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CAPITULO 1 2 El monopolio Avance ferentes. Los estudiantes pagan un precio: los adultos otro: las personas mayores otro. ‘Algunos cines venden abonos de diez entradas a un precio unitario mucho més bajo que el de las que venden en taquilla. Y algunas veces las personas que asisten a los espectacnlos, por la tarde pagan mucho menos que las que asisten por la noche. Ninguna de estas practicas seria de esperar en nuestro modelo de la competencia perfecta, segtin el cual todos los com- pradores pagan un tinico precio por un producto totalmente estandarizado (la llamada ley de un solo precio). Los mismos propietarios de los cines que cobran precios diferentes a cada grupo siguen una préctica muy distinta cuando se trata de los articulos que vende una empresa subcontratada den tro de sus locales. En este caso, casi siempre funciona la ley de un solo precio. Los estudiantes, Jos adultos, las personas mayores, los jugadores profesionales de baloncesto, el clero, los de pendientes de las estaciones de gasolina y todos los dems clientes pagan exactamente los mis- os precios por las palomitas de mafz. Lo mismo ocutte con los precios de las bebidas refies- cantes y de los caramelos. Sin embargo, estos precios suelen ser mucho mas altos que en las tiendas de alimentacion y en otros establecimientos minoristas y, desde luego, mucho mds altos que cualquier indicador razonable del coste marginal de ofrecerlos. ‘Como veremos, las dos conductas —cobrar precios diferentes por las entradas, por una par- te, y cobrar precios elevados y uniformes por los articulos que se venden dentro de los locales, por otra— son pertectamente coherentes con lo que predice el modelo economico sobre el unt- co vendedor de un bien o un servicio. Ce ‘ToDds los cines cobran precios distintos a las personas que pertenecen a grupos di- La tarea de este capitulo es examinar Ia estructura del mercado que menos se parece a la competencia perfecta, a saber, el monopolio, es decir, el caso del mercado abastecido por un ‘inico vendedor de un producto que no tiene sustitutivos cercanos. Analizaremos cuatro facto- res que conducen a esta estructura del mercado: (1) el control de factores clave, (2) las econo- mifas de escala, (3) las patentes y (4) las licencias del Estado. A continuacién, vemos que la re- 347 348 ‘CAPETULO 12: EL MONOPOLIO gla del moitopolista para maximizar los beneficios a corto plazo es igual que Ia que utilizan las empresas perfectamente competitivas. El monopolista expande la produccién si el aumento del ingreso es superior al de los costes y la reduce si la pérdida de ingreso es menor que la reduc~ cién de los costes, A continuacién examinaremos la conducta del monopolista cuando se encuentra ante la po- sibilidad de vender en varios mercados distintos. En este caso, la l6gica del andlisis coste-be- neficio también constituird un itil marco para analizar la decisién de la empresa de alterar ono su conducta actual. FF cigniente paso es examinar lag propiedades del equilibrio del monopatio desde el punto, de vista de la eficiencia. Veremos que, a diferencia de lo que ocurre en el caso perfectamente compatitivo, el equilibrio del monopolio no agota las ganancias que pueden derivarse del in- tercambio, En general, el valor que tiene para la sociedad una unidad adicional de produccién es superior al coste que tienen para el monopolista los recursos necesarios para producirla. Ve- remos que a menudo se ha pensado que eso quiere decir que el monopolio es menos eficiente que la competencia perfecta. También veremos, sin embargo, quc esta interpretacién s6lo tiene una reducida importancia préctica, ya que las circunstancias que dan lugar al monopolio raras ‘veces son compatibles con las que exige la competencia perfecta. El foco de interés de este capitulo desde el punto de vista de la politica econdmica es el tra- tamiento que debe dar el Estado a los monupolivs naturales, e> decir, a