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SECCIN DE OpRas DE FILOSOFIA ot ME NS i EL POSITIVISMO LOGICO "COPIA NO COMERCIAL | Autorizada s6lo con fines académicos | (Art. 47-Ley 17.336) | EL POSITIVISMO LOGICO compitado por A. J. AYER COPIA NO COMERCIAL Autorizada sélo con fines académicos | (Art. 47-Ley 17.336) Primera edicin en ingles 196 Primera edicion en espa Primera teimpresion, 1978 Segunda reimpresién, 1981 Tercera reimpresion, 199 Traducion de Laima, U. Faso, CN. Muss FM Tomany R, Roz Ha Free Pres of hia 1: Carron Eeonsaucs, SA. DEGY DR Foss 14800 México, DF 4-15), 28088 Madrid s/n. (Edit, Indubuilding-Goteo, ISBN-SEI7501334 nM, $503:199 Depesit PREFACIO Este volumen, intitulado Positivismo légico, presenta, por pri mera vez en espaiiol, muchos de los trabajos que han ejercido mayor injluencia entre los realizados por los miembros mds destacados del Circulo de Viena; estos y otros articulos con. tienen exposiciones autorizadas' de las’ teorias mds. comin. mente asociadas con el positivismo ldgico; sin embargo, por razones que explica en su Introduccién el profesor Ayer, también se han incluido algunos trabajos que no se pueden considerar como exposiciones ni defensas del positivismo logico. Asimismo, el campo que abarca la bibliografia es mas amplio de lo que el titulo del libro podria sugerir, pues se consideré conveniente catalogar los libros y articulos mds importantes que tratan de todos los tipos de filosofia anali. tica, y no sdlo del positivismo logico. Deseo expresar mi gratitud a muchos de mis alumnos por haberme ayudado a recoger la bibliografta, y a Leon Satinoff, Maxwell Grover y José Huerta Jourda por preparar el indice analitico; estoy en deuda con un especial agradecimiento a los profesores Carnap y Hempel por haber proporcionado notas que indican su posicion actual ante los problemas que tratan en sus trabajos. Pau Epwarps INTRODUCCION DEL COMPILADOR 1 Historia det movi niento del positivismo légico Hace unos treinta afios se acuid el témino “positivismo légico"” para caracterizar el punto de vista de un grupo de fildsofos, hom bres de ciencia y matematicos que se denominaron a s{ mistnos, el Cireulo de Viena. Desde entonces, su significado se ha extendido hasta abarcar a otras formas de Ja filosofia analitica; de esta manera, los discipulos de Bertrand Russell, G. E. Moore o Ludwig Wittgenstein en Cambridge, 0 1os miembros del movimiento. com tempordneo de Oxford sobre anilisis lingilisticos, pueden hallarse faracterizados también como positivistas légicos. Este uso mas Amplio del término resulta favorecido, especialmente por quienes Son hostiles a todo el moderno desarrollo de Ia filosofia como luna investigacion mas bien analitica que especulativa, los que desearian incluir a todos sus adversarios en un mismo saco. Esto €xacerba a los mismos analistas, quienes son bastante mas deli- cados en cuanto a sus diferencias; ellos preferirian que se re- Servara la denominacién de “positivismo légico” a quienes com: Parten el punto de vista especifico del Circulo de Viena. Al Compilar esta antologia, no he sido tan estricto; he recurrido primordialmente a los escritos de los miembros del Cireulo de Viena, 0 de quienes sostienen una postura muy cercana a ellos, Pero también inclui varios trabajos que quedan fuera de este €ampo. En cierto modo, todos son analistas, pero el ambito de 10 que considero como filosofia analitica es muy extenso; Permite desacuerdos graves no sélo acerca de sutilezas en los Procedimientos técnicos, sino sobre puntos tedricos importantes, incluyendo el método y el propésito del andlisis mismo, El Circulo de Viena surgié a principios de la década de 1920 8 1930, cuando Moritz Schlick, en torno del cual se agrupé, llegé de Kiel para ocupar la catedra de filosofia en la Universidad de Viena. En el aspecto filosofico sus principales miembros —ade- mas del mismo Schlick— fueron Rudolf Carap, Otto Neurath Herbert Feigl, Friedrich Waisman, Edgar Zilsel y Victor Kraft; en 1 aspecto cientifico y matemético, Philipp Frank, Karl Menger, Kurt Gédel y Hans Hahn; al principio, constituia mas bien un eentro de reunion que un movimiento organizado. Al advertit que se tenfa un comin interés por un determinado conjunto de problemas y una actitud comin hacia ellos, sus miembros se Feunieron con regularidad para discutirlos, Estas reuniones se con tinuaron durante toda la existencia del Circulo, pero complemen: téndose con otras actividades tales, que transformaron el centro de reunién en algo mas parecido ‘a un partido politico; dicho Proceso comenz6 en 1929 con la publicacién de un manifiesto titulado “Wissenschaftliche Weltauffassung, Der Wiener Kreis” 9 10 INTRODUCCION DEL COMPILADOR re ostura filoséfica del grupo y una Circulo a sf propio, en la historia de Ia filosofia. Después de BS eta un nl en or a FSse Bont Macy tod Botrignn no ebtnie 3 te Pie acess ieee Santee + Vaila Perl y Hilbert, y como moralistas ysocidlogos de tendencia 7 marmeeE cares atiageimupe a de la obra de estos autores; asi, por ejemplo, oa ace ‘autores del folleto seleccionan tee Tos contemporsneos, los autores del folleto seleccioncr, 1 punto de tina xposictn breve de lap a Einstein, Russell y Wittgenstein por sus afinidades cin © Circulo de Viena y por la influencia que ejercieron sobre 0 ra ea ci so kent ane nl ett ogi sete Sin eae ts Ven co Sri of Ven er mS Bree Gah ye cae ser coi ne rp em crane Se INTRODUCCION DEL COMPILADOR un bros del Circulo, sobre todo Neurath, consideraron perturba. dora, pero en su conjunto lo aceptaron y la obra se destaco como la exposicién mas poderosa y estimulante, aunque realmente no la mas Iicida, de su punto de vista. Witigenstein no se adhirid oficialmente al Circulo, pero mantuvo estrechas relaciones. per. sonales, por lo menos con Schlick y Waismann, en quienes siguié influyendo con posterioridad a su partida hacia Cambridge en 1929. En Cambridge, donde ensefié hasta 1947, cuatro afios antes de su muerte, ejercié una influencia casi despética sobre sus discfpulos, y aunque durante aquellos afios no publicé nada, salvo tun breve articulo, casi toda la generacién joven de fildsofos in- gleses sintid poderosamente su influencia, El mismo modified én alto grado el rigor de su primer positivismo como se puede apreciar comparando el Tractatus con sus Philosophical Inves- tigations, publicadas péstumamente y a su influencia, aunada ala de Moore, puede uno en gran parte atribuir la preocupacién de los fildsofos ingleses contemporaneos por los usos cotidianos del lenguaje y Ia tendencia a tratar los problemas filosdficos de tina manera no sistematica pero ilustrativa, en contraste con el método més riguroso y supuestamente cientifico, favorecido Por el Circulo de Viena; ésta cs una de las razones’ por la cual ho les place que se les llame positivistas Iégicos. Mas adelante habré de afiadir algo acerca de estas concepciones alternativas del andlisis. También en 1929, el Circulo de Viena organizé su primer cor: greso internacional el cual se celebré en Praga, y entre 1930 y 1940 le sucedieron nuevos congresos en Kénigsberg, Copenhague, Praga, Paris y Cambridge. Estas reuniones fomentaron la aspira ién del Circulo para convertir al positivismo légico en un mo- vimiento internacional; ya con anterioridad habia establecido tuna alianza con la llamada Escuela de Berlin, cuyos principales miembros eran Hans Reichenbach, Richard’ von Mises, Kurt Grelling y en fecha posterior, Carl’ Hempel, Los congresos les Permitieron entrar en contacto también con filésofos escandina- Vos, como Eino Kaila, Arne Naess, Ake Petzill, Joergen Joer gensen y con Ia escuela de empiristas de Upsala; con el grupo holandés reunido en torno del fildsofo Mannoury, que se dedicaba al estudio de lo que lamabax “significos”; con el grupo de 16- gicos de Miinster dirigido por Heinrich Scholtz; con simpatizan- tes norteamericanos como Nagel, Charles Morris y Quine y con analistas britanicos con diversos matices de opinién, como Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R. B. Braithwaite, John Wisdom y yo mismo. El talentoso fildsofo de Cambridge, F. P. Ramsey se dis. tinguié como partidario del_movimiento, pero fallecié en 1930 a la temprana edad de 26 afios; también se formé una alianza con los grupos sumamente importantes de filésofos y légicos polacos, cuyas figuras més prominentes quiz4s hayan sido Lu- kasiewicz, Lesnievsky, Chwistek, Kotarbinski, Ajdukiewicz y 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR ‘Tarski. La influencia de la obra de Tarski fue notablemente po- derosa, en especial sobre Carnap. El espiritu misionero del Circulo encontré una salida més en sus publicaciones; en 1930 se hizo cargo de una revista titulada Annalen der Philosophie, la denominaron Erkenntnis y bajo la direccién de Carnap y Reichenbach se convirtié en el érgano principal del movimiento positivista. En los afios siguientes tam bign aparecié. una serie de monografias con el titulo colectivo de Einheitswissenschaft (‘Ciencia unificada”), asi como una se rie de libros, bajo la direccién general de Schlick y de Philipp Frank y con el titulo colectivo de Schriften zur Wissenschaftliche Weltauffassung. En ella, Schlick mismo publicé un libro sobre ética cuyo primer capitulo se incluye en este volumen y Frank tun libro sobre la ley de causalidad y sus limites; entre los demas libros que aparecieron en ella, figuran un importante estudio de Carnap sobre la sintaxis légica del lenguaje, al cual tendré nueva ocasion de referirme, una obra sobre sociologia, de Neurath, con algunas tendencias marxistas, y Ia famosa Logik der For- schung, de Karl Popper, consagrada a la filosofia de la ciencia; de hecho, Popper no era miembro del Circulo y nunca dese6 que se lo clasificara