Vous êtes sur la page 1sur 20
Vi RASS NOTAS SOBRE LA DIFICULTAD DE ESTUDIAR EL ESTADO (1977) Philip Abrams (1933-1981) Journal of Historical Sociology Vol. 1 N® 1, March 1988, pp. 58-89. Traducciée: Rafael Macia Mejia Orlando Jaramillo Gén Introduccién “Cuando el estado se encuentra en peligro” dijo Lord Denning en su juicio ayer “nuestras queridas libertades deben tomar un lugar secundario y atin 1a Justicia natural debe suftir un retroceso” ‘La fallen el acgumento de Lord Denning consiste en que es el gobierno Quien decide cual debe ser el interés del estado el que invoca la “seguridad nacional * aly como el estado escoge definirla”, dijo ayer fa Sefforita Patt Hewitt directora del Consejo Nacional para las Libertades Ciiles * ‘The Guardian 18. 2.77 Cuando Jeremy Bentham se propuso purgar cl discurso politico de los engafios y fantasfas gencrados por los muchos “mecanismos alegéricos” a través de los cuales el interés propio y el poder seccional se cenmascaran como entidades morales independientes, la nocién de estado no era muy popular en la vida intelectual © politica inglesa. Si hubiera sido asi probablemente lo hubiera incluido junto con “gobierno”, “orden” y “constitucién” como uno de los términos peculiarmente aptos para reforzar una “almésfera de ilusiGn” -una falacia SS |" Nota des tradvctores. Hemos mantenida a escritura en minsculas de la palabras “estado” y “dios”, tal como aparecen en el texto original, para respetargiintencion fl Que tengamos cara muestra de hasta donde ha legado AWAD turrbove Wo YOM de confusién en el mejor de los casos y una pantalla “oficial de maleficencia” en el peor, que da concrecién espuriay realidad a aquello que solamente tiene existencia abstracta y formal.' Hacia 1919, sin embargo. los esfuerzos combinados de los hegelianos, los marxistas “y los politicos haban provocado Un cambio: “casi todos {as disputas politicas, y las diferencias de opinién’, pudo advertir entonces Lenin, “se dirigen ahora al concepto de estado”, y més particularmente a “Ia pregunta, cqué es el estado?"? Sus observaciones parecen ser aun Correctas en gran medida, al menos entre los socidlogos: cincuenta afios de estar formulando esa pregunta no han producido respuestas muy satisfactorias y que sean amipllamente aceptadas. Atmismo tiempo, 2 invocacién al estado como punto final de referencia para la prictica politica a la que recurre Lord Denning y las objeciones a tal invocacton expresadas por fa Srta. Hewitt se han convertido, cada vez mas, en lugares comunes. Hemos llegado a dar por sentado al estado como un objeto de ractica y de analisis politico mientras permanece siendo ¢specaculamen poco aro qué es el estado. Se fos conmina desde diversos Trentes a respetarlo, a destruirlo 0 2 estudiarlo, pero por carecer de claridad acerca de su naturaleza tales "Jeremy Bentham, The Handbook of Potica! Fallacies edited by HA. Larrabee, Harper and Brothers, New York, 1962. * 2VII Lenin, “The State” Selected Mork. vol. Il, New York. 1943 p. 639. ! proyectos contintian plagados de dificultades. ¢Serd que hace falta una nueva purgaal estilo de Bentham? 1.El problema en general [a sociologia political de acuerdo con W. G. Runcitnan surge de terseparacién de lo politico -y mas especialmente del estado- de lo social. Esté construida como un intento de dar un Tecuento social del estado viéndolo_ como un agente politico concreto 0 una estructura diferente de las agencias y de las estructuras de la sociedad en Tas cuales 0 ra alacant yi gOTES lo afectado por elas. Se nos ha dicho que es esta *“Gistincidn_... la que hace posible una sociologia de la politica’? [ELmarxismd, tnico rival serio de fa sociologéa en la bisqueda de und teoria contempordnea del estado, se apoya, al menos superficiimente, en una distincién muy parecida, La mayoria de las variedades de marxismo suponen que el andlisis politico adecuado debe proceder, como lo dio Manz sabre la base de “la telacin real entre el estado y la sociedad civil, es decit,_su separacidn”- ‘asunto crucial-ep el analisis politico mmanvista, dentro de este enfogue, viene a ser entonces a euestion acerca del grado de independencia real distrutada Paral estrdofnsufelaciGn con ls pricipa- les formaciones de la sociedad civil: las clases sociales. Atin cuando escritores maristas como Poulantzas rechazan abiertamente este enfogue lo hacen tinicamente para sustituir la separacién entre el estado y la sociedad civil por una problemticaformulada como “Ia autonomia espectfica de lo politico y de lo econémico”, dentro del modo capitalista de produccién. Y el problema resultante acerca de la naturaleza y funcién del estado tendra que ser resuelto a travts del andlisis de fa relacién del estado con el campo de la lucha de clases, por medio del desenmascaramiento de la autonomia del primero y del aislamiento del segundo. Aqut, también, fa roble al estado _c problemdtica considera al estado cSmo_entidad. efectivamente distinta y la tarea consiste en determinar las forma: los modos reales de dependencia o Independencia que lo relacionan con lo Socioecondmico*. _Soctoccon? 