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EL TRABAJO SOCIAL
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IMU
Lourdes Gaitan3. El objeto
¢Cudl es el objeto de estudio en el que se encuen-
tra interesado el trabajo social como disciplina? En
nuestra opinién, esta pregunta carece, hoy por hoy,
de una respuesta que goce de suficiente respaldo, a
de que se hayan superado ya tantos obsticu-
fos alo largo del proceso recorido por esta parcela
del saber y del quehacer humanos en busca de sus
sefas de identidad.
El principal error en que se ha caido al elaborar
una definicion genuina del objeto que nos ocupa ha
sido considerar la materia del trabajo social desde
tuna perspectiva préctica, que no conceptual. Es
decir, se ha ignorado que la aprehensién intelectual
de los problemas es una cuestién previa al modo de
resolverlos.
La urgencia en la bisqueda de remedios, que
caracteriz6 los comienzos de la profesion, puede
explicar el que todo esto ocurriera asi y que, incluso
en el presente (pues los origenes de cualquier movi-
miento condicionan su posterior desarrollo), conti-
ntie despertando més interés la descripcién del c6-
‘mo que la reflexién sobre el objeto de estudio.
En efecto, de la pregunta «zcuéll es el objeto?»
encontramos en la literatura sobre el trabajo social
frecuentes -llamémoslo asi- sucedéneos: cqué es
esta profesién?, cen qué consiste esta actividad?,
etcétera,
Item més, junto a este particular discurso, a
todas luces miope, se sitéan abundantes intentos de
definir el objeto de esta disciplina que olvidan dos
atributos 0 caracteristicas que consideramos im-
prescindibles: concrecién y relacién del objeto con
‘otros propios de saberes afines.
Todo ello provoca el desconcierto, al tiempo que
da pie a numerosos problemas, entre los que es
menester destacar el siguiente: la elaboracién de
métodos que guien el quehacer profesional de los
trabajadores sociales constituye, en estas circuns-
tancias, una tarea lena de dificultades,
66 Para cowpReNDER EL reasaro soctAL
A continuacién expondremos distintas definicio-
nes del objeto que se encuadran en alguna de estas
orientaciones: el individuo o determinada clase de
individuos; ciertas situaciones que sufren los indi-
viduos; las necesidades sociales como tipo especifi-
co de situacién y los problemas sociales.
«+ Elindividuo y la situacion
Swithum Bowers, en 1950, realiz6 un andlisis
del objeto, basado en 30 definiciones de trabajo
social que se habian publicado a lo largo de mas de
30 afios. Las conclusiones a las que llego fueron las
siguientes:
« de
Boris A, Lima, A su vez, los problemas que intere-
sanen la perspectiva dialéctica son los «problemas
particulares de las clases populares» de Vicente de
Pauila Faleiros.
Este movimiento twvo més acierto en sus plan-
teamientos que efectividad en sus resultados;
postura polémica frente al positivismo predomi-
ante desmonté algunos presupuestos y abrié otros
‘camino. Pero en cuantoa la definicién del objeto, y
en contra de fo que cabria esperar, no aporté una
conceptualizacién definitiva.
Quiza esto fuera debido a que también el movi-
miento estuvo fuertemente condicionado por la ur-
gencia de la practica: transformar la practica, fun-
damentar la préctica, alentar procesos te6rico-
practicos, son frases recurrentes en Ja literatura
iberoamaericana, Y asi, en lugar de redefinir el ob-
jeto, se limit6 a criticar los conceptos tedricos ya
existentes, El modo en que cuestioné la metodolo-
gia tradicional fue, no obstante, de provecho.
En todo caso, su busqueda de rigor cientificohacia plantearse a los estudiosos la necesidad de
defini el objeto del trabajo social. A continuacién
se exponen algunos ejemplos
Boris A. Lima estima que «la existencia del ob-
jeto 0 sistema de objetos es lo primero a determi-
nar». Considera que el objeto seialado hasta el mo-
mento por el trabajo social era «cualquier hombre
que precise ser controlado y dirigido». Sin embar-
g0, aftade més adelante, «al trabajo social en que
nos inscribimos no le interesa, a primera vista, el
individuo de forma independiente», sino el hombre
encarnado en una estructura de clases, que es la que
genera los conflictos, las desigualdades y los proble-
mas sociales (1986: 109-115).
