y castigo conform e a la ley.
BIBUCriECAAYACUCHO 435
CAPÍTULO III. ATRIBUCIONES COMUNES A AMBAS CÁMARAS
A rt. 21. Ambas Cámaras se reunirán por prim era vez en esta capital y en
lo sucesivo en el lugar que ellas m ism as determ inen, y tendrán sus sesiones
en los meses de marzo, abril y mayo, y septiem bre, octubre y noviembre.
A rt. 22. Cada Sala será privativam ente el juez para calificar la elección
de sus m iem bros con mayoría de un voto sobre la mitad.
A rt. 23. N om brará su Presidente, vicepresidente y oficiales; señalará el
tiem po de la duración de unos y otros y prescribirá el orden para los debates
y para facilitar el despacho de sus deliberaciones.
A rt. 24. N inguna de las Salas podrá deliberar m ientras no se hallen
reunidas am bas, respectivam ente, en el lugar de las sesiones, al m enos en las
dos terceras partes de sus m iembros; pero un núm ero m enor podrá compeler
a los ausentes a la asistencia en los térm inos y bajo los aprem ios que cada Sala
proveyere.
A rt. 25. C ada Sala llevará un diario de sus procedim ientos, que se p u
blicará de tiem p o en tiem po, exceptuando aquellas partes que, a su juicio,
requieran secreto. Los votos de aprobación o negación de los m iem bros de
u na y o tra Sala se ap untarán en el diario, si lo exigiese así una quinta parte
de ellos.
A rt. 26. Los senadores y representantes no serán arrestados ni proce
sados d u ran te su asistencia a la legislatura y m ientras van y vuelven de ella,
excepto el caso de ser sorprendidos in fraganti en la ejecución de algún crimen
que m erezca pena de muerte, infam ia u otra aflictiva, de lo que se dará cuenta
a la Sola respectiva con la sum aria inform ación del hecho.
A rt. 27. Los senadores y representantes, p o r sus opiniones, discursos o
debates, en u na u otra Sala no podrán ser m olestados en ningún lugar; pero
cada Sala p o d rá castigar a sus m iem bros por desorden de c o n d u a a , y con la
concurrencia de las dos terceras partes expeler a cualquiera de su seno.
A rt. 28. En el caso que expresa el artículo 26, o cuando se form a querella
p or escrito contra cualquier senador o representante por delitos que no sean
del privativo conocim iento del Senado; exam inado el m érito del sum ario en
juicio público podrá cada Sala con dos tercios de votos separar al acusado
de su seno y ponerlo a disposición del Suprem o Tribunal de Justicia para su
juzgam iento.
ArL 31. Ai C ongreso corresponde privativam ente form ar las leyes que
deben regir en el territorio de la U nión.
ArL 32. D ecretar la guerra y la paz.
A r t 33. Establecer derechos, y p or un tiem po que no pase de dos años
im poner para las urgencias del Estado contribuciones proporcionalm ente
iguales en todo el territorio.
A rt. 34. Fijar, a propuesta del Poder Ejecutivo, la fuerza de línea de m ar
y tierra para el servicio del Estado en tiem po de paz y determ inar por sí el
núm ero de tropas que haya de existir en el lugar don d e tenga sus sesiones.
A lt. 35. M andar construir y equipar una M arina nacional.
Art. 36. Recibir em préstitos sobre los fondos del Estado.
Art- 37. Reglar las form as de todos los juicios y establecer tribunales
inferiores a la Alta Corte de Justicia.
A rt. 38. C rear y suprim ir empleos de toda clase.
Art. 39. Reglar el Com ercio interior y exterior.
A r t 40. D em arcar el territorio del Estado y fijar los límites de las p ro
vincias.
ArL 41. H abilitar puertos nuevos en las costas del territorio cuando
lo crea conveniente, y elevar las poblaciones al rango de villas, ciudades o
provincias.
A rt. 42. F orm ar planes uniform es de educación pública y proveer de
medios para el sostén de los establecim ientos de esta clase.
A rt. 43. Recibir anualm ente del Poder Ejecutivo la cuenta general de las
rentas públicas, exam inarla y juzgarla.
A rt. 44. Asegurar a los autores o inventores de establecim ientos útiles
privilegios exclusivos por tiem po determ inado.
A rt. 45. Reglar la m oneda, los pesos y medidas.
Bi BU crrE C A A V A c:u a 4 0 4 3 7
CAPÍTULO V. FORMACIÓN Y SANCIÓN DE LAS LEYES
A rt. 46. Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las dos Cám a
ras que com ponen el Poder Legislativo.
A rt. 47. Se exceptúan de esta regla las relativas a los objetos de que trata
el artículo 7.
A rt. 48. Todo proyecto de ley se leerá en tres sesiones distintas, m ediando
entre cada u na de ellas tres días al menos; sin esto no se pasará a deliberar.
A rt. 49. Los proyectos de ley y demás resoluciones del cuerpo legislativo
para su aprobación deberán obtener la mayoría de un voto al m enos sobre
la m itad de los sufragios en cada una de las Cám aras constitucionalm ente
reunidas.
A rt. 50. A probado el proyecto en la Cám ara donde haya tenido princi
pio, se pasará a la otra para que, discutido en ella del m ism o m odo que en la
prim era, lo repare, apruebe o deseche.
A rt. 51. N ingún p ro y eao de ley desechado por una de las Cámaras
pod rá repetirse en las sesiones de aquel año.
A rt. 52. Los proyectos de ley, constitucionalm ente aprobados por ambas
Cám aras pasarán al director del Estado.
A rt. 53. Si él los suscribe o en el térm ino de quince días no los devuelve
objecionados, tendrán fuerza de ley.
A rt. 54. Si encuentra inconveniente los devolverá objecionados a la Cá
m ara don d e tuvieron su origen.
A rt. 55. Reconsiderados en am bas Cámaras, dos tercios de sufragios en
cada una de ellas harán su últim a sanción.
Art. 62. El Director del Estado será elegido por las dos Cámaras reunidas.
A rt. 63. Presidirá la elección el presidente del Senado y hará en ella de
vicepresidente el presidente de la Cám ara de representantes.
A rt. 64. Los votos se entregarán escritos y firm ados por los vocales y se
publicarán con sus nom bres.
A rt. 65. Una mayoría de un voto sobre la m itad de cada Cám ara hará
la elección.
A rt. 66. Si después de tres votaciones ninguno obtuviese la expresada
mayoría, se publicarán los tres sujetos que hayan obtenido el mayor núm ero
y por ellos sólo se sufragará en las siguientes votaciones.
A rt. 67. Si reiterada ésta hasta tres veces ninguno de los tres propuestos
reuniese la mayoría que exige el artículo 65, se excluirá el que tuviera m enor
núm ero de votos; en caso de igualdad entre los tres o dos de ellos, decidirá la
suerte el que hay'a de ser excluido, quedando solam ente dos.
A rt. 68. Por uno de éstos se votará de nuevo.
A rt. 69. Si repetida tres veces la votación no resuhase la mayoría expre
sada, se sacará por suerte el D irector de entre los dos.
A rt. 70. Todo esto deberá verificarse acto continuo desde que se dé p rin
cipio a la elección.
BlBUOTECAAJrACUCHO 439
A rt. 71. Se procederá a ella treinta días antes de cum plir su térm ino el
D irector que concluye; en caso de m uerte deberá hacerse la elección dentro
de quince días.
A rt. 72. Entre tan to se posesiona del cargo el nuevam ente nom brado,
subsistirá en el gobierno el que lo esté ejerciendo; pero al electo se le contarán
los cinco años desde el día en que aquél haya cum plido su térm ino.
A rt. 73. El D irector del Estado sólo podrá ser reelegido p o r una vez con
u n voto sobre las dos terceras partes de cada Cám ara.
A rt. 74. El D irector del Estado es Jefe Suprem o de todas las fuerzas de
m ar y tierra.
A rt. 75. Publica y hace ejecutar las leyes que han recibido sanción.
A rt. 76. Hace la ap ertu ra de las sesiones del cuerpo legislativo en los pe
ríodos de renovación de la Cám ara de representantes en la Sala del Senado,
info rm an d o en esta ocasión sobre el estado del G obierno, m ejoras o reformas
y dem ás que considere digno de poner en su conocim iento, lo que se publi
cará p o r la prensa.
A r t 77. Convoca extraordinariam ente el cuerpo legislativo cuando así
lo exija el interés del país d u ran te la interrupción de las sesiones.
A rt. 78. Puede p ro p o n er por escrito al cuerpo legislativo en sus Cámaras
los proyectos, m edidas, m ejoras o reform as que estim are necesarias o conve
nientes a la felicidad del Estado.
A rt. 79. Publica la guerra y la paz; form a y da dirección a los ejércitos de
m ar y tierra para defensa del Estado y ofensa del enemigo.
A rt. 80. Rechaza las invasiones de los enemigos exteriores, previene las
conspiraciones y sofoca los tu m ultos populares.
A rt. 81. N om b ra p o r sí solo los generales de los ejércitos de m ar y tierra,
los em bajadores enviados y cónsules cerca de las naciones extranjeras y los
recibe de ellas.
A rt. 82. N om bra y destituye a sus m inistros; la responsabilidad de éstos
la determ inará la ley.
A rt. 83. Puede, con parecer y consentim iento de dos terceras partes de
senadores presentes en n úm ero constitucional, celebrar y concluir tratados
A rt. 92. Una Alta Corte de Justicia, com puesta de siete jueces y dos fis
cales, ejercerá el Suprem o Poder Judicial del Estado.
A rt. 93. N inguno podrá ser m iem bro de ella si no fuere letrado, recibido
con ocho años de ejercicio público y cuarenta de edad.
A rt. 109. Los m iem bros del Estado deben ser protegidos en el goce de
los derechos de su vida, reputación, libertad, seguridad y propiedad. Nadie
puede ser privado de alguno de ellos sino conform e a las leyes.
A rt. 110. Los hom bres son de tal m anera iguales ante la ley, que ésta,
bien sea penal, preceptiva o tuitiva, debe ser una m ism a para todos y favo
recer igualm ente al poderoso que al miserable para la conservación de sus
derechos.