2 W.G. Runciman, Socal Science and Political Theor Cambridge, 1963, p32 ‘Ibid, p.33 ctando a hla Engels Gesamtausgabe, |, p492, Aus der Krtkder Hegelschen Statsrecht”. 40 Sin embargo, este contexto comtin de andlisis, cuya existencia ha sido aceptada por més de un siglo, no ha demostrado ser muy itil. La sociolog(a politica es rica en agendas: “el mayor problema empitico de la sociologia politica hoy parece ser... la descripcién, el andlisisy la explicacién sociolégica, de la estructura so- cial peculiar denominada el estado”, “la sociologfa volitica comis Loon Ja sociedad y examina cér alecta Pero es note ite en resulads. El hecho de ane Danse -y Hughes ‘no pudieran cifcontrar Casi nada que implementara esas agendas para incluirlo en sus libros de texto refleja con exactitud el estado del campo. La sociologia del estado tiene mejor representacién en las observaciones fragmentarias de Max Weber, ¥ la caracteristica mas sorprendente de la sociologia politica de Weber, como lo mostré Beetham con toda claridad, consiste en que es, en el mejor de las casos, un andlsis especificamente hist6rico y bastante Ga hoede sistemas complejos de politicas de clase, con muy poca o ninguna referencia al estado como algo separado de dichas politicas.’ Para los demds, la separacin intelectual de Ia sociedad y del estado en la sosiologia parece, en la prictica, haber significado fa exclusion del estado de lo politico -nociones especificas como la de “gobierno civil"(polity) sirven mas para elapsar la Wena del estade ae para criicaa: ass Los eberitores marstas se han dedicado al andlisis del estado de una manera mis directa y explicita pero, ccon la posible excepcién del andlisis del bonapartismo, CEN, Poulantzas, Poltical Power and Social Classes, New Left Books, London, 1973, pp. 130-37y 150-53. Apropésito, encuer- {ro poco convincentes los intentos de Poulantzas de desaereditar otras variedades de marsismo a este respecto -especialmente los trabajo de Lefebvre y dela escuctaitaliana- como resultado de un “Juego de palabras” en la lectura de Marx. Por el contraro lo ave Lefebrre, Della Volpe y otros han hecho es leer teralmente -uizh demasiado tteralmente- los pasajes claves de Marx. ,rr,r”—™—"E’s book of bledem Soctlogy Rand McNally, New York, 1964, p-610, es la fuente des primera agenday 8. Bendxy S. M. Lipset, “Pollcal Sociology: an Essayand Bibliography", Current Sectology 1957. p-87, de lasegunda. Ver R. E. Dowse y |. Hughes, Pollical Sociology John Wiley and Sons, New York 1972, para la carencia general d¢_ teabojos xdecuados subsecuentes. 7 7D. Beetham, Max Weber and the Theory of Modem Poltes, AER and Ursin, 1973. ® Me he etendido sobre este tema en Pot Socolgy Men Ursvin en prens.), yelasunto también ha sido tratado por PoulantZ, Palltical Power and Soctal Classes, pp. 40y 266. | no fo han hecho en su totalidad y mucho menos de marfera concluyente. El gran debate sobre la utonomia relativa del estilo que parecta Tan al ue Prometedor cuando se origind, termind con la sensacion ie-que sus problemas se habian agotado mas Que resuelto. Sus principales protagonistas dirigieron su atenci6n a otros asuntos. En 197: iliband exigta 2 los socidlogos politicos “desde un punto de vista yrrsine Wolo Appar \ FE yocutul notablemente esapivo, En vez de Ia comprensién y el conocimiento.seguro, laaridez-y la mistficacién paréce haber sido los resultados tipicos de los trabajos de las, dos tradiciones, en las que el andlisis del estado ha sido considerado como asunia significative en el pasado reciente. Esta confusién pasiblemente tenga que ver con lamanera en que. icianes han conceptualizado alestado. En efecto, estd claro que el problema marxista marxista” que no disiparan sus energfas estudiando fas con eT estado es muy distinto del problema sociolégico especulaciones acerca del estado, sino ue adoptaren una problemdtica alternativa orientada en términos de procesos y relaciones de dominacién concebidos de manera diferente y mas amplia.? Mientvas tanto, Nicos Poulantzas pasd, de fas opacas conclusiones de su sfuerzo por clarificar una teora marxista del estado - estac tiene la funcién_particular_de constituir e} factor de cohesién entre los niveles de una formacién social"=, no a intentar una formulacién mas exactamente clara y empiricamente-especiica de tale ; inds Bien, al estudio de regimenes particulares y de los rs s de clas capitalismo.'