Vous êtes sur la page 1sur 6
ROLAND BARTHES ENSAYOS CRITICOS BIBLIOTECA BREVE EDITORIAL SEIX BARRAL, S. A. BARCELONA, 1967 EL TEATRO DE BAUDELAIRE El interés del teatro baudelairiano® no estriba en su contenido dramitico, sino en su condicién veleidosa: es decir, que en este caso la funcién del critico no consiste en abordar estos esbozos para obtener de ellos la Ima- gen de un teatro consumado, sino, por el contrario, en detectar en ellos Ja vocacién de su fracaso. Seria inutil “y probablemente cruel para la memoria de Baudelai- re-— imaginar el teatro que estos gérmenes hubiesen po- dido producir; no lo es interrogarse acerca de los moti vos que retuvieron a Baudelaire en ese estado de crea: cién imperfecta, tan alejado de Ia estética de las Flores 1. Conocemos de Baudelaire cuatro proyectos teatrales. El primero, Ideolus (0 Manoel), es un drama inacabado en alejandrinos, escrito hacia 1843 (cuando Baudelaire tenia Veintidés aos), en colaboracién con Emest Praron, Los tres Brovectos restantes son guiones: La Fin de Don Juan no es ings que un inicio de argumento; Le Marquis du 1* Houzards es una especie de drama histérico: en 61 Baudelaire queria {levar a la escena el caso de un hijo de emigrado, Wolfgang de Cadolles, dividido entre las ideas de su ambiente y su entusiasmo por el Emperador, L'fvrogne, cl més baudelairla- hho de estos guiones, es la historia de un erimen: un obrero, Borracho y holgazan, mata a su mujer arrojéndola a un pozo due lena de adoquines; el drama debia desarrollar la situa~ tn indicada ef! el poema de las Flores del Mal, Le Vin de lAssassit., Los proyectos. teatrales de Baudelaire se han pu- blicado’ en la edicién Crépet, en la de Pléiade, y en. las CBupres completes de Baudelaire, en el Club du Meilleur Livre, edicién de la que procede esta presentacién (Coleccién Nombre d'Or, t. I, pp. 1077 a 1088). a Bneasos extttoos.- # chet ts “BUI Je {o1]e9} [2p Sajqanut sospey sot ap Oo soprauid sopra soDap sof ep [e oyLsip Aur opour un op wpuryord sa pepioydnp ns o1ed “eloynse so roy" jap odson9 1a “pepyeioyyae el couemrye[spneg oszeamn [ep vraurid vpro2ajvo BUN ap UgIoEsazUEEE OWWOD OIE? Te vpiesaoau so ‘(sorapuorawt soy ap BlayspUIIe vy vO sou “ENS op soyworunAour soy v ‘,epeySe, eusosa ua wisan YL & oywouterresjuos) oaresosap & ootpostda s0joye9 un owio9 eptiuas sond se ou pepnsnasa ns :(,Sopo} 9p ez08 Jeno epeo ‘epfeq un Ue ‘omoyoadse un ug,,) ASTIN -sord onb auf} 10}98 ja ‘asiejapneg vied onbiog ‘oveuTS -ase [2 £ UOIRpoA ef aes anb ‘pepysesy ap A etsapour ap vfouowede uso oustur odiand ns ua ayuasard oysear -0q ap vsodsa Bf anb zeny oxo ue ‘vorsguop ugI -uny vim ap sepeBieoua spo} ‘sarafnur se[aq ap opeapor gisd sospy [a end se ‘eyseyonur eum sod opyyeidzayay eas uenf woq ap oft Tep jaded yo anb jnbe aucdord aulejepneg 20198 [ap eropeqimy peprerodzoo vy ap ‘x19ap soureyrpod ‘oustut oriowyoy [9 ‘olueTUMIUAS To SO vor supine peplerival eun v soauayred onb oy ‘1p U_ ‘oraIo sto3 osjva} UN 9p suINjopneg eased spur Eley 9s Op suena vugose ue eisand ap e[gey opmens send so oN iit -Juo OU ‘[eLIOst9s UapIO ap So OTea} ap sojafqo so[ op year Jadns o[ :oyuarurefaye ep o uplsuayarde op sapeyueur | raja sowwarunyaows aiduiais Uos oxjeay OXpEpIOA Jap sauOT -398 sol anb v4 ‘ouons j2 anb eBmyewerp vp e opreyK0D SPU epeU ‘uaIq ELOY ‘se[Tefofe Jofau A rofamn sepTeoty 4jun vied owos esosodes