A rt. 111. La libertad de publicar sus ¡deas p o r la prensa es un derecho tan
apreciable al hom bre, com o esencial para la conservación de la libertad civil
en un Estado; se observarán a este respecto las reglas que el Congreso tiene
aprobadas provisionalm ente, hasta que la legislatura las varíe o m odifique.
b ib l io t e (> l a y a c u c h o 443
A rt. 112. Las acciones privadas de los hom bres que de ningún m odo
ofenden el orden público ni perjudican a un tercero, están sólo reservadas a
Dios y exentas de la autoridad de los m agistrados.
A rt. 113. N ingún habitante del Estado será obligado a hacer lo que no
m anda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
A rt. 114. Es del interés y del derecho de todos los m iem bros del Estado,
el ser juzgados p o r jueces los más libres, independientes e imparciales, que
sea dado a la condición de las cosas hum anas. El cuerpo legislativo cuidará
de p rep arar y p o n e r en planta el establecim iento del juicio por jurados, en
cu an to lo p erm itan las circunstancias.
A rt. 115. Todo ciudadano debe estar seguro contra las requisiciones
arb itrarias y apoderam iento injusto de sus papeles y correspondencias. La
ley d eterm inará en qué casos y con qué justificación pueda procederse a ocu
parlos.
A rt. 116. N ingún individuo podrá ser arrestado sin prueba al m enos se
m iplena e indicios vehem entes de crim en por el que merezca pena corporal;
los que se harán constar en proceso inform ativo dentro de tres días perento
rios, si no hubiese im pedim ento; pero habiéndolo, se pondrá constancia de
él en el proceso.
A r t- 117. Las cárceles sólo deben servir para la seguridad y no para cas
tigo de los reos. Toda m edida que a pretexto de precaución conduzca a m o r
tificarles m ás allá de lo que aquélla exige, será corregida según las leyes.
A rt. 118. N ingún habitante del Estado p odrá ser penado ni confinado
sin que preceda form a de proceso y sentencia legal.
A rt. 119. La casa de un ciudadano es un sagrado, que no puede violarse si n
crim en; y sólo podrá allanarse en caso de resistencia a la autoridad legítima.
A rt. 120. Esta diligencia se hará con la m oderación debida personal
m ente p o r el m ism o juez. En caso que algún urgente m otivo se lo im pida,
dará al delegado orden p o r escrito con las especificaciones convenientes, y
se dejará copia de ella al individuo que fuere aprendido y al dueño de la casa,
si la pidiere.
A r t 121. Las anteriores disposiciones relativas a la seguridad individual
n o p od rán suspenderse.
A r t 122. C uando por un muy rem oto y extraordinario acontecimiento,
que com prom eta la tranquilidad pública o la seguridad de la patria, no pueda
CAPÍTULO FINAL
D ada en la sala de sesiones, firm ada de nuestra m ano, sellada con nues
tro sello y refrendada p o r nuestro secretario, en Buenos Aires, a veintidós de
abril de mil ochocientos diecinueve, cuarto de la Independencia.
Nosotros, los representantes nom brados por los pueblos situados a la parte
O riental del Río Uruguay, que, en conform idad de la C onvención prelim i
nar de paz, celebrada entre la República A rgentina y el Im perio del Brasil, en
27 de agosto del año próxim o pasado de 1828, deben com poner un Estado
libre e independiente; reunidos en Asamblea General, usando de las facul
tades que se nos han com etido, cum pliendo con nuestro deber, y con los
vehem entes deseos de nuestros representados, en orden a proveer a su com ún
defensa y tranquilidad interior, a establecerles justicia, prom over el bien y
la felicidad general, asegurando los derechos y prerrogativas de su libertad
civil y política, propiedad e igualdad, fijando las bases fundam entales, y una
forma de gobierno que les afiance aquéllos, del m odo más conform e con sus
costum bres, y que sea más adaptable a sus actuales circunstancias y situación;
según nuestro saber, y lo que nos dicta nuestra íntim a conciencia, acordam os,
establecemos, y sancionam os la presente CONSTITUCIÓN.
CAPITULO I
* H éctor Gros Espiell; comp., “Constitución de 1830”, Las constituciones del Uruguay, M adrid, Edi
ciones C ultura H ispánica, 1956,pp. 147-176.
BI B U a rE C A AYACUCHO 4 47
ArL 2. Él es y será para siem pre libre, e independiente de todo poder
extranjero.
A rt. 3. Jamás será el p atrim onio de persona, ni de familia alguna.
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO I
A rt. 6. Los ciudadanos del Estado O riental del Uruguay son naturales
o legales.
A rt. 7. C iudadanos naturales son todos los hom bres libres, nacidos en
cualquier p u n to del territo rio del Estado.
A rt. 8. C iudadanos legales son: los extranjeros, padres de ciudadanos
naturales, avecindados en el país antes del establecim iento de la presente
C onstitución; los hijos de padre o m adre natural del país, nacidos fuera del
Estado, desde el acto de avecindarse en él; los extranjeros que, en calidad de
oficiales, han com batido y com batieren en los ejércitos de m ar o tierra de la
nación; los extranjeros, au n q u e sin hijos, o con hijos extranjeros, pero ca
sados con hijas del país, que, profesando alguna ciencia, arte o industria, o
poseyendo algún capital en giro, o propiedad raíz, se hallen residiendo en el
Estado al tiem po de ju rarse esta Constitución; los extranjeros, casados con
extranjeras, que tengan alguna de las calidades que se acaban de m encionar,y
tres años de residencia en el Estado; los extranjeros no casados, que tam bién
tengan alguna de las dichas calidades, y cuatro años de residencia; los que
448 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T IN O A M É R IC IA Y EL C A R IB E
obtengan gracia especial de la Asamblea, por servicios notables, o m éritos
relevantes.
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
B IB U O T K C A A Y A C U C H O 449
SECCIÓN III. DE LA FORMA DE GOBIERNO
Y SUS DIFERENTES PODERES
CAPÍTULO Ú N IC O
CA PÍTU LO !
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
45 2 P R 1 M E R .\S C O N S T IT U C IO N E S . U T 1N O A .M É R 1C A Y EL C A R IB E
A rt. 29. Los senadores durarán en sus funciones por seis años; debien
do renovarse p o r tercias partes en cada bienio, y decidiéndose por la suerte,
luego que todos se reúnan, quienes deban salir el prim ero y segundo bienios;
y sucesivamente los más antiguos.
A lt. 30. Para ser nom brado senador se necesita: en la prim era y segunda
legislaturas, ciudadanía natural en ejercicio, o legal con catorce años de re
sidencia. En las siguientes, siete años de ciudadanía en ejercicio antes de su
nom bram iento; y en unas y otras, treinta y tres años cum plidos de edad, y un
capital de diez mil pesos, o una renta equivalente, o profesión científica que
se la produzca,
A r t 31. Las calidades exclusivas, que se han im puesto a los representan
tes en el artículo 25, com prenden tam bién a los senadores.
A rt. 32. El individuo que fíiere elegido senador y representante, podrá
escoger de los dos cargos el que más le acomode.
A rt. 33. Así los senadores com o los representantes, en el acto de su in
corporación, prestarán juram ento de desem peñar debidam ente el cargo y de
obrar en todo conform e a la presente C onstitución.
A rt. 34. Los senadores y representantes, después de incorporados en sus
respectivas Cám aras, no podrán recibir em pleos del Poder Ejecutivo sin con
sentim iento de aquella a que cada uno pertenezca, y si n que quede vacante su
representación en el acto de admitirlos.
A rt. 35. Las vacantes que resulten po r éste u otro cualquier motivo d u
rante las sesiones, se llenarán por suplentes designados al tiem po de las elec
ciones, del m odo que expresará la ley, y sin hacerse nueva elección.
A rt. 36. Los senadores no podrán ser reelegidos sino después que haya
pasado un bienio al m enos desde su cese.
A rt. 37. Así los senadores com o los representantes, serán compensados
por sus servicios con dietas, que sólo se extiendan al tiem po que medie desde
que salgan de sus casas hasta que regresen, o deban p rudentem ente regresar
a ellas, y las cuales serán señaladas por resolución especial en la últim a sesión
de la presente Asamblea para los m iem bros de la prim era legislatura; en la úl
tim a sesión de ésta, para los de la segunda, y así sucesivamente. Dichas dietas
les serán satisfechas con absoluta independencia del Poder Ejecutivo.
A rt. 38. Al Senado corresponde abrir juicio público a los acusados por
la C ám ara de representantes, y p ronunciar sentencia con la concurrencia, a
B IB U C rrE C A A Y A C L T JIO 4 53
lo m enos, de las dos terceras partes de votos, al solo efecto de separarlos de
sus destinos.
A rt. 39. La p a rte convencida y juzgada, quedará no obstante sujeta a
acusación, juicio y castigo conform e a la ley.
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
A rt. 43. C ada Cám ara será el juez privativo para calificar las elecciones
de sus m iem bros.
A rt. 44. Las C ám aras se gobernarán interiorm ente por el reglam ento
que cada u na se form e respectivamente.
A rt. 45. Cada C ám ara nom brará su presidente, vicepresidente y secre
tarios.
A rt. 46. Fijará sus gastos anuales y lo avisará al Poder Ejecutivo para que
los incluya en el presupuesto general.
A rt. 47. N inguna de las Cám aras podrá abrir sus sesiones m ientras no
esté reunida más de la m itad de sus m iembros, y si esto no se hubiese verifica
do el día que señala la Constitución, la m inoría podrá reunirse para com peler
a los ausentes bajo las penas que acordaren.
45 4 P R IM K R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 48. Las C ám aras se com unicarán por escrito entre sí, y con el Poder
Ejecutivo p o r m edio de sus respectivos presidentes, y con autorización de un
secretario.
A rt. 49. Los senadores y representantes jam ás serán responsables por
sus opiniones, discursos o debates, que em itan, pronuncien o sostengan d u
rante el desem peño de sus funciones.
