Vous êtes sur la page 1sur 27
Seix Barral Biblioteca Formentor La pasion de Mademoiselle S. Edicién y comentarios de Jean-Yves Berthault ‘Traduccién de Isabel Gonzilez-Gallarza PRUEBAS NO DEFINITIVAS ‘Titulo orginal La passion de Mademeisel S 1 Jean-Yves Berthaul, 2006 (© por In traducién, Isabel Gonziler-Callrza, 2016 Bitorial Planeta &. A. 2015, ‘Seix Baral un sella editorial de Boral Planets, S.A. Avda Diagonal. 62-664, 06034 Barcelona Espa) www seicbarrales sw planetadelbros.com iseo origina del colecin: Josep Bagh Astocats Primera edn: enero de 2016 ISBN de a icin defini: 978.84-322-2570-3 \Composcion: Moelai, SCP, Beteslona ‘step ofn a pc oa cpr re, ‘Ninn ongu mes pr euiqar mc sx acne mn po op, Feta is tk sien eps dot Lote eo ees ‘ctl una Seas inc pd al An 9 ses ‘tcc em ‘Sear CHRO (Car pated de Dencon Dopo mei bcp cae go, agus rec Ps att on CEDRO ter dco racecar tos dona isvo saab PROLOGO Estaba ayudando a una amiga a vaciar una casa cuyo sétano habia quedado olvidado cuando encontré, detras de un montén de madera, después de desplazar unos vie- jos marcos rotos y unas sillas cojas, una caja en la que ha- bian apilado tarros de conserva vacios entre dos capas de papel de periddico, Pensé entonces que nadie se molesta en proteger recipientes vacios y sin tapa. sY si los habian colocado ahi para ocultar un fabuloso tesoro? ‘Tuve la extraiia sensacién de que abi, al alcance de la mano, tenia una aventura extraordinaria, de que estaba cocurriendo algo importante, ya saben, como cuando a uno sele presenta una buena oportunidad o cree ser testigo de tun milagro, y se le pone la piel de gallina. Podia ser un mapa del tesoro, uno de esos calcetines de lana lleno de monedas de plata, titulos de compaiiias desaparecidas hace tiempo, el diario intimo de una senorita ya difunta o una partitura desconocida de Mozart. Asi es que me apresu- ré.a apartar las capas de periddicos viejos y de tarros que protegian el fondo de la caja, hasta llegar a una bonita y pesada cartera de cuero con iniciales grabadas en plata. Dentro no habia més que cartas, amontonadas de cual- 7 quier manera y escritas todas con la misma caligrafia. Lei primero una, y luego otra y otra, hasta descubrir por fin toda una correspondencia, de amor aparentemente, con un lenguaje mas que atrevido, un lenguaje de una increi- ble audacia erdtica. Dicha correspondencia se habfa reu- nido deliberadamente en esa cartera, destinada sin duda alguna a permanecer oculta. Acabo de encontrar una fe- cha en una de esas cartas: 1929. Y todas las firma una mu- jer, Simone. Devorado por la curiosidad, le compré a mi amiga la co- rrespondencia entera, Aqui estan, pues, las cartas de Si- moneasu amante Charles, sin fecha en su mayoria, y cuya cronologia he tardado casi un aio en reconstituir, aprove- chando mi cargo de embajador en un pais bastante tran- quilo para dedicar a la tarea los fines de semana y muchas veladas. Aunque eran muy numerosas, me he limitado a escoger una parte para ofrecérsela a los lectores (algo mas deun tercio), y por discreciénhe cambiado los nombres de Jos protagonistas y de los lugares mencionados. Se pueden hacer muchas lecturas de esta novela epistolar... Puede verse aqui la relacién lasciva de una mujer con su amante, expresada en los términos mis crudos, y leer estos textos con la vida curiosidad con la que devoraria- ‘mos una novela pornogrifica anacrénica. Simone emplea en efecto un vocabulario cuya audacia se va haciendo mas acusada mesa mes, que sorprende en una joven culta y «de buena familia», como todo parece indicar que era. ;Como explicar tamaiia extravagancia y semejante lenguaje, tan «moderno»? ¥ zqué mujer podia escribir asi en esa época? 8 Uno de mis mejores amigos, a quien enseiié estas car- tas antes de que salieran a la luz, me dijo: «;Vamos, reco- nécelo, las has escrito ti mismo! jEsto no puede haberlo escrito una mujer en 1928!