lus metcados caracte- rizados por tener unas curvas de coste medio a largo plazo de pendiente negativa. Examinare- ‘mos cuatro opciones distintas: (1) la propiedad estatal, (2) la propiedad privada con regulacion piiblica de los precios, (3) la puja competitiva por parte de empresas privadas por el derecho a ser las tinicas proveedoras del servicio, (4) la aplicacién rigurosa de la legislacion antimono- polio destinada a impedirlo y, por itimo, (5) la politica de laissez faire total, es decir, la politica no intervencionista. Cada uina de estas opciones plantea problemas y veremos que la mejor po- Iitica sera, en general, diferente en cada circunstancia, Definicién del monopolio Un monopolio es una estructura de mercado en la que un tinico vendedor de un producto que no tiene sustitutivos cercanos abastece a todo el mercado. Esta definicién no puede parecer mas simple y, sin embargo. resulta extraordinariamente dificil de aplicar en la préctica. Considere- mos el ejemplo de los cines con el que hemos iniciado e capitulo. {Es un cine local un mono- polio segiin nuestra definicién? En las ciudades més pequefias, al menos, es probable que sea él “inico cine que exhiba una pelicula dada en un momento dado. El que sea 0 no un monopolio depende evidentemente de lo que entendamas por sustitutiva cereana, Por ejemplo, si el cine est exhibiendo actualmente Halloween-Parte 8, es probable que haya toda una rica variedad de sustitutivos cercanos de este producto. De hecho, todos los afios se estrenan literalmente tos de peliculas de terror de baja calidad, cuyos posibles clientes generalmente no tienen que ir ‘muy lejos si no les satisfacen las condiciones que pone un determinado cine. Pero gqué ocurre con un cine que tiene la exclusiva para estrenar y exhibir durante 6 meses Toy Story? Puc la primera pelicula de dibujos animados realizada por medio de computadoras; no existia realmente ninguna pelfcula parecida cuando se estrené. Todo el que quiso verla cuan- do el grado de interés era allo tuvo que negociar von un Gatico vendedor. El rasgo clave que distingue al monopolio de la empresa competitiva es la elasticidad-pre- cio de 1a demanda a la que se enfrenta la empresa, Recuérdese que en el caso de la empresa per- fectamente competitiva la elasticidad-precio es infinita. Si una empresa competitiva sélo eleva Jevemente el precio, perdera todas sus ventas. En cambio, un monopolio controla significati- vamente el precio que cobra. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 349 Desde el punto de vista empfrico, una medida practica para saber si una empresa disfruta de ‘un poder de monopolio significativo es la elasticidad-precio cruzada de la demanda de sus sus- titutivos més cercanos. En un famoso proceso judicial antimonopolio, la DuPont Corporation fue acusada de tener el monopolio de la venta de celofén. A pesar de que la compafifa vendia ‘mis del 80 por 100 de todo el celofiin, pudo defenderse de esta acusacién argumentando que las elasticidades-precio cruzadas entre el celofan y sus sustitutivos cercanos —en aquel momento, principalmente el papel de parafina y el de aluminio— eran suficientemente elevadas para que estuviera justificado agrupar todos estos papeles flexibles para envolver en un vinico mercado. DuPont vendfa menos del 20 por 100 de la produccién total de la industria segtin esta definicicin ‘més amplia de mercado, En una controvertida sentencia, el tribunal consider6 que era sufi- cientemente pequefio para que hubiera verdaderamente competencia Eso no quiere decir, sin embargo, que la elasticidad-precio cruzada permita distinguir de una ‘manera clara e inequivoca un producto que tiene sustitutivos cercanos de otro que no los tiene. ‘Aunque es posible que no haya habido ninguna otra pelicula como Toy Story, siempre ha habido ‘tras muchas formas de entretenerse durante dos horas. En el caso de la persona que ansfa a toda costa ver Toy Story, el propietario del cine es un