como positivista, pero las afinidades entre él y los positivistas a quienes criticaba, son més sorprendentes que las Uivergencias y de cualquier manera, los miembros del Circulo no siempre concordaron en todos los puntos. ‘Aun cuando el movimiento del positivismo Iogico gané durante el decenio transcurrido entre 1930 y 1940 mayor fuerza, el Circulo ‘de Viena en s{ mismo estaba ya en proceso de disolucién. En 1933, cuando yo asisti a sus reuniones, Carnap_y Frank habian aceptado cétedras en la Universidad de Praga, y Schlick, Neurath, Waisman y Habn eran quienes sostenfan’ principalmente tas discusiones; sin embargo, Hahn murié en 1934 y dos afios mas tarde Schlick fue asesinado, a Ia edad de 54 afios, por un estu- dignte desequilibrado que le disparé. un tiro cuando entraba la Universidad. El tono hostil de las necrologias que en la prensa gubernamental dedicaron a Schlick en las que casi se argiifa que Tos positivistas Iégicos merecian ser asesinados por sus discf- pulos, presagiaba los problemas que no tardarfan en abatirse Sobre el Circulo: con excepcién de Neurath, que habia partici. pado en el Gobierno Espartaquista revolucionario de Munich al ferminar la primera Guerra Mundial, sus miembros no habian intervenido activamente en la politica, pero su temperamento ritico y cientifico los hizo sospechosos ante los gobiernos cle- Ficales de derecha de Dolfuss y de Schuschnigg, y mas atin ante los nazis. La mayoria se vio obligada a ir al exilio; el advent miento del nazismo también fue fatal para la Escuela de Berlin, los grupos polacos fueron desorganizados por la guerra. Neurath, Que se habia refugiado en Holanda, hizo un valeroso intento para mantener vivo el movimiento; se cambié-el titulo de Erkenninis INTRODUCCION DEL COMPILADOR B ee: co mere ace preparativos pom aly Ta Univer. pero con el estallido de la guerra y la muerte de Neurath en Inglaterra unos afios mas tarde, el movimiento perdié su co- En realidad, ya se habia publicado la mayur parte de los voli- menes destinados a formar la. Encyclopedia, pero el Journal o Unified Science tards poco en dejar de aparsceey no 36 ae, itado; ademas de Carnap, aun estin en universidades de los Estados Unidos Feigl, Gédel, Frank, Hempel y Tarski; Waisman ¥ Popper en universidades inalesas. Scholtz ha permanecido en Minster y Kotarbinski y Adjukiewicz en Polonia; Victor Krait volvié a su cétedra de filosofia cn la Univérsidad de Viena. Sin embargo, por grande que sca la influencia que estos filosofos Puedan efercer individualmente, no constituyen una escuela, En este sentido, el movimiento del positivismo logico se ha disuelto. Sin embargo, su tradicion ha. continuados especialmente, ch Inglaterra, Escandinavia y los Estados Unidos, En Escandinavia von Wright, discipulo de Wittgenstein, a quien sucedié durante algin tiempo como profesor de filosofia en Cambridge, se unid Diicsinaticteicinaly scrote apiece Gare direccién de Hedenius, Segerstedt y Marc-Wogau, con el apoyo del 16gico Wedberg, de Estocolmo, y Arne Naess contintia en Oslo ‘sus investigaciones sociolégicas sobre los usos ordinarios del Jenguaje. Petzill continué ensefiando en Lund hasta su. muerte en 1957, y Joergensen ensefia todavia en Copenbague, aunque su positivismo se ha modificado por una inyeccién de marxismo. En los Estados Unidos, algunos filésofos, como Quine, Nagel y Nelson Goodman, cultivan el anélisis I6gico con un espiritu cen. tifico sistemético que probablemente esta més cerca de la idea original del Circulo de Viena que todo lo que podamos encontrar en Ia actualidad en cualquier sitio. En este aspecto son especial- mente notables el libro de Goodman, The Structure of Appearance (4951) y la coleccién de ensayos de Quine, From a Logical Point of View (1952). Su interés activo por la ldgica simbdlica tambien oloca a Quine y a Goodman en relacién con Tarski, Gdde, Church y otros miembros del importante grupo contemporanes de l6gicos estadounidenses. Carnap y sus discipulos sustentan el mismo punto de vista, prinipsimente Barsillel, quien actual mente da clases en la Universidad de Jerusalén, yFeigl y Hempel tres flésofos de los Estados’ Unidos, come Norman Malcom Max Black, Morris Lazerowitz y C. L.’Stevenson, deben. mucho a la influencia de G. E. Moore o del ultimo Wittgenstein y, en consecuencia, muestran ante los problemas filos6ficos una. acti tud més préxima a la de las escuelas inglesas contempordneas, INTRODUCCION DEL COMPILADOR 4 pesar dol ejemplo de Bertrand Russell, no existe actualmente, contre los fildsofos ingleses, el mismo interés por la l6gica formal ni por Ja opinién de que los procedimientos técnicos simbélicos son ttiles para aclarar problemas filoséficos, que el que existe en los Estados Unidos; tampoco hay el mismo afin por rela Cionar a la filosofia con la ciencia. Mi propio libro, Language Truth and Logic, cuya primera edicién data de 1936, contribuyé ‘a difundir entre el pablico en general lo que podemos Tamar 1a posicion clasica del Circulo de Viena, pero desde Ia guerra, en Inglaterra prevalece la tendencia a remplazar este positivismo jntransigente, con su rechazo general de la metafisica, su respeto por el método cientifico y su supuesto de que mientras los pro Piemas filosdficos sean absolutamente autenticos, se pueden re solver definitivamente mediante el andlisis légico, por una acti- tad filosdfica empirica en el sentido politico, en el sentido de que Burke fue un paladin del empirismo. Se desconffa de las feneralizaciones, se multiplican los ejemplos particulares vse procede con ellos a una diseccién minuciosa. Se hace el intento fe aclarar todos los aspectos de un problema antes que forjar {na solucion; el sentido comén réina como un monarca cons fitucional sino como un monarca absoluto y las teorias filosé ficas son sometidas a Ia piedra de toque de la manera como efectivamente se usan las palabras. Ya no se trata al metafisico Como a un delincuente, sino como a un enfermo: probablemente Cxiste alguna buena razén para que diga las extrafias cosas que dice. Esta técnica terapéutica, como se la ha llamado, esté bas: tante bien expuesta en la obra de John Wisdom, actualmente profesor en Cambridge, cuyas obras con articulos seleccionados. Biner Minds y Philosophy and Psycho-Analysis aparecieron en 1952 y 1953, Gilbert Ryle practica una forma mds vigorosa de terapia; profesor de metafisica en Oxford, es autor de Concept Of Mind (1949), que constituye un ataque al mito cartesiano de tt fartasma en la maquina”, obra que ha tenido una influencia muy grande. Rvle comparte con Wisdom la aficién y el talento por la analogia y la metafora, y la tendencia de acumular ejem- los, pero teme menos a la generalizacion, es menos. tolerante Pon las desviaciones del uso ordinario, es més directo con su soMtodo que cualquier wittgensteiniano actual y esta mas dis- Tussto asuponer que un problema filosofico tiene una sulucién Datrecta, Lo que hoy en dia a veces se denomina la escuela de Oxford, que toma su tono de J. L. Austin mas que de Ryle. dirige f tal grado su interés hacia el uso ordinsrio del lenguaje, que Se podria pensar que el andlisis filosdfico ha cedido al estudio Se Pefiologia, pero esta tendencia no prevalece de modo absolu {5 Ta obra de Filésofos como Stuart Hampshire, P. F. Strawson y David Pears revela que aun dentro del marco del género de Oxford, todavia hay margen para una amplitud bastante grande Ge punios de vista. La acusacién de escolasticismo que se formu INTRODUCCION DEL COMPILADOR 15 Bitete i “toot de Onto nscarecettaimente de funds mento, pero tampoco esta verdaderamente Sustitenda ae Be epecss acct cl sas, co taggers ods sigur: 25 coma posts om ose mas amp, en Sites, tnglistice' « radlcaimontocsnaptelad Aaa eased Ee eee TS Biter 5 Belden co ustele y e atca alte ae Bese eons ste ndvieris ea oreesies ie todos sentidos se encuentra en oposicién con el marxismo: cuan- Bi fescstar bea siencasstenniteses neous oa no puede florecer bajo los regimenes comunistas, en razon de Bi icbrns to Lene Manridismay arpiricesren pa i eratnt secicnrongn tic croccieeetemiaese eects Teeerinnngniantee anergy ct acninreiicnet ey temic eapeee eats I rylisasieeieneitclgeie-narian dain mealies Si einen sen tena dayreatsioshcaety aie indy ucndent de Aotsla me Facet ib pccnietnsestie Po elmer te pal Sion svat ceoenan tio mceinigin tow sadieoreria.caigcast aes areseacmeeoaate amie inane tiicceesssactenciegoge recbaete nae arin Bice pecensicn tn oa cients ame leis eiira-en ta ues fell Ey epecmimeteearterice de isfos, tm fecn'a dscPpar no aclasents acerca 6s fa solocion a Geter mindoy prima sin feu be a ature mse SBisicst Gaiccrniinpsceentin scan cnesataionee tigar. Como algunos predeccsores suyos, los miembros del Circulo Be visas poutron echo pose 9 ae deba remeclar) pent fon gic all Gonve amt habia iracschdo alos fablan tind, feiccis en encontrar un movo “para pone in foweia ee Siti sc sunpciencmiceeralin Tati mniseita Serato Bijetco y slck nen tesmnento,enancnties Contes posts bes rrceeneniinAratayiiamemeannc ta net Beastie. to oot sreafeasee 2. El ataque a la metafisica etc ere ae ene! Se 16 INTRODUCCION DEL COMPILADOR Human Understanding, de David Hume; constituye un excelente enunciado de la postura del positivista; en el caso de los positivis- tas l6gicos, se agregé el epiteto de “légicos” porque pretendieron incorporar los descubrimientos de la légica contemporénea ; pen- saban que, en particular, el simbolismo ldgico desarrollado por Frege, Peano y Russell les seria util, pero su actitud general es la misma de Hume. Como ¢), dividian las proposiciones sig- nificativas en dos clases: las proposiciones formales como las de {a légica o las matemiticas puras, que decian eran tautolégicas, en un sentido que a continuacién explicaré y