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LITERATURA HISPANOAMERICANA Y ARGENTINA.

UNIDAD II.
PROF. N. ALEJANDRA IGLESIAS.

UN PUNTO DE PARTIDA… Los inicios…

Los españoles, en 1492 con la toma de la ciudad de Granada, logran acabar con el último poderío
musulmán en su tierra. En el mismo año, se produce el descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón.
Comienza el proceso de conversión de la América indígena en América española. En esta época, ¿qué
hechos sobresalen en la historia europea?
1. Monarquía reemplaza al feudalismo
2. Reforma protestante.
3. Nuevos descubrimientos: la imprenta, la brújula, el papel, entre otros
4. Renacimiento y Humanismo ingresan en la Europa medieval, que deja progresivamente
caer sus misterios. Es el renacer del hombre, de la razón y del equilibrio.
5. Conflicto entre la fe y la razón.

Y en América, ¿cuáles son los hechos sobresalientes?


1- Los indios son constructores, grandes orfebres, artistas del telar, talladores de piedra y madera.
2- Mayas y aztecas poseen un lenguaje escrito de tipo jeroglífico
3- Comienzo de la fundación de ciudades con el arribo de españoles u portugueses.
4- Desarrollo del intercambio comercial.

Ha quedado literatura de las dos vertientes: producción indígena y testimonios escritos de los
conquistadores, viajantes o cronistas que venían con los expedicionarios con el fin de recabar datos del
“nuevo mundo descubierto”.

MARCO HISTÓRICO.

Para comprender la empresa del Descubrimiento de América es necesario conocer el marco social,
político, económico e ideológico en que fue gestada. Con su transición del pensamiento medieval al
renacentista, el siglo XV fue en Europa un tiempo de apertura del hombre hacia los otros hombres, hacia
la naturaleza y hacia lo cósmico, acentuando el individualismo y revalorizando el goce sensible y los
placeres mundanos, impulsado por deseos de riqueza, honra y fama.
Este siglo representó para España una época de grandes logros al mando de los Reyes Católicos: la
expulsión de los moros de su último bastión, Granada, la unificación lingüística de la Península
intentada mediante las normas que fijó la primera gramática castellana y la expansión territorial y
mercantil que siguió al descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo.
A Cristóforo Colombo se lo supone de origen genovés, aunque algunos historiadores dudan de ello.
Según Salvador de Madariaga, uno de sus biógrafos, Colón había comenzado su carrera marítima en
barcos corsarios y arribó a nado a Lisboa luego de que piratas franceses hundieran la nave en la que
viajaba. Una vez en Portugal inició una nueva vida marítima. Fue a los portugueses a quienes propuso
en principio la empresa de Indias y éstos la rechazaron por considerarla imposible para sus
embarcaciones. Esto motivó su insistencia ante los reyes Fernando e Isabel con la propuesta de buscar
una nueva ruta comercial para expandir la cristiandad. Con el apoyo de capitales ajenos a la Corona, los
Reyes Católicos accedieron a impulsar el viaje ya que Colón les ofrecía la única vía comercial con la
India y China que quedaba libre del poder portugués o turco. Luego del descubrimiento serán otras las
tentaciones que Colón expondrá a los reyes.
Quedaría por delimitar cuál o cuáles fue/ron el/los móvil/es que impulsaron realmente a Colón. Sobre
ésto también existen posiciones encontradas:

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- Deseo de encontrar al Gran Kan, emperador chino que Marco Polo había retratado
- Su idea del triunfo universal del cristianismo, tarea para la que sentía “elegido”
- La riqueza asociada a la búsqueda de oro.