monopolista; pero en el caso de la persona que busca meramente una buena pelicula, este mismo propietario ha de haccr frente a una dura competencia. La diferencia entre la competencia perfecta y el monopolio suele reducirse a la ccuestién de cual de estos dos tipos de compradores es més numeroso, Como ocurre en muchos ‘otros casos en economia, la tarea de distinguir entre la competencia y el monopolio tiene mas de arte que de ciencia. Obsérvese atentamente que Ia distincién entre monopotio y competencia no se basa en la ‘existencia de una diferencia entre las respectivas clasticidades-precio de las curvas de deman- da del mercado. La elasticidad-precio que tiene la demanda de mercado de los productos ofte- cidos por eimpresis compettivas suele ser, por el contrario, mucho menor que la elasticidad-pre- cio de la demanda a la que se enfrenta el monopolista. La elasticidad-precio de la demanda es menor en el caso del trigo que en el de las cdmaras Polaroid, incluso aunque el trigo se pro- sta condicion también puede jusificarse sefalando que la condicién de primer orden para la maximizacin del beneficio viene dada por dll _dut-Cr) 49 40 + Exist, en realidad, una excepetdn, a sabe, el caso del monopolisa perectamente dscriminsdor, que analizare- mos ms adelante =IM-CM 356 FIGURA 12.5 Eldea de rectngul A 0008 Sila semana) es fa pérdida de ingreso ‘erivada dela venta del nivel anterior de produccién aun precio mse bajo EL rea dal rectangulo 8 (2.5008 ala semana) ‘Sel aumento del ingreso generado por Invent dela produccién adicional 3 un nuevo precio ‘ms ayo. Et ingreso ‘marginal es la diferencia entre estae dos dreas (2.5008 — 1.0008 = 1.500 la semana) dividida por la variacion dela produccién 50 tnidades semanales), En este caso, IMes iual a 308 poe tnidad, que es menor que el nuevo precio de 50$ por Unidad. CAPETULO 12: EL MONOPOLIO \VARIACIONES DEL INGRESO TOTAL PROVOCADAS POR UNA REDUCCION DEL PRECIO. P&S porunidad) 80) Pécdida de ingreso provocada 4 oo ~ pot la vena a ut precio mds bajo re ‘Aumento del ingreso provocado 7 por las ventas aicionales Curva de demanda del mercado a 100 150 “400 (Q(unidades semanales) Ota ttil manera de examinar el ingreso marginal es concebirlo come Ta suma del aumento del ingreso derivado de las nuevas ventas y la pérdida de ingreso derivada de la venta del nivel de produccisn anterior al nuevo precio més bajo. En la Figura 12.5, el rea del recténgulo B (2.500 semanales) representa el aumento del ingreso derivado de las ventas adicionales al pre- cio mAs bajo. El drea del recténgulo A (1.000$ semanales) representa la pérdida de ingreso de- rivada de la venta de las 100 unidades semanales iniciales a 50S por unidad en lugar de 608. El ingreso marginal es la diferencia entre el aumento del ingreso derivado de las ventas adiciona- les y 1a pérdida de ingreso derivada de las ventas a un precio més bajo, dividida por la variacién de ia cantidad. De esa manera, tenemos que (2.5008 semanales ~ 1.0008 semanales) / (50 uni- dades semanales), 1o que nos da de nuevo 30$ por unidad Para ver c6mo varia el ingreso marginal conforme nos desplazamos a lo largo de una curva cde demanda en forma de linea recta, consideremos el caso de la curva de demanda de la Figu- 1a 12.6 y supongamos que el monopolista desea aumentar la produccién de Q, a Q, + AQ uni- dades. Su ingreso total derivado de la venta de Q, unidades es P,Q, Para vender AQ unidades adicionales, debe reducir el precio a P, AP, lo que significa que su nuevo ingreso total seré (P, AP\(O, + AQ). que es igual a P,O, + P,AO — APO, - APAO. Para calcular el ingreso margi- nal, restamos simplemente el ingreso total inicial, P,Q,, del nuevo ingreso total y dividimos el resultado por la variacién de la produccién, AQ. De esa manera, tenemos que Mo, = P, —(AP/AQ)Q, — AP, que es claramente menor que P,. A medida que AP se aproxima a cero, la expresién del ingreso marginal se aproxima, phes, 4° ap Mg, = Po a9 (12.3) La Ecuacién 12.3 tiene