De ahi que, en la perspectiva de una sociedad de
clases y de una regién subdesarrollada, lo que debe
considerarse como objeto del trabajo social es la
accién de! hombre oprimido y explotado, «el hom-
bre limitado en su praxis transformadora por una
estructura econémica que le es adversa y una super-
estructura ideolégica y politica qué lo aliena»
(1986; 115).
Como podemos observar, gracias a este autor
irrumpe con fuerza la idea siguiente: la estructura
social es el principal factor causal de los problemas
que afectan a las personas, No obstante, su formula-
cién del objeto podria reducirse a las categorias que
al principio reproducfamos: una clase determinada
de individuos y una situacién particular de los mis-
mos, debida a las caracteristicas del entorno.
Herman C. Kruse nos ofrece, en Introduccién ala
teorta cientifica del servicio social, algunas otras de-
finiciones de objeto y una interesante sintesis.
Al examinar los trabajos presentados al II Semi-
nario Nacional de Asistentes Sociales, en Sao Paulo
(1967), Kruse cita una aportacion de la Facultad de
Servicio Social de Ribeirao Preto, en la que se de-
fiende que el trabajador social tiene un objetivo
ropio, a saber: el hombre como objeto material y
E insuficiencia social como objeto formal (1976:
90). Con independencia del acierto en la terminolo-
gia, lo que nos interesa destacar en esta definicién
es una dimension universalista de «hombre» y la
seleccién de una circunstancia con significado, la
«insuficiencia social».
Otra aportacién muy interesante al tema del
objeto del trabajo social proviene de Antolin Lépez,
que es citado por Kruse (1976: 113) y asimismo por
N. Aylwyn (1980: 5), en los términos que a continua-
cién comentamos. Para A. Lopez, el «servicio social
como ciencia seria responsable sélo de una unidad
cultural constituida por la problemética vital de la
vida cotidiana». Esta cuestin vital conforma el
objeto del trabajo social y consiste en:
«las necesidades que las personas, grupos y comuni-
dades poseen en relacién a:
— procesos vitales necesarios;
— condiciones necesarias para la realizacion de
estos procesos en un determinado nivel de vida y
~ bienes necesarios a los procesos ylo condicio-
ness
No disponemos de los textos completos
les de este autor, en los que los parrafos anteriores
se inscriben. Pero, aun sin conocer los procesos se-
guidos para esta formulacién del objeto, nos parece
que supera lo concreto sensible y hace una cons-
truccién tedrica partiendo de elementos fundamen-
tales que identifica como significativos y propios
del trabajo social. La materia propia del trabajo
social asf definida debe desarrollarse, segin A. Lé-
pez, por una nueva ciencia que proporcione una
teoria basica necesaria, ya que los aportes de las
actuales ciencias sociales no son suficientes para
explicar estas circunstancias.
Por iltimo, el propio Herman C. Kruse, que tam-
poco desea entrar a fondo sobre el tema del objeto,
aunque deja entrever que su posicion est4 més cer-
ca de admitir que éste se sitda en torno alos proble-
mas sociales, nos ofrece la siguiente sintesis:
«Aunque el asunto noes tema frecuente de debate,
podemos inferir que existen al respecto dos posicio-
nes dicotémicas. Para unos, el objeto del servicio so-
cial es la repercusién en las personas de los proble-
‘mas sociales. Para otros, el objeto del servicio social
son los problemas derivados de la sociopatologia o de
la situaci6n de dependencia y subdesarrollo, Obvia-
mente, de una y de otra posicién se derivan modos
distintos de encarar la accién del servicio social»
(1976: 146).
pana compnenver EL TeaBw0 social — 69‘Asimismo destaca que, en la primera concep:
cidn, la teoria que sustenta al trabajo social seré
fundamentalmente antropofilica, y sus disciplinas
afines la biologia, la psicologia y la antropologia
filosdfca. En la segunda concepcién, la teoria sera
socifilica y las disciplinas mas proximas la econo-
ia, la sociologia, la psicologia social y la ciencia
politica
+ Un intento de construccién
tedrica del objeto
N. Aylwin, trabajadora social chilena, coautora
de un conocido libro de metodologia basica de tra-
bajo social, escribio un articulo que fue publicado
en el mimero 30 de la Revista de Trabajo Social,
Santiago de Chile, 1980, bajo el titulo de El objezo
del trabajo social.