>, y tuve que enseiarle las mi- sivas originales, con su papel de cartas ajado, para que me creyera por fin. {De dénde sacaria Simone este vocabulario obsceno, deslizado sin pudor entre los giros elegantes con los que se expresa? Resulta obvio que la audacia de las palabras debié de imponerse al mismo tiempo que la de los gestos, a trans- gresién de éstas precediendo y alimentindose de éstos, y sin duda no habriamos encontrado parangén en la bi- blioteca de Simone, que imagino muy «clisica»; es mas bien en su psique, asi como en el inconsciente colectivo de una época, donde conviene buscarlo. En efecto, en vano recorrerfamos la literatura més atrevida de ese periodo: nada podia hallarse en sus anaqueles que pudiera ser el origen de tales inspiraciones. Genet, que empezaba por aquel entonces su carrera de ladrén pero no la de escritor, todavia no habia publicado nada en los afios en que se es- cribieron estas cartas (1928-1930). Pierre Loujs no llegaba a tales extremos, Gide habia publicado Corydon en 1924 y Si le grain ne meurt en 1926, pero apenas se aventuraba a expresar sus obsesiones homosexuales, y Les Chansons de Bilitis no era atin el libro de cabecera de la alta burgue- sia. Ninguno de estos libros, de todos modos, recurria a tun lenguaje que la época no habria dudado en calificar de grosero. Pero Simone vivia en ese nuevo mundo en ciernes, era contemporanea de las primeras peliculas pornograficas mudas, de «La revista negra» de Josephine Baker, de tan- tas experimentaciones artisticas que venian a revolucio- s nar las costumbres, asi como de una sociedad que asistia, de buen o mal grado, a la emergencia de un nuevo orden amoral parisino. Nuestros dos jévenes amantes son, pues, una de las expresiones de este nuevo orden, cuando ape- nas habjan transcurrido veinte afos desde la separacién entre la Iglesia y el Estado. Uno de los muchos méritos de este increible documen- to es que nos sumerge en la vida de las mujeres por fin li- beradas, en concreto de una chica independiente que asu- me su condicién, diez aiios después del cataclismo de la Gran Guerra, desvelindonos sin pudor el viento de liber- tad de los locos afios veinte. Pero lo que a mi mas me cautiva de esta corresponden- cia, lo que considero mas importante y lo que propongo al lector es ante todo una magnifica y tragica historia de amor, unida a una neurosis ebsesiva, que me ha conmo- vido profundamente. Pienso que Simone, que tanto sufti6, merecia que sus sentimientos y su sacrificio, mas alla de su enajenacién, revivan hoy y salgan a la luz, y que la di- mensi6n trigica de esa vida oscura y dolorosa sea recono- cida péstumamente. Sabado alas once y media Perdéname, querido, si esta carta es demasiado bre- ve... Lo que me falta es tiempo nada més, pues sabes que, si pudiera hacerlo, jtendria muchas cosas que contarte! Hoy no te mando mis que tiernos recuerdos y un beso en tus labios querides y tus bonitos ojos castaiios, pero en espiritu estaré cerca de ti. Y ti, amado, ;pensaras en mi? Asi Jo espero, como espero recibir unas lineas tuyas el lunes. Querido, quisiera verte alguna noche de la semana que viene si es posible, pues anhelo tanto tus ca me harfa largo esperar hasta el sébado. Quiero volver a disfrutar de esos minutos apasiona- dos de nuestro iltimo encuentro... El recuerdo de esas ca- ricias me turba extrafiamente, y quiero revivir en tus brazos las sensaciones tan maravillosas que sabes darme. Ama- do mio, quiero que me ames con todo el ardor de tu de- se0, quiero que me hagas gozar apasionadamente con tus abrazos perversos. Amado querido, dime que, como yo, quieres vivir otra vez esas caricias, dime que eres feliz en- tre mis brazos, muy feliz, y que me amas... Pértate bien, mi amante adorado, durante estos dos dias, Guarda para mi tus caricias perversas, guardalas para mi sola, quiero amarte asi siempre, siempre. jas que se 3 Hasta pronto, mi pequeiio dios al que adoro. jHasta el lunes por la noche, espero! Dame todo tu cuerpo tan maravilloso, quiero abra- zarlo fuerte, muy fuerte, para impregnarme de su perfume embriagador. Uno mis labios a los tuyos en un profundo beso en el que pongo todo mi corazén, lleno de ti, sélo de ti. Para ti todo mi carifio, amado