sentido intuitivamente si se picnsa que AQ cs una variacién de la produccién en 1 unidad; en ese caso, P, serfa el aumento del ingreso derivado de la venta de esa * Obsérvese que cuando AP se reduce ytende aver, también se reduce la AQ correspondiente, Dado que AP y AQ son ambos positivos en este caso, elcociente AP/AQ es simplemente la negativa de la pendiente de la curva de de manda, MICROECONOMIA Y CONDUCTA 357 FIGURA 12.6 EL INGRESO MARGINAL Y LA POSICION EN LA CURVA DE DEMANDA ‘Cuando qse encuentra ala 1S por unidad) izauierda del punto ‘medio (4) de una curva de demanda en forma de linea recta (por ejemplo, Gedyisgnamia Oba derivada de las PE vents adicionales (ea 8 compensa ta perdi derivada de Ine ventas exitontor aunpreciomas bajo pL lee’, Cuando ee 0) para subvencionat las pérdidas (7, <0) en que incutte por ‘cobrar un precio inferior al coste en su mercado més elastic, 378 3. CAPETULO 12: EL MONOPOLIO coste de capital. Por lo tanto, cuando el monopolista esté obteniendo un beneficio nulo desde el punto de vista de las curvas de coste mostradas en la Figura 12.21, esta obteniendo, en realidad, H=(r-9K, (12.9) donde r* es la tasa de rendimiento permitida, res el coste real del capital y Kes el tamafio del stock otal de capital. Para maximizar el beneficio el monopolista quiere aumentar, pues, lo més posible K, lo que significa que debe aumentar lo més posible la suma de las cantidades de pro- ‘duccién vendidas en los dos mercados. Para ello, iguala el /M y el CM en el mercado cuya de- ‘manda es menos eldstica (el mercado 1 del panel a) y utiliza los beneficios obtenidos en ese mercado (17,) para subvencionar un precio inferior al coste medio en el mercado cuya deman- da es mis elistica (el mercado 2 del panel b). El objetivo es, de nuevo, aumentar las ventas en el segundo mercado més de lo que disminuyen en el primero. Al vender la mayor cantidad po- sible de produccién, el monopolista puede utilizar el mayor stock de capital posible y, por 10 tanto, puede obtener el mayor heneficia pasible. Las deficiencias de los sistemas de regulacién no han impedido a los gobiernos de casi to- dos los pafses del mundo continuar interviniendo en las decisiones de precios y de produccién de importantes monopolios naturales como las empresas eléctricas y telefénicas. Dista de ser evidente que estas intervenciones sean més beneficiosas que perjudiciales, en términos pura- ‘mente econémicos, pero parece claro que cumplen una importante funcién psicolégica en nombre de un pablico al que, comprensiblemente, Ie resulta ineémodo que no haya un anurti- guador entre él y el nico oferente de un bien o servicio esencial. CONTRATACION EN EXCLUSIVA DE UN MONOPOLIO NATURAL En el titulo de un eitado articulu, Harold Demsez, economista de UCLA, formulaba esta pre- ‘gunta tan sencilla que desarma: «;Por qué regular el monopolio?» 'S. Sostena que aun cuando Jas condiciones de costes exijan que en un mercado haya un unico otérente, puede haber una fe- oz competencia para ver quién consigue serlo. Seg la propuesta de Demsetz, las autoridades eben especificar detalladamente el servicio que quieren que se preste —servicio de bomberos, recogida de basura, reparto de correo, etc. — y pedir entonces a las empresas privadas que pre~ senten sus ofertas. Aquella que presente la mis baja es la empresa a la que debe adjudicdrsele el contrato. Este sistema se ha ensayado con éxito en algunas ciudades de Estados Unidos. Por ejemplo, los servicios de bomberos contra incendios de Scottsdale, ciudad de Arizona, estén cubiertos Por una empresa privada seleccionada de esta manera. La basura de los residentes de Oa- land (California) no es recogida semanalmente por trabajadores municipales sino por la ‘Oakland Scavenger Company, empresa privada con fines de lucro. En estos dos casos, los cos- tes del servicio son alrededor de la mitad del coste de servicios similares que son prestados di- rectamente por los ayuntamientos. Por otra parte, en