las proposiciones facticas, que se fueran verificables empiricamente. Se suponfa que estas clases contenian todas las proposiciones posi- bie, de suerte que si una oracion no lograba expresar nada que fuese formalmente verdadero o falso, ni expresar algo que Pur diera someterse a una prueba empfrica, se adoptaba el criterio de que ella no constitu{a una proposicién en absoluto; podia tener un significado emotivo, pero literalmente carecia de sentido. Se afirmaba que muchos discursos filos6ficos cafan dentro de esta categoria: las discusiones sobre lo absoluto o sobre enti- dades trascendentes 0 acerca del destino del hombre; se dijo que esos enunciados eran metafisicos, y se sacé la conclusion de que sila filosofia habia de constituir una rama auténtica del conocimiento, debfa emanciparse de la metafisica; los positi- ‘Vistas vieneses no llegaron tan lejos como para decir que todas las obras metafisicas merecian ser condenadas a la hoguera: aceptaban, con cierto desinterés, que esas obras podian tener un ménito poético, e incluso que podrian expresar una actitud intere- Sante o estimuiante ante la vida. Pero sostuvieron que aun asi, no Gectan nada que fuera verdadero o falso y que, por lo tanto, no po- fan aportar algo para aumentar el conocimiento; se condend a los enunciados metafisicos no por ser emotivos, lo que dificil Inente se podria considerar en s{ mismo reproshable, sino por Pretender Ser cognoscitivos, por disfrazarse de no era. Sarre gues a'la metas aparecen, en la histora de la Bio- sofia, con bastante frecuencia. He citado a Hume y pude haber eitado también a Kant, quien afirmé que el entendimiento hu mano se pierde en coniradicciones cuando se aventura més allé e los limites de la experiencia posible. La originalidad de los ositivistas logicos radica en que hacen depender la imposibilidad Ge la metafisica no en la naturaleza de lo que se puede conocer, Sino en la naturaleza de lo que se puede decir; su acusacién contra cl metafisico es en el sentido de que viola las reglas que Gn enunciado debe satisfacer si ha de ser literalmente si ficativo, En un principio, la formulacién de estas reglas estuvo vinew- lada'a una concepcién del lenguaje que Wittgenstein hered6 de Russell hizo plenamente explicita en su Tractatus. El supuesto que la fundarsenta es cl de que existen enunciados clementales INTRODUCCION DEL COMPILADOR ” en el sentido de que, si son verdade: " tdaderos, corres a heel | thsolutamente simples. Puede suceder que el lenguaje que emplen Mos ‘fectivamente no disponga de los medios para expresar Gates enunciados: puede suceder que ninguno de los enunciados de los que puede servirse para el acto de expresar, sea total mente elemental; pero aun esos enunciados elementales, 8 pesar de que Ja base ‘permanezca oculta, s6lo son significativos en @ gue dicen lo que se dirfa afirmando ciertos enunclados es y nepando otros, esto es s6lo en cuanto que dan una 5 ra o falsa, de los hechos “‘atémicos" prima Por lo tanto, es posible ‘representarios, afirmando fue’ eatin wdos de enunciados elementales, mediante operaciones 1 Bicas de conjuncién y negacién, de tal manera que su verdad o fu fal lepende plenamente de la verdad 0 de Ia falsedad enunciados elementales en cuestién. Asi, suponiendo que p ¥,% scan enunciados clementales, el enunciado “molecular” se forma como equivalente de “no (no-p y nog)"; y esto mifica que es falso si ambas p y q son falsas, pero verdadero 18 restantes, a saber, en los que p wnbas rdaderas, en los que p es verdadera y'q fle, y on los que p falsa y ¢ verdadera, En general, dados m enunciados elemen les, donde m es cualquier niimero finito, hay 2 distribuciones bles de verdad y falsedad entre ellos y el significado de los iados mas complejos que se puede formar con los mismos, constituido por la seleccién de las distribuciones de verdad pave coneuerdan o disrepan. i regla general, se encontrar que un enuncia: re pa acon Sas aan ss nce bsibles estados de cosas con los que se relaciona, algunos lo in verdadero, y otros lo harfan falso; sin embargo, hay. dos extremos: aquel en que un enunciado concer con toda icin de verdad, y aquel en que difiere de todas. En el {caso €8 verdadero en cualesquiera circunstancias, yen Segundo es falso en toda circunstancia; segiin Wittgenstein, Hag Besscttremas son l de a tauftogiay el dela com idiecién, Desde este punto de vista, todas ta les Sot ec Tc ener Sm le demostrar que las matematicas son reductibles a la as, decia que eran identidades indo. a un lado consideraciones técnicas, ambas vienen 2 g_imlsmo, Lo importante es que mi ia una ai la otra dicen B acerca del mundo. El iinico modo como pueden aumentar conocimiento, es permitiéndones derivar un enunciado , esto es, sacando a relucir las implicaci i estes, sacando » relucir las implteaciones de lo que, en tautologias no dicen nada a causa de su excesiva modes: PI 8 INTRODUCCION DEL COMPILADOR INTRODUCCION:DELCOMPHADON tia: como coneuerdan con todo posible estado de cosas, nada Retin. més Que descripciones taquigriticas de aconteci fafirman sobre los hechos. Asi, obtengo alguna informacién, ver- eval ee ientos dadera o false, sobre las costumbres de los Ieones si me dicen Parcularmerte ro el stn este supucst, gu gon carnivores eiuaimente sl me dicen que nolo son; pero Giados elementales como repistt0s de lan Conners 2 Jos coun jecirme que son 0 no son carnivoros no es decirme acerca de Wel sujeto, pucs aunque a veces so anes riencias inmediatas llos nads'en absoluto, Andlogamente, las contradicciones no dicen cerca de objeios fistcos podiag Caaestive que ls enunciados hada por su excesiva quisquillosidad: estar en disetepancia con os sobre datos sensorialce, munch te fine Gee ane toro estado posible de-cosas es estar también descalificado para Fealidad, hay buenas razones para suposer aan saucgions en proporeionar informacion alguna, No aprendo nada, ni siquiera Indlemis, esa eleccion de un fucdemerey ian a iaatibes falto, scerea de las costumbres de los leones si me dicen que del solipsismo: el problema de efectuss Gane, “1 nroblema son ¥ no son carnfvoros; segdn esta interpretacién, las tautologias Hlencias privadas del sujeto a las expericncies ae tes ena Y'lad contradieciones son casos degenerados de enunciados féc- mundo piblico. Es cierto que Camap, cn sa'Des [esis ad Ticos. Por otra parte, las afirmaciones metaffsicas carecen de undo publio, Es cierio que Carnap, en su Der logische Auf sentido porque no tienen relacién con los hechos, no estén for- Biucatro.aparaic de concepens epee eS madas en lo absoluto a partir de ningunos enunciados elemen- Bolipsists, tomando como pumtc de partie io sak oc ase H ee fiide.ts, anslogie, ‘0 de partida la sola nocién inde- ‘Como Wittgenstein no explicé lo que consideraba enunciados Sages unlowia recordada, pero més tarde reconocié que | empresa no habia tenido éxito; resultaba més facil la elementales, no aclaré plenamente en qué punto se establece que ieién para quienes trataban a los enunciados elementales a los ‘enunciados element fngresamos en el dominio de Ia metafisica; sin embargo, parece faba quienes “ ria que cualguier intento de caracterizar a Ja realidad como un Belden duds si clo ora lepine, gor ae see Pe todo, cualquier afirmacion como la de que el universo es espi- él problema del solipsismo o el problema de reducis los Twat 0 ld de-que todo euarto acontece es bueno en el melor problema del solipsismo’o el problema de reducir los Ge los mundos posibles, para é1 debié haber sido metafisica ya Nes, quizds la mis grave de todas era cl cave ie les rascne que esas afirmaciones no distinguen estados posibles de cosas poe i rads sre era el caso de los enunciados a ley, pues mientras la verdad Se puede confirmar mediante la acumbacin de cjemplos , ésta formalmente no se funda en ellos; siempre ce en el mundo (ninguna cosa que ocurra serf caracterizada como espiritual 0 se consideraré que ocurre para bien), de donde se Sigue que no son féticas, Ni el uno ni el otro parccen estar for y : ados por entinclados fécticos del modo como lo estén las ps bier Ja posibilidad de que un nuevo ejemplo la reture tautologias. Y aun cuando lo estuvieran, no dirfan nada. inciados de esa clase nunca son veri- x 4 s : gables de un modo concluyente; Cualquiera que haya sido la opinién del provio Wittgenstein, mtidos iyente; por otra parte, si pueden ser ‘que haya itidos de una manera concluyente en razén de que un sus discfpulos tomaron por cosa sabida que los enunciados ele- Taal | mentales que admitfan este criterio de significacién eran rela. 1 snegativo formalmente los contradice. Por esta razén, ones de Sbservaciones; como mas adelante veremos, no tardaron Popper sugirié en su Logik der Forschung que lo que se en estar en desacuerdo acerca del cardcter de dichas relaciones. he ser Geamnen tide pana eau en ipcinciploy see i Hubo una discusion acerca de si eran infalibles y sobre si se de ser desmentido y argija que, aparte de la superioridad Fefetfan a las sensaciones privadas del que habla.o a acontect i de este criterio, concordaba inds con el método cient mnlcntos fisicos publicos, pero se estaba de acuerdo en que, de : Fes de ciencia formalan hipdtesis que s0- @ prueba buscando ejemplos contrarios: cuando se des- una manera u otra, proporcionaban la piedra de toque con cuya teenager peg inert 4 esis 0 se referencia se verificaban empiricamente todos los demés enun- Ciados. Y como, sean la teoria de Wittgenstein, s6lo ellas daban agai en caso contrario,:se conserva. El criterio de Popper a los enunciados su contenido factico, a ellas se debia también 10 reconoce, por ejem- sti significado; mas tarde esta opinién se resumié en el célebre ial indefinido, pero no Tema de que el significado de una proposicién consiste