A rt. 50. N ingún senador o representante, desde el día de su elección
hasta el de su cese, puede ser arrestado, sólo en el caso de delito in fragantv, y
entonces se dará cuenta inm ediatam ente a la Cám ara respectiva, con la in
form ación sum aria del hecho.
A rt. 51. N ingún senador o representante, desde el día de su elección
hasta el de su cese, p odrá ser acusado crim inalm ente, ni aún por delitos co
m unes, que no sean de los detallados en el artículo 26, sino ante su respectiva
Cámara; la cual, con las dos terceras partes de sus votos, resolverá si hay o no
lugar a la form ación de causa; y en caso afirmativo, lo declarará suspenso de
sus funciones, y quedará a disposición del tribunal com petente.
A rt. 52. C ada C ám ara puede tam bién, con las dos terceras partes de
votos, corregir a cualquiera de sus m iem bros p o r desorden de conducta en el
desem peño de sus funciones, o removerlo p o r im posibilidad física o moral,
superviniente después de su incorporación; pero bastará la mayoría de uno
sobre la m itad de los presentes, para adm itir las renuncias voluntarias.
A rt. 53. C ada una de las Cám aras tiene facultad de hacer venir a su sala
a los m inistros del Poder Ejecutivo, para pedirles y recibir los inform es que
estim e convenientes.
CAPÍTULO III
B IB L IO T E C A A Y A C L 'C H O 455
A rt. 56. La com ¡sión perm anente velará sobre la observancia de la C ons
titución y de las leyes, haciendo al Poder Ejecutivo las advertencias conve
nientes al efecto, bajo de responsabilidad para ante la Asamblea General.
A rt. 57. Para el caso de que dichas advertencias, hechas hasta por segun
da vez, no surtieron efecto, podrá p o r sí sola, según la im portancia y gravedad
del asunto, convocar a la Asamblea G eneral o rdinaria y extraordinaria.
A rt. 58. C orresponderá tam bién a la com isión perm anente prestar o
rehusar su consentim iento en todos los actos en que el Poder Ejecutivo lo
necesite, con arreglo a la presente Constitución; y la facultad concedida a las
C ám aras en el artículo 53.
CAPÍTULO l
A rt. 59. Todo proyecto de ley, a excepción de los del artículo 26, puede
tener su origen en cualquiera de las dos Cám aras, a consecuencia de pro p o
siciones hechas p o r cualquiera de sus m iem bros o por el Poder Ejecutivo por
m edio de sus m inistros.
CAPÍTULO II
4 5 6 P R IM E R A S C O N S m U C I O N E S . L A T IN O A M É R IC A Y E L C A R IB E
que oponerle, lo aprobará, y sin m ás que avisarlo a la Cám ara rem itente, lo
pasará al Poder Ejecutivo para que lo haga publicar.
A rt. 63. El Poder Ejecutivo, recibido el proyecto, si tuviere objeciones
que oponer, u observaciones que hacer, lo devolverá con ellas a la Cám ara que
se lo rem itió o a la com isión perm anente, estando en receso la Asamblea,
dentro del preciso y perentorio térm in o de diez días contados desde que lo
recibió.
A rt. 64. Cuando un proyecto de ley fuese devuelto por el Poder Ejecuti
vo con objeciones u observaciones, la C ám ara a quien se devuelva, invitará a
la otra para reunirse a reconsiderarlo, y se estará p o r lo que deliberen las dos
tercias partes de sufragios.
A rt. 65. Si las Cám aras reunidas desaprobaren el proyecto devuelto por
el Ejecutivo, quedará suprim ido por entonces, y no podrá ser presentado de
nuevo hasta la siguiente legislatura.
A rt. 66. En todo caso de reconsideración de un proyecto devuelto por
el Poder Ejecutivo, las votaciones serán nom inales por sí o por no; y tanto los
nom bres y fundam entos de los sufragantes, com o las objeciones u observa
ciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inm ediatam ente por la prensa.
A rt. 67. C uando un proyecto hubiere sido desechado al principio por
la Cám ara a quien la otra se lo rem ita, quedará suprim ido por entonces, y no
podrá ser presentado hasta el siguiente período de la legislatura.
CAPÍTULO III
B IB L IO T E C A A Y .\C :U C H 0 4 5 7
CAPÍTULO IV
A rt. 71. Sancionada una ley, para su prom ulgación se usará siem pre de
esta fórm ula: El Senado y Cámara de representantes de la República Oriental
del Uruguay, reunidos en Asamblea General, etcétera, etc., decretan...
CAPÍTULO I
A rt. 72. El Poder Ejecutivo de la nación será desem peñado p o r una sola
persona, bajo la denom inación de Presidente de la República O riental del
Uruguay.
A rt. 73. El Presidente será elegido en sesión perm anente, p or la Asam
blea General, el día prim ero de m arzo, por votación nom inal, a pluralidad
absoluta de sufragios, expresados en balotas firmadas, que leerá públicam en
te el secretario, excepto la prim era elección de Presidente perm anente, que
se verificará tan luego com o se hallen reunidas las dos terceras partes de los
m iem bros de am bas Cámaras.
A rt. 74. Para ser n o m brado Presidente se necesitan: ciudadanía natural,
y las dem ás calidades precisas para senador, que fija el artículo 30.
A rt. 75. Lasftm cionesdel Presidente durarán por cuatro años; y no podrá
ser reelegido sin que m edie o tro tanto tiem po entre su cese y la reelección.
A rt. 76. El Presidente electo, antes de entrar a desem peñar el cargo,
prestará en m anos del presidente del Senado, y a presencia de las dos Cám a
ras reunidas, el siguiente juram ento: Yo (N.) juro por Dios N.S. y estos Santos
Evangelios, que desempeñaré debidamente el cargo de Presidente que se me
confía; que protegeré la religión del Estado, conservaré la integridad e indepen
dencia de la república, observaré y haré observar fielmente la Constitución.
A rt. 77. En los casos de enferm edad, o ausencia del Presidente de la re
pública, o m ientras se proceda a nueva elección por su m uerte, renuncia o
destitución, o en el de cesación de hecho por haberse cum plido el térm ino
de la ley, el presidente del Senado le suplirá y ejercerá las funciones anexas al
Poder Ejecutivo, quedando entretanto suspenso de las de senador.
458 P R IM E R A S c o N s r r r u a o N E S . La t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
A lt. 78. En cada elección de Presidente, la Asamblea General le desig
nará previam ente la renta anual, con que se han de com pensar sus servicios,
sin que se pueda aum entar ni dism inuir m ientras dure en el desem peño de
sus funciones.
CAPÍTULO II
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 459
sin m enoscabo del h o n o r e independencia nacional; d ar retiros, conceder li
cencias, y arreglar las pensiones de todos los em pleados civiles y militares, con
arreglo a las leyes; to m a r medidas prontas de seguridad en los casos graves e
im previstos de ataque exterior o conm oción interior, dando inm ediatam ente
cuenta a la Asamblea General, o en su receso, a la com isión perm anente, de lo
ejecutado y sus m otivos, estando a su resolución,
CAPÍTULO III
A rt. 82. El Presidente debe publicar y circular, sin dem ora, todas las
leyes que conform e la Sección VI se hallen en estado de publicarse y circular
se; ejecutarlas, hacerlas ejecutar, expidiendo los reglam entos especiales que
sean necesarios p ara su ejecución; cuidar de la recaudación de las rentas y
contribuciones generales, y de su inversión conform e a las leyes; presentar
anualm ente a la Asamblea G eneral el presupuesto de gastos del año en tran
te, y dar cuenta instruida de la inversión hecha en el anterior; convocar a la
Asamblea G eneral en la época prefijada por la C onstitución, sin que le sea
dado el im pedirlo, ni poner em barazo a sus sesiones; hacer la apertura de
éstas, reunidas am bas Cám aras en la Sala del Senado, inform ándoles entonces
del estado político y m ilitar de la república, y de las m ejoras y reform as que
considere dignas de su atención; dictar las providencias necesarias para
que las elecciones se realicen en el tiem po que señala esta C onstitución,
y que se observe en ellas lo que disponga la ley electoral; pero sin que pueda
por m otivo alguno suspender dichas elecciones, ni variar sus épocas, sin que
previam ente lo delibere así la Asamblea General.
A rt. 83. El Presidente de la República no podrá salir del territorio de ella
du ran te el tiem po de su m ando, ni un año después; sólo cuando fuese abso
lutam ente preciso en el caso, y con el previo perm iso que exige el artículo 80;
ni privar a individuo alguno de su libertad personal; y, en el caso de exigirlo
así urgentísim am ente el interés público, se lim itará al simple arresto de la
persona, con obligación de ponerla en el perentorio térm ino de veinticuatro
horas a disposición de su juez com petente; ni p erm itir goce de sueldo por
otro título que el de servicio activo, jubilación, retiro, o m ontepío, conform e
a las leyes; ni expedir órdenes sin la ñrm a del m inistro respectivo, sin cuyo
requisito nadie estará obligado a obedecerle.
4 6 0 P R IM E R A S C O N S m r a O N E S . u t in o a m e r ic a y el c a r ib e
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO ÜNICO
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 461
SECCIÓN IX. DEL PODER JUDICIAL,
SUS DIFERENTES TRIBUNALES Y JUZGADOS,
Y DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
A rt. 92. La Alta C orte de Justicia se com pondrá del núm ero de m iem
bros que la ley designe.
A rt. 93. Para ser m iem bro letrado de la Alta C orte de Justicia, se nece
sita haber ejercido p o r seis años la profesión de abogado; p o r cuatro la de
m agistrado; tener cuarenta años cum plidos de edad, y las dem ás calidades
precisas para senador que establece el artículo 30. Estas últim as y la de la edad
serán tam bién necesarias a los m iem bros no letrados de dicha Alta Corte, que
estableciere la ley.
A rt. 94. La calidad de cuatro años de m agistratura que se exige para ser
m iem bro de la Alta C orte de Justicia, no tendrá e fe a o hasta pasados cuatro
años después de ju rad a la presente Constitución.
