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srendente; cuando fue ? ciudades como Ham. Secuencias militares y que organiz6 Belsen y Carta a Ray Stark, agente de radio, 11 de octubre de 1948. Ray Stark ermé despues esta carta a la Screen Writer Magazine con la Siguiente nota: “Pensé que podria interesaries la siquente carta que recibi de Raymond Chandler antes de la dramatizacién racial de Philip Marlowe. Este consejo sind enormemente a todos los relacionados con la adeptacion, Por eso pensé que podrian querer transinttirselo a otros escritores que hacen tareas semejantes” Lo importante con Marlowe es recordar que es un personaje en primera persona, lo muestre o no en un guidn radial. Un per sonaje en primera persona tiene la desventaya de que debe ser me~ Jor persona para el lector que lo es para si mismo. Demasiados per- Sonajes en primera persona dan una impresién tee raae| engreida, Eso estd mal, Para evitarlo, no siempre deben darle @¢ Ja replica de impacto o la réplica final. Nj siquiera con Lae : Que otros personajes se leven los aplausos. Que él se qU" a chistes, en la medida de lo posible. Howard Hawks, un Up? Ee sabio, me hizo notar, cuando estaba filmando The Big Set tuno de los trucos mais eficaces de Marlowe era simplemen 0 "i » al orf? iso pone al otto fa oportunidad de lucirse, y no decir nada. Bs0 P¢ inci. 10 bajo los reflectores. Una ironia devastadora pierde gran parte de su fuerza cuando no provoca ninguna respuesta, cuando el otro se vaen silencio. Entonces el mismo que habl6 debe responderse, 0 rendirse : No haga que Marlowe diga nada sélo para ganarles a los otros personajes. Cuando sale con una broma o una ironfa, deberfa ser- le arrancada emocionalmente, de modo que esté descargando un sentimiento y no pensando siquiera en ganarle a nadie. Si usan si- miles, traten de hacerlos a la vez extravagantes y originales. Y es- td la cuestién de cémo se pronunciaré la frase descortés. Cuando més dura la ironia, menos enérgico tendra que ser el modo en que se lo diga. No debe haber ningtin efecto de regodeo. Carta a James Sandoe, 17 de octubre de 1948. El fundamento psicolégico de la inmensa popularidad de la novela de crimen o misterio entre toda clase de gente no ha sido develado. Se han hecho unos pocos intentos superficiales, y otros tantos frivolos, pero nada cuidadoso y frio y tomandose su tiem- po. En el tema hay mucho mis de lo que piensa Ja mayorfa, aun los interesados en él. Por lo general se lo ha tratado con liviandad porque parece darse por sentado, erréneamente, que porque las no- velas policiales son una lectura fécil son también una lectura li- viana. No son lectura més facil que Hamlet, Lear 0 Macbeth. Bor- dean lo trégico y nunca Ilegan a ser tragicas. Su forma impone una cierta claridad de disefio que slo puede encontrarse en jas mejo- res novelas “normales”. E incidentalmente (muy incidentalmen- rcién de Ja literatura que ha so- distintas formas de muerte la demanda de la cual es o madurar) es posible sean el formato mas te, por supuesto) una gran propo! brevivido ha tenido que ver con violenta. Y si usted quiere importancia ( la marca inevitable de una cultura a medi que las tensiones en una novela de crimen 119 _eeonpene ira eaamea : ‘

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