en su los hombres abomina- pee oe ide las nieves, ya que esto quedaria desmentido al encontrar pero no se puede decir que exist Mu EI supuesto que descansaba tras este lema era el de que todo ee: que existan los hombres abomi- Jo que se podia decir, se podia expresar en términos de enun- Taian ae hay eae Busts: demmentirselejuel clados clementales. Todos los enunciados de un orden més ele- a mntrado alguno, no demostraria lo concluyente que no exista ninguno. Lo que se podria i ipotesis cient 3 abstractas, no eran : vado, incluidas las hipétesis cientifieas més abstractas, no €5 que existiera alguno en un lugar ¥ tiempo determine » INTRODUCCION DEL COMPILADOR dos y el enunciado resulta legitimo tinicamente si se da esta nueva espetificacién ; en otro caso, habra que considerarlo como meta- fisico, aunque esto sea més bien reducir las fronteras de la metafisica, hs Debido a estos y otros problemas, entre los positivistas légicos llegé a prevalecer la opinién de que la exigencia de que un enun- ciado sea verificable de un modo concluyente o de que sea des- ‘mentible de una manera concluyente, es en ambos casos dema- siado rigurosa como criterio de significacién. En vez de ella, optaron por darse por satisfechos con un criterio mas débil que tinicamente exigia que un enunciado fuese capaz de ser confir- mado 0 en algin grado por la observacién; si no era Um enunciado elemental: tenla que ser de tal indole que To pudie- ran apoyar enunciados’ elementales, pero éstos no necesitaban farantizarlo ni garantizar su megacién; infortunadamente, esta hocién de “apoyo” 0 de “‘confirmacién” nunca se formalizd ade- ‘cuadamente. Se hicieron varios intentos para dar al “principio de verificacién” en esta forma débil, una expresién totalmente pre~ isa, pero los resultados no fueron satisfactorios; sin embargo, ‘el principio se empled antes de que fuera formulado adecuada- mente, su contenido general se consideré lo. bastante claro, Ya he dado ejemplos del tipo de discursos filos6ficos que permitié climinar, pero su capacidad destructiva no se limité a lo que Podriamos lamar las formas més burdas de la metafisica. Tal fomo lo emplearon los positivistas vieneses, acabé con Ia ma- yorfa de los problemas perennes de la filosofia. De este modo, los problemas a discusion entre monistas y pluralistas o entre realistas e idealistas, no fueron considerados menos espurios que los relativos a las limitaciones del Ser o a un mundo trascendente de valores, pues, ¢qué prueba empirica podria decidir si el ‘mundo es uno 0 muchos, o silas cosas que percibimos existen 0 hho fuera de nuestra mente? Es caracteristico de tesis filos6ficas fivales como el realismo y el idealismo que ambas sean con- gruentes con todas las apariencias, cualquiera que sea su conte- ido, pero precisamente eso es lo que condenan los positivistas. Una obvia objecién al principio de verificacién y de la que répidamente se apoderaron los adversarios de los positivistas, ra- dica en que no es verificable por si mismo. Supongo que se po- ‘dria tomar como una hipétesis empirica acerca del modo como la gente usa efectivamente la palabra “significacién", pero en este caso aparecerfa como falso, ya que no ¢s contrario al uso ordinario decir que los enunciados metaffsicos son significativos sin embargo, sts defensores tampoco formularon el principio como resultado de alguna investigacion empirica; en ese caso, {qué condicién crefan que tenfa? No podria él mismo ser me faffsico? De una manera sorprendente, Wittgenstein convino con esta acusacién. "Mis proposiciones —dice al final del Tractatus— ‘Son dilticidadoras de esta manera: que quien mexcomprende aca ba por reconocer que carecen de seni través de ellas haya INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2 ido, siempre y cuando a salido fuera de ellas.” (Debe, pues, por ast Acro arrojar la sealers scalera despucs de hiber sbi : Berar estas proposicones, entonces tiene a vith Gorteny cel Mundo.” Pero esto es un intento vano por trit anera; es indudable que algunos disparates tivos que otros, pero far. de cualquier son mass esto no les da ninguna fuerza logica, ¢ el Principio de verificacién verdaderamente carece de sentido. em: fonces no afirma nad ia y si uno afirma que no dice nada, no es Posible afirmar también que lo que dice es verdadero, El Circulo de Viena tendié a igncrar est bastante claro ste problema, pero me que lo que en realidad hacia era adoptar Principio de verficacion como algo. convencional, sus Propugnaban una definicion de significado que, consenen el uso comin en ie de hecho satisfacen los enunciatos, icamente informativos. 4 iados a priori se divi a del modo como realmente. fun ta este limite, su obra fue descr el sentido de que sefialara las condiciones 3c considerados como em- También su manera de tratar los ia a proporcionar una informacion ncionan esos enunciados; iptiva, se volvié prescriptiva Supe a ait dees vl Pres ai ee crude ens dos lay poi set re rete sep ue ean r qué ha de aceprarse esta prescripcion? Lo Man arta nce gee are ce presen? Lo dentro de la misma categoria de las leyes de la légica, o de hipétesis cientificas de los relatos historicos 0 de los {i icios percepcidn, o cualesquiera otras descripciones de sentido co. N del mundo “natural” verdaderas ni falsas y no se infiere; 0 haga que se infiera, '. gSeguramente no se infiere que no ‘menos atin que no tengan sentido? mejor dicho, no se infiere a menos que . El problema est4 en si uno piensa que la encia entre los enunciados metafisicos y los del senti : a fi sentido co- ‘0 los enunciados cientificos es suficientemente. radical que resulte util st subrayarla de esta manera; el defecto de procedimiento radica en que tiende a hacer i hacer que uno ignore arés que los problemas metafisicos.puedan ‘te ie feonsiste en que evita Ia tentacion de cdnsiderar al mci una especie de soberano cientifico. Este tampoco es un trivial; con demasiada frecuencia se ha supuesto que el sico realiza el mismo trabajo que el hombre de ciencis, ue lo hace de un modo mas profundo y que descubse tm mas hondo de hechos. Por lo tanto, es importante subra- Pee a ace Sa race Fos te iggart, que el tiempo es irreal 0, como que los objetos fisicos son ideas en Ia mente de Dios, o Heidegger, que “la nada se aniquila a s{ misma”? No se 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR debe suponer que hay una respuesta general para este proble- ‘ma, y que los metafisicos siempre estén haciendo lo mismo; en cada caso debe uno empezar por atender al contexto en el cual Se presentan esas afirmaciones. La observacién de Heidegger es puta palabreria, pero, a su manera, contribuye al desarrollo de Su tema agerca de lo maravilloso que es que el mundo exista, “@Por qué hay algo (ente) —pregunta— y no més bien nada?” Realmente, éste es el tipo de pregunta que la gente espera que formulen ios filésofos: parece ser muy profunda, el problema estriba en que no admite respuesta alguna. Frente a ella, es diff- cil que parezca mds razonable la proposicién de McTaggart en el Sentido de que el tiempo es irreal. Si se toma literalmente, im- Plleando que nunes ceurre algo, es groteseamente falsa, y si no Se toma literalmente, gqué quiere decir? La respuesta se halla ‘atendiendo a los argumentos de McTaggart: en ellos se muestra Gesconcertado por In idea del transcurso del tiempo; intenta demostrar que Ja idea de que un acontecimiento sea sucesiva- mente futuro, presente y pasado implica una regresion infinita, circular; la prueba no es valida, pero podemos aprender algo de ella. ‘Al defender nuestro uso'de las expresiones temporales ‘contra los argumentos de McTaggart podemos obtener un cono- ‘cimiento mas claro de todo lo que dicho uso implica. Berkeley, por su parte, estaba interesado en descubrir lo que podria sig- hificar el decir que existen objetos fisicos: se convencié a s{ mis- mo, mediante argumentos razonables, de que cuando hablamos de objetos fisicos sélo podemos referimos a conjuntos de “‘cua- lidades sensibles” cuya existencia consiste en ser percibidas; y Present6 mis tarde a Dios, como el sensorio permanente, nece- Sario para mantener las cosas en existencia; es posible refutar Sus argumentos, pero plantean problemas filos6ficos importantes acerca del significado y la justificacién de los enunciados que hacemos sobre el “mundo exterior”. ‘Los positivistas vienéses se interesaron principalmente por las, ciencias formales v naturales; no identificaron a la filosofia con la ciencia, pero pensaban que aquélla debia contribuir, a su manera, al progreso del conocimiento cientifico. En consecuencia, condenaban a la metafisica porque no satisfacia esta condicién. Ts anatistas Iégicos contempordneos son mas indulgentes; tam- bidn se oponen a la metafisica en la medida en que es meramente retérica afectada: aun en la esfera de la ética quieren separar fla filosofia de la prédica moralizante, pero admiten que, en oca- iones, el metafisico puede estar viendo el mundo de un modo nuevo ¢ interesante; puede tener razén suficiente para sentirse satisfecho con nuestros conceptos ordinarios o para proponer su revisi6n. En muchos casos es indudablemente victima de erro- res. Iogicos, pero esos errores pueden ser instructivos. Silos problemas filoséficos surgen, como pensaba Wittgenstein, porque Gertos rasgos de nuestro lenguaje nos extravian, el metafisico, INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2B por sus extrava, solverlos, igancias propias, puede también contribuir a di- 3. Lenguaje y hecho eT es seat tay pn nes espera a Be engafiaron; los primeros problemas ‘surgieron “de la no a se pusieron a discusion. oa es es ye seis Se i sujeto. Se adopts este criterio porque parecia de- Aine de as Pac Poe ae ena cmnclede Sando