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_——— Esencia y formas de lo tragico er KARL JASPERS of BUENOS AIRES CONTENIDO “tm a ei Fate Gore, (© 2 oy R Pee Oa. Yo 60 tai i ee eA hay OS Imani, Stet imcone ego, a Ralgin, el Art, Ia Poedin ceveeseress 9 Hl saber eigico 5 ‘Los objeoserigios en la poesia A, 1a Subjetvidad de to eigco 7” nvrprescione semstica deo tigi... 108 Ce etnEIIEEnEERIA! INTRODUCCION SOBRE LAS INTUICIONES ORIGINARIAS. LA RELIGION, EL ARTE, LA POESIA Es Jo propio del hombre como hombre dit sir su mirada hacia el fundamento de la verdad, ‘La verdad siempre existe en él y para él, me- iante un lenguaje, por oscuro y rudimentario ‘que date se, Con el filowofar metédico se produce un to, mas es por este intermedio por donde el hom bre cae en la cuenta de que no era fal est conciencia de la verdad que en un principio se habia propuesto alcanzar, En aquel filowolar ‘stin contenidas Jas originarias intuiciones es pirituales que, a partir de una tradieién inme- ‘moral, rasmiten al hombre la verdad bajo la forma de imigenes, acciones, historias. La fuer- 2a de lon itor, la autoridad de ls revelaciones, fl rigor en la condueta de la vida, consttuyen realidades, Las respuestas alas preguntas fan- damentales son dadas no en forma de reflexién. sino en Ia forma de inevestionables hechos coneretor —aunque en snodo alguno aparercan sn, yasras te dicho, y 2 nacer una desesperacién vacia de pensamiento, inconciente de si, un mero vivir del momento, un nibilimo, y, dentro de éte tuna eaética superstcién, A la larga también la ciencia seria tragada por el abismo, El inte- rogante fundamental det hombre, sobre qué sea Gate y qué puede ser; sobre qué resultaré de a, dejaria de plantearse y experimentase ‘con seriedad, para encontrar, en cambio, feti- ‘eamente, en nuevas metamorfoss, una respuet ta que el existir humano ya no comprende. El arte plistco, EL arte plistico da expresion lo que para nosotros consticuye lo visible Nosotros vemos las cosas segiin la manera en aque el arte nor ensesa a verlas. Tenemos periencia del expacio conforme a la configura: cién que le da el arquiveeto; tenemos una vi vencia del paisje en armonia a cémo en cierto modo aparece concentrado en el monumento ‘religion, troquelada mediante elaboracién, ai milado on un criterio de aprovechamiento, Experimentamos al hombre y la naturaleza de eonformidad con el modo en que la plistica, dibujo y lx pintura consiguen colocarlos en su caencia, Fs como si recin entonces todo ad- fquiriese propiamente su forma y mostrase su aspecto visible y alma, ocultos hasta ese mismo soreu ¥ FoMUAs 96 Uo TCO bs Es preciso distinguir entre el arte como te presentacion de un determinado ideal de be- Nea y el arte como una eriprografia metalic, Ambas coms devienen una sola, allt donde lt Delleza es el ser trascendente y este ser, lo be- lo, resutando todo propiamente bello en vir. tud de que cs. Nowotrom llamamos “gran arte” al metafsico, que, mediante lo visible, cons gue revelar el ser mismo, Fundamentalmente, Sélo es arte, por ende, una capacidad ajena Ia filogotla, la manera no traxcendente de re- presentar del natural: la accidn de decorar: Ia de producir algo seductor para los sentidos,e Ja medida en que todo esto, en ver de consti tuir un momento en lo metafisico, ogra aie- lac. La poesia. La poesia es, en el elemento del lenguaje por cuyo intermedio todos los conte- rides se conciben como representacones, la comunicacién de mis yasto aleance de lo que ha sido revelado. Desde la magia de las pala- bras de uso en el acto del sacrficio, hasta la representacion de los destinos humanos, pasan- do por la invocacién de los dioss, en himnos y plegarias, a poesta penetra todas las mani festaciones del ser humano. Ella es el émbito medular del lenguaje mismo, la ereacién pri mera en ef proceso de enunciar, conocer, ej 4 se. yasras ‘eutar, Ena forma’ de poesia ierumpe Ia primera fils. La poesia ¢el 6rgano por el cul aprehen- demos el espacio eésmico y todos los contends de nuestra etencia, de ls manera amis natiral y mis simple, Arrebatados por el lenguaje nos transfiguramos a nosotros misnos: Exatada por la poesia, lt fantasia articula’insensiblemente cen nenotros el musido e las representaciones, fen viru dens evales veeién nos eapacitamos para concebir de manera fecda nuestra reali dades, " EL SABER TRAGICO Guanto se a ekpieadd, por meio dé in- twicionesoriginaras, x la unidad de slid, ante, poeit, consttaye ¢ contenide conjunto de inne eonéiehcla.Exeraemon tn nico jemplo de este ‘eampo inconnensirable: To trigco ya fedencidn. Fxiste en las ras mur tacones de 1 tiga algo que es un elemento comin. Lo que proplamente ey aedniee« conemplado en sipectos dewcwradn, y To ‘que'es posible para Ia facraa del hosnbre, apa rece prometido y ejecitad taj forma de un objetivo final de eanguilids si estas intuigiones et cul Ta oso dado que ells setalan ante todo lo absirdo de 1a injuia, Pero eat’ loots no: puede rad mse de modo’ satisfactorio’ por imigenes de Pensani¢nto, aunque es susceptible de recibir mayor claidad filosieaéon el auxiio de una cerpretacion De ella nos siopinmon median- te la repeticidn ee inticones origina. 