mio. Te amo. SIMONE Querido amor mio, Qué sensaciones las de anoche.. Todos esos minu- tos contigo me habian trastornado, y tu correo neumti- co! terminé de embriagar mis sentidos. Todas esas pa- labras apasionadas me turbaron deliciosamente, y en mi cama, en la oscuridad de mi alcoba, no me comporté pre- cisamente como una nifia buena. Me perfumé todo el cuer- po antes de meterme entre ls frescas sibanas, como sit fueras a seguirme hasta ali, 1. Los pneumatiques, mas conocidos con el término abreviado de pneus, eran un medio muy parisino de transmisién postal. Fueron inventados en 1866 por Henri Rouart, pintor, inventor e industrial, para comunicar el Grand Hotel, situado cerca de la Opera, con el edificio de la Bourse (la Bolsa parisina). A partir de 1879 su uso se generaliz6, hasta 1984, cuando fueron sustituidos primero por el fax, posteriormente por correo elecironico. Habia en la capital 120 ofi- cinas de correos con la infraestractura necesaria para enviar cartas, ‘mediante un sistema de tubos de aire comprimido a una velocidad de tun kilémetro por minuto, El usuario adquirfa en una de estas ofici- nas una hoja de papel prefranqueada, en una de cuyas caras podia es cribir hasta veinte linas de textos después esta hoja se doblaba, pegan- do los bordes, y se escribia la direccién en la otra cara. Los tubos de aire comprimido formaban una red que se extendia por todala ciudad, y tan sélo unos minutos después de haberse enviado el pneu, un car- terol llevaba ala direccién del destinatario, Era el sistema de comu- 5 Con la cabeza en la almohada, evoco la imagen que- rida de mi pequefo dios. Mi mano acaricia despacio todo mi cuerpo, que se estremece poco a poco. Baja de mis pe- chos hasta mis muslos, se pierde un instante en el calido vell6n y luego se desliza mas abajo. Bajo esta doble cari- cia, una infinita voluptuosidad se apodera de todo mi ser. Ahora tiemblo de placer, pues te recuerdo con todas mis fuerzas, Bl goce es tan intenso que me contengo para no gritar. Charles, Charles querido, si, mafiana te daré el es- pecticulo turbador que deseas. Cuando goce como una loca, me tomaris toda para no dejarme tiempo de recu- erarme, para que un segundo goce mas intenso ain que el primero me lleve al placer. Mafiana, querido amado, podremos hacer realidad to- das nuestras locuras, Otra vez he de dejarlo aqui. No tengo tiempo de decir- te todo lo que quiero. Hasta luego, amado mio. Te amo. SIMONE nicacién en tiempo real de la época. Pese a haber desaparecido ya de las oficinas de correos, este sistema sigue utilizandose en ciertas instituciones francesas y en algunos grandes ministerios. Recuerdo las noches de guardia que, un par de veces al afto, cuando ain era un joven diplomatico, tuve que pasar como parte de mi servicio en el Ministerio de Asuntos Exteriores,en un cuarto muy austero junto al palacio del ministro, En plena madrugada me despertaba el ruido espantoso de los tubos de plistico en cuyo interior vajaban telegra- ‘mas urgentes que, al legara su destino, alan en unos compartimen- tos situados justo encima de mi catre. Una molestia ahora olvidada ‘gracias la invencién de dispositivos electrénicos mucho més silen- ciosos, 16 Martes, 31 de julio Querido mio, Tle recibido tu ltima larga carta, Eres un amor por es- cribirme asi, jme siento tan feliz cuando descubro el so- brecito blanco en el buzén! Yo también me habria puesto muy triste si no hubieras contestado enseguida... ;Te amo! Querido amor mio, me es imposible marcharme de aqui antes del domingo por la noche. Créeme, amado mio, como tti ardo en deseos de volver a verte. Todo mi ser se vuelve hacia ti y reclama al amante exquisito que eres, que siempre seras. No, amor mio querido, no me cansa- ré de ti, puedes estar seguro, Fui demasiado feliz entre tus brazos y sé de antemano cuil sera mi placer cuando vuel- vas a tomarme... Evoco mentalmente toda la escena de nuestro préximo encuentro, Me haras suftir cruelmente, mi cuerpo, que te pertenece, se retorcerd bajo los golpes, me oiras pedir clemencia... Y me desears