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PEQUEÑO MANUAL DE LA GUADUA

Trabajo de investigación: Prof. Félix E. Díaz


GENERALIDADES
LA GUADUA angustifolia Kunth, SUS POSIBILIDADES Y RENDIMIENTO Ante la pregunta:
'Qué es la Guadua angustifolia Kunth y qué posibilidades nos ofrece? Podemos hac
er una breve descripción introductoria -que más adelante se irá ampliando a trav
és de este trabajo- diciendo, que la Guadua angustifolia Kunth (Bambusa guadua H
y B), denominada popularmente en Venezuela como Guafa o Guasdua, es una de las
especies del Bambú. Botánicamente el Bambú está clasificado como Bambuseae, una
tribu de la familia de las gramíneas. Las bambusas se encuentran alrededor del m
undo entre los 35 grados latitud norte y los 47 grados latitud sur, exceptuando
a Europa que no posee especies nativas. Donde mejores características presenta e
s en una amplia faja del anillo ecuatorial del continente americano. En América
existen alrededor de 320 especies de leñosas, pudiéndose reconocer variedades de
ntro de la especie, por lo que se han establecido pequeñas variaciones de esta G
uadua denominadas "formas", tales como Guadua macana, Guadua cebolla y Guadua ca
stilla. Estructuralmente está constituida por un sistema de ejes vegetativos seg
mentados, formando alternadamente nudos y entrenudos, los cuales son diferentes
en el Rizoma, el Tallo y las Ramas. El Rizoma no sólo sirve como anclaje y apoyo
radicular de la planta, sino que almacena los nutrientes que han de ser distrib
uidos y procesados por ésta, sirviendo, además, para la propagación vegetativa m
ediante su ramificación. Su tallo aéreo se caracteriza por tener forma cilíndric
aa y entrenudos huecos, separados transversalmente por tabiques o nudos que le i
mparten mayor rigidez, flexibilidad y resistencia. Su diámetro varía según la va
riedad, clima, suelo, etc., dependiendo también del punto en que se mida a lo la
rgo del tallo, ya que puede presentar diámetros en su arranque basal que varían
entre 11 y 20 cm (según la variedad) hasta menores de 3 cm en su extremo apical.
Su tallo es acuminado, es decir, que presenta una reducción continua y uniforme
a lo largo de su longitud total, la cual puede sobrepasar los 30 metros en algu
nas variedades. El espesor de las paredes del tallo varía de 1 a 2,5 cm., según
la ubicación del mismo. Tiene un amplio rango altitudinal que va desde el nivel
del mar hasta los 2.100 mts.; alcanzando su mejor desarrollo en altitudes que no
sobrepasan los 1.800 m.s.n.m. Requiere de una buena distribución de la precipit
ación pluviométrica durante todo el año, con valores comprendidos entre 1.300 y
4.000 mm., dentro de una humedad relativa no menor del 80% y temperaturas entre
15°Cv36°C.
Para su mejor desarrollo requiere de suelos fértiles y sueltos, con mediana prof
undidad, especialmente arenolimosos, arcillolimosos y francos, provenientes de a
luviones de ríos o de substratos (nacimientos de ríos y quebradas) aunque, ocasi
onalmente, se le encuentra en lechos cenagosos, siempre y cuando la presencia de
l agua no sea abundante ni permanente, porque prefiere suelos húmedos pero bien
drenados. Es sorprendente la cantidad de usos que le han dado a las bambusas los
pueblos que han tenido el privilegio de poseerlas, principalmente en el sureste
asiático, a pesar de que sus especies no poseen las características de resisten
cia, elasticidad y duración que presentan las variedades de la Guadua angustifol
ia típicas de América. La Guadua angustifolia, durante el crecimiento de su tall
o aéreo alcanza elongaciones verificadas hasta de 30 cm. en 24 horas; crecimient
o superado por algunas bambusas del Japón, pero jamás alcanzando por otro tipo d
e planta terrestre. Una vez concluido el crecimiento del tallo comienza el proce
so de formación de las ramas básales y apicales, así como la aparición de las ho
jas típicas y terminación de la caída de las hojas caulinares. Su multiplicación
es también sorprendente, si se tiene en cuenta que cada rizoma de esta variedad
produce, por lo general, un tallo anualmente, sin necesidad de hacer resiembras
, como sí ocurre con las especies maderables, en las que se cosecha el mismo núm
ero de unidades que se han sembrado. Aunque la reproducción sexual o por semilla
es difícil en este género, hoy en día esto se ha superado al disponer actualmen
te de diversos métodos de propagación asexual o vegetativa, lo suficientemente c
onocidos y experimentados para garantizar la viabilidad y rapidez requeridas, qu
e tan solo 20 años atrás eran prácticamente desconocidos. Entre ellos, merece ci
tarse la reproducción "In vitro ", con la cual se consigue una propagación tan v
oluminosa que, partiendo de una sola yema axilar proveniente de una planta adult
a, se obtienen potencialmente, en 14 meses, algo más de 16.000 nuevas plantas. A
l llevar estas plántulas al vivero para prepararlas para el trasplante y al semb
rarlas definitivamente en el área de cultivo, a una distancia en cuadro de 4x4 m
etros, se logra una densidad de 625 matas por hectárea. Al cabo de 6 años -conta
ndo con una adecuada asistencia técnica-las 625 plántulas sembradas inicialmente
se convierten en cerca de 7.000 tallos aprovechables. Lo que equivale a decir q
ue, una vez estabilizado el rodal, su producción se incrementa automáticamente,
sin necesidad de resiembra alguna, como ya se dijo, presentándose un aumento en
progresión geométrica que permite que, en menos de 12 años, las 625 plántulas in
iciales se transformen en un rodal colmado de tallos en constante aumento, el cu
al se va extendiendo periféricamente al comprometer su espacio interior, por lo
que deben programarse entresacas de Guadua sazonadas, cada año, equivalentes al
20% de su población total, para que su crecimiento sea sostenido y controlado en
condiciones normales. La posesión de un rodal de Guadua angustifolia en una finc
a, preferentemente en las orillas de un río o caño, a la vez que preserva las ag
uas, teje las orillas de posibles derrumbamientos por las avenidas, constituye a
l mismo tiempo, una fuente ascendente de ingresos y garantiza, por ende el sumin
istro de un material versátil, seguro y confiable, propio para múltiples usos en
el agro, destacándose el de la construcción de diferentes edificaciones, tales
como vivienda e instalaciones para el manejo de ganado y para actividades agríco
las. Finalmente, por su rápido crecimiento, por sus relaciones peso-resis-tencia
y costo-beneficio, está llamada a ser una de las soluciones económicas más prom
etedoras para enfrentar el actual problema del creciente déficit de vivienda rur
al que, tanto cuantitativa como cualitativamente, padece, no solo Venezuela, sin
o la gran mayoría de los países centro y suramericanos y del Caribe. SU DISTRIBU
CIÓN EN AMERICA La extensa familia de las gramíneas comprende aproximadamente 10
.000 especies, distribuidas en todo el mundo en unos 600 géneros. Constituyéndos
e por su volumen en una de las familias más importantes del reino vegetal. Compr
ende, entre otras, plantas de producción cerealera para alimento humano como el
maíz, la cebada, el arroz y el trigo, diversas clases de pastos para alimentació
n animal como el King grass, la Guinea, el Gamelote, el Yaraguá, etc., y se dest
aca dentro de la familia, la tribu de las bambuseae, llamadas vulgarmente bambúe
s, las cuales existen en todo el mundo cerca de 47 géneros y 1250 especies, dist
ribuidas en mayor proporción en las zonas tropical y subtropical, que conforman
el anillo ecuatorial terrestre. En todo el continente americano, las especies na
tivas se desarrollan entre los 47° de latitud Sur en Argentina y Chile hasta los
29° de latitud Norte en Méjico, área en la cual se desarrollan, según Hidalgo (
1992), alrededor de 440 especies nativas (320 leñosas y 120 herbáceas pertenecie
ntes a 41 géneros [20 leñosos y 21 herbáceos]). De entre los 20 géneros leñosos
americanos, el más sobresaliente de todos por su mayor diversidad de usos, mayor
diámetro y altura, mayor versatilidad y mejores especificaciones mecánicas, es
el género Guadua, constituyéndose en el más importante género de la América trop
ical. De las 32 especies conocidas y clasificadas que comprende actualmente este
género hay alrededor de 11 denominaciones gigantes por su gran desarrollo, de l
os cuales solo 6 han sido identificadas y clasificadas. USOS DEL BAMBÚ Y DE LA G
UADUA Referente a los múltiples usos que los orientales le han dado a ciertas va
riedades de la Bambusa asiática, incluiremos a continuación algunos de los mucho
s que nos menciona Hidalgo (1978), así: "Desde épocas prehistóricas, el hombre a
siático ha obtenido de esta planta alimento, vestido, vivienda,
herramientas, instrumentos musicales, armas, transporte, juguetes e infinidad de
objetos de uso doméstico" "Para muchas tribus indígenas como la Piyuma y la Tag
alo de la Isla Formosa (hoy Taiwan) llegó a ser un elemento tan indispensable pa
ra su subsistencia, que lo consideraban como un dios" "En la India, los Vedas fu
eron los primeros en aprovechar la elasticidad del bambú, construyendo en sus vi
viendas arcos y bóvedas de diferentes formas, que luego sirvieron de bases a los
Bengalíes para inventar la Cúpula de Bambú, de la cual se derivaron las diferen
tes cúpulas que hoy son símbolo de la arquitectura de la India" "Los constructor
es chinos fueron los primeros en construir pórticos de bambú y en utilizar las v
igas dobles a las cuales se les dio posteriormente el nombre de vierendeel" "Los
chinos hicieron quizás la más sobresaliente de las aplicaciones del bambú en la
construcción de grandes puentes colgantes con luces superiores a los 100 metros
, utilizando como tensores, cables trenzados de bambú que llegan a tener hasta 3
0 cm. de diámetro" "Un buen ejemplo es el puente colgante construido sobre el Rí
o Min en la provincia china de Szechuen, cuya longitud total es de aproximadamen
te 225 metros, -con cinco apoyos centrales- siendo el más largo que se conoce co
n utilización de cables tensores de bambú" "Otro tipo de puentes, los que utiliz
an tirantes de bambú, tuvieron su origen en primitivos puentes construidos en Ja
va y Borneo. Vale la pena anotar que esta técnica, aunque más rústicamente, ha s
ido utilizada por muchos años por los indios Páez del departamento del Cauca en
Colombia" "Para la producción de energía mecánica se emplea en Burma y en otros
países del Asia, la Noria o rueda hidráulica hecha de bambú, la cual, además de
utilizarse para subir el agua a niveles superiores, puede mover diferentes pieza
s, entre ellas, masas para moler caña" "Referente a líquidos combustibles, Whitf
ord obtuvo alcohol de la pulpa del bambú en 1921. Posteriormente Piatti, en 1947
, obtuvo por destilación de tallos de bambú, un líquido combustible para máquina
s Diesel" "En la segunda guerra mundial, fue utilizado en Filipinas el bambú par
a el fuselaje de aviones y en 1952 el Ing. Antonio I. de León construyó el avión
experimental Maya XL-14 utilizando paneles tejidos de bambú con acabado de pint
ura protectora en el fuselaje. Así mismo, ingenieros japoneses hicieron en 1932
las primeras hélices de bambú laminado para aviones, resultando ser más elástica
s, durables y económicas que las hechas con maderas convencionales" "Desde tiemp
os inmemoriales, el bambú ha sido utilizado en diversas formas en la elaboración
de textiles. En china se elaboraban vestidos para hombre, tejidos con finas cin
tas de bambú. En el Japón, los famosos guerreros Samuráis usaban chalecos protec
tores elaborados en igual forma, pero empleando una retícula más compacta y secc
iones de bambúes más gruesas. En la actualidad, la India es el primer productor
del mundo de telas de rayón
obtenidas del bambú. "Los chinos escribieron sus primeros libros sobre tablillas
de bambú; luego, en el año 105 D.C., inventaron el papel, utilizando primero la
seda como materia prima y luego el bambú, Aun hoy se emplea en China la misma t
écnica, pero en pequeña escala." "En 1910 surgió en la India la idea de utilizar
el bambú en la fabricación de papel a escala industrial, pero sólo fue puesta e
n práctica en 1925. En la actualidad, el 70% de la pulpa empleada en la India pa
ra la fabricación de papel es obtenida de bambú" "Kato extrajo de cogollos de ba
mbú enzimas con la nucleasa y la diaminasa, además de otra que disuelve la fibri
na" "Yoshida e Ikejiri obtuvieron, también de los cogollos, un extracto acuoso s
uperior a los corrientes, para el cultivo de ciertas bacterias patógenas como la
Shigella y Brucella" "El carbón de ciertos bambúes, además de ser utilizado por
los joyeros orientales por la sílice que contiene, se emplea en la India con fi
nes farmacéuticos" "Las hojas de bambú, que en Asia tienen gran valor nutritivo
como forraje, fueron empleadas por Chiharu Oyama para obtener un producto que de
sodoriza, entre otros, al aceite de pescado" "En China y la India se emplean div
ersas partes de la planta y algunas de sus secreciones con fines medicinales. La
cubierta o cutícula del tallo es utilizada en China en la preparación de una be
bida antipirética y las yemas verdes de las hojas, en la preparación de una loci
ón para el lavado de los ojos" "La secreción Silícea, opalina, que se deposita d
entro de los entrenudos de ciertas especies de bambú, se emplea en China y la In
dia en la preparación del famoso Tabashir, el cual se considera que cura el asma
, la tos, además de tener propiedades afrodisíacas". Ahora bien, respecto a los
usos de la Guadua angustifolia en América, HéctorLópez (1975), por su parte, señ
ala que en Colombia se emplea en medicinapopular una bebida de infusión de hojas
de Guadua Para disolver los coágulos sanguíneos y agrega que también tiene info
rmación acerca de que el cocimiento de tallos tiernos de Guadua cura la epilepsi
a. Por otra parte, anota que el Dr. Alfonso Portilla en su libro: Divulgación de
conocimientos Científicos" tiene las siguientes aplicaciones medicinales para l
a Guadua: "El agua que se extrae de los cañutos de la Guadua tiene un ligero sab
or salino, no desagradable que los indígenas aseguran que tiene propiedades diur
éticas. Los tabiques o septos que separan la caña, tomados en infusión, curan la
epilepsia infantil y, la sílice que se recoge en la base de los entrenudos, dic
en que es contraveneno" Pero hay que recorrer los campos, veredas y aun las peri
ferias de las ciudades de aquellos países americanos que conocen ciertamente las
bondades de la Guadua y hay que asistir a sus ferias de artesanías para quedars
e maravillados de la inmensa cantidad de usos que la gente de ingresos limitados
le da a las diferentes partes de la Guadua.
Para no extendernos demasiado, citaremos solo algunos de esos usos. En el campo:
Se construyen puentes, portales, cercas y cerramientos, alambradas, pasa-alambr
adas, saladeros y vaqueras para el ganado; escaleras, andamies, gallineros, jaul
as; canaletas y bajantes para la conducción de aguas, fogones, viveros y espalde
ros para sombrío, trojas, balsas, además de estructuras de pisos, paredes, techo
s y celosías de la vivienda, así como galpones, pesebreras, establos, almacenes
y depósitos. En el hogar: Diversos tipos de muebles y utensilios como mesas, cam
as, sillas, bancas, materos, floreros, saleros, ceniceros, vasos y pocillos, esp
átulas y cucharas, cedazos y cestería de gran variedad de tejidos y tamaños, jue
gos para adultos y juguetes para niños, así como marimbas, flautas y otros instr
umentos musicales de gran sonoridad. A nivel industrial, se producen actualmente
muebles de lujo; persianas enrollables; láminas contraenchapadas de diferentes
tipos, unas de esterillas de Guadua tejida, estabilizadas al calor con resinas e
speciales, otras con chapas de Guadua o con chapas de Guadua y de madera alterna
das; también, casetones de esterilla de Guadua para aligeramiento de placas nerv
adas de ferroconcreto; paneles modulares para paredes; losas, parqué para pisos,
tanto de tablillas, como de diferentes tipos de tallos delgados seccionados; se
fabrican, además, varios tipos de cartón y de papel, inclusive para uso facial
y papeles finos para escritura, presentando ventajas sobre la pulpa obtenida del
pino, por cuanto la relación largo y ancho de su fibra es mayor que la de éste
y porque de cada rizoma aflora, por lo menos, una nueva Guadua, en cambio, cada
pino que se corta debe ser reemplazado por otro, que se demora cerca de 10 años
para su utilización. Como se vio muy sucintamente, cada parte constitutiva de la
planta tiene algún uso, el cual es aprovechado según la cultura de los pueblos
y de las necesidades que existan en cada región, además del conocimiento que de
cada una de las variedades se disponga y de las múltiples posibilidades de uso q
ue ellas presenten. Así pues, se utiliza toda la planta desde las raíces del riz
oma que se emplean para brebajes curativos, pasando por los rebrotes o retoños q
ue se utilizan como alimento y para la extracción de nucleasa y daminasa, siguie
ndo por los tallos con inmensas utilizaciones en artesanías y para fabricar uten
silios y muebles para el hogar y, muy especialmente en la construcción económica
, hasta alcanzar su parte apical con las hojas que se utilizan como forraje y pr
oductos desodorantes, especialmente de aceites, y los frutos o semillas que ofre
cen aquellas variedades asiáticas de bambú que florecen gregariamente, después d
e lo cual proporcionan abundantes cosechas de cereal muy parecido al arroz, y fi
nalmente, el tallo seco que ya no ofrece resistencia mecánica pero que es un exc
elente combustible, especialmente para hornos para la quema de alfarería, para p
reparar papelón a partir del guarapo de caña y para panaderías.
USOS DE LOS DIFERENTES SEGMENTOS DE LA GUADUA EN LA CONSTRUCCIÓN A continuación
se tratará sobre el uso apropiado de las diferentes partes del tallo de la Guadu
a angustifolia en la construcción. El primer tramo del tallo aéreo, denominado c
omúnmente la cepa o parte basal, que se inicia a partir del segundo o tercer nud
o después de aflorar del suelo, es decir, desde donde el tallo se endereza y se
verticaliza, hasta alcanzar una altura comprendida entre 4 y 5 metros, dependien
do del uso específico que se le quiera dar, es utilizado en la construcción para
cimientos, columnas, vigas principales y como elementos que deban soportar fuer
tes tensiones o compresiones axiales. Su mayor resistencia se debe, no a que sus
fibras sean diferentes a las de los otros tramos del tallo y por lo tanto tenga
n distinto comportamiento mecánico, tal como fue demostrado con los resultados d
e los ensayos de resistencia presentados en el Capítulo referido a las propiedad
es físicas y mecánicas de la Guadua, sino porque el tramo basal tiene más área r
esistente, por ser sus paredes más gruesas y por tener, además, los nudos más ce
rcanos unos de otros, lo que representa menor flexibilidad pero mayor resistenci
a mecánica. El segundo tramo, con una longitud aproximada de 8 a 10 metros, depe
ndiendo su seccionamiento del tamaño y usos que se le quieran darles utilizado p
rincipalmente para elementos de cerchas, vigas de entrepisos, soleras, sobresole
ras y parales de paredes portantes o divisorias, para cumbreras, parales y diago
nales de techos y paredes; para pisos de puentes y de rampas; así como para extr
aer esterilla, usada como base de friso y para formar casetones para el aligeram
iento de losas de entrepisos de concreto armado o ferroconcreto. El tercer tramo
, con una longitud aproximada de 4 metros, es utilizado principalmente para rios
tras, viguetas, cabrios, montantes, canes, elementos menores de las cerchas, tir
antes, escaleras manuales y andamies y, en algunos casos, para utilizarlos como
pares del techo. El cuarto tramo, con una longitud aproximada de 5 metros, denom
inado comúnmente varillen, es la parte más delgada utilizable en construcción; s
e usa principalmente para alfardas o pares para el apoyo directo de las tejas de
barro cóncavo-convexas (teja española) y como correas en techos de palma, de as
besto-cemento, de cinc o similares. Las Guaduas delgadas, con diámetros menores
a 10 cm, cuyas paredes de sus entrenudos sean inferiores a 1,5 cm no deben sopor
tar aisladamente cargas significativas, es decir, no deben ser sometidas a esfue
rzos mayores de compresión o de tensión, a no ser que estén debidamente reforzad
as con otras Guaduas similares, conformando haces horizontales o con diagonales,
en caso de estar en posición vertical, o distribuidas las cargas entre varios e
lementos por medio de una solera o similar, como el caso de las paredes de Bahar
eque embutido con barro o de paredes con esterilla frisada.
Tampoco deben utilizarse Guaduas atacadas por insectos como el Podischnus agenor
(escarabajo cachón) o por el Dinoderus minutus, ni tampoco que tengan rajaduras
longitudinales o fisuras transversales; que se encuentren secas en el guadual o
que se hayan florecido, por cuanto su vida útil es demasiado corta y su resiste
ncia seguramente está considerablemente disminuida.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL EMPLEO DE LA GUADUA EN LA CONSTRUCCIÓN Todo material
utilizado en la construcción, sin excepción, sea natural o producto elaborado po
r el hombre, tiene ventajas y desventajas, cualidades y defectos, que si no se t
ienen en cuenta al utilizarlos, pueden convertirse en serios problemas de manten
imiento y no pocas veces obligan a su reparación y hasta a su reemplazo. Con la
Guadua ocurre algo muy similar, si no se tienen presentes sus exigencias, tales
como: adecuada selección; corte oportuno; curado cuidadoso, que incluye su inmun
ización y tratamiento para su conservación; el uso de una carpintería adecuada,
algo diferente a la que se utiliza para la madera, así como la aplicación de con
ocimientos elementales sobre sus propiedades mecánicas y físicas. En caso de ser
bien utilizada, la Guadua es una fiel y noble compañera de sus usuarios; pero,
en cambio, si se pretende utilizarla como cualquier madera, sin tener en cuenta
sus exigencias propias, puede convertirse en motivo de preocupación para quien l
a mal-utilice. VENTAJAS Entre las ventajas que presenta la Guadua, merecen citar
se la siguientes: Por lo general, tiene extraordinarias características físicas,
permitiendo su empleo en todo tipo de miembros estructurales. Su sección circul
ar, generalmente hueca, la hace más liviana, fácil de transportar y almacenar, p
ermitiendo la construcción rápida de estructuras temporales o permanentes. En ca
da nudo existe un tabique o septo transversal que, a la vez que le da mayor rigi
dez y elasticidad, evita su ruptura al curvarse. Por eso es apropiada para estru
cturas antisísmicas. No tiene corteza o partes que se consideren desperdicios. A
demás de su uso como elemento estructural, tiene otros usos, como tuberías de ag
ua y líquidos para drenajes, para muebles, vallados y alambradas, postería, puen
tes, cerramientos, etc. Puede combinarse con otros materiales de construcción ta
les como: madera, concreto, cinc, celusosa-cemento, barro, etc. De ella pueden o
btenerse materiales para: mallas estructurales, esterillas, parqué, contraenchap
ados, etc. Continúa siendo el material de más bajo precio. Es de más alto rendim
iento en crecimiento y propagación que la madera. Su manejo es sencillo y no req
uiere especialistas. DESVENTAJAS Como desventajas, deben citarse la siguientes:
La humedad constante la pudre, si no se protege. Debe mantenerse en lo seco. A p
esar de que la Guadua angustifolia es una de las especies más resistentes al ata
que de insectos, principalmente del Dinoderus minutus- deben tomarse precaucione
s en su selección, tiempo de
Corte y de seccionamiento; su curado y secado deben realizarse inmediatamente de
spués del seccionamiento, con el fin de preservarlo de dichos ataques y para ase
gurar una mayor duración. Es muy combustible cuando está seca, por lo que debe p
rotegerse del fuego. Al envejecer, pierde resistencia, si no se trata adecuadame
nte. Se contrae al secarse, cuando se utiliza como refuerzo estructural del conc
reto, por lo que deben tomarse las precauciones del caso. Las uniones de miembro
s estructurales deben ser reforzadas cuando se utilizan los mismos tipos de unió
n de la madera. Se recomienda, por lo tanto, usar su propia carpintería. Los ent
renudos se aplastan ante fuertes compresiones puntales, por lo que las compresio
nes no deben ejercerse en el entrenudo sin antes haber rellenado dicho entrenudo
con un cilindro de madera; con un trozo de Guadua de menor diámetro o con una m
ezcla licuada de cemento, arena y agua. Tiene la tendencia a rajarse si se utili
zan clavos gruesos. No tiene diámetro constante en toda la longitud del tallo ni
espesor constante en las paredes del los entrenudos, por lo que debe hacerse un
a selección y colocación cuidadosa de las piezas cuando son utilizados, por ejem
plo, como viguetas de pisos o como párales en las paredes. ECOLOGÍA Nuestro camp
esino sintetiza todo un bagaje de conocimientos empíricos en una sola frase: "Do
nde hay Guadua, hay buenas tierras". Este concepto reúne no sólo características
edafológicas y climáticas sino también culturales y económicas, como veremos: E
DAFOLOGÍA La Guadua angustifolia Kunth se desarrolla normalmente en suelos de me
diana profundidad arenolimosos, francos y franco-arenosos, sueltos aluviales, pr
opios de las vegas de los ríos y quebradas, con tal que sean húmedos y bien dren
ados o, por lo menos, no inundables; con frecuencia, de color amarillo o amarill
o rojizo, preferiblemente provenientes de cenizas volcánicas. Aunque Anda (1983)
dice que las propiedades de los suelos aptos para el cultivo de la Guadua difie
ren entre las zonas tropicales y las templadas. En las zonas tropicales las form
aciones de los bosques de Guadua se encuentran en suelos negros y aluviales y ra
ramente en suelos lateríticos y suelos rojos. ACIDEZ La acidez promedio del suel
o debe ser de pH 5,8, aunque tolera pH entre 5,5 y
6,0. ALTITUD En nuestro medio esta especie se desarrolla bien en altitudes compr
endidas entre los 40 y los 2.340 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), pero
lo hace en óptimas condiciones entre los 900 y los 1600 m.s.n.m. En el bosque hú
medo subtropical se encuentra el límite de su adaptabilidad, puesto que en él ex
isten alturas superiores a los 2.300 m.s.n.m. y temperaturas medias inferiores a
los 16° centígrados. CLIMA Prefiere climas con abundancia de nubes, ambiente ca
luroso y húmedo. PRECIPITACIÓN PLUVIOMETRICA Dependiendo de la latitud, se desar
rolla óptimamente cuando el rango de precipitación pluvial oscila entre los 2.00
0 y los 2.500 mm/año. ILUMINACIÓN Para condiciones de óptimo desarrollo, el bril
lo solar debe estar comprendido entre las 1.800 y las 2.200 horas/año. HUMEDAD R
ELATIVA Este es uno de los factores más influyentes en su desarrollo. El rango m
ás favorable a los bosques de Guadua está comprendido entre el 75% y el 80%. TEM
PERTATURA Aún cuando se encuentra en climas cálidos, templados y fríos, adaptánd
ose a las más variadas condiciones ambientales, su rango óptimo oscila entre los
20 y los 26 grados centígrados (°C). A medida que se aleja de este rango, espec
ialmente hacia abajo, su desarrollo vegetativo afecta, tanto los diámetros, como
las alturas de los tallos. Vale decir, que la Guadua crece y se reproduce con m
ayor fertilidad en buenos suelos, alcanzando en algunos casos una población mayo
r de 800 tallos por hectárea en algunas regiones. Por eso, su presencia es un in
dicativo de tierras propias para la explotación agrícola, lo cual ha traído como
consecuencia que, en gran medida, hayan sido destruidos y reducidos a pequeñas
manchas boscosas aisladas lo que antes eran inmensos guaduales que cubrían basta
s regiones, hasta el punto de que a mediados del presente siglo, comenzó a llama
r la atención y a crear inquietud entre sus estudiosos la desaparición de varias
especies, debido al corte incontrolado, unas veces, para utilizar sus tierras p
ara labores agrícolas, y otras, por la enorme demanda que tenían sus tallos, dad
a la variedad de usos que ofrecían. Entre estas especies merecen citarse la Guad
ua aculeata var.liebmaniana (?) que fue arrasada totalmente y la Guadua aculeata
Ruprech ex Fournier que está a punto de desaparecer, ambas en centroamérica, se
gún lo refiere Hidalgo
(1974). La Guadua angustifolia Kunth está a punto de correr la misma suerte, pri
ncipalmente en la parte septentrional de la América del Sur. Es bueno recordar q
ue entre uno de los depredadores de estas especies está la United Fruit Co., que
a principios de siglo destruyó inmensos guaduales en Colombia, Honduras y Guate
mala, para utilizar sus tierras, por ser las más aptas para el cultivo del Banan
o (Cambur). BOTÁNICA CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS La estructura de la Guadua est
á constituida por un sistema de ejes vegetativos segmentados que forman alternam
ente nudos y entrenudos, los cuales varían en su morfología, según que correspon
dan al rizoma, al tallo aéreo o a las ramas. Sistema Rizomático-Radical: En los
bambúes, el sistema radical comprende el Rizoma -o tallo modificado, de desarrol
lo horizontal- con las correspondientes ramificaciones y las raíces de tipo fila
mentoso en su parte inferior. Algunos autores tratan separadamente al rizoma y a
las raíces pero, en este caso, se tratará como un solo sistema el conjunto radi
cal subterráneo, diferenciándolo del sistema aéreo. De acuerdo a los hábitos de
ramificación de los rizomas, Me Clure en 1966, los clasificó en dos grupos princ
ipales a saber: Los Paquimorfos, correspondientes a Simpodial y Cespitoso y los
Leptomorfos correspondientes a monopodial y a Tra9ant. Para el Grupo intermedio
utilizó el término Anfipodial. Los bambúes del tipo Paquimorfo (Simpodial y Cesp
itoso) se distinguen porque sus tallos aéreos se manifiestan en el espacio en fo
rma aglutinada o cespitosa, desarrollándose la mata en forma circular alrededor
de la planta madre, con mayor separación entre los tallos hacia la periferia, a
medida que aumenta el número de nuevas plantas. En cambio, en IQS del tipo Lepto
morfo (Monopodial, Tracant), los tallos se presentan en forma aislada y difusa.