6 as yon Exte mundo carece de compensacién. En cierto sentido, y como éngano de la filowotia, esti ine corporado en este, aunque es tambien, como realizacién propia, algo que sobrepasa a In f- lowfin y que, no obstante, ex de nuevo aleanz= ble por Ia filosofia en ealidad de com distnta. ‘Los grandes fenémenos del saber trigico se presentan bajo forma histica. En el estilo, en Ja sustancia de sus contenidos, en el material ‘de las tendencas, poseen lon raygos de su época. Ningim saber es en su forma conereta univer- salimente intempora. El hombre tiene que con- ‘quistrlo siempre de nuevo para su verdad. En sus diferencia, Jot fendmenos de este saber son, ‘para nosotros, los elementos dados de la historia tas diferencias y los eontrastes de fas for- as historias ilumnanse vefprocamente, Crean ‘para norotros el fundamento de nuestras pro- pias posibilidades de saber y el espejoen el cual ‘A través de ellas obtenemos Ta apercepcién de los grados de la conciencia trigica, las pos Dildades de las interpretaciones del ser median- te lo trigico, los contenidos fundamentales en virtud de los cuales la redencién es hallada en Jo trigico. A partir del cusio hisérice del sax ber tnigico, desarréllase In sisterndtica de las ‘pibildades de interpretacién, RESERA MISTORICA ‘Faunciamos tas grandes manifestaciones del saber trigico, conforme a como éte se exprest ‘en cuanto ala isin y las obra: 1, Homero. — Hada y Sagas de los islandeses Leyendas heroics de todos lot pucblos, desde (Occidente a China 2. La tragedia griega: Esquilo, Sdfocles, Eu ripides. Slo aqui nace ls tragedia como poesia; «en To sueesivo todas dependlerin de ella 0 serin susctadas por ela (pasindo por Séneca) 3. La tragedia moderna en tres figuras na cionales: Shakespeare, Calderdn. Racine. 4. Lessing. La tagedia del dmbito cultural igermano: Schiller, y posteriormente el siglo x1, Otros poemas del error con su interroga iin por el ser: Job. Algunos dramas indios (que en s conjunto no son tragedias) 6. FL saber trigico en Kierkegaard, Dor toiewshi, Nictiche. Las leyendas de los hérocs mucstran la vision de lo trigico como algo comprensible de suyo, algo natural. Ain no tiene lugar ningtin de. bite del pensaziento, no se da ningiin impul- so hacia la liberaci6n, Su objeto lo constituyen, ry ean pores 1 desnudo padecimiento, la mucrte, la corrup. cién, la eapacidad de resistencia y lt gloria, La gran tragedia mace en el decurso de os tiempos (en la Hélade y en la Modernidad) e una ver y como en un proceso de combus: ‘én — canalizindose por Ultimo en los fend- ‘menos de formacién exética La tragedia griega es parte de un acto de) ceulto, Es la ejeeneién de un certamen en torno alos dioses y en torno al sentido de las cous; fen tomo a la justcia. Aparece primeramente (Esquilo y aun Séfocles) Tigada en la fe en el corden y la divinidad, en las medidas propicias y fundadoras, en la polis; posteriormente en bs Gada en todo eso, devenide ya histérico, pero no en Ia idea de la justicia misma, no en Ia dduda en el bien y el mal Enripides) Shakespeare aparece, por el eontrasio, en la ‘cena mundana: una weiedad ongullow se 1e- ‘onoce en sus agigantadas figuras, El ser huis no muéstrave ocupado en sus posbilidades y en sus riesgos, en su grandezs y en su pequeter, ‘en su humanidad y en su satanismo, en sno bleza yen su bajeza, en st jibilo por lx dicha de vivir y en su horror por las calamidades y el sniquilamiento de a vida, en sw amor, en 8 xenerosidad, en su franqueza y en su odio, #0 ‘strech y ceguera — y todo en ws plenitud: en 1a inolubilidad de sus problemas, en el desc labo final de sus realiziciones, sobre un fondo de ordensinientor favorables y del impasible y cevidente antagoninmo del bien y el ml Calderén y Racine son los puntos culminan: tes de la tragedia cristiana, La ragedia tiene qu sus nuevas y peculiares tensiones, En I far del