anrawayuaroyns peprreniirdso BUM Op SUpE}OP OtIOD ‘oYONs 9[qOP NS ap sepeuedwoar wos Ox\Ra} JP SesO2 se] aqisU0 O[9S axrEjapnLg ‘soraf -qo sol ap pepyesamy ve] & pepremyd vy ua aszeseq ap ond ofS wusose ud vysond xf ‘ouATUAOTH soUNId NS USL ‘o8mpeuerp ap ou ‘copa ap pepsaa wun sa ‘auFosay/T ap oie oMpIn J Us o[durafa sod oLsesooou ', woUNTo 3p x0109, 1] ‘O!HGI ns 9p seyfony sey tavaredesep 109 sey 9p odwien opus; ey enb esi vsyjuaut eun opueiuas -aid & ‘operedaid warg od un ows visendsrp ‘ejdaxy 01 -Hattyjo{dutoo ‘vary ‘wpezeor ‘IDep se ‘topeyoadsa op sofo woo 9A wf ajuatIENuadHr ‘eUadsa Ua eisend vy ¥ apnye ‘oouyutor OWIOd & ‘JeI0} Ja}9B1E9 959 aNb o1180} J v: vrouaiodury ue] ap iopejsaas seu epeu ‘oUoUIeoropuseg saenprut edwod sp oind oydaauos ja 10d ‘sauriojium sop 9p 0 sesapueg svj ap pepyefiayeur ej ‘orepuaiaur jap ,,vs9y “sqUNe, Bf ‘opt v] dod ‘aJouay,7 ap orapuarour Ja ‘oxda9 uo ns tod oj{qo ja ajuatlepedionue oAmrisns our -stur Jp ‘syuailjaiu! operseusap sa ‘safesed sono ue ows jibe ‘onvjapneg “o1se9) ye vuafe so ond ey euetrejpneq uprserdus Bj ap euisitx pepryeroua vy so ‘oLiexquCO |e Any “epunjod pepresiza) eunguyu eiwasaidar ou ‘opeans aide ojnaiwuiprowas un ouroo ‘ajuauresipysodse upelsaytu eur ‘10[19}x9 O[ od ug}oedns0ard wisy “Ha ‘,Soqand so] ap sopetzea salen ‘eoriseiuey empeisa ‘oanpod 079039 op soperooap ‘sey edwwod wex8 eun ‘eperse ‘canoe Anuar vuaosa us wsond, :owo> soje} ‘a1mefepneg op senuadur sougjoejooe seundjy aod seueBua asiefap aonb SO] 9p pepHoriayx9 vf sod aiteurepedionue opexseue BA 98 011959 01X91 [> WYoog Ua ‘areodsoyeYs us ‘oHNbsy ua ‘eroperoaap pepi[esyee} BUN UIs Ox}vO} WEIS a1stxa ON “agiovzi[ess ap ou 'ugrovard ap to}9vj UN so “eIgo vuN ap on11989 wowed samLId [9 apsep eiuasord aesa aqap pep sWenea vf Bjuaueanyen “JONIA}XS afenBuo] ns op nite id ef ofeq ows} [9 aBz9UMS anb ‘saonj ‘seiouRsns ‘set “URISIP ‘Souo} ‘so1893 ‘sajensuas sofoysze so] ap vote spumse ugindaaiad ap arsadse vso ‘oyros9 o1uawnsse [Op aged © vuedsa ve] ue EDyIpa as anb sauorsusuas & sousts 9p sosadso un so ‘o)x01 J WIS Oxvay [9 Sq epepllesyeay ey $2 pnOM"pepyeriee} vl op vj ‘ugfsou wun viUaMd UD 4 osioaid sa ourypejepneq ona) [9 sopuosduios vaey ‘ouLsap ns op eanes Bis CULIO] wun oarejapneg vred sa o[sgII9S9 v IeBaI] WIS OPA} UN opeLU|ZeuT Ioqey onb £ ‘uo!soo{9 wun Sa ‘op “2UMSUOD OU ap Jo19~IUD Ja dual aNb oO] OsN|sU! “Z0jLI9s9 opo} we anb ‘oujreg v svises3 ‘uaiq somaqes Sox ‘Jopy Jap quillaje, la adopcién de los gestos o de las entonaciones, Ja disponibilidad de un cuerpo expuesto, todo eso es artificial, pero no ficticio, y asf enlaza con ese ligero exceso, de sabor exquisito, esencial, con el que Baude: laire definié el poder de los parafsos artificiales: el actor leva en sf la ultraprecisin misma de un mundo ex. cesivo, como cl del haschisch, en el que nada es in- ventado, pero en el que todo existe con una intensidad multiplicada. Asi podemos adivinar que Baudelaire po- sefa el udo sentido de Ja teatralidad mas secreta y también mas turbadora, la que sitta al actor en el cen- tro del prodigio teatral y constituye el teatro como el lugar de una ultra: nearnacidn, en Ia que el cuerpo es doble, a la vez cuerpo viviente procedente de una natu: raleza trivial, y cuerpo enfatico, solemne, helado por su funcién de objeto artificial Sélo que de esta poderosa teatralidad, no hay més que