Esta autora se plantea Ja posbilidad de definir
el trabajo social en términos de problema social
Para ello tiene en cuenta las observaciones de Bour-
dieu, Chamboredon y Passeron respecto ala ruptu-
ra del hecho real y a la construccién del objeto
cientifico mediante la eleccidn de lo esencial y la
eliminacion delo accesorio del hecho primitivo, Por
tanto, considera que «para el desarrollo de! trabajo
social como diseiplina es necesario entonces cons-
truir su objeto superando la nocién comin de pro-
blema social, formada a través de la sola préctica»
(1980: 6).
Aylwin expresa el ‘problema’ como «un obsticu-
lo para la obtencién de una meta e implica una
relacién entre un sujeto y un objetivo, y entiende
por ‘problema socal sla difcultad exstenteen una
sociedad para saisfacer las necesidades basicas de
sus miembros». El problema se produce en las rela-
ciones individuo-sociedad, y sus consecuencias
preocupan ay repercuten ex grupos amplios del
conjunto social
La autora entiende por necesidad humana «un
requerimiento fisiologico y psicologico del ser hi
mano, que persiste en el tiempo» (1987: 7) y es
biisica si desu satisfaccion depende el que el hom-
bre pueda desarrollarse como persona. Sila totali-
dad o un sector numeroso de un colectivo no alean-
zan a satisfacer esas necesidades basicas, nos en-
conlramos ante un problema social que de alguna
forma expresa un conflicto entre un valor social
70 tara cowrenoeR Ex renano SOCIAL
(cuyo objetivo es dar satisfaccién a las necesidades
sociales) y el comportamiento social real,
La génesis del problema se encuentra en las es-
tructuras econémica, sociopolitica y cultural del
sistema social global. En la perspectiva econémica,
Jos problemas sociales se ubican en aquellas capas
sociales que no tienen capacidad econémica para
satisfacer sus necesidades en el mercado. En la so-
ciopolitica, los problemas sociales se generan cuan-
ola arganizacién social impide o dificulta la satis-
faccién de necesidades de autonomfa, logro y parti-
cipacién, Desde la perspectiva cultural, los proble-
‘mas se relacionan con la privacién sociocultural.
Estas tres dimensiones estan relacionadas, y el pro-
blema social se expresa en las tres sirmultaneamen-
te
La propia naturaleza del problema social, su
origen estructural, hace que no se le pueda definir
como dificultad individual, y que su solucién no
pueda buscarse en el individuo, Sin embargo si se
manifiesta individualmente, adquiriendo caracte-
ristcas diferenciadas segiin las personas a quienes
alecte.
También los problemas individuales tienen ex-
presion social o incluso origen social. Es esencial,
dice Aylwin, dstinguir entre «los problemas indivi-
duales que encuentran su origen en el individuo
mismo y los problemas sociles que se expresan en
ese individuo de una forma determinadas (1980: 9).
El problema social como objeto de accién «no es
exclusivo del trabajo social», ya que otras ramas de
las ciencias humanas, asi como diferentes tecnolo-
as, se preocupan del estudio y tratamiento de
problemas especificos. Lo distintivo del trabajo so-
cial es la perspectiva totalizadora, su rol generalis-
taen cuantoa los problemas sociales y asimismo su
forma particular de aproximarse a éstos, al verlos
no ecomo abstracciones, sino encarnados en seres
humanos [..J, problemas psicosociales que se dan
en el area de interaccion entre el individuo y su
retio fsico, material y social» (1980: 9).