destino y tos demonios surge Ia Proxi encia y lx gracia © también la condenacién, in Tugar del interzogante y del enmudeciie to ante los limites hummanos, todo esti sostenido por el seguro fundamento del més alli y del Dios que acoge Ia totaidad de seres y coms en st amnor, En gar de I incesante pugna por lo verdadero (que el poeta consuna en la sere de sus ereaciones), yen lugar del juego de cifras, la perfecciin de lo verdadero ests presente en cl saber acerca de Ta realidad de un mundo ‘aldo en el pecado original yen el conocimien: to de la divinidad, Pero con este tipo de pro- Dlemas, a decir verdad, lo tnigico se extingue frente a la verdad cristiana, Estas wagedias tin metafisicamente ligadas en Jo profundo de 1 fe eristiana y al mismo tiempo son de vasto hes. aleanee, pero en la eonfrontacién con § pare aparecen limitadas en Tos asuntos y pro- blemas, en la grandiosidad y riqueza de la fi: srs, en ln extension y ef aleance de ls visién, = som, asus [La tragedia absoluta como situaeidn sin nin- una salida en el comportamiento. general de 1 obra se ofrece tal ver en algunas de las era sgedias de Euripides, pero con posterioridad en Jos modernos dramas del siglo xox. Recién aqut se aleanza simuleineamente on la-no obliga toriedadexttia, la profundidad invondable, LA CONGIENGIA DEL. SER EN EL SABER TRAGIOO YL SEGURIDAD SIN TRAGEDIA iste la mayor de tas distancias entre bas caltutas en las que el saber trgico —y por en- de ambien ta tagedia, In epopeya y la novela ‘como fendmeno de este saber— esti exclaido, y It manifewacién de lo trigico en Ia concien- da del ser como determinante det comport siento de la vida, ‘Cuando observamos a los hombres en st ber trigico, aquel hecho produce en nuestro sentido histrico algo como. una ruptura entre las dpocas. Hate saber no es necesriamente un producto de la cultura superior, sino que pe de ser primitive: y. sin embargo, el hombre actin en este saber como si recién.hubiese propiamente despertado. Pues entonces esti él Frente a ls situaciones Nite en un desvosiego aque To impulis hacia delante: Ninguna sitsa- aman ¥ FORMA 10 THACICO 2 idm estable puede prevalecer dado que ningu: tna lo satisfce. Gon el saber trigico eomienza et movimiento histirica que no solamente tiene lugar en los suceios exteriores, sino en la pro- fundidad del ser humane mismo. FL saber pretrigico cs en si redondo y per fecto, Observa el dolor del houbre, au sufi rmiento’y bi muerte.Uneprofanda trite tan propio de este saber como un profunde ji Dio. La witera se da en el saber acerea del temo giro dela vida y la muerte, de Is mierte y ls resurveccién, de la eterna mutacidn de las cosas. El diot que mucre y resucita, la celebra cidn de las extaciones del aio come manifests idm de este morir y resuitar, constitnyen Ia realidad fundamental. Las intuiciones miticas de uma diona madre como distribuidora de la vida y una dios de lx muerte que da macimien: 10-2 todo, lo conserva y lo protege, lo ama y ceonduce a su estado de madutex, pero que tam bien vuelve a recogetlo todo en st seno, de- jindolo pereeer sin piedad alguna, aniquitan dolo en pavorosas catistrofes, som poco menos ‘que universales sobre Ia tier, Pero atin no constituyen un saber trigic, sino que won un tranquilizidor saber de lo pereeedero, el cual se sabe protegido, Es un saber esengialmente ahistdrico, ‘Tritase siempre de la misma real Pa ane gsr dad, Nada resulta particularmente importante todo es igualmente importante y desde siempre presente alli y despreocupada como que exist, EL saber trigico es inherente a 1s historic dad. El giro © movimiento circular constituye sélo el sustratum, Lo propio y verdadero es inreiterble y esti en movimiento. progresivo, ‘Una ver determinado no retomna jams Pero el saber pretrigica no silo se mediante el saber trigico, Tal ver lo que se pre- sume sélo como un precedente pueda sostener se en calidad de lo verdadero ens, frente a la ineuiciin fundamental trigica. Esta, a pests de su saber de toda desdicha, tarda en aparecer IM donde aleanza una arméniea imerpretacion del mundo y una realidad de Ia vida absoluta- mente correspondiente a ella. Esto acontecio en amplia eseala en la antigua China, pero de la manera mis pura y natural en ln China pre- Dbudista Toda Ia miseria, la desdicha y el ral sélo constivuyen perturbaciones.pasajers, verdadera necesidad de exitencia, No existe wn hhorror universal, ningtin rechazo o jusifca ida del mundo, ninguna acusacién en contra el ser y la divinidad, sino tan s6lo un lament, tuna