rastros en los proyectos de Baudelaire, mientras gue fluye abundantemente en el resto de la obra baude Jairiana. Parece como si Baudelaire hubiese puesto tea tro en todas partes, excepto precisamente en sus pro yectos de teatro. Por otra parte, es un hecho general de creacién que esta especie de desarrollo marginal de los elen tos de un género, teatro, nove © poesia, se dé en el interior de obras que nominalmente no es. tan hechas para recibirlos: por ejemplo, en Francia se ha hecho teatro histérico toda su literatura excep- to en la escena. La teatralidad de Baudelaire esta an mada de la misma fuerza de huid: aparece alli donde no se la espera; en primer lugar y sobre todo en Los pa. raisos artificiales: en ellos Baudelaire describe una trans- mutacién sensorial que es de la misma naturaleza que la percepcién teatral, puesto que, tanto en un caso como en otro, la realidad queda afectada por un énfasis agudo y ligero que es e] mistno de una idealidad de las cosas. Luego, en su poesfa, al menos alli donde los objetos son unidos por el poeta en una especie de percepcién ra- diante de la materia, acumulados, condensados cor r 4 4 2 puesto que aqui el gusto de un espacio profundizado y estabilizado por el gesto teocratico del pintor se satis- face del mismo modo que en el teatro (a la inversa, los “cuadros” abundan en el guién del Marquis du 1° Hou zards, que parece todo él extraido de Gros 0 de De- lacroix, al igual que La fin de Don Juan o L'Ivrogne parecen proceder de un primer impulso poético, més que de un impulso propiamente teatral) Asi, la teatralidad de Baudelaire huye de su teatro para extenderse por el resto de su obra. Por un proce- so inverso, pero igualmente revelador, elementos pro- cedentes de érdenes extradramaticos afluyen a esos pro- yectos teatrales, como si este teatro se empefiara en des- truirse por un doble movimiento de huida y de envenena- miento. Apenas concebido, el guién baudelairiano, se im- pregna inmediatamente de las categorfas novelescas: La fin de Don Juan, al menos el fragmento inicial que ha Hlegado hasta nosotros, termina curiosamente con un pastiche de Stendhal; Don Juan habla mas o menos como Mosca: en las pocas palabras que Don Juan cam- bia con su criado reina un aire general que es el del didlogo de novela, en el que la palabra de los persona- jes, por directa que sea, conserva ese precioso colorido claro y transparente, esa transparencia pulida con la que sabemos que Baudelaire revestia todos los objetos de su creacién. Sin duda aquf se trata sdlo de un es- guema, y Baudelaire tal vez hubiera dado a su didlogo esa literalidad absoluta que es el estatuto fundamental del lenguaje de teatro, Pero se analiza aquf la vocacién de un fracaso, y no la virtualidad de un proyecto: es sig- nificativo que en el estado naciente, esta sombra de guidn tenga el mismo color que una literatura escrita, helada por la pagina, sin garganta y sin visceras. Cada vez que se indica el tiempo o el lugar, vemos que se demuestra el mismo horror por el teatro, al me- nos por el teatro tal como podfa imaginarse en Ia épo- ca de Baudelaire: el acto, la escena, son unidades en las que Baudelaire se embrolla en seguida, que desbor- da sin cesar, y cuyo dominio aplaza siempre para mas tarde: tan pronto piensa que el acto es demasiado corto, como demasiado largo; aqui (Marquis du 1." Hou. 