A rt. 95. Su n o m bram iento se hará p o r la Asamblea General: los letrados
du rarán en sus cargos todo el tiem po de su buena com portación; y recibirán
del erario público el sueldo que señale la ley.
A rt. 96. A la Alta C orte de Justicia corresponde juzgar a todos los infrac
tores de la C onstitución, sin excepción alguna; sobre delitos contra el dere
cho de gentes y causas del almirantazgo; en las cuestiones de tratados o ne
gociaciones con potencias extrañas; conocer en las causas de em bajadores,
m inistros plenipotenciarios y además agentes diplom áticos de los gobiernos
extranjeros.
A rt. 97. Tam bién decidirá los recursos de fuerza y conocerá en últim o
grado de los que en los casos y form a que designe la ley, se eleven de los Tri
bunales de Apelaciones.
462 P R i . M E R A S C O N s r r r u a o . N ’ES. u t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
A r t 98. Abrirá dictam en al Poder Ejecutivo sobre la adm isión o reten
ción de bulas y breves pontificios.
A r t 99. Ejercerá la Superintendencia directiva, correccional, consultiva
y económica sobre todos los tribunales y juzgados de la nación.
Art. 100. N om brará con la aprobación del Senado, o, en su receso, con el
de la comisión perm anente, los individuos que han de com poner el tribunal
o Tribunales de Apelaciones.
Art. 101. La ley designará las instancias que haya de haber en los juicios
de la Alta Corte de Justicia; éstos serán públicos y las sentencias definitivas,
motivadas por la enunciación expresa de la ley aplicada.
CAPÍTULO III
Art. 102. Para la más pronta y fácil adm inistración de justicia se esta
blecerá en el territorio del Estado uno o m ás Tribunales de Apelaciones, con
el núm ero de m inistros que la ley señalará, debiendo éstos ser ciudadanos
naturales o legales, y con cuatro años de ejercicio de la profesión de abogado,
los letrados que la m ism a ley le designe.
Art. 103. Su nom bram iento se hará com o establece el artículo 100; d u
rarán en sus empleos todo el tiem po de su buena com portación, y recibirán
del erario nacional el sueldo que se les señale.
Art. 104. Sus atribuciones las declarará la ley, form ándose entretanto un
reglam ento provisorio para su organización y procedim iento.
CAPÍTULO IV
A rt- 105. En los departam entos habrá jueces letrados para el conoci
m iento y determ inación de la prim era instancia en lo civil y crim inal, en la
form a que establecerá la ley, hasta que se organice el juicio por jurados.
ArL 106. Para ser juez de prim era instancia se necesita ser ciudadano
natural o legal y haber ejercido dos años la abogacía; la ley señalará el sueldo
de que ha de gozar.
B IB L IO T E C A A Y A C L 'C H O 463
CAPÍTULO V
A rt. 107. Se establecerán igualm ente jueces de paz para que procuren
conciliar los pleitos que se pretendan iniciar; sin que pueda entablarse n in
guno, en m ateria civil y de injurias, sin constancia de haber com parecido las
partes a la conciliación.
CAPÍTULO VI
A rt. 108. Las leyes fijarán el orden y las form alidades del proceso en lo
civil y crim inal.
A rt. 109. N inguna causa, sea de la naturaleza que fuere, podrá juzgarse
ya fuera del territo rio de la república. La ley proveerá lo conveniente a este
objeto.
A rt. 110. Q uedan prohibidos los juicios por comisión.
A rt. 111. Q uedan abolidos los juram entos de los acusados en sus decla
raciones o confesiones, sobre hecho propio; y prohibido el que sean tratados
en ellas com o reos.
A rt. 112. Q ueda igualm ente vedado el juicio crim inal en rebeldía. La ley
proveerá lo conveniente a este respecto,
A rt. 113, N ingún ciudadano puede ser preso sino in fraganti delito, o
habiendo sem iplena prueba de él, y p o r orden escrita de juez com petente,
A rt, 114, En cualquiera de los casos del artículo anterior, el juez, bajo
la más seria responsabilidad, tom ará al arrestado su declaración den tro de
veinticuatro horas, y dentro de cuarenta y ocho, lo más, empezará el sum ario,
exam inando a los testigos a presencia del acusado y de su defensor, quien
asistirá igualm ente a la declaración y confesión de su protegido,
A r t 115. Todo juicio crim inal em pezará por acusación de parte o del
acusador público, quedando abolidas las pesquisas secretas.
A rt. 116. Todos los j ueces son responsables ante la ley de la más pequeña
agresión contra los derechos de los ciudadanos, así com o p o r separarse del
orden de proceder que ella establezca.
A rt. 117. La organización del Poder Judicial sobre las bases com pren
didas desde el artículo 91 hasta el 106, podrá suspenderse por las legislaturas
siguientes, ínterin, a juicio de ellas, no haya suficiente núm ero de abogados
y demás m edios de realizarse.
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
A rt. 122. En los mismos pueblos cabeza de los departam entos se estable
cerán Juntas con el título de económ ico-adm inistrativas, com puestas de ciu
dadanos vecinos, con propiedades raíces en sus respectivos distritos, y cuyo
núm ero, según la población, no podrá bajar de cinco ni pasar de nueve.
A rt-123. Serán elegidos por elección directa según el m étodo que pres
criba la ley de elecciones.
A r t 124. Al m ism o tiem po,y en la m ism a form a, se elegirán otros tantos
suplentes para cada Junta.
B IB L IO T E C A A V A C U C H O 465
A rt. 125. Estos cargos serán puram ente concejiles y sin sueldo alguno;
du rarán tres años en el ejercicio de sus funciones; se reunirán dos veces al
año p o r el tiem po que cada una acuerde, y elegirán presidente de entre sus
m iem bros.
A rt. 126. Su principal objeto será prom over la agricultura, la prosperi
dad y ventajas del departam ento en todos sus ram os: velar así sobre la edu
cación prim aria, com o sóbrela conservación de los derechos individuales;
y p ro p o n er a la legislatura y al G obierno todas las m ejoras que juzgaren ne
cesarias o útiles.
A rt. 127. Para atender a los objetos a que se contraen las Juntas econó
m ico-adm inistrativas, dispondrán de los fondos y arbitrios que señale la ley,
en la form a que ella establecerá.
A rt. 128. Todo establecimiento público, que pueda y quiera costear un
departam ento, sin gravamen de la H acienda Nacional, lo hará por m edio de
su ju n ta económ ico-adm inistrativa, con sólo aviso instruido al Presidente
de la República.
A rt. 129. El Poder Ejecutivo form ará el reglam ento que sirva para el
régim en interio r de las Juntas económ ico-adm inistrativas, quienes p ro p o n
d rán las alteraciones o reform as que crean convenientes.
CAPÍTULO Ü N IC O
A rt. 130. Los habitantes del Estado tienen derecho a ser protegidos en
el goce de su vida, honor, libertad, seguridad y propiedad.
Nadie puede ser privado de estos derechos sino conform e a las leyes.
A rt. 131. En el territorio del Estado, nadie nacerá ya esclavo; queda
prohibido para siem pre su tráfico e introducción en la repúbhca.
A r t 132. Los hom bres son iguales ante la ley, sea preceptiva, penal, o
tuitiva, no reconociéndose otra distinción entre ellos sino la de los talentos
o las virtudes.
A rt. 133. Se prohíbe la fundación de mayorazgos, y toda clase de vincu
laciones; y ninguna autoridad de la república podrá conceder título alguno
de nobleza, honores o distinciones hereditarias.
466 P R IM E R A S C O N S r m J C I O N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R I BE
A rt. 134. Las acciones privadas de los hombres, que de ningún m odo
atacan el orden público ni perjudican a un tercero, están sólo reservadas a Dios
y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante del Estado será
obligado a hacer lo que no m anda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
A rt. 135. La casa del ciudadano es un sagrado inviolable. De noche, n a
die podrá entrar en ella sin su consentim iento; y de día, sólo de orden expresa
del juez com petente, por escrito y en los casos determ inados por la ley.
A rt. 136. N inguno puede ser penado, ni confinado sin forma de proceso
y sentencia legal,
A rt. 137. Una de las prim eras atenciones de la Asamblea General, será
el procurar que, cuanto antes sea posible, se establezca el juicio por jurados
en las causas crim inales, y aun en las civiles.
A rt. 138. En ningún caso se perm itirá que las cárceles sirvan para m o r
tificar, y sí sólo para asegurar a los acusados.
A rt. 139. En cualquier estado de una causa crim inal de que no haya de
resultar pena corporal, se pondrá al acusado en libertad, dando fianza según
ley.
A rt. 140. Los papeles particulares de los ciudadanos, lo m ism o que sus
correspondencias epistolares, son inviolables, y nunca podrá hacerse su regis
tro, exam en o intercepción, fuera de aquellos casos en que la ley expresamente
lo prescriba.
A rt. 141. Es enteram ente libre la com unicación de los pensam ientos por
palabras, escritos privados, o publicados p o r la prensa en toda m ateria, sin
necesidad de previa censura; quedando responsable el autor, y en su caso el
im presor, p o r los abusos que com etieren, con arreglo a la ley.
A rt. 142. Todo ciudadano tiene el derecho de petición para ante todas
y cualquiera autoridades del Estado.
A rt. 143. La seguridad individual no podrá suspenderse sino con an uen
cia de la Asamblea General, o de la com isión perm anente estando aquella en
receso, y en el caso extraordinario de traición, o conspiración contra la patria;
y entonces, sólo será para la aprehensión de los delincuentes.
A rt. 144. El derecho de propiedad es sagrado e inviolable: a nadie podrá
privarse de ella sino conform e a la ley. En el caso de necesitar la nación la p ro
piedad particular de algún individuo para destinarla a usos públicos, recibirá
éste del tesoro nacional una justa compensación.
B lB U C riE C A A Y A C U C H O 4 67
A rt. 145. N adie será obligado a prestar auxilios, sean de la clase que fue
ren, para los ejércitos, ni a franquear su casa para alojam iento de militares,
sino de orden del m agistrado civil según la ley, y recibirá de la república la
indem nización del perjuicio que en tales casos se le infiera.