el caso del servicio de bomberos hay datos fehacientes de que los costes no se recortan reduciendo la calidad det servicio, Las compaiias de seguros contra incendios con fines de lucro, cuya supervivencia depende de su capacidad para evaluar con precisién los riesgos, no cobran més por los seguros en Scottsdale que en las ciudades que tienen un servicio municipal de bomberos '*, La ventaja de la contrataci6n de los servicios de monopolios naturales a empresas privadas reside en que coloca la produccién fue~ a de las manos de los burécratas, a los cuales no suele dérseles bien mantener bajos los costes. 'S Harold Demsetz, «Why Regulate Monopoly?», Journal of Law and Economics, abil, 1968, ps. 55-6. ' Para un extenso analisis de estudios que comparan los costes privados y los costes pablicos, véase E.S, Savas, ‘Privatizing the Public Sector, Chatham, New Jersey, Chatham House Publishers, 1982 MICROECONOMIA Y CONDUCTA 379 Sin embargo, debe quedar claro que a pesar de esta ventaja la contratacién a empresas pri- vvadas no es necesariamente una solucisn superior en todos los casos. Dado que el contrato debe especificar los detalles del servicio que ha de suministrarse, debe entrar en extraordinarios de- talles en el caso de los servicios complejos, como las telecomunicaciones. Por otra parte, debe especificar los procedimientos que se seguirdn para seleccionar a los nuevos contratistas. En el caso de la electricidad, el cambio de contratista implica necesariamente la transferencia de una vasta y compleja gama de maquinaria de generacién y de distribucisn. A qué precio debe ven- derse esta maquinaria? Puede ocurrir que una vez puestos todos los puntos sobre las fes, los contratos en exclusiva para suministrar servicios monopolfsticas sean tan detallados que no se distingan de la regulacién econdmica directa. 4. APLICACION RIGUROSA DE LAS | EYES ANTIMONOPOLIO, Un importante elemento del arsenal de medidas para hacer frente a los monopolios es la legis- lacién. En Estados Unidos, la ley antimonopolio mas importante es la ley Sherman (1890), que prohibe «monopolizar o intentar monopolizar... cualquier parte del comeiciv cutie lus diferen- tes estados...»y Ia ley Clayton (1914), cuyas disposiciones impiden a las sociedades andnimas adquirir acciones de competidoras cuya consecuencia sea «aeducir significativamente la com- petencia o crear un monopolion. Para interpretar la legislaciGu antimonopolio, el Departamento de Justicia ha elaborado unas directrices que prohiben las fusiones de empresas rivales cuya cuota conjunta de merca- do sea superior a una determinada proporcign de la produccin toral del sector. El celo con que se aplican estas directrices varia extraordinariamente de unas administraciones politicas a otras. En general, los demécratas han sido mucho menos tolerantes con las fusiones que los repu- blicanos. En el caso de as industrias que tienen unas curvas de coste medio a largo plazo descen- dentes, el coste de produccién es mucho mds alto si hay muchas empresas que si s6lo hay unas pocas, Los mayores defensores de las leyes antimonopolio insisten en que éstas no im= piden la formacién de monopolios naturales. Pero, como veremos en el Capitulo 13, pueden osponer en gran medida el momento en que se aprovechan plenamente las economias de es- ala. Esta dificultad podria resolverse aplicando las leyes antimonopolio para impedir tinica- ‘mente las fusiones que no consiguieran un ahorro de costes significativo. Sin embargo, los po- deres piblicos no se encuentran en una buena posiciGn para distinguir un tipo de caso de otro. El Congreso de Estados Unidos fue muy consciente de esto y excluy6 explicitamente la zacién del ahorro de costes como argumento para permitir las fusiones. Como consecuencia, 1a politica antimonopolio impide todas las fusiones, incluso las que reducirfan sustancialmente los costes. 