CRITICA DE LIBROS
‘SECHER, Reynald.
Le génocide franco-tran-
gals: la Vendée-Vengé
Paris, Put, 1986. Preface
de Jean Meyer, Avant-
Propos de Pierre Chau-
nu.
crimica
Dentro de la copiosa bibliogratia sobre las guerras de
Vendée, el libro de Reynald Secher supone un hito de
primera magnitud, no solo por su contenido sino tambien
or fepresentar como se ha destacado en repetidas
‘ocasiones, la entrada de la historiografia vendeana en el
‘mundo académico, pues nos encontramos ante una tesis
de estado dirigida por Jean Meyer, alentada por Pierre
‘Chaunu, y presentada en la Sorbonne el 21 de septier-
bre de 1985.
Laobrade Secher parte de unplantearrientonovedo-
80, como es estudiar la realidad de Vendée bajo el
‘Antiguo Regimen, descubriendo a través de los cuader-
‘nos de quejas que, en un principio, los ideales de la
revolucion eran comparides por los habitantes de la
zona. Sin embargo, es precisamente esta esperanza
inicial la que se vuelve en detrimento de la revoluctén. La.
nueva administraci6n demuestra ser mucho més centra-
lizada que la anterior, y totalmente independiente de la
voluntad de los puebios sobre los que ejercia su autor-
dad, pues sus cargos son etegidos por el poder central;
los impuestes no slo na disminuyen, sino que aumentan
de forma considerable; las circunscripciones militares,
siempre impopulares, se ven considerablemente aumen-
tadas y. por si fuera poco, el clero, que en buena parte
habia recibido bien la revolucién, es perseguido por las
nuevas autoridades al negarse en su gran mayoria ajurar
‘su constitucion civil, El descontento se incrementa con el
paso del tiempo, ante la constante negativa de los pode-
res publicos @ hacerse eco de los sentimientos de la
ppoblacién, y la persecucion de los curas no juramenta-
‘dos, que siguen contando con el aprecio de sus antiguos
feligreses y paisanos (muchos se ven obligados a refu-
Giarse en cus lugares de origen, donde siguen desarro-
Nando su labor pastoral).
En todo el teritorio conocido como la “Vendée Milter”
‘sevan produciendodiversos incidentes, ysonconstantes
Jos chogues entre la inmensa mayorta de la poblacion y
{os patriotas locales, protegidos pora guardianacionel y
las fuerzas del ejército, posturas que Secher relaciona en
parte conlos diversos estratos sociales (aunquehace ver
también la ditsion interna de los mismos), sibien éste es
unaspecto que apenas desarrolla (tal vez por considerar-
lo tratado por la obra de Tily). La revuelta esialla cuando
en marzo de 1793 una nueva leva ponga alos vandeanos
nel dilema de enviar su juventud a combatir en pro de
unos ideales que no compartia, dejando ademas su pals
_amerced de las ropas ocupantes, olanzarse el combate
para consequirla expulsiOn delos intrusos ya devolucién
de ‘los buenos padres’ .
Sinhacer demasiado hincapié en los aspectos milts-
‘es del conficto, de sobra conocidos, Secher estudia la
‘administracién civil y militar de los vandeanos, as! como
las medidas tomadas por las autoridades republicanas
ppara reprimirios, no dudando en poner ante los ojos del
lectortodal crudeza deun combate cuyos rasgos de sal
vvalismo son difcimente creibies. De hecho, nose trata de
vi, sino que como sefiala acertada-
autoridades republicanas esta la in-
tencién, diversas veces explicitada, de acaba fisicamen-
te con toda la poblacion. Hasta tal punto, que una vez.
derrotada la primera insurrecci6n vandeana, los antiguos
testos de ejército catblico y real vuelven a alzarse en
‘armas, pues nada tenian que perder, y a pesar de las
‘promesas en sentido contrario eran asesinados cuantos
'8e presentaban a deponer las armas. La convencion
termidoriana frmarélapaz con Charette yStotfleten 1795,
pero ante el incumplimiento de algunas de as clausulas
del tratado (sobre todo las referentes a Luis XVII) estalla,
tuna nueva guerra que acabard con la muerte de amibos
‘caudillos, siblen la paz no se consigue hasta las medidas
coneciiadoras de Napolen.
‘Al final de la obra, Secher trata de establecer un
balance final de las pérdidas experimentadas como
‘consecuencia de las guerras de Vendée. Por lo que a la
poblacion se refiere, se limita a restar la existencia en
1802 a la que habia en 1792 y considera las 117.257
personas de diferencia como las pérdidas humanas dela
‘guerra, aspecto que creemos que habria que matizar
fenormemente, pues por un lado supone ignorar las per~
sonas de otras regiones que pudieran morir durante la
Ccontienda (sobre todo efectivos del ejército republicano)
y la evolucion del crecimiento vegetativo. En cualquier
caso esta cifra supone el 14,38% de la poblacion de la
“Vandée milter’. liegando al 20% en algunas zonas
(Maine et Loire). Probablemente donde la obra de Secher
sea mas espectacular es en el aspecto referente a las