lei indo i analizar en relacion con prs es ny 5 oe ma na n de datos sensoriales; aun cuando los objetos fisicos pudicran Pablicamente accesibles, los datos senvoriales se considers an privados. No era posible que nosotros compartiésemos, lite. Imente, los datos sensoriales de otro, lo mismo que no es it que compartamos sus pensamientos, imagenes o senti- tos. El resultado era que la verdad de un emunciado elemental lo eee SS eae oan ae mediante la persona a experiencia fa. Y no s6lo su juicio exa sobe {aso mis favorable, se le consideraba infalle, Es cierto qos JPodemos equivocar sobre las experiencias que. tendremos ‘¢l futuro y aun sobre las que hemos tenido en el pasado; ne afirma que nuestros recuerdos no nos. puedan engafiar pero mo trata simplemente de registrar una experiencia eee te esta teniendo, entonces, segtn este criterio, no ha dad de error. Como uno pucde mentir, el propio enti, puede ser falso; pero uno no puede duday o errar acerca a Yerdad propia; si es falso, uno sabe que lo es. Una forma ‘2 veces se expresa iste en deci ciados cle esta clase son “incorrepibles™s neon) 1S IO* ‘concepcién de los enunciados. ele © a diversos puntos de vista; a algunos les parecia see nines ji emplrico podia ser incortegbe, eh el sentido Teque i, se inclinaban a sostener que uno pa fe acerca del cardeter de su experiencia’ presente, de que los enunciados que se suponfa la registraban, eran como los demas © que esos “registros directos de la ex. ja" no resultaban entinciados autenticos, ya que’ adqui. m4 INTRODUCCION DEL COMPILADOR rian su seguridad a expensas del sacrificio de todo contenido descriptive; sin embargo, el problema més grave residia en el caracter privado de los objetos a los que se suponia que se refe- rian los enunciados elementales. Si cada uno de nosotros esta Obligado a interpretar todo enunciado como una descripcién de Sus propias experiencias privadas, es dificil comprender cOmo po- ‘dremos comunicarnos jamas; aun el hecho de hablar de “cada tuno de nosotros” es una peticién de principio, ya que pareceria que, segin esta opinidn, el supuesto de que cxistan otras per- Sonas no puede tener sentido para mi a no ser que lo interprete como una hipdtesis acerca de mis propias observaciones sobre ellas, es decir, sobre el curso de mis propias experiencias reales © posibles, Carnap y otros sostuvieron que el solipsismo que parecia implicito en esta posicién s6lo era metodolégico, pero Esto era poco més que una justificacién de la pureza de sus in- tenciones, en nada disminuia las objeciones a su teoria. En un principio se pens6 que la dificultad en la comunicacién se podia resolver haciendo una distincion entre el contenido de las experiencias y su estructura, El contenido, se decfa, es inco- municable; como las demés personas no pueden sentir mis datos ‘Sensoriales, ni compartir mis pensamientos 0 sentimientos, tam- poco pueden verificar los enunciados que hago acerca de ellos, hi yo puedo verificar los correspondientes enunciados que ellas har Cen acerca de sus experiencias, y si no los puedo verificar, tam- poco los puedo comprender. Hasta ese punto, habitamos mundos fotalmente distintos, pero lo que se puede verificar es que esos ‘mundos tienen una estructura andloga. No tengo ningtin medio para decir que el sentimiento que otra persona registra, cuan- Go dice que siente dolor, sea en absoluto igual al que yo llamo dolor; no tengo ningun medio para decir que los colores que alguien identifica con el uso de determinadas palabras le par ezcan exactamente iguales a los colores para los que yo em- pleo esas palabras, pero por lo menos, puedo observar que Aplicamos las palabras en las mismas ocasiones, que la clasifi- cacion que ella hace de los objetos por su color coincide con Ta mfa, puedo observar que cuando ella dice que siente un do- lor, presenta las sefiales que yo considero adecuadas. ¥ esto es todo lo que se requiere para la comunicacién; no me importa cules son realmente las experiencias de mi vecino, porque lo Ginico que puedo saber es que son absolutamente distintas de las tmias, Lo que importa es que la estructura de nuestros mundos Fespectivos sea suficientemente parecida para que yo pueda con- fiar en la informacién que él me da. Sélo en este sentido tenemos tun lenguaje comin; tenemos, por asi decirlo, el mismo lienzo ‘que cada uno de nosotros pinta a su manera. De ahi se infie- BGue si hay proposiciones que, como las proposiciones de la ciencia, tienen un significado intersubjetivo, se pueden interpretar ‘como descripciones de estructura. INTRODUCCION DEL COMPILADOR 3 Como ya he sefialado la objecién fundamental rt visia es que situa inconscouentemente los “mundcs, privados” de otras personas en el mismo nivel que el mio; adviene como Gonsecuencia en una tcoria curios, y en realidad contraditori, solipsismo multiple. Pero, aparte de esto, no parece que Is distincién que intenta hacer entre contenido y estructura se pue- dda sostener, ya que, ¢cusl seria un ejemplo de enunelado que se fefiera solo\a la estructura? Hay aqui un eco de las “cualidades " de Locke; los enunciados que se refieren a las pro- des “gcométricas” de los objetos, a “la figura, extension, © y movimiento”, tienen que ser interpretados ‘en relacion a el contenido, exactamente como los enunciados relativos @ ores y sonidos. Sino tengo medios para saber que mi vecino ee lo mismo que yo con el uso que da a las palabras expresivas color, tampoco tengo medios para saber que quiere decir lo MO que yO, con el-empleo que dé a las palabras que se Te. a relaciones espaciales 0 a cantidades numéricas; ni si- i era puedo decir que lo que yo considero por la misma palabra realmente lo mismo para él. Lo nico que me queda es la H| nte armonia de nuestro comportamiento; ademas, parece i el intento dentro de los limites del lenguaje descriptivo de ger una distincion entre lo que se puede y 10 que no se puc- comunicar, tiene que ser contraproducente; concuce al ab- que Ramsey pone de relieve en. su breve trabajo sobre sofa” Incido en ese volumen: "a situacign dl mio en iente dislogo: ‘Di desayuno’ ‘No puedo” puedes decir?’ ‘No puedo, decir desayuno’’ cceesrathiay bido a estas dificultades Neurath v mas tarde Carnap, recha- sta concepcion de los enunciados elementales ets Son. fo y sostuvieron que si los enunciados elementales tenian que de fundamento para los enunciados intersubjetivos de la ellos mismos tendrian que cer intersubjetivos; tenian referirse, no a experiencias privadas, incomunicables, sino a ecimientos fisicos publicos. Dicho ‘en términos més gene- Jos enunciados que ostensiblemente, se refieren a expe- S, @ estados a procesos “mentales” de cualquier clase, de'uno propio o de otro cualquiera, deben equiveler todos & m ados fisicos”, ya que sdlo de esta manera se pueden inte- ppiblicamente. ‘Esta es la tesis del fisicalismo, No me de eee una palabrarnimero",’"la palabra ‘Babilonia’ se. pron el lenguaje, disfrazados. En lo que estuvo en su mayor parte la conferencia de ayer”, A las oraciones de pseudo-objeto se les ivocado fue en suponer que eran sintdcticos, ya que lo que lama “cuasi-sintécticas” porque son oraciones sintacticas dis- ambe no es la forma ni el orden de las palabras, sino su uso. frazadas como oraciones de objets; son “oraciones cuasi-sintc- lo no adquiere relieve en los ejemplos de Carnap, porque éste ticas del modo material de Jenguaje"; la traduccién del modo iza ilfcitamente la seméntica en la sintaxis; asf, “expresiones material al modo formal las sustituye por sus equivalentes sin- riencias” no es una denominacién sintéctica, lo que hace tacticos. Para decirlo en términos menos técnicos, cuando se luna expresién sea una “expresién de experiencia” no es que habla en el modo formal se habla manifiestamente acerca de pa- luna forma particular, sino el que se emplee para referitse 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR. INTRODUCCION DEL COMPILADOR 3 ‘una experiencia; pero entonces el problema de qué es lo que hay "Giso como en el de Quine, en qué se funda esa exi que tener en euenta como experiencia adquiere importancla y no ‘Momia restrictive. En realidad’ Quine neabe adage See Se puede resolver mediante una decision arbitraria “Problema de lo que hay, se debe resolver sobre Dane og aee et Sus obras mas recientes Carnap reconocié la legitimidad de ‘Bis y asi ve une a Carnap, pero su pragmatisine es marco ta semanticdy en realidad dedi ampliaatencién tanto al de perso mucho menos arrollo de la teoria seméntica como a Ia creacion de. sistemas SEI intents por las categorias, que es seminticos. Una interesante consecuencia fue la marcada rela. lema de lo que hay, es caracteristico de lor tase fear et Mister: ou samatiad fiestas habianso naquiriseciereeao uidos por ta ‘obra witima, de Witte esotes ingleses de hablar de'la referencia de las palabras a las cosas, admitia i $e interesan no tanto por su As ue casi cualquier tipo de palabra denota su clase especial de ide entidades o de “reduch una a otra, como por sefialar 1 . ii} objeto, volviendo asi a crear el universo barroco que Russell ha: Semojanzas y las diferencias en ef funcis bia procurado despoblar. La defensa de esta aparente extrava- eiados que ostensiblemente se rofiere a Ga tn pode i gancia se encuentra en su trabajo sobre “Empirismo, semantica y to téenico que el mismo Witigenstein empleo. para bee ten, \ ontologia”, donde distingue entre problemas “internos”, que sur- lio es el de inventar 1o que él llama juegos de longinre! ty gen dentro de un determinado marco conceptual y problemas Gonsisic en que, mediante el estudiv de trodeles ke sies "externos”, que se refieren a la posicién y legitimidad del pro- plificados de nuestro lenguaje real, podemos obionn ees pio marco conceptual. Carnap