A rt. 146. Todo habitante del Estado puede dedicarse al trabajo, cultivo,
indu stria o com ercio que le acom ode, com o no se oponga al bien público, o
al de los ciudadanos.
A rt. 147. Es libre la entrada de todo individuo en el territorio de la re
pública, su perm anencia en él y su salida con sus propiedades, observando
las leyes de policía, y salvo perjuicio de tercero.
CAPITULO I
A rt, 148. Se declaran en su fuerza y vigor las leyes que hasta aquí han
regido en todas las m aterias y puntos que directa o indirectam ente no se
opongan a esta C onstitución, ni a los decretos y leyes que expida el Cuerpo
Legislativo.
CAPÍTULO II
4 6 8 P R IM K R A S C O N S T IT U C IO N E S I^ T I N O A M É K I C A Y EL C A R IB E
CAPÍTULO III
4 7 0 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . LV TIN O .V M E R IC A Y EL C A R IB E
BRASIL
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE BRASIL (DE 24 DE FEBRERO DE 1891)*
N osotros, los representantes del pueblo brasileño, reunidos
en Congreso Constituyente, para organizar u n régim en libre
y dem ocrático, establecemos, decretam os y prom ulgam os la siguiente
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE BRASIL
DISPOSICIONES PRELIMINARES
* Constituifáo da República dos Estados Unidos do Brasil (De 24 defevereiro de ¡891, < http://www.
planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/constituicao91.h tm >. (Página consultada el 0 1/06/2011).
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 471
aquiescencia de las respectivas asambleas legislativas, en dos sesiones anuales
sucesivas, y aprobación del Congreso Nacional.
A rt. 5. Se delega a cada estado proveer, a expensas propias, las necesi
dades de su gobierno y adm inistración; la U nión, sin em bargo, prestará so
corros al estado que, en caso de calamidad pública, lo solicitare.
A lt. 6. El G obierno federal no podrá intervenir en negocios peculiares
a los estados, salvo:
1. Para repeler invasión extranjera, o de un estado en otro;
2. Para m an ten er la form a republicana federativa;
3. Para restablecer el orden y la tranquilidad en los estados, a requisición
de los respectivos
gobiernos;
4. Para asegurar la ejecución de las leyes y sentencias federales.
A rt. 7. Es de la com petencia exclusiva de la U nión decretar;
1. Im puestos sobre la im portación de procedencia extranjera;
2. D erechos de entrada, salida y estadía de navios, siendo libre el com er
cio de cabotaje a las mercancías nacionales, bien com o a las extranjeras que
ya tengan pago im puestos de im portación;
3. Tasas de estam pilla, salvo la restricción del artículo 9, § 1, N« 1;
4. Tasas de los correos y telégrafos federales.
§ 1. Tam bién com pete privativam ente a la Unión;
1. La institución de bancos emisores;
2. La creación y m antenim iento de aduanas.
§ 2. Los im puestos decretados por la U nión deben ser uniform es para
todos los estados.
§ 3. Las leyes de la Unión, los actos y las sentencias de sus autoridades
serán ejecutadas en todo el país por em pleados federales, pudiendo, todavía,
la ejecución de las prim eras ser confiada a los gobiernos de los estados, me
dian te anuencia de éstos.
ArL 8. Es vedado al G obierno federal crear, de cualquier m odo, distin
ciones y preferencias en favor de los puertos de unos contra los de otros
estados.
A r t 9. Es de la competencia exclusiva de los estados decretar impuestos:
1. Sobre la exportación de mercancías de su propia producción;
2. Sobre inm uebles rurales y urbanos;
472 P R IM E R A S c : O N S T r r u a O N E S . U T IN O A .M É R IC A Y EL C A R IB E
3. Sobre transm isión de propiedad;
4, Sobre industrias y profesiones.
§ 1. Tam bién com pete exclusivamente a los estados decretar:
1. tasas de estam pillas en cuanto a los actos em anados de sus respectivos
gobiernos y negocios de su economía;
2. contribuciones concernientes a sus telégrafos y correos.
§ 2. Está exenta de im puestos, en el estado p o r donde se exporta, la
producción de los otros Estados.
§ 3. Solo es lícito a un estado tributar la im portación de mercancías ex
tranjeras, cuando están destinadas al consum o en su territorio, revirtiendo,
sin embargo, el producto del im puesto para el Tesoro federal.
§ 4. Se garantiza a los estados el derecho de establecer líneas telegráficas
entre los diversos puntos de sus territorios, entre estos y los de otros estados,
que no se encuentran servidos por líneas federales, pudiendo la U nión d e
sapropiarlas cuando fuera de interés general.
A rt. 10. Es prohibido a los estados trib u tar bienes y rentas federales o
servicios a cargo de la U nión, y recíprocamente.
A rt. 11. Es vedado a los estados, com o a la U nión:
1. C rear im puestos de tránsito por el territorio de un estado, o en el paso
de uno para otro, sobre productos de otros estados de la república o extranje
ros, y, asim ismo, sobre los vehículos de tierra y agua que los transportan;
2. Establecer, subvencionar o em barazar el ejercicio de cultos reli
giosos;
3. Prescribir leyes retroactivas.
A rt. 12. Además de las fuentes de receta discrim inadas en los artículos
7 y 9, es lícito a la U nión com o a los estados, acum ulativam ente o no, crear
otras cualesquiera, no contraviniendo, lo dispuesto en los artículos 7,9 y 11,
N « l.
A rt. 13. El derecho de la Unión y de los estados de legislar sobre el trans
porte férreo y la navegación interior será regulado p o r ley federal.
Párrafo único. La navegación de cabotaje será hecha por navios nacio
nales.
A rt. 14. Las fuerzas de tierra y m ar son instituciones nacionales perm a
nentes, destinadas a la defensa de la patria en el exterior y al m antenim iento
de las leyes en el interior.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 4 7 3
La Fuerza A rm ada es esencialmente obediente, dentro de los limites de
la ley, a sus superiores jerárquicos y obligada a sostener a las instituciones
constitucionales.
A rt. 15. Son órganos de la soberanía nacional el Poder Legislativo, el
Ejecutivo y el Judiciario, arm ónicos e independientes entre sí.
4 7 4 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
-R egular el servicio de su policía interna;
-Y nom brar a los em pleados de su secretaría.
A rt. 19. Los diputados y senadores son inviolables por sus opiniones,
palabras y votos en el ejercicio de su m andato.
A rt. 20. Los diputados y senadores, desde que hubieran recibido diplom a
hasta la nueva elección, no podrán ser presos ni procesados crim inalm ente,
sin previo permiso de su Cám ara, salvo caso de flagrancia en crimen sin fianza.
En este caso, llevado el proceso hasta pronunciam iento exclusivo, la autoridad
procesante rem itirá los autos a la C ám ara respectiva para resolver sobre la
procedencia de la acusación, si el acusado no opta por el juicio inmediato.
A rt. 21. Los m iem bros de las dos Cám aras, al tom ar posesión, contrae
rán com prom iso formal, en sesión pública, de cum plir bien sus deberes.
A rt. 22. D urante las sesiones recibirán los senadores y los diputados un
subsidio pecuniario igual, y ayuda de costo que serán fijados por el Congreso
al final de cada legislatura, para la siguiente.
A rL 23. Ningún m iem bro del Congreso, desde que haya sido electo,
podrá celebrar contratos con el Poder Ejecutivo ni de él recibir com isiones o
colocaciones rem uneradas.
§ 1. Se exceptúan de esta prohibición:
1. las misiones diplom áticas;
2. las comisiones o com andos militares;
3. los cargos de acceso y las prom ociones legales.
§ 2. N ingún diputado o senador, sin em bargo, podrá aceptar n o m b ra
m iento para misiones, com isiones o com andos, de que tratan los N“ 1 y 2
del párrafo antecedente, sin perm iso de la respectiva Cám ara, cuando de la
aceptación resulte privación del ejercicio de las fiinciones legislativas, salvo
en los casos de guerra o en aquéllos en que el h onor y la integridad de la U nión
se hallan em peñados.
A rt. 24. El diputado o senador no puede tam bién ser Presidente o hacer
parte de directorios de bancos, com pañías o empresas que gocen de favores
del G obierno federal definidos en ley.
Párrafo único. La inobservancia de los preceptos contenidos en estos
artículos y en el antecedente im porta en la pérdida del m andato.
A rt. 25 - El m andato legislativo es incom patible con el ejercicio de cual
quier otra función durante las sesiones.
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 475
A rt. 26 - Son condiciones de elegibilidad para el Congreso Nacional:
1. Estar en posesión de los derechos de ciudadano brasileño y estar ins
crito com o elector;
2. Para la C ám ara, tener más de cuatro años com o ciudadano brasileño,
y para el Senado m ás de seis.
Esta disposición no com prende a los ciudadanos a que se refiere el N« 4
del artículo 69.
A rt. 27. El Congreso declarará, en ley especial, los casos de incom pati
bilidad electoral.
A rt. 30. El Senado se com pone de ciudadanos elegibles en los térm inos
del artículo 26 y mayores de 35 años, en núm ero de tres senadores p o r estado
y tres p o r el D istrito Federal, electos p o r el m ism o m odo en que fueran los
diputados.
476 P R IM E R A S C O N S r r r U a O N E S . L A T IN O A M E R IC A Y EL C A R IB E
A rt. 31. El m andato del senador du rará nueve años, renovándose el
Senado p or el tercio trienalm ente.
Párrafo único. El senador electo en sustitución de otro ejercerá el m an
dato por el tiem po que quedaba al sustituido.
A rt. 32. El vicepresidente de la república será presidente del Senado,
donde solo tendrá voto de calidad, y será sustituido, en las ausencias e im pe
dim entos, p o r el vicepresidente de la m ism a Cámara.
A rt. 33. Com pete, privativam ente al Senado juzgar el Presidente de la
República y a los dem ás empleados federales designados por la C onstitución,
en los térm inos y por la form a que ella prescribe.