queja. No aparece ningiin desgurramiento de desesperacin, sino un sereno soportalo to lo con paciencia, y morit, No hay alli om- ENA FORMA 10 TALC 8 plicaciones insoluble, ni tencbrosos rodeos, sino ‘que todo es propiamente luminow en el fondo, bello y verdadero, Lo terrible y lo expantoso son experimentados y su conocimiemto no es venor que el obtenido por Ia conciencia tri sgica en las culturas exclarecidas, Pero el dnimo de la vida permanece sereno, no interfere nin guna lucha, ningin obstinado desafio. Desde fl seno de una profinda conciencia histérica ‘mantiene el vineulo con ef fundamento inie- ‘morial de todas las coms, pero To que se busce ro €5 un movimiento historien, sino el perma rnente rexablecimiento de Jo eternamente real Y postivo, que es bueno y observa el arden. AIL donde hace su aparicion la conciencia trgica, se pierde algo extraordinatio, ana seguridad sin tragedia y una sublime humanidad en estado de naturales, un seatinse en el mundo como en cl propio hogar y una abundancia de intwiiones ‘oncretas, todo lo cual constitua loreal en Chi- nna, En. la fisonomia media de todos los dias, tuna China serena y desembsararada aparece jut toa un Oecidente malhumorado y confundido. EL SABER TRAGICO EN LA EPOPEYA Vin TRAGEDIA En la conciencia mitica, Ia desrmonia fun. damental del mundo est representada por Ia icidad de los dios: no ex posible sti facer a todos por igual: el culto de uno lesio- nna en algén lugar el eulto del otro: —entre sf Jos dioses estin empeiados en huchas cuyo tér ino tiene lugar en el destino del hombre:— os diotes mismos no son todopoderosos; sobre los, como sobre los hombres, impera la tene- brosa Moira, A la pregunta: por qué, de dén- de? existen muchas respuesas de conformidad ‘on cada situacién particular, pero ninguna res puesta ssfactoria, Se capta Ia exuberante rie fquera del mundo, la variedad de las pos ades frumanas, se experimenta Jo mis exter no. Pero no se busca con libre y desemibarazi- da energla la unidad del todo; de abt que tam- ‘poco el interrogante fundamental xe concentre fen una voluntad de saber exents de determi niacin, EI saber trigico en esta forma —en Home- +0— se cumple en el gozo de la contemplacién, fen el culto de los dioses, en esponténeos actor de resistencia y de firmera en las actitudes, sere ¥ romans me 0 ACD % La misma rexitencia, la misma obstinada oposicién frente al destino Iillanse por cierto también en el Edda y en las sagas, menos vigo- rosis que en Homero, pero més apasionadas y desmesuiradas sen su prineipio como un saber tigico @ medias: no distingue todavia los diferentes mo- dos de la ealamidad y la insondabitidad stima de Ia destruecién trigica. No anela todavia ke liberacién del alma, dado que éta tisfecha con un puro ¥ simple poder soportar. "Es como una precipitada suspensin de la pre- ‘gunta, una eaptacién del mundo y del fin me- ddiante una espontinen naturalidad, la que en lo pretrigicn slo logra diferencias en virtud dde'que ninguna armonia le encubre la dese ‘moula fundamental del mundo, En la tragedia griega es este mundo mitico el que consti serial. Lo nuevo es que fen el aber trigico ya no impera la tranquil dad, sino ques interrogante es impulsado siem- pre mis adelante. Las preguntas y las respuestas sleanzan su culminacién en las trasfiguracio- res de los iitos. Recién entonces logran estos tmiton su acabads madurer y profundidad, pero no pueden persist ya de manera constamte en hinguna forma o figura. El primer poeta de pensaniento sigue tasfigurindolos, hasta que concluyen consumidos en el sublime proceso ‘combustivo de una apasionada pugoa en toma ‘ala verdadero —en la forma de e908 diflogos del poeta con la divinidad— para dejar tras de si slo sus cenizas bajo el aspecto de imigencs pitas, siempre encantadoras, pero insotrens- bles Los interrogantes de cari ahora Flos: fico, aunque todavia bajo formas totalmente in- 28. por To mismo no flséfias aun en tn sentido metddicamente racional— van. ditigi- dos a los dioses: Por qué esto es ax zqué ex <1 hombre? 