Los cronistas y las crónicas:

Colón fue el primer cronista de Indias pero no el único. Algunos hombres que llegaron posteriormente
a conquistar y colonizar también quisieron dejar testimonio de su experiencia en el Nuevo Mundo en las
llamadas “crónicas”.
La escritura fue un elemento significativo de la conquista ya que cumplió una doble función: la
apropiación y la interpretación. Apropiación porque todo conquistador llegaba a América con un
escribano –incluso Colón-, tomaba la tierra, labraba un acta y enviaba una carta a los reyes en la que
hacía referencia a las cosas que ocurrían allí. Dichas cartas conformaron las crónicas y respondían a un
modelo estereotipado. Todas ellas:
- tenían un narrador en primera persona protagonista,
- engrandecían la propia imagen,
- añadían reclamos, quejas y solicitudes a los reyes.
Otra forma de apropiación fue la nominación de los lugares –los topónimos- que, por lo general,
aludían a personajes bíblicos o miembros del santoral.
En cuanto a su función de interpretación, la escritura fue fundamental para formar la idea de realidad
que los europeos se hicieron del Nuevo Mundo. Al encontrarse con un marco totalmente desconocido e
inesperado, Colón realizó su propia “lectura”, en una mezcla de realidad y fantasía. Ante todo, destacó
la abundancia desmesurada de la naturaleza, las fuentes de oro y plata y la gesta evangelizadora como
elementos de propaganda. Debía convencer a los reyes de los beneficios de la conquista y despertar en
los europeos el afán de riqueza y fama. Las crónicas posteriores se vieron influidas por este modelo
creado por Colón y reflejaron además las leyendas y las fantasías que circulaban en Europa sobre nuevos
mundos y paraísos terrenales.
Estas consideraciones nos introducen en una de las temáticas básicas de la literatura colombina: la
utopía.
La palabra utopía quiere decir “en ningún lugar” y fue creada por Tomás Moro en el año 1516 quien
fijó así en el Renacimiento las características de un género que critica el presente y propone una
solución que se realizará en un reino futuro donde todo es ideal. Sin embargo el tema de la utopía ya
había sido trabajado por la civilización grecolatina.
Al género de la utopía se ligan las siguientes temáticas:
a) El oro que tiene una doble simbología porque simboliza el sueño de riqueza y a la vez es
el elemento corruptor de la sociedad.
b) El lugar ideal, idealización de un marco natural, paraíso.
c) El hombre natural, visión del indígena como “noble salvaje” desprovisto de los efectos
nocivos de la civilización.
d) El trabajo: proyecto de unidad donde todos trabajan por igual, sentido comunitario de la
vida donde cada hombre es un elemento del engranaje social.

El hombre natural:
La primera mención que Colón hace de los indios es sobre su desnudez y deduce que esa desnudez
física se corresponde con una espiritual. Al ser su concepción del mundo religiosa, relaciona la ausencia
de vestimenta con el paraíso terrenal.

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Colón no reconoce la cultura indígena ni comprende su filosofía de vida. Por ejemplo, no puede
entender que en su sistema de intercambio el vidrio valga tanto como el oro. A partir de datos como ése,
se crea el mito del “buen salvaje”.
Esta visión colombina generó un gran debate entre los europeos sobre la condición humana o salvaje
del indio. Algunos lo proponían como modelo de la vida natural y feliz en oposición a los vicios de la
“civilización” europea. Uno de ellos fue Montaigne (moralista francés que reflexionó en sus Ensayos
sobre estos temas)
Frente a estas discusiones filosóficas españoles y portugueses debieron resolver qué hacer con el indio
y decidieron someterlo y esclavizarlo. El mismo Colón en viajes posteriores cambió radicalmente su
visión del “buen salvaje”. Los transformó en “violentos salvajes” y les impuso crueles castigos. Colón
se negó a ver al indio como una persona con los mismos derechos. Si bien decía que los indígenas eran
sus iguales e intentaba cristianizarlos, cuando ellos no quisieron entregarles sus riquezas, él utilizó la
fuerza para quitárselas. Lo mismo ocurrió con posteriores conquistadores, incapaces de reconocer en el
indio “otro yo”. Sin embargo hubo algunos cronistas que alzaron su voz contra estos desmanes.

[ACTIVIDAD Nº 1]

CONQUISTA Y COLONIZACIÓN.

¡Ay! Entristezcámonos porque llegaron ellos.