mismo se intereso. siempre prin- Imas clara del modo como realmente funcionsy wisn ) Eipalmente por los problemas externos; considers que su misin Manera de protegernos contra el error, en el cual con tans, como fildsofo era inventar sistemas lingufsticos y elaborar con- Ml caemos, de suponer que algo tiene que ser el ose ceptos que fuesen itiles a los hombres de ciencia y nadie puede buscar y ver lo que en realidad es el caso. "Cuands oer nnegar que ésta sea una actividad seria y legitima. En lo que igiere un cuerpo y no hay ninguno, ner eae, I considero que se equivoca es en suponer que los problemas ex: Jaue hay un espiritu’, pero esto es abandonar ia desea i termos no plantean un grave probleina: que tinicamente se trata ‘explicacién falsa. Precisamente, con mucha freq ooen | de elegir formas lingiifsticas. que los procesos mentales : poe Este desdén hacia los problemas relativos a la situacién de sus | marcos lingiifsticos es 10 que diferencia a Carnap de fildsofos norteamericanos, como Quine y Goodman, quienes se le asemejan = en su sistemdtica actitud hacla la flosotia y en su. preferencia eanestene = por los procedimientos téenicos formales. Estos fil6sofos estén Yoon tolo to que © Wingate interesados en lo que Iaman ontologia, es decir, en el problema 4 arnap, en su dicho de que "an ‘pre, de hasta dénde la eleccién del lenguaje que uno hace, le obli 3” necesita criterios exterios” eas 8 diy que certs cosas eisten Bier lee Cuties ces ser el os extersios", hay un eco del fisica- valor de una variable" y ello significa que la extension de lo que que se debe principalmente a Wittgenstein el i Russell lamé el “mobiliario” del mundo depende del margen'de ante en el problema de como se usaniea teint predicados que se necesiten para describirlo; Quine y Good: fordinario, aunque también haya que tomar er sven, man desean que ese mobiliario sea tan rigido y escaso como fuere de G. E. Moore; pero me parece que Moore nunca posible, “Renuncian a entidades abstractas” no. precisamente tanto por ese uso ordinario como tal: Se interna porque deseen ejercitar su ingenio Idgico viendo lo bien que pue- Ja “vision del sentido comin” del mundo y sn soain den pasarse sin cllas, sino porque no se pueden convencer de iciones que lo ejemplifican, pero no insistié co, que existen, Con este mismo espititu, Goodman renuncia a ha 8e andlisis, nos limitdramos al uso ordinario ‘der foe Ger algin uso de la nocién de posible, en cuanto opuesta a la ido apela al uso ordinario del lengusje lo = realidad, a las cosas, o-a la distinciOn entre relaciones causales Como un arma para tratar con los demas flier y accidentales, oa Ia que hay entre los enunciados anaiiticos Que si se toman los sintéticos. “Quiz4 ustedes condenen —dice— algunos de es- tos escripulos y declaren que hay mas cosas en el cielo y en Io tierra de las que se suefian en mi filosofia; a mi me interesa, mds bien, que en mi filosofia no se suefien mas cosas de las que oe en ningtin en el cielo y en la tierra.” Pero no esti claro, este hay en el cielo y en Ia ti Per t4 claro, tanto en y lo en que se emplean, Te ¥ INTRODUCCION DEL COMPILADOR En mi opinién, el logro més importante de la “escuela del Ien-| guaje ordinario” fue el examen y la diseccién de los usos “no | Gientificos” del lenguaje. Un buen ejemplo es la descripcién que hace J. L. Austin de lo que llama enunciados ejecutivos: enun- ciados como "Yo sé..." 0 “Yo prometo...”, cuya finalidad no cs ‘Sfirmar un hecho, sino obligar al que habla a determinada con: Gucta o a ofrecer alguna clase de garantia; hasta qué extremo: fmaginativos puede llevar esta mayor flexibilidad en la actitud hacia el lenguaje, lo indica el trabajo del Dr. Waismann, con que termina este volumen, Hace ver que el concepto corriente del! anilisis filosofico ha rebasado, con mucho, la idea que de la filo-| sofia tenia Ramsey, de que ésta se resolvia simplemente en defi- niciones; pero Ramsey tenia raz6n cuando dijo que todo cons: fituye “parte del trabajo vital de esclarecer y organizar nuestro | pensamiento”. 6. Al reunir esta antologia procuré ilustrar el desarrollo histérico Gel positivismo logico, el campo de sus intereses y los principales puntos de controversia. La falta de espacio me obligd a prescin- Bir de muchos trabajos que me hubiera gustado incluir; en particular, lamento no tener lugar para el trabajo de Quine sobre a verdad por convencién (“Truth by Convention”) en el que se Chiles eficazmente la explicacién que los positivistas dan de los Shunciados a priori, ni para los importantes articulos de Carnap Sobre comprobabilidad y significado ("Testability and Meaning”) Debe lamentarse especialmente que este volumen no contenga| pada de Wittgenstein, pero ni el Tractatus Logico-Phitosophicus, Ri las Philosophical Investigations, a pesar de su cardcter epis6- dico, son obras a las que se pueda hacer justicia seleccionando| pasajes; es necesario leerlas en su totalidad. Il, LA SUPERACION DE LA METAFISICA MEDIANTE EL ANALISIS LOGICO DEL LENGUAJE * por Rupour CaRNAP 1. Introduccion Desor los escépticos griegos hasta los empiristas del siglo x1x han habido muchos opositores a la metafisica. La naturaleza de las criticas expuestas ha sido muy diversa. Algunos han declarado {que la teoria metafisica es errdnea en razén de oponerse a nues- tro conocimiento empirico. Otros la han considerado tinicamente incierta en base al hecho de que sus problemas trascienden el mite del conocimiento humano, Muchos antimetafisicos han declarado estérif el ocuparse de las interrogantes metafisicas, pu- dieran o no ser respondidas, porque en todo caso es innecesario Preocuparse por ellas; mejor es dedicarnos enteramente a las fareas précticas que absorben la diaria actividad del hombre. El desarrollo de la fdgica moderna ha hecho posible dar una respuesta nueva y més precisa al problema de la validez y justi ficacion de Ia metafisica. Las investigaciones de la légica apl cada 0 de la teorfa del conocimiento, cuyo propésito es esclarecer “por medio del anslisis I6gico el contenido cognoscitivo de las proposiciones cientificas y, a través de ello, el significado de fas palabras que aparecen en dichas proposiciones, conducen a un Fesultado positivo y a uno negativo. El resultado positivo es elaborado en el campo de la ciencia empfrica: se esclarecen los ‘conceptos particulares de distintas ramas de la ciencia, se expli- titan tanto sus conexiones Iégico-formales como epistemol6gicas. En el campo de la metafisica (incluyendo la filosofia de los valores y la ciencia normativa), el andlisis 16gico ha conducido al resultado negativo de que las pretendidas proposiciones de dicho campo son totalmente carentes de sentido. Con esto st ha obtenido una eliminacién tan radical de la metafisica como no fue posible lograrla a partir de los antiguos puntos de vista an metaffsicos. Desde luego, ciertas ideas afines pueden localizarse ya en varias meditaciones anteriores, por ejemplo en las de fn- ole nominalista, pero solamente ahora, después de que el des- arrollo de la Iégica ocurrido en las tiltimas décadas la ha trans- formado en un instrumento de la necesaria precisién, resulta posible la realizacion decisiva de dicha superacién. ‘Al deci que Ins Namadas proposiciones de la metafisica care- cen de sentido, hemos usado estos términos en su acepcién mas stricta, Dando a la expresién un sentido lato, una proposicién + ste articulo, titulado originalmente “‘Oberwindung der Metarhysik ‘durch Logische Analyse der Sprache”, aparecié en Erkenntnis, vol. 1 (1932), are ies aaut con Ta benévola autoriaacién del profesor Carnap. “6 LA SUPERACION DE LA METAFISICA oa un problema son caracterizados en ocasiones como ¢: gl problema de "cul es peso medio ue aqulss halon ie Viena cuyo mimero teletonico termina Oo 3? owe jones que resultan obviamente falsas como ‘en 1910 Vigna 6 habitantes”, o que son no s6lo empirica sino logicamente las, proposicionescontradctorias tales como "las persgnas A ot uh afio mis vielen cada tina respecto de aaa) EM dad aun-cuando sean esterles © falses, estas proposicionce mn sentido ya que solamente proposicionce cod senso son ficabes entte (toricamente) fructucsas y estcriles wakes by flsas. Sin embargo, siriciw sensu una sceucaGs de tals care de sentido cuando, dentro de um lenguaje espe icy coi ye una proposicién. Pucde suceder que a primer: 2 Secuencia de palabras parcaca una proposten em cae case amareros pctdopropnicion. Nuestra tons equ el sais fa son en realidnd pseudoproposiciones, «et Tengunje consta de un vocabulario y de una sintaxis, es den conjunto de palabras que pokcen siniieae yds para a fomacin dels propesklans sun teas nde 8 de palabras, De acucrdo con esto hay. dos geneiee le doproposiciones: aqucllas que contienen una palabra a la que nics spuia un sigicado onan cayen plas modo antisintactico io-consiitujeron una propose fit A través de ejempios mostrarcmos como nie mene fparecen pseudoproposiciones de ambos goatee: Man ne POF las azones que sosticnen suesira supose: In mcifiea en su eanjunto no const Sino Se tale tificado de una palabra (dentro de un lenguaje determinado) una palabra posee lo, 96 dice ustalneate que detigas uit ene al icacion es s6lo apargnte y en realidad no la povce, he- sudoconcepto.