2a través de dénde es conducido? qué es el pecado, qué es el destino? ,qué son Jas normas del mundo de los hombres, y cul ess origen? zqué son los dioses? Se busca el camino hacia los dios justos y ‘benévolos, hacia tn solo Dios. ero en este cx ‘mino todo lo recibido de Ia tradicin se desmo- ona cada ver mis en la disolucién. No es po- sible atenerse yaa la norma del pensamiento racional sobre legalidad, bondad, omnipotencia, BI escepticismo 4 el término de esta orgullos, ‘isqueda que en su direceién peculiar sigue vi viendo todavia de los contenidos de la tradicién cexaliados a stv mis bella expresign de purer Pero este completo, absoluto convencimiento, ‘en a visién det pocta —materalizada en la fe widad de Dionios— quiere y produce mis que aquel antiguo deletarse en la eterna represen- tacién del mundo, los hombres y los dises. De ‘ste placer decia Hesfodo (Teogonia, 98 s), en alabanza de ls musas: Pues cuando alguien padece una nueva dev [eracia on #0 pecho dno we aie of eator, seridor de [as mas, ‘clea ns canto los hechos de Tos hombres, flo héroes det pando 1 lo dicho dies, moradores del vast {otimpo, ‘pronto olvida la pena y no piensa ya den [dovgrac Yas Tos dones de is dios Yo habrin transfor {mado de pronto: La tragedia quiere algo mis; la catarss del alma, Qué cosa sea en realidad esta caarsis, ni aun en el mismo Aristteles surge con precsin. Pero en todo caso tritase de un acontecimiento ‘que afecta al ser mistno del hombre. Es una es pecie de franquearse, de abrirse al ser, que no resulta de la vivencia de la mera contemplacién, sino de un ser afectado por ago: una apropiacio ‘de la verdadero mediante Ia purificacign de lo {que en nuestras experiencias de Ia vida nos en- ‘vuelve como entre velos, os encrv y nos trabs, cstrechindonos y encegucciéndanos. PREDOMINIO DE LA TRAGEDIA EN LA INTERPRETACION FILOSOFTCA DEL. MUNDO EN TA Ratscron De EL saber trigico se prevent en estas dos for ‘mas: en el saber mitieamente sencillo en vireu ‘de un aceptado y consistente mundo de la intui- ‘idm (en la epopeya) y en el saber, que intero- ‘ga miticamente, de una penetracién en la divin dad (en la eragedia) . De ambas formas surgen dos maneras de predominio de la tragedia: la interpretacién del mundo que ofrece Ia ilusta- idm, y a revelacién de tipo religion, ambas suficientes, No es Ia aseveracin especulativa del ser de tos presocriticos y de Platén, polarmente opues- ‘a aa tragedia y perteneciente a ella, sino laf losofia universalist de cuio racional que nace de In ilustracién de la época postaristtéica, la que sea las consecuencias del agnostic al- ‘anzado a través del proceso de la porsia de los ‘tigios, mediante la descomposicin, de todas las falas representaciones de Dios recibidas de Ja tradiién, Fila proyecta una armonia del To- eens ¥ roms 6 0 cn 2 ‘do, sobre cuya base concibe todas las disordan. is slo como desarmnonias relativas. Asigna var Jor relativo a la importancia del destino indivi- dual y contempla en el ser misino del hombre individalmente considerado algo inconmovible ‘que el destino mundano slo asume y desempe- fis como un papel exénico, sin por ello identifi ‘ane con él La att fundamental kia en cliaber deapoida ya de su volumen tigi, no ts ni I obtinda resienia del oe que s¢ ina ona mim ni acta dl alo prem, de lo uundano, in a apa, indole conmovible dla iniferecia Frente al saber trigio, Ia apatia flowin conmttye tm iberaeiin cent, Ell es sands pa ecm ae ieocech Scena heroin yobtinada seenca del bo ‘2 it sn posers past, x pobre de con- cei, marge hacia im mero panto de auto imeStn vaca de toch utancin, En segundo Inga rela en efecto, apenas rain pars el tombre En toa wu apratoniad no pata empe- ro de wer una tori que prctcamente fracas cla gran mayora de los hombres. De ahi que {lone rcana del mber tic y del vaco filo, una iberacién mis profunda. Y éta slo que le promete la religtn de la revelacén, EL hombre quiere ser liberado, y es libera Alo, Pero eto no lo logra solamente por sf mis ‘mo. Se le quita Ia carga de la irealizable em: prea. Fl serifcio de Cristo, la doctrina de Buida, no slo le ofrecen Ja mano, sino que ba can por él costs de las que sélo e¢ patticipe para liberaro, in la religidm de Ia revelacién judeo-r na, la desarmona de la existencia husana y el homabre, todo lo que como sragedia advie: ‘ne en el fenémeno, aparece subsumido en el origen del hombre: el pecado original enralza cn lt caida en el pecado de Adin. La salvacion surge de la crucifixidn de Cristo. Amtes de que 1 como hombre aslado asums sobre at Ia cul: it, Los intereses mundanos como t Aenados, el hombre esti en situacién de culpa insuperable. Es integrado en un fundamen dor proceso univeral de culpa y de redenci de las que es partcipe por sf mismo y no sola mente por si mismo, Ya es culpable por obra el pecado original y redimido por obra de la agracia, Toma entonces sobre si la cruz, cuando tno a6 deja venir sobre si el dolor de Ia exis: tencia humana, lo desarménico y desgurrado de {sta sino que lo