En los del tipo anfipodial o intermedio, que son pocos, los rizomas presentan un
a ramificación combinada de los dos grupos principales. El Rizoma de la Guadua a
ngustifolia Kunth pertenece al grupo Paquimorfo (denominado vulgarmente caimán,
alacrán o escorpión según la región). Es un tallo modificado con funciones altam
ente especializadas en el almacenamiento de nutrientes que constituye el soporte
principal de la planta. El rizoma paquimorfo se presenta en la mayoría de las m
onocotiledóneas rizomatosas y en los bambúes, principalmente de los géneros Guad
ua, Dendrocalamus, Elitrostachys, Gigantocloa y Oxitenanthera. Debe su nombre a
que es corto, grueso y sólido.
Tiene entrenudos asimétricos más anchos que largos. Se considera como un tallo r
astrero de crecimiento plagiotrópico que, además de los nudos y entrenudos, pres
enta yemas laterales solitarias en forma de domos o semi-esferas que sólo se des
arrollan en nuevos rizomas y, subsecuentemente, en nuevos tallos; pero la mayor
parte permanecen inactivas.
En cada uno de los 4 o 6 entrenudos que conforman la parte anterior (más ancha)
del rizoma, se activan las yemas laterales inferiores, conformando fuertes
ramificaciones rizomáticas a manera de brazos cilíndricos semicurvos de 30 a 80
cm de longitud, con gran profusión de delgadas raíces por su parte inferior. Su
finalidad principal es la de anclar y de ayudar a soportar la parte aérea de la
planta y de absorber los nutrientes a través de la raicillas. Alguna o algunas d
e estas ramificaciones rizomáticas o brazos, se ensanchan en su ápice conformand
o un nuevo rizoma, el cual, a su vez, crece horizontalmente en cortas distancias
, para luego voltear hacia arriba su ápice formando un nuevo tallo. Al año sigui
ente, una de las yemas de éste rizoma se activa formando otro rizoma, el cual ta
mbién genera otro tallo, y así sucesivamente, se repite el proceso morfológico-v
egetativo realizándose la propagación asexual por ramificación de los rizomas. H
ay ocasiones en que, en un año, un rizoma activa dos yemas, generando dos nuevos
rizomas y, por lo tanto, dos nuevos tallos. Todas las yemas ubicadas en la zona
anterior del rizoma que se activan, se convierten en rizomas completos unos y e
n ramificaciones de anclaje o rizomas incompletos otros, tomando éstos la forma
cilíndrica y terminando en punta en su parte más distal. Las yemas más cercanas
al culmo o tallo aéreo, que generalmente están por fuera del suelo, son menos de
sarrolladas o permanecen inactivas; pero, cuando se activan, se desarrollan muy
poco, alcanzando longitudes de 5 a 10 cm., cumpliendo la misión de generar los r
ebrotes o chusquines, cuando el rizoma ha llegado a un proceso avanzado de degra
dación fisiológica, según lo manifiesta Cruz RÍOS (1994), quien agrega: "Tanto l
a zona posterior como la anterior del rizoma, se encuentran finamente cubiertas
por hojas caulinares ligadas fijamente a cada nudo. La presencia de pubescencia
en estas hojas modificadas se va haciendo mayor a medida que la parte distal del
rizoma empieza a emerger del suelo". Las raíces, constituidas por filamentos fi
brosos adventicios, con un diámetro aproximado de 5 milímetros, brotan individua
lmente de la parte ventral del rizoma y debajo de las ramificaciones rizomáticas
o brazos del mismo. De la parte ventral del rizoma emerge aproximadamente el 40
% del total de las raíces, formando hileras paralelas de 10 a 12 en línea y de s
us partes laterales y de las ramificaciones emerge el 60% restante. Dependiendo
del tamaño del rizoma o caimán, las raíces alcanzan una profundidad de hasta un
metro y medio, pudiendo variar su número entre 600 y 1000 unidades por rizoma.
Las raíces que salen lateralmente de las ramificaciones rizomáticas o brazos pue
den extenderse horizontalmente hasta 5 metros. Su función es muy especializada y
consiste en obtener el agua y los nutrientes requeridos por la planta y en coad
yuvar a la fijación de la misma, dejándole al rizoma la función de almacenaje de
los nutrientes y de anclaje principal de la planta.
SILVICULTURA TRAZADO, SIEMBRA, CULTIVO Y COSECHA Debemos tener siempre presente
que la Guadua no es como una maleza que se presenta en todas partes y ocasiones.
Antes de iniciar una plantación de Guadua debe precisarse su objetivo y definir
: si es para protección de los niveles de un cauce de agua, para la
conservación de una cuenca Hidrográfica; para producción comercial; para ornamen
tación o para usos mixtos, es decir, si es un bosque para protección o para prod
ucción, porque la función determina las distancias y formas de siembras y, por e
nde, la densidad de la población. Como bosque protector de suelos o cuencas se r
ecomienda sembrar en triángulo equilátero con distancias de 2,50 metros por cada
lado. En caso de conservación de corrientes se comienza el trazado a uno o dos
metros de la orilla del río o quebrada, dependiendo de la estabilidad del terren
o. Con buenas condiciones ambientales y edafológicas y con un acertado manejo de
l cultivo, se logra tener una cubierta forestal protectora posiblemente antes de
los quince (15) meses. Se siembran generalmente dos o tres surcos, aumentándose
estos si lo ameritan las circunstancias. En el caso de ser para bosque producto
r aprovechable comercial-mente, las distancias pueden ser de 4 m. por 4 m.; 4,50
m. por 4,50m y hasta 5m por 5m en cuadro. En estas distancias de 5m por 5m en c
uadro, según observaciones realizadas, se aumenta en un 37,6% el desarrollo de l
os diámetros y las alturas de los culmos ubicados en la periferia del cultivo; d
ebido a que la distancia favorece el desarrollo y evolución de los rizomas por l
a menor competencia por agua y nutrientes y porque reciben mayor cantidad de hor
as luz/año. La diferencia observable en la calidad y tamaño entre las Guaduas de
l interior y las del borde del Guadual hace concluir que la distancia entre las
plantas sembradas no es tan La plantación de Guadua en terrenos pendientes debe
hacerse si-guiendo las curvas de nivel. Dada la distancia entre plantas, no se r
equiere la limpieza general del terreno, a no ser que el tamaño de la vegetación
allí presente estorbe para el trazado o impida la iluminación y toma de nutrien
tes de la plántula a sembrar; en cambio, el sitio donde se siembra la plántula d
ebe ser limpiado completamente en un diámetro mínimo de 80 cm. y repicado con un
palín, dejando el suelo lo más mullido posible, libre de troncos y raíces, para
que el rizoma pueda desarrollarse libremente. Naturalmente, se obtienen mejores
resultados cuando el terreno se prepara con tractor, realizando una arada y 3 p
ases de rastrillo, tal como se ha podido comprobar en varias siembras ya realiza
das en esta forma. En este caso, se pueden sembrar otros cultivos como frijol o
maíz, que mantienen el suelo sombreado y más libre de malezas, pero no deja de s
er costoso, a no ser que se utilicen suelos previamente preparados para otros cu
ltivos. En los dos primeros años deben hacerse limpias y plateos cada 2 o 3 mese
s. Una vez preparado el terreno se procede a localizar los sitios para los hoyos
; señalándolos con estacas. Los hoyos deben abrirse de R -0,30 m. por 0,30 m. de
profundidad, desinfectándolos y mezclando el suelo con abonos orgánicos como ga
llinaza, cenichaza (ceniza y cachaza), pulpa de café descompuesta, compost, bost
a seca, humus de lombriz o fertilizantes químicos.
Previo a la siembra ó transplante debe cercarse el lote, para proteger la siembr
a de la invasión del ganado o de cualquier agente extraño. En el momento de real
izar la siembra debe abrírsele un historial a bosque, incluyendo el área sembrad
a, distancias de siembra, densidad de población, especie sembrada, fecha y todos
los datos necesarios para realiza1" el plan de manejo técnico del Guadual. Toda
s las prácticas, tanto en el período de siembra como en los períodos de crecimie
nto y en el de aprovechamiento, deben estar supervisados por un experto conocedo
r de la Guadua, con el fin de lograr el máximo rendimiento sostenible. LA COSECH
A Cuando los Guaduales adultos no se manejan adecuadamente y no se aprovecha su
producción, la planta tiende a degradarse por exceso de individuos en determinad
o momento y/o por disminución de la actividad biológica o dinámica del Guadual.
Por ello, deben intervenirse periódicamente, realizando las entresacas de tallos
adultos, a fin de regular el espacio vital del resto de tallos y para favorecer
el mayor surgimiento de rebrotes o renuevos, sin esperar a que aparezcan los ta
llos sobre maduros y los secos. Las entresacas o cortes seleccionados permiten o
btener tallos sazonados oportunamente. Estas entresacas deben realizarse de la p
eriferia hacia el centro, cuidando de no permitir que en la caída de un tallo se
an arrastrados y destrozados otros tallos de su entorno. No se deben dejar claro
s en el bosque, o sea, espacios sin plantas, como tampoco se deben cortar demasi
ados tallos en la periferia, para conservar el equilibrio fisiológico en la pobl
ación; para permitir el apoyo de unos con otros ante fuertes vendavales y porque
, además, puede romperse el microclima del rodal e influir negativamente en la d
inámica regenerativa natural del conjunto. Debe tenerse en cuenta que la importa
ncia del rodal se limita al número de Guaduas aprovechables, prevaleciendo ante
todo los fines económicos. Los aprovechamientos comerciales se basan principalme
nte en el sistema de entresaca, determinando la cantidad de tallos en porcentaje
s acordes al estado de cada Guadual y la edad de corte, planteándose como lo ide
al, cuando la Guadua cambia de color, pasando del verde hacia el amarillo, siend
o invadida en esta etapa por líquenes que le dan la tonalidad ceniza, blanquecin
o-azulosa o "rucia", al llegar el culmo aproximadamente a los cinco años de edad
. CARACTERÍSTICAS SEGÚN LA EDAD Para tener una idea acerca del mejor aprovechami
ento de la Guadua, debemos tener en cuenta los distintos estadios de la planta,
para lo cual, nos atenemos a los planteamientos que al respecto hace Osear Rojas
(1986), así: "Rebrote o renuevo: Es la primera fase de desarrollo. Se toma desd
e el momento que emerge del suelo hasta el final de su crecimiento longitudinal;
época para la cual empiezan a diferenciarse las ramas apicales, haya o no
presencia de ramas básales y hojas caülinares. Guadua viche (tierna): Esta fase
se inicia en el momento en que empieza el desarrollo de las ramas apicales y con
tinúa en menor grado el crecimiento de las ramas básales. El tallo presenta una
coloración verde brillante en los entrenudos lustrosos, en este momento, se obse
rvan muy claramente las bandas nodales blanquecinas y la marca (anillo) dejada e
n el nudo por el abrazo de la hoja caulinar (característica de la G. angustifoli
a). Guadua joven: La guadua empieza a tener una coloración verde clara que se ex
tiende por toda la longitud del tallo. Se observa muy definida la cicatriz dejad
a por el abrazo de la hoja caulinar y las bandas nodales comienzan a perder su c
olor blanquecino. La Guadua ya esta totalmente formada." A su vez, Cruz Ríos (19
94) describe las otras etapas y sus características así: "Guadua adulta: Se obse
rva la presencia de manchas liquenosas o plaquetas de color blanco, las cuales s
e extienden por todo el tallo. Se inicia la formación de musgos en los nudos, ha
ciendo desaparecer gradualmente el color blanquecino de las bandas nodales. El c
olor de los entrenudos se torna grisáceo por la presencia de los líquenes. Guadu
a hecha: Se continúa la formación de líquenes en los nudos extendiéndose por tod
o el tallo, desaparecen las bandas nodales. Su color se generaliza en tono grisá
ceo o rucio. Los culmos han adquirido su mayor grado de resistencia por la compa
ctación de los haces fibro-vasculares, formadores de las paredes del tallo. Es l
a fase para el mayor aprovechamiento del tallo. Guadua sobre madura: Los hongos
y líquenes comienzan a desaparecer del tallo hasta cuando empiezan a observarse
hongos en forma de plaquetas de color rojizo. En este momento se inicia la decol
oración y el tallo se va tornando amarillento, indicativo de la finalización del
ciclo vegetativo. Guadua seca: El tallo torna su tono amarillento por grisáceo
y pierde su resistencia mecánica. DENSIDAD DEL GUADUAL: La densidad óptima de un
Guadual depende más de su propia composición estructural y del manejo que a ell
a se le dé, que del número total de tallos, el cual fluctúa generalmente entre 3
000 y 8000 Guaduas por hectárea. Una densidad mayor puede significar sobrepoblac
ión. En la selección de guaduas a cortar, el aprovechamiento debe dirigirse a la
extracción de las Guaduas maduras, de las secas, de las enfermas y de aquellas
que puedan ocasionar congestión en determinado punto, conservando las jóvenes y,
naturalmente, los rebrotes o renuevos." El factor más importante de las Guaduas
a entresacar es la edad del tallo. Si se cortan los tallos demasiado jóvenes, l
a nueva emisión de rebrotes puede ser mayor, pero de diámetros menores; en cambi
o, si se cortan demasiado viejos, serán largos pero en reducido número. Como el
tiempo de paso de un período vegetativo al siguiente oscila entre un año y año y
medio, se deduce que el ciclo de corte debe ser anual o cada año y medio, aunqu
e puede dividirse, con el fin de ordenar el plan de entresacas.
Las chusquines y matabambas -o sea las plántulas emergentes de rizomas en decade
ncia- deben retirarse de los guaduales productores, para ser utilizadas como pro
págulos para la siembra de nuevas áreas. EDAD DE CORTE Dependiendo de la calidad
estructural y de su edad fisiológica, así como del uso que se vaya a hacer de e
lla, la guadua tiene varias edades para ser cortada, así: -Para alimento humano
a los 30 días. -Para ser utilizada en tejidos y cierta artesanía -para lo cual s
e requiere extraer cintas que ofrezcan gran flexibilidad sin quebrarse- deben se
r cortadas entre los 6 meses y el año. -Para ser utilizada para propagación, deb
e ser cortada entre dos y tres años, cuando le aparezcan los líquenes blancos. -
Para extracción de esterillas, de los dos y medio a tres años en adelante -Para
ser utilizada para desempeñar trabajos que requieran de sus propiedades mecánica
s de resistencia a la tensión o a la compresión -como puede ser en la construcci
ón- debe ser cortada después de los cuatro años, cuando ya esté hecha y los líqu
enes se hayan generalizado. ÉPOCA Y HORA DEL CORTE Durante el día, la Guadua est
á fisiológicamente más activa, realizando el proceso de fotosíntesis, por lo que
tiene mayor contenido de humedad. Durante la noche, el contenido de humedad baj
a al descender el agua, pasando una parte de ésta al rizoma y otra parte es tran
sferida al suelo. De acuerdo a este criterio, debería cortarse en la mañana, ant
es de que comience la influencia del Sol en el proceso fotosintético, con el con
siguiente ascenso del agua. Siendo, según este criterio, preferible la época sec
a a la estación lluviosa, pero también, si se tiene presente que en el verano ha
y mayor concentración de almidones y azúcares en el tallo que atraen a los insec
tos y que en la estación lluviosa los insectos están hibernando, debe tenerse mu
cho cuidado con la época de corte, así como con el curado y secado, si no se la
va a procesar e inmunizar inmediatamente. INFLUENCIA DE LA LUNA EN EL CORTE Con
respecto a la influencia que pueda ejercer la Luna, hay diversos criterios. Mien
tras el naturalista H. Pitier (CINVA) al tratar sobre la duración de las maderas
venezolanas escribe: "Es un hecho innegable que la única fecha adecuada para el
corte de madera es la menguante y es admitido que en esta época es también la d
e savia descendente. Las maderas cortadas en creciente se secan con dificultad y
duran poco, porque están muy sujetas a la carcoma. Para nuestros campesinos est
a es la única época apropiada y atribuyen al corte en creciente el ataque de ins
ectos, que posiblemente puede ser causado por
factores que no han tenido en cuenta, tales como madurez deficiente y corte en é
poca de gran actividad de la planta, que la hace más susceptible al ataque de lo
s insectos." Por su parte, Cruz Ríos (1994) manifiesta: "Por una razón puramente
gravitacional, investigaciones han demostrado que éste satélite terrestre (la L
una), ejerce una poderosa influencia sobre los líquidos en general, por lo tanto
, si tenemos en cuenta que todos los seres vivientes tienen un alto porcentaje d
e elementos acuosos en su conformación física, se deducen los efectos que produc
e la Luna en el contenido de humedad de las plantas, siendo mayor en Creciente y
Luna Llena que en Menguante. Cuanto mayor sea la fuerza de gravedad, mayor esfu
erzo deben realizar los líquidos para ascender; lo contrario ocurre cuando dismi
nuye la fuerza gravitacional. Por ello, posiblemente nuestros campesinos, sin co
nocerlo científicamente, cortan los tallos en Menguante, fase de la Luna en la c
ual la atracción de los líquidos por parte de ésta es menor que en Creciente, lo
que inevitablemente hace deducir que se están apeando tallos con contenidos de
humedad más bajos y, por ende, con concentraciones bajas de compuestos bioquímic
os en sus paredes." "En el día, en la Guadua se han detectado contenidos de hume
dad mayores en los tallos, en aquellas horas en las cuales la planta se halla má
s fotosintética y fisiológicamente activa. En las horas de la noche el contenido
de humedad disminuye, debido a que parte del agua es llevada al rizoma o transf
erida al suelo. Las condiciones anteriores han sido tenidas en cuenta al cortar
los tallos unas horas antes de que aparezca el Sol y que la planta comience a ab
sorber el agua necesaria en la ejecución de sus funciones metabólicas, aumentand
o nuevamente el contenido de humedad de las paredes del culmo. Así como en las f
ases de la Luna, se están obteniendo tallos en condiciones de humedad-y contenid
os de alimento relativamente bajos". Hidalgo (1974) refiere que P.N. Deogun en s
u libro "The silvicultura and management of the Bamboo Dendrocalamus strictus Ne
cs" (1936), cuenta que en algunos lugares de la India, tales como Bíhar y Orisa,
sus gentes tienen la creencia de que si el bambú es cortado cuando la Luna está
en Creciente, es menos susceptible al ataque de los insectos que cuando se cort
a en Menguante; y continúa diciendo que, en los experimentos realizados en Malab
ar del Sur y en Coimbatore del Norte, en este sentido, no indicaron diferencia a
lguna en el ataque de los insectos a los tallos cortados en Creciente o en Mengu
ante. Sin embargo, los experimentos realizados en Nilgiris, demostraron lo contr
ario, o sea, qué los bambúes cortados en Menguante, 2 o 3 días después de la Lun
a llena, eran menos propensos al ataque de los insectos que los cortados en crec
iente y agrega Hidalgo que, según J.P. Mills, en su obra titulada "The Ao Nagas"
(1926), dice que los Ao Nagas de la India cortan el bambú y el material para em
pajar los techos de sus viviendas, cuando no hay Luna o inmediatamente después d
e la Luna llena (comienzo de la Menguante) para evitar que sean infectados por i
nsectos. Por otra parte,
Harold K. Plank en su libro: "Studies of Factors Influencing attack and Control
of Bamboo Powder Post Beetle" (1950) refiere que realizó varios experimentos sob
re este asunto en la Federal Experiment Station de Puerto Rico, utilizando la Ba
mbusa Vulgaris y no encontró suficiente evidencia para justificar la creencia de
que una fase de la Luna sea más propicia que otra para cortar el bambú y evitar
que sea atacado por los insectos. Ahora bien, lo anterior nos da una idea clara
de que no hay unidad de criterios referente a la influencia de las fases de la
Luna para evitar el ataque de insectos, tanto a la madera como a la guadua y a l
os bambúes en general. Sin embargo, quienes sí tienen un criterio definido, son
los campesinos que han tenido que ver con la siembra y corte de vegetales. Ellos
, si no todos, por lo menos una inmensa mayoría, sostienen con la fe del carbone
ro -naturalmente sin dar explicaciones de tipo científico- que para que las plan
tas no se conviertan en solo varas y para que florezcan y fructifiquen, deben se
r sembradas en Menguante y para que las maderas se curen bien y no sean atacadas
por la "broma" o por el "Comején", necesariamente deben ser cortadas también en
Menguante. Consideramos que, en el caso de la guadua angustifolia, es de gran i
mportancia cosecharla o cortarla a finales de invierno o comienzos del verano y
de madrugada, que es cuando su sistema vascular no está tan pleno de los almidon
es, azúcares y demás sustancias alimenticias propias de su savia, que son los qu
e más atraen a los insectos xilófagos. ACTIVIDADES PARA EL CORTE Y CURADO De acu
erdo a lo anterior, consideramos que las actividades a desarrollar en el guadual
serian las siguientes: -Selección previa de los tallos hechos que han de ser co
rtados. -Corte de los tallos seleccionados en la madrugada del día o días siguie
ntes a la selección. -Corte de las ramas y limpieza general de los tallos cortad
os. -Seccionamiento de los tallos cortados en trozos, con las medidas requeridas
, según su destinación posterior. -Selección por grupos, según sus tamaños y uso
s. -Colocación en posición vertical por grupos, para su drenaje. -Obtención y cu
rado de las esterillas. Una vez realizada la labor de corte de los tallos aéreos
, la cual debe ejecutarse en la madrugada hasta las siete u ocho de la mañana, v
ale decir, antes de que se acentúe el proceso fotosintético por la presencia sol
ar; se debe proceder de ahí en adelante y durante el resto del día, a la limpiez
a de los tallos, cortando todas las ramas, tanto las apicales como las básales y
los ganchos o pequeñas ramas básales, si los hay, para luego entrar a fracciona
r cada tallo en trozos, cuyas medidas estarán de acuerdo al uso que se le vaya a
dar a cada sección. Una vez fraccionados, se colocan verticalmente en grupos se
leccionados según su tamaño y el uso futuro.
Para verticalizarlos, se prepara un apoyo, que puede consistir en un trozo de ta
llo o travesaño horizontal fuertemente amarrado a dos o más Guaduas que estén en
pié, para luego ir recostando, casi verticalmente a un lado y otro del travesañ
o, los trozos por grupos. La colocación o parada de los trozos debe hacerse en f
orma alterna a ambos lados, para que no se recargue demasiado a un solo bando, l
o cual puede deformar o romper el travesaño. Este debe colocarse a una altura ta
l, que solo sobresalgan aproximadamente 20 o 30 centímetros del travesaño y no s
e estorben los trozos. Es importante hacer una especie de piso para apoyarlos, y
a que deben aislarse de la humedad del suelo, lo cual puede hacerse tendiendo un
os trozos de guadua en el suelo, lo más nivelado posible, a una distancia aproxi
mada de 40 centímetros uno de otro, colocando encima de ellos y en dirección opu
esta o perpendicular a sus ejes, un tendido doble de esterillas de guadua, previ
amente elaboradas, las que se colocarán con la parte externa del entrenudo o cut
ícula hacia arriba y, sobre ellas, se apoyarán las bases de los trozos. Es conve
niente utilizar esterillas para aislar dichos trozos del suelo, para que así no
se entierren y puedan drenar más fácilmente, transfiriendo al piso la savia, ya
que la esterilla hace las veces de rejilla que evita la acumulación de líquidos,
favorece el fácil drenado y permite la ventilación inferior. De no utilizarse l
a esterilla, se puede utilizar un tendido de trozos de Guadua colocados en el su
elo paralelos al travesaño mencionado, retenidos por estacas clavadas en el suel
o. Sobre este tendido se paran los trozos para su drenaje. HERRAMIENTAS ADECUADA
S PARA EL CORTE Para el corte o "desjarrete" del tallo -como acostumbran denomin
arlo los guadueros y campesinos recolectores de esta planta- debe utilizarse pre
ferentemente un machete grande bien afilado o una motosierra; herramientas que p
ermiten una rápida maniobrabilidad alrededor del tallo, lo cual garantiza un mej
or corte y menos posibilidades de daños en el tallo, además de un mejor remate d
el corte; el cual debe hacerse inmediatamente por encima del segundo o tercer ta
bique del tocón que queda. El hacha no es recomendable por el gran espacio que r
equiere su recorrido y por la escasa posibilidad de maniobra que permite, lo cua
l se traduce en una posible rajadura que puede abrir el tallo a lo largo si la t
endencia a un volcamiento rápido de la planta no es contrarrestada rápidamente c
on un corte oportuno. LA ESTERILLA DE GUADUA Su obtención, curado y usos general
es: Uno de los subproductos de la Guadua que más utilización tiene en la constru
cción es la esterilla o estera, ya que, entre otros muchos, se la utiliza para:
cerramientos de paredes en construcciones rústicas-cerramientos con acabado fris
ado, reemplazando favorablemente a la malla metálica; pisos
provisionales en viviendas económicas o perma. nenies en secaderos de café y cac
ao; para encofrados y en la construcción de casetones utilizados en el aligerami
ento de losas nervadas de concreto armado. Por eso la esterilla es tan important
e en el procesamiento de la Guadua. La esterilla debe extraerse una vez hayan es
currido los tallos durante cuatro a seis días en posición vertical. No es conven
iente demorar mucho este proceso, permitiendo que se seque completamente el tall
o, por cuanto es necesaria cierta humedad para el fácil manejo del material en e
l rajado, laminación y limpieza o "ripiado" interno de la estera ya obtenida. Si
se permite que se llegue al secado y curado, los tejidos se endurecen demasiado
, posibilitando que las pequeñas ranuras se conviertan en rajaduras totales, des
integrándose la estera. Ni tampoco es conveniente obtener la esterilla sin drena
r suficientemente el tallo, ya que la presencia de nutrientes tales como azúcare
s y almidones en la estructura vascular de las paredes del mismo atrae rápidamen
te los insectos xilófagos, convirtiéndola prácticamente en un esqueleto estructu
ral colmado de polvillo amarillo, por cuanto esta es una de las piezas que más f
ácilmente es atacada por su gran exposición y fácil acceso. El drenaje de estos
líquidos, además de prevenir el ataque de los insectos, libera a las piezas obte
nidas de un peso extra que recarga el costo del transporte y dificultad de manej
o en su utilización. Obtención de la esterilla: Se toma un trozo de tallo debida
mente cortado del largo requerido, seleccionándolo del segundo tramo del tallo,
es decir, el siguiente al tramo basal, ya que las paredes de este primer tramo s
on muy gruesas y dificultan el rajado y "ripiado". Se apoya sobre un travesaño c
olocado aproximadamente a 70 cm. del suelo, ajustable de acuerdo a la altura del
operario y a la comodidad que requiera en su labor. Se procede a realizarle con
una hachuela o un machete una serie de ranuras alrededor de cada nudo, de una l
ongitud aproximada de 30 cm. cada una, de tal manera, que traspasen el grueso de
pared del tallo. Al realizar cada ranura debe girarse el tallo, procurando que
la separación entre una y otra ranura sea aproximadamente de 2 cm. Una vez reali
zadas las ranuras alrededor de cada nudo y aprovechando una de ellas se raja de
extremo a extremo con un palín, o herramienta similar, separando los bordes hast
a abrirla dejándola completamente plana. Luego se procede a "ripiarla", término
con el cual los baquianos denominan la acción de quitarle con un palín plano afi
lado o con un machete, todos los residuos de nudos que le quedaron, así como tod
o el parenquima o capa blanda y blanquecina que cubre el interior de los entrenu
dos. La limpieza debe llegar hasta la capa de fibras, sin llegar a lastimarlas p
ara no afectar sus
propiedades mecánicas. Al quitarle el parenquima se reduce considerablemente la
posibilidad del ataque de los insectos xilófagos, principalmente del Dinoderus m
inutus y del Podischnus agenor que son, quizás, los más frecuentes y causantes d
e mayor daño. El curado Una vez "ripiadas" o limpiadas de tabiques y parenquima,
las esterillas se ponen a "curar" en el mismo guadual, apilándolas, una sobre o
tra, con la faz externa hacia arriba, colocándolas sobre una base similar a la u
tilizada para el escurrimiento de los tallos -antes descrita- con el fin de faci
litarles la aireación inferior y de aislarlas de la humedad del suelo. Realizado
el apilamiento, se protegen de la lluvia cubriéndolos por encima con hojas de p
látano o similares o, en último caso, con hojas de la misma guadua, por espacio
de veinte o más días, tiempo que demora lo que los baquianos llaman el "avinagra
miento" de la savia" o "curado natural", que no es más que la conversión de alto
s contenidos de carbohidratos y/o glucosa -muy apetecidos por los insectos- en c
ompuestos alcohólicos y fenólicos que, por el contrario, los rechazan. Este cura
do es preferible hacerlo en el microclima propio del guadual, aunque también pue
de realizarse en un ambiente parecido, fuera de éste, para luego pasarlo al seca
do al aire libre en ambiente fresco y ventilado. Dicen los baquianos y viejos gu
adueros que después de permanecer dos y medio a tres meses dentro del guadual, b
ien escurridos y ojalá sin mojarse, los trozos de tallo y las esterillas, si no
han sido atacadas por los insectos xilófagos o por los hongos de la pudrición, p
ueden considerarse curados definitivamente; de lo contrario, debe realizarse el
tratamiento químico para preservarlos. Cuando se trata del aprovechamiento del g
uadual, en pequeña escala, se pueden aplicar sencillas medidas preventivas, tale
s como las fases de la Luna, la hora de corte, el curado en el guadual, porque l
o permite el volumen, pero cuando se trata de la explotación a nivel industrial,
es necesario aplicar métodos de secado, curado y prevención contra el ataque de
insectos y contra el fuego o la humedad, de acuerdo al volumen a tratar, utiliz
ando entonces la inmunización por inmersión en grandes tanques, con mezclas quím
icas adecuadas. La esterilla seguramente se obtendrá mediante la trituración con
rodillos parecidos a los utilizados para la extracción del guarapo de caña. El
parenquima de las esterillas se extraerá con máquinas cepilladoras y el secamien
to se realizará en hornos como los utilizados para la madera. De todas maneras,
sea a nivel doméstico o industrial, se deben tomar precauciones con la guadua pa
ra luego no sufrir pérdidas que se hubieran podido evitar.