¡Ay del Itzá, Brujo del Agua,
que nuestros Dioses no valdrán ya más!
Este otro Dios que viene del cielo
Sólo de pecado hablará.
Sólo del pecado enseñará.
Inhumanos serán sus soldados.
Crueles sus mastines bravos.
(…)
Preparáos a soportar la carga de la miseria
que viene a nuestros pueblos
porque este katún que se asienta
es katún de miseria
katún de batallas contra el malo
las batallas del 11 ahau

CHILAM BALAM MAYA


Profecía sobre la llegada de los blancos.

Katún: unidad del calendario maya que equivale a un año aproximadamente.


Ahau: último día del mes maya.

Lo primero que impresionó a Colón fue la exuberancia de esa tierra a la que elogiaría en su carta del
14 de marzo de 1493, hablando de ríos y sierras. Junto con el descubrimiento del nuevo mundo
comienza a surgir el cálculo y la especulación sobre sus habitantes. Más allá de la historia conocida, ese
diario, el primer texto escrito en América, suma a su valor histórico el hecho de que anticipa y simboliza
todo lo que vino después.
Los que llegaron después, a principios del siglo XVI, pocas décadas luego del descubrimiento de
América, eran típicos hombres del Renacimiento y representaban fielmente a la España avasallante de
Carlos V , que triunfaba en el mundo y dominaba los mares. En ellos latían aún las bases fundamentales
del pensamiento humanístico: indagación de lo misterioso, afán por ampliar la fuente del saber y el

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conocimiento y propensión a la iniciativa creadora que, junto con los deseos de aventuras, los llevaría a
explorar lo desconocido. Pintarlos como la horda bárbara que sólo codiciaba el tesoro de los indios sería
simplificar demasiado la historia; también poseían la sed de nuevos mundos, el deseo urgente del
hombre renacentista de acceder a las distintas formas del saber que le habían estado vedadas durante la
larga Edad Media
Las primeras apariciones españolas en nuestro territorio tuvieron como motivo buscar un paso que
comunicara el Océano Atlántico con el Pacífico. De la expedición que , en 1516, desembarcó en el Río
de la Plata al mando de Juan Díaz de Solís (muerto por los querandíes), unos pocos sobrevivientes
serían, sin saberlo, los primeros que comenzarían a forjar otra historia. Alejo García, uno de aquellos
supervivientes, oyó hablar a los indios de un país lejano en donde abundaban el oro y la plata, y si bien
murió antes de regresar a España, tuvo tiempo para transmitirle la inquietud a sus compañeros.
Cuando en 1519 Hernán de Magallanes llegó a recorrer la costa americana, la corona española seguía
teniendo como principal objetivo la búsqueda de un paso entre los océanos; pero los navegantes ya
habían oído hablar de las fabulosas riquezas de esas tierras y detenían sus pasos o los prolongaban más
allá de lo debido buscando la fortuna legendaria que los sacaría de su vida oscura.
En 1518, Hernán Cortéz llega a México; en 1527, Pizarro traba contacto con la fabulosa cultura incaica
del Perú. Para ese entonces la conquista ya había comenzado. Una conquista que por lo accidental de su
origen, más que histórica parece literaria

PRIMEROS TEXTOS DE LA CONQUISTA.

Los primeros textos que provienen de esta época tienen un valor más histórico que literario. Escritos
en castellano (lengua que fue oficializada en España a partir de 1492), consisten en su mayor parte en
diarios de viajes y descripciones de lo visto en tierras americanas.
Por parte de Hispanoamérica se pueden citar las llamadas cartas de relación, que constituyen una
crónica sobre la conquista de Méjico; también sobre esta misma conquista pero muy posterior es La
verdadera historia de la conquista de la Nueva España, escrita por Bernal Díaz del Castillo en 1568.
Sobre el Río de la Plata escribirán Fray Luis de Miranda en 1546 –obra también titulada “Romance
Elegíaco”-; Ulrico Schmidel, crónica titulada “Derrotero y viaje a España y las Indias”, 1567 y, también
crónicas, Pedro Hernández y Ruy Díaz de Guzmán, entre otros.

“¿Y fue por este río de sueñera y de barro


que esos barcos vinieron a fundarme la patria? (…)
A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires
La juzgo tan eterna como el agua y el aire.”
Jorge Luis Borges
Fundación mítica de Buenos Aires.