°“El tinjca acuerdo resultante del debate parece haber sido el reconocimiento mutuo de un nimera de caracteristicas importantes dea presunta relaciOn deT_// estado y la sociedad que hasta el momento _no_se_habfan_podido” femostrar de manera adecuada. Asf, Ta credibilidad de lanocién de dominacién de clase se salva ~ aunque tal cosa se da obviamente por sentada en todas las variedades de marxismo-, pero la demostracién de tal dominacién en el contexto de cada estado en particular atin no se ha logrado. En este nivel, el estado ~~’ desaffa una vez mds, con éxito, el escrutinio. Parece necesario decir entonces, que el estado concebido como una entidad substancial separada de la sociedad, ha demostrado ser un objeto de andlisis >R.E.Dowse, Reportct a conference on Poltical Sociology spon- sored by the Polllcal Sclence Committee of SSRC, Social Science Research Counell, London, 1974 "© Poulantzas, Polls! Power and Soctal Classes, p.44; el autor vuelve de nuevo al Interogante sobre lanaturleza del estado, con agin detalle, en dos de sus trabajos posterores, Fasclsm and Dicta- torship, New Left Books, 1974y Classes in Contemporary Capltal- sm, New Left Books, 1975, pero el problema de Idenitcar con precisiény localizar las funciones del estado no se plantea.. con el estado y deben ser explorados de manera independiente. Antes de hacerlo, sin embargo, debemos destacar cémo el sentido comin refuerza constantemente el conocimiento que se da por sentado en ambas tradiciones. . 2. El problema en particular La vida politica cotidiana sugiere con fuerza que la concepcién del estado ofrecida en jsmayen Ta sociologia politica estd bien fundamentada -sin ‘ue importen las dificultades de hacerlo operativo-. El sentido comin nos leva a vida politica y que esa realidad es el estado. En cualquier caso, la investigacién del estado 'y la presuncién de su realidad oculta son maneras_ mu) lausibles “leer” los aspectos piblicos de la politica tal y como se manejan. La experiencia investigativa ingenua de los socidlogos que han intentado estudiar lo que juagan como el funcionamiento del estado 0 de cualquiera de sus presuntas agencias, es nuestra fuente més inmediata de sentido comtin al respecto. Cualauiera que haya intentado concertar una investigacién con el Home Office o el Departamento de Salud, estard atento al extremado celo con el que tales agencias protegen instintivamente fa informacién sobre ellas mismas. La presuncién, y la aplicacién efectiva, de que el “sector piblico” es, de hecho, un sector privado cuyos conocimientos no deben hacerse ptblicos, constituyen el obsticulo inmediato més obvio para cualquier estudio serio sobre el estado. La puesta en prdctica de esta concepcidn asume una variedad de for- mas ingeniosas. Una de las mds familiares es la combinacién de vagas afirmaciones piiblicas de que las agencias del estado reciben con agrado “buenas” investigaciones sobre ellas mismas, con la elogiosa pero muy efectiva mutilacién o veto de casi todas las a inferir que existe una realidad oculta en la bouire Pune dna lis/d propuestas de investigacién fundamentada en la existencia de metodologfas inadecuadas 0 defectuosas, © en cualauier otra consideracién técnica. Es una estrategia incapacitante de control del conocimiento, preciosamente bien disefiada, que sostiene que son los defectos del procedimiento de lainvestigacin propuesta 'y no su objeto los que justifican el rechazo. Tampoco puede haber muchos que hayan pasado por este tipo de experiencias que duden de que “bueno”, en este contexto, quiere decir favorable (una sociologia de la decisidn y no de la critica). Existe, de nuevo, un bloqueo © deformacién de la investigacién fundamentado en la necesidad de proteger un interés piiblico no muy bien definido o, con mayor descaro, el interés de los propios sujetos de investigacién. Los intentos de estudiar tépicos tan diversos como el comportamiento delos empleados de la Comisién de Beneficios Suplementarios y las actitudes de las viudas del ejército se han estrellado, de acuerdo con mi propia experiencia, contra tales rocas. Yssiuno dirige su atencién alos niveles mis serios de las insifuciones politcas, judiciales_y administrativas el momento dado a asumir un curso'mucho mas absoluto _y elemental: se topa uno con el mundo del secreto oficial. Cualquier intento de examinar de cerca el poder oliticamente institu: -ado_€5, como minimo, cay Tr gropr luz sobre el hecho de aut un elementoritegia) de atepoder e5 su Rabtidad directa de Tetenet informacion, evitar la observacion y dictar los términos Sould, Sin embargo el sentido comiin, en todas sus for- mas, debilta tal escepticismo. Private Eyeve su existencia puesta en peligro atin por el mis leve de los coqueteos con la investigacisn politica. El Sunday Times provoca tuna crisis pblica por su intento de publicar los chismosos y poco reveladores secretos de los Disrias de Richard Crossman. Y Philip Agee y Mark Hosenball son deportados porque, segin se nos dice a ellos y a nosotros, su conocimiento puede poner en peligro la vida de empleados del “estado” -gente real, desconocida y que no puede darse a conocer, cuya existencia como "hombres