5. POLITICA RASADA EN FL LAISSEZ FAIRE PARA HACER FRENTE ALOS MONOPOLIOS NATURALES Consideremos, como quinta y siltima opcién para hacer frente a los monopolios naturales, la posibilidad del laissez faire, es decir, de no hacer nada: dejar simplemente que el monopo- lista produzca la cantidad que quiera y que la venda al precio que se pague en el mercado. Las objeciones evidentes a esta politica son las dos con las que comenzamos, a saber, 108 problemas de la justicia y la eficiencia. Sin embargo, en este apartado veremos que puede haber, al menos, algunas circunstancias en las que estos problemas solo tienen una impor- tancia minima, 380 CAPITULO 12: EL MONOPOLIO Consideremos, en concreto, el caso de un monopolista natural que utiliza el modelo de la fi- Jacion de precios diterentes basada en la colocacién de obstculos. Para facilitar el andlisis, su- Pongamos que cobra un precio ordinario y otro precio de descuento al que tienen acceso los Clientes que saltan algin obstéculo, como solicitar el descuento por correo. {Cémo afecta la pre- sencia de este tipo de fijacién de los precios a las objeciones de la justicia y la eficiencia que se ponen al monopolio natural? Consideremos, en primer lugar, la objecin de la eficiencia. Recuérdese que el problema se halla en que el monopolista que cobra un nico precio fija un precio superior al coste marginal, ue excluye del mercado a muchos compradares potenciales que eonreden al producto un va lor superior al de los recursos necesarios para producirlo, Examinemos, a modo de ilustracién, el caso de un monopolista natural que tiene una curva de coste total que viene dada por F + MQ y una curva de demanda lineal que viene dada por P= A~BOQ. La Figura 12.222 muestra las curvas de demanda y de coste marginal de este mo- nopolista. Si es un maximizador del beneficio y cobra un tinico precio, produciré Q" y lo ven- deré a P’. Pero si puede cobrar un precio a los compradores de la parte superior de la curva de ddemanda y uno més bajo a todos los demés (Figura 12.22h), su estrategia maximizadora del be- neficio sera vender Q,, al precio Py y Q, + Q, al precio P,". Obsérvese que la pérdida de eficiencia generada por el monopolista que cobra dos precios, (el excedente del consumidor perdido, que es el ica del wingulo Z del panel 6) es mucho me- nor que la pérdida correspondiente generada por el monopolista que cobra un tinico precio (el rca del triéngulo W del panel a). En general, cuanto mas pueda dividir el monopolista su mercado en el modelo basado en la colocacién de obstéculos, menor sera la pérdida de eficiencia, Como hemos senalado antertor- mente, es frecuente que en la mayorfa de las empresas no haya un tinico precio de descuento sinu ‘odo un mend de precios de descuento, cada uno de ellos con un conjunto distinto de res- La funcidn de beneficio del monopolsta que cobra ua Gnico precio es 1, =(A~BQ)Q-F-MQ La condicisn de primer een pars Ia maximizacign del heneficio os G4 -209-m-0 40 lo que nos da una cantidad maximizadora del beneficio de Q'= (A - M)/2B y un precio de P'= (A + M2. ‘La funcién de beneficio del monopolista que cobra dos precios es, por elcontrario, T1,=(A-~BQ,)0, + 4 -BO,~BO,)0, -F-M(Q,+ 2.) Las condiciones de primer orden para la maximizacién del beneficio son Th 4-30, - re Oy ~ BQ, de donde MICROECONOMIA Y CONDUCTA 381 FIGURA 12.22, Al poder ofrecer un precio de descuento al segmento mas elistico dela cua de demanda, ef ‘monopolisia que ‘cobra dos precios (pane! 6 expande provocando una Pérdida de efciencia mucho menor (area Z del panel b) que en el caso del monopolista que cobra un dnico precio (rea W/del panel a. AS PERDIDAS DE EFICIENCIA PROVOCADAS POR EL MONOPOLIO QUE COBRA UN UNICO PRECIO Y POR EL QUE COBRA DOS, $0 sa Monopolio que cobra un nico precio Monopolio que cobra los precios B, p e WrQ @ ic) tricciones (cuanto mayor sea el descuento, mas rigurosa serd la restriccién). Dado el amplio ‘margen que tienen muchas empresas para expandir sus mercados colocando obstéculos, el pro- bblema del monopolio natural relacionado con