§ 1. El Senado, cuando delibere com o tribunal de justicia, será presidido
p o r el presidente del Suprem o Tribunal Federal.
§ 2. No proferirá sentencia condenatoria sino con dos tercios de sus
m iem bros presentes.
§ 3. No podrá im poner otras penas más que la pérdida del cargo y la
incapacidad de ejercer cualquier otro sin perjuicio de la acción de la justicia
ordinaria contra el condenado.
B IB U O T E C A A Y A C U C H O 477
10. Resolver definitivam ente sobre los lím ites de los estados entre sí,
los del D istrito Federal y los del territorio nacional con las naciones lim í
trofes;
11. A utorizar al G obierno a declarar guerra, si no tiene lugar o se m alo
grase el recurso del arbitram iento, para hacer la paz;
12. Resolver definitivam ente sobre los tratados y convenciones con las
naciones extranjeras;
13. M udar la capital de la Unión;
14. C onceder subsidios a los estados en la hipótesis del artículo 5;
15. Legislar sobre el servicio de los correos y telégrafos federales;
16. A doptar el régimen conveniente a la seguridad de las fronteras;
17. Fijar anualm ente las fuerzas de tierra y m ar;
18. Legislar sobre la organización del Ejército y de la Armada;
19. C onceder o negar pasajes a fuerzas extranjeras por el te»‘ritorio del
país, para operaciones militares;
20. M ovilizar y utilizar la guardia nacional o milicia cívica, en los casos
previstos p o r la C onstitución;
2 1. D eclarar en estado de sitio uno o más puntos del territorio nacional,
en la em ergencia de agresión f>or fuerzas extranjeras o de conm oción interna,
y apro b ar o suspender el sitio que haya sido declarado por el Poder Ejecutivo,
o sus agentes responsables, en ausencia del Congreso;
22. Regular las condiciones y el proceso de la elección para los cargos
federales, en to d o el país;
23. Legislar sobre el derecho civil, comercial y crim inal de la república
y el prc^cesal de la justicia federal;
24. Establecer leyes uniform es sobre la naturalización;
25. C rear y sup rim ir em pleos públicos federales, fijarles las atribucio
nes, estipularles los vencim ientos;
26. O rganizar la justicia federal, en los térm inos de los artículos 55 y
siguientes de la Sección III;
27. Conceder am nistía;
28. C o n m u tar y perdonar las penas im puestas, por crím enes de respon
sabilidad, a los funcionarios federales;
29. Legislar sobre tierras y m inas propiedad de la Unión;
30. Legislar sobre la organización m unicipal de D istrito Federal bien
4 7 8 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M É R IC A Y EL C A R IB E
com o sobre la policía, la enseñanza superior y los dem ás servicios que en la
capital son reservados para el gobierno de la U nión;
31. Som eter a la legislación especial los puntos del territorio de la re
pública necesarios para la fundación de arsenales u otros establecim ientos e
instituciones de conveniencia federal;
32. Regular los casos de extradición entre los estados;
33. Decretar las leyes y resoluciones necesarias al ejercicio de los poderes
que pertenecen a la Unión;
34. Decretar las leyes orgánicas para la ejecución com pleta de la C ons
titución;
35. Prorrogar y postergar sus sesiones.
A rt. 35. Incum be, igualm ente, al Congreso, pero no privativamente:
1. Velar en la guardia de la C onstitución y de las leyes y providenciar
sobre las necesidades de carácter federal;
2. A nim ar en el país el desarrollo de las letras, artes y ciencias, bien como
la inm igración, la agricultura, la industria y comercio, sin privilegios que
dificulten la acción de los gobiernos locales;
3. Crear instituciones de enseñanza superior y secundaria en los estados;
4. Proveer la instrucción secundaria en el D istrito Federal.
A rt. 36. Salvo las excepciones del artículo 29, todos los proyectos de ley
pueden tener origen indistintam ente en la C ám ara o en el Senado, bajo la
iniciativa de cualquiera de sus m iem bros.
A rt. 37. El proyecto de ley adoptado en una de las C ám aras será som e
tido a la otra, y si ésta lo aprueba, se lo envía al Poder Ejecutivo que, consin
tiendo, lo sancionará y prom ulgará.
§ 1. Sin embargo, si el Presidente de la República lo juzga inconstitucional
o contrario a los intereses de la nación, negará su sanción, dentro de los diez
días hábiles de aquél en que se recibió el proyecto, devolviéndolo en ese mismo
plazo a la Cám ara donde se haya iniciado, con los m otivos del rechazo.
§ 2. El silencio del Presidente de la República en ese plazo implica la
sanción; y, en el caso de ser ésta negada cuando ya esté cerrado el Congreso,
el Presidente dará publicidad a sus razones.
B lB L I ír rE C A A Y A C U C H O 479
§ 3. D evuelto el proyecto a la Cám ara iniciadora, allí se som eterá a una
discusión y a la votación nom inal, considerándose aprobado si obtiene dos
tercios de los sufragios presentes. En este caso, el proyecto será rem itido a
la otra C ám ara que, si lo aprueba p o r los m ism os trám ites y por la mism a
m ayoría, lo enviará com o ley al Poder Ejecutivo para la form alidad de la
prom ulgación.
§ 4. La sanción y la prom ulgación se efectúan por estas fórmulas:
1.El Congreso Nacional decreta, y yo sanciono la siguiente ley (o resolu
ción).
2. El Congreso Nacional decreta, y yo promulgo la siguiente ley (o resolu
ción).
A lt. 38. No siendo la ley prom ulgada dentro de 48 horas por el Presi
dente de la República en los casos de los §§ 2 y 3 del artículo 37, el presidente
del Senado o vicepresidente, si el prim ero no lo hiciera en igual plazo, la
prom ulgará, usando la siguiente fórm ula: F ... presidente (vicepresidente del
Senado), hago saber a los que a la presente vinieran que el Congreso Nacional
decreta (o prom ulga) la siguiente ley (o resolución).
A rt. 39. El proyecto de una Cám ara, enm endado en la otra, volverá a la
prim era que, de aceptar las enm iendas, lo enviará modificado en conform i
dad de ellas, al Poder Ejecutivo.
§ 1. En caso contrario, volverá a la Cám ara revisora y, si las alteraciones
logran dos tercios de los votos de los m iem bros presentes, se considerarán
aprobadas, siendo entonces rem itidas con el proyecto a la C ám ara iniciadora,
que sólo p odrá reprobarlas po r la mism a mayoría.
§ 2. Rechazadas asim ism o las alteraciones, el proyecto será som etido
sin ellas a la sanción.
A rt. 40. Los proyectos rechazados, o no sancionados, no podrán ser
renovados en la m ism a sesión legislativa.
4S0 P R IM E R A S C O N S r r r u a O N E S . L A T I N O A M f .R I C \ Y EL C A R IB E
§ 1. Sustituye al Presidente, en caso de im pedim ento, y le sucede en las
faltas el vicepresidente, elegido sim ultáneam ente con él.
§ 2. En el im pedim ento, o falta del vicepresidente, serán sucesivamente
llamados a la Presidencia el vicepresidente de! Senado, el Presidente de la
Cám ara y el del Suprem o Tribunal Federal.
§ 3. Son condiciones esenciales, para ser electo Presidente o vicepresi
dente de la República:
1. Ser brasileño por nacim iento;
2. Estar en el ejercicio de los derechos políticos;
3. Ser mayor de 35 años.
Art. 42. En el caso de vacante, por cualquiera causa, de la Presidencia o
vicepresidencia, y no hayan aún pasado dos años del período presidencial, se
procederá a una nueva elección.
A rt. 43. El Presidente ejercerá el cargo p o r cuatro años, no pudiendo ser
reelecto para el periodo presidencial inm ediato.
§ 1. El vicepresidente que ejerza la Presidencia en el últim o año del pe
ríodo presidencial no podrá ser electo Presidente para el período siguiente.
§ 2. El Presidente dejará el ejercicio de sus funciones, sin prórroga, el
mismo día en el que term ine su período presidencial, sucediéndole luego el
recién electo.
§ 3. Si éste se halla im pedido, o falta, la sustitución se hará en los térm i
nos del artículo 41, §§ 1 y 2.
§ 4. El prim er período presidencial term inará el 15 de noviem bre de
1894.
A rt. 44. Al investirse en el cargo, el Presidente pronunciará, en sesión del
Congreso, o si éste no estuviere reunido, ante el Suprem o Tribunal Federal
esta afirmación: Prometo mantener y cumplir con perfecta lealtad la Constitu
ción federal, promover el bien general de la república, observar sus leyes, sostener
la unión, la integridad y la independencia.
A rt. 45. El Presidente y el vicepresidente no pueden salir del territorio
nacional sin perm iso del Congreso, bajo pena de perder el cargo.
Art.46. El Presidente y el vicepresidente percibirán subsidio fijado por
el Congreso en el período presidencial antecedente.
B IB L K > T E (L ^A Y A C U C H O 481
Capítulo II. De la elección de Presidente y vicepresidente
4 82 P R IM E R A S C 0 .N S T r r U C 1 0 N E S .L A n N 0 A .V lÉ R lC A Y '.O, C A R IB E
7. Declarar la guerra y hacer la paz en los térm inos del artículo 34, N« 11;
8. Declarar inm ediatam ente la guerra en los casos de invasión o agresión
extranjera;
9. D ar cuenta anualm ente de la situación del país al Congreso Nacional,
indicándole las providencias y reform as urgentes, en mensaje que rem itirá al
secretario del Senado el día de la apertura de la sesión legislativa;
10. Convocar el Congreso extraordinariam ente;
11. N om brar los magistrados federales m ediante propuesta del Supre
m o Tribunal;
12. N om brarlos m iembros del Suprem o Tribunal Federal y los ministros
diplom áticos, som etiendo el n om bram iento a la aprobación del Senado.