elige voluntariamente, No exi- te ya ninguna tragedia en todo esto, sino que en su plena fecundidad irradia el resplandor de ta triunfante bienaventuranza de ta graci samen ¥ rons 10 edi s Desde este punto de mira, Ia redencién er liana se eoloca frente al saber trigico, La per sonal posbilidad de redencidn elimina el en- cierto sin slidas del mundo trigico, De ahi que noo haya una uagedia erstiana propiamente di cha, dado que en fa escena cristina el aiste- vio de la redencidn es el fundamento y el ém- Dito del acontecer, el saber trgico ext libe- rado de antemano en la experiencia de la per- feceidn y salvaciém mediante ln graca Por esta causa lo trigico como tal no tiene caricter de obligacin: el hombre se siente ex citado, mis no toeado, por lo trigico. Para ef cristiano lo esencial no puede danse en modo alguno en la tragedia. Lo religiono prepiamente cristiano se sustra a la poesia, ya que slo pue- de ser realizado existencialmente, y no conten plado desde un punto de vist estético, En este sentido, un cristiano acaso ha de entender a Shakespeare de manera insufieiente: Shakespea- se consigue exhibitlo todo, y muestra en cada posibilidad lo que ex el hombre. Pero lo r ioso —y slo esto se Je escaps, El cristiano sabe en toda su profunda experiencia respecto de Tas obras de Shakespeare, que éstas nada le dicen, ni siquiern romndo la cuestiin, de l0- 1c para él e le da en fe, Slo de una manera indirect Ye parece que Shakespeare conduce, a 2 oss ssa tuavés de una apertura de su obra, a través de lo inredento, por medio de lo impulsive, tcia- ‘mente y sin quererlo, hacia la posbilidad de la reidencin, Al cristiano se Je excapa la ustancia de este saber trigico. Pero 63 esto ~cuando erste f- loséficamente y se despliega Gloxifcamente pu 10= una manera, por su parte, del trasender, ‘una peculiar beracién para él, no reconocida desde el aspecto cristiano y que en la apatia fi Tosiiea ha perdido au exenci, ‘Todas las experiencias fundamentales del hombre son, en cuanto crstianas, no mis trie ica. La culpa se convierte en ua felix culpa ‘que hace posible la redeneién. La taicién de Judas posibitia el marttio de Cristo, funda ‘mento de la heatitud de todos los ereyentes.Cris- toes el simbolo més profundo del fracas en el undo, aunque no txgieo en modo alguno, sino de un fracasar que eonoce,plenifica y consma 1a perfeccin CARACTERES FUNDAMEN TArES DELO TRAGICO Lo trigico esti ante 1a intuicién como un acontecer que muesta el erucl exctante de la vexintencia, pero dela existencia humana, y exo ranean ¥ FORA 1 AKC? s cn ls redes envolventes del Ambito material det scr hombre. La intuicién de lo trigico opera, sin embargo, por sf misma tna liberacién de To tnigico, un modo de purifieacién y redencién Elser apatece en el fracasar Elser nose pier de en el fracas, sino que es direct y decidi- “damente perceptible, No existe ninguna trage- dia no trascendente, Aun en la tenacidad de Ta mera auoafirmacidn, en el momento de fan- dirs, frente a ls diotes y el destino, exinte un trascender hacia el ser que es propiamente el hombre y que como tal experimenta en el ins- ‘ante del. hundimiento. ‘La conciencia de lo trigico convertida en fun: damento de la conciencia del ser, se denomina ‘acttud trigien. Es preciso diferenciar Ia concen: ‘cia de lo perecedero de Ia conciencia trigict propiamente dich ELacontecer fetio hacia la declinaciin, el cx ricter de Ia vida como acontecer temporalmente perécedero, ex contemplado por el hombre como tun proceso cieular del devenir y del perecer y de un nuevo devenir, El hombre xe ve a sf mis: ‘mo en la naturalem formando unidad con e ‘ycomo naturaleza. Hay en esto un enigma pare el houbre, que lo hace estremecer. Qué es el alma que oponiéndose al tiempo se sabe eterna, sia de sustentarse en la finitud de su existencia '¥ como tal desaparccer lisa y Hanamente en la ‘muerte? Sin embargo, a eta condicién y a este enigma no log Uamamos trigicos, La conciencia propiamente dicha de lo trgi- ©, por la cual simulcineamente lo trgico se hhace real, no solamente comprende el sufrimien to y la muerte, no la mera fiitud y a lo perece. ero, Para que todo ext devenga trigico, ©: preciso que el hombre acti, que accione. $0 ‘mediante su propio hacer opera el hombre Ia ‘mada que lo envuelve, y después, mediante cs- inevitable necesidad, opera la calamidad, la rina, No es meramente la ruina de la vida co- to exten, oo I rai de td fod ‘meno de perfeccién. Es la exenciaespiitual del hombre la que fracasa en una inmensa riqueza e