la eficiencia sélo tiene, por lo general, una im- portancia secundaria. {Qué ocurre con el problema de la justicia? En primer lugar, ,cusl es el problema? Gene- ralmente, se piensa que el monopolista transfiere recursos de las personas que los ecesitan de- sesperadamente (a saber, los consumidores pobres) a otras que tienen mas de lo que necesitan (@ saber, los ricos accionistas). Més adelante vereius que el problema, definido en este sentido, 8 veces es menos grave de lo que parece. La cuestién mas geueral de lo que constituye una distribucion justa de los recursos de la so- ciedad es un tema profundmamente filos6fico, que va més alla de nuestro andlisis. Sin embar- 40, pudemos decir como minimo que ninguna empresa tiene derecho a hacerse con el poder, por ‘medio de la fuerza o de la coercién, para extraer unos recursos excesivos de otras personas. Pero supongamos que e! monopolista se ha convertido en el nico vendedor en su mercado utilizando unos medios totalmente benévolos. Este supuesto es razonable. En tanto que monopolista na tural, Sus costes son, por definicién, mas bajos que si el mercado fuera abastecido también por otras empresas. Y tal vez su alegre y educado servicio también haya contribuido a reforzar su Posicién, ;Comete entonces una injusticia si cobra precios superiores al coste marginal? Ciertamente, los consumidores preferirfan pagar solamente el coste marginal de produccién. Pero el coste marginal es menor que el coste medio en el monopolio natural, por lo que es no posible que ‘odo el mundo pague el coste marginal y que el oferente pueda seguir produciendo, En el mejor de los casos, algunos consumidores pueden pagar unos precios cercanos al coste ‘marginal, pero otros tendran que pagar mucho més. Aun asi. si el monopolista esté abteniendo tun beneficio econémico, sabemos que los compradores estan pagando mis, en promedio, que el Coste de los recursos necesarios para satisfacer sus demandas. ;Cémo puede defenderse esto en ‘nombre de la justicia? Antes hemos vista que Ia colocacién de obstéculos hace que la asignacién monopolistica sea iis eficiente. Seria exagerado decir que este mismo modelo hace que la existencia de benefi- cios monopolisticos parezca absolutamente justa. Pero sf ayuda a paliar algunas de las obje- ciones més graves. ‘Veamos, en primer lugar, cudl es la fuente de un délar dado de beneficio monopulisticy. :De qué compradores procede este délar? Es fécil demostrar que no puede proceder del comprador ‘que paga el precio de descucnto. Los precios de descuentu sueleu ser entre un 15 y un 50 por 100 mas bajos que el llamado precio normal de venta al piblico y raras veces los paga més de 382 CAPITULO 12: EL MONOPOLIO Ja mitad del total de compradores. En un caso ilustrativo en el que el descuento es de un 30 por 100 y lo recibe 1a mitad del total de compradores, el ingreso del monopolista disminuye un 15 por 100 si todo el mundo paga el precio de descuento. Muy pocas empresas serfan rentables si disminuyera su ingreso total un 15 por 100. Por lo tanto, si el monopolista esté obteniendo un beneficio econémico, la fuente de ese be- neficio es el comprador que paga el precio ordinario. El hecho de que este comprador podria ha- ber pagado un precio de descuento si hubiera estado dispuesto a saltar el obstéculo exigido nos indica que la carga que se le impone no es mayor que la dificultad de saltarlo. Evidentemente, €s0 no quiere decir que el comprador que paga el precio ordinario realice una aportacién he- néfica y voluntaria al monopolista, pero sf resta, al menos, algo de fuerza a la idea de que los clientes del monopolista son engafiados cruelmente. Esto por lo que se refiere ala fuente del beneficio monopolistico, ;Qué ocurre con el destino que se le da? ;Quién lo recibe? Si suponemos que el impuesto sobre Ia renta de las sociedades es de un 40 por 100, 40 centavos de cada délar de beneficio monopolistico van a parar al Es- taco. FI resto revierte en los