En ausencia del Congreso, designarlos en com isión hasta que el Senado
se pronuncie;
13. N om brar los demás m iem bros del cuerpo diplom ático y los agentes
consulares;
14. M antener las relaciones con los Estados extranjeros;
15. D eclarar por sí, o los agentes responsables, el estado de sitio en cual
quier pun to del territorio nacional en los casos, de agresión extranjera, o
grave conm oción intestina (artículo 6, Ne 3; artículo 34, Nc 21, y 80);
16. Entablar negociaciones internacionales, celebrar ajustes, conven
ciones y tratados, siempre ad referendum del Congreso, y aprobar las que los
estados celebren, en conform idad con el artículo 65, som etiéndolos, cuando
se deba, a la autoridad del Congreso.
B IB L IO T E C A AYACL’C H O 4 8 3
A rt. 51. Los m inistros de Estado no p odrán com parecer a las sesiones
del Congreso, y sólo se com unicarán, con él p o r escrito o personalm ente en
conferencia con las comisiones de las Cámaras.
Los inform es anuales de los m inistros serán dirigidos al Presidente de la
República y distribuidos para todos los m iem bros del Congreso.
A lt. 52. Los m inistros de Estado no serán resf>onsables frente al Congreso,
o frente a los tribunales, de los consejos dados al Presidente de la República.
§ 1. R esponden, sin embargo, en cuanto a sus actos, por los crímenes
en ley.
§ 2. En los crím enes com unes y de responsabilidad serán procesados y
juzgados p o r el Suprem o Tribunal Federal y, en los conexos con los del Presi
dente de la República, p o r la autoridad com petente para el juicio de éste.
A rt. 53. El Presidente de los Estados U nidos de Brasil será som etido a
proceso y a juicio, después que la Cámara declare procedente la acusación
ante al Suprem o Tribunal Federal, en los crím enes com unes, y en los de res
ponsabilidad ante el Senado.
P árrafo único. Decretada la procedencia de la acusación, el Presidente
quedará suspendido de sus funciones.
A rt. 54. Son crím enes de responsabilidad los actos del Presidente que
atenten contra:
1. La existencia política de la Unión;
2. La C onstitución y la form a del G obierno federal;
3. El libre ejercicio de los poderes políticos;
4. El goce, y ejercicio legal de los derechos políticos o individuales;
5. La seguridad interna del país;
6. La pro b id ad de la adm inistración;
7. La guardia y em pleo constitucional de los dineros públicos;
8. Las leyes presupuestarias votadas p o r el Congreso.
§ 1. Esos delitos serán definidos en ley especial.
§ 2. O tra ley regulará la acusación, el proceso y el juicio.
§ 3. A m bas leyes serán elaboradas en la p rim era sesión del Prim er C on
greso.
484 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . L A T IN O A M E R IC j\ Y EL C A R IB E
SECCIÓN III. DEL PODER lUDICIARIO
Bl B L IO T E C A AYACL’C H O 485
2. Juzgar, en grado de recurso, las cuestiones resueltas por los jueces
y tribunales federales, así com o las que tratan el presente artículo, § 1, y el
artículo 60;
3. Revisar los procesos, term inados, en los térm inos del artículo 81.
§ 1. De las sentencias de las justicias de los estados, en últim a instancia,
habrá recurso para el Suprem o Tribunal Federal:
a) cuando se cuestione sobre la validez, o la aplicación de tratados y leyes
federales, y la decisión del tribunal del estado sea contraria a ella;
b) cuando se conteste la validez de leyes o de actos de los gobiernos de
los estados de cara a la Constitución, o de las leyes federales, y la decisión del
tribunal del estado considere válidos esos actos, o esas leyes im pugnadas.
§ 2. En los casos en los que haya que aplicar leyes de los estados, la justicia
federal consultará la jurisprudencia de los tribunales locales, y viceversa, las
justicias de los estados consultarán la jurisprudencia de los tribunales fede
rales, cuando hayan de interpretar leyes de la U nión.
A rt. 60. C om pete a los jueces o tribunales federales, procesar y juzgar;
a) Las causas en que alguna de las partes funda la acción, o la defensa, en
disposición de la C onstitución federal;
b) todas las causas propuestas contra el G obierno de la U nión o la
H acienda N acional, fundadas en disposiciones de la Constitución, leyes y
reglam entos del Poder Ejecutivo, o en contratos celebrados con el m ism o
Gobierno;
c) las causas provenientes de com pensaciones, reivindicaciones, indem
nización de perjuicios o cualesquiera otras propuestas, por el G obierno de la
U nión co n tra particulares o viceversa;
d) los litigios entre un estado y ciudadanos de otro, o entre ciudadanos
de estados diversos, diversificando las leyes de estos;
e) los pleitos entre Estados extranjeros y ciudadanos brasileños;
f ) las acciones interpuestas p o r extranjeros y fundadas, sea en contratos
con el G obierno de la U nión, sea en convenciones o tratados de la U nión con
otras naciones;
g) las cuestiones de derecho m arítim o y navegación así en el océano
com o en los ríos y lagos del país;
h) las cuestiones de derecho crim inal o civil internacional;
i) los crím enes políticos.
48 6 P R IM E R A S c o N s r r r u a o N E S . La t in o a m é r ic a y e l c a r ib e
§ 1. Está vedado al Congreso com eter cualquier jurisdicción federal a
las justicias de los estados.
§ 2. Las sentencias y órdenes de la m agistratura federal son ejecutadas
por oficiales judiciales de la U nión, a los cuales la policía local está obligada
a prestar auxilio, cuando fuera invocada p or ellos.
A rt. 61. Las decisiones de los jueces o tribunales de los estados en las
m aterias de su capacidad p o n d rán térm ino a los procesos y a las cuestiones,
salvo en cuanto a:
\. Habeos Corpus, o
2. Destierro de extranjeros, cuando la especie no esté prevista en con
vención, o tratado.
En tales casos habrá recurso voluntario para el Suprem o Tribunal Fe
deral.
A rt. 62. Las justicias de los estados no pueden intervenir en cuestiones
som etidas a los tribunales federales, ni anular, alterar, o suspender sus senten
cias u órdenes. Y, recíprocam ente, la justicia federal no puede intervenir en
cuestiones som etidas a los tribunales de los estados ni anular, alterar o sus
pender las decisiones u órdenes de estos, exceptuados los casos expresamente
declarados en esta C onstitución.
A rt. 63. Cada estado se regirá por la Constitución y por las leyes que
adopte, respetados los principios constitucionales de la Unión.
A rt. 64. Pertenecen a los estados las m inas y tierras desocupadas ubica
das en sus respectivos territorios, quedando a la U nión solam ente la porción
del territorio que sea indispensable para la defensa de las fronteras, fortifica
ciones, construcciones m ilitares y ferrocarriles federales.
Párrafo único. Los bienes nacionales, que no fueran necesarios para el
servicio de la U nión, pasarán al dom inio de los estados, en cuyo territorio
estén situados.
A rt. 65. Es facultad de los estados:
1. Celebrar entre sí ajustes y convenciones que no sean de carácter p o
lítico (artículo 48, N®16);
2. En general, todo y cualquier poder o derecho, que no les sea negado
B IB L IO T E C A A Y A C U C H O 4 87
por cláusula expresa o im plícitam ente contenida en las cláusulas expresas de
la C onstitución.
Art- 66. Es vedado a los Estados:
1. Recusar fe a los docum entos públicos de naturaleza legislativa, adm i
nistrativa o judicial de la Unión, o de cualquiera de los estados;
2. Rechazar la m oneda, o em isión bancaria en circulación por acto del
G obierno federal;
3. H acer o declarar la guerra entre sí y el uso de represalias;
4. D enegar la extradición de crim inosos, reclam ados por las justicias de
otros estados, o D istrito Federal, según las leyes de la U nión por las que esta
m ateria se rige (artículo 34, 32).
A rt. 67. Salvo las restricciones especificadas en la C onstitución y en
las leyes federales, el D istrito Federal es adm inistrado por las autoridades
m unicipales.
Párrafo único. Los gastos de carácter local, en la capital de la república,
incum ben exclusivam ente a la autoridad m unicipal.
48 8 P R IM E R A S c : O N S T I T U a O N E S . L A T lN O A M É R H L \ Y EL C L\RIBE
de 1889, no declaren, d entro de los seis meses después de entrar en vigor la
C onstitución, el ánim o de conservar la nacionalidad de origen;
5. Los extranjeros que posean bienes inm uebles en Brasil y estén casados
con brasileños o tengan hijos brasileños con tal de que residan en Brasil, salvo
si m anifiestan la intención de no alterar de nacionalidad;
6. Los extranjeros naturalizados p or otro m odo.
A rt. 70. Son electores los ciudadanos mayores de 21 años que se alisten
en la form a de la ley.
§ 1. No pueden alistarse com o electores para las elecciones federales o
para las de los estados:
1.Los mendigos;
2. Los analfabetos;
3. Las plazas de soldados, exceptuados los alum nos de las escuelas mili
tares de enseñanza superior;
4. Los religiosos de órdenes m onásticas, com pañías, congregaciones o
com unidades de cualquier denom inación, sujetas a voto de obediencia, regla
o estatuto que im porte la renuncia de la libertad individual.
§ 2. Son inelegibles los ciudadanos no alistados.
A rt. 71. Los derechos de ciudadano brasileño solo se suspenden o pier
den en los casos aquí particularizados.
§ L Se suspenden:
a) p o r incapacidad física o m oral;
b) p o r condenación crim inal, m ientras duren sus efectos.
§ 2. Se pierden:
a) p o r naturalización en país extranjero;
b) por aceptación de empleo o pensión de G obierno extranjero, sin
perm iso del Poder Ejecutivo federal.
§ 3. Una ley federal determ inará las condiciones de readquisición de los
derechos de ciudadanía brasileño.