El primer acto de la conquista española en el Río de la Plata fue la primera fundación de Buenos Aires,
a cargo de Pedro de Mendoza. Cuando este adelantado salió de España en 1535, lo que predominaba era
la obsesión por las riquezas. Se buscaba un camino que llevara al Perú, recién descubierto por Pizarro,
partiendo del Río de la Plata. El establecimiento fundado por Pedro de Mendoza debía asegurar las
comunicaciones con la metrópoli, para que las riquezas que ansiaban encontrar llegaran sin problemas.
Así, sobre las barrancas del Riachuelo, que pronto se llamaría La Matanza, nació la primera Buenos
Aires en 1536. Descripta por Ulrico Schmidel, la ciudad era un muro de tierra rodeando las
construcciones que servían de alojamiento a los expedicionarios. Su misma precariedad indicaba que,
más que otra cosa, este asentimiento era considerado sólo como un punto de partida en el itinerario hacia
el Perú..

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Hubo intentos de llegar a las riquezas peruanas y varias luchas con los indios. Los caballos y yeguas
que habían viajado a bordo les otorgaban a los españoles seguridad en el combate. Lograron resistir al
principio
Juan de Ayolas asumió el mando y partió en dirección hacia el Perú.
Convertida en base de operaciones, Asunción prosperó, en tanto que Buenos Aires decaía. La primera
ciudad fundada en el Riachuelo se extinguió entre el olvido del despoblamiento y el sitio de los indios,
mientras su fundador agonizaba y pasaban hambre los pocos expedicionarios que habían quedado con él.
Ulrico Schmidel en sus Crónicas de viaje y Fray Luis de Miranda, soldado y clérigo poeta acompañante
de la expedición, relatan estos últimos días de agonía coincidiendo los dos en un relato que los
impresionó por igual: enloquecido por el hambre del sitio uno de los expedicionarios llegó a comer a su
propio hermano

“Las cosas que allí se vieron


no se han visto en escritura
comer la propia asadura
de su hermano”

Dice Fray Luis de Miranda en su famoso “Romance elegíaco”, obra precursora del género poético en
el Río de la Plata. El modo octosilábico propio del romance es introducido en nuestra cultura por este
fraile quien, en sus 150 octosílabas de pie quebrado, es el primero en pintar lo que luego sería nuestro
país bajo un rasgo trágico: como una tierra que quedó signada por el carácter funesto de su primera
fundación. En el poema nuestra tierra aparece simbolizada como una mujer traidora que mata a sus
hombres.
Volviendo al texto de Schmidel, escrito en bávaro, el diario de este soldado que acompañó a los
primeros fundadores es considerado uno de los primeros y más valiosos testimonios sobre aquella época.
Con un estilo sencillo y desapasionado –en el que se narran escuetamente los hechos, sin torcerlos ni a
favor de la idealización del indio como víctima, ni de la heroicidad del español –tal vez sus escritos sean
lo más cercano a la historia que se haya relatado en esa época-. Algunos de sus capítulos nos ilustran no
sólo los hechos, sino también el carácter de los expedicionistas y de la fundación, por lo que su análisis
se hace interesante.

“Allí levantamos una ciudad que se llamó Buenos Aires. Esto quiere decir buen viento. También
traíamos de España, sobre nuestros buques, setenta y dos caballos y yeguas que así llegaron a dicha
ciudad de Buenos Aires. Allí, sobre esa tierra hemos encontrado unos indios que se llamaban
querandís, unos tres mil con sus mujeres e hijos; y nos trajeron pescado y carne para que
comiéramos (…)
Los susodichos querandís nos trajeron alimentos diariamente a nuestro campamento durante 14 días
y compartieron con nosotros su escasez de pescado y carne y solamente un día dejaron de venir.
Entonces nuestro capitán don Pedro de Mendoza, envió enseguida un alcalde de nombre Juan
Pavón, y con él dos soldados al lugar donde estaban los indios que quedaba a unas cuatro leguas del
campamento, se condujeron de tal modo que los indios los molieron a palos y después los dejaron
volver. Cuando el dicho alcalde volvió a nuestro campamento tanto dijo y tanto hizo, que el capitán
don Pedro de Mendoza envió a su hermano carnal don Jorge Mendoza con trescientos lansquenetes y
treinta jinetes bien pertrechados, yo estuve en ese asunto. Dispuso y mandó nuestro capitán don
Pedro de Mendoza que su hermano, Don Diego de Mendoza, juntamente con nosotros, matara,
destruyera y cautivara a los nombrados querandís, ocupando el lugar adonde éstos estaban. Cuando
allí llegamos, los indios eran unos cuatro mil, porque habían convocado a sus amigos…”