Bien es verdad que elaborar con rigor un objeto
del trabajo social requiere mayor detenimiento. Es
preciso para el gral rupture epee
que permaita ir mas allé del objeto real sensible y
reunit los elementos que componen la estructura
del objeto cientifico.Las reflexiones de Teresa Zamapillo sobre una
definicién rigurosa del objeto de trabajo social han
inspirado buena parte del contenido de este aparta-
do. Ahora es el momento de resumir su punto de
vista:
El objeto del trabajo social est compuesto por
todos los fenémenos relacionados con el malestar
social de los individuos, ordenados segiin su genesis
y su vivencia,
~ Seguin su génesis: la estructura de los proble-
mas sociales de los individuos que dan lugar a si
tuaciones de pobreza, privaciones morales, sociales
y culturales, dependencia y cualesquiera otras que
bloquean su autonomia
~ Segiin su vivencia: padecimiento del malestar
que provoca perturbaciones en sus distintas esferas
de relacion social, familiar, laboral y comunitaria,
Esta sistematizacién se ha realizado teniendo en
cuenta estos dos niveles de ordenamiento:
~ «Todos los fenémenos relacionados con el ma-
lestar psicasocial de los individuos». Este nivel es
una abstraccién del malestar social, mas de no ha-
cerse explicitas las necesariastategorias, se incurri-
ria en un error de indiferenciacién con respacto a
otras disciplinas
~ «Ordenados segiin su génesis y su vivenciav.
Este segundo nivel de ordenamiento delimita tanto
lo objetivo como lo subjetivo de la materia La falta
de conexién entre ambas ~objetividad y subjetivi-
dad-llevaria @ un tipo de intervencién indiscri
nada. En otras palabras, el trabajador social se con-
vertitia en un sensor 0 detector de necesidades y
conllictos; con independencia de cémo fueran vivi
dos éstos por los individuos, el profesional se veria
obligado a aplicar indiscriminadamente los recur-
s0s.
+ Conclusiones
Eneste apartade hemos dado cuenta della plura-
lidad de formulaciones del objeto del trabajo social
Ahora nos disponemos a relacionar las elementos
comnunes de los enfoques expuestos
Las ideas de individuo-situacién-problema-me-
dio social indican que, en el proceso de creacion
formal del objeto del trabajo social, lo espectfico y
diferenciador del mismo consiste en alguna combi-
nacién de las mismas. Elegir la génesis de los pro-
‘blemas y su vivencia como medio de analizar la
interaccién entre el individuo y su medio social
constituye un punto de vista tremendamente iti.
Se arranca de una concepcién del hombre como
ser interactuante con otras hombres, por lo que
recoge, traducee incorpora los mensajes que recibe
de los otros y a su vez actiia para acomodar su
accién a lo esperado e influ en los comportamien-
10s de los demas
En las interacciones del hombre con su medio
surge una relacin problematica que obstaculiza cl
desarrollo de aquél. En la génesis de ese problema
se encontrarian fenémenos estructurales; tanto de
la estructura social (sistemas culturales, organiza-
cign social, estructuras de clases, mecanismas de
poder, etotera), como de la estructura de la perso-
nalidad (capacidades, actitudes, condiciones mora-
les, avtonomfa o dependencia, etcétera).
Bl cruce de ambas estructuras nos sitiia en el
nivel psicosocial o sociopsicolégico por el que se
interna el trabajo social
Lavivencia personal de estos endmenos se refie-
reala experimentacién de los mismos por el propio
individuo que x enfrenta a ellos
Genesis estructural y vivencia personal deben
considerarse simulténeamente por varias razones.
En primer lugar, porque de ese modo se asume que
existe cierta responsabilidad del colectivo, tanto
respecto a las causas como sobre las consecuencias
de las disfunciones de la vida social. En segundo
término, porque se reconoce al individuo como su-
jeto auténomo, tinico y diferente, duefio de sus ac-
tos y protagonista de su vida, actor y no receptor de
los asuntos que le afectan,
La consideracidn de los problemas de interac-
cidn nos conduce a Ja nocién de malestar como
‘opuesta al concepto de bienestar. Malestar personal
(Gentimiento o posicién de desventaja en el indivi-
duo) y malestar social (la asimetrfa de los grupos
sociales que es causa y consecuencia de desigualdad
y de injusticia); ambas son circunstancias de la
persona que bloquean su crecimiento e imposibili-
tan una vida digna
mira comreenner -resawosocia, — 71El malestar esta en la base del conflicto del hom-
bre con su medio, Si el objeto del trabajo social se
orienta preferentemente a lo relativo al malestar
personal, el objetivo de su intervencién sera sobre
{odo la adaptacién. E] método ira entonces dirigido
al conocimiento de la estructura de la personalidad
yal cambio de actitudes gue mejore la adaptacion
del sujeto. Este seria el enfoque psicologista.