CALCULO APROXIMADO DE LA GUADUA EN PIE Cuando se requiere conocer la altura apro
ximada del tallo aéreo de la guadua en pié, es decir, sin necesidad de cortarla,
se puede aplicar uno de los dos métodos sencillos que se utilizan para medir es
pecies de crecimiento vertical y de proporciones matemáticas como la guadua, a f
in de seleccionar las mejores, ya que hay una relación cuantitativa y cualitativ
a entre el diámetro del tallo, el
largo de los entrenudos, la longitud total del tallo aéreo y su normal desarroll
o. Método # 1 Es utilizado por los japoneses negociantes en Bambú, y consiste en
medir la circunferencia del tallo a 1,50 metros de altura tomada desde el nivel
del suelo (altura del pecho humano), multiplicando esta circunferencia -tomada
en centímetros- por un factor que varia según la especie y cuyo promedio para la
s especies del Sureste Asiático es de 60. (Satow, 1899), o sea: Altura del Tallo
= circunferencia ' 60 Ejemplo: Si la circunferencia a 1,50 m de altura es de 33
,6 cm (0,336 m), la altura del tallo aéreo será: At = 0,336'60 = 20,16 m Hidalgo
(1978) refiere que él hizo un estudio del factor utilizable en la Guadua angust
ifolia Kunth (Bambusa Guadua H y B), variedad Castilla, que no difiere mucho del
factor promedio utilizado para las especies japonesas y que tiene un valor apro
ximado de 58,2. la fórmula sería At = circunferencia 58,2. Ejemplo: Si la circun
ferencia a 1,50 m de altura es de 33,6 cm (0,336 m), la altura del tallo aéreo s
erá: At = 0,336'58,2 = 19,55 m Este resultado es muy cercano al obtenido por los
japoneses. Método # 2 Este método, en vez de la circunferencia, utiliza el diám
etro del tallo medido también a la altura del pecho (tomado a 1,50 desde el suel
o); teniendo en cuenta que a esta altura el tallo tiene un diámetro promedio de
10,7 para esta especie, según mediciones realizadas en el Centro Nacional para e
l estudio del Bambú-Guadua del Quindío (Col), tenemos: At=/TxDxK Siendo At = la
altura total aproximada del tallo. n- el número Pi. D = el diámetro a 1,50 m = 1
0,7 cm (0,107m) K = Constante obtenida con alturas y diámetros reales de muchos
tallos por el centro de inves tigaciones, el cual dio un valor de K=58,37, muy a
proximado al obtenido por O. Hidalgo, pero un poco más alto.
Ejemplo: Si el diámetro del tallo tomado a 1,50 m de altura es de 10,7 cm (0,170
m), la altura del tallo aéreo será: At=7TxDxK = 3,1416 '0,107'58,37 = 19,62 m A
t= 19,62 metros. Como puede observarse, la diferencia entre los resultados obten
idos con los métodos presentados no es muy considerable, más aún, si se tiene en
cuenta que se trata de obtener un valor aproximado pero muy cercano al valor re
al, según los diferentes experimentos realizados. PROPAGACIÓN PROPORCIONES DE LO
S BAMBÚES La proporción matemática que existe en los bambúes la plantea Satow (1
899), diciendo que esta planta pertenece al "Sistema Ternario", puesto que su de
sarrollo está basado en el número 3, o en un múltiplo de éste, por cuanto: el nú
mero cromosómico básico es x = 12 (múltiplo de 3); tiene 3 o 6 estambres; tanto
en las ramas básales como en las ramas de tercer orden presenta 3 espinas por nu
do; las ramas básales aparecen entre los nudos 3 y 18; los tallos alcanzan su ma
durez entre los 3 y los 6 años; los bambúes asiáticos normalmente florecen cada
30, 60 o 90 años, que son múltiplos de 3; el número de nudos es divisible por 3;
los rizomas más cortos tienen entre 3 y 6 nudos y los más largos entre 9 y 12;
el número total de nudos en los tallos más largos es de 60, 63 o 66. Finalmente,
el cálculo de la altura del tallo, estando la planta en pie, la obtienen los ch
inos multiplicando la circunferencia del tallo a la altura más representativa, q
ue es a l,50m del suelo, por un factor que varía según la especie y cuyo promedi
o es 60, también múltiplo de 3. La investigación que se venia adelantando desde
principios del siglo sobre las Bambusas, había sido lenta y aislada y sus result
ados, en cuanto a las especies nativas americanas, eran escasos y poco satisfact
orios. Pero ante la amenaza creciente de desaparición de diferentes especies sur
ge la necesidad de profundizar el conocimiento de las especies americanas y de e
ncontrar métodos y sistemas eficaces de propagación que, en forma económica y a
gran escala, pudieran producir rápidamente material vegetal vigoroso y genéticam
ente mejorable. A partir aproximadamente de la década de los setenta, dado el gr
ado de devastación a que estaban llegando los guaduales en varios países de Amér
ica, algunos gobiernos regionales y nacionales empezaron a interesarse en apoyar
programas de rehabilitación de las especies en extinsión y fue cómo, a través d
e Universidades, Corporaciones de Fomento y Desarrollo, Asociaciones de profesio
nales de la construcción y afines del agro, se propició el estudio y experimenta
ción sobre varias especies nativas americanas. Como consecuencia de este apoyo d
el sector oficial y de organismos
internacionales y al comenzar esta planta a tomar renombre mundial por su gran i
mportancia económica, social y cultural, se ha venido incrementando el estudio c
ientífico de sus propiedades naturales y de sus características reproductivas, c
on el fin de preservar los escasos bosques naturales que aun quedan de este géne
ro, tratando de optimizar su propagación y preservación, por cuanto constituye u
na alternativa cierta para el suministro de materia prima substitutiva en muchos
usos de la madera, la cual, por los altísimos costos que ha alcanzado y por la
incontrolada explotación a que también ha venido siendo sometida, pronto será in
suficiente para atender la creciente demanda a nivel mundial. Es así como en var
ios países se han creado centros de investigación dedicados a profundizar su con
ocimiento científico a través de investigaciones que han permitido adquirir un m
ejor conocimiento acerca de las que antes eran limitadas observaciones de sus us
uarios, transmitidas oralmente de generación en generación. Hoy, la moderna comu
nicación nos permite disponer y transmitir rápidamente una mejor y más completa
información acerca de las especies foráneas y nativas, respaldada por experiment
os cuyos resultados son científicamente más confiables; lo que nos permite tambi
én manejar métodos y sistemas comprobados de reproducción, tanto sexuales, como
asexuales más seguros y productivos. MÉTODOS DE PROPAGACIÓN Y SUS CARACTERÍSTICA
S Propagación sexual o por semilla Floración Hasta hace menos de 20 años, se dec
ía que la Guadua angustifolia florecía en ciclos que sólo se repetían cada 90, 1
20 o más años. Ratan Lal Banik (1980), por ejemplo, manifestaba que se habían ra
streado florescencias parciales de Bambusa guadua H y B (Guadua angustifolia) en
guaduales que proliferan de los 1410 m.s.n.m. hacia abajo, cada 203 años en la
región de Santágueda (Cerca de Manizales, Col.). En cambio, según lo manifiesta
Cruz RÍOS (1994), tras una minuciosa labor de observación adelantada principalme
nte en la zona cafetera del Quindio por el Centro Nacional para el Estudio del B
ambú-Guadua, también del Quindio (Colombia) sabemos ciertamente que la Guadua an
gustifolia sí florece regularmente. Pero no lo hace en forma gregaria como ocurr
e con la mayoría de los bambúes del sureste asiático, sino que se presenta en fo
rma esporádica, sólo en algunas plantas individuales de un mismo rodal, comúnmen
te cada seis meses; aunque también se han observado floraciones frecuentes y per
iódicas en los meses de abril y noviembre, coincidiendo con épocas de lluvia y p
ermaneciendo este tipo de floración esporádica durante dos meses aproximadamente
; anotando, además, que las inflorescencias -espiguillas que se presentan en las
ramas apicales- semejando panojas, debido al color verde en un comienzo y pajiz
o más tarde, hace muy difícil su localización y
observación oportunas. Esta aparición cuando es continua y periódica, ha permiti
do determinar cómo las espigas, en altísimo porcentaje, son vanas o vacías, debi
do a las pocas posibilidades de fertilidad a causa probablemente de la posición
invertida de la-flor, que dificulta la fecundación -o por el ataque de larvas e
insectos durante su maduración, como lo observa el Ing. Forestal Osear Pérez- pu
diéndose dar también por la incompatibilidad morfológica de los órganos sexuales
; por la poca aparición de estigmas o también por problemas ocasionados por la c
omposición bioquímica del polen. Esto hace que la reproducción de la Guadua angu
stifolia por semilla, con fines económicos o de reforestación, no sea práctica a
consejable, debido, además de los inconvenientes anotados, a su difícil consecuc
ión, a su crecimiento lento y a su bajo vigor iniciales. Sin embargo, por observ
aciones realizadas en el centro antes mencionado, sobre la determinación sexual
de la flor de la Guadua se ha llegado a la conclusión de que, tanto la parte sex
ual masculina como la femenina, se encuentran sobre un mismo eje. Este concepto
ayuda a la comprensión floral de la planta y al desarrollo de investigaciones co
ncretas que conduzcan a la semilla sexual, única forma para lograr la reproducci
ón sexual que represente viabilidad genética, lo cual indudablemente contrasta c
on el comportamiento de la mayoría de las especies asiáticas o bambúes, cuya flo
rescencia es gregaria, cíclica, y de abundante semilla, después de lo cual muere
el rodal, puesto que, al florecer la totalidad de las plantas de la misma espec
ie, mueren sus tallos aéreos y también los tallos modificados en rizomas. Pocas
veces algunos rizomas se activan para reiniciar la regeneración natural de la es
pecie, excepto en algunas especies de los géneros Phyllostachys y Arundinaria qu
e, después de un florecimiento gregario, sólo mueren los culmos, pero no los riz
omas. En la mayoría de las especies de bambúes asiáticos, una vez madura la semi
lla, cae al suelo y la que queda, después del proceso natural de consumo realiza
do por los animales depredadores de la región, se inicia el proceso de germinaci
ón y, por lo tanto, la regeneración del rodal, mientras los tallos en diferentes
fases de desarrollo comienzan a secarse de arriba hacia abajo, produciéndose la
muerte general un año después de haberse desprendido las semillas en su totalid
ad. Afortunadamente, esto no ocurre con nuestras especies americanas y muy espec
ialmente con la Guadua angustifolia, la cual según lo afirma el Ing. Forestal Os
ear Pérez P. en su escrito "Reforestación con Guadua -Una posibilidad económica"
, al manifestar: "Se puede afirmar que la Guadua florece indistintamente todos l
os días. El problema estriba en que siendo una especie que la gente mira sólo cu
ando la va a cortar, nunca se percata de su floración. Posiblemente los extensos
veranos y cambios fisiológicos tengan mucho que ver con la floración de la Guad
ua".
"Es posible que dentro de un guadual, algunas de ellas cumplan su ciclo de vida
y mueran, pero no se puede generalizar para la guadua y el bambú. A finales de 1
976 y principios de 1977 un prolongado verano azotó a Colombia. La mayor parte d
e los guaduales florecieron y fructificaron. La floración fue gregaria y aunque
se creó -principalmente en los departamentos de Caldas, Quindio, Risaralda y Val
le (del Cauca)- cierto temor de que la especie iba a desaparecer; pero afortunad
amente esto no ocurrió y los guaduales siguen creciendo y prosperando, sobre tod
o aquellos que se les han realizado programas de manejo. Por ejemplo, un guadual
sembrado en 1974 por ingenieros forestales de la Corporación Regional de Quindi
o, estaba florecido en Julio de 1978 y no ha muerto todavía". Acerca de la repro
ducción y propagación por semilla, Osear Pérez agrega: "Sobre la reproducción y
propagación de la guadua se ha creado un ambiente de misterio y se afirma que es
to es un imposible o muy difícil. Este es el criterio de la mayoría. La Guadua s
e reproduce por semillas con un prendimiento extraordinario que puede llegar al
100% de acuerdo con las experiencias de la Corporación Regional del Quindio. La
colección de semillas fértiles y en buenas cantidades es difícil, no porque la G
uadua no florece sino porque el fruto no madura lo suficiente, debido a que es m
uy apetecido por pájaros y larvas de insectos. Estas dificultades impiden tener
en cuenta la semilla de la Guadua para programas de reforestación industrial". P
or su parte, Hormilson Cruz (1994) nos habla de los resultados obtenidos en el C
entro Nacional para el estudio del Bambú-Guadua de Quindio, en la siguiente form
a: "Generalmente las flores son vanas debido al bajo porcentaje de fertilidad, p
ero el porcentaje de germinación de la semilla obtenida es de 90% a 98%, dependi
endo del tiempo de almacenamiento a que haya sido sometida. Después de tres mese
s de almacenadas, las semillas bajan su viabilidad notoriamente. Con semillas fr
escas, la germinación es rápida cuando se siembran a un centímetro de profundida
d, alcanzando entre 5 y 10 cm. de altura después de 2 a 3 meses." Hidalgo (1978)
comenta: "Es posible aumentar el índice de germinación abriéndole a cada semill
a un lado de su cubierta antes de sembrarla". Concluyendo, podemos decir que la
propagación por semillas de la Guadua angustifolia es importante para obtener bu
ena cantidad de material genético, pero, en vista de su heterogeneidad y ante la
dificultad para disponer cíclicamente de suficiente cantidad y a su complicada
conservación por largo tiempo, no es recomendable su utilización en plantaciones
comerciales de cierto volumen. Propagación asexual o vegetativa
La reproducción asexual, o sea, la propagación de la Guadua a partir de partes d
e la planta, como tallos, ramas, yemas y raíces, es la más adecuada y recomendab
le. Hay varios métodos de propagación, unos más eficaces que otros, como se verá
a continuación, basados en resultados obtenidos por diferentes investigadores a
través de más de 50 años de experimentación científica. Diferentes métodos de p
ropagación asexual, con su correspondiente
graficación: -Transplante directo de la planta completa. -Rizoma con raíces, par
te del tallo y yemas activas -Rizoma sin tallo -Tallo delgado con trozo de rizom
a -Secciones de tallo con agua -Acodos en ramas básales o riendas laterales -Seg
mentos de ramas básales o riendas laterales
-Chusquines de los rizomas de Guaduas apeadas -Cultivo de tejidos vegetativos in
vi tro 2. Rizoma con raíces, parte del tallo y yemas activas
Básicamente tiene las mismas exigencias de cultivo del método anterior, pero su
transporte es menos complicado y costoso, por cuanto el tallo o culmo sólo debe
tener entre 60 y 90 cm de largo. Los propágulos deben tener de dos a tres años d
e edad y provenir de plantas saludables preferiblemente jóvenes seleccionadas en
la periferia del rodal. El rizoma debe poseer, por lo menos, una yema, la cual
debe ser bien protegida durante el trasplante. Este debe realizarse al inicio de
las lluvias y nunca en épocas secas, para que el método ofrezca buenos resultad
os.
3, Rizoma sin tallo Para este tipo de propagación deben utilizarse rizomas de la
periferia del rodal que son menos difíciles de extraer y para que no se corra e
l riesgo de utilizar rizomas degradados del interior, más difíciles de extraer.
Este método
presenta excelentes resultados porque los renuevos obtenidos son vigorosos y en
ocasiones se activan varias yemas latentes al mismo tiempo, presentándose luego
un desarrollo general óptimo, dependiendo los logros de la edad del propágulo. T
iene la desventaja de las grandes excavaciones que deben hacerse para extraer el
rizoma completo, además de su costo.
4. Tallo delgado con trozo de rizoma Se obtiene al sacar del guadual tallos o se
gmentos de tallos con su correspondiente trozo de rizoma. En lo posible, el tall
o se extrae con hojas y el rizoma con yemas y raíces. Este método según Castaño
(1981), ha presentado buenos resultados por su mayor facilidad y economía que lo
s métodos antes descritos. Su prendimiento alcanzó en los ensayos un 71%. Hidalg
o (1978), acerca de la propagación por rizomas, dice: "La forma más segura y efe
ctiva de propagar la Guadua vegetativamente es por medio de rizomas completos, d
e uno o más años de edad, que aún tengan yemas no desarrolladas. Por lo general,
el primer brote aparece a los 30 días de sembrado". Finalmente podemos concluir
, que los métodos que utilicen el rizoma garantizan éxito en la propagación, per
o son antieconómicos e implican la deforestación, con grandes excavaciones en un
área determinada, generalmente la periférica, para la implantación de otra en s
itio diferente, por lo que es recomendable utilizar otras de las alternativas ya
experimentadas, tales como las que se describen a continuación.
5. Secciones de tallo con agua De acuerdo a Hidalgo (1978), este método consiste
en cortar secciones de tallo de más de dos años de edad, con uno, dos o tres en
trenudos completos, teniendo el cuidado de no dañar las yemas ni de averiar la b
ase de las ramas. Antes de sembrarse, cada entrenudo se perfora por el lado que
va a quedar hacia arriba, cuidando que las yemas queden hacia los lados. Posteri
ormente, cada entrenudo se llena de agua hasta las tres cuartas partes y se cubr
e con una capa de tierra no menor de 10 cm. El primer brote tarda hasta 60 días
en salir, o menos, si se trata con hormonas. La mejor época para sembrarlos es t
ambién al comienzo de las lluvias. Por su parte, Manzur (1980), manifiesta que é
ste método cumple los requisitos biológicos y económicos buscados, considerando
que es uno de los más apropiados para la plantación de grandes extensiones. Es u
n método que resiste condiciones climatológicas adversas (sequía) y a la vez Pro
duce propágulos, tanto en los nudos de los muñones, como en las axilas del tallo
, lo cual proporciona, en un momento dado, un buen número de propágulos, aumenta
ndo así la rata de reproducción de la especie.
6. Acodos en ramas básales o riendas laterales Délas ramas laterales primarías (
riendas o ganchos) ya desarrolladas, se toma una longitud de 20 a 30 cm contados
del ápice hacia la base y, muy cerca a un nudo, se realiza una hendidura parcia
l y superficial en forma de anillo y se cubre con sfagnun o musgo fresco, preced
iéndose a envolverlo con polietileno negro, dejando orificios grandes para humed
ecer el medio y propiciar el brote de las yemas. El riego debe hacerse permanent
emente. Acerca de las experiencias con este método, Manzur (1980) comenta que es
uno de los métodos más promisorios para grandes reforestaciones llevadas a cabo
por las entidades competentes, ya que de una planta se puede obtener un número
elevado de propágulos a corto plazo y a bajo costo, sin deteriorar la(s) planta(
s). Este tratamiento exige, lógicamente, un mínimo de condiciones para obtener u
n buen resultado, a saber: Debe realizarse en matas localizadas dentro del guadu
al y no en las periféricas, para así aprovechar el topoclima de la plantación; l
os cortes deben ser perfectamente ejecutados y el riego debe ser continuo durant
e los primeros meses. Las deshidrataciones del material, ocasionadas por demoras
entre la obtención de este y el momento de la siembra, traen consigo bajos resu
ltados y hasta pérdida del material obtenido, lo cual se puede evitar establecie
ndo inicialmente un vivero o propagador, en caso de grandes plantaciones, o hace
rlo en época de lluvias. Este material, a reforestar, debe provenir de plantas a
dultas y sanas y, en lo posible, no usar propágulos provenientes de zonas ajenas
al área de reforestación. 7. Segmentos de ramas básales o riendas laterales Est
e método consiste en utilizar las yemas que emergen de los nudos de las ramas bá
sales o riendas laterales. De las riendas más bajas se seleccionan aquellos nudo
s con una o más yemas activadas. Se corta diagonalmente la rienda, dejando a lad
o y lado del nudo un trozo de rienda de aproximadamente cinco centímetros de lar
go. El trozo de rienda cortado así constituye un propágulo que debe ser inmediat
amente sembrado en una bolsa grande de polietileno negro (similar a la utilizada
para propagación del café). Previamente debe desinfectarse con fungicida y mezc
lada con enraizador la tierra de la bolsa donde va a
sembrarse el propágulo. Una vez sembrado éste en la bolsa, debe trasladarse al v
ivero o sitio similar donde debe ser humedecido constantemente. Al cabo de 90 dí
as, puede ser transplantado definitivamente, cuidando de volver a desinfectar co
n fungicida y de aplicar el enraizador al suelo o material que ha de recibir la
plántula ya formada. Este método, ejecutado bajo condiciones técnicas apropiadas
, permite obtener porcentajes de prendimiento entre el 95% y el 98%. 8. Chusquin
es de los rizomas de guaduas apeadas
El término CHUSQUIN se tomó del parecido morfológico existente entre los primero
s estados de desarrollo de una plántula de chusque con un brote basal del rizoma
de la Guadua. Chusquín, es pues, una plántula pequeña o rebrote con alturas ent
re 20 y 80 centímetros, un solo talluelo de 0,5 a 2,5 cm de diámetro, con pocas
hojas que comienza a emerger 2 o 3 meses después de cortado el tallo principal.
El método de propagación por chusquines consiste en
seleccionar renuevos emergentes de una parte del rizoma de Guaduas apeadas, el c
ual se separa con cuidado de la planta madre a la que denominan los técnicos "ba
nco de germoplasma". Castaño (1981) opina que este método así como el anterior,
además de la supervivencia, presenta otras ventajas en cuanto se refiere a la ec
onomía del material, ya que es fácil de obtener y transportar (un hombre puede e
xtraer hasta 40 por día), permitiendo obtener de allí material en excelentes con
diciones de vigor y sanidad para ser plantado y al mismo tiempo establecer semil
leros. Una vez garantizado su prendimiento, se puede trasladar a bolsas de polie
tileno hasta el momento propicio de siembra o directamente al sitio de plantació
n. El Centro Nacional para el Estudio del Bambú-Guadua del Quindío (Col) recomie
nda seguir los siguientes pasos para obtener mejores resultados con este método:
Pasos a seguir en la reproducción asexual: 1.-Identificados los bosques y los c
husquines, se procede a separar las plántulas del rizoma, con la ayuda de un pal
ín o machete cortante. 2.-Separado el Chusquín del rizoma, se extrae con la mayo
r cantidad de
suelo posible adherido a sus raíces, a las cuales se les debe evitar rupturas. 3
.-Previamente, se han llenado con suelo, bolsas del tipo y tamaño cafeteras y al
lí, en condiciones de sombra, se siembra un chusquin, en cada bolsa. El riego de
be ser continuo.
4.-Las plántulas prendidas se siembran en el área destinada como banco de propag
ación, a una distancia de 40 cm entre surcos por 30 cm entre plantas. En esta ár
ea el riego es indispensable permanentemente.
5.-Con buen manejo, cada chusquín sembrado genera a los 3 o 4 meses de edad, un
promedio de 5 hijos, con diferentes edades y desarrollos, pero todos aptos para
ser transplantados.
6.-A esa edad, se remueve el suelo y se arranca, tanto el chusqún iniciador del
proceso, como los nuevos chusquines generados. Vale recordar que todos los chusq
uines hijos o renuevos están unidos, unos a otros, a través de sus pequeños rizo
mas. Las plántulas obtenidas deben ser colocadas inmediatamente en un recipiente
con agua para evitar su deshidratación. 7.-En una caseta de transplante, o en c
ondiciones de umbráculo (cobertizo) se procede a hacer el deshije o separación d
e plántulas, sembrándose cada una de ellas en bolsas de polietileno. A menor gra
do de deshidratación, habrá mayores porcentajes de prendimiento.
8.-De todos los chusquines prendidos se seleccionan los mejores, determinando su
vigor y apariencia vegetativa, los cuales se siembran nuevamente en los bancos
de propagación para continuar el ciclo. 9.-Guando los chusquines transplantados
en bolsa son llevados a condiciones de invernadero con una temperatura de 30 gra
dos centígrados y humedad relativa del 75% al 80%, el porcentaje de prendimiento
alcanza el 90%. 10.- Igualmente, con chusquines obtenidos en viveros y previame
nte seleccionados, se puede lograr la propagación de la especie, acortando a 45
días el proceso de maduración: 10 días de invernadero, 5 días en la caseta de re
posición (para que se recuperen del stress) y luego 30 días en el vivero. 9. Cul
tivo de tejidos vegetativos in Vitro
Este es un método que consiste en cultivar en condiciones asépticas de laborator
io, secciones de las zonas de crecimiento de la planta como son: el meristema ap
ical, localizado en el ápice del cogollo de la Guadua y los meristemas axilares
que corresponden a las yemas de los tallos y rizomas. De este modo se obtienen r
ápidamente y en mayor volumen, unidades de multiplicación (órganos y otras estru
cturas) que pueden producir, al concluir el proceso, plantas enteras similares.