B JB U O T E C A A Y A C fC H C ) 48 9
§ 1. N adie puede ser obligado a hacer o dejar de hacer algo sino en virtud
de ley;
§ 2. Todos son iguales ante la ley;
La república no adm ite privilegios de nacim iento, desconoce foros de
nobleza y extingue las órdenes honoríficas existentes y todas sus prerrogati
vas y privilegios, bien com o los títulos nobiliarios y de consejo;
§ 3. Todos los individuos y confesiones religiosas pueden ejercer pública
y librem ente su culto, asociándose para ese fin y adquiriendo bienes, obser
vadas las disposiciones del derecho com ún;
§ 4. La república solo reconoce el casamiento civil, cuya celebración
será gratuita;
§ 5. Los cem enterios tendrán carácter secular y serán adm inistrados
por la autoridad m unicipal, quedando libre a todos los cultos religiosos la
práctica de sus respectivos ritos con relación a sus creyentes, desde que no
ofendan la m oral pública y las leyes;
§ 6. Será laica la enseñanza adm inistrada en los establecim ientos p ú
blicos;
§ 7. N ingún culto o iglesia gozará de subvención oficial, ni tendrá relacio
nes de dependencia o alianza con el Gobierno de la Unión o de los estados;
§ 8. A todos es lícito asociarse y reunirse librem ente y sin arm as; no pu-
diendo intervenir la policía sino para m antener el orden público;
§ 9. Es perm itid o a quienquiera que sea representar, m ediante petición,
a los poderes públicos, denunciar abusos de las autoridades y prom over la
responsabilidad de los culpables;
§ 10. En tiem po de paz quienquiera puede entrar en el territorio nacio
nal o salir de él con su fo rtu n a y bienes, cuando y com o le convenga, indepen
dientem ente de pasaporte;
§ 11. La casa es el asilo inviolable del individuo; nadie puede ahí pene
trar po r la noche, sin consentim iento del m orador, sino para socorrer a las
víctim as de crím enes o desastres, ni de día, sino en los casos y por las form as
prescritas en la ley;
§ 12. Es libre en cualquier asunto la manifestación de pensam iento por
la prensa o en la trib u n a, sin dependencia de censura, respondiendo cada uno
por los abusos que com ete en los casos y por la form a que la ley determ ina.
No es perm itido el anonim ato;
B IB U O T E C A A 5C A C U C H O 491
el derecho exclusivo de reproducirlas, por la prensa o p o r cualquiera otro
proceso m ecánico. Los herederos de los autores gozarán de ese derecho por
el tiem po que la ley determ ine;
§ 27. La ley asegurará tam bién la propiedad de las m arcas de fábrica;
§ 28. N ingún ciudadano brasileño podrá ser privado de sus derechos
civiles y políticos p o r m otivo de creencia o de función religiosa, ni eximirse
del cum plim iento de cualquier deber cívico;
§ 29. Los que aleguen m otivo de creencia religiosa con el fin de quedar
exentos de cualquier gravam en que las leyes de la república im pongan a los
ciudadanos, y los que acepten condecoración o títulos nobiliarios extranjeros
perderán todos los derechos políticos;
§ 30. N inguno im puesto de cualquier naturaleza podrá ser cobrado sino
en v irtu d de u na ley que lo autorice;
§ 31. Se m an tien e la institución del jurado.
ArL 73. Los cargos públicos civiles o m ilitares son accesibles a todos los
brasileños, observadas las condiciones de capacidad especial que la ley esta
tuye, siendo, sin em bargo, vedadas las acum ulaciones rem uneradas,
A rt. 74. Las patentes, los puestos y los cargos inam ovibles son garanti
zados en toda su plenitud.
A rt. 75. La jubilación sólo podrá ser dada a los funcionarios públicos en
caso de invalidez en el servicio de la nación.
A rt. 76. Los oficiales del Ejército y de la A rm ada sólo perderán sus gra
dos por condena en m ás de dos años de prisión pasada juzgado en los trib u
nales com petentes.
A rt. 77. Los m ilitares de tierra y m ar tendrán foro especial en los delitos
militares.
§ 1. Este foro se com pondrá de un Suprem o Tribunal Militar, cuyos
m iem bros serán vitalicios, y de los consejos necesarios para la form ación de
la culpa y juicio de los crímenes;
§ 2. La organización y atribuciones del Suprem o Tribunal M ilitar serán
reguladas p o r ley.
A rt. 78. La especificación de las garantías y derechos expresos en la
C onstitución no excluye otras garantías y derechos no enum erados, pero
resultantes de la form a de gobierno que ella establece y de los principios que
consigna.
492 P R IM E R A S C O N S T IT U C IO N E S . U T I N O A M É R IC A Y EL C A R IB E
TÍTULO V. DISPOSICIONES GENERALES
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Prudente José De Moráes Barros, presidente del Congreso, senador por Sao Paulo -
António Euzébio Gon^alves de Almeida, vicepresidente del Congreso, diputado por
Bahia - Dr. Joáo da Matta Machado, 1« secretario, diputado por el estado de Minas
Gerais - Dr. José Paes de Carvalho, 2® secretario, senador por el estado do Pará -
tenente coronel Joáo Soares Neiva, 3» secretario, senador por el estado da Paraíba
- Eduardo Mendes Goncpalves, 4®secretario, diputado por el estado de Paraná -
Manoel Francisco Machado, senador por el estado de Amazonas - Leovigildo de
Souza Coelho, idem - Joaquim José Paes da Silva Sarmentó, idem - Manoel
Ignácio Belfort Vieira, idem - Manoel Uchóa Rodrigues, diputado por el estado
de Amazonas - Manoel de Mello C. Barata, senador por Pará - António Nicoláo
Monteiro Baena, idem - Arthur indio do Brasil e Silva, diputado por el estado de
Pará - Inocéncio Serzedello Corréa, idem - Raymundo Nina Ribeiro, idem - Dr.
José Ferreira Cantáo, idem - Dr. Pedro Leite Cherm ont, idem - Dr. José Teixeira
da Matta Bacellar, idem - Lauro Sodré, idem - Joáo Pedro Belfort Vieira, senador
por el estado do Maranháo - Francisco Manoel da Cunha Júnior, idem - José
Secundino Lopes Gomensoro, idem - Manoel Bernardino da Costa Rodrigues,
diputado por el estado de Maranháo - Casimiro Dias Vieira Júnior, idem -
Henrique Alves de Carvalho, idem - Dr. Joaquim António da Cruz, senador por el
BIBUOTECAMACUCHO 499
Veiga, Ídem - Dr. José Candido da Costa Senna, idem - Antonio Affonso
Lamounier Godofredo, idem - Alvaro A. de Andrade Botelho, idem - Feliciano
Augusto de Oliveira Penna, idem - Polycarpo Rodrigues Víotti, idem - Antonio
D utra Nicacio, idem - Francisco Corréa Rabello, idem - Manoel Fulgencio Alves
Pereira, idem - Astolpho Pió da Silva Pinto, idem - Aristides de Araujo Maia, idem
- loaquim Gon^alves Ramos, idem - Carlos Justiniano das Chagas, idem -
Constantino Luiz Paletta, idem - Dr. Joáo Antonio de Avellar, idem - José
Joaquim Ferreira Rabello, idem - Francisco Alvaro Bueno de Paiva, idem - Dr.
José Carlos Ferreira Pires, idem - Manoel Ferraz de Campos Salles, senador por el
estado de Sao Paulo - Francisco Glicerio, diputado por el estado de Sao Paulo -
Manoel de Moraes, Barros, idem - Joaquim Lopes Chaves, idem - Domingos
Corréa de Moraes, idem - Dr. Joáo Thomaz Carvalhal, idem - Joaquim de Souza
Mursa, idem - Rodolpho N. Rocha Miranda, idem - Paulino Carlos de Arruda
Botelho, idem - Angelo Gomes Pinheiro Machado, idem - A ntonio José da Costa
Júnior, idem - Alfredo Ellis, idem - António Moreira da Silva, idem - José Luiz de
Almeida Nogueira, idem - José Joaquim de Souza, senador por el estado de Goiás
- António A m aro da Silva Cañedo, idem - Antonio da Silva Paranhos, idem -
Sebastiáo Fleury Curado, diputado por el estado de Goiás - José Leopoldo de
Bulhóes Jardina, idem - Joaquim Xavier Guimaráes Natal, idem - Aquilino do
Amaral, senador por el estado de Mato Grosso - Joaquim Duarte M urtinho, idem
- Dr. Antonio Pinheiro Guedes, idem - Antonio Francisco de Azeredo, diputado
por el estado de Mato Grosso - Caetano Manoel de Paria e Albuquerque, idem
- Ubaldino do Amaral, senador por el estado de Paraná - José Pereira dos Santos
Andrade, idem - Bellarmino Augusto de Mendon^a Lobo, diputado por el estado
de Paraná - M arciano Augusto Botelho de Magalháes, idem - Fernando Machado
de Simas, idem - Antonio Justiniano Esteves Júnior, senador por el estado de
Santa Catarina - Dr. Luiz Delfino dos Santos, idem - Lauro Severiano Müller,
diputado por el estado de Santa Catarina - Carlos Augusto Campos, idem - Felipe
Chimidt, idem - Dr. José Candido de Lacerda Coutinho, idem - Ramiro Fortes de
Barcellos, senador por el estado de Rio Grande do Sul - Julio Anacleto Falcáo da
Frota, idem - José Gomes Pinheiro Machado, idem - Victorino Ribeiro Carneiro
Monteiro, diputado por el estado de Rio Grande do Sul - Joaquim Pereira da
Costa, idem - Antáo Gon^alves de Faria, idem - Julio de Castilho, idem - Antonio
Augusto Borges de Medeiros, idem - Alcides de Mendon(;a Lima, idem - J.F. e
Assis Brasil, idem - Thomaz Thompson Flores, idem - Joaquim Francisco de
BIBUÜTECAAYACUCHO 501
ÍNDICE
PRIMERAS CONSTITUCIONES
Latinoamérica y el Caribe
PRIMERAS CONSTITUCIONES
Latinoam érica y el C aribe
BIBUOTECAAYACLCHO 505
> ^ !_V
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E ste volumen, se terminó de imprimir el mes de junio de 2011,
en los talleres de Editorial Arte, Caracas, Venezuela.
En su diseño se utilizaron caracteres román, negra, seminegra y cursiva
de la familia Adobe Minion, tamaños 8.5,9,10,11,12 y 13.
La edición consta de 3.000 ejemplares.
^ POOERcu. tural
^ poo brpopul AR