Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
LOS OCCIDENTALES
Uno es el caso de la pareja de turistas franceses, Albert y la <petite> Michéle, cuya
ignorancia les hace suponer reacciones lógicas de ese <<otro>> mundo, de acuerdo con sus
parámetros. Albert es un profesor que había experimentado su acercamiento al perú a través
de la lectura, lo que le permitió tener algunos conocimientos, más no una comprensión cabal
del país. A pesar de las advertencias de los funcionarios diplomáticos franceses, deciden
hacer un viaje a la sierra utilizando la vía terrestre. Michéle, menos <cultivada> que su acom-
pañante, tiene una reacción emocional frente a las recomendaciones; siente miedo frente
a lo
desconocido, lo que comprueba fácticarnente cuando al internarse en la geografía andina y
ver rostros que no le indicaban nada, asevera lúcidamente que <<no nos distancia vna raza
sino una cultura> (p.20). Incluso así, decide seguir aAlbert, quien no deja de lado su propia
racionalidad para <leer> lo que tenía al frente, utilizándola incluso en el momenro en que su
muerte y la de su acompañante ya estaba decretada por Sendero Luminoso: <<no re asustes,
no tenemos nada que ver, somos turistas> (p.21), fue lo único que atinó a decir ante la
inminencia de su ejecución.
En esta misma línea se coloca la señora Hortensia d'Horcourt, unamujer que había
clcclicado su vida a la preservación del medio ambiente. Igual que en el caso de los franceses,
olla también debe superar las objeciones que la intuición (en esta ocasión, del esposo) y la
t'csptrnsabilidad de los funcionarios civiles y militares, le alcanzan para que desista de la
idca dc internarse a una zona dominada por Sendero Luminoso, con la finalidad de hacer la
cv¿tluacitin de una reforestación. Para ella <... las calles de Lima son más peligrosas,
esporádica. Ellos son el vehículo que trasmiten la crisis y los intentos de su superación,
mediante la práctica de la violenciabárbara.
Luego tenemos a los tres desaparecidos-sacrificados. Todos ellos expresan una
situación marginal en el mundo andino y , por lo mismo, son vistos como peligrosos para el
<< orden normal>>. Pedro Tinoco, es un adolescente
<<opa, ido, bobo> (p.47), un <<huaccha>,
que luego de mil peripecias se convierte en un pastor de vicuñas, entablando con ellas una
relación afectiva que nunca pudo hacer con los seres humanos. En esta situación, recibe
primero a los senderistas quiénes tenían la directiva de liquidar la reserva porque era <<un
invento del imperialismo> (pp.56-57), y luego a una patrulla de la Guardia Civil que estaba
persiguiendo a los primeros, quienes lo torturanquemándole partes de Su cuerpo para que
hable, hasta que uno de sus miembros lo reconoce y advierte que es mudo. Poteriormente lo
veremos en Naccos realizando algunos servicos a Lituma y su acompañante, hasta que des-
apareció.
Casimiro Huarcaya era un albino que había nacido en Yauli. Las dudas sobre su
origen y las burlas de sus compañeros despertaron en él la idea de irse hacia otros lugares. A
los quince años se enrola al servicio de un comerciante, sintiéndose feliz de no tener que
cchar raíces en ningún lugar. Un día, en Andahuaylas, se le acercó una
joven a decirle que
cstaba embarazadadeéI, de lo cual no tiene certeza reaccionando con mucha culpa'
Luego vendrán los <tiempos malos>>, cargados de violencia, y su negocio se de-
rrurnba. Cuando en una ocasión estaba emborrachándose, se le acerca una turaba con la
l'in¿rlidad de lincharlo por ser <pishtaco>, salvándose porque repentinamente aparecen los
sc¡tlcrist¿rs quiénes disgregan al grupo indicándoles que no deben seguir con esas supersti-
LITUMATOMA CONCIENCIA
LuegoquevisitalaEsperanzayhaberconversadocon<elGringo",Litumacrnpic
le parecían indispensables' Duritnt¡ e I
za a ordenar la serie de signos que hasta ese momento
Nulrvrr S¡l.ltlists l4,l
viaje de regreso a Naccos, un insight le revela la clave del misterio:
<Eso tiene que haber sido, los serruchos de mierda los sacrificaron a los apus>. (p.199).
Para luego pensar en tercera persona, ya de manera reflexivu <E1 misterio se lo resolvió ese
Profe chiflado por el Perú. Ahíestaba para qué servía la historia, pues... nunca se le pasó por
la cabeza que estudiar las costumbres de los antiguos peruanos pudiera ser útil para enternder
lo que ocurría ahora en Naccos. Gracias Escarlatina, por resolverme el misterio..>(p.203).