\zCémo explicarse el origen de los BaF aNo pucie slirmares Gus ende pane Ge on en cl lenguaie sin otro proposito que ele race at, do, de manera que deste al mic de sa wee a ae Bi eticide? Eatceee, pots patra a ae loner palabras sigaatvs® 0 que originalmente cada palabra (exceptuando casos sal as umlmente cada plara (cacao casa Bde a crohvcion Meterica, une palstea treo eae: aes Tabane sees ee 6 FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO pierda su antiguo significado sin Hegar @ adquirir uno nuevo, Asi Es como surge un pseudoconcepto. | Fin que consiste entonces el significado de una palabra? ¢Qué cestipulaciones deben establecerse respecto a una palabra, para Que ésta tenga un significado? (Aqui no interesa para nucstras SUexiones s{ estas estipulaciones estén dadas en forma explicita, ceas"éste de algunas palabras y simbolos de la ciencia moderna, GPS se ha logrado un comtin acuerdo técito, como es el caso de fa'mayor pare de las palabras del lenguaje tradicional.) En priv her lugar debe fijarse la sintaxis de la palabra, es decir, la mane: wi*Tom se presenta en la forma proposicional més simple en la Gue puede aparecer; llamaremos a esta forma proposicional s» Propasicién elemental, La forma proposicional elemental para te Palgora “‘piedra’, por ejemplo, es “X es una piedra’; en Pro: Posiciones de esta forma podriamos designar algo dentro, de te Pefegoria de las cosas para que ocupara ¢l lugar de “X", por Gjeruplo, “este diamante”, “esta manzana”. En, segundo lugar, ara la proposicién elemental P que contiene a la palabra, debe Reber respuesta a las siguientes interrogantes, que podrian ser formuladas de varios modos: “T) zDe qué proposiciones es derivable P y qué proposiciones pueden derivarse de P? 2) gBajo qué condiciones P debe ser verdadera y bajo qué condiciones falsa? °3) ¢Cémo puede ser verificada P? 4) ¢Cual es el sentido de P? La formulacion correcta es (1); (2) es Ia formulacién de acuer> do con 1a terminologia de la légica; (3) 1a formulacién de acuerdo eerie terminologia de la teorfa del conocimiento; (4) de acuer- do con Ia filos Wittgenstein sfirmado que (2), expresa 10 que los filésofos than querido decir por (4): el sentido de una proposicion radica parsas condiciones (criterio) de verdad. [(1) es la formulacién Shetalégica; més tarde daremos, en otro lugar, una exposicién Getallada de la metaldgica como teorfa de la sintaxis y del senti- do, es decir, de las relaciones de derivacién.} "ea el caso de muchas palabras, especificamente en el de 1a mayorfa de las palabras de la ciencia, es posible precisar su sig- Miedo retrotrayéndolas a otras palabras (“‘constitucion”, defi Ritjon). Por ejemplo: " ‘artrépodos’ son animales que poseen un Bherpo segmentado con extremidades articuladas y una cubierta Ger quiting’. De esta manera ha quedado resuelto el problema de quiting jonado en relacion a la forma proposicional elemental an ts palabra “artrépodo", esto es, para la forma proposicion fe to Paix es un artropodo”. Se ha estipulado que una propo: Gan dle esta forma debe ser derivable de premisas de Ja forma sense animal”, “X_posee un cuerpo segmentado”, "“X posee Cisamidades articuladas", “X tiene tna cubierta de quitina’” y LA SUPERACION DE LA METAFISICA o inversamente, cada una de estas proposiciones debe ser deri- ‘proposicin. Por medio de estas estipulaciones b ‘sobre su criterio de ver- |, el método de verificacién, el sentido) de la, proposicién yore “artrépodos”, se fija el significado de la palabra répodos”. De esta manera cada palabra del lenguaje se retro- ‘2 otras y, finalmente, a las palabras qué aparecenr en: las wldas "proposiciones de observacion” o “proposiciones proto: flares”. A través de este retrotraimiento es como adquicre st pificado una palabra. ira Testros propésitos podemos dejar de lado el problema tivo al contenido y a la forma de las proposiciones primarias roposiciones protocolares), mismo que ain no ha sido resuelto Mitivamente. En la teorfa del conocimiento se acostumbra cir que las proposiciones primarias se reficren a “lo dado”, gro no ha habido unanimidad respecto a qué es lo dado. A veces tha sostenido que en una proposicién de este género, lo dado se ' cualidades sensoriales més simples o a algin orden ios (por ejemplo, “caliente”, “azul”, “alegria”, y ast ivamente); en otras, el criterio se’ ha inclinado a la com n de que las proposiciones primarias no pueden referirse © @ experiencias globales y a relaciones de semejanza entre ‘Otra postura més sostiene que estas proposiciones prima- "ya han de referirse a objetos. Independientemente de esta fsidad de opiniones, se ha establecido que una secuencia de s6lo posee sentido cuando se han fijado sus relaciones cién de proposiciones protocolares, cualesquiera que th ser las caracteristicas de éstas\ Similarmente, una pala- lo tiene significado cuando las proposiciones'en las que parecer son susceptibles de retrotraerse a proposiciones én), la estipulacion de este criterio elimina cualquier @ libertinaje respecto a lo que nos gustaria que “‘significe- palabra. Si la palabra ha de recibir un significado exacto Imutilarse su eriterio de aplicacién; pero, por otra par- igo mas que lo fijade por el criterio de ya que éste establece una deterninacién suficiente significado, El significado esté implicitamente contenido en srio y lo que resta hacer es explicitarlo, mos, a manera de ilustracién, que alguien inventara bra nueva “‘tago” y sostuviera que hay objetos que son ‘bjetos que no To son. descubrir el significado de esta palabra le preguntarfa- su criterio de aplicacién: ¢cémo determinamos en un ” FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO aso concreto si un objeto-dado es tago o no lo es? Supongamos {que no cs capaz de respondernos en concordancia con un crite- Ho de aplicacion: no existen signos empiricos de taguidad —nos ice, En este caso tendremos que negar la legitimidad del uso Gel vocablo, Si la persona que usa la palabra insiste de todas maneras en que hay objetos que son tagos y objetos que no son tagos, para el modesto y finito intelecto humano no resta sino considerar que lo que es tago sera un secreto eterno, pero entre- tanto podemos designarlo como un mero flatus vocis. Acaso persista en asegurammos que, a pesar de todo, él quiere “signifi Ear” algo con la palabra “‘tago”. De ello inferiremos solamente €l hecho psicolégico-de que esta asociando a Ia palabra algunas {mégenes y sentimientos, Mas no por ello adquiere ésta algun significado, Si no se estipula un criterio de aplicacién para la nueva palabra, no existe aserto alguno en las proposiciones en ‘que aparece, y éstas resultan ser meras pseudoproposiciones. Como segundo caso, supongamos que se establece el criterio de aplicacion para una nueva palabra, digamos “tego”; especifice- mente, la proposicién “este objeto es tego es verdadera si, y solamente si, el objeto es cuadrangular” (para nuestras reflexio- nes resulta irrelevante que este criterio esté explicitamente es: tablecido o que podamos obtenerlo de la observacign de los usos de caracter afirmativo y negativo del vocablo). Entonces dire- mos: la palabra tego es sinénimo de Ia palabra “‘cuadrangular” y no consideraremos como admisible que aquellos que 1a utilizan fos digan que, sin embargo, ellos querian "significar” con ella algo mas que “cuadrangular”; que desde luego cada objeto cus: Grangular sea también tego, inversamente, es el resultado de (que fa cuadrangularidad sea la manifestacién visible de Ia tegui- dad y que esta ultima en si se halle oculta, no siendo una, pro- piedad observable por s{ misma. Replicaremos que después de Que este criterio de aplicacion ha sido fijado mediante la preck Son de la sinonimidad de tego = cuadrangular no tenemos pos- terior libertad para “significar” esto o aquello con el vocablo. Resurramos brevemente el resultado de nuestro andlisis. Sea vq” una palabra cualquiera y “P(a)” la proposicién clemental en la que aparece. La condicién necesaria y suficiente para Que "a" tenga un significado puede darse en cada una de las formulaciones siguientes, que dicen fundamentalmente lo mism 7 Que las notas empiricas de “a” sean conocidas. 2. Que haya sido estipulado de qué proposiciones protocolares es derivable "P(a)". 43, Que las condiciones de verdad para “P (a)" hayan sido este Dlecidas. 4. Que el método de verificacién de "P(a)” sea conocido? 4 Para un estudio de Jas concepciones logicas y_epistemoldgicas qv, ‘aun ar ituvendo. el fundamento de nuestra exposicion, s6lo pueden ser an Gadus nqut de un mado breve, véase Wittgenstein: Tractatus togico- LA SUPERACION DE LA METAFISICA n 3. Palabras metafisicas carentes de significado eens See Be te ie eee ee (en el sentido de principio de existencia, no en el de’ princi ei le SS ee it iversos metafisicos han ofrecido un: lucién a la Beat leone) gap et mana fe See Tee ee oie a espiritu, a la idea, al inconsciente, a la accién, al bien y a otros 7 a ice So a nes ant pac eens een ea ee eS aplicacién 0 por ‘Ja definicidn de ta palabra "principio". El me cee enn he ee ce Vers ee ge dees «2 ay ee aoe oo ae Soph Sit eines Degas dae pe iones posibles. Frecuentemente presentan un signifi- ser fon matin ms ane og etiva de” X y observamos que las cosas 0, procesos ise soy fle ieee ial pt a areas set do oS a ro el metafisico nos dice que lo que él quiere “‘significar” les esta relacién empiricamente observable, porque en ese eer peace ee fricas de la misma clase de las correspondientes a la fi + fxpresion "se deriva de" no tene aque significado de una Kion temporal o de una secuencia causal, que es el q a ar ae eee ait toe Ss Sa ecg ee tendido significado “ . Bierce a escapee sen miste. Sir icado original de la ra “principium” (o de |; ra. ai ic i pana (on pate pigs sa el lupone que signifique prioridad temporal ina, si yor at idad diferente, especificamente.metafisica. Sin’ embargo, in los criterios para esta “especificacién metafisica”. En am- opicus, 1992 (versién espafola, Revista de Occ CCamnap! Der logische hao’ der Wel, 928 te, Madrid, 1957 n FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO bos casos la palabra ha sido desprovista de su significado original sin que se le haya otorgado alguno nuevo; lo que resta de todo ello es una especie de