con violencia porque pegaré mi carne a latuya, te abrazaré entero entre mis piernas trémulas, y mi boca buscaré tus labios para he- rirlos con besos salvajes. Me tomards, amado mio, como te gusta hacerlo, y nuestro apasionado abrazo nos arras- trard a ambos hacia el goce infinito que sélo pueden dar a caricias como ésas. Yo sabré prodigarte todas las que quie- ras pedirme. ;Las mas perversas, dices? Qué me importa, Charles querido, por encima de todo quiero que seas feliz en mis brazos. Asi es que jestoy a tus 6rdenes, mi querido amo! ;Si supieras unto ansio acurrucarme en tus bra- zos! Tengo tantas ganas de volver junto a tu cuerpo, que tan intensos éxtasis me ha dado... Amado mio querido, veris cémo nos amaremos tras esta larga separacién, en la que estamos tan cerca uno de otro, sin poder unirnos... ;Ah! jSi pudieras liberarte una noche! Qué hermosas horas viviriamos, en la quietud y la penumbra de mi vasta alcoba, abrazados, tras el desenfre- nado éxtasis que nos dejara a ambos sin fuerzas; cuando nuestro deseo mutuo y violento nos haya llevado al goce supremo, qué agradable seré, amor mio, descansar juntos en este gran lecho... Pero de qué sirve evocar tales image- nes, esa dicha no es posible... Esperaremos al sibado si- guiente para disfrutar de tan turbadores abrazos. Una cosa me atormenta, amado mio, jy es que me pregunto dénde podremos vernos cuando regrese mi familial... Pues no creo que podamos separarnos tan pronto, amor mio; si tt no puedes apartarte de mi, tampoco puedo yo renunciar a tus caricias... Tendremos que pensar en este problema. Hablaremos de ello en Paris, ;quieres? Ahora tengo que de- jarte, amado mio, Escribeme una larga carta para que la lea antes de marcharme de aqui. ;No me he sacado nin- ‘guna fotografia, querido! Adiés, tesoro, te beso con frenesi por todas partes. Hasta el lunes, amado mio, Te amo locamente, mi adorable amante. ‘Tu Simone 10 Viernes a las once Amigo mio querido, [sta esa tltima carta mia que recibirds. Dentro de dos dias cogeré un tren a Paris,’ para reunirme contigo, ama- do mio, ansio estrecharte contra mi corazén después de tan larga ausencia. No sabes cuanto te he echado de me- nos estos veintitrés dias pasados lejos de ti, Muchos dias me senti triste, jpese a esta naturaleza tan bella cuya her- mosura no alcanzaba a conmoverme! De no haber tenido tus queridas cartas, que me decian que me amabas, que me hacian revivir todos nuestros bellos momentos, jme habria sentido més triste todavia! 2Quieres que te hable de nuestro amor? No hay fra- ses, por elocuentes que sean, que puedan expresar toda la pasién, todo el ardor, todo el extravio que contienen estas dos palabras: «nuestro amor». ;Vivimos juntos tan 2. Alser verano, cabe pensar que Simone haya vuelto a Paris des- pués de pasar las vacaciones, consu familia quizd, en la Riviera fran- cesa 0 cerca de Biarritz. Ambos eran destinos vacacionales cada vez is populates, entonces visitados principalmente por briténicos que acababan de descubrr los encantos de esa costa, ast como por las la- ses acomodadas francesas 9 ellos momentos, saboreames tales éxtasis que, aun que- riendo, no sabriamos describirlos! Qué mas puedo de- cirte, amor mio querido, sino que creo sonar cuando pienso en todo lo que constituye «nuestro amor», Gra- cias a ti he conocido sensaciones inolvidables, has sabi do despertar en mi, mediante tu perversidad, no sé qué instinto secreto que desde entonces me leva a desear nuevos goces, siempre mas perversos y mas intensos, Eres un maestro en el delicado arte de amar, y me sien- to feliz, muy feliz, de haber sabido retenerte a mi lado yo también, Durante esta ausencia no he imaginado nada, no, me ha bastado con recordar. ¥ sé que cuando nuestros cuer- pos vuelvan a unirse, cuando tu carne se acerque a la mia, jme recorrerd un escaloftio de deseo tal que me dictara todos los excesos posibles! Si, te amo con un amor abso- luto, te amo con mi corazén, pero también y sobre todo con mis sentidos, con mi came, y te deseo entero, joyes, amor mio? {No quiero que ningtin