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Un sueo

Gabriel D'annunzio

Estaba muerta, sin calor La herida


era visible apenas en el flanco:
estrecha fuga, para tanta vida!
El lienzo funeral no era ms blanco
que el cadver. Jams humana cosa
ver el ojo, ms blanco que aquel blanco.
Arda Primavera impetuosa.
Los cristales, do cnifes inermes
Golpeaban con ala rumorosa...
Huy de ella el calor, Yo dije: Duermes?
Con un salvaje sonrer violento
ms cerca repetir: duermes? Duermes?
Duermes? Y al recordar que aquel acento
no era el mo, me crisp de pavura,
escuch. Ni un murmullo, ni un acento.
Cautivo de la roja arquitectura,
se dilataba en el bochorno un fuerte
olor a destapada sepultura.
El hlito invisible de la muerte
me estaba sofocando en la cerrada
habitacin. A la mujer inerte
Duermes?, le dije. Duermes? Nada nada...
el lienzo funeral no era ms blanco.
Sobre la tierra de los hombres, nada
ver el ojo ms blanco que aquel blanco!...
Versin de Luis A. Cano

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