Pero el asunto no concluyó allí. Al continuar el viaje a pie, experimentará su propia
insignificancia frente al medio que lo rodea. Un huayco de grandes proporciones podrá
salvarlo a duras penas y, bien advertido como estaba por "el Profe ", no explicó su providen-
cial salvación por el azar, ni mucho menos por mediación de la divinidad cristiana. <Como
si hubiera pasado un examen, pensó, como si estas montañas de mierda, esta sierra de mierda,
por fin lo hubieran aceptado. Antes de proseguir su camino, aplastó su boca contra la roca
que lo había cobijado y como hubiera hecho un serrucho, susurró>> <Gracias por salvarme la
vida, mamay, apu, pachamama, o quien chucha seas.> (pp'208-209).
Lituma tuvo que convertirse en un andino para explicarse cabalmente lo que pasaba
en su entorno. Pudo hacerlo, y por tanto sobrevivir, porque al igual que <el Gringo> su
desarraigo había facilitado la comprensión del <<otro>>. Esto fue 1o que no sucedió con las
pautas de entendimiento que habían realizado los franceses y la señora d'Harcourt, lo que
motivó sus violentos sacrificios.
FLPERU DE VARGAS LLOSA
En el relato que construye Vargas Llosa a partir de estas funciones emanadas de sus
personajes, est¡í claro la configuración de un mundo de crisis que intenta reslituir la norma-
lidad y para lo cual se hace necesario eliminar todos aquellos elementos que figuran como
disturbadores. Pero, contra lo que podría suponerse, no es solo una crisis que remite al
mundo andino, sino una donde se involucra a las dos partes que la cgncepción dualista del
autor construye. Carreño y su historia de amor imposible, que está señalando una pertenen-
cia más bien occidental, también parte de un <desorden>, marcado por dos relaciones anor-
males: una, la de policias cubriendo actividades flicitas y, dos, una relación de pareja entre el
jefe narcotraficante y su prostituta que no tiene nada de amor y sí de primarias pasiones.
Carreño intenta ser un agente del orden, sacríficando violentamente al narcotraficante por
verlo como la causa de las anomalías que siente, tratando de redmplazar el sentido que éste
daba a sus relaciones con Meche (la prostituta), con una de donde prime afectos más positi-
vos.
Bajo el mismo sentido se entiende las desapariciones en el mundo andino. La rup-
tura del equilibrio armónico entre el hombre y la naturaleza, genera la furia de ésta última,
haciéndose necesario la organización de ritos que aplaquen los castigos. Lo significatiyo en
cste caso es que los directores de la iniciativa ritual son los mismos que personifican el
dcsorden y la inmoralidad que se intenta desterrar, es decir, Dionisio y Adriana.
En fin, la pauta marcada por el paralelismo de las situaciones están bajo una clara
oposición y complementaridad. Hay situaciones en donde se bifurcan las causas y dan paso
a la cspecificidad de cada mundo, pero en otras hay una evidente correspondencia frente a
una rcferencia más general a la condición humana. Tal vez el efecto de lo fantástico está
compartida por sectores considerables de la sociedad peruana. Por 1o mismo, debe soportar
que iu obra sea abordada desde una óptica que trascienda los marcos de su oficio'
Una lectura como Lituma en los Andes, resulta interesante para un cientista social
no tanto por lo que dice sino por los sintomáticos silencios que expone. La manera como
NOTAS:
1. ¿ He Vivido en Vano ? Meza Rsdonda sobre Todas las Sangres'
23 de Julio de 1965. IEP. Lima,'1985.
2. Se puede mencionar aquí los tra6ajos de Antonio Cornejo
Polar: La Novela Peruana: siete Estudios. Editorial Horizonte. Lima, 1911; y
La Formación de Ia Tradición Literaria en el Peni. CEP. Lima, 1989. También
la Tesis de Efraín Kristal: Una Visión Urbana de los Andes. Genesís y Desarrollo
del Indigenismo en el Perú 1848-1930. Instituto de Apoyo Agrario. Lima, 1991.
Pero, tal vez el más sugerente y audaz en este sentido, resulta ser el Libro de Peter
Elmore: Los Muros Invisibles. Lima y la Modernidad en la Novela del Siglo
XX. MoscaAzul Editores y Ediciones el Caballo Rojo. Lima, 1993.
J. Mario vargas Llosa: Lituma en los Andes. Editorial Planeta. Barcelona, 1993.
4. Javier Parra: <Dionisos o la Regresión a la Barbarie. Mario Vargas Llosa y el Pre
mio Planeta>. En EFE REPORTAJES. Barcelona,1993. Reproducido en LA
REPUBLICA Lima, 18 de Noviembre de 1993.
5. Javier Parra: op. sit.
6. Jean-Pierre Vernant: Mito y Sociedad en la Grecia Antigua Siglo XXL Madrid,
1982.