Este fragmento del capítulo VII resulta interesante por darnos una visión objetiva, casi imparcial, de lo
que fueron las relaciones indio-blanco.

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Tal vez sin mayor interés por hacerlo, Schmidel deja traslucir una cierta prepotencia blanca; como si
fuera natural y obligatorio que los indios compartieran con ellos “su escasez de carne y pescado. La
facilidad con que el blanco reclama su ración y pasa de una comitiva intimidatorio a un pequeño ejército
alzado en armas no aparece ni justificada ni condenada.

En este otro fragmento del capítulo IX nos muestra, en un estilo completamente distinto al de Fray
Miranda, el mismo episodio que impresionó al clérigo:
“La gente no tenía qué comer y se moría de hambre y padecía de gran escasez, al extremo que los
caballos no podían utilizarse. Fue tal la pena y el desastre del hambre que no bastaron ratas ni
ratones, víboras ni otras sabandijas; hasta zapatos y cuero, todo tuvo que ser comido.
Sucedió que tres españoles robaron un caballo y se lo comieron a escondidas; y así que esto se supo
se les prendió y se les dio tormento para que confesaran. Entonces se pronunció la sentencia de que
se ajusticiara a los tres españoles y se les colgara en una horca. Así se cumplió y se les ahorcó. Ni
bien se los había ajusticiado y se hizo la noche y cada uno se fue a su casa; algunos otros españoles
cortaron los muslos y otros pedazos del cuerpo de los ahorcados, se los llevaron a sus casas y allí se
los comieron. También ocurrió entonces que un español se comió a su propio hermano que había
muerto. Esto ha sucedido en el año 1535, en el día de Corpus Cristo, en la referida ciudad de Buenos
Aires…”

En otros capítulos observaremos el comienzo del fenómeno que luego devendrá en el mestizaje:

“En seguida quisimos entrar al pueblo, pero los indios que allí estaban se mantuvieron lo mejor que
pudieron y se defendieron valientemente por dos días. Mas cuando vieron que no podían sostenerlo
más y temieron por sus mujeres e hijos, pues los tenían a su lado, vinieron los carios y pidieron
perdón y que ellos harían cuanto nosotros quisiéramos. También trajeron y regalaron a nuestro
capitán Ayolas seis muchachitas, la mayor como de diez y ocho años de edad; también le hicieron un
presente de seis venados y otra carne de caza. Pidieron que nos quedáramos con ellos y regalaron a
cada hombre de guerra dos mujeres para que cuidaran de nosotros, cocinaran, lavaran y atendieran
a todo cuánto más nos hiciera falta…”

También resulta ilustrativo para conocer el modo de lucha de los españoles y de qué manera se
enfrentaba al indio:

“Pero los cerros no les sirvieron para gran cosa, los que no dejaron allí el pellejo, quedaron esclavos
nuestros. En esa sola escaramuza ganamos como mil esclavos, aparte de los hombres, mujeres y
niños que matamos”…

Los españoles aplicaron la política de la “tabla rasa”, es decir, que aniquilaron toda la cultura de los
nativos e impusieron al Nuevo Mundo sus costumbres, su religión, sus industrias, sus animales
domésticos y hasta sus plantas. Pero, a su vez, recibieron los efectos de los estilos de vida aborígenes,
es decir que se produjo una fusión e intercambio de influencias en un fenómeno que se ha llamado
“sincretismo”. Los conquistadores aprendieron de los indios a fumar, a construir y usar canoas y
piraguas, sus técnicas de cultivo y muchos procedimientos cotidianos que perduraron y se mezclaron
con los europeos.

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