52 A Bee [ae ap oreursese ond oso teoijtpo eisey ‘oseoety UD OseDEAY AEE Cap ‘oyokoad ua oj2af01d ap eynunysuoo a8 extejopneg ond SEEC oy uo wuoz vse ayuourepnss opuriamep ‘eteagnsnt oprp EES od asaqqny anb o[jortesep opor ap epesyssp ‘eompurerp © eongod peprpunjord vpoy ep oyuautezerunjon oUroD © epernu ‘emd vjonpuos sa anb wa wurst eprpeut PL “up wropeireasop Pepleiary eun ap odad ‘TetALn so om} © gisq ‘squanooypues® euosse uo visond wom ap (OMHITE [p ou A) serjuatt sey Jod ooygnd Jop eysandns peprson sdnjoa ef “s0y9e Jop uoLonysosd ZI o[9S gpenb oteUls “eu ‘o1jeo} 9189 a & ‘ssuojeg sns ‘sodvsua sns ‘sur tigod sns ua ‘wpe Jos eINJeIOI!T NS Uo OFNEI OfAIJO T Sceuaosa ey ap sofay gyfnoo of ‘eysoly eT OP CANaTOD IO} ‘pyres Jo Jod opuzedatre ouvsagos opuytite 12 eratpuard culo JS ows foro} JEP OBE Je PepHExess ef 10U “od vspod ojgs aejepneg ‘oxver ye Jse esopuparueld x -esonBing-ouanbad Pepi “asuas vj vxed soxopeSejey svar soioaja ss ua opiqe> “uoo Teneal O18 Top OUISTTEULIOS uN ‘se azayosd AS 1S ‘o ‘sostyutesp soAwour sns ap epefeasep ‘eso PepHid -guoisa1dtut vf 9p eIypISe BUN epor ‘(opwoLduoD oFeUIS vo2 HIE] -91 ua sayuapuardios) pepriiiend eyfolo ‘pepyeiai ByeIo D.. Taquourererpautar amy apisavy wted sopeorpur spi sosse so] ofteysaid Be einsoide as ‘ayueysur un dod 1ej99t103 apuayaid ostejapneg anb a vo> oxva aisa_v aNbIOd “2 cuaurenajd esiuzjeat oprpod wiaiqny anb sof wa saresny Sootun sof Us wpeSau iad ‘wigo e ap spavsa v epIPuar -xo ‘Terea} ouUIELdosd wrouRIsns BUN ap soiasord soy “sa auqnu ap opesuiadsip wxorqny oy & ‘aurejapneg © Op ceyseq asafgny sewexp soun3je BP UN HqLOsa op Uo! suayut ajdiuts vf IS Otioa adareq ‘oMVRD} [2 Osingat ord un sjusurestaid oydaoxa ‘epeN caztepepneg ep sojoo6 -ord sof Ua femal aluauterdosd ep sand epanb gnD? ‘ouId Ja UB OUI & ¥erou ET wa Ze ows ‘oayeareu ougys ornd so :¥o(Foo}sour oungje op be oul Ue Orad ‘TeIS0s o JeIUAUMTUAS v{Zo[ody vUN ep arsed BULIOJ :vusosa ev] op pepipunjoid vy epeu vied vys -a2au OU ANSiMa vied “(OUIsIpes op o}9fqo ‘oyDesz0g [9p vsodse vj ap o ‘ua{nur eun tod opeiaidiaiuy ‘urn uoq ap ofty Jop oses fa sa ume owo9) oasgdio3 ovens un ap ou & ‘vaaou ap afeuosiad un ap ajuapaooid ‘10y9e [Pp Jnbe anbiog ‘suo jap sauofsung sey ap wo1sy[> ej8oy -odiy ¥{ Moo aproujoo ‘sazojoe so] visey ‘opo} ‘emEIp 2389 Ud ioj9{dwos hur ugM¥ un so spavrnoy wT MP nbavy a7 ‘vista ap oyund vysa apsaq “ord ajuoutesot “ABE ausO uM sepunoay ejApod ‘ouruLipyr own ue ‘enb o3[2 so ‘auvjapneg ap orjeajoad [a sexjsenui ep anb op Nopeten ¥| seBedsop ap ojusULIO) aso “esquied euN uo sorposida so] ap peiodursy ugiosodosdsap vj ‘soupeno Sol 9p owsHOXo Jo ‘,yoRq Ysel],, So] ‘sayuEsaUI] sared “RI SO] ‘oxw3} Jap OU £ ‘efoaou’ ey ap apaooid BUID [Oo anb-e& ‘sofa sojieBuojoid yxpod onb ja aup |e “outs ‘onea} [9 so ou “dasafanou sequana sepuinsas uo. wapl0 | un 8 Usoaua}ied onb Uo epipault euistur vf UD osed fugrL} suasaidar ¥] ap eongisa eun v souafe ayusU[eIo}) ULos auejepneg ep seuom® soj anb xoap asainb ou og {sodmewexp so] ap 1ousw ja ue afqisodur pepmuasu fopep OjUsWOW UN Ue o4rejapneg asIp ‘,vusose ua visand BI ws opesued ay vounu anb osayuog, (axdo4s],7) [E19 Ua}SIK9 0 (spiv2nOH 4'J NP smbimjY) od1I9QUIIs Uaps0 ap Jopeaso oidiouzd un e ioHysod ¥ ojsandust ‘jeus10) aiuauteind sree outo> opesuad ayuoursigista piso axes} Ja Mbv :(e.goyY_ Ua Sasoj9e ap seursNbsa ‘oj| snbsq_ ua eI) o1s93 [9p Uopyo jap so ordwars anb TATU OYsy UN’ v oUO) Ua UpIS9yy LUN ap roLsAIN UgIO -axou0d eI sa aiduiays o4rvay Ja ‘aquatueat;ua3 !eus9sa ¥] op anaed ap zaa ua ‘epeneu sjuatieyajduios vuossiy~ wun eulseuy asejapneg ‘osjea} ap siquioy ostjuaim opo) & aqueure|JeNtos ‘anb sa azinso anb oF “soqeiat u9 0 (oUtLIP} Jap OD19101d opfuas [9 UD) ,soipeno, UD ApWIP eS ‘Opelyy peur oauyNb oyuou]a uN oUlOs “buoy Was ‘ei[eIs@ O1jWAy AISA ‘OUISILU UDULIO3 ns ua 98 opout un ap ‘(ojsniv.j) oesIsqe osivay Je ua OULD ‘odures je pepni> vL ap aqisuasui osed ‘aunque so aeBny Jo (uwny uOg ap uxf HT) s[e ‘AeZIpvax vjapod dU!D [9 Koy 019s enb ‘spaye vjoey oyes uN ENS (I]] o19e ‘spévz la Literatura, del que sabemos, desde Mallarmé, que es el tormer ‘acién del escritor moderno. 's & que el teatro, abandonado por una alidad que busca refugio en cualguier otra parte, za entonces perfectamente una naturaleza social eligid por unos momentos como lugar nominal de una veleidad y como hoy se Nama de este gesto puro (puro porque ese gesto s6lo transmite su inten. cidn, més que en estado de pro- ‘incula de nuevo, pero creacién, a esa sociabilidad que fingfa pos- tular y huir, segiin la dialéctica de una eleccidn que Sartre ha analizado de un modo decisivo. Hacerle un drama a Holstein, el director de la Gaité, era una ges- tidn tan tranquilizador como halagar a Sainte-Beuve, trigar para ingresar en la Academia o esperar la Le- n de Honor Este es cl motivo de que esos proyectos de teatro nos impresionen profundamente: en Baudelaire forman parte de ese vasto fondo negative del que surge final- mente el logro de las Flores del Mal, como un acto que ya no debe nada al don, es decir, a Ja literatura, Fueron necesarios el general Aupick, An Théophile Gautier, Ja Academia, la cruz y ese teatro seudo- S sus concesiones, por otra parte mal- é incorporar a la historia dor esta pasion atroz de [a vulgaridad 1954, Prefacio. 66 | : | f LA CEGUERA DE MADRE CORAJE Mutter Courage’ no se dirige a los que, directa o in- directamente, se enriquecen con las guerras; jserfa un grotesco quid pro quo descubrirles el carécter mercantil de Ia guerra! No, Mutter Courage se dirige a los que su- fren la guerra sin ganar nada con ella, y éste es el pri- mer motivo de su grandeza: Mutter Courage es una obra totalmente popular, porque es una obra cuyo objetivo profundo sélo puede ser comprendido por el pueblo. Este teatro parte de una doble visién: la del mal social y la de sus remedios. En el caso de Mutter Cou- rage se trata de acudir en ayuda de todos los que creen estar en la fatalidad de la guerra, como Madre Coraje, descubriéndoles precisamente que la guerra, hecho hu- mano, no es fatal, y que, atacando las causas mercan- tiles, ‘se puede Megar a abolir las consecuencias milita- res, sta es la idea, y he aqui cémo ahora Brecht une a este objetivo capital un teatro verdadero, de modo que la evidencia de Ja proposicién nazca no de un ser- mén o de una argumentaci 19 del mismo acto tea- tral: Brecht nos pone delanie en su extensién la Gue- rra de los Treinta Afios; impulsado por esta duracién implacable, todo se degrada (objetos, caras, afectos), todo se destruye (los hijos de Madre Coraje, muertos 1. Representaciones de Mutter Courage, de Brecht, por el_Berliner Ensemble, en Paris (Thédtre des Nations), en 1954, 5 BT

Vous aimerez peut-être aussi