Manzur (1988) nos indica el proceso de los cultivos in vitro, de la siguiente ma
nera: Una vez se extraen de la planta los meristemas seleccionados, se subdivide
n e instalan en tubos de ensayo, en los cuales se ha colocado previamente una ge
latina que contiene macro y micro nutrientes, así como también hormonas, de las
cuales obtendrán su alimento. Con los días, si no es atacada por los hongos, la
sección del meristema formará un callo, el cual será subdividido. Cada una de su
s partes se coloca en otro tubo de ensayo que contiene otras sustancias nutritiv
as que hacen que las secciones del callo se transformen en plantas; después de l
o cual se transplanta a un suelo tratado y, posteriormente, a la zona de cultivo
.
Su ventaja es que, de un solo meristema, pueden obtenerse cientos de plantas, to
das con iguales características a la planta nodriza. A nivel de experimentación,
estas unidades de multiplicación han sido los cuellos de rizoma y los dos prime
ros nudos básales de los culmos o cañitas desarrolladas in vítro. Cuando se pien
sa en la propagación masiva de los materiales deseados, se obtienen frecuentemen
te de dos a tres yemas laterales provenientes del rizoma y dos yemas de los nudo
s básales, en un período de dos meses. O sea que, partiendo de una sola yema axi
lar proveniente de plantas adultas, se obtienen en 14 meses potencialmente 16.38
4 nuevas plantas. Mediante experimentación se vio que, una vez sembradas las plá
ntulas en las bolsas con suelo sin esterilizar, éstas desarrollaron tres brotes,
mostrando un crecimiento radial. Además de estas yemas axilares, las plantas ta
mbién desarrollaron yemas adventicias con raíces en los dos primeros nudos de la
s cañas o culmos, constituyéndose así en otra fuente de obtención de propágulos,
mediante el aporcamiento de las plantas para luego aislárseles las yemas ya des
arrolladas. Con este método se ha logrado aislar y desarrollar embriones de Guad
ua angustifolia Kunth en un medio de cultivo adecuado y bajo condiciones control
adas de asepsia, luz y temperatura, que facilitará la propagación asexual y masi
va de la especie, lo que muchas veces no ocurre en forma natural, ya sea por fal
ta de mantenimiento de los guaduales o por enemigos naturales, por ser el endosp
erma de la semilla tan nutritivo. PROPIEDADES FÍSICAS Y MECÁNICAS DE LA GUADUA R
esistencia a la tracción y a la compresión Para un mejor conocimiento de las pro
piedades físicas y mecánicas de la Guadua y de su comportamiento en la construcc
ión, se presentan en este capítulo los resultados de diversos ensayos realizados
por varios investigadores; pudiéndose apreciar la similitud de los resultados,
a pesar de los diferentes métodos seguidos y muestras utilizadas. Francisco Lond
oño y Marcos A. Montes (1970) basados en los resultados de los experimentos sobr
e ensayos a la compresión y a la flexión de la Phillostachys Bambusoide (E.U.) r
ealizados por ellos en el laboratorio de investigaciones de Clemson (Colegio de
Carolina del Sur, EE.UU.), teniendo en cuenta las variables: especie de bambú, g
rado de curado, edad, tratamientos preservativos, presencia de nudos y utilizand
o cintas de bambú de 30 cm de largo, juntas y encoladas por pares, con sus caras
interiores en contacto, en 3 posiciones diferentes, obtuvieron los siguientes r
esultados: -Edad de las plantas: Se encontró que no existe variación en el módul
o de elasticidad y la tensión extrema, entre un grupo de
bambúes de distintas edades y grupos de bambúes de edades coincidentes. Mientas
el valor promedio de estas dos características aumenta suavemente con la edad, h
ay otros de un año que muestran valores más altos que. los de tres años. Antes d
e este experimento se creía que la resistencia aumentaba en un período de tres a
ños. -Grado de Curado: El tratamiento con Metilolurea, producto para aumentar la
resistencia y tornar incombustibles a las maderas, incrementa la resistencia y
el módulo de elasticidad, con respecto a bambúes sin curar. -Rigidez: El bambú t
iene un alto módulo de elasticidad respecto a la flexión, por lo cual su rigidez
es baja. -Módulo de Elasticidad: El valor obtenido para el módulo de elasticida
d fue de ciento cincuenta y dos mil (152.000) Kg./cm2 por lo que conviene especi
ficarlo en ciento cuarenta mil (140.000) Kg./cm2 (coincidente con el del hormigó
n). -La resistencia a la compresión fue de quinientos sesenta (560) Kg./cm2, o s
ea, que es mucho más bajo que el ensayo de tracción. -Los nudos pueden ser las p
artes más débiles en bambúes sometidos a esfuerzos de tracción; por lo tanto, se
debe indicar como resistencia a la tracción, la mínima carga de rotura observad
a (1.200 Kg./cm2). Esta resistencia se recomienda en especies no investigadas pr
eviamente. -La variedad utilizada en este experimento, la Phillostachys Bambusoi
de, es muy similar a la Guadua angustifolia, por lo que las conclusiones obtenid
as con aquella son válidas para ésta. En el primer ensayo se obtuvo un valor pro
medio del Módulo de Elasticidad de ciento dieciséis mil (116.000) Kg./cm2 y en e
l segundo de ciento veinte mil (120.000) Kg./cm2. La probeta ensayada tenia una
sección trapezoidal de base mayor = 20 mm; base menor = 16 mm; altura = 7 mm; un
a longitud total de 80 cm y una longitud de ensayo de 70 cm. Los valores obtenid
os coincidieron con los obtenidos con la philostachys Bambusoide en los laborato
rios del Colegio de Clemson (EE.UU.). NOTA: En Bombay, India, también se realizó
la determinación del grado de elasticidad de los bambúes nativos, dando promedi
os comprendidos entre ciento cuarenta mil (140.000) Kg./cm2 y ciento setenta y c
inco mil (175.000) Kg./cm2, que concuerdan con los obtenidos en Clemson. Las con
clusiones de este ensayo fueron las siguientes:
Resistencia a la Tracción: En un segundo experimento de ensayos a la Compresión
y a la Flexión realizado también por F. Londoño y M. Montes (1970) en los labora
torios del Centro Interamericano de Vivienda (CINVA) de Bogotá, con el fin de ob
servar los valores que pudieran presentar probetas de Guadua angustifolia Kunth
y compararlos con los obtenidos en Clemson en dos determinaciones simples, se ob
tuvieron los siguientes resultados: En un primer ensayo, se utilizó la carga dir
ectamente encima del punto de aplicación sobre la probeta. En el segundo, en cam
bio, hubo una multiplicación de palancas para obtener mayores fuerzas con más co
modidades. Este segundo ensayo dio mejores resultados, por cuanto la carga pudo
aplicarse paulatinamente volcando arena, previamente tirada en un recipiente. La
relación de fuerzas era de uno a tres. A-El Módulo de Elasticidad (E=carga por
unidad de área) y la Re sistencia a la Tracción, varían de una manera inconsiste
nte con la edad. B-El Módulo de Elasticidad promedio presenta un valor mínimo ap
roximado de ciento cuarenta mil (140.000) Kg./cm2 y un máximo de trescientos die
ciséis mil (316.000) Kg./cm2. C-La Resistencia a la Tracción Máxima presenta la
misma varia ción en cuanto a una especie o varias especies, cuando la probeta co
mprendía o no un nudo. El valor promedio máximo de unaespecie sin nudo alcanza a
unos tres mil quinientos (3.500)Kg./cm2 y un valor mínimo poco menor de un mil
ochocientos(1.800) Kg./cm2. Siendo estos valores por sección neta de Guadua. Aqu
ellas especies que tuvieron un elevado Módulo de Elasticidad, tuvieron una corre
spondiente elevada Resistencia a la Tracción. Ni el Módulo de Elasticidad, ni la
Resistencia a la Tracción sufrieron modificaciones por el tratamiento con metyl
olurea. Resistencia a la compresión: - La Guadua tiene un alto Módulo de Elastic
idad respecto a la flexión, por lo cual su rigidez es baja. -El valor del Módulo
de Elasticidad no se incrementa con la edad. -El curado previo resulta convenie
nte. -Con respecto a la tracción y a la compresión, puede tomarse el mismo Módul
o de Elasticidad propuesto. -Los nudos pueden ser las partes más débiles en Guad
uas sometidas a esfuerzos de tracción. La Guadua demuestra ser aproximadamente c
uatro veces más resistente en tracción que en compresión, en cambio, el Módulo d
e Elasticidad es levemente superior a los obtenidos en los ensayos de tracción.
NOTA: El Ing. H. Purandare, de Bombay, estima conveniente determinar como valor
de compresión admisible ochenta y cinco (85) Kg./ cm2 y doscientos diez (210) Kg
./cm2 para la tracción. APLICACIÓN DE LA GUADUA COMO REFUERZO DEL HORMIGÓN Dada
la gran resistencia a la tracción de las fibras de las bambusas se han llevado a
cabo innumerables ensayos para determinar hasta qué punto este material vegetal
puede reemplazar al hierro en el reforzamiento de estructuras y elementos estru
cturales de hormigón y de suelo-cemento. Estos ensayos se han realizado en Japón
, Filipinas, Estados Unidos Alemania, Italia, Egipto, Puerto Rico, Méjico, China
, India y Colombia; algunos de cuyos resultados se presentan a continuación. Los
mismos investigadores Francisco Londoño y Marco A. Montes (1970) en ensayos rea
lizados en los laboratorios de Clemson (EE.UU.) sobre la adherencia del bambú (P
hillostachys Bambusoide) y el hormigón, ante las premisas: -El bambú tiene un fa
ctor de contracción relativamente elevado y la contracción sufrida al sazonarse
o curarse es mucho más marcada en el sentido del diámetro. -Las estructuras refo
rzadas con bambú sin curar se agrietan, posiblemente porque el curado se efectúa
dentro del hormigón. -Las grietas pueden producirse por acción de los nudos y p
or la forma de cuña que adopta. -Basándose en los resultados obtenidos, presenta
n las siguientes conclusiones: - El refuerzo de bambú sí impide la ruptura de la
pieza para cargas notablemente mayores que las que son de esperar en vigas sin
armar de iguales dimensiones. El refuerzo de bambú en vigas incrementa la capaci
dad de carga en la ruptura final, más allá de lo que puede esperarse en vigas si
n armar de iguales dimensiones. -La capacidad de carga del hormigón reforzado co
n bambú se incrementa con el aumento de porcentaje del refuerzo hasta un valor ó
ptimo. Este valor óptimo se da cuando la sección del bambú utilizado como refuer
zo longitudinal es igual al tres o cuatro por ciento de la sección del hormigón.
-La carga requerida para ocasionar la rotura en las vigas reforzadas fue de cua
tro a cinco veces mayor que la requerida para vigas de iguales dimensiones, pero
sin armar (reforzar). -Las vigas con refuerzo de bambú pueden diseñarse para so
portar con
seguridad, cargas dos o tres veces mayores que las que pueden esperarse de las v
igas sin armar y de iguales dimensiones. -No es un material adecuado para reempl
azar al hierro en las estructuras importantes, particularmente donde el hierro p
uede conseguirse a precio razonable. -Es recomendable en elementos pequeños, seg
ún demostración hecha en el Colegio de Clemson, especialmente en la ejecución de
elementos prefabricados de cerramiento. -En caso de diseñar una estructura de h
ormigón con refuerzo de bambú, debe aplicarse la teoría elástica corriente en lo
s cálculos de concreto. -Los listones de refuerzo no deberán sobrepasar los tres
cuartos de pulgada de ancho. -La separación de los elementos de refuerzo debe s
er de treinta y cinco a cincuenta milímetros (3,5 a 5 cm). -La sección del bambú
es cuatro veces más grande que la del hierro y la sección del hormigón un terci
o mayor. -Debe vigilarse la aparición de fisuras por efectos de la expansión que
sufre el bambú del refuerzo al absorber la humedad del hormigón recién colado.
-Conviene revisarse la tensión máxima admisible del hormigón para obtener un dis
eño balanceado sin excesiva cantidad de bambú. La idea de utilizar cañas delgada
s, tablillas y cables de bambú, obtenidos estos dos últimos al dividir radial y
longitudinalmente los tallos de bambú, no es nueva. Los primeros experimentos en
este campo fueron realizados en 1914 por H. K. Chou en el Massachusets Institut
o of Tecnology (MIT) de EE.UU. y posteriormente aplicados en China en 1918; entr
e otros propósitos, en la cimentación de puentes de ferrocarril, en la cual se u
tilizaron pilotes de fricción de concreto reforzados con bambú, con el objeto de
facilitar su transporte y colocación, según lo refiere Osear Hidalgo (1978) qui
en, a su vez, junto con los Ing. José Villar, Delmar Gutiérrez y Patricia Imery,
realizó ensayos de muestras obtenidas de Guadua angustifolia para determinar su
s propiedades físicas y mecánicas, así como su comportamiento como refuerzo en v
igas de concreto. Estos ensayos fueron realizados en los laboratorios de la Divi
sión de Ingeniería de la Universidad del Valle (Cali, Colombia) y en la Facultad
de Ingeniería de la Universidad Nacional de Santa Fe de Bogotá, utilizando un t
otal de 36 tallos de Guadua angustifolia, variedad Castilla, por ser la menos re
sistente de las gigantes nativas de Colombia. Estas Guaduas fueron cortadas en d
iferentes épocas del año entre las 9 a.m. y las 12 m. El
diámetro promedio varió entre 9 y 12 cm y la altura entre 17 y 23 m. El espesor
promedio de la pared en la base era de 22 mm y en la parte media del tallo, de 1
0 mm, aproximadamente. Con el fin de comprobar la variación de la resistencia se
cortaron Guaduas con edades entre 9 meses y 7 años. Una vez extraídas las tiras
o cintas de 3 m de largo, se seleccionaron alternadamente a lo largo de cada ta
llo, utilizando solamente las 3 o 4 primeras secciones del mismo. Todos los cabl
es utilizados como refuerzo de las vigas de concreto se elaboraron con cintas de
2,20 m de longitud cortadas de la parte inferior de los segundos tramos. El sob
rante de los mismos se utilizó en los ensayos a tracción. Se obtuvieron los sigu
ientes resultados:
Características físicas y mecánicas de la Guadua
Diferencia de Resistencia a la Tracción entre la zona interna y externa de la pa
red del tallo. Si se observa la sección transversal de una Guadua o de cualquier
otro bambú, se pueden distinguir claramente dos zonas; una interna de color bla
nco y porosa y otra externa de color oscuro y compacta. La primera de ellas ocup
a aproximadamente el 70% del espesor de la pared y la segunda el 30%. En los ens
ayos a tracción que se realizaron separadamente de estas dos zonas obtenidas de
una misma tablilla, la zona interna dio una Resistencia a la Tracción de sólo 70
6 Kg./cm2, mientras que la extema dio 2.052 Kg./cm2. Posteriormente se ensayó un
a tablilla del mismo entrenudo, anexa a la anterior, la cual dio una resistencia
de 1.175 Kg./ cm2, que corresponde a la resistencia combinada de las dos zonas.
De lo cual puede deducirse que, un cable hecho con cintas de guadua puede tener
una resistencia casi tres veces mayor que una tablilla con igual área transvers
al. Por otra parte, se demuestra que, cuando se utilizan tablillas como refuerzo
en el concreto, el 70% de su área transversal, además de que no cumple ninguna
función como refuerzo, disminuye considerablemente la resistencia máxima de la z
ona extema. Ensayos de tracción de las cintas Se ensayaron a tracción un total d
e 163 cintas de 50 cm de longitud por 10 mm de ancho y 3 mm de espesor promedio,
tomadas de diferentes tramos, correspondientes a la parte inferior, media y sup
erior de tallos de diferentes edades; la mitad con nudo en el centro y la otra m
itad sin nudo. Sin embargo, las muestras sin nudo en el centro quedaron con nudo
s laterales que en la mayoría de los casos coincidían con los agarres de la máqu
ina. Del análisis de los resultados se obtuvieron los siguientes datos: -De las
muestras que se ensayaron sin nudo en el centro, sólo 8 fallaron por
tracción en el entrenudo, con una resistencia máxima a la tracción de 2.068 Kg./
cm2 y mínima de 1.217 Kg./cm2. El mayor número de fallas se presentó por tracció
n en el nudo y por otras causas que se indican a continuación, sobre una base de
163 muestras ensayadas5% por tracción en el entrenudo 46% por tracción en el nu
do 6% por esfuerzo cortante 11% por esfuerzo cortante y tracción 17% por tracció
n en el nudo dentro del agarre 15% por desgarramiento dentro del agarre La máxim
a resistencia a la tracción obtenida fué de 3.213 Kg./ cm2, en una muestra sin n
udo en el centro, tomada de la sección superior del cuarto tramo con 3 1/2 años
de edad, la cual falló por tracción en el nudo dentro del agarre. La mínima fue
de 1.017 Kg./cm2 en una muestra sin nudo en el centro, tomada en la sección supe
rior del cuarto tramo de una guadua de 5 años, la cual falló por tracción dentro
del agarre. La resistencia promedia fue de 1.919 Kg./cm2. La distribución de lo
s resultados fue la siguiente: 4,3% Entre 1.017y 1.249 Kg./cm2 9,2% Entre 1.250
y 1.499 Kg./cm2 27,0% Entre 1.500 y 1.749 Kg./cm2 23,3% Entre 1.750 y 1.999 Kg./
cm2 12,9% Entre 2.000 y 2.249 Kg./cm2 9,2% Entre 2.250y 2.499 Kg./cm2 9,8% Entre
2.500 y 2.749 Kg./cm2 2,4% Entre 2.750 y 2.999 Kg./cm2 1,9% Entre 3.000y3.213 K
g./cm2 Algunos investigadores consideran que la resistencia de la Guadua decrece
con la altura, o sea, que es menor en el extremo superior que en el basal. Sin
embargo, en estos experimentos no se encontró una marcada diferencia que pudiera
ratificar este concepto; por el contrario, en algunos casos, el tramo superior
resultó con mayor resistencia que los inferiores. También se ha creído que la re
sistencia a la tracción aumenta paralelamente con la edad, lo que sólo se compro
bó en un 20% aproximadamente de los muestras. Hubo muestras como las tomadas de
una Guadua ¿e un año de edad, que dieron valores tan altos como 3.018 y 3.206 Kg
./ Se observó que la resistencia a la tracción comienza a decrecer en la Guadua
entre los 5 y los 6 años de edad.
Módulo de Elasticidad a la Tracción El Módulo de Elasticidad a la Tracción, obte
nido en 65 muestras, varió entre 135.000 Kg./cm2 -que es aproximadamente el mism
o del concreto- y 277.000 Kg./cm2. El Módulo de Elasticidad promedio fue de 215.
000 Kg./cm2 comprobándose, además, que el módulo de elasticidad en las cintas es
mucho mayor que en las tablillas. Ensayos de Compresión Se ensayaron a compresi
ón un total de 76 muestras, consistentes en cilindros cortados de diferentes tra
mos, correspondientes a la parte inferior, media y superior de tallos de Guadua
angustifolia de distintas edades. De cada uno de estos tramos se sacaron dos mue
stras, una con nudo en el centro y otra sin nudo. Cada cilindro se cortó con una
altura equivalente a 10 veces el espesor de su pared según recomendación de otr
os investigadores. Del análisis de los resultados se obtuvieron los siguientes d
atos: Quizás por la poca altura de las muestras, que fluctuaba entre 8 y 20 cm,
no se observó que el nudo incrementara su resistencia a la com-Presión. La máxim
a y mínima resistencia a la compresión que se obtuvo en muestras sin nudo en el
centro, fue de 705 y de 226 Kg./cm2 respectivamente, y en las muestras con nudo
en el centro, fue de 636 y 261 Kg./cm2. Contrariamente a lo que siempre se ha cr
eído, se observó que la resistencia a la compresión en la Guadua aumenta con la
altura, como se pudo comprobar en muestras con y sin nudo en el centro, pertenec
ientes al cuarto tramo superior y, la más baja resistencia a la compresión, se o
btuvo de muestras pertenecientes al primer tramo basal. Se observó, así mismo, q
ue la resistencia aumenta paralelamente con la edad de la Guadua, en la mayoría
de los casos. La resistencia máxima de 705 Kg./cm2 se obtuvo en una Guadua de 6
años, mientras que la mínima de 216 Kg./cm2 lo fue en una de un año. Esfuerzo Co
rtante Se ensayaron en total 27 muestras a esfuerzo cortante, tomadas de Guaduas
de diferentes edades. Los resultados fueron los siguientes: El valor máximo de
esfuerzo cortante obtenido fue de 144 Kg./cm2, el mínimo fue de 45 Kg./cm2 y el
promedio de 93 Kg./cm2. Cambios dimensionales producidos por la humedad Uno de l
os más graves problemas que tienen los bambúes cuando se emplean como refuerzo e
n el concreto, es que al embeberse en la mezcla, absorben parte del agua de ésta
, aumentando el volumen y, posteriormente al secarse, se contraen, rajándose y p
erdiendo su adherencia con el concreto.
Con el propósito de determinar estos cambios dimensionales en la Guadua, se sume
rgieron en agua, por espacio de ocho días, secciones completas de tallos o cilin
dros, tablillas completas, zonas blandas de tablillas (parte interna) y cintas c
orrespondientes a la zona externa, las cuales fueron observadas y medidas cada 2
4 horas, con los resultados mostrados en el cuadro de la página siguiente: Muest
ras Cilindros Diámetro externo Espesor de la pared Longitud Tablillas Espesor de
la pared Zona blanda (separada) Cintas (zona externa) Espesor Ancho Incrementos
En 24 horas 2,5% 5% — En una semana 5% 13% —
8,7% 9,5%
15% 17%
3,5% 3%
3,5% 3%
De los datos anteriores se deduce que los mayores cambios dimensionales se prese
ntaron en la zona blanda de la pared, y los menores, en la zona externa o de may
or resistencia, de donde se obtienen las cintas. Se observó, además, que los cam
bios de volumen fueron mayores en las Guaduas jóvenes que en las de mayor edad y
que el aumento de volumen es mayor en la zona del entrenudo que en los nudos. C
oncreto Reforzado con cables de Guadua Con el fin de establecer una comparación
entre el empleo de tablillas y cables hechos con cintas de Guadua como refuerzo
en el concreto, se ensayaron 26 vigas de 2,20 m de largo por 12 cm de ancho y 20
cm de altura. Las vigas se fundieron en grupos de tres, en cada uno de los cual
es se utilizaron tablillas y cables obtenidos de una misma Guadua. En la viga #1
se utilizaron tablillas colocadas horizontalmente; en la #2 tablillas colocadas
verticalmente y en la #3 se utilizaron cables. Como refuerzo superior se utiliz
aron siempre 2 tablillas de 12 mm de ancho por 5 mm de espesor promedio, sin ten
er en cuenta la edad. En todas las vigas se utilizó la misma mezcla de concreto,
con la siguiente dosificación por metro cúbico:
Cemento Agua Arena de Rio Gravilla (Balasto)
290 Kg.. 175 litros 755 Kg. 1.230Kg..
O sea, una proporción, por peso, de 1:2:6:4,24, la cual dio una resistencia a lo
s 7 días de 1.250 Iibras/pulg2 y de 2.157 Iibras/pulg2 a los 28 días. Resultados
: La viga #1 con 36 flejes o estribos, también de cinta de Guadua de 10 meses, y
con tablillas de refuerzo colocadas horizontalmente, admitió una carga puntual
máxima de 771 Kg. La viga #2, con 36 flejes y tablillas de Guadua de 10 meses, c
olocadas verticalmente, soportó una carga de 961 Kg. La viga #3 con 36 flejes y
con cable de Guadua de 10 meses, soportó una carga de 1.179 Kg. Estos fueron los
valores mínimos de carga soportada entre todas las vigas utilizadas en el ensay
o. Estas tres vigas fueron reforzadas con material extraído del primer tramo de
una guadua de 10 meses. En cambio, las vigas 1,2 y 3, reforzadas con material ex
traído del quinto tramo de una Guadua de 2 1/2 años, con flejes o estribos de Gu
adua colocados cada 10 cm, se comportaron así: La viga #1, reforzada con cintas
horizontales, soportó una carga puntual de 2.086 Kg., la viga #2 con cintas vert
icales, soportó 2.177 Kg. y la viga #3, con cables, soportó una carga de 2.222 K
g., constituyendo los máximos valores de carga. Ensayos de adherencia La máxima
adherencia en el concreto, obtenida con los cables de Guadua fue de 18,22 Kg./cm
2 y la mínima de 6,42 Kg./cm2. En las tablillas, la adherencia fue de 5,09 Kg./c
m2. Hidalgo (1978) presenta las siguientes Conclusiones y Recomendaciones al ana
lizar los resultados obtenidos en los anteriores ensayos sobre el comportamiento
de las cintas y cables obtenidos de la Guadua angustifolia Kunth, como refuerzo
en elementos estructurales de concreto, haciendo previamente la observación que
la variedad utilizada es la conocida en Colombia con los nombres vulgares de "G
uadua de Castilla"; "Guaduabalsa", "Guaduahembra" o "Guadua Cebolla", porte-ner
menor diámetro, altura, espesor y resistencia que la variedad conocida como "Gua
dua macana" o "Guadua macho". Conclusiones y Recomendaciones -Existe diferencia
de resistencia entre las zonas interna y externa de la pared del tallo. Se encon
tró que la zona extema de la cual se obtuvieron las cintas para la elaboración d
el cable, es 2,9 veces más resisten te que la interna. Estas zonas se diferencia
n a simple vista, en que la
extema, que ocupa aproximadamente el 30% del espesor de la pared, es de color má
s oscuro y sus fibras son más compactas. -La zona interna dio una resistencia a
la tracción de sólo 706 Kg./ cm2, mientras que la extema fue de 2.052 Kg./cm2, l
o cual corresponde al promedio obtenido de los ensayos a tensión de las cintas.