recoveco secreto de tu carne escape a mis caricias, a mis besos! De pronto se aduefia de mi un frenes{ cuando te tengo ahi, desnudo y tan bello en mis brazos. Ah! Amado mio querido, aban- donate a mi, deja que te mime todo el cuerpo. Quiero be- sar locamente esa piel blanca y suave, esos muslos prietos, ese vientre y ese pecho adorable donde mi mejilla ardiente buscard frescor. Si quieres vivir sensaciones turbadoras, ha- bla, ordena, y yo obedezco. Feliz, tan feliz, de oirte gemir de deseo y de placer. En cuanto a mi, con el corazén agitado por tan delicio- sa emocién, espero tu primer abrazo, Me vas a hacer dafio, dices. Sea, jpero dime que seris feliz.entre mis brazos, que oiré tu grito victorioso, tu grito viril, cuando me tengas en tus brazos, malherida, vencida y sin fuerzas! Soy tuya, mi adorado amante, con toda la fuerza de mi carne ebria de tus caricias brutales.. Tus pasiones, ya lo sabes, las acepto de antemano si han de unirnos de ma- nera mds total. Yo también he conocido entre tus brazos la mas intensa voluptuosidad, He gozado con todas mis fuerzas bajo tus golpes y tu brutalidad. He gozado so- bre todo con tu posesién experta, Quiero revivir ese goce que nunea antes habia conocido en el abrazo corriente, que me deja fria e insensible. Jamés, dyeme bien, quiero reali- zarlo contigo. Porque sé que nos decepcionaria a ambos. Y nos rebajaria también al nivel de los amantes corrien- tes, cuando nosotros nos movemos en las esferas prohibi- das, cuando nosotros somos unos «fuera de la ley», unos viciosos, unos apasionados, eso es lo que define «nuestro amor». Querido amor mio, jpor desgracia no puedo eludir el deber para disfrutar en tus brazos de minutos exqui- sitos! Me es tan imposible como a ti. ‘Tengo que ir ala oficina a las ocho, en cuanto baje del tren! Habremos de esperar al sibado, jcon mucha paciencia, amado mio! Pero, anda, jsé bueno y pasate por la oficina’ para verme un 3. Pueda sorprender quiz a algunos lectores que Simone tra- boajara en una oficina, si bien ere bastante frecuente que una mujer de clase alta desemperiara esa clase de trabajo en el Paris de los aiios veinte. Durante la primera guerra mundial, muchas mujeres habian sustituido a los hombres en las granjas y las fabricas, pero hubieron de volver a sus hogares al terminar la guerra. El Gobierno tenia mu- cho empefio en contribuir como fuera a aumentar la tasa de natali- dad tras las catastréficas bajas en el campo de batalla, que ascendian «1.400,000 hombres, un veintisiete por ciento de los cuales tenia en- {re dieciocho y veintisiete aiios. En total, las mujeres trabajadorasre- presentaban slo el treinta por ciento dela poblacién activa l final de esta década. independencia Pero este fenémeno no era tan claro entre las clasesaltas, donde las mujeres lachaban por la igualdad de derechos yaspiraban a una mayor. En 1919 e instauré un diploma de bachlle ratito, o mame por teléfono‘ para que al menos oiga tuvoz! ‘Te dejo, corro a echar esta carta al buz6n. Adis, amor mio. ;Te abrazo con ardor y frenesi! ‘Tu Simone rato dirigidoa las mujeres, ycabe pensar que una de sus beneficiarias| fuera nuestra Simone. En una carta no incuida en esta recopilacién) menciona a su «pequeha secretarias, lo cual indica que ella misma no desempefiaba esta tarea, de lo que se puede deducir que su puesto en dicha oficina reflejaba su educacién y su nivel social. También es po- sible que trabajara a tiempo parcial en un negocio familiar, lo que ex- plicaria el tiempo libre y las libertades de que parece disfrutar. 4. No selleve el lector una impresion errénea de modernidad por elhecho de que Simone utilic el telefono, hace casi cien aos, Parisera ‘enesa época una de las ciudades mis modernas del mundo. El metro caxistia desde 1900, y anterioraesa fecha era yael telefono, Charles Bon- seul, felegrafsta jefe de la ciudad de Dousi, expone por primera vez el principio del mismo, en un articalo publicado en 1854 en la revis- ta llusration,titulado «Transmisin eléctrica de a palabra». Bien es

Vous aimerez peut-être aussi