cascara vacia Frecuentemente se asocian diversas imagenes mentales proce- ddentes de las épocas primigenias en las que el vocablo fue usado Significativamente a imagenes mentales nuevas y_sentimientos aparecidos con motivo de su uso dentro de su nuevo contexto. Ello no es razén para que la palabra devenga signficativa; per é asignificativa mientras no le sea asignado su método ée verificacion. La palabra “Dios” es otro ejemplo. Haciendo caso omiso de Ja variedad de empleos que ha tenido en tantos Srdenes, podemos distinguir sus usos linguisticos a través de tres contexios distin- tes, de tres situaciones historicas que incluso Ilegan a coexistir Parcialmente en el orden temporal. En su uso mitoldgico la Palabra tiene un significado claro. En ocasiones ella misma —o Ios términos equivalentes de otros lenguajes— es utilizada para designar a seres corpéreos que estén entronizados en el Olimpo, en el Ciclo o en los Infiernos y que se hallan dotados en mayor © menor grado de poder, sabidurfa, bondad y felicidad En ocasiones se Ia utiliza también para designar a seres espiri- tuales que, a pesar de no tener cuerpos semejantes a los. hu- manos, se manifiestan en alguna forma en cosas o procesos del mundo visible y resultan, por consiguiente, empiricamente com- probables. Por el contrario, en su uso linglifstico metafisico la palabra Dios” designa algo que esta més alla de la experiencia. El vocablo € deliberadamente despojado de cualquier significado relativo a un ser corpéreo o a un ser espiritual que se halle inmanente fen lo corporeo, y como no se le otorga un nuevo. significado ificativo. A-menudo puede parecer que la palabra Dios” también posee significado en el orden metatisico, pero ante una cuidadosa inspeccién las definiciones establecidas al respecto han mostrado ser. pscudodefiniciones. Ellas conducen 0 a secuencias de palabras logicamente ilegitimas, —que poste riormente seran analizadas— 0 a otras expresiones metafisicas (por ejemplo: "Ia base primordial”, “lo absoluto”, “Io incondi- clonado”, “lo independiente”, "lo auténomo”, y asi'sucesivamen- te), pero Jamas a las condiciones de verdad de su proposicién lemental. En el caso particular de este vocablo ni siquiera se ha satisfecho la primera exigencia de la légica, 0 sea la de la espe cificacién de su sintaxis, es decir, de la forma como aparece en su proposicién elemental. En este caso la proposicién elemental deberia tener la forma “X es un Dios”; sin embargo, el meta fisico rechaza completamente esta forma sin sustituirla por otra 0, si llega a aceptarla, no indica la categoria sintéctica de la Variable X. (Son categorias, por ejemplo: cuerpos, propiedades de cuerpos, relaciones entre cuerpos, niimeros, etc.) LA SUPERACION DE LA METAFISICA 2B El uso 1eoldgico de la palabra “Dios” se sitiia entre el uso mi- Olégico y el metafisico. No hay aqui un empleo propio, sino una i6n del uno al otro de los usos mencionados. Algunos ted- gos tienen un soacepto de Dios claramente empirico (esto vs, tol6gico, de acuerdo con nuestra terminologia). En este caso tos hallamos ante pseudoproposiciones, pero la desventaja ira el tedlogo consiste en que, de acuerdo con esta interpreta- én, las proposiciones de la teologia son empiricas y, por lo tanto, gedan sujetas a Jas decisiones de la ciencia empirica. El empleo lingiifstico que otros tcdlogos hacen de este término laramente metafisico; hay otros atin que no siguen una direc- definida puesto que en alguna ocasién se valen de un uso istico y mas tarde de otro, o bien se expresan en términos 1uso no puede ser clasificado con precisién, ya que tienen ‘cardcter ambiguo y referible indistintamente a cualquiera de dos usos ya sefialados. |,¥ como los ejemplos ya examinados de “principio” y de ",1a mayor parte de los otros términos especificamente me- cos se halla desposeida de significado, por cjemplo, “la Idea", oluto”, "Io Incondicionado”, “lo Infinito”, “el Ser-que-esté. lo”, “el. "el Espiritu Absoluto”, “el fritu Objetivo” ", "el Seren-Si”, “el Seren-y-para- “la Emanacién”, “la Manifestacién”, “la ‘Articulacién”, “el y ", etc. Con estas expresiones sucede lo mismo on la palabra “tago”, nuestro ejemplo anteriormente fabri- El metafisico nos dice que no pueden especificarse con- s empiricas de verdad; si a ello agrega que a pesar de 0 quiere “‘significar” algo con ellas, sabremos entonces que trata en ese caso sino de una mera alusién a imagenes y jentos asociados a las mismas, lo que sin embargo no les significado. Las pretendidas’ proposiciones de la meta- ‘que contienen estas palabras no tienen sentido, no declaran Son meras. pseudoproposiciones. Mas tarde inquiriremos ea de su origen histérico. sentido de una proposicion ahora hemos estudiado solamente aquellas pseudopropo- eS que contienen una palabra asigniticativa. Pero hay ade- uun-segundo género de pseudoproposicionesi{ éstas_constan labras con significado, pero reunidas de tal manera que el MO -No-tiene” sentido: }La-sintaxis de un Tenguaje especifica” jaciones de palabras son admisibles y cudles inadmi- 3. Sin embargo, la sintaxis gramatical de un lenguaje natu: ho es capaz de realizar Ia tarea de climinar todos los casos ombinaciones de palabras que resulten sin sentido. Tome- ‘como ejemplo las dos secuencias de palabras siguientes: ™ FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO 4) “César es y." 2) "César es un nimero primo.” La secuencia de palabras (1) esta construida antisintdcticamen- te. Las reglas de la sintaxis exigen que el tercer término esté ocu- pado no por una conjuncién, sino por un predicado, sea un Sustantivo (al que puede acompafiar un articulo) 0 un adjetivo. Por ejemplo, la secuencia de’palabras ‘César es un general” est formada de acuerdo con las reglas de la sintaxis. Es, por tanto, tuna secuencia de palabras plena de sentido, una genuina propo- sicién, La secuencia de palabras (2) es sintacticamente correcta, puesto que posee la misma forma gramatical que la proposicién anterior. Sin embargo (2) carece de sentido. “Numero primo” ‘es un predicado de los nimeros; no puede ser ni afirmado ni ne~ gado de una persona. A pesar de que (2) aparenta ser una pro- Posicién no lo es, no declara nada, no expresa ninguna relacién Objetiva existente o inexistente, Por ello lamaremos a esta se- cuencia de palabras “\pseudoproposicién”. EI hecho de que en este caso no se hayan violado las reglas de la sintaxis gramatical parece inducir a primera vista a la opinién errénea de que estamos frente a una proposicién, aunque ella sea falsa. Pero “A es un numero primo” es falso si, y solamente si, A 5 divisible entre un numero natural distinto de A y de 1; eviden- temente es ilicito sustituir en este caso “A” por “César”. Este ‘ejemplo ha sido escogido porque el sinsentido resulta facilmente detectable en él. Pero no siempre resulta facil reconocer el ca- acter de pseudoproposicién de algunas de las Ilamadas propo- siciones de la metafisica. El hecho de que los lenguajes cotidianos permitan la formacién de secuencias verbales carentes de sentido ‘sin violar las reglas de la gramatica indica que la sintaxis grama- tical resulta insuficiente desde un punto de vista légico. Si la sintaxis gramatical tuviera una exacta correspondencia con la sin- taxis Idgica no podrian formarse pseudoproposiciones. Si la sinta- xis gramatical no solamente estableciera diferencias en el orden categorial de las palabras, tales como sustantivos, adjetivos, ver~ bos, conjunciones, etc., sino que hiciera dentro de cada una de estas categorfas las diferencias posteriores que son légicamente indispensables, no podrian constituirse pseudoproposiciones. Por ejemplo, si se subdividiera gramaticalmente a los sustan~ tivos en distintas clases de acuerdo con las propiedades asigna- das, sea a los cuerpos fisicos, sea a los mimeros, etc., entonces las ‘palabras “general” y “nimero primo” pertenecerian a dife- rentes clases gramaticales de palabras y (2) seria tan contrario al Ienguaje como (1), por lo que en un lenguaje correctamente construido toda secuencia de palabras carente de sentido serfa de la clase del ejemplo (1). Meras consideraciones de orden gra- ‘matical las climinarian de manera casi automética; es decir, que ‘serfa innecesario el prestar atencién al significado de cada pala- bra individual a efecto de evitar sinsentidos, bastaria con atender LA SUPERACION DE LA METAFISICA 8 'a su orden sintéctico (por ejemplo, serfan “categorias sintéctt ‘¢as' cosas, propiedades de cosas, relaciones entre cosas, mimeros, propiedades de nimeros, relaciones entre mimeros, y asf sucesk Yamente). En consecuencia, si se justifica nuestra tesis de que Jas proposiciones de la meiafisica’ son. pseudoproposiciones, en tun Iengyaje construido de un modo I6gicamente correcto 1a me- fafisica no podria expresarse. Aqui se revela la importancia filo- “Séfica de la tarea de elaborar una sintaxis l6gica que ocupa a los Tégicos en la actualidad, . Pseudoproposiciones metafisicas famos a examinar algunas pseudoproposiciones metafisicas en que resulta especialmente obvia la violacién a la sintaxis 16- fica, aun cuando éstas se ajusten a la sintaxis hist6rico-grama- tical. Seleccionaremos algunas proposiciones de aquella teorfa afisica que al presente ejerce la influencia més fuerte en jemania 2 “Sélo debe ser investigado Lo-queesté-Siendo y por lo nés —nada; LoqueestéSiendo solamente y —nada més; jcamente Lo-que-esté-Siendo y fuera de ello —nada, ¢Cudl es ‘situacion en torno a esta Nada?... ¢Existe 1a Nada sdlo porque riste el No, es decir, la Negacién? :O sucede a la inversa? Bxisten la Negaci6n y el No solo porque existe la Nada?. .. Nos- 0s postulamos: la Nada es més originaria que el No y la gacién. ...

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