Por el contrario, desde un enfoque sociologico, si
se apoya en la consideracién del malestar social, el
conocimiento preferible ser4 el relativo a la estruc-
tura social, y el método ira dirigido a una capacita-
cion para él cambio de las circunstancias que per-
mita mejorar la situacion personal.
La consideracién simulténea de razones obj
vas y vivencia personel del malestar, en la formula-
cin del objeto, volveria a situarnos en el plano de
lo psicosocial, punto de interseccién entre el indivi-
duo y su medio, ya destacado por Mary Richmond.
4, Rasgos de un lenguaje espeifico
Hemos visto como la ayuda a los demés («una
préctica social nunca extinguida») dio lugar a lo
que hoy se entiende como trabajo social: una disci-
plina que ha buscado con ahinco su objeto de estt-
dio y una profesién con un cuerpo de técnica y de
métodos que es perfeccionado sin cesar.
Este proceso (conceptual y préctico) forma parte
de la evolucién experimentada por la divisién so-
cial del trabajo, asi como acompaia en su desatto-
lo a cuantas parcelas del saber humano se relacio-
nan con la del trabajo social.
En este apartado se presta atencién al lenguaje
que esta disciplina crea y utiliza a lo largo del
tiempo.
El trabajo social, como cualquier otra materia,
primero identifica la parte de la realidad por la que
se interesa y, después, selecciona las propiedades
esenciales de su objeto, para, por ultimo, definir las
relaciones entre estas caracteristicas. Surgen asi los
conceptos como significados de los heches, como
productos elaborados desde una experienicia com
partida y como conjunto de instrucciones relativas
a la definicién de los hechos.
Los términos con que se expresan estos concep-
72. para compRenven ex reaBivo soctaL
tos adquieren una dimensidn diferente y propia pa-
a los que comparten ese saber especifico, que no es
conocida ni compartida por los ajenos a la misma.
Por eso, el establecimiento de un sistema de con-
cceptos se asemeja a la formacién de un lenguaje
comtin.
El dominio de este lenguaje constituye parte de
las sefas de identidad de los iniciados en la discipli-
na en cuestién. Como controladores de un conoci-
miento y de una actividad, éstos desarrollan lo que
Berger y Luckmann denominan «subuniversos de
significado» herméticos y poco accesibles a los pro-
fanos, que sirven de refuerzo de su reconocimiento
como especialistas en un campo, asi como de apoyo
a la eficacia de su accién.
Cada término de este lenguaje denota, como de-
cimos, cierto significado sobre el que existe consen-
so suficiente entre los usuarios de! mismo, pero los
vocablos empleados tienen también un significado
dentro de otros marcos de referencia. De ahi la
importancia, para toda ciencia o disciplina, de defi-
nir -y, en su caso, redefinir- expresamente los sig
nificados de los érminos que utiliza y los compe
nentes del sistema de conceptos construido,
E| trabajo social no escapa a esias lineas genera-
les, antes al contrario, quiz4 por su juvenuud y a
falta de otros elementos diferenciadores, busca cier:
ta autoafirmacién en el manejo de una jerga cuya
significacion puede asemejarse a la psicoldgica, la
clinica e incluso a la juridica o la econdmica. Sus
connotaciones tienen un valor especifico en trabajo
social, en cuanto se refieren a unos cédigos éticos
vigentes desde antiguo e incrustados en Ia esencia
de la disciplina, 0 a unas pautas de accién suficien-
temente generalizadas
El Diccionario de Trabajo Social (segunda ver-
sion revisada, 1988) de Ezequiel Ander-Egg contie-
ne 1.318 términos habituales de este carapo. Es la
tnica obra de este estilo escrita directamente en
castellano, En palabras de su autor, se trata del
registro literario [...] de la jerga del trabajo social
de los paises de habla castellana entre 1970 y 1981»,
en la que eran comunes, ademas de términos espe-
cificos de trabajo social, otros de la sociologia, psi-
cologia, antropologfa cultural, etcétera, usados con
‘mucha frecuencia junto a aquellos.
Nuestro propésito es detenernos en el sentido y