chiquitn que acabaron llamndole Pulgarcito era muy listo y tan gil como una ardilla.
Un da en que la miseria se abati sobre la
regin y los leadores se lamentaron de su falta de recursos. Pulgarcito que les oy, escondido, pens ayudar a su manera buscando alguna granja donde pudiera trabajar con sus hermanos.
Por si se extraviaran el nio fue arrojando unas
migas de pan sealando el camino de regreso y propuso a sus hermanitos su idea de internarse en el bosque en busca de ayuda.
Despus de caminar largo rato sin hallar nada,
Pulgarcito trato de volver a su casa pero descubri, con gran susto, que los pjaros del bosque se haban comido todas las migas de pan. En lo alto de un rbol descubri a lo lejos la luz de una casa a la cual se dirigieron.
-Ay, nios! Qu deseis? En esta casa vive el
terrible ogro Tragaldabas. -Por favor, seora! rogo Pulgarcito. Concdanos un poco de comida y descanso bajo techado.
Haban ya terminado de comer, cuando sonaron
unos porrazos en la puerta. -Mi esposo! Pronto, meteros debajo de aquella cama, bien escondidos! Desde all escucharon el vozarrn del ogro. -Vaya hambre que traigo!
-Oye, mujer aqu huele a nios!
-Debe de ser tu asado de carnero. Pero el ogro segua olfateando y pronto descubri el escondite de los chicos. -Ahora a la cama, que maana trabajareis para m, ja, ja, ja!
Pulgarcito no poda consentir que aquel gigante
los esclavizara, de modo que en cuanto oy los ronquidos del ogro, despert a sus hermanos y huyeron. El gigante descubri la fuga y, ponindose sus botas de siete Leguas, pronto les daba alcance. -Donde estarn esos pajaritos!
Bien ocultos los nios, esperaron a que el ogro
se tumbase a descansar. -Ahora que est dormido aprovechara para quitarle sus Botas de Siete Leguas. Con ellas llegaremos a nuestra casa en un instante -se dijo Pulgarcito.
Los leadores no caban en s de felicidad al ver
de nuevo a sus hijitos, los cuales les contaron su aventura. -Con estas botas mgicas ganare mucho dinero como Mensajero Real! asegur Pulgarcito. - Y no nos faltara de nada
Y as fue, porque el bondadoso Rey, en cuanto
supo que el nio posea aquellas botas, le confi todos sus mensajes del reino, pagando esplndidamente por estos servicios. Gracias a ello, Pulgarcito pudo comprar a su familia una hermosa casa.
De esta manera les demostr Pulgarcito que,
pese a su pequeez, era un gran e inteligente nio. FIN