posibiidades, cada una de la cuales, merced uma peculiar materialiacién, hace aparecer y ala vez consuma el fracas, Gon el saber de lo trigico antdase desde el co ‘mienzo el impulso hacia Ia redencién, La dure- ‘ade lo trigio ese limite en el cual el hombre «es recogido no como de suyo en la capacidad de ter redimido; més bien halla en el acto de ser 4 mismo, mientras desaparece como existencia, 4a liberacién redentora, Esto acontece por virtua del mudo soportar en un no saber, en Ia igno- ‘ancia, en un puro poder aguantar, en una te eNein ¥ FORMA DL meio % acided inconmovible,y es la redencidn en ger nen y en forma menesteresa; 0 bien Ia libera: iin acomtece mediante el acceso a la intuicién {le lo trigico como ta, el cual, por obra de lucidacién misma, actia purificande. O tam Did acontece ya antes de la inewicién del acon- | tect trigico, en. los casos en que Ta vida Me- sada de antemano, mediante Ia fe, hacia ta sen da de la redencibn, apareciendo entonces lo te ico, desde un principio, como algo superado, fntes de st intwicgn, en el trascender hacia 10 supresensible DIRECCIONES DE LA INTERPRETACION DEL SABER TRAGICO I sentido de las tragedias que se nos ofre cen en la obra postica es imposible de reducir ‘una férmula dinia, Estas ereaciones constitu: yen tna tarea en el saber trigico. Situaciones, contecimientos, poderes sociales, representacio- hes de Ia fe, caracteres, he ab los medios por Jos que lo trigico hese manifisto en el fe émeno. ‘De todas las grandes creaciones poéticas nin- guna permite una isin interpretativa hasta s ‘mismo fondo, En ellas se ofrecen slo Tos linea- tnicmtos de wna interpretacién. Cuando su in: s ans jars terpreticién se logra exaustivamente por un proceso de pensamiento, entonces Ia creacién podtica resulta supeflua 0, mejor dicho, no exie fe de antemano una genuina ereacién podtica. Pero cuando Ia imerpretacién puede claborar dlaros lineamientos, entonees hace resaltar, del fondo de la visién no interpretads todavia, Ia ‘apuabilidad que ninguna interpretacién puede agouar. En las creaciones potticasadviene a su valider Jo que en el poeta es una construccén de pen- iento, Empero, cuanto mils en ells el pen: samiento se muestra como tal, sin hacer vivo fn ls figuras, tanto mis endeble renula la poe- sia. En ese caso es la tendencia florea, no bs fuerza de la visin de lo tigico, la que inspira Y produce la obra, aunque los pensamientor de Ja poesia pueden ser esencialmente filosificos, Después de haber representado el saber tri ico en general, nuestra interpretacin debe rs ponder ahora, por modo mis incidente, a tres interrogants: 1. Qué aspecto tiene la objetividad de lo twdgico? Qué forma tiene el ser y el acontecet trigica? 1a que ponte, va para eta de low gue comida pate Sin er at pes the past verdadero pdr; clase con su dee "Nada do fod le jet ol us" "toa aber, sein I ey, cal raga epi fo on que Ba perenne Tbe, on dpa de Iie de pl a were pene, dag pie ane in preening a ee cate hoor por seca, pon ee for fie neonemenc, a aectbrinieno ipo euch del rose ino de propie pare, que ann permanesr ne pls te et donerad, wove 4 ese Pero, equién es el asesino? Es preguntado Ti resias el vidente, pero no quiere contestar: Ay, funesto es el saber cuando ninguna recompensa le aporta al sabio, ‘Todos extis ya locos, nada revelané, para no tener que revelar tx desdicha Edipo lo apremia, Jo apostrofa, obligalo a Ihablar y excucha: él en persona es el reo que ha. profanado el pais. Edipo, golpeado de co que imposible, se burla del fementido, mali. ioto saber adivinatorio y busca apoyo ens propio saber, apuntalado en la razén, con el ‘cual dl =y no el adivino— pado vencer a la ‘sfinge. Eso lo consiguié él “por medio del ex ‘0 aleccionado por el vuelo de los pie Pero el adivino, a la saxén provocado al ex: temo, interpreta la espantota verdad a manera de preguntas Y¥ anuneio porque me injurias de ciego: UL ves, y viendo no ves qué profundo has [eaido, sabes aeiso de quién naciste, lo sabeo Entonces Edipo indaga. En el interrogatorio de su madre esclaréceele el sentido de Ia cus. ooseth ¥ FORMA Lo cio » sion querer saber, ser superior en Ia inves sgacién ¥en el conocimiento; —y no obstante perpetrar sin saberlo lo peor— con lo cual a ‘veces prosperan la vida y Ia fortuna hasea que el saber Yyuelve a destruftlo todo complete dad y vida, que no puede despejarse: Quien dijera que una eoléica divinidad ime ha enviado esto, eno diria lo justo? Retrocediendo horrorizado ante toda Ia ver ‘dad, prefiere morir a tener que