accionistas, bien directamente en forma de dividendos, bien iné rectamente al reinvertirlo en la empresa. Es verdad que la renta media de los accionistas es ma- yor que la de los ciudadanos en su conjunto. Pero en Estados Unidos hay muchos accionistas de baja renta, Por ejemplo, la mayorfa de los fondos de pensiones estén invertidos en la bolsa de valores, al igual que los fondos de seguros de muchas personas de renta baja. Por lo tanto, una proporcién significativa de un d6lar cualquiera de beneficio monopolistico termina en manos de accionistas de renta baja. Pero supongamos, por analizar el peor caso posible desde un punto de vista distributivo, que Jo que queda del détar de bencficio monopolistico va a parar enteramente al residente més rico de Manhattan. Supongamos que sobre los 60 centavos que ya se ha llevado el Estado paga un 40 por 100 cn conceplv de immpuesto general sobre la renta, de tal manera que quedan 36. Los impuestos locales sobre la renta y sobre las ventas se evan otros 9 centavos, por lo que a nues- try rivo avcionista s6to Je quedan 27. Resumiendo, pues, la fuente de un d6lar de beneficio monopolistico es el comprador que ppaga el precio ordinario, es decir, la persona que podria haber pagado un precio de descuento si hhubiera estado dispuesta a aceptar algunas dificultades adicionales. Sesenta y cuatro centavos de ese dolar van a parar al Estado y otros 9 a las administraciones locales. Por lo tanto, el destino de més de un 70 por 100 del délar esté controlado por el Estado. El resto revierte en forma de Tenta a los accionistas, algunos de los cuales tienen una renta baja. Por lo tanto, dista de estar claro que el beneficio econémico que generan los monopolios naturales cree el tipo de injusti- cias distributivas que suele pensarse. Los obstaculos, por supuesto, raras veces son perfectos. Inevitablemente eliminan a algunos compradores que nunca comprardn al precio ordinario. Y la mayoria de las veces deben gastarse recursos reales para saltar estos obstéculos. Enviar por correo un cupén de descuenta quiz4 no eve mucho tiempo, pero el tiempo que lleva podria utilizarse, desde luego, para mejores fines. Y. al menos en algunos casos, la evasidn fiscal impide al Fsiado recaudar tantos ingresos ‘como especitican las tablas impositivas. {Qué conclusiones debemos extraer, pues, de este breve anslisis de las cinco opciones posi- bles para hacer frente al monopolio natural? La respuesta breve es que las cinco tienen proble- ‘mas. Ninguna elimina totalmente las dificultades que surgen cuando el mercado es abastecido por un tinico vendedor. Unas veces, la solucién menos costosa serd la contratacién competitiva, otras la propiedad estatal. La regulacién continuaré desempefiando un papel importante en de- terminados sectores, especialmente en los servicios ptiblicos tradicionales. Y Ia legislacién an- timonopolio, con todos sus defectos, presta un buen servicio al pablico al reducir lus incentives para recurrr a los acuerdos para fijar los precios y a otras pricticas contrarias a la competencia. Pero, en algunos casos, especialmente en ayuellus en los que el monopolista ha segmentado mu- cho el mercado, la mejor opcién puede ser simplemente no intervenir en absoluto. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 383 iSUPRIMEN LOS MONOPOLIOS LA INNOVACION? Esempto 12.4 FIGURA 12.23 El coste de producie la nueva bombilla ficient, 0,108, por hora-bombilla, solo representa una tn empresa debe corrarl Precio iP) . a 7 > Cantidad Q) IM, = 10-0, (panel de la izquierds) e IM, = 20~ 20, (panel central), por lo que la suma horizontal de las curvas IM viene dada por 37M (panel de la derecha). La cantidad maximizadora del beneficio es 13. de la cual 4 deben producirse en el mercado 1 y 9 en el mercado 2. Los precios maximiza- dores del beneficio son P} = 6 y P! = 11. $ porunidad —$ porunidad $ por unidad de produccién de produccién de produccién

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