-La tablilla de la cual se separaron las dos zonas, debería tener una resistenci
a combinada promedia de 1.110 Kg./cm2, lo que se comprobó en el ensayo efectuado
a la tablilla completa anexa a la anterior, sacada del mismo entrenudo, la cual
dio una resistencia de 1.175 Kg./ cm2. -Lo anterior demuestra que, cuando se em
plean tablillas como refuerzo en el concreto, el 70% de su área no desempeña fun
ción alguna como refuerzo y, por el contrario, disminuye notoriamente la resiste
ncia a la tensión de la zona externa. -De un total de 162 cintas que se ensayaro
n a la tracción, se obtuvo una resistencia máxima de 3.213 Kg./cm2, o sea, "mayo
r que la del acero liso que se utiliza como refuerzo" y una resistencia mínima d
e 1-017 Kg./cm2. La resistencia promedia es de 1.919 Kg./cm2. -En base a los dat
os anteriores, un cable hecho con cintas de Guadua angustifolia, variedad Castil
la, puede tener una resistencia a la tracción entre 48% y 133% mayor que una tab
lilla con igual área transversal. -Se comprobó que la zona más débil del tallo e
s la del nudo y la de mayor resistencia la del entrenudo; por ello, se recomiend
a al elaborar los cables, que los nudos de las cintas no coincidan. -No se encon
tró que hubiera una marcada diferencia entre la resistencia a la tracción de la
parte inferior, media y superior del tallo, como otros investigadores lo han con
siderado. Por el contrario, en algunos casos se obtuvo una resistencia mayor en
el tramo superior que en el inferior. Por ejemplo, en una Guadua de 3 1/2 años,
la resistencia en el tramo superior fue de 3.213 Kg./cm2, mientras que en el inf
erior sólo fue de 1.715 Kg./cm2. -Hasta ahora se ha creído en la India y en otro
s países del Asia, que la resistencia a la tracción del bambú, aumenta progresiv
amente con la edad. Esto no fue comprobado con la Guadua y, por el contrario, hu
bo muestras de un año de edad que dieron valores tan altos como 3.018 y 3.206 Kg
./cm2. -Se comprobó que la resistencia a la tracción comienza a decrecer en la G
uadua entre los 5 y 6 años de edad. -El Módulo de Elasticidad a la tracción vari
ó entre 135.000 Kg./cm2 y 277.000 Kg./cm2, o sea, que el módulo de elasticidad p
romedio es de 215.000 Kg./cm2. -De los ensayos a compresión realizados en 76 mue
stras, se obtuvo una Resistencia Máxima de 705 Kg./cm2, Mínima de 226 Kg./cm2 y
promedia de 443 Kg./cm2. -No se observó que el nudo mejorara la resistencia a la
compresión. La resistencia de muestras con o sin nudos, resultaron más o menos
parejas. -En los ensayos de compresión sí se comprobó que la resistencia
aumenta con la edad. La máxima resistencia se logró en Guadua de 7 años. El valo
r máximo de Esfuerzo Cortante fue de 144 Kg./cm2 y el de 45 Kg./cm2. El promedio
fue de 93 Kg./cm2. -En muestras de secciones de tallos, tablillas y cintas que
fueron sumergidas en agua por espacio de 8 días y observadas cada 24 horas, se c
onstató incremento en el espesor; en cambio en la longitud se presentó increment
o muy pequeño. -Los mayores cambios de volumen se presentaron en la zona blanda
de la pared y los menores en la zona externa de donde se obtienen cintas. -Los c
ambios de volumen fueron mayores en bambúes verdes que en los sazonados. -El aum
ento de volumen en los nudos fue menor que en el entrenudo, lo cual puede produc
ir el rajado al contraerse. -En base a lo anterior, se recomienda colocar el ref
uerzo de Guadua en agua, por un tiempo no mayor de 12 horas, antes de embeberlo
en el concreto. -A pesar de esas dificultades que se encontraron para el ensayo
a tensión de los cables de Guadua, debido al aplastamiento que produce en sus ex
tremos el agarre de la máquina, se obtuvo en ellos una Resistencia de 1.452 Kg./
cm2, la que podría ser mucho mayor, si se tiene en cuenta que la Resistencia Máx
ima obtenida en las cintas fue de 3.213 Kg./cm2, por lo cual es posible que los
cables hechos con Guadua puedan superar la resistencia de los cables utilizados
por los Chinos, los cuales, según Meyer (1937), tenían una Resistencia de 1.828
Kg./cm2. -La máxima adherencia en el concreto obtenida con cables de Guadua fue
de 18,22 Kg./cm2 y la mínima de 6,42 Kg./cm2. En las tablillas, la adherencia fu
e de sólo 5,09 Kg./cm2. -Se observó que la adherencia del cable elaborado con un
mínimo de tres cintas, es mayor cuando se emplean cintas con anchos (espesores)
superiores a los 5 milímetros. -El espesor máximo de las cintas no debe sobrepa
sar el de 1º zona de mayor resistencia de la pared de la Guadua. -Al fundirse la
viga, el concreto debe «chuzarse» para que 1º mezcla se distribuya en la formal
eta alrededor de los cables, a no ser que se disponga de un vibrador. -La Resist
encia Máxima de los cables de refuerzo de las vigas fue de 561,38 Kg./cm2 y la M
ínima de 277 Kg./cm2. -Finalmente, se puede concluir que los cables de bambú abr
en un nuevo campo en la construcción de pequeñas estructuras rurales y de elemen
tos estructurales monolítico o prefabricado, con la posibilidad de utilizarlos e
n el pretensionamiento de los mismos, lo que valdría la pena estudiar. Ventajas
de los cables de Guadua Teórica y experimentalmente se ha comprobado en la inves
tigación de Hidalgo (1978), que el empleo de cables elaborados con cintas de Gua
dua o de cualquier otro bambú, como refuerzo en el concreto, supera muchas de la
s
dificultades que hasta ahora han hecho inoperantes el uso de tablillas y de caña
s de Guadua como refuerzo en el concreto, comprobándose que tienen mayor resiste
ncia a la tracción y mayor adherencia con el concreto, por tener menores cambios
dimensionales y mayor capacidad de refuerzo. Referente a la adherencia de los c
ables al concreto, esta puede aumentarse, ya sea utilizando cintas más anchas, a
umentando el número de cintas o adicionando piedras redondas alargadas al concre
to, con el fin de formar protuberancias. No sobra anotar que, según Masani (1974
), la Guadua tratada con inmunizantes puede tener una duración de 60 años dentro
del concreto, o de 20 años si no se trata; de allí que sea conveniente la inmun
ización de las cintas antes de elaborar los cables, pero no es necesaria su impe
rmeabilización. LA GUADUA COMO REFUERZO DEL SUELO-CEMENTO Con el fin de tener la
posibilidad de disponer de mayor cantidad de datos que nos permitan sacar concl
usiones más ajustadas a la verdad científica sobre las propiedades físicas y mec
ánicas de la Guadua, presentamos a continuación los resultados de otros ensayos.
En este caso, los realizados por Ernesto Sánchez Triana (1981) en los laborator
ios de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes de Santa Fe de B
ogotá y presentados en el Primer Simposio Latinoamericano sobre Bambú realizado
en Manizales, Colombia, en Agosto de 1981. En las muestras del ensayo a la tracc
ión se utilizaron vigas de suelo-cemento de 1,20 m de largo, 0,15 m de ancho y 0
,45 m de alto fundidas con una mezcla proporcional de dos suelos típicos: Uno ar
enoso y otro fino con alto contenido de partículas coloidales, cuya armadura la
constituyen cables hechos con cintas extraídas de la zona externa de la Guadua a
ngustifolia Kunth, variedad Castilla o Guadua Balsa, por ser, en opinión del Arq
. Osear Hidalgo y de acuerdo a sus investigaciones, la menos resistente. Los res
ultados obtenidos fueron los siguientes: -La resistencia media obtenida en ensay
os a tracción de cintas de esta variedad fue de 2.070 Kg./cm2. La máxima resiste
ncia se encontró en la cinta de tallo de 9 años de edad con 3.138,9 Kg./cm2 y la
mínima de 1.154,62n Kg./cm2 en la cinta de un tallo de 1 año de edad. -La resis
tencia promedio a tracción que ofrecieron los cables fue de 1.346 Kg./cm2. El va
lor máximo fue de 1.914,90 Kg./cm2 de un cable correspondiente a cintas de Guadu
as de 9 años y el valor mínimo fue de 603,9 Kg./cm2 en un cable con cintas de un
tallo de 1 año de edad. -Esto permite deducir que las cintas tomadas de tallos
maduros mayores de 4 años ofrecen mayor resistencia a la tracción que los proven
ientes de tallos jóvenes de 1 a 2 años.
» La gran mayoría de cintas y cables fallaron a la tracción en la zona del nudo;
los que fallaron en la zona del entrenudo, ofrecieron valores mayores de resist
encia. -De otro lado, se comprobó que el suelo-cemento tiene muy baja resistenci
a a la tracción, al corte y a la flexión. Así mismo, su módulo de elasticidad es
relativamente más bajo que el que tiene hormigón. -Deben evitarse suelos altame
nte plásticos, limosos y arcillas y aquellos que contengan materia orgánica. -El
promedio de resistencia a la compresión de la mezcla, después de 28 días, fue d
e 122,65 Kg./cm2; el valor máximo de resistencia fue de 178,24 Kg./cm2 y el míni
mo fue de 66,80 Kg./cm2. A mayor peso unitario del suelo-cemento, mayor resisten
cia a la compresión. -La contracción por pérdida de humedad en las probetas del
suelo-cemento ocurrió en la totalidad de los casos. Al parecer, el fenómeno de c
ontracción es irreversible. Todas las vigas fallaron por adherencia. -La media d
e los valores de adherencia fue de 2,86 Kg./cm2. La mayor adherencia la desarrol
laron cables de tallos maduros de 4 a 6 años y la menor de tallos jóvenes de 1 a
2 años. -Cuando el esfuerzo longitudinal principal estaba muy unido, la adheren
cia del miembro se afectaba adversamente. Así mismo, mientras mayor era el perím
etro de los cables de refuerzo, la adherencia entre los dos materiales era menor
. Los tallos jóvenes desarrollaron menor adherencia que los adultos, porque abso
rben mayor cantidad de agua y, por lo tanto, sufren más drásticos cambios volumé
tricos. Para mejorar la adherencia, se deben separar los cables, para lograr pen
etración de la mezcla suelo-cemento. -Los cables de Guadua angustifolia utilizad
os como refuerzo en las vigas, fueron atacados por hongos de los verticillium, A
spergillus, Penicillium y otros géneros del grupo Phycomycete, seguramente por l
as condiciones de humedad, temperatura, alimento y la existencia de pequeñas cám
aras de aire dentro de las vigas. Aunque es posible que las condiciones anaeróbi
cas de la viga de suelo-cemento, al secarse, acabe con los hongos; se recomienda
el tratamiento del material utilizado con pentaclorofenol, por inmersión. -Para
aumentar la flexibilidad y manejabilidad de las cintas de Guadua, para la const
rucción de los flejes, por ejemplo, éstas se deben sumergir, por poco tiempo, en
agua tibia. -Un mayor tiempo de fraguado y de confinamiento en las formaletas q
ue se le pueda dar a los elementos de suelo-cemento reforzados con Guadua, aumen
ta su capacidad de carga. -Los elementos construidos con suelo-cemento, reforzad
os estructuralmente con Guadua angustifolia, pueden tener aplicaciones en la con
strucción de Columnas, Refuerzos verticales y horizontales de paredes, dinteles,
vigas de amarre superior e inferior, piso y cubiertas de techo. ENFERMEDADES QU
E ATACAN LA GUADUA
Además del hombre, quien desafortunadamente, por intereses económicos o por desc
onocimiento de su utilidad, ha contribuido a la destrucción de inmensos guaduale
s, existen otros atacantes como: langostas, termitas, áphidos, ratas, puerco-esp
ines, lapas, ardillas, ciervos, monos, etc., que roen sus rizomas o se comen los
brotes tiernos, están también las enfermedades y demás plagas, parte de las cua
les serán tratadas en este Apartado Según lo expresa Cruz Ríos (1994) "se ha rep
ortado gran cantidad de insectos y enfermedades que causan daños a diversas part
es de la planta, pero sólo unos pocos y algunas enfermedades, llegan a ser poten
ciales de daño a nivel económico". “Al igual que las maderas, los guaduales son
atacados por agentes biológicos que destruyen o afectan su calidad y resistencia
”. Entre los más conocidos están los siguientes: Los mohos y Hongos Cromógenos L
os hongos Xilófagos Los insectos -En la Guadua angustifolia, el grupo biológico
de los hongos es el causante de mayores deterioros, provocando pudrición, debili
tamiento e inutilización de la guadua en períodos menores de 2 a 3 años. -El ata
que se presenta cuando los tallos están en contacto con el agua o cuando existen
altas humedades y temperaturas mayores de 12 grados centígrados." -Según T. Kaw
aguchi (1964), lo más importante para prevenir el ataque de los hongos en los pr
oductos de bambú, es que tengan un contenido de humedad inferior al 15%, o sea,
que la humedad relativa del aire que los rodea debe ser menor del 60%. LOS HONGO
S Se conocen alrededor de 79 clases de hongos distribuidos así: 29 Penicilium, 2
5 bacterias imperfectas, 19 aspergillus, 5 de mucor y 1 de rhizopus. Mohos y Hon
gos Cromógenos: "Son organismos que no afectan necesariamente la resistencia de
la madera, ya que se alimentan del contenido de las celdillas y no de las estruc
turas que las conforman. Para atacar, requieren de un contenido de humedad super
ior al de la saturación de la fibra, la cual oscila entre 27% y 32% de contenido
de humedad. La presencia de los mohos se manifiesta por un crecimiento algodono
so en la superficie del área afectada. Su color varía del blanco al negro y apar
ecen cuando hay humedad. Si la zona atacada está seca, no afectan seriamente la
resistencia del material y pueden ser fácilmente barridos. Mientras en las mader
as penetran afectando ligeramente su resistencia y algunos de ellos producen col
oraciones permanentes, como el ceratocystis, que es causante de la mancha azul;
en la Guadua en pie, se presentan, por ejemplo, algunos hongos que no afectan su
resistencia y más bien sirven para identificar el estado de madurez de la plant
a."
Hongos Xilófagos: "Estos organismos afectan las propiedades físicas y químicas d
e las paredes de las células, minando seriamente la resistencia de los tejidos y
provocando pudriciones severas en las áreas afectadas." La mayoría de estos hon
gos atacan después de que los tallos han muerto, pero hay algunas especies que a
tacan plantas vivas, especialmente a través de heridas provocadas por insectos o
por el hombre, como veremos más adelante. LOS INSECTOS La presencia del almidón
y los azúcares en la planta constituyen, indudablemente, el más importante fact
or de susceptibilidad de la Guadua al ataque de los insectos. La Guadua es ataca
da por algunos insectos xilófagos, especialmente a sus tallos apeados. Sin embar
go, dependiendo de las condiciones climáticas, es un vegetal de gran resistencia
a las termitas, siendo menor en áreas en donde hay mucha humedad y temperatura.
Si después del corte de los tallos aún conservan mucha humedad, estos son ataca
dos por coleópteros diminutos llamados comúnmente "gorgojos barrenadores" ó coqu
itos. Poco se ha estudiado sobre los insectos que atacan a las plantas en pie. E
n la Universidad de Puerto Rico se han hecho estudios muy completos sobre el "Di
noderus minutus" que ataca los tallos cortados y parece que también ataca los ta
llos enfermizos en pie, en el rodal. Hidalgo (1978) en investigaciones que hizo
en la estación agrícola experimental del ICA, en Palmira, Colombia, observó que
varios, entre un gran número de tallos cortados en diferentes localidades, prese
ntaban perforaciones de aproximadamente 12 milímetros de diámetro, generalmente
en el tercio superior y, próximas a ellas observó, otras perforaciones de dos mi
límetros de diámetro. Además, algunos de los tallos aparecían con entrenudos des
trozados por la acción del pájaro carpintero. Al abrir estos tallos, encontró en
el interior del entrenudo, una larva blanca, rolliza de unos 7 centímetros de l
argo por 9 milímetros de diámetro en su parte más ancha y la cabeza de color par
do ahumado con una "Y" invertida de color crema en la parte frontal, a la que el
entomólogo Adalberto Figueroa P., denominó "Broca de la Guadua". Según la expli
cación del entomólogo mencionado, la mariposa (Myelobia sp) de color blanco, dep
osita los huevos sobre la Guadua; una vez que estos eclosionan, la larva recién
nacida hace la perforación de los 2 milímetros y se introduce al interior del en
trenudo. Cuando ya está desarrollada, abre de adentro hacia afuera la perforació
n de los 12 mm, que sólo utilizará para salir posteriormente, una vez convertida
en mariposa. Después de abierta la perforación, forma en el extremo opuesto del
entrenudo y de la perforación mayor, un celda separada del resto del entrenudo
por un capullo que la larva construye en seda y que luego destruye, una vez comp
letado el ciclo de la pupa y convertida en mariposa. Así mismo, observa que exis
te una mosca
taquinida que ataca a la larva, como también un hongo que la momifica. Pero, sin
lugar a dudas, el daño mayor es hecho por el pájaro carpintero al perseguir a l
a larva. Según Cruz Ríos (1994), "la principal plaga que haya atacado a la Guadu
a angustifolia Kunth, fue la reportada como la langosta melanoplus sp que realiz
ó un ataque severo en 1917, consistente en la defoliación general y partición de
los tallos, debido al peso de los insectos. En 1946, en el Quindío, Colombia, s
e presentó un ataque del lepidóptero familia Pyralidae, Tysiphone macúlala, cuya
s larvas defoliaron algunos rodales." -Actualmente, los insectos más cercanos a
niveles de daño económico y por ende, los de mayor cuidado, observación e invest
igación son: Dinoderus minutas: "Es un insecto cosmopolita conocido como Barrena
dor de tallos en pie, apeados y en esterilla. Su distribución es muy amplia, tan
to en Asia como en América del Sur. De todas las especies del género Dinoderus é
sta es la más abundante en el globo, ya que su adaptabilidad climática es muy am
plia, llegando a soportar temperaturas inferiores a cero grados centígrados, don
de posiblemente los adultos entran en estado de somnolencia. Es extraordinariame
nte polífago, atacando a varias especies, entre ellas, a la Guadua angustifolia.
Una de las más susceptibles a su ataque es la Bambusa Vulgaris y todas las que
presentan alto contenido de Almidón y buena humedad". Los tallos maduros de la G
uadua angustifolia Kunth son los más resistentes al ataque del Dinoderus minutus
; sin embargo, la esterilla, a exponer libremente los tejidos internos de las pa
redes internodales -que son los que contienen la mayor proporción de almidones y
azúcares- se hacen más susceptibles al ataque de este insecto, por lo que se de
be tener especial cuidado en el curado e inmunización de la esterilla El control
se hace recolectando y quemando los tallos afectados y aplicando insecticidas g
asificantes - vaporizantes. Podischnus agenor: Es la plaga con mayor potencial d
e daño severo y económico que existe hasta el momento, según opinión de Cruz Río
s (1994), quien agrega: "Pertenece al orden Coleóptera, familia scarabeidae. Es
un escarabajo de amplia distribución en centro y sur América; se ha reportado en
Brasil, Colombia, Costa Rica, Honduras, Guatemala, México, Panamá, Salvador y V
enezuela. Llamado comúnmente como escarabajo "Cachón o rinoceronte", "cucarrón d
e invierno o de mayo." El insecto es holometábolo, con dimorfismo sexual. Los ma
chos presentan dos apéndices quitinizados, uno frontal y otro protoráxico llamad
os comúnmente cuernos. La larva es especialmente saprófoga, aunque es posible qu
e al escasear esta fuente de alimento ingiera raicillas. Ataca con preferencia
los rebrotes, perforándolos cerca del extremo apical, comiéndose a continuación
los tejidos tiernos de la parte superior y dejando a su paso, residuos de tejido
s de los nudos. Un 50% de los rebrotes que atacan son menores de dos metros de a
ltura; luego un 30% son rebrotes entre dos y cuatro metros y la menor incidencia
(20%) es en brotes de más de cuatro metros de altura, afectando notablemente el
crecimiento del rebrote. Este insecto, no sólo ataca cerca del 85% de los rebro
tes de la Guadua angustifolia Kunth, en los inicios de las lluvias en Septiembre
hasta la finalización de las mismas en Diciembre, sino que también ataca los cu
ltivos de caña y de maíz. Cómo norma de control se sugiere inspecciones periódic
as a los Guaduales cercanos a cultivos de maíz y de caña de azúcar, además del e
stablecimiento de trampas de luz, de vinagre o de maleza, para luego proceder a
la recolección manual de los insectos. Parisoschoenus sp Es un insecto de potenc
ial peligro económico por los daños que causa como barrenador. Dentro de la fami
lia Curculionidae se destaca la presencia del género Parisoschoenus sp; picudo.
Se detecta generalmente en gran cantidad cuando se remueven las astillas del tal
lo, realizando perforaciones de arriba hacia abajo. También se le ha detectado e
n cortes de plantaciones de palma africana. Así mismo, merecen citarse el Brosti
chus parallelus (Bostrychidaes) y el Stromatium barabatum (cecambycidae), que ta
mbién ataca los tallos cortados, formando galerías. Afta cephalotes Es una hormi
ga de la familia formicidae. Se le ha observado cortando las hojas de la Guadua
en estado adulto y en plántulas de banco de propagación o sembradas con fines de
reforestación, donde el daño es mayor. En las plantas adultas del rodal el daño
no es tan importante, debido a la cantidad de follaje que posee la planta adult
a, pero sí en las plantaciones nuevas y en los viveros. Crematogoster sp: Ejempl
ares de Crematogoster sp, himenóptera, formicidae, construyen sus galerías en la
madera muerta, atacando después los árboles frutales. En la Guadua se ha observ
ado la penetración de éstas a través de los huecos de las ramas básales al ser c
ortadas. Después de entrar el insecto, empieza un necrosamiento desde el corte h
asta el tallo principal. Termitas Son insectos del género Isóptera que se encuen
tran en comunidades, tanto subterráneas como no subterráneas; se alimentan de ma
dera, utilizándola como habitación, perforando túneles que la debilitan seriamen
te. Atacan
tallos sobremaduros y Guaduas colocadas en construcciones bajo condiciones adver
sas de humedad y altas temperaturas. Familia Arctidae o Megallophigidae En estud
ios de entomofauna realizados por el centro Nacional para el estudio del Bambú -
Guadua de Córdoba, Quindío, Colombia, se ha constatado la presencia de 4 órdene
s principales, con un total de 35 familias de insectos presentes en los guaduale
s. Los insectos más abundantes y principales asociados a la Guadua son el orden
coleóptero con 17 familias y 107 especies aproximadamente. Luego, por abundancia
, se presenta el orden Hemíptero con 8 familias y 12 especies en promedio. Conti
núa el orden Lepidóptero con 5 familias y 7 especies. Finalmente, se presenta el
orden Hymenóptera con 3 familias y 8 especies. No todos los insectos pertenecie
ntes a estas familias son perjudiciales para los Bosques de Guadua". LAS ENFERME
DADES Varias enfermedades se pueden presentar en la Guadua angustifolia Kunth, p
ero ninguna ha llegado a nivel de serio daño económico. Los tallos, en sus prime
ras fases de desarrollo, pueden ser afectados por manchas fungosas localizadas,
principalmente de Coniosporium bambusae las cuales les dan una apariencia decora
tiva, siendo altamente apreciadas en China y Japón y que comúnmente son utilizad
as para determinar, según su forma, tamaño y color, la edad de la planta. Girald
o y Sánchez (1983) en estudios realizados en el Depto., de Tolima (Colombia) han
determinado la incidencia y la intensidad de diferentes hongos, especialmente c
ausantes de manchas foliares, según el piso térmico en que se encuentre la Guadu
a angustifolia. Teniendo como pauta que de 700 a 1200 m.s.n.m. es piso bajo, con
temperatura media de 22°C; de 1200 a 1800 m.s.n.m., es piso medio, con 19°C de
temperatura media y de 1800 a 2300 m.s.n.m. es piso alto con temperatura media d
e 17°C, se relacionan los más importantes hongos así: Phyllacora sp. o Mancha de
asfalto Stagonospora sp Se manifiesta principalmente por el secamiento de las p
untas de las hojas; se presenta como severa entre los 700 y los 1200 m.s.n.m. o
piso térmico bajo; con una incidencia del 100% y una intensidad del 7%. La baja
intensidad no afecta mucho a la planta como sí lo hace la Phyllacora sp que pres
enta una alta intensidad. A mayor altura, se desarrolla menos la enfermedad, la
cual se manifiesta por un secamiento de las puntas de las hojas por ambas caras,
empezando por el ápice, para luego extenderse rápidamente por los bordes y post
eriormente por el centro. La lesión es de color café claro y bordes en bandas má
s oscuras.