conocerla in- togramente Mejor quisiera desaparecer ‘ela vista de los morales, antes que ver ‘oprimida mi vida por la cruel vergienza de exmafia desgracal En vano pretende Jocasa ortentalo hacia el ‘estado de iguorancia que no interroga, que ayuda a vivir: {Qué ha de temer el hombre a quien la fortuna gobiema y a quien no guia una segura [prevision? [Lo mejor cs vivir cuanto mejor se pueda No te espante el incesto con tu madre. ane aor Muchos son los mortales que en el sueio. se unieron con su madre, mas aquellos que no se cuidan de esta son los que viven mis apaciblemente. Aja esa indagacidn! ‘Mas ninguna seductora argumentacién_pue- ‘de mover a Edipo a ccultare In verdad despues de haber encontrado sus hells He de mirarla cara a cara, sin velos, Pero asi que aparece ante en toda su det iad, arrincase los ojos. En lo sucesivo s6lo ‘ontemplarin la noche, ya que no supieron ver: La crueldad que €l sulrié ni lo que hizo, El coro se pronuneia Iuego sobre la totalidad de ln vida humana: la vida es una locura, la ddestruceién de esta locura e¢ Ia ruina: Generaciones de mortales, sols semejantes a la nada Pues zquién entre los hombres recibe mis de dicha ‘que la precisa para ererse ichowo, y luego hundirse? Ech ¥ FORAS we Lo radio A través de tu ejemplo, ‘oh desdichado Faipo, a través de tw sino, de los mortals 3 ninguno considera dichono? Siempre ex Edipo, com au desco de saber y sit intcligencia superior, sobre el camino que no queria, Se despeia en Ja desicha de un saber que no presenta: ‘Oh ts desventurado por el deber y la fortunat Pero exe indeterminado deseo de saber y ‘ste aceptar incondicionado constituye, en el fracato, otra verdad. Con Edipo, el desventu- rado por obra del saber y el destino, vincilse, ‘través de la voluntad divina, un nuevo valor Sus huesos aportan prosperidad ala tierra don de descansin, AGinanse los hombres alrededor del muerto y reverencian su rumba Cimplese cen & mismo na fatima reconeiliacién, y en el proceso de ls cosas acontece esa reconciiacién [por obra de la sanifcacién de su tamba. 3 aun very 1186 1195, det Coro, han sido ve Aidos del erga greg, dado que, poe 2a ell a i ai Ge eset ae ‘en ligeramenteparsruendon. Lo mismo par Sg Se bot on tonin (8. del T) HAMLET? Ha tendo lugar un crimen que no puede probarse. El rey de Dinamarea ha sido ases nado por su mismo hermano, quien de inme- diato asciende al trono casindose con a expost el muerto, Un fantasma se To cuenta sélo a Hamlet, hijo del rey assinado, sin que medic ningin otro testigo. Nadie, fuera del mismo Vietimario, el rey usurpador, stbe del crimen, Seggin estin las cosas en Dinamnatea, nadie cee. tia en el crimen, easo de que se le comunicase. Para Hlamet el fantasma no es, a fuer de fan- ‘asa, un testigo de absoluta valider Lo mis csencial de todo no cuenta con ninguna prueba 4; no obstante, es algo poco menos que sabido de verdad por Hamlet. A wavés de ee vineulo 1a vida de Hamlet tiene um sinico objetivo, a saber: proba Io que eareee de pruebas y, pro Dado que estuviea, obrar en consecuencia, ‘Todo ef drama es la indagucién de Ts verdad por parte de Hamlet, La verdad, empero, no sélo consste en la respuesta a la interogacién aislada acerea de Tas condiciones del asesinato, 2 Por ls sguints Interpetcionss soy deuor en to earncial 3: Bart Werder Vorinongen uber Shaker peers Hamlet 1898180). 2 Net rin 1808 ancia x pORNAS BE LO Tec s sino en algo més, 0 sea: el estado actual del do es de tal naruraleza que pueden ocu- rir coma asl, que coms ai pueden permanecer ccullas, que cosas asi pueden sustracrse al es clarecimiento, En el momento en que el pro- ‘ema resulta muy claro para Hamlet, sabe tambiée que 1 tiempo ha salido de su carvil: oh maldito [destino, haber nacido para enderezarlol (1, 5) ‘A quien le suceda lo que a Hamlet —quien ‘cpa To que nadie sabe, pero sin saberlo a cien- cia cierta— el mundo se le presenta nuevo y diferente. Conserva para si lo que no le e posible comunicar. Cada hombre, cid situa- ‘ida, cada orden particular muéstransele a tr vés de Ia contradiceidn, en cuanto se convierten en medios de ocultacién de la verdad, no ver- ddaderos en s, Todo es frig, quebradizo, Todos hacen defeccién, eda no a st manera, incluso los mejores (Olelis, Lacrtes). “Oh seo, se- iin mareha este mundo, ser honrado signiticr ser un elegido entre diet mil” (11, 2) EL siber y el ansia de saber de Hamlet to separan del mundo, Dentro de éste no puede sentine a su medida, Desemperia el papel det

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