del estado” se estd poniendo en riesgo si se revela lo que presumiblemente es la verdad acerca de sus actividades-. De manera simultanea Joe Haines Al respecto, la escuela de historia representada por el trabajo de Maurice Cowling es muy important. El escrutinio mas exhaustvo de las evidencias ms minisculas so llevanala conclusén de ave elefecto de The Impact ofLabour(M. Cowling, Cambridge Uriver- ~ sity Press, 1971) 0 The Impact of Hitkr (M. Cowling, Cambridge University Press, 1976) fue el de intesificar fa discusién poles, = teorganizar las alianzas personales y las posibilidades de polileas Indhiduales y carflearen ls mentes de las actorespolticas la dase _yolraslineselones del poder poltico cue ya habia sido comprendidas or perfodistas bien enlerados e historiadores no tan enterados: Una vez mis queda demestrado que ls sorpresas se dan toda nivel de los eventosyy no de las estructuras. c r r | s q c | ' r 1 { i i reporta el insistente manejo encubierto y desorientador de la informacién, llevado a cabo por oficiales de! Tesaro en su lucha por imponer una politica estatutaria de ingresos a los politicos elegidos con el compromiso de luchar contra ella."? Y Tony Bunyan se encuentra en a extrafia situacién de poder demostrar la existencis de una policia politica altamente efectiva y represiva en este pais (Inglaterra) en-los afios treinta, mientras que su sugerencia de que tales agencias ain existen en esta época son descartadas como “poco convincentes” porque, en efecto, no ha podido romper la densa y peligeosa barrera de secreto de la policia contempordnea.'* El hecho de que’ alguien sea capaz de imponer el secreto es evidencia clara, segin infiere el sentido comtin, de que esa persona tiene poder y de que tiene algo que ocultar. En suma, [2 experiencia, que no los hallazgos de Ia investigacién politica tanto académica como practica, punta conclusiiade ave hy und realidad ocala de la politica, una institucionalizacion del poder politico (ite pastores. devas des prosenca ene cena de_las agencias de gobierno: ese poder se resist ciectivamente a ser descubiertoy puede ser identificado ‘piausiblemente como “el estado”. En otras palabras sigue Siendo razonable suponer que el estado, como entidad “auromay distinta, esta de hecho alll_y es realmente yoderosa y Que un aspecto de su poderfo es su capacidad para impedir el estudio adecuado del estado. UE_poscemos evidencia de que el estado mismo es la fuente de la capacidad del estado para desafiar nuestros intentos de desenmascararlo. 3. Una alternativa comiso un sentido Argumentaré que, tanto en [a sociologia politic: | marxismo, hemos sido arapadss ee inf eteatn por sf misma obstryye seriamente el estudio eTectino de cierto ntimero importarnos a todos -ain cuando el peso de las ideas heredadas del posthegelianismo haga probablemente inevitable ese atrapamiento-. Las dificultades que hemos cxperimentado al estudiar el eflad@-surgen en parte de sussidente poder polio ia capacidad de Wir Rees de deportar Air ‘Agee sin dar razones para hacerlo diferentes a las de! interés del estado, es un hecho que necesita explicacién-. Pero quiz es, igualmente, una consecuencia de la manera en que hemos planteado el problema, Al intentar reconstruir el asunto comenzaré por sugerir que la dificultad de estudiar el estado puede ser vista en part® Como resultado de la naturaleza del propio Giada pars cosa per, en igual medida, puede también ser vista éstudian. En ambos casos ef asunto de “estudiar el estado” parece estar plagado de falacias al estilo de Bentham. Y haremos mejor en abandonar el proyecto enestos términos y estudiar en su lugar algo que por el momento, ya falta de una expresién mejor, lamaré control politicamente organizado, Sustero, en otras palabras, que tanto el estado como la ciudad y la familiz son objetos espurios de preocupacién sociolagica y que debemos ir mds alld de Hegel, Marx, Stein, Gumplowicz y Weber. desde el andlisis del estado, hasta el interés por las realidades de la subordinacién social. Si existe de hecho tuna realidad oculta tras el poder politico, e! primer paso tendiente a descubrirla deberfa ser el rechazo decidido de la descripcién legitimadora que los teéricos y los actores politicos, de manera ubicua y convincente, nos invitan a aceptar, es decir, la idea de que esa realidad es “el estado”. Mi argumento sosticne, en resumen, Que deberiamos tomar en serio la afirmacion de Engels -una de las pocas fuentes ctisicas de la teoria ana del estado que, incidentalmente, no es mencionada en Political Power and Social Classes- cuando dice que “el estado se nos presenta él mismo como el primer poder ideologicosobre ct Hombre”, O Ta nocion expuesta de ‘manera tan convincente en la /deolagia Alemana de que la caractertstica més importante del estado es la de constituir el “interés comuin /lusorio "de una sociedad: en donde la palabra crucial viene a ser “ilusorio”.'* Antes de desarrollar el argumento seria ttl mirar mis de cerca las dificultades del marxismo y de la "foe Hanes, The Polis of Power Hodder & Suoughon, London, 197; es sifoma cla det modo en gue se ermascafan is realdadespolicas ens sodedades ples seal ucl ls comentarios del autor sobeteceiones polis personas y ‘que su anslisis altamente perceptivo ¢ informado acerca de ia estructura institucional del poder haya sido vitualmenteignorado. Seat ae cae ee tartare ren pie 8 | sociologia politica contempordneas en sus relaciones inteléctuales con el estado. 4, El estado de la sociologia politica A pesar de las constantes afirmaciones de los socidlogos politicos de que su disciplina ests constituida ‘Smo un intento de dar una explicacién social del estado, ‘en el desemperio altica. Lo ‘que ha sucedido, en cambio, es que las nociones de gobierno civil o la de "bien publico™ oue aparecen en. los mds reclentes escitasde-Daniel Bell han absorbido la_nocién de estado."* La explicacién sociolégica del cela ia sida ceemplazal por breduccin soca cin soci fel estado, -observacidn hecha con toda claridad por C Sartor®@dsde 1968.!” Sin embargo esta transformacién “HOES completamente indtil. Al sostener la tesis de hacer del_gobierno civil el concepto central de la sociologia politica;TParsons, Almond y Easton, los principales defensores de este proyecto, tuvieron al menos una carta poderosa en sus manos. Esta era, obviamente, la afirmacién de que lo mds importante que habla_que estudiar no eran las estructuras sis a 1 De "Engels, Cuculg Feuerbach and the End of Classtcal German Philesophyca c.g) . Fever (ed) Martand Engels: Baste Wettings ‘on Politics and Philasophy Doubleday, New York, 1959, p.236:K. Marx and f Engels The German Ideology; Lavrence and Wishart London, 1965, p. 42 -aunau hay que reconocer que ks afrmaciones ‘cructales acerca de este punto de vista fueron adiciones marginales hechas por Engels a texto principal de un trabajo elaborado en colaboraciSn. Esto posiblemente confirm la opinién que he mantenido durante mucho tiempo de que de haberse hecho justicia ‘asimismo, Engels debiéhaberke colaborado a Durkheimy no a Marx. D. Bell, The Cultural Contradictions of Captalism, Basic Books, NewYork, 1976 G. Sarton, From Sociology of Polit to Political Sociology” en. IM. Lipset (ed.) Poles and the Soctl Sciences, Oxford University Press, 1969 CL, T Parsons, "Voting and the Equilibrium ofthe American Polit- cal System’, en. Burdick and A. Brodbeck (ds) Amerfean Voting Bchovtour Free Press, 1959; D. Easton, A Sjstem Anahts of Polt- ca Lif, John Wiley & Sons, New York, 1565; G. Almorid and J. Coleman, The Poittcs ofthe Developing Areas. Princeton Univer- sity Press, New Jersey, 1960; W. Mitchell, The American Polity Free Press, 1966. La percepctén neta del proceso politico obtenido por esta escuela de andliss quiza pueda ser formalizada en algo parecido alo sigulente: as Sistemas Polfticos Lossistemas sociales tenen problemas fincionalescomunes:-adap= tacdn-ntegacién-consenvaclén de pautas -logro de objetivos Los problemas funcionales son manejados por subslstemss furclo- ales: -econom Bienes piblicos -ciltura -gobiemo cil Las poltcas(stemas politicos) ejecutan umctones comes: -selecelén y especificacién de objetvos -distribucion de costes y valores -autorizaciones Eldesempetio de estas funclones involucra: -lacreaciénde una estructura de rolpalice dente de la cual pue- den tomarse decisiones vinculantes Laestructurade rl polticose genera mediante conjunts de iter anbiasengeel gobierno ely ores subsistemas sociales: Entradas (pus -demandas apoyo -ecursas -laboractin de dec. slones acereade estucturas de oles, Salidas (utput):-decistones -Implementaciones ~contzoles Las comunicsetones ievolucradas en estos Intercambios también generan una cultura politica. La cultura politica opera como un medio de retrolimentacién desde la salida ha- cia las nuevas entradas, etc. Los procesassociales fundamentales para a opera- clin de los sistemas politcas deben especificarse atin més: Entradas: -socalizacién politica -proselitismo -ariculacén y agluti- nacién de intereses Salida: siimacién -promulgacién -administracién ‘Todos los sistemas Uenen estructura, pero no componentes comu- nes de estructura. Todas las estructuras politias pueden ser analizadas en térmnas comunes de propledadesy aneles de organtzaclén: Niveles: -gobiero -reglmen -comunldad Propiedades: -diferenciacién externa -diferenciacién interna es- pecticidad funciSnal deroles -Wsibilidad -fornalizacién -Institucioralizacién dela competencla por roles de liderazgo -estralficacién de la nluencia -balance de las estructuras formales¢ informales. El estlode actuacién de toda a estructura poltica puede evaluarse por medio de custro dimensiones de valores (variables de pautss):~ airibuctones vs. logras -paricularismo vs. universalismo -efecti- ddad vs. neuralldad afectiva -vaguedad vs. especificidad Toda estructura politica enel mundo reales multifuneional; el esilo. detodo el desempefio politico es mito. 5 Evidentementc, una concepcién como esta no tiene necesidad © operativa ni tedrica del concepto de estado. No se ha explicado el. estado, se e ha eliminado, hecho, estaban dando un paso atrés en la reconocitla agenda de la sociolog(a politica hasta el punto de argumentar que lo distintivo del estado o de lo politico era un asunto dé Procesos y io de instituciones: que el estado éra una practica y no un aparato. Esta afirmacin, “Goma Tessin bien Tandamentads dla agenda, me parece absolutamente sensata. Pero si volvemos a los modelos del gobierno civil que los escritores funcionalistas nos ofrecian en los sesentas y los comparamos con el trabajo empirico que han venido haciendo los sociélogos politicos en los iitimos veinte afios, aparece una extrafa discrepancia, Muchas de las descripciones formales del gobierno civil elaboradas en los dias pioneros de la sociologia poltica, tomaron la forma de modelos de entrada-salida (input-output).”” En aquellos modelos tas funciones obvias del estado -la determinacién y la implementacién de objetivos, la observancia de la ley la legitimacién det orden, Ia expropiacién y la asignacién de recursos, la integracién del conflicto- fueron lipicamente ubicadas en el lado de salida (output) del proceso politico. Existe, claro esti, una calidad absurdamente mecanicista en todos estos modelos. Sin ‘embargo lo que sorprende en el cuerpo de trabajo queslos socidlogos politicos han producido desde que su campo se ha definido de esa manera es que casi todo tiene que ver con las ftinciones de entrada y no con las de salida. Aun despues de su reconstruccién funcional, ¢l i Tealmente estudiado. De nuevo, Dowse y Hughes representan de manera confiable.a sus colegas.” Lo que seh doses Ia socializacién poltica, la cultura oltica, los grupos de presin (artculacién de intereses), FB cates y fos partidas{aglutinacén deintereses), los movimtientos sociales con fa inclusidn de la tesis de Mi- chel sobre la degeneracién oligérquica de los movimientos sociales, las protestas, las rebeliones y las revoluciones.”" Se ha prestado atencidn de manera abrumadora a los process ardinarios del gobierno civil " Obviamente, lamas conocida sla sugerida por David Easton, op. oh. 2° Dowse y Hughes, op. cit, pero observen con evidado as ausencias censu Cap S, “Structures and Power In industrial Society’ 2" Esta pauta ya era evdente en las bibliografias del campo producidas, ‘en{os cincuentas -por ejemplo Lipset y Bendix, op. cit.-y no los, menos en las de los setentas: vean, por ejemplo, fas “Lecturas ‘complementarias’ propuestas por Dowsey Hughes. no a las funciones centrales de coordinacién y despliegue de poder. ¢Por qué ? Una respuesta simple podria ser que los socidlogos polticos, como lo hacen sus colegas en otros campos, al organizar de esta manera sus intereses de investigacién, al desviar escrupulosamente su atencién del estado y dirigirla mas bien a sus asuntos- sélo estén manifestarido el oportunismo timido y servil, correcta y repetidamente vapuleado por Andreski, Nikolaus, Gouldner, Schmid y Horowitz, que parece seguir dominando la determinacién y seleccién de los proyectos de investigacién en las ciencias sociales.” Las tentaciones de adoptar una organizacién sumisa de la investigacién son atractivas y limitantes y no fo son menos para quienes esti en tales posiciones de privilegio que no pueden soportar mucho escrutinio desde abajo. Mi impresién, sin embargo, es que Ia venalidad no es toda la historia, atinen este pais, nisiquiera una parte importante de ella. Tampoco, pienso yo, se le puede echar la culpa a los tipos de “aprisionamiento” ocupacional ni a la identificacién semiconsciente con el poder tan utilizados por Nicolaus y Horowitz en los Estados Unidos. La sociologia britdnica y ciertamente sus asociaciones profesionales estn, felizmente, mucho menos implicadas con las instituciones de poder que su contraparte estadinense. Una de las ventajas de no ser percibido como til es que uno queda felativamente libre como académico para hacer el trabajo que uno quiere. En ese sentido, el Sracaso de los socidlogos pofticos para prestarle atencidn al estado, atin dentro de su propia problematica, jebe _explicarse en término: [endenci: intelectuales mas que de las materiales. Quizd exista una patologia estrictamente profesional de la sociologia politica que define a los problemas importantes € Investigables de la disciplina como situados al margen del estado. El aspecto mds obvio de esta patclogl cs metodolégico. Los métodos distintivos de la sociologia poten deste las encuestas de opinign publica en adelante cslin disefiados para estudiar las actitudes y 3, Andres, Socil Scevce as Sorcey Deutsch, London, 1972; M, Nicolaus, The Professional Organlstlon of Sociology; a View from Below’, en R.Blackbumn (ed) /deology In Socal Sefence, Fontana, London, 1972: A. Gouldner, "The Sociologists Partisan’, en For ‘Sectolagy Allen Lane, london, 1973; Horowitz Prokessng Sociol gy Allen Lane, London, 1972. : 8s +. comportamiento de grupos de poblacién gran- des, accesibles y maleables y no para estudiar retaciones entre redes pequeiias, inaccesibles y poderosas. Consideren, por el contrario, lo que acontecié con los intehtos de los socidlogos politicos norteamericanos de estudiar las mucho mas modestas estructuras de poder de comunidades locales: todo el campo s¢ transformé inmediatamente en un lodazal de acusaciones virulentas de ineptitud metodolégica. En general, desde la publicacién de The Power Elite y a partir de ahi, todos los intentos de los socidlogos politicos de examinar las funciones autoritarias 0 represivas del gobierno civil han sufrido esta reduccién, metodolégica. La linea desde Dabl a Bacharach y de Baratz a Lukes y a Abell sefiala el permanente retraceso desde hablar de prictica politica hasta hablar sobre cémo deberfa uno hablar de practica politica. Es la obsesién del buen método: mejor no decir nada que ser acusado de obtener ganancias ilegitimas.”* No parece que se haya tenido en cuenta el concepto de que una acumulacién suficientemente amplia de excursiones metodolégicamente impuras en la descripcién del poder, ala manera de Mills, pueda llegar a constituir algo convincente. Sin embargo, por encima y més allé de las prohibiciones metodoldgicas, existe, en el seno de la sociolagia politica un obsticulo teérico més substancial que sirve para desestimular la atencién hacia lo que los mismos socidlogos politicos dicen que es el problema central de su campo. Agui pueden identificarse dos dificultades fundamentales. En primer lugar, la traducrisn funcional chell y otros, geperalmente_aceptada como_una esate defor cuca de coil pola. dejado a los socidlogos politicos con una nocién curiosamente nebulosa e imprecisa acerca de qué es 0 dénde esti el que se supone es su principal explicandum. Una concepeién vaga de las Tunciones en ejecucién - ‘Sbtencan te obptNee"adjudeacon de Tega 29 R Dahl, Io Gover? Yile Universit Press, New Haven, 1961; IN. Polsky, Community Power and Potical Theor. Yale University Press, New Haven, 1963, Pluralism in the Study of Community Power’, The American Socologs, Ww 2, 1969, p-11 8; Barach and M.S. Baratz, Poner:A Radical View MacMillan, London, 1974; ‘Abell, “The Many Faces of Power and Liberty’, Sociolagy x, 3, 1977 p3 35 casa Soto abre pecosarlamente ls_puetlae 1 Ui concepcién vaga de las estructuras y procesos involucrados en su desempeio. Esta claro por ejemplo: para tomar el caso de Almond Coleman, que atin bajo las condiciones de alta especificidad de estructuras atribuida a los gobiernos cies "modernos”, no surgird de ahi una relacién de uno a uno entre las estructuras “gubernamentales” y las funciones “autoritarias”. Asf, aungie estos autores siguen insistiendo en “Ia distincién analitica entre la sociedad y el gobierno civil", la identificacién estructural de fases fundamentales ‘del gobierno civily, con mayor razén, de sus relaciones con la sociedad, los derrotan.® Suzanne Keller esté en la misma linea de la mayorfa de sus colegas cuando abandona el concepto de estado en favor de las nociones mas inclusivas y menos comprometedoras de “un centro social, un nicl 10 de apoyo", inclindndose al Final por la idea de “unificacién alrededor de un centro simb6lico” 2 La idea de centro preserva en principio la concepcién de funciones del estado pero deja desastrosamente abiertos todos los interrogantes acerca de su eecucién. Mas aun, inhibe tanto el andlisis empitico como el conceptual de los procesos relevantes reduciendo drdsticamente la especificidad de las funciones mismas. Como ya se ha indicado, quizé la tendencia real de la sociolgia politica consista no tanto en explicar el estado como en deshacerse de él. El segundo problema tiene que ver con la \cia en la sociologia politica de un interés inicial en un tipo particular de astinto sustantivo: el ingreso ala arena de la accidn politica de poblaciones previamente inactivas. Dentro del amplio marco intelectual de la separacién del estado y la sociedad, éste llegé a ser el problema practico mis apremiante para casi todos aquellos pioneros cuyo trabajo fue considerado como el que efectivamente defini la actividad de los sociblogos politicos. Hubo muchas razones para esta concentracién de interés, algunas radicales, otras conservadoras, pero sus consecuencias generales son claras. La sociologia clftca legd a ser, en la prdctica, un cuerpo de traba} las clases trabajadotas”, “las condiciones para la democrach eaible™ En casi todos estos trabajos el estado, o algiin nexo real institucionalizado del poder Almond and Coleman, op. Ct. 2 Suzanne Keller, Beyond the Rullag Class, Random House, New. York, 1963, p.34 i i central equivalente a él, fue virtualmente dado por hecho, “ya fuera porque se pensaba que era histéricamente dado 0 porque se suponfa que era una variable dependiente vulnerable al impacto de las uerzas sociales externas que eran en el momento la preocupacién inmediata. Ast, aunque habia all un sentido del estado, el estado no era considerado etectivamente como parte del problema que se investigaba. Lo que hace i estudio come el de Peter Nel con su ands de los socialdemécratas germanos, Sean tan excepcionales como contribuciones a la sociologia politica, es que tratan el problema del ingreso de grupos Auevos como un asunto genuinamente bilateral que involucra tanto al estado como a la sociedad en una interaccién activa.®* En conjunto, estas inclinaciones tedricas y sustantivas de la sociologia politica, estan lejos de poder explicar de una manera clara o adecuada por qué su reocupacion por el estado ha permanecilo Tat importancia como principio-. El punto al que se ha llegado ha sido en gran manera el resultado inesperado de studios sobre las presuntas funciones y procesos de entradas (input) del gobierno ivi, tales como la socializacién politica, ‘y no la consecuencia de un abordaje directo del asunto central. Esto quiere decir que los mejores estudios de socializacién kan encontrado que ese tipo de entrada (input) es configurado de manera mas bien fuerte por poderosas acciones ¢ influencias que emanan del “centro” hacia abajo. | estudio de la socializacién politica, una de las famas mis florecientes de Ta sociologia politica, tiene Eenido ens, denco del patton general de nterés en el problema d TUupos Huevos”. El tema generado por el asunto de los grupos nuevos sencillamente se extiende hasta incluir la domesticacién de lo que Parsons ha llamado la “invasién brbara” de los infantes, asf como el control de lo que Lipset ha denominado los “excesos populistas” de invasores mis maduros. Sinembargo, de manera extraff, los trabajos cn esta drea han tenidola tendencia-a "redescubrir® el nesta drea han tenido fa tendeneia a “redescubrir™ ef * Peter Nettl, “The Social German Democratic Party as a Political Model”, Past and Present, 1965 estado: este sentido, se trata de “caracteristicas mas creativas y promisori soctologia politica contemporénea, -ver por ejemplo, la discusion fe Dawson y Prewitt sobre la cuestién de “aprender a secteet*; o la.demostracién de David Easton de feo los nifios son conducidas a confundir padres pr ‘y policfs en un solo paquete de autoridad benigna.”” (Ecieto, obviamente que tales estudias descubten alestado sdlo bajo un aspecto algo especial. 15 que se percibe es un agente mds bien poderoso de legitimacién. Aquellos socidlogos atraidos por una concepcidn weberiana de la politica de los cuales Da- niel Bell es quizd el representante contemporneo mas interesante, y para quienes en palabras de Bell, “el principio axial del gobierno civil es Ia legitimidad”, coneluirdn que por medio de la investigacién de la socializacién politica realmente se progresa.*® Aquellos {ue ven al estado como un agente paderoso de control de coordinacién, encontrarin estas conclusiones blandas e inadecuadas si es que no las encuentran vacia. Pero la pregunta es épueden los socidlogos de este segundo estilo demostrar que el estado, en el que ellos, creen, existe de verdad? Lo que los estudios de socializacién han hecho—en conjunto con otros trabajos enfocados més explicitamente en los procesos de legitimacién, como el de Mueller- consiste en establecer la existencia de la construccién gestionada de una creencia en el estado y en aclarar fas consecuencias € implicaciones de ese proceso para la vinculacién de los sujetos a su propia sumisién. Aiin mas, han mostrado que los pracesos de vinculacién aunque no sean efectuados por el estado proceden en términos de la creacién de ciertos tipos de percepciones del estado. De la afirmacién de Stein “el Rey es la encarnacién de la_ ura del estado”, a la creencia de los nifios norteamericanos de que “el Presidente es la mejor per- sona del mundo” dificilmente hay mucha distancia.” ® K, Dawson and J. Prewitt, Poltca/ Socislsation, Little Brown, Boston, 1971:D. Eastonetal., The Development of Political Att- tudes in Children, Aldine Chicago, 1967; E Greenstein, "The Be- revolent Leader’, American Potitical Sclence Review liv, 1960, p.934:yen general, Dowseand Hughes, op.ct, ch6 Daniel Bel, Tae Cultural Contradictions of Capitals, Helnemana, London, 197, especialmente pp.220-232 » L, Von Stein, Das Koenlgtum, Leipzig, 1850, citado en E. Schraeples, Quellen zur Gesichte der saztaen Frage in Deutsche, ‘Musterschmidt Verlag, Goettingen, 1960, p.130; J. Hess and D. Easton, “The Child’s Changing Image of the President’, Publle Opinion Quarterly xy, 1960, p.632 ar

Vous aimerez peut-être aussi