Cercospora sp, o Mancha gris Sólo se presenta en los pisos medio y alto, con una
incidencia de 22% en medio y de 50% en el alto; lo que indica que, a mayor altu
ra y menor temperatura, se manifiesta más su presencia, pero, aclarando, que en
el piso medio es más severa su intensidad, que alcanza al 3%. Esta mancha es vis
ible por ambas caras de la hoja, en forma oval y borde oscuro, rodeándose más ta
rde de un halo amarillo. Es la de más potencial daño económico; se presenta en a
lturas de 700 a 1200 m.s.n.m.: con un incidencia en la zona analizada de 100% y
una intensidad de 48%, debido a condiciones ambientales favorables para el desar
rollo del hongo, tales como temperatura promedio de 23°C y baja lluviosidad. Dis
minuye con el aumento de la altura y la baja de temperatura. Los síntomas de est
a enfermedad se caracterizan por la aparición, en ambos lados de la hoja, de una
pequeña mancha de color café oscuro con halo amarillo, que se va extendiendo, t
ornándose negra longitudinalmente, para adquirir finalmente una coloración negra
lustrosa por el haz y negro mate por el envés, presentado siempre halo amarillo
que se extiende como una banda. La mancha de asfalto presenta una alta incidenc
ia pero baja intensidad a menor altura, pero a medida que se aumenta en altura,
la intensidad sube. Cyllndrosporium sp, o Pústula cerosa Se presenta sólo en el
piso térmico alto (1800 a 2300 m.s.n.m.), con una incidencia de 20% e intensidad
del 1%, realmente muy bajas, mientras que en los otros pisos térmicos, medio y
bajo, no se presenta. La pústula es pequeña y cerosa, se presenta por el haz de
la hoja en forma alargada, con halo pequeño y claro. Albugo sp o Roya blanca Se
presenta sólo en piso térmico alto, con una incidencia del 22% y una intensidad
de 1%, que debe considerarse como muy baja. Es escasa su presencia en los guadua
les. La pústula es de apariencia algodonosa pequeña y alargada, visible por el h
az de la hoja. En algunas hojas no se observan síntomas de roya pero sí se prese
nta el Hongo Darluco sp 10 que hace pensar que ejerce un control tan eficiente d
e la roya que ésta no alcanza a esporular cuando el hongo ya la está parasitando
. Mosaico Es posiblemente causado por un virus. Se presenta en todos los pisos t
érmicos estudiados, pero lo hace con menor incidencia en el bajo con 33%, en cam
bio, en el medio, lo hace con una incidencia del 58% y en el alto con 62%; lo qu
e indica que, a menor temperatura, es más notorio. En los pisos térmicos bajo y
medio ataca exclusivamente las hojas terminales nuevas; en cambio, en el piso té
rmico alto, abarca todo el follaje, manifestándose
en pequeñas zonas angostas y alargadas de tamaño irregular e independientes entr
e sí, de color verde claro o amarillento, distribuido sobre toda la superficie d
e la hoja o sólo en parte de ella, contrastando su coloración con la más oscura
natural de la hoja sin estar delimitado por las nervaduras. Se hace más intenso
al aumentar la altura y disminuir la temperatura, ya que, a mayor altura, la Gua
dua tiene menos desarrollo; siendo más delgada y de menor porte, lo que la hace
más susceptible al ataque de patógenos, contrastando con el piso térmico medio,
en el cual se desarrolla óptimamente, presentando más resistencia al ataque de é
stos y a pesar de su alta incidencia, las enfermedades que se presentan son poca
s y de baja intensidad, por lo que no llega a ser una limitante que afecte la ca
lidad de la Guadua. Nemátodos: Los mismos investigadores han determinado tres gé
neros de nemátodos: Meloidogyne sp; Helicotylenchus sp y Pratylenchus sp; pero s
e presentaron en rangos tan bajos de población por 100 gramos de suelo y 10 gram
os de raíz, que no representan una limitante del desarrollo, según referencia bi
bliográfica de otros cultivos donde se requieren altas poblaciones para causar d
años. Pudriciones Las pudriciones más comunes son: Pudrición suave o blanda: Es
causada por hongos destructores de celulosa, pertenecientes a los grupos ascomic
etos y hongos imperfectos. La pudrición es superficial y degrada la madera hasta
adquirir una consistencia grasosa de color oscuro. Pudrición Blanca: Los hongos
causantes de esta pudrición destruyen todos los componentes de la madera (ligni
na y carbohidratos). El material residual semeja un esqueleto de madera sin colo
ración oscura. Pudrición Parda: Estos hongos descomponen la celulosa y sus pento
sas asociadas, afectando poco o nada a la lignina. La parte atacada se contrae,
formando hendiduras perpendiculares u oblicuas que dan una apariencia cubicada a
la madera podrida. Los dos últimos tipos de pudrición son causados por hongos b
asidiomicetos. Todos estos agentes han sido estudiados más en las maderas que en
la Guadua. Con respecto a ésta y a-los bambusas en general, queda mucho por hac
er, porque hasta ahora se han venido ensayando los productos que mejor se compor
tan con las maderas y se están utilizando los que son más económicos y menos per
judiciales al hombre en el control de estas plagas y en el tratamiento de enferm
edades que afectan a la Guadua, con aparentes buenos resultados. PRESERVACIÓN DE
LA GUADUA Método de inmersión:
Este método es el más empleado en la aplicación de preservativos porque es más e
conómico, práctico, sencillo y muy efectivo y porque puede atenderse mayor númer
o de tallos al mismo tiempo. Este método funciona así: una vez se hayan drenado
y secado a la sombra los tallos cortados, se sumergen en tanques debidamente fri
sados e impermeabilizados, los cuales se han llenado con cierto volumen de la so
lución acuosa con los preservativos químicos. Este volumen esta dado por el nume
ro de Guaduas que se vayan a tratar, de tal manera, que no se rebose el tanque a
l introducir los tallos. Para que los tallos puedan saturarse con el preservativ
o, se les deben perforar los tabiques, introduciéndoles, de extremo a extremo, u
na cabilla de 3/8" o de 1/4", según el grueso y el largo del tallo, a fin de que
la solución pueda llenar todas las oquedades de los entrenudos y para que, a tr
avés del tejido blando del interior de dichos entrenudos, penetre en el sistema
vascular, saturando el resto de las paredes. Esta acción está reforzada por el i
ngreso del preservativo por los extremos del tallo, permitiendo la circulación p
or capilaridad a través de los vasos de las paredes del tallo. Cuando la inmuniz
ación es limitada a un volumen relativamente pequeño de Guaduas, puede ser reemp
lazado el tanque mencionado por un hueco en el suelo, debidamente nivelado, de 5
0 a 60 cms de ancho, por un largo total que supere en aproximadamente 50 cms, el
largo de los trozos que se van a sumergir y con una profundidad acorde con el n
úmero de Guaduas a tratar. La tierra extraída se apelmaza en los bordes, formand
o un pequeño cordón en relieve. Luego se cubre dicho hueco con un plástico (poli
etileno) de calibre grueso, para que no lo rompan las partes cortantes que pueda
n presentar los extremos de los tallos. Este plástico se asienta bien en el fond
o y paredes del hueco y se despliega aproximadamente 60 cms de ancho. Debe tener
se buen cuidado de hacer bien los pliegues del plástico en las cuatro esquinas d
el tanque. El reborde de plástico debe ser pisado con piedras, esterillas, tabla
s, troncos, o similares, con el fin de impedir que se levanten los bordes del pl
ástico y pueda caer tierra y basura al tanque. Las Guaduas cuando están vacías f
lotan, por lo que debe colocárseles un peso encima mientas se llenan y deben hac
erse girar periódicamente para facilitar el llenado interno y para que no se man
chen por sectores. También se puede reemplazar el tanque por uno metálico, en fo
rma de canoa, construido con mitades de tambores de 55 galones, de los utilizado
s para transportar lubricantes. Para ello, se cortan los tambores a lo largo, po
r la mitad, y luego se unen sus extremos con soldadura, teniendo presente que só
lo se conservan las tapas de los extremos. Esta solución tiene la ventaja de ser
más económica, más liviana y fácil de transportar y, sobre todo, porque dándole
buen mantenimiento, puede reutilizarse muchas veces, pudiéndose guardar mientra
s no se usa. PRODUCTOS PRESERVATIVOS
Muchos son los productos químicos y mezclas de ellos que han sido utilizados com
o preservativos de la Guadua; algunos de los cuales también son empleados para l
a madera. La mayoría son efectivos pero tienen problemas en su uso, bien sea por
la escasez en el comercio, por el alto costo, por el bajo rendimiento, o por el
riesgo de intoxicación que conlleva su uso; por lo que debe tenerse mucho cuida
do en su manejo, protegiendo principalmente los ojos, brazos y manos y el aparat
o respiratorio de los usuarios. Algunos de ellos, no sólo son tóxicos sino que n
o son biodegradables. Los productos químicos y las mezclas más utilizados son: *
Xilamon de Bayer. Muy efectivo, relativamente costoso, medianamente tóxico. Deb
e usarse puro. * Pentaclorofeno. Muy efectivo. Es tóxico. Debe mezclarse con agu
a y ACPM, Fuel Oil o Kerosene y obra mejor si se mezcla con Pentafenato de Sodio
y con Lindano. * Baygon de Bayer. Efectivo pero costoso, debe mezclarse con ACP
M, Fuel Oil o Keronese. * Sales de Boliden. * Pentaclorofenato de Sodio, puro o
mezclado con ACPM, Fuel oil o Kerosene. Las mezclas más comunes son: 4 Pentóxido
de Arsénico, Sulfato de Cobre cristalizado y Dicromato de Sodio, en proporción
1:3:4. * Sulfato de Cobre, Dicromato de Sodio y ácido acético, en proporción, 5,
6:5,6:0,25. * Acido Bórico, Sulfato de Cobre cristalizado, Dicromato de Sodio, e
n proporción 1,5:3:4. » Cloruro de Cinc, Dicromato de Sodio, proporción 1:1. * A
cido Bórico, Bórax, Dicromato de Sodio, en proporción 2: 2: 0,5. * Acido Bórico,
Bórax, en proporción 1:1. * Acido Bórico, Bórax y agua en proporción: 1 Kg: l/2
Kg: 50 litros. * Creosota con ACPM, Fuel Oil o Keronene. • Composición antisépt
ica a prueba de fuego: * Acido Bórico, Sulfato de Cobre cristalizado, Cloruro de
Cinc, Dicromato de Sodio, en proporción 3:1:5:6. * Metilolurea, según indicacio
nes del fabricante.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
AMFIPODIAL: Que posee dos formas distintas de rizomas. Ejemplo: la especie Chusq
uea fendleri produce sus culmos tanto de rizomas paquimorfos
como de rizomas leptomorfos. ACUMINADO: Que termina en punta gradualmente. BRACT
EA: Órgano foliar en el raquis de la inflorescencia de bambúes. CARÁCTER: Cualqu
ier distintivo o rasgo de un organismo, el cual forma las bases para su comparac
ión CULMO: Un eje aéreo segmentado que emerge de un rizoma. Usado con referencia
al bambú, también se le denomina tallo o caña. DECIDUO: Caduco ESCLERENQUIMA: T
ejido constituido por células de membranas totalmente engrosadas y lignifícadas,
propio de los órganos en estado de desarrollo completo, su función es de tipo m
ecánico. ESPIGUILLA: En los bambúes, una espiguilla es una inflorescencia determ
inada insertada sobre un eje solitario. ESPIGUILLA UNIFLORA: Espiguilla con una
sola flor. ESPIGUILLA MULTIFLORA Espiguilla con varias flores. ESTOMA: Órgano fu
ncional localizado comúnmente en la epidermis que facilita el cambio de gases en
tre la planta y el exterior. FILOGENETICA: Se refiere a las relaciones desde el
punto de vista evolutivo al interior de y entre grupos. FILOTAXIS: Disposición d
e las hojas en el tallo. FLORETE: Una de las unidades en las cuales se desarticu
la una espiguilla al romperse. FORMA: La categoría más baja dentro de la jerarqu
ía de la clasificación taxonómica, aplicada a pequeñas variaciones dentro de una
población. GLABRA: Hoja sin vellosidades. GLUMA: Cubierta floral que protege la
inflorescencia de las gramíneas. GREGARIO: Simultáneo; se utiliza para describi
r el comportamiento biológico en donde todos los miembros de una especie entran
en su estado reproductivo aproximadamente al mismo tiempo. HOJA CAULINAR: Órgano
que protege el culmo. Nace solitario en cada nudo debajo del nivel donde se ubi
can las yemas que dan origen a las ramas. LAMINA: El limbo o porción plana de un
a hoja. LEMMA: Gluma que encierra en la axila una flor. LEPTOMORFO: Rizomas larg
os y delgados, con diámetro menor al culmo que originan; entrenudos más largos q
ue anchos, relativamente uniformes en longitud, típicamente fistulosos; yemas la
terales en estado de dormancia orientadas disticamente. LÍGULA: Extensión apical
y fina de la vaina en su punto de unión con la lámina. Estípula situada entre e
l limbo y el pecíolo de las hojas de las gramíneas. LODICULA: Estructura transpa
rente, pequeña, delicada, generalmente fina, localizada en número de tres inmedi
atamente debajo de los estambres, en las flores de bambú.
PALEA: El profilo del eje de una flor de gramínea. PAQUIMORFO: Rizoma corto y gr
ueso, con un grosor generalmente mayor al diámetro del culmo en el cual se trans
forma; con entrenudos más anchos que largos, asimétricos, sólidos; yemas lateral
es solitarias, en estado de dormancia, colocadas al azar. PROFILO: Órgano protec
tor de yemas, generalmente con 2 quillas y localizado en el primer nudo de una r
ama. REBROTE: Primera fase de desarrollo presente en un guadual natural. RENUEVO
: Primera fase de desarrollo presente en un guadual plantado. Morfológicamente n
o existe diferencia entre Rebrote y Renuevo. RIZOMA: Eje subterráneo segmentado
que constituye el sistema de soporte de un bambú. SEUDOESPIGUILLA: En los bambúe
s es como una espiguilla pero de inflorescencia indeterminada. VAINA: Órgano env
olvente, que abraza un eje vegetativo.
TRES SISTEMAS DE CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDA ECONÓMICA CON GUADUA Los tres sistemas
constructivos que se presentan, son: 1-Sistema de Bahareque modificado por pare
des de esterilla de Guadua. 2-Sistema con paneles de esterilla de Guadua prefabr
icados insitu. 3-Sistema normalizado en Guadua y madera. El primero de ellos, mu
y poco conocido en Venezuela, tiene importantes variaciones con respecto al arch
iconocido Bahareque de barro embutido, no solo muy utilizado anteriormente en Ve
nezuela y en América, sino en todo el mundo. Las variaciones en mención consiste
n en el uso de paredes forradas por ambos lados con esterilla de Guadua; en la i
ntroducción de un zócalo aislante de la humedad; en la inclusión de varias alter
nativas para la construcción de la estructura del techo; así como en otros detal
les que se verán más adelante, por lo que su diferencia es notable. Los otros do
s sistemas, de muy limitada divulgación en Venezuela, si es que la han tenido, p
or ser de reciente aparición y limitada divulgación, no solo son novedosos por s
us características, sino porque plantean la posibilidad de poder atender más ráp
idamente un mayor volumen de construcción de vivienda económica mediante la fabr
icación de paneles grandes, armados en el sitio, al pie de la obra donde van a s
er ensamblados, como lo plantea el segundo sistema., o a nivel industrial, media
nte la fabricación de paneles normalizados, que bien puede realizarse en tallere
s industriales o en talleres de tipo artesanal, de acuerdo al volumen de producc
ión exigido, aunque también puede fabricarse al pie de la obra si se trata de po
cas viviendas, como lo plantea el tercer sistema.
Este último sistema tiene la ventaja sobre los otros dos, que sus paneles, por s
er relativamente pequeños, son de fácil fabricación, manejo, almacenamiento, tra
nsporte y montaje, por lo que el lugar de producción puede ser diferente y aún d
istante del lugar de ensamblaje, lo cual trae ventajas de tipo económico relacio
nadas con su producción comercialización y transporte, al poderse atender pedido
s voluminosos a mayores distancias. Estos tres sistemas no son excluyentes entre
sí. Por el contrario, permiten ser utilizadas algunas soluciones de unos en otr
os, aumentando así las posibilidades de diseño y construcción. LA GUADUA EN LA C
ONSTRUCCION DE VIVIENDA ECONOMICA En esta parte se presentan tres sistemas de co
nstrucción de vivienda económica con Guadua angustifolia. Los tres sistemas está
n ampliamente graficados y explicados, siguiendo los procesos paso a paso, con e
l fin de hacerlos más accesibles a las personas no profesionales en construcción
. Se incluye en esta graficación información específica sobre la carpintería bás
ica de la Guadua, con detalles constructivos en cimientos, pisos, paredes y tech
os, aplicables a diferentes tipos de construcciones. CARPINTERIA BASICA DE LA GU
ADUA Listado de graficos explicativos: 1- Empalmes de piezas horizontales de Gua
dua. 2- Entalladuras básicas en la articulación de piezas de Guadua. 3- Cómo pre
venir el colapso de la Guadua. 4- Cimentación en terrenos irregulares y/o pendie
ntes. 5- Detalles de pared y cimentación en terreno plano. 6- Detalle de pared c
on esterilla de Guadua. 7- Piso con viguetas y esterilla de Guadua y mortero de
cemento. Piso con viguetas y entablamento de madera. 8- Casetones de Guadua para
losas nervadas de ferroconcreto. 9- Losa de ferroconcreto aligerada con Guadua.
lO- Detalles de cerchas simples de Guadua. 11- Techo a 4 aguas con canes diagon
ales y correas para láminas onduladas. 12-Techo a 4 aguas con alfardas de varill
ón para teja de barro cocido. 13-Techo a 4 aguas con cambios y esterilla de Guad
ua para teja de barro.
1.- SISTEMA DE BAHAREQUE MODIFICADO POR PAREDES DE ESTERILLA DE GUADUA (Construc
ción Tradicional) Como su nombre lo dice y se mencionó anteriormente, es una mod
ificación del muy conocido Bahareque que, como sistema de cerramiento de espacio
s, ha sido utilizado por milenios por diferentes culturas del mundo. El Baharequ
e comúnmente es construido con una serie de elementos verticales (tallos de made
ra rústica, de palma, etc.) que están unidos lateralmente por dos cortinas de el
ementos horizontales (latas de pahua, caña brava o similares), separadas entre s
í en sentido vertical aproximadamente 10 cm., conformando en conjunto una especi
e de jaula, en cuyo interior se embuten, primero, piedras de canto rodado y, lue
go, hacia arriba, un amasijo de tierra y agua, generalmente revuelta con los pie
s, que alcanza el estado pastoso o blando, el cual es aplicado manualmente hasta
el tope de la pared. El sistema que nos ocupa, en cambio, se construye con para
les de Guadua de entre 8 y 12 cm. de diámetro, según el tipo de pared y la varie
dad de Guadua utilizada. En vez de piedras en la parte baja, tiene un zócalo de
2 a 3 hiladas de ladrillo de barro cocido, sea con huecos o macizo, o con bloque
s de cemento, para aislar a la Guadua de la humedad del suelo y del chisguete de
l agua de lluvia. En vez del enjaulado formado por los elementos horizontales se
parados entre sí, por donde se embute el amasijo de tierra, el sistema propuesto
lleva por cada lado de la pared una cortina de esterilla de Guadua. Esta esteri
lla va clavada a los parales y cosida con alambre delgado. La pared así construi
da se diferencia de la del Bahareque embutido en que la doble cortina de esteril
la conforma, junto con los parales y diagonales un conjunto de oquedades o cámar
as de aire que representan las siguientes ventajas. * La pared de esterilla tien
e menos peso que la de Bahareque y, por lo tanto, requiere de menores especifica
ciones en los cimientos y en la estructura que la soportan. * Las cámaras se com
portan como aislantes térmicos de comprobada eficacia y también como aislantes a
cústicos en menor grado.
* Al ser hueca gran parte de la pared, permite en su interior la instalación de
la red eléctrica, debidamente protegida por tubería conduit
y cajetines, así como la red de aguas blancas. La red de aguas servidas y excret
as es preferible montarla fuera de la pared para facilitar su reparación. * Si a
l material de Guadua utilizado se le ha hecho el tratamiento preventivo y se ha
curado adecuadamente; si se le protege su base con la construcción del zócalo de
ladrillo, de bloque o con otro sistema similar; si se frisa y protege con pintu
ra por ambas caras y se dota de aleros suficientes, la pared queda protegida con
tra la humedad y el ataque de insectos, permitiendo que su duración se prolongue
por 60 o más años, tiempo más que suficiente, dado su bajo costo y su fácil con
strucción. Todo depende del mantenimiento que se le siga dando periódicamente co
mo lo exige cualquier otro sistema constructivo. Por la gran resistencia a la co
mpresión que presenta la Guadua angustifolia, las paredes conformadas por parale
s y diagonales, debidamente estabilizados, garantizan el soporte de varios pisos
sobre ellas, más la estructura del techo y la carga de una cubierta tan pesada
como la de teja de barro cocido. Descrito el sistema constructivo de paredes con
esterilla de Guadua, así como algunas de sus características, se detalla a cont
inuación, el proceso de construcción paso a paso, de una vivienda normal en las
partes aplicables al sistema, a través de los siguientes gráficos titulados: 1-R
eplanteo del proyecto en el terreno y nivelación con manguera. 2-Trazado y vacia
do de cimientos corridos de piedra y Hormigón. 3-Colocación de desagües sanitari
os. Crucetas de replanteo. 4-Colocación de la primera hilada de las paredes. 5-V
aciado de la losa del piso. 6-Colocación de la segunda hilada, de los chazos y d
e la solera inferior. 7-Colocación de parales, diagonales y de la solera superio
r. 8-Construcción de la base del techo y del esterillado. 9-Terminación de la es
tructura del techo. 10-Red eléctrica a través de los parales (1 opción) 11-Red
eléctrica a través de los parales y del zócalo (2 opción) 12-Red de agua potabl
e en el sanitario. 13-Frisado de paredes y aleros e instalación de la cubierta.
14-Terminación de la cubierta y carpintería de madera. Vaciado de la acera. 15-D
etalles de ventana con reja de protección.
Colocación de la esterilla Después de construir el zócalo sobre el cimiento y de
instalar la solera inferior sobre el zócalo -fijándola a los chazos de madera-
y de haber instalado sobre ella los parales y diagonales, junto con la solera su
perior; es decir, una vez constituido el esqueleto de la pared y verificadas su
estabilidad y rigidez, se procede a colocar la esterilla, inicialmente por la pa
rte exterior de la construcción, hasta completar el cubrimiento por esa cara, de
jando la otra cara, sin esterilla, con el fin de permitir la instalación de las
redes eléctrica y de agua potable; después de lo cual se procede a colocar la es
terilla por la cara fallante de cubrimiento. Tanto por la parte exterior como po
r la interior se fija la esterilla a los parales y a los diagonales mediante cla
vos, distanciados entre 3 y 8 cm., en cada uno de los cuales se enlaza un alambr
e delgado, conformando una especie de costura. Cuando la pared va frisada, la es
terilla debe colocarse con la faz cutinizada (la más dura) hacia el interior de
la pared. En este caso, como esta esterilla sirve de base al pañete y al friso q
ue se vayan a aplicar a la pared, deben separársele los elementos (latas o cinta
s) que la conforman, estirando la esterilla transversalmente al momento de insta
larla. Es decir, como la esterilla se coloca horizontalmente y se empieza a fija
r de arriba hacia abajo, entonces el esfuerzo de estiramiento debe hacerse siemp
re hacia abajo, procurando que las rendijas que van apareciendo no sobrepasen un
centímetro de apertura. Estas rendijas se requieren para retener el pañete. Ent
endiendo por "pañete" a la primera capa que se aplica directamente al esterillad
o, consistente en una mezcla de tierra cernida seca, no arcillosa, arena, cal hi
dratada (apagada) y sisal o cabuya picada en trozos de 5 a 8 cm. (o en último ca
so, tallos de pasto picado del mismo largo) para evitar que se raje, en la propo
rción de una parte de cal, tres de tierra y tres de arena. Por "revoque" o friso
entendemos el mortero corriente de cemento y arena que se aplica como segunda c
apa. La cantidad de agua varía según el tipo de mezcla requerida y la etapa de s
u aplicación. Para facilitar la labor de fijación de la esterilla se debe realiz
ar entre dos personas. Mientras una sostiene la esterilla en su sitio, la otra l
a fija por su parte superior únicamente, luego, el que la sostenía, la estira ha
lándola desde abajo, mientras el otro va clavándola de arriba hacia abajo, pero
solamente a medio clavar. Cuando se han colocado todas las esterillas de ese lad
o de la pared, se procede a hacerle la costura con alambre delgado; para lo cual
el que antes sostenía y estiraba la esterilla, ahora le da una vuelta o dos a c
ada clavo con el alambre, manteniéndolo siempre bien templado; operación que rep
ite en cada clavo, mientas la otra persona procede a terminar de clavar los que
ya estén debidamente entorchados.
2.- SISTEMA DE PANELES ARMADOS IN SITU Este sistema representa un avance sobre e
l sistema tradicional, porque plantea la fabricación en serie para desarrollos c
olectivos, mediante la fabricación, al pie de la obra, de paneles grandes o pare
des completas por series, con la utilización de formaletas (moldes o matrices),
dentro de las cuales se arman dichos paneles. No requiere de instalaciones fabri
les costosas ni complicadas porque, con el uso de tecnologías sencillas, herrami
entas corrientes y mano de obra no especializada, simplemente bien entrenada, se
logran los objetivos. Lo único exigente de este sistema es su cuidadosa program
ación y desarrollo, lo que es fundamental en cualquier proceso de este tipo. Est
e no es un sistema desconocido, en cuanto a la fabricación y montaje de los pane
les, porque ha sido y todavía se utiliza en los países industrializados. Lo nove
doso consiste en que no se utilizan, en nuestro caso, altas tecnologías para el
corte, selección y montaje de las piezas que conforman los paneles sino que, con
tecnologías sencillas y utilizando unos pocos elementos de madera aserrada y el
resto de Guadua, se logra masificar la producción y acelerar el montaje, bastan
te diferente al tradicional que, como lo vimos en el ejemplo anterior, es más de
morado, puesto que se debe seleccionar cada paral, medirlo, cortarlo a la medida
, colocarlo, aplomarlo y clavarlo finalmente. En cambio, con este sistema, se co
locan y clavan rápidamente los parales y diagonales, previamente cortados y enta
llados con la misma medida -si son paneles con remate superior horizontal o con
las medidas diferenciadas pero cortadas en serie, si corresponden a paneles con
la pendiente del techo. La fabricación de cada panel es sencilla, puesto que sol
o se trata de colocar cada uno de los parales, previamente cortados a la distanc
ia que ya está marcada en la formaleta y clavarlos a las soleras inferior y supe
rior, que también están debidamente ubicadas en la formaleta, para luego colocar
y clavar la esterilla sobre la armazón así configurada, con lo que se le da rig
idez al panel. Debe dejarse el último tramo superior de éste sin esterillar, con
el fin de facilitar el ensamble con otros paneles. Cada panel, ya armado, se tr
aslada al pie de la obra a que corresponda, teniendo en cuenta el orden de salid
a para el montaje, con el fin de que no haya demoras ni confusiones en la armadu
ra de la construcción.
Este es un ejemplo de la planificación que debe realizarse antes de iniciar el p
roceso de cada panel y de los paneles que conforman cada construcción. Vale deci
r, una buena planificación, que en ninguna forma es complicada, determina una bu
ena ejecución de un programa masivo. El proceso de este sistema está ampliamente
explicado en los siguientes gráficos, titulados: 1-Construcción con paneles pre
fabricados in si tu. 2-Despiece ortogonal de una vivienda construida con paneles
prefabricados in situ. 3-Utilización de la plataforma del piso para la instalac
ión de dos moldes o formaletas múltiples para armar los paneles. 4-Conformación
de un panel (1-1) dentro del molde. 5-Montaje de los paneles sobre la plataforma
del piso. 6-Ensamble de las paredes interiores con el panel lateral exterior o
hastial. 7-Estabilización de paneles perpendiculares mediante diagonales y el us
o de bandas de esterillas intercaladas y/o prolongadas. 8-Instalación de la cubi
erta a dos aguas sobre el techo de Guadua.
Para la formaleta o matriz se puede utilizar la plataforma del piso de una de la
s construcciones, preferiblemente la de mayor tamaño -si se trata de construccio
nes de diferentes tamaños- que ojalá esté ubicada en sitio central, para que hay
a una distribución equidistante de los paneles.
La plataforma que se utilice para armar la formaleta debe ser preferiblemente co
n la base en esterilla o entablada, para poder fijar todas las riostras que sost
ienen las paredes de la formaleta, las cuales cambian de ubicación para conforma
r las distintas matrices correspondientes a los diferentes paneles que han de co
nstruirse. No conviene utilizar las plataformas de piso donde ya se haya fundido
la losa de concreto, por cuanto este no permite el fácil clavado de las riostra
s mencionadas. Así mismo, si las construcciones no están ubicadas en terreno pen
diente que exija h construcción de una plataforma de nivelación del piso, convie
ne elaborar una formaleta o matriz aparte. Una vez elaborado el panel o pared en
la formaleta y habiéndole colocado la esterilla por una de sus caras, se trasla
da al pie de la obra para su montaje. El panel se esterilla por un lado, en caso
de que haya que colocársele en su interior algún ramal de instalaciones eléctri
cas o sanitarias. En caso de no contener ninguna instalación, se debe forrar por
ambas caras con la esterilla, a fin de darle mayor rigidez y correr menos riesg
os de desajuste en el traslado y montaje. El montaje en la obra debe comenzarse
por una esquina, para agilizar su verticalización y estabilización, previo el tr
azado en el piso de las líneas de contorno de las paredes. Este trazado facilita
la exacta ubicación de cada uno de los paneles. Debe lograrse que la articulaci
ón de dos o más paneles sea exacta, rígida y estable. Antes de rigidizar esta ar
ticulación, con el clavado definitivo, deben verificarse cuidadosamente la exact
a ubicación, la verticalidad y el ajuste exacto con los paneles vecinos correspo
ndientes. Se procede entonces a clavarlos o a fijarlos con pernos con tuerca, se
gún el caso y a colocar las riostras o diagonales en la solera superior, para lu
ego fijar definitivamente los paneles al piso. La inamovilidad de su base se log
ra al fijar los paneles a la estructura y al entablamento, en caso de llevar tab
las en el piso. Esta inamovilidad se refuerza, más aún, al ser vaciada la losa d
e concreto, porque quedan las paredes completamente aprisionadas por la losa. Y
se estabiliza definitivamente todo el conjunto, al colocarle los elementos que c
onforman la estructura del techo. Para lograr unidad en las paredes y evitar raj
aduras, por el esfuerzo cortante que se puede presentar en las uniones de dos o
más paneles, debido a movimientos telúricos, a asentamientos diferenciales o a d
ilataciones por cambios de la temperatura ambiente, se coloca la esterilla por l
a cara que aún no estaba forrada, procurando que abarque, a manera de puente, -l
os paneles comprometidos en dicha articulación, neutralizando así los esfuerzos
cortantes y evitando las molestas fisuras en las paredes. Por la otra cara, como
cada panel tiene su esterillado independiente, por lo que se ve claramente la l
ínea de unión, es necesario clavarle malla de alambre de hueco hexagonal (malla
de gallinero) a fin de contrarrestar el efecto cortante, lográndose de paso, un
mejor amarre al friso y mejor presentación de la pared.
3.-
SISTEMA NORMALIZADO EN GUADUA Y MADERA DESARROLLO PROGRESIVO DE VIVIENDAS POPULA
RES EN LADERA
Este sistema, estudiado y presentado por los Arqs. Jaime Mogollón y Gustavo Díaz
, de la Universidad Nacional de Colombia, que se hizo merecedor de las distincio
nes: Premio Corona a la Arquitectura, Bogotá 1986; mención de honor en la VII Bi
enal de Arquitectura de Quito, 1990; Primer Premio en el IV Concurso Iberoameric
ano de "Informes de la Construcción", convocado por el Instituto Eduardo Torreja
y el Consejo Superior de Investigaciones de España, del cual incluyo un extract
o básico, es una alternativa válida cuyo conocimiento y análisis nos ampliará la
s posibilidades de utilizar la Guadua en forma diferente a los métodos tradicion
ales y a los sistemas antes presentados. Aunque sus experimentaciones y primeras
aplicaciones han sido desarrolladas al pie de la obra, este sistema puede ser a
plicado fácilmente a nivel industrial, debido a su bien lograda modulación que p
ermite producir en serie todos los elementos rápidamente, utilizando mano de obr
a más artesanal que técnica, con herramientas y maquinarias de uso corriente y c
on el consumo de materiales económicos. El tamaño de sus elementos (paneles, cer
chas, etc.) permite el fácil almacenamiento y rápido transporte. Por ello nos br
inda un amplio abanico de posibilidades para la construcción masiva de viviendas
modulares sencillas y económicas, a la vez que estables y seguras, para ser lev
antadas en diferentes tipos de terrenos. El apoyo representativo del presente si
stema consta de las siguientes gráficas, tituladas: 1-Sistema normalizado en Gua
dua y Madera. Malla de situación. Matriz general de la modulación. Menú de compo
nentes. 2-Menú de Módulos espaciales. 3-Despiece ortogonal del sistema construct
ivo completo. 4-Adecuación de las viviendas a la topografía y utilización de los
componentes formando las paredes. 5-Prototipo de paneles normalizados y detalle
s constructivos 6-Planta normalizada de piso Detalles constructivos de piso, par
ed y techo 7-Estabilización de paneles perpendiculares mediante diagonales y de
su anclaje en pisos de tabla y/o mortero sobre esterilla. CARACTERÍSTICAS DE LA
SOLUCIÓN PROPUESTA
El diseño y sistema constructivo propuestos se articulan en una malla de situaci
ón ortogonal, cuya dimensión modular es 30 cm., proporcional al multimódulo bási
co de 10 cm., tanto para los planos horizontales como para los verticales, pudié
ndose colocar los elementos constructivos en las líneas modulares o en los espac
ios modulares. DISEÑO ARQUITECTÓNICO Y DESARROLLO PROGRESIVO El diseño arquitect
ónico de las viviendas y su sistema progresivo está basado en un "menú" de espac
ios modulares de 11 módulos por 11 módulos (3.30mx3.30m) con los cuales se puede
n componer infinidad de tipos de viviendas. Se proponen lotes de 6.60 x 9.90 m;
9.90 x 6.60 m y 9.90 x 9.90 m. que soportan la construcción con espacios modular
es diversos y en el orden en que el usuario los necesite. Otros lotes podrían us
arse tomando simplemente como base las dimensiones de los espacios modulares que
, a su vez, podrían cambiar su diseño teniendo en cuenta solamente las dimension
es del módulo de diseño y de la malla de situación (30 cm x 30 cm), de tal maner
a, que si los espacios modulares se diseñan de 3 m x 3 m, los lotes serán e 3, 6
, 9 m de lado, y si los espacios modulares son de 3.60 m x 3.60 m, los lotes ser
án de 3.60; 7.20 y 10.80 m y así sucesivamente. Cada lote se ha trabajado para p
endientes menores a 15% y para pendientes de 15% a 50%, positivas y negativas. S
e parte de un "embrión" de espacio modular de 10.89 m -que coincide, en este cas
o, con el promedio de área a ocupar por una persona en la vivienday se construye
n espacios modulares sucesivos, siguiendo la ruta escogida, de tal forma que, en
nueve pasos, la casa puede crecer de 10.89 my a 21.78 my; 32.67 my; 43.56 my; 5
4.45 my; 65.34 my; 76.23 my; 87.12 my y a 98.01 my finalmente. Cuando se constru
yen espacios modulares en dos pisos, se recomienda hacerlos simultáneamente. La
dimensión modular pertenece, por lo tanto, al sistema métrico decimal y es compa
tible con los dimensionamientos espaciales típicos. EL SISTEMA ESTRUCTURAL El si
stema estructural está conformado por pisos con viguetas y esterilla de Guadua,
losa de concreto; paneles de soporte resistentes a cargas verticales y horizonta
les; armaduras de Guadua para soporte de la cubierta y cimentación consistente e
n zarpas de ciclópeo o de concreto armado con dados de concreto fundidos a éstas
.
Materiales empleados: El sistema constructivo normalizado usa primordialmente lo
s siguientes materiales: -Guadua angustifolia de más de tres años de edad, debid
amente inmunizada, en
forma de: Cepa o tramo basal de 10 a 14 cm de diámetro, para parales, vigas y en
tramados de cimentación y pisos. Sobrebasa de 8 cm de diámetro, para paredes de
10 cm y para cerchas del techo. Esterilla de 25 a 35 cm de ancho, para base del
mortero de piso y para cubrimiento de los paneles y base del friso de las parede
s. -Maderas aserradas de buena calidad, en las siguientes secciones: Viguetas de
12.5x5 cm; cuartones de 8 x 4 cm; varillones de 4 x 2 cm; columnas de 8 x 8 cm;
tablones de 15 x 2.5 cm; pisavidrios de 1 x 1 cm; guardaluces de 4 x 1 cm y rod
apiés de 8x1 cm. -Malla de alambre de hueco hexagonal (malla de gallinero) -Alam
bre corriente de amarrar (no acerado) -Clavos de diferentes largos y calibres. -
Pernos de hierro de VA", con tuercas. -Además, herramientas corrientes de carpin
tería y cantería. LA CONSTRUCCIÓN MODULADA EN LADERAS Este sistema modular funci
ona cabalmente en terrenos planos, pero lo más importante de resaltar, es su gra
n adaptabilidad a los terrenos pendientes o de ladera. Basta con que el diseño a
rquitectónico -sea coherente con el sistema constructivo y que la fabricación se
base en una cuidadosa planificación. Para lo cual, la construcción debe diseñar
se a diferentes niveles -lo más ajustado posible a la pendiente del terreno, evi
tando al máximo las excavaciones de consideración y que la modulación de los pan
eles permita conformar espacios planos a diferentes niveles, variando únicamente
la altura de la sub-estructura de cimentación, la cual, así como la misma cimen
tación, son simples porque soportan el peso de un sistema que sólo pesa entre 30
0 y 400 Kg./my, notoriamente contrastante con el peso de la mampostería tradicio
nal que varía entre 600 y 800 Kg./my. El poco peso de la Guadua y de la Madera h
ace más eficiente la relación carga viva/carga muerta, disminuyendo, además las
fuerzas de inercia resultantes de los sismos, al transferir al suelo cargas much
o menores que las transmitidas por las construcciones de mampostería. Las soluci
ones edilicias para terrenos de ladera, no solo deben tener presente las dificul
tades que conlleva la desigualdad de alturas, que exige una interacción mayor en
tre sus elementos estructurales, sino que ante pendientes mayores del 15% la con
strucción debe desarrollarse preferentemente a lo largo de la curvas de nivel, d
onde estaría el frente, procurando que el desarrollo en el sentido de la pendien
te sea lo más corto posible, para que la cimentación no sea excesivamente alta e
n el extremo inferior del terreno; para ello, deben fundirse vigas de cimentació
n de hormigón ciclópeo o de concreto reforzado con hierro, orientadas en sentido
perpendicular a la pendiente, vale decir, a lo largo de las curvas de nivel,
que serán vaciadas sobre un solado de concreto de limpieza de 4 cm. de espesor y
cuyas dimensiones varían de acuerdo a la capacidad portante del suelo y a las c
argas provenientes de la edificación, dependiendo de si es de uno o de dos pisos
. Estas cargas son transferidas a los cimientos a través de la sub-estructura es
pacial, antes mencionada, que sirve, así mismo, de amarre entre dichos cimientos
y que se apoya en unos dados o pilas de concreto -una por cada paral o poste- q
ue van fundidas a la parte superior de la viga-cimiento, y que sobresalen del ni
vel del suelo para evitar la humedad en las bases de Guadua. Estas pilas deben a
nclarse en el cimiento mediante cabillas de hierro. Los terrenos de pendiente ge
neralmente son más propicios a la erosión y derrumbamiento, por lo que deben evi
tarse las excavaciones y movimientos de tierra que puedan ocasionar deslizamient
os y deben conservarse las áreas de escorrentía natural, construyendo los drenaj
es adecuados, para evitar los represamientos causados por la saturación del suel
o en invierno. Para el diseño y cálculo estructural de este sistema se tomaron l
os siguientes índices: Resistencia a la rotura a la tracción, entre 900 y 1.400
Kg./cm2; a la compresión, entre 600 y 700 Kg./cm2 y el módulo de elasticidad ent
re 100.000 y 170.000 Kg./cm2; Solo se acerca al máximo usualmente admitido, el v
alor de las deflexiones de las viguetas de Guadua que conforman los pisos (en ca
so de no usarse viguetas de madera con riostras), problema que es muy común en t
odas las construcciones de madera. Por esta razón, se recomienda utilizar acabad
os livianos para el piso, lo cual redunda en mejor comportamiento frente a todas
las cargas. Ante los empujes sísmicos, el modelo exhibe una alta seguridad, ref
lejada en el hecho de que la resistencia de la estructura de paneles es mucho ma
yor que el cortante sísmico en todos los pisos; el cual, a su vez, tiene valores
pequeños, debido al poco peso de la construcción. Debe anotarse que para este a
nálisis se utilizaron, como datos de rigidez y resistencia de los paneles, los s
uministrados por la JUNAC para un tipo de panel con separaciones de 40 cm. entre
los elementos verticales de madera; con cubierta de esterilla de Guadua y friso
s de mortero, similar a los de este sistema. Por otra parte, el cálculo de despl
azamientos ante empujes sísmicos, indicó que las derivas de piso se encuentran m
uy por debajo del máximo de los códigos para este tipo de construcciones, lo cua
l contradice la creencia generalizada de una supuesta flexibilidad excesiva de l
as estructuras de madera.
TIPOS DE PANELES PREFABRICADOS: Se pueden construir los paneles de dos maneras 1
-En forma continua, es decir, un solo panel cuya longitud sea igual al largo de
la pared (parecido a los presentados en el anterior ejemplo de construcción de v
iviendas con paneles fabricados in situ) 2-Por repetición de paneles modulados p
refabricados (tal como se explicará a continuación). CONSTRUCCIÓN DE PANELES MOD
ULADOS. ESPECIFICACIONES DE CONSTRUCCIÓN Se construye cada panel a partir de un
bastidor o marco de madera aserrada o cuartón de 4 x 8 cm, con anchos diferentes
según la modulación, y con 2.40 m de altura total, se introducen en su interior
sobrebasas de Guadua a una distancia de 30 cm entre ejes (un módulo). Los esqui
neros deben estar reforzados con una sobrebasa en diagonal que va de la esquina
de la solera superior a la base del segundo o tercer paral, según el ancho del p
anel esquinero de que se trate. Luego se forran con esterilla de Guadua y poster
iormente con malla hexagonal de alambre, para evitar fisuras en las uniones de l
os módulos y para mejor amarre del friso. Los paneles normalmente serán de 6, 9,
12, 15 y 21 módulos básicos de 10 cm que representan anchos de 0.60, 0.90, 1.20
, 1.50 y 2.10 metros de ancho, cuya equivalencia en módulos de 30 cm será de 2,
3, 4, 5, y 7 respectivamente. Como se dijo, todos los paneles han de tener una a
ltura uniforme de 2.40 m equivalente a 24 módulos básicos de 10 cm o de 8 módulo
s de 30 cm. En aquellos en los cuales se deban colocar posteriormente ventanas O
' puertas, se reforzará el bastidor con elementos horizontales (cuartones) a las
alturas requeridas, según la malla modular. Con el fin de evitar piezas complem
entarias y lograr un ajuste exacto en las esquinas, algunos paneles esquineros t
endrán un aumento o disminución en sus longitudes de 12 cm aproximadamente, o se
a, el equivalente al espesor del panel en obra negra, estando esterillado por am
bas caras.
CONSTRUCCIÓN DE LAS PAREDES Sobre la losa de concreto vaciada sobre el sobrecimi
ento para las casas a construir en terreno plano- o sobre la esterilla que va mo
ntada sobre las vigas que conforman el piso -para las casas a construir en terre
no pendiente- según
el caso, se trazan los ejes de la malla de situación y se inicia la colocación d
e los paneles, observando estrictamente su localización y revisando su verticali
dad, teniendo en cuenta que la colocación de los paneles debe iniciarse siempre
por una de las esquinas. Los refuerzos diagonales de la estructura de los panele
s deben formar, con sus ejes, una M en el plano del muro. Habiendo verificado la
ortogonalidad o perpendicularidad, la verticalidad y la situación de los panele
s, según la malla y los planos constructivos, se procede a fijar los dos primero
s paneles con clavos. Cuando se tienen armadas las paredes, se unen los paneles
entre sí con pernos de hierro de 1/4" de diámetro. Sobre los paneles y haciendo
de solera superior o de viga de corona, se coloca un cuartón que se fijará igual
mente a los paneles con clavos y pernos de hierro. A la altura de dicha solera,
en las esquinas, se reforzará la estructura con riostras de cuartón, formando di
agonales a 45§, encajándolos a la solera a media madera. A los paneles se les de
ja una cara sin forrar con esterilla, con el fin de facilitar su instalación y e
nsamble, así como la colocación de las instalaciones eléctricas. Finalizada la i
nstalación de los paneles y conformadas las paredes, con las respectivas instala
ciones eléctricas y de agua potable, se procede a forrarles con esterilla la car
a que se había dejado abierta, colocándola con la faz lisa cutinizada hacia el i
nterior del panel y fijándola con clavos y alambre, cuidando que la esterilla pa
se de largo por todas las uniones de los paneles para lograr una superficie sin
soluciones de continuidad, es decir, sin uniones a la vista. Cuando sea necesari
o unir horizontalmente dos esterillas, esta unión debe hacerse en la mitad de un
panel o cerca de ésta, pero no en la unión de dos paneles. Luego de colocada la
esterilla, se procede a cubrirla de extremo a extremo de las paredes y por amba
s caras, o al menos por su cara exterior o fachada, con malla hexagonal de alamb
re con huecos de 5 x 5 cm (malla de gallinero) a fin de mejorar el agarre del fr
iso y de cubrir las juntas de los elementos modulares para evitar grietas en el
friso. También puede colocarse la malla al fabricar los paneles, cuidando de dej
ar un sobrante a cada lado, de aproximadamente 12 cm, con el fin de traslaparla
con la del panel vecino. PISOS Para armar los pisos, se colocan viguetas de made
ra aserrada de 5 x 12,5 cm o sobrebasas de Guadua preferiblemente con diámetro m
ayor de 12 cm, de una longitud igual al espacio que se va a cubrir y con una sep
aración entre ejes equivalente a un módulo de 30 cm. Este entramado será cubiert
o con un tendido de tablilla machihembrada
o de tabla común, cuidando de nivelarlo por encima mediante suplementos de mader
a, en caso de ser el envigado de Guadua. Si el piso lleva una losa de cemento, e
sta se apoyará sobre un tendido de esterilla de Guadua, apoyado, a su vez, en un
envigado de viguetas de madera aserrada de 12.5 x 5 cm o sobre Guaduas de un di
ámetro mayor de 12 cm. La losa de mortero de cemento tendrá un espesor de 4 cm e
irá reforzada con alambre galvanizado grueso, de un diámetro no inferior a 2 mm
, formando una malla que coincida con la red modular, preferiblemente clavada en
el extremo de cada hilada, procurando que al hacer el vaciado, ésta malla quede
levantada aproximadamente 1 cm., para que el mortero penetre y la cubra por deb
ajo. Tanto el piso de madera como el de cemento pueden ser los acabados definiti
vos, pero pueden también ser cubiertos con otros materiales de diferente acabado
, en cuyo caso deben ser, ante todo, materiales livianos que no comprometan las
especificaciones dadas y que exigirían un replanteamiento de los cálculos estruc
turales. El grueso del piso determina en sus bordes exteriores una franja que de
be cubrirse para mejorar su aspecto (puntas de las viguetas y los espacios entre
ellas), para lo cual es aconsejable taparlo con una faja de esterilla que iría
frisada como el resto de la fachada, o con una tabla de igual ancho que iría pin
tada. Al piso se fijarán las paredes por medio de pernos, similares a los utiliz
ados en el empalme de los paneles y tendrán una longitud que les permita ligar l
a estructura de los paneles inferior y superior con el piso. CUBIERTA Sobre la s
olera-superior se colocan las cerchas de madera aserrada o de Guadua que conform
an la estructura del techo. La forma y sección de los elementos de las cerchas e
starán de acuerdo con la luz y carga de la cubierta. Sobre las cerchas se coloca
n las correas, cuya separación estará determinada por la teja o material de la c
ubierta que se utilice. Las correas deben arriostrarse entre sí. Las cerchas se
fijan a la solera superior y a la estructura de los paneles con pernos metálicos
de 1/4" de diámetro con arandelas y tuercas. La cubierta más recomendable es la
conformada por láminas onduladas de fácil manejo, poco peso, buenas impermeabil
idad y refracción al calor y, por supuesto, precio económico. No obstante, el si
stema propuesto permite el uso de otros materiales de cubierta.
BALCONES Y VOLADIZOS Para la construcción de balcones, simplemente se prolongan
en voladizo de 1, 2 o 3 módulos de longitud, las viguetas de Guadua o de madera
del piso necesarias. Para voladizos mayores de 3 módulos (90 cm) se utilizarán e
lementos de apoyo (tornapuntas, diagonales o pié de amigos) apoyados en parales
o bastidores de los paneles de la pared y en las viguetas del voladizo por debaj
o- a unos 30 cm del borde de éstas. RECOMENDACIONES Cuando las construcciones fa
bricadas con este sistema son aisladas, no deben sobrepasar los 2 pisos. En camb
io, cuando son pareadas (por pares) o en construcción continua (en serie) pueden
alcanzar los 3 pisos, porque, al incrementar la altura, se eleva el centro de g
ravedad, aumentando el peso y la flexibilidad. En el caso de no ser individuales
sino pareadas o en serie, es preferible sujetarlas unas a otras, para que traba
jen estructuralmente como una sola de mayor tamaño. Es conveniente diseñar y hac
er ampliaciones en forma simétrica para evitar la torsión horizontal de la const
rucción. Debe ser reducido al máximo el peso de la cubierta, utilizando únicamen
te los elementos necesarios para la armadura y utilizar preferiblemente cubierta
s de láminas onduladas livianas, tipo: cemento-celulosa, aluminio, acero aislado
o similares. Las tuberías hidráulicas y sanitarias es preferible no empotrarlas
dentro de los paneles; es más recomendable concentrarlas en ductos amplios o ad
osarlas convenientemente a las paredes, colgando sus ramales de las viguetas del
piso con abrazaderas galvanizadas. La esterilla de las paredes -principalmente
la que va por el exterior, debe ir completamente frisada, para que el agua de ll
uvia no la deteriore y para evitar la pudrición del resto de la Guadua utilizada
en los paneles.
Otras NOTAS INTERESANTES
La Guadua
Una Maravilla Natural de Grandes Bondades y Promisorio Futuro Este es un recurso
de múltiples ventajas naturales e industriales reconocidas en el mundo asiático
y bien valoradas en Europa, sin embargo en Colombia, donde la especie alcanza l
as 51.0000 hectáreas su empleo en productos de valor agregado solo llega al 1 po
r ciento. Las Potencialidades y las perspectivas vs. la Subvaloración ha margina
do la especie de su
industrialización pero las investigaciones sobre ella están despertando gran int
erés Desde hace 3.000 años en Japón y China, la guadua o bambú ha sido fuertemen
te relacionada con los principios del Feng-shui, aquellos que sugieren armonía t
otal en todas las cosas, un equilibrio de ambiente y el concierto entre el hombr
e y su medio. Esa visión amplia e inteligente para valorar la guadua les ha perm
itido encontrar en la especie un sinnúmero de posibilidades y ventajas aplicadas
al campo industrial, con excelentes resultados económicos, enorme rentabilidad,
amplio protagonismo de productos en los mercados internacionales y un desarroll
o tecnológico efectivo para su procesamiento, tal vez el mejor del mundo. Para n
uestro contexto nacional y aún en el latinoamericano, los buenos resultados logr
ados por los asiáticos se han quedado allí, lejos de nuestros aprender y no por
causas políticas o por disposiciones culturales, sino como resultado de una pobr
e explotación local representada en usos básicos y escasos, un tratamiento al ma
rgen de la transformación industrial y por ende, una connotación equivoca donde
guadua es sinónimo de estancamiento y pasado. Hoy sobre el tema distintas asocia
ciones, organizaciones y profesionales independientes, relacionados con el tema,
trabajan para encontrar nuevas aplicaciones en campos inexplorados, mejorar sus
resultados en usos tradicionales, realizar estudios sobre sus propiedades físic
o-mecánicas, divulgar sus hallazgos y proponer una cultura amplísima en la que s
e reconozca su potencial y se aproveche como la enorme fuente de riqueza que es.
¿Qué la hace tan especial?: Antecedentes y Propiedades. Desde San Angel en Méxi
co hasta el sur de Argentina, exceptuando Chile y las Islas del caribe, la guadu
a crece en todos los países de América Latina y en buena parte de los países asi
áticos. Su uso es tan antiguo que, según el libro ‘Nuevas técnicas de construcci
ón en Bambú’ (1978), en Ecuador se han encontrado improntas de bambú en construc
ciones que se estima tienen 9.500 años de antigüedad. Puentes colgantes y atiran
tados de impresionante precisión de ingeniería, poderosas embarcaciones así como
flautas, quenas y marimbas, fueron
realizados por los Incas con este recurso durante la época de preconquista, y de
spués de ella durante la colonia, la especie fue la encargada de proteger indios
y hasta pequeños pueblos del asedio de los españoles escondiéndolos tras sus es
pesuras. Colombia, Ecuador y Panamá son los países en América que registran mayo
r tradición de uso, de hecho en estas zonas existieron las mayores extensiones d
e la especie en el continente y sólo como ejemplo, en el siglo pasado en la zona
cafetera colombiana se construyeron cerca de 100 poblaciones completas con bare
que, según lo reseñan Lucy Amparo Bastidas y Edgar Flores, miembros de la Socied
ad Colombiana de Bambú Ese uso tradicional de siglos en la construcción, o su em
pleo en la elaboración de artesanías o papel en Brasil, u otros menos comunes co
mo la fabricación de pisos y molduras - realizado únicamente por los orientales
-, tiene su razón de ser en las enormes propiedades y ventajas que ofrece la esp
ecie. ¿Pero cuáles son esas condiciones especiales?. La guadua es un bambú leños
o que pertenece a la familia de las gramíneas, taxonómicamente a las Poaceae y d
el cual existen realmente en el mundo cerca de 1.000 especies, 500 de ella en Am
érica. De éstas aproximadamente 20 conforman las especies prioritarias de bambú
y dentro de ellas Colombia tiene una que posee las mejores propiedades fisico-me
cánicas del mundo y extraordinaria durabilidad: La Guadua angustifolia. Hallada
en estado natural en Colombia, Ecuador y Venezuela e introducida con éxito en al
gunos países de Centroamérica, el Caribe y Asia, esta especie es el tercer bambú
más grande del mundo superado únicamente por dos especies asiáticas. Alcanza lo
s 30 metros de altura y los 22 centímetros de diámetro y en nuestro país se han
identificado dos variedades que también son únicas: La Guadua angustifolia bicol
or y Guadua angustifolia Nigra. Según Ximena Londoño Pava, Presidente de la Soci
edad Colombiana de Bambú, esta especie está dotada y rodeada de condiciones que
la hacen ideal para distintos campos de aprovechamiento. Señala por ejemplo, que
se trata de un recurso sostenible y renovable porque se automultiplica vegetati
vamente, es decir, que no necesita de semilla para reproducirse como ocurre con
algunas especies maderables. Tiene además alta velocidad de crecimiento, casi 11
cm de altura por día en la región cafetera y afirma que en sólo 6 meses puede l
ograr su altura total, hechos positivos si se tiene en cuenta que uno de los pro
blemas acusados para la siembra de especies maderables y reforestación, es el ti
empo extremadamente largo para la obtención de resultados. Sumado a esto, las co
ndiciones de cosecha de la guadua son mucho más sencillas que las requeridas por
otras especies. Se corta con machete,
herramienta elemental de fácil uso y mínima inversión, tiene peso liviano y a pe
sar de su altura, también tiene diámetros que facilitan su transporte y almacena
miento. Adicionalmente, la Guadua es un recurso abundante frente a otros recurso
s explotados forestalmente en el país. Son aproximadamente 51.000 hectáreas de l
as cuales 46.000 son guaduales naturales y 5.000 son hectáreas establecidas, aun
que se estima que el número de éstas debe incrementarse para que su cultivo ofre
zca mejores resultados económicos e industriales. Esta condición también represe
nta una enorme riqueza ambiental, ya que la guadua es un importante fijador de d
ióxido de carbono (CO2), hasta el punto que su madera no libera a la atmósfera e
l gas retenido después de ser transformada en elemento o ser usada en construcci
ón, sino que éste queda fijo en las obras realizadas con ella. La particularidad
llama la atención de los países industrializados que, según el Protocolo de Kyo
to, deben disminuir la emisión de gases de efecto invernadero entre el 2008 y el
2012. Estos países ven en la especie una alternativa que podría ayudar a resolv
er un inquietante problema global y que lo haría, tal vez, a costos más bajos qu
e con otros procesos tecnológicos más complejos. Siguiendo la misma línea ambien
tal, el bambú también evita la movilización de tierra y conserva efectivamente l
os suelos, de allí que su siembra resulte ideal en áreas propensas a deslizamien
tos, derrumbes, erosión y remociones, sin contar su gran capacidad para el almac
enamiento de agua. A estas características se suma que la Guadua angustifolia po
see propiedades estructurales sobresalientes, que no sólo superan a las de la ma
yoría de las maderas sino que además pueden ser comparadas con las del acero y a
lgunas fibras de alta tecnología. Londoño afirma que la especie absorbe gran can
tidad de energía, admite grandes niveles de flexión y que por lo tanto es ideal
para levantar construcciones sismoresistentes, muy seguras y a costos muy bajos.
Adicionalmente, la industrialización de la guadua según lo señala Ximena Londoñ
o, está ligada al concepto de sostenibilidad en la medida que dichos procesos pu
eden ser más sencillos, económicos y con productos muy competitivos. «El concept
o actual de durabilidad se consigue a costa de un alto consumo de energía, una c
antidad exagerada de materia prima y de ineficientes procesos de fabricación. Af
ortunadamente la guadua tiene fibras naturales muy fuertes que permiten desarrol
lar productos industria-lizados tales como aglomerados, laminados, pisos, panele
s, esteras, pulpa y papel, es decir productos de alta calidad que se podrían ofr
ecer en el mercado nacional e internacional , compitiendo con el plástico, hierr
o y concreto». Los múltiples productos obtenidos con la guadua así como sus casi
1.000 aplicaciones en la vida cotidianas es otra de sus grandes fortalezas. La
historia ha demostrado su excelente comportamiento estructural en grandes luces,
su utilidad en sencillos cercos, en el campo industrial en preciosos
productos como pisos y aglomerados, en el campo estético con magnificas piezas a
rtesanales y utensilios domésticos y hasta como simple combustible. Sin embargo
y pese a esta lista de virtudes, la guadua no ha tenido un uso local apropiado.
Existen razones, en su mayoría soportadas en el desconocimiento de la especie, q
ue solo perjudican su buen nombre y el desarrollo de sectores industriales y soc
iales que podrían beneficiarse de ella. El Eterno Problema del Prejuicio La inve
stigación silvicultural de la Guadua en Colombia viene desarrollándose aproximad
amente desde hace 15 años y el producto logrado es uno de los paquetes tecnológi
cos más completos que existen, tal es así que se ha llevado a Brasil, Ecuador, M
éxico, República Dominicana y Costa Rica para ser aplicado, según lo informa la
Corporación Regional del Valle. Pero la verdad es que localmente existe sobre el
bambú un estigma que la relaciona con la miseria y la pobreza, las razones, muc
has, entre ellas, esa enorme tradición de uso que ha tenido en los elementos y a
mbiente propios de clases sociales de bajos ingresos (estructuras para vivienda,
muebles, postes, esterillas) porque la especie se manipula y encuentra fácilmen
te y porque la inversión para su transformación, en los usos citados, es muy poc
a. De allí se desprende que su conservación no sea una prioridad, que la industr
ia no vea en sus productos valor agregado alguno pues de acuerdo a un análisis d
e la Fundación para el Desarrollo del Quindio, solo a la fabricación de muebles,
que representa menos del 1% de la guadua aprovechada, se atribuyen ingresos sig
nificativos lo que hace que la inversión en esta cadena forestal sea muy escasa.
De igual manera, la demanda para efectos industriales es también pobre, porque
si bien es cierto que un 70 por ciento del total de guadua extraída se emplea en
construcción y un 30 por ciento se destina a otros campos, ninguno de ellos goz
a de tecnificación en sus procesos industriales, estos siguen siendo básicos pes
e a los resultados positivos logrados por otros países. Los asiáticos son los pi
oneros en la transformación de la materia y en el desarrollo de maquinaria para
este fin, lo que les ha permitido conquistar mercados exigentes como los de Esta
dos Unidos y la Unión Europea: Inglaterra, Alemania, Italia y España, que consum
en principalmente parquét de bambú, uno de los productos de mayor demanda, así c
omo otros de decoración como pisos, techos y paredes. Para países como Taiwan, q
ue por ejemplo recauda más de 150 millones de dólares anuales por concepto de la
exportación de artesanías y muebles de guadua, este es un excelente negocio, en
la medida que la demanda es alta, constante y los precios tienden a subir perma
nentemente dado que los productos son escasos y existe gran dificultad para obte
ner la materia prima en estas zonas.
Guadua, tecnología revolucionaria
Será un gran obsequio ambiental, barato, resistente, funcional, hermoso... que o
frecerá la biodiversidad a la construcción. Los expertos mundiales dicen que "re
volucionará" la ingeniería, y en Colombia tendrán que levantarle esa mirada desp
ectiva que la relega únicamente para levantar casas humildes. "Los pobres la usa
n porque es abundante y barata, pero apenas tienen plata, la cambian por casas d
e cemento, que son las que primero se caen cuando ocurre un terremoto", dice Sim
ón Vélez, arquitecto colombiano y artífice de la utilización de la guadua como m
aterial alternativo. Vélez acaba de regresar de Alemania acompañado de una buena
noticia. Los germanos le otorgaron la licencia de construcción a la guadua y la
definieron como un "material de alta tecnología". De esta forma, le abrieron ad
emás las puertas en toda Europa. Acero vegetal Esta especie vegetal comprobó que
sí es el "acero vegetal", como lo señala Vélez, quien lleva 15 años trabajando
con ella. Soportó, entre otras, pruebas con cargas de 400 kilogramos por un metr
o cuadrado. Es decir, el segundo piso de la estructura (de 21 metros cuadrados)
pudo con nueve toneladas. Resistió las mismas pruebas de carga que se hacen para
las construcciones de concreto, pues no hubo consideraciones con ella. "Con est
e proyecto, ya existe la ingeniería de la guadua", dice satisfecho Vélez. "Super
amos todos los problemas que tiene una construcción con materiales totalmente de
sconocidos", dijo sobre la guadua Pauli, quien cada vez visita con más frecuenci
a Colombia. Pauli aclaró que otorgaron el permiso de construcción provisional, y
que el definitivo se obtendrá cuando se haya culminado la estructura. Este pabe
llón, de "alta tecnología", como lo han denominado los alemanes, será construido
además por obreros del Eje Cafetero. "La calidad de un obrero colombiano es tan
excepcional, que ni siquiera uno alemán podría hacer este trabajo", dijo Steffe
ns. Es por eso que a principios del 2000 viajarán Alemania 40 obreros de Quindío
, Caldas y Risaralda para empezar la construcción. Ellos regresarán condecorado
s en mayo, cuando se dará inicio a la feria mundial. "Como las instituciones ed
ucativas superiores de Alemania
consideran que es un trabajo maestro, decidieron otorgarles diplomados", explicó
Pauli. De esta forma, estos artesanos de la guadua regresarán al país para ense
ñar los pormenores de la construcción con esta planta, pero también con el chusq
ue, el aliso, y el arboloco, otras plantas del trópico utilizadas en esta estruc
tura. La guadua es el bambú americano. En el mundo hay 1.200 especies de bambú y
unas 600 se encuentran en América. De ellas, la más valiosa es la guadua colomb
iana. Pero además de este pabellón natural, el trabajo de colombianos será parte
importante de la exposición de Zeri. Cinco
 de los 10 proyectos
 que llevará esta
ONG y que se rigen bajo el concepto de cero emisiones , son del país. Entre el
los está un sistema para inmunizar la guadua sin utilizar químicos, el cultivo d
e hongos a partir de los desechos que deja el cultivo del café y un ejemplo de l
a finca Gavilanes, en Pereira, que produce biogas a partir del estiércol de los
marranos. Valor agregado "El impacto que tendrá la guadua es mucho mayor del que
nos imaginamos", dice Vélez. Más, si se tiene en cuenta que el nuevo milenio es
tará aún más obsesionado con lo ambiental. En el país se calcula que existen apr
oximadamente 30 mil hectáreas sembradas de esta planta, principalmente en el Eje
Cafetero. "Es funcional, es barata, ecológica y tiene una belleza tan especial"
, dice Pauli, quien ya piensa en ella como un renglón de exportación importante
para Colombia. Pero no la guadua sola -para no cometer el mismo error con el mon
ocultivo del café-, sino con valor agregado. Y Pauli ya tiene identificados vari
os los valores agregados de esta planta: el diseño, el sistema de inmunización,
el análisis de pruebas de carga y cálculos de ingeniería (los cuales ya hizo la
Universidad de Bremen), la siembra de la guadua...
SIEMBRE GUADUA Y COSECHE UNA CASA
Un proyecto de pura paja, puro barro y pura guadua. Han estado allí desde hace s
iglos, entre ríos y cañadas, cuidando el medio ambiente, creciendo desordenada p
ero naturalmente, protegiendo los ríos e incluso siendo protagonista de cancione
s. Poco a poco se ha comenzado a usar en la construcción, sobretodo en las zonas
rurales.
Sin embargo el uso de la guadua aún no se ha masificado. En Venezuela hay sembra
das 30 mil hectáreas de las cuales 22 mil son guaduas naturales y solo 4 mil son
cultivos establecidos por el hombre. La guadua es una hierba, una gramínea, un
pasto gigante que puede ser sembrado como bosque protector o como bosque reprodu
ctor. Como bosque protector, la guadua es sembrada para cuidar y proteger el med
io ambiente ya que es un autorregulador de caudales y además, es el hábitat de a
nimales y aves silvestres que se benefician con esta clase de cultivos. Como bos
que reproductor, se siembra para ser un cultivo rentable y es vendida a la indus
tria de la construcción; la guadua requiere un cuidado especial los primeros 30
días de sembrada, y es mejor aprovechar la época de lluvias para que el terreno
donde se siembre esté húmedo todo el tiempo. Para la construcción de vivienda se
deben usar guaduas "Jechas" es decir maduras, que no tengan caparazón y que ten
gan unos hongos blancos, señal que la planta ha alcanzado su madurez. Cuando la
guadua está lista, más o menos 6 años después de la siembra, se debe cosechar, p
referiblemente antes de que salga el sol, pues la guadua absorbe agua de la tier
ra a través de la raíz
El calor, la sequedad del ambiente y la luz hacen que sus hojas pierdan agua y a
l sentir la carencia tratan de suplir la necesidad extrayéndola de la tierra, a
través de las raíces, subiéndola por el tallo. Este fenómeno se conoce como tran
spiración. Durante la noche la temperatura es fresca y hay poca luz, por lo tant
o la transpiración es mínima y el tallo no tiene mucha agua, por lo que el mejor
momento para su cosecha es antes de que amanezca. Después de cortada, se deja p
arada lo más perpendicular posible apoyada en las otras guaduas de su entorno, p
or un mes, tiempo durante el cual la planta terminará por evacuar toda el agua d
e su interior, a este proceso se le conoce como la cura, después de curada queda
lista para ser inmunizada. Se conocen varias maneras para inmunizarla, la prime
ra es construyendo una piscina o fosa de 11 metros de largo y un metro de profun
didad, teniendo en cuenta que la guadua utilizada para la construcción pocas vec
es excede este largo.
Esta fosa se forra en polietileno y se le echa una solución de aguacal en la cua
l se sumerge para acelerar el proceso de secado; posteriormente se agrega una so
lución de sulfato de cobre, bórax y agua, mezcla con que se inmuniza la guadua c
ontra el ataque del xilófago, que no es otro que el gorgojo que se la come de ad
entro hacia fuera. Otro tratamiento para inmunizarla consiste en hacer una mezcl
a de Kerosén, pimienta y cal que se inyecta con una jeringa 2,5 cm arriba de cad
a nudo. Este tratamiento resulta más barato pues evita la construcción de la fos
a. Mientras que inyectando el preservativo el gasto es simplemente de mano de ob
ra. Dos operarios trabajando durante 8 días pueden inmunizar todas las guaduas d
e una edificación de 180 metros cuadrados. Si la guadua queda bien inmunizada es
un elemento muy resistente que puede durar cientos de años. En algunas ciudades
latinoamericanas existen edificaciones en guadua de 300 y 400 años.
Las guaduas que van a sostener la estructura de la edificación no pueden ir apoy
adas en la tierra pues se podrirían y es importante que queden apoyadas sobre el
nudo. Para lograr que las guaduas puedan sostener una edificación se introducen
en bloques de concreto de 40 cm por 40 y 80 cm de profundidad, antes de que seq
uen. Los bloques sostienen las guaduas, pero como esta gramínea y el cemento no
tienen buena adherencia se deben clavar puntillas en la parte de la guadua que v
a sumergida en el concreto, para asegurar la unión y la firmeza de estos cimient
os. Después de armada la estructura o esqueleto de la casa se procede a embarrar
ésta con una mezcla de arcilla, paja y boñiga y se le agrega cal o cenizas y mi
el de purga para obtener un acabado impecable y sin fisuras. Para techarla se pu
eden usar varios elementos como palmiche, almoriche o iraca, también se usa el t
echo de zinc, eternit o teja de barro. La posibilidad de construir con guadua es
una alternativa que se debe considerar para resolver el problema de vivienda en
Colombia ya que un metro de vivienda en guadua de alto nivel puede estar aproxi
madamente en 75 mil Bs. el metro, mientras que el mismo metro cuadrado en concre
to costaría aproximadamente 500 mil Bs. Es importante que el ciudadano sin impor
tar que tenga recursos o no, sepa que hay una solución de vivienda viable y apli
cable no solo al contexto rural sino también al urbano.
El bambú como material de construcción
El bambú es uno de los materiales usados desde más remota antigüedad por el homb
re para aumentar su comodidad y bienestar. En el mundo de plástico y acero de ho
y, el bambú continúa aportando su centenaria contribución y aun crece en importa
ncia. Los programas internacionales de cooperación técnica han reconocido las cu
alidades excepcionales del bambú y están realizando un amplio intercambio de var
iedades de esa planta y de los conocimientos relativos a su empleo. En seis país
es latinoamericanos se adelantan hoy proyectos destinados a ensayar y a seleccio
nar variedades sobresalientes de bambú recoleccionadas en todo el mundo, y tambi
én a determinar al lugar potencial de ese material en la economía locales. Estos
proyectos, que ahora son parte del programa de cooperación técnica del punto cu
arto han venido realizándose durante varios años y algunos de ellos han llegado
ya a un grado de desarrollo en el que la multiplicidad de usos del bambú ha lleg
ado a ser una estimulante realidad. CARACTERÍSTICAS:
Propiedades especiales: Ligeros, flexibles; gran variedad de Construcciones Aspe
ctos económicos: Bajo costo Estabilidad: Baja a mediana Capacitación requerida:
Mano de obra tradicional para construcciones de Bambú Equipamiento requerido: He
rramientas para cortar y partir bambú Resistencia sísmica: Buena Resistencia a h
uracanes: Baja Resistencia a la lluvia: Baja Resistencia a los insectos: Baja Id
oneidad climática: Climas cálidos y húmedos Grado de experiencia: Tradicional BR
EVE DESCRIPCIÓN: • En regiones donde crece el bambú, el clima generalmente es cá
lido y húmedo, lo que conlleva al uso de materiales de baja capacidad de almacen
amiento térmico y de diseños que permiten la ventilación cruzada. Las construcci
ones de bambú satisfacen plenamente estos requerimientos, lo que explica su uso
en estas zonas. • Los muros de bambú no pueden ser construidos a prueba de apara
y en forma hermética, así que la ventilación cruzada se da en forma inherente,
brindando un ambiente agradable y libre de humedad. • La flexibilidad y la alta
resistencia a la tensión hacen que el muro de bambú sea altamente resistente a l
os sismos, y en caso de colapsar, su poco peso causa menos daño; la reconstrucci
ón es rápida y fácil. • Se requieren de mano de obra especializada para trabajar
el bambú, pero en zonas donde crece el bambú éstas son tradicionales. • Las may
ores desventajas se deben a su relativa baja durabilidad (debido a ataques bioló
gicos), y la baja resistencia a huracanes y fuego, por lo que las medidas de pro
tección son esenciales.
LOS MIL USOS DEL BAMBÚ
Maestro Sri Deva Fénix
Con él se construye una casa entera: tejas, paredes, cañerías y puertas. Con él
se fabrican muebles, telas y papel. También se come y es sabroso. Y se vende bie
n. Produce la mejor madera al menor costo ambiental. Hay mil y una razones para
que en Nicaragua se extienda el milenario bambú. Cada día aumenta en el mundo la
demanda de madera para la construcción y para la fabricación de celulosa, papel
, resinas, carbón vegetal y mil otros productos. Tanta es la demanda que los bos
ques han perdido su capacidad de regenerarse por ellos mismos y en los escasos p
aíses donde existe una efectiva política de reforestación tampoco son muchas las
esperanzas. La batalla parece perdida para los árboles. Para resolver un proble
ma tan grave que también afecta a la especie humana - sería necesario encontrar
un sustituto de la madera, que pueda utilizarse masivamente sin causar daños al
medio ambiente. Este material existe, es conocido y usado por la humanidad desde
hace miles de años. Es el bambú.
Conocido y usado desde hace 6 mil años
A pesar de que, por su tamaño y aspecto, los bambúes parecen árboles, no lo son.
Son hierbas. Son monte que crece de prisa y espontáneamente, sin cultivo, silve
stre, como crece la hierba. Se diferencia de la mayoría de las hierbas por su ta
maño y por su tiempo de vida. Un bambú puede alcanzar 30 metros de altura y 45 y
hasta 60 centímetros de diámetro. Y puede vivir muchos años, hasta más de un si
glo. Por lo demás, su forma de nacer, de crecer y de vivir es igual a la de cual
quier gramínea. Y, como las gramíneas, muere cuando florece y fructifica. Exacta
mente igual que el arroz, el trigo, la cebada o nuestro sagrado maíz. Cuando se
habla de bambú, la primera imagen que nos viene a la mente es la de un bosque tr
opical en el que se mueven animales feroces y seres humanos que soportan el calo
r ligeros de ropa. Pero hay variedades de bambú nativas de zonas tan frías que p
ueden permanecer varios meses al año bajo la nieve, como ocurre con los bambúes
del norte de Japón o con los que crecen en los Andes, a 4 mil metros sobre el ni
vel del mar. El bambú es una planta nativa de todos los continentes, excepto de
Europa, donde no sólo no hay bambuzales, sino que algunos intentos realizados pa
ra aclimatar esta planta han terminado en éxitos muy dudosos o en fracasos. En A
sia fue donde empezó a utilizarse el bambú, hace más de 6 mil años. Desde entonc
es, los asiáticos experimentan usos y posibilidades, calculándose que han encont
rado más de mil 500 aplicaciones: alimentación humana y animal, construcción, mo
biliario, vestido, medicina, diferentes ramas de la industria y hasta aeronáutic
a. Pese a que Oceanía es un continente que ha tenido su propia evolución, con ca
racterísticas diferentes a las de las otras masas continentales, cuenta con
extensos bosques de bambú. África también produce bambú nativo. En América, los
bambuzales se extienden desde el sur de los Estados Unidos hasta el Norte de la
Argentina.
Al florecer todo el bambuzal muere
Aunque el ser humano ha utilizado el bambú desde hace milenios, ignora aún mucho
sobre esta planta, que ha logrado esconder mucho de su intimidad a las miradas
de observadores y científicos. Por ejemplo, no se sabe con certeza cuántos son l
os géneros y especies de bambú que existen en el mundo, calculándose que hay más
de 50 géneros y entre 600 y mil 200 especies. Y es que para definir con precisi
ón el género y la especie de un vegetal, son datos imprescindibles las caracterí
sticas de la flor y del fruto. Y el bambú puede estar hasta más de un siglo sin
florecer y por lo tanto, sin dar fruto. Son muchos los que viven toda una larga
vida en un paisaje de bambúes y mueren sin verle una floración. Tal vez es mejor
así porque, como gramínea que es, cuando el bambú florece y fructifica, muere.
Muere todo el bambuzal aunque tenga muchos kilómetros de extensión. Porque, aunq
ue entre los dos extremos del bosque de bambúes haya 200 o más kilómetros de dis
tancia, todo él es una sola planta y cuando se seca, se seca todo de una vez. En
Asia, la floración del bambú es considerada como señal de desgracias prolongada
s y de hambruna. No les falta razón: después de que florece y muere, el bambuzal
necesita unos 10 ó 12 años para regenerarse y esos años son sumamente difíciles
para las poblaciones que viven en, de y con el bambú.
No se siembra por semillas
El bambú no se reproduce ni fácil ni frecuentemente por semillas, pues raramente
las produce, sino por rizomas subterráneos. Las raíces del bambú se extienden a
mpliamente bajo tierra, llenas de yemas que, a su debido tiempo, desarrollan una
nueva vara de bambú. Dependiendo de las especies, las raíces son gruesas y cort
as - lo que obliga a que las varas crezcan agrupadas, en formaciones muy comprim
idas, en "macolla" - o son largas y delgadas y avanzan bajo tierra a grandes dis
tancias. Esto es importante a la hora de definir qué tipo de bambú es el más ade
cuado para cada uso. Desde tiempo inmemorial, las diferentes culturas que han vi
vido del bambú han aprendido a cultivarlo. La siembra no es difícil y es similar
en todas las especies. Se corta una vara de bambú joven de un metro o metro y m
edio de largo que tenga en alguno de sus nudos una yema y se siembra bajo tierra
, inclinada, de tal manera que un extremo asome en la superficie mientras el otr
o se hunde en la tierra. Conviene sembrarlo con las primeras lluvias y regarlo a
bundantemente hasta que esté bien enraizado. Cuando el nuevo brote de bambú asom
a en la tierra, ya trae todo su calibre. Nunca se engrosará más. Por esto, es fá
cil saber qué destino se dará a cada vara con bastante tiempo de anticipación, a
unque aún tengan que pasar algunos años
para que esté listo para su uso.
Récord mundial: más de un metro en un día
En toda la Naturaleza, el bambú es la planta que más rápidamente crece. Un brote
crece un prometido de entre 8-15 centímetros diarios en su ambiente natural. En
cultivos experimentales y en condiciones óptimas puede crecer más de un metro e
n un día. Ninguna otra especie - aun otras hierbas - es capaz de batir ese récor
d. A esa velocidad, el brote alcanza su máxima altura en unos 3 meses como prome
dio. A partir de ese momento, el tallo comienza su prolongado proceso de madurac
ión, que dura entre 3 y 6 años, dependiendo de las especies y del uso que se le
quiera dar. Durante ese tiempo, el tallo - que inicialmente es relativamente bla
ndo - sufre una transformación en su estructura, que se conoce como lignificació
n: la hierba se transforma en leña, en madera.
Hay que cortarlo al ponerse el sol
A los 6 años aproximadamente, el bambú alcanza su máxima dureza y es el momento
de cosecharlo porque el bambú comienza entonces un rápido proceso de envejecimie
nto que podría afectar la buena salud del bambuzal y su misma existencia, al pro
vocar su floración y en consecuencia su muerte. Una vez que ha arraigado, el bam
bú requiere en general de muy pocos cuidados. Pero en la cosecha es necesario pr
odigárselos en abundancia si se quieren obtener varas sanas y bien adecuadas a l
os distintos usos y si se pretende preservar la salud de todo el bosque de bambú
. Debido al sistema de crecimiento del bambú, los tallos maduros y aptos para el
corte se encuentran bambuzal adentro. Los corteros tienen que adentrarse entre
los firmes y larguísimos troncos para realizar una cosecha selectiva, cortando s
olamente los troncos maduros. Un cortero con alguna experiencia reconoce fácilme
nte el tronco que ya está a punto por la cantidad, consistencia y forma de las h
ojas y ramas. Al contrario de lo que ocurre en los árboles - que se ramifican y
tupen cuanto más años tienen - los bambúes se van quedando pelones con los años.
Una mezcla de costumbres, superstición o misterio - que la ciencia no ha podido
discutir por falta de elementos - aconseja que los bambúes que se van a utiliza
r en construcción y mobiliario se corten tres o cuatro días después de la luna l
lena. Recomienda también que se corten al final de la tarde, unas horas después
de que el sol haya cruzado el cénit, cuando la savia ha comenzado su regreso a l
as raíces.
Cien años garantizados de buena madera
Las características de la madera de bambú exigen cortarla a unos 30-50 centímetr
os del suelo y con motosierra de dientes finos o con un machete muy filoso para
evitar que se astille. Si la madera se va a usar en carpintería o construcción,
se recomienda dejarlo curar en la mata durante una semana, un
poco inclinado y apoyado en una piedra para que no lo ataquen las hormigas. El t
allo de bambú es muy ligero y por eso es relativamente fácil sacar los troncos c
ortados de la profundidad del bosque. Bastan dos o tres hombres para los tallos
de las especies más gruesas y con una sola si se trata de otras variedades. Nunc
a hacen falta pesadas grúas ni tractores, que al penetrar el bosque maltratan la
vida vegetal más pequeña y hasta a algún aventurado rizoma, encargado de extend
er más el bambuzal. Tampoco son necesarias enormes inversiones en caminos de pen
etración, que sólo servirían para dañar las raíces. Esto facilita y abarata la e
xtracción de tan valiosa madera. Si se cosecha debidamente, el bambú puede produ
cir nuevos tallos cada año, sin necesidad de reforestación, y sin que el bosque
se agote, pudiendo estar todo un siglo en extracción constante.
El bambú también se come
Uno de los grandes desafíos en el cultivo del bambú es mantener al ganado a resp
etuosa distancia de sus hojas. Las vacas, cabras y ovejas tienen en las cortezas
y ramas del bambú un muy apetecido pasto, con elevadas concentraciones de prote
ínas. Pero la entrada descontrolada de animales en el bambuzal puede dañarlo. En
los países con larga tradición de cultivo y aprovechamiento del bambú, los gana
deros podan las hojas sin dañar los tallos y las usan como forraje para el ganad
o. También el ser humano puede alimentarse con el bambú. Los cogollos tallos tod
avía pequeños pero que ya emergen del suelo - sirven para la alimentación. Como
con los espárragos, es preciso cubrir los cogollos con tierra, porque si no, se
ponen fibrosos y pierden calidad. Cuando el cogollo asoma a la superficie, hay q
ue esperar 10-15 días y al alcanzar una altura de unos 30 centímetros ya puede c
ortarse. Se hierven largo rato, como los frijoles. Saben tan sabrosos como las p
apas y son mucho más nutritivos. La demanda internacional de cogollos de bambú e
n conserva está en alza, a la misma velocidad con que el Japón y los "tigres de
Asia" se imponen en la economía mundial, lo que augura buen futuro a este produc
to no tradicional.
Medicinas, telas, carbón, papel, madera...
Son muchas las aplicaciones del bambú. El elegante rayón, tan de moda en los últ
imos tiempos para audaces vestidos de gran caída, está hecho con fibras de bambú
. Durante la II Guerra Mundial, se experimentó con éxito el uso de paneles tejid
os de bambú en la construcción aeronáutica. Del bambú se obtienen componentes qu
e se utilizan en cosmética para mantener hermoso el cabello y la piel. La indust
ria farmacéutica ha comprobado que ciertas sustancias que se obtienen del bambú
poseen efectos anticancerígenos. El carbón obtenido del bambú tiene mayores vent
ajas que cualquier otro carbón para la fabricación de baterías eléctricas. Y com
o dato curioso, hay que recordar que Edison utilizó filamentos carbonizados de
bambú en sus experimentos para descubrir la lámpara incandescente. Mil y un usos
tiene el bambú. Hay uno especialmente trascendental: la fabricación de papel. C
ada año se sacrifican miles de hectáreas de bosque para utilizar los troncos de
miles y miles de árboles en la producción de papel. Frecuentemente, esos bosques
no se reponen jamás. A veces, porque es imposible: el ser humano no logra imita
r la complejidad y variedad de un bosque natural. Otras veces, los criterios cor
toplacistas de las empresas explotadora-expoliadoras del bosque no incluyen la i
nversión en reforestación. En otras ocasiones, se prefiere destinar las tierras
de bosque arrasado a fines teóricamente mas rentables; ganadería extensiva o agr
icultura de frontera. Y así, el planeta se desertiza. El bambú es una alternativ
a. Sobre el bosque, el bambuzal tiene la ventaja de que puede ser manejado duran
te períodos ilimitados de tiempo sin muchas dificultades. Y además, la fibra de
bambú es mejor que la mejor fibra de madera para fabricar papel. La utilidad de
una fibra se calcula en función de su relación largo-ancho. Cuanto más larga y m
ás estrecha sea la fibra, mejor papel produce. La fibra de bambú resulta ser muc
ho más apropiada que cualquier otra. Para saber cuánto bambú hace falta para pro
ducir papel, existen ya cálculos bastante precisos: una hectárea de bambuzal pro
duce aproximadamente una tonelada de pulpa de papel.
Casas elegantes, baratas y a prueba de todo
Una vez más, Hollywood tiene la culpa. Las únicas viviendas construidas con bamb
ú que conocíamos en muchos lados del mundo eran las miserables chozas en que hab
itaban los negros de las películas de Tarzán. El león las destrozaba de un zarpa
zo o un viento fuerte las deshacía. Fue necesaria la irrupción de las películas
de artes marciales protagonizadas por los orientales para que pudiésemos admirar
las elegantes mansiones de tres pisos construidas de puro bambú, donde viven lo
s más ricos en aquellos países de poderosas economías. La vivienda de bambú, que
en América es considerada como una manifestación de miseria que raya en la indi
gencia, en cambio es considerada en los países de Asia como una señal de opulenc
ia. El bambú tiene múltiples usos en la construcción, desde las vigas y las pare
des exteriores, hasta los tabiques interiores, las cañerías y las tejas. Todo pu
ede construirse con bambú. Las paredes internas, de bambú trenzado. Las paredes
exteriores, de los troncos más gruesos. Las cañerías, de los más finos. Las teja
s, de troncos de bambú partidos por la mitad. Para darle mayor consistencia, el
bambú se puede repellar y la apariencia será la de cualquier vivienda levantada
con materiales convencionales. El bambú tiene algunas ventajas. Su flexibilidad
lo hace antisísmico. Ya hay experiencias. Otra ventaja más: las viviendas de bam
bú aíslan del frío, del calor y del ruido por las cámaras de aire que forman los
troncos de bambú. Los bambúes también se utilizan para hacer paneles prefabrica
dos, que resultan más resistentes, flexibles y livianos que los convencionales.
En zonas sísmicas
son muy aconsejables porque es muy difícil que una vivienda llegue a desplomarse
por fuerte que sea el terremoto y porque si esto llegase a ocurrir, la ligereza
del material evitará las pérdidas humanas. Y una ventaja decisiva: su costo. La
construcción convencional, para alcanzar un aspecto presentable, requiere de un
a inversión que oscila entre los 250-350 dólares por cada metro cuadrado constru
ido. Para alcanzar el mismo buen aspecto, el bambú sólo requiere entre 50-75 dól
ares por metro cuadrado.
Venezuela necesita del bambú
Según cálculos conservadores, en Venezuela existe un déficit de dos y medio mill
ones de viviendas, lo que significa que cinco millones y medio de venezolanos, v
iven hacinado o en casa ajena. Para construir todas las muchas viviendas que se
necesitan sería prácticamente inevitable dos cosas una enorme inversión económic
a o arrasar con los bosques que todavía nos quedan. La otra posibilidad es utili
zar el bambú. El bambú no es un desconocido en el país. Cuando la explosión Agra
ria llego al país, se encontraron que los terrenos donde se extendían determinad
o tipo de bambuzales eran aptos para el cultivo y la Ceba de ganadería. Y no vac
ilaron en arrasarlos para sembrarlos o edificarlos. Les resultó difícil, porque
los bambuzales son difíciles de eliminar. Ni siquiera el fuego acaba con ellos.
Una quema puede significar, simplemente, nuevos retoños en cuanto llegan las llu
vias. Todavía quedan enormes extensiones de bambú en muchos lugares y existen co
munidades enteras que viven de él, pero con tan escasa tecnología que no les ayu
da a salir de su pobreza. el bambú se ve como señal de pobreza o de exotismo. Es
necesario cambiar esa mentalidad, porque para Venezuela y para muchos otros paí
ses, el bambú puede ser una solución a muchos problemas". Con este criterio, deb
emos organizar ya cursos para capacitar a artesanos en el manejo y el trabajo de
l bambú. creo que el bambú debería ser sembrado masivamente, sobre todo en lugar
es como en las nacientes de quebradas que corren serio peligro de secarse por cu
lpa de la tala indiscriminada y donde recientemente ya se han secado varios ríos
por el caótico manejo de los bosques. Hay algunas variedades de bambú que atrae
n la lluvia y enriquecen la capa freática.
Hiroshima: la persistencia del bambú
Cuando se desvanecieron los vapores contaminantes en Hiroshima, después de la ex
plosión de la bomba atómica, las brigadas que se aventuraron hacia el epicentro
sólo encontraron muerte, desolación. Todo había sido arrasado, nada quedaba, per
o en medio del cráter asomaba erguida, como un símbolo de esperanza, una vara de
bambú. Totalmente quemada, muerta, pero de pie, firme.
El bambú es un vegetal extraordinariamente resistente. Venezuela tiene un potenc
ial casi ilimitado para su cultivo, pues el bambú gusta de suelos inclinados. La
s laderas desnudas de las montañas masacradas bien podrían convertirse en bambuz
ales para resolver algunos de los muchos grandes problemas que tiene el país, co
mo el de la vivienda. ¿Qué impide hacerlo?. Es necesaria una política de promoci
ón del bambú y amplia información sobre sus posibilidades, sobre la cantidad y c
alidad de soluciones que puede aportar a la vida cotidiana del país. Para que se
generalice su uso. Nada impide hacerlo. Tal vez sólo arraigados prejuicios cult
urales. Esperamos que tengan raíces menos persistentes que las del milenario bam
bú.
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