El gato Sixto vivía en seis casas diferentes en la calle Mambrú para poder cenar seis veces al día. Cada casa le daba una comida diferente y los vecinos no sabían que compartían al mismo gato. Cuando Sixto enfermó, visitó al veterinario seis veces con seis personas diferentes. El veterinario descubrió la verdad y enfadó a los dueños. Para continuar con su estilo de vida de seis cenas, Sixto se mudó a la plaza Gulliver donde los vecinos aceptaron compartirlo y celebraron cenas
El gato Sixto vivía en seis casas diferentes en la calle Mambrú para poder cenar seis veces al día. Cada casa le daba una comida diferente y los vecinos no sabían que compartían al mismo gato. Cuando Sixto enfermó, visitó al veterinario seis veces con seis personas diferentes. El veterinario descubrió la verdad y enfadó a los dueños. Para continuar con su estilo de vida de seis cenas, Sixto se mudó a la plaza Gulliver donde los vecinos aceptaron compartirlo y celebraron cenas
El gato Sixto vivía en seis casas diferentes en la calle Mambrú para poder cenar seis veces al día. Cada casa le daba una comida diferente y los vecinos no sabían que compartían al mismo gato. Cuando Sixto enfermó, visitó al veterinario seis veces con seis personas diferentes. El veterinario descubrió la verdad y enfadó a los dueños. Para continuar con su estilo de vida de seis cenas, Sixto se mudó a la plaza Gulliver donde los vecinos aceptaron compartirlo y celebraron cenas
El gato Sixto viva en el nmero uno de la calle Mambr.
Pero viva tambin en los nmeros dos, tres, cuatro, cinco y
seis de la misma calle. Sixto que era ms listo que el hambre, viva en seis casas distintas porque as poda cenar seis veces. Cada noche se escapaba del nmero uno, donde cenaba pollo, y pasaba por el nmero dos, donde le daban sardinas, por el nmero tres, donde cenaba cordero, por el nmero cuatro, donde coma carne picada, y por el nmero cinco, donde cenaba bacalao. Para terminar, se hartaba de ternera en el nmero seis. Como el vecino de la calle Mambr apenas se hablaban, nadie saba lo que el listo de Sixto se traa entre manos. Todos crean que el gato al que alimentaban era suyo y de nadie ms.. Eso s a Sixto le costaba lo suyo cenar seis veces. O pensis que es fcil ser el gato de seis personas diferentes al mismo tiempo? Sixto tena que acordarse del nombre que le haban puesto en cada casa, y deba comportarse de seis maneras distintas. As don lo llamaban Benito, se la daba de seorito. Donde le llamaban Botones, cazaba ratones. Donde lo llamaban Marcelo, de tonto no tena un pelo. Donde lo llamaban Membrillo, era juguetn y pillo. Donde lo llamaban Mimoso, era la mar de carioso. Pero donde lo llamaban Jabato, era el terror de todos los perros y gatos.
Claro que, de tanto ir y venir, Sixto acababa agotado. Pero
no le importaba nada cansarse con tal de cenar seis veces. Y, adems, a Sixto le encantaba... que le rascasen de la cola a la cabeza en seis casas distintas... y que le dejaran dormir a pata suelta y a cualquier hora en seis camas diferentes. De manera que a Sixto todo le iba a pedir de boca hasta que... un da hmedo y fro, se resfri. El pobre cogi una tos que tena muy mal pinta. En menos que canta un gallo, Sixto ya estaba en la consulta del veterinario. Y, como ya os podis imaginar, no tuvo que visitarle una sola vez... ni dos, ni tres, sino seis veces Sixto fue al veterinario con seis personas distintas y de seis maneras diferentas: en un transportn, en taxi, de paquete en una moto, en un descapotable, abrigado con una mantita y... en la canasta de una bicicleta. El veterinario dijo que la tos de Sixto no era tan grave como pareca. - Pero nos quedaremos ms tranquilos aadi- si le damos una cucharadita de jarabe. Por supuesto, Sixto no tom una sola cucharada de jarabe para la tos. Tom una, dos, tres, cuatro...cinco! y SEIS!!
Pero lo peor vino despus. Y es que, aunque todos los gatos
negros parezcan iguales, no hay veterinario que visite seis veces al mismo gato y no empiece a sospechar. Aqu hay gato encerrado, se dijo el veterinario. As que hoje su agenda, y entonces descubri que los seis gatos negros vivan en la misma calle. De manera que llam a los seis dueos de Sixto, y todos se enfadaron mucho al saber lo pillo que era su gato. Tendras que haber visto las caras que pusieron! -Este bicho es un descarado! dijeron-. Nos ha engaado a todos para cenar seis veces cada da! -Pero a partir de hoy se acab lo que se daba aadieron-: nos pondremos de acuerdo para que cene slo una vez. Qu pena! A Sixto se la haba acabado la buena vida! Sin embargo, Sixto era un gato de seis cenas diarias, as que, tras pensarlo mucho, decidi marcharse de la calle Mambr y se fue a vivir al nmero uno de la plaza Gulliver. Y empez a vivir tambin en los nmeros dos, tres, cuatro, cinco y seis de la misma plaza. Al contrario de lo que pasaba en la calle Mambr, en la plaza Gulliver los vecinos se llevaban muy bien entre s, de modo que todos supieron desde el primer da que Sixto cenaba seis veces. Pero aquello no les molest sino que les hizo gracia. As que, como todos los vecinos compartan el mismo gato, decidieron